El síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C),
temporalmente asociado con la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), también conocido como síndrome inflamatorio multisistémica pediátrico, es una nueva condición hiperinflamatoria secundaria a la infección por el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2) y comparte características con la enfermedad de Kawasaki, el síndrome de shock tóxico y el MIS-C se describió por primera vez en abril de 2020 en el Reino Unido, seguido de informes de casos en otros países (1, 2).
La definición de caso clínico de MIS-C varía ligeramente entre
las diferentes agencias de salud (2-5). Las características clínicas incluyen fiebre, síntomas gastrointestinales, inyección conjuntival, erupción cutánea y marcadores inflamatorios elevados. Las complicaciones potenciales incluyen shock, insuficiencia multiorgánica y afectación miocárdica y de las arterias coronarias similares a las observadas en la enfermedad de Kawasaki (6-8). Muchos pacientes con MIS-C tienen evidencia de infección por SARS-CoV-2 varias semanas antes del inicio de la enfermedad (9-1-2011). La incidencia estimada de MIS-C es de 3-5 por cada 10.000 entre los individuos menores de 21 años que están infectados con SARS-CoV2. Los estudios en países étnicamente diversos informaron de una mayor incidencia de MIS-C en individuos hispanos y afrodescendientes, haciendo hincapié en la necesidad de caracterizar el espectro clínico de MIS-C en poblaciones específicas (12).
Varios informes han sugerido la existencia de diferentes fenotipos
de MIS-C, incluyendo el similar a la enfermedad de Kawasaki (KDL)-MIS-C, el similar al síndrome de shock tóxico (TSSL)- MIS-C, así como el MIS-C inespecífico con afectación respiratoria predominantemente aguda (NS-MIS-C). Diferenciar MIS-C de la COVID-19 aguda y otras afecciones hiperinflamatorias puede ser un desafío para los proveedores de atención médica. El enfoque de tratamiento de MIS-C incluye inmunoglobulina intravenosa (IVIG), glucocorticoides sistémicos y agentes biológicos antiinflamatorios; la eficacia de estos tratamientos se basa en el diagnóstico oportuno de MIS-C.
A pesar de su baja prevalencia, el MIS-C es una condición grave
que pone en peligro la vida. Por lo tanto, este estudio tuvo como objetivo examinar las características clínicas y los resultados de KDL-MIS-C, TSSL-MIS-C y NS-MIS-C entre pacientes con MIS-C en ocho centros pediátricos de atención terciaria en México. También realizamos análisis exploratorios para identificar anomalías de las arterias coronarias y factores relacionados con la muerte. 2. Materiales y métodos
2.1. Diseño del estudio
Este fue un estudio de cohorte multicéntrico, retrospectivo y
observacional que incluyó a pacientes diagnosticados con MIS-C en uno de los ocho centros de atención terciaria pediátrica participantes en México. Cuatro centros estaban ubicados en la Ciudad de México: el Hospital Infantil Federico Gómez de México, el Instituto Nacional de Pediatría, el Hospital de Pediatría del Centro Médico Siglo XXI y. El Hospital Civil de Guadalajara estaba ubicado en Guadalajara, Jalisco; el Hospital Infantil Villa Hermosa estaba ubicado en Villa Hermosa, Tabasco, y un investigador recopiló datos sobre casos del estado de Tamaulipas.
El estudio fue aprobado por la Junta de Revisión Institucional del
Hospital Infantil Federico Gómez de México (aprobación no. HIM-2022-015) y la junta local de revisión de ética de los centros participantes restantes. Los casos probables de MIS-C se identificaron mediante la revisión de los registros médicos de los pacientes ingresados en la sala de emergencias, la unidad de cuidados intensivos (UCI) o la sala del hospital general por COVID-19. Los archivos de los pacientes se evaluaron para determinar si cumplían con la definición de caso MIS-C de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Gráfico 1) (2).
Los investigadores locales de los centros participantes recopilaron
datos de los registros médicos utilizando el software REDCap (Research Electronic Data Capture) alojado en el Hospital Infantil Federico Gómez México. Los identificadores personales se mantuvieron confidenciales en los centros participantes y no se registraron en la base de datos general. Los datos se recuperaron de REDCap, las inconsistencias y los datos que faltaban se corrigieron a través de la comunicación directa con los investigadores locales, las unidades de medida se unificaron y las variables se convirtieron según fuera necesario.
