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Las elecciones tienen las siguientes funciones (véase Torrens a partir de los estudios
de De Carreras y Vallès; Harrop y Miller; y Nohlen):
Se entiende que el sistema electoral es el conjunto de medios por medio de los cuales
transformamos la voluntad política de los ciudadanos en representación. Las
voluntades presentes en un momento determinado se harán presentes mediante el
sufragio activo, esto es, la introducción de la papeleta que cada ciudadano realiza el
día de la jornada electoral o de votación, formando así parte de un complejo proceso
político que está regulado jurídicamente, cuyo fin es determinar quiénes ocuparán los
cargos representativos haciendo presente el ideal de “semejanza” entre
representantes y representados.
Así pues, el sistema electoral precisa la emisión de los votos para, a través de la
conjugación de sus distintos elementos, traducirlos en representación, dando lugar a
órganos de gobierno legítimos. Esto hace que el principio democrático precise de la
elección para hacerse presente, pues es la forma por la cual los gobernados eligen a
sus gobernantes en las democracias representativas, pudiendo estos últimos, una vez
investidos, exigir y obtener la obediencia de los primeros.
Cuando hablamos de las elecciones, cabe distinguir tres realidades diferenciadas pero
conexas entre sí:
El tamaño vendrá fijado bien de antemano o bien en base a una cuota preestablecida,
de modo que en este último caso en cada convocatoria electoral se ajustaría el
tamaño de la cámara a los cambios demográficos
Circunscripción
El sufragio es el derecho del ciudadano en tanto que miembro del cuerpo político
destinado a obtener una definición de la comunidad mediante la participación en
consultas electorales: a) es un derecho del ciudadano que se ejerce en interés público
y no en interés personal; b) acerca la realidad a la teoría del autogobierno del pueblo
Tipos (en cualquier caso, se debe cumplir una serie de condiciones de capacidad y no
incurrir en causa de incapacidad para poder ejercer el derecho): activo y pasivo.
Estos aspirantes requerirán del sufragio activo por parte de los electores a sus
candidaturas para poder ocupar los puestos de representación. Así, el voto es el acto
por el cual el ciudadano concurre a la formación de la voluntad colectiva mediante la
expresión de su preferencia política de modo formal y público.
individual o corporativo
1.3. Barrera
1.-FÓRMULAS MAYORITARIAS
Es el tipo de fórmula primigenia, resultando las empleadas en los sistemas del sufragio
censitario durante el siglo XIX en Europa, si bien con la extensión de la democracia y
del derecho al voto aparecerán en escena sistemas proporcionales. Con el surgimiento
de los partidos socialistas y de defensa de la religión, la expansión del sufragio y la
democratización de los sistemas de gobierno, se cedió paso a las fórmulas
proporcionales, aunque las mayoritarias permanecen en sistemas con realidades más
homogéneas.
Están destinadas a obtener mayorías sólidas que respalden el gobierno. Estas difieren
por tres cuestiones: a) la regla de decisión (mayoría absoluta o relativa), b) la forma de
voto ( individual o de lista) y c) el tipo de circunscripción ( uninominal o plurinominal).
Precisa de circunscripciones pequeñas, para establecer una alta relación entre los
electores y el candidato (distrito uninominal), y asambleas de un tamaño considerable.
Si la distribución de distritos no es adecuada pueden darse mayorías invertidas (UK en
1951, ganaron los tories con el 48% un total de 321 de los más de 650 diputados)
Es una elección con distrito uninominal en el que el elector emite un voto uninominal.
Normalmente, hay una primera vuelta en la que se exige mayoría absoluta, de modo
que si ninguno de los candidatos lo consigue se acude a una segunda vuelta en en
una o dos semanas. A esta segunda vuelta acuden bien los que superan un mínimo de
votos, bien los dos más votados, si bien lo habitual es que en esta segunda vuelta se
exija mayoría simple para ganar la elección
Rasgos
Este es similar al anterior, en tanto que hay un único puesto a cubrir y el electorado
debe elegirlo por mayoría absoluta, pero en este caso el elector solo vota una vez.
Este debe ordenar sus preferencias en una lista, si hay una un candidato que obtiene
la mayoría absoluta se lleva el puesto de representación y si ninguno lo consigue, se
cogen las segundas preferencias de los que votaron al menos votado y se suman al
resto de candidatos, y así sucesivamente hasta que un candidato obtenga la mayoría
absoluta.
Rasgos:
2.-FÓRMULAS PROPORCIONALES
Hay distintas formas de sacar la cuota o cifra repartidora, pero emplearemos la más
sencilla que es la Andrae. En este caso, se divide el número de votos válidos emitidos
por el de escaños en disputa y se obtiene un cociente electoral que actúa como cifra
repartidora. A continuación, dividimos el número de votos de cada partido por esa cifra
y se determina el número de escaños que corresponde a cada partido. Como la
división no es exacta, aparecen los restos. A continuación, se ordenan los restos de
mayor a menor.
o Si aplicamos el sistema del resto mayor (al que le sobran más votos),
se favorece partidos pequeños
o Si aplicamos el resto menor (al que le sobran menos votos), se favorece
partidos grandes
o Si aplicamos la media mayor (al que más votos le cuesta un escaño),
favorece al partido al que más votos le ha costado cada escaño logrado
Un ejemplo de su aplicación:
Funcionamiento:
a.-D´Hondt
Un ejemplo de su aplicación:
1 2 3 4 5
A 15000 15000 7500 5000 3750 3000
B 12000 12000 6000 4000 3000 2400
C 7000 7000 3500 2333 1750 1400
D 2500 2500 1250 833 625 500
b.-Saint-Lagüe
En el caso de la fórmula Saint- Lagüe, se funciona igual que en D´Hondt, pero en lugar
de tener como divisores números naturales correlativos, tenemos una serie de
números impares que llegará hasta el número impar superior al número de escaños a
asignar.
Además, como se observa que la fórmula D´Hondt favorece a los partidos grandes y
facilita el acceso al primer escaño, existe una versión de la fórmula llamada Saint
lagüe rectificada o Udda, en la que se introduce una corrección en el primer divisor
que pasará a ser 1.4.
La prima a los partidos grandes es menor y es más difícil que entren pequeños
partidos
Se favorece la formación de coaliciones
La proporcionalidad es mayor
c.-Imperiali
d.-Método danés
La lista supone una serie correlativa de número que empieza por el 1 y va sumando 3
al elemento anterior de la serie, hasta llegar al divisor inmediatamente superior al
número de escaños a repartir. Así los divisores son: 1,4,7,10,13, etc.
El funcionamiento es el siguiente:
Que las minorías sin representación sean exclusivamente aquellas cuyo apoyo
social y cuota electoral es muy bajo.
Esto se ve facilitado por un sistema electoral que adopte un mapa electoral con
circunscripciones de tamaño medio o alto, empleando preferentemente fórmulas
poco sensibles a la variable del tamaño. La proporcionalidad será mayor si hay
mecanismos de igualación y mayor cuanto más grande sea el tamaño medio de los
distritos (el distrito único sería lo que más favorecería la proporcionalidad).
También existen sistemas electorales mixtos en los que una parte del cuerpo
representativo es elegido por un sistema proporcional y otra parte mediante un sistema
mayoritario. La combinación de elementos de ambos sistemas, dando mayor prioridad
a uno de ellos. Se entiende que predomina el carácter mayoritario: a) Hay más
Duverger señalaba que las elecciones suponen una deformación de la opinión política
y de las preferencias políticas de los ciudadanos. Las cuatro grandes deformaciones
son:
Por su parte, Rae, también centra la atención sobre los efectos que producen los
sistemas electorales sobre el sistema de partidos y extrae las siguientes conclusiones:
a) todos los sistemas electorales favorecen a los partidos que obtienen mejores
resultados y perjudican a los que obtienen menor cantidad de votos. Esto es
mucho más pronunciado en los sistemas que emplean fórmulas mayoritarias.
b) a mayor magnitud del distrito, mayor proporcionalidad
1
MARTÍNEZ SOSPEDRA, M., MARCO MARCO, J. Y URIBE OTALORA, A. (2007), Sistemas electorales. Un estudio
comparado. Tirant-lo Blanch: Valencia, pp. 147-160.
a.-Todos los sistemas electorales priman, en mayor o menor medida a los partidos
grandes y perjudican a los pequeños. La mayor ventaja que otorga un sistema
electoral suele beneficiar prioritariamente al primer partido en orden de votación.
b.-Casi todas las mayorías parlamentarias son producto más del sistema electoral que
de la voluntad de los electores
Características principales
Esta participación en los asuntos públicos puede ser llevada a cabo, como hemos
señalado anteriormente, directamente o por medio de representantes libremente
elegidos. Cuando nos referimos a la participación directa, claro reconocimiento de la
asunción constitucional de técnicas de democracia directa, debemos pensar en la
incorporación de fórmulas como la iniciativa popular (art. 87.3 de la Constitución
Española), y los supuestos de referéndum (consultivo, art. 92; de reforma
constitucional, arts. 167 y 168; y variados supuestos en el plano de las Comunidades
Autónomas, arts. 151 y 152, e incluso al régimen del concejo abierto, art. 140 de la
Constitución Española). Por lo que respecta a esa democracia representativa, esto es,
a ese ejercicio mediante representantes libremente elegidos, debemos buscar en la
Constitución los arts. 66 a 71; art. 140; art. 141; art. 152; referidos todos ellos a las
Cortes Generales (Congreso y Senado), a los Parlamentos Autónomos, a los
Ayuntamientos y a las Diputaciones Provinciales.
Por lo que se refiere al sufragio activo, el derecho al sufragio es universal, libre, igual,
directo y secreto. Es universal porque pueden ejercer el derecho de voto todos los
ciudadanos españoles mayores de edad que no estén comprendidos en algunos de
los supuestos genéricos del art. 3, es decir, que no hayan sido condenados a la
pérdida de dicho derecho por sentencia judicial firme, en causa penal, en
procedimiento por incapacidad, o se encuentren internados en establecimientos
psiquiátricos por resolución judicial. Debe tenerse en cuenta lo establecido en el art.
13.2 de la Constitución Española y los acuerdos firmados. Es libre porque existe una
prohibición expresa (art. 5 LOREG), de cualquier tipo de coacción o amenaza o uso de
la fuerza que esté dirigido a forzar el sentido del voto del ciudadano. Es igual porque a
cada ciudadano le corresponde un único voto y solo puede emitirse una vez, teniendo
en principio, el mismo valor todos los votos emitidos. Es directo porque a través del
ejercicio del derecho de sufragio se eligen aquellos candidatos que se prefieren como
representantes, excepción hecha como ya se ha dicho de las elecciones a
Diputaciones Provinciales y a Senadores de representación territorial. Por último, el
voto es secreto, por cuanto se establece taxativamente la prohibición de que ningún
ciudadano pueda verse obligado a revelar el sentido de su voto reforzada con la
siguiente sanción para quienes vulneren esta prohibición.
Respecto del sufragio pasivo debe indicarse que todos los ciudadanos españoles
mayores de edad, inscritos en el censo, pueden en principio tener derecho a ser
elegidos siempre y cuando no incurran en las denominadas causas de inelegilibidad
que se especifican en el art. 6. Estas causas pueden ser de dos tipos, las que tienen
como fundamento el cargo o función de especial relevancia que ocupan determinadas
personas (Familia Real, Presidente del Tribunal Constitucional, Consejo de Estado,
Tribunal de Cuentas, Magistrados del Tribunal Constitucional, Vocales del Consejo
General del Poder Judicial, Defensor del Pueblo, Tribunal Supremo, Fiscal General, ...)
y las que tienen como fundamento la existencia de Sentencia Judicial firme que
condene a penas privativas de libertad, mientras dure la pena, o, aun cuando no exista
Sentencia Judicial firme, la condena verse sobre delitos de rebelión o terrorismo.
También aquí cabe tener en cuenta lo preceptuado en el art. 13.2 de la Constitución
Española.
En quinto y último lugar, la Oficina del Censo Electoral que tiene como misión la
elaboración, mantenimiento y puesta al día del censo electoral de forma que en cada
convocatoria puedan ejercer el derecho de sufragio todos los ciudadanos que reúnan
las circunstancias exigidas por la Ley. Está encuadrada en el Instituto Nacional de
Estadística y tiene delegaciones provinciales.
En cuanto a la jornada electoral, cabe destacar que la emisión del sufragio por los
ciudadanos constituye el núcleo central del sistema electoral y por tanto a más de
tener la consideración de norma básica, tiene un tratamiento especial y detallado en la
Ley Orgánica de Régimen Electoral General. Para que esta se produzca en
condiciones de normalidad es fundamental la presencia de las papeletas y sobre
electorales, como soporte físico del sufragio, y la propia emisión del sufragio. El día
señalado para la celebración de la votación las Secciones y Mesas Electorales deben
quedar constituidas a las 09:00 horas de la mañana y si faltara alguno de los vocales
Una vez concluida la votación se da inicio a una de las fases más importantes de todo
el proceso electoral: el escrutinio, operación que se realiza en dos fases diferenciadas,
el impropiamente denominado escrutinio de la Mesa Electoral, es decir el recuento de
los votos y el denominado escrutinio general. En el escrutinio de la Mesa, cuando
coincidan varias elecciones, primero serán las del Parlamento Europeo, a
continuación, las del Congreso de los Diputados, después la del Senado, después la
de Entidades Locales y por último la de las Asambleas Legislativas de las
Comunidades Autónomas. El acto de escrutinio es un acto público.
Una vez concluido el escrutinio y publicados los resultados provisionales del mismo,
las candidaturas o sus representantes, pueden interponer las reclamaciones y
protestas que estimen pertinentes, que serán resueltas en el plazo de dos días de
forma que la proclamación de candidatos electos, existan o no recursos de
contenciosos-electorales, pueda realizarse no más tarde del decimocuarto día
posterior a la celebración de la votación.
d.- Las garantías electorales van dirigidas a asegurar que el resultado de la elección
responda realmente a la voluntad expresada por los electores en las urnas. Estas
pasan por la presencia de los representantes (que son generales, cuando actúan en
nombre de los partidos, federaciones o coaliciones, resultando ser responsables ante
la Administración Electoral o la Justicia; y de las candidaturas, cuando actúan en
nombre de dicha candidatura y los representan), así como de los interventores
(representante de la candidatura ante una Mesa Electoral en todos los actos y
operaciones electorales) y apoderados (representantes de una candidatura para
representarla ante cualquier Mesa o Sección electoral de la circunscripción), y las
garantías jurídicas (observaciones, reclamaciones y protestas, recursos
administrativos, recursos contencioso laborales, y control de gastos electorales y de
delitos e infracciones electorales).
Elecciones Generales
La LOREG ha fijado este número en 350, con un mínimo inicial de dos diputados por
cada provincia y uno para Ceuta y Melilla, resultando los 248 restantes distribuidos en
proporción a la población de cada provincia. Para que los sufragios emitidos sirvan
para designar representantes se emplea un voto de lista cerrada y bloqueada, la
fórmula proporcional d’Hondt simplificada, y una barrera electoral del 3% de los votos
válidamente emitidos en la circunscripción provincial.
Como requisitos específicos la Ley Orgánica incluye entre las inelegibilidades, tanto el
ostentar la condición de Presidente del Consejo de Gobierno de Comunidad
Autónoma, cargos de libre designación de éste, e Instituciones de designación
parlamentaria. Asimismo, son específicamente inelegibles quienes perciban
remuneración por funciones o cargos conferidos por un Estado extranjero; asimismo
establece la prohibición de presentarse como candidato al mismo tiempo a las
elecciones al Congreso de los Diputados y al Senado.
b.-El Senado
En relación al sistema electoral sólo cabe señalar que la elección de los Senadores se
realiza a través del principio mayoritario, según el procedimiento de voto limitado. A tal
efecto, las candidaturas son uninominales o plurinominales pudiendo presentar cada
partido, federación, coalición o agrupación tantos candidatos como escaños haya por
cubrir más los correspondientes suplentes.
En cuanto al derecho de sufragio activo y pasivo, cabe destacar que se recoge tanto el
derecho de los nacionales como el de los extranjeros residentes en España, con una
especial referencia a los de la Unión Europea, todo ello, de acuerdo con lo recogido
por el Censo electoral.
Una vez constituidas las Corporaciones se procede a realizar una votación a estos
efectos entre los Concejales y si alguno de los candidatos obtiene la mayoría absoluta
es proclamado electo como Alcalde, si ninguno hubiera obtenido dicha mayoría se
proclamará Alcalde el cabeza de lista más votada en cada circunscripción. Puede ser
destituido mediante moción de censura propuesta por la mayoría absoluta de la
Corporación y también puede plantear al Pleno la cuestión de confianza
(presupuestos, Reglamento orgánico, ordenanzas fiscales e instrumentos de
planeamiento.
Por último, cabe destacar que las Juntas Electorales Provinciales, en sus respectivos
ámbitos territoriales, son competentes para la realización del escrutinio general de
resultados, comunicando los mismos a la Junta Electoral Central que procede a la
proclamación de candidatos.
Elecciones Autonómicas
Parece que lo lógico, al referirse a las elecciones autonómicas, es tratar este tema
dentro de la parte del Derecho Autonómico que se puede incluir en cualquier programa
de Derecho Constitucional. No obstante, en la medida en que esto podría no ser así,
indicar que en el texto constitucional se hace referencia a una Asamblea legislativa,
elegida por sufragio universal, con arreglo a un sistema de representación proporcional
que asegure, además, la representación de las diversas zonas del territorio en todas
las Comunidades Autónomas.