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Urquizu, Ignacio

El último gobierno Peronista. El


mandato de Estela Martínez de
Perón

Tesis presentada para la obtención del grado de Licenciado en


Sociología

Director: Viguera, Aníbal Omar

Urquizu, I. (2020). El último gobierno Peronista. El mandato de Estela Martínez de Perón.


Tesis de grado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación. En Memoria Académica. Disponible en:
https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.2183/te.2183.pdf

Información adicional en www.memoria.fahce.unlp.edu.ar

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA

LICENCIATURA EN SOCIOLOGÍA

TESINA

El último gobierno Peronista. El mandato


de Estela Martínez de Perón.

Alumno: Urquizu Ignacio


Legajo: 64620/8
Correoelectrónico:
ignaciourquizu@hotmail.com
Director: Anibal Viguera
Fecha: 11/02/2020
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Resumen:

El gobierno de Estela Martínez de Perón alias Isabel Perón tiene lugar en la Argentina desde el

1 de julio de 1974 al 24 de marzo de 1976. Isabel fue la primera mujer Presidenta de la

Argentina. El siguiente trabajo se propone un recorrido cronológico y descriptivo de los

sucesos políticos y económicos más importantes del periodo de su mandato. Explorando la

actividad y características de los distintos actores sociales en el proceso en cuestión.

La muerte del General Perón genero un desenlace en la crisis política en curso, desde el retorno

del Peronismo al poder, la misma estuvo centrada en la disputa por la hegemonía en el gobierno

desde antes de que asumiera H. Cámpora hasta la concreción del golpe de estado militar.

Palabras Claves:

Isabel Perón. Izquierda Peronista. Gelbard. Sindicalismo. López Rega. Rodrigazo. Nueva

Izquierda. URSS.

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INDICE

➢ Presentación

➢ Orígenes y Contexto

➢ Campora

➢ Las organizaciones armadas, el resto de la izquierda. Los sindicatos. La triple A.

➢ Perón-Perón

➢ Isabel Martínez de Perón. Isabel. Isabelita.

➢ El Rodrigazo

➢ El fin del tercer gobierno peronista

➢ Conclusiones

➢ Anexos

➢ Bibliografía Consultada

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Presentación

En el presente trabajo nos proponemos hacer una descripción general de los

principales aspectos políticos y económicos del gobierno de María Estela Martínez de Perón -

conocida como Isabel Perón-, explorando el planteo de distintos autores sobre los sucesos

fundamentales de su mandato, así como también las posiciones que asumieron los principales

actores sociales y políticos del periodo.

La motivación por este trabajo surge de la inquietud por conocer y analizar un breve

periodo de nuestra historia, que abarca desde el 1 de julio de 1974 hasta el 24 de marzo de

1976. Un proceso que ha sido abordado por la mayoría de los autores como parte del “tercer

gobierno peronista” y, en el caso específico de Isabel Perón, como las causas y el origen del

golpe de Estado, algunos al poner el acento en algunas medidas políticas y económicas del

gobierno de Isabelita, y otros al enfatizar el aspecto represivo e intentar mostrar este gobierno

como parte del mismo golpe militar.

A lo largo de más de 200 años de historia argentina, podemos decir que la democracia

es un bien preciado en nuestro país, cada vez que hubo procesos o gobiernos que han intentado

modificar aspectos de la estructura económica y política agroexportadora de nuestro país , que

han modificado el proceso de acumulación del capital y su renta, han sido derrocados por

distintos golpes militares, tal como sucediera en 1930 fuera el golpe militar de 1930, el golpe

cívico-militar de 1955 conocido como Revolución Libertadora, el golpe militar de 1966

conocido como la Revolución Argentina o el último golpe cívico-militar de 1976 llamado

Proceso de Reorganización Nacional.

De esta manera, en el presente intentaremos realizar una descripción de los sucesos

más importantes. Mostrar las controversias generadas por la política económica y social del

4
gobierno de Isabel Perón, las tensiones entre las organizaciones políticas y sus miradas sobre

los acontecimientos del periodo y las posiciones de los distintos actores sociales que

intervienen en el proceso, como sindicatos, partidos políticos, etc. Si bien esta descripción no

pretende ser concluyente ni exhaustiva, esperamos que el recorrido por los principales autores

que han abordado la cuestión sirva para repensar algunos aspectos de esta etapa de la historia

argentina.

Realizar un abordaje particular de este periodo supone repensar críticamente muchos

de los sucesos que marcaron de por vida la historia de nuestro país. Implica reflexionar sobre

las causas del golpe cívico militar de 1976 en una Argentina sumergida en una profunda crisis

económica y política, indagar en las contradicciones del peronismo y en las encrucijadas de un

pueblo que, tras haber aclamado el regreso de su líder, se sentía castigado por las medidas de

su gobierno. En síntesis, un país que se había convertido en un verdadero reguero de pólvora y

que podía explotar en cualquier momento.

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Orígenes y contexto

Para poder comprender el proceso que vamos abordar es indispensable dar un marco

general respecto a nuestro país. Partimos de la idea de que la Argentina es un país ubicado en

el sur de América Latina, un país periférico, el cual muestra una estructura económica y política

dependiente respecto a los países centrales, oprimido a lo largo de su historia por las distintas

potencias mundiales. Un país donde predominan las relaciones de producción capitalistas y

donde dichas potencias se disputan sus mercados, sus empresas, sus recursos naturales,

etcétera.

Un contexto mundial signado por la larga y agitada disputa de lo que se conoció como

la “Guerra Fría”, proceso de años en el cual los EEUU y la ex URSS mantuvieron una guerra

silenciosa, con momentos de tensión y distención, cuestión que también creemos que tuvo

alguna influencia y repercusión en el periodo en cuestión.

Un marco internacional que impregnará de ideologías a gran parte de los actores

sociales del proceso. Con acontecimientos que influenciaban a toda una generación de jóvenes

y no tan jóvenes en Argentina, sucesos que van desde el triunfo de la Revolución Cubana, hasta

la derrota de los EEUU en Vietnam, pasando por el Mayo Francés, por la Revolución Cultural

en China, por el Cordobazo y otras puebladas en nuestro país, como así también el triunfo de

varios gobiernos nacionalistas, populistas o populares en América Latina y la independencia

de varios países africanos y asiáticos. Todos estos hechos históricos influenciaron política e

ideológicamente a una gran parte de los sujetos políticos de nuestro país, ya sean de izquierda,

sectores nacionalistas, sean trabajadores, campesinos, estudiantes, sectores de capas medias,

etcétera.

La etapa que analizamos se encuentra en el periodo del “tercer gobierno peronista”.

El regreso de Perón luego de casi 18 años de exilio era inminente, la dictadura que había

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comenzado con Onganía en 1966 estaba llegando a su fin; luego del fracaso político y

económico que tuvo respecto de sus objetivos, rodeada por un sinfín de conflictos sociales y

estallidos populares como el Cordobazo, el Rosariazo, el Rocazo, etcétera1, la dictadura

comenzó su retirada. Así fue que, en la búsqueda de una salida institucional a este periodo

signado por las luchas obreras y populares, Lanusse ideó y propuso el Gran Acuerdo Nacional

(GAN), que establecía cómo sería el ordenamiento institucional y el llamado a elecciones.

Como plantea Cristina Tortti (1999), a partir del Cordobazo una gran fuerza opositora

hizo tambalear al gobierno de Onganía (autodenominado Revolución Argentina), y dio fe del

fracaso de la fórmula que habían utilizado para superar la crisis que la sociedad y el Estado

arrastraban desde el derrocamiento del peronismo en 1955. El proyecto de los militares de

“modernización” del capitalismo, disciplinamiento de la sociedad y su posterior

institucionalización política, se volvió inaplicable. Los sectores dominantes no pudieron hacer

nada para generar el crecimiento y la ingobernabilidad fue cada vez mayor. La protesta social

se volvía masiva y se radicalizaba, modificando las expectativas de la sociedad que las FFAA

querían modelar.

Ese clima efervescente y el crecimiento de grupos y organizaciones que eran parte de

la “Nueva Izquierda”, preocuparon a las FFAA que veían que el problema no solamente era el

peronismo, sino que ahora crecían tendencias que reclamaban y demandaban hablando de

“liberación nacional”, “socialismo” y “revolución”, involucrando a las clases obreras y algunos

sectores de la clase media. De este modo, se presenta un nuevo sujeto en proceso de

construcción, socialmente heterogéneo y que oscila entre sujeto en proceso y actor político. Se

manifestó tanto en el estallido espontáneo como en la revuelta cultural, en la militancia política

1
Fueron grandes movilizaciones populares, verdaderas puebladas de fines de los años ´60 a principio de los ´70

7
como en el accionar guerrillero. Como actor político renovador y contestatario se opuso a la

dictadura desafiando las formas habituales de la vida política argentina.

Se manifestaba una cierta “unidad de hecho” entre el movimiento propiamente

político, las variadas formas de la protesta y los procesos de “subversión institucional”,

compartían un lenguaje y un común estilo político. Las acciones y los discursos que producían

resultaban convergentes, a pesar de la diversidad de tradiciones, de formas de oponerse a la

dictadura y de criticar al “sistema”. Esto los situó conjuntamente como una misma trama, como

el campo del “pueblo” y de la “revolución”. Esta conjunción creó un temor de amenaza en el

gobierno, lo que generó el viraje político producido por Lanusse y la convocatoria al GAN. La

estrategia buscaba reinsertar al peronismo en el sistema político, como operación destinada a

aislar a los elementos más radicalizados y devolverle legitimidad a la acción estatal, e intentar

que la oposición a la dictadura se desgajara de las impugnaciones al “sistema”. Para frenar esta

amenaza, había que frustrar o detener la confluencia entre la izquierda social y la izquierda

política, de las cuales se creía que podían llegar a constituir una corriente orgánicamente

unificada. La iniciativa estatal buscó, entonces, generar un movimiento inverso. Así sucedió

que, pese a los enfrentamientos entre Lanusse y Perón (1971/1972), la paulatina consolidación

del GAN fue la contracara de un molecular y tal vez imperceptible proceso de debilitamiento

de los lazos que conectaban a los sectores sociales activados con las vanguardias

revolucionarias.

Sin lugar a dudas, dentro de los actores tradicionales las fuerzas de izquierda y los

sectores clasistas2 habían ganado poder y relevancia. Estos sectores no eran peronistas y

contaban con un gran potencial de movilización. Utilizaban nuevos métodos de lucha, entre los

2
Partidos políticos como el Partido Revolucionarios de los Trabajadores, (PRT), Partido Comunista (PC), Partido
Socialistas de los Trabajadores (PST), Partido Comunista Revolucionario (PCR), Vanguardia Comunista (VC) y
organizaciones gremiales como la CGT de los Argentinos, Sindicatos como Federación Grafica Bonaerense. Luz y
Fuerza, SMATA, UTA, SITRAC-SITRAM todos de Córdoba.

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que se destacan las ocupaciones de fábricas, las tomas de edificios, la propaganda armada,

etcétera. Estas nuevas formas habían dado sus frutos. Al sector juvenil de la izquierda

peronista3, se había sumado un actor, que también parecía difícil de controlar o encasillar.

Mientras tanto, en la primera visita de Perón quedó sellada su vuelta al poder, a pesar

de quedar fuera de la contienda electoral por no haber estado en el país en las fechas

establecidas para la misma. Con su presencia logró cerrar un gran frente político: por un lado,

pudo juntar a los referentes de todos los sectores del peronismo, pactar las bases de convivencia

del movimiento y generar el apoyo a una democratización sin limitación alguna; por otro, logró

la conformación del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI), alianza electoral integrada

por el peronismo más sectores del desarrollismo, del conservadurismo popular, de la

democracia cristiana, algunos socialistas y radicales, y algunos partidos provinciales. Perón

eligió a Héctor Cámpora como candidato a presidente y propuso para la vicepresidencia a

Vicente Solano Lima, del Partido Conservador Popular.

En ese sentido, es importante remarcar que durante su exilio Perón reforzó sus lazos

con los sectores juveniles del movimiento peronista y los apoyó en el enfrentamiento a los

dictadores, a punto tal, que muchas veces pareció dejar de lado a los sectores sindicales. La

conformación de las listas electorales que representaron al FREJULI y los cargos en el nuevo

gobierno, serán expresión de esta decisión.

Finalmente, las elecciones se llevaron adelante el 11 de marzo de 1973, resultando

ganadora la fórmula de Campora y Solano Lima, con el 49 % de los votos sobre la fórmula de

la UCR de Ricardo Balbín y Eduardo Gamond. Estos últimos, al ver el escenario planteado y

3
Las Organizaciones Armadas Peronistas, Montoneros, Fuerzas Armadas Peronistas, Fuerzas Armadas
Revolucionarias, sumadas a la Juventud Universitaria Peronista y sectores de la Juventud Trabajadora Peronista.

9
la abultada diferencia, renunciaron al ballotage, por lo cual el 25 de mayo de 1973 asume el

llamado “tercer gobierno peronista”.

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Cámpora.

Con la asunción de Héctor Jóse Cámpora y Vicente Solano Lima, el peronismo

retornó al poder. El mandato de estos últimos duró 49 días, periodo durante el cual podemos

resaltar el recrudecimiento de la disputa, dentro del movimiento peronista, entre el ala sindical

y los sectores juveniles de izquierda peronista.

Esta tensión no era casual: por un lado y como mencionamos anteriormente, Perón les

había dado a los sectores juveniles su apoyo durante el exilio, apoyo que dichas organizaciones

se habían ganado, ya que su accionar durante los años de la resistencia había generado simpatía

y adhesión ya no solo de los propios sino también de los ajenos. Por otro lado, el ala sindical,

que había sido importante en los años de resistencia, se había mostrado colaboracionista en

muchas ocasiones con los gobiernos militares. Como consecuencia, perdió poder, no solo al

interior del movimiento peronista, sino entre los trabajadores, que buscaron referencia en

sectores más combativos, como la CGT de los Argentinos4 o las corrientes clasistas dentro del

movimiento obrero. Todo esto acotó el poder de la vieja dirigencia sindical peronista. Por su

parte, Perón conocía esta situación, por eso, en principio, fue un logro juntar a ambos sectores

en el FREJULI; y por esa misma razón los sectores juveniles y de izquierda del peronismo

lograron varios cargos, desde concejales y diputados, hasta gobernadores.

Como plantea Ricardo Sidicaro (2002), el peronismo se había convertido en un

movimiento político de organización e ideologías imprecisas, sus dirigentes tendieron a

dividirse y Perón cumplió muchas veces el papel de árbitro. Las fracturas internas no fueron

solo ideológicas, sino también por las diferentes tácticas frente a las políticas de los gobiernos,

civiles o militares, que buscaron la colaboración de dirigentes peronistas, manteniendo la

4
Sector de gremios encabezado por Raymundo Ongaro (federación grafica) que se creó en oposición a la CGT
oficial dirigida por Timoteo Vandor.

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proscripción. La rama sindical del peronismo comenzó a reconstruirse después del golpe militar

de 1955. Las persecuciones contra los gremios trajeron como resultado no buscado la

renovación de las dirigencias sindicales. De un sindicalismo dependiente del Estado se pasó a

otro de confrontación. Asimismo, según Sidicaro, otra organización que creció fue la Juventud

Peronista, especialmente durante la década del setenta. En esa época se crearon varios grupos

guerrilleros urbanos que se identificaban con la tradición de la llamada resistencia peronista

surgida como respuesta al golpe de 1955. Dichas prácticas fueron estimulas por Perón para

debilitar a los militares.

En definitiva, más allá de las palabras y de las dimensiones de cada uno de los sectores

internos del peronismo (y también más allá de la izquierdización de amplios sectores

populares), la mayoría de la clase obrera, incluso aquella que no miraba con desprecio ninguna

de estas tendencias, seguía teniendo puesto en su corazón a Perón.

Una de las primeras medidas de Cámpora fue la liberación y la amnistía de todos los

presos políticos5. El nuevo gobierno generaba expectativas en la mayoría de la sociedad, en

principio, porque implicaba el retorno del peronismo al poder (y el posible regreso de su líder

máximo), pero también porque muchos sectores intermedios creían que este nuevo gobierno

ayudaría a apaciguar la crisis económica y social, y daría equilibrio al desarrollo de la interna

peronista. Esta última cuestión no resultó de tal manera, ya que para algunos historiadores

como Horacio Chitarroni Maceyra (2004), con la llegada de Cámpora los sectores juveniles

terminaron ganando posiciones.

