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Tema: EL TCNL.

BERNARDINO BILBAO RIOJA EN AL


HEROICA DEFENSA DEL “KILÓMETRO 7”.

I.- ANTECEDENTES.

El Tcnl. Bernardino Bilbao Rioja, es sin ninguna duda uno de los grandes héroes
de la Guerra del Chaco, fue un Militar de honor, modesto y organizado, fue el gran
protagonista de Kilómetro 7 y de la defensa de Villamontes, dos de los mayores
éxitos del Ejército de Bolivia.

El Tcnl. Bernardino Bilbao, nació en Arampampa (Potosí), el 20 de mayo de 1895,


opto por la carrera militar no sólo estuvo en el Ejército, sino que fue de los
pioneros de la aviación. Fue miembro de la junta de gobierno de 1930. Combatió
en el conflicto bélico de la Guerra del Chaco y llegó al grado de Coronel. Fue uno
de los oficiales más destacados en la contienda y estuvo lejos de las intrigas y
problemas del Alto Mando. En 1935 contaba con 40 años. En 1939, tras la muerte
del Camba Busch, fue nombrado Comandante en Jefe del Ejército de Bolivia. En
ese mismo año fue desterrado por el gobierno del Gral. Carlos Quintanilla, quien lo
consideraba un potencial enemigo político. Se hizo militante de FSB y fue su
candidato presidencial en 1951 y 1966. Murió en La Paz el 13 de mayo de 1983 a
los 88 años. 1

La consigna de la 4ta. División, era repetida constantemente “no pasarán”. La


misma que había sostenido el Ejército francés en su gran defensa de la fortaleza
de Verdun, durante la Primera Guerra Mundial.

El primer gran choque con las fuerzas paraguayas se dio contra el Regimiento
Corrales, que venía muy envalentonado por los fáciles triunfos obtenidos en Yujra
y Arce. Este destacamento se precipitó contras las fuerzas acantonadas en
Kilómetro Siete, provocando una violentísima lucha del 7 al 9 de noviembre de
1932, hasta con arma blanca, que a la postre solo sirvió para aniquilar a tan
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www.educa.com.bo/la-guerra-del-chaco/bernardino-bilbao-rioja-1895-1983

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valiente Regimiento paraguayo y para levantar la moral de las fuerzas bolivianas.

El Ejército paraguayo insistió durante todo noviembre y parte de diciembre en


aplastar las fuerzas de Kilómetro Siete. Pero se estrelló contra una defensa
enérgica y tenaz, que terminó por confundirlo. Además, comprendiendo que una
buena defensa requiere de contraataques, el Tcnl. Bilbao y el My. Jordán,
lanzaron varios de ellos, en procura de la disolución de la ofensiva guaraní. Esta
defensa activa acabó por agotar a las fuerzas enemigas, las cuales no tuvieron
más remedio que abocarse a cavar trincheras y mantener estático todo el frente
sur.

La defensa de Kilómetro Siete salvó al país de ser derrotado al inicio de la


contienda, además, dio al Ejército la confianza y entereza necesarias para afrontar
una larga y penosa guerra. La consigna de “no pasarán” se cumplió cabalmente.
Pero, por desgracia, el 15 de diciembre, el My. Germán Jordán, el hombre que
más había contribuido a esa gran defensa, rindió la vida por la patria. Sus
apenadas tropas bautizaron “Campo Jordán” a ese territorio que tanto había
defendido y donde tuvo que ser enterrado.

La caída de Boquerón dejo al País consternado. La ciudadanía responsabilizo del


desastre al gobierno. La Tropa desmoralizada en el Chaco huía del enemigo.
Solamente el valor del Tcnl. Bilbao Rioja y el My. German Jordán, devolvió la fe en
Bolivia. Sin la defensa de Kilómetro 7, Paraguay hubiera tomado Villamontes antes
de la navidad de 1932, definiendo la guerra a su favor”2.

