Está en la página 1de 24

TEMA 5

LOS SISTEMAS ELECTORALES

1.Caracterización del sistema electoral y sus elementos

¿Para qué sirven las elecciones?

Las elecciones tienen las siguientes funciones (véase Torrens a partir de los estudios
de De Carreras y Vallès; Harrop y Miller; y Nohlen):

1. Generar participación. Ciertamente, la participación política no se agota en la


participación electoral, pues como bien señalaba Pasquino “casi todos los
autores coinciden en el hecho de que la participación electoral no es más que
una de las modalidades de participación política y quizás ni siquiera la más
importante (…) Además, la participación electoral puede constituir tanto el
momento culminante de un conjunto de otras actividades de participación
política como el momento inicial, casi una condición previa de posteriores
actividades de participación política”. De este modo, la participación electoral
no se limita al ejercicio del voto, aun siendo el voto un elemento esencial de
esta. Así pues, cuando hablamos de cómo las elecciones generan
participación, nos referimos a la capacidad de estas para a) ayudar en la
expresión de las preferencias políticas del electorado; b) ayudar al electorado
para elegir entre programas políticos diferentes; y c) servir de mecanismo para
ejercer influencia política al incidir sobre los temas del debate y, por ende, de la
agenda política (consolidación, entrada o salida de temas, incluso la
jerarquización de los mismos).
2. Producir representación. Las democracias actuales son de carácter
representativo dada la inviabilidad de que todos los ciudadanos participen
constantemente de todas las decisiones públicas de forma directa. Por ello, en
tanto en cuanto las elecciones hacen presente la voluntad popular, los cargos
electos tienen autoridad para tomar decisiones en nombre del conjunto de la
sociedad. Así pues, las elecciones sirven para a) seleccionar y elegir a las
elites políticas y sus líderes; b) otorgar un mandato representativo fundado
sobre una base electiva; y c) reflejar el pluralismo social en el seno de las
instituciones políticas.
La representación supone la sustitución de un particular por otro ante terceros
para que actúe en nombre y cuenta del primero.
 cabe tener en cuenta que democracia supone identidad entre
representantes y representados, mientras la representación supone
sustitución de los representados por los representantes. La semejanza
entre ambos es esencial para salvar las distancias
 la elección es el método idóneo para obtener representación pues resuelve
el problema de la legitimación de los representantes y la designación de los
mismos.
Mediante la representación-mandato se atribuye a las elecciones la misión de
confiar a un único mandatario la representación, que es reflejo de la voluntad
social.
3. Proporcionar gobierno. En una democracia, los que aspiran a gobernar
requieren obtener el apoyo –parlamentario o presidencial- que surge de unas

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 1
elecciones en las que los ciudadanos expresan sus opciones individuales. Así
pues, las elecciones son un medio para a) crear un apoyo político que sustente
al gobierno; b) crear una oposición política que controle al gobierno; y c)
establecer la orientación general de las políticas públicas.
4. Ofrecer legitimación. Dentro de un sistema democrática, la legitimidad de los
representantes es un elemento clave, pues solo los legítimamente investidos
pueden exigir y obtener obediencia de la ciudadanía. Así pues, las elecciones
contribuyen a ello al suponer una vía para a) la socialización política y la
formación de cultura política; b) la interacción entre la opinión pública y la elite
política; y c) legitimar, en definitiva, tanto el sistema político, en general, como
el sistema de partidos y el gobierno, en particular.

¿qué es el sistema electoral y cuál es su importancia?

Se entiende que el sistema electoral es el conjunto de medios por medio de los cuales
transformamos la voluntad política de los ciudadanos en representación. Las
voluntades presentes en un momento determinado se harán presentes mediante el
sufragio activo, esto es, la introducción de la papeleta que cada ciudadano realiza el
día de la jornada electoral o de votación, formando así parte de un complejo proceso
político que está regulado jurídicamente, cuyo fin es determinar quiénes ocuparán los
cargos representativos haciendo presente el ideal de “semejanza” entre
representantes y representados.

Así pues, el sistema electoral precisa la emisión de los votos para, a través de la
conjugación de sus distintos elementos, traducirlos en representación, dando lugar a
órganos de gobierno legítimos. Esto hace que el principio democrático precise de la
elección para hacerse presente, pues es la forma por la cual los gobernados eligen a
sus gobernantes en las democracias representativas, pudiendo estos últimos, una vez
investidos, exigir y obtener la obediencia de los primeros.

Cuando hablamos de las elecciones, cabe distinguir tres realidades diferenciadas pero
conexas entre sí:

1.-proceso electoral (período que abarca la convocatoria de elecciones, la


campaña electoral, la jornada electoral, el recuento de votos, la traducción en
escaños y la proclamación de resultados y ganadores)
2.-derecho electoral (leyes que regulan el proceso electoral y lo relativo al
derecho a sufragio activo y pasivo)
3.-sistema electoral. Conjunto de institutos mediante los cuales se convierten
en escaños los sufragios emitidos por los miembros del cuerpo electoral. Los
institutos que lo componen interaccionan entre sí para producir un determinado
resultado, aunque resulte la fórmula de reparto de escaños el más llamativo de
todos ellos. Esencialmente, los elementos son: el derecho de sufragio, la forma
de candidaturas, el tipo de voto, las circunscripciones, el tipo de recuento de
voto y la distribución de escaños.

“La definición de sistema electoral requiere de dos distinciones previas. La primera de


ellas es la que diferencia régimen de sistema electoral. Del mismo modo que la
distinción entre régimen y sistema político, el régimen electoral hace referencia al
conjunto de reglas electorales formales (Ley Electoral y Constitución), mientras que el
sistema electoral hace referencia los componentes o variables de las reglas del juego
que, siempre en interacción, ejercen un impacto político fundamental y permiten tanto
el análisis empírico como la valoración de los rendimientos efectivos de las reglas. El

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 2
análisis del régimen electoral es el propio de las perspectivas jurídicas y el sistema
electoral de la Ciencia Política.

Esta concepción sistémica del sistema electoral tiene implicaciones fundamentales


que van más allá de las disquisiciones conceptuales; tanto la elaboración del
diagnóstico del rendimiento del sistema electoral de un país, como la definición de
problemas, intervención y valoración de procesos de reforma obliga a tener
constantemente presente el carácter interactivo de los componentes del sistema
político. Las relaciones sistémicas se definen por su composición a partir de distintos
elementos en interacción; la intervención sobre cualquiera de ellos tendrá un impacto
sobre los restantes y el resultado global de la misma no dependerá aisladamente del
componente sobre el que se realiza la reforma sino del impacto agregado de la
interacción de todos los componentes del sistema político. En el caso hipotético de la
reforma de una de las dimensiones fundamentales del sistema electoral, la fórmula
electoral por ejemplo, el impacto político de la reforma no será producido únicamente
por el cambio en esa dimensión sino por el efecto agregado de ese nuevo elemento
reformado en interacción con todos los demás (magnitud de distrito, barrera electoral,
tamaño de la Asamblea, etc.). La misma fórmula electoral puede producir efectos muy
diferentes dependiendo de la magnitud del distrito y las barreras electorales que se
apliquen.

En segundo lugar, el sistema electoral puede definirse en sentido estricto, como el


proceso específico de conversión de votos en escaños ―esto es, el análisis comienza
con la emisión de los votos y termina con la adjudicación de escaños― o en sentido
amplio, que incorpora, además del sistema electoral en sentido estricto, las cuestiones
relacionadas con la administración electoral, con la preocupación por la garantía de
elecciones libres y resultados electorales confiables (Nohlen, 1998).

Tradicionalmente, la Ciencia Política se ha centrado exclusivamente en el análisis del


sistema electoral en sentido estricto. La falta de atención hacia los aspectos más
relacionados con la administración de las elecciones por parte de la literatura
tradicional está muy relacionada con el sesgo producido por los casos observados, ya
que se consideraba que las cuestiones relacionadas con la calidad del proceso
electoral, en el caso de las democracias occidentales avanzadas, era una cuestión que
podía tomarse por garantizada. Se trata, además, de un aspecto mucho menos
fascinante y más tedioso de estudiar y documentar. Sin embargo, el conflicto generado
en los EEUU en las elecciones presidenciales de 2000 puso de manifiesto cómo ni
siquiera una de las democracias más estables del mundo escapa a la politización de
debates en torno a cuestiones de administración electoral. A menudo se tiende a
pensar que las cuestiones de administración electoral son una cuestión más técnica
que política; si esto es cierto, cabría esperar que los beneficios o errores en el
desarrollo de las elecciones beneficien a todos los actores por igual, lo que es
insostenible de acuerdo a los resultados de la investigación empírica. La calidad de la
administración electoral tiene un impacto directo sobre la forma en que las elecciones
y sus resultados son percibidos no sólo por observadores internacionales sino por
actores domésticos: votantes, partidos, medios de comunicación y observadores
locales. Estos grupos no necesariamente tienen percepciones similares, lo que permite
tratar de desentrañar las razones por las que se producen juicios valorativos diferentes
entre ellos (Elklit y Reynolds, 2000:2). Tomar por dada la dimensión administrativa de
las elecciones puede producir errores graves tanto en la valoración de una reforma
electoral como en la evaluación sistemática de la calidad de un sistema electoral, ya
se trate de democracias consolidadas o de más reciente creación, si bien lógicamente
ésta adquiere mayor relevancia en las segundas. Una administración efectiva de las

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 3
elecciones no garantiza elecciones de calidad, pero calidad en las elecciones es
imposible sin una administración electoral efectiva.” (García Díez)

1.1. Tamaño del órgano electivo y circunscripción

Tamaño del órgano electivo

El tamaño del cuerpo representativo es significativo “no tanto por el tamaño en sí


mismo, sin o en cuanto a que la dimensión de la asamblea tiene una influencia
importante sobre la propia de las unidades electorales y esta, a su vez, lo tiene sobre
los rendimientos de la fórmula electoral que en cada caso se adopte” (Martínez
Sospedra, Marco y Uribe). Si bien es cierto que se trata de una decisión política, no es
menos cierto que una asamblea pequeña tiende a desempeñar mal las funciones de
deliberación y representación, no es menos cierto que lo mismo sucedería con un
tamaña desmedido y difícilmente operativo.

El tamaño vendrá fijado bien de antemano o bien en base a una cuota preestablecida,
de modo que en este último caso en cada convocatoria electoral se ajustaría el
tamaño de la cámara a los cambios demográficos

Circunscripción

La definición clásica señala que la circunscripción o distrito es el conjunto de electores


a partir del cual se procede, según la distribución de los votos emitidos en las
elecciones, a la distribución de los escaños asignados. Este elemento del sistema, sin
embargo, se ha territorializado, de modo que hablamos de electores pertenecientes a
una unidad territorial, por lo que la definición más sencilla y certera que podemos usar
es aquella que entiende que la circunscripción es el territorio en el que un número
determinado de electores elige un número determinado de representantes.

La circunscripción se puede clasificar atendiendo a:

1. El número de circunscripciones, de modo que pueda ser única (hay una


relación entre todos los puestos a cubrir y el total de la población, de modo que
todo el territorio en el que se desarrolla una elección es la única circunscripción
existente) o múltiple/varias (se subdivide tanto el total de puestos a cubrir como
el total de la población, estableciendo varias circunscripciones de modo que en
cada subdivisión territorial se relaciona un determinado número de puestos a
cubrir con una determinada parte del total de la población).
2. El número de puestos a cubrir, de modo que pueda ser uninominal (un único
puesto a cubrir) o plurinominal (dos o más puestos a cubrir).

a. En favor de la circunscripción uninominal suele aducirse la existencia


de un mayor acercamiento del representante al electorado y un mejor
reconocimiento de los candidatos por parte de los votantes, aunque la
cercanía dependerá de la densidad de población de la circunscripción.
En su contra suele señalarse que la circunscripción uninominal propicia
el clientelismo y el localismo, así como también impide la
representación de las minorías.

b. En favor de la circunscripción plurinominal suele aducirse que se trata


de una realidad más proporcional. De hecho, cuanto más elevado sea
el número de escaños asignado a la circunscripción, más precisión
habrá en la proporcionalidad del sistema electoral (Mackenzie).
CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO
TEMA 5 Página 4
3. El tamaño, que refiere al número de escaños asignados a la circunscripción.
Esta puede ser pequeña (menos de 6 escaños; esta suele tener un corte
mayoritario, aunque el sistema electoral en el que se enmarque sea
proporcional), mediana (entre 6 y 9 escaños) o grande (10 o más escaños). La
magnitud de los distritos tiene efectos importantes sobre:

a. el grado de proporcionalidad o de adecuación entre la proporción de


votos y escaños obtenidos por cada candidatura (Rae; Lijphart). De
hecho, a mayor tamaño de la circunscripción, mayor proporcionalidad
en la misma y, por ende, en el sistema.

b. La presencia de minorías. Cuanto más reducidas o pequeñas sean las


circunscripciones, mayor será la desproporcionalidad del sistema y más
beneficiará a los grandes partidos, en detrimento de las minorías, y
viceversa.

c. La relación entre representantes y representados. Las circunscripciones


de grandes disminuyen la visibilidad política de los candidatos y
favorecen la estructuración del voto en términos partidistas, mientras
que los distritos uninominales incrementan la visibilidad política de los
candidatos y favorecen la emisión de un voto personal. Estos también
favorecen una relación más estrecha entre los electos y los electores de
su circunscripción, además de hacer posible la individualización de
responsabilidades políticas.

Cabe tener en cuenta que:

 La desproporcionalidad de un sistema electoral puede aumentar cuando a unas


circunscripciones les corresponden más escaños en relación con su volumen
geográfico que a otras (Gallagher), lo que suele suceder cuando hay una
sobrerrepresentación de las zonas rurales en detrimento de las zonas urbanas.
Así pues, hay más proporcionalidad cuando la distribución de escaños se hace
atención a la población y no a criterios territoriales.
Si la distribución de las circunscripciones se realiza teniendo en cuenta la
geografía electoral, pueden resultar determinantes del resultado de la elección,
al estar geográficamente condicionados los votos de las formaciones políticas.
El guerrymandering es pues la técnica consistente en delimitar la
circunscripción atendiendo a criterios partidistas para privilegiar a determinadas
candidaturas, esto es, consiste en realizar un diseño coincidente con la
distribución geográfica del electorado de un partido al objeto de favorecerlo
(por ejemplo, el artículo 68 CE + LOREG, establecen que en el Congreso hay
dos diputados por provincia como punto de partida y el resto en función de la
población).
 El número de escaños de la circunscripción tiene un efecto determinante sobre
los efectos mayoritarios o proporcionales, del sistema electoral.
 El cuerpo de ciudadanos con capacidad electoral forma el cuerpo electoral
(todos los miembros del cuerpo electoral son parte del pueblo, pero no todos
los miembros del pueblo son parte del cuerpo electoral), actuando como un
órgano colegiado en aras del interés público. La inscripción de los ciudadanos
en el censo (como un registro de relación de ciudadanos con derecho a
sufragio) supone reunir las condiciones de capacidad e indica donde puede
ejercerse dicho derecho: a) voluntaria (USA) y b) automática (España,
LOREG).

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 5
1.2. Forma de candidatura y tipo de voto

El sufragio es el derecho del ciudadano en tanto que miembro del cuerpo político
destinado a obtener una definición de la comunidad mediante la participación en
consultas electorales: a) es un derecho del ciudadano que se ejerce en interés público
y no en interés personal; b) acerca la realidad a la teoría del autogobierno del pueblo

Tipos (en cualquier caso, se debe cumplir una serie de condiciones de capacidad y no
incurrir en causa de incapacidad para poder ejercer el derecho): activo y pasivo.

La presencia de aspirantes a los puestos de representación es condición sine qua non


de una elección, puesto que dicha presencia ayuda a la configuración de las opciones
entre las que el elector podrá escoger. La facultad para ser candidato/a viene de la
mano del derecho de sufragio pasivo, siendo para ello necesario cumplir con los
requisitos establecidos (normalmente la tenencia de la nacionalidad, la plena
capacidad de obrar vinculada a la mayoría de edad o asociada a una edad fijada por la
ley superior a dicha mayoría de edad, así como el registro en el censo electoral.

En la práctica, los partidos han venido a colonizar la presentación de las candidaturas,


si bien la legislación puede dejar abierta la puerta a la presencia de candidatos
independientes y candidaturas no partidistas. Así pues, esto se traduce, en esencia,
en dos opciones: a) la facultad de presentación de los electores como candidatos/as
mediante la acreditación del apoyo de un cierto número de electores mediante firma y
b) el reconocimiento a los partidos como intermediarios de la representación, bien de
manera exclusiva, bien en concurrencia con la otra modalidad.

Estos aspirantes requerirán del sufragio activo por parte de los electores a sus
candidaturas para poder ocupar los puestos de representación. Así, el voto es el acto
por el cual el ciudadano concurre a la formación de la voluntad colectiva mediante la
expresión de su preferencia política de modo formal y público.

El voto puede clasificarse atendiendo a diferentes criterios:

a.-por la forma y efectos, el voto puede ser:

 Directo (el elector elige directamente a sus representantes) o indirecto (el


elector elige a un cuerpo de compromisarios o electores que, a su vez,
procederán a elegir a los representantes)
 Igual (supone materializar la máxima de “un ciudadano, un voto”, pues todos
los votos tendrán el mismo valor inicial, aunque no necesariamente ello se
traduzca en el mismo valor de resultado) o reforzado (supone que no todos los
votos tienen igual valor. Este puede ser plural –más de un voto- o múltiple –
voto en más de una circunscripción-)

 individual o corporativo

 de aceptación (es un voto de adhesión, por cuanto el elector no puede alterar


la opción o lista predeterminada) o de preferencia (el elector puede establecer
una jerarquía o gradación en la expresión de su voluntad: panachage)

b.-por la expresión material del voto, este puede ser

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 6
 público (el contenido o sentido del voto puede ser conocido legítimamente por
terceros, visión esta que se defiende como un voto responsable) o secreto (el
sentido del voto no puede ser conocido legítimamente por terceros, visión esta
que se defiende en pro de un voto libre)
 uninominal (se presenta cuando solo hay un puesto en disputa) o lista (se
presenta cuando hay más de un puesto en disputa, pudiendo ser de lista
abierta –el elector configurará su propia lista con candidatos de diferentes
formaciones políticas, si así lo desea- o cerrada –el elector se adhiere a la lista
presentada por una formación política, si bien esta puede ser bloqueada,
cuando no puede alterar el orden prefijado por el partido o candidatura, o no
bloqueada, cuando sí que puede el elector alterar el orden interno de dicha
lista, mostrando sus preferencias personales-)

1.3. Barrera

Refiere al umbral mínimo que da acceso a la posibilidad de obtener representación, el


cual puede venir fijado por un porcentaje sobre los votos (lo más habitual) o por un
número fijo de votos. Hay que diferenciar: A) Barrera legal, que refiere al umbral
mínimo fijado en la ley electoral, y B) Barrera efectiva, que refiere al umbral realmente
existente por cuanto no se atiende al fijado en la ley sino al mínimo de votos a partir
del cual los partidos obtienen de facto representación. Esto es, el hecho de que un
partido supere la barrera legal no conlleva automáticamente que el partido obtenga
representación, pues hay una barrera efectiva que determinará en unas elecciones
concretas si una formación obtiene o no representación. La existencia de estas
barreras, si son altas, se presenta como un indicador de un sistema excluyente que no
favorece la calidad de la representación, mientras que lo contrario es indicador de
sistemas más proporcionales.

A favor de la existencia de la barrera electoral, suele argumentarse que esta evita la


excesiva fragmentación del sistema de partidos; en contra de su existencia, suele
argumentarse que distorsiona la distribución de votos que limita la proporcionalidad y
obstaculiza que los partidos pequeños obtengan representación.

1.4. Fórmula electoral y tipo de escrutinio (mayoritario o proporcional

Es la fórmula matemática exacta que transforma los votos en escaños/representación

1.-FÓRMULAS MAYORITARIAS

Es el tipo de fórmula primigenia, resultando las empleadas en los sistemas del sufragio
censitario durante el siglo XIX en Europa, si bien con la extensión de la democracia y
del derecho al voto aparecerán en escena sistemas proporcionales. Con el surgimiento
de los partidos socialistas y de defensa de la religión, la expansión del sufragio y la
democratización de los sistemas de gobierno, se cedió paso a las fórmulas
proporcionales, aunque las mayoritarias permanecen en sistemas con realidades más
homogéneas.

Están destinadas a obtener mayorías sólidas que respalden el gobierno. Estas difieren
por tres cuestiones: a) la regla de decisión (mayoría absoluta o relativa), b) la forma de
voto ( individual o de lista) y c) el tipo de circunscripción ( uninominal o plurinominal).

1.1.-Escrutinio uninominal, mayoritario, a una vuelta por mayoría simple

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 7
Esta fórmula típicamente británica se materializa en la máxima “The first past the post”
(el más votado se lleva todo) Supone la presencia de distritos uninominales en los que
los partidos presentan un único candidato, dado que el voto es uninominal, y los
electores votan una sola vez para que el que obtenga el mayor número de votos se
lleve el puesto de representación.

Precisa de circunscripciones pequeñas, para establecer una alta relación entre los
electores y el candidato (distrito uninominal), y asambleas de un tamaño considerable.
Si la distribución de distritos no es adecuada pueden darse mayorías invertidas (UK en
1951, ganaron los tories con el 48% un total de 321 de los más de 650 diputados)

Los rasgos principales son:

 Favorece polarización social en torno a dos partidos (bipartidismo fáctico)


 Perjudica a los partidos de apoyo social difuso

 Posibilidad de que se presente el problema de la posible mayoría invertida

Esta fórmula se emplea en USA (Cámara de Representantes) y UK (Cámara de los


comunes).

1.2.-Escrutinio uninominal, mayoritario, a dos vueltas.

Es una elección con distrito uninominal en el que el elector emite un voto uninominal.
Normalmente, hay una primera vuelta en la que se exige mayoría absoluta, de modo
que si ninguno de los candidatos lo consigue se acude a una segunda vuelta en en
una o dos semanas. A esta segunda vuelta acuden bien los que superan un mínimo de
votos, bien los dos más votados, si bien lo habitual es que en esta segunda vuelta se
exija mayoría simple para ganar la elección

Rasgos

 Favorece la presencia de muchos partidos en la primera vuelta y la generación


de las coaliciones en la segunda vuelta
 Elimina a los partidos aislados (véase, el caso histórico del Partido Comunista
Francés De Gaulle lo empleó en 1958 para aislar a los comunistas que se
hallaban aislados sin posibilidad de coalición con otra fuerza política),
beneficiando a los que tienen potencial de coalición.

El empleo de la mayoría absoluta a doble vuelta o ballotage es una fórmula


típicamente francesa

1.3.-Voto alternativo o preferencial

Este es similar al anterior, en tanto que hay un único puesto a cubrir y el electorado
debe elegirlo por mayoría absoluta, pero en este caso el elector solo vota una vez.
Este debe ordenar sus preferencias en una lista, si hay una un candidato que obtiene
la mayoría absoluta se lleva el puesto de representación y si ninguno lo consigue, se
cogen las segundas preferencias de los que votaron al menos votado y se suman al
resto de candidatos, y así sucesivamente hasta que un candidato obtenga la mayoría
absoluta.

Este sistema se emplea en Australia (Cámara de Representantes).

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 8
1.4.-Voto único no transferible

Combina circunscripción plurinominal con el escrutinio mayoritario, dando oportunidad


de representación a las minorías. Solo se puede votar a un candidato y obtienen
escaño los candidatos mejor colocados, ordenándolos por orden de votación y
enfrentando a los candidatos contra todos (incluidos los del mismo partido).

Esta fórmula plantea problemas con la dosificación del número de candidatos.

1.5.-Escrutinio de voto limado

Combina la circunscripción plurinominal, el voto de lista y el principio mayoritario. En


una circunscripción que elige tres o más escaños, el elector puede confeccionar una
lista libremente siempre con un número menor al número de puestos a cubrir. El
primer partido en orden de votación obtiene la mayoría de los escaños, pero al menos
la minoría más votada alcanzará representación parlamentaria.

Rasgos:

 Favorece las coaliciones y genera polarización política


 Puede aparecer la maniobra del copo: si la diferencia entre el primero y el
segundo es al menos del 20%, el primer partido puede presentar candidaturas
dobles.

2.-FÓRMULAS PROPORCIONALES

Surgen en el siglo XIX como propuestas teóricas, incorporándose tardíamente a la


legislación de la mano de la expansión del sufragio. Están destinadas a mostrar la
pluralidad social a través de la presencia de múltiples partidos, dando una imagen fiel
de los grupos políticos con significación social.

2.1.-Método del cociente electoral

a.-las fórmulas del resto mayor, resto menor y media mayor

Hay distintas formas de sacar la cuota o cifra repartidora, pero emplearemos la más
sencilla que es la Andrae. En este caso, se divide el número de votos válidos emitidos
por el de escaños en disputa y se obtiene un cociente electoral que actúa como cifra
repartidora. A continuación, dividimos el número de votos de cada partido por esa cifra
y se determina el número de escaños que corresponde a cada partido. Como la
división no es exacta, aparecen los restos. A continuación, se ordenan los restos de
mayor a menor.

o Si aplicamos el sistema del resto mayor (al que le sobran más votos),
se favorece partidos pequeños
o Si aplicamos el resto menor (al que le sobran menos votos), se favorece
partidos grandes
o Si aplicamos la media mayor (al que más votos le cuesta un escaño),
favorece al partido al que más votos le ha costado cada escaño logrado
Un ejemplo de su aplicación:

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 9
5 escaños Votos escaños resto Resto Resto Media
a repartir mayor menor mayor
entre:
PARTIDO 1000 2 200 +1 500v
A +1
PARTIDO 620 1 220 +1 +1 620v
B +1
PARTIDO 380 0 380 +1 380v
C +0
Ce
2000/5=
400

b.-Fórmula Hagenbach-Bischoff o cociente rectificado

Funcionamiento:

 1º se obtiene un cociente electoral resultante de dividir el número de votos


válidos emitidos entre el número de escaños a repartir. Si no se reparte todo,
se anula.
 2º si quedan escaños por repartir se divide el número de votos válidos emitidos
entre los escaños a repartir +2. Si no se reparte todo se anula.

 3º si quedan escaños sin repartir, se divide número de votos válidos emitidos/


entre el número de escaños a repartir +3, y así sucesivamente hasta repartir
todo.

Los resultados son muy similares a D´Hondt, si bien presenta la posibilidad de


necesidad de escaños suplementarios.

2.2.-Las fórmulas del divisor

Emplean un divisor que sirve de cifra repartidora.

a.-D´Hondt

El funcionamiento es el siguiente. Una vez se sabe qué partidos superan la barrera


electoral, colocaremos a esos partidos en la primera columna de una tabla ordenados
de mayor a menos orden de votación y en la primera fila pondremos una serie natural
de números naturales igual al número de escaños a repartir. A continuación
dividiremos el número de votos de cada partido entre cada uno de los divisores y
completaremos la tabla para, posteriormente, buscar tantos cocientes más altos como
número de escaños a repartir. Esto es, se ordenan los cocientes de mayor a menor se
asignan escaños a tantos cocientes más altos como escaños a repartir. La teoría de la
fórmula dice que aquel cociente que se corresponda con el último escaño asignado es
el empleado para determinar el número de escaños de cada partido. Para ello hay que
dividir el número de votos del partido entre el cociente del último escaño asignado, si
bien en la práctica esta última operación no es necesaria.

Los efectos son:

 Favorece a los partidos grandes y con voto concentrado


 Es sensible al tamaño de la circunscripción

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 10
Se emplea en países como Bélgica, España, Portugal y Polonia.

Un ejemplo de su aplicación:

1 2 3 4 5
A 15000 15000 7500 5000 3750 3000
B 12000 12000 6000 4000 3000 2400
C 7000 7000 3500 2333 1750 1400
D 2500 2500 1250 833 625 500

b.-Saint-Lagüe

En el caso de la fórmula Saint- Lagüe, se funciona igual que en D´Hondt, pero en lugar
de tener como divisores números naturales correlativos, tenemos una serie de
números impares que llegará hasta el número impar superior al número de escaños a
asignar.

Además, como se observa que la fórmula D´Hondt favorece a los partidos grandes y
facilita el acceso al primer escaño, existe una versión de la fórmula llamada Saint
lagüe rectificada o Udda, en la que se introduce una corrección en el primer divisor
que pasará a ser 1.4.

Los efectos son los siguientes:

 La prima a los partidos grandes es menor y es más difícil que entren pequeños
partidos
 Se favorece la formación de coaliciones

 La proporcionalidad es mayor

 Es menos sensible al tamaño de la circunscripción

Esta fórmula se usa en países como Suecia, Noruega o Letonia

c.-Imperiali

La lista de los divisores empieza por el 2 y es correlativa hasta el número de escaños


a repartir: 2,3,4,5,6, etc.

d.-Método danés

La lista supone una serie correlativa de número que empieza por el 1 y va sumando 3
al elemento anterior de la serie, hasta llegar al divisor inmediatamente superior al
número de escaños a repartir. Así los divisores son: 1,4,7,10,13, etc.

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 11
2.3.-Voto único transferible

Es una fórmula proporcional, poco sensible al tamaño de la circunscripción, asociada a


un voto de preferencia, articulado según la técnica de las listas abiertas.

El elector emite el voto de lista mediante papeleta única, confeccionando libremente la


lista. El orden de los candidatos es un orden de preferencia. Efectuada la votación se
obtiene un cociente electoral que opera como fórmula repartidora.

El funcionamiento es el siguiente:

 Se calcula el cociente electoral que sale de aplicar la siguiente fórmula:


(número de votos válidos emitidos/número de escaños +1) +1
 Todo el candidato que alcance la cuota es electo.

 Si algún candidato excede la cuota, se cuentan sus segundas preferencias y se


procede a: Nº votos ad=(2ºprefs candidato A X 1/10 nº votos candidato A-
cociente electoral)/ cociente electoral. Si alguno alcanzase la cuota, sería
electo.

2. Los sistemas electorales mayoritarios

Es común identificar la naturaleza del sistema electoral con el principio rector de la


fórmula electoral que el mismo comprende, ello no es siempre y necesariamente así.
La interacción entre todos los elementos del sistema electoral puede dar lugar a
divergencias entre el principio del sistema y el principio que configura la fórmula
electoral.

Si contemplamos sistémicamente los sistemas electorales, entenderemos que hay dos


clases: a) los que están diseñados para sobre representar a los partidos mayoritarios
al objeto de producir una representación de la mayoría, excluyendo a las minorías, al
objeto de dar una mayor estabilidad; b) los que están diseñados para otorgar a cada
formación política significativa una representación parlamentaria acorde a su peso
electoral. No obstante, entre el polo de la decisión estrictamente mayoritaria y el de la
proporcionalidad pura, puede configurarse un continuo.

Los sistemas electorales mayoritarios pretenden producir mayorías parlamentarias


capaces de dar soporte a un gobierno. Se busca, por ende, la estabilidad y la
gobernabilidad, aunque ello vaya en detrimento de las minorías con presencia social.

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 12
¿Qué pretenden los sistemas electorales mayoritarios?

 Que el primer partido en orden de votación obtenga la mayoría absoluta de la


representación, aun cuando sea simplemente la primera de las minorías
 Que el segundo partido quede sobrerrepresentado, aunque en menor medida
que el primero, para que la suma de los dos más votados sea igual a una
amplia mayoría de la representación

 Que los partidos pequeños obtengan una representación próxima a su cuota


electoral cuando sus votos estén concentrados en número reducido de distritos
(bastiones electorales)

 Que las minorías dispersas tengan una cuota de representación inferior y


distante de su cuota electoral, privándoles de representación

Esto se ve facilitado, en buena medida, cuando se adopta una fórmula electoral


mayoritaria o si, alternativamente, se usa una fórmula proporcional, pero de las
que son muy sensibles al tamaño de la circunscripción para combinarla,
precisamente, con circunscripciones pequeñas. Se plantea que busca dar una
mayor homogeneidad al órgano representativo en pro de una mayor estabilidad.

Los pros y contras:

3. Los sistemas electorales proporcionales

Es común identificar la naturaleza del sistema electoral con el principio rector de la


fórmula electoral que el mismo comprende, ello no es siempre y necesariamente así.
La interacción entre todos los elementos del sistema electoral puede dar lugar a
divergencias entre el principio del sistema y el principio que configura la fórmula
electoral.

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 13
Si contemplamos sistémicamente los sistemas electorales, entenderemos que hay dos
clases: a) los que están diseñados para sobre representar a los partidos mayoritarios
al objeto de producir una representación de la mayoría, excluyendo a las minorías, al
objeto de dar una mayor estabilidad; b) los que están diseñados para otorgar a cada
formación política significativa una representación parlamentaria acorde a su peso
electoral. No obstante, entre el polo de la decisión estrictamente mayoritaria y el de la
proporcionalidad pura, puede configurarse un continuo.

Un sistema electoral proporcional obedece a la regla de la distribución de puestos


según la distribución del voto en el cuerpo electoral, de forma que cada partido obtiene
una parte alícuota de la representación parlamentaria similar a la obtenida en votos
populares. Así pues, pretende dar una imagen lo más fiel posible de la diversidad
política y su importancia relativa en el sentir político del cuerpo electoral.

¿Qué pretenden los sistemas electorales proporcionales?

 Que cada agrupación política tenga una cuota de representación aproximada a


su cuota electoral, de modo que sea difícil alcanzar la mayoría parlamentaria
sin tener una cuota electoral próxima a la mayoría electoral
 Que las minorías obtengan representación y su cuota no diverja en exceso de
su cuota electoral

 Que las minorías sin representación sean exclusivamente aquellas cuyo apoyo
social y cuota electoral es muy bajo.

Esto se ve facilitado por un sistema electoral que adopte un mapa electoral con
circunscripciones de tamaño medio o alto, empleando preferentemente fórmulas
poco sensibles a la variable del tamaño. La proporcionalidad será mayor si hay
mecanismos de igualación y mayor cuanto más grande sea el tamaño medio de los
distritos (el distrito único sería lo que más favorecería la proporcionalidad).

Los pros y contras:

También existen sistemas electorales mixtos en los que una parte del cuerpo
representativo es elegido por un sistema proporcional y otra parte mediante un sistema
mayoritario. La combinación de elementos de ambos sistemas, dando mayor prioridad
a uno de ellos. Se entiende que predomina el carácter mayoritario: a) Hay más

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 14
escaños electos por vía mayoritaria, b) La parte proporcional opera en distritos de
tamaño pequeño o medio y con fórmulas sensibles al tamaño. Mientras que,
predomina el carácter proporcional cuando no se cumplen los dos condicionantes
anteriores

4. Los efectos de los sistemas electorales1

Las elecciones permiten articular un sistema de representación, dando lugar a la


composición de unas cámaras y/o un gobierno, dotando de legitimidad al conjunto del
sistema político. Ahora bien, los sistemas electorales no producen resultados neutros,
llegando a poder condicionar el comportamiento político de los ciudadanos y a alterar
el propio sistema de partidos de un país.

Duverger señalaba que las elecciones suponen una deformación de la opinión política
y de las preferencias políticas de los ciudadanos. Las cuatro grandes deformaciones
son:

a) el voto no es la opinión política de los ciudadanos sino un medio para


expresarla, pues al votar se simplifica la opinión política ajustándose a una
candidatura.
b) la configuración de los elementos del sistema electoral influye en el
comportamiento político, de modo que los votantes no reaccionan del
mismo modo con un sistema electoral que no otro.

c) los partidos políticos no solo expresan las preferencias de sus votantes, si


no que ayudan a crearlas

d) el sistema electoral elegido produce un desajuste en la distribución de los


votos y su transformación en escaños.

A partir de estas cuatro deformaciones, el autor se centra en la relación entre


bipartidismo y sistemas electorales mayoritarios, por un lado, y multipartidismo y
sistemas electorales proporcionales. En el primer caso, alude a un factor mecánico
(subrepresentación del tercer partido) y a un factor psicológico (tendencia al voto útil),
que no se dan en el segundo caso, pues en los sistemas proporcionales se presenta
un efecto de multiplicación de la representación que explicaría que en estos casos
suela presentarse elementos para evitar la excesiva fragmentación del sistema (como
puede ser la barrera electoral.

Por su parte, Rae, también centra la atención sobre los efectos que producen los
sistemas electorales sobre el sistema de partidos y extrae las siguientes conclusiones:

a) todos los sistemas electorales favorecen a los partidos que obtienen mejores
resultados y perjudican a los que obtienen menor cantidad de votos. Esto es
mucho más pronunciado en los sistemas que emplean fórmulas mayoritarias.
b) a mayor magnitud del distrito, mayor proporcionalidad

1
MARTÍNEZ SOSPEDRA, M., MARCO MARCO, J. Y URIBE OTALORA, A. (2007), Sistemas electorales. Un estudio
comparado. Tirant-lo Blanch: Valencia, pp. 147-160.

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 15
c) El sistema electoral produce efectos sobre el sistema de partidos. Estos son a)
a corto plazo (disminución del número de partidos parlamentarios frente al
número de partidos concurrentes) y b) a largo plazo (disminución de la
fragmentación del sistema de partidos, pues las formaciones minoritarias que
no alcanzan representación irán desapareciendo). Sea como fuere, la
fragmentación será mayor en sistemas proporcionales.

Por último, Sartori, determina las siguientes reglas generales:

a) Un sistema uninominal (mayoritario a una vuelta) no puede generar por sí


mismo un sistema bipartidista, pero tenderá a mantenerlo una vez exista. Esto
es lo que denomina la influencia de freno o congelación.
b) Un sistema de partidos bipartidista es imposible cuando hay subgrupos en
proporciones mayoritarias y en áreas geográficas o circunscripciones
concretas.

c) Los sistemas electorales proporcionales tienen efectos reductores en funciones


de su mayor desproporcionalidad. Hay sistemas electorales proporcionales
impuros que pueden permitir uno o dos partidos más que en un sistema
bipartidista, dando lugar a un multipartidismo limitado, y sistemas electorales
proporcionales puros en los que habrá entre cinco y siete partidos.

En definitiva, los efectos se pueden resumir en los siguientes:

a.-Todos los sistemas electorales priman, en mayor o menor medida a los partidos
grandes y perjudican a los pequeños. La mayor ventaja que otorga un sistema
electoral suele beneficiar prioritariamente al primer partido en orden de votación.

b.-Casi todas las mayorías parlamentarias son producto más del sistema electoral que
de la voluntad de los electores

c.-El sistema de partidos y el sistema electoral se condicionan mutuamente

 Un sistema electoral proporcional genera una tendencia al multipartidismo y


mayor fragmentación del electorado
 Un sistema electoral mayoritario, genera una tendencia al bipartidismo

 la proporcionalidad en la repartición de escaños aumenta con el tamaño de la


circunscripción

5. Los sistemas electorales en España

Características principales

En función de los principios fundamentales establecido en el 1.1 CE, y en desarrollo de


los mismos, distintos arts. del texto constitucional, definen y concretan las diversas
reglas constitucionales que deben enmarcar los diferentes procedimientos de elección
de los representantes de los ciudadanos, sea respecto de las instituciones del Estado
(las Cortes Generales, esto es el Congreso de los Diputados y el Senado), sea ante
las restantes instituciones políticas de ámbito territorial más reducido (Asambleas
Legislativas de las Comunidades Autónomas, Ayuntamientos, Corporaciones Locales,

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 16
Corporaciones Provinciales, etc.). En concreto en el art. 23.1 CE se establece que “los
ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por
medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio
universal”.

La soberanía popular, basamento de la democracia constitucional, se expresa o


realiza justamente a través del ejercicio de dicha soberanía por el pueblo. Nuestros
constituyentes han optado por la vieja fórmula del derecho de sufragio en su versión
modernizada de derecho a la participación, inspirada en el pacto internacional de
derechos civiles y políticos, versión que apunta más al fin (la participación ciudadana),
que al medio o procedimiento técnico a través del cual, aquel fin se lleva a cabo (el
voto o sufragio).

En el art. 23 se delimita el ámbito material del derecho de participación, en términos


muy ambiguos, refiriéndose generalmente a “los asuntos públicos”. Por lo que
respecta al ámbito subjetivo de este derecho de participación, está claro que viene
determinado por el vocablo con que el precepto habla de “los ciudadanos”, titularidad
que se atribuye a los nacionales españoles con la exclusión, por tanto, de los
extranjeros, sin perjuicio de lo establecido en el art. 13.2 de la Constitución Española,
atendiendo al principio de reciprocidad.

Esta participación en los asuntos públicos puede ser llevada a cabo, como hemos
señalado anteriormente, directamente o por medio de representantes libremente
elegidos. Cuando nos referimos a la participación directa, claro reconocimiento de la
asunción constitucional de técnicas de democracia directa, debemos pensar en la
incorporación de fórmulas como la iniciativa popular (art. 87.3 de la Constitución
Española), y los supuestos de referéndum (consultivo, art. 92; de reforma
constitucional, arts. 167 y 168; y variados supuestos en el plano de las Comunidades
Autónomas, arts. 151 y 152, e incluso al régimen del concejo abierto, art. 140 de la
Constitución Española). Por lo que respecta a esa democracia representativa, esto es,
a ese ejercicio mediante representantes libremente elegidos, debemos buscar en la
Constitución los arts. 66 a 71; art. 140; art. 141; art. 152; referidos todos ellos a las
Cortes Generales (Congreso y Senado), a los Parlamentos Autónomos, a los
Ayuntamientos y a las Diputaciones Provinciales.

En desarrollo de los preceptos constitucionales citados, las Cortes Generales,


aprobaron en su día la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, de Régimen Electoral
General, modificada posteriormente por Ley Orgánica 1/1987, de 2 de abril, y por Ley
Orgánica 8/1991, de 13 de marzo, modificaciones a las que se viene a añadir la
realizada mediante la Ley Orgánica 6/1992, de 2 de noviembre y la 13/1994, de 30 de
marzo, a las que se suman también las realizadas por las Leyes orgánicas 3/1995,
10/1995, 1/97, 3/1998, 8/1999, 6/2002 de Partidos Políticos, publicada en el Boletín
Oficial del Estado el 31 de marzo.

Elementos comunes al proceso electoral

La Disposición Adicional Primera de la Ley Orgánica 5/1985, crea lo que podríamos


calificar como el “denominador común” de todos los procedimientos electorales que se
llevan a cabo en nuestro país por lo que parece conveniente detenerse a considerar
en primer lugar estas características comunes en los procesos electorales.

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 17
a) El Derecho a Sufragio. El derecho de sufragio es el más importante de los
elementos comunes en todos los procedimientos electorales. El sufragio puede ser
activo, derecho a elegir, y pasivo, esto es, el derecho a poder ser elegido.

Por lo que se refiere al sufragio activo, el derecho al sufragio es universal, libre, igual,
directo y secreto. Es universal porque pueden ejercer el derecho de voto todos los
ciudadanos españoles mayores de edad que no estén comprendidos en algunos de
los supuestos genéricos del art. 3, es decir, que no hayan sido condenados a la
pérdida de dicho derecho por sentencia judicial firme, en causa penal, en
procedimiento por incapacidad, o se encuentren internados en establecimientos
psiquiátricos por resolución judicial. Debe tenerse en cuenta lo establecido en el art.
13.2 de la Constitución Española y los acuerdos firmados. Es libre porque existe una
prohibición expresa (art. 5 LOREG), de cualquier tipo de coacción o amenaza o uso de
la fuerza que esté dirigido a forzar el sentido del voto del ciudadano. Es igual porque a
cada ciudadano le corresponde un único voto y solo puede emitirse una vez, teniendo
en principio, el mismo valor todos los votos emitidos. Es directo porque a través del
ejercicio del derecho de sufragio se eligen aquellos candidatos que se prefieren como
representantes, excepción hecha como ya se ha dicho de las elecciones a
Diputaciones Provinciales y a Senadores de representación territorial. Por último, el
voto es secreto, por cuanto se establece taxativamente la prohibición de que ningún
ciudadano pueda verse obligado a revelar el sentido de su voto reforzada con la
siguiente sanción para quienes vulneren esta prohibición.

Respecto del sufragio pasivo debe indicarse que todos los ciudadanos españoles
mayores de edad, inscritos en el censo, pueden en principio tener derecho a ser
elegidos siempre y cuando no incurran en las denominadas causas de inelegilibidad
que se especifican en el art. 6. Estas causas pueden ser de dos tipos, las que tienen
como fundamento el cargo o función de especial relevancia que ocupan determinadas
personas (Familia Real, Presidente del Tribunal Constitucional, Consejo de Estado,
Tribunal de Cuentas, Magistrados del Tribunal Constitucional, Vocales del Consejo
General del Poder Judicial, Defensor del Pueblo, Tribunal Supremo, Fiscal General, ...)
y las que tienen como fundamento la existencia de Sentencia Judicial firme que
condene a penas privativas de libertad, mientras dure la pena, o, aun cuando no exista
Sentencia Judicial firme, la condena verse sobre delitos de rebelión o terrorismo.
También aquí cabe tener en cuenta lo preceptuado en el art. 13.2 de la Constitución
Española.

b) La Administración electoral. En la Ley Orgánica de Régimen Electoral General se


diseña una administración electoral “semipermanente”, de carácter fuertemente
judicializada y de estructura jerárquica, que tiene como finalidad garantizar la
transparencia y objetividad del proceso electoral, así como el principio de igualdad.

Los órganos de la administración electoral española son:

En primer lugar, la Junta Electoral Central, de carácter permanente, y compuesta por


13 miembros, ocho de los cuales son Magistrados del Tribunal Supremo y los otros
cinco deben ser Catedráticos de Derecho, Ciencias Políticas o Sociología, en activo,
elegidos por el Congreso de los Diputados, a propuesta de los partidos, federaciones o
coaliciones electorales con representación parlamentaria, y su mandato tendrá la
misma duración que la Legislatura en la que son designados.

En segundo lugar, las Junta Electorales Provinciales, órganos no permanentes,


compuestos por 5 miembros, tres de procedencia judicial (Magistrados de la Audiencia

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 18
respectiva), y dos designados por la Junta Electoral Central de entre Catedráticos,
Profesores Titulares de Derecho o juristas de reconocido prestigio a propuesta
conjunta de los representantes de las candidaturas concurrentes en cada elección, o
su elección si esta no existe.

En tercer lugar, las Juntas Electorales de Zona, órganos de carácter no permanente,


compuestos por 5 vocales, tres elegidos de entre los Jueces de 1ª Instancia e
Instrucción de cada partido judicial y dos designados por la Junta Electoral Provincial a
propuesta conjunta de las candidaturas concurrentes en las elecciones, o su voluntad
si esta no existe entre Licenciados en Derecho con residencia en el partido judicial.

En cuarto lugar, las Secciones y Mesas Electorales se constituyen exclusivamente el


día señalado para la votación y están formadas por un Presidente y dos Vocales
designados en sorteo público entre las personas censadas. Cada Sección mínimo 500
electores y máximo 2000, en cada Sección hay una Mesa Electoral.

En quinto y último lugar, la Oficina del Censo Electoral que tiene como misión la
elaboración, mantenimiento y puesta al día del censo electoral de forma que en cada
convocatoria puedan ejercer el derecho de sufragio todos los ciudadanos que reúnan
las circunstancias exigidas por la Ley. Está encuadrada en el Instituto Nacional de
Estadística y tiene delegaciones provinciales.

c) Las características más relevantes del procedimiento electoral son la


comparecencia o candidatura, la campaña, la jornada electoral, y el escrutinio.

En cuanto a la comparecencia electoral, en principio, pueden presentar candidatura a


los distintos tipos de elecciones los partidos políticos, las federaciones, las coaliciones
electorales y las agrupaciones de electores. Tanto los partidos políticos como las
federaciones de partidos no presentan ninguna duda por cuanto tanto unos como otros
tienen carácter permanente y se ajustan a lo establecido en Ley, esto es, estar
inscritos en el Registro correspondiente. En el caso en las coaliciones electorales y las
agrupaciones de electores son asociaciones temporales, una de partidos o
federaciones de partidos, y otra de ciudadanos que tienen como finalidad presentar
candidaturas ante una convocatoria electoral.

La campaña electoral es conjunto de actividades lícitas desarrolladas por los partidos,


federaciones, coaliciones o agrupaciones que tiene como finalidad la captación de la
voluntad política de los ciudadanos que se expresa a través del sufragio (captación de
sufragios). Esta tiene una duración de 15 días, termina a las cero horas del día anterior
a la votación (Ley Orgánica 13/1994), quedando prohibido realizar actividades de
captación de votos en los periodos anterior y posterior a la Campaña Electoral, sin
perjuicio de que se realicen las denominadas actividades de “pre-campaña” que se
inscriben por lo menos en teoría dentro de lo considerado actividad habitual de los
partidos, coaliciones y federaciones.

En cuanto a la jornada electoral, cabe destacar que la emisión del sufragio por los
ciudadanos constituye el núcleo central del sistema electoral y por tanto a más de
tener la consideración de norma básica, tiene un tratamiento especial y detallado en la
Ley Orgánica de Régimen Electoral General. Para que esta se produzca en
condiciones de normalidad es fundamental la presencia de las papeletas y sobre
electorales, como soporte físico del sufragio, y la propia emisión del sufragio. El día
señalado para la celebración de la votación las Secciones y Mesas Electorales deben
quedar constituidas a las 09:00 horas de la mañana y si faltara alguno de los vocales

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 19
este sería sustituido por el suplente designado al efecto y debe contar como mínimo
con una urna por cada elección que se celebre.

Una vez concluida la votación se da inicio a una de las fases más importantes de todo
el proceso electoral: el escrutinio, operación que se realiza en dos fases diferenciadas,
el impropiamente denominado escrutinio de la Mesa Electoral, es decir el recuento de
los votos y el denominado escrutinio general. En el escrutinio de la Mesa, cuando
coincidan varias elecciones, primero serán las del Parlamento Europeo, a
continuación, las del Congreso de los Diputados, después la del Senado, después la
de Entidades Locales y por último la de las Asambleas Legislativas de las
Comunidades Autónomas. El acto de escrutinio es un acto público.

El escrutinio general se lleva a cabo por la Junta Electoral correspondiente según el


tipo de elección de que se trate y tienen también carácter público, debiendo realizarse
entre el tercer día siguiente a la votación y el sexto posterior a la misma.

Una vez concluido el escrutinio y publicados los resultados provisionales del mismo,
las candidaturas o sus representantes, pueden interponer las reclamaciones y
protestas que estimen pertinentes, que serán resueltas en el plazo de dos días de
forma que la proclamación de candidatos electos, existan o no recursos de
contenciosos-electorales, pueda realizarse no más tarde del decimocuarto día
posterior a la celebración de la votación.

d.- Las garantías electorales van dirigidas a asegurar que el resultado de la elección
responda realmente a la voluntad expresada por los electores en las urnas. Estas
pasan por la presencia de los representantes (que son generales, cuando actúan en
nombre de los partidos, federaciones o coaliciones, resultando ser responsables ante
la Administración Electoral o la Justicia; y de las candidaturas, cuando actúan en
nombre de dicha candidatura y los representan), así como de los interventores
(representante de la candidatura ante una Mesa Electoral en todos los actos y
operaciones electorales) y apoderados (representantes de una candidatura para
representarla ante cualquier Mesa o Sección electoral de la circunscripción), y las
garantías jurídicas (observaciones, reclamaciones y protestas, recursos
administrativos, recursos contencioso laborales, y control de gastos electorales y de
delitos e infracciones electorales).

Elecciones Generales

Las Cortes Generales aparecen definidas por el art. 66 de la Constitución como el


órgano de representación del pueblo español, es decir, la sede fundamental de la
soberanía nacional. Estas están compuestas por dos Cámaras, el Congreso de los
Diputados y el Senado, cuya convocatoria electoral se realiza habitualmente de forma
conjunta para que los mandatos de ambas Cámaras coincidan, aunque es posible
también la convocatoria separada de elecciones a cada una de ellas (art. 115 CE).

La Junta Electoral competente para realizar todas las operaciones de proclamación de


candidatos, control y regulación de la Campaña Electoral, Escrutinio General y
Proclamación de electos es, tanto para las elecciones al Congreso como al Senado, la
Junta Electoral Provincial correspondiente.

a.-El Congreso de los Diputados

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 20
La regulación básica de la composición y forma de elección del Congreso de los
Diputados se encuentra recogida en el art. 68 de la Constitución que establece
básicamente una Cámara Parlamentaria compuesta por entre 300 y 400 Diputados
que deberán ser elegidos por sufragio universal, libre, igual, directo, secreto y
atendiendo a criterios de representación proporcional.

El art. 68 de la Constitución establece, además, dos importantes requisitos para la


elección de los miembros del Congreso de los Diputados: a) Que deben ser elegidos
en circunscripciones provinciales, con la ya indicada salvedad de Ceuta y Melilla; y b)
que cada circunscripción electoral deberá contar con una representación inicial mínima
asignándose las restantes de forma proporcional a la población. Esta cuestión se
completa con lo dispuesto en la LOREG que establece el mínimo de 2 Diputados por
circunscripción (art. 162.2 CE).

La LOREG ha fijado este número en 350, con un mínimo inicial de dos diputados por
cada provincia y uno para Ceuta y Melilla, resultando los 248 restantes distribuidos en
proporción a la población de cada provincia. Para que los sufragios emitidos sirvan
para designar representantes se emplea un voto de lista cerrada y bloqueada, la
fórmula proporcional d’Hondt simplificada, y una barrera electoral del 3% de los votos
válidamente emitidos en la circunscripción provincial.

Como requisitos específicos la Ley Orgánica incluye entre las inelegibilidades, tanto el
ostentar la condición de Presidente del Consejo de Gobierno de Comunidad
Autónoma, cargos de libre designación de éste, e Instituciones de designación
parlamentaria. Asimismo, son específicamente inelegibles quienes perciban
remuneración por funciones o cargos conferidos por un Estado extranjero; asimismo
establece la prohibición de presentarse como candidato al mismo tiempo a las
elecciones al Congreso de los Diputados y al Senado.

Respecto a las incompatibilidades se establece la del cargo de Diputado con la de


Senador o miembro de la Asamblea Legislativa de una Comunidad Autónoma. En la
práctica, se ha pretendido procurar la reserva de los escaños a políticos profesionales
y a funcionarios de medio y bajo nivel, con lo cual se verá premiado con el destino de
una legislación draconiana: el incumplimiento.

b.-El Senado

Como es lógico y obligado en la Ley Orgánica de Régimen Electoral General sólo se


regula el procedimiento directo de elección de Senadores, dado que los denominados
Senadores territoriales son elegidos por las respectivas Comunidades Autónomas y
son éstas las que a través de su legislación establecen el procedimiento adecuado.
Según lo establecido en el art. 69 CE, en cada circunscripción provincial se eligen 4
Senadores, mientras que cada una de las islas mayores elige 3 Senadores, las islas
menores uno, y cada una de las ciudades autónomas 2 Senadores.

En relación al sistema electoral sólo cabe señalar que la elección de los Senadores se
realiza a través del principio mayoritario, según el procedimiento de voto limitado. A tal
efecto, las candidaturas son uninominales o plurinominales pudiendo presentar cada
partido, federación, coalición o agrupación tantos candidatos como escaños haya por
cubrir más los correspondientes suplentes.

Las Elecciones Municipales

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 21
La composición de las Corporaciones Municipales viene determinada por la LOREG,
en el art. 179, asignando a cada una de ellas un número concreto de concejales en
función de los habitantes de cada término municipal que se constituye en
circunscripción electoral a todos los efectos. Por ejemplo, de 1001 habitantes a 2000,
9 concejales; de 10.001 a 20.000, 17 concejales.

El sistema de elección de los concejales es exactamente el mismo que el establecido


para la elección de Diputados, con la salvedad de que la cláusula de barrera es en
este caso el 5% de los votos válidos emitidos en la circunscripción (art. 180 LOREG).
Por otro lado, se escapan del sistema que venimos exponiendo, tanto los municipios
en régimen de “Concejo abierto” en los que los habitantes eligen directamente al
Alcalde por sistema mayoritario (art. 140 de la Constitución Española), como los
municipios de hasta 250 habitantes que emplean un sistema mayoritario.

En cuanto al derecho de sufragio activo y pasivo, cabe destacar que se recoge tanto el
derecho de los nacionales como el de los extranjeros residentes en España, con una
especial referencia a los de la Unión Europea, todo ello, de acuerdo con lo recogido
por el Censo electoral.

Una vez constituidas las Corporaciones se procede a realizar una votación a estos
efectos entre los Concejales y si alguno de los candidatos obtiene la mayoría absoluta
es proclamado electo como Alcalde, si ninguno hubiera obtenido dicha mayoría se
proclamará Alcalde el cabeza de lista más votada en cada circunscripción. Puede ser
destituido mediante moción de censura propuesta por la mayoría absoluta de la
Corporación y también puede plantear al Pleno la cuestión de confianza
(presupuestos, Reglamento orgánico, ordenanzas fiscales e instrumentos de
planeamiento.

Elección a Diputados Provinciales

El sistema de elección de Diputados Provinciales se encuentra estrechamente


vinculado al procedimiento de constitución de los Ayuntamientos, ya que sólo tienen
derecho de sufragio activo, limitado, los concejales elegidos por cada uno de los
partidos judiciales. El número de Diputados Provinciales se fija en función de la
población residente en cada provincia, distribuyéndose entre los partidos judiciales y
debiendo respetarse las siguientes reglas: Todos los partidos judiciales contarán, al
menos, con un Diputado; ningún partido judicial podrá contar con más de tres quintas
partes de los miembros de la Diputación Provincial; las fracciones iguales y superiores
al 0’50% se corrigen por exceso y las inferiores por defecto; si el número total de
Diputados resultante de estas operaciones es superior al que corresponde a la
provincia, se sustraerán los puestos necesarios a los partidos cuyo número de
residentes por Diputado sea menos, si dicho número fuera inferior, se añadirán más
Diputados a aquellos partidos judiciales en que la relación sea mayor.

La forma de elección de diputados es la siguiente. Los Ayuntamientos, una vez


constituidos, confeccionan una relación de todos los partidos, federaciones,
coaliciones o agrupaciones que hayan obtenido algún concejal en el partido judicial,
ordenándolos de forma decreciente al de votos obtenido.

A continuación, la Junta Electoral procede a distribuir los puestos que correspondan a


los partidos, federaciones, coaliciones o agrupaciones mediante el “método D’Hondt
simplificado”, en función del número de votos obtenidos por cada candidatura.
Posteriormente convoca, por separado, a los concejales elegidos por cada partido,

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 22
federación, coalición o agrupación a fin de que estos elijan a los Diputados que les
corresponden de entre las listas de candidatos que resulten avaladas por, al menos un
tercio de dichos concejales. Aun cuando la LOREG no dice nada sólo pueden ostentar
la condición de Diputados Provinciales quienes previamente hayan sido elegidos como
concejales. Criterio avalado por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional.

Elecciones al Parlamento Europeo

La entrada de España en la Comunidad Europea ha traído como consecuencia la


posibilidad de elección de los denominados Eurodiputados correspondientes a nuestro
país (60 en las primeras elecciones, 64 en las elecciones de 1994 y 1999, y 54 en la
actualidad).

Los Eurodiputados se eligen por circunscripción única en todo el territorio nacional, y la


atribución de escaños se realiza mediante listas cerradas y bloqueadas, asignándose
los escaños mediante el “sistema D’Hondt simplificado”, con una barrera del 3%. En
cuanto al derecho de sufragio activo y pasivo –mediante reformas en 1994- se recoge
la posibilidad de opción de las unidades de la Unión Europea.

El régimen de inelegibilidades e incompatibilidades es ciertamente amplio, y entre


otras cuestiones está condicionado a las normas dictadas por las Comunidades
Europeas. La incompatibilidad establecida respecto al escaño con la condición de
Diputado, Senador o miembro de la Asamblea Legislativa de Comunidad Autónoma y
el hecho de que en estos últimos supuestos la incompatibilidad se resuelva a favor del
escaño obtenido en último lugar está en función de la pretendida dedicación a la tarea
parlamentaria en un único lugar.

Por último, cabe destacar que las Juntas Electorales Provinciales, en sus respectivos
ámbitos territoriales, son competentes para la realización del escrutinio general de
resultados, comunicando los mismos a la Junta Electoral Central que procede a la
proclamación de candidatos.

Elecciones Autonómicas

Parece que lo lógico, al referirse a las elecciones autonómicas, es tratar este tema
dentro de la parte del Derecho Autonómico que se puede incluir en cualquier programa
de Derecho Constitucional. No obstante, en la medida en que esto podría no ser así,
indicar que en el texto constitucional se hace referencia a una Asamblea legislativa,
elegida por sufragio universal, con arreglo a un sistema de representación proporcional
que asegure, además, la representación de las diversas zonas del territorio en todas
las Comunidades Autónomas.

En base a lo anterior, en la práctica totalidad de los Estatutos de Autonomía se ha


recogido una referencia a que la elección de sus respectivas Asambleas Legislativas,
de sus respectivos Parlamentos se realizaría de acuerdo con lo establecido, tanto en
el propio Estatuto como en las leyes electorales que, en su caso, pudieran aprobarse.
Las elecciones a los Parlamentos autonómicos necesariamente se han de encuadrar
dentro de un régimen electoral que es el que establece el texto constitucional y de
acuerdo con él, la Ley Orgánica de Régimen Electoral General. El propio Tribunal
Constitucional, en sentencias que datan de 1981, han venido aclarando cuáles son los
límites con que cuentan las leyes electorales de las Comunidades Autónomas frente a
el carácter básico, en muchos de sus aspectos, de la Ley Orgánica de Régimen
Electoral General.

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 23
En la mayoría de las Comunidades Autónomas se ha recogido la regla d’Hondt para
determinar el número de diputados, tanto por las circunscripciones que integran a la
Comunidad Autónoma, como para el reparto de sus diputados entre las distintas
formaciones políticas, aunque resulta destacable el que las barreras electorales no son
las mismas ni en el caso de cada una de las circunscripciones, ni tampoco, caso
valenciano, cuando se exige el del conjunto de la Comunidad Autónoma (cinco por
cien) frente al tres por cien exigido para el Congreso de los Diputados o al cinco por
cien elegido en el caso de las elecciones municipales.

CIENCIA POLÍTICA Y CONSTITUCIONALISMO


TEMA 5 Página 24

También podría gustarte