La realidad es que el país que recibía el peronismo en la figura de Cámpora, era un

país con una deuda externa de entre 5 mil y 6 mil millones de dólares que vencían en 1973.

Una inflación acumulada del 80%. Un déficit presupuestario de 80 billones de pesos moneda

5
Se decretó luego de una movilización popular a la cárcel de Devoto, la libertad de todos los presos políticos.

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nacional y una desocupación del 8% (Chitarroni Maceyra, 2004), cuestión que para nada va a

ser un detalle en el desarrollo del periodo. Entre las primeras medidas que toma el gobierno

pueden destacarse los “precios máximos”6, como una forma de control de precios que buscaba

en muchos casos la rebaja de los importes de alimentos y medicamentos. Asimismo, de las

reuniones entre la CGT y la CGE saldría un aumento de sueldos en forma de suma fija, cuyo

monto respondía al mínimo que se había planteado en las tratativas. A esto se sumó el

congelamiento de precios a productos de primera necesidad. Al respecto, Chitarroni Maceyra

(2004) plantea:

“Con el correr de los días se realizarán anuncios de proyectos de leyes, enviados al congreso,
concernientes a Nacionalización de los depósitos bancarios, instrumento necesario para la
reforma financiera. Ley de Inversiones Extrajeras, la cual disponía de una participación mínima
del 80% de capital local para que una empresa sea considerada nacional y fija topes para la
repartición de utilidades por parte de las empresas foráneas, restringiendo las ramas de
radicación de nuevas inversiones. Leyes atinentes al agro; Renta Normal Potencial de la Tierra.
Arrendamiento Forzoso de tierras improductivas. Posibilidad de expropiación de tierras aptas
libres de mejora. Al mismo tiempo que anuncia la creación de la Corporación de Empresas
Nacionales y la Corporación de Pequeñas y Medianas Empresas.”(p.94)

En lo referente a política exterior, en un primer momento el gobierno de Cámpora

reanuda relaciones con Cuba y Alemania Oriental, al mismo tiempo que plantea que Argentina

se reintegre a la Organización de Estados Americanos (OEA). Se baraja integrar el pacto andino

y concurrir a la reunión de no alineados de Argel.

El lanzamiento del Pacto Social ideado por el flamante ministro de economía, José

Gelbard, ya contaba con el apoyo de la CGT. En 1972 se habían reunido “los Josés”, Gelbard

por la CGE y Jóse Ignacio Rucci por la CGT y se cree que desde ese entonces estaba en marcha

dicho plan económico y que esa reunión había sido ordenada por Perón. También conocido

6
Control de precios por parte del Estado

13
como Plan Trienal, el pacto tenía dentro de sus objetivos, implantar como sistema de política

salarial todas las medidas destinadas a una justa distribución del ingreso, cuya finalidad

superior determine la conformación de salarios con creciente poder adquisitivo. Eliminar la

marginalidad social mediante la acción efectiva del Estado en materia de vivienda, educación,

salud y asistencia social. Absorber en forma total y absoluta la desocupación y el subempleo

de los trabajadores argentinos. Mejorar en forma irreversible la asignación regional de ingreso.

Terminar con el descontrolado proceso inflacionario y la fuga de capitales.

Las medidas económicas tomadas por el nuevo ministro pueden ser caracterizadas,

como reformistas, como planteaban algunos sectores juveniles de la izquierda peronista, pero

sin dudas buscaban acomodar el escenario y la herencia recibida, preparando lo que sería la

llegada de Perón a la presidencia. No obstante, al calor de estas primeras medidas, que

planteaban un cambio en la ecuación de la distribución de ingresos, se iban generando

inquietudes y descontento en los sectores poderosos, tanto en la patronal agropecuaria, como

en las empresas internacionales. Estos actores comenzaban a ver que serían ellos los perdedores

de una ecuación que favorecía a los sectores populares.

Pasó poco tiempo entre la algarabía de la vuelta al poder del peronismo y la crisis

interna de ese gran frente que fue el FREJULI, crisis de carácter político, centrada en la

conducción del país, es decir, en el seno del peronismo. Como hemos dicho, hay quienes creen

que, más allá de que Cámpora se había comprometido con Perón y que su gobierno solo sería

de transición, éste le había dado más peso al ala de izquierda, la tendencia, o sea los grupos

juveniles de Montoneros y las FAR y grupos peronistas aliados a estos. Estos sectores habían

ganado un lugar inédito, que hasta entonces nunca habían tenido en el Estado. Tenían

diputados, gobernadores aliados, ligados al ala izquierda, como Oscar Bidegain (nada más y

nada menos que de la provincia de Buenos Aires), Córdoba, Mendoza, Santa Cruz, el rector de

la UBA, Rodolfo Puiggrós –identificado con la tendencia- entre otros. De este modo, quedaba

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de manifiesto el reconocimiento que se había hecho en ese frente a la juventud, cuestión que

quedaría asociada al mismísimo Cámpora.

Sin embargo, resulta imposible pensar que Perón había quedado al margen de esas

negociaciones, con lo cual se puede inferir que él estuvo de acuerdo con el poder otorgado a

los jóvenes. Solo basta con recordar, que el mismo Cámpora fue nombrado por Perón como su

hombre en Argentina para entablar las negociaciones con Lanusse. Quienes no quedaron

conformes y no tuvieron tanto peso en la distribución de cargos y de ministerios, fue el ala o

sector sindical del peronismo. Éstos lograron ocupar el Ministerio de Trabajo con Ricardo

Otero, pero a simple vista su poder había quedado disminuido en la cuestión de cargos.

Así, podría afirmarse, sin dudar, que con Cámpora el sector juvenil tuvo su esplendor:

el día de la asunción en el primer acto en plaza de Mayo, fue notoria su participación, no solo

en la cantidad de gente, sino también en la distribución del espacio. Este grupo, integrado por

la Juventud Peronista (JP) Montoneros y las FAR, había alcanzado un gran poder, el mayor en

su historia. Y hay que tener en cuenta, que este sector planteaba un horizonte más lejano que

el que planteaba el propio Perón.

Por un lado, el general se había propuesto un plan que pretendía ampliar la base social

de apoyo para las medidas que creía necesario tomar para cumplir con el legado histórico,

incluyendo en esto el buen trato y el apoyo de la oposición radical, mostrándose como el

garante de la necesaria paz, ante la violencia que se sucedía. Mientras, por otro lado, chocaba

con el sector juvenil, éste no ampliaba dicha base, sino que más bien tendía a achicarla, no solo

por su planteo de la lucha armada (el cual habían dejado en suspenso al retornar al gobierno),

sino también, porque en ese, su mejor momento, la idea de la Patria Socialista7 fue el centro de

7
Estas organizaciones pasaron de usar la Patria peronista a la Patria Socialista, haciendo alusión a la construcción
del socialismo desde el estado peronista.

15
su política, sumado a que, desde el punto de vista de su estrategia histórica, era para que se

ilusionaran con los lugares que ocupaban en el nuevo gobierno, o sea en el Estado.

Algunos autores coinciden que en el acto asunción, fue notoria la diferencia, y que

algo allí comenzó a cambiar, algo no gustó hacia el interior del gran movimiento. Habrá sido

que los sectores juveniles cambiaron el cantico de la “patria peronista” por la “patria socialista”

lo que llamó la atención, o la presencia de Osvaldo Dorticos, presidente de Cuba, y Salvador

Allende, presidente de Chile. Ambas fueron cosas notorias de aquel primer acto, como afirma,

entre otros Chitarroni Maceyra (2004).

Es importante remarcar, como mencionamos arriba, que Perón no había quedado al

margen de la negociación de los cargos y que el lugar dado a la juventud contaba con su

beneplácito. Porque el propio Perón luego de 18 años, dudaba de quienes habían sido la

columna vertebral del movimiento: los sindicatos. El ala sindical había mostrado, en mayor o

menor medida, una actitud de colaboración en el proceso de Onganía. Perón veía en esto el

correlato de lo que se apreciaba en las escisiones del sindicalismo y en el surgimiento de las

experiencias clasistas más ligadas a la izquierda tradicional y a nuevos sectores del peronismo.

Estos últimos habían sido los protagonistas de las principales luchas contra la dictadura de

Onganía, Levingston y Lanusse. Habían ganado sindicatos de peso en lugares como Córdoba

y Santa Fe, juntas internas y muchos delegados, en síntesis, habían ganado lugar en la estructura

sindical argentina.

Sin ir más lejos podemos decir que el mayor reflejo de esta situación es la CGT de los

Argentinos, con Raymundo Ongaro (Federación Grafica Bonaerense) a la cabeza. Así como

también Agustín Tosco (Luz y Fuerza), Rene Salamanca (SMATA), Atilio López (UTA) como

mayores exponentes del sindicalismo clasista. A esto hay que sumarle que organizaciones no

menores como el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) no había depuesto las armas, y era

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la segunda organización armada de magnitud, que tendrá también un lugar relevante en los

acontecimientos venideros. El sector juvenil ligado a la izquierda tradicional estaba también

enmarcado en la llamada nueva izquierda y tenía un peso importante entre los estudiantes

universitarios ya que habían dirigido la Federación Universitaria Argentina (FUA) y habían

asumido roles protagónicos en la lucha contra Onganía. Estos sectores venían de la ruptura del

Partido Comunista (PC), del Partido Comunista Revolucionario (PCR), de sectores como los

de Vanguardia Comunista (VC) y de sectores reformistas que habían roto con Partido Socialista

(PS), Partido Socialista de los Trabajadores (PST), sumados a los jóvenes radicales de izquierda

(que dieran lugar a la coordinadora).

Puede desprenderse de lo anterior que Perón tenía conocimiento de esto y que no fue

casual que diera el lugar que dio a los jóvenes en ese primer gobierno, porque en definitiva el

sector peronista era parte de estos nuevos actores que habían irrumpido en la política argentina

durante su ausencia. Pero, al mismo tiempo, esto no quiere decir que estuviese de acuerdo con

la plataforma de estos sectores juveniles. Perón era claro, él había dicho “ni yanqui ni

marxista”, pero como un gran estratega que fue, entendió que era condición necesaria para su

regreso.

Para junio de 1973 ya estaba cerrada su vuelta al país, y casi diríamos también que

sellada el llamado a elecciones. El lugar elegido sería la zona de Ezeiza, sobre la autopista

Richieri y la ruta 205. ¿Qué es lo que había pasado para la organización de este acto, que los

organizadores cambiaron respecto al de la asunción de Cámpora?. Seguramente lo que

mencionamos arriba, Perón había concedido poder a estos sectores, pero no los controlaba,

como tampoco controlaba al resto de los sectores de la izquierda y del campo popular. Estos

estaban envalentonados y, seguramente, tenía en claro que iba a ser difícil poder subordinarlos.

En este sentido, le fue dada la organización del acto de su llegada al sector sindical del

movimiento. El sector sindical, al ver disminuir su poder, venía reclamando posiciones, al

17
mismo tiempo que ya no escondía sus críticas hacia Cámpora y el ala juvenil, acusándolos de

infiltrados marxistas.

El acto de Ezeiza debe haber sido de las movilizaciones de masas más grandes de la

historia argentina, basta con recorrer los autores, con ver y escuchar los relatos e imágenes de

la época. Se movilizaron no solo los sectores peronistas, sino también otras extracciones,

independientes, comunistas, etcétera, en lo que creían iba a ser histórico, no solo por la vuelta

de quien había sido y era uno de los líderes políticos más importantes del siglo, sino por las

esperanzas y expectativas que generaba el retorno definitivo. El acto fue histórico, en términos

de los millones que se movilizaron, pero también porque nunca comenzó. El sector sindical a

cargo de la organización había ocupado desde muy temprano los lugares estratégicos frente al

palco que estaba sobre el puente, contaba con un gran cordón de personas armadas con armas

cortas y largas, y era muy poco el espacio que le había dejado a la tendencia, a los jóvenes.

Perón aterrizo en la base de Morón, allí entre otros, lo esperaba José Ignacio Rucci. No era

largo el trayecto a recorrer, el general nunca llegó. Nadie puede determinar quién tiro el primer

tiro, la realidad fue que lo que había sido una movilización popular de millones (se estiman que

más de 3 millones de personas), terminó en una balacera, con varios muertos y cientos de

heridos sobre la autopista Richieri y los alrededores.

Ezeiza, marcaría la nueva época dentro de la interna peronista, también del desarrollo

de la crisis política del país, que tenía su epicentro en estos actores que detentaban el poder del

Estado. Perón para poder gobernar y hacer política, tenía que arbitrar por un lado la interna del

partido de gobierno y frenar a los sectores populares y de izquierda tradicional, y por otro,

tranquilizar las tensiones con los sectores empresarios y terratenientes. El desarrollo de esta

crisis, el papel de cada uno de los actores involucrados en la misma, sería un rasgo distintivo

de la época y del gobierno de Perón.

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Sergio Bufano (2005) relata que el 21 de junio de 1973 Perón realiza un discurso en

cadena nacional, desde la residencia de Olivos, en el que no hace referencia a los hechos de

Ezeiza. El general llama a todas las fuerzas políticas y al pueblo argentino a colaborar para

volver al orden legal y constitucional como única garantía de libertad y justicia. Sostiene

Bufano(2005):

Fue un discurso generoso que pretendía la unidad de todas las fuerzas sociales en pos de un
objetivo común. Consciente de la situación nacional y de los conflictos en su propio partido
dedicó, además tres párrafos que en su transparencia no podían dejar lugar a dudas: 1. Los
peronistas tenemos que neutralizar a los que pretenden deformarlo desde abajo o desde arriba.
Nosotros somos justicialistas. Levantamos una bandera tan distante de uno como de otro de
los imperialismos dominantes […]2. No hay nuevos rótulos que califiquen a nuestra doctrina
ni a nuestra ideología. Somos los que las veinte verdades peronistas dicen. No es gritando la
vida por Perón que se hace Patria […]3. Lo que ingenuamente piensan que pueden copar
nuestro movimiento o tomar el poder que el pueblo ha reconquistado, se equivocan”. (p.21)

Por un lado, estas palabras del discurso de Perón8 lo muestra tal cual era, tenía muy

en claro cuál era el país en el que le iba tocar asumir. Por otro lado, las expectativas que existían

con el retorno de líder en la sociedad empezaban a ponerse en duda, con lo cual la vuelta

definitiva de Perón no tuvo un buen comienzo.

Según Mario Rapoport (2007), al otro día de los hechos Perón reclamó el regreso a la

ortodoxia partidaria y a la necesidad de reorganizar el Estado. Su propuesta de volver al orden

legal constitucional encontró eco en todos los sectores políticos de centro y de derecha. Perón

retornaba para poner fin al vacío de poder. A partir de acá empezó a recostarse más sobre los

llamados sectores ortodoxos, los sindicatos y los sectores de derecha ligados a José López

Rega, buscando dar un orden a esa interna que ya tenía grandes magnitudes.

El Pacto Social estaba en marcha, pero también generaba el rechazo de los sectores

juveniles del peronismo y de los trabajadores en general; si bien habían mejorado las cosas el

8
Al respecto se puede ver en el Anexo la primera parte el discurso completo de Juan D. Perón.

19
hecho de congelar los salarios no era gratuito, esto sumado a la interna daría un nuevo escenario

en el desarrollo de la crisis política. Las movilizaciones y el descontento crecían, Cámpora

intentó infructuosamente apaciguar los ánimos, ante este fracaso presentó su renuncia y se

concretó el adelantamiento de las elecciones, que ya estaba acordado, pero que no estaba

previsto con tanta anticipación.

Durante el breve lapso en que asume interinamente Raúl Alberto Lastiri, los sectores

de la tendencia revolucionaria intentan imponer el candidato a vicepresidente. Esto resulta

ilusorio, solo queda en intento ante la negativa de Perón. La decisión de poner a su esposa,

Estela Martínez de Perón, fue un punto más en la sumatoria de desencuentros del líder con los

jóvenes. Desde ya que esto estaba en discusión, y en las bases de la organización de los jóvenes

empezaban a sembrarse dudas respecto al horizonte planteado y, sobre todo, confusión.

