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HISTORIA DE LA PSIQUIATRÍA

PSIQUIATRÍA EN LA EDAD ANTIGUA

En épocas remotas se creía que la locura era un hecho sobrenatural que se producía por castigo de
los dioses a alguien que transgredía las leyes divinas o porque un espíritu invadía el cuerpo de un
individuo, por tanto el tratamiento consistía en ritos, ceremonias religiosas, exorcismos, sacrificios.
Las culturas de antiguas civilizaciones tenían una concepción mágico-animista o demonológica de
gran parte de las enfermedades, en especial de los trastornos psíquicos.
Mesopotamia los primeros médicos fueron sacerdotes de Assipu, que se ocupaban de las
enfermedades internas y consideraban a las afecciones mentales como posesiones demoníacas y
tratadas con métodos mágico-religiosos.
Los egipcios, mucho antes que los griegos, en sus templos propiciaron un ambiente donde se
estimulaba a los pacientes a entretenerse con actividades recreativas, excursiones, conciertos,
danzas, pintura y dibujo. Por primera vez en la historia, consideran al cerebro como "localización
de las funciones mentales". Describieron el trastorno emocional, denominado luego como
"histeria" por los griegos, atribuyéndolo a una malposición del útero, por lo cual fumigaban la
vagina como tratamiento, con la intención de devolverlo a su posición original.
Los griegos: Su pensamiento era que la locura desvirtuaba la conducta natural del individuo y
alteraba sus capacidades y habilidades naturales.
Alcemeón de Crotona, siglo VI a. C., discípulo de Pitágoras, relacionó lo mental con el cerebro al
descubrir por disección, que ciertas vías sensoriales terminan en el encéfalo, y elaboró una teoría
de la desarmonía como causal de enfermedad.
Hipócrates(460-370 a.C.) sostuvo que las enfermedades se producían por un desajuste de los
cuatro humores esenciales: Flema, bilis amarilla, bilis negra y sangre. El exceso de bilis negra
causaba demencia; el de bilis amarilla, ira maníaca, y el de bilis negra, melancolía. Pequeños
excesos de estos tres humores y de sangre daban lugar a personalidades flemáticas, coléricas y
sanguíneas. Ubicó en el cerebro la capacidad para pensar, sentir o soñar. Pionero en describir y
clasificar enfermedades como epilepsia, manía, paranoia, delirio tóxico, psicosis puerperal, fobias
e histeria. Sostenía que era producto del desequilibrio de humores, en especial de la bilis negra
(melania chole, de ahí melancolía), y que el tratamiento debía ser restablecer el equilibrio
humoral, da importancia a la liberación del exceso emocional, la catarsis, el teatro, las fiestas
grupales, la actividad onírica era reparadora. “Los hombres deberían saber que sólo del cerebro
provienen las alegrías, gozos, risa y juegos; y las penas, dolores, el desaliento y las lamentaciones,
con el mismo órgano nos volvemos locos y deliramos, y nos asaltan temores y terrores, algunos de
día, otros de noche, esto sufrimos por causa del cerebro cuando no está sano”.
Aristóteles (384-322 a.c.) Continuó con las concepciones hipocráticas acerca de las perturbaciones
de la bilis.
Platón (427-347 a.C.) consideró que los trastornos mentales eran en parte orgánicos, en parte
éticos y en parte divinos, clasificando la locura en cuatro tipos: profética, ritual, poética y erótica.
Los romanos, siguen los conceptos griegos respecto de la locura y su tratamiento, dan un aporte
fundamental a la legislación sobre los enfermos mentales: en su “Código Civil” establecen sus
derechos, se legisla sobre su capacidad para contraer matrimonio o disponer de sus bienes y
consideran la locura como un eximente para determinados delito. Atribuyeron las enfermedades
psíquicas a un origen natural. Siguen a los griegos en el empleo de tres tratamientos psicológicos:
inducción del sueño, interpretación de los sueños (a cargo de sacerdotes) y el diálogo con el
paciente. Postularon que las pasiones y deseos insatisfechos actuaban sobre el alma produciendo
enfermedades mentales
Asclepiades (1 siglo DC) habló de frenitis, enfermedad mental con fiebre y manía, enfermedad
mental sin fiebre. Fue el primero en diferenciar las ilusiones de las alucinaciones. Practicó
psicoterapia e incluyó el uso de la música, la estimulación intelectual, el trabajo con grupos de
personas con trastornos mentales.
Galeno (130-220dc) retomó la teoría de los humores, describió diferentes tipos de alteraciones
melancólicas, e incluyó a la paranoia como resultado de impresiones sensoriales falsas, y llegó a
relacionar la abstinencia sexual con el exceso de ansiedad hizo una síntesis de los conocimientos
existentes hasta ese entonces, convirtiéndose en un epílogo del período grecorromano, pues a su
muerte comenzó la era del oscurantismo.
Sorano (siglo II d.c.) insistió en un trato mucho más humanitario en las internaciones, dijo: “la
habitación debe estar en silencio absoluto, no debe estar adornada con pinturas ni iluminadas, con
ventanas bajas; debe hallarse en planta baja antes que en pisos superiores, porque las víctimas de
manía con frecuencia saltan por las ventanas”
Celso (25 aC- 50 d.C.), conocido como "Hipócrates latino", dividió las enfermedades en locales y
generales; dentro de estas últimas incluyó las enfermedades mentales, que a su vez las dividió en
febriles (delirios) y no febriles (locura). Veía en las pasiones o emociones el factor causal de la
enfermedad mental; utilizaba la sorpresa, el miedo y los sustos.
