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Guerra del Chaco

La guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, se La región estaba cubierta por bosques, matorrales espino-
libró desde el 9 de septiembre de 1932 hasta el 12 de
junio de 1935, por el control del Chaco Boreal. Fue la
guerra más importante en Sudamérica durante el siglo
XX. En los 3 años de duración, Bolivia movilizó 250
000 soldados y Paraguay 120 000, que se enfrentaron en
combates en los que hubo gran cantidad de bajas (60
000 bolivianos y 30 000 paraguayos), y gran cantidad de
heridos, mutilados y desaparecidos. Los distintos tipos
de enfermedades tan- to físicas como psicológicas, la
característica hostil del teatro de operaciones y la falta
de agua y buena alimenta- ción produjeron el mayor
porcentaje de bajas y afectaron la salud de los soldados
sobrevivientes, a muchos de por vida.
El enfrentamiento consumió ingentes recursos
económi- cos de ambos países, de por sí muy pobres.
El Paraguay abasteció a su ejército con la gran
cantidad de armas y equipos capturados en distintas
batallas. Terminada la guerra, algunos excedentes los
vendió a España (Decreto- ley 8406, 15 de enero de
1937).
El cese de las hostilidades se acordó el 12 de junio de
1935. Bajo la presión de los Estados Unidos, por un
tra- tado secreto firmado el 9 de julio de 1938,
Paraguay ce- dió 110 000 km² ocupados por su ejército
al cese de las hostilidades.[1] El Tratado de Paz,
Amistad y Límites se firmó el 21 de julio de 1938 y el
27 de abril de 2009 se estableció el acuerdo de límites
definitivo. La zona en li- tigio quedó dividida en una
cuarta parte bajo soberanía boliviana y tres cuartas
partes bajo soberanía paraguaya. Bolivia recibió una
zona a orillas del alto río Paraguay.

1 Descripción de la región en
litigio

La región central sudamericana conocida como el


Gran Chaco se divide, de norte a sur, en tres regiones:
Chaco Boreal ―al norte del río Pilcomayo―, el Chaco
Central
―entre ese río y el río Bermejo―, y al sur de este úl-
timo el Chaco Austral. El área disputada entre Bolivia
y Paraguay correspondió exclusivamente al Chaco
Boreal.
El Chaco Boreal posee una extensión de aproximadamen-
te 650 000 km2 (un poco menos que Francia) y, hasta
fines de la década de 1920, estuvo casi despoblado y
sin explorar. Sus límites son: al sur el río Pilcomayo y
la Ar- gentina; al este, el río Paraguay y la región
oriental del Paraguay; al noroeste, la precordillera
boliviana y al no- reste, las regiones selváticas de
Brasil y Bolivia.
El monte [chaqueño] es el absurdo mate-
rializado en árboles. Es el terrible mundo de
la desorientación. En todas partes es el
mismo, bajo, sucio, verde terroso. […] Sus
árboles no son árboles, son espantajos de
formas tortura- das, en cuya corteza rumian
su miseria fisioló- gica espinas y parásitos
[que] crecen prendidos a una tierra estéril e
infecunda, por eso viven y mueren sin
adornar sus ramas con la verde cari- cia de la
hoja ni el milagro luminoso del fruto.
Carlos Arce Salinas, excombatiente y
político boliviano;
en (Arce Aguirre, 2009, p. 32)

El clima de tipo semitropical era semiestépico en el sector


Paisaje del Chaco Boreal, el árbol es el quebracho colorado oriental, y continental en el sector occidental. La
(Schinopsis balansae). tempe- ratura podía llegar a los casi 50 °C en verano, y
ser infe- rior a los 0 °C. en el invierno. Era el hábitat
de una gran variedad de serpientes venenosas y de
sos y palmeras. En la franja cercana al río Paraguay, insectos portado- res de enfermedades, como la
se explotaba el quebracho colorado para la vinchuca y el mosquito. El agua era escasa y salobre en
producción del tanino. El desarrollo de la agricultura las zonas centrales; los pocos pozos y lagunas existentes
en esa época era escasa. tuvieron una importancia vital

1
2 3 COMANDANTES EN JEFE DE LOS EJÉRCITOS

durante la guerra pero la contaminación de los mismos


produjeron muchas bajas por disentería. entre el río Pilcomayo y el Verde, al norte,
correspondía al Paraguay. Con estos antecedentes, era
Hay un magnífico pozo de agua en Platani- difícil que ese país pudiera aceptar las pretensiones
llos. Los paraguayos al retirarse le pusieron bolivianas sobre el Chaco Boreal.
una bomba. Tiene 40 metros de profundidad
y se hacen esfuerzos por rehabilitarlo. Pero
su agua es intomable por lo nauseabunda. Se 3 Comandantes en jefe de los
ha extraí- do ya enorme cantidad de agua, es
cristalina pero infecta, hedionda a ejér- citos
curtiembre, a cueros podridos. Se espera el
resultado de los análisis de Villa Montes.
Luis Fernando Guachalla, pagador del
Segundo Cuerpo boliviano, 5 de marzo de
1933;
en (Guachalla, 1978, p. 248)

Durante la temporada de lluvia, de diciembre a mayo, los


pocos caminos, que eran senderos polvorientos
durante la mayor parte del año, se convertían en
fangales intran- sitables debido a la poca
permeabilidad del suelo. Esta inhóspita región fue
muchas veces el enemigo principal que enfrentaron
ambos contendientes.

2 Antecedentes y causas
Los antecedentes y causas de la guerra del Chaco son
complejos. Cuando Bolivia y Paraguay se volvieron
es- tados independientes heredaron de la época
colonial una vaga determinación de los límites de esa
zona inhóspi- ta y despoblada por lo que tuvieron que
fijar sus res- pectivas jurisdicciones de acuerdo con
documentos mu- chas veces contradictorios o mediante
el trazado de líneas geodésicas. Los cuatro tratados de Daniel Salamanca, presidente de Bolivia entre 1931 y 1934.
límites que se acor- daron entre 1879 y 1907 no fueron
aceptados definiti- vamente por ninguna de las partes.
Cuando Bolivia per- dió la salida al océano Pacífico, 3.1 Comandantes bolivianos
como consecuencia de la Guerra del Pacífico (1879),
esa región adquirió un valor estratégico para ese país: Durante la guerra del Chaco, el ejército boliviano fue
la ocupación del Chaco Boreal fue necesaria para salir di- rigido sucesivamente por cuatro generales:
al océano Atlántico por el río Pa- raguay. Ambos
países realizaron pocas expediciones al Chaco. Otra • Filiberto Osorio (desde septiembre a octubre de
causa fue la supuesta existencia de petróleo en el 1932);
subsuelo chaqueño que la Standard Oil ya extraía en sus
bordes serranos. Esa empresa había fracasado en su • José Leonardo Lanza (desde octubre a diciembre de
intento por sacar el petróleo boliviano por un 1932);
oleoducto en territorio argentino hasta la refinería que
tenía una sub- sidiaria suya sobre el río Paraná • Hans Kundt (desde diciembre de 1932 a
quedándole como única opción cruzar por el Chaco diciembre de 1933);
[2]
Boreal hacia el río Paraguay, lo más al sur posible. • Enrique Peñaranda Castillo (desde diciembre de
El Paraguay, unas décadas antes, había sido devastado 1933 hasta finalizar la guerra).
por la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870). Una
de las consecuencias fue la pérdida de enormes Detrás de ellos tuvieron fuerte influencia el presiden-
territorios en la zona oriental. Respecto del Chaco te Daniel Salamanca y la oligarquía boliviana. Osorio
Boreal, Argentina pretendió incorporar una parte a su y Kundt fueron sustituidos por errores de conducción y
territorio, pero tras recurrir en 1879 al arbitraje del mo- tivos políticos.
presidente estadouniden- se Rutherford Hayes, este
falló que la zona comprendida
3.1 Comandantes bolivianos 3

cial tropero, por no poseer estudios de


Estado Mayor, lo que influyó en la deficiente
movili- zación del ejército boliviano en 1928
con su secuela de saqueos, disturbios,
amotinamien- tos y deserciones. No solo
tuvo que enfrentar al ejército paraguayo,
sino también a las intri- gas de los oficiales
del alto mando boliviano. En diciembre de
1933, tras los sucesivos fraca- sos en Nanawa,
Campo Grande y en Alihuatá- Campo Vía,
fue destituido por Daniel Sala- manca.
Abandonó Bolivia y falleció en Suiza seis
años después.

• Enrique Peñaranda Castillo fue elegido por el


presidente Salamanca como sucesor de Kundt por
haber escapado del cerco de Campo Vía, hecho
que no fue cierto y que Peñaranda evitó aclarar.[3]

Participó, antes de la guerra, en el engaño


del alto mando boliviano al presidente
Salamanca con motivo de la ocupación del
fortín paragua- yo Carlos A. López,
amparándose en la obe- diencia debida.[4]

Careciendo de un punto de vista estratégico


propio, y engañoso casi por omisión en sus
rela- ciones civil-militares, Peñaranda era
General Hans Kundt. una mis- teriosa mezcla de «camaradería de
rancho», que le daba acceso a las
• Hans Kundt fue la principal figura militar en sugerencias de los su- bordinados y de
Boli- via en las dos décadas anteriores a la guerra. intolerancia cuartelera cuando estaba irritado
Llegó al país el 11 de marzo de 1911, con el grado (complicando así sus relaciones con
de mayor, encabezando una misión de 18 militares Salamanca).
alemanes contratada por el estado boliviano para (Dunkerley, 1987, p. 223)
reorganizar el ejército. Su buena actuación,
exclusivamente téc- nica, le valió el ascenso a
general del ejército boli- viano. El general Peñaranda continúa siendo el
hombre sin carácter ni iniciativa propia. Esta
En 1914, estando de vacaciones en Alemania impresión se ha hecho conciencia en el
estalló la Primera Guerra Mundial. Participó ejército y nadie la disimula.
esencialmente en el frente oriental y luego Salamanca, en (Querejazu Calvo, 1981)
en el frente occidental. Se retiró del ejército
ale- mán con el grado de general y regresó a
Bolivia en 1921 como un civil. Fue Si bien presentó su renuncia dos veces antes de la
nuevamente con- tratado por el presidente batalla de El Carmen, el presidente Salamanca hizo
Saavedra, se naciona- lizó boliviano en 1921 caso omiso de ellas porque consideró que las distintas
y asumió la jefatura del Estado Mayor hasta fracciones del ejército lo respetaban porque no hacia
1926, pero con funciones cada vez más sombra a nadie.[5]
ligadas con la política interna bo- liviana. A
mediados de 1930, intentó orientar a los Salamanca lo responsabilizó por la derrota en El Carmen
oficiales bolivianos en cuestiones políticas a e intentó sustituirlo.[6]Este hecho motivó que el 27 de no-
favor de la reelección del presidente Hernán viembre de 1934, Peñaranda encabezara el motín
Siles. Cuando este fue derrocado, tuvo que exi- cono- cido como el Corralito de Villamontes y que por
liarse. haber sucedido en tiempos de guerra fue calificado
como de
En diciembre de 1932, ya con 63 años, fue
«traición a la Patria».[7]
lla- mado por el Gobierno para dirigir al
ejército boliviano en campaña. Fue calificado Poco tiempo después Peñaranda no pudo evitar el
como ofi- colap- so del Segundo Cuerpo boliviano frente a La
Faye al no imponer su autoridad al coronel David Toro
para que se retirara a un lugar más seguro.[8]A partir de
ese momento,
4 4 ESTRATEGIAS DE LOS EJÉRCITOS

y con el ascenso del coronel Toro al cargo de jefe del


es- tado mayor, comandó el ejército casi en forma
colegiada con él. El historiador Bruce W. Farcau
sostiene que está pendiente de evaluación si la
conducción de Peñaranda no fue peor que la del
denostado Kundt.[9]

Camión Ford similar a los que usaron Bolivia y Paraguay.


3.2 Comandante paraguayo

4 Estrategias de los ejércitos


En contraste con los sucesivos comandantes en jefe
boli- vianos, el ejército paraguayo fue dirigido por 4.1 Estrategia boliviana
José Félix Estigarribia desde el comienzo hasta
finalizar la guerra, periodo en el cual nunca abandonó La estrategia boliviana se apoyó en la indudable
el Chaco. superio- ridad de recursos económicos y de población
José Félix Estigarribia: De extracción social (3 a 1) que tenía sobre el Paraguay. Para el Estado
humilde, realizó estudios superiores en la Facultad de Mayor boliviano la ocupación del Chaco y el acceso al
Agronomía. Luego de obtener el diploma cambió de río Paraguay era más un problema diplomático que
carrera y en 1910 se alistó en el ejército con el rango de militar.
teniente de infante- ría. De 1911 a 1913, asistió a la
Escuela Militar Bernardo O’Higgins, en Chile. En 1917, El teniente coronel Ángel Rodríguez
debido a sus aptitudes, fue ascendido a capitán. Fue con- sideraba que solo había agua suficiente
seleccionado para asistir al cur- so de Estado Mayor en para enviar a cinco mil hombres, y que solo
la École Supérieure de Guerre en Francia. Era un las unidades no más grandes que una
estudioso de la guerra de movimiento superadora de compañía podrían maniobrar entre los
las estrategias de la Primera Guerra Mun- dial. Su arbustos, mien- tras que Kundt seguía
primera experiencia militar en el desierto lo hizo en firmemente convencido de que tres mil
Marruecos, en las operaciones que realizó el ejército hombres bastarían para tomar Asunción.
francés al mando del mariscal Louis Lyautey. En 1927
(Dunkerley, 1987, p. 207)
culminó el curso de tres años de duración y en 1928
fue nombrado jefe de Estado Mayor. Cuando la guerra
pare- cía inevitable, el Gobierno decidió que
Estigarribia era el hombre más capacitado para dirigir No se tuvo en cuenta la historia de ese pequeño país
al ejército paragua- yo. ubi- cado al sur y a la importancia que le daba a la
posesión del Chaco Boreal. En 1928, el doctor
En abril de 1931 fue ascendido a teniente coronel y el
Salamanca, para quien el Paraguay era «la más
18 de junio asumió el comando de la 1.ª División con
miserable de las republiquetas de Sudamérica»,[10]
asiento en el puerto Casado, en el Chaco Boreal.
decía:
Después de la batalla del fortín Boquerón, en
septiembre de 1932, fue ascendido a coronel, grado
con el cual comandó el ejér- cito paraguayo hasta Bolivia tiene una historia de desastres
septiembre de 1933. Tras el exito- so cerco de Campo inter- nacionales que debemos contrarrestar
Grande fue ascendido a general. Era un hombre con una guerra victoriosa […]. Así como los
tranquilo, serio y austero, en su inconfundible uniforme hombres que han pecado deben ser
con las mangas siempre cortas. El buen conoci- miento sometidos a la prue- ba del fuego para salvar
de cada oficial bajo su mando le permitió exigir a cada sus almas […] los paí- ses como el nuestro,
uno el máximo de esfuerzo que podía dar. Dirigió las que han cometido errores de política interna
operaciones desde muy cerca del frente para agilizar la y externa, debemos y nece- sitamos
toma de decisiones y dejó en libertad a sus oficiales someternos a la prueba del fuego, que no
para que realizaran las operaciones tácticas que el mo- puede ser otra que el conflicto con el Para-
mento y lugar lo requirieran. Se lo ha criticado por guay […] único país al que podemos atacar con
haber sido excesivamente conservador en los primeros seguridades de victoria.
meses del conflicto. Su mayor logro estratégico fue Salamanca, en (Antezana Villagrán,
conducir la guerra en el desierto chaqueño como si se 1982, p. 12/13 vol. 2)
tratara de una batalla naval.
4.1 Estrategia boliviana 5
La uni- dad del pueblo frente a la guerra fue débil
debido al
Comenzada la guerra, Bolivia no realizó una moviliza-
ción total, consideró que era suficiente llevar adelante una
guerra económica y que no alterara la vida cotidiana
de la población.[11]
Por estas razones no se intentó mejorar el
abastecimiento hasta el lejano frente chaqueño
construyendo una línea férrea hasta Muñoz y el
imprescindible puente sobre el río Pilcomayo.[12] Las
tropas fueron transportadas en camión y ferrocarril hasta
Villazón, desde allí en camión hasta Tarija y desde ese
punto a pie hasta Villamontes, la base principal en el
Chaco. Desde allí los soldados tuvieron que marchar
hasta 400 kilómetros a través del polvo, barro y el
calor sofocante del Chaco Boreal. El medio básico de
transporte fue el camión, y estos siempre escasearon.
El presidente Salamanca preguntó al Jefe de Estado
Mayor:

Dígame señor general, ¿qué piensan


hacer con los 600 camiones y qué han hecho
con los últimos 20 que he comprado hace
dos meses?
(Dunkerley, 1987, p. 214)

Para cubrir las seis etapas del tramo Villazón-Muñoz


se necesitaban 480 camiones. Como solo había unida-
des para los pertrechos y sobre todo el agua, los solda-
dos tuvieron que movilizarse a pie durante toda la gue-
rra. Los vehículos estuvieron limitados a su vez por los
malos caminos, todos de tierra y que las lluvias hacían
intransitables.[13]
Bolivia priorizó la ocupación territorial para justificar «de
facto» sus derechos (Véase Incidente de laguna
Pitiantu- ta). La pérdida de un fortín fue vivido
dramáticamente por el pueblo, el Gobierno y el
ejército bolivianos hasta el punto de ocultarse la
información entre sí.[14] Los par- tidos políticos, el
regionalismo y la prensa de la oposición no perdieron
ninguna oportunidad para criticar al presi- dente
Salamanca y al alto mando con el único objetivo de
lograr una mayor cuota de poder.[15]
La preparación de los oficiales y la del mismo Kundt
no estaban actualizadas. El Colegio Militar era refugio de
es- tudiantes réprobos y bachilleres fracasados.[16] Muy
po- cos recibieron capacitación superior una vez
egresados de ese Colegio, dentro o fuera del país. [17]
Los ascensos se digitaron políticamente en
negociaciones abiertas. La mi- sión militar española que
llegó en febrero de 1931 obser- vó que se enseñaba
materias elementales como álgebra a coroneles y
topografía a egresados de la Escuela Superior de Guerra.
[18]
Primaban las doctrinas de la Primera Gue- rra
Mundial con sus ataques frontales con enorme costo
en vidas y que ya estaban siendo superadas por
concep- ciones más modernas. Antes que comenzara la
guerra, pese a los años a cargo del ejército boliviano,
el general Hans Kundt nunca estuvo en el Chaco.[19]
Para los soldados que venían del altiplano fue difícil
adap- tarse física y psíquicamente al hábitat chaqueño.
anacrónico feudalismo agrario boliviano.[20] En 1927,
al norte de Potosí, los llamados «campesinos» se
levantaron contra la oligarquía terrateniente boliviana
en tres opor- tunidades; Eduardo Nina Quispe (1930-
1933) luchó por una República de Naciones y
Pueblos Originarios y en 1935 se masacró a
campesinos en Pucarani para obligar- los a ir a la
guerra.
El soldado Aymará, que no conocía el castellano, fue
cie- gamente a la guerra (y a la muerte) sin saber el por
qué.[21] Uno de ellos preguntó a su sargento: «¿Y quién,
pues, je- fe, es nuestro enemigo? ¿Son los
cochabambinos?».[22]

El indio iba a la guerra, pero no le gus-


taba naturalmente porque no tenía
conciencia patriótica ¿cómo era posible
tenerlo como sol- dado al indígena sin
forzarlo?
J. Espada Antezana, ministro de Guerra
de Bolivia,
en (Arce Aguirre, 1987, p. 258).

¿Los indios son cobardes? No saben a


con- ciencia qué es la Patria, pero se
empeñan en fiera lucha contra quienes
intuyen que son sus adversarios o, más
propiamente, contra los ofi- ciales que los
comandan.
Subteniente boliviano Alberto
Taborga, en (Dunkerley, 1987, p. 244)

La relación entre Salamanca y el alto mando y la de


estos entre sí fue difícil durante toda la guerra ya que
muchos tenían ambiciones políticas y corporativas
que afectaban la conducción de las operaciones.

