Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Shir Hasririm
Shir Hasririm
טוֹבִים דּ ֹדֶ יָך ִמיָּי ִן-י ִשּׁ ׁ ֵקנִי ִמנְּשִׁיקוֹת פִּיהוּ כִּי
¡Oh!, si él me besara con besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino
Por el olor de tus suaves ungüentos (Ungüento derramado es tu nombre), por eso las doncellas te
amaron
Atráeme en pos de ti, correremos. El rey me ha metido en sus cámaras; nos gozaremos y
alegraremos en ti; acordarémonos de tus amores más que del vino. Los rectos te aman
Morena soy, oh hijas de Jerusalén, mas codiciable; como las cabañas de Cedar, como las tiendas
de Salomón
AL-
TIRUNÍ SHEANÍ SHEJARJÓRET SHESHZAFÁTNI HASHÁMESH BENÉ IMÍ NÍJARU-
BÍ SAMUNÍ NOTERÁH ET-HAKERAMÍM KARMÍ SHELÍ LÓ NATÁRTI
No miréis en que soy morena, porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra mí,
me hicieron guarda de viñas; y mi viña, que era mía, no guardé
Hazme saber, o tú a quien ama mi alma, dónde apacientas, dónde sesteas tu rebaño al medio día;
pues, ¿por qué había yo de estar como vagueando tras los rebaños de tus compañeros?
שׁכְּנוֹת הָרֹעִים
ְ גְּדִ יּ ֹתַ י ְִך עַל ִמ-וּרעִי אֶת
ְ לְָך ְבּ ִע ְקבֵי הַצּ ֹאן-ֹלא תֵ דְ עִי לְָך ַהיָּפָה ַבּנָּשִׁים ְצאִי-אִם
IM-LÓ TEDEÏ LÁJ HAYAFÁH BANASHÍM TZÉI-LÁJ BEÏKVÉ HATZÓN URÏ ET-
GUEDIYOTÁIJ ÄL MISHKENÓT HAROÏM
Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, sal, yéndote por las huellas del rebaño, y
apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores
ָארְך ַבּחֲרוּזִים
ֵ נָאווּ ְל ָחיַי ְִך בַּתּ ִֹרים ַצוּ
Hermosas son tus mejillas entre los zarcillos, tu cuello entre los collares
He aquí que tú eres hermosa, mi amor; he aquí que eres hermosa; tus ojos de paloma
He aquí que tú eres hermoso, oh amado mío, y suave; nuestro lecho también florido
שׁנַּת ָה ֲע ָמקִים
ַ ֲאנִי ֲח ַב ֶצּלֶת הַשּׁ ׁרוֹן שׁוֹ
ANÍ JAVATZÉLET HASHARÓN SHOSHANÁT HAÄMAKÍM
Como la rosa entre las espinas, así es mi amor entre las doncellas
Como el manzano entre los árboles silvestres, así es mi amado entre los hijos; bajo su sombra
deseé sentarme, y su fruto fue dulce en mi paladar
Sustentadme con tortas de pasas, reanimadme con manzanas, porque estoy enferma de amor
Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, por las gamas y por las ciervas del campo, que no
despertéis ni hagáis velar al amor hasta que él quiera
ַה ְגּבָעוֹת- ֶהה ִָרים ְמ ַקפֵּץ עַל-זֶה בָּא מְדַ לֵּג עַל-קוֹל דּוֹדִ י ִהנֵּה