Areteo (50-130 d.C.), hizo descripciones clínicas de diversas enfermedades y se preocupó por el
bienestar de los pacientes, dijo que la manía y la melancolía podían presentarse como parte de
una misma enfermedad. Pionero en hablar de personalidades pre-psicopáticas; así, concluyó que
las personas propensas a la manía eran irritables y violentas, en tanto que las propensas a la
melancolía eran de carácter depresivo.
PSIQUIATRÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA
EDAD MEDIA
Con la caída del Imperio Romano, las ideas de las culturas griega y latina sufren una involución. La
Iglesia excluyó a la psiquiatría de la medicina, pero no pudo abolirla, pues reapareció bajo el
nombre de demonología. Las enfermedades mentales fueron consideradas como posesiones
demoníacas, y la demonología debía estudiar los signos o estigmas de posesión diabólica. La
actitud hacia los enfermos variaba entre el rechazo y la tolerancia, renació el primitivismo y la
brujería, con lo que reapareció el modelo extranatural de la enfermedad mental.
Razés (865-925), médico árabe, "Galeno persa", quién se opuso a explicaciones demonológicas de
las enfermedades.
Juana la loca, ilustrada, amante de la música, y enajenada por su amor al heredero del imperio
alemán. Vivió cuarenta años encerrada en Tordesillas. La epilepsia, ha sido confundida con la
posesión, desde la cultura faraónica egipcia, pasando por la Edad Media y hasta nuestros días.
Santo Tomás de Aquino, estudioso de Aristóteles, sostiene que la locura debía ser necesariamente
un trastorno orgánico dado que el alma no podía enfermar por ser de origen no terreno.
Aurelius Agustinus(Agustín de Hipona-VI) le da importancia a la introspección como fuente de
autoconocimiento, considerado como el precursor del psicoanálisis.
La cultura árabe, en la que se crea la primera institución de acogida para locos conocido en
Bagdad, "casa para locos", durante la dinastía Omeya. Se encuentran otros asilos para locos en El
Cairo (873), Damasco (800), Alepo (1270) o Granada (1365). La acogida de personas caracterizadas
como locas en Europa, dio lugar al desarrollo de espacios especializados en hospitales y hospicios
desde el siglo XIII- por ejemplo en Bedlam. Los árabes creían que el loco era un protegido de Alá
cuya misión en este mundo era decir la verdad, teniendo una actitud de protección hacia ellos.
Sin embargo se mantenía las viejas ideas de posesión demoníaca (los locos eran brujos o posesos)
y la práctica de los exorcismos, tendencia que va a reaparecer en los dirigentes religiosos del
Renacimiento cuando el Papa Inocencio VIII ordena, en 1484, perseguir y castigar la brujería dando
comienzo al período de la Inquisición, donde los “brujos” eran torturados y muertos en la hoguera.
Persistía la vieja creencia que los astros y luna influían sobre los trastornos mentales, de esta idea
deriva el término “lunático”.
Avicena, médico medieval, menciona en su Canon de medicina algunas enfermedades mentales y
desarrolla un intento de correlación con algunas alteraciones orgánicas.
Rhazes se atreve dar una clasificación de las enfermedades mentales y una propuesta de
psicoterapia.
Maimones,judío hispano, menciona en su obra la higiene mental.
Constantino el africano (siglo XI), estudia la melancolía basado en la teoría de los humores, ubica
en el cerebro a un tipo de melancolía y en el estómago otra a la que da el nombre de hipocondría.
RENACIMIENTO:
Es una época ambigua, hereda y ahonda en la visión demoníaca del loco, identificado en muchos
casos con la brujería; pero el espíritu humanista da lugar a la proliferación de manicomios y
primeros estudios científicos sobre la enfermedad mental.
Heinrich Kramer y Johann Sprenger escriben en 1486 El Martillo de las Brujas (El Malleus
maleficarum), que atribuye al demonio como causa de las enfermedades mentales, se refieren a
una conspiración contra el cristianismo, dan lugar a una cacería de brujas que condujo a la muerte
a miles de personas, la gran mayoría mujeres, atribuyendo la causa de todas las enfermedades
mentales al demonio, define a la enfermedad mental como forma de brujería o posesión
demoníaca cuyo tratamiento pasaba por la tortura o la hoguera para "liberar" el alma del
enfermo, aún si se llegaba a la muerte, y la cremación como un acto de piedad.
El Renacimiento, que se originó tras la toma de Constantinopla por los turcos, ofreció la promesa
de un nuevo espíritu de humanismo y conocimiento, pero terminó por convertirse en uno de los
capítulos más nefastos en la historia de la psiquiatría.
Paracelso (1493-1541), sostuvo que los trastornos mentales eran enfermedades naturales que no
se originaban en la posesión demoníaca, fue de los primeros en observar la tendencia hereditaria
de estas patologías y propone, por primera vez, el uso de sustancias químicas para tratar la
enfermedad mental. Autor del tratado "Sobre las enfermedades que privan de la razón", propone
que las enfermedades mentales no tienen su causa en Dios, sino en procesos naturales, y adelanta
una clasificación en cinco grupos: epilepsia, manía, locura verdadera, baile de San Vito y
"suffocatio intellectus" padre de la psiquiatría moderna. Los locos verdaderos se dividen también
en cinco tipos: lunáticos, insanos, vesánicos, melancólicos y obsesos.
Luis Vives (1492, 1540) se oponía a la idea de posesión demoníaca, considerado el padre de la
psicología, humanista, filósofo y pedagogo español de origen judío, apunta varios aspectos de
psicología y psicopatología y niega categóricamente el origen sobrenatural de la locura.
J. Weyer (1515- 1588) denunció que los acusados de brujos eran en realidad enfermos mentales y
por su lucha es considerado por muchos como el primer psiquiatra; describió los síntomas de la
psicosis, la epilepsia, las pesadillas, los delirios, la paranoia y la depresión.
