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CAPÍTULO 56: INSTRUÍDOS EN LA LEY DE DIOS

DATO CURIOSO:

¿Sabías que la RAE utiliza el término SALOMÓNICO para referirse a asuntos relacionados con la
inteligencia, la sensatez y la sabiduría? El día de hoy te presentaré la historia de un hombre
cuyo nombre está estrechamente relacionado a esta palabra.

PRESENTACIÓN:

Hola, mi nombre es Consuelo Coronado, y en esta oportunidad les presentaré el capítulo 56


del libro Profetas y Reyes titulado “Instruídos en la ley de Dios.” Acompáñame hasta el final de
este estudio y conocerás el mensaje que Dios tiene para ti.
RESUMEN:

Cada año el pueblo de Israel celebraba la fiesta de las Trompetas, en honor al señor y se
reunían para adorarlo solemnemente. Aunque la ciudad se veía en ruinas después de haber
estado en esclavitud y cautiverio, la gente acudió donde se encontraba Esdras, un anciano
sacerdote y sus hermanos los levitas. Allí Esdras bendijo a Jehová junto a su pueblo y empezó a
explicar la ley de dios cuidadosamente, a fin de que los oyentes la comprendiesen el mensaje
correctamente. Todos escuchaban atentamente el mandato de Dios y se quedaron
convencidos de su culpabilidad y lloraron amargamente, olvidando que era un día de fiesta y
regocijo. Nehemías que también estaba presente se percató de lo que sucedía y les pidió que
refrenasen su pesar y que se regocijasen por la gran misericordia de Dios hacia ellos. Asi
pasaron los días y los encargados continuaron difundiendo el mensaje del señor hasta que el
pueblo se había convencido de sus transgresiones o pecados y notaron que al apartarse de
Dios, él retira su cuidado protector. Es por eso que decidieron procurar su misericordia y
obedecer su ley, iniciando por separarse de los paganos. El pueblo se postró delante de
Jehová, confesando sus pecados, pidiendo perdón, demostrándole su fe y recordando sus
misericordias; luego entonaron una canto de alabanza, también los dirigentes de la
congregación relataron la historia de Israel, mostrándoles la gran bondad de Dios hacia ellos, y
cuán ingratos habían sido. Entonces toda la congregación pactó que guardaría todos los
mandamientos del señor, también se comprometieron que además del diezmo, cada año
traerían las primicias de su tierra, y de todo fruto de todo árbol, a la casa de Jehová. Es así
como Israel reconoció sus pecados y Dios había aceptado su arrepentimiento. Los esfuerzos de
fieles por restablecer el culto del verdadero Dios habían sido coronados de éxito. Mientras el
pueblo fuese fiel al juramento que había prestado y obedeciese a la palabra de Dios, el Señor
cumpliría su promesa derramando muchas bendiciones.

REFLEXIÓN:

Este relato contiene lecciones de fe y aliento para los que estamos en pecado y abrumados por
el sentir de ser indignos. La Biblia presenta fielmente el resultado de la desobediencia de
Israel; pero describe también su profunda humillación y su arrepentimiento, la ferviente
devoción y el sacrificio generoso que señalaron las ocasiones en que regresó al Señor. Es una
gloria para Dios rodear a los seres humanos pecaminosos y arrepentidos con los brazos de su
amor, vendar sus heridas, limpiarlos de pecado y cubrirlos con las vestiduras de salvación.

INVITACIÓN:

Querido amigo, recuerda que el arrepentimiento es mucho más que limitarse a reconocer que
se ha obrado mal; es un cambio en la manera de pensar y en el corazón que brinda una nueva
perspectiva de Dios, de uno mismo y del mundo; implica apartarse del pecado y volverse a
Dios en busca del perdón. Así él te proveerá bendiciones en abundancia.

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