Un error de apreciación del Comando Paraguayo ayudó a las Tropas bolivianas. El


Cnl. Estigarribia tuvo la convicción de que el comando boliviano destacó por lo
menos 1000 hombres a fortín Fernández. Ante el temor de que esta gente se
descolgase a sus espaldas si él seguía avanzando, desvió su 1ra. y 4ta. División
sobre Fernández y Platanillos y ordenó a la 2da División, quedarse en Arce en
posición defensiva. No sabía el jefe paraguayo que en todo el sector de su

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La Historia del Siglo XX en Bolivia

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derecha no había más que los 220 combatientes del Regimiento Colorados
distribuido en más de 5 puestos aislados.

Libres de la obsesionante persecución enemiga, los 320 voluntarios, los 400 del
Loa y Campero, 110 artilleros y 178 del servicio Auxiliar, que era todo lo que
quedaba de la 4ta. División Boliviana, abandonaron Alihuatá al tener noticias de
que patrullas paraguayas operaban en el camino a Saavedra. Hicieron alto a 7 km.
de este fortín, al borde de un extenso pajonal que cortaba perpendicularmente
dicho camino y que a juicio de sus jefes ofrecía grandes ventajas para la defensa.3

Han pasado 86 años de esos heroicos acontecimientos y deben ser muy pocos los
bolivianos que tengan presente tan extraordinaria epopeya. Lamentablemente, en
nuestro país solo se recuerda a hombres muy discutibles y que se han destacado
malamente en nuestra política interna, y se olvida fácilmente a figuras que, como
el Tcnl. Bernardino Bilbao y el My. Germán Jordán, se sacrificaron por defender la
honra y el territorio de Bolivia.

II.- INTRODUCCIÓN.

Entre noviembre de 1934 y enero de 1935 el avance paraguayo fue frenético, al


punto que el 14 de enero Estigarribia tomó una banda del río Parapetí, logrando el
sueño imposible de tocar el punto más al norte de la aspiración paraguaya sobre
el territorio chaqueño. El combate había llegado de manera insospechada a los
contrafuertes de la cordillera de los Andes (cordillera del Aguaragüe), donde la
ventaja geográfica y el conocimiento del medio fue un factor para destacar la
capacidad combativa del soldado boliviano. Igual que Bolivia al comenzar la
guerra, los paraguayos estaban demasiado lejos de sus centros de abastecimiento
y tenían serios problemas. A pesar de ello, el Gral. Estigarribia, tentado por la
proximidad de los campos petroleros bolivianos, decidió tomar Villamontes. Para
Bolivia la defensa de Villamontes fue realmente de vida o muerte, no sólo por
defender su riqueza petrolífera amenazada, sino por el riesgo potencial que se
cernía sobre dos centros urbanos importantes, Tarija y Santa Cruz. El Cnl.
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Bernardino Bilbao Rioja fue encargado de organizar la defensa. Bolivia levantó
prácticamente un nuevo ejército (el tercero a lo largo de la guerra); casi 30.000
hombres defendieron la plaza con artillería pesada y pertrechos bélicos nuevos.
Se construyeron trincheras por kilómetros y se organizó una notable red de
comunicaciones internas. El Tcnl. Bilbao, era un militar de primer nivel y lo
demostró en su celo organizativo. Paraguay puso 15.000 hombres al frente.

El ataque a Villamontes comenzó el 16 de febrero de 1935. Era un intento suicida,


la superioridad numérica boliviana, más aún en posición defensiva era
abrumadora. Fue una semana infernal, a pesar de haber logrado abrir dos o tres
brechas, los paraguayos caían por cientos en sus ataques de oleadas sucesivas,
barridos por la artillería y las ametralladoras bolivianas. El 23 de febrero, después
de haber dejado miles de hombres muertos en el campo, Estigarribia se dio cuenta
de que la ofensiva había fracasado y que había sido derrotado en Villamontes.
Bolivia realizó entonces operaciones tímidas de contraofensiva, mientras el
agotado ejército paraguayo emprendía una retirada que implicó la cesión del
Parapetí. En mayo de 1935, los paraguayos se habían replegado hacia el sur casi
150 kilómetros.

La Batalla de Kilómetro Siete (del camino Saavedra-Alihuatá) fue una serie de


combates ocurridos durante la Guerra del Chaco entre el 7 de noviembre de 1932
y febrero de 1933 entre fuerzas de Bolivia y Paraguay. La batalla comenzó con el
avance del ejército paraguayo hacia Saavedra y terminó con la retirada de la 1ra.
División paraguaya hacia Kilómetro 12, dando fin a la ofensiva paraguaya y al
inicio estratégico de su “Defensa Activa”.

