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1
Medicina Respiratoria. Hospital Universitario de Guadalajara, Guadalajara
2
Departamento de Medicina y Especialidades Médicas. Universidad de Alcalá, Madrid
3
Medicina Respiratoria. Hospital Universitario Ramón y Cajal, Madrid
4
Savana Medica
5
Medicina Respiratoria. Hospital Universitario de La Princesa, Madrid
6
Universidad Autónoma de Madrid. Madrid
7 Centro de
Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (CIBERES).
Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Madrid
8
Alergia. Hospital Universitario de Guadalajara, Guadalajara
Todo en España
Resultados: De los 71.182 pacientes con asma, 1.006 (1,41%) padecían COVID-19. En
comparación con los asmáticos sin COVID-19, los pacientes con asma y COVID-19 eran
significativamente mayores (55 frente a 42 años), predominaban las mujeres (66 frente a
59%), fumaban con más frecuencia y tenían mayor prevalencia de hipertensión,
dislipidemias, diabetes y obesidad. Los factores relacionados con la alergia, como la rinitis
y el eczema, fueron menos frecuentes en los pacientes asmáticos con COVID-19 (p <
0,001). También se observó una mayor prevalencia de estas comorbilidades en los
pacientes con COVID-19 que requirieron ingreso hospitalario. El uso de corticoides
inhalados (CSI) fue menor en los pacientes que requirieron hospitalización debido a la
COVID-19, en comparación con los pacientes no hospitalizados (48,3% frente a 61,5%;
OR: 0,58: IC del 95%: 0,44 - 0,77). Aunque los pacientes tratados con biológicos (n = 865;
1,21%) mostraron una mayor gravedad y más comorbilidades a nivel de ORL, las
hospitalizaciones relacionadas con la COVID-19 en estos pacientes fueron relativamente
bajas (0,23%).
Conclusiones: Los pacientes con asma y COVID-19 eran de mayor edad y con mayor
riesgo debido a factores relacionados con la comorbilidad. Los CSI y los biológicos son
generalmente seguros y pueden estar asociados a un efecto protector contra la infección
grave por COVID-19.
INTRODUCCIÓN
El asma sigue siendo un gran reto mundial para la salud pública. Afecta a unos 272
millones de personas de todas las edades (el 4,5% de los adultos de 18 a 50 años) y es
uno de los trastornos crónicos más comunes en todo el mundo (1,2). En Estados Unidos,
se calcula que hasta 12 millones de personas sufren una exacerbación aguda del asma
cada año; una cuarta parte de ellas requiere hospitalización (3). En Europa, el asma
el decimocuarto lugar en cuanto
ocupa a duración y discapacidad asociada y supone un coste
estimado de 25.000 millones de euros al año (4). Aunque el 5% de los adultos y el 10% de
los niños tienen asma en España, se calcula que hasta el 50% de los pacientes
permanecen sin diagnosticar. De hecho, el 8,6% de los adultos (entre 18 y 70 años) y el
14% de los niños presentan síntomas relacionados con el asma, siendo la disnea y la tos
los más frecuentes (4,5). Lo más importante es que entre el 60% y el 70% de los
pacientes con asma en España no están adecuadamente controlados (6,7). Esto es crítico
ya que los pacientes con asma no controlada pueden generar diez veces más costes
directos e indirectos que los pacientes controlados (1), y tanto las infecciones virales
como las exacerbaciones inducidas por virus (por ejemplo, rinovirus) influyen en el control
del asma (8).
La gravedad del asma y el control del asma son dos ámbitos distintos pero
interrelacionados en todos los pacientes. El empeoramiento de los síntomas y las
exacerbaciones del asma se asocian a variables relacionadas con el tratamiento (por
ejemplo, tratamiento inadecuado, falta de adherencia, sobretratamiento, efectos
secundarios, etc.) o con la presencia de factores de riesgo subyacentes (6, 7, 9), sobre
todo una infección respiratoria viral. Las exacerbaciones del asma causadas por
infecciones respiratorias u otras afecciones repercuten negativamente en el estado de
salud del paciente y conducen a un peor pronóstico (10).
Utilizando la información clínica capturada en las HCE de los pacientes con asma y
COVID- 19, aquí nos propusimos a) describir la frecuencia y las características clínicas de
estos pacientes y b) comprender el impacto clínico de COVID-19 en el curso clínico de los
pacientes con asma. Para lograr los objetivos del estudio, utilizamos análisis de big data e
inteligencia artificial (IA) a través de la plataforma clínica SAVANA Manager® (18-19).