Perón quien se había apoyado desde el exilio en esa juventud radicalizada, ahora, al

momento de su definitiva llegada los intentaba dejar de lado. Este devenir de idas y vueltas

traería sus consecuencias y ubicará al general como máximo responsable de la interna. Aun así,

lo central era el desafío que significaba volver a gobernar el país que había dejado luego de 18

años. Un país que era distinto no solo por el cambio de los actores sociales en juego y el peso

respectivo de cada uno de ellos, sino también porque dentro de esos sectores, los empresarios

extranjeros habían avanzado, penetrando, invirtiendo y comenzando a producir en importantes

ramas de la industria, como lo plantea Rapoport (2007).

20
Las organizaciones armadas, el resto de la izquierda. Los

sindicatos. La triple A.

Como hemos señalado al principio de este trabajo, este periodo estuvo signado por las

tensiones entre los nuevos actores sociales y el gobierno. Por un lado las nuevas organizaciones

de origen juvenil, y representadas mayoritariamente por los sectores juveniles del Peronismo,

por el PRT-ERP, y las nuevas corrientes sindicales dentro del Movimiento Sindical. Por otro

lado los sindicatos, aunque sin tanto poder, ligados más al gobierno. Los primeros estaban

inspirados por la bandera del cambio social, presente en todas sus plataformas: la idea de una

sociedad igualitaria era moneda corriente y el cómo concretarlas sería el nudo de discusión más

importante entre ellos.

El caso de la Juventud Peronista (JP), será uno de los más paradigmáticos, este sector

llego a su mejor momento con el gobierno de Cámpora, desde el interior del estado, con puestos

y cargos muy importantes. La JP de izquierda fue, dentro de los llamados nuevos actores, el

más importante, por su envergadura numérica de este periodo. Durante el exilio de Perón y

principalmente a comienzo de los años 70 lograron cobrar mucha importancia, con centro en

el trabajo comunitario en las villas, en los colegios y en las universidades, como también

implementado acciones de propaganda armada contra empresarios y militares; llegando a tener

una creciente influencia en el movimiento obrero.

Con la táctica puesta en la vuelta de Perón y la estrategia en la patria socialista,

crecieron rápidamente por aquellos años. Este sector juvenil del peronismo trabo relaciones

con el gobierno cubano, éste, les dio adiestramiento militar a sus principales dirigentes. Del

cual también iban a tomar la idea de lucha armada corta, inspirados en el foquismo cubano

propagado por todo Latinoamérica por aquellos años. Cuba va estar siempre presente en

Montoneros, se dice que de los 60 millones de dólares obtenidos por el secuestro a los Born,

21
una parte fue a resguardo del gobierno de Fidel Castro, y la otra parte a movimientos

económicos ejercidos por David Graiver, María O´Donell (2015)

Las Organización Armadas Peronistas (OAP) incluían a las Fuerzas Armadas

Revolucionarias (FAR), las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Descamisados y Montoneros.

Todas ellas culminaron su proceso de unificación en 1974, bajo el nombre de Montoneros,

formando una mega organización guerrillera. Montoneros se formó en 1970, y su primera

acción pública había sido el secuestro del general Pedro Eugenio Aramburu, en mayo y luego

su asesinato. Aramburu había encabezado la Revolución Libertadora de 1955 contra Perón, el

secuestro de los restos de Evita y el fusilamiento sin juicio previo de 27 peronistas.

Según P. Calveiro (2005), la legalidad a la que dieron lugar los gobiernos de Cámpora

y Perón, fue aprovechado por las organizaciones para crecer en su frente de masas y conformar

lo que se denominó la Tendencia Revolucionaria, que respondían políticamente a las OAP.

Además de la capacidad de movilización, le dieron prioridad a la actividad de propaganda y

difusión de la línea política. Casi inmediatamente a la obtención del gobierno, comenzaron los

enfrentamientos con la derecha del peronismo y con el propio Perón. Montoneros confiaba en

la capacidad del movimiento para rectificar la “tibia” política emprendida por el gobierno.

Pero las tensiones y las disputas por la hegemonía dentro del movimiento peronista,

hicieron que Perón, pasara de la teoría de que a la violencia no se la combate con violencia, al

enfrentamiento de la misma con una lógica de aparato contra aparato. Desde el gobierno se

creó las Triple A (AAA) para perseguir y terminar con la violencia interna dentro del peronismo

y del resto de la izquierda, con asesinatos, clausura de locales y presos por doquier, al mismo

tiempo que desde Montoneros respondían con atentados, asesinatos a los lideres el ala gorila,

dirían los mismos.

22
La mayoría de los autores coinciden en que el acto 1º de mayo de 1974 fue el punto

de inflexión de la relación de los jóvenes con el General. Fueron a la plaza, como desafío

público, con burlas a Isabel Martínez, con insultos a la burocracia sindical, reclamando: “Qué

pasa general?”. Perón los desautorizo y acuso públicamente como “infiltrados que trabajan

adentro y que traidoramente son más peligrosos que los que trabajan afuera, sin contar que la

mayoría de ellos son mercenarios que trabajan al servicio de dinero extranjero”. Con la muerte

de Perón, se descolocó nuevamente a la Tendencia Revolucionaria, posicionándolos en un

lugar mucho más desventajosa, con Isabel y López Rega.

P. Calveiro (2005), dirá que a partir de ahí, se recrudeció la represión y la acción de

los grupos parapoliciales, obligando a los jóvenes a ir abandonando espacio político y

culminando el 3 de septiembre de 1974 con la autoclandestinación de Montoneros, que

proclamó que la lucha armada volvía a ser la práctica política principal. Esto condenó a muerte

a sus organizaciones de base territorial, sindical, estudiantil, etc., indisolublemente asociadas a

Montoneros. Las esferas de lo político y de lo militar, así fueron superponiéndose e

indiferenciando cada vez más. Las acciones guerrilleras de Montoneros, al igual que las del

ERP contribuían a una mayor cohesión de las FFAA, incluso la policía.

Esta autora afirma que, Montoneros sabía que se avecinaba el golpe, y a través de

informantes conocían los detalles y precisiones de los planes de las FFAA. Como dice Calveiro

(2005), Firmenich con tono frío y estúpido estratega, afirmaba una estrategia donde calculaba

las bajas especuladas en el primer año del golpe, pero confiando en su pronta recuperación y

perduración en el campo de la política.

Como podemos observar, la izquierda juvenil del peronismo, fue uno de los grandes

protagonistas del periodo, los años mostraron que si bien fueron reales y válidas (ya que el auge

de luchas y las ideas revolucionarias eran parte importante de la fauna y esfera política de

23
Argentina, América Latina y el mundo), al recrudecer la violencia por parte del gobierno,

incrementada aún más durante el gobierno de Isabel, este grupo profundizó cada vez más la

distancia con el peronismo, centralmente con el pueblo peronista, con las bases. Su creciente

radicalización, más allá de identificarse con el pueblo, lo distanció de las masas y, en definitiva,

no hizo más que jugar en favor de la derecha peronista encabezada por López Rega y los

sectores de empresarios y terratenientes, quienes venían siendo los grandes perdedores de las

políticas peronistas.9

Por el lado de la izquierda tradicional o marxista, otra organización que tuvo gran

importancia en el periodo fue el PRT-ERP. Esta organización de origen marxista fue creciendo

desde su nacimiento a principio de los años setenta, ganando lugar entre los jóvenes, pero

principalmente, entre los trabajadores. El PRT-ERP siempre se opuso al peronismo. Para ellos,

a diferencia de la juventud peronista, el cambio social no vendría de la mano del peronismo, es

decir, de Perón. Entendían la violencia como el medio para la transformación de la estructura

social: los trabajadores debían ocupar el poder del Estado en contra de la burguesía, y esa

ocupación jamás sería pacífica. La propaganda armada en un principio, los asaltos a bancos

luego, el intento de ocupar regimientos, el intento de instalar una guerrilla después, fueron las

prácticas más comunes de esta organización. Desde ya esto estaba fundado en un alto grado de

formación política, mucho más importante que la de los sectores del peronismo, incluso se

podría decir que ideológicamente fueron más fuertes que el ala de izquierda del peronismo.

Es interesante ver la descripción de Pablo Pozzi (2004) respecto a esta organización.

El investigador observa la importancia de que el PRT se planteó siempre a sí mismo como un

partido de cuadros y no de masas, por lo cual no es posible comparar su nivel de inserción entre

las masas con, por ejemplo, el peronismo, ya que este sí se planteaba como un movimiento de

9
Ver ANEXO revistas de la época, como El Descamisado y Evita Montonera.

24
masas y, por otra parte, fue construido desde el Estado. El principal eje del trabajo de masas

del PRT-ERP era la clase obrera industrial, tanto en el lugar de trabajo como en el barrio, y, en

menor grado, los sectores marginados o estudiantiles. Señala Pozzi que el crecimiento de la

organización fue de menor a mayor. Entre mediados de 1974 y principios de 1975 la

organización contaba con células en cada una de las principales fábricas de Capital y GBA.

Tenía fuerte presencia en los principales gremios cordobeses y un desarrollo notable en la zona

fabril de Quilmes, La Plata, Berisso, Ensenada y, sobre todo, en Villa Constitución. Pero

además de influencia sindical contaba con una importante influencia política: había muchos

obreros que no eran ni peronistas, ni radicales, ni comunistas, eran del PRT. En ese sentido, a

pesar de que durante este periodo en general crecieron todas las fuerzas de izquierda, el

desarrollo del PRT-ERP era solo equiparable al de Montoneros.

Al igual que los jóvenes peronista, el PRT-ERP encontraba una distancia entre su

táctica militar y las masas. La radicalización de la organización la fue llevando a alejarse de la

vida de las masas, lo militar comenzó a ser el centro de su preocupación, mientras que la

política, que en un principio era unas de las características más relevantes, pasó a un segundo

plano durante el periodo en cuestión de este trabajo.10

Así lo explica P. Pozzi (2004), entre 1969 y 1977 el desarrollo militar del ERP fue

notable y, de hecho, fue una de las organizaciones que más acciones realizo durante el periodo.

Sin embargo, la situación política y sobre todo sus éxitos militares, lo llevaron hacía una

permanente fuga hacia adelante por lo cual lo militar no guio a lo político pero sí tendió a

autonomizarse. En ese sentido, la hipótesis de Pozzi es que no hubo militarismo como tal (lo

militar guiando a lo político), pero lo que hubo fue una autonomización de los aspectos

militares de la organización. Así se fue dando una cada vez mayor separación entre las acciones

de gran envergadura y el desarrollo de la organización y sus necesidades políticas. El resultado

10
Ver Anexo Crónica de las acciones del ERP en su Órgano de Prensa Estrella Roja.

25
fue una impaciencia permanente que llevo a la organización, en el plano militar, a acelerar los

tiempos más allá de las coyunturas y desarrollos políticos. Sin embargo, el PRT-ERP fue en la

Argentina la organización que más se aproximó a lo que se entiende por desarrollo militar

revolucionario y también en cuanto a la ligazón entre la lucha armada y la lucha de masas.

Podemos agregar que, desde el punto de vista de esta organización, el regreso de Perón

a la Argentina y al poder no supuso ningún cambio en la situación política, posición que nos

permite observar cómo, en todo momento, les costó ver la relación de Perón con las masas, con

los trabajadores. Asimismo, el golpear en bloque al conjunto de las clases dominantes

(incluyendo a Perón), los llevó en los hechos a producir acciones que lejos de acercarlos a su

estrategia, terminaron siendo funcionales a intereses ajenos a su organización. El intento de

copar el regimiento de Azul y el intento de copar la base de Monte Chingolo en el año 1975,

así como la instauración de una guerrilla rural en Tucumán (que solo contaba con cuadros

propios y no tenía demasiado apoyo entre los campesinos y obreros rurales), los colocó en el

centro de la represión paraestatal primero y estatal después, al tiempo que mostró que esos

hechos solo servirían a quienes querían derrocar a Perón y, posteriormente, a Isabel Perón.

Aun así, resulta apasionante ver la estructura militar desarrollada por estas dos fuerzas,

y no podemos dejar de mencionar, que más allá de sus errores -algunos graves- mostraron desde

el punto de vista militar, una organización y logística nunca antes vista por la izquierda

argentina. La recolección de datos, de armas, de lugares, la infiltración a las fuerzas militares

fue de película.

Por su parte, los sindicatos iban y venían en el periodo que va del año 1973 a 1976.

Se mantuvieron débiles en el gobierno de Cámpora, sin ganar espacios de poder con cargos,

mientras que crecieron con Perón, pero sin tener una gran incidencia. Pero siendo siempre

garantes del Pacto Social. Fue durante el gobierno de Isabel Perón que el ala sindical logró su

mayor fortaleza en el gobierno. En este sentido, es importante remarcar que los sindicatos

26
estuvieron sumergidos en la interna del movimiento, pero, a diferencia de los sectores

juveniles, tenían qué perder. Para ellos estaban en juego las direcciones de los sindicatos y los

cuerpos de delegados, los cuáles eran su leitmotiv y su razón de ser; como ya mencionamos,

los sectores combativos suponían en el movimiento obrero una competencia no menor.

Los sindicatos, o sea la dirección de los mismos, se vieron condicionados en todo

momento, principalmente por las bases, en un periodo donde desde el pacto social en adelante,

la tensión siempre estuvo puesta en los salarios, en cuanto aumentaban o decrecían. Se puede

decir que con la aprobación de la nueva Ley de Contratos de Trabajo tuvieron su mejor

momento. Ya que con esta ley, y con las paritarias lograron mejorar de muy buena manera los

Convenios Colectivos de Trabajo. Perón les decía son la columna vertebral del movimiento,

con lo cual era, el gobierno o la necesidad de los trabajadores.

En este periodo los sindicatos se encuentran muchas veces asociados a la lucha contra

la izquierda y la subversión por parte de las bandas paraestatales. Durante esta etapa, se dan la

intervención estatal de los sindicatos sacando a sus dirigentes, persiguiéndolos, asesinándolos.

Respecto a los sindicatos en la etapa isabelina plantea Juan Carlos Torre (1983),

desaparecido Perón, llegó el momento de revisar si los sindicatos eran una rama más del

movimiento político del gobierno, por el cual se tenían que someter a sus decisiones, como

sostenía la CGT de Adelino Romero, o por el contrario, que se tenían que limitar como un

grupo de presión con respecto al resto de los núcleos de poder representado en el Estado, como

sostenía las 62 organizaciones de Lorenzo Miguel.

Finalmente gana la postura de Lorenzo Miguel y la CGT comenzó a actuar con la

estrategia de las 62 organizaciones. Mientras el sindicalismo reunificaba sus filas y desplegaba

de nuevo su independencia corporativa, en torno a la presidente Isabel, en ésta iba cobrando

forma una política de gobierno que terminaría enfrentándose también a los jefes sindicales. Sin

27
embargo, durante julio a octubre Isabel con su grupo y los sindicatos actuaron juntos para

desplazar al ministro de economía Gelbard.

Según J. C. Torre (1983), otro frente que ocupó la atención de Isabel fueron las

actividades de la oposición sindical. Con la aprobación de la Ley de Seguridad para combatir

la guerrilla, el Ministerio de Trabajo encontró un instrumento para la represión de las huelgas

ilegales. Los principales focos de conflicto eran los mecánicos de René Salamanca y los

electricistas de Agustín Tosco en Córdoba, y los gráficos de Raimundo Óngaro en Buenos

Aires.

Este autor plantea que Ongaro pertenecía al ala radical del peronismo y fue el que

encabezó en 1968 el movimiento sindical de oposición con la CGT de los Argentinos.

Impregnó la acción de la izquierda juvenil peronista en el terreno laboral. Tanto Óngaro como

la JTP actuaron inspiradas por una especie de populismo revolucionario, donde denunciaban

la marginalidad y la opresión de la clase obrera. Teniendo una visión extraída de sectores

débiles de los trabajadores, su prestigio político debía mucho a su intervención en los conflictos

laborales de las regiones periféricas del interior; la izquierda juvenil peronista por su parte,

tenía cierto peso en las industrias tradicionales y las empresas medianas.

