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La época dorada en el cine de México y su incidencia en el estereotipo


de mexicano (1930 – 1958)

Introducción

El interés hacia esta investigación viene ligado íntimamente con mi gusto al cine,
degustar de una buena película y que de ella emanen una serie de ideas que me
dejen pensando, dando lugar a una visión crítica del filme. Desde mi perspectiva, el
cine ha sido y continúa siendo una de las herramientas más poderosas para que,
por ejemplo, un o una cineasta implante sus pensamientos y visiones a una
sociedad, configurándola o incluso transformándola completamente. Igualmente, si
nos detenemos y nos preguntamos a nosotros mismos, ¿por qué una película
determinada adquiere mucho éxito en taquilla? Se nos puede venir a la mente la
respuesta casi inmediata de que a la sociedad a la que va dirigida le gusta lo que
está viendo en la pantalla grande, se sienten representados porque han vivido
situaciones similares, les divierten los chistes que se hacen o porque sienten una
conexión con los personajes en ella representados.

Debido a mi nacionalidad mexicana y a la curiosidad que muchas veces me


despierta la filmografía de mi país, elegí la ya muy conocida Época del Cine de Oro
mexicano que comprende desde el año 1935 a 1958 aproximadamente; además,
sostengo con mucha fuerza la corazonada de que las películas que corresponden
a este periodo de tiempo y que se caracterizan por la charrería, lo ranchero y lo
“tradicional” han implantado un estereotipo de hombre y mujer mexicanos, ya sea
en el extranjero o una normalización de las actitudes que se muestran en el mismo
México, siendo el enfoque principal de esta investigación. Dicho esto, el objetivo
primordial de este trabajo es el de visibilizar la importancia de la cultura
cinematográfica en el imaginario social mexicano de aquella época, así como en la
construcción de un estereotipo, de un modelo de vida y, sin restarle importancia, de
estándares de belleza.
En la búsqueda de fuentes que nutran mi investigación me sorprendió el haberme
encontrado con una enorme variedad, muchos de ellos tratan a personajes del Cine
2

de Oro mexicano individualmente, y otros más generales, nos dan la noción de un


imaginario social reconstruido y transformado gracias al séptimo arte.
Una de estas fuentes que me parece notable destacar es Cuando las negras de
Chambacú se querían parecer a María Félix: Cine, cultura popular y educación en
Cartagena 1936-1957 de los autores Ricardo Geliz y Freddy Bradán. Este texto nos
muestra al cine como un recurso didáctico para la educación y para el proceso
educativo como tal, y la recepción del cine mexicano de la Época de Oro en las
poblaciones populares en Cartagena, Colombia, se constituyó como un referente al
aprendizaje y un paso más a la cultura, al igual ver al cine como “un espejo de vida”
que nos presenta distintos modelos a los cuales adherirse, pero también rechazar.
Este libro se concentra en la temporalidad de 1936 a 1957 debido a que el cine
dorado mexicano estaba en su mayor apogeo en la exportación internacional, a la
puesta en marcha de políticas educativas impuestas por el gobierno colombiano
liberal, el inicio significativo de los medios de comunicación en la cultura popular y
cómo la producción de elementos culturales en la Edad Moderna del siglo XX deja
de tener como base a la comunidad, el Estado o la Iglesia y utiliza a las industrias y
otros aparatos similares (cine) para la labor.
Además del aspecto educativo, los autores se encuentran con que el cine
representa para Cartagena en nuevos modos de apropiación social y sensibilidad
que afectan a las sociedades (mencionan el carácter melodramático del Cine de
Oro como modo de sensibilidad, principalmente). De ahí se habla del caso particular
de las negras de Chambacú (un poblado cartagenero) o igualmente llamado “Corral
de negros” que querían parecerse a María Félix, seguían un patrón estético, un
estilo de vida, maquillaje, de alisarse el cabello para no sentirse “tan negra” y poder
pertenecer a la “nueva modernidad”. Aparte de esta cuestión del imaginario y
percepción, el cine es visto como un factor incidente en la reconfiguración del
espacio; se construyen cines barriales que unen a los miembros de las comunidades
por el hecho de ser lugares de convivencia, pero también teatros a los cuales
3