Paralelamente se crea en España, Valencia, en 1409, el primer hospital psiquiátrico, iniciativa que
luego se extendió a toda Europa. Hasta mediados del siglo XVII sacerdotes o abogados evaluaban
a los alienados y determinaran la responsabilidad que correspondía por su comportamiento.
Fue el médico P. Zacchia quien aconsejó que fuese tarea del médico realizar la evaluación.
San Juan de Dios (1495-1550) quien vivió en sus propias carnes la violencia de la contención de los
locos en el Hospital Real de Granada, funda la Orden Hospitalaria, y plantea formas de atención
humanitaria en las instituciones asistenciales. Se funda el Hospital General de la Sancta Creu de
Barcelona, en 1401, el Hospital des Innocents de Valencia por Juan Gilaberto Jofré el 1409, acogía
a locos. La acogida de locos no tenía ninguna implicación terapéutica, solo la responsabilidad de la
tutela legal del loco de una persona física (pariente), a una persona jurídica (hospital); en
Inglaterra se naugura el primer hospital para locos, Bethlem Royal Hospital o asilo de Bedlam.
Bernardino Álvarez, en 1957 soldado retirado, inaugura el primer centro de estas características
de América, en México.
Hieronymus Bosch, pinta Extracción de la piedra de la locura, cuadro satírico que representa a un
cirujano (con embudo en la cabeza) pretendiendo operar a un loco, mediante la extracción de una
piedra del cerebro, supuestamente causante de la enfermedad mental.
Jean François Fernel (1485-1558), describe varias capacidades de la mente como la memoria, la
inteligencia, o el sentido común, y se reafirma en el origen natural de la enfermedad mental.
Johann Weyer (1515- 1588), médico y humanista, y otros médicos: Cornelio Agripa, Girolamo
Cardano, Arnau de Vilanova , Andrés Laguna, Amato Lusitano o Lavinio Lemnio también se oponen
a que los locos sean quemados en la hoguera y reivindican el origen médico de la locura. Weyer
desarrolla un tratado teórico sobre el tema del demonio y la locura titulado De Praestigiis
Daemonum, de brujería, locura, licantropía, alquimia y estados delirantes o epilépticos, en
muchos casos con algunas trazas de la misma misoginia que impregna las tesis oficiales.
Erasmo de Róterdam, en 1511 publica el Elogio de la locura,ensayo en forma de sátira en el que
critica supersticiones y prácticas piadosas de la Iglesia Católica, y de la locura de los pedantes.
William Shakespeare sus obras son considerados después por la psiquiatría moderna, del mismo
modo que antes hiciera la tragedia griega. Otelo y sus celos patológicos, Hamlet y su complejo de
Edipo o los conflictos psicológicos planteados en Macbeth o en el Rey Lear analizados
minuciosamente desde una perspectiva psicopatológica por psiquiatras a lo largo de la historia.
De igual modo El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, ha sido
analizado desde esa perspectiva ofreciendo a su vez unos patrones de personalidad reflejados en
la figura de Don Quijote (el loco idealista) y Sancho Panza (que representa una forma de locura
más próxima a la necedad).
En el renacimiento ocurren grandes avances en múltiples áreas de la medicina (Histología,
fisiología, anatomía, etc.), pero la psiquiatría no presentó grandes cambios. Los pacientes
psicóticos permanecían recluidos en asilos, pues se les consideraba una especie de "alienados".
Sydenham (1624-1689) y Willis (1621-1675), plantean que la histeria no sería una enfermedad del
útero, sino del cerebro, y que existe también la histeria masculina.
Aunque los enfermos mentales ya no eran quemados en la hoguera, su suerte era aún lamentable
durante la Ilustración. Si no eran internados en los hospitales, vagaban solitarios, siendo objeto de
desprecios, burlas y maltratos. En 1656, en Francia se crean asilos para insanos, cuyos directores
estaban autorizados para detener personas indefinidamente, y en los cuales se llegó a encerrar
enfermos mentales junto con indigentes, huérfanos, prostitutas, homosexuales, ancianos y
enfermos crónicos, a lo que se sumaba que debían soportar los inhumanos tratamientos:
eméticos, purgantes, sangrías y torturas.
Philippe Pinel (1745-1826), plantea que los enfermos mentales sean considerados como seres
humanos merecedores de un tratamiento médico, liberó a los pacientes de sus cadenas en 1793;
en su obra Tratado de la Insanía (1801), clasificó las enfermedades mentales en cuatro tipos:
manía, melancolía, idiocia y demencia, explicando su origen por la herencia y las influencias
ambientales. La psiquiatría se libera de las interpretaciones demonológicas y se sustituye la
especulación por la observación empírica, originándose así la Segunda Revolución Psiquiátrica,
inicia la nosografía psiquiátrica, describe las alteraciones de las diferentes funciones psíquicas:
memoria, atención, juicio y pensamiento; dividió a las enfermedades en melancolías, manías sin
delirio, manías con delirio y demencia, ya sea por deterioro intelectual o por idiotez; pensaba que
la vulnerabilidad hereditaria, las deficiencias en la educación y las pasiones podían provocar la
locura y que era resultado de una combinación de factores hereditarios y experiencia de vida.
Recién hacia fines de 1700 la psiquiatría va afianzándose como una nueva disciplina dentro de la
medicina, y aparecen los primeros tratados sobre las enfermedades mentales y se va abriendo
paso una concepción de tratamiento más humanitario.
J.P. Falret y J. Baillarger describieron la locura circular y la locura a doble forma, cuadros que más
adelante se llamarían psicosis maníaco-depresiva. Pinel y sus discípulos se abocaron a una
subdisciplina que luego sería llamada Psiquiatría Forense.
Willis y Sydenham abonaron esta idea con la nominación “enfermedades de los nervios”.