La pérdida de los fortines Boquerón, Arce, Alihuatá y la retirada general hacia


Saavedra fue un duro golpe para los bolivianos. Cundió una ola de
desmoralización que alcanzó a todas las unidades en el Chaco.
El Gral. Carlos Quintanilla, fue destituido del mando de la 4ta. División siendo
reemplazado por el Cnl. Enrique Peñaranda. Los restos de la 4ta. División
boliviana retrocedieron hacia Saavedra abandonando los fortines Arce y Alihuatá,
los más avanzados que tenía Bolivia en el Chaco. A la altura del km 7 del camino

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Saavedra-Alihuatá cruzaron un ancho pajonal que cortaba perpendicularmente el
camino. Los comandantes vieron allí las condiciones favorables para una defensa
y acordaron detener ahí el avance paraguayo.

Después de capturar Arce y Alihuatá, Estigarribia perdió la oportunidad de acabar


con el ejército boliviano en el Chaco al desviar su ataque hacia los fortines
bolivianos Fernández y Platanillos asumiendo, razonablemente, que fuerzas
bolivianas podían salir desde allí a su retaguardia y cortar la línea de suministro
Arce-Isla Poí. Estigarribia pensaba que los efectivos apostados en esos fortines
superaban los 1000 hombres, sin saber que allí solo se encontraba distribuido, en
posiciones distanciadas, el RI-1 Colorados con 220 soldados.

Este error de apreciación les dio tiempo a las fuerzas bolivianas en retirada para
fortificar sus posiciones en Saavedra. Se produjeron nuevos cambios en los
comandos: El Cnl. Francisco Peña, comandante interino del Primero Cuerpo, fue
evacuado por enfermedad siendo reemplazado por el Gral. Arturo Guillén. El Cnl.
Peñaranda también tuvo que ir a retaguardia por enfermedad, cediendo el mando
al Tcnl. Bernardino Bilbao Rioja.

Desde Bolivia, el presidente Salamanca pensó que la resistencia en ese lugar era
decisiva para recuperar la moral de las tropas, la cual pendía de un hilo. Una
derrota obligaría a los bolivianos a retroceder aún más, lo cual acarrearía graves
consecuencias para todo el ejército y posiblemente para su propio gobierno.

Los 18 días perdidos por Estigarribia permitieron la llegada al frente de los


Regimientos Abaroa, el RI-25, un destacamento de zapadores y un grupo de
artillería. Se apostó a otros 1500 hombres y 80 oficiales al otro lado del camino y
se esperó pacientemente la aparición de los paraguayos. Progresivamente iban
llegando a la zona de operaciones las fuerzas bolivianas que habían sido
movilizadas y que Estigarribia estimaba que se completarían para fines de
diciembre de 1932. 4

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III.- DESARROLLO.

A.- Las operaciones durante la Defensa de “Kilómetro 7”.

Los 320 hombres que dieron un paso al frente más 400 efectivos de los
Regimientos Loa y Campero, 110 artilleros y 178 de servicios auxiliares, que
era todo lo que quedaba de la 4ta. División, se hicieron fuertes en ese
campo, bajo el comando del Tcnl. Bernardino Bilbao, pues el Cnl.
Peñaranda, enfermo, tuvo que ser evacuado.

Mientras Estigarribia perdía dos semanas, el Tcnl. Bilbao se atrinchero y más


hombres se sumaron a su esfuerzo, hasta totalizar 1500 efectivos, bajo el
mando de 80 oficiales. Allí se juntaron los más valientes, el Tcnl. Bernardino
Bilbao, el My. German Jordán y el Tte. German Buch.

1.- El 7 de Noviembre.

El Regimiento paraguayo Corrales con 900 efectivos, al mando del My.


Torreani Viera, ataco con gran frio el ala izquierda de kilómetro 7. Pero
los soldados bolivianos que habían recuperado la moral combatiente,
sintiéndose seguros detrás de sus fortificaciones repelieron el ataque
con notable solvencia.

2.- El 8 de Noviembre.

Los paraguayos volvieron al ataque, pretendiendo quebrar la defensa


por el centro con igual suerte.

