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29º DOMINGO ORDINARIO 2023 (A)

El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la


presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu están
con todos vosotros.

MONICIÓN DE ENTRADA

La liturgia semanal nos propone el episodio de la pregunta trampa por el pago de los
impuestos. Jesús responde a fariseos y herodianos con la frase que ya conocemos:
Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. De ninguna forma
quería separar en dos ámbitos lo religioso y lo político o social. Más bien daba a
entender que lo que es de Dios es todo.

Las personas humanas son de Dios, es decir, que no son de nadie. Los derechos
humanos no deberían ser pisoteados por nadie, mucho menos hacer rehenes o
derramar su sangre como estamos viendo estos días.
Hoy celebramos el Domund: Jesús nos invita a ponernos en camino y salir de
nuestros acomodos hacia aquellos que aún no conocen la Buena Noticia del amor de
Dios, o se han olvidado de Él. Celebremos la Eucaristía unidos a Jesús, unidos a los
misioneros y fortaleciendo nuestra fraternidad.

ACTO DE RECONOCIMIENTO

Para salir hacia los demás a mostrarles el amor de Dios, Él nos ha dado los dones y
cualidades que cada uno tenemos. Le damos gracias por ellos, comprometiéndonos
a vivirlos cada día en el servicio a los demás. El principal don que tenemos los
humanos es el “don de dar”. Quien no vive para servir, no sirve para vivir. Por eso
tantos se arrastran por la vida.

Nos has dado Padre el don de la inteligencia para que a través de ella te
conozcamos a Ti y construyamos juntos un mundo fraterno. Para ello nos
comprometemos a ponerla al servicio del bien común. Nos comprometemos Señor.

Nos has dado Padre el don de la sensibilidad para descubrir tu presencia en todas
las cosas bellas que has creado para nosotros y para estar atentos a los demás y
poder ayudarles. Nos comprometemos a cultivarla cada día. Nos comprometemos
Señor.

Nos has dado Padre el don del amor. Nos comprometemos a cultivarlo siendo
amables, cariñosos y serviciales con todos.
Nos comprometemos Señor
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Dios Padre Amoroso tiene misericordia de nosotros, comprende nuestros fallos y nos
guía de su mano a la vida eterna. Amén

GLORIA

Gloria a Dios en el cielo….


Tú que quitas el pecado del mundo, Tú tienes piedad de nosotros...

Tú que quitas el pecado del mundo, Tú atiendes nuestras súplicas

Tú que estás sentado a la derecha del Padre, Tú tienes piedad de nosotros

ORACIÓN COLECTA

Como tantos apóstoles y misioneros, quiero amarte y darte a conocer entregándome a


los demás.
Como tantos apóstoles y misioneros, aún con dificultades, quiero gastarme y
desgastarme para que tu nombre sea conocido, bendecido y amado.

Como tantos apóstoles y misioneros, y huyendo de mi propia gloria, quiero buscar


siempre lo que te agrada aquello que más quieres que yo haga aquello que los demás
necesiten.
Como tantos apóstoles y misioneros, que te amaron con locura, quiero decir a los
hombres que Tú eres el Bien, que Tú eres la Vida, que Tú eres la Resurrección que
por Ti merece la pena darlo todo incluso hasta la vida.
Como tantos apóstoles y misioneros, entusiasmado por Ti, Señor, llevaré tu Evangelio
en mis manos, tus palabras en mi corazón, tu Eucaristía en mi paladar, tu mirada en
mis ojos. Serás Tú mi alegría, Señor.

¡SI, SEÑOR! ¡QUIERO!


Quiero, con vocación y entrega. Con verdad y lejos de la mentira. Con fuerza,
luchando contra la debilidad. Con valentía, frente a la persecución. Con constancia,
frente al desencanto. Quiero ser pregonero de tu voluntad y ser fiel a tu voluntad hasta
el final de mis días. Amén

Lectura del libro de Isaías (45,1.4-6):

Así dice el Señor a su Ungido, a Ciro, a quien lleva de la mano: «Doblegaré ante él las
naciones, desceñiré las cinturas de los reyes, abriré ante él las puertas, los batientes
no se le cerrarán. Por mi siervo Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre,
te di un título, aunque no me conocías. Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí, no
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hay dios. Te pongo la insignia, aunque no me conoces, para que sepan de Oriente a
Occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro.»

Sal 95

R/. Aclamad la gloria y el amor del Señor

Cantad al Señor un cántico nuevo,


cantad al Señor, toda la tierra.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

Porque es grande el Señor,


y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R/.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,


aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. R/.

Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,


tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a los pueblos rectamente.» R/.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (1,1-5b):

Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el


Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos
vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre,
recordarnos sin cesar la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el
aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor. Bien sabemos, hermanos
amados de Dios, que él os ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre
vosotros, no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción
profunda.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,15-21):

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En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a
Jesús con una pregunta.
Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: «Maestro,
sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin
que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas:
¿es lícito pagar impuesto al César o no?»

Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis?
Enseñadme la moneda del impuesto.»

Le presentaron un denario. Él les preguntó: « ¿De quién son esta cara y esta
inscripción?»
Le respondieron: «Del César»
Entonces les replicó: «Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es
de Dios.»

HOMILÍA

Si no fuera por lo dramático de la situación, y la “mala leche” de los fariseos, que


quieren deshacerse de Jesús, es impresionante el diálogo, y hasta jocoso. Si fuera
político o periodista, a Jesús se lo rifarían todos por su sagacidad y simplicidad.

La pregunta que le hacen a Jesús es una trampa (ya lo explica el evangelio). Si


contesta que es lícito pagar el tributo, los fariseos lo acusaran de ser amigo de sus
opresores romanos, y si contesta que no, lo pueden acusar de sedicioso ante los
romanos.

Pero Jesús no se deja engañar y pone en evidencia las malas intenciones de los
fariseos descubriendo su hipocresía y al mismo tiempo su incoherencia: al pedirles la
moneda les obliga a demostrar que ellos pagan impuestos y que ya tienen contestada
la pregunta.
Y además sitúa la cuestión en un nivel más profundo. Le preguntan por los derechos
del César y él les responde recordando los derechos de Dios: «Pagadle al César lo
que es del César, pero dad a Dios lo que es de Dios». La moneda lleva la imagen del
emperador, pero el ser humano, como recuerda el viejo libro del Génesis, es «imagen
de Dios».

Nosotros hacemos distinción entre lugares sagrados, los templos, y lugares profanos,
el resto. También distinguimos en tiempos sagrados, en los que vamos al templo a
cumplir con Dios, y tiempos profanos, que son para nosotros y en los que Dios no
tiene parte alguna.

Para Jesús todo es sagrado. Ve a Dios en todas las cosas; todo es revelación de Dios
para él, reflejo de Dios, y por eso es capaz de hablar de Él con las cosas más
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sencillas y cotidianas. Tampoco hace distinción entre tiempos sagrados y profanos;
todo el tiempo es de Dios; tanto el que dedica a la oración de madrugada para
confortarse en presencia del Abba, como el que consagra luego a curar y enseñar; a
proclamar el Reino por los caminos de Palestina.

El mundo no es un lugar profano para dedicarnos sin más a nuestras cosas, sino
nuestro lugar de trabajo como cristianos. El templo es sagrado en la medida en que
vayamos a alimentarnos de la Palabra de Dios, reforzando nuestra adhesión a Jesús
y nuestra fraternidad y compromiso social. El mundo lo será en la medida en que
tomemos en serio nuestro compromiso de proclamar el Evangelio (Paz, Amor, Bondad
y Ayuda); de ser sal, de ser luz, de ser semilla.

Eso, ni más ni menos, es lo que nos propone el eslogan del Domund de este año:
corazones ardientes, pies ligeros. Si nuestro corazón arde de verdad, como el de
los discípulos de Emaús al escuchar a aquel caminante que les acompaña y les
recuerda las Escrituras, es decir, el evangelio, y somos capaces de descubrir en
nuestro corazón y en el corazón de los hermanos la presencia de Jesús -de Dios-,
entonces nuestros pies volarán para comunicar esta experiencia y para construir
juntos el proyecto de Dios de una humanidad fraterna y solidaria. Ahí está el ejemplo
de los misioneros que con un corazón ardiente no se desaniman caminando siempre
hacia tantos pueblos necesitados de la luz de Dios y de las manos de todos para su
promoción humana. Seamos solidarios con ellos y sobre todo tratemos de imitarlos
aquí en nuestros ambientes.

Una de las cosas más característica y distintiva de la propuesta de vida que nos hace
el evangelio, es que no nos propone huir de la realidad humana, sino dar pleno
sentido a toda realidad humana. Porque el Reino no es esencialmente renunciar a
nada, sino dirigirlo todo hacia ese fin. Ni poseer, ni casarse, ni trabajar, ni descansar,
ni disfrutar, ni esforzarse, ni dimensión humana alguna, está fuera de esta categoría
esencial: medios para vivir el Reino dentro de nosotros y compartirlo.