El peor valor medido en los primeros tres días de hospitalización
se obtuvo para los parámetros de laboratorio con más de una medición. Las medidas de soporte vital (apoyo respiratorio y utilización de vasopresores) y el uso de IVIG, glucocorticoides sistémicos y terapia anticoagulante se documentaron como intervenciones terapéuticas primarias. Los resultados de interés fueron la admisión, la duración de la estancia en la UCI y la hospitalización, la necesidad de ventilación mecánica invasiva, el soporte vasopresor, la depresión miocárdica (fracción de eyección del ventrículo izquierdo <55 % Aneurisma coronario (diámetro de la arteria coronaria z-score ≥2,5) y dilatación de la arteria coronaria (diámetro de la puntuación z >2 a <2,5) en la evaluación ecocardiográfica realizada durante la hospitalización y la mortalidad hospitalaria. En el presente estudio, la afectación respiratoria grave se definió como la presencia de infiltrados en la radiografía de tórax o la tomografía computarizada, además de la necesidad de terapia de oxígeno a una concentración del 80 % o superior o ventilación a presión positiva. Además, los "síntomas gastrointestinales" se definieron como la presencia de al menos uno de los siguientes: dolor abdominal, diarrea y emesis. Las condiciones subyacentes graves incluyeron cáncer y otros estados inmunosupresores, discapacidad neuromuscular, enfermedades respiratorias crónicas, excepto asma, trastornos cardíacos congénitos e insuficiencia renal crónica.
Los centros involucrados tenían diferentes capacidades para
realizar ecocardiogramas. Cuando se realizaron, los ecocardiogramas fueron realizados por un cardiólogo capacitado que realizó una evaluación exhaustiva del corazón, incluido el diámetro de las arterias coronarias, o por personal de emergencia, donde el objetivo principal era la medición de la función ventricular para fines orientados al soporte vital. 2.2. 2.2. Análisis estadístico
Los análisis descriptivos se llevaron a cabo utilizando STATA
v.14.0 (StataCorp, Houston, TX, EE. UU.). Las variables categóricas se informaron como frecuencias, y las variables continuas se informaron como medianas con rangos intercuartílicos.
En el presente estudio, utilizamos el análisis de clase latente
(LCA) para clasificar a 239 pacientes en los grupos TSSL-PIMS, KDL-PIMS y U-PIM, congruentes con los fenotipos identificados en estudios anteriores (13-15). LCA es un algoritmo de modelado probabilístico que permite agrupar casos al asociar variables categóricas de indicadores. El LCA de tres clases se llevó a cabo utilizando el paquete de software R "poLCA" con 100 iteraciones para identificar los clústeres. El ajuste de cada modelo se evaluó utilizando la puntuación del criterio de información bayesiana. Las variables indicadoras utilizadas en el modelo final de LCA fueron las 20 características de la enfermedad de Kawasaki, KDL- MIS-C, NS-MIS- C-TS y TSSL-MIS-C (Tabla 1 y Tabla Suplementaria S1).
La heterogeneidad potencial entre los centros participantes se
abordó determinando los intervalos de confianza (IC) del 95 % de las frecuencias de los resultados medidos utilizando el metaanálisis de efectos aleatorios. Las relaciones de probabilidades (OR) con IC del 95 % de datos agrupados se calcularon utilizando un ajuste de error estándar robusto agrupado. Los OR ajustados para los centros participantes se calcularon utilizando regresión logística de efectos mixtos de varios niveles.
3. Resultados
De los 264 pacientes identificados, 6, 11 y 8 fueron excluidos
debido a registros duplicados, falta de evidencia de participación en varios órganos y falta de evidencia de infección previa por SARS-CoV-2 o contacto epidemiológico confirmado, respectivamente. Las tablas 1, 2 resumen las características clínicas y los resultados de los 239 pacientes restantes incluidos en el análisis final. LCA indicó que 61 (26%), 70 (29%), y 108 (45%) de los pacientes exhibieron los perfiles clínicos de TSSL- MIS-C, KDL-MIS-C y NS-MIS-C, respectivamente (Tabla 1). La mediana de edad fue más alta en el grupo TSSL-MIS-C que en la cohorte general (11 [IQR: 7.1–14.4] frente a 7,8 [IQR: 2.6–13.2] años). La duración de los síntomas clínicos antes del diagnóstico fue significativamente más corta en el grupo KDL-MIS-C que en los otros dos grupos clínicos (p < 0,001). Además, la frecuencia de positividad virológica para la infección aguda por SARS-CoV- 2 fue menor ( p < 0,001) y la frecuencia de positividad serológica tendía a ser mayor (p = 0,08) en el grupo KDL-MIS-C que en los otros dos grupos clínicos. Solo cuatro (5,7%) niños en el grupo KDL-MIS-C tenían una condición subyacente grave, mientras que estaba presente en 15 (24,6%) y 22 (20,4%) de los TSSL-MIS-C y NS-MIS-C, respectivamente. Los niveles de marcadores inflamatorios plasmáticos fueron más altos en el grupo TSSL- MIS-C en comparación con los otros dos grupos clínicos.