¡La voz de mi amado! He aquí él viene saltando sobre los montes, brincando sobre los collados
Mi amado es semejante al gamo, o al cabrito de los ciervos. Helo aquí, está tras nuestra pared,
mirando por las ventanas, mostrándose por las rejas
לְָך-ָענָה דוֹדִ י וְאָמַר לִי קוּמִי לְָך ַר ְעי ָתִ י יָפָתִ י וּ ְלכִי
ְאַרצֵנוּ
ְ שׁמַע בּ
ְ ִָאָרץ עֵת ַהזָּמִיר ִהגִּי ַע וְקוֹל הַתּוֹר נ
ֶ ַהנִּ ָצּנִים נ ְִראוּ ב
לְָך-הַתְּ ֵאנָה ָחנְטָה ַפגֶּי ָה ְו ַה ְגּ ָפנִים ְסמָדַ ר נָתְ נוּ ֵרי ַח קוּמִי לְָך ַר ְעי ָתִ י יָפָתִ י וּ ְלכִי
HATE
´ENÁH JANETÁH FAGUÉHA VEHAGUEFANÍM SEMADÁR NÁTENU RÉAJ KÚMI L
ÁJ RAÄYATÍ YAFATÍ ULJI-LÁJ
La higuera ha echado sus higos, y las vides en cierne dieron olor; levántate, mi amor, hermosa
mía, y vente
Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes,
muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; porque dulce es tu voz, y hermoso tu aspecto
Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas
están en cierne
שׁנִּים
ַ דּוֹדִ י לִי ַו ֲאנִי לוֹ הָרֹעֶה בַּשּׁ וֹ
ה ֵָרי בָתֶ ר-לְָך דוֹדִ י ִל ְצבִי אוֹ לְעֹפֶר ָה ַאיָּלִים עַל-שׁיּ ָפוּ ַח הַיּוֹם ְונָסוּ ַה ְצּ ָללִים ס ֹב דְּ מֵה
ֶ עַד
שׁ ָכּבִי ַבּלֵּילוֹת ִבּ ַקּשְׁתִּ י אֵת שֶׁאָ ֲהבָה נַ ְפשִׁי ִבּ ַקּשְׁתִּ יו וְֹלא ְמצָאתִ יו
ְ ִמ-עַל
ÄL-
MISHKAVÍ BALELÓT BIKÁSHTI ÉT SHEAHAVÁH NAFSHÍ BIKASHTÍV VELÓ ME
TZATÍV
Por las noches busqué en mi cama al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé
אָקוּמָה נָּא ַואֲסוֹ ְבבָה ָבעִיר בַּשּׁ ׁ ָוקִים וּב ְָרח ֹבוֹת ֲא ַב ְקשָׁה אֵת שֶׁאָ ֲהבָה נַ ְפשִׁי ִבּ ַקּשְׁתִּ יו וְֹלא ְמצָאתִ יו
Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi
alma; lo busqué, y no lo hallé
ְמצָאוּנִי הַשּׁ ׁמ ְִרים הַסּ ֹ ְבבִים ָבּעִיר אֵת שֶׁאָ ֲהבָה נַ ְפשִׁי ְראִיתֶ ם
Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma?
הוֹרתִ י
ָ בֵּית ִאמִּי ְואֶל חֶדֶ ר-שׁ ֲהבֵיאתִ יו אֶל
ֶ -אַרפֶּנּוּ עַד
ְ שׁ ָמּצָאתִ י אֵת שֶׁאָ ֲהבָה נַ ְפשִׁי ֲא ַחזְתִּ יו וְֹלא
ֶ שׁ ָעב ְַרתִּ י ֵמהֶם עַד
ֶ ִכּ ְמעַט
Pasando de ellos un poco, hallé luego al que mi alma ama; trabé de él, y no lo dejé, hasta que lo
metí en casa de mi madre, y en la cámara de la que me dio a luz
ַהמִּדְ בָּר כְּתִ ימְרוֹת ָעשָׁן ְמ ֻקטּ ֶֶרת מ ֹר וּלְבוֹנָה מִכּ ֹל אַ ְבקַת רוֹכֵל-מִי ז ֹאת עֹלָה מִן
¿Quién es ésta que sube del desierto como varas de humo, sahumada de mirra y de incienso, y de
todos los polvos aromáticos?