CREDO

Sacerdote.- ¿Creéis en Dios, que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y
nos cuida con amor?
Todos.- Sí, Creemos.

Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para


hacernos conocer a Dios Padre?
Todos.- Sí, Creemos.

Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia
y a todos para hacer un mundo mejor?
Todos. Sí, Creemos.
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Sacerdote: ¿Creéis en la resurrección y en la Vida eterna, que ya comenzamos a
disfrutar aquí y disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por esta vida?
Todos. Sí, Creemos.

ORACIÓN UNIVERSAL

Hermanos, Jesús va a la raíz: es necesario erradicar toda esclavitud frente al dinero.


El dinero es un “instrumento” para vivir, pero no es la “finalidad de la vida” que es
tu maduración personal al estilo de Jesús. Oremos.

Queremos ser Buena Noticia.

• Necesitamos una Iglesia amiga de lo pobre y de los pobres, de lo pequeño y de los


pequeños, valiente y audaz a la hora de denunciar a los poderosos y ricos de este
mundo.

Queremos ser Buena Noticia.

• Necesitamos cristianos que denuncien la opresión de los gobiernos sobre los


pequeños, las injustas estructuras, tan frecuentes, en nuestras instituciones, la falta de
derechos humanos en tantos rincones de nuestro mundo.

Queremos ser Buena Noticia.

• Necesitamos hombres y mujeres dispuestos a diferenciarse con su estilo de vida,


que se pongan al servicio de la causa de Jesús y su proyecto porque sólo cambiando
nuestra escala de valores seremos Buena Noticia del Reino.

Queremos ser Buena Noticia.

• Necesitamos gobiernos e instituciones con políticas justas, que devuelvan la vida al


pueblo y a las personas, que trabajen en favor de un mundo justo y fraternal.

Queremos ser Buena Noticia.

• Necesitamos pueblos y ciudades compasivas, comunidades de vecinos preocupados


unos por otros, hospitales humanizados, gobiernos solidarios, escuelas que eduquen
y humanicen a nuestros niños y jóvenes.

Queremos ser Buena Noticia.

Queremos agradecer el trabajo y testimonio de nuestros misioneros que, con total


entrega, se dedican a anunciar el evangelio en lugares lejanos y a la promoción
humana de aquellos con quienes comparten la vida.
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Queremos ser Buena Noticia.

Deseamos que el Sínodo que se está celebrando abra nuevos caminos en todos los
ámbitos de la Iglesia: litúrgico, pastoral, caritativo, comunitario... para que todos nos
sintamos de verdad invitados a la fiesta del Amor que Dios prepara para nosotros.

Queremos ser Buena Noticia.

Padre Madre buena, queremos dejar resonar el Evangelio como Buena Noticia,
apostando por los que no cuentan, por los que son invisibles, por resaltar la
importancia de toda persona frente a cualquier bien, cargo o puesto. Gracias por el
ejemplo de tu Hijo Jesús que vive por los siglos de los siglos. Amén

En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia oremos a Dios Padre


Misericordioso
El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…

ORACIÓN OFRENDAS

Junto con el pan y el vino, recibe, Señor, nuestro sincero deseo de colaborar para que
reine la armonía. Queremos vivir en paz y ser felices. Queremos convivir en paz: en
nuestras familias, en nuestro barrio y en toda la sociedad. Te ofrecemos nuestros
buenos deseos. PJNS

PREFACIO

El Señor está con vosotros…


Levantemos el corazón…
Damos gracias al Señor nuestro Dios…

Gracias, Dios y Padre,


porque te has manifestado en tu hijo Jesús,
y conocemos tu voluntad por sus palabras y sus hechos.
Por él sabemos, Señor,
que no quieres sacrificios ni rezos rutinarios
sino amor práctico y efectivo a los demás.
Que debemos velar por mantener el amor
entre nosotros
y garantizarnos unos a otros fidelidad y leal amistad.
Y que por encima de todo nuestra
mayor preocupación
ha de ser cuidar de nuestros prójimos más necesitados.
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Jesús nos ha precedido con su ejemplo,
fue consecuente con lo que proclamaba
y comprometió su vida
para transmitirnos tu mensaje de vida.
Por ello te alabamos con este himno en tu honor.

SANTO SANTO SANTO

CONSAGRACIÓN Y PLEGARIA

Te glorificamos, Padre Santo,


porque estás siempre con nosotros
en el camino de la vida,
sobre todo, cuando Jesús, tu Hijo, nos congrega
para el banquete pascual de su amor.
Como hizo en otro tiempo
con los discípulos de Emaús,
él nos explica las Escrituras
y parte para nosotros el pan.