MÉTODOS
Se exploraron los datos clínicos de un total de 2.034.921 pacientes con HCE disponible
en la región de Castilla La-Mancha (España). Se recopilaron datos de todos los servicios
disponibles, incluidos los departamentos de hospitalización y ambulatorios, las urgencias
y la atención primaria.
registros clínicos (es decir, big data). El proceso de extracción de datos tiene cuatro fases
distintas destinadas a transferir y agregar los datos a la base de datos del estudio, a saber
a) Adquisición: la adquisición de datos es responsabilidad del centro participante, en
estrecha colaboración con el personal de Tecnología de la Información de SAVANA. En
cumplimiento del GDPR de la UE, los datos fueron anonimizados y transferidos a
SAVANA durante esta fase; b) Integración: En esta fase, los datos se integraron en la
base de datos; c) Procesamiento NLP: La tecnología EHRead® de SAVANA aplicó
técnicas de PLN para analizar y extraer la información de texto libre no estructurada
escrita en grandes cantidades de HCE. El resultado de la PNL es una base de datos
sintética de pacientes, ya que el software crea una base de datos de pacientes desde
cero. Este proceso garantiza que esta información sea inaccesible y hace imposible la
trazabilidad hasta los pacientes individuales; y d) Validación, que consiste en una
validación médica del resultado de la herramienta por parte de médicos e investigadores.
Todos los análisis estadísticos se realizaron con el programa informático SPSS (V25.0). A
menos que se indique lo contrario, las variables cualitativas se expresan como
frecuencias absolutas y porcentajes, mientras que las variables cuantitativas se expresan
como medias y desviaciones estándar. Para la evaluación de la significación estadística
de las variables numéricas, se utilizaron las pruebas T de Student para muestras
independientes
o ANOVA. Para medir la distribución relativa de los pacientes asignados a las diferentes
categorías de variables cualitativas, se utilizaron pruebas de Chi2. En todos los casos, el
valor de p para la significación estadística se fijó en 0,05.
RESULTADOS
La edad de los pacientes (media ± DE) era de 42 + 20 años; el 59% de los pacientes eran
mujeres. En total, 1.006 (1,41%) pacientes con asma también fueron diagnosticados con
COVID-19. EHRead identificó la COVID-19 con una Precisión de 0,99, un Recall de 0,75 y
un F-Score de 0,93; de nuevo, estos resultados indican que dentro de nuestra población
con asma, los casos de COVID-19 fueron identificados con precisión. El diagnóstico de
COVID-19 se confirmó mediante PCR en el 61% de los pacientes (n = 611); en el resto de
los casos, y teniendo en cuenta el contexto epidemiológico de la pandemia en la zona de
estudio entre marzo y mayo de 2020, el diagnóstico se basó en pruebas serológicas
rápidas o en la evaluación clínica, radiológica y/o analítica, Cabe destacar que el
porcentaje (IC 95%) de pacientes diagnosticados de COVID-19 en la población de
pacientes con asma (1.41%; 1,33 - 1,50) fue significativamente mayor que en la población
general de Castilla La-Mancha (España) (0,86%; 0,85 - 0,87), P <0,001.
Los pacientes con asma que también tenían un diagnóstico de COVID-19 eran de mayor
edad, predominantemente mujeres, y tenían mayores tasas de prevalencia de
hipertensión, dislipidemia, diabetes, obesidad y hábito de fumar que los individuos
asmáticos sin COVID-19 (todas las p <0,05). Por el contrario, los factores relacionados
con la atopía, como la rinitis o el eczema, eran significativamente más frecuentes en los
pacientes sin
La proporción de pacientes con asma que utilizaban corticoides inhalados (CSI) fue
significativamente menor en los individuos que requerían ingreso hospitalario (48,3%
frente a 61,5%), con una OR (IC del 95%) de 0,58 (0,44 - 0,77). El diagnóstico más
frecuente en los pacientes hospitalizados fue la neumonía (91% de los pacientes; n =
239), con gran variabilidad de expresión radiológica. En el 9% (n = 24) de los pacientes se
encontraron diferentes diagnósticos asociados a insuficiencia respiratoria pero con
radiología pulmonar normal (datos no mostrados).
En comparación con la información de los pacientes con asma disponible desde enero de
1 de 10 de
2019, los datos recogidos durante el periodo de estudio (del enero al mayo de
2020) muestran que la COVID-19 aumentó significativamente la mortalidad
intrahospitalaria en esta población (0,54% frente a 2,29%), con una OR asociada (IC 95%)
de 4,35 (2,84 - 6,66). Para ambos periodos, la mortalidad intrahospitalaria afectó
principalmente a pacientes de edad avanzada, con una edad media (±SD) de 76 (±12)
años en los pacientes tanto con asma como con COVID-19, y de 78 (±17) en los
pacientes sin COVID-19 con asma, P <0,001); la mayoría de estos pacientes eran
mujeres en ambos periodos de estudio (61% y 71%, respectivamente, y tenían
comorbilidades previamente diagnosticadas (Tabla 4). Por otro lado, la distribución de la
edad (media ± DE) de los pacientes sin asma que fallecieron por COVID-19 fue de 79 ±
11 años, y el 63% (n = 296) de ellos eran varones.