La clase militar había llegado a formar


una especie de casta privilegiada,
cuidadosamen- te cerrada a los profanos, de
acceso exclusiva- mente oficial y cuyos
componentes progresa- ban masónicamente
en grados y emolumentos por acción del
tiempo […] Unidos en estrecha solidaridad
de intereses, frente al Gobierno y a la
nación toda, […], acabaron por mostrar, al
contacto con la guerra, toda la soberbia de
que estaban penetrados. […]
Desgraciadamen- te tanta soberbia militar
iba acompañada de la incapacidad y de la
derrota, con todas sus funestas
consecuencias. […] Se crearon en el Chaco
un campo propio y cerrado en que ellos
pudiesen moverse con entera libertad. Eso
sí, pedían soldados, camiones, provisiones,
armas y municiones en cantidades crecientes
sin aten- der a las posibilidades financieras
que limita- ban los esfuerzos del Gobierno
(a pesar de su buena voluntad).
Salamanca, en (Guachalla, 1978, p. 90 y
91)
6 4 ESTRATEGIAS DE LOS EJÉRCITOS

Algunos historiadores, Querejazu Calvo entre ellos,


ca- racterizaron al ejército boliviano de entonces terminada la guerra se confirmaron las denuncias de
como un que la Standard Oil de Bolivia, desde 1926, venía
«ejército colonial» porque era una fuerza fundamental- sacando de contrabando parte de su producción hacia
mente dirigida a la represión interna, que carecía de la Argentina, a través de un oleoducto clandestino, con
apo- yo popular, que estaba dividido racialmente y que el visto bueno de altos funcionarios del Gobierno
era uti- lizado para defender un sistema político que ya argentino y boliviano vinculados a esa empresa
estaba en proceso de desintegración.[23] norteamericana.
La compra de armamentos, a fines de la década del 20,
fue desproporcionada frente al probable enemigo, el 4.2 Estrategia paraguaya
ejér- cito paraguayo. Esto despertó la inquietud de otros
países limítrofes: Chile y Perú. Esa compra, unificada
mayor- mente en la firma inglesa Vickers, produjo una
serie de problemas en cuanto a la calidad y al
cumplimiento de las entregas.[24] Se compraron tanques
pese a la oposición de los técnicos bolivianos que
afirmaban que no servirían en el Chaco. Al comienzo de
la guerra, un volumen impor- tante de armas todavía
estaba sin fabricar ni embarcar en Inglaterra.
En 1932, Bolivia sufrió serias dificultades económicas
por la caída del precio y el volumen de las exportacio-
nes del estaño que en 1929 habían sido de 46,9 millo-
nes de dólares, reduciéndose a 10 millones de dólares
en 1932. Además, careció de crédito internacional por Tren transportando soldados paraguayos desde Puerto Casado
ha- ber entrado en mora en los pagos de su deuda al frente.
externa. La producción minera concentraba, en 1930,
el 95% de las exportaciones bolivianas absorbiendo El estado mayor paraguayo planeó la defensa del Cha-
mano de obra campesina que impedía el desarrollo de co utilizando las comunicaciones existentes en la zona.
la agricultura y favorecía la dependencia de la Se trasladaron hombres y recursos desde Asunción por
importación de alimentos provenientes de los países el río Paraguay hasta Puerto Casado y desde allí por un
vecinos, especialmente de la Argentina. En 1931, el ferrocarril de trocha angosta, usado en la explotación
general Osorio, en un informe al Ministerio de Guerra, de tanino, hasta muy cerca de Isla Poí, la principal
advertía sobre esta debilidad estra- tégica: base mi- litar en el Chaco. Durante la primera parte de
la guerra, esta ventaja compensó, en cierta medida, la
[...] en una emergencia bélica con el superioridad boliviana en recursos.
Para- guay […] existe el peligro que nuestro Sin embargo, la falta de camiones fue crónica y
abaste- cimiento y aprovisionamiento […] permitió muchas veces que el enemigo, totalmente
casi total y obligadamente efectuados en los desarticulado, pudiera escapar. El abastecimiento de
mercados ar- gentinos, quede obstruido con agua, por igual mo- tivo, fue otro problema difícil de
gravísimo per- juicio para nuestros intereses resolver. El 5 de octubre de 1934, en su visita al frente,
militares. el presidente Ayala le ma- nifestó al general
General Osorio en (Seiferheld, 1983, p. Estigarribia que no podía proveerle de los 500
283) camiones que el ejército necesitaba con prioridad
absoluta debido al alargamiento de su línea de
abasteci- miento. Estigarribia justificó entonces su plan
Si bien existieron problemas, las importaciones de ali- de atacar a los bolivianos en Cañada El Carmen
mentos y otros insumos desde la Argentina y otros paí- diciendo:
ses vecinos se mantuvieron durante toda la guerra.
Hasta productos del Paraguay ingresaron a Bolivia con En este caso [...] no se debería perder tiem-
el visto bueno del Gobierno paraguayo.[25] po esperando mejores perspectivas sino por
La producción de petróleo de la empresa el contrario actuar pronto y decididamente
estadounidense Standard Oil en Bolivia no pudo por- que nosotros no podemos movernos
satisfacer las necesidades del ejército y durante la guerra [por falta de camiones] pero tampoco
fue permanente el reclamo por la falta de gasolina. podemos quedar donde estamos.
Bolivia tuvo que importar com- bustible y lubricantes, a (Vittone, 1986, p. 198).
un mayor costo, de una destilería que la Standard Oil
tenía en el Perú, o de la que ingresaba ilegalmente desde
la Argentina cruzando el río Pilcoma- yo por Puerto Las ofensivas paraguayas se realizaron en las
Cabo Iriyoyen (Argentina) hacia Linares, según estaciones de poca lluvia, cuando el calor era
Kundt, «a un precio exorbitante».[26] Después de preponderante. Se uti- lizó la táctica del «cerco y
aniquilamiento», el popular- mente llamado
«corralito»: ruptura o envolvimiento del
4.2 Estrategia paraguaya 7

frente, penetración hacia la retaguardia enemiga, corte La adquisición de armas tuvo que superar tres
del abastecimiento y mando enemigos. Se priorizó el mo- problemas fundamentales:
vimiento, rebalsando por los laterales las defensas fijas
bolivianas, evitando los ataques frontales de gran intensi- • Tener abiertas las líneas de comunicación que
dad. El objetivo fue el aniquilamiento del ejército pasa- ban por la Argentina: vías férreas y de
enemi- go y no la ocupación territorial. En febrero de navegación.
1934, un informe del Comando Superior boliviano
sobre el modus operandi del ejército paraguayo decía: • La escasez de recursos y de créditos.

La forma sistemática que el enemigo • La necesidad del secreto para no provocar una reac-
viene empleando en sus ataques consiste en ción boliviana que acelerara la guerra antes de
el ama- rramiento frontal, con grupos de que las mismas llegaran al Paraguay.
combate y ac- tivas exploraciones de fuego
para buscar el en- volvimiento, con su masa, El envío del general Manlio Schenoni, en septiembre
de una o ambas alas, y la salida de fracciones de 1926, a recorrer las fábricas de armamento europeas
sucesivas sobre los ca- minos de retaguardia. tuvo como objetivo desviar la atención de los espías
Estas maniobras piden serias precauciones bolivia- nos, pues la compra fue realizada por el doctor
para su ejecución; sin em- bargo, son Eusebio Ayala utilizando secretamente los estudios
llevadas [a cabo] por el enemigo con una técnicos que el ejército argentino había realizado para
confianza imprudente, apoyado sim- su propio equi- pamiento y los informes que enviaban
plemente en el resultado moral de sus éxitos los oficiales para- guayos que estudiaban en Europa.
anteriores.
(Guachalla, 1978, p. 114).
Mientras se observaba a un jefe [Scheno-
ni], las adquisiciones se hacían en otra parte
su- brepticiamente; se disipaba la alarma de
Los oficiales más capaces fueron enviados al extranje- Boli- via mientras realizábamos nuestros
ro: Argentina, Chile, Francia, Bélgica, Italia, para rea- planes. Por este motivo decía el Presidente de
lizar estudios superiores.[27] El pueblo paraguayo, con la República en uno de sus mensajes al
la convicción de estar siendo nuevamente agredido, Congreso: «Preferi- mos hacer lo que no
como había ocurrido 60 años antes por la Argentina, el parece, a hacer parecer lo que no hacemos».
Brasil y el Uruguay, se unió nuevamente detrás del (Ayala Queirolo, 1985, p. 65)
Gobierno y su ejército en lo que se conoce como
Guerra total. Na- die dudaba de que el Chaco debía ser
«defendido». El pueblo colaboró con todo tipo de
actividades, tanto en el país como en el extranjero, Las compras se hicieron con gran meticulosidad y
para aumentar la produc- ción de bienes exportables, secre- to, eligiendo las mejores armas, a diversos
recaudar fondos y todo tipo de recursos para la guerra. proveedores. El Paraguay empezó y terminó la guerra
En abril de 1934, los ciuda- danos entregaron 800 con los mismos oficiales y soldados. Solo tuvo que
mesas de madera de sus casas para construir 1200 cajas reponer los muertos, heridos y enfermos. Esto significó
para 18 000 granadas de mano cons- truidas en los contar, a los pocos me- ses de continuos combates, con
arsenales y que debían enviarse al frente con urgencia. un ejército experimenta- do para la difícil guerra
[28] chaqueña.
Había homogeneidad entre oficiales y soldados
donde todos tenían las mismas tradiciones, cos- Un aspecto importante de la estrategia paraguaya fue con-
tumbres y hablaban el mismo idioma: el guaraní. En tar con el apoyo de la Argentina como fuente de suminis-
es- te aspecto el ejército paraguayo tuvo una decisiva tro de insumos vitales. A tal efecto se utilizaron las histó-
ven- taja sobre su oponente boliviano donde había ricas relaciones comerciales y las vinculaciones
distintos grupos étnicos/lingüísticos, pronunciadas cultura- les, sociales y migratorias existentes entre
diferencias de clase, origen y cultura entre soldados y ambos países. Desde el punto de vista geopolítico, la
oficiales, y has- ta mercenarios extranjeros en los Argentina consi- deraba al Paraguay como la primera
mandos superiores. Al poeta y excombatiente línea de defensa o la punta de lanza ante una posible
boliviano Ángel Lara, que obser- vaba a un grupo de expansión brasileña hacia el oeste. Comenzada la guerra,
prisioneros paraguayos, le sorprendió que los soldados el pueblo argentino apoyó la causa paraguaya con
conversaran con sus oficiales «con toda naturalidad». donaciones y voluntarios de todo tipo.
[29]

La perfecta complementación entre dos hombres con El doctor Luque, redactor jefe de La
ca- racterísticas disímiles, el comandante Estigarribia, Pren- sa, me dijo: «Yo no hablo en mi casa
como máximo responsable militar, y el presidente de lo que en el diario se hace, y así jamás
Eusebio Aya- la, en su función política y económica, hablo de la cuestión paraguayo-boliviana; pero
permitió que el Paraguay tuviera una conducción es lo cierto que mi mujer, mis hijos y todo el
unificada y casi sin fi- suras, imprescindibles para servicio no pierden ninguna oportunidad para
lograr los mejores resultados en la campaña militar. expresar sus
8 5 ATAQUE AL FORTÍN CARLOS A. LÓPEZ

simpatías por el Paraguay. Ese es el espíritu


de toda la gente». lio, el destacamento paraguayo Coronel Palacios
(Rivarola, 1982, p. 134) recupe- ró la zona después de una pequeña refriega.
Este hecho fue presentado al pueblo boliviano como
un artero ata- que del Paraguay a Bolivia y se lo
condimentó además con falsos actos de barbarie
Estos hechos no fueron un secreto para el Gobierno y
cometidos por los soldados paraguayos. El 19 de julio
el estado mayor boliviano, que recibían extensos
informes no solo de sus funcionarios radicados en de 1932, desde los balcones del Palacio Quemado,
Buenos Aires sino del propio Luis Fernando Salamanca se dirigió al pueblo que se había
Guachalla, embajador bo- liviano en Asunción hasta congregado para escucharlo:
julio de 1931.[30]
Ciudadanos, hijos de Bolivia, en un mo-
mento de verdadera angustia nacional, al
pre- sentarse una nueva agresión a la
5 Ataque al fortín Carlos A. López dignidad na- cional, se ha producido esta
magnífica reacción que manifiesta la vida y el
vigor del patriotis- mo boliviano. Si una
nación no reaccionara an- te los ultrajes que le
infieren no merecería ser una nación.
(Querejazu Calvo, 1990, p. 29)

Miles de bolivianos aplaudieron esas palabras sin


sospe- char del engaño y de que irían a la muerte poco
tiempo después en la desconocida y árida planicie
chaqueña.

5.1 Escalada boliviana


La recuperación paraguaya de la laguna Pitiantuta, que
Ataque del capitán paraguayo Abdón Coronel Palacios. volvió las cosas a su estado anterior, no lo fue para
Sala- manca. Como si se tratara de una afrenta al
El 6 de mayo de 1932, el secretario de estado de los Esta- honor nacio- nal pidió al general Osorio el
dos Unidos, Francis White, presidente de la Comisión enjuiciamiento de los res- ponsables. Poco después,
de Neutrales, propuso que el pacto de no agresión entre debilitado políticamente y em- pujado por un clima
Bo- livia y el Paraguay, en curso de negociación, debía guerrerista que él mismo había in- centivado, ordenó al
partir de los territorios ocupados por las partes en el general Quintanilla que en represalia se apoderara de los
momento de su firma. El ejército boliviano aceleró su fortines paraguayos Corrales, Toledo (del 27 al 28 de
plan de ocu- pación territorial, especialmente de la julio) y Boquerón (el 31 de julio de 1932).
importante laguna descubierta accidentalmente por su
aviación el 25 de abril de 1932.
Ejecute bien la orden, si hay en ello
En su tercer intento por llegar a ese objetivo, el 15 de algún mérito, sería suyo; si surgen
junio de 1932, un destacamento boliviano al mando responsabilidades, serán mías.
del mayor Óscar Moscoso atacó y destruyó el fortín (Dunkerley, 1987, p. 219)
paragua- yo Carlos Antonio López, ubicado al borde
de la laguna Pitiantuta (o «laguna Chuquisaca» como
fue nombrada después por los bolivianos). Esta En el frente diplomático, ante la protesta paraguaya como
sorpresiva acción mili- tar se hizo contrariando órdenes país agredido, Salamanca se mostró firme en no devolver
del presidente boliviano Salamanca de evitar todo tipo los tres fortines y exigió que fueran incorporados a una
de provocación en el Cha- co dadas las negociaciones «zona en litigio». Previamente, el 22 de julio de 1932,
que se venía discutiendo en Washington desde ordenó que la delegación boliviana abandonara la
noviembre de 1931. Comi- sión de Neutrales, que actuaba de mediador
Con esta «operación» de encubrimiento, mentiras y entre ambos países. Ante el pedido paraguayo de que
desobediencia y hasta extravío de documentación, se investigara lo sucedido en Pitiantuta, Julio A.
reali- zada por miembros del alto mando a espaldas del Gutiérrez, ministro de Relaciones Exteriores de
pre- sidente, se inició uno de los conflictos que Bolivia, descolocado por la ac- ción militar realizada
afectarían a Bolivia durante toda la guerra, la de por el alto mando, intentó defender lo indefendible
Salamanca contra los responsables del ejército y que mediante un lenguaje cada vez más agre- sivo:
culminaría, años más tarde, con su destitución. Un
mes después, el 16 de ju- Después del ataque [se refiere a la
recupe- ración paraguaya del fortín Carlos
A. López]
5.2 Reacción paraguaya 9

[el Paraguay] se presenta nuevamente en


Wa- shington alardeando pacifismo. Esto es
un sar- casmo de la realidad de los hechos,
una bur- la, no solo para nosotros, sino para
los mismos neutrales.
(Paraguay. Ministerio de Relaciones
Exteriores, 1933, p. 188)

Finalmente el canciller Gutiérrez, en una arrogante


nota del 1.º de agosto, agregó: «No nos interesan las
investiga- ciones que no definen la cuestión
fundamental».[10]
El día 7 de agosto fuerzas bolivianas ocuparon el
fortín paraguayo Carayá, bautizándolo como Huijay.
Con esta excesiva reacción sin razones valederas, el
Go- bierno de Salamanca avanzó desde una política de
desmi- litarizar el Chaco a una guerra con miles de
muertos y he- ridos. Pero el ejército boliviano, a fines
de julio de 1932, no estaba preparado para una
operación militar en gran escala en el Chaco. El 30 de
agosto de 1932, a solo 9 días del ataque de todo el
ejército paraguayo sobre Boquerón e inicio de la
guerra, el general Osorio envió el Memo- rando Eusebio Ayala, presidente del Paraguay entre 1932 y 1936.
507/32 al presidente Salamanca. Con un tono casi
altanero e irrespetuoso, expuso que el alto mando no
tenía directivas precisas ni existía un Plan de 5.2 Reacción paraguaya
Operaciones que guiara al ejército boliviano en el
Chaco. En el mismo me- morando propuso un plan que La captura y destrucción del fortín Carlos A. López que
consistía en avanzar por el norte, en el alto Paraguay, la cancilleria boliviana seguía negando, la ocupación «en
zona diametralmente opuesta al que se estaba re- presalia» de tres fortines paraguayos que se negaba
realizando en el sur.[31] El plan de Oso- rio tenía como a de- volver y la actitud intransigente y belicista del
objetivo ocupar la costa del río Paraguay frente a un Gobierno boliviano, convencieron al Gobierno
país neutral (Brasil), fácil de aprovisionar y mantener paraguayo de que la solución militar era la única salida
indefinidamente. Al mismo tiempo, en la zona sur, el a los problemas cha- queños. El presidente Eusebio
general Carlos Quintanilla, jefe de las fuerzas bo- Ayala decretó la moviliza- ción general para lanzar al
livianas en el Chaco, pidió autorización para ocupar Paraguay a una guerra a gran escala. Durante el mes de
dos fortines más: Nanawa al sur y Rojas Silva al este. agosto de 1932 se concentra- ron 8000 soldados en la
Este úl- timo fortín fue ocupado el día 6 de septiembre base de operaciones de Isla Poí; 1500 en el fortín
de 1932. Nanawa y 3000 se ubicaron en el alto río Paraguay.
Otros 3000 refuerzos fueron enviados a Isla Poí a fines de
agosto. Estas fuerzas estaban al mando de 8 tenientes
coroneles, menores de 50 años, que en su mayo- ría
Así Quintanilla, el General de las Represa- habían realizado altos cursos de perfeccionamiento en
lias, movido un tanto por la orden Europa y 12 mayores, que tenían menos de 40 años y que
presidencial y más por sus ansias locas por también habían realizado estudios en el extranjero. [33] En
popularizarse [...] obteniendo triunfos Isla Poí se construyó una pista de aterrizaje y se
baratos sobre el Para- guay, indirectamente trasladó toda la fuerza aérea. Se requisaron camiones y
cooperó [...] para preci- pitar al inerme barcos pri- vados, los primeros para el transporte de
pueblo boliviano a la vorágine del Chaco. tropas y recursos en el Chaco y los segundos para
(Tabera, 1979, p. 154) reforzar la logística que se hacía desde Asunción hasta
el puerto Casado por el río Paraguay.
El teniente coronel Juan B. Ayala, del Estado Mayor,
el oficial que había recibido la mayor capacitación en
En julio de 1932, el ejército boliviano contaba en el Cha- Fran- cia y que había analizado las causas del fracaso de
co con el Primer Cuerpo, unos 4000 hombres, en la la mo- vilización del año 1928 que impidió que la
par- te sudoeste, más dos divisiones, unos 2000 guerra de ini- ciara aquel año, logró ahora triplicar
hombres, en el noroeste. Durante el mes de agosto planificadamente, en
aproximadamente 6000 soldados comenzaron a ser
trasladados lentamente al Chaco debido a serias
complicaciones logísticas.[32]
10 6 PRIMERA OFENSIVA PARAGUAYA (SEPTIEMBRE-DICIEMBRE DE 1932)

solo 30 días, las fuerzas del ejército en tiempos de paz. El


teniente coronel Estigarribia estimaba que el ejércitoacudir en ayuda del fortín. El día 10, una columna
bo- liviano recién podría completar su movilización boli- viana que avanzaba hacia Boquerón cayó en una
masiva, y alcanzar la inevitable superioridad en embos- cada sufriendo fuertes bajas. En estos primeros
hombres y recur- sos, en 90 días, tiempo suficiente para
días pudo observarse muchas deficiencias en el ejército
llevar adelante, con esa ventaja estratégica, la primera
paraguayo, principalmente en el abastecimiento del
ofensiva paraguaya en el Chaco. agua. Acuciados por la sed, los soldados abandonaban
El 29 de agosto, la Comisión de Neutrales propuso una las líneas para bus- car agua en la retaguardia.
tregua incondicional de 60 días que Bolivia aceptó si También hubo falencias en la sincronización de los
se reducía a 30 días pero que el doctor Justo Pastor movimientos entre las unidades.
Benítez, ministro de relaciones exteriores del La aviación boliviana trató de neutralizar la «artillería»
Paraguay, con to- da la maquinaria bélica en pleno que bombardeaba Boquerón y que era la que más bajas
movimiento, la rechazó aduciendo: «Nos toca velar por producía sin poder ubicarla. Se trataba de los
nuestra propia seguridad que consideramos seriamente modernos morteros Stokes-Brandt que hasta Marzana
amenazada».[34] creía que eran cañones de largo alcance. Los combates
iniciales sirvieron para que los paraguayos ganaran en
experiencia a costa de muchas bajas. El ingreso de
6 Primera ofensiva paraguaya ayuda al fortín cercado realizado por el ejército
boliviano con pequeñas unidades, algunas con éxito y
(septiembre-diciembre de 1932) otras no, fue con gran costo en bajas ya que esas
fuerzas debían salir nuevamente del fortín por la falta de
recursos en el lugar.
6.1 Batalla de Boquerón

Teatro de operaciones batalla de Boquerón y alrededores


Primera ofensiva paraguaya (septiembre a diciembre de 1932).
Empezamos nuestro retíro […] Paso por
El 8 de septiembre, aviones bolivianos detectaron la apro- medio de una lluvia de balas. Sigue la masacre.
ximación de las fuerzas paraguayas en el camino hacia Aumenta peligrosamente el número de
Boquerón y bombardearon y ametrallaron la columna, muer- tos, […]. Por fin logramos pasar toda
ocasionando bajas entre hombres y caballos. la zona donde se encontraba el enemigo y
El teniente coronel Manuel Marzana asumió el mando de llegamos al Comando. Todos pedíamos pan
las fuerzas que ocuparon Boquerón el 31 de julio de 1932 y agua. Ya no éramos los muchachos
a causa del fallecimiento del teniente coronel Luis entusiastas y fuertes que salimos de Oruro.
Emi- lio Aguirre (junto con otros oficiales y soldados), No éramos más que espec- tros. Todos
en la emboscada preparada con antelación por las queríamos irnos.
fuerzas pa- raguayas que defendían el fortín.[35] Este Diario del teniente boliviano Germán
competente ofi- cial fue el responsable de sostener el Busch,
cerco de Boquerón resistiendo los embates del grueso en (Brockmann, 2007, p. 218)
del ejército paraguayo que, desde el 9 al 29 de
septiembre de 1932, lo atacaría sin cesar.
La aviación lanzó municiones, alimentos y medicinas so-
Los paraguayos atacaron desaprensivamente a bre Boqueron pero debido al fuego antiaéreo
Boquerón el 9 de septiembre. Cuando los voluntariosos paraguayo y la necesidad de conservar los aviones se
ataques di- rectos no tuvieron éxito, las unidades se hizo desde gran altura por lo que se destruyeron en la
desplegaron en los alrededores para emboscar a las caída o cayeron en poder del enemigo.
fuerzas que pudieran
En el campo diplomático Bolivia aceptó la propuesta
de la Comisión de Neutrales de suspender las
hostilidades
6.2 Caída del fortín Arce y retirada hacia Saavedra 11
Arce y una mo- mentánea intervención
diplomática para salvar
creando un cinturón de neutralización de dos
kilómetros alrededor de Boquerón. El Paraguay no lo
aceptó y man- tuvo la posición inicial de que
previamente Bolivia debía devolver los fortines
capturados en el mes de julio.
El 21 de septiembre, 8 días antes de la caída de Boquerón
y de la retirada general boliviana, el presidente
Salamanca respondió al general Osorio su impertinente
memorando del 30 de agosto diciendo que mientras el
ejército había seguido sus instrucciones se había
logrado la captura de Toledo, Corrales y Boquerón y
por no haberlo hecho se había perdido la laguna
Chuquisaca. Rebatió el plan de atacar por el norte y
sostuvo:

A mi juicio, una guerra con el Paraguay de-


be librarse en el Sudeste concentrándose allí
las fuerzas posibles para descargar golpes
decisi- vos que nos permitan imponer un
tratado de paz en Asunción.
Nota del presidente Salamanca al general
Osorio,
en (Vergara Vicuña, 1944, p. 39 vol. 2)

El alto mando convenció finalmente a Salamanca


sobre la necesidad de abandonar Boquerón. Se realizó
en Mu- ñoz, sede del comando boliviano en el Chaco,
una tor- mentosa reunión de varios generales, que casi
termina a los tiros.[36] Esto motivó que el general
Quintanilla, el día 27, pidiera a Marzana que soportara
diez días más mien- tras organizaba un contraataque.
Ninguna de las dos cosas era posible por el agotamiento
de las fuerzas bolivianas y la superioridad en hombres y
recursos del enemigo. El al- to mando boliviano se
negaba a reconocer que no había previsto la sorpresiva
estrategia paraguaya de atacar con todo su ejército.
Cuando el mayor Julio Aguirre, el día 10 de septiembre,
informó al coronel Francisco Peña que los paraguayos
debían ser varios miles, porque eran más de 400
soldados solo en el camino Yujra-Boquerón, este le
contestó: «Miró usted visiones... El enemigo es
cobarde y no pasa de unos mil hombres».[37] Pocos
días después Peña cambió de opinión e informó al
general Quintanilla:

En estos momentos mi división atraviesa


una situación muy delicada. Todos los
informes que recibo me hacen saber que las
tropas se encuentran totalmente
desmoralizadas y agota- das. Hemos intentado
tres ofensivas con fuer- zas frescas, llenas de
entusiasmo a objetivos bien definidos,
ninguna ha podido ser culmi- nada por la
superioridad aplastante del adver- sario,
tanto material como de especial instruc- ción
de combate en el bosque; cualquier nueva
ofensiva con los elementos que dispongo
seria de resultados negativos, llevando a
nuestro per- sonal a un sacrificio estéril. Me
permito sugerir buscar una defensa sólida en
al destacamento Marzana en Boquerón y
com- pletar nuestra preparación.
Informe de Peña a Quintanilla,
en (Arze Quiroga, 1952, p. 159 vol.
2)

El Gobierno boliviano se enteró de la caída de


Boque- rón por las noticias provenientes del Paraguay
y la Ar- gentina. Esto lo obligó a retacear la
información al pue- blo boliviano. Salamanca destituyó
a Filiberto Osorio y lo reemplazó por el general José
L. Lanza en medio de ma- nifestaciones populares,
principalmente en La Paz, que acusaban al Gobierno
y especialmente al alto mando por la derrota pidiendo
el retorno del general Hans Kundt. El 8 de octubre de
1932, Salamanca recibió una nota de
«protesta» (supuestamente en nombre de oficiales de
la 4.ª y 7.ª División) donde el general Quintanilla y su
je- fe de Estado Mayor, el teniente coronel David
Toro, al borde de la insubordinación, hacían
responsable al presi- dente del fracaso militar y se
manifestaban ofendidos por la remoción de Osorio.[38]
[39]

En Boquerón, y en los desiguales combates que


tuvieron lugar en los alrededores, Bolivia perdió 1500
hombres, entre muertos y prisioneros entre los que se
encontraban los oficiales y soldados con más
experiencia en el teatro de operaciones chaqueño.[40]
En mérito a los logros ob- tenidos José Félix
Estigarribia fue ascendido a coronel, rango con el
cual conduciría a todo el ejército paraguayo hasta
septiembre del año 1933.

