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AIRE

INTRODUCCIÓN

Para los seres humanos, los animales y las plantas, el aire y el agua son mucho más
importantes que la comida, podemos vivir sin comer varias semanas, pero no podemos estar
más de cuatro días sin beber, y ni siquiera cuatro minutos sin respirar. La importancia del aire
fue percibida por el hombre desde tiempos antiguos, cuando fue considerado uno de los
cuatro elementos básicos de la naturaleza, junto con el fuego, el agua y la tierra. El agua es una
sustancia que se compone por dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno (H2O) y se
puede encontrar en estado sólido (hielo), gaseoso (vapor) y líquido (agua). Es por esto que el
agua es indispensable para la vida como la conocemos, y en su interior tuvieron lugar las
primeras formas de vida del mundo.

DESARROLLO

El aire es una mezcla gaseosa de suma importancia para la vida en la Tierra, ya que cumple
funciones de protección de los rayos solares y de otros elementos foráneos como los
meteoritos. Además, brinda a la dinámica química del planeta un conjunto de elementos
indispensables de naturaleza gaseosa, como el oxígeno necesario para la respiración.

Además, el aire permite que se produzca el ciclo hidrológico, pues contiene vapor de agua, que
produce las precipitaciones mediante la condensación y la formación de las nubes. El aire está
compuesto principalmente por un 20,94 % de oxígeno, 78,08 % de nitrógeno, 0,93 % de argón,
0,035 % de dióxido de carbono y 0,40 % de vapor de agua, siendo estos sus componentes
predominantes. Sus propiedades físicas y químicas del aire son transparente, incoloro, inodoro
e insípido; este varía de acuerdo a su ubicación en las siguientes capas de la atmósfera:
tropósfera, estratósfera, mesósfera y termósfera. Mientras más elevado se encuentre, menor
presión y menor peso tendrá el aire, ya que los elementos más pesados que puede contener
son atraídos con mayor fuerza por la gravedad de la Tierra.

El aire no tiene volumen propio ya que se trata de un gas y es incapaz de existir en el vacío.
Además, es un buen conductor del calor, las reacciones químicas que puede experimentar una
masa de aire dependen de las propiedades químicas de los componentes constituyentes. En
este sentido, el aire tiene proporciones aproximadamente constantes de algunos
componentes, pero también puede tener contaminantes o concentraciones de algunas
sustancias en niveles altos, dependiendo de dónde se encuentre esa masa de aire, bajo qué
condiciones está, etc.
La contaminación del aire ocurre cuando existen partículas sólidas suspendidas en él, o cuando
distintos gases que se encuentran naturalmente presentes en su composición superan ciertos
niveles, y entonces, se consideran contaminantes. Incluso puede haber una mezcla de ambas
cosas. Así como el agua o la tierra, el aire es receptor de las sustancias emitidas durante
procesos industriales, urbanos o de desecho que liberamos al ambiente. Esto trae a menudo
serias complicaciones como pueden ser las lluvias ácidas (el ciclo del agua se contamina por la
reacción con gases corrosivos o venenosos en el aire), enfermedades respiratorias (para el ser
humano y los animales) o el deterioro de las capas de la atmósfera (como la disminución de la
capa de ozono en la estratósfera, permitiendo el paso directo de la radiación solar).

AGUA

Cuando hablamos del agua decimos que es una sustancia líquida desprovista de olor, sabor y
color, que existe en estado más o menos puro en la naturaleza. El agua adquiere importancia
en los ecosistemas, en los organismos y en las actividades del ser humano: el ciclo hidrológico
es de vital importancia para el funcionamiento de los ecosistemas naturales y la regulación del
clima. Constituye el 80% de la mayoría de los organismos, lo que permite que los tejidos y
órganos funcionen y mantengan los procesos corporales vitales.

El agua está en el epicentro del desarrollo sostenible y este es fundamental para el desarrollo
socioeconómico, la energía, la producción de alimentos, los ecosistemas y para la
supervivencia de los seres humanos. El agua también forma parte crucial de la adaptación al
cambio climático y el calentamiento global, y es un decisivo vínculo entre la sociedad y el
medioambiente. El ciclo del agua es fundamental para el mantenimiento de la vida en la Tierra
y para el sustento de todos los ecosistemas terrestres. Asimismo, determina la variación
climática e interfiere en el nivel de los ríos, lagos, mares y océanos. Los seres humanos tienen
la responsabilidad de preservar el buen funcionamiento del ciclo del agua. La acción del
hombre provoca cambios climáticos y contaminación en la biosfera, y pone en riesgo la
distribución del agua y la vida en la Tierra. El agua se encuentra distribuida en los mares, ríos o
lagos en estado líquido; en los glaciares de los polos y las montañas en estado sólido, y en las
nubes, en estado gaseoso.