Recibimos tu Espíritu con alegría


para que santifique este pan y este vino y
se conviertan para nosotros
en el sacramento del Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de
Jesús, aquí significadas.

Jesús en su última comida con sus amigos


tomó un trozo de pan, lo partió y se lo paso
diciendo:

Tomad y comed todos de él,


porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros.

Después de cenar, hizo igual con la copa, diciendo:

Tomad y bebed todos de él,


porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para iluminar vuestras vidas.
Haced esto en conmemoración mía.

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Éste es el Sacramento de nuestra fe.

Por eso, Padre de bondad,


celebramos ahora
el memorial que Jesús nos encargó,
y proclamamos la obra de tu amor:
Cristo, tu Hijo, a través del servicio
y la entrega de su vida,
ha resucitado a la vida nueva y ha sido glorificado a tu derecha.

Señor, Padre de misericordia, Tú derramas sobre nosotros el Espíritu del Amor, el


Espíritu de tu Hijo.

Fortaleciéndonos a cuantos nos disponemos a recibir el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo


para que, unidos al Papa N., y a nuestro Obispo N. seamos uno en la fe y en el amor.

Nos das entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspirándonos el gesto y
la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, ayudándonos a
mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido.

Tu Iglesia, Señor, quiere ser un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y


de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando.

Gracias una vez más porque


has acogido en tu casa del Cielo
a nuestros hermanos difuntos...
todos nuestros familiares, amigos
y fieles difuntos de esta Comunidad

Y ahora, Padre santo, nos unimos a toda tu creación


para brindar por tu mayor gloria y por la germinación de tu Bondad en nuestro mundo,
en la feliz compañía de tu hijo Jesús,
unidos a nuestra Madre María, a su esposo San José
a los apóstoles, a los santos y a todas las personas
de buena voluntad diciendo
Por Cristo con él y en él…

PADRENUESTRO

Padre y Madre nuestra,


en quien somos y vivimos.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad

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en la tierra como en el cielo.
Tú nos das hoy
nuestro pan de cada día.
Tú perdonas nuestros pecados
y nosotros queremos perdonar
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal. Amén.

CORDERO DE DIOS

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú tienes piedad de nosotros

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú tienes piedad de nosotros

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú nos das la paz.
Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.

ORACIÓN FINAL

Hoy y siempre, nos guste o no, preguntar por la licitud de un impuesto, cuando
tenemos dinero y patrimonio y vivimos muy dignamente, es querer defendernos frente
a los otros -sean el césar, la hacienda pública, los pobres de la acera o la propia
conciencia-.

Y querer que Tú aclares y justifiques nuestros quereres de servir a dos señores -


cuando nos conviene- o de enfrentarlos sin escrúpulos -cuando nos conviene-, es
jugar a ser hipócritas aunque no aparezcamos en la escena y sean otros los que
abren las puertas.

Aquel día que, mirándonos a los ojos, dijiste "al César lo que es del César y a Dios lo
que es de Dios", abriste una brecha en el horizonte: proclamaste la soberanía de Dios
Padre, la autonomía de la creación entera, la libertad de conciencia de las personas,
la repulsa de toda ideología política y religiosa y el uso de Dios para nuestros
intereses.

Sabemos que no es evangélico llegar a Dios por la presión del poder que impera, ni
defender el estado apelando a su voluntad. Con el proyecto de Dios no se juega. No
hay nadie, por grande que sea, dentro o fuera de la iglesia, que pueda adueñarse del
mismo, o hacerse su guía, apelando a poderes, leyes y costumbres o a la gracia
divina.

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Y como lo de Dios tiene que ver, no solo con las cosas religiosas, también con las
realidades y decisiones políticas, toda iglesia que quiera ser evangélica no puede
quedarse encerrada ni en los corazones ni en las sacristías; ha de salir a las plazas
públicas para defender el proyecto de Dios y la autonomía de la sociedad laica.
Por eso, Señor, queremos aprender de Ti a ser cristianos y ciudadanos. PJNS.

Hemos alimentado nuestra adhesión a Jesús y ahora vamos a trabajar unidos


con su bendición

El Señor os bendice, os guarda

y en sus palmas os lleva tatuados.

Os acompaña en todos los caminos.

Y hace prósperas las obras de vuestras manos.

Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado,

Padre, Hijo y Espíritu Santo. AMÉN.

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