6.2 Caída del fortín Arce y retirada


hacia Saavedra
Después de la captura de Boquerón, el ejército
paragua- yo con 15 000 hombres continuó su avance
en dirección al fortín Arce. Estigarribia reorganizó sus
fuerzas crean- do la 4.ª División al mando del teniente
coronel Nicolás Delgado, oficial que acababa de
llegar de Francia donde había completado sus estudios
en la Escuela de Guerra de ese país.[41]
Por su parte, las tropas del Destacamento Peñaranda y
fuerzas auxiliares, agotadas y desmoralizadas, se
replega- ron hacia Arce ofreciendo ligera resistencia a
unos 11 km de ese fortín. La presión paraguaya
provocó que 3 regi- mientos bolivianos abandonaran
sus posiciones sin com- batir:

En la tarde de hoy [30 de septiembre de


1932] se nota movimiento entre los
soldados y se ve alejarse varios grupos con
dirección al camino. Nosotros hacemos lo
mismo y en el tropel abandonamos nuestras
posiciones. Es un acto vergonzoso. Se
deserta en conjunto fren- te al enemigo.
Pero en estos momentos nadie piensa.
Llegamos a Arce [que dista] 5 leguas.
Diario del teniente boliviano Germán
Busch,
12 6 PRIMERA OFENSIVA PARAGUAYA (SEPTIEMBRE-DICIEMBRE DE 1932)

en (Brockmann, 2007, p. 222)


La captura paraguaya del fortín Arce, base del
comando de la 4.ª División boliviana, implicó una gran
ventaja es- tratégica pues tenía un gran reservorio de
Estigarribia, con mucha cautela, envió una división por el
agua y era nudo de caminos que se dirigían hacia el sur
camino Yujra-Arce mientras que una segunda avanzó por
y el oeste. Desde allí, el ejército paraguayo ocupó el
la derecha para ganar la espalda del enemigo. La
fortín Falcón (Rojas Silva) el día 25; Alihuatá el día 26 y
tercera quedó como reserva asumiendo que tomar Arce
Fernández (Herrera) el 30 de octubre. Aunque resulte
sería más difícil que Boquerón donde había sufrido
paradójico, esta retira- da general era lo mejor que
unas 2000 ba- jas, entre muertos, heridos y enfermos.
podía hacer el ejército boli- viano ante un enemigo
En el avance, una patrulla paraguaya capturó al
superior, ganando de esa manera un tiempo valioso
teniente coronel Humberto Cárdenas (comandante del
hasta que pudiera movilizar sus recur- sos. Estigarribia
RI-35 boliviano) que con 5 ca- miones quedó
hubiera deseado que presentaran batalla para poder
empantanado en el camino Arce-Yujra. [42] Frente a Yujra, aniquilarlos.
una fracción del regimiento boliviano Loa fue rodeada
por el RI-1 Dos de Mayo y el RI-3 Corrales y en el El ejército boliviano recién pudo resistir el avance
curso de una confusa capitulación fueron captura- dos el para- guayo a 7 km del fortín Saavedra, al borde de un
mayor boliviano Francisco Arias, 7 oficiales y 80 largo y ancho pajonal que los paraguayos debían
soldados.[43] atravesar si querían llegar a Muñoz. Allí se posicionó
la 4.ª División al mando del teniente coronel
El ejército paraguayo ocupó los fortines Ramírez y Casti- Bernardino Bilbao Rioja, que reemplazó a Peñaranda
llo (8 de octubre), Lara (11 de octubre) y Yujra (12 de oc- por motivos de salud. Mien- tras tanto arreciaban las
tubre). El 22 de octubre, al amanecer, comenzó el críticas contra el presidente Sa- lamanca y el alto
ataque al fortín Arce y para el mediodía los regimientos mando pidiendo la vuelta de Kundt. El general
paragua- yos rodearon las líneas bolivianas saliendo a Quintanilla contestó con amargura diciendo que ni el
su retaguar- dia. Al notar esta maniobra, cuatro general Kundt ni nadie podrían remediar la falta de
regimientos bolivia- nos abandonaron sus posiciones efectivos, armamentos y deficiencias orgánicas que ca-
completamente desmo- ralizados. El coronel racterizaban la situación del ejército boliviano en el
Peñaranda, temiendo ser rodeado, ordenó la retirada. Cha- co. Quintanilla abandonó el mando el 11 de
octubre de 1932 para sufrir posteriormente
El ministro de Guerra, Joaquín Espada An- persecuciones, hostili- dad y confinamiento.[45]
tezana, que se encontraba en Arce, intentó A fines de diciembre de 1932, el ejército boliviano, al
po- ner algún orden en el torrente humano mando de su flamante comandante, el general
que se dirigía al camino al sur. Fue inevitable boliviano- alemán Hans Kundt, completó su
ordenar un nuevo repliegue hacia Alihuatá. movilización. Ante es- ta circunstancia, más el
De todos modos la multitud se arrojó hacia comienzo de la época lluviosa, el alargamiento de la
el camino y las sendas, e incluso rompió logística en 200 km, la falta de ca- miones y el
monte a mache- tazos, abandonando por agotamiento físico de los soldados luego de 3 meses de
todas partes su arma- mento. La sed y el ofensiva, el coronel Estigarribia decidió pasar
agotamiento fueron aniqui- lando a muchos estratégicamente a la «defensa activa» para enfrentar a
y las rutas de retirada se mar- caron con los la totalidad del ejército boliviano.
cadáveres en actitudes grotescas.
(Brockmann, 2007, p. 213) Una visita hecha a las distintas enferme-
rías del regimiento, póneme en condiciones
de afirmar que persistiendo en causas
pauperizan- tes anotadas en informes
En el descontrol general, el alto mando boliviano envió al anteriores (ración in- suficiente, vigilias,
fortín Arce, dentro de cajas con botellas de whisky, cansancio, desnudez, etc.) los soldados van
dos frascos conteniendo Vibrión Colérico, para desmejorando ostensiblemen- te día a día. [...]
contaminar las lagunas que se abandonaban al enemigo y desde hace días van tomando incremento
desatar una epidemia de cólera en el ejército alarmante un mal cuyas manifesta- ciones
paraguayo. Peñaranda entregó los frascos y la orden aparentes son: edema generalizada, la- xitud
pertinente al doctor Gabriel Arze Quiroga, quien muscular y ligamentosa, y disturbios di-
felizmente, por razones morales y sanitarias, gestivos que atribuimos a la ración
desobedeció la orden y enterró el material que hubiera insuficiente en vitaminas.
afectado incluso a las tropas bolivianas.[44] Informe del doctor Cañete, de la sanidad
El 23 de octubre, a las 13:30 horas, las fuerzas paraguaya,
paraguayas entraron en el fortín Arce (renombrado en (Fernández, 1955, p. 330 vol. 2)
como fortín Fran- cia) encontrándolo vacío y en ruinas
a causa del incendio de sus instalaciones, equipos y
armamentos abandonados. Los 4000 defensores se habían El 4 de diciembre de 1932, sobre las trincheras de
retirado a Alihuatá y Saa- vedra. Kiló- metro 7, el capitán de la aviación boliviana Rafael
Pabón, piloteando un Vickers Scout type 143, se
enfrentó al te- niente Benítez Vera que piloteaba un
Potez 25 A2, n.º 6,
7.2 Primer ataque a Nanawa 13

que llevaba de observador a un oficial del estado mayor y Estaba el caso del teniente coronel Ángel Rodríguez
que terminó con la destrucción del aparato paraguayo que había sido expulsado del ejército en 1925 por
y la muerte de sus dos ocupantes.[46] haber di- cho que Kundt «no servía ni para cabo de
escuadra» y que luego dio lugar a un juicio por parte de
este y a la publica- ción de un libro lleno de
7 Ofensiva boliviana (diciembre de acusaciones por parte de aquel. Esta situación de
tirantez entre Kundt y sus subordinados se mantuvo
1932-agosto de 1933) hasta el día de su destitución.

7.1 Nombramiento del general Hans No tuve un amigo en los comandos para
transmitirle mis inquietudes y quejas;
Kundt
parecía que todos formaban un bloque, solo
El ejército boliviano era obra de Hans para aplas- tarme personalmente, y hacerme
Kundt, era el ejército que desfilaba en fracasar en la campaña.
forma- ciones perfectas los días de recordación General Hans Kundt,
cívica, era el ejército que realizó maniobras en (Dunkerley, 1987, p. 220)
en el alti- plano provocando inquietud en los
Gobiernos de Chile y Perú, y era también el
ejército que nunca había sido preparado para
una campaña en clima tropical y terreno 7.2 Primer ataque a Nanawa
boscoso.
(Querejazu Calvo, 1990, p. 55)

Salamanca convocó a Kundt presionado por la


creencia generalizada de que podía conducir a las
fuerzas bolivia- nas a la victoria y porque le permitiría
controlar a los al- tos oficiales del ejército y a los
partidos políticos de la oposición que a partir de los
resultados de Boquerón le negaron sistemáticamente su
apoyo. Esta elección no fue fácil porque Kundt,
durante los anteriores Gobiernos de Saavedra y Siles, se
había hecho de importantes enemigos en los partidos
políticos y en el ejército. Estaban frescos los pedidos
de su enjuiciamiento por delitos, reales o su- puestos,
de recibir dinero por la compra de armas, vender códigos Primer ataque boliviano a Nanawa. Situación entre los días 20
secretos a los paraguayos, querer ofrecer sus ser- vicios a y 24 de enero de 1933.
los chilenos, dividir al ejército o instigar golpes de Rojo: fuerzas bolivianas.
estado.[47] Azul: fuerzas paraguayas.

Kundt solicitó a Salamanca solo una fuerza de 25 000 La orden inicial de Kundt fue que el Segundo Cuerpo (8.ª
hombres porque «más soldados [...] le estorbarían y no y 3.ª División) capturara los fortines Corrales, Toledo
quería imponerle al país más gastos». [48] Su llegada y Fernández, mientras el Primer Cuerpo (7.ª División
co- mo salvador levantó la moral y el ánimo de los for- mado por las fuerzas que defendían las regiones de
ciudadanos que pedían su vuelta a Bolivia después de Agua Rica, Murguía y Cuatro Vientos más algunos
los tres prime- ros meses de fracasos lo que molestó a regimientos de la 4.ª División) tomara Nanawa.
los oficiales del alto mando boliviano que sentían
menoscabadas su capa- cidad por el anciano oficial El fortín Nanawa era importante porque abría varias
alemán. Muchos le temían y ya sea por esa razón o por po- sibilidades estratégicas: avanzar hacia el norte para
cálculo escondían la verdad lo que motivó que en alcan- zar Arce-Isla Poí, centro de operaciones
situaciones tácticamente peligrosas le comunicaran que paraguayo; o di- rigirse al este y salir al río Paraguay
frente a la ciudad de Concepción.
no tenían problemas.[49]
Después de una minuciosa preparación, el 20 de enero de
Sus colaboradores inmediatos siempre 1933, se libró la primera batalla de Nanawa. Era tal la
eran muy parcos en su presencia y ocultaban confianza de Kundt en su plan y en la capacidad de sus
su pensamiento para luego despotricar a sus es- tropas que se aventuró a pronosticar la hora en que caería
paldas, en público o en el círculo de sus el fortín. La 7.ª División, al mando del coronel
cama- rillas, llamándolo «chocho», «inútil» y Gerardo Rodríguez, una de las mejores del ejército
«venga- tivo». boliviano, con fuerte apoyo de artillería y la
Teniente coronel boliviano Félix colaboración de doce avio- nes, se dividió en tres
Tabera, en Tabera (1979, p. 145) columnas con la idea de rodear el
14 7 OFENSIVA BOLIVIANA (DICIEMBRE DE 1932-AGOSTO DE 1933)

fortín y ocuparlo mediante ataques frontales. El fortín


es- taba defendido por la 5.ª División paraguaya al mando Schnor y a su jefe de Estado Mayor, el mayor Raúl
del teniente coronel Luis Irrazábal que acababa de Ba- rrientos, por el coronel Rafael Morant y el mayor
terminar su curso de perfeccionamiento en Bélgica. Alfredo Sánchez, respectivamente.[52]
En el ala norte, los atacantes cerraron prematuramente
su avance y chocaron con el flanco derecho de las
7.4 Batallas de Corrales y Toledo
forti- ficaciones. Tampoco prosperó el ataque sobre el
ala sur. En un momento de la batalla, la 5.ª División
paraguaya comenzó a quedarse sin municiones debido
a las lluvias que dificultaba el abastecimiento y al alto
consumo pa- ra frenar el ataque enemigo. Se construyó
una pista de aterrizaje para que los aviones pudieran
reaprovisionar el fortín mediante un puente aéreo.
Después de sufrir fuer- tes bajas en su calidad de
atacante, las fuerzas bolivianas se consolidaron en un
agresivo semicírculo alrededor de Nanawa. Desde
febrero a junio de 1933, este frente se estabilizó con
combates menores y duelos de artillería, período en el
cual ambas partes mejoraron sus respecti- vas
posiciones.
El historiador estadounidense Zook atribuyó el fracaso
del ataque boliviano a cuatro factores:
Ofensiva boliviana de enero a marzo de 1933.

• Insuficiencia en la coordinación.
• Ataque y contraataque en Corrales
• Falta de información necesaria antes de la acción.
El día 1.º de enero de 1933, cumpliendo con la
• Violación del principio de economía de las Directiva N.º 2 (del 27 de diciembre de 1932) del
fuerzas. general Kundt, la 3.ª División, al mando del coronel
Gamarra, atacó el fortín Corrales. A las 12:00 horas, el
• Subestimar al adversario.[50]
capitán paraguayo Aguirre, ante el peligro de ser
cercado, abandonó el fortín rumbo a Toledo, abriéndose
paso a la fuerza.
7.3 Primera batalla de Fernández
Ante esta incursión boliviana, el día 20 de enero,
(Herre- ra)
Estiga- rribia, informado erróneamente sobre el
número de fuer- zas enemigas, ordenó al teniente
La 8.ª División boliviana, al mando del coronel
coronel Ayala, estacio- nado en Toledo, que atacara el
Roberto Schnor, desalojó fácilmente al regimiento RC-1
sector Corrales-Platanillos para aliviar la presión
paragua- yo del fortín Platanillos, nudo de las
boliviana sobre Nanawa y Fer- nández (Herrera).
comunicaciones en- tre los fortines bolivianos antes de
Ayala, al mando del Segundo Cuerpo de Ejército (en
la guerra. Desde allí, el 14 de enero, avanzó contra el
formación), integrado por dos divisiones, atacó
fortín Fernández (Herre- ra) con solo 575 soldados
Corrales desde el 27 al 30 de enero pero, dándose
asumiendo que los defensores serían unos 200
cuenta del error, agravado por problemas en el abaste-
soldados.
cimiento de agua y combustible que ponía en peligro a
Sin embargo, el fortín estaba defendido por el sus hombres, decidió cancelar el ataque y retirarse
regimien- to RI-1 Dos de Mayo al mando del mayor nue- vamente a Toledo.[51]
Paulino Antola que contaba con unos 1000 hombres.
Recién el día 21, las fuerzas bolivianas atacaron el
• Ataque al fortín Toledo
fortín pero la falta de coordinación, el ataque frontal,
la ausencia de reservas y la sorpresiva resistencia de
los defensores produjeron unas 300 bajas. Dos días Kundt, ante esta inusitada retirada y la insistencia del
después, ya con 2400 hombres y el apoyo de 4 te- niente coronel Toro, su jefe de operaciones, ordenó
cañones, el coronel Schnor reinició las operaciones. a la 3.ª División reforzada con partes de la 8.ª División
que ocupara Toledo y amenazara la Colonia Menonita
Los defensores paraguayos rechazaron el ataque y la ruta de toda la logística paraguaya.
causando bajas que llegaron al 25 % de las fuerzas
Después de una lenta marcha de 22 días por culpa de
bolivianas.[51] El regimiento boliviano Colorados
resultó prácticamente diezmado. la lluvia y el barro, el 25 de febrero, la 3.ª División
bolivia- na, al mando del teniente coronel Luis Gamarra,
El día 26 de enero de 1933 Schnor suspendió el ataque atacó, sin ningún tipo de sorpresa, a las fuerzas del
y se retiró a Platanillos. El general Kundt reemplazó a coronel Ayala en Toledo. La unidad paraguaya
contaba con tropas sin
7.6 Retirada paraguaya de Campo Jordán 15

experiencia en combate, carecía de los armamentos re- Entre la 4.ª División, que seguía en Kilómetro 7, y la
glamentarios o los que tenía eran obsoletos. Una peste de 8.ª y 3.ª Divisiones, que actuaban en el ala izquierda,
disentería y tifoidea afectaba a muchos soldados. Por existía un vacío de más de 50 km, sin solución de
esa razón y para aumentar el control, Ayala organizó continuidad. Kundt planeó atacar por ese sector para
la de- fensa no en líneas continuas sino en centros de aliviar a la 4.ª División que seguía combatiendo en
resistencia que, como erizos, apuntaban para todos Kilómetro 7. Con la recientemente creada División de
lados y dejaban espacios abiertos que servían de Reserva (9.ª División) salió en el flanco derecho
verdaderas trampas.[53] Pese al apoyo de la artillería y paraguayo capturando el día 13 de marzo el fortín
de 10 aviones que bom- bardearon y ametrallaron toda Alihuatá.
la zona, el vigoroso ataque frontal de la 3.ª División Este ataque, pese a estar bien organizado, tuvo errores
boliviana no logró su objetivo sufriendo una gran de ejecución lo que produjo bajas desproporcionadas
cantidad de bajas.[54] El apoyo de la aviación boliviana al objetivo y los pocos soldados paraguayos que
fue deficiente porque el objetivo esta- ba cubierto por defendían ese fortín de tránsito logístico.[58]
densos bosques que facilitaban el ocul- tamiento del
enemigo, por los 150 km que debían reco- rrer los
aviones desde Muñoz hasta Toledo y el complica- do 7.6 Retirada paraguaya de Campo Jordán
enlace entre el comando del Segundo Cuerpo situado
Yayucubas y el comando de la fuerza aérea ubicado en
Muñoz.[55]
Cundió la desmoralización en diversos regimientos
boli- vianos tras los infructuosos ataques realizados en
los días siguientes. Para descomprimir la situación
Kundt ordenó a la 8,ª División:

De Muñoz. 6-III-33. Hora 15:00. C II. CE.


Cif. 86/300. Día 9 en la madrugada Octava Di-
visión debe realizar un ataque demostrativo
a Fernández [Herrera].
General Kundt al general Osorio,
en (Vergara Vicuña, 1944, p. 34 vol. Teniente coronel Carlos Fernández (comandante de división) y
4) mayor Andrade (jefe de Estado Mayor) en el puesto de
mando de la 1.ª División paraguaya (Campo Jordán, marzo de
1933).