asistían personas de altos recursos monetarios que discriminaban y desconocían a


sus compatriotas. 1
Otra fuente que me pareció útil en este caso es un artículo llamado “El cine: El
negocio de la cultura”, un trabajo colaborativo cuyo autor principal es Fernando
Lozano. Escogí este artículo debido a que habla de la otra cara de la moneda,
además de lo cultural, lo social y como el cine afecta en la vida de las personas que
lo consumen, se debe visibilizar la importancia de este no solo como generador de
cultura, si no como motor económico y empresarial. Según la fuente el cine tiene
dos vertientes: cultura, arte, estética y sentimientos, y producto de consumo.
Lo que me pareció más interesante señalar es que se menciona la fijación que
tienen los gobiernos (caso particular, el mexicano) hacia la explotación del petróleo
para su capitalización, pero no han explotado y visto el potencial en la propiedad
intelectual para obtener capital. El Cine de Oro mexicano que vio nacer a varias
compañías de producción cinematográfica como Filmex, Rodríguez Hermanos y la
asociación de Bustillo Oro y Grovas; no se deja atrás el hecho de que una película
“bien producida” es la que más éxito en taquilla tiene, y, por ende, la que más dinero
da a quien la produce. Notan que las películas con temáticas rancheras con Jorge
Negrete y Pedro Infante, y comedias, con Mario Moreno “Cantinflas” y Silvia Pinal,
son las que mejor fueron recibidas por su público.2

Ahora presentaré una breve descripción de cada uno de los capítulos que se
abordarán a lo largo y ancho de estas páginas:
En el primer capítulo tocaré la temática que ya he explicado unos renglones atrás,
específicamente, reconocer el papel de la figura masculina en las películas del Cine
de Oro mexicano, en especial con Jorge Negrete y Pedro Infante; los más famosos
charros actores y cantarines, ejemplificado en “Los Tres García” de 1936.

1
Ricardo Geliz y Freddy Bradán, Cuando las negras de Chambacú se querían parecer a María
Félix: Cine, cultura popular y educación en Cartagena 1936-1957. (Colombia: Universidad de
Cartagena, 2015), 386
2
David Fernando Lozano Treviño et al., “El cine: El negocio de la cultura”, Innovaciones de
Negocios 6 (2009): 207-224
4

En el segundo capítulo nos encontramos en la misma situación que en el anterior,


se reconocerá ahora el papel de la figura femenina dentro de esta filmografía, ya
que quiero comprobar una noción particular, y es que en las películas de esta
temporalidad aparecen dos tipos de mujeres, una sumisa, con aires “indígenas” y
servicial, y otra mujer que se aprovecha de los hombres ingenuos, que no cree en
el amor y destaca por subir en la “pirámide social” gracias a algún pretendiente que
cayó en su juego malévolo, que, para comprobarlo se analizará ésta dualidad que
se refleja en la “Santita” de la película “Santa” de 1932. También en este apartado
se explicará la figura de la actriz María Félix, quizá uno de los íconos femeninos
más importantes del país.

En el tercer capítulo plantearé el valor significativo que tiene la comedia en


el cine de la época, se ha mencionado en diversas fuentes la labor que hizo Mario
Moreno “Cantinflas” en este género del cine de oro, entre otros personajes como
Germán Valdés “Tin Tan”. Se elaborará un análisis y una pequeña crítica a la
película “A.T.M A toda máquina!” de 1951 (aclarando que por obvias razones la
crítica se hará de acuerdo con concepciones actuales y lo más constructiva posible),
donde aparece protagonizando un papel Pedro Infante; se escogió debido a que
una notable parte de la trama gira alrededor de la competencia entre dos amigos
por averiguar quién conquistaba más mujeres a través de actos “masculinos” y
“valientes” con trucos en motocicleta.
Los escenarios y los personajes cinematográficos son el tópico principal del cuarto
capítulo, cuando se conoce el trabajo de los directores de cine y su demás equipo
al momento de rodar una película se puede percibir que es todo un proceso previo
a las grabaciones, por esto mismo, estos escenarios y estos personajes que se
muestran en el séptimo arte están ahí por un motivo, ¿por qué? ¿de qué manera
inciden en la sociedad mexicana?
“Allá en el Rancho Grande” de 1936 es una de las películas más reconocidas de la
filmografía de oro mexicana, por eso mismo, realizaré un análisis de sus aspectos
simbólicos. También la forma en la que nuestro país vecino percibe a México a
través de su propio cine resulta algo curiosa, siempre nos quejamos de que hemos
5

