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Introducción:
Vivimos en tiempos difíciles que requieren de fe; la Fe es sinónimo de confianza en Dios.
Pero al final de todo esto, tenemos que reconocer que sólo en el Señor está la verdadera fuerza y poder, y por tanto puede transformar todas las
adversidades.
Por difícil y fuerte que sea la tormenta, el Señor Jesucristo puede transformarla toda la situación y hacer tiempos de bendición y victoria... Isaías 43:2
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
En el evangelio de Lucas encontramos a unos personajes que tienen una crisis, y están en peligro y necesitan ayuda.
Lucas 17:11-13 “Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los
cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!”
La situación de una persona puede ser una oportunidad para ver el tamaño y solidez de su fe en Dios.
o Jairo, la mujer del flujo de sangre, la mujer cananea, Bartimeo, y muchos mas
Cuando todas las cosas están bien, no es difícil alabar al Señor o servirle, por el contrario, concluimos que su bendición está con nosotros.
En las Sagradas Escrituras podemos encontrar casos donde los hijos de Dios experimentaron:
oposición, persecución y traición, aunque estaban caminando en la voluntad de Dios.
Cuando ocurren esas cosas que no entendemos, pero nos duelen, es cuando la fe sale a relucir.
Pues la fe no procura entenderlo todo, sino que está segura y convencida en Aquel que todo lo puede y todo lo sabe, es bueno.
La fe cree en Él por completo, perfecto y total amor de Dios por sus hijos, es aquel amor que va más allá del entendimiento humano, es aquel amor
que llevo al Verbo a hacerse carne y morir de la manera más vergonzosa y vil que podía existir.
Muchas veces la crisis nos ciega y nos impide ver que la solución está en el mismo Señor Jesucristo.
El ejemplo: más claro es Naamán, general sirio 2 Reyes 5
Por eso debemos tener nuestros ojos puestos en Jesús, Hebreos 12:2
Debemos recordar que la mayoría de las veces las angustias o crisis nos acercan a Dios.
La vida para los leprosos en Israel no era nada fácil, pues para la mentalidad judía ellos estaban bajo el juicio del Señor.
Los leprosos debían habitar en las afueras de la ciudad; tenían que anunciar su enfermedad si alguien se acercaba; ceremonialmente el leproso estaba
impedido y no podía entrar al templo, y seguramente perdía su hogar, trabajo, etc.
Ellos desde esa condición buscaron al Señor Jesús creyendo en su poder, a pesar de todos los obstáculos tenían fe, y clamaron al Señor: “Jesús,
Maestro, ten misericordia de nosotros”.
Y el Señor Jesús fue propicio a su clamor, los sanó y les restauró su vida.
Reflexión final:
Dios es bueno, él tiene cuidado de sus hijos, y aunque atravesemos por los tiempos más difíciles él nos dará su fuerza y ayuda si nos acercamos
buscando su rostro.
Es posible tener fe en medio de la crisis, pues Dios no ha cambiado, él sigue haciendo milagros, y está sentado en Su trono gobernando todas las cosas