Cuando el 10 de marzo Ayala ordenó el contraataque, al- La captura de Alihuatá fue un contratiempo para el co-
gunos regimientos bolivianos, totalmente agotados por el ronel Estigarribia que no esperaba una penetración tan
esfuerzo realizado, se amotinaron y huyeron sin sus audaz. El regimiento boliviano Campos cortó al
ofi- ciales, llegando incluso a disparar contra las propias camino Alihuatá-Saavedra, ruta de abastecimiento de
fuer- zas que trataban de contenerlos.[56] La batalla la 1.ª Di- visión paraguaya, al mando del teniente
finalizó el 11 de marzo con la retirada de la diezmada coronel Fernán- dez, que combatía en Kilómetro 7,
3.ª División boliviana hasta 15 km antes de Corrales Kilómetro 12 y Cam- po Jordán. A su vez, la 4.ª
donde estableció una línea defensiva. División boliviana, con 3000 hombres, aumentó la
Nuevamente el alto mando boliviano no concentró en presión sobre esa división.
la zona una fuerza de ataque importante para lograr un Estigarribia trató de sacar provecho concentrando fuerzas
ob- jetivo que hubiera creado serias preocupaciones al en Arce para envolver a su vez a la 9.ª División y le
co- mando paraguayo.[51] Kundt destituyó al teniente pidió a Fernández que tratara de sostenerse en su
coro- nel Gamarra y a su jefe de Estado Mayor, el posición has- ta el 20 de marzo. Fernández, pese al
mayor Luis Añez y nombró en su lugar al coronel José pedido de su jefe, viendo que la situación logística era
M. Quintela y provisoriamente al teniente Armando cada vez más delica- da tomó la decisión de abandonar
Pereyra. Este últi- mo, un excelente oficial, se su posición. La retira- da de la 1.ª División paraguaya
suicidaría cuatro meses des- pués afectado hacia la zona de Gondra fue perfectamente planificada
psicológicamente por los combates frente a Toledo.[57] por un camino abierto al tránsito de camiones, sin
pérdida de hombres ni material pesado.

7.5 Primera batalla de Alihuatá [...] en previsión de nuestro desprendi-


miento, dispuse ya desde el día 15 que desde el
La ofensiva boliviana quedó paralizada en sus atardecer la artillería bombardeara las
extremos norte y sur, la 3.ª División entre Corrales y posicio- nes enemigas [...] y que las tropas
Toledo y la 7.ª División delante de Nanawa. Las otras efectuasen fuego de hostigamiento en forma
dos divisiones tampoco progresaron hacia sus decreciente hasta la media noche acortando
objetivos. su duración en
16 7 OFENSIVA BOLIVIANA (DICIEMBRE DE 1932-AGOSTO DE 1933)

una hora [...] Cada noche ese grandioso cre- en (Dunkerley, 1987, p. 251)
pitar de todas las armas terminaba más tem-
prano, de tal modo que en la noche del 17 de
marzo de 1933, al cesar el fuego a eso de las
19 horas, el enemigo no se dio cuenta en
abso- luto de que la primera línea era
evacuada casi íntegramente.
Teniente coronel Carlos
Fernández, en Fernández (1955, p.
260 vol. 2)

7.7 Segunda batalla de Fernández


(Herre- ra)
Luego de la captura de Alihuatá, la 9.ª División boliviana
atacó Arce (Francia) llegando a 5 km del fortín. Tres
re- gimientos bolivianos intentaron quebrar las
defensas su- friendo fuertes bajas equivalentes al 33%
de sus efecti- vos. Cuando Kundt se dio cuenta que
esas líneas defen- sivas ni siquiera eran las principales
ordenó suspender el ataque.[59] Decidió entonces atacar
nuevamente Fernán- dez (Herrera) para luego volver
sobre Arce desde dos di- recciones, sur y noroeste.
El 10 de marzo de 1933, la 8.ª División boliviana, al
man- do del coronel Rafael Morant, avanzó hacia
Fernández (Herrera). Esta fuerza estaba compuesta por
5 regimien- tos y 2 grupos de artillería: 61 oficiales,
1900 soldados, 52 automáticas, 7 cañones y apoyo de
la aviación.[60]
El coronel Morant envió al coronel Luis Saavedra con
dos regimientos para que rodeara el fortín y cortara el
camino que lo unía con Arce. La columna Saavedra se
desorien- tó en el monte. Sin saber donde estaba el
grupo Saave- dra, Morant inició sucesivos y
sangrientos ataques fron- tales que fueron repelidos por
los defensores paraguayos. Cuando Saavedra llegó
finalmente a su objetivo fue ata- cado por fuerzas que
venían de Arce y tuvo que volver a su base de partida.
[61]

El día 27 de marzo de 1933, después de varios días de


ata- ques, las fuerzas bolivianas se retiraron hacia
Platanillos. Las importantes bajas afectaron la moral
de los comba- tientes bolivianos.[62] Cuando se ordenó la
suspensión del ataque la situación de los soldados no
era buena:

Parecían seres resignados a morir,


absolu- tamente carentes de sentimientos y
totalmente insensibles. Se empleó con ellos
la persuasión, el ruego y la amenaza, sin
resultado alguno. Les aseguramos que los
paraguayos acostum- braban a castrar a sus
prisioneros, pero seguían inconmovibles […]
como último recurso, tomé una medida
desesperada. Di orden a los oficia- les que
cortaran varas de los árboles y arrearan a
palos a aquellos soldados que se negaban a
marchar.
Oficial boliviano Ovidio Quiroga Ochoa,
El general Kundt criticó la actuación del comandante
de la 8.ª División lo que provocó malestar por ser
injustas y desconsideradas.[63]
En seis meses de ofensiva, el general Kundt solo había
lo- grado tomar Corrales, Alihuatá y corregir la
penetración paraguaya en Kilómetro 7 y 12. Entonces
volvió a su plan original: capturar el estratégico fortín
Nanawa, al sur.

7.8 Actividad diplomática y declaración


de guerra
El 15 de diciembre de 1932, cuando el ejército
boliviano había alcanzado su máximo poderío en el
Chaco y se detenía la ofensiva paraguaya, la
Comisión de Neutrales propuso el cese de
hostilidades y el retiro y desmovili- zación de los
ejércitos. El ejército paraguayo debía re- plegarse al
río Paraguay y el boliviano detrás de una línea que iba
de Ballivian a Vitriones. Esta postura fue reforza- da con
la sucesiva adhesión de 13 países americanos más los 5
que figuraban en la Comisión. El Paraguay recha- zó
la misma por no ser «ni satisfactorias ni justas» pues
dejaba a su ejército fuera del Chaco mientras el
ejército boliviano permanecía en el medio del mismo.
Sostenía además que para «restablecer el imperio del
derecho era menester una severa investigación que
señale al culpable de esta guerra inicua».[64]
En los meses de diciembre de 1932 y enero de 1933
fraca- saron dos intentos de mediación llevados
adelante por la Argentina y Chile separadamente, en
cuanto integrantes del grupo ABCP (Argentina,
Brasil, Chile y Perú) o sea países limítrofes de Bolivia
y Paraguay. Los mediadores solicitaban:

• La suspensión de las hostilidades.

• Retirar los ejércitos de la zona de operaciones.

• Someter la cuestión litigiosa a la Corte


Permanente de Justicia Internacional.
• La desmovilización y la devolución de prisioneros.

El 25 de enero de 1933, Argentina y Chile (ahora en


for- ma conjunta), con el acuerdo del Brasil, enviaron
a los Gobiernos de Bolivia y Paraguay, en forma
confidencial, una nueva propuesta que luego se
denominó Acta de Men- doza, la cual fue entregada
oficialmente un mes después, el día 24 de febrero. El
27 de febrero, Bolivia y Para- guay aceptaron el Acta
con una serie de objeciones. El ministro paraguayo
Vicente Rivarola, destacado en Bue- nos Aires,
anticipó a su Gobierno que Bolivia no iba a aceptar la
propuesta del grupo ABCP teniendo en cuenta la
postura que venía sosteniendo desde siempre. Sugirió
que el Paraguay debería declarar oficialmente la
guerra a Bolivia para aislarla de todo apoyo externo y
dar a sus
7.9 Segundo ataque a Nanawa 17

dirigentes una justificación que les permitiera cambiar su


postura:

Bolivia, si ha de ser vencida en el terreno


militar o en el campo de la diplomacia,
necesi- tará serlo, no por el Paraguay, ni
siquiera apa- rentemente, sino por causas
extrañas al Chaco: por las injusticias de los
vecinos, por incon- venientes geográficos,
por fenómenos natura- les, pues, dentro de su
idiosincrasia, necesitará siempre presentarse
como víctima de los más fuertes y continuar
llorando por los errores de la geografía y por
las injusticias de su destino. Carta de
Vicente Rivarola al presidente Segundo ataque boliviano a Nanawa: el mayor ataque frontal
Eusebio Ayala, marzo de de toda la guerra. Situación inicial correspondiente al 4 de
1933, en (Rivarola, 1982, p. julio de 1933.
Rojo: fuerzas bolivianas.
166)
Azul: fuerzas paraguayas.

Durante el mes de marzo y buena parte de abril las ne- Permítame ahora expresarle inquietud
gociaciones se estancaron. Por esa razón, los días 21 y Go- bierno respecto ataque Nanawa donde
22 de abril, el grupo ABCP insistió a las partes para segura- mente enemigo ha concentrado sus
que suspendieran las hostilidades. El 23 de abril, el elementos y hará máximo esfuerzo [...] si
Gobierno paraguayo retiró sus objeciones para facilitar sufrimos un re- chazo, nuestra situación en el
las negocia- ciones pero Bolivia, tres días después, Chaco quedará perdida, o poco menos.
objetó la presión que supuestamente recibía del grupo Presidente Salamanca al general
ABCP. El día 8 de mayo los Gobiernos de Chile y Kundt, en (Cuadros Sánchez, 2003, p.
Argentina acusaron a Bo- livia de hacer fracasar la 195)
negociación.
El Gobierno paraguayo, reconociendo que Bolivia solo Teniendo en cuenta la importancia política, militar y per-
intentaba demorar las propuestas mientras mantenía la sonal que significaba la captura de Nanawa, Kundt
ofensiva desatada desde diciembre de 1932, con la con- centró todo lo que tenía para lograr ese objetivo.
cual pretendía ganar la guerra o, por lo menos, una En julio de 1933 terminó la preparación para el ataque.
posición más favorable para negociar, decidió declarar Tenía su- perioridad en hombres, aviones y artillería.
formal- mente la guerra a Bolivia el 10 de mayo de Contaba con dos grupos de tanques Vickers y los
1933. El ob- jetivo, además de complicar el novedosos lanzalla- mas pero carecía de buenos
abastecimiento de armas y suministros a su oponente, conductores. El coronel Ge- rardo Rodríguez,
fue eliminar la mediación de la Comisión de Neutrales, comandante de la 7.ª División, encarga- do del ataque,
liderada por los Estados Uni- dos, que el Paraguay había inspeccionado la primera línea solo tres veces en
presumía favorable a Bolivia. Así, dicha Comisión, los meses anteriores y nunca en forma com- pleta. Kundt
debido a sus sistemáticos fracasos desde antes de la le exigió que lo hiciera con más frecuencia:
guerra, cesó en su actividad de mediador el 27 de junio
de 1933.
A pesar de estas medidas no han figurado
muchas. Se cita este asunto vergonzoso para
dejar constancia de cómo la colaboración de
7.9 Segundo ataque a Nanawa los comandos subalternos no siempre estuvo
a la altura de las operaciones ni fue tan activa
Los informes de inteligencia paraguayos indicaron que
co- mo los intereses de Bolivia y el Ejército
Kundt estaba concentrando grandes fuerzas frente a
lo exi- gían.
Na- nawa. La preocupación de Estigarribia se centró en
General Hans Kundt,
dilu- cidar si el enemigo pensaba atacar el fortín o
en Kundt (1961, p. 90-
seguir de largo y haciendo un rodeo salir en la punta
91)
del riel de Casado, en la retaguardia de todo el ejército
paraguayo o avanzar hacia el este, hacia el río
Paraguay y salir casi frente a la ciudad de Concepción.
Las posiciones paraguayas de Nanawa se mejoraron subs-
Cuando Kundt inició el ataque frontal contra el fortín,
tancialmente en los meses posteriores al primer ataque.
Estigarribia comprendió el error de su adversario y
Los bolivianos utilizaron la fuerza aérea y tanques
ordenó al teniente coronel Irra- zábal que resistiera
como apoyo cercano y contaron, además, con una
hasta el último hombre para lograr el mayor desgaste
enorme supe- rioridad en artillería, pero los ataques
posible del ejército boliviano.
frontales carecieron
Meses antes, Salamanca había advertido a Kundt:
18 7 OFENSIVA BOLIVIANA (DICIEMBRE DE 1932-AGOSTO DE 1933)

de una coordinación precisa entre aviones, artillería,


tan- ques y la infantería. Toda la sanidad de la 4.ª División fue capturada, especial-
mente un importante parque de medicamentos.
Aprove- chando la confusión en la retaguardia, Franco
lanzó un ataque frontal que penetró en las posiciones
bolivianas. Kundt comentó:

El comando de la 4.ª División, que


duran- te la noche había dado parte de un
gran triunfo obtenido (en estos partes nunca
faltan la indi- cación de que el campo está
cubierto de cadá- veres [enemigos]), se ve a
la luz del próximo día completamente
cortado y amenazado por el ataque de
fuerzas superiores desde su reta- guardia. El
desarrollo es muy típico. No hay reservas
disponibles. No obstante todas las in-
dicaciones del Comando Superior, las
picadas a retaguardia están completamente
abandona- das.
General Hans Kundt,
Tanque Vickers Mark E, tipo B, de 6 toneladas, destruido en en Kundt (1961, p. 114)
Na- nawa.

Los atacantes lograron penetrar, con gran heroísmo y de- Sin embargo, tres factores jugaron en contra de esta
rroche de bajas, en varios sectores del sistema defensi- am- biciosa operación:
vo paraguayo pero, agotados y diezmados por el esfuerzo
realizado, fueron rechazados por el contraataque de las • La masa de maniobra paraguaya en la retaguardia
reservas.[65] boliviana resultó ser demasiado débil para lograr rá-
El ataque produjo más de 2000 bajas bolivianas en pidamente la desarticulación de las fuerzas
com- paración con las 189 muertos y 447 heridos enemi- gas.
paraguayos, proporción esperable en un ataque de este
tipo. Fue la primera derrota importante de Kundt y le • La rápida decisión de Peñaranda y Moscoso (a cargo
permitió a Sa- lamanca insistir en que las operaciones del Estado Mayor) de ordenar la retirada de la 4.ª
debían hacerse economizando hombres. Ya desde División hacia Alihuatá abriendo una picada
junio de 1933, Kundt quería dejar su cargo a causa de hacia el noroeste llamada Picada de Salvación.
las intrigas de los oficiales bajo su mando pero recién en • El clima frío que permitió que las fuerzas bolivianas
septiembre puso su renun- cia a disposición de subsistieran más tiempo con las reservas de agua
Salamanca, la que no fue aceptada. [9] El teniente coronel dis- ponibles al momento del ataque enemigo.
Luis Irrazábal fue ascendido a coronel por su desempeño
en la defensa de Nanawa.
Cuando el día 15 de julio de 1933 las fuerzas
paraguayas cortaron finalmente la ruta de escape hacia
Alihuatá, la 4.ª División se había escurrido totalmente
7.10 Cerco en Gondra del cerco.

Aprovechando la concentración de fuerzas frente a Nana-


wa y el posterior fracaso del ataque boliviano, el 7.11 Ataque al fortín Rojas Silva (Falcón)
teniente coronel paraguayo Rafael Franco planeó la
destrucción de la 4.ª División boliviana al mando del El ataque al fortín Rojas Silva (Falcón) planeado por
coronel Peñaranda. Kundt tenía como objetivo cortar la ruta de abasteci-
Fiel a su estilo de conducción y contrariando los miento de la 1.ª División que defendía Gondra y aliviar la
manuales militares, Franco abrió por el flanco sur una comprometida situación de la 4.ª División. También tenía
picada hacia la retaguardia enemiga y envió un un objetivo psicológico y político: después del fracaso
regimiento a más de 20 km de su base buscando en Nanawa y la retirada de la 4.ª División de Gondra,
compensar ese riesgo con los efectos multiplicadores Kundt quería tomar Rojas Silva (Falcón) haciéndolo
de la sorpresa. El 11 de julio de 1933, el regimiento coincidir con el 6 de agosto de 1933, día de la
paraguayo RI-4 más un batallón de refuerzo avanzó independencia de Bolivia para borrar la impresión del
por esa picada y al día siguiente cortó el único camino fracaso de su ofen- siva y la pérdida de la iniciativa.
de aprovisionamiento enemigo casi en el puesto de Sin esperar los refuer- zos para reconstruir sus
mando de Peñaranda y su artillería divisionaria. mermadas y cansadas unidades, Kundt inició un
ataque demostrativo general en todo el
8.1 El cerco de Campo Grande 19

frente para ocultar su intención de ocupar los caminos El traslado de fuerzas bolivianas para sostener los ata-
Gondra-Pirizal y Pirizal-Falcón, llegando, en este ques y contraataques en la zona Bullo-Gondra debilita-
último caso, el día 4 de agosto, a Campo Aceval, a 15 ron el sector avanzado del fortín Alihuatá defendido
kilómetros de Falcón. por tres unidades bolivianas: el regimiento RC-2
En forma independiente, el día 3 de agosto de 1933, Ballivián, en Campo Grande, a la izquierda de
dos regimientos de la 9.ª División, el RI-18 Junín (al Alihuatá; el regi- miento RI-27 Chacaltaya, en el
mando del mayor Condarco) y el RI-36 (al mando del centro, sobre el camino Alihuatá-Arce; y una pequeña
mayor Jor- ge Rodríguez), comandados por este compañía del regimiento RI-18 Junín, en Pozo
último, salieron de Alihuatá y, abriendo una picada Favorito.
angosta para no ser de- tectados, salieron La 7.ª División paraguaya, al mando del teniente
sorpresivamente el día 5 frente al fortín Falcón tras dos coronel Ortiz, al comprobar el débil enlace entre ellas,
días de marcha agotadora. El ataque debía coincidir con realizó tres cercos separados siendo el principal el que
otro en la zona de Campo Aceval. Produci- do ese realizó contra el regimiento Ballivián.
ataque distractivo, el regimiento paraguayo Bata- llón
Los regimientos RI-4 Loa y RI-8 Ayacucho, fueron
40 salió hacia el sur dejando un claro en la defensa del
tras- ladados desde el sur para ayudar, pero el
fortín por donde se infiltró la columna de Rodríguez,
regimiento Loa también cayó en el cerco y el ataque del
que salió de noche en la retaguardia de un escuadrón
Ayacucho no pu- do romper el envolvimiento
del RC-9 Capitán Bado y llegó hasta el puesto de mando
paraguayo. Tanto el general Kundt como su jefe de
de su jefe, el capitán Nicolás Goldsmith que se salvó
operaciones, el teniente coronel Toro, apreciaron
milagro- samente pues fue ametrallado mientras
erróneamente la intención, magnitud y la dirección
dormía. Iniciado el combate, las fuerzas bolivianas,
principal del ataque paraguayo lo que produ- jo una
que habían captura- do las primeras líneas con
mala distribución de las fuerzas bolivianas.[66]
facilidad, atacaron la segunda línea y pese al cansancio
intentaron tomarla. Pero, perdi- da la sorpresa y Debido a la falta de agua y al creciente hostigamiento
enfrentando fuerzas que acudían de todas partes, el mayor enemigo, el día 15 de septiembre de 1933, los
Rodríguez, casi sin municiones y con sus fuerzas regimien- tos Ballivián y Loa capitularon. Un total de
diezmadas, tuvo que retirarse a los montes cerca- nos 509 soldados, con 2 jefes, 11 oficiales, 3 médicos y 10
donde, después de un breve descanso, dejó muertos y suboficiales se rindieron. La compañía del regimiento
heridos y se retiró de vuelta hacia Alihuatá. Junín, cercada en Pozo Favorito, también se rindió. En
Kundt repitió el error de enviar fuerzas insuficientes a el centro, el regi- miento Chacaltaya pudo salvarse
gran distancia, sin apoyo de reservas y con pocas posi- gracias a los regimien- tos RC-5 Lanza y RI-22
bilidades de lograr un resultado favorable pese a que Campos, que después de duros combates, abrieron una
en esta circunstancia había logrado una sorpresa total. brecha por donde pudo escapar.
«No sé qué hacer. Pienso en suicidarme, entregarme al
enemigo o pasar a la Argentina», dijo Kundt. Pero el
te- niente coronel Toro lo tranquilizó: «No se aflija mi
8 Segunda ofensiva paraguaya gene- ral, ya veremos la forma de redactar el
(septiembre-diciembre de 1933) informativo».[67] Kundt ocultó los resultados al
presidente Salamanca: no mencionó la captura de la
compañía Junín (I/RI-18) en Pozo Favorito, recalcó la
8.1 El cerco de Campo Grande liberación del Chacaltaya y con respecto a Campo
Grande comentó:

Ocurrió un hecho absolutamente insospe-


chado e inexplicable. Después de combate
vic- torioso, considerables fracciones de
regimien- tos Loa y Ballivían se dejaron [sic]
rodear com- pletamente.
General Hans Kundt,
en (Querejazu Calvo, 1990, p. 86)

