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PROPENSIÓN A LOS ACCIDENTES El concepto de "propensión a los

accidentes" data de 1919 y hasta nuestros días ha sido objeto de


amplias controversias. El análisis estadístico de la distribución de
los accidentes ha sido utilizado tanto por los defensores como por
los detractores del término. Por una parte, la idea de la propensión
está ligada en alguna medida a la observación de que una parte de los
accidentes resultan provocados por un número reducido de personas.
Sin embargo, Mintz y Blum (1949), critican este argumento señalando
que incluso en una distribución al azar es de esperar que unas pocas
personas tengan varios accidentes y otras no tengan ninguno. La idea
de propensión implica necesariamente la idea de predicción. Ser
propenso a algo significa tener alguna diferencia individual que
puede ser identificada como causante de una mayor vulnerabilidad.
Varios autores han desarrollado trabajos encaminados a la búsqueda de
características individuales relacionadas con la probabilidad de
sufrir accidentes y de los distintos enfoques nacen distintas
conceptualizaciones del término "propensión". Así, podemos encontrar
varios matices que se discuten: para algunos, la propensión a los
accidentes es una característica estable e inmodificable. Este
planteamiento subestima los factores externos que influyen en los
accidentes y sugiere que aquellas personas a las que les tocó nacer
propensas poco pueden hacer por cambiar su destino salvo evitar las
situaciones de riesgo, no saliendo a la calle, por ejemplo. Algunos
trabajos se orientaron hacia la estabilidad temporal de las tasas de
accidentes estudiando la correlación entre los accidentes sufridos
por los mismos conductores en dos períodos de tiempo. La idea
subyacente es que, si existe un grupo de conductores más propenso a
tener accidentes, la mayor proporción de accidentes de este grupo
debe mantenerse a lo largo del tiempo. Pero los datos no son
decisivos, porque las correlaciones no son muy altas. En todo caso se
podría plantear la hipótesis de que la probabilidad de verse
implicado en un accidente variase entre los individuos y variase,
también, a lo largo del tiempo para una misma persona, en cuyo caso
la idea de la propensión resulta algo confusa, porque la probabilidad
de accidentarse parece depender más de las situaciones, y no tanto de
la persona, definida por una serie de rasgos o características, en
cuyo caso parecería más lógico hablar de situaciones de Psicología
aplicada a la conducción 7 riesgo que de personas predispuestas

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