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El estrés cotidiano en adolescentes

Hola, en este vídeo vamos a tratar de ilustrar cuáles son los cambios que se producen
habitualmente en los adolescentes y cómo estos cambios afectan a su nivel de estrés cotidiano y
este tema es muy importante porque cuando un adolescente se ve enfrentado a un incidente
crítico debemos de entender que suma al nivel de estrés que you tiene habitualmente, lo nuevo
que le acaba de ocurrir, ese incidente crítico que lo desconcierta aún más y lo asusta. Por tanto
entender cuáles son los factores que habitualmente dificultan you de por sí la vida de un
adolescente nos permitirá ajustar la forma de ayudarle cuando se enfrente a una situación difícil y
traumática. Empecemos por definir y diferenciar adolescencia de pubertad. La adolescencia es el
periodo en el que una persona pasa desde la infancia cuando era niño a la edad adulta, dura
aproximadamente unos 10 años y en este tiempo como veremos a continuación el adolescente va
a realizar un montón de ajustes y de cambios que afectarán su vida. La pubertad en cambio se
refiere únicamente al periodo mucho más corto de dos o tres años en el que se produce la
madurez de los órganos sexuales. En nuestro ámbito habitualmente esto ocurre para los niños
entre los 11 y los 14 años y las niñas entre los 10 y los 13. Diferenciados los conceptos vamos a
tratar ahora de entender cuáles son las presiones a las que la vida y nosotros los adultos
sometemos a los adolescentes. En primer lugar está el nivel de exigencia académica, el periodo de
cambios hormonales de la pubertad más todo el proceso que vamos a describir a nivel de cambios
de personalidad coinciden con un momento en que a los estudiantes, a los chicos y chicas que
están en la escuela les empezamos a pedir un mayor rendimiento y sobre todo una mayor
constancia en el rendimiento. Les pedimos que inviertan en un futuro que ellos ven muy incierto y
les vamos diciendo una vez y otra que es importante que sean conscientes de lo crucial de sus
estudios en este momento porque con los estudios en esta etapa decidirán su futuro. Pero estas
variables que para los adultos son tan importantes, no lo son seguro para los adolescentes. En esta
época y debido a los cambios hormonales de crecimiento se producen una serie de cambios en el
cuerpo. Los adolescentes suelen andar de forma desguardada, suelen tener ciertas dificultades de
coordinación de movimiento y eso tiene que ver con que todavía no están como cómodos en su
cuerpo, ha habido un crecimiento rápido, están ocurriendo alteraciones, se les están
desarrollando los órganos sexuales externos y eso hace que sientan como un extraño en el propio
cuerpo. Este hecho que es absolutamente adaptativo y normal en la adolescencia, genera en ellos
problemas de autoestima, que es un tercer estresor. Genera problemas de autoestima porque la
imagen externa para un adolescente es una de las cosas más importantes. Pero los problemas de
autoestima también tienen que ver con todas las presiones y cambios que estamos describiendo,
por lo tanto es de alguna manera un fenómeno que se retroalimenta, una pesadilla que se muerde
la cola como que hay cambios y hay estresores se afecta la autoestima pero como la autoestima es
baja cuesta más enfrentarse con los estresores. En cuarto lugar en esta etapa los adolescentes
definen otra forma de ir por la vida. Si hasta los 12 años o hasta el inicio de la pre adolescencia un
poquito antes los niños y niñas han tratado de hacer lo que los adultos queremos y les hemos
sugerido para tratar de aprender cómo hay que hacer las cosas, ahora deben encontrar formas
propias de conducirse, valores propios, variables propias que regulen su comportamiento. ¿Y
cómo hacen esta descubierta de cómo soy yo, cómo quiero hacer yo las cosas? Bien, la primera
forma es oponerse a lo que les hemos enseñado los adultos significativos que habitualmente
somos los padres, algunos familiares y los profesores. Con la oposición ensayan formas distintas y
miren a donde les llevan, hacia el final de la adolescencia es cuando estos ensayos de oposición los