La Tabla 2 describe los tratamientos y los resultados en la
población total del estudio y los tres grupos clínicos. IVIG y glucocorticoides sistémicos se administraron en 172 (42%) y 187 (78,2%) de los pacientes, respectivamente; ambos tratamientos se administraron con más frecuencia (93% y 91%) a pacientes del grupo KDL-MIS-C. La terapia anticoagulante se prescribió en 99 (41,4%) de toda la cohorte y se administró con más frecuencia (60 %) en el grupo TSSL-MIS-C. Se requirió la suplementación con oxígeno y el soporte vasopresor en 143 (59%) y 92 (39%) de toda la cohorte, respectivamente.
Se realizó un ecocardiograma en 194 casos, de los cuales 159
reportaron valores de diámetros de arterias coronarias. La fracción de eyección del ventrículo izquierdo fue inferior al 55% en 61/195 (31%) de los pacientes, y se observaron dilatación de la arteria coronaria y aneurisma en 9/159 (5,7%) y 21/159 (13,2%), respectivamente. La mediana de la estancia hospitalaria de toda la cohorte fue de ocho días (IQR: 5-13), y alrededor de la mitad (54,4 %) de los pacientes fueron ingresados en la UCI. Hubo 13 muertes en el hospital (5,4%), incluidos ocho pacientes con afecciones subyacentes graves y dos por causas no relacionadas con la infección por SARS-COV-2. La mayoría de las muertes (69 %) ocurrieron en el grupo TSSL-MIS-C, mientras que ninguna ocurrió en el grupo KDL-MIS-C.
Se observó con frecuencia disfunción hematológica, neurológica,
gastrointestinal, mucocutánea y renal, con variabilidad de frecuencia entre los grupos clínicos. El tiempo prolongado de coagulación basado en la relación normalizada internacional, el bajo recuento de plaquetas, los síntomas gastrointestinales y la lesión renal aguda fueron más frecuentes en el grupo TSSL-MIS- C (61%, 67%, 90% y 33% de los pacientes, respectivamente) que en los otros grupos clínicos.
El aneurisma o dilatación coronaria se produjo en 27 (11,3%)
pacientes (2). Después del ajuste por el efecto del grupo, la duración de los síntomas >10 días antes del ingreso en el hospital fue el único factor significativamente asociado con anomalías de las arterias coronarias (OR: 1,6, IC del 95%: 1,2-2,0) (Tabla 3).
Hubo trece muertes; ocho de ellas tenían una condición
subyacente grave. Tres casos con un desenlace fatal fueron con quimioterapia antineoplásica, un caso con medulloblastoma con cuidados paliativos y un receptor de trasplante de riñón tuvo un diagnóstico de sepsis con una posible infección respiratoria. Además, uno de los pacientes con cáncer con un tumor de células germinales desarrolló una trombosis venosa profunda. Un caso con granulomatosa crónica Enfermedades, un paciente con síndrome de Down y un caso con una discapacidad neuromuscular grave tuvieron diagnósticos de neumonía al ingreso. De los cinco casos previamente sanos, uno se presentó como síndrome nefrótico y miocarditis, y otro recibió el diagnóstico de síndrome hepatorenal al ingreso. Los tres casos restantes presentaron síndrome de dificultad respiratoria grave, insuficiencia cardíaca y coagulopatía.
Los factores de riesgo para la muerte fueron la edad ≥10 años
(OR: 5,6, IC del 95%: 1,4-2,04), la presencia de al menos una afección subyacente (OR: 5,3, IC del 95%: 1,5-18,4), afección subyacente grave como cáncer (OR: 9,3, IC del 95%: 2,8-3,0), recuento de plaquetas <1 La población de pacientes no era homogénea entre los ocho centros participantes. La heterogeneidad fue alta para casi todas las frecuencias calculadas de tratamiento y resultados, e I2, una medida de heterogeneidad, fue del 50 % para la mayoría de los factores. En consecuencia, las medidas de asociación se ajustaron para el efecto central. Se demostró un efecto de grupo significativo del centro de informes
Para cada factor evaluado en las Tablas 3, 4. Los datos
desagregados recopilados de los cinco centros con más casos incluidos se presentan en las Tablas Suplementarias S1, S2.