שׁ ִלּשְֹׁלמ ֹה שִׁשּׁ ׁים גִּבּ ִֹרים ָסבִיב לָהּ ִמגִּבּ ֵֹרי יִשׂ ְָראֵל
ֶ ִהנֵּה ִמטָּתוֹ
י ְֵרכוֹ ִמ ַפּחַד ַבּלֵּילוֹת-ֻכּלָּם ֲא ֻחזֵי ח ֶֶרב ְמ ֻלמְּדֵ י ִמ ְל ָחמָה אִישׁ ח ְַרבּוֹ עַל
Todos ellos tienen espadas, diestros en la guerra; cada uno su cuchillo sobre su muslo, por los
temores de la noche
שׁ ָלי ִם
ָ אַר ָגּמָן תּוֹכוֹ ָרצוּף אַ ֲהבָה ִמבְּנוֹת י ְרוּ
ְ עַמּוּדָ יו ָעשָׂה ֶכסֶף ְרפִידָ תוֹ זָהָב מ ְֶרכָּבוֹ
שׂ ְמחַת לִבּוֹ
ִ לּוֹ אִמּוֹ בְּיוֹם חֲתֻ נָּתוֹ וּבְיוֹם-שׁ ִעטּ ְָרה
ֶ וּראֶינָה בְּנוֹת צִיּוֹן ַבּ ֶמּלְֶך שְֹׁלמ ֹה ָבּ ֲעט ָָרה
ְ ְצאֶינָה
TZE´ÉNAH URE
´ÉNAH BENÓT TZIÓN BAMÉLEJ SHLOMÓH BAÄTARÁH SHEÏTERAH-
LÓ IMÓ BEYÓM JATUNATÓ UVYÓM SIMJÁT LIBÓ
Salid, oh doncellas de Sión, y ved al rey Salomón con la corona con que le coronó su madre el
día de su desposorio, y el día de la alegría de su corazón
He aquí que tú eres hermosa, mi amor, he aquí que tú eres hermosa; tus ojos entre tus guedejas
como de paloma; tus cabellos como manada de cabras, que se muestran desde el monte de
Galaad
Tus dientes, como manadas de trasquiladas ovejas, que suben del lavadero, todas con crías
mellizas, y ninguna entre ellas estéril
שׂפְתוֹתַ י ְִך וּמִדְ בּ ֵָרְך נָאוֶה ְכּ ֶפלַח ה ִָרמּוֹן ַרקָּתֵ ְך ִמ ַבּעַד ְל ַצמָּתֵ ְך
ִ כְּחוּט הַשּׁ ׁנִי
Tus labios, como un hilo de grana, y tu habla hermosa; tus sienes, como cachos de granada a la
parte adentro de tus guedejas
שׁ ְלטֵי ַהגִּבּ ִֹרים
ִ ָארְך בָּנוּי לְתַ ְלפִּיּוֹת ֶאלֶף ַה ָמּגֵן תָּ לוּי ָעלָיו כּ ֹל
ֵ ְכּ ִמגְּדַ ל דָּ וִיד ַצוּ
Tu cuello, como la torre de David, edificada para enseñar; mil escudos están colgados de ella,
todos escudos de valientes
שׁנִּים
ַ שׁנֵי ֳעפ ִָרים תְּ אוֹמֵי ְצ ִביּ ָה הָרֹעִים בַּשּׁ וֹ
ְ שׁנֵי שָׁדַ י ְִך ִכּ
ְ
Tus dos pechos, como dos cabritos mellizos de gama, que son apacentados entre los lirios
ִגּ ְבעַת ַהלְּבוֹנָה-הַר הַמּוֹר ְואֶל-שׁיּ ָפוּ ַח הַיּוֹם ְונָסוּ ַה ְצּ ָללִים ֵאלְֶך לִי אֶל
ֶ עַד
Hasta que apunte el día y huyan las sombras, me iré al monte de la mirra, y al collado del
incienso
שׂנִיר ְוח ְֶרמוֹן ִממְּע ֹנוֹת א ֲָריוֹת ֵמה ְַר ֵרי נְמ ִֵרים
ְ שׁוּרי מֵר ֹאשׁ ֲא ָמנָה מֵר ֹאשׁ
ִ ָאִתִּ י ִמ ְלּבָנוֹן ַכּלָּה אִתִּ י ִמ ְלּבָנוֹן תָּ בוֹאִי תּ
ITÍ MILVANÓN KALÁH ITÍ MILVANÓN TAVÓI TASHÚRI MERÓSH AMANÁH MER
ÓSH SENÍR VEJERMÓN MIMEÖNÓT ARAYÓT MEHARERÉ NEMERÍM
Conmigo del Líbano, oh esposa, conmigo vendrás del Líbano; mirarás desde la cumbre de
Amaná, desde la cumbre de Senir y de Hermón; desde las guaridas de los leones, desde los
montes de los tigres
ִל ַבּבְתִּ נִי אֲח ֹתִ י ַכלָּה ִל ַבּבְתִּ נִי בְּאַחַת ֵמעֵינַי ְִך בְּאַחַד ֲענָק ִמ ַצּוְּרֹנָי ְִך
Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; has preso mi corazón con uno de tus ojos, con una
gargantilla de tu cuello
שׂמִים
ָ ְבּ-שׁ ָמנַי ְִך ִמכָּל
ְ יּ ָפוּ ד ֹדַ י ְִך אֲח ֹתִ י ַכלָּה מַה טּ ֹבוּ ד ֹדַ י ְִך ִמיַּי ִן ו ְֵרי ַח-מַה
¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía! ¡Cuánto mejores que el vino tus amores,
y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!