Cullen, en 1777, designa “neurosis”, a la afectación de los nervios, término que en el siglo
siguiente pasará a designar lo contrario: enfermedad de etiología no somática
A fines del siglo XVIII e inicios del XIX:
Gall, postula la correlación entre rasgos de la personalidad y la morfología del cerebro y su
contenedor, el cráneo. Decía que las funciones psíquicas son generadas por zonas cerebrales
determinadas e inmodificables por el aprendizaje, innatas. Dice “si cada función psíquicas tienen
su lugar en el cerebro, entonces las enfermedades mentales, que son perturbaciones de esas
funciones, también deben tener su localización.” Se sientan las bases de la Psiquiatría Biológica.
Mesmer al plantear la influencia de los astros, de lo externo, sobre la psicología del hombre: éste
emitía un fluido magnético que al liberarse tenía efectos curativos e influencia sobre los otros
hombres. Se inicia el hipnotismo, hoy sofrología, una poderosa herramienta en el tratamiento de
los procesos psicopatológicos con base en la sugestión, como la histeria y otras neurosis, que
luego desarrollará la escuela psicoanalítica.
Esquirol (1782-1840), discípulo de Pinel, fue el psiquiatra más influyente de esta época,
continuador de la terapia moral, consideraba al asilo como el arma más poderosa contra la
enfermedad mental, siendo autor de una ley, en 1838, que estableció la construcción de un asilo
en cada departamento de Francia. En su libro Enfermedades mentales: un tratado de insanía
(1838), acuñó el término "alucinación", que diferenció de la ilusión. Además, clasificó las insanías
en "monomanía" (insanias parciales, como la paranoia) y "manía general" (similar al delirium); a la
monomanía asociada con depresión la llamó "lipemanía".
Jean Pierre Falret (1794-1870) y Jules Baillarger (1809-1890), describieron la "insanía circular"
Jacques Joseph Moreau de Tours (1804-1884), que fue el primero en describir un cuadro psicótico
inducido por una droga (el hashish).
James Braid (1795-1860) descubrió que los estados de trance, como los inducidos por Mesmer, no
son por magia ni magnetismo, sino por exceso de fatiga muscular debida a prolongados periodos
de concentración, acuñando el término "hipnosis". Este procedimiento lo utilizó en cirugía para
disminuir el dolor.
Jean Martin Charcot (1825-1893). Diferenció entre las pacientes con lesiones orgánicas y aquellas
cuyos síntomas eran de origen psicológico o "histérico". El primero en estudiar la función del
trauma psicológico en el origen de la histeria, suponiendo que los recuerdos traumáticos se
almacenan en el inconsciente, separados de la conciencia, y dan lugar a los síntomas físicos.
Morel (1809-1873), con la "teoría de la degeneración" en su Tratado de enfermedades mentales
postuló que algunas enfermedades mentales podían heredarse de padres con afecciones similares
y que la predisposición podía sufrir una activación lenta o repentina de eventos externos como
traumas sociales, alcoholismo o infecciones. Introdujo la denominación de "demencia precoz"
para referirse a la actual esquizofrenia, e incluye en ellas a la Catatonía, la Hebefrenia, Paranoide,
Psicosis Maníaco Depresiva, crea el término Personalidades Psicopáticas, Parafrenias y muchos
aportes de este maestro de la psiquiatría, distingue como síntomas en la demencia precoz el
repliegue afectivo, indiferencia, falta de voluntad, perturbación del curso del pensamiento y del
razonamiento y pérdida de la unidad interior, y síntomas accesorios son alucinaciones, ideas
delirantes, automatismos gestuales catatónicos, accesos depresivos o excitativos y las impulsiones
Richard Von Krafft-Ebing (1840-1902), alemán, en su obra Psicopatía sexual (1886) describió
varios casos de perversiones sexuales y los atribuyó a degeneración, siendo considerado como el
fundador de la sexología;
Cesare Lombroso (1836-1909), italiano, autor de El hombre delincuente (1876) y La mujer
delincuente (1893), donde sostuvo que la criminalidad representa un fenómeno biológico
producto de la degeneración, identificable a partir de la fisonomía, induciendo la creación de una
escuela de antropología criminal, de donde se desarrolló la criminología.
Griesinger (1845): “Las enfermedades mentales son enfermedades del cerebro”, retomando la
orientación anatomoclínica en reacción al romanticismo. A él se debe el concepto de “psicosis
única”, sostenía que existía un único proceso fundamental, la psicosis; la melancolía, la manía, el
delirio y la demencia eran etapas sucesivas del mismo proceso. Su replanteo del origen cerebral de
la locura es seguido por Estepal, Meynert, Wernicke, Nissl, Gudden, Alzheimer, Pick y otros
quienes cimientan con sus trabajos sobre la demencia, las afasias y las nuevas técnicas de tinción
del tejido cerebral, la psiquiatría biológica alemana.
Kahlbaum:(1828-1899) agregó al análisis semiológico el análisis del seguimiento de los síntomas a
lo largo del tiempo, la evolución de la patología, lo que hoy conocemos como “curso” de la
enfermedad. Caracterizaba a la catatonía, “locura de tensión”, como una perturbación del tono
muscular, el estupor y la tendencia a adoptar posturas y actitudes extravagantes, considerando
que era resultado de una disfunción cerebral.
Kraepelin, 1899, hace una clasificación psiquiátrica:1) Locuras infecciosas, 2) Locuras de
agotamiento, 3) Intoxicaciones, 4) Locuras toroideas, 5) DementiaPraecox, 6) Demencia paralítica
7) Locura de las lesiones del cerebro, 8) Locuras de involución, 9) Locura maníaco-depresiva, 10)
Paranoia, 11) Neurosis generales, 12) Estados psicopáticos ( locuras degenerativas) 13)
Detenciones del desarrollo psíquico
Hoche en 1912 su concepto de reacción biológica y su teoría de los síndromes preformados.