4. Debate
MIS-C, una presentación clínica recientemente caracterizada
secundaria a la infección por SARS-CoV-2, está estrechamente asociada con la enfermedad de Kawasaki y el síndrome de shock tóxico. En el presente estudio, nuestro objetivo fue resumir las características clínicas y los resultados de los pacientes con MIS- C tratados en ocho centros de atención terciaria pediátrica en todo México. Nuestros análisis revelan que nuestro estudio comparte varias similitudes con las reportadas anteriormente, aunque exhibe algunas diferencias, lo que pone de relieve la alta heterogeneidad en la presentación de la enfermedad y los resultados entre los centros participantes.
Es relevante y esencial examinar las características clínicas, el
manejo de la enfermedad y los resultados de MIS-C debido a las consecuencias potencialmente graves, como la muerte (16-18), el daño a las arterias coronarias y el costo de los recursos de atención médica.. Necesario para su gestión. La tasa de mortalidad de la cohorte actual fue del 4,6 %, que mostró una alta heterogeneidad en todos los centros, que oscilaba entre el 0 % y el 13,5 %. Del mismo modo, la tasa de anomalías de las arterias coronarias, que fue del 18,9 % en la cohorte general, osqueó entre el 0 % y el 56,3 % en todos los centros participantes. Las revisiones sistemáticas publicadas estiman la mortalidad y una tasa de anomalías de las arterias coronarias que oscila entre el 0 % y el 4 % y entre el 1,6 % y el 21,7 %, respectivamente, en pacientes con MIS-C, según las revisiones sistemáticas (14, 19- 22). En el presente estudio, se observaron anomalías de las arterias coronarias en los tres grupos clínicos, sin diferencias significativas en la frecuencia.
Entre los factores que podrían explicar la alta heterogeneidad en
los resultados entre los centros incluidos en nuestro estudio y las series de casos publicadas anteriormente se encuentran (i) un amplio espectro de presentación clínica en presencia de criterios de diagnóstico relativamente inespecíficos que se utilizan actualmente para MIS-C, (ii) variaciones en el origen étnico y la prevalencia de las condiciones de comorbilidad, y (
Se han intentado clasificar los casos de acuerdo con sus
características clínicas predominantes para abordar la falta de criterios de diagnóstico específicos y, por lo tanto, la heterogeneidad del fenotipo. En la En el presente estudio, utilizamos LCA para clasificar a 239 pacientes en los grupos TSSL-MIS-C, KDL-MIS-C y U-PIM, congruentes con los fenotipos identificados en estudios anteriores (13-15) En el presente estudio, la edad del paciente difirió entre los grupos clínicos; además, la frecuencia de positividad virológica fue menor, y La frecuencia de positividad serológica fue mayor en el grupo KDL-MIS-C que en los otros dos grupos clínicos, lo que sugiere diferentes mecanismos patológicos subyacentes en juego. Se ha demostrado que múltiples mecanismos patológicos están alterados en MIS-C, incluida la posible participación de superantígenos y autoanticuerpos (23). Los niveles de marcadores inflamatorios plasmáticos fueron más altos en el grupo TSSL- MIS-C. Además, la tasa de medidas de soporte vital y la tasa de mortalidad fueron más altas en este grupo. La vaguedad de los criterios clínicos actuales para MIS-C podría ser parcialmente responsable de la amplia variación en la tasa de estos tres fenotipos clínicos reportados por cada centro, lo que sugiere una falta de claridad entre los médicos sobre el umbral de manifestaciones clínicas que finalmente conduce al diagnóstico de MIS-C (Tabla complementaria S1).
Las condiciones médicas demográficas y preexistentes de los
pacientes en diferentes series publicadas y grupos clínicos varían ampliamente, lo que probablemente representa parte de la heterogeneidad observada en los resultados.
En el presente estudio, el 34,7 % de la cohorte tenía condiciones
subyacentes, que fueron más altas que las reportadas por Radia et al. y Antúnez et al. (24). En la cohorte actual, las condiciones subyacentes graves estuvieron presentes en el 57,5 % de los pacientes, que variaron entre el 3,6 % y el 23,1 % en los centros participantes. Además, la frecuencia de pacientes con cáncer/trastornos inmunosupresores o afecciones neuromusculares fue de cuatro a diez veces. Por el contrario, la frecuencia observada de obesidad (15,9%) no fue tan alta como la reportada en otros estudios (25). En particular, 9 de las 13 muertes en la cohorte actual tenían una afección subyacente grave, y la mortalidad fue más alta en el centro, con la tasa más alta de pacientes con afecciones subyacentes graves y la mayor proporción de pacientes con TSSL-MIS-C. Estos hallazgos sugieren que la alta tasa de condiciones subyacentes graves podría explicar la mortalidad relativamente alta observada en la cohorte actual.