Dice J.C. Torre (1983) que Salamanca y Tosco representaban lo que se le llamó

“sindicalismo clasista”, influyentes en ciertos sectores de la industria moderna. Luchaban por

el control de las condiciones de trabajo y contra el autoritarismo patronal, y resaltaban la idea

de clase en la acción obrera. Si bien ambos dirigentes eran marxistas, sus bases eran peronistas.

Tal disociación trajo en consecuencia que: Si bien hizo posible que los militantes de izquierda

llegaran a conducir las luchas y las organizaciones, confinó al mismo tiempo su influencia en

el terreno sindical. Así, la oposición sindical nunca pudo salir del campo de las luchas sociales

e impulsar una alternativa política al partido peronista gobernante. Mientras más incursionaban

28
los líderes en la política, en busca de nuevas alianzas de oposición, se iban alejando del ámbito

en el que su liderazgo era incuestionable. Además, esta politización de los líderes sindicales,

en la medida que atraía la represión oficial a la empresa y el sindicato, era seguido por escaso

entusiasmo por los trabajadores adeptos.

De este modo el resto de la izquierda, Vanguardia Comunista (VC), Partido

Comunista (PC), Partido Socialista de los Trabajadores (PST), Partido Comunista

Revolucionario (PCR), etc., se encolumnan principalmente detrás del Sindicalismo Clasista, su

influencia estaba en torno a esos procesos, que si bien en muchas ocasiones fueron gravitantes,

su mayor zona de influencia estaba en los principales cordones industriales como el de Córdoba

y Santa Fé, no lograron tener una incidencia de alcance nacional. Aunque algunos tuvieron

mayor desarrollo y mayor incidencia que otros, no lograban que su estrategia les permita ser

una alternativa real de poder al peronismo y a las organizaciones armadas. Como podemos ver

en la mayoría de los autores gran parte de estas organizaciones también fueron acérrimos

opositores, a Cámpora, Perón e Isabel Perón, salvo el PCR que muerto Perón, anticipo y planteó

que venía el golpe de estado y desde octubre de 1974 denunciaba un golpe pro ruso o pro

yanqui contra el gobierno Constitucional de Isabel Perón11, esta línea llegaría hasta la dirección

del SMATA Córdoba12 y sería impulsada por René Salamanca. Esta línea, le costó que en todo

el arco político y hasta algunos autores, lo acusaran de “Lopezrreguista”, por llevar adelante

esa posición.

No obstante los procesos encabezados por esta izquierda, sin ser cuantitativamente tan

importantes, fueron cualitativamente muy trascendentales. Ya que la perspectiva política que

les dieron a los trabajadores, se salió del margen de solo las cuestiones economicistas del

11
Ver en ANEXO Tapa del Semanario Nueva Hora de esta organización.
12
Idem 11, ve en Anexo la Carta Abierta de René Salamanca, Secretario General del SMATA desparecido la noche
previa al Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.

29
sindicalismo tradicional, para darles una perspectiva ideológica de clase a los obreros. En

nuestra perspectiva las experiencias del sindicalismo de base clasista, siguen siendo en la

actualidad el modelo a seguir por los sectores del campo popular y la izquierda. Serán siempre

el faro que guiara a los sectores de trabajadores en cualquier cambio social profundo sea cual

sea su mirada de la realidad.

Es imposible negar el aspecto represivo del gobierno de Perón, como también es

necesario ver y comprender que la violencia armada ya tenía historia previa a su retorno. Él

sabía de esto y, si en algún momento lo puede haber alentado desde su exilio, en su retorno al

país se le planteó como un desafío. Desafío que resolvió de la peor manera. En la lucha por

hegemonizar el gobierno, Perón eligió responder a las provocaciones de los sectores juveniles

y a la lucha de los sectores de izquierda no peronista, presentando una lucha de aparato contra

aparato que se cobró la vida de cientos de militantes y la persecución de miles.

En ese sentido la mayoría de los autores coinciden en que a la triple A, la creó Perón

en vida, que consciente de lo que sucedía en la Argentina respecto a la violencia de las

organizaciones armadas y de los sectores juveniles de su partido, fue él mismo quién

encomendó la creación de dicha organización. Así, dio rienda suelta a una organización

paraestatal, que accionó desde la ilegalidad y llevó adelante la persecución, la tortura y el

asesinato de muchos opositores, no solo de los sectores peronistas de izquierda, sino de todo el

resto de la izquierda, de intelectuales, músicos, etcétera.13 La misma dirá la mayoría de la

bibliografía al respecto, fue comandada por José López Rega y llevaban la represión en

conjunto con fuerzas policiales.

Además de las bandas de la Triple A, también estaban las bandas de los grupos

juveniles de derecha peronista de la Concentración Nacional Universitaria (CNU) que también

13
Ver Anexo Panfleto de la Triple A.

30
accionaban de la misma manera que la triple A, sin ser parte de la misma. Estaban las bandas

de algunos sectores sindicales de derecha, a los que llamaban “la pesada” que también

accionaban contra los trabajadores que identificaban con la tendencia revolucionaria o la

izquierda en las fábricas.14 Y también existían otras bandas ejecutaban militantes y activistas

que no respondían a el peronismo oficialista.

Con el gobierno de Isabel, recrudeció el accionar de las bandas paramilitares, y de los

grupos de izquierda armados. Hubo intentos previos de legalizar la represión, pero solo se

lograría tal fin en 1975, con la intervención del Operativo Independencia a cargo del General

Acdel Vilas se eliminaron las bases guerrilleras en el mundo rural de Tucumán, aniquilando a

los militantes del ERP.

14
Ver Anexo. Tapas y páginas de la revista “El Caudillo” son la muestra escrita de las posiciones de estos sectores
de derechas.

31
Perón-Perón

Retomando el hilo cronológico de los hechos, con el nuevo llamado a elecciones la

fórmula que integra el peronismo vuelve a llamarse FREJULI, ésta alianza es integrada por las

siguientes fuerzas o partidos políticos: Partido Justicialista, Movimiento de Integración y

Desarrollo, Partido Conservador Popular, Partido Popular Cristiano, Movimiento Socialista de

Liberación Nacional, Movimiento de la Revolución Nacional, Movimiento Nacional

Yrigoyenista, Unión Federal Democrática Cristiana y el Encuentro Nacional de los Argentinos.

El FREJULI se alza con una victoria que rompe todos los esquemas, batiendo record histórico,

al llegar al 62% de los votos, algo que en algunos generaría sorpresa, por el desarrollo de los

acontecimientos anteriores, mientras que para la mayoría era la muestra de que Perón todo lo

podía, y que iba a poder traer equilibro y paz a la vida política de la sociedad argentina.

Dos días después de las elecciones, el 23 de septiembre de 1973 -a horas del triunfo

histórico de la formula Perón-Perón-, es asesinado Jóse Ignacio Rucci Secretario General de la

CGT, pieza fundamental del proyecto de Perón. En principio nadie se hace responsable de su

muerte, inclusive en la revista “El Descamisado” montoneros se lamentaba de manera irónica

por la muerte del dirigente sindical15, pero más tarde los jóvenes de la “Tendencia” se haría

cargo de su muerte. Ni siquiera empezaba el nuevo gobierno electo y la expectativa de orden

que parecía que iba a traer se frustraba, al tiempo que se abría cada vez más la grieta entre los

sectores de izquierda y los sectores sindicales del peronismo.

El asesinato de Jóse Ignacio Rucci ejecutado por Montoneros, es inexplicable desde

todo punto de vista. Podía haber pasado lo de Ezeiza, podría haber enfrentamientos internos en

los que había armas -era común entre ellos en aquella época-, pero de ahí a matarle a uno de

los hombres de confianza a Perón, fue demasiado. El asesinato fue equivalente a que le

15
Ver anexo. Revista El Descamisado N°20 de octubre del ´73 la nota sobre la muerte de Jóse Ignacio Rucci.

32
asesinen a un Rodolfo Galimberti, Norma Arrostito, Roberto Quieto, Fernando Vaca Narvaja,

dirigentes montoneros, Jóse Ignacio Rucci era el secretario general de la CGT, además de haber

recibido a Perón cuando regreso del exilio, era quien garantizaba la continuidad del Pacto

Social. Este fue uno de los erros políticos más grande de Montoneros, pensaba que podía

subordinar al líder con la muerte del gremialista más importante de la CGT. Perón era el mayor

responsable de arbitrar esa interna, con este asesinato no lograron subordinarlo, pero si

empujar a un endurecimiento su política respecto a la tendencia.

Señala L. De Riz (2000), que Perón no alcanzo a comprender la novedad que

encerraba el fenómeno político y cultural representado por la Juventud Peronista

Revolucionaria y tampoco lo hizo en general la clase política argentina. El Pacto social venía

a reconstruir un sistema político en el que los partidos y no solo las organizaciones de interés

tendrían cabida, esto se transformó en una amenaza para los sindicalistas, la novedad

democrática que propiciaba Perón era la incorporación de todas las fuerzas sociales dentro de

la ley sin importar como se denominaban (PC, ERP, etc.). Perón sostenía que a la guerrilla no

podía combatírsela con guerrilla, sino que había que combatir políticamente, pero jamás logro

persuadir a sus seguidores en ese camino pacifico. La máxima: “para un peronista nada mejor

que otro peronista” fue reemplazada por “para un argentino nada mejor que otro argentino”

como un gesto conciliador de unidad.

Finalmente el 12 de octubre de 1973 Perón asume nuevamente la presidencia. Si bien

mantiene lo esencial del gabinete de Cámpora, a éste casualmente lo nombra Embajador de

México. Sostiene a Jóse Gelbard en Economía, Ricardo Otero en Trabajo, Jorge Taina en

Educación, Jóse López Rega Bienestar Social, Benito Llambi, etc. Agrega R. Sidicaro (2002)

el pragmatismo de ideas y objetivos del peronismo el que le había permitido aglutinar distintos

sectores carentes de unidad y programas, ahora era perjudicial estando en el poder. Los

distintos jefes libraron luchas para aspirar a cargos y posiciones públicas. Esto agudizó la crisis

33
y el debilitamiento de las capacidades estatales. La renuncia del presidente Cámpora, las de

varios gobernadores de las principales provincias, los cambios en el gabinete nacional, fueron

expresiones de ese proceso.

Plantea Chitarroni y Maceyra (2004), que en noviembre en un acto de la CGT, Perón

denuncia la existencia de una conspiración, lo hace con la presencia de la oposición política,

cuyo apoyo buscaba y logro de parte de Ricardo Balbín. Éste como máximo líder de la UCR,

al salir de ese evento diría “el fracaso de este gobierno, sería el fracaso de todos” mostrando

así su apoyo a los primeros actos de gobierno.

A fin de ese año relevo de su cargo al Comandante General del Ejercito Jorge Raúl

Carcagno, éste aparecía con una imagen de General populista, identificado con las posiciones

terceristas del peronismo16. En la X asamblea de la OEA de septiembre había liderado las

posiciones que cuestionaban el exceso de influencia de EEUU en la política latinoamericana.

Chitarroni Maceyra (2004) lo ubica a Carcagno cercano a los sectores juveniles, mostrando

como ejemplo el Operativo Dorrego17 encabezado por el, en el cual el ejército y la juventud

peronista darían apoyo y ayuda social en las zonas de la provincia de Buenos Aires asoladas

por las inundaciones. Este parece haber sido uno de los motivos que lo llevó a Perón a mover

de su cargo al general y reemplazarlo por Leandro Anaya, quien provenía de los sectores más

profesionalistas18 del ejército.

En enero de 1974 el ERP toma la guarnición de Azul, abatiendo a algunos miembros

de las fuerzas militares, llevándose armas y otras cosas, mostrando y haciendo alarde de su

poderío militar, cuestión que irritaría a Perón y que más adelante serían los fundamentos que

16
Se llamaban así a las posiciones internacionales del peronismo, o sea la política de relaciones exteriores.
17
Para Montoneros fue un intento de entablar vínculos con las FFAA.
18
Termino que hace alusión al sector militar más profesional, que no tiene interés en la participación vida política
del país.

34
le costaran el cargo al Gobernador Oscar Bidegain, quien se vio acorralado por Perón y

renunció el 26 de enero.

Intentando poner un freno a la violencia, el presidente mandaría al congreso una

reforma de ley al Código Penal, destinado a incrementar las penas por los actos subversivos.

Muchos diputados de la tendencia se opusieron, reclamaron y al ver que el proyecto avanzaba,

renunciaron a sus bancas. El proyecto finalmente -si bien tuvo oposición en el recinto- fue

aprobado. Con lo cual Perón seguía avanzando en esa disputa interna del peronismo.

Los primeros meses de gobierno parecen estar signados por la crisis política del país,

al ritmo de la interna Peronista, pero una pregunta que surge es, ¿porque si Perón ve en los

jóvenes un obstáculo, no ve en el propio Gelbard algo similar?. Su base de apoyo denunciaba

ya a viva voz la infiltración marxista del partido, y atacaban al Ministro de Economía, él

también era crítico de los comunistas, dudamos de que Perón no supiera quien era Jóse Ber

Gelbard, sin embargo y de manera extraña sostenía al Ministro.

Gelbard es una pieza clave en todo el proceso del llamado tercer peronismo. Y por lo
tanto también nos obliga a detenernos en su figura. Es la cabeza del Pacto Social, había sido el
titular de la Confederación General de Empresarios y era el que garantizaba el apoyo al plan
económico por parte de dicha entidad, que agrupaba a las empresas nacionales. Como plantea
M. Rapoport (2007):

“La designación de Gelbard respondía al propósito de garantizar el apoyo de dicha


organización empresarial, que expresaba al empresariado nacional mediano y pequeño, ligado
al mercado interno. El nuevo ministro estaba vinculado, ideológica y orgánicamente desde
sus inicios como dirigente empresarial, al Partido Comunista. Sus ideas políticas no le
impidieron convertirse, con el tiempo, en la cabeza de un importante grupo empresarial
nacional con intereses diversificados. Había estado asociado a una empresa de neumáticos
FATE, y luego se transformó en uno de los propietarios de ALUAR, empresa productora de
aluminio cuya prosperidad se debió a la vinculación “privilegiada” con el anterior gobierno
militar, traducida en beneficios y concesiones diversas obtenidas a principio de los años 70.”
(p.557)

35
Esto le permitió -según este autor- mantener una fluida relación con el general Lanusse

e intermediar entre éste y Perón. Desde el Ministerio, Gelbard establecería fuertes vínculos

económicos con los países del bloque soviético, a la vez que conservaría poderosas amistades

en los EE.UU. La figura contradictoria de Gelbard era el ejemplo de una “burguesía nacional”

con fugaces influencias económicas e institucionales ligadas, más que a una base productiva

sólida, a la posibilidad de desarrollar negocios con el Estado y a la asociación con los poderes

de turno, ya sean civiles o militares.

Algo similar se puede ver en la descripción de Chitarroni y Maceyra (2004) que

plantea que a iniciativa de Gelbard, se comienzan nuevas relaciones con los países del este. En

una misión encabezada por Gelbard comienza un nuevo intercambio entre nuestro país y el

bloque soviético. La Balanza comercial con la URSS trepo 31,8 millones en el año 1972 a

314,5 millones de dólares en 1976. Las exportaciones de productos argentinos pasaron de ser

de $ 2,5 millones a 12,5 millones de dólares. En ese sentido para Jorge Rocha (2006), el papel

de Gelbard como ministro súper poderoso en esta etapa es la muestra del peso que tenían los

sectores pro-soviéticos en el amplio frente que Perón encabezaba pero que no hegemonizaba.

Según el autor, estos sectores serían los que intentaron condicionar a Perón primero y a Isabel

después.

Es por ello que la política de Gelbard mostraría un nuevo actor en lo económico, este

sería el bloque soviético, o sea la URSS y sus aliados como Cuba. Con los nuevos acuerdos

firmados por Gelbard con estos sectores, quedaría sellado un nuevo acto en las relaciones

internacionales de la Argentina, con quien hasta entonces había existido poco contacto

institucional. En más podemos decir que la URSS, sin que suene exagerado, hasta este

momento tenía más espacio en el aspecto ideológico en la plataforma de la izquierda marxista,

que en cuestiones concretas del estado argentino.