Plantea que las causas de las enfermedades psíquicas hacen que salgan de su estado latente
ciertos mecanismos psíquicos de reacción psicótica que existen preformados en la constitución
psicosomática del individuo, sostiene que la esquizofrenia es una reacción exógena orgánica; una
reacción del cerebro, predispuesto el encéfalo cuando sobre él actúan diversos factores.
Karl Jaspers, escribe en 1913 su Psicopatología General donde propone un método estricto para
los diagnósticos psiquiátricos. Diferencia el explicar, de las ciencias naturales, del comprender,
adecuado de las ciencias del espíritu; designa como proceso a la irrupción de síntomas que
interrumpen la continuidad histórico vital de un individuo, como es el caso en la esquizofrenia, y
como desarrollo al despliegue de síntomas preexistentes hasta constituir una patología mental,
como es el caso de la paranoia donde los síntomas desconfianza, susceptibilidad, suspicacia
forman parte de la personalidad sana, previa a la psicosis.
Freud en Alemania estudia las neurosis, da un marco teórico, a tal punto de formar una escuela, la
psicoanalítica, con sus postulados el espectro de la psicología y parte de la psiquiatría, se basa en
el proceso de aprendizaje como fuente de patología neurótica y en el proceso amnésico (lo
inconsciente) como sustentador y como resolutivo (recuerdo, catarsis), elaboró una convincente
teoría que intenta dar cuenta de la etiología de las neurosis con un fuerte acento en la sexualidad.
Fue el creador también de la teoría de la personalidad y describió los mecanismos mentales de
defensa del yo
Wernicke, Kleist y Leonhard establecen una corriente de pensamiento que sigue la tradición
anatomoclínica, tienen una concepción pluralista de la esquizofrenia, que reúne varias formas de
la enfermedad, distinguen un grupo central de evolución lenta y con graves manifestaciones
deficitarias que se debería a un proceso degenerativo primario del sistema nervioso, comparable a
las heredo-degeneraciones neurológicas, y otro grupo que cursa con brotes tempestuosos que
sería de origen extracerebral. Así dividen a las esquizofrenias en sistemáticas y asistemáticas. Por
ejemplo, dentro de las sistemáticas a las hebefrenias las dividen en pueril, depresiva, apática y
autística, y, como ejemplo de asistemáticas, la catatonía iterativa.
Thomas Willis publica Cerebri anatome, y describe varias estructuras como el polígono vascular
que lleva su nombre.
Thomas Sydenham realiza los primeros estudios histológicos cerebrales y se atreve con una
explicación de la histeria (reconociendo además su existencia en ambos sexos, ya que hasta ese
momento solo se creía posible en la mujer).
René Descartes publica en 1649 su "Traité des passions de l'âme" (Tratado de las pasiones del
alma), describe la glándula pineal como el órgano de asiento del alma. En esta glándula "la sangre
se convierte en espíritus animales que se extienden después por todo el sistema nervioso". Surgen
las primeras propuestas terapéuticas. La locura en cualquiera de sus variantes (manía, melancolía,
histeria, hipocondría...) son la expresión de un conjunto de debilidades corporales que se corrigen
con métodos de supuesto fortalecimiento del sistema nervioso (los aceites de ámbar, la ingesta de
limaduras de hierro...), aunque todavía persiste la idea entre lo moral y lo insano que deriva en
tratamientos todavía más peregrinos, como la ingesta de jabón o vinagre (para "purificar").
Siglo XVIII y XIX
A mediados del siglo XIX ocurre la Tercera Revolución Psiquiátrica, con las concepciones de
Kraepelin (1856-1926): “Hay que acercarse al lecho del enfermo y observarlo”, y de Freud (1856-
1939): “Hay que escuchar al enfermo y comprenderlo”, Freud:.
Durante el siglo XIX los psiquiatras se dedicaron a pulir la identificación y clasificación de las
enfermedades mentales. La escuela alemana estuvo hasta mitad de siglo influida por el
romanticismo filosófico por lo que acentuaba el producto de la reflexión pura por sobre la
experiencia clínica; potenciaba los aspectos subjetivos.
J. Reil publicó en 1803 el primer libro sobre psicoterapia;
H. Heinroth fue el primero en utilizar el término psicosomático.
Moreau de Tours, propuso comprender las manifestaciones clínicas como expresiones de
disfunciones de la personalidad, da importancia de la introspección y del estudio de los sueños.
En esos años se hallaban difundidos los trabajos de Pasteur en microbiología; la teoría sobre los
tejidos orgánicos de Bichat, la teoría celular de Virchow y el trabajo de Bayle que en 1822 describió
la aracnitis crónicas en pacientes con parálisis general progresiva (PGP), considerada una locura
más, con episodios de excitación psicomotriz, depresión, delirio y demencia. Por primera vez se
piensa que distintas manifestaciones (excitación, depresión, delirio, demencia) puedan tener una
base anatómica común y sean etapas del deterioro de esa base orgánica. Bayle había descubierto
el sustrato anatómico de la PGP, intuyó su patogenia, pero fue necesario esperar cincuenta años
para que Fournier sospechara su origen sifilítico y recién en 1913 el japonés Noguchi pone el
punto final al encontrar el treponema en el encéfalo de paralíticos generales fallecidos. La enorme
importancia del trabajo de Bayle (aunque fuera aceptado veinte años después por sus
contemporáneos) consistió en haber encontrado una causa orgánica cierta en el cerebro para una
locura: la tan anhelada búsqueda de la correlación clínica y anátomopatológica al fin se produjo,
generando gran entusiasmo y la renovación de las ideas organicistas sobre la etiología de la locura.
