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INTRODUCCIÓN
En el área de la psicología, la resiliencia se define como la capacidad de adaptarse a
situaciones difíciles. Cuando se vive un momento de estrés o nos enfrentamos a un
trauma o a una adversidad, podemos sentir emociones como la rabia, la ira, la frustración
o el dolor, pero si conseguimos seguir hacia adelante, funcionando y continuando con la
vida cotidiana, ahí se habla de personas resilientes, tanto a nivel físico como psicológico.
Fue Boris Cyrulnik, neurólogo, psiquiatra, quien dio a conocer el concepto de resiliencia,
tras superar una difícil infancia marcada por la muerte de sus padres en un campo de
concentración nazi y su posterior paso por distintos orfanatos y centros de acogida.
Para convertirnos en mujeres resilientes, necesitamos vivir un proceso de transformación
interna a través de la Teoterapia, en donde comprendamos que la vida seguramente nos
permitirá vivir momentos de éxito, pero también momentos de adversidades o pruebas
que siempre traerán grandes aprendizajes, que a su vez generarán un impacto
trascendental en nuestro crecimiento espiritual. Es en estos procesos donde llegamos a
conocer el verdadero estado de nuestro corazón y el concepto que tenemos de Dios. Es
aquí donde surgen dos caminos: resentirnos y apartarnos de Dios o confiar y descansar
en su carácter amoroso, fiel y misericordioso; sabiendo que Él nunca nos falla.
1.PERMANECER FIRMES EN LAS PRUEBAS
“Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aunque tienen que
soportar muchas pruebas por un tiempo breve. Estas pruebas demostrarán que su fe es
auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro,
aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al
permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día
que Jesucristo sea revelado a todo el mundo” (1 Pedro 1:6-7 NTV).
En la carta de Pedro a los discípulos de las iglesias presentes en Pronto, Galacia, Asia y
Bitinia, en ese entonces provincias Romanas, en lo que ahora es Turquía, Pedro les envía
un mensaje lleno de esperanza, pues en ese momento estaban pasando por persecución
y diversas pruebas. Los lleva a poner la mirada en lo eterno, en Jesucristo que no cambia,
les insta a tener fe y esperanza, pues, luego de soportar las aparentes pruebas
temporales, estas les permitirían ser probados como el oro para ser purificados y
demostrar una fe personal auténtica, que traerá alabanza, gloria y honra a nuestro Señor.
APLICACIÓN TEOTERÁPICA
Dios anhela formar cada día el carácter de su hijo en nosotras, las mujeres; para ello,
necesitamos tener un corazón entendido que nos permita comprender que la adversidad
tiene como propósito llevarnos a crecer y a conocer más al Señor. En el proceso
necesitamos fortalecer nuestra comunión, para verlo ahora con nuestros ojos tal como lo
expresa Job. La flexibilidad, característica de la palmera que crece y da fruto en medio del
desierto, debe estar presente en nuestras vidas, pues solo de esa manera lograremos
salir fortalecidas de todos los procesos. “El justo florecerá como la palmera; crecerá como
cedro en el Líbano”: (Salmo 92:12).
Invite a las damas a que terminen la siguiente frase
“De la adversidad más difícil que viví aprendí…”
En oración lleve a las damas a pedirle a Dios que forme en ellas un carácter resiliente.
Proyecte la siguiente canción https://www.youtube.com/watch?
v=Ogr49P_il50&ab_channel=Renuevo
REPRODUCCIÓN
Invite a las asistentes a hacer un estudio personal sobre la vida de un personaje bíblico
que, aunque haya vivido situaciones de adversidad, Dios le mostró su amor fiel y su vida
fue prosperada integralmente.