Panal de miel destilan tus labios, oh esposa; miel y leche hay debajo de tu lengua; y el olor de tus
vestidos como el olor del Líbano
Huerto cerrado eres, oh hermana, esposa mía; fuente cerrada, fuente sellada
נ ְָרדִ ים-שׁ ָל ַחי ְִך פּ ְַרדֵּ ס ִרמּוֹנִים עִם פּ ְִרי ְמגָדִ ים ְכּפ ִָרים עִם
ְ
שׂמִים
ָ ראשֵׁי ְב-ָל
ָ ֲעצֵי לְבוֹנָה מ ֹר ַו ֲאהָלוֹת עִם כּ-נ ְֵרדְּ ְוכ ְַרכּ ֹם ָקנֶה ְו ִקנָּמוֹן עִם כָּל
NÉRD VEJARKÓM KANÉH VEKINAMÓN ÏM KOL-
ÄTZÉ LEVONÁH MÓR VAAHALÓT ÏM KOL-RASHÉ VESAMÍM
Nardo y azafrán, caña aromática y canela, con todos los árboles de incienso; mirra y áloes, con
todas las principales especias
ÜRI TZAFÓN UVÓI TEMÁN HAFÍJI GANÍ YIZLÚ VESAMÁV YAVÓ DODÍ LEGAN
Ó VEYOJÁL PRÍ MEGADÁV
Levántate, viento del norte, y ven, viento del sur; sopla mi huerto, despréndanse sus aromas.
Venga mi amado a su huerto, y coma de su dulce fruta
BÁTI LEGANÍ AJOTÍ JALÁH ARÍTI MORÍ ÏM-BESAMÍ AJÁLTI YAÄRÍ ÏM-
DIVSHÍ SHATÍTI YENÍ ÏM-JALAVÍ IJLÚ REÏM SHETÚ VESHIJRÚ DODÍM
Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía; he cogido mi mirra y mis aromas; he comido mi
panal y mi miel, mi vino y mi leche he bebido. Comed, amigos; bebed, amados, y embriagaos
טָל ְקוֻּצּוֹתַ י ְרסִיסֵי ָליְלָה-לִי אֲח ֹתִ י ַר ְעי ָתִ י יוֹנָתִ י תַ מָּתִ י שֶׁר ֹאשִׁי נִ ְמלָא-שׁנָה ְו ִלבִּי עֵר קוֹל דּוֹדִ י דוֹפֵק פִּתְ חִי
ֵ ְ ֲאנִי י
מוֹר ְו ֶא ְצבְּע ֹתַ י מוֹר עֹבֵר עַל כַּפּוֹת ַה ַמּנְעוּל-ַקמְתִּ י ֲאנִי ִלפְתּ ֹ ַח לְדוֹדִ י ְוי ָדַ י נָטְפוּ
Yo me levanté para abrir a mi amado, y mis manos gotearon mirra, y mis dedos mirra que corría
sobre las aldabas del candado
פָּתַ חְתִּ י ֲאנִי לְדוֹדִ י וְדוֹדִ י ָחמַק ָעבָר נַ ְפשִׁי יָצְאָה בְדַ בְּרוֹ ִבּ ַקּשְׁתִּ יהוּ וְֹלא ְמצָאתִ יהוּ ק ְָראתִ יו וְֹלא ָענָנִי
PATAJTÍ ANÍ LEDODÍ VEDODÍ JAMÁK ÄVÁR NAFSHÍ YATZEÁH VEDABERÓ BIK
ASHTIHÚ VELÓ METZATÍHU KERATÍV VELÓ ÄNÁNI
Abrí yo a mi amado; mas mi amado se había ido, había ya pasado; y tras su hablar salió mi alma:
lo busqué, y no lo hallé; lo llamé, y no me respondió
שׁ ַבּעְתָּ נוּ
ְ שׁ ָכּכָה ִה
ֶ דּוֹדֵ ְך מִדּוֹד ַהיָּפָה ַבּנָּשִׁים מַה דּוֹדֵ ְך מִדּוֹד-מַה
¿Qué es tu amado más que los otros amados, oh la más hermosa de todas las mujeres? ¿Qué es tu
amado más que los otros amados, que así nos conjuras?