George Ernst Stahl (1659 - 1734) divide a las enfermedades psiquiátricas en dos grandes grupos:
simpáticas (en las que existía daño en algún órgano) y patéticas (en las que no se encontraba una
lesión orgánica subyacente).
William Cullen (1710 - 1790) elabora otra clasificación de las enfermedades mentales y es el
primero en utilizar el término "neurosis".
Jean Martin Charcot (1825 - 1893), elaboró estudios sobre los fenómenos de la hipnosis y la
histeria, o de Wilhelm Wundt (1832 - 1920) creó el primer laboratorio de psicología experimental.
Pierre Janet, hizo una tesis doctoral dirigida por el propio Charcot y de varios trabajos sobre
automatismos, sonambulismo, recopilados y publicados a principios del siglo XX en su obra Les
médications psychologiques.
Siempre existieron, en la historia de la humanidad, sustancias químicas que actuaron como
paliativos de las enfermedades mentales que administraban los chamanes o brujos de las tribus,
los “curanderos” o médicos, si bien en el primer caso era parte de un ritual mágico. También se ha
utilizado el aislamiento del paciente excitado, algunas tribus usaban jaulas especiales para tal fin.
Hasta finales del siglo XIX las medidas terapéuticas para los alienados se limitaban al uso de la
contención física y el aislamiento, la hipnosis, los baños con diferencias térmicas y algunos
aparatos como la silla giratoria de Darwin en casos de crisis de excitación. Las sustancias químicas
se limitaban a algunos hipnóticos, paraldehído, hidrato de cloral; como antipsicótico se aplicaba el
bromuro de hioscina; en las crisis maníacas se aplicaba morfina y picrotoxina como antidepresivo.
Siglo IX y XX
Sakel, 1933 y Von Meduna, 1935 agregaron el coma insulínico y el shock
cardiozólico respectivamente, para el tratamiento de la esquizofrenia, el electrochoque (Cerletti y
Bini, 1938) y la psicocirugía (EgasMoniz, 1936).
Henry Laborit, 1949, cirujano francés, utilizó como psicofármaco las fenotiazinas (descubiertas en
1883), intentando disminuir la ansiedad del preoperatorio. La Clorpromazina unida a la
prometazina, un antihistamínico, constituía el “cocktail lítico” que producía sedación, indiferencia
afectiva, tranquilidad, e hipotermia. Laborit comunicó estos hallazgos a dos psiquiatras Deniker y
Delay, quienes lo aplicaron a ocho pacientes esquizofrénicos que, luego de tres días de
medicación, disminuyeron sus alucinaciones auditivas.
Había comenzado la revolución psicofarmacológica.
J. Thuillier: 1952 en su libro “El nuevo rostro de la locura” ejemplifica este cambio en la
terapéutica psiquiátrica: “Deniker analizó el comportamiento del enfermo agitado, chillón y
gesticulador, que poco tiempo después de la inyección de clorpromazina se calmaba y se quedaba
tranquilo en su cama. No era el sueño invencible provocado por un hipnótico. Más asombroso
aún: la calma física producida por el medicamento, se acompañaba de una sedación psíquica; las
injurias, los sarcasmos, las palabras delirantes, absurdas, disminuían de intensidad y poco a poco
cedían. Curiosamente, la vuelta a la calma se acompañaba de una disminución de la confusión
mental y del restablecimiento normal del curso del pensamiento.Los chalecos de cáñamo eran
guardados de nuevo en los armarios, las bañeras de hidroterapia sólo servirían para el aseo; en los
pasillos del Servicio de Deniker ya no se cruzaban enfermos paseándose con su camisa abierta con
las ataduras desatadas para ir a los lavados, sino pacientes vestidos con el uniforme de tela de
paño basto, azul, del manicomio, deambulaban decentemente y en silencio hasta la sala de
reposo. El furor y la violencia habían dejado paso a la calma y a la paz, la señal más evidente de
este extraordinario resultado terapéutico podía apreciarse incluso desde el exterior del edificio de
la clínica de hombres: se había hecho el silencio. ”
Luego de la Clorpromazina descubren la Perfenazina y la Flufenazina y en 1958 el Haloperidol. La
Clozapina aparece en 1965, la Risperidona en 1992, en 1997 la Olanzapina y la Quetiapina. En el
año 2000 aparecen el Ziprasidone, el Aripiprasole y el Iloperidone.
El Litio conocido desde 1800, recién con John Cade,1949 y con Schou,1960 se aplicó a los cuadros
maníacos.
La serie de antidepresivos comienza con una observación: los tuberculosos que eran tratados con
Iproniazida se tornaban eufóricos (1954), de allí surgió la idea de tratar con esta sustancia a los
depresivos.
Eran los primeros IMAOs. En 1958 se lanza al mercado la Imiprimina, el primer tricíclico; en 1985 el
Bupoprión y en 1988 la Fluoxetina. Luego, por ingeniería molecular se sintetizan la Venlafaxina,
Nefazodone y Reboxetina
Stucchi Portocarrero anota que al comenzar el siglo XX, sólo se conocían cinco fármacos con
propiedades sedantes: bromuro (introducido en 1853), hidrato de cloral, paraldehído, uretano y
sulfonal. La aparición del fenobarbital, en 1912, dio lugar a la síntesis de 2500 barbitúricos, de los
cuales 50 se utilizaron comercialmente. En 1957 se sintetizó el clordiazepóxido, la primera de 3000
benzodiazepinas, de las cuales se comercializaron 35. Durante la década de los '60, los barbitúricos
fueron desplazados por las benzodiazepinas.
