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Las imágenes que una sociedad o un grupo humano dominante posean acerca de lo
que es “verdaderamente humano”, por extensión, de lo normal y ajustado a derecho
serán imperativos inescapables a la hora de construir las imágenes de lo patológico.
Artistóteles distinguió dos facetas del alma humana (racional y irracional) pero
defendía que no era posible separarlas, pues obraban como una unidad. El alma
irracional no puede ser atacada por enfermedad alguna a causa de su naturaleza
inmaterial e inmortal. Esto niega la existencia misma de enfermedades puramente
psicológicas e insiste en que toda enfermedad tiene sus raíces en la estructura física.
Areteo se interesó por las personalidades premórbidas de sus pacientes. Sugiere que
ciertos trastornos mentales no eran más que una extensión o exageración de los
llamados rasgos normales de la personalidad: fue uno de los primeros en señalar que
los estados maníacos y depresivos se producían a menudo en el mismo individuo y
que, entre períodos de trastorno, el paciente estaba lúcido. Sorano destacó por la
insistencia en los tratamientos humanitarios hacia el enfermo mental y la necesidad de
entrenar a las personas encargadas de cuidarlos en este tipo de trato: fue pionero en
la consideración de los factores culturales para el tratamiento de los pacientes.
Galeno formuló la teoría de sobre los temperamentos o modos de ser de las personas,
origen de los planteamientos biotipológicos sobre las diferencias individuales y la
personalidad. Distinguío nueve combinaciones básicas o tipos temperamentales, que
se reducirían a cuatro fundamentales (sangíneo, colérico, flemático y melancólic) cuya
“buena mezcla” daba lugar al equilibrio temperamental.
Se declaraba una guerra abierta a las brujas, calculándose que entre la primera
mitad del siglo XV y el final del siglo XVI más de 1000000 personas fueron
ajusticiadas a causa de la brujería.
- RENACIMIENTO.
Vives manifiesta sus opiniones sobre el trato humanitario y cuidadoso, alejado de
todo barbarismo y crueldad, que debe dispensarse a los enfermos mentales. Incide
en la importancia de aplicar tratamientos diferenciales según el caso y la
sintomatología.
Destacar el auge que empieza a tomar en Europa la idea de que los enfermos
mentales deben recibir un tratamiento adecuado en establecimientos creados
específicamente para tal efecto. A partir del siglo XVII fueron proliferando las
instituciones de este tipo. Los tratamientos que recibían pueden describirse como
crueles, y las instituciones eran más prisiones que hospitales.
En siglo XVII la posición ocupada por el estudio de la locura en los tratados de medicina
fue secundaria. En el XVII el afianzamiento de la concepción de la locura como enfermedad fue
intermitente.
- LAS TEORIÍAS ANATOMOPATOL´GICOAS DE LA LOCURA: ANTECEDENTES Y
DESARROLLO.
Willis se considera precursor de las teorías anatomopatolóicas de la locura, que
hacían de ella una enfermedad. El primero en afirmar el origen nervioso de
algunas enfermedades, clasificó como enfermedades nerviosas a la epilepsia y
otras enfermedades convulsivas, incluidas la histeria y la hipocondría. Creía en los
demonios y se inclinaba más a golpear a los enfermos mentales, o a considerarlos
poseídos por el diablo, que a tratarlos como a enfermos. Barrió las explicaciones
químicohumorales tradicionales. Las enfermedades se entienden como producidas
por sacudidas mecánicas procedentes de objetos externos. La locura, en las formas
en que no era perceptible daño materia, procedía de que los espíritus nerviosos,
sólo reconocibles por sus efectos, habían sido afectados.
Tras el fracaso del intento de los anatomopatológos de dar una base anatómica a
la neurosis, proliferan los intentos de mantener un criterio de caracterización
positiva, ya sea desde propuestas fisiopatológicas o desde propuestas
anatomoclínicas.
Que la evidencia de la herencia pareciera adecuada tenía más que ver con una
propensión profundamente arraigada para aceptar las explicaciones hereditarias
que con la videncia misma.