sido representados con estilos absolutamente mediocres y peyorativos, pero,


también algunas de las películas mexicanas se mofan de los estadounidenses o
“gringos”, el trato es en gran parte mutuo, y en mi opinión sumamente interesante.
El quinto capítulo de esta investigación se centra en la imagen de los actores y
actrices que fungen como protagonistas o con otros papeles en numerosas
películas, que, desde mi criterio, estas personas dedicadas a actuar frente a una
cámara implantan usos y modas en quienes los ven. El cine mexicano como
vehículo de una identidad nacional también es uno de los temas a tratar.
El sexto y último capítulo se sale un poco de la dinámica que he estado llevando en
la configuración de este trabajo, ya que tratará sobre la economía, un aspecto
realmente importante para una nación, y es que, si se observa a través de una óptica
algo cruda, nos encontramos en un mundo donde todo depende del capital; la
capitalización de la intelectualidad y la capitalización de la cultura es algo que
siempre me ha llamado la atención, al igual que la construcción de los cinemas
como espacios estratégicos para la obtención de dinero.
6

Capítulo 2.
Rol de la mujer dentro de los filmes del Cine de Oro mexicano

La mujer siempre ha sido vista como un simple complemento del hombre, el sexo
débil, quien igualmente ha sido encasillada a lugares y espacios que social y
culturalmente le fueron asignados. Se reconocen las injusticias en obras como El
Segundo Sexo de la autora francesa Simone de Beauvoir, que actualmente ha
fungido como principal comunicador de las ideas feministas. En ella, tomando en
cuenta el análisis de la tesista Hortensia Rodríguez Trejo, las mujeres pertenecen a
distintos “universos”, en los cuales están siendo formadas desde su infancia a ser
como “pequeñas madres” responsables, que, reafirmando todo esto, en la juventud
se encuentran bajo el descubrimiento de su feminidad y el qué cosas las hace
mujeres.3

El cine, el cual implanta ciertas concepciones a una sociedad o sociedades,


como todo producto del ser humano, viene con una carga de ideas que pueden ser
o bien recibidas o rechazadas. La sociedad mexicana de los finales de la década de
los 40´s e inicios de los 50’s aceptó en gran medida los usos que se mostraban y
normalizaron ciertas actitudes que hoy en día pueden parecernos cuestionables.
El principal punto de este capítulo es confirmar y dar a conocer mi propia noción, en
los filmes del Cine de Oro aparecen mujeres que son sumisas, con aires serviciales
y que son completamente dependientes de algún hombre que las trata mal por el
simple hecho de solventarlas en el aspecto económico; pero también cobran fuerza
(según algunos autores, desde la Revolución Mexicana de 1910), la imagen de las
féminas que se aprovechaban de ciertas situaciones, específicamente de hombres
adinerados e ingenuos que caían en sus juegos maquiavélicos que se basaban en
la seducción.
Este último punto se ve reflejado en el cambio en la perspectiva social hacia las
mujeres que trae consigo la Revolución Mexicana. La autora Martha Santillán

3
Simone de Beauvoir, El Segundo Sexo (Paris: Gallimard, 1949), citado por Silvia Hortensia
Rodríguez Trejo, La imagen de las mujeres en la Época de Oro del Cine Nacional Mexicano
(México: Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, 2015.) 23.
7

Esqueda señala que con la especialización de la criminalística en México y el auge


de los nuevos medios de comunicación en las décadas de los 40’s y 50’s, el
imaginario cambió y el tema de las “mujeres delincuentes” empezó a ser más visible
tanto en el cine de la época como en el periódico de nota roja.4 Como ejemplo de lo
que se acaba de mencionar nos encontramos con la actriz María Félix, quien es
considerada como una mujer con pensamiento moderno para su tiempo; en la
mayoría de sus trabajos se representa como una persona que goza de autonomía,
libertad, fuerza y siendo una diva.
También es preciso aludir a una película (que se sale de nuestro marco temporal
pero la temática hace referencia a lo que se está hablando) llamada “La Mujer de
Oro” de 1970, protagonizada por Silvia Pinal, cuya trama se basa en una mujer que
trabaja en un banco de su ciudad y al tener un fácil acceso al dinero, decide robarlo,
disfrutar de sus beneficios y huir del país.