El coronel Estigarribia aprovechó que el ejército boli-


viano estaba atacando en la zona de Pirizal y Gondra para
golpear al norte de Alihuatá, desde Campo Grande a Pozo
Favorito. Este ataque, totalmente inesperado por el
lugar y la velocidad de su ejecución, puso a Kundt en la
Campo Grande: Situación al 15 de septiembre de 1933. disyun- tiva de continuar el ataque o reconocer que había
Rojo: fuerzas bolivianas. perdido la iniciativa y debía defenderse. Sin contar con
Azul: fuerzas paraguayas.
la infor- mación necesaria o no dando importancia a la
que recibía de sus subalternos, Kundt asumió que el
ataque paragua- yo era meramente «distractivo». Por
eso, de mala gana,
20 8 SEGUNDA OFENSIVA PARAGUAYA (SEPTIEMBRE-DICIEMBRE DE 1933)

movió las reservas destinadas a su ofensiva


trayéndolas desde Pirizal, Bullo, Gondra e incluso desde declararon que el conflicto del Chaco podía ser
Nanawa para romper los cercos paraguayos cuando resuelto por medio del arbitraje. El Paraguay aceptó la
estos ya se habían consolidado y era demasiado tarde. propuesta pero Bolivia la rechazó.
La batalla de Campo Grande fue el primer síntoma de un El día 23 de octubre de 1933, luego de reunir
cambio en la estrategia del ejército paraguayo y un importan- tes fuerzas y recursos, Estigarribia inició una
ensayo en miniatura de lo que vendría después. En serie de ata- ques de aferramiento contra la 9.ª División
mérito a su realización Estigarribia fue ascendido al boliviana, al mando del coronel Carlos Banzer. Esta
rango de general de brigada. primera fase del plan consistía en empujarla a sus
líneas principales. Una vez fijadas las posiciones de los
defensores, que opusieron una tenaz resistencia, pasó a
8.2 Segunda batalla de Alihuatá la segunda fase: rodear por el oeste su flanco izquierdo.
No puedo evitar ocultar a usted el Esta maniobra la encabezó la 7.ª División paraguaya.
angustio- so dolor que me causa el pensar en Durante todo el mes de noviembre las fuerzas paraguayas
el derrama- miento de sangre en el Chaco. avanzaron sobre el ala izquierda de la 9.ª División
Confío en que usted sepa economizar desbor- dándola permanentemente pese a los refuerzos
nuestro cruel desgaste en cuanto sea posible que envia- ba Kundt que no se percataba de la enorme
sin comprometer el éxito final de la campaña. superioridad enemiga en ese sector.
Presidente Salamanca al general
Kundt, en (Querejazu Calvo, 1990, p. 89) La iniciativa está en manos del coronel [pa-
raguayo] Ayala que hace uso de ella con
enérgi- ca decisión. El ejército boliviano
Salamanca recomendó a Kundt no repetir los ataques combate so- metido a la voluntad implacable
co- mo el de Nanawa, sugiriendo una estrategia de su adver- sario. Los regimientos
defensiva, con el menor costo posible en vidas y paraguayos atacan, afe- rran, se infiltran,
materiales, que des- gastase al enemigo hasta obligarlo a asaltan en todos los sectores del amplio
llegar a un tratado de paz razonable. Ya no pensaba, frente de batalla.
como un año antes, firmar en Asunción, la capital (Antezana Villagrán, 1982, p. 209 vol. 2)
paraguaya, el final de la guerra.[68]
El mayor boliviano Oscar Moscoso le manifestó al ge-
neral Kundt el deplorable estado y la inferioridad de El 3 de diciembre de 1933, aprovechando una fuerte
las fuerzas bolivianas luego de los combates de julio a tor- menta que dificultaba la logística y las
sep- tiembre y sugirió una retirada estratégica de 150 comunicaciones radiales, la vanguardia de esta
km, a la línea Magariños-Platanillos, hacer descansar poderosa masa de manio- bra paraguaya llegó hasta los
allí a los soldados y concentrar previamente una fuerza bordes del Campo 31 y cortó el camino Saavedra-
de 80 000 hombres antes de retomar la iniciativa. Alihuatá colocando a la 9.ª División en peligro de ser
Kundt objetó que eso significaría ceder muchos copada. Ese día, el general Estigarribia asumió
fortines y que Bolivia no tenía los recursos para crear personalmente la dirección táctica de las opera- ciones
y sobre todo mantener una fuerza tan grande en el en reemplazo del dubitativo coronel Ayala. Otras
Chaco. Moscoso señaló que enton- ces existía el peligro fuerzas paraguayas cortaron una segunda ruta que por Po-
zo Negro también iba hacia Saavedra. Viendo que no
de perder los fortines, los hombres y las armas.[69]
iba a recibir una ayuda masiva para contener el cerco en
El presidente paraguayo Ayala viajó al Chaco el día 3 cier- nes, Banzer decidió, el día 7 de diciembre de 1933,
de octubre para ascender a Estigarribia al rango de reple- gar su división por una tercera ruta que todavía
General. En esa reunión aprobó el Plan de quedaba libre. El fortín Alihuatá fue evacuado e
Operaciones, donde el ejército paraguayo retomaba la incendiado noti- cia que el Gobierno ocultó al pueblo
actitud ofensiva contra su par boliviano, y se boliviano. Los 7000 hombres de la 9.ª División
comprometió a enviar el máximo de recursos para abandonaron silenciosamente las trincheras y
llevarla a cabo con éxito. exponiéndose al asedio enemigo y a la sed se dirigieron
El 10 de octubre de 1933, en su visita a La Paz, Kundt penosamente en dirección sureste, hacia la 4.ª División
afirmó ante Salamanca y su gabinete: «No existe que combatía en la zona de Gondra.
absolu- tamente posibilidad de derrota [...] podemos En ese mismo momento, en Muñoz, sede del alto man-
esperar con toda tranquilidad en nuestras posiciones do, algunos oficiales bolivianos mostraban otras
fortificadas [...] con la seguridad de no perder terreno». preocu- paciones:
[70]
Aprovechando esta ausencia, Toro envió a Roberto
Bilbao La Vieja a los comandos de las grandes unidades De Muñoz. 5/12/33. 11:40 horas. Para
para reunir opiniones desfavorables sobre Kundt para Vi- llamontes. Cifrado 1/150. Favor
lograr su remoción.[71] aumentar a pedido 10 botellas de Cinzano.
El 11 de octubre de 1933, los representantes de Para mí otras
Argenti- na y Brasil firmaron el Acta de Río de Janeiro 10. Un tarro de cerveza para el coronel Váz-
en la que quez. Dígale a Acosta que me preste el
dinero que falte.
8.3 Rendición en Campo Vía 21

Cifrado de Muñoz a (5 divisiones) en un frente tan amplio. Kundt


Villamontes, en (Querejazu Calvo, recriminó a Peñaranda porque se había retirado
1995, p. 191) inexplicablemente desde Kilómetro 21 hacia Saavedra,
al sur, y le ordenó que volviera a esa posición para
ayudar a las dos divisio- nes cercadas. Banzer intentó
Lo que Banzer no pudo prever fue que el mismo día 7 abrir una picada para poder escapar pero la presión
de diciembre de 1933, a las 4:35 horas, el frente de paraguaya, la espesura del monte, el calor y el cansancio
Gondra a cargo de la 4.ª División boliviana colapsó por de los zapadores bolivianos impi- dieron su
el sorpre- sivo ataque nocturno que por propia concreción.
iniciativa realizó el teniente coronel Rafael Franco al
mando de la 1.ª Divi- sión paraguaya. La División
boliviana, rebalsada en va- rios sectores, no tuvo otra
opción que replegarse hacia la misma zona donde
convergía la 9.ª División. Esta impre- vista ruptura
sorprendió incluso al general Estigarribia, que pidió
varias veces la confirmación de que efectiva- mente
Franco estaba avanzando por el sur cerrando las vías
de escape de dos divisiones bolivianas.

8.3 Rendición en Campo Vía


La 9.ª y 4.ª División bolivianas se encontraron en
Campo Vía donde quedaron inmovilizadas por los dos
Mortero tipo Stokes Brandt.
brazos de la tenaza paraguaya.

Millares de hombres de color tierra cir- El 10 de diciembre de 1933, a las 17:00 horas, los boli-
culaban sobre el pequeño campo esperando vianos intentaron romper el cerco pero por error la
la orden de partida. Trípodes, morteros, cajas avia- ción boliviana bombardeó a fuerzas del regimiento
de municiones, cañones de repuesto, granadas, RI-50 Murgia al mando del capitán Antezana
ametralladoras y fusiles, amen del equipo, se Villagrán, hecho que a posteriori algunos historiadores
transportaban en los hombros no en la bolivianos trataron de ocultar.[72] Solo el regimiento
espalda [...] [En un camino] de cinco metro Lanza, en una lucha fe- roz y con grandes pérdidas,
de ancho a través del bosque [...] descansaba logró abrirse paso pero muy pocos soldados lograron
nuestra co- lumna de camiones [...] cargados escapar. El día 11 de diciembre de 1933, las dos
con piezas de artillería y municiones para las divisiones cercadas, sin ninguna opción, tuvieron que
diversas armas, ora con tanques destinados al rendirse.
aprovisionamien- to de agua y gasolina, ora, Las pérdidas bolivianas fueron importantes, murieron
en fin, cargados de víveres, carpas y equipos. 2600 soldados y aproximadamente 7500 cayeron
Una mayor parte de las tropas de la 4.ª y 9.ª. prisio- neros (18 jefes, 170 oficiales, 7271 soldados).
División que se encon- traban detenidas en su [73]
De un solo golpe, más de dos tercios del ejército
marcha, cubrían cuan- to espacio libre boliviano fue destruido. Solo escaparon 1500 hombres,
quedaba sobre la ruta y sobre todo, a lo largo que en su ma- yoría pertenecían a las fuerzas de
de la columna de automóviles […]. Así, Peñaranda que no es- tuvieron dentro del cerco.
embotelladas [...] en la picada, re- ducidas a Cuando se comunicó a La Paz que se había salvado
un estrecho radio de acción, [...] to- da Peñaranda, este nunca aclaró la si- tuación y la cosechó
maniobra más que difícil se hacia imposible en su favor como si fuera el héroe de la jornada, razón
[...] Tal era nuestra situación el día nueve [de por la cual Salamanca lo promovió en lugar de Kundt.
diciembre] en la tarde, grave en extremo y más [74]
aún si se toma en cuenta el agotamiento
físico y la consiguiente depresión moral. Cuando el 11 de diciembre de 1933 los ministros y
Capitán de artillería boliviano Torres Toro llegaron a Muñoz para destituir al general Kundt,
Ortiz de la 4.ª División, este los recibió en su puesto de mando:
en (Brockmann, 2007, p. 344)
Ya no estaba en el rol del dios Thor, que
molería sus míseras existencias de funcionarios
El 10 de diciembre de 1933 se completó el anillo. en un yunque con su martillo de trueno. Más
Kundt consideró alarmistas e incorrectos los informes bien deslizó con amargura que se sentía
de los pi- lotos y de Banzer ya que estaba convencido de enfer- mo y agobiado no solo por las
que el ejér- cito enemigo no estaba capacitado para llevar preocupaciones de la campaña y sus últimos
a cabo ope- raciones coordinadas con una gran cantidad resultados sino por la situación de su familia
de unidades y sus negocios.
22 9 ARMISTICIO Y CREACIÓN DEL SEGUNDO EJÉRCITO BOLIVIANO

Brockmann (2007, p. 323)


Historiador boliviano Querejazu Calvo,
en (Brockmann, 2007, p. 362)
La rendición de Campo Vía proporcionó al Paraguay
gran cantidad de armas y equipos: 8000 fusiles, 536
ametra- lladoras, 25 morteros, 20 piezas de artillería, 2
tanques Vickers, muchos camiones y una gran cantidad 9 Armisticio y creación del
de muni- ciones. El resto del ejército boliviano se retiró
hacia Ma- gariños. segun- do ejército boliviano
En Muñoz, centro del comando boliviano en el sur, el día
14 de diciembre de 1933, a las 10:00 horas, en medio Con la derrota sufrida en Alihuatá y Campo Vía al
del trajin para desalojar el fortín y destruir sus ejér- cito boliviano solo le quedó la 7.ª División la que
instalaciones, el destituido general Kundt subió a un tuvo que retirarse de la zona de Nanawa hacia
trimotor Junkers 52 del Lloyd Aéreo Boliviano y partió Magariños. La propuesta del teniente coronel Franco
del Chaco para siem- pre. A la tarde, el Servicio de de utilizar todos los camiones disponibles para avanzar
Escucha paraguayo descifró el siguiente parte: rápidamente hacia Ballivián-Villamontes y acabar con
el resto del ejército boliviano no prosperó. El
presidente Ayala creyó que ha- bía ganado la guerra y
De Muñoz, n.º 319, diciembre 14, 1933, que Bolivia, sin ejército, no tenía otra opción que
18 horas. Para Director Etapas. Villamontes. capitular y solicitar la paz y, para dar tiempo a la
Cifrado 724/171. Si no hay carga urgente diplomacia, propuso un armisticio que el Go- bierno
para trimotor, puede traer mañana cigarrillos, boliviano aceptó de inmediato.
coca, alcohol, unas botellas de pisco y
pastillas agri- dulces para tropa que llega en El armisticio de veinte días, del 19 de diciembre de
malas condicio- nes físicas. 1933 al 6 de enero de 1934, favoreció enteramente a
Cifrado 724/171, Bolivia. Este país aceptó el armisticio para ganar
en (Querejazu Calvo, 1995, p. 191) tiempo y for- mar un nuevo ejército. Durante el primer
año y medio de guerra, Bolivia había movilizado 77
000 hombres de los cuales solo quedaban 7000
Ese mismo día, a 50 km al este, con la presencia del combatientes en el Chaco (la 7.ª División) y 8000
ge- neral Estigarribia, la bandera paraguaya reemplazó hombres que prestaban diversos ti- pos de servicios.
a la boliviana en el mástil del fortín Saavedra donde Del resto: 14 000 habían muerto, 32 000 fueron
evacuados por heridas o enfermedades, 10 000 ca- yeron
había ondeado desde su fundación, en el año 1924.[75] [77]
El for- tín Muñoz comenzó a arder al atardecer del día prisioneros, 6000 desertaron.
19 de diciembre de 1933. El día 20, luego de un ligero Cuando el armisticio caducó, el nuevo ejército
bom- bardeo de la artillería paraguaya, ingresaron boliviano tenía un total de 18 regimientos cuyos
lentamente los soldados del RC-7 San Martín.[76] efectivos eran su- periores al que había comandado
[78]
El 24 de diciembre de 1933, en el fortín Ballivián, Kundt un año antes.
nue- va sede del comando boliviano, a 200 km al Pero este nuevo ejército tenía tres inconvenientes:
noroeste de Campo Vía, se reunieron para festejar la
Navidad los oficiales bolivianos: Enrique Peñaranda,
• Miles de campesinos cuyas tierras eran
Ángel Rodrí- guez, Óscar Moscoso, David Toro y su
expropiadas por los terratenientes bolivianos,
protegido Germán Busch.
dando lugar a va- rios levantamientos, fueron
reclutados como solda- dos para luchar por un
Los nuevos jefes se reunieron alrededor desierto inhóspito y estéril. Los soldados carecían
de una larga mesa para celebrar su de buena preparación y ex- periencia en combate;
encumbra- miento. El desastre de Campo su moral y motivación eran bajas. En muchos
Vía quedó olvi- dado. El principal culpable casos se reclutaron soldados no aptos físicamente
[Kundt] estaba con- finado […] sus espíritus para soportar las exigencias del teatro de
retozaban de libertad y alegría. Ellos eran operaciones chaqueño.[79]
ahora los dueños de la si- tuación y sabrían
demostrar al país y al mundo que podían
bastarse a si mismos, conduciendo la Se quejaban de la mala y escasa comida, del temor a la
campaña como no lo pudieron hacer ni Quin- selva chaqueña y de los fusilamientos de desertores
tanilla, ni Guillén, ni Lanza, ni Kundt. El que estaban obligados a presenciar.[80][81]
licor corrió sin tasa. Era la primera de las A principios de 1934, el alto mando boliviano
parrandas con que los integrantes de esos reconoció que para la defensa de posiciones se
comandos, con contadas excepciones, iban a necesitaban 2 solda- dos recién reclutados por cada
sumar, a su fraca- so como estrategas, la fama soldado paraguayo, siem- pre que estuvieran bien
de intemperantes. alimentados y con el apoyo de ametralladoras y
artillería. Para atacar esta relación subía a 4 reclutas
bolivianos por cada soldado paraguayo.[82] Esto
complicaba la logística, problema que Kundt ya ha-
bía analizado el año anterior, especialmente en el
con-
23

sumo de alimentos, agua y municiones que los reclutas


solían derrochar: Está usted al borde de una rebelión
militar frente al enemigo extranjero.
Si hoy come la tropa 600 gramos, Reflexione bien y deténgase a tiempo [...] Su
aumen- tando el efectivo del ejército, se deber es cumplir la orden que le he reiterado
tendría que ra- cionar por 300 gramos por ya cuatro veces y que ahora le reitero por
soldado [...] Se ha citado a mi comando por quinta vez.
no haber pedido más gente. Las razones se Presidente Salamanca al general Peñaran-
encuentran en este infor- me. Hubieran da,
muerto de hambre. en (Dunkerley, 1987, p. 224)
General Kundt al presidente Salamanca;
en (Dunkerley, 1987, p. 248)
Como solución, Toro fue nombrado comandante del
Pri- mer Cuerpo de Ejército. Este nombró a su vez,
• El cuadro de oficiales estaba muy raleado. El
como jefe de Estado Mayor de esa unidad a Germán
man- do de los regimientos se dio a capitanes o
Busch, un jo- ven oficial de 29 años sin ninguna
mayores con poca experiencia y se contrató
capacitación ni expe- riencia en esa función ni en el
oficiales merce- narios extranjeros, especialmente
mando de grandes unida- des, que a partir de entonces
chilenos, que en número de 105 ingresaron desde
figuró como su «protegido» en la corte que Toro
abril y hasta fines de 1934.[83][84] organizó a su alrededor con oficiales jóvenes,
socialistas, bufones y poetas donde reinaban los
Para sorpresa de muchos, los oficiales placeres de la buena mesa, las bebidas y las mujeres.
chi- lenos pudieron superar las barreras de la
Como síntoma de este clima de insubordinación dentro
nacio- nalidad, raza, color, clase y lenguaje
del ejército contra el presidente Salamanca, el 5 de
que los separaba de sus soldados. A
abril de 1934 se amotinaron los cadetes del Colegio
diferencia de los oficiales bolivianos, que
Militar y apoyados por la policía salieran de su cuartel
preferían mantenerse en la retaguardia y huir
y ocuparon gran parte de la ciudad de La Paz. Este
al primer problema, los oficiales chilenos
motín fracasó por la falta de apoyo popular y del sector
permanecían con sus hom- bres en el
combate, la retirada o cuando se ren- dían. militar que lideraba Peñaranda.[88]
De la Pedraja Tomán (2006, p. 468, nota El presidente Salamanca, dudando cada vez más de la efi-
10) cacia de los militares bolivianos, intentó penetrar de
dos maneras en el «feudo» que estos habían construido
en el Chaco. En primer lugar, a fines de abril de 1934,
Pese a que esto motivó roces diplomáticos entre el Pa- inten- tó crear el cargo de inspector general del ejército
raguay y Chile, los mercenarios chilenos fueron con la función de enlace entre el presidente y el alto
tratados por el ejército paraguayo bajo los mismos mando. Pro- puso para el cargo a un civil, el doctor
derechos que la Convención de Ginebra amparaba a Joaquín Espada. La oposición del general Peñaranda y
los combatientes y prisioneros bolivianos y no bajo la la inmediata e in- disciplinada reacción del teniente
figura jurídica de coronel Moscoso hizo que Salamanca le pidiera
«combatientes ilegales» (con penas de prisión y fusila- inmediatamente su renuncia co- mo jefe del estado
miento). mayor, la que se hizo efectiva pese a los ruegos en
contrario de Peñaranda. En segundo lugar, en el mes
Mientras el ejército paraguayo preparaba a los
de mayo de 1934 llegó la misión militar checa
estudian- tes para oficiales, su par boliviano los
alistaba como sol- dados, y suele atribuirse la poca contratada por Salamanca compuesta de cinco oficiales
capacitación y cantidad de oficiales a la estructura de la de alta graduación, todos a cargo del general Vilem
Pla- cek para que asesorara al Gobierno en sectores
sociedad boliviana, al eli- tismo y al racismo.[85] Los
claves del ejército. Esta medida también despertó el
amigos y parientes de los polí- ticos y los jóvenes de la
total desacuer- do de los jefes de Cuerpo y de División
burquesía en todas sus capas ocu- paron puestos [89]
burocráticos en la retaguardia eludiendo así ir al frente de bolivianos.
batalla.[86] Según el general Peñaranda, esta carencia de
oficiales y clases transformó al ejército boli- viano en
un «cuerpo sin alma».[87] 10 Tercera ofensiva paraguaya
(enero-diciembre de 1934)
• La derrota de Alihuatá-Campo Vía no mejoró la
unidad del ejército con el Gobierno sino todo lo
con- trario. Las camarillas se fracturaron aún más. El ejército paraguayo, luego de este descanso,
Cuan- do el nuevo comandante en jefe quiso continuó su avance capturando los fortines Platanillos,
nombrar al coronel David Toro como Jefe del Loa, Este- ros, Jayucubás, mientras el ejército
Estado Mayor, se opusieron varios altos oficiales, boliviano, en actitud defensiva, intentó crear diversas
por lo que Peñaran- da recibió una severa líneas de contención. A partir de Campo Vía el ejército
advertencia de Salamanca: paraguayo comenzó a su- frir el mismo problema que
había aquejado a su oponente desde el comienzo de la
guerra: el alargamiento de su lí-
24 10 TERCERA OFENSIVA PARAGUAYA (ENERO-DICIEMBRE DE 1934)