36
Pero más allá de los sucesos y acontecimientos mencionados, del calor de la interna

peronista, de la lucha armada por parte del ERP y de organizaciones menores, de las luchas

fabriles encabezadas por la nueva izquierda, el gobierno de Perón se mostraba consustanciado

con el pueblo trabajador. Parecían no importar las falencias del Pacto Social, en la base y en el

corazón de los obreros peronista. El gobierno de Perón era un gobierno reformista, un gobierno

de burguesía nacional o populista, como les gusta decir a muchos, que intentaba mantener la

tradición de su movimiento a través de una política económica marcada por la producción

nacional y el mercado interno. Buscaba el equilibrio en la distribución de la riqueza, entre las

ganancias de los sectores empresarios y agropecuarios y el sector de los trabajadores. Estos

aspectos estarían en cuestión todo el tiempo, lo que traería sus complicaciones. Sin embargo,

cuando se analiza el paquete de leyes y de medidas que plantea el peronismo en esta nueva

etapa, se puede ver con claridad que nada tenía que ver este gobierno con sectores liberales

proimperialistas.

Este paquete de leyes se puede ver en la descripción de Guido Di Tella (1983), sobre

las principales leyes y acuerdos del programa peronista:

1. Medidas relacionadas con el sector agropecuario:


20538/73 Impuesto a la productividad normal de la tierra.
20535/73 Nuevas facultades de la Junta Nacional de Carnes, particularmente en el
comercio de exportación.
20573/73 Nuevas facultades de Junta Nacional de Granos en el comercio de
exportación.
Acta de política concertada con el Agro. Ley Agraria. (no aprobada por el congreso).
2. Medidas relacionadas con el sector industrial:
20545/73 Protección al trabajo y la producción nacional
20560/73 Promoción de nuevas industrias específicas.
20568/73 Creación de la Corporación para el desarrollo de la pequeña y mediana
empresa.
20577/73 Inversiones Extrajeras.

37
Acta de política concertada con el sector automovilístico.
3. Acuerdos relacionados con el comercio con el Bloque Socialista.
Acuerdo comercial con Cuba, 27 de febrero de 1974.
Acuerdo comercial con la URSS, 7 de mayo de 1974.
Acuerdo comercial con Polonia, 9 de mayo de 1974.
4. Reforma financiera
20520/73 Nacionalización de los depósitos bancarios.
20521/73 Descentralización de las juntas del Banco de la Nación y el Banco Nacional
de Desarrollo.
20522/73 Expropiación de bancos privados. (específicos)
20523/73 Medidas relacionadas con las intermediarias financieras propiedad de los
bancos.
20530/73 Modificación del estatuto del Banco Central de la República Argentina.
20574/73 Normas y reglamentaciones relacionadas con las intermediarias financieras.
20663/73 Reglamentaciones relacionadas con los depósitos a plazos intransferibles.
5. Reforma Impositiva
20532/73 Aceptación de pago de impuestos no declarados antes.
20537/73 Condonación de penalidades por impuestos no declarados.
20628/73 Impuesto a las ganancias.
20629/73 Impuesto al capital y las riquezas.
20631/73 Impuesto al valor agregado (IVA).
20634/73 Coparticipación de impuestos entre los gobiernos nacionales y provinciales.
20643/73 Facilidades impositivas para inversiones en el mercado de valores.
20644/73 Creación de la Dirección de Policía Fiscal Federal.
6. Organización del Estado
20549/73 Eliminación de los derechos de antigüedad de los funcionarios civiles, lo
que permitía su destitución.
20558/73 Creación de la Corporación Nacional de Empresas del Estado (CNEE)
20680/73 Autorización al Estado para fijar precios máximos
Acta de política concertada entre el estado y las provincias.
7. Legislación del trabajo
20615/73 Ley de Asociaciones Profesionales.
20744/74 Ley de Contrato de Trabajo.
8. Seguridad social y salud
38
20748/74 Sistema Nacional Integrado de Salud.
20118/75 Nueva Ley de jubilaciones.

Como lo mencionamos anteriormente, resulta esclarecedor el conjunto de leyes y

medidas que se tomaron para entender o encuadrar la política económica del peronismo en su

paso por la presidencia. Sin lugar a dudas se trata de un gobierno que busca el equilibrio, que

busca la protección nacional de la producción y del trabajo, que busca frenar la inversión

extranjera que había crecido exponencialmente en los años del onganiato. Se trató de una

política que contó en un principio con el apoyo de toda la base social del peronismo (más allá

de la interna), que contó con el aval importante de la oposición encabezada por Balbín y la

UCR. Un plan que no tuvo el apoyo de los sectores combativos del sindicalismo de base y de

la izquierda, que no veían en este programa la solución a los problemas del pueblo.

Fue el desarrollo de la crisis política, al calor de las fallas y de los escollos que

encontraba el plan económico, lo que marcaría el ritmo de los meses en la presidencia de Perón.

Tal vez el hecho de mayor trascendencia, luego del asesinato de Rucci, es la decisión final del

presidente de desprenderse de un ala de su partido, nada más ni nada menos que de la juventud.

El escenario planteado sería el 1 de mayo de 1974, en la plaza de Mayo. Las columnas de los

jóvenes, enrolados en la Juventud Peronista, Montoneros y FAR, habían llegado a la plaza en

gran número, con grandes banderas y pancartas que hacían alusión a los laderos de Perón, es

decir, a Isabel y a López Rega.

Estos sectores ya se sentían excluidos o habían visto mermar con intensidad su

influencia en el gobierno, por lo que aquel sueño de que podrían lograr que Perón se inclinara

por el ala izquierda o de imponerle a Perón el programa de liberación en que se enarbolaban

estaba por fuera de la realidad. La clausura de la revista el Descamisado, la clausura y el

allanamiento de locales de la Juventud Peronista, la detención y la tortura de militantes de la

tendencia e incluso algunos asesinatos, eran la muestra de que la suerte estaba echada. Sin

39
embargo, el sector juvenil llamaba a movilizarse a plaza de Mayo diciendo que “Perón era el

líder del Movimiento peronista y era el presidente” y que “solo la movilización masiva del

pueblo podría impedir la frustración del proceso iniciado el 25 de mayo, que está siendo

amenazado por una ofensiva gorila y pro-imperialista cuyas manifestaciones hemos presentado

al general Perón”, como mostraba una solicitada de Montoneros del 30 de abril.19

Perón sabía que su figura estaba por encima de todo el movimiento y que no solo el

resultado electoral y su carácter carismático le daban la posibilidad de contar con el apoyo de

la sociedad en general, sino que también contaba con el apoyo de la oposición para terminar

con la violencia y la subversión. Por ello, aún ante la masiva participación de las columnas

juveniles en aquel festejo del día del trabajador y frente a los insultos y los cánticos hacia Isabel

Perón y López Rega, Perón “echa” de la plaza a Montoneros, sellando así en los hechos el

intento de que volviesen bajo su ala e instaurando la etapa más dura de dicha interna en la lucha

por la hegemonía del peronismo.

En un discurso que será histórico el presidente contesta de manera implacable a lo que

sería, en definitiva, una provocación montada por el sector juvenil, que ni bien empezó el

discurso comenzó a responder con cánticos. A continuación, reproducimos el discurso

pronunciado por Perón aquel primero de mayo:

“Compañeros: Hace hoy veintiún años que en este mismo balcón y con un día luminoso como
el de hoy, hablé por última vez a los trabajadores argentinos. Fue entonces cuando les
recomendé que ajustasen sus organizaciones, porque venían días difíciles. No me equivoqué
ni en la apreciación de los días que venían ni en la calidad de la organización sindical, que
se mantuvo a través de veinte años, pese a estos estúpidos que gritan.

Decía que a través de estos veinte años, las organizaciones sindicales se han mantenido
inconmovibles, y hoy resulta que algunos imberbes pretenden tener más méritos que los
que lucharon durante veinte años.

19
Ver anexo Solicitada de Montoneros del 30 de abril de 1974.

40
Por eso, compañeros, quiero que esta primera reunión del Día del Trabajador sea para
rendir homenaje a esas organizaciones y a esos dirigentes sabios y prudentes que han
mantenido su fuerza orgánica, y han visto caer a sus dirigentes asesinados, sin que todavía
haya tronado el escarmiento.

Compañeros: Nos hemos reunido durante nueve años en esta misma plaza, y en esta misma
plaza hemos estado todos de acuerdo en la lucha que hemos realizado por las
reivindicaciones del pueblo argentino. Ahora resulta que, después de veinte años, hay
algunos que todavía no están conformes de todo lo que hemos hecho.

Compañeros: Anhelamos que nuestro movimiento sepa ponerse a tono con el momento que
vivimos. La clase trabajadora argentina, como columna vertebral de nuestro movimiento,
es la que ha de llevar adelante los estandartes de nuestra lucha. Por eso, compañeros, esta
reunión, en esta plaza, como en los buenos tiempos, debe afirmar la decisión absoluta para
que en el futuro cada uno ocupe el lugar que le corresponde en la lucha que, si los malvados
no cejan, hemos de iniciar.

Compañeros: Deseo que antes de terminar estas palabras lleven a toda la clase trabajadora
argentina el agradecimiento del Gobierno por haber sostenido un pacto social que será
salvador para la República.

Compañeros: Tras ese agradecimiento y esa gratitud puedo asegurarles que los días
venideros serán para la reconstrucción nacional y la liberación de la nación y del pueblo
argentino. Repito, compañeros, que serán para la reconstrucción del país. Y en esa tarea
está empeñado el Gobierno a fondo. Serán también para la liberación, no solamente del
colonialismo que viene azotando a la República a través de tantos años, sino también de
estos infiltrados que trabajan adentro, y que traidoramente son más peligrosos que los que
trabajan desde afuera, sin contar que la mayoría de ellos son mercenarios al servicio del
dinero extranjero.

Finalmente compañeros, deseo que continúen con nuestros artistas que también son hombres
de trabajo; que los escuchen y los sigan con alegría, con esa alegría de que nos hablaba Eva
Perón a través de apotegma de que en este país los niños han de aprender a reír desde su
infancia.

Queremos un Pueblo sano, satisfecho, alegre, sin odios, sin divisiones inútiles, inoperantes
e intrascendentes. Queremos partidos políticos que discutan entre sí las grandes decisiones.

No quiero terminar sin antes agradecer la cooperación que le llega al Gobierno de parte de
todos los partidos políticos argentinos.

41
Para finalizar, compañeros, les deseo la mayor fortuna, y espero poder verlos de nuevo en
esta plaza el 17 de octubre.”

Esta cita textual del discurso de Perón es completa y sin hacer referencia a lo que suele

verse en la mayoría de los artículos de la época (solo resaltando los insultos hacia los laderos

de Perón y la respuesta de éste también con insultos); porque además de llamarnos la atención

los términos y palabras del mismo, busca mostrar cuál era el discurso público de Perón. Vemos

en sus palabras que, sin desconocer las motivaciones emocionales generadas por los canticos

contra su esposa y vicepresidenta y contra su política en general, la respuesta a los cánticos y

a los reclamos del sector de izquierda de la juventud, no es una respuesta de carácter

reaccionario, sino que, por un lado, apela a la evocación de una parte de la propia historia del

peronismo, de los trabajadores y de los sindicatos, y por otro, hace referencia a la necesidad de

terminar con el colonialismo, hablando de “liberación”, de enemigos externos y de enemigos

internos.

En este sentido, se puede decir que la idea de liberación nacional no era exclusiva de

la juventud Montonera y que Perón también la abonaba. Esto lo planteamos porque en la

vorágine de la época, muchas veces parece que solo la juventud tenía esos objetivos y no era

así, ya que, como se aprecia en el discurso, Perón planteaba como parte de su programa la

liberación y la independencia. Alguno podrá pensar que fue circunstancial su discurso, y que

los venía persiguiendo con las “tres A”. Pero las ideas que evoca en ese acto están presente en

todos los momentos de Perón y con esos conceptos echo los jóvenes ese día de la plaza, pero

también de su partido.

Como lo plantea Sergio Bufano (2005), haciendo alusión a una reunión con todos los
dirigentes juveniles del peronismo, tanto de izquierda como de derecha antes de que asumiera
la presidencia, en la que plantea: “el peronismo nada tiene que ver con el socialismo: algunos
quieren pasar de un sistema a otro sistema, cambiando el sistema. No, no; el sistema no se
cambia. El sistema va a resultar cambiado cuando las estructuras que lo conforman… se hayan

42
modificado. ¿Y cómo se modifican? Hay un solo camino… que es la legislación. No es de
ninguna manera constructivo romper un sistema. Ustedes quieren hacer igual que Allende en
Chile y miren cómo le va a Allende… Hay que andar con calma”. (p.22)

Puede decirse que el líder entendía que no era el momento, o no estaba de acuerdo con

tomar las medidas que los jóvenes reclamaban, y gran parte de la izquierda y el campo popular

también exigían, pero no puede decirse que el programa de Perón era diametralmente opuesto

al de las necesidades del pueblo.

En definitiva vemos que la política de Perón, si bien fue de corte reformista, trajo

alivio al pueblo. En materia económica el gobierno de Perón congelo los precios, sobre todos

los de la canasta familiar, intentando que no crezca la inflación y garantizando el pleno empleo.

En materia agraria, promulgo la Ley de Arrendamiento Rurales, colocó retenciones a las

exportaciones, con lo cual se enfrentó y tuvo la oposición de los terratenientes y sus

organizaciones sectoriales quienes en ese periodo de inflación pedían que se liberaran los

precios de los arriendo, esto le permitió ganarse la adhesión de los pequeños y medianos

productores que se vieron favorecidos. También congelo los precios de los alquileres, con lo

que ganó la adhesión de un sector importante de las capas medias. En materia de comercio

exterior, mantuvo la Junta Nacional de Granos y de Carnes, a su vez Perón resistió endeudarse

con los organismos de crédito internacionales como el FMI, se estima que las empresas

nacionales en relación a las extranjeras eran el %50, se habla de 700 empresas del estado

Resulta paradójico entonces, quien fuera uno de los líderes más importantes de la

historia argentina, con un carisma inconmensurable, tuviese que enfrentar semejantes

tensiones. Finalmente los hechos muestran cómo fue la lucha por la hegemonía en el bloque

las clases dominantes, con un Perón que no abandono nunca la misma hasta los últimos días de

su muerte el 1 de julio de 1974.

43
Estela Martínez de Perón. Isabel. Isabelita.

Es sabido por todos que Isabel Martínez de Perón, hasta haber llegado a la

vicepresidencia, no tuvo participación o practica activa en la historia del peronismo. De hecho,

causa sorpresa la designación de ella como vicepresidenta del general. Los sectores de

izquierda del peronismo buscaron, sin respuesta alguna, poder imponer un candidato a

vicepresidente; los sectores del sindicalismo, también; ninguno lo logró. En épocas del

acontecimiento de la formula Perón-Perón, nadie creía que Isabel pudiese llegar, en el caso de

asumir, a sobrevivir a la presidencia. Esta opinión se comprobará falsa, ya que no solo gobernó,

sino que fue quien más tiempo estuvo de las tres presidencias del periodo de 1973-1976. En

principio el Gobierno de Isabel sigue contando con los apoyos que contaba Perón. La oposición

luego de su muerte ratifico el apoyo (aunque por poco tiempo) a la esposa del general, la iglesia

también y el Ejercito a través de Leandro Anaya también, al tiempo que procuraría acercase y

congraciarse con el Sindicalismo Peronista, de la CGT y las 62 Organizaciones.

Así lo describe L. De Riz (2000), Isabel no había participado en la historia de este

movimiento político que había heredado. En 1965 cuando Perón la envió a neutralizar la acción

del sindicalista Vandor esta conoció a López Rega. Una vez muerto el presidente Isabel y sus

asesores declararon la “hora del peronismo” y desmantelaron el ya maltrecho equilibrio

diseñado por Perón. Tanto las políticas de Estado como Montoneros recurren en esta etapa a la

violencia.