Es conocido que México es una nación de cine, que en él se manifiestan


protagonistas tanto del sexo masculino como del femenino, igualmente muchísimas
de las películas producidas en el país cuentan con una mano de obra femenina. Sin
embargo, es lamentable que este dato se reduzca o inclusive se pierda por completo
cuando se observa que las mujeres en el cine solamente fungen como mero recurso
visual y de consumo; precisamente durante la Época del Cine de Oro mexicano,
que, muchos dicen que nació ya como producto comercial y no a secas como
material intelectual y cultural con el filme “Allá en el Rancho Grande” de 1936.
El séptimo arte de la época venía frecuentemente acompañado con rastros de un
discurso misógino, donde se proyectaron imágenes de una mujer mexicana
estereotipada bajo el yugo masculino. Otra cosa interesante es que se manifiesta la
concepción de las mujeres prostitutas y rumberas, casi siempre empezando con
una chica provinciana y de pueblo que por azares del destino terminaba
refugiándose en un burdel.5 Como ejemplo está el personaje de “La Santita” de la

4
Martha Santillán Esqueda, “Mujeres delincuentes e imaginarios. Criminología, cine y nota roja en
México 1940-1950”, Instituto Nacional de Ciencia Penales (2016), https://doi.org/10.1590/0104-
87752017000200006. (Consultado el 20 de abril de 2022).
5
Jorge Luis Gallegos Vargas e George Iraís Rivera, “Luces, cámara, acción: La participación de las
mujeres en el cine mexicano”, Revista Comunicaciones (2018).
8

película “Santa” de 1932, que, explicando de qué trata a muy grandes rasgos, una
mujer humilde y de pueblo que cayó en el engaño de un soldado llamado Marcelino,
es expulsada de su comunidad, pero encontró consuelo en un burdel convirtiéndose
en una prostituta que no cree más en el amor.
Lo interesante aquí es que es una de las primeras películas sonoras en México,
¿por qué debía girar en torno a una mujer que “mancha el honor de su familia” y no
le queda de otra más que dedicarse a la prostitución?

Desde esta perspectiva, el cine cumple como un perpetuador de roles de


género y estereotipos, destacando el melodrama y la comedia ranchera. Alrededor
de este apartado quisiera concientizar este tema en el lector a través de la ya muy
reconocida actriz María Félix, un análisis de la película “Santa” ya mencionada y
explicar el impacto que tuvieron las modas presentadas, que, a saber, fueron factor
influyente en la construcción de un imaginario colectivo.

2.1 María Félix: La “modernidad” hecha mujer

María de los Ángeles Félix Guereña (1914-2002), también conocida como “La Doña”
y “María Bonita” fue una actriz mexicana que vivió y perteneció al mundo del
espectáculo, de las cámaras y de los filmes que marcarían profundamente al cine
latinoamericano.
Ella es reconocida por ser una actriz sumamente temperamental y seductora, cuya
vida y profesión no pueden explicarse sin antes conocer un poco de las numerosas
películas en las que participó y protagonizó, con personajes melodramáticos y
rancheros que parecen fuera de su época y que dieron a la sociedad tanto mexicana
como de otros países una idea, puede decirse diferenciada a la normativa. Inclusive
Octavio Paz escribió acerca de María Félix, él señaló que “María Félix nació dos
veces: sus padres la engendraron y ella, después, se inventó así misma.”6 Para

6
“María Félix: Estas fueron las emotivas palabras que Octavio Paz le dedicó a "La Doña”", El
Heraldo de México, 28 de mayo de 2021.
9

algunos puede parecer una frase un tanto banal, pero desde una óptica crítica
declara abiertamente la esencia de dicha actriz.