nea logística. Con un parque de camiones siempre escaso,


con cubiertas y motores desgastados por el uso intensivo, telegráficos, que fueron interceptados y descifrados
en condiciones de extremado calor, y la necesidad de por los paraguayos, lo que permitía anticipar sus
de- rivar más hombres para cuidar y sostener la fluidez movimien- tos. Por esta razón esta batalla se conoce
de esas líneas de aprovisionamiento, Estigarribia tuvo también como
que sujetar sus decisiones estratégicas a estas «Batalla de los Criptógrafos».[92]
limitaciones lo- gísticas. La captura de gran cantidad de
El comandante paraguayo rodeó a dos batallones bolivia-
soldados enemi- gos en las distintas batallas y cercos, a nos capturando todo el parque de municiones del regi-
los cuales había que trasladar a la retaguardia, alimentar miento. Belmonte trató de salvar a los cercados pero tuvo
y sobre todo proveer de agua, dificultó también la
que retirarse hacia Garrapatal.[93]
persecución de las fuerzas bolivianas en retirada.[90]
El regimiento boliviano se rindió perdiendo más de
1000 hombres entre muertos, prisioneros, heridos y
10.1 Caída del fortín Magariños y batalla extravia- dos, y todo su armamento. Su jefe, Ángel
Bavía, intentó suicidarse y fue trasladado a un hospital
de Cañada Tarija
paraguayo don- de falleció el 5 de abril de 1934. [94]
Fueron capturados los nuevos códigos bolivianos,
10.1.1 Magariños
importantes mapas e in- formes sobre la inexistencia
de pozos de agua en todo el desierto hasta Carandaitý.
Tras la derrota de Campo Vía, el alto mando boliviano
decidió retirarse hasta la línea Magariños-La China. El 28 de marzo de 1934, las fuerzas paraguayas ocuparon
Allí el Primer Cuerpo boliviano construyó el sistema Garrapatal y establecieron posiciones defensivas más allá
defensi- vo mejor realizado de toda la guerra. del fortín. El resultado de esta batalla afectó
seriamente a la opinión pública boliviana ya que
A comienzos de febrero de 1934 el ejército paraguayo
demostraba que el nuevo ejército no estaba aun a la
avanzó sobre el sector de La China y constató que los [95]
bolivianos trasladaban tropas desde Magariños para altura de las exigencias de las operaciones. Lo que
au- mentar la defensa. Para cortar ese movimiento, el el pueblo boliviano desco- nocía eran las bacanales del
10 de febrero, se planeó un ataque demostrativo sobre coronel Peña y sus subalter- nos en Carandaitý con
la zona de Magariños para fijar allí la mayor cantidad mujeres traídas desde Villamontes y que fueran
de fuerzas bolivianas. El día 11, para sorpresa del denunciadas por el diputado Roberto Balli- vián
comando para- guayo, el ataque logró abrir una brecha Yanguas que en la reunión secreta del Congreso del 20
de 300 metros en esa poderosa línea defensiva por de agosto de 1934 dijo: «Acumuladas como fueron
donde los paraguayos penetraron 7 kilómetros hacia la todas las provisiones destinadas para la orgía se llevó una
retaguardia enemiga. Al día siguiente, los defensores banda del ejército para que las amenizara [...]
abandonaron las fortificacio- nes sin combatir. Los danzaban los jefes y oficiales [de la 9.ª División]
bolivianos tuvieron 60 bajas entre muertos y heridos, desaforadamente con las daifas [...] descuidado de la
los paraguayos 10 muertos y 27 heri- dos. El fortín manera más criminal sus deberes militares».
Magariños fue abandonado y destruido por los
bolivianos.
10.2 Batalla de Cañada Strongest
10.1.2 Cañada Tarija La nueva línea boliviana tenía una gran debilidad: el
es- pacio abierto entre los dos Cuerpos de ejército que
En febrero de 1934 la nueva 9.ª División boliviana fue de- fendían Ballivián. El comando paraguayo decidió
puesta al mando del coronel Francisco Peña. Su pene- trar por ella hasta alcanzar el río Pilcomayo y
misión era defender la desértica zona de Picuiba a aislar al Primer Cuerpo boliviano que defendía
cuyo efecto desplazó al RI-18 Montes, con 1500 Ballivián. Pero la aviación boliviana descubrió la
hombres, al mando del teniente coronel Bavía hacia picada oculta que abrían los paraguayos en el monte y
Garrapatal con rumbo a Cañada Tarija. Peña ubico su en la que se trabajaba por las noches.
puesto de mando en Caran- daitý, fuera del desierto y a
El coronel Ángel Rodríguez, del Estado Mayor boliviano,
250 km de Garrapatal.
resolvió dejar que los paraguayos avanzaran hasta cier-
El alto mando paraguayo supuso que estas fuerzas podían to límite, para poder encerrarlos mediante una
afectar sus operaciones frente al fortín Ballivián y decidió maniobra concéntrica que juntase a sus espaldas a
atacarlas.[91] regimientos del Primer y Segundo Cuerpo.
El 20 de marzo de 1934, la 6.ª División paraguaya, al El día 10 de mayo de 1934, los 9 regimientos y la
mando del teniente coronel Federico W. Smith, artille- ría que componían el Primer Cuerpo paraguayo
intercep- tó en Cañada Tarija al RI-18 Montes. El mayor avanza- ron por el claro existente entre los dos Cuerpos
boliviano Juan Belmonte, ubicado en Picuiba, fue el bolivianos sin sospechar que se metían en una trampa.
encargado de actuar de enlace entre Bavía y el lejano La podero- sa 9.ª División boliviana con 14 000
comandante Pe- ña. Esto lo obligó al uso intensivo de hombres,trasladada secretamente desde el norte,
los medios radio- dividida en dos columnas cortó el camino El Lóbrego
en la retaguardia de los 5500
10.3 Estancamiento de las operaciones 25

hinchada altivez y ante todo por su fe


absoluta en el triunfo de su ejército en esta
guerra. [. ]
«Nosotros somos del Dos de Mayo ―me in-
forma un prisionero, blanco, barbudo, que
de- be frisar en los 40 años―. Éramos los
mejores del ejército, gente escogida».
Ángel Lara, excombatiente y poeta boli-
viano;
en Lara (1972, p. 58-59)

La batalla de Cañada Strongest no tuvo el resultado


pla- neado: la aniquilación de todo un Cuerpo de
Ejército pa- raguayo, pero su resultado parcial tonificó
Plan estratégico del Ejército la moral del comando, combatientes y población del
boliviano. Rojo: fuerzas bolivianas. país. El coman- do paraguayo aprendió a no
Azul: fuerzas paraguayas. menospreciar la capacidad de su oponente y volvió a
ajustar todos los recaudos de seguridad que se habían
violado al principio de esta ba- talla: patrullajes
hombres de la 7.ª y 2.ª División paraguaya y en su cercanos y lejanos, inteligencia sobre el enemigo (el
avan- ce encerró a un batallón paraguayo de 200 Estado Mayor paraguayo no sabía que la 9.ª División
soldados del RI-16 Mariscal López ―al mando del se había trasladado desde el norte) y la necesi- dad de
capitán Joel Es- tigarribia―, que circunstancialmente la sorpresa para sus acciones ofensivas.
quedó en el medio de las dos columnas.
Sin ninguna necesidad táctica los bolivianos se
empeci- naron en aniquilarlo rodeándolo con un triple
10.3 Estancamiento de las operaciones
cerco per- diendo así el objetivo central de la maniobra
y un tiempo valioso por la obstinada resistencia de esa
pequeña uni- dad paraguaya. Debido a esta demora
fracasó también el envolvimiento de los regimientos
bolivianos Jordán y Loa del Segundo Cuerpo, brazo norte
del cerco que llegaron al límite de su radio de maniobra y
al no poder unirse a la 9.ª División, quedaron con su
retaguardia y flanco expuestos a las fuerzas enemigas
que intentaban escapar.
Pasada la sorpresa inicial y gracias a la demora en
cerrar las dos tenazas, los regimientos paraguayos
lograron salir por sendas construidas al efecto o aún no
controladas, o se abrieron paso a la fuerza. Varios
batallones de la 2.ª Divi- sión paraguaya que se Avión Potez 25
desorientaron en el monte durante la retirada no
tuvieron otra opción que rendirse. Pese al traspié en Cañada Strongest, el comando para-
El combate tuvo lugar del 18 hasta el 25 de mayo de guayo insistió en ocupar Ballivián. De junio a la
1934. El ejército boliviano logró capturar a 67 oficiales primera quincena de agosto de 1934 se sucedieron
y 1389 soldados, más de la mitad de los que intensos ata- ques y contraataques llevando la peor
capturarían en toda la guerra, pertenecientes a los parte las fuerzas bolivianas. El historiador y
regimientos Sauce, Capi- tán Bado, Dos de Mayo y excombatiente boliviano Hu- go René Pol menciona el
Mariscal López pertenecientes a la 2.ª División que estado físico y mental en que se encontraban las
primero dudó en retirarse y luego se desorientó en el unidades bolivianas después de meses de combates:
monte al hacerlo. Además de los prisio- neros se
Será menester apuntar que la fatiga y
capturaron armas livianas y diez camiones. Toda la
otros factores [...] quebró en más de una vez
artillería divisionaria paraguaya logró evadir el cerco.
la mo- ral de nuestras aguerridas unidades,
como en los casos de la ruptura de la línea
Los prisioneros paraguayos muestran un fortificada del denodado regimiento Pérez (R-
semblante alegre, casi jovial. Apenas se ve 3) en la madru- gada del 18 de junio [en
al- guna cara triste. Conversan con sus Ballivián]. Se creyó o arguyó que esta
oficiales con toda naturalidad; ríen, parecen ruptura se debía a un descuido [...] Sin
satisfechos de su situación, a pesar de que embargo [...] el 8 de julio, el regimien- to
traen las manos amarradas con cuerdas [...] Manchego (R-12), a pesar de las medidas de
Los prisioneros pa- raguayos se han
caracterizado siempre por su
26 10 TERCERA OFENSIVA PARAGUAYA (ENERO-DICIEMBRE DE 1934)

precaución tomadas la noche anterior, a la


pri- mera presión del enemigo dejó sus agosto de 1932, como una distracción de recursos. [99] De-
posiciones [...] dos días después, el desarrollo bido a la demora en la ejecución, el 16 de junio de
de una ope- ración tendiente a envolver al 1934, Salamanca reclamó al general Peñaranda:
enemigo en sus posiciones nos fue
malogrado por el desban- de del regimiento Su cifrado 60 me lleva a insistir a ese co-
Colorados (R-41), uno de los mejores del 1er mando en el proyecto de preparar la campa-
Cuerpo de Ejército. ña en el norte para salir al río Paraguay. […]
Oficial boliviano Hugo René Pol, Nuestra presencia en el río Paraguay sería un
en Pol (1945, p. 91) golpe mortal para el enemigo y la victoria
para nosotros. Juzgo que lo más práctico
sería pre- parar ya una campaña o un golpe
Estos comentarios denuncian la afección psicológica de sorpresa sobre Bahía Negra. Como solo la
que años después se llamó «fatiga de combate», y que estación seca es aprovechable conviene no
por en- tonces se la confundía equivocadamente con perder tiempo.
cobardía. Cifrado del presidente Salamanca al
general Peñaranda,
en (Guachalla, 1978, p. 37)

10.4 Avance relámpago hacia Carandaitý


Cuando el general Estigarribia fue informado de que el
nuevo Cuerpo de Ejército boliviano tenía como
objetivo el alto río Paraguay, lo que podía afectar al
puerto Casa- do desde donde se abastecía todo el
ejército paraguayo, ordenó la inmediata exploración
aérea de todo ese sec- tor. El 31 de julio avanzó su
Teatro de Operaciones zona Ballivian-El
Carmen. Rojo: fuerzas bolivianas. puesto de mando al fortín Camacho, primer síntoma de
Azul: fuerzas paraguayas. que pensaba modificar el teatro principal de
operaciones llevándolo a la zona más desértica del
Chaco.[100]
La guerra llegó a un equilibrio: el ejército boliviano, al
no abandonar Ballivián, carecía de la superioridad
nece- saria para lanzar una ofensiva en otro sector. En Y este es el momento épico de la estrategia
ese fortín estaban inmovilizados 18 000 soldados, 20 del general Estigarribia, pues mediante pacien-
cañones, 600 ametralladoras pesadas, 200 camiones, 5 tes fintas y gran serenidad de espíritu se
millones de pro- yectiles de fusil y 5000 granadas de colo- caba en el fiel de la balanza para poder
cañón y mortero.[96] El ejército paraguayo tampoco ser más fuerte en el sitio y momentos
tenía la superioridad ne- cesaria para capturar Ballivián precisos […] pa- ra poder contrarrestar […] la
lo que no impidió que rea- lizara un ataque aéreo con 4 nueva iniciativa y la superioridad numérica
aviones Potez 25 el día 8 de julio de 1934, que dañó en del contrincante que él había tenido el
suelo 5 aviones Curtiss-Wrigth Osprey bolivianos, talento de diluir en el gigan- tesco escenario
camiones, tanques de combustibles de aviación y la pista de las operaciones.
aérea.[97] De los tres aviones bolivianos que salieron en Vergara Vicuña (1944, p. 686 vol. 5)
persecución de los atacantes uno fue de- rribado
falleciendo el mayor boliviano Nery y su copiloto el
teniente Dorado.[98] El 12 de agosto de 1934, el piloto paraguayo Peralta,
cuando volvía a su base después de explorar esa zona,
Ante esta situación, el presidente Salamanca consideró
fue atacado por un avión boliviano que terminó siendo
que existían condiciones para una acción diplomática
derribado. El piloto fallecido resultó ser el mayor
y que se podían fijar los límites sobre las líneas
Pabón, que había destruido un avión paraguayo en
alcanzadas por ambos ejércitos. Previamente, y para
diciembre de 1932.
compensar los malos resultados de la guerra, pensó
que se podía ocupar una zona en el alto río Paraguay, El coronel Franco recibió la misión de ocupar el fortín
sin presencia paragua- ya, para un futuro puerto hacia 27 de Noviembre y aislar logísticamente al fortín Inga-
el Atlántico. Salamanca suponía que esto no afectaría en vi, punto de partida del futuro avance boliviano hacia
nada al Paraguay ni a las negociaciones diplomáticas y el alto río Paraguay. El día 13 de agosto de 1934 salió
para Bolivia justificaría, en el frente interno, la guerra y de Garrapatal y dos días después capturó el fortín
su resultado. A tal efecto co- menzó a formar el Tercer Picuiba tomando 450 prisioneros y un lote importante
Cuerpo de Ejército, al mando del general Lanza, pese a de armas al costo de muy pocas bajas y heridos. El día
la oposición del alto mando que consideraba este plan, 17 se apo- deró del fortín 27 de Noviembre dando por
propuesto por el general Osorio en terminada su misión luego de avanzar 120 km. en solo
cinco días.
10.5 Avance boliviano en el desierto 27

10.5 Avance boliviano en el desierto

Después de la urgente reunión en la sede del comando del


ejército boliviano en Samayhuate donde estuvieron
pre- sentes Salamanca, varios ministros y todos los
altos jefes del ejército (Peñaranda, Toro, Sanjinéz,
Bilbao y Rivera) en la cual algunos propusieron
«tramitar la paz en cual- quier condición» e incluso la
capitulación,[103] se acordó conformar el llamado
Cuerpo de Caballería, integrado por los mejores
regimientos bolivianos, cuyo comando, por razones
políticas, se entregó al coronel David Toro.
Frente a esta nueva situación, el general Estigarribia cam-
bió la misión estratégica del coronel Franco. Ahora es-
Blitzkrieg 2.º CE paraguayo (17 de agosto al 6 de septiembre
te debía retirarse lentamente para ir alejando progresi-
de 1934).
vamente a esta poderosa fuerza boliviana de las opera-
ciones que se estaban planeando en Cañada El
Dándose cuenta de que había sorprendido al comando bo- Carmen, zona central del dispositivo boliviano. Así
liviano, Estigarribia permitió que la fuerza motorizada de David Toro se enfrentó al oficial más hábil e
Franco girara hacia el oeste rumbo a Carandaitý, impredecible del ejército paraguayo, Rafael Franco, el
tenien- do ahora como objetivo el río Parapetí y la mismo que, por propia ini- ciativa, había cerrado
zona petrolí- fera boliviana.[101] sorpresivamente la ruta de escape de dos divisiones
bolivianas en Campo Vía.
A gran velocidad y riesgo, el día 20, el regimiento pa-
raguayo RI-14 Cerro Corá, después de recorrer 100 La distribución estratégica del ejército boliviano en el
km desde el fortín 27 de Noviembre, llegó cerca del Chaco, cuyo masa principal seguía estando en el fortín
cruce de Huirapitindí, a 45 km del río Parapetí. Por su Ballivián, se modificó lentamente por el traslado de
parte, más al sur y en forma paralela, la 6.ª División fuer- zas hacia el noreste para formar el Cuerpo de
paraguaya avanzó 160 km en 13 días, a través de un Caballería de Toro y el nuevo Cuerpo de Ejército al
desierto con co- linas de arena y malezales, dejando en mando del co- ronel Bilbao Rioja en la zona del
la retaguardia su propia artillería y a fuerzas enemigas Parapetí:
en retirada. El 22 de agosto aniquiló en Algodonal a
un destacamento bo- liviano al mando del
Era [un] conjunto [de] 20 000 hombres
experimentado teniente Hugo René Pol lo que produjo
de magnífica tropa y dotada de gran potencia
muchas bajas bolivianas y la captura de un depósito de
de fuego: vale añadir, la flor y nata del
armas sin usar.
ejército.
Vergara Vicuña (1944, p. 19 vol. 6)
Este récord de un avance célere con
acción táctica sucesiva [...] resulta [en el]
movimien- to de la 6.ª División paraguaya
[un] precedente de las divisiones panzer de Se comenzó a cumplir así lo que había planeado
Guderian especial- mente por la escasez de Estiga- rribia con la maniobra de Franco hacia
agua en el trayecto. Carandaitý: que la zona central (Cañada El Carmen) se
Militar e historiador boliviano Antezana debilitara posibi- litándo la fractura en dos del ejército
Villagrán, boliviano y el aisla- miento de las fuerzas ubicadas en
en Antezana Villagrán (1982, p. 354 vol. 2) el fortín Ballivián, en el extremo sur.
Desde principios de septiembre de 1934, el Cuerpo de
Caballería comenzó la persecución de las dos
El 27 de agosto de 1934, la 6.ª División paraguaya divisiones del Segundo Cuerpo paraguayo. Según el
llegó a 5 km de Carandaitý, a más de 50 km al norte de coronel Toro, una vez destruida esa unidad, se estaría
Vi- llamontes, en la retaguardia de todo el ejército «en situación de copar el grueso del ejército paraguayo
boliviano en el Chaco. En ese punto tuvo que que operaba contra Ballivián-Villamontes al oeste,
detenerse por el ago- tamiento de los soldados y aislarlo de sus principales bases y obligarlo, por lo
problemas logísticos debido a que el agua debía traerse menos, a una desordenada reti- rada hacia el sudeste».
desde Garrapatal, a 250 km de distancia al sureste. La [104]
Sin embargo, el avance boli- viano por el desierto,
falta de este vital elemento fue una constante
en pleno verano, contra un enemigo que, según el plan
preocupación para el coronel Franco que dispuso
de Estigarribia, se debía dejar «mor- disquear» y huir,
perforar pozos en distintos puntos.[102] iba estirando su línea de aprovisiona- miento,
El alarmado presidente Salamanca viajó con urgencia debilitaba su seguridad e iba agotando física y
al Chaco para solucionar este inesperado y vertiginoso moralmente a los soldados. Desde el lado paraguayo,
avance paraguayo. los oficiales eran conscientes de que sus soldados eran
exce- lentes en la ofensiva pero que no se adaptaban
tan fácil- mente a las maniobras de permanente
retirada.[105]
28 10 TERCERA OFENSIVA PARAGUAYA (ENERO-DICIEMBRE DE 1934)

10.5.1 Cerco en Puesto Burro Los siguientes tres meses de combates para llegar a La
Faye mostraron la certera visión estratégica del
A principios de septiembre de 1934, el coronel Toro coronel Rodríguez de no caer en la trampa diseñada
dis- puso la ejecución, a través de órdenes muy por Estiga- rribia que ni Peñaranda ni Toro tuvieron en
detalladas, de un amplio cerco lineal de 50 km de cuenta.[108]
radio, en una zona de montes muy densos y difíciles
El presidente Salamanca, el día 17 de septiembre de
de atravesar. Los dos brazos debían unirse en Puesto
1934, hizo un resumen crítico de todas estas acciones:
Burro, en la retaguardia de la 6.ª División paraguaya,
al mando del teniente co- ronel Paulino Antola. Esta
maniobra adoleció de diversas deficiencias tácticas: la Con angustia veo que el enemigo nos
amplitud del cerco; la desigual do- sificación de las em- puja rápidamente y que luego nos
fuerzas envolventes donde el brazo norte, que era el más detiene don- de quiere. De un golpe nos lleva a
fuerte, debía recorrer la mayor distancia; y la apreciación Carandaitý y ahora nos ataja en Algodonal y
despectiva que tenía el coronel Toro sobre la capacidad 27 de Noviem- bre. Lo peor es que nos cierra
física y de maniobra que tenían las escasas fuerzas el paso [al fortín] Ingavi, desbaratando los
paraguayas. [106] proyectos tardíamen- te acogidos por ese
comando.
Mensaje del presidente Salamanca al
El día 5 de septiembre, Toro ordenó a
general Peñaranda,
sus hombres que cercaran a la 6.ª División,
en (Querejazu Calvo, 1981, p. 336)
lo que se hizo recién el día 8. [...] Sin ningún
rastro de modestia en su personalidad, el día
9, To- ro anunció que su victoria le hacía
recordar el triunfo del ejército alemán en 10.5.2 Cerco en Algodonal-La Rosa
Tannenberg, en la Primera Guerra Mundial.
Pero precisamente ese día, mientras se El día 22 de septiembre nuevamente Toro rodeó a la
autofelicitaba por el triun- fo, los paraguayos 6.ª División paraguaya en Algodonal, maniobra que
de la 6.ª División arruinaron la celebración consideró como «la operación mejor ejecutada» de
escapando silenciosamente por una brecha. toda la campaña.[109] Este rodeo lineal también fue
De la Pedraja Tomán (2006, p. 371-374) imperfecto porque:
a) El ala sur, por donde era de esperar que el enemigo
intentara escapar, era el más débil.
La aviación boliviana lanzó panfletos instando a los b) No existió coordinación en tiempo y lugar entre ambas
pa- raguayos a rendirse cuando estos ya se habían alas.
escurrido del cerco. Toro acusó a la aviación por la c) No se fijó un punto de encuentro de las mismas.
falta de coope- ración y su poca capacidad para
detectar, desde el aire, el movimiento y la ubicación
del enemigo.[107] El coronel Franco dispuso, como método de seguridad,
rodear exteriormente sus fuerzas con gran cantidad de
El día 10, el mayor Ichazo informó al coronel Ángel retenes compuestos por 3 o 4 hombres diseminados en
Ro- dríguez, del Estado Mayor General, que el cerco el desierto, unidos por picadas de enlace que eran
había fracasado. Este aprovechó para advertirle que las reco- rridas por un soldado 2 o 3 veces por día. Esta
fuerzas bolivianas, teniendo en cuenta los problemas tenue y sensible telaraña le permitía descubrir con
logísticos que planteaba el desierto, no deberían ir más anticipación el movimiento del enemigo sin que este
allá de Algo- donal y solo con pequeñas fuerzas mientras se diera cuenta de que había sido detectado.[110]
que el grueso debería concentrarse en Santa Fe, sobre
el río Parapetí, y desde allí emprender una acción El teniente coronel paraguayo Paulino Antola, antes de
ofensiva contra el for- tín 27 de Noviembre. Toro que las fuerzas bolivianas consoliden sus posiciones,
rechazó de mala manera estas sugerencias porque lo concentró todas sus fuerzas en un punto. El regimien-
dejaban en un papel secundario: to paraguayo RC-1 Valois Rivarola rompió las líneas
del RC-3 Chuquisaca y abrió el cerco a toda la Divi-
Pensamos con Ichazo que sus medidas para sión hacia La Rosa de donde también logró zafarse sin
futuras operaciones son prematuras. No encon- problemas.[111]El ejército boliviano realizó estas
tramos explicación enorme acumulación manio- bras de envolvimiento y búsqueda con mucho
fuer- zas en el norte, ya que con las que sacrificio y bajas.[8]
tengo, re- forzadas tal vez con [el regimiento]
Ingavi, po- demos tomar La Faye, operación La segunda reunión fue al día siguiente con
rápida pues efectivo total enemigo [que] la presencia de Salamanca, Peñaranda,
opera [en] este sector es solo 2461 hombres. Tejada Sorzano y Rivera. Como si las
Mensaje del coronel Toro al coronel relaciones en- tre Salamanca y los mandos
Rodríguez, militares necesita- ran ser peores, Salamanca
en (Tabera, 1979, p. 246) tenía en las manos una carta de Toro en la
que reclamaba que su
10.6 Batalla de El Carmen 29