Plantea Marcos Novaro (2006), la muerte de Perón agudizo el vacío de poder y la

pérdida de eficacia de las políticas de gobierno, en especial las económicas. Luego asume

Isabel y en un principio hay un parcial entendimiento entre esta y los sindicalistas, que tardara

poco tiempo en evaporarse. En octubre del ´74, presionado por los conflictos distributivos, la

creciente crisis de la balanza de pagos (fruto de una política de tipo de cambio retrasado que

44
buscaba evitar una mayor alza de precios, y que alentaba las importaciones y la especulación

financiera), y las presiones del agro contra un proyecto de ley que pretendía combatir la

tenencia improductiva de tierras, Gelbard renuncio. Lo reemplazo Gómez Morales que inicio

un indisimulable camino al ajuste: devalúo la moneda y anuncio una progresiva liberalización

de los precios y mayor celo en el control del déficit. Las presiones de la CGT fueron en aumento

y el resultado de esas medidas para las cuentas públicas fue efímero: el ritmo inflacionario lo

devoro. En mayo del ´75 sus medidas no encontraron eco ni en los sindicatos ni en los

empresarios y debió irse.

El objetivo de los jefes sindicales y de Isabel era peronizar al gabinete y el primer

blanco fue Gelbard. La CGT retiro el aval al proyecto de ley agraria aunque esta era una pieza

clave del programa reformista levantado con la CGE. Cuando lograron el alejamiento de

Gelbard al mismo tiempo debilitaron los vínculos que ligaban a la CGE con el gobierno y se

terminó también la relación que Perón había establecido con la UCR. (De Riz, 2000).

Si con Perón vivo se creía que existía cierto vacío de poder, con la asunción de Isabel,

Están lo que dirán que el vacío de poder fue total, los que plantan que no hay diferencia entre

el gobierno de Isabelita y el golpe y los que plantean que muerto Perón el golpe de estado

estaba en marcha.

Como veremos más adelante, la política concreta de Isabel Perón no estaba al margen

de lo que venía sucediendo con Perón o Cámpora, sin dudas lo que creemos es que la muerte

de Perón, permitió a todos los actores en pugna en el periodo, actuar, plantear y ejecutar

políticas sin tapujos. Ya no estaba Perón, lo que generaba que las críticas a las medidas

económicas del mismo, a su política, ya sea dentro de la interna peronista, en la oposición o

entre todos los actores sociales, ya no tendrían recaudos, una situación era lo que generaba la

figura del mismísimo Perón y otra era con Perón muerto. Con lo cual, de golpe, parece todo

45
recrudecer y ya nadie duda en criticar, o tomar medidas de fuerza de cualquier tipo para

oponerse al nuevo gobierno.

Dice Chitarroni Maceyra (2004), muerto Perón, el gobierno necesitaba legitimar su

origen popular con hechos concretos, evidenciando que no solo era depositarlo en una herencia

formal. Sin Perón, el único camino posible era aferrarse al programa votado por las mayorías,

que había recibido también -en sus aspectos mínimos- el apoyo de buena parte de los sectores

políticos. Ocurriría todo lo contrario.

Para Carlos Leyba quien fue funcionario del gobierno, formando parte del equipo

económico del Gelbard, parece no haber dudas de lo que pasaría luego de la muerte de Perón.

Dice este autor:

“es el periodo del aislamiento del equipo económico y de la crisis final del programa, víctima
de la ausencia de capacidad política que no habíamos acumulado porque nadie podría haberlo
hecho cuando Perón la proveía. Cualquier acción en este sentido hubiese sido imposible e
indeseable. La ruptura de la relación privilegiada con el sindicalismo, consecuencia de la
desaparición de dos pilares de la concertación, Rucci y Romero, y el fin sin el árbitro máximo
de aquella estrategia. A partir de entonces fue inevitable el deterioro de la relación con el
mundo empresarial. La debilidad no adhiere ni asocia, la debilidad separa.” (p.141)

Con la llegada de Isabel a la presidencia y la muerte de Adelino Romero el dirigente

de la CGT, tomarían más fuerzas los sectores gremiales ligados a las 62 organizaciones

peronistas, lideradas por Lorenzo Miguel (metalúrgico de la UOM), mientras que se perfilaba

para la CGT un líder de la ortodoxia como Casildo Herrera.

C. Leyba (2003) señala que la nueva dirigencia sindical, que no había participado

directamente del proyecto, observaba la situación desde la óptica de los problemas inevitables

que el programa había generado, más que de la perspectiva de la consolidación de las

soluciones que efectivamente había aportado. Las dos visiones eran necesarias. Todo

46
reduccionismo resultaba improductivo. Pero la nueva dirigencia sindical elimino la perspectiva

de la consolidación de lo logrado.

Seria esta nueva dirigencia sindical, que presionada por las bases, la que más presión

ejercía sobre las medidas económicas del Ministro Gelbard. Lo que nadie esperaba era la

repercusión de la crisis del petróleo en octubre de 1973 (los países petroleros de Medio Oriente

dejaron de vender petróleo y los precio del crudo se fueron por las nubes), y el rebote de gran

magnitud que tendría sobre la inflación.

Chitarroni Maceyra (2004) esboza la idea que con la muerte de Perón, la política de

Gelbard se quedaba sin soportes, pues rompía el acuerdo social sobre el cual cabalgaba. Un

acuerdo que se había extendido hasta incluir sectores heterogéneos -con intereses

potencialmente enfrentados- solo podía articularse en torno a la suma de poder político que

Perón encarnaba. Desaparecido ese factor, los protagonistas sociales rompían su alianza. No

obstante su carácter moderado, el programa de Gelbard despertaba resistencia en los sectores

empresarios, donde los grupos reformistas eran particularmente débiles frente al poder que

conservaba la burguesía agraria y los industriales y financistas vinculados al capital

monopólico internacional. En cuanto al sector obrero este autor plantea que en principio había

sustentado el plan, aunque con reparos, pero ya no se sentía comprometido con el mismo. Y

que el sector de sindicalistas se veía que la parte empresaria del pacto ya no era tan equitativa,

así mismo la CGT era presionada por las bases con conflictos fabriles que los obligaban a

profundizar sus demandas. En julio de 1974 se cierran las exportaciones de carne a Europa y

el precio de las materias primas bajaban ostensiblemente, con lo cual se reforzaba su carácter

opositor al gobierno.

Parecía que la política de Gelbard estaba llegando a su fin, se hablaba del fracaso de

su plan económico y lo difícil de poder sostener el equilibrio y el crecimiento económico como

47
pilares del consumo y desarrollo. Pero también puede entenderse que sobre estas fallas operó

la lucha por quien hegemonizaba el gobierno, por ende quien tenía la manija dentro de las

clases dominantes, con lo cual puede pensarse que Isabel buscaba poder hegemonizar el

gobierno, imaginemos que si el propio Perón mantuvo una lucha a brazo partido por la

hegemonía, porque Isabel no habría de hacerlo muerto Perón y con todo en su contra al

momento de asumir la presidencia.

C. Leyba (2003) lo explica diciendo que al final de esos noventa días, de julio, agosto,

septiembre de 1974 el equipo económico se había debilitado. Una alternativa era lograr que la

dirigencia sindical, empresarial y política apoyara y diera una nueva fortaleza a la

concertación. Los políticos y los empresarios respondieron favorablemente. Los sindicatos,

quizás atemorizados por la presión de sus bases movilizadas y la izquierda, se convirtieron en

un obstáculo. Esta resistencia era previsible, lo que no era previsible era el surgimiento de una

alianza sindical con la casa rosada de López Rega, y que esta diera forma a un acuerdo cuyo

objetivo fue terminar con la concertación, que era el verdadero obstáculo para la hegemonía

política a la que el aspiraba. Sin capacidad desde adentro Gelbard ya no pudo presionar desde

adentro y cualquier posición tomada desde la política hubiera puesto al sistema institucional en

peligro. Los funcionarios que, desde la presidencia, eran el entorno de la intimidad de Isabel

Perón trabaron decretos y propuestas de leyes indispensables. Como por ejemplo los acuerdos

comerciales con la URSS que quedaron en suspenso.

Posterior a la salida de Gelbard de economía, y el nombramiento de Alfredo Gómez

Morales como nuevo ministro de economía, sobrevino la ruptura de la política de ingresos al

poner en práctica un esquema de liberación de los precios que ignorando las fallas de mercado

existentes, intento recrear el funcionamiento de un seudomecanismo de oferta y demanda. La

consecuencia fue la parálisis del proceso exportador y transformador del estado dando vuelta

atrás y regresando a viejos problemas aclara C. Leyba. Él mismo plantea que la nueva alianza

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lopezrreguista, asesorada por Gómez Morales, significaba la renuncia al crecimiento y a la

concertación, al punto que el nuevo ministro de economía en su asunción, señalo que la

economía esta recalentada y había que enfriarla.

Alfredo Gómez Morales, había sido pieza clave en el primer gobierno de Perón, había

sido Ministro de Economía desde 1952 a 1955, también había sido Presidente del Banco

Central en 1949, podemos decir que era un hombre del riñón de Perón, que antes de ser

nombrado por Isabel Perón, había estado nuevamente en el Banco Central nombrado por

Campora y sostenido luego por Perón. Los salarios verían la impronta de Gómez Morales

siendo depreciados a gran escala.

La gestión de Gómez Morales estuvo centrada en la demolición del Pacto Social y en

la reconstrucción de conceptos de la política económica que resultarían inútiles en esta etapa.

A partir de octubre de 1974 destruyo las bases del Plan Trienal y encaminó al país a una

extraordinaria crisis económica. La consolidación de la industria, la distribución progresiva del

ingreso, el objetivo de un salto exportador, eran para el nuevo ministro heterodoxias

intolerables.

El recambio del Ministro de Economía respondía al Lópezrreguismo, a la necesidad

de ir dominando la totalidad del aparato gubernamental. Pero este grupo, cuyo sustento era solo

Isabel, requerían para ello ganar algún punto de apoyo firme. Ese sería el papel que cumpliría

finalmente el gremialismo dice Chitarroni Maceyra (2004).

A fines de 1974 varios gobernadores fueron acusados de infiltrados y destituidos a

instancias de la dirigencia sindical. Habían intervenido y destituido a Alberto Martínez Vaca

en Mendoza, a Jorge Cepernic en Santa Cruz (este había mandado un proyecto de ley a la

legislatura provincial, que planteaba la expropiación de tierras a la corona británica), Miguel

Ragone en Salta (quien fuera desaparecido posteriormente al golpe de estado). En consecuencia

49
lo que aparecía como peronización del gobierno, se inscribía en la lucha por la hegemonía del

poder, esto sumado a los atentados perpetrados por Montoneros también se inscribe en la lucha

interna del peronismo. Nosotros elegimos quedarnos, con la idea de la lucha por la hegemonía

del gobierno por parte de Isabel Perón y el ala ortodoxa de derecha encarnada en López Rega

de forma voraz, profundizaba la lucha contra la subversión y el ala peronista de izquierda a

ritmos cada vez más veloces; de manera ilegal y a sabiendas de todos que la “triple A” era una

banda paraestatal que jugaba de juez de la muerte, en lo que comenzó siendo la lucha interna

para luego dar lugar a la lucha contra los grupos de izquierda, la guerrilla, etc. sin tapujo alguno.

Fue por esa época que fueron intervenidos los sindicatos opositores a la cúpula gremial

cegetista, así intervinieron el SMATA Córdoba que dirigía René Salamanca, el grafico de Bs.

As. encabezado por Raimundo Óngaro, el LUZ y FUERZA de Córdoba encabezado por Tosco,

encarcelando dirigentes y pidiendo la captura de otros. Con lo que, la nueva política del

Peronismo jugaba fuerte en la interna peronista y en los nuevos actores políticos que estaban

por fuera del peronismo.

Para el nuevo gobierno la propuesta de Ley Agraria pasó a ser considerada no

peronista, porque atentaba contra la propiedad, con lo cual perdió el apoyo inicial al gobierno

por parte de los pequeños productores y este apoyo se diluiría. Están quienes dicen que los

gremios a cambio de quitar el apoyo a la Ley Agraria les fue otorgada la nueva Ley de Contratos

de Trabajo. Según Chitarroni Maceyra (2004), Gómez Morales contaba con cierto aval en los

organismos internacionales de crédito, y obviamente, en los Estados Unidos. El mismo dice

procuraría atacar la inflación en base a las recetas proporcionadas por la ortodoxia monetaria.

Pero estas recetas no solo no contuvieron la inflación sino que agravarían el cuadro.

Los precios máximos seguían funcionando, con fallas, pero buscando no encarecer el

costo de vida. Aun extremando los controles de precios sobre los comerciantes, no se logró

50
mantener el costo de vida y este aumento un 26% en tres meses desde octubre del 74 a febrero

del 75. Pero la depredación del salario sumada al aumento del costo de vida puso a los

Gremialistas de la CGT y las 62 organizaciones en contra del plan de Gómez Morales, estos

seguían presionados por las bases y las repercusiones entre los trabajadores de la política

económica sumada a la intervención de los grandes sindicatos dirigidos por la izquierda los

obligaba a reclamar soluciones, algo que les era difícil porque con Isabel habían ganado

protagonismo.

Según Chitarroni Maceyra (2004), con un dólar subvaluado, unido a la merma de la

producción rural y al progresivo abandono de la apertura comercial al Oeste, había revertido la

tendencia favorable que la balanza comercial mostrara inicialmente. El superávit del 1973 y

1974 se transformaba en déficit comercial. El crecimiento de las importaciones y el turismo

exterior, hacían decrecer las divisas con rapidez.

Dice Alejandro Horowicz (2007):

“El peronismo sin Perón abandonara la fauna fantástica. La autoridad del líder, aun
cuestionada, había fijado los límites del juego: en sus manos, Lopecito había sido un
instrumento terrible, pero un instrumento. De ahora en más, todo queda librado a la naturaleza
de las cosas y los efectos de la naturaleza serían alucinantes. Este autor elige hablar de cuarto
peronismo al referirse al gobierno de Isabel Perón, plantea que con la muerte de Perón morían
muchas cosas. Moría el proyecto de impulsar el crecimiento autónomo de la Sociedad
Argentina, sin romper con los límites del capitalismo y con absoluta presidencia de su
posibilidad efectiva. Moría el sueño del pacto social, que parlamentarizaría el enfrentamiento
entre trabajadores y empresarios, para volver innecesario el golpe de estado. Moría el
horizonte de un país relativamente próspero y relativamente capaz de satisfacer los
requerimientos esenciales de buena parte de sus integrantes. Moría el canal que había
absorbido las energías de que intentaron un país diferente”. (p.282)

Para A. Horowicz (2007) el gobierno de Isabel no se propone plan alguno. Solo el de

durar y poder vencer en futuras elecciones. Dice este autor que al suceder la muerte de Perón,

Montoneros vuelve a recordar públicamente el plan que llevó adelante para secuestrar y

51
asesinar a Aramburu, y que con esto buscaba nuevamente la simpatía popular. Cuestión que

entraría en una fase compleja. Ya que entraba en tensión en la organización una línea más

ligada a los sectores populares y una línea mas armada. El paso a la clandestinidad sería la

muestra de hacia dónde irían en los próximos meses.

Montoneros había buscado el nacimiento del Peronismo Autentico20 como un lugar

desde donde disputar el movimiento, en este estaban los sectores juveniles de la Tendencia en

alianza con sectores críticos al peronismo más ortodoxo. Se presentarán a las elecciones

provinciales en Misiones logrando un pésimo resultado, ya que gano holgadamente el

oficialismo peronista. Estas elecciones serían una muestra de dos cosas, una el apoyo que aún

tenía el peronismo oficialista, que si bien retrocedió en votos mantuvo una diferencia

importante con la UCR. Y por otro lado mostro también que la política de montoneros no tenía

cabida entre los votantes. En el medio de la campaña electoral, Montoneros intenta tomar el

regimiento de Formosa, con lo cual además de que la propaganda armada no les dio resultado,

también se rompía el frente con los sectores opositores al oficialismo interno en el peronismo,

ya que estos tampoco aprobaban la línea armada, de los jóvenes, con lo cual, montoneros queda

aislado del resto del movimiento justicialista. Los hijos del tercer peronismo no eran capaces

de sobrevivir a la muerte del padre.

Para Guido Di Tella (1983), muerto Perón, disminuyo en gran medida la capacidad de

arbitraje del Poder Ejecutivo, siendo este un problema grave para una alianza más bien débil.