Es La Doña (llamada por el público así debido a su aparición en la película


“Doña Bárbara” de 1943 donde interpreta a una mujer poderosa de fuerte carácter,
quien es dueña de una gran cantidad de dinero y, por supuesto y como ya se ha
dicho, utiliza su habilidad seductora para ganarse a los hombres para sus propios
fines) quien en sus años más importantes significó una controversia total, y que en
algunas ocasiones era una polémica hecha persona.
Ana Pizarro expresa que en muchos momentos y para enfrentar el dominio
patriarcal en la industria cinematográfica, María Félix se llegó a “masculinizar” en el
sentido de tener mayor presencia, es decir, la sociedad mexicana de aquel entonces
le estaba “ofreciendo” una oportunidad que casi ninguna fémina de su campo podría
adquirir; esto se lo ha ganado gracias a la imagen que aparentaba, la de mujer
castigadora, insensible, fuerte, dura, y únicamente cuando quiere, es sensual.
También en ella está una lucha contra la maternidad, actitud que se presta a ser
cuestionada por los estrictos pensamientos del México de los años 40’s y 50’s. La
actriz dentro de su incesante polémica declaró en algún momento: “El amor de
madre siempre me ha parecido la cosa más cursi del mundo.”7 Por esto mismo,
muchos argumentan que no tenía una buena relación con su hijo Enrique Álvarez
Félix.

2.2 La actriz en “La mujer sin alma”8 (1944)

Este filme correspondiente al año de 1944, dirigido por Fernando de Fuentes y


producido por la Cinematográfica Guadalajara, fue elegido para ser analizado

7
Ana Pizarro, “Divas de los cincuenta: María Félix”, Alpha (Osorno) n.28 (2009)
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0718-22012009000100012&script=sci_arttext&tlng=e
(Consultado el 21 de abril de 2022).
8
La Mujer sin Alma, dirigido por Fernando de Fuentes (1944; México: Cinematográfica de
Guadalajara).
10

especialmente por el hecho de que el personaje principal es interpretado por María


Félix.
La trama se centra en una joven de clase media baja llamada Teresa (María Félix),
quien trabaja en la costura de diversas prendas y es una muchacha que vive feliz
junto a su familia. Pero todo cambió el día que Don Alfredo Velasco (su padrino)
decide llevarla a una fiesta organizada por la empresa para la cual laboraba y estaba
llena de gente perteneciente a la más alta aristocracia; Teresa había descubierto
dos cosas, primero, que su belleza era admirada por la mayoría de las personas y
podría sacarle un buen uso, y segundo, estaba decidida en que podría conseguir el
mismo estilo de vida de los demás invitados de la fiesta.
Para ello se propone conquistar a hombres (principalmente a su propio padrino y a
su sobrino político Enrique Ferrer) que se encuentren en la posición social que ella
quiere obtener, sin dejar de lado los lujos que ellos estaban dispuestos a otorgarle.
Sin embargo, no se daría cuenta que su misma sed de poder, además de llevar a la
ruina a sus víctimas, la llevaría a ella como si de karma se tratase.

A la hora de ver esta producción cinematográfica se percibieron ciertos


aspectos, la personalidad ambiciosa de Teresa es el centro de atención de casi
todos.

 Primero, con la forma de actuar de María Félix se muestra a una completa


diva vanidosa, quien utiliza el baile al que fue invitada por Don Alfredo como
manera de darse a notar a los presentes. El baile, más que un evento social,
es un recurso para marcar presencia, ¿en qué sentido lo hace Teresa?
Bailando con hombres de clase alta para charlar con ellos y de alguna
manera insertar “sus pininos” en su mente y en su corazón.

 Teresa es una niña caprichosa y melodramática; se demuestra lo anterior en


una escena en donde le dan una noticia que no fue de su agrado, se desmayó
y los días posteriores se sentía desganada mientras anunciaba su constante
dolor ocasionado por un “mal de amor”. De igual forma es inteligentemente
11

mentirosa, y más a la hora de jugar con sus pretendientes. Se divierte con


los hombres empleando su belleza para obtener dinero, joyas, un automóvil
y estatus social.

 Las expresiones faciales y las tomas de cámara son fundamentales para el


realce de la imagen estética de María Félix, especialmente las partes en
donde canta al son del piano.

 Dos elementos simbólicos dicen mucho con su sola aparición. Ver a Teresa
empezando a fumar cigarrillos constantemente con aquella expresión
seductora evidencia su transformación de una niña de casa a una mujer
“hecha y derecha” y de la más alta sociedad. El uso de sacos y pantalones
en el vestuario es ejemplo de la María Félix “masculinizada” de la que se
habló apenas unos renglones atrás, algo completamente innovador para su
época y que representa ese liberalismo que caracteriza a la actriz.

