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La contaminación ambiental o polución es la introducción de sustancias nocivas u otros

elementos físicos en un medio ambiente, que provocan que este sea inseguro o no apto para
su uso.1 El medio ambiente puede ser un ecosistema, un medio físico o un ser vivo. El
contaminante puede ser una sustancia
química o energía (como sonido, calor, luz o radiactividad). Es siempre una alteración negativa
del estado natural del medio ambiente y, por lo general, se produce como consecuencia de la
actividad humana considerándose una forma de impacto ambiental.
La contaminación puede clasificarse según el tipo de fuente de donde proviene, o por la forma
contaminante que emite o medio que contamina. Existen muchos agentes contaminantes,
entre ellos las sustancias químicas (como plaguicidas, cianuro, herbicidas y otros), los
residuos urbanos, el petróleo o las radiaciones ionizantes. Todos estos pueden producir
enfermedades, daños en los ecosistemas o el medio ambiente. Además, existen muchos
contaminantes gaseosos que juegan un papel importante en diferentes fenómenos
atmosféricos, como la generación de lluvia ácida, el debilitamiento de la capa de ozono y el
cambio climático.
Hay muchas formas de combatir la contaminación, así como legislaciones internacionales que
regulan las emisiones contaminantes de los países que se adquieren a estas políticas. La
contaminación está generalmente ligada al desarrollo económico y social. Actualmente
muchas organizaciones internacionales como la ONU ubican al desarrollo sostenible como
una de las formas de proteger al medio ambiente para las actuales y futuras generaciones.

El aire es una mezcla de gases que forman la


atmósfera, es por ello que se encuentra en todas partes.
Sus componentes principales son el nitrógeno, oxígeno,
dióxido de carbono, neón, helio, entre otros. Todos ellos de
gran importancia y necesarios para que los seres vivos
realicen funciones vitales, como las siguientes:
 Gracias al oxígeno en la atmósfera, podemos respirar.
 El dióxido de carbono es la base para la fotosíntesis.
 El aire permite la existencia del fuego, el sonido, el viento,
las nubes, las lluvias, etc.

Entre otras características, el aire no tiene un volumen


definido y es sensible a la temperatura (se expande con el
calor y se contrae con el frío). Además, es insípido,
transparente, inodoro e incoloro en pequeñas cantidades.
Pero a distancia, y en grandes volúmenes, se ve de color
azul, esto es provocado por la desviación de los rayos
solares. Por eso se dice que “el cielo es azul”, ¡seguro has
escuchado la frase e incluso la has dicho!

El agua (del latín aqua) es una sustancia cuya molécula está compuesta por
dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O) unidos por un enlace covalente.2 El término
agua, generalmente, se refiere a la sustancia en su estado líquido, aunque esta puede
hallarse en su forma sólida, llamada hielo, y en su forma gaseosa, denominada vapor.2 Es una
sustancia bastante común en la Tierra y el sistema solar, donde se encuentra principalmente
en forma de vapor o de hielo. Es indispensable para el origen y sustento de la vida.
El agua cubre el 71 % de la superficie de la corteza terrestre.3 Se localiza principalmente en
los océanos, donde se concentra el 96,5 % del total. A los glaciares y casquetes polares les
corresponde el 1,74 %, mientras que los depósitos subterráneos (acuíferos), los permafrost y
los glaciares continentales concentran el 1,72 %. El restante 0,04 % es el agua dulce
disponible en el planeta, de la cual depende la vida en el mismo, que se reparte en orden
decreciente entre lagos, humedad del suelo, atmósfera, embalses, ríos y seres vivos.4 La vida
en la Tierra está directamente relacionada al agua. Las personas están compuestas de agua
corporal que varía del 45 al 73 %.

El mar —considerado de forma genérica, como el conjunto de los mares y océanosNota


1Nota 2Nota 3
—, también llamado océano mundial o simplemente el océano, es el cuerpo de agua
salada interconectada que cubre más del 70% de la superficie de la Tierra (361 132 000 km²,
con un volumen total de aproximadamente 1 332 000 000 km³).1 Modera el clima del planeta y
tiene papeles importantes en los ciclos del agua, del carbono y del nitrógeno. Se ha viajado y
explorado desde la antigüedad, mientras que el estudio científico del mar, la oceanografía, se
remonta a los viajes del capitán James Cook para explorar el océano Pacífico entre 1768 y
1779.
La palabra «mar» también se usa para indicar secciones más pequeñas del océano, en parte
interiores, y para algunos grandes lagos salados, totalmente interiores, como el mar Caspio,
el mar Muerto o el mar de Aral. Se habla entonces de mar cerrado o interior, aunque el
término correcto sería el de lago endorreico.
La salinidad varía ampliamente, siendo más baja cerca de la superficie y en las
desembocaduras de los grandes ríos y más alta en las profundidades del océano; sin
embargo, las proporciones relativas de sales disueltas varían poco en los océanos. El sólido
disuelto en agua de mar más abundante es el cloruro de sodio. El agua también
contiene sales de magnesio, calcio y potasio, entre muchos otros elementos, algunos en
concentraciones mínimas. Los vientos que soplan sobre la superficie del mar
producen olas que se rompen cuando entran en aguas poco profundas. Los vientos también
crean corrientes superficiales a través de la fricción, estableciendo

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