- LO MORAL Y LO FÍSICO
A pesar de que desde el siglo XVII se propagó la idea de que la locura era una
enfermedad del cerebro la posición era más bien endeble y habitualmente se
hacía referencia al ámbito moral. También en los tratamientos se recoge este
apoyo en lo moral y algunas veces, aunque menos, en lo psicológico.
La otra historia.
En los siglos XVII, XVIII y principios del XIX, surgen un gran número de concepciones
psicológicas distintas, de gran trascendencia para el futuro desarrollo de la psicología
moderna: el interaccionismo psicofísico, la noción de automatismo conductual, el empirismo
psicológico, la distinción entre cualidades “primarias” y “secundarias” de la sensación, la teoría
de la asociación, la propuesta de explicar las actividades mentales en términos de actividades
corporales y la asunción de que los fenómenos mentales no eran más que los productos de
actividades corporales explicables en términos mecánicos.
Gall postuló que las facultades mentales eran innatas y dependían de estructuras
del cerebro, las cuales, a su vez, se correspondían con protuberancias concretas de
la superficie del cráneo. Las ideas fundamentales de Gall: 1) cada una de las áreas
cerebrales está asociada con una facultad o función distinta; 2) cuanto más
desarrollada esté un área, mayor será su influencia en el comportamiento, y 3) el
patrón de super o infradesarrollo de cada una de las facultades se refleja en las
correspondientes protuberancias o depresiones craneanas.
Tradicionalmente se dice que la Psicología inicia sus andadas con la creación del
primer laboratorio de psicología experimental fundado por Wundt en Leipzig.
Para Wundt la conciencia debía ser concebida como un proceso que puede ser
visto como compuesto de varios procesos constituyentes, pero sin que éstos
puedan nunca ser observados de forma aislada.
- LA ESCUELA DE WÜRZBURGO.
No es sorprendente que una psicología que se desarrolle con el acto intencional
como concepto central evolucionara hacia una fenomenología: hacia un enfoque
que pone el énfasis en el origen constitutivo y la organización estructural de la
percepción como actividad propia del sujeto. La fenomenología tomó dos
direcciones: una vinculada a la investigación experimental y otra puramente
filosófica.
- LA PSICOLOGÍA DINÁMICA.
Las fuentes primigenias de esta orientación las forman, la evolución histórica del
magnetismo animal y el hipnotismo. Esta psicología se caracterizó por: a) porque
adoptó el hipnotismo como vía principal de aproximación a la mente inconsciente;
b) dedicó una especial atención a ciertos cuadros clínicos; c) adoptó sin reservas
un modelo de mente humana basado en la dualidad consciente/inconsciente; d)
elaboró teorías de la enfermedad mental basadas en la idea de un fluido
desconocido primero, y de la energía mental después, y e) permitió el desarrollo
de técnicas terapéuticas basadas en el poder de la palabra y en las relaciones entre
paciente-terapeuta (psicoterapias).
De regreso a la psicopatología.
Kahlbaum planteó que los distintos tipos de enfermedades mentales no eran especies
morbosas, sino complejos sintomáticos que variaban con la evolución del proceso. Distinguió
cuatro grandes grupos o especies morbosas: las vesanías, las vecordías, las disfrenias y las
parafrenias que, además de caracterizarse por tener causas y síntomas (psíquicos y corporales)
propios, también tenían un curso y terminación fijos. Con esto añadía la evolución del proceso
a los demás criterios comúnmente usados con el propósito, una vez más, de acercar los
criterios clasificatorios de la psiquiatría a los del resto de la medicina.
El interés que despertaron sus libros se debía a que, a pese a que defendía una
etiología orgánica, abogaba también por el análisis cuidadoso del comportamiento de los
pacientes y daba prioridad a la investigación sistémica para comprender mejor la conducta
anormal, reformulando siempre sus posturas en respuesta a las críticas que se le iban
haciendo y que él procuraba recoger.
Schneider otorgó un papel central al diagnóstico, que concebía como atender al cómo
(la forma) y no al qué (el tema o contenido) de destacar sus trabajos sobre las personalidades
psicopáticas, sobre los delirios y sobre las psicosis endógenas.