Es entonces que María Félix es una figura de la “mujer fatal”, que viene del
personaje Lilith, una diablesa creada de la inmundicia, que, a diferencia de Eva, era
devoradora de hombres y de bebés. En ella se encarnan las tentaciones que afligen
al hombre (el sexo y el demonio), y si se examina con detenimiento, la actriz es esa
“mujer mala” que está en firme contraposición con la “mujer buena”, esa mujer
sumisa y dominada por el sistema patriarcal.9

2.3 Soy bella ¿o no?: Estándares de belleza en las actrices del Cine de Oro
mexicano

Las representaciones estéticas y los cánones de belleza han tenido que pasar por
años de evolución, inclusive dentro de un mismo periodo histórico se pueden hallar

9
A. Díaz Mateos, V. Díaz Mateos y M. Mojarro Zambrano, “Bésame tonto”: La mujer fatal en el
cine”, en Cien años de cine: la fábrica y los sueños (Sevilla: Universidad de Sevilla, 1998), 151
12

diferencias en ideales, modelos y códigos que se encuentran pugnándose entre sí


continuamente.
En el cine, el cuerpo de una mujer es construido de muchas maneras a través de
artilugios de “feminización” como máscaras, maquillaje, vestidos, uñas, etc., y estos
“dispositivos” cobran más fuerza cuando se muestran en la pantalla grande (en el
sentido de que es una herramienta de difusión social y cultural) que utiliza la imagen
como una representación de la realidad. También viene ligada la mítica frase de la
feminista Simone de Beauvoir “No se nace mujer, se llega a serlo.”, entonces ¿cómo
se llega a ser mujer? Una posible respuesta puede ser a partir de las imágenes que
ven las niñas mexicanas y que crean una moda que debe seguirse si no se quiere
ser dejada de lado por la sociedad.10
Aunado a esto, las mujeres siempre han recibido “violencia simbólica”, la cual no se
atribuye a violencia física, más bien es psicológica y un poco más sutil, pues el
sistema culturalmente impuesto las ha obligado a contar con ciertos requerimientos
para ser “bellas”.
Se puede explicar esto con la percepción del Cine de Oro en Colombia,
precisamente en el poblado de Cartagena, que significó un nuevo modo de
apropiación cultural (al ser tan trascendente el cine mexicano) y de sensibilidad
(carácter melodramático) en los años 1936 a 1957. Se mencionan las modas
proporcionadas por La Doña a los sectores femeninos de la población; se
maquillaban, alisaban el cabello y se ponían vestidos con el fin de cada vez
parecerse más a la “modernidad” y ser “menos anticuadas”.11

Se ha hablado mucho de María Félix, sin embargo, obviamente muchas más


actrices adornaron el imaginario social y adquirieron protagonismo en la pantalla
grande en México dentro de la temporalidad que es de interés en esta investigación.

10
María Gabriela Villar García y Adriana Luisa Esteve González, “La construcción sociocultural de
la mujer mexicana como presentación”, en Desafíos del diseño social en condiciones de
contingencia, coord. María del Pilar Mora et al. (México: Universidad Autónoma del Estado de
México, 2022), 12-27
11
Ricardo Geliz y Freddy Bradán, Cuando las negras de Chambacú se querían parecer a María
Félix: Cine, cultura popular y educación en Cartagena 1936-1937. (Colombia: Universidad de
Cartagena, 2015), 386
13

Dolores del Río es lo contrario a María Félix (1904-1983), es el símbolo de la mujer


sacrificada, abnegada y que sufre, pero que a pesar de eso sigue siendo bella. Con
esto el cine hace alusión a que el sufrimiento de la mujer es secundario y no tiene
importancia siempre y cuando se es hermosa.
Esta actriz tiene el papel de la mujer sumisa y que porta un rebozo como objeto
identitario.12 “The fugitive”13 es una película estadounidense del año 1947, la cual
cuenta la historia de un hombre religioso cuyo objetivo se centraba en escapar de
la ley refugiándose en el país vecino. Se puede ver a Dolores del Río haciéndola de
“indita”.