adolescentes se quedan con una parte de los aprendizajes que les hemos transmitido y descartan
otros, porque en eso precisamente radica su forma de encontrar la propia personalidad, de
construir su propio mundo de valores y su propia forma de conducirse. Pero esta etapa de
oposición suele ser bastante pesada para ambas partes. Socorro, mi hijo está adolescente, dicen
algunos padres y es verdad porque la oposición se ensaya con casi todo y las personas adultas
tenemos la sensación de que hagamos lo que hagamos nuestro hijo o hija adolescente va a
protestar. Este hecho que es evolutivo y adaptativo hemos aclarado que ayuda la construcción de
la personalidad. Pero en el momento en que los adolescentes y los adultos compartamos la
presencia de un hecho traumático, de un incidente crítico nos va a dificultar a ambas partes, es
decir a los jóvenes y los adultos la gestión del mismo. Por eso es importante que usted entienda
que esa oposición es previa a cualquier incidente crítico. Y finalmente es importante que entienda
que en la adolescencia el grupo de iguales es el referente absoluto para los jóvenes. Esto quiere
decir que encontrar la posición en el grupo, tratar de adoptar un rol dentro del mismo son
aspectos absolutamente prioritarios para los adolescentes y en esos procesos de socialización
donde todos los iguales están haciendo el mismo proceso de cambio se producen muchísimas
tensiones, que son importantes porque son muchas y son importantes porque el grupo de iguales
es el referente, es el baremo y el espejo en el que mira la adolescencia. Por lo tanto, no podremos
jamás plantear ningún tipo de intervención con adolescentes sin valorar y sin otorgar un papel a su
grupo de iguales, a sus amigos, a la gente con la que le gusta pasar el tiempo de ocio. Sintetizando,
los adolescentes en situación absolutamente cotidiana deben hacer frente a cinco retos
importantes que le dificultan bastante la gestión del dia a día. En primer lugar debe adaptarse a los
cambios físicos, su cuerpo registra una serie de modificaciones y él debe entenderlas, aceptarlas y
acomodarse a ellas. En segundo lugar empieza a construir la personalidad que va a tener de
adulto, es decir deja detrás lo que se le ha enseñado como niño, los valores y las formas de
comportamiento que hemos moldeado los adultos y explora formas alternativas que acabarán
construyendo su propia personalidad. Para hacer esto y en tercer lugar, se cuestionará todos los
valores, todas las normas y todos los consejos que los adultos, familiares y profesores le hemos
estado dando hasta este momento. Este proceso por un lado genera tensiones y por otro genera
muchísima incertidumbre. Además en cuarto lugar está configurando su identidad en el grupo
como hombre, como mujer, como estudiante, como deportista con todas las diferentes
identidades que después de adulto va a tener, y para hacerlo competir con otros series de su
misma edad que por lo tanto están haciendo el mismo proceso. Y por último tienen que empezar
justo en esta época de tanto cambio y de tanta incertidumbre a pensar en su futuro laboral, quizá
no con una conclusión absoluta pero sí como una dirección, va a querer hacer estudios
universitarios, le gusta más algún trabajo más manual, quiere trabajar en la naturaleza, una serie
de preguntas que además verían mediatizadas por una situación política y económica que todos
los adultos correremos en explicarles que es muy compleja y en la que debe esforzarse. Veamos
ahora qué le ocurre a un adolescente que en medio de esta etapa difícil que acabo de caracterizar,
debe además enfrentarse con un incidente crítico. El incidente crítico lo primero que le muestra es
que en algún momento las personas podemos perder el control sobre nuestra vida. Hasta toparse
con un incidente crítico, el adolescente que se está tratando de acomodar a la edad adulta o está
tratando de crecer, piensa que si se esfuerza, si es disciplinado y más o menos ordenado
probablemente las cosas le irán bien. Pero el incidente crítico le demuestra que aún intentando
hacer las cosas de la mejor manera posible, a veces la vida nos hace un borrón grande y rojo en la
hoja que estamos escribiendo y tenemos que empezar de nuevo. Y eso que you nos cuesta