Aunque los centros incluidos en el presente estudio son hospitales
de referencia de atención terciaria, pertenecen a diferentes sistemas de atención médica con diferentes protocolos para la prestación de servicios y diferentes recursos para el manejo de los pacientes durante la pandemia de COVID-19; la diferencia en las frecuencias de utilización de IVIG (del 45 % al 94 %) podría ser un reflejo de este aspecto. Además, hay evidencia de una asociación entre el retraso en el acceso a los servicios de salud y los peores resultados, lo que podría explicar las diferencias en el riesgo de malos resultados en diferentes ubicaciones geográficas (11). Cabe destacar que el único factor que se asoció significativamente con el desarrollo de anomalías de las arterias coronarias después del ajuste por el efecto central fue un retraso de ≥10 días en el ingreso hospitalario después del inicio de los síntomas, un factor probablemente influenciado por factores socioeconómicos y geográficos.
Los factores asociados con la mortalidad fueron la edad ≥10 años,
la afección subyacente grave, la trombocitopenia, la hiperferritinemia y el fenotipo del síndrome de shock tóxico. Un estudio en una cohorte más grande podría revelar una asociación con otros factores, como el uso de IVIG y la coagulopatía. Abrams et al. informaron que la edad avanzada, la etnia negra no hispana, el inicio de la enfermedad antes del 1 de junio de 2020 y los altos niveles de dímero D sérico, troponina, péptido natriurético auricular, proteína C reactiva (CRP), ferritina e interleucina-6 se asociaron con el ingreso en la UCI en pacientes con Los autores también informaron de dolor abdominal y dificultad para respirar como Hallazgos clínicos en el ingreso hospitalario que predicen el ingreso posterior en la UCI (26).
Según la mayoría de las revisiones sistemáticas, la miocarditis es
la complicación más frecuente observada en pacientes con MIS- C; sin embargo, no se examinó en el presente estudio debido a la falta de una definición estandarizada entre los centros participantes. Sin embargo, la fracción de eyección del ventrículo izquierdo, que estaba por debajo del 55 % en el 31 % de la cohorte, podría considerarse un indicador de este resultado. Además, no evaluamos el estado socioeconómico, el origen étnico y los niveles de dímero D, troponina-B, péptido natriurético o interleucina-6, que se evaluaron en estudios anteriores.
Nuestro estudio tiene varias limitaciones. Uno de ellos está
relacionado con la heterogeneidad de los centros participantes, la fiabilidad variable de los datos capturados en los diferentes centros y la alta frecuencia de datos faltantes para algunas variables. Además, los resultados cardiológicos se limitan a una sola medición hospitalaria con falta de seguimiento. Además, la recopilación de datos se inició meses antes de la publicación de los criterios actualizados de definición de casos para el síndrome inflamatorio multisistémico en niños asociados con la infección por SARS-CoV-2 (5). Con los criterios actualizados, 32 casos no se habrían incluido en el análisis final. De estos, 19 observaciones no habrían cumplido con los criterios relativos a la participación de dos o más sistemas después de la eliminación de los criterios respiratorios, renales y neurológicos, y la modificación de los criterios del sistema hematológico. Trece casos que tenían dos o más sistemas involucrados de acuerdo con los nuevos criterios tenían una PCR < 3,0 mg/dl y, por lo tanto, no se habrían incluido; sin embargo, estos 13 casos tenían elevación de al menos otro marcador de inflamación de acuerdo con las definiciones dadas en el Gráfico 1.
En conclusión, la muerte fue un resultado poco frecuente en
pacientes con MIS-C, que ocurrió principalmente en pacientes mayores con afecciones subyacentes graves, mientras que los aneurismas coronarios se asociaron principalmente con el retraso del tratamiento. La extrapolación de la frecuencia de los resultados observados a la población general podría no ser válida debido a la alta frecuencia de condiciones comórbidas y a la heterogeneidad de los centros participantes. La asociación causal de los factores de riesgo con los resultados adversos debe analizarse más a fondo en estudios longitudinales con suficiente poder estadístico para ajustar los múltiples factores de confusión encontrados en la presente cohorte.
Marcadores de infecciones transmisibles vía transfusional: El caso del banco de sangre de la Escuela de Microbiología de la Universidad de Antioquia, 2015-2016