Para finalizar este apartado es muy puntual agregar lo que dijo María Félix
en un programa transmitido por televisión:

Es preciso que se conserve un poco de misterio, que estés guapa en la casa para
conservar el amor, porque el cotidiano te aplasta, el cotidiano apaga el amor, eso es
lo que yo creo. A mí un hombre en la casa me hace ponerme guapa, te doy mi
palabra de honor.14

Con esta oración que pronunció La Doña en un intercambio de palabras con


Verónica Castro, dio un consejo a las mujeres mexicanas de cómo mantener el amor
del hombre de la casa, siempre estando arreglada para él incluso si no se va a salir,
¿por qué la mujer es la que tiene que hacer este esfuerzo y no su pareja?

12
María Gabriela Villar García y Adriana Luisa Esteve González, “La construcción sociocultural de
la mujer mexicana como presentación”, en Desafíos del diseño social en condiciones de
contingencia, coord. María del Pilar Mora et al. (México: Universidad Autónoma del Estado de
México, 2022), 12-27
13
The Fugitive, dirigido por John Ford (1947; Estados Unidos: Argosy Pictures).
14
María Félix, entrevistada por Verónica Castro, La Tocada, (Televisa, 1996). A partir del minuto
1:15:28 https://www.youtube.com/watch?v=23QbBFJrk-M&ab_channel=RAULMICHEL
14

2.4 La desafortunada prostituta. Análisis de la película “Santa” de 1932

“Santa”15 es una película respectiva al año 1932 la cual fue dirigida por Antonio
Moreno y producida por la Compañía Nacional Productora de Películas.

La película es sobre una muchacha campesina llamada Santa (interpretada


por Lupita Tovar, que nació en el año 1910 y murió en el 2016) que vive junto a su
madre y sus hermanos. Es humilde y se dedica a hacer las tareas del hogar, por
ejemplo, en una escena se le ve yendo por agua a un manantial para el sustento de
su casa.
Un día llega un grupo de soldados (tal vez para hacer alguna labor social en el ejido)
y la “Santita” (como le decían de cariño) se enamora a primera vista de uno de ellos,
a pesar de que su madre le advierte que ese amor podría terminar mal; eso termina
por suceder y Santa es abandonada por el soldado Marcelino, su madre y sus
hermanos, quienes están profundamente decepcionados de ella, la dejan a su
suerte lejos de su comunidad y una señora que se hace llamar Doña Elvira le ofrece
asilo y un trabajo en su burdel.
En el filme el espectador puede percibir el cambio de Santa de una niña inocente a
una vividora. Inclusive un hombre borracho la primera vez que la ve en el prostíbulo
dice: “Menudo nombre de Santa para este infierno.”
Hipólito (interpretado por Carlos Orellana) es el pianista del establecimiento y es
ciego, pero aun así logra enamorarse de la Santa, aunque siempre se le fue negado
su amor. Este personaje es clave en la película, ya que será quien la acompaña en
su terrible desenlace.

A continuación, se mencionarán las principales peculiaridades que se


observaron en esta producción:
 Los hermanos de la protagonista son muy celosos, ellos nunca consentirían
que su hermana tenga novio por ningún motivo. Desde concepciones actuales
podrían clasificarse como misóginos que se toman muy en serio el rol de

15
Santa, dirigido por Antonio Moreno (1932; México: Compañía Nacional Productora de Películas).
15

“protectores” y además la juzgan por ser dueña de su propia vida sexual;


después de correrla de su casa, la buscan para anunciarle la muerte de su
madre, le dicen que vive en una “casa puerca” y la acusan de ser la encargada
de todas sus desgracias, adjuntando las desgracias de sus hermanos.

 Se le da la total responsabilidad a la mujer de cuidarse de los hombres malos,


Santa, al cometer el error de confiar en el soldado, inmediatamente es
señalada de “tonta”. Al igual que el tema de la sexualidad está completamente
mal visto hacia las mujeres, existiendo un doble patrón de moralidad en
cuanto al sexo: para los hombres es flexible y laxo (por eso Marcelino no se
ve en lo absoluto preocupado por mantener relaciones con Santa) y para las
mujeres es rígido y casi inexistente, no pudiendo iniciar su vida sexual antes
del matrimonio y abriendo paso a la idea de que las mujeres no son
merecedoras de sentir placer sexual. En el caso de “Santa”, los pensamientos
extremistas que se proyectan llevan a la protagonista a ser una desdichada
prostituta que hasta el momento de su muerte sufrió al extremo por el simple
hecho de “desflorarse” con un hombre del cual se enamoró.