3.- El 9 de Noviembre.

Inicio otro ataque por el ala derecha y de nuevo fueron rechazados.


Aviones bolivianos observaron que en la vanguardia de Corrales no
había fuerzas consideradas. Por eso el Tcnl. Bilbao decidió pasar a la

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ofensiva e intentar un contraataque, el primero de los bolivianos desde
que empezó la guerra como tal. Utilizaría nuevos contingentes recién
llegados a la zona de operaciones. No sabía que desde Alihuatá salían
otros combatientes paraguayos a reforzar al Corrales.

La aviación boliviana informó que la unidad paraguaya se encontraba


aislada. Sin esperar más refuerzos, el Tcnl. Bilbao Rioja, decidió
contraatacar para eliminar esa amenaza ignorando la orden del
comando de mantener la actitud defensiva para no poner en riesgo la
débil moral de las tropas y sabiendo que la 2da. División paraguaya se
encontraba a 50 km del lugar. A su vez Estigarribia envió al RI-1 “2 de
Mayo”, para reemplazar al agotado Regimiento Corrales que pasó
transitoriamente a la retaguardia.

El RI-50 “Murguía”, encabezó la maniobra de envolvimiento sobre el ala


derecha paraguaya cuyo objetivo era salir a su retaguardia y cortar el
camino Saavedra - Alihuatá. Al mismo tiempo, los regimientos Campero
y Campos atacaron por la izquierda mientras los regimientos RI-4 “Loa”,
RI-25 “Tocopilla” y el RC-1 “Abaroa” sostenían frontalmente las
posiciones de Kilómetro 7, quedando el RC-7 “Chichas” como reserva.
Estos 7 regimientos sumaban un total de 3500 hombres. El ataque
boliviano se inició en la madrugada del 10 de noviembre con los
disparos de los grupos de artillería Rivera y Peñaranda apoyados
adicionalmente por el bombardeo de la aviación. El regimiento
paraguayo RI-1 “2 de Mayo”, fue tomado por sorpresa. El RI-50
“Murguía”, aunque no había logrado salir completamente a la
retaguardia enemiga, chocó contra el RI-3 “Corrales”, que también fue
sorprendido. El My. Torreani Viera (paraguayo), tuvo que recurrir a los
cocineros y asistentes personales para defender las posiciones. Pese a
la sorpresa, el ataque del RI-50 “Murguía”, fue rechazado y tuvo que
retroceder. 5

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4.- El 10 de Noviembre.

Unos 5000 hombres de ambos Ejércitos chocaron en una batalla


impresionante por su ferocidad. Tronaban los cañones, los gritos de
paraguayos y bolivianos para intimidar a sus enemigos, las bandas
militares estimulando a los suyos, dos escuadrillas de aviones que
bombardeaban las posiciones enemigas una balacera impresionante de
varias horas. En medio de la batalla, surgía nítida figura del gran
conductor de soldados, el My. German Jordán, las bajas bolivianas
sumaron 130 más unos heridos. En el frente paraguayo la situación fue
más dramática, casi la mitad del Regimiento Corrales había caído en
combate y la perdida de oficiales era elevada. Cuando en la noche
ambos Ejércitos retrocedían a sus bases originales sin haberse
derrotado, estaban ganados por el espanto, al punto que los mandos de
ambos Ejércitos tuvieron que apuntar a sus propios soldados para evitar
una deserción masiva.

5.- El 12 de Noviembre.

Los paraguayos devolvieron el contraataque el día 12 con un violento e


intenso asalto por el centro, donde Tcnl. Bilbao coloco al Regimiento
Sucre, cuya huella se había perdido desde la guerra civil. El Regimiento
Sucre, recién llegado al Chaco, estaba formado por hombres no
contaminados con la desmoralización. Tcnl. Bilbao no se equivocó y el
Regimiento Sucre fue uno de los grandes protagonistas en kilómetro 7.
Entonces se estabilizaron dos frentes atrincherados, (como en Verdun)
en lo que iban a ver una guerra de desgaste y sin solución de
continuidad. Los paraguayos empezaron a sentir hambre y temor. La
temporada de lluvias trajo enfermedades, el mal estado de los caminos
dificultaba el aprovisionamiento. Las incursiones de aviones bolivianos
arrojando bombas desmoralizaban a los soldados guaraníes.
Estigarribia sabía que las trincheras harían perder la principal virtud
combatiente de los paraguayos, que era su capacidad de movilización.