también a los adultos es muy difícilmente tolerable para los adolescentes. Pero además este
incidente crítico que debe afrontar, lo afrontará en un momento de cambios hormonales, de
forma que you de por sí y por cuestión puramente biológica le costará bastante regular sus propias
emociones. Lo hace en un momento de oposición con los adultos, de forma que cuando vaya a
apoyarse en ellos no siempre las relaciones van a ser fluidas. Algunas veces por los adultos y
muchas por las propias incógnitas que se estaba formulando el adolescente y que ahora le hacen
sentirse raro. ¿Puede todavía refugiarse en los brazos de mamá? O eso you no toca porque you es
muy mayor. Y con eso solo estoy citando una anécdota, pero esta anécdota ilustra la difícil
posición de los adolescentes en este momento, porque se viven como en lucha, como en
cuestionamiento y de hecho es tal con sus adultos. Eso en el momento del incidente complica
bastante que los adultos podamos darles seguridad. Pero no todo es problemático, la adolescencia
es una época de altísima pro socialidad, es decir, cuando un adolescente se enfrenta a un
incidente crítico contará con el apoyo y con la solidaridad de todos sus amigos. Incluso de la
mayoría de compañeros de la escuela que no siendo amigos muy cercanos le van a apoyar. Esta
capacidad de ayudarse, es un amplio protector y menos mal que lo tenemos porque you todo es lo
suficientemente complicado. Es importante aclarar que en algún caso un incidente crítico puede
desencadenar la aparición de un trastorno mental. Pero es importante que usted tenga claro que
si esto ocurre, es exactamente eso, desencadenar. Es decir, estaríamos hablando de que un
adolescente con una vulnerabilidad, con unos antecedentes, con una serie de problemas previos,
enfrentado a un incidente crítico desencadena esa enfermedad mental antes que sino hubiera
tenido el incidente crítico. Pero lo que tenemos que entender perfectamente, es que los
incidentes críticos no generan enfermedades mentales, tampoco en la adolescencia. En todo caso,
las precipitan. En síntesis, como conclusión del retrato de la época adolescente que acabo de
hacer nos tiene que quedar clara una idea principal. Los adolescentes en esta época están pasando
por profundos cambios, estos cambios generan en ellos una percepción de falta de control y en
ocasiones realmente una cierta disminución de su control sobre la propia conducta y sobre todo
sobre la regulación de las emociones. Estos dos factores, los cambios y la falta de control generan
una mayor probabilidad de riesgo. Y esto en situación normal, cotidiana en la adolescencia. Si ante
este panorama los adolescentes tienen que enfrentarse a un incidente crítico, la situación de
vulnerabilidad y de riesgo aumenta y por lo tanto, deberemos extremar todas las medidas de
apoyo y de seguimiento de los adolescentes. Y no solo de ellos, sino que también deberemos
implicar a los adultos y a los iguales en este proceso. Porque lo que acabo de explicar tiene
implicaciones para la familia de los adolescentes. La familia de los adolescentes debe en este
momento aceptar que you no es la única que les va a ayudar y que junto a ellos van a estar como
poco el grupo de iguales de nuestro hijo o de nuestra hija adolescente. Y que esto es bueno y que
debemos tolerarlo. Pero también tiene implicaciones para la escuela, porque sabiendo que el
grupo de iguales tiene un valor protector, de apoyo tan crucial en la adolescencia la escuela, el
instituto debe implicarse en apoyar a un adolescente que está transitando por un incidente crítico,
porque de esta manera genera el marco y las posibilidades que el grupo de iguales ayude a su
compañero. Y por último, tenemos también que tener claro que para que el grupo de iguales
pueda hacer este papel, pueda ayudar y a ser solidario necesita que lo tengamos en cuenta, que le
demos información, que le demos pautas de lo que puede hacer para el compañero o los
compañeros afectados y sobre todo necesita que lo valoremos, que lo valoremos como un
integrante más del proceso de acompañamiento de los adolescentes.

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