ָעוֹרב
ֵ ר ֹאשׁוֹ כֶּתֶ ם פָּז ְקוֻצּוֹתָ יו תַּ לְתַּ לִּים שְׁח ֹרוֹת כּ
Su cabeza, como, oro finísimo; sus cabellos crespos, negros como el cuervo
Sus ojos, como de palomas junto a los arroyos de las aguas, que se lavan con leche; y a la
perfección colocados
שׁנִּים נֹטְפוֹת מוֹר עֹבֵר
ַ שׂפְתוֹתָ יו שׁוֹ
ִ ְל ָחי ָו ַכּעֲרוּגַת הַבֹּשֶׂם ִמגְדְּ לוֹת מ ְֶר ָקחִים
Sus mejillas, como una era de especias aromáticas, como fragantes flores; sus labios, como lirios
que destilan mirra que trasciende
ִירים
ִ י ָדָ יו ְגּלִילֵי זָהָב ְמ ֻמ ָלּאִים בַּתַּ ְרשִׁישׁ ֵמעָיו ֶעשֶׁת שֵׁן ְמ ֻע ֶלּפֶת ַספּ
Sus manos, como anillos de oro engastados de jacintos; su vientre, como blanco marfil cubierto
de zafiros
פָז מ ְַראֵהוּ ַכּ ְלּבָנוֹן בָּחוּר ָכּא ֲָרזִים-אַדְ נֵי-שׁוֹקָיו עַמּוּדֵ י שֵׁשׁ ְמיֻסָּדִ ים עַל
Sus piernas, son como columnas de mármol fundadas sobre basas de fino oro; su vista es como el
Líbano, escogido como los cedros
שׁ ָלי ִם
ָ חִכּוֹ ַממְתַ קִּים ְוכֻלּוֹ ַמ ֲחמַדִּ ים זֶה דוֹדִ י ְוזֶה ֵרעִי בְּנוֹת י ְרוּ
JIKÓ MAMTAKÍM VEJULÓ MAJAMADÍM ZÉH DODÍ VEZÉH REÏ BENÓT YERUSH
ALÁIM
אָנָה ָהלְַך דּוֹדֵ ְך ַהיָּפָה ַבּנָּשִׁים אָנָה ָפּנָה דוֹדֵ ְך וּנְ ַב ְקשֶׁנּוּ ִעמְָּך
שׁנִּים
ַ דּוֹדִ י י ַָרד ְלגַנּוֹ ַלע ֲֻרגוֹת הַבֹּשֶׂם ל ְִרעוֹת ַבּ ַגּנִּים ְו ִללְק ֹט שׁוֹ
Mi amado descendió a su huerto, a las eras de las especias, para apacentar en los huertos, y para
coger los lirios
שׁנִּים
ַ ֲאנִי לְדוֹדִ י וְדוֹדִ י לִי הָרוֹעֶה בַּשּׁ וֹ
Eres hermosa como Tirsa, amada mía, encantadora como Jerusalén, imponente como ejército con
estandartes
Aparta tus ojos de delante de mí, porque ellos me vencieron. Tu cabello es como manada de
cabras, que se muestran en Galaad
שִׁשּׁ ׁים ֵהמָּה ְמלָכוֹת וּשְׁמֹנִים פִּי ַלגְשִׁים ַו ֲעלָמוֹת אֵין ִמ ְספָּר
Sesenta son las reinas, y ochenta las concubinas, y las doncellas vírgenes sin número
אַחַת הִיא יוֹנָתִ י תַ מָּתִ י אַחַת הִיא ְל ִאמָּהּ בּ ָָרה הִיא לְיוֹלַדְ תָּ הּ ָראוּ ָה בָנוֹת ַויְאַשּׁ ׁרוּ ָה ְמלָכוֹת וּפִי ַלגְשִׁים ַוי ְ ַהלְלוּ ָה
Mas una es la paloma mía, la perfecta mía; única es a su madre, escogida a la que la dio a luz. La
vieron las doncellas, y la llamaron bienaventurada; sí, las reinas y las concubinas, la alabaron
¿Quién es ésta que se muestra como el alba, hermosa como la luna, esclarecida como el sol,
imponente como un ejército con banderas?
