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elementos físicos en un medio ambiente, que provocan que este sea inseguro o no apto para
su uso.1 El medio ambiente puede ser un ecosistema, un medio físico o un ser vivo. El
contaminante puede ser una sustancia
química o energía (como sonido, calor, luz o radiactividad). Es siempre una alteración negativa
del estado natural del medio ambiente y, por lo general, se produce como consecuencia de la
actividad humana considerándose una forma de impacto ambiental.
La contaminación puede clasificarse según el tipo de fuente de donde proviene, o por la forma
contaminante que emite o medio que contamina. Existen muchos agentes contaminantes,
entre ellos las sustancias químicas (como plaguicidas, cianuro, herbicidas y otros), los
residuos urbanos, el petróleo o las radiaciones ionizantes. Todos estos pueden producir
enfermedades, daños en los ecosistemas o el medio ambiente. Además, existen muchos
contaminantes gaseosos que juegan un papel importante en diferentes fenómenos
atmosféricos, como la generación de lluvia ácida, el debilitamiento de la capa de ozono y el
cambio climático.
Hay muchas formas de combatir la contaminación, así como legislaciones internacionales que
regulan las emisiones contaminantes de los países que se adquieren a estas políticas. La
contaminación está generalmente ligada al desarrollo económico y social. Actualmente
muchas organizaciones internacionales como la ONU ubican al desarrollo sostenible como
una de las formas de proteger al medio ambiente para las actuales y futuras generaciones.
El agua (del latín aqua) es una sustancia cuya molécula está compuesta por
dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O) unidos por un enlace covalente.2 El término
agua, generalmente, se refiere a la sustancia en su estado líquido, aunque esta puede
hallarse en su forma sólida, llamada hielo, y en su forma gaseosa, denominada vapor.2 Es una
sustancia bastante común en la Tierra y el sistema solar, donde se encuentra principalmente
en forma de vapor o de hielo. Es indispensable para el origen y sustento de la vida.
El agua cubre el 71 % de la superficie de la corteza terrestre.3 Se localiza principalmente en
los océanos, donde se concentra el 96,5 % del total. A los glaciares y casquetes polares les
corresponde el 1,74 %, mientras que los depósitos subterráneos (acuíferos), los permafrost y
los glaciares continentales concentran el 1,72 %. El restante 0,04 % es el agua dulce
disponible en el planeta, de la cual depende la vida en el mismo, que se reparte en orden
decreciente entre lagos, humedad del suelo, atmósfera, embalses, ríos y seres vivos.4 La vida
en la Tierra está directamente relacionada al agua. Las personas están compuestas de agua
corporal que varía del 45 al 73 %.