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«Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo»

Hace unos cien años, George Santayana (filósofo y poeta español) escribió:
"El progreso, lejos de consistir en el cambio, descansa en la retentiva. Cuando el cambio es
absoluto, no queda ser alguno al que mejorar y no se establece dirección para una posible
mejora. Cuando la experiencia no se conserva, como entre los salvajes, la infancia es perpetua.
Quienes no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo.
Hace dos mil quinientos años, el historiador ateniense Tucídides escribió que su obra pretendía
ayudar: “A cuantos quieren tener un conocimiento exacto de los hechos del pasado y de los
que en el futuro serán iguales o semejantes, de acuerdo con las leyes de la naturaleza humana”.
Para los antiguos griegos, en efecto, la historia era fundamentalmente una secuencia dramática
de acontecimientos que, frecuentemente, escapaban al control de sus protagonistas.
Por eso creían firmemente que la historia es la maestra de la vida. Con esta idea escribieron
obras y construyeron teorías, en la creencia de que las generaciones sucesivas podían aprender
de sus errores y de sus aciertos. Pero, con la perspectiva de quienes vivimos hoy ¿Es, en
realidad, la historia nuestra maestra? ¿La historia se repite? ¿Nos sirve la experiencia de
quienes vivieron antes que nosotros?

La incalculable herencia de Grecia y Roma


Todos los habitantes de este mundo, especialmente los que vivimos en Occidente, tenemos
una madre común que nos dejó una herencia colosal, sin la que no podríamos reconocernos.
Esa madre se llama Grecia. Esa madre se llama Roma. Libertad, política, democracia, ley,
derecho, justicia, literatura, historia, arte, ciencia, globalización... son conceptos inventados,
experimentados y sufridos en la antigua Grecia y, poco después, en Roma. Y, precisamente,
desde ese mundo global que esconde la palabra Roma, en un verdadero viaje en el tiempo,
tales conceptos, convertidos en experiencias, han llegado hasta un mundo como el nuestro que,
tras haber olvidado quién es su verdadera madre y despreciado su herencia, cree, como un
adolescente, que las vive por primera vez.

La Globalización de las Ideas


Desde la antigua Atenas (cuna de la democracia) hasta los Estados Unidos de América, todas
las potencias democráticas (empleo este término en un sentido no estricto) han mostrado un
comportamiento imperialista en su política exterior. La razón de este hecho, constatable
históricamente, no es fácil de explicar. Tales potencias (Atenas, Roma, Reino Unido, Francia,
España, Estados Unidos) nunca fueron capaces de globalizar realmente las ideas, principal y
singularmente las ideas democráticas.

Somos lo que somos, sabemos lo que sabemos, porque caminamos sobre los hombros de
quienes nos han precedido. Sólo somos lo que hemos sido, nunca lo que somos; jamás lo que
seremos. Estamos hechos de nuestro pasado, y el pasado es el único bagaje que habremos de
llevarnos cuando nos toque abandonar este mundo. Hablar del pasado no es sólo hablar de lo
que algo fue; es también hablar de lo que es; y de lo que será. Nuestra memoria es la raíz que
nos hace tener un lugar en el mundo. Y nuestro futuro depende de que seamos capaces de
saber no lo que somos, no lo que seremos, sino lo que hemos sido.

Bernardo Souvirón. (Escritor y Profesor de lenguas clásicas 1953-)

Breve apunte sobre Filosofía-Política.

La filosofía política es la rama de la filosofía que estudia los fundamentos de temática


Política, como el poder, la libertad, la justicia. La propiedad, los derechos, y su

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aplicación en un código legal por la autoridad (autorizado), en cuanto su origen,
esencia, límites, legitimidad, naturaleza, necesidad y alcances.

La filosofía política se refiere a una perspectiva general, una ética, una creencia o una
actividad específica, -que debe tener la política-, y que no es necesario que deba
permanecer a la disciplina técnica de la filosofía.

La filosofía política ha variado a través de la historia. Para los griegos la ciudad era el
centro y el fin de toda actividad política. En el medievo, período histórico que va
desde el siglo V al siglo XV, la actividad política se centraba en las relaciones que
debe mantener el ser humano con el orden dado por Dios.

El renacimiento de la filosofía política adopta un enfoque básicamente


antropocéntrico. Es una doctrina epistemológica que estudia los métodos y
fundamentos del conocimiento científico situada por el ser humano como medida de
todas las cosas.

En el mundo moderno y contemporáneo, donde surgen y conviven muchos modelos,


desde los totalitarismos que es el régimen político que concentra la totalidad de los
poderes estatales hasta los sistemas democráticos, participativos, donde existen
multiplicidad de variantes.

Por su parte la Ciencia Política estudia las estructuras. Estas estructuras políticas se
encargan de las acciones políticas. En múltiples ocasiones, lejos de encargarse de
cómo deberían ser estas acciones políticas, no hacen más que justificar dichas acciones
políticas, olvidando así el planteamiento filosófico que debería tener toda acción
política.

COAF. (2008)

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