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CONFIANZA: La confianza es la seguridad o esperanza firme que alguien tiene de otro individuo.
El hecho de ser cristianos no quiere decir que nunca vayamos a tener desafíos o pruebas.
A veces estamos en rachados para que a nuestra vida vengan problemas tras problemas.
A veces confiamos en alguien y nos falla, sentimos decepcionados (cuando el padre confía en el hijo o el
hijo en el padre)
La confianza se convierte en un muro que no nos deja pasar para alcanzar la paz en nuestras vidas.
Cuando pasa el tiempo y vemos que Dios no responde nuestras oraciones, dejamos de confiar en
él. (Cuando no somos sanados rá pidamente)
Nú meros 23:19
Dios no es hombre, para que mienta,
Ni hijo de hombre para que se arrepienta.
É l dijo, ¿y no hará ?
Habló , ¿y no lo ejecutará ?
En estos tiempos, la confianza en Dios adquiere gran relevancia. Es vital confiar en que él puede
transformar toda adversidad; recuerda, por difícil y fuerte que sea la tormenta, el Señ or Jesú s tiene el
poder para transformarla y traer tiempos de refrigerio y bendició n.
Por ejemplo, nos dice la Biblia en el evangelio segú n San Lucas “Yendo Jesú s a la ciudad de Jerusalén,
pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, y
estos se pararon de lejos y alzaron la voz, y dijeron: ¡Jesú s, Maestro, ¡ten misericordia de nosotros!”, segú n
Lucas 17:11-13.
Los leprosos debían vivir en las afueras de la ciudad; tenían que anunciar su enfermedad si alguien se
acercaba a ellos; el leproso no podía entrar al templo; y seguramente, el leproso perdía su hogar, su
trabajo, entre otras cosas.
El pasaje bíblico nos dice que ellos le salieron al encuentro”; entonces, estos hombres leprosos se
enteraron que el Señ or pasaba por allí, fueron a buscarlo, ellos sabían que él era la solució n para la crisis
que estaban viviendo.
La verdad es que, en nuestra humanidad, a veces la crisis nos ciega y nos impide ver que la solució n está
en Dios mismo; por eso, debemos tener nuestros ojos puestos en Cristo Jesú s, el autor y consumador
(principio y fin) de nuestra fe.
Cada dificultad en nuestra vida es una oportunidad para evidenciar la fuerza y firmeza de nuestra fe en
Dios. Cuando todas las cosas está n bien, no es difícil adorar a Dios y servirle; por el contrario, má s bien
concluimos que su bendició n está sobre nuestra vida.
Conclusión: Dios tiene cuidado de sus hijos, y aunque atravesemos por tiempos complicados, él nos dará
su fuerza y ayuda, si nos acercamos buscando su presencia. Jesucristo sigue transformando vidas, crisis, y
hace de las pruebas poderosas victorias.