Los usos del agua más comunes son la agricultura, el consumo industrial y el consumo
doméstico. El continuo crecimiento de la población genera una demanda cada vez mayor de
este recurso tan limitado. Las características del agua pueden ser químicas, físicas o biológicas
y según el contenido puede clasificarse en diferentes tipos (agua potable, dulce, salada,
salobre, dura, blanda, destilada y residuales):
Agua potable: puede ser consumida sin restricción debido a que, gracias a su calidad no
representa un riesgo para la salud. El término se aplica al agua que cumple con las normas de
calidad promulgadas por las autoridades locales e internacionales.

Agua dulce: se encuentra naturalmente en la superficie de la Tierra en capas de hielo,


humedales, lagunas, lagos, ríos y arroyos, y bajo la superficie como agua subterránea en
acuíferos y corrientes bajo tierra.

Agua salada: Por ej. El agua de mar es salada porque contiene una alta concentración de sales
minerales disueltas y depositadas en los ríos que desembocan en los océanos y mares. Para ser
más precisos, contiene aproximadamente 35 gramos de sales por cada litro de agua.

Agua salobre: Es agua que tiene más salinidad que el agua dulce, pero no tanto como el agua
de mar. La salinidad expresa la salinidad o el contenido de sal disuelta de un cuerpo de agua.
Técnicamente, el agua salobre contiene entre 500 y 30,000 ppm de sal, normalmente
expresada como 0,05 - 3,0%.

Agua dura: El agua denominada comúnmente como “dura” tiene una elevada concentración
de dichas sales y el agua “blanda” las contiene en muy poca cantidad.

Agua blanda: Es la que contiene una concentración relativamente baja de carbonato de calcio
y otros iones. El agua que genera espuma fácilmente con el jabón se llama agua blanda.

Agua destilada: Es aquella sustancia compuesta por H2O sometida a un proceso de destilación
en el que se eliminan las impurezas e iones del agua de origen

Aguas residuales: Son cualquier tipo de agua cuya calidad está afectada negativamente por la
influencia antropogénica. Se trata de agua que no tiene valor inmediato para el fin para el que
se utilizó ni para el propósito para el que se produjo debido a su calidad, cantidad o al
momento en que se dispone de ella.

EL CICLO DEL AGUA

Es fundamental para el mantenimiento de la vida en la Tierra y para el sustento de todos los


ecosistemas terrestres. Así mismo, determina la variación climática e interfiere en el nivel de
los ríos, lagos, mares y océanos. Los seres humanos tienen la responsabilidad de preservar el
buen funcionamiento del ciclo del agua. La acción del hombre provoca cambios climáticos y
contaminación en la biosfera, y pone en riesgo la distribución del agua y la vida en la Tierra.

El ciclo del agua, también conocido como ciclo hidrológico, es el proceso de transformación y
circulación del agua en la Tierra. El ciclo del agua consiste en el traslado del agua de un lugar a
otro y sus cambios de estado físico, líquido, gaseoso y sólido, según las condiciones
ambientales. También consiste en el traslado del agua de un lugar a otro y sus cambios de
estado físico, líquido, gaseoso y sólido, según las condiciones ambientales:

La evaporación: es una fase del ciclo del agua que consiste en el cambio de su estado líquido a
gaseoso, y tiene lugar cuando el sol calienta la superficie de los ríos, lagos, lagunas, mares y
océanos. La transpiración a su vez, es un tipo de evaporación que transforma en vapor el agua
contenida en las plantas. La parte de vapor de agua que permanece suspendida en el aire se
conoce con el nombre de humedad. Al transformarse en vapor, el agua sube a la atmósfera,
donde tendrá lugar la siguiente fase: la condensación.

La condensación: el vapor de agua que ha subido a la atmósfera se enfría y se concentra en


partículas que formarán nubes y neblina. Una vez allí, pasarán a estado líquido nuevamente y
serán transportadas por corrientes de aire hasta que se produzca el siguiente paso: la
precipitación. Durante la condensación el vapor de agua que ha subido a la atmósfera se enfría
y se concentra en partículas que formarán nubes y neblina.
Una vez allí, pasarán a estado líquido nuevamente y serán transportadas por corrientes de aire
hasta que se produzca el siguiente paso: la precipitación.

La precipitación: condensada de la atmosfera desciende a la superficie en forma de pequeñas


gotas.

Infiltración: proceso por el cual el agua en la superficie de la tierra entra en el suelo.

La escorrentía superficial: es el desplazamiento del agua a través de la superficie, gracias a los


declives y accidentes del terreno, para entrar de nuevo en los ríos, lagos, lagunas, mares y
océanos. Además, es el principal agente geológico de erosión y transporte de sedimentos.

La escorrentía subterránea es el desplazamiento de las aguas que se mueven a través la capa


freática. Cuando los depósitos de agua subterránea, conocidos como acuíferos, se llenan hasta
desbordarse, pueden producirse manantiales que devuelven el agua a las corrientes fluviales.

CIERRE

El agua y el aire son de gran importancia y necesarios para que los seres vivos realicen
funciones vitales, tales como: gracias al oxígeno en la atmósfera, podemos respirar. El dióxido
de carbono es la base para la fotosíntesis. El aire permite la existencia del fuego, el sonido, el
viento, las nubes, las lluvias, etc.

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