Dice Di Tella, que el problema estuvo en que Isabel Perón se identificó con el ala de derecha

del partido, dirigida por López Rega, más de lo que se esperaba. Éste intento imponer

decisivamente una política de derecha, cuya esencia era la aplicación de una línea ortodoxa en

el plano económico que buscaba doblegar el poder de los sindicatos. Este autor plantea que el

20
Partido Político creado después de la Muerte de Perón por el ala de la Tendencia y aliados progresista dentro
del movimiento peronista. Su presidente fue Oscar Bidegain.

52
nombramiento de Gómez Morales al frente del Ministerio de Economía fue una solución de

compromiso sin mucha convicción, ya que el verdadero plan derechista sería en el segundo

trimestre de 1975.

El cambio de mando en el Ministro de Economía, ahora a manos de Gómez Morales

para Mario Rapoport fue la finalización de una etapa de la política económica del retorno del

peronismo, iniciándose una fase que se caracterizara por una profunda inestabilidad. Dice este

autor esta etapa va tener como principales problemas, la balanza de pago, agravada ésta por los

precios del petróleo y las disputas con el movimiento obrero.

En octubre de 1974 Isabel pareció retomar el programa peronista, asociado a la

nacionalización de la economía. Se anunció la argentinización de las bocas de expendio de

combustibles pertenecientes a SHELL y a ESSO; la anulación de los contratos para la provisión

de equipos telefónicos a ENTEL por parte de la SIEMENS e ITT y la nacionalización de cinco

bancos adquiridos por el capital extranjero durante el anterior gobierno militar.21 Aunque para

el autor posteriormente Gómez Morales no pudo domar la economía y al planteo enunciado

arriba se sumaría para el autor, el problema con los precios y la inflación, sumado a la falta de

reservas en divisas internacionales, esto sumado a la tensión que generaba su política con los

sindicatos hizo que terminara su mandato. (M. Rapoport 2007)

Maristella Svampa (2003) dirá que:

“su política apunto a la consolidación de un proyecto ultramontano, que preveía no sólo la


exterminación total del ala izquierdista sino también la disolución del modelo nacional-
popular, mediante la subordinación de histórico actor del modelo peronista, el poder sindical.
Impulso una inflexión importante en términos político-económicos. López Rega tenía
funciones cada vez más influyentes. “El Rasputín de las pampas”, su habilidad fue justamente

21
Sumado a la aprobación de la Nueva Ley de Contratos de Trabajo, que permitió incorporar al trabajo rural y
domestico por primea vez en historia. Fueron de las medidas más importantes tomadas en la primera etapa del
gobierno de Isabel Perón.

53
construir una suerte de poder detrás de un núcleo de poder ya personalizado. Con Isabel, su
conversión en virtual primer ministro, le dio las herramientas para aplicar sus propias
metodologías de terrorismo de Estado.” (p. 421)

Como vemos, en esta primera parte del gobierno, Isabel busca sin muchos resultados

ganar protagonismo al mismo tiempo que intenta afianzar su hegemonía en el gobierno. Si bien

no arranca del todo mal (más allá de su debilidad, dirán algunos, o del vacío de poder, dirán

otros), Isabel pretende dar continuidad al programa histórico del peronismo. En esa lucha por

la hegemonía se recuesta demasiado en el sector más reaccionario de José López Rega y en esa

alianza comienza el deterioro del logro inicial, que fue ser la primera presidenta de la historia

argentina, nada más ni nada menos que posterior a uno de los líderes más importantes de la

Argentina, su esposo Juan Domingo.

Fue así que los resultados económicos e intentos de estabilizar la situación de deterioro

de la política de Gelbard se transformaron en retroceso y como dijimos más arriba darán lugar

al recambio de Gómez Morales. Dando paso a el nuevo Ministro Celestino Rodrigo, un

exponente de la ortodoxia económica, y un exponente del grupo sobre el cual se recostó Isabel

Perón, el Lópezrreguismo.

54
El Rodrigazo

La asunción de Celestino Rodrigo al Ministerio de Economía el 2 de junio de 1975

será la ruptura más grande entre el gobierno y las masas durante el gobierno de Isabel Perón.

Claramente el mandato de Rodrigo a Economía traerá el mayor cimbronazo económico del

tercer peronismo.

El plan económico planteado por el equipo económico encabezado por Rodrigo, fue

una política de shock basado en el ajuste descomunal al bolsillo de una sociedad que hasta

ahora venía dando pelea contra la inflación. Esto sumado a la represión para estatal será un

coctel explosivo. En mayo ya había sido reemplazado en su cargo el General Anaya, de quien

se dice que fue pasado a retiro por dar lugar al informe que detallaba las acciones deliberadas

por parte de las AAA, buscando blanquear, o legalizar la lucha contra la violencia, en su lugar

nombraron a Numa Laplane, quien parecía tener mayor compromiso con el gobierno. Los

conflictos sociales habían crecido de manera importante en los meses previos al Rodrigazo,

éstos se multiplicaban en gran número. En marzo se había dado un conflicto de magnitud en

Villa Constitución, conocido o descripto como el “Villazo”22, el mismo tuvo centro en las

juntas internas y los delegados que tuvieron un destacado papel, a quienes no querían reconocer

ni los dejaban llamar a elecciones de su gremio la UOM, estos eran expresión del sindicalismo

clasista. Finalmente los dirigentes de esta huelga fueron encarcelados, posteriormente

asesinados algunos y desaparecidos otros.

M. Novaro (2006) dice que, Isabel y su entorno creyeron que era tiempo de excluir a

la CGT de la gestión del gobierno y nombraron a Celestino Rodrigo, quien adopto el ajuste

ortodoxo. La devaluación fue del 100%, mientras que se ofrecían aumentos muy inferiores en

22
Para Christian Castillo es Villazo será la muestra del grado de organización y conciencia que habían tomado las
masas, a través de experiencias como estas y con las coordinadoras inter-fabriles de la época .Describiendo así
este proceso histórico como una “situación revolucionaria”, la cual el Golpe de Estado vendría a masacrar.

55
los salarios. Hubo grandes protestas sindicales y el gobierno tuvo que reabrir negociaciones

colectivas para conseguir el apoyo de los empresarios, pero eso no sucedió: en los convenios

en discusión se fijaron aumentos de entre el 80 y el 200%, inmediatamente transferidos a los

precios. El gobierno anuncio entonces que los convenios quedaban anulados, pero debió

desprenderse de Rodrigo y de López Rega ante la movilización de los sindicatos.

Los sindicatos estaban en el peor momento de la relación con el gobierno, más allá de

la nueva Ley de Convenio de Trabajo, el enfrentamiento entre estos y las empresas por el

salario, no encontraba eco arbitral en el gobierno. Con el nombramiento de Rodrigo, López

Rega se convertiría por un lapso breve fue el hombre más poderoso del gobierno, ya que los

principales ministerios estaban a cargo de gente de su confianza.

El plan económico de Rodrigo consistía en la aplicación de una política destinada a

desacelerar la inflación y, supuestamente, estimular la inversión mediante el aumento de

rentabilidad. Para ello procurará una súbita y violenta contracción del salario real y aun

aumento generalizado de los servicios públicos y combustibles, con su lógica consecuencia de

incrementos de los precios de todos los productos, plantea H. Chitarroni Maceyra (2004). El

mismo autor plantea que la conducción económica a cargo de López Rega enfrentara al

gobierno con los dirigentes sindicales. Así se pasaba de un intento gradualista de parte de

Gómez Morales a una “intervención quirúrgica” por parte de Rodrigo. Un verdadero plan

impopular, destructivo para el sector asalariado. Las corrientes de opinión liberales harían el

descargo del desafortunado ministro, señalando que todo su pecado consistió en “sincerar” las

variables económicas que sus predecesores habían mantenido aherrojadas. Particularmente, el

retraso cambiario -Rodrigo devaluó en un 100%- las tarifas públicas y los precios de los

combustibles, que ascendieron un175% en el caso de la nafta. Desde esa óptica, aquello que se

dio en llamar “Rorigazo” no hacía sino desnudar las debilidades de la “inflación cero”

proclamada por Gelbard. Algo de verdad había. Al menos, se ponía de manifiesto como falta

56
de profundización de la política inicialmente trazada, su parálisis, y sus dilaciones y

vacilaciones conducían el proceso a una vía muerta, posibilitando un cambio de rumbo que lo

aproximaba a las variantes liberales tantas veces ensayadas.

Va señalar G. Di Tella (1983),

“el nuevo grupo económico quería liberar los precios, devaluar la tasa cambiaria hasta llevarla
a un nivel realista muy devaluado, mejorar los precios agropecuarios, estimular la inversión
privada, elevar los precios de los servicios y los bienes públicos, disminuir el déficit fiscal,
mantener bajo los salarios y finalmente, doblegar el poder de los sindicatos. El gobierno
devaluó el peso de 15 a 30 pesos por dólar. Los precios de los bienes públicos aumentaron
más del 100 por ciento y el caso de la nafta llegó a 200 por ciento. Ofreció un aumento de
salarios de alrededor del 40 por ciento a los trabajadores. Mientras que la inflación paso del
74,2 por ciento en los doce meses anteriores a mayo de 1975 a un 954 por ciento en los doce
siguiente. En este periodo la interna paso de ser no con el ala de izquierda, sino con entre el
ala sindical y el sector de derecha del gobierno. Con un aumento en el consto de vida que fue
del 102 por ciento y del 117 por ciento en los precios mayoristas. La desocupación paso del
2,3 por ciento al 4,8 por ciento. (p.211)

La descripción de las medidas por parte de Néstor Restivo y Raúl Dellatorre (2016)
no varían del resto de los autores, salvo por algunos puntitos en los porcentajes de aumento.
Dicen los autores:

“el 4 de junio de 1975 Rodrigo informo que le tipo de cambio y los precios públicos se
incrementaban un promedio del 100% y el impacto en toda la cadena de precios fue
automático. El dólar paralelo ya cotizaba arriba de los 40 pesos, y el aumento del dólar oficial
respecto del peso, con cotizaciones desdobladas en distintos tipos –dólar financiero, turístico
y comercial, fue de entre el 80 y el 160%. Las naftas subieron hasta un 181%, la energía, 75%
y las tarifas de otros servicios públicos, entre el 40 y el 75%. Se decidió aumentar con un
sistema de reajustes periódicos o directamente liberar, según los plazos, las tasas de interés
para los depósitos bancarios, y se determinaron las alzas de las exportaciones, entre otras
medidas.” Estos autores suman más detalles económicos, de los aumentos, el boleto de
colectivo paso de 1 a $1,5 y los pasajes de trenes subieron entre el 80 y 120%. Los aumentos
de salarios habían oscilado entre el 38% en marzo a un 45% en junio”. (p. 23)

57
Para C. Leyba (2003) el “Rodrigazo” fue la antesala del golpe militar, anticipó sus

ideas y sus nombres e incluso los de la nueva clase empresaria, la “patria contratista”, que la

nueva dictadura militar potenció.

No nos resulta necesario seguir mostrando las descripciones de otros autores, ya que

todas redundan sobre lo mismo. Un plan maléfico contra el pueblo trabajador. Es increíble

pero real, un cambio ministerial en un área clave como economía, diera lugar a un plan

económico devastador que generó consecuencias desbastadoras para el pueblo y el gobierno.

Sin embargo una vez más las reservas democráticas del pueblo argentino, afloraron como flores

entre las piedras frente al “Rodrigazo”.

La respuesta popular no hizo esperar. Grandes movilizaciones iniciaron desde las

bases, presionando a las direcciones sindicales, para que éstas llamaran a una huelga.23 La CGT

y los sindicatos, al tiempo que reclamaban, negociaban con el gobierno, no aceptaron la pauta

salarial, se movilizaron reclamando en contra del plan económico y pidiendo que se extiendan

las negociaciones paritarias que imponían el 45% de aumento de los salarios.

Posterior a que los sindicatos lograrán poder negociar libremente con los empresarios

los aumentos de sueldos, como resultado de la medida del gobierno que empezaba a retroceder

y que buscaba distender el caos provocado por el plan económico, los gremios consiguen

aumentos de salarios que van del 60 al 120% según las ramas, esto sería un triunfo para los

sectores de trabajadores respecto al plan Rodrigo. No obstante Isabel en una muestra más de

sus ideas y vueltas, en la búsqueda de no aparecer débil, plantea que no aceptaran los acuerdos

23
Dicen Ruth Werner y Facundo Aguirre en la revista digital Izquierda Diario del 27 de junio de 2016 “La punta
del conflicto fue la IKA Renault de Córdoba donde el 2 de junio los obreros en asamblea deciden contestar a los
todavía rumores sobre el plan económico con un abandono de tareas. El ejemplo ganará a las fábricas del interior
del país –esencialmente Córdoba y Santa Fe– y del Gran Buenos Aires. Pese a las derrotas previas sufridas por
las vanguardias que venían del Cordobazo, del primer clasismo (Sitrac-Sitram), de Luz y Fuerza Córdoba (Agustín
Tosco), del SMATA Córdoba (René Salamanca) y de la combativa UOM Villa Constitución (Alberto Piccinini), la
clase obrera de Córdoba, Santa Fe y Mendoza jugará un papel de primer orden en los acontecimientos.”

58
salariales logrados. Esto finalmente, será la gota que faltaba y la CGT y los sindicatos convocan

al Paro contra el gobierno peronista, sería la primera vez.

L. De Riz (2007), lo describe de la siguiente manera, las medidas provocaron la

movilización masiva que desbordo a los sindicatos y los sindicalistas no tuvieron otra

alternativa que plegarse a esta protesta espontánea. Los dirigentes sindicalistas debían, o

continuar la confrontación con el riesgo de desencadenar la caída del gobierno o aceptar la

derrota política con el costo de profundizar más la brecha con sus bases. Mientras decidían que

hacían los trabajadores paralizaron el país, entonces decidieron convocar a un paro general

(primera huelga general decretada por la CGT en la historia del peronismo). La multitud

reclamo la renuncia de Rodrigo y López Rega y la aprobación de acuerdos salariales. El ejército

no tuvo ninguna reacción, entonces Isabel tuvo que aprobar los acuerdos salariales, López Rega

y Rodrigo renunciaron días después.

Finalmente Isabel reconoce los aumentos alcanzados, renuncia Celestino Rodrigo y

López Rega. Así un poco más de un mes de su asunción y de la puesta en vigencia de su plan

el 17 de julio de 1975 renuncia al cargo de Ministro de Economía. Durando solamente 45 días

en su cargo. Antes ya había renunciado a su cargo Jóse López Rega el 11 de julio. Con las

renuncias de ambos funcionarios, caía el ala política de derecha en el que se había apoyado

Isabel Perón. Estas renuncias podrían haber calmado las aguas, podían haber habilitado nuevas

conversaciones con todos los actores de la esfera política, el sindicalismo intento nuevamente.

Pero tal vez ya nadie confiaba en Isabel Perón.

Nosotros vemos que en esta gran lucha contra el Rodrigazo hubo al menos dos grandes

dimensiones. Una económica, centrada en las reivindicaciones de los salarios y los precios, a

la cual Isabel cedió. Otra de carácter político, el plan Rodrigo fue para muchos la oportunidad

de interceder nuevamente en la crisis política en curso, pidiendo la renuncia de la mismísima

59
Isabel, pero acá Isabel sorprendió, porque cedió nuevamente. El gobierno de Isabel estaba en

una encrucijada, presionado por la oposición, los sindicatos, la izquierda y las organizaciones

armadas de un lado y por otro, los empresarios, terratenientes y militares, ambos veían en la

presidente una traba para sus fines. En este punto parecen tocarse ambos sectores en el medio

de la pinza en la cual estaba Isabel Perón. El dato saliente fue que renunció López Rega,

entonces la gobernaba era la presidente Isabel Perón.

60
El fin del tercer gobierno peronista

Ante el vacío de poder generado por las renuncias del ala lopezrreguista, la CGT

intentó un acercamiento político con el gobierno, enviando un documento con el cual buscaban

imponer medidas económicas concretas para volver al programa peronista. Si bien Bonnani se

manifestaba a favor, Isabel desestimaba esa mano que le intentaban dar los sindicatos.

Finalmente, ante la falta de acuerdo y sin resolución de la crisis económica desatada, los

gremios plantearon una tregua de 180 días y una medida de mínima, que era dejar sin efecto

las suspensiones y los despidos. El gobierno contestaría con un seguro de desempleo. Esto fue

rechazado por los sindicatos ya que en entendían que esa medida estimulaba los despidos y

solo era un paliativo. Así, sin poder lograr un acuerdo con los sindicatos, el 12 de agosto

renuncia Bonnani.