«victoria» de Algodonal no había tenido por el espacio todavía abierto, o rompía la lí-
sufi- ciente cobertura en la prensa. Toro nea cercadora necesariamente débil, o accio-
manifesta- ba que 7000 bolivianos habían naba enérgicamente contra una de las dos
vencido a 8000 paraguayos que, sin poder alas del rodeo impidiendo o retrasando el
escapar a través de ninguna brecha, se vieron cumpli- miento de su cometido.
obligados a un ata- que masivo para salir del Luis F. Guachalla, historiador
cerco por arriba de los cuerpos de los boliviano, en Guachalla (1978, p. 202)
defensores bolivianos. Toro parecía pasar
por alto que pese a las dificulta- des del
enemigo para escapar esto no lo trans- Toro atribuyó el fracaso al coronel Ayoroa e indirecta-
formaba en una victoria. Incluso duplicaba el mente a su eterno rival, el coronel Bilbao Rioja, por no
tamaño de las fuerzas paraguayas encerradas y haberlo ayudado con sus fuerzas. Se burló además de
subestimaba las propias fuerzas. la captura del fortín 27 de Noviembre realizada por
Bruce W. Farcau, historiador estadouni- este úl- timo:
dense,
en Farcau (1996, p. 188)
No faltó la nota teatral en esta memora-
ble jornada. Las fuerzas del Segundo Cuerpo
que avanzaron sobre el fortín 27 de Noviem-
El coronel Franco preparó la defensa de Yrendagüé y bre, anunciaron por orden del comando [Bil-
para su sorpresa Toro detuvo su avance para concentrar bao Rioja] que habían cercado a un
mayor cantidad de unidades. regimien- to enemigo. El parte dirigido a los
Para prever un ataque desde la zona de Ravelo, al ministros Alvéstegui y Sanjinés fue
norte, Estigarribia ordenó la captura del fortín Ingavi. prontamente rectifi- cado. Se trataba solo de
Franco envió un batallón de 150 hombres apoyados por 5 un batallón enemigo, resultando luego que
camio- nes que estaban estacionados en la laguna no había ni una sombra dentro del cerco,
Pitiantuta des- de julio de 1932. Esa unidad, luego de acabando los cercadores por hacerse fuego
una marcha de 220 kilómetros a través de un monte entre ellos.
impenetrable, capturó el fortín el 5 de octubre de 1934. Coronel David Toro,
en (Querejazu Calvo, 1981, p. 345)

• Cerco en Yrendagüé
A fines de noviembre las fuerzas paraguayas tuvieron que
El 9 de noviembre, el coronel Toro, con tres divisiones abandonar el fortín Picuíba a donde habían
más dos regimientos que logró sacarle al Segundo retrocedido. Así, lo que el coronel Franco logró en 16
Cuer- po, volvió a cercar en Yrendagüé a la 6.ª días (de Pi- cuíba a Carandaitý), el coronel Toro lo
División y a la DRG (División de Reserva General). revirtió en agota- dores y costosos tres meses de lucha
Toro esperaba lo- grar una gran victoria que lo llevaría (septiembre a fines de noviembre de 1934). Años
políticamente a la presidencia de Bolivia. Invitó a los después de terminada la guerra, el coronel Toro
generales Peñaranda y Rivera y los ministros Alvéstegui escribió en su libro que «esas ac- ciones constituyeron
y Sanjinez a su puesto de mando para presenciar el las páginas más brillantes de nuestra historia».[113] En
curso de la batalla.[112] 1944, el coronel Ángel Rodríguez criti- có estos
Una vez más el lento aferramiento boliviano permitió que comentarios de Toro diciendo que si él se había
las fuerzas paraguayas tuvieran plena libertad para re- adjudicado como una «victoria» la retirada de
agruparse. El 11 de noviembre de 1934, el coronel Conchitas con más razón los paraguayos debían
Fran- co concentró todas sus fuerzas sobre el adjudicarse como victorias las retiradas de Carandaitý,
Regimiento bo- liviano Cochabamba, rompió el cerco Algodonal, La Ro- sa, etc., donde además de burlar las
y se retiró hacia Picuiba. El historiador boliviano Luis tenazas se llevaron prisioneros y armamentos
F. Guachalla defi- nió como «torista» a estas bolivianos.[114]
maniobras del coronel Toro, que se caracterizaron por
ser:
10.6 Batalla de El Carmen
Rodeos lineales con reducido radio y con El presidente Salamanca, como si intuyera lo que iba a
una fuerza equivalente en ambas alas de ma- suceder, intentó hacer algunos cambios en el comando
niobra, la cual anulaba en la práctica la efica- del ejército boliviano. Pidió que, en el cargo de jefe
cia de un centro de gravedad (...). El Coman- del estado mayor, el coronel Bilbao Rioja reemplazara al
do paraguayo, conocedor de esta modalidad co- ronel Rivera. Peñaranda y Toro se opusieron, el
estereotipada, disponía siempre, con acierto prime- ro porque prefería que su pariente siguiera en
y oportunidad, lo que procedía hacer para ese cargo y el segundo porque temía que Bilbao Rioja
bur- lar estos ganchos destinados a cerrarse lo opacara totalmente.[115] Poco después Salamanca
detrás de sus efectivos, vale decir: escurría acordó con Pe- ñaranda que el teniente coronel
sus tropas Moscoso reemplazaría al
30 10 TERCERA OFENSIVA PARAGUAYA (ENERO-DICIEMBRE DE 1934)

del coronel Garay, y la 2.ª División, al mando del


tenien- te coronel Rivas Ortellado, se unieron en su
retaguardia. También ingresó a la trampa otra división
boliviana, la 2.ª División de Reserva al mando del
coronel boliviano Walter Méndez que acudió en
socorro de la primera sin conocer la magnitud ni la
intención del enemigo.
Al igual que en el cerco de Campo Vía, un año antes,
el 16 de noviembre de 1934, las dos divisiones del
Cuerpo de Reserva boliviano al mando del coronel
Situación al 16 de noviembre de 1934. Óscar Mos- coso, con más de 7000 hombres, acosados
Rojo: fuerzas bolivianas. por la presión enemiga, el calor y la sed, mezclados y
Azul: fuerzas paraguayas. apretujados, ya sin disciplina alguna, comenzaron a
rendirse. Se capturó un parque importante de
armamentos y equipos porque estas divisiones se
coronel Ángel Rodríguez en el cargo de jefe de operacio- estaban preparando para atacar por el oeste a las
nes militares pero Moscoso terminó haciéndose cargo del fuerzas del coronel Rafael Franco en la zona de
Cuerpo de Reserva cuyas dos divisiones, bien Picuiba.[117]
equipadas y con 10 000 hombres operaban en la zona de
El Carmen.
El teatro del cerco [...] no podía ser más
El día 10 de noviembre, mientras el coronel Toro intenta-
desolado y triste. Bosques en formación, con
ba cercar a las fuerzas del coronel Franco en
arbustos raquíticos [...] con hojas chicas y
Yrendagüé, el general Estigarribia inició la maniobra
es- pinosas [...]. En este panorama triste y
militar mejor ejecutada en todo el conflicto chaqueño.
hostil estaban agrupados los cercados. Reinaba
Tres divisiones paraguayas avanzaron sorpresivamente la de- sesperación. Todos tenían el semblante
sobre la 1.ª División de Reserva boliviana al mando desen- cajado, la mirada ausente, las pupilas
del coronel Zacarías Murillo ubicada delante de dilatadas, los ojos hundidos, los labios
Cañada El Carmen, en el sector central, el más débil resecos y agrie- tados, la gran mayoría sufría
de la línea bo- liviana. La 1.ª División paraguaya la de alucinaciones. Algunos se desnudaban,
atacó frontalmente para fijarla a su posición mientras cavaban con las ma- nos hoyos profundos
la 8.ª y la 2.ª División se infiltraron por sus flancos norte donde penetraban, otros gateaban yendo de
y sur utilizando picadas previamente relevadas a través un lugar al otro [...].
de patrullajes lejanos. Informe del director general de la
Pese a la detección de patrullas enemigas en su flanco Sanidad Paraguaya,
nor- te y a la emboscada paraguaya en la que murió el en (Querejazu Calvo, 1981, p. 379)
mayor boliviano Celso Camacho del Estado Mayor y
que tenía en su poder importante documentación,
Murillo no hizo ningún cambio ni intentó retirarse El ejército paraguayo tuvo que proveer de agua y alimen-
pues hubiera dejado aislados a los 18 000 hombres del tos, en forma perentoria, a esa gran cantidad de
Primer Cuerpo de Ejér- cito boliviano que defendían el prisione- ros que duplicaba su capacidad logística.
fortín Ballivian al sur de El Carmen.[116]
Muchos prisioneros bolivianos estaban
El día 11 de noviembre fui invitado a
tan debilitados que por el zarandeo de los
cele- brar copiosamente [sic] el cumpleaños
camio- nes que los llevaban a nuestra
del co- ronel Murillo con la acostumbrada
retaguardia per- dían el equilibrio y caían al
serenata de la víspera en la que aparte de la
camino, donde na- die los recogía. Así se
música se hi- zo nutrido fuego con toda clase
llenó la ruta de un tendal de cadáveres, algunos
de armas que disponía la división.
muertos por la sed, otros atropellados por los
Edmundo Ariñez Zapata, médico
camiones que, debido a la oscuridad o la
cirujano del RC-20 boliviano,
polvareda, no los podían esqui- var.
en Ariñez Zapata (1996)
General Estigarribia (1950, p. 323-326)

Dos días después, el 13 de noviembre de 1934, fuerzas de


la 2.ª División paraguaya aparecieron sorpresivamente en Como consecuencia de esta ruptura en dos del ejército
el fortín El Carmen apoderándose del parque de municio- bo- liviano, el general Peñaranda ordenó el inmediato
nes de la División y casi capturaron al coronel Murillo en aban- dono del fortín Ballivián al sur y la rápida
su propio puesto de mando. El 16 de noviembre, toda retirada ha- cia Villamontes antes que otros 18 000
su división quedó cercada cuando la 8.ª División, al hombres pudieran quedar aislados por el enemigo. Cayó
mando así, sin combatir, el poderoso fortín Ballivián, que era
todo un símbolo de la
10.7 «Corralito de Villamontes» 31

o menos, a sabiendas del peligro, ocasionó este


funesto desastre. Imaginé que el comando
es- taría humillado y que era ocasión de
renovarlo para salvar a Bolivia.
Presidente Salamanca,
en (Arze Quiroga, 1974, p. 19 vol. 4)

En su larga lucha contra lo que consideraba como una


ineptitud crónica de los comandantes bolivianos, el
pre- sidente Salamanca comenzó a buscar un
Plan estratégico del general Estigarribia: cerco y persecución. reemplazante de Peñaranda, convencido cada vez más
Rojo: Fuerzas bolivianas. de que este carecía de los conocimientos y el carácter
Azul: Fuerzas paraguayas. para dirigir al ejército boliviano.

presencia de Bolivia en el Chaco. Esta retirada fue 10.7 «Corralito de Villamontes»


con- siderada como la mejor maniobra realizada por el
ejér- cito boliviano durante la guerra siendo favorecidaCon las fuerzas enemigas acercándose a Villamontes,
por la debilidad, problemas logísticos y el el presidente Salamanca decidió viajar en persona a
desconocimiento del terreno que acuciaban al ejército esa lo- calidad para destituir al general Peñaranda y
paraguayo.[118] reemplazar- lo por el general José L. Lanza. La relación
El 5 de diciembre, las instalaciones de Samayhuate, de Salamanca con Peñaranda fue siempre áspera, lindante
se- de del comando de Peñaranda desde antes de la casi con la in- subordinación. En un radiograma a
bata- lla de Strongest, después de ser abandonadas por Peñaranda, luego de la derrota de El Carmen y de la
solda- dos, personal hospitalario y civiles, fueron retirada de Ballivián, Sa- lamanca le manifestó:
demolidas e incendiadas.[119] Al pasar por allí, los
desmoralizados y sedientos soldados bolivianos que se Hago saber a ustedes que el pueblo ya no
retiraban desde Ba- llivián pudieron observar un tiene confianza en la pericia del comando.
montículo de casi 300 me- tros de largo de botellas de Presidente Salamanca al general Peñaran-
cerveza vacías, consumidas por los oficiales del alto da,
mando boliviano durante su per- manencia en el lugar. en (Querejazu Calvo, 1981, p. 363)
Esto confirmó que era cierto el abu- so en el consumo de
alcohol que había denunciado Sala- manca a Peñaranda
en septiembre de 1934 y el nombre de La respuesta de Peñaranda no fue menos violenta:
«alto tomando» con llamaban los soldados al alto
mando boliviano.[120]
Aquí en la línea se piensa lo mismo de su
En un telegrama, del 17 de noviembre, dirigido al Gobierno y no por ello nos alarmamos.
presi- dente Salamanca, el general Peñaranda intentó General Peñaranda al presidente Salaman-
justificar la derrota de El Carmen: ca,
en (Querejazu Calvo, 1981, p. 363)
Conclusión, falla material hombre que el
enemigo posee en primera calidad. No tene-
mos oficiales ni clases suficientes [nuestra Fue un error de Salamanca abandonar La Paz y mucho
fuer- za] es un cuerpo sin alma […]. El más sin la custodia adecuada. El 27 de noviembre de
adversario, además de contar con iniciativa, 1934, sectores politizados de las fuerzas bolivianas
[…] tiene en abundancia oficiales y clases lea- les al general Peñaranda y al coronel Toro, se
[…] que reúnen sus tropas y guían sus resistieron a la orden presidencial.
hombres. Estos hechos […] que fueron
explicados a V.E. verbalmen- te, se han
Tropas al mando del mayor Germán
confirmado en últimas acciones.
Bush cercaron el chalet de la casa Staudt
General Peñaranda,
donde se ha- bía alojado el presidente
en (Arze Quiroga, 1974, p. 225 vol. 4)
Salamanca. En medio del mayor aparato de
fuerza se apresó al presi- dente y capitán
general del Ejército [...] quien no tenía
El presidente Salamanca comentó: siquiera una pequeña escolta.
(Urioste, 1940, p. 137)
Sobrevino la derrota del Carmen, que en
mi concepto era responsabilidad inexcusable
del comando. El más grosero descuido o, poco
más
32 10 TERCERA OFENSIVA PARAGUAYA (ENERO-DICIEMBRE DE 1934)

De todas las revoluciones o golpes de Esta-


do en Bolivia, esta fue una de las más
grotescas. Se extrajeron tropas de las
trincheras y en ple- na zona de operaciones,
a doce kilómetros del enemigo, los
principales jefes hicieron apuntar cañones a
la residencia donde se alojaba el en- vejecido
jefe del Gobierno, la rodearon de sol- dados
armados con fusiles y ametralladoras, y con
actitudes valentonas, incitadas en algunos de
ellos por el alcohol libado durante la noche
de vigilia, aprisionaron a su víctima y más
tar- de le exigieron su renuncia. Salamanca
firmó el documento casi gozoso de que los
militares, a quienes nunca había estimado y a
quienes cul- paba de los desastres de la Batalla de Yrendagüé. Situación al 8 de diciembre de 1934.
guerra, quitasen de sus espaldas una cruz que Rojo: fuerzas bolivianas.
se le había hecho de- masiado pesada y se Azul: fuerzas paraguayas.
condenasen a sí mismos ante el juicio de la
historia, con un acto que por el lugar y las
circunstancias en que se pro- ducía tenía las servicios de exploración y seguridad en el
características de una traición a la Patria. ca- prichoso y disparatado dispositivo
Historiador boliviano Querejazu Calvo, «ofensivo- defensivo» ideado por Toro.
en Querejazu Calvo (1977, p. 185) Teniente coronel boliviano Félix
Tabera, en Tabera (1979, p. 408)

Luego los insurrectos acordaron con el vicepresidente Te-


jada Sorzano para que asumiera la primera Luego de equiparla a nuevo con las armas capturadas a
magistratura. Fue el mejor cerco que lograron realizar los bolivianos en El Carmen y un breve descanso dado
los comandantes bolivianos en toda la guerra y a los soldados, el general Estigarribia devolvió la 8.ª
Salamanca no se privó de decírselos. División al Segundo Cuerpo paraguayo por lo que a
principio de diciembre de 1934 este tenía 5500
Daniel Salamanca retornó por vía aérea a
hombres. Aun así su situación era difícil.
Cochabamba. Once días después hubiera tenido que
soportar el desastre de Yrendagüé. Se liberó así de la Antes que Toro concentrara más de 12 000 hombres
responsabilidad pero no del temor que acrecentaba su so- bre La Faye, el coronel Franco, fiel a su estilo de
enfermedad desde un año atrás: la de que Bolivia con- ducción, planeó la maniobra más audaz y
tuviera que firmar la paz en condi- ciones de sorpresiva de la guerra por lo casi imposible de su
inferioridad, con el ejército paraguayo pisando realización. La re- cién llegada 8.ª División debía
territorio históricamente boliviano por culpa de los infiltrarse entre dos divi- siones bolivianas con rumbo a
erro- res de los comandantes insurrectos. Ahora esa los pozos de agua del fortín Yrendagüé. Para ello debía
tarea era responsabilidad de Tejada Sorzano, de Elio y recorrer 70 km de desierto, en pleno verano, con más de
sus corre- ligionarios liberales, o del ejército que 45 grados de calor a la sombra, atravesar los montes
iniciaba de nuevo su marcha para apoderarse del sin abrir una picada para no ser de- tectada por las
Gobierno de Bolivia. patrullas y la aviación enemiga y tomar el fortín para
dejar sin agua a todo el Cuerpo de Caballería boliviano
desplegado en el desierto, entre Picuiba y La Faye.
10.8 Maniobra de Yrendagüé La 8.ª División paraguaya, al mando del coronel Eugenio
A. Garay, inició la marcha el día 5 de diciembre de
Pese a la derrota boliviana en El Carmen (16 de 1934 y con gran esfuerzo y con sus hombres al borde de
noviem- bre de 1934) y la creciente sospecha de la des- hidratación llegó a Yrendagüé tres días después,
muchos oficiales bolivianos sobre las inexplicables tomó el fortín y los pozos, cortando así el suministro de
retiradas del Segundo Cuerpo paraguayo desde agua y las comunicaciones enemigas.
posiciones favorables, el coro- nel Toro, después de
ocupar Picuiba, siguió avanzando para desalojarlo de El sorprendido coronel Toro, su jefe de estado mayor y
La Faye: los comandantes de las dos divisiones quedaron
aislados en la placentera Carandaitý a 160 km de
distancia de sus fuerzas que combatían en el desierto
[…] las tropas del Cuerpo de Caballería, frente a La Faye. El teniente coronel Félix Tabera,
[…] agotadas en su estúpido avance hacia el circunstancialmente a car- go de esas unidades, ordenó
de- sierto de Picuiba, donde era la inmediata retirada hacia el
sobradamente co- nocido por todos, llegaron
piel y huesos, fueron obligadas a trabajar día y
noche en los forzados
10.9 Batalla de Ybibobó 33
la velocidad de los vehículos que puedan tener a su
disposición».[126]
fortín 27 de Noviembre asumiendo la responsabilidad
de esa decisión y en contra de las órdenes que sin
conexión con la realidad enviaba Toro por avión desde
Carandai- tý. Sin agua, las fuerzas bolivianas
comenzaron a desinte- grarse. Muchos soldados salvaron
sus vidas entregándose. Los días 9 y 10 de diciembre,
miles de soldados bolivia- nos, que habían abandonado
armas y equipos, murieron de sed o se suicidaron
desperdigados por el desierto.
Fue una de las batallas más crueles de la guerra y
produ- jo una profunda impresión en el pueblo
boliviano cuan- do conoció el padecimiento sufrido
por los soldados. El coronel boliviano Díaz Arguedas
evaluó en varios miles los muertos por falta de agua,
en 3000 los prisioneros, y la pérdida de gran cantidad
de armas abandonadas en el desierto: 60 morteros
Stokes Brandt, 79 ametrallado- ras pesadas, 498
livianas, 590 pistolas-ametralladoras, 11 200 fusiles y
200 camiones que fueron a parar al ejército paraguayo.
[121]
En los depósitos de Yrendagüé los solda- dos
paraguayos lograron rescatar de las llamas cajas con
botellas de champagne, vinos finos del Rhin y una
enorme cantidad de botellas de cerveza.[122]
Significativamente, entre los 3000 prisioneros capturados
no figuró ningún oficial boliviano debido a que estos
ha- bían abandonado a sus tropas en el desierto.
Toro ―que por ese tiempo gustaba hacerse llamar el
«Mussolini boliviano»― acusó a sus subordinados.[123]

Uno no debe tener finalmente ninguna con-


sideración con la fatiga de los soldados a
quie- nes es de vital importancia exigir el
máximo esfuerzo. Uno o dos días de
sacrificio…pueden ser suficientes para lograr el
total aniquilamien- to del enemigo que nos ha
dado más de un ejemplo sobre este tema,
mostrando que es po- sible vivir incluso
meses careciendo de la ma- yoría de recursos
(...) Le exijo mayor decisión y energía en el
comando.
Mensaje de Toro a
Tabera, en (Farcau, 1996, p.
215)

El coronel Ángel Rodríguez justificó corporativamente


el desastre atribuyéndolo a la falta de oficiales, a la
«ma- la suerte» y al «optimismo» de Toro. [124] Ante la
falta de un castigo ejemplar por parte de Peñaranda,
oficiales de la 8.ª División boliviana intentaron hacer
justicia por mano propia, eligieron por sorteo al
teniente Gualberto Villarroel para que liquidara al
coronel Toro por ser el principal responsable del
desastre de Picuiba, intento que no pudo llevarse a cabo.
[125]

El historiador estadounidense Bruce W. Farcau


equiparó la conducción del coronel Franco con la del
general es- tadounidense George Patton en la Segunda
Guerra Mun- dial: «La movilidad depende más de la
personalidad del comandante y su estado mental que de
10.9 Batalla de Ybibobó
Después de la derrota en El Carmen y el abandono de
Ballivián, el Primer Cuerpo boliviano (Divisiones 4.ª
y 9.ª ) al mando del coronel Enrique Frías, estableció
una nueva línea defensiva en Ybibobó, a 70 km al
noroeste de El Carmen, donde comienzan las primeras
estribaciones andinas. Los 2500 hombres de la 9.ª
División (al mando del coronel Jenaro Blacutt),
protegían un frente de 18 km.
Pese a que la aviación boliviana descubrió partes de
una picada que construían los paraguayos hacia ese
lugar, el comando boliviano desestimó toda
posibilidad de ataque en ese sector. El 28 de
diciembre de 1934, aprovechando una tormenta, una
división paraguaya al mando del ma- yor Alfredo
Ramos se infiltró entre la 9.ª y 8.ª División boliviana
y cortó el camino de retirada de la 9.ª División.