 Existe un tabú hacia las enfermedades, Santa después de vivir un evento


desagradable se empieza a sentir mal, Doña Elvira lo nota y la corre del burdel
para que vaya a un sanatorio a curarse. No desea que los clientes vean a una
de “sus chicas” (una afirmación de pertenencia, las prostitutas le pertenecen
a Doña Elvira) enfermas.

 Las tomas de cámara que van dirigidas hacia la Santa cuando está enferma
al final de la película son muy alejadas, y, por lo tanto, no se logra empatizar
completamente con ella.

“Santa” como cualquier otra película del Cine de Oro viene junto con una
carga melodramática muy fuerte, buscando casi siempre a la tragedia y que al tener
un valor histórico tan importante como el ser la primera película sonora en México,
16

utiliza la teatralidad como distintivo, por ejemplo, cuando Hipólito le canta a la Santa
con aquel amor que sentía por ella.

El filme está basado en la novela de Federico Gamboa con el mismo


nombre16 y además con la misma temática, una prostituta seductora y pecadora. En
cuanto a la producción de Antonio Moreno, se cambiaron distintos aspectos de la
novela en su adaptación en el séptimo arte para garantizar su entrada al mercado y
“suavizar” parte de su trama con el objetivo de asegurar que fuera bien recibido. El
caso de mayor cambio es en el personaje Hipólito, quien es mencionado en la obra
con unos “horripilantes ojos blanquizcos”, frase que se repite constantemente, sin
embargo, fue readaptado en la película, llevado a ser una figura de amor paciente,
siempre esperando a su amada, y, al final, siendo la imagen de un “héroe trágico”
que ayuda a la mujer en su terrible enfermedad.17

Si hablamos de similitudes en las películas analizadas en este capítulo


podemos encontrar con que ambas mujeres (Santa y Teresa) se transforman de su
estado inicial y cotidiano a personas frías que se supone que ya han vivido lo que
les tocaba vivir y cambian por las experiencias.
Santa por una parte se vuelve fría, seria, seductora en algunos casos, pero se nota
a simple vista que no está satisfecha con su nuevo estilo de vida y que extraña a su
familia (en una escena se le ve pidiendo al pianista que cuando muera la entierre
en el panteón de su pueblo, junto a su mamá); Teresa, por otro lado, también
cambia, pero ella no siente remordimiento alguno por las acciones que está llevando
a cabo, y al final del filme, cuando se arruina así misma por su ambición, pareciera
que fuera un castigo regresar a su antiguo hogar y con sus padres.

¿Diferencias entre las dos? Santa fue obligada a partir de su comunidad


debido a la vergüenza que les provocaba a su madre y a sus hermanos, en pocas

16
Federico Gamboa, Santa. (Barcelona: Araluce, 1903).
17
Christian Wher, Clásicos del cine mexicano. 31 películas emblemáticas desde la Época de Oro
hasta el presente. (Madrid: Iberoamericana, 2016). 42-43
17

palabras decidieron por ella y “determinaron” su desgraciado destino al correrla.


Teresa, nuestra “mujer fatal”, tomó la decisión de jugar con los hombres y de ser
guía de su propia vida, por eso mismo, es esta imagen de mujer con pensamiento
distinto y “masculinizado” que concibió María Félix en “La Mujer sin Alma”, objeto
de estudio en este capítulo.

Como la mayoría de las veces ha sucedido en la historia universal, las


mujeres han sido excluidas de acciones o eventos importantes, siendo hasta
suspendidas sus labores en la configuración de contextos de carácter histórico.
Debido a que se percibió esta problemática y teniendo la noción de que el cine es
una herramienta que se puede afirmar ejerce cierto control en una población
determinada, estos subapartados cuentan con la finalidad de visibilizar a los
personajes femeninos y a las actrices que están detrás de éstos y lo que transmitían.
Este es un ejercicio de investigación que también busca dar a entender al lector que
los roles de género proyectados en los cinemas, más que implantar ideas, sirven
para que una sociedad funcione, en este caso, la mexicana de los años 1930 a
1958.
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Bibliografía:

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Chambacú se querían parecer a María Félix: Cine, cultura popular y
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 Wher, Christian. Clásicos del cine mexicano. 31 películas emblemáticas
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