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Por ello ordeno un gran ataque sobre Saavedra y Agua Rica. La
División del Gral. Carlos José Fernández, que debía envolver el ala
izquierda del kilómetro 7, salió la noche del 30 de Noviembre y al
amanecer el 1 de Diciembre se dio cuenta de que no había rebasado
esa línea y choco con fuerzas bolivianas. Un intenso cañoneo de la
famosa Batería Rivera amago la isla (formación boscosa) donde
aparecieron los paraguayos. Para evitar los morteros las tropas salieron
al claro donde los bolivianos hicieron de las suyas.

6.- La Primera Batalla Aérea.

Mientras la 5ta. División paraguaya salía de Nanawa para reforzar el


frente, el 4 de Diciembre se produjo el primer combate aéreo en
América, sobre los cielos de Km 7. El irupaneño capitán Rafael Pabón
de la aviación boliviana, al mando de un avión Vickers Scout, se
presentó en el escenario aquella mañana, saliéndole al encuentro un
Potez 25 con bandera paraguaya pilotado por el Tte. Trifon Benítez
Vera, a quien acompañaba nada menos que el jefe de Operaciones del
Cnl. Estigarribia. Abajo, en el campo, las armas enmudecieron para el
encuentro aéreo que sería espectacular, frente a frente, los dos
aparatos, como los antiguos caballeros en un torneo de lanzas, se
prepararon para el duelo de cruzamientos y metralla. A la sexta
aproximación, Pabón se fue con todo y acercándose tanto que podía
ver los ojos de su contendiente, disparo su pieza punto 50, perforando
el fuselaje de la nave belga. El impacto desestabilizó visiblemente la
nave que lucía orgullosa la efigie guaraní. El capitán Pabón se mantuvo
en el aire esperando que su antagonista recuperara altura, pero la nave
Potez 25 se precipitaba sin remedio sobre territorio bajo control
boliviano y allí se estrelló, la batalla en tierra comenzó otra vez. Los
cuerpos de los oficiales paraguayos fueron recuperados del fuego,
llevados hasta Saavedra, donde fueron sepultados con honores

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militares. El capitán Pabón visito el lugar en los días posteriores
depositando flores en las tumbas de sus valientes adversarios.6

El Tcnl. Bilbao Rioja, tuvo como apoyo fundamental al militar más


valiente, inteligente y heroico que Bolivia tuvo en las arenas del Chaco:
el My. Germán Jordán. Este pundonoroso oficial ya se había distinguido
en los combates que se llevaron a cabo luego de la pérdida de
Boquerón. A siete kilómetros delante del Fortín Saavedra, el Tcnl.
Bernardino Bilbao y el My. Germán Jordán, decidieron organizar el
frente de batalla y propusieron defenderlo hasta el último hombre. La
consigna que toda la División tomó y que era repetida constantemente
fue “no pasarán”. La misma que había sostenido el Ejército francés en
su gran defensa de la fortaleza de Verdun, durante la Primera Guerra
Mundial.

El Ejército Paraguayo insistió durante todo ese mes de noviembre y


parte de diciembre, en aplastar las fuerzas de Kilómetro Siete. Pero se
estrelló contra una defensa enérgica y tenaz que terminó por
confundirlo. Además, comprendiendo que una buena defensa requiere
de contraataques, el Tcnl. Bilbao y el My. Jordán lanzaron varios de
ellos, en procura de la disolución de la ofensiva guaraní. Esta defensa
activa acabó por agotar a las fuerzas enemigas, las cuales no tuvieron
más remedio que abocarse a cavar trincheras y mantener estático todo
el frente sur.

La defensa de Kilómetro Siete había salvado al país de ser derrotado al


inicio de la contienda y, además, había dado al ejército la confianza y
entereza necesarias para afrontar una larga y penosa guerra. La
consigna de “no pasarán” se había cumplido cabalmente. Pero, por
desgracia, el día 15 de Diciembre, el My. Germán Jordán, el hombre
que más había contribuido a esa gran defensa, rindió la vida por la
patria. Sus apenadas tropas bautizaron “Campo Jordán” a ese territorio
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Libro la historia del siglo XX de Bolivia.

