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INTEGRANTES:
SILENTE EN MUCHOS
HOSPEDEROS:
En situaciones desfavorables, T.
vaginalis puede interiorizar sus
flagelos y adoptar una configuración
de pseudo-quiste.
Mide de 7 a 23 micrómetros Con una
MEDIDA media de 13.
Axostilo: Debajo del núcleo de T. vaginalis nace una estructura sólida llamada "axostilo," que se
encuentra dispuesta longitudinalmente. El axostilo es análogo a la columna vertebral y proporciona
rigidez anatómica al protozoo, lo que le da cierta estructura y soporte.
Generación de seudópodos: Tanto T. vaginalis como otras especies del género Trichomonas, como T.
tenax y T. gingivalis, tienen la capacidad de generar seudópodos gruesos, cortos y con extremos
redondeados. Los seudópodos son extensiones temporales del citoplasma que se utilizan para la
locomoción y la captura de alimentos.
Composición del citoplasma: El citoplasma de estos parásitos contiene varias estructuras y orgánulos,
incluyendo el aparato de Golgi, el retículo endoplásmico, hidrogenosomas (análogos a las mitocondrias
en otros organismos), vacuolas y gránulos de glucógeno.
Núcleo: El núcleo de T. vaginalis se encuentra en el tercio anterior del parásito y alberga seis
cromosomas.
Mitocondrias y hidrogenosomas: T. vaginalis no posee mitocondrias, tiene hidrogenosomas, que son
orgánulos análogos a las mitocondrias y están involucrados en la producción de hidrógeno molecular a
través de la fermentación de carbohidratos.
FISIOPATOLOGÍA DE LA INFECCIÓN
El pH alcalino es ideal para que T. vaginalis produzca la infección, durante la excitación y el acto sexual se da la secreción
de fluidos que aumentan el PH vaguinal asimismo el semen es un alcalino donde da un favorecimiento a la transmisión del
parasitó.
Es la unión entre el parásito y la célula epitelial donde su adherencia está mediada de las siguientes
proteínas: AP120, AP65 (que genera respuesta inmune). Tras la adherencia, T. vaginalis adopta la forma de un
ameboide asimismo sea eficiente, es necesaria la presencia de cisteína-proteinasas que está ubicada en la
superficie del parásito. Se da a entender que 11 de estas enzimas intervienen en el proceso pero uno está
involucrado en la apoptosis de la célula epitelial. Además, T. vaginalis está recubierta por lipofosfoglucano
(LPG) que es una molécula fundamental para la adherencia con la célula epitelial por otro lado, su nutrición
aprovecha a los glóbulo rojo y hierro que está siendo transportado en la hemoglobina. Los carbohidratos
más importantes se adhieren a los eritrocitos y la lisis de los mismos: D-lactosa y N-acetil-B-D-glucosamina.
HÁBITAT Y CICLO DE VIDA
El transporte del parásito entre las mucosas se da mediante las
secreciones como lo es, el flujo vaginal, el líquido preseminal y el
semen. En el caso de la mujer una vez que el parásito invade la
mucosa genital, se localiza en las glándulas de bartolino,
parauretrales y en sus secreciones. En el caso del hombre se
coloniza en el surco balano-prepucial, las glándulas prepuciales,
la uretra prostática y las vesículas seminales. Una vez que el
trofozoíto este en la mucosa, esto se reproduce por fisión binaria
longitudinal que tiene un período de incubación que entre los 4 y
28 días asimismo, la presencia de sales de hierro y de glucosa.
Se ha demostrado que la infección por este protozoo duplica el riesgo de infección por dicho virus.
Algunas teorías señalan la función transportadora del parásito, al trasladar el virus desde el medio
extracelular al intracelular. Una teoría alternativa plantea la posibilidad de infección por las
microlesiones producidas por los elementos citotóxicos secretados por T. vaginalis, que pueden
romper la membrana celular y favorecer una especie de “asalto” por parte del virus al entorno
intracelular.
Con respecto a Mycoplasma hominis, se han descrito el transporte y la replicación de la bacteria
dentro del parásito, con los beneficios que ello supone como protección frente a los tratamientos o
defensa contra las reacciones inmunes del organismo atacado. Se ha observado cómo la
citotoxicidad de T. vaginalis es mayor en presencia de M. hominis. Gracias a esta sinergia M.
hominis puede movilizarse por el tracto genitourinario y desarrollar la infección juntamente con el
protozoo.
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