El 15 de agosto se haría cargo del Ministerio de Economía Antonio Cafiero. Este

nombramiento fue el intento de Isabel de dar equilibrio y buscar nuevos apoyos en los sectores

intermedios del peronismo. Cafiero apareció como alguien moderado, que provenía de la

política, e intentó retomar el camino acuerdista entre empresarios y sindicalistas. Si bien

contaba con el apoyo de ambos sectores, retornar a la concertación no sería para nada fácil. El

agua ya había corrido bajo el puente y todo intento por parte de Isabel, seguiría siendo

desestimado a través de la fenomenal excusa del desastre del Rodrigazo. Más allá de las

intenciones, ahora con Cafiero en el gobierno, ninguna medida alcanzaba.

Durante este periodo, Isabel Perón pidió una licencia por enfermedad y se recluyó en

la residencia de Olivos. La presidencia quedó a cargo de Ítalo Luder, presidente del Senado.

Mientras que, por un lado, se mostraba la extrema debilidad del gobierno, por otro, se intentaba

retomar el camino conciliador de la mano de Cafiero. Esto parece no haberlo entendido nadie.

Montoneros y el ERP continuaban como si nada hubiese sucedido, al contrario, parecían pensar

61
más en su estrategia que en lo que en realidad estaba sucediendo por aquellos días. Cafiero

sugiere un cambio en el ejército y propone el nombre de Rafael Videla como alguien

progresista, que podía ayudar en ese periodo (con los años se autocriticaría por esa propuesta).

Así las cosas, el plan económico que había pensado Cafiero no se concretaba, y los

problemas seguían siendo los mismos: la balanza comercial, la inflación y los vencimientos de

deudas. Fue así que en su mandato Cafiero recurre a negociaciones con el FMI, por un crédito

Stand By, por primera vez un gobierno peronista recurría a Fondo Monetario Internacional.

Plantea J. C. Torre (1983), Cafiero se asemejaba más al programa de Gelbard. Su

relativo éxito fue controlar un poco el sector externo, a través de un préstamo con el FMI, y el

proyecto del Instituto Nacional de Remuneraciones con el fin de coordinar la indexación de

salarios aunque nunca se aprobó. Siendo Cafiero apoyado por los sindicatos, con la vuelta de

Isabel a su cargo, su presencia era indeseable. La inminencia de las decisiones agudizó el

dilema de los sindicalistas y algunos hasta quisieron la renuncia de Cafiero a fin de sentirse

libres, cuando llegara el momento de oponerse al plan de estabilización que sabían inevitable.

Es por estas épocas que el peronismo vuelve a dividirse, vuelve haber tensión y esta

se ve en la conformación de un bloque de legisladores llamado “grupo de trabajo” que se aparta

del oficialismo y auspicia el alejamiento de Isabel. El único sector que se mantuvo a lado de

Isabel, fue el de las 62 organizaciones peronistas, encabezadas por Lorenzo Miguel, quien

curiosamente creía que Isabel era la última garantía de unidad partidaria. Una unidad que a esa

altura, carecía de toda realidad. La crítica interna más despiadada venía estaba en la posición

del ahora gobernador Victorio Calabró (metalúrgico). “que enfrentaría a Lorenzo Miguel en

nombre de la vuelta al programa y a la doctrina de Perón, haciendo causa común con el

antiverticalismo24, sin desdeñar contactos militares capaces de producir una rápida reubicación

24
Movimiento interno del Peronismo que se oponía a un único liderazgo.

62
ante la eventualidad del golpe o de prohijar una salida “a la uruguaya”. El episodio culminó

con la expulsión de Calabró del movimiento. (H. Chitarroni Maceyra (2004)

La corrupción sería un nuevo caballito de batalla, se hablaba de unos fondos

millonarios que había recibido una fundación que manejaba López Rega y se sumaba un caso

en Aerolíneas Argentinas con la compra de un avión. Sin mucho que poder hacer y ya sin

respaldo Cafiero renuncia y asume Emilio Mondelli25 el 3 de febrero de 1976, sería el sexto

Ministro de Economía del Isabel Perón en 19 meses. Éste pensaba imponer un plan similar al

de Rodrigo, pero en definitiva no podrá desarrollar ningún plan con el golpe de estado al caer

y la situación política al rojo vivo.

El país se encontraba cada vez en un clima de mayor violencia, de la cual eran

responsables los grupos de extrema derecha, activados desde el gobierno, así como las

agrupaciones armadas de izquierda. Desde la izquierda ERP y Montoneros, fueron

subordinando la estrategia política a la lógica militar. Tanto en la reducción del espacio de la

política institucional como la primacía de una lógica militarista tuvieron graves consecuencias,

pues crearon nuevas oportunidades para el regreso y la relegitimación de las FFAA. En

Montoneros es más notable, además una vez consumada la ruptura con el gobierno peronista,

la agrupación incremento sus acciones armadas mediante secuestros extorsivos. Su

autoproscripción fue llamativa, poco después la declaro ilegal el gobierno de Isabel, pero ya

operaban en clandestinidad. La política de superficie era menos intensa en el ERP. Primero

apuntaban directamente al Ejército. Segundo se proponían provocar al gobierno Por la vía

armada buscaban el estallido de las contradicciones.

Señala M. Svampa (2003) por otro lado, las acciones cada vez mayores de la guerrilla

urbana, orientadas contra las FFAA, así como la guerrilla de Tucumán fueron la excusa del

25
Asumió el 14 de febrero de 1976, luego de haber presidido el Banco Central en 1975.

63
Ejército para recuperar su papel como salvador de la Patria y aplicar de manera discrecional

las tácticas de contrainsurgencia. Su propaganda buscaba el apoyo de la opinión publica

(llevaron 4000 milicos para eliminar 160 guerrilleros). El debilitamiento de Isabel reforzó a las

FFAA.

Así el gobierno de Isabel Perón parecía llegar a su fin, el fin del retorno del peronismo

al poder. El 18 de diciembre del 75 habrá un intento de golpe de estado fallido encabezado por

el General Capellini, que mostraba abiertamente a los sectores del ejército también en la

pulseada por terminar con el gobierno de Isabel. Posteriormente el ERP, atacaría el cuartel de

Monte Chingolo26, en lo que significó la peor derrota de su historia, para algunos el principio

del fin de la organización, ésta acción fue la muestra pública de que el gobierno no podía hacer

nada. La represión nunca ceso, al contrario fue un descontrol llegando a los primeros días de

enero con cientos de muertos y algunos desaparecidos.

La UCR convoco a una coalición para desplazar a Isabel pero no lo logro, el Golpe no

sorprendió a nadie. A diferencia de los golpes del 55 y 66 este fue hecho en nombre de una

identidad que no era ya el resultado del viejo cibaje entre peronistas y antiperonistas, sino

consecuencia de la responsabilidad que habían asumido en la guerra interna.

Como nunca las FFAA se percibieron como una corporación militar por encima de la

sociedad, convencidos de que esa identidad les otorgaba la capacidad para hacerse cargo de

una sociedad enferma e imponerle su disciplina militar, la democracia integrada de Perón había

fracasado.

Finalmente el sector de militares encabezado por Rafael Videla luego de la “tregua”

otorgada al gobierno, termino planteando que para terminar con la guerrilla, primero hay que

26
Este ataque fue considerado la derrota más grande del ERP. No solo por la magnitud de las bajas sufridas sino
por el costo político del hecho en sí mismo.

64
sacar a Isabel Perón del Gobierno. Así fue como el Ejército tomó poder del Estado una vez más

en nuestro país.

65
Conclusiones

Luego de haber realizado un recorrido cronológico por los sucesos del periodo,

mostrando las diferentes descripciones de los autores y habiendo revisado toda bibliografía

consultada para este trabajo, sumado al material digitalizado del Anexo. Intentaremos no ser

determinantes con nuestra visión, y al mismo tiempo no caer en lugares comunes.

Podemos decir, que la vorágine de los sucesos de este periodo, sin lugar a dudas, es

de gran envergadura. Los hechos acontecen a una velocidad, que por momentos inquieta, a

veces confunde, pero finalmente nos estremece. Millones de personas siendo participes directos

de nuestra historia, gobernantes y funcionarios, trabajadores, estudiantes, sindicatos,

militantes, de izquierda, de derecha, católicos, ateos, que sin pelos en la lengua, sin miedo

fueron y vinieron entre tácticas y estrategias, mostrando en su gran mayoría una gran pasión

por el devenir del pueblo argentino y con disposición a la muerte por ese devenir.

Tomando en cuenta lo dicho, marcamos algunos puntos a modo de cierre de este

trabajo. Vemos que el tercer gobierno peronista, fue un gran escollo para las clases dominantes,

siendo el mismo parte de estas. Un gobierno reformista, de burguesía nacional, populista, que

logró una vez más, la identificación con el pueblo argentino a través de sus medidas políticas,

económicas y sociales. En general durante la mayoría del periodo las medidas peronistas

trajeron alivio a la herencia recibida por parte de la dictadura. Podemos decir que la argentina

de ese momento y el mundo eran distintos al de la actualidad. Solo pensar en el sector

empresario, vemos un rasgo distintivo en la gran cantidad de empresas nacionales que existían

en ese periodo. Dicho sea de paso, producto de la política del primer gobierno peronista. Éstas

tenían un peso enorme visto en perspectiva desde la actualidad, por su cantidad y magnitud.

Mostrando el desarrollo de una burguesía nacional que nunca más existió posterior al golpe de

estado de 1976. Vemos conquistas históricas, como la Ley de Contratos de Trabajo que al día

66
de la fecha siguen teniendo vigencia muchos convenios colectivos de trabajo que se

conquistaron con aquella ley. Pero también vemos, que por su propia naturaleza burguesa, el

tercer gobierno peronista, no logró llevar a fondo las medidas necesarias para sostener un plan

parecido al de 1949-1955. Querer cambiar la ecuación en la distribución del ingreso

nuevamente no fue fácil para el peronismo.

Vemos en la historia Argentina, al menos dos cosas. Por un lado que el llamado

“modelo de bienestar”, mercado internista, de pleno empleo, etc. encarnado en el Peronismo,

no solo es diferente desde el punto de vista de la renta y la acumulación del capital al “modelo

agro-exportador” -asociado éste, a la renta terrateniente, al capital financiero, a los monopolios

imperialistas -, sino que el primero logró ser mejor que el segundo. Otorgó materialidad a la

necesidad de los sectores populares -que mejoraron- respecto a la herencia recibida de la

dictadura, y como ya había sucedido con peronismo, al unísono caló en la subjetividad de la

masas, quienes simbolizaron en quienes llevan adelantes dichas políticas en su favor.

Pero por otro lado mostró también, que ambos modelos económicos se enarcan en el

capitalismo y que sin terminar con la estructura del mismo, la dependencia, el latifundio

terrateniente y el imperialismo, o sea sin cambiar las bases de producción social de la

Argentina, es muy difícil, casi imposible que las clases dominantes permitan perdurar en el

tiempo a gobiernos de las características del tercer peronismo, quien busco distribuir los

ingresos cambiando la ecuación tradicional.

Vemos con claridad, la aparición de actores económicos que tomaron relevancia en el

proceso en cuestión. De la mano de la CGE y su referente (ahora ministro) asomaron en la

esfera económica los llamados países socialistas, la URSS y sus países satélites. En la

bibliografía consultada resaltan los acuerdos comerciales firmados por Gelbard, también vimos

algunos números económicos del resultado del intercambio entre ambos países. El ministro de

67
economía más fuerte del periodo era un afiliado del Partido Comunista. Los que no lleva a

pensar que la aparición de este actor, no solo tuvo incidencia en lo económico sino también en

lo político, con un papel destacado de Gelbard como superministro ideólogo y garante del

Pacto Social y de estas nuevas relaciones de intercambio económico; en una etapa en la cual

siempre estuvo en discusión el liderazgo del gobierno peronista, ya sea Cámpora, Perón o

Isabel. Seguramente la magnitud y la incidencia de nuestro planteo pueda ser materia de

discusión. Pero tanto la participación económica de la URSS en el periodo en cuestión, así

como también la figura de Gelbard asociada al Partido Comunista es notoria con lo cual

resultaría muy interesante poder investigar con mayor precisión esta cuestión tan poco

desarrollada por los autores o especialistas de este proceso especifico.

Creemos que era una condición necesaria para poder avanzar en imponer otro modelo

económico (el neoliberalismo), terminar con el gobierno de Isabel Perón. Algunos lo

entendieron, otros más allá de las excusas nunca lo comprendieron y sus intereses se juntaron

con los de quienes serían sus enemigos históricos. Los sindicatos tal vez por su propia historia,

tal vez consientes o inconscientes terminaron siendo neutrales, o neutralizados en los últimos

meses de Isabel. Las organizaciones armadas cometieron muchos errores, principalmente dos

de gran importancia, la concepción de la lucha armada de tipo foquista al margen de las masas

los aisló, pero al mismo tiempo mostró que era imposible y casi fantástico que llegaran a buen

puerto, si las acciones y las armas solo eran de unos pocos y de no de un pueblo conciente.

Otro error fue, que en muchos de sus actos, sus acciones terminaban siendo funcionales,

aunque así no lo quisiesen, a los sectores internos más reaccionarios del peronismo y al

golpismo militar que busco derrocar a Isabel.

Ratificamos la idea de que el gobierno de Isabel Martínez de Perón fue parte del tercer

gobierno peronista. No compartimos el análisis o las descripciones que solo pone el acento en

lo reaccionario de la política económica y represiva del gobierno de Isabel, como lo hacen

68
muchos autores, porque en los hechos diluyen los motivos del Golpe de Estado. Solo con

realzar dichas políticas del gobierno de Isabel -que a decir verdad fueron terribles-, y al mismo

tiempo buscar separarla constantemente de la presidencia de Perón, no se puede explicar lo

sucedido en nuestro país el 24 de marzo de 1976.

Finalmente y para terminar. Si el modelo económico se había terminado con la muerte

de Perón; y los asesinatos y la represión continuaron con Isabel Perón. ¿A qué vino la dictadura

militar? ¿Qué buscaba en materia económica, específicamente en relación al modelo de

acumulación? ¿Por qué se implanto la represión, si ya existía con el gobierno Peronista?

Seguramente las explicaciones no se acaban ni se reducen a este trabajo, pero he

intentado dar cuenta y sumar algunas razones a las explicaciones del periodo abordado.

69
ANEXO

En esta sección propongo una serie de documentos históricos digitalizados, que tal

vez ayudan a graficar los hechos de este proceso en cuestión, con la intención de visualizar

cuestiones que no han sido abordadas en profundidad, o que simplemente se complementan

con algunos de los pasajes del presente trabajo.

Resultados de las elecciones presidenciales que ganará la Formula

Perón-Perón

70
Discurso de Juan Domingo Perón a los jóvenes en la quinta de Olivos. 7 de febrero de1974.

71
72
73
74
75
76
77
78
79
Revista el Descamisado N° 20. 2 de octubre de 1973. Tapa. Pág. 1 y 2.

80
81
82
83
Cronica del ERP. Estrella Roja, Organo de difusión del ERP . 17 de diciembre de 1973.

84
85
86
87
88
El Descamisado N° 41.Tapa. Página 1 y 2. 26 de febrero de 1974.

89
90
91
92
Solicitada de Montoneros 30 de abril de 1974.

93
El caudillo N°45 Septiembre de 1974. Portada. Contratapa. Editorial.

94
95
96
Periódico Nueva Hora. PCR. Partido Comunista Revolucionario. 12 al 19 de noviembre de
1974

97
98
El caudillo N° 48. Tapa. Página 1 y 2. Noviembre de 1974.

99
100
101
102
Documento del PST. Partido Socialistas de los Trabajadores. 20 de marzo 1975

103
104
105
Evita Montonera N° 4. Abril 1975. Tapa. Pág. 1 a 5.

106
107
108
109
110
111
Carta Abierta de R. Salamanca. Sec. General del SMATA Córdoba. Diciembre de

1975.

112
Declaración del Partido Comunista.

113
Solicitada en el Diario Clarin del Partido Peronista Autentico. Julio de 1975

114
Comunicado de la Triple A.
115
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