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que tanto había defendido y donde tuvo que ser enterrado. Han pasado
80 años de esos heroicos acontecimientos. Posiblemente muy pocos
excombatientes de dicha guerra continúan viviendo. Quizás sean los
últimos bolivianos que tengan presente tan extraordinaria epopeya.
Porque, lamentablemente, en nuestro país sólo se recuerda a
personajes que se hayan destacado en los avatares de la política
interna, y se olvida fácilmente a los hombres que, como el Tcnl.
Bernardino Bilbao y el My. Germán, se sacrificaron por defender la
honra y el territorio de Bolivia.

Mientras se desarrollaban los combates en las trincheras de Kilómetro 7


y Campo Jordán, el ejército boliviano concentró fuerzas de los fortines
Ballivián, Muñoz, 27 de noviembre y Picuiba, para formar una División
que pudiera accionar por el flanco del despliegue paraguayo. Se formó
la 8va. División, compuesta por el RI-47, RI-20, RI-1 “Colorados” y RC-3
“Paucarpata”, un Escuadrón de Caballería y una batería de montaña, a
las órdenes del Gral. Julio Sanjinés, a quien se le dio la orden de
recuperar el fortín Platanillos defendido por el Regimiento paraguayo
Valois Rivarola con 700 soldados. La batería Arenas inició el ataque
con un bombardeo durante la noche del 12 de diciembre y al amanecer
del 13, el Escuadrón de Caballería y el RI-1 Colorados cargaron
frontalmente mientras el RI-20 y dos compañías del Paucarpata salieron
sobre la izquierda tratando de cortar la retirada enemiga a Jayucubás
mientras el RI-47 lo hacía en el camino hacia Fernández (Herrera).

Toda la maniobra fue un éxito, excepto la del RI-47 que chocó contra un
fuerte sistema defensivo paraguayo que cubría la retirada y no pudo
impedir el escurrimiento de los paraguayos hacia Fernández.
Por su parte, el Cnl. Ángel Rodríguez, salió del fortín Camacho con el
Regimiento Ingavi, con 200 hombres más 2 piezas de artillería, para
reforzar a la 8va. División y desalojar a los paraguayos del Fortín Loa. 7

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IV.- CONCLUSIÓNES.

Debido al eficaz dispositivo que realizo el Tcnl. Tcnl. Bernardino Bilbao Rioja, la
Defensa en el “kilómetro Siete”, se evitó que las Tropas paraguayas, ingresen
hasta Villamontes, esto significaría prácticamente la victoria de los paraguayos,
pero la flexibilidad en las Operaciones de Defensa que realizo, a través de una
Defensa Tenaz y posteriormente a una Defensa de Amplio Frente, permitió
desorganizar y desgastar al enemigo; Asimismo, hay que resaltar el liderazgo del
Tcnl. Bernardino Bilbao Rioja, My. German Jordán, el Cap. Rafael Pabón y el Tte.
German Buch, mismos que organizaron, condujeron y planificaron todas estas
operaciones, logrando elevar el espíritu combativo y la moral del Soldado
boliviano, el cual que se encontraba totalmente desmoralizado por la pérdida de
Boquerón, el grito de guerra ¡NO PASARAN!, es uno de los grito que hasta la
fecha nos hace recuerdo del “heroísmo y temple”, del Soldado boliviano, nuestra
historia esta marcada de historias heroicas, las cuales son objeto de estudios
científicos del comportamiento del Soldado boliviano en situaciones adversas, la
cual a demostrado una constante aparición de héroes de distintas guerras en la
que tuvimos y son un ejemplo de sacrificio como ofrenda por su país, trasmitiendo
a las futuras generaciones de nuestro país, siendo el resultado del amor más puro
que se tiene a nuestra nación y que siempre nos hemos identificado, en la Guerra
del Chaco, hubo muchos hombres y que sacrificaron sus vidas, sin importar el
resultado, motivo por el cual nuestra obligación es hacerles un merecido homenaje
a todos estos héroes para que sus nombres y sus acciones estén siempre vivos
en nosotros.

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