Una noche de lluvia, mientras nuestras


tro- pas, a causa de la fatiga ocasionada por
el re- pliegue, descansaban y dormían
tapadas con sus carpas, el enemigo pasa por
nuestras líneas sin disparar un solo tiro,
cerrando a los regi- mientos Sucre y Aroma,
[...] Los comandos no pueden hacer nada si
la tropa no duerme [...] y si existe falta de
oficiales que deben vigilar a la tropa.
Militar e historiador boliviano Lechín
Suárez,
en Lechín Suárez (1988, p. 395)

Todas las líneas de mando colapsaron produciéndose


una gran confusión. La artillería divisionaria
abandonó sus posiciones al iniciarse el ataque,
muchos soldados huye- ron hacia el río Pilcomayo,
otros rompieron el cerco por iniciativa propia y el
resto se rindió. En los primeros días de enero, 1200
soldados bolivianos fueron hechos prisio- neros y unos
200 se ahogaron en el cruce del Pilcomayo. La 9.ª
División se desintegró, pero se salvaron los coro-
neles Frías y Blacutt y otros oficiales.
Ybybobó era uno de los tres pasos para acceder a las
pri- meras serranias andinas y un importante punto
estratégi- co para atacar Villamontes desde el sureste.

11 Creación del tercer ejército


bo- liviano y batallas finales

11.1 Batalla de Villamontes


Luego de la derrota de Ybibobó, el comando
boliviano estableció una nueva línea de defensas en
Villamontes. Con sus arsenales, depósitos y líneas de
comunicación, este pueblo era el último punto de
apoyo de Bolivia en el Chaco. Su pérdida hubiera
abierto el camino a Tarija, y teniendo en cuenta las
precarias líneas de comunicaciones
34 11 CREACIÓN DEL TERCER EJÉRCITO BOLIVIANO Y BATALLAS FINALES

preparación y experiencia para el combate, a lo que se su-


maba defectos muy ostensibles en la conducción. Por
esa razón, y en contra de todo lo esperable, el ejército
para- guayo, pese a su inferioridad numérica, escasos
recursos y extensa línea logística, mantuvo la
iniciativa.
El 11 de enero de 1935, dos regimientos de la 3.ª Di-
visión boliviana fueron rodeados en Capirendá
sufriendo 330 muertos y 200 prisioneros y el resto fue
obligado a retirarse hacia Villamontes.
Un destacamento paraguayo de 1100 hombres, sin
apoyo de artillería y reservas, al mando del mayor
Caballero Ira- la, avanzó casi 100 km desde 27 de
Teatro de operaciones desde enero a junio de 1935. Noviembre hacia el río Parapetí y luego de aniquilar a
los regimientos Ingavi y Junín y batallones auxiliares
capturó Amboró y Santa Fe los días 16 y 18 de enero y
bolivianas, hubiera dejado toda esa zona en manos de los avanzó hacia Casa Alta y Cambeití.[128]
paraguayos.
La tarea de defender Villamontes fue encomendada a
los coroneles Bernardino Bilbao Rioja y Óscar Moscoso.
Apoyada por la gran concentración de artillería y bajo
la protección de extensas fortificaciones, la moral del
ejér- cito boliviano experimentó un repunte. En el
sector sur del sistema defensivo, el río Pilcomayo
sirvió de defensa natural a la 4.ª División boliviana que
se atrincheró a lo largo de la ribera sur de ese río que a
esa altura ya no sirve de límite con la Argentina.[127]
Por su parte, el presidente Tejada Sorzano decretó, en di-
ciembre de 1934, la movilización de todos los
bolivianos en edad de prestar el servicio militar.
Avance directo e indirecto del CE-2 paraguayo hacia
Carandaitý y retirada boliviana hacia Boyuibé en enero de
La guerra del Chaco se había hecho para
1935.
los indios y los obreros. Los parias, que
Rojo=Fuerzas bolivianas.
nunca gozaron de derecho alguno, ahora se Azul=Fuerzas paraguayas.
ven abru- mados por obligaciones; la patria,
que nunca les dio nada, les obliga ahora a El día 23 de enero cayó Carandaitý en poder de la
ofrendar sus vi- das en defensa de la DRG (División de Reserva General) paraguaya. Desde
soberanía nacional. Una vez que son allí las fuerzas paraguayas avanzaron sobre Boyuibé y
diezmados, los adolescentes y los ancianos, el día 28 desalojaron de esa posición a las divisiones
aquellos que por su temprana o avan- zada bolivianas DC-1, DC-2 y DI-7 cortando el camino que
edad no pertenecen a aquel anfiteatro ma- unía Villa- montes con Santa Cruz de la Sierra.
cabro, son Ilevados al frente, a seguir rindiendo
su vida para una causa que desconocen y no Diez días después, en febrero de 1935, las mismas fuerzas
en- tienden. Mientras que los burgueses, que envolvieron el flanco derecho del regimiento boliviano
antes vendían salud, ahora forman legiones RI-12 Manchego en Ñancorainza, en plena sierra, pero
de hom- bres aquejados por las más diversas este, al recibir ayuda de los regimientos de la 1.ª División
enferme- dades. de Caballería (DC-1), pudo salvarse y las fuerzas para-
Willy O. Muñoz, guayas tuvieran que retirarse nuevamente hacia Boyuibé.
en Muñoz (1986, p. 225 a 241) En un último esfuerzo por terminar la guerra, el gene-
ral paraguayo Estigarribia decidió tomar Villamontes
el 13 de febrero de 1935 con solo 15 000 hombres y
Este nuevo ejército boliviano, con sus 36 regimientos, casi sin apoyo de artillería.[129] El coronel Bilbao Rioja
duplicó al anterior y, por tercera vez desde el inicio de con 21 000 hombres, sin contar los cuadros de
la guerra, Bolivia tuvo una superioridad significativa oficiales y suboficiales,[129] superioridad aérea,
de efectivos y medios sobre el Paraguay. Pero los excelentes fortifica- ciones y abundante artillería, pudo
proble- mas siguieron siendo los mismos: los soldados contener los sucesivos intentos paraguayos de
reclutados masivamente, aunque estaban bien armados, ensanchar la ruptura inicial de 3 km que se produjo en
carecían de la línea defensiva boliviana.[130] El ataque fracasó con
importantes bajas para los atacantes
11.1 Batalla de Villamontes 35

paraguayos.
El 5 de abril de 1935, un destacamento paraguayo de
2600 hombres bajo las órdenes del coronel Garay, a pesar
de su inferioridad numérica y de medios, cruzó el río
Pa- rapetí, desalojó de la ribera occidental a 5000
soldados pertenecientes a dos divisiones bolivianas al
mando del coronel Anze y luego de empujarlas más de
50 km hacia el oeste capturó, el 16 de abril y por unos
pocos días, el poblado guaraní de Charagua.
El impacto político que produjo la caída de Charagua
y la amenaza que implicaba a las instalaciones
petrolífe- ras de la Standard Oil en Camiri y a la
ciudad de Santa Cruz de la Sierra obligó al comando
boliviano a lanzar prematuramente su planeada Etapas (1-2-3) en que se dividía el plan de la ofensiva boliviana
ofensiva para recuperar to- do el terreno perdido desde lanzada en abril de 1935
enero de 1935. Del 14 al 16 de abril, el ejército
boliviano arrolló las líneas paraguayas en el sector
central a lo largo del camino a Camatindý. En el sur, el tante en que se había desencadenado la
19 de abril de 1935, los bolivianos retoma- ron Tarari, sorpre- siva contraofensiva boliviana [del 14
obligando al coronel Fernández y sus fuerzas a de abril de 1935] y ya se podía afirmar que
retirarse. Entre el 24 y el 27 de abril dos divisiones re- había fracasa- do en sus objetivos
forzadas cercaron firmemente a la 8.ª División paraguaya fundamentales [...] lo que se había visto en
en Cambeiti: Carandaitý, Algodonal, Vi- llazón y Picuiba
durante la contraofensiva del Cuerpo de
Naturalmente que el futuro de las opera- Caballería Toro, septiembre a no- viembre
ciones bolivianas [...] y el ritmo a imprimir de 1934, se había repetido con mate- mática
al avance, dependía [inicialmente] de exactitud en esta nueva contraofensiva del
infligirle al ejército paraguayo un golpe recio Parapetí [...] desgraciadamente para las ar-
que lo hubie- ra paralizado traumaticamente mas bolivianas, el imperio de la rutina opera-
[...]. Y el pen- samiento militar boliviano y tiva y el pródromo [sic] de debilidades de
las ansias del país todo, se afincaron en el co- mandos afectados por el recuerdo de
cerco de Cambeiti, en el cual, durante cuatro otros re- veses en las personas de algunos de
días, se mantuvo en sus- penso una febril sus compo- nentes [...] siguió pautando con
incógnita. Grande debió ser el desencanto sometimiento a un exceso de seguridad
cuando el Comando Superior bo- liviano [...] reñidos con los prin- cipios [...] de la
en un comunicado de fecha 28 de abril de economía de fuerzas y de la sorpresa.
1935 concluía con las esperanzas, muy Teniente coronel Vergara Vicuña,
factibles por cierto, que se habían forjado en en (Guachalla, 1978, p. 201-202)
torno al, hasta hacia poco, bien anillado
cerco del sector central norte.
Teniente coronel Vergara Vicuña, La ofensiva boliviana se detuvo el 16 de mayo de
en Vergara Vicuña (1944, p. 328 vol. 1935, cuando el coronel paraguayo Rafael Franco
7) retomó la iniciativa con un sorpresivo ataque sobre el
regimiento boliviano Castrillo que vigilaba el
estratégico sector de Quebrada de Cuevo y recuperó
La 8.ª División paraguaya rompió el cerco en el punto
Mandeyapecuá, locali- dad donde se presumía que
más fuerte y escapó por las laberínticas quebradas de la
existían grandes reservas de petróleo. Días después, el
sierra de Aguaragüe.
regimiento paraguayo Valois Rivarola intentó cercar a
En el norte, las fuerzas del coronel boliviano Anze em- dos regimientos bolivianos y unidades menores, que
pujaron lentamente al Destacamento Garay hacia el río escaparon apresuradamente hacia Yohay.[133]
Parapetí. La contraofensiva boliviana recuperó las
már- genes de ese río pero no pudo tomar el Nuevamente el general Estigarribia pensó en tomar Vi-
estratégico cruce de Huirapitindí desde donde las llamontes pero esta vez desatando previamente sobre
fuerzas de Garay podían recuperar fácilmente el río. sus defensores un verdadero ataque de artillería. Para
[131] ese fin solicitó a la marina paraguaya el
desmantelamiento de los cañones binarios delanteros de
La ofensiva boliviana, pese a la amplia superioridad en 6 metros de largo y 120 milímetros de diámetro cada
hombres y recursos utilizados, fue limitada en sus uno de la cañonera Humai- tá para transportarlos a 15
resul- tados y se realizó al costo de elevadas bajas que km de Villamontes y desde esa distancia destruir sus
llegaron al 20 % de las fuerzas empleadas.[132] defensas.[134] Se prepararon los

Dos días habían transcurrido desde el ins-


36 12 FIN DE LA GUERRA

puentes del ferrocarril, se diseñó un medio de Ángel Ro-


transporte que soportara los 5500 kilos de peso, se
planeó la cons- trucción de un soporte de cemento para
sostener el retro- ceso y se transportó al Chaco un tractor
de gran capacidad para llevarlo hasta la zona de
operaciones. La finalización de la guerra impidió que los
cañones del Humaitá pudie- ran actuar sobre
Villamontes.

11.2 Batalla de Pozo del Tigre-Ingavi


A fines de abril de 1935, la 6.ª División boliviana, co-
mandada por el coronel Ángel Ayoroa, integrada por
los regimientos RI-14 Florida (al mando del teniente
coronel Julio Bretel), y el RC-2 Ballivián (al mando
del teniente coronel René Pantoja).[135] con un total de
3000 hombres inició su aproximación al fortín Ingavi
ocupado por los 370 hombres de la fracción López.[136]
El plan consistía en tomar Ingavi primero y desde allí
avanzar hacia el for- tín Aroma (al este) o hacia el
fortín 27 de Noviembre (al suroeste). Estigarribia envió
al teniente coronel Cazal Ri- varola con la orden de
impedir que Ingavi cayera en ma- nos enemigas debido
a las conversaciones diplomáticas en curso y al
objetivo estratégico de mantener a Bolivia lo más lejos
posible del alto río Paraguay. Cazal Rivarola organizó su
fuerza en tres raleados regimientos integra- dos por
veteranos con años de combate.[137]
Los bolivianos capturaron Pozo del Tigre (Kilómetro 14),
una posición adelantada a 14 km del fortín Ingavi y a
fines de mayo atacaron sin éxito el fortín sufriendo
unas 100 bajas. Mientras el coronel Arrieta
reemplazaba al coro- nel Ayoroa, Cazal Rivarola, con
no más de 850 hombres, comenzó a rodear al
regimiento RI-14 Florida en Pozo del Tigre. El 5 de
junio de 1935, las fuerzas paraguayas cortaron el
camino Ingavi-Ravelo, en la retaguardia del RI-14. El
regimiento RC-2 Ballivián acudió en su ayuda e
intentó abrir una brecha sin éxito. Tampoco sirvió el
apoyo de la 5.ª División boliviana.
Entre el 7 y el 8 de junio de 1935, la batalla de Ingavi ter-
minó con la captura del teniente coronel Bretel ―en
ese momento comandante de la 6.ª División boliviana
cerca- da―, de los mayores Marcial Menacho Páez y
Humberto Berndt Vivanco, mercenario chileno que
fuera contrata- do por el ejército boliviano en enero de
1935, y que al caer prisionero comandaba el
regimiento Ballivián.[84]
Se capturaron 2 jefes, 7 oficiales y 361 soldados. Los días
siguientes, las fuerzas paraguayas aceleraron su avance
hacia Ravelo persiguiendo a fuerzas bolivianas disper-
sas. La velocidad del avance impidió que estas
pudieran sostenerse en el km 25 ni en el km 35 (o
Pozo del Bár- baro) donde existía una importante
fortificación. En el avance se capturaron prisioneros y
sobre todo camiones, armas y provisiones que
facilitaron el avance de Cazal Rivarola.[138]
El coronel Toro culpó del resultado al comando del
Tercer Cuerpo «por la mala interpretación» dada a sus
terminan- tes directivas. Nueve años después, el coronel
dríguez no solo criticó esta actitud de Toro de
descargar culpas sobre los subordinados sino que lo
acusó de que- rer implementar «tenazas» en el Chaco
y sostener ideas
«hinderburguianas» de cortar las comunicaciones enemi-
gas lejos y con bastante tropas.[139]
En ese mismo momento, en Buenos Aires
(Argentina), las partes acordaron firmar, el día 12 de
junio de 1935, un protocolo de paz. Ese día, las tropas
de Cazal Rivaro- la, que ya habían avanzado 32 km
desde Ingavi, estaban a solo 15 km de su nuevo
objetivo: Ravelo y las instalacio- nes petrolíferas
bolivianas. Estos hechos influyeron en la delegación
boliviana para firmar el protocolo de paz.[140]

Prácticamente hemos perdido el Chaco.


Hoy el problema de la guerra está vinculado
a la desintegración de los departamentos de
San- ta Cruz y Tarija y a la pérdida de
nuestras ri- quezas petrolíferas. Frente a
esta situación no podemos cruzarnos de
brazos y espectar el dra- ma, cuya
prolongación puede causar la ruina
definitiva del país.
Tomás Manuel Elío (jefe de la
delegación boliviana en Buenos Aires):
Actas. Buenos Aires (Argentina), 5 de junio
de 1935;
en (Guachalla, 1978, p. 207)

12 Fin de la guerra

Reunión en Puesto Merino de los comandantes en jefe de


ambos ejércitos después del armisticio, 18 de julio de
1935).
37

actuaciones desacertadas del coronel Toro


[...] y terminé con esta frase: «Tengo el
convenci- miento de que al paso que vamos
acabaremos por entregar nuestras
petroleras».
Coronel Ángel Rodríguez, jefe de Opera-
ciones EMG boliviano;
en (Vergara Vicuña, 1944, p. 672, vol. 7) y
(Querejazu Calvo, 1981, p. 463)

esta afirmación pase inmediatamente a


explicar las
E. Martínez Thedy (Uruguay), Luis A. Riart (Paraguay), Tomás
M. Elío (Bolivia) y Carlos Saavedra Lamas (Argentina)
negocian la Paz del Chaco.

La duración, los malos resultados y la lista de bajas


acre- centaron el descontento del pueblo boliviano ante
la gue- rra. Solo los militares sostenían que con tiempo y
recursos todavía se podía alcanzar la victoria. Pero esta
actitud era solo para salvar las apariencias. En mayo de
1935, en ple- na ofensiva boliviana sobre el río Parapetí,
el coronel Án- gel Rodríguez expuso que para
alcanzarla se necesitaban 50 000 hombres, 500
camiones, gran cantidad de muni- ciones y recursos
monetarios suficientes para sostener el
aprovisionamiento del ejército por largo tiempo.[141]

Si no disponemos de estos elementos,


que son indispensables, la paz debería ser
aceptada ahora que ambos ejércitos están
equilibrados.
Coronel boliviano Ángel Rodríguez,
en (Querejazu Calvo, 1981, p. 464)

El día 5 de junio de 1935, en Buenos Aires


(Argentina), miembros de la delegación boliviana que
analizaban el cese de las hostilidades consideraron que
debía pedirse la opinión del comando del ejército,
general Peñaranda y coronel Toro. Ante este
requerimiento, el representan- te del ejército boliviano
en la delegación, coronel Ángel Rodríguez, afirmó: «El
comando soy yo». Años más tarde explicaría los
motivos de aquella afirmación:

Tenía en mi conciencia que esta afirmación


podía hacerla con más derecho que cualesquie-
ra de los dos que habían quedado en Villamon-
tes, planeando disparates [se refiere a Peñaran-
da y Toro] […] enseguida pregunté al
ministro de Hacienda, señor Carlos Víctor
Aramayo si se contaba con dinero para
continuar la guerra. El señor ministro
contestó que no había dine- ro.
Inmediatamente repuse, en mi calidad de
asesor militar y personero del comando: «Es
mi opinión que se acepte la cesación de hostili-
dades PORQUE TAMPOCO HAY
COMAN-
DO». Como me mirasen asombrados por
El 12 de junio de 1935, en Buenos Aires (Argentina),
se firmó el Protocolo de paz donde se acordó el cese
defi- nitivo de las hostilidades sobre la base de las
posiciones alcanzadas hasta ese momento por los
beligerantes.
El 18 de julio de 1935, en Puesto Merino, ubicado en
la tierra de nadie camino a Villamontes, se produjo el
pri- mer encuentro entre los comandantes de ambos
ejércitos. La sencillez del general paraguayo
Estigarribia contrastó con las condecoraciones,
correaje y fusta que portaba el general boliviano
Peñaranda.

Al hacerse las presentaciones el


momento es emocionante y solemne [...] La
oportuna eje- cución de la banda, disimuló
las lágrimas que brillaron en los ojos de
muchos de los presen- tes. Peñaranda,
hombre recio, tiembla de emo- ción.
Estigarribia tiene la mirada dulce y tran-
quila.
General uruguayo Alfredo R.
Campos, en (Querejazu Calvo, 1990, p.
176)

13 Acuerdo limítrofe
Después de largas negociaciones, el tratado para
termi- nar la guerra fue firmado en Buenos Aires
(Argentina) el 21 de julio de 1938. El canciller
argentino Carlos Saave- dra Lamas, que había
convocado la Conferencia de Paz en Buenos Aires
obtuvo más tarde el premio Nobel de la Paz en 1936,
en general por su labor en pro de la paz y en particular
por haber inspirado el Pacto antibélico Saa- vedra
Lamas, firmado por 21 naciones y convertido en un
instrumento jurídico internacional. Tuvo un papel im-
portante como mediador para dar por terminada la
guerra del Chaco.
De la totalidad del Chaco Boreal, tres cuartas partes
se reconocieron bajo soberanía paraguaya. Bolivia
recibió una zona a orillas del río Paraguay, donde se
encuentra hoy Puerto Busch.
El 27 de abril de 2009, 74 años después de finalizado
el enfrentamiento bélico, los presidentes Evo Morales
(de Bolivia) y Fernando Lugo (de Paraguay) firmaron en
Bue- nos Aires el acuerdo definitivo de límites
territoriales del Chaco Boreal. El acto se realizó en
presencia de la pre- sidenta Cristina Fernández de
Kirchner (de Argentina),
38 14 REFERENCIAS

previa aceptación por parte de sus respectivos


cancilleres del Acta de cumplimiento y ejecución del [34] Paraguay. Ministerio de Relaciones Exteriores, 1933, p.
Tratado de paz, amistad y límites entre Bolivia y 243.
Paraguay de 1938.
[35] Querejazu Calvo, 1981, p. 57.

[36] Querejazu Calvo, 1981, p. 93.


14 Referencias [37] Sánchez Guzmán, 1998, p.

[1] Rahi y Agüero Wagner, 2006, p. 45/49. 226. [38] Farcau, 1996, p. 67.

[2] Seiferheld, 1983, p. 472. [39] Guachalla, 1978, p. 86.

[3] Dunkerley, 1987, p. 222 y 223. [40] De la Pedraja Tomán, 2006, p. 342.

[4] Querejazu Calvo, 1995, p. 21. [41] Fernández, 1955, p. 36 vol. 2.

[5] Guachalla, 1978, p. 170. [42] Saracho Calderón, 1980, p. 53.

[6] Arze Quiroga, 1974, p. 19. [43] Florentín, 1964, p. 88.

[7] Querejazu Calvo, 1977, p. [44] Cornejo Bascopé, 1996, p. 174 y 175.
185. [8] Tabera, 1979, p. 247. [45] Díaz Arguedas, 1957, p. 36.
[9] De la Pedraja Tomán, 2006, p. 467, nota [46] Brockmann, 2007, p. 230.
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[11] Farcau, 1996, p. 165. [48] Brockmann, 2007, p.
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Guerra_del_Chaco_002.jpg Licencia: GFDL Colaboradores: Trabajo propio Artista original: Anibalcesar
44 18 ORIGEN DEL TEXTO Y LAS IMÁGENES, COLABORADORES Y LICENCIAS

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Editora Argentina. 1971, Buenos Aires, Argentina. Artista original: Desconocido<a href='//www.wikidata.org/wiki/Q4233718'
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