ִגּנַּת אֱגוֹז י ַָרדְ תִּ י ל ְִראוֹת ְבּ ִאבֵּי ַהנָּחַל ל ְִראוֹת ֲהפ ְָרחָה ַה ֶגּפֶן ֵהנֵצוּ ה ִָרמֹּנִים-אֶל
EL-
GINÁT EGÓZ YARÁDTI LIRÓT BEIBÉ HANÁJAL LIRÓT HAFAREJÁH HAGUÉFEN
HENÉTZU HARIMONÍM
Al huerto de los nogales descendí a ver los frutos del valle, y para ver si florecían las vides, si
florecían los granados
נָדִ יב-שׂמַתְ נִי מ ְַרכְּבוֹת ַעמִּי
ָ ֹלא י ָדַ עְתִּ י נַ ְפשִׁי
תֶּ חֱזוּ בַּשּׁ וּ ַלמִּית ִכּמְחֹלַת ַה ַמּ ֲחנָי ִם-בְָּך מַה-שׁוּבִי שׁוּבִי הַשּׁ וּ ַלמִּית שׁוּבִי שׁוּבִי ְונֶ ֱחזֶה
נָדִ יב חַמּוּקֵי י ְֵר ַכי ְִך כְּמוֹ ֲח ָלאִים ַמ ֲעשֵׂה י ְדֵ י ָאמָּן-יּ ָפוּ ְפ ָע ַמי ְִך ַבּנְּ ָעלִים בַּת-מַה
¡Cuán hermosos son tus pies en los calzados, oh hija de príncipe! Los contornos de tus muslos
son como joyas, obra de mano de excelente maestro
שׁנִּים
ַ י ֶ ְחסַר ַה ָמּזֶג ִבּ ְטנְֵך ע ֲֵרמַת ִחטִּים סוּגָה בַּשּׁ וֹ-שׁ ְָר ֵרְך ַאגַּן ַה ַסּהַר אַל
Tu ombligo, como una taza redonda, que no le falta bebida. Tu vientre, como montón de trigo,
cercado de lirios
Tu cuello, como torre de marfil, tus ojos, como los estanques en Hesbón junto a la puerta de Bat-
rabim; tu nariz, como la torre del Líbano que mira hacia Damasco
Yo dije: Subiré a la palmera, asiré sus ramos. Y tus pechos serán ahora como racimos de vid, y el
aliento de tu nariz como de manzanas
שׁנִים
ֵ ְ שׂפְתֵ י י
ִ ְו ִחכְֵּך ְכּי ֵין הַטּוֹב הוֹלְֵך לְדוֹדִ י ְלמֵישׁ ִָרים דּוֹבֵב
Y tu paladar como el buen vino, que se entra a mi amado suavemente, y hace hablar los labios de
los que duermen
דּ ֹדַ י לְָך-שׁכִּימָה ַלכּ ְָרמִים נ ְִראֶה אִם פּ ְָרחָה ַה ֶגּפֶן פִּתַּ ח ַה ְסּמָדַ ר ֵהנֵצוּ ה ִָרמּוֹנִים שָׁם אֶתֵּ ן אֶת
ְ ַנ
Levantémonos de mañana a las viñas; veamos si florecen las vides, si se abre el cierne, si han
florecido los granados; allí te daré mis amores
Las mandrágoras han dado olor, y a nuestras puertas hay toda suerte de dulces frutas, nuevas y
añejas, que para ti, oh amado mío, he guardado
¡Oh quién te me diese como hermano que mamó los pechos de mi madre; de modo que te halle
yo fuera, y te bese, y no me menosprecien!
