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TU CONFIANZA EN MEDIO DE LA DIFICULTAD

CONFIANZA: La confianza es la seguridad o esperanza firme que alguien tiene de otro individuo.

El hecho de ser cristianos no quiere decir que nunca vayamos a tener desafíos o pruebas.

A veces estamos en rachados para que a nuestra vida vengan problemas tras problemas.

A veces confiamos en alguien y nos falla, sentimos decepcionados (cuando el padre confía en el hijo o el
hijo en el padre)

LA CONFIANZA EN SU LADO NEGATIVO


No podemos confiar en alguien que no conocemos. Cuando alguien dice, "Confía en mí", tenemos una de
dos reacciones. Podemos decir, "Sí, yo confiaré en ti", o podemos decir, "¿Por qué debo hacerlo?"

 La confianza se convierte en un muro que no nos deja pasar para alcanzar la paz en nuestras vidas.

 Cuando pasa el tiempo y vemos que Dios no responde nuestras oraciones, dejamos de confiar en
él. (Cuando no somos sanados rá pidamente)

¿Por qué debemos confiar en DIOS?


La principal razó n por la que debemos confiar en Dios es que É l es digno de nuestra confianza. A
diferencia de los hombres, É l nunca miente y nunca falla para cumplir con Sus promesas.

Nú meros 23:19
Dios no es hombre, para que mienta,
Ni hijo de hombre para que se arrepienta.
É l dijo, ¿y no hará ?
Habló , ¿y no lo ejecutará ?

En estos tiempos, la confianza en Dios adquiere gran relevancia. Es vital confiar en que él puede
transformar toda adversidad; recuerda, por difícil y fuerte que sea la tormenta, el Señ or Jesú s tiene el
poder para transformarla y traer tiempos de refrigerio y bendició n. 
Por ejemplo, nos dice la Biblia en el evangelio segú n San Lucas “Yendo Jesú s a la ciudad de Jerusalén,
pasaba entre Samaria y Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, y
estos se pararon de lejos y alzaron la voz, y dijeron: ¡Jesú s, Maestro, ¡ten misericordia de nosotros!”, segú n
Lucas 17:11-13. 
Los leprosos debían vivir en las afueras de la ciudad; tenían que anunciar su enfermedad si alguien se
acercaba a ellos; el leproso no podía entrar al templo; y seguramente, el leproso perdía su hogar, su
trabajo, entre otras cosas. 
El pasaje bíblico nos dice que ellos le salieron al encuentro”; entonces, estos hombres leprosos se
enteraron que el Señ or pasaba por allí, fueron a buscarlo, ellos sabían que él era la solució n para la crisis
que estaban viviendo.   
La verdad es que, en nuestra humanidad, a veces la crisis nos ciega y nos impide ver que la solució n está
en Dios mismo; por eso, debemos tener nuestros ojos puestos en Cristo Jesú s, el autor y consumador
(principio y fin) de nuestra fe. 
Cada dificultad en nuestra vida es una oportunidad para evidenciar la fuerza y firmeza de nuestra fe en
Dios. Cuando todas las cosas está n bien, no es difícil adorar a Dios y servirle; por el contrario, má s bien
concluimos que su bendició n está sobre nuestra vida.  

Conclusión: Dios tiene cuidado de sus hijos, y aunque atravesemos por tiempos complicados, él nos dará
su fuerza y ayuda, si nos acercamos buscando su presencia. Jesucristo sigue transformando vidas, crisis, y
hace de las pruebas poderosas victorias. 

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