DISCUSIÓN
Para arrojar luz sobre esta cuestión, hemos aplicado la analítica de big data y la IA para
analizar la información clínica de una gran cohorte de pacientes con asma y COVID-19.
Las aplicaciones de big data en la atención sanitaria (concretamente el uso de nuevas
tecnologías para gestionar y extraer los complejos datos generados en grandes
volúmenes de HCE) es una realidad ineludible (26). Lo más importante es que la mayor
parte de la información contenida en las HCE se encuentra en forma no estructurada (por
ejemplo, como narraciones de texto libre o notas clínicas). El uso de la analítica de big
data y los métodos de vanguardia en el ámbito de la IA (es decir, PNL, aprendizaje
automático) permiten ahora la extracción y el análisis de esta valiosa información en
tiempo real. El uso de software en el presente estudio permite la evaluación rápida de la
Nuestros resultados coinciden con los de una serie clínica recientemente comunicada de
220 pacientes asmáticos con COVID-19 en Chicago y los suburbios circundantes de
Illinois, en la que el asma no se asoció a un mayor riesgo de hospitalización tras ajustar
por edad, sexo, género y comorbilidades (RR de 0,96 [IC 95%: 0,77-1,19]) (34). Sin
embargo, el uso de CSI se asoció a un aumento no estadísticamente significativo del
riesgo de hospitalización (RR de 1,39 [IC del 95%: 0,90-2,15]); en el mismo informe, sin
embargo, la interpretación de los efectos del uso combinado de CSI y agonistas beta de
acción prolongada (ABAP) y los niveles de atención en estos pacientes no fue sencilla.
Estos resultados justifican la realización de nuevas investigaciones en pacientes con
asma y en otras poblaciones clínicas.
Fortalezas y limitaciones
Los puntos fuertes del presente estudio son la inmediatez, el gran tamaño de la muestra y
el acceso a pruebas del mundo real. Además, nuestros resultados deben interpretarse a
la luz de las siguientes limitaciones. En primer lugar, la principal limitación de este tipo de
estudios es quizás la falta de información documentada. En Castilla-La Mancha, la
digitalización de las historias clínicas es óptima desde 2011. No sólo
el sistema de HCE es homogéneo en toda la región, pero su uso es universal desde hace
cinco años. En segundo lugar, a diferencia de los métodos de investigación clásicos, la
reproducibilidad no suele tenerse en cuenta en los estudios de big data, ya que estos
últimos implican grandes cantidades de información recogida de toda la población
objetivo. Debido a que analizamos exclusivamente los datos capturados en las HCE, la
calidad de los resultados reportados para algunas variables está directamente ligada a la
calidad de los registros clínicos; en muchos casos, las HCE pueden estar parcialmente
incompletas y no capturar toda la información clínica relevante de un determinado
paciente. En tercer lugar, dado que este estudio no se diseñó para recoger variables de
forma estricta y a priori, hubo algunas variables que no se documentaron adecuadamente
y, por tanto, no se analizaron. En cuarto lugar, el subanálisis presentado en la Tabla 3 se
basa en la experiencia de sólo 20 pacientes con COVID-19 y asma, y en tratamiento con
biológicos. Por lo tanto, estos resultados deben interpretarse teniendo en cuenta la
limitada potencia estadística. Además, los resultados más positivos registrados en estos
pacientes pueden deberse en parte a una evitación más consistente de los peligros
externos y al cumplimiento tanto de su tratamiento del asma como de las intervenciones
de protección (es decir, mascarillas, distanciamiento social e higiene de las manos). Por
último, la muestra de nuestro estudio comprendía casos de COVID-19 confirmados tanto
por pruebas de PCR/serológicas como por criterios clínicos (es decir, sintomatología,
imágenes y resultados de laboratorio). Cabe destacar que la PCR y otras pruebas de
laboratorio rápidas para la detección del SARS-CoV-2 no se utilizaban de forma rutinaria
en España durante el inicio de la pandemia. La decisión de incluir los casos de COVID-19
diagnosticados clínicamente se ve respaldada por datos recientes que cuestionan la
validez clínica y la sensibilidad de la identificación de pacientes con COVID-19 basada en
los síntomas y las imágenes, especialmente en las primeras fases de la enfermedad (37-
39).
Conclusión:
FIGURAS
FIGURA 1. Diagrama de flujo de pacientes. Diagrama de flujo que representa el número
total (%) de pacientes con HCE disponible, el número de pacientes con asma, el número
de pacientes diagnosticados con COVID-19 y, de ellos, el número de hospitalizaciones
1 de 2020-10 de
tras el diagnóstico durante el periodo de estudio ( enero de mayo de 2020).
Todos los valores porcentuales se calculan en relación con el nivel inmediatamente
superior.