¡Que yo te llevara, que yo te metiera en casa de mi madre; que me enseñaras, que te hiciera beber
vino adobado del mosto de mis granadas!
שֶׁתֶּ ְחפָּץ-הָאַ ֲהבָה עַד-תְּ ע ְֹררוּ אֶת-תָּ עִירוּ וּמַה-שׁ ָלי ִם מַה
ָ שׁ ַבּעְתִּ י אֶתְ כֶם בְּנוֹת י ְרוּ
ְ ִה
Os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, que no despertéis, ni hagáis velar al amor, hasta que él
quiera
¿Quién es ésta que sube del desierto, recostada sobre su amado? Debajo de un manzano te
desperté; allí tuvo tu madre dolores, allí tuvo dolores la que te dio a luz
שׁ ְל ֶהבֶתְ י ָה
ַ שׁפֵּי אֵשׁ
ְ שׁפֶי ָה ִר
ָ ַעזָּה ַכ ָמּוֶת אַ ֲהבָה ָקשָׁה ִכשְׁאוֹל ִקנְאָה ְר-זְרוֹעֶָך כִּי- ִלבֶָּך כַּחוֹתָ ם עַל-שִׂי ֵמנִי כַחוֹתָ ם עַל
Ponme como un sello sobre tu corazón, como un signo sobre tu brazo; porque fuerte es como la
muerte el amor; duro como el sepulcro el celo; sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama
הוֹן בֵּיתוֹ בָּאַ ֲהבָה בּוֹז י ָבוּזוּ לוֹ-כָּל-י ִתֵּ ן אִישׁ אֶת-שׁטְפוּ ָה אִם
ְ ִ הָאַ ֲהבָה וּנְהָרוֹת ֹלא י-ַמי ִם ַרבִּים ֹלא יוּכְלוּ ְלכַבּוֹת אֶת
Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre toda la
hacienda de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarán
Tenemos una pequeña hermana, que aún no tiene pechos. ¿Qué haremos a nuestra hermana
cuando de ella se hablare?
אָרז
ֶ דֶּ לֶת הִיא נָצוּר ָעלֶי ָה לוּ ַח-ִירת ָכּסֶף ְואִם
ַ חוֹמָה הִיא נִ ְבנֶה ָעלֶי ָה ט-אִם
ֲאנִי חוֹמָה ְושָׁדַ י ַכּ ִמּגְדָּ לוֹת אָז ָהי ִיתִ י ְבעֵינָיו כְּמוֹ ְצאֵת שָׁלוֹם
Yo soy muro, y mis pechos como torres, desde que fui en sus ojos como la que halla paz
ַהכּ ֶֶרם לַנֹּט ְִרים אִישׁ יָבִא ְבּפ ְִריוֹ ֶאלֶף ָכּסֶף-כּ ֶֶרם ָהי ָה ִלשְֹׁלמ ֹה ְבּ ַבעַל הָמוֹן נָתַ ן אֶת
Salomón tuvo una viña en Baal-hamón, la cual entregó a guardas, cada uno de los cuales debía
traer mil monedas de plata por su fruto
Mi viña, que es mía, está delante de mí; las mil serán tuyas, oh Salomón, y doscientas, de los que
guardan su fruto
שׁמִי ִענִי
ְ שׁבֶת ַבּ ַגּנִּים ֲחב ִֵרים ַמ ְקשִׁיבִים לְקוֹלְֵך ַה
ֶ הַיּוֹ
Oh tú la que moras en los huertos, los compañeros escuchan tu voz; házmela oír
שׂמִים
ָ לְָך ִל ְצבִי אוֹ לְעֹפֶר ָה ַאיָּלִים עַל ה ֵָרי ְב-בּ ְַרח דּוֹדִ י וּדְ מֵה
Corre, amado mío; y sé semejante al gamo, o al cervatillo, sobre las montañas de las especias