Domingo Cabred, el sembrador, (1859-1929), se graduó en la Universidad de Buenos Aires en
1881 con la tesis “Locura refleja”. Ingresó al Hospicio de Las Mercedes en 1884 y se retiró en 1916,
luego de haber sido su director desde 1992. Fue Profesor Titular de Clínica Psiquiátrica. Sembró el
país de hospitales, colonias, asilos, entre ellos la Colonia Nacional de Alienados en Luján llamada
luego Open Dor; la Colonia de Alienados de Oliva, Córdoba; la Colonia de Retardados de Torres, y
varios hospitales generales. Creó el Laboratorio de Anatomía Patológica del hoy Hospital Borda
“para permitir establecer la correlación del síntoma con la anatomía patológica”.
Critofredo Jakob (1866-1956) Nació en Alemania y se graduó de Médico en Erlangen en 1890.
Poseedor de un método científico rígido e inflexible, cimentó la escuela neurobiológica argentina.
Realizó muchos trabajos de anatomía comparada, solía realizar excursiones a distintos puntos del
país para conseguir cerebros de la fauna argentina. Pensaba que la historia biológica de la corteza
cerebral comienza en el encéfalo de la amphisbaenadarwini (víbora ciega). Sus trabajos lo llevaron
a concluir la existencia de un cerebro visceral en 1911,
Arturo Ameghino (1869-1948): Funda en 1927 la Revista Argentina de Neurología, Psiquiatría y
Medicina Legal.Decía: “Desnudar un alma, penetrar en ella es más difícil que desnudar un cuerpo.
El enfermo físico es un colaborador del médico, analiza y comunica los síntomas subjetivos. El
enfermo mental, en cambio, puede ser un obstruccionista, un simulador, un oponente. Los
trastornos mentales por otra parte no están siempre presentes, hay que buscarlos”.
José Tiburcio Borda (1869–1936): Fue Titular de la Cátedra de Clínica Psiquiátrica (1922–1930) y
elegido Miembro Titular de la Academia de Medicina en 1930, se quedó a vivir en el Hospital hasta
su muerte. El convivir con los enfermos le dio una experiencia clínica incomparable, que, junto con
sus trabajos de investigación en los laboratorios de Anatomía Patológica, le permitió realizar
trabajos científicos reconocidos internacionalmente. Relaciona la clínica con la anatomía
patológica del encéfalo como explicación de las enfermedades mentales. Tituló “Algunas
consideraciones sobre el pronóstico de la alienación mental” a su tesis doctoral.
El nacimiento de la psiquiatría organicista: Con el siglo XX va forjándose un nuevo concepto de
enfermedad mental, más ligado a una concepción orgánica y biologicista, heredera de las
doctrinas degeneracionistas y del positivismo radical, que basaba sus observaciones no ya en los
locos situados en el medio social, sino en las colecciones de especímenes humanos clasificados en
los manicomios morales.
Emil Kraepelin (1856-1926) que propone un acercamiento, observación estrictamente clínico en el
que la narrativa del enfermo és reducida de síntoma a signo, se centró en la clínica, como
herramienta diagnóstica y terapéutica superior a la formulación de hipótesis e incluso a la
anatomía patológica. Describió por primera vez la dementia praecox (más tarde conocida como
esquizofrenia) y la psicosis maníaco-depresiva. En 1883 publicó la primera edición de su obra más
importante: Lehrbuch der Psychiatrie, que tendría enorme difusión.
EugenBleuler, defensor de que las enfermedades psiquiátricas son causadas principalmente por
trastornos biológicos o genéticos y autor de algunos aportes fundamentales en psiquiatría clínica
(a él se deben los términos de esquizofrenia (sustituyendo al término propuesto por Kraepelin) y
autismo), recogidos en su obra "Demencia precoz o grupo de las esquizofrenias".
Karl Jaspers, autor de una metodología sistemática y padre de la psicopatología moderna. Su libro
Psicopatología general, de 1912, tuvo una gran influencia en el pensamiento psiquiátrico
posterior. Jaspers pasó de la psiquiatría a la filosofía, convirtiéndose en un exponente del
existencialismo alemán;
Ernst Kretschmer, uno de los pioneros en señalar científicamente la relación entre el tipo corporal,
el temperamento de las personas y algunas características de sus enfermedades psíquicas. Realizó
una conocida clasificación biotipológica en leptosomáticos, pícnicos y atléticos,;
Adolf Meyer, quien desarrolló una perspectiva psicobiológica de la psiquiatría, que integraba
aspectos biológicos y psicológicos en el origen y tratamiento de las enfermedades mentales. Su
principal obra (de 1957) se titula Psicobiología: una ciencia del hombre;
Henri Ey, autor de una vasta obra docente y asistencial, sobre todo de un tratado sobre las
alucinaciones; su obra ha constituido el texto básico de toda una generación de psiquiatras; fundó
en 1950 los congresos mundiales de psiquiatría;
Sergei Korsakoff, quien estudió el deterioro mental de los alcohólicos, describiendo el síndrome
que lleva su nombre;
Alois Alzheimer, que describió la demencia presenil epónima,
Egas Moniz, introductor de la lobotomía, técnica que consiste en seccionar el lóbulo frontal del
cerebro para conseguir calmar la excitación de los enfermos psicóticos de larga evolución. Obtuvo
por ello el premio Nobel de Medicina en 1949.
Viktor Frankl, fundador de la logoterapia sobre todo a partir de sus experiencias en los campos de
concentración, considerada la tercera escuela vienesa de psicología.
PSIQUIATRÍA ACTUAL
La psiquiatría alcanzó su máximo desarrollo durante el siglo XX, con las clasificaciones
internacionales, las diferentes psicoterapias y con la aparición de la psicofarmacología.
El suizo Eugen Bleuler, en su libro Demencia precoz o el grupo de las esquizofrenias (1911), afirmó
que, como no todos los casos de demencia precoz evolucionan hacia la demencia, era más
apropiado usar el término "esquizofrenia". Mencionó cuatro síntomas fundamentales en esta
enfermedad: autismo, ambivalencia y alteraciones en la asociación y afectividad.
El alemán Karl Jaspers (1883-1969) realizó un estudio fenomenológico exhaustivo de la mente
humana. Influyó notablemente en la psicopatología y en la psicoterapia en general.
Carl Rogers (1902-1987), desarrolla otro tipo de psicoterapias, como es la psicoterapia centrada
en el cliente donde responsabiliza al paciente por sus sentimientos y evolución de su terapia;
Fritz Perl (1893-1970 la terapia gestáltica, busca el alivio terapéutico de una experiencia dolorosa
para el tratamiento de la neurosis;
Eric Berne (1910-1970), el análisis transaccional de que los padres crean un libreto de vida en la
primera infancia que conforma e inhibe la vida del sujeto, y la terapia busca descifrar ese guión.
Ronald D. Laing (1927-1989), en la década de los 60, surge en Inglaterra la llamada anti psiquiatría
como movimiento social, que cuestionó a la familia y al estado, convirtiendo a la enfermedad
mental en un mito, un rótulo arbitrario utilizado para descalificar a ciertas personas, siendo los
psiquiatras instrumentos del poder opresivo. Los anti psiquiatras fundan la institución Kingsley Hall
(1965-1970), en donde los supuestos enfermos podían realizar libremente sus "viajes" regresivos.
Franco Basaglia (1924), en Italia influyó en la promulgación de la ley 180, que cerró los hospitales
psiquiátricos, como movimiento de contracultura, la antipsiquiatría tuvo una existencia efímera.
Otros tratamientos utilizados a lo largo del siglo XX han sido: la inducción de malaria en
pacientes con paresias generales, el coma insulínico, el electrochoque, y la psicocirugía.
En 1952 los psiquiatras franceses Jean Delay (1907-1987) y Pierre Deniker (1917-1998)
demostraron las propiedades antipsicóticas de la clorpromazina, que significó el primer
tratamiento realmente efectivo contra la esquizofrenia, por lo que se considera el año en que se
produce la Cuarta Revolución Psiquiátrica.
En los siguientes años aparecieron nuevos antipsicóticos fenotiazínicos y de otros grupos. En 1960
se sintetizó la clozapina, el primero de los denominados antipsicóticos atípicos. En 1957 el
psiquiatra suizo Roland Kuhn (1912) y el psiquiatra norteamericano NathanialKline (1916-1983),
demostraron respectivamente los efectos antidepresivos de la imipramina (del grupo de los
tricíclicos) y de la fenelzina (del grupo de los inhibidores de la monoaminooxidasa). En 1987 se
introdujo la fluoxetina, el primer inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina. La
aparición de los psicofármacos ha significado la mayor revolución en el campo de la psiquiatría,
llegando a convertirse en parte imprescindible del tratamiento de muchas enfermedades
psiquiátricas, como la esquizofrenia, los trastornos afectivos mayores, el trastorno obsesivo-
compulsivo y otros trastornos de ansiedad. Actualmente hay gran variedad de psicofármacos, se
busca cada vez mayor eficacia y selectividad de acción, con menos efectos colaterales.
Anti psiquiatría y desinstitucionalización
La anti psiquiatría, corriente que surge a mediados del siglo XX como respuesta al proceso de
exclusión social sufrido por los enfermos mentales y al uso controvertido (aunque en ocasiones
eficaz) de nuevos métodos terapéuticos como la Terapia electroconvulsiva (electroshock), los
comas insulínicos, las termoterapias de choque, la técnica quirúrgica de la lobotomía, etc.
La Fluoxetina, o la "píldora de la felicidad", es un antidepresivo cuyo mecanismo de acción consiste
en inhibir de manera selectiva la recaptación del neurotransmisorserotonina, alterando el eje
dopamina-serotonina y mejorando así algunos cuadros depresivos. La eficacia de los nuevos
fármacos psiquiátricos ha servido para apuntalar el "mito del fármaco" como icono cultural de la
sociedad occidental del siglo XX.
Juan Carlos Goldar, en 1975 publica el libro Cerebro límbico y Psiquiatría en el que resume su
postura al momento sobre la psicopatología y aún hoy es de consulta permanente. En 1978
escribe “Biología de la Memoria”. En 1993 publica “Anatomía de la Mente”. En 1994 junto a sus
discípulos D. Rojas y M Outes publica “Introducción al Diagnóstico de las Psicosis” donde realiza
una revisión de la nosografía de las psicosis.
La psiquiatría farmacológica: A partir de los años 60 el gran despegue de la industria farmacéutica
y los sucesivos hallazgos de nuevas moléculas con actividad en la esfera del comportamiento
humano comienzan a ensamblar un concepto farmacológico de la psiquiatría: las moléculas actúan
a nivel de determinados neurotransmisores, dando pistas del origen fisiopatológico del trastorno
mental. El haloperidol (la primera "camisa de fuerza química"), las benzodiazepinas, o los más
modernos antidepresivos (como la fluoxetina, principio activo del Prozac, otro icono farmacológico
del siglo XX junto con la Aspirina o la Viagra) son tan eficaces que generan un fuerte movimiento
psicofarmacológico junto al que aún conviven otras terapias más clásicas como la psicoanalítica.
CIE y DSM:A fin de unificar los criterios diagnósticos se elaboraron sistemas nosológicos que
intentaron seducir a la mayoría de los psiquiatras. Entre los más populares está la Clasificación
Internacional de Enfermedades Mentales de la OMS y el DSM, Manual diagnóstico y estadístico de
los trastornos mentales que evalúa el cuadro psiquiátrico de acuerdo a distintos ejes que
proporcionan información independiente para luego dar una valoración global.

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