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años después, casi cuatro generaciones después, los bisnietos de ese pueblo, el
pueblo de Israel le dijo al profeta Samuel:
pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijeron: No, sino que habrá
rey sobre nosotros,
y nosotros seremos también como todas las naciones; y nuestro rey nos
gobernará, y saldrá delante de nosotros y hará nuestras guerras.
Todo esto bajo la constante burla y ataques de sus enemigos que sabían las
consecuencias de que Israel construyera murallas y nuevamente el Templo, sus
enemigos podían ver mas allá.
Y si este pasaje es correcto, denota que Esdras y el pueblo entendían muy bien la
relación en Templo, Jesucristo, Salvación y que si no creían todo lo que hacían
seria motivo de burla y risa para sus enemigos
Así como los israelitas reconstruyeron sus muros que los separaban de sus
enemigos a la vez los protegían, nosotros hacemos lo mismo, uno de esos grandes
muros es nuestro templo y para eso al igual que el pueblo de Israel, la preparación
también comprende el hacerse merecedor de recibir la recomendación para el
templo. Nuestro Redentor requiere que Sus templos sean protegidos de
profanación. Nada impuro puede entrar en Su santificada casa. No obstante, es
bienvenido todo el que se prepare bien. Toda persona que solicite la
recomendación será entrevistada por un juez en Israel, el obispo y por el presidente
de estaca. Ellos poseen las llaves de la autoridad del sacerdocio y tienen la
responsabilidad de hacernos saber si nuestra preparación es adecuada y si la fecha
es la oportuna para entrar en el templo. En las entrevistas, evaluaran varios asuntos
fundamentales. Nos preguntarán si obedecemos la ley del diezmo, si guardamos la
Palabra de Sabiduría y si sostenemos a las autoridