Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ANTECEDENTES
La Cámara Segunda de Apelación en lo Civil y Comercial -Sala II- del Departamento Judicial
de La Plata confirmó el pronunciamiento anterior que había estimado la demanda
promovida (fs. 1254/1260 vta.).
Oído el señor Subprocurador General (fs. 1330/1331 vta.), dictada la providencia de autos
y encontrándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte resolvió
plantear y votar las siguientes
CUESTIONES
Caso negativo:
En su caso:
VOTACIÓN
II. Por la vía de nulidad extraordinaria prevista en el art. 296 del Código Procesal Civil y
Comercial, el apoderado de las Asociaciones Cooperadoras de las Escuelas Rurales de
Chascomús n° 15 y 39, denuncia que el pronunciamiento infringe los arts. 168 y 171 de la
Constitución provincial.
Aduce, en suma, que el tribunal omitió tratar una cuestión esencial sometida a su
conocimiento, a saber: que la condena impuesta en su contra constituye una "obligación
jurídicamente imposible" pues su parte, amén de no haber resultado ser el organizador de
la rifa, no ha sido nunca propietaria de las fracciones de campo en cuestión (fs. 1286
vta./1287).
III. Tal como lo señala el señor Subprocurador General en su dictamen (fs. 1331), estimo
que la temática que se dice omitida no constituye en rigor una cuestión esencial en los
términos del citado art. 168 de la Constitución local, sino un simple argumento de la parte
recurrente.
En tal sentido, conviene recordar que son cuestiones esenciales aquéllas que hacen a la
estructura de la traba de la litis y que conforman el esquema jurídico que la sentencia
debe atender para la solución, y no las que las partes consideren como tales (conf. doct. C.
102.149, sent. del 13-V-2009; C. 89.963, sent. del 23-III-2011; C. 103.206, sent. del 14-IX-
2011).
No debe confundirse la omisión de tratar una cuestión esencial con la falta de
consideración de un argumento, ya que los argumentos de hecho o de derecho en que las
partes sustentan sus pretensiones no revisten el carácter de cuestión esencial (conf. doct.
C. 85.246, sent. del 3-III-2010; C. 113.171, resol. del 10-XI-2010; C. 102.195, sent. del 14-
IX-2011; C. 106.338, sent. del 14-IX-2011).
Tal es lo que aquí acontece y sella la suerte adversa del planteo esgrimido (conf. doct. art.
296, C.P.C.C.).
De otro lado, tampoco merece atención la denunciada violación del art. 171 de la
Constitución provincial, ya que la falta de desarrollo argumental al respecto impide su
tratamiento (conf. doct. C. 100.435, sent. del 11-III-2009).
IV. Por lo brevemente expuesto, que estimo suficiente para dar respuesta a la cuestión
planteada, de conformidad con lo dictaminado por el señor Subprocurador General, no
habiéndose constatado las infracciones constitucionales denunciadas (art. 296, C.P.C.C.),
corresponde desestimar el recurso extraordinario de nulidad interpuesto. Con costas a las
recurrentes vencidas (arts. 68 y 298, C.P.C.C.).
Los señores jueces doctores Genoud, Negri y de Lázzari, por los mismos fundamentos de
la señora Jueza doctora Kogan, votaron la primera cuestión también por la negativa.
Explicó luego que "... Es que la confesión judicial expresa constituye plena prueba. No
habiendo invocado los recurrentes, ni configurándose en autos, alguna de las excepciones
a tal regla que consagran los incisos 1 a 3 del artículo 421 del Código Procesal Civil y
Comercial, no cabe apartarse de la fuerza probatoria de este medio..." (fs. 1258
vta./1259).
Dedujo finalmente que "... Consecuentemente, cabe concluir que los agravios que trae el
apoderado de las Cooperadoras de las Escuelas Rural Número 15 y Rural Número 39
resultan insuficientes para conmover el decisorio apelado, que también en este aspecto
propongo a la colega sea confirmado..." (fs. 1259 vta.).
II. Contra esta decisión se alzan dichas Asociaciones Cooperadoras de las Escuelas Rurales
n° 15 y 39 mediante recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en el que denuncian
la violación del inc. 3 del art. 421 del Código Procesal Civil y Comercial y absurdo en la
labor de ponderación probatoria llevada a cabo por el sentenciante, formulando asimismo
reserva de la cuestión federal (fs. 1280/1288 vta.).
Alegan, en suma, que se ha incurrido en absurdo al dar por probado que las Asociaciones
Cooperadoras participaron en la organización de la rifa, desconociendo a la vez la Cámara
la excepción prevista en el inc. 3 del art. 421 del Código de rito al otorgar valor de plena
prueba a la absolución de posiciones rendida por su parte, en desmedro de los restantes
elementos de análisis obrantes en autos (fs. 1283).
III. Liminarmente, es necesario tener presente que no es de buena técnica judicial afirmar
la insuficiencia de un recurso y, luego, adentrarse en el conocimiento de los agravios
vertidos (conf. doct. Ac. 90.049, sent. del 20-IX-2006; C. 104.769, sent. del 29-VI-2011).
Nótese en tal sentido que la Cámara desestimó la apelación por considerarla insuficiente
(v. fs. 1259, cit.) -no obstante no citar expresamente el art. 260 del Código Procesal Civil y
Comercial que así lo prevé para el caso en que los agravios vertidos no contengan una
crítica concreta y razonada de los fundamentos del fallo que el apelante considere
equivocados-, calificando a la vez de "estériles" los argumentos tendientes a desacreditar
aquellas circunstancias admitidas en la señalada prueba confesional, cuyo pleno valor de
convicción asimismo enfatizó, habida cuenta de la falta de alegación -o configuración- en
autos de alguna de las excepciones previstas en los incs. 1 a 3 del respectivo precepto
ritual (art. 421, C.P.C.C.; fs. 1258 vta./1259).
Con ello, el sentenciante no hizo otra cosa que valorar la tarea del juez de la instancia
anterior en torno a la conducta asumida por las coaccionadas, sopesando a tal fin el
intercambio epistolar habido entre las partes y, sobre todo, la referida confesión judicial
expresa, ingresando de esta manera al estudio de los agravios de las Asociaciones
Cooperadoras apelantes.
Conviene al respecto recordar que absurdo es el error grave y ostensible que se comete
en la conceptuación, juicio o raciocinio al analizar, interpretar o valorar las pruebas o los
hechos susceptibles de llegar a serlo, con tergiversación de las reglas de la sana crítica en
violación de las normas procesales aplicables, de todo lo cual resulta una conclusión
contradictoria o incoherente en el orden lógico-formal, e insostenible en la discriminación
axiológica (conf. doct. C. 103.013, sent. del 22-XII-2010; C. 100.812, sent. del 2-III-2011; C.
107.765, sent. del 10-VIII-2011; C. 100.002, sent. del 14-IX-2011).
Efectivamente, el aludido contrapunto epistolar y las respuestas a las posiciones que para
la Cámara -recogiendo la opinión del sentenciante anterior- dieron cuenta suficiente del
respectivo pedido de autorización para organizar el aludido sorteo, no logran ser
contrastadas mediante el mero relato personal de lo acontecido. Relato en el que las
recurrentes se presentan como involuntarias víctimas de un engaño perpetrado por
terceros que, aprovechándose de su buen nombre y buena fe, habrían llevado a cabo un
"negocio" particular que les fue totalmente ajeno.
Por otro lado, las simples referencias documentales efectuadas por las recurrentes a fs.
1283 vta./1284 vta., cuya ponderación habría sido omitida en el fallo, no logran abastecer
la crítica en torno a la falta de oportuna alegación o configuración -señaladas por la
Cámara- de alguna de las aludidas excepciones a la plena eficacia probatoria de la
confesión judicial expresa prevista en los incs. 1 a 3 del art. 421 del Código Procesal Civil y
Comercial (v. memorial de agravios de fs. 1215/1219 vta.).
Reiteradamente ha dicho esta Corte que disentir con lo resuelto por la Cámara no es base
idónea de agravios, ni configura absurdo que dé lugar al recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley, pues dicha anomalía queda configurada sólo cuando media cabal
demostración de su existencia. Es así que cuando se pretenden impugnar las conclusiones
de un pronunciamiento sobre las cuestiones fácticas de la litis, no basta con presentar la
propia versión sobre el mérito de las mismas, sino que es necesario realizar un juicio
crítico de los razonamientos desarrollados por el sentenciante y demostrar cabalmente
que padecen de un error grave, trascendente y fundamental (conf. doct. C. 89.895, sent.
del 11-XI-2009; C. 97.868, sent. del 18-V-2011; C. 106.542, sent. del 22-VI-2011; C.
108.319, sent. del 16-V-2012), carga demostrativa que, según se ha expuesto, no logran
las recurrentes abastecer, sellándose así la suerte adversa de la impugnación.
Los señores jueces doctores Genoud, Negri y de Lázzari, por los mismos fundamentos de
la señora Jueza doctora Kogan, votaron la segunda cuestión también por la negativa.
No obstante ello, explicó la alzada que "... En tal normativa se indica que, cuando el
premio sea un bien inmueble, la entidad organizadora debe acreditar en forma fehaciente
la propiedad a través del título pertinente, presentando un poder irrevocable por tiempo
determinado para escriturar, otorgado por la persona que figure como propietario para el
caso en que el inmueble no estuviera escriturado a favor de la entidad organizadora y,
además, deberá presentar certificado de dominio del inmueble, juntamente con el
certificado de anotaciones personales e inhibición del titular del bien..." (fs. 1257).
Seguidamente, ponderó que "... Esta omisión guarda relación de causalidad adecuada con
el incumplimiento de la obligación de escriturar a favor de las actoras, derivada de la
adquisición del número premiado correspondiente a la rifa que motiva estas actuaciones.
Tal obligación no ha sido cumplida por no encontrarse en condiciones de escriturar el bien
objeto del primer premio, individualizado en oportunidad de conferir la comuna la
pertinente autorización (ver fs. 317 [rectius: 357])..." (fs. 1257 y vta.).
Dedujo finalmente que "... Sobre la base de tales circunstancias no controvertidas por el
apelante, cabe por tanto coincidir con el sentenciante en cuanto la referida codemandada
ha incurrido en responsabilidad de carácter extracontractual, que la hace pasible de la
condena que le ha sido impuesta, con sustento en la norma que contiene el artículo 1112
del Código Civil..." (fs. 1257 vta.).
II. De su lado, la Municipalidad recurrente alega como violados los arts. 15, 31 y 161 inc. 3
de la Constitución provincial; 330, 354, 375 y concs. del Código Procesal Civil y Comercial;
1198, 1199, 1161, 1162, 503, 506, concs. y subsiguientes del Código Civil. Denuncia,
asimismo, violación de doctrina legal de esta Corte y absurdo en la labor de ponderación
del sentenciante (fs. 1268/1271 vta.).
Ahora bien, sin perjuicio de la validez o invalidez sustancial que pudiera ponderarse
respecto de los breves argumentos de embate que se ensayan (fs. 1270/1271), lo cierto es
que la violación o errónea aplicación de las referidas normas sobre las que la Cámara
apoyó la desestimación del respectivo remedio apelatorio, siquiera son denunciadas por la
recurrente, quien tampoco hace mención alguna de los incumplidos recaudos de
autorización de la rifa señalados por el Tribunal, ni a la relación causal que uniría a esta
irregular omisión con la imposibilidad de escriturar los inmuebles en favor de las
reclamantes.
En tal situación, el escueto desarrollo argumental bosquejado, que transita por carriles
diversos a los del fallo, resulta ineficaz para enervar lo decidido, toda vez que soslaya -
dejando incólumes- aquellos fundamentos esenciales expuestos por la alzada.
Los señores jueces doctores Genoud, Negri y de Lázzari, por los mismos fundamentos de
la señora Jueza doctora Kogan, votaron la tercera cuestión también por la negativa.
SENTENCIA
Las costas de esta instancia extraordinaria se imponen, en cada caso, a las respectivas
recurrentes vencidas (arts. 68, 289 y 298, C.P.C.C.).
Notifíquese y devuélvase.
HECTOR NEGRI
CARLOS E. CAMPS
Secretario