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INTRODUCCION

Las sociedades en el devenir de la historia humana han pasado por una serie de
complejas transformaciones tanto a manera colectiva como en la relación con sus
gobernantes, lo cual ha hecho posible que el Estado moderno se redireccionara
hacia un Estado de Derecho responsable de elaborar y hacer valer las leyes.

En este aspecto, los Estados de Derechos modernos tienen dos funciones


esenciales, en primer lugar, administrar o gobernar a los individuos dentro de un
terminado territorio, en segundo término, legislar y aplicar leyes siendo esta la
parte coercitiva de los gobernantes, esto permite que existan contrapesos que
eviten los abusos de poder y de esta manera controlar las acciones institucionales.

De lo anterior, se desprende un elemento esencial del Estado de Derecho a como


lo es la Democracia; la cual tiene como finalidad salvaguardar los intereses de
comunidades específicas. En tal efecto, Korstanje (2007) define a la democracia
como el conjunto de pasos encargados de hacer valer el principio de soberanía
popular.

De este modo, se infiere que la democracia es un mecanismo por el cual se


pueden formar gobiernos, legitimar políticas Estatales y permite expresar la
voluntad popular de los individuos en determinadas situaciones de interés
nacional, es decir, es el método por el cual las sociedades pueden incidir en la
toma de decisiones de un Estado, ya sea para elegir sus representantes o bien
para opinar sobre un determinado tema.

Sin embargo, para la selección de estos representantes o para ejercer el derecho


a opinar en las decisiones públicas es necesario que los gobiernos establezcan
herramientas y estrategias que garanticen el correcto funcionamiento de la
democracia, en tal efecto, surge el Derecho Electoral como esa herramienta de
garantía democrática.
El Derecho Electoral nace precisamente de la necesidad de normar la actividad
política y garantizar a los individuos el respeto a sus derechos políticos.

El Derecho Electoral, al ser considerado como una ramificación del Derecho


Constitucional se configura por ciertos principios que lo dotan de cierta
sustantividad propia. En este presente trabajo se tratará de abordar lo más
esencial a lo correspondiste al sistema electoral en la Republica de Nicaragua.
SISTEMA ELECTORAL DE NIACRAGUA
Se habla de "sistema electoral " en un sentido amplio, para hacer referencia al
conjunto de temas relacionados con la integración de los órganos de gobierno por
procedimientos electivos. Está referido a las normas que regulan la ciudadanía, los
partidos políticos, las bases del sufragio, la emisión del mismo, los órganos
electorales, los recursos contra sus decisiones y al sistema electoral en sentido
restringido. El alcance restringido del término se establece en función de lo
convenido en el derecho electoral en cuanto a reservar esta denominación a las
reglas que establecen la forma en la que han de ser asignados y distribuidos los
cargos electivos, en un régimen electoral determinado.

Lo que se determina a través de un sistema electoral es la cuestión relacionada


con la representación política, el principio que la definirá principio mayoritario o
proporcional y de entre las diversas técnicas disponibles para alcanzar uno de los
dos principios, el procedimiento que se prefiere aplicar.

Los reglamentos técnicos que incluye un sistema electoral abarcan: la posible


subdivisión del territorio nacional en circunscripciones electorales, la forma de la
candidatura, el procedimiento de votación propiamente dicho y el procedimiento de
asignación de los escaños (“Un escaño es un puesto o asiento de los
parlamentarios en las cámaras de representación. En función de cada país y tipo
de cámara el número es distinto.”), lo que supone establecer la regla decisoria
(mayoría o proporcionalidad), el ámbito de adjudicación de los escaños, el método
de cómputo, la barrera de representación o umbral mínimo inicial.

El efecto directo de los sistemas electorales observable empíricamente consiste


en la estructuración de las preferencias políticas en el acto eleccionario y la
generación del resultado electoral en forma de adjudicación de puestos legislativos
o ejecutivos. Hay dos líneas de influencia que están interrelacionadas.

Los sistemas electorales influyen en la votación misma en la medida que colocan


a los electores frente a una situación decisoria específica que está marcada
fundamentalmente por las diferentes posibilidades de éxito de los candidatos y de
los partidos políticos, según los sistemas electorales.

Este efecto es de carácter psicológico y difícil de medir. Por otra parte, los
sistemas electorales generan, con base en la misma votación, diferentes
resultados electorales. Este segundo efecto es de carácter mecánico y se observa
con más nitidez.

En un sentido amplio, el sistema electoral se define como el conjunto de


elementos normativos que regulan la elección de representantes o de personas
para cargos públicos y, en un sentido estricto, como el conjunto de normas que
tienen una incidencia directa en la mediación entre votos y escaños u otros cargos
públicos, es decir, aquellos que a igual número de sufragios populares son
capaces de producir resultados diversos en términos de representación. Son, por
tanto, las líneas básicas de conversión que toda ley electoral realiza entre
sufragios y representación y, como tales, las de mayor contenido político. Son, en
definitiva, las decisiones centrales que todo legislador debe adoptar al momento
de redactar una ley electoral.

La relevancia de la normativa constitucional y legal en la construcción o diseño de


un sistema electoral es fundamental, pues dependerá de éste la forma en que los
votos serán traducidos en cargos públicos, es decir, cómo dichos sufragios inciden
en el concepto representación. Es por ello que, en general, el diseño del sistema
electoral comienza a regularse en la Constitución respectiva y, posteriormente, se
reglamenta en leyes ordinarias.

Concepto de elección

Como muchos otros conceptos claves de la política, la acepción “elección” está


marcada por un dualismo de contenido. Por una parte, puede tener un sentido
neutro o técnico, y por la otra, un sentido sesgado u ontológico. Si no se hiciera
esta diferenciación no podría entenderse por qué en sociedades y sistemas
políticos tan diversos en su estructura y orientación, las elecciones son parte de lo
cotidiano de la política.
El significado de “elecciones” puede ser definido como “una técnica de
designación de representantes”. En esta acepción no cabe introducir distinciones
sobre los fundamentos en que se basan los sistemas electorales, las normas que
regulan su verificación y las modalidades que tiene su materialización.

El significado ontológico de “elecciones” se basa en vincular el acto de elegir con


la existencia real de la posibilidad que el elector tiene de optar libremente entre
ofertas políticas diferentes, y con la vigencia efectiva de normas jurídicas que
garanticen el derecho electoral y las libertades y derechos políticos.

Tipos de elecciones

Los tipos de elecciones se definen con base en cuatro relaciones: la relación con
el ámbito que involucran las elecciones, con el órgano representativo, con el
tiempo en que se realizan y con el sistema político.

Respecto a la primera relación, se puede distinguir entre niveles nacionales y


subnacionales y respecto a la segunda categoría, entre elecciones provinciales o
regionales y municipales. Hay que añadir las elecciones supranacionales para
órganos representativos en sistemas de integración regional, como por ejemplo el
Parlamento Centroamericano (PARLACEN). Respecto a la segunda relación,
conviene diferenciar entre elecciones presidenciales y parlamentarias, o sea
unipersonales y pluripersonales y dentro de la segunda categoría entre elecciones
unicamerales o bicamerales, esto es cuando se elige a una cámara de diputados y
un senado.

Respecto a la tercera relación es importante diferenciar entre elecciones


simultáneas (elecciones uní y pluripersonales, incluso de diferentes niveles) y no
simultáneas. Se distingue asimismo entre diferentes grados de simultaneidad,
tomando como criterio no sólo el día, sino también la boleta (si es única o no) y el
voto (si con el mismo voto se elige a varios órganos).

Vale añadir la distinción en el caso de elecciones plurinominales de elecciones de


renovación completa o parcial y de elecciones intermedias, cuando las elecciones
parlamentarias tienen un período más corto y se realizan cada segunda vez de
forma separada de las presidenciales.

El grado de simultaneidad de las elecciones tiene muchas implicancias para el


resultado de las elecciones y más aún para el funcionamiento del sistema político
o en la gobernabilidad.

Respecto a la cuarta relación, el criterio clave de distinción es el de la oportunidad


y de la libertad de elegir que el ciudadano efectivamente tiene. Conforme a ello, es
posible distinguir entre:

1. Elecciones competitivas.
2. Elecciones semi competitivas.
3. Elecciones no competitivas.

En las primeras el elector ejerce el sufragio libremente y entre opciones reales.


Esa oportunidad y esa libertad, además, están garantizadas por normas jurídicas
efectivamente vigentes. Este tipo de elecciones lo adoptan los sistemas
democráticos.

Si estos requisitos, que deben verificarse copulativamente, se ven limitados en


algún grado, se puede hablar de elecciones semicompetitivas. Los cuales
adquieren los sistemas autoritarios. Finalmente, cuando ellos se encuentran
vedados al elector, estamos entonces ante elecciones no competitivas. Teniendo
como resultado sistemas totalitarios.

Como lo menciona anteriormente en nuestra carta magna (Constitución Política de


Nicaragua) se encuentra el capitulo VI Poder electoral en donde:

Artículo 169 El Poder Electoral está integrado por el Consejo Supremo Electoral y
demás organismos electorales subordinados.

Artículo 170 El Consejo Supremo Electoral estará integrado por siete Magistrados
propietarios y tres suplentes, elegidos por la Asamblea Nacional, de conformidad
con las disposiciones contenidas en el numeral 8) del artículo 138
“Elegir a los Magistrados, propietarios y suplentes del Consejo Supremo Electoral
de listas separadas, propuestas para cada cargo por el presidente de la República
y por los Diputados de la Asamblea Nacional, en consulta con las organizaciones
civiles pertinentes. El plazo para presentar las listas será de quince días contados
a partir de la convocatoria de la Asamblea Nacional para su elección. Si no
hubiere lista presentada por el presidente de la República, bastarán las propuestas
por los Diputados de la Asamblea Nacional. Se elegirá a cada Magistrado con el
voto favorable de por lo menos el sesenta por ciento de los Diputados de la
Asamblea Nacional.”

Los miembros del Consejo Supremo Electoral elegirán de entre ellos al presidente
y vicepresidente del mismo. Su período será de un año, pudiendo ser reelegido.

Artículo 171 Para ser Magistrado del Consejo Supremo Electoral se requiere:

1. Ser nacional de Nicaragua. En el caso de quien hubiere adquirido otra


nacionalidad deberá haber renunciado a ella al menos cuatro años antes de
ser electo para el cargo.
2. Estar en pleno goce de sus derechos civiles y políticos.
3. Haber cumplido treinta años de edad y no ser mayor de setenta y cinco
años al día de la elección.
4. Haber residido en forma continuada en el país los cuatro años anteriores a
su elección, salvo que durante dicho período cumpliere misión diplomática,
internacionales o realizare estudios en el extranjero.

No podrán ser Magistrados del Consejo Supremo Electoral:

a. Los parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de


afinidad de los candidatos a presidente y vicepresidente de la República. En
el caso de que ya se encontrase electo antes de las elecciones
presidenciales, estará implicado y por tal razón inhibido de ejercer, durante
todo el proceso electoral, debiendo incorporar a su suplente.
b. Los que ejerzan cargos de elección popular o sean candidatos a algunos de
ellos.
c. Los funcionarios o empleados de otro Poder del Estado en cargos
retribuidos con fondos fiscales, regionales o municipales, salvo en lo
relacionado al ejercicio de la docencia o la medicina.
d. El militar en servicio activo, o el que ya no siéndolo no hubiere renunciado
por lo menos doce meses antes de la elección.

Artículo 172 Los Magistrados del Consejo Supremo Electoral ejercerán su función
durante un período de cinco años a partir de su toma de posesión; dentro de este
período gozan de inmunidad.

Artículo 173 El Consejo Supremo Electoral tiene las siguientes atribuciones:

1. Organizar y dirigir las elecciones, plebiscitos o referendos que se


convoquen de acuerdo con lo establecido en la Constitución y en la ley.
2. Nombrar a los miembros de los demás organismos electorales de acuerdo
con la Ley Electoral.
3. Elaborar el calendario electoral.
4. Aplicar las disposiciones constitucionales y legales referentes al proceso
electoral.
5. Conocer y resolver en última instancia de las resoluciones que dicten los
organismos electorales subordinados y de las reclamaciones e
impugnaciones que presenten los partidos políticos.
6. Dictar de conformidad con la ley de la materia, las medidas pertinentes para
que los procesos electorales se desarrollen en condiciones de plena
garantía.
7. Demandar de los organismos correspondientes, condiciones de seguridad
para los partidos políticos participantes en las elecciones.
8. Efectuar el escrutinio definitivo de los sufragios emitidos en las elecciones,
plebiscitos y referendos, y hacer la declaratoria definitiva de los resultados.
9. Dictar su propio reglamento.
10. Organizar bajo su dependencia el Registro Central del Estado Civil de las
Personas, la cedulación ciudadana y el padrón electoral.
11. Otorgar la personalidad jurídica como partidos políticos, a las agrupaciones
que cumplan los requisitos establecidos en la ley.
12. Cancelar la personalidad jurídica de los Partidos Políticos que no obtengan
al menos un cuatro por ciento del total de votos válidos en las elecciones de
autoridades generales, y cancelar o suspender la misma en los otros casos
que regula la ley de la materia.
13. Vigilar y resolver los conflictos sobre la legitimidad de los representantes y
directivos de los partidos políticos y sobre el cumplimiento de disposiciones
legales que se refieran a los partidos políticos, sus estatutos y reglamentos.
14. Las demás que le confieran la Constitución y las leyes.

De las resoluciones del Consejo Supremo en materia electoral no habrá recurso


alguno, ordinario ni extraordinario.

Artículo 174 Los Magistrados del Consejo Supremo Electoral, propietarios y


suplentes, tomarán posesión de sus cargos ante el presidente de la Asamblea
Nacional, previa promesa de ley.

La Asamblea Nacional aprobó una reforma a la Ley No. 331 Ley Electoral, que
permitirá agilizar los tiempos para la conformación de los Consejos Electorales,
Departamentales y Municipales, incrementa los electores por Juntas Receptoras
de Voto y establece el período de campaña electoral a 30 días para las
presidenciales y 20 días para las municipales y regionales.

La reforma, que se realiza de cara al proceso electoral que se llevará a cabo este
año para elegir a las autoridades municipales, establece el respeto a las
costumbres del pueblo nicaragüense para que en el Día de los Fieles Difuntos no
se realice campaña electoral que entorpezcan las actividades tradicionales de la
población.
CONCLUSION

Nuestro sistema electoral adolece de imperfecciones de muchos preceptos pues


estos fueron tomados de diferentes legislaciones y no se tuvo el cuidado de
depurarlos, eliminando aquellos artículos que tienen rozamientos con otros
preceptos jurídicos, aunque la jurisprudencia nacional ha contribuido a aliviar tales
imperfecciones.

La actual forma de elección de representantes (Diputados y concejales) por listas


cerradas de partidos, fomentan el caudillismo y erosiona el vínculo de
representación entre elector y elegido.

Desde el punto de vista de finalidad práctica, fácilmente se observa carencia de


normativas que regulen o amplíen la competencia de los órganos del estado, ya
que se encuentran limitados y bajo la Soberanía del Estado, que a pesar de todos
las reformas que se han producido siempre hay una deficiencia en el sistema
electoral, llevándonos a conflictos, violando preceptos constitucionales, perdiendo
la soberanía y el orden público, acabando con el propósito del legislador de
mantener a ultranza la paz jurídica, bien entendido que esa paz es independiente
de la pretensión que las partes tengan.

Si en nuestro sistema electoral se mejora la calidad de la democracia


representativa y participativa habría un mejor ambiente en la administración y
transparencia de las elecciones lo cual nos traería una profesionalización de las
estructuras electorales.
BIBLIOGRAFIA
 Constitución Político de Nicaragua
 Ley de reforma y adición a la ley Nº 331, Ley Electoral
 https://library.ucsd.edu/dc/object/bb6212889n/_1.pdf
 https://aceproject.org/ace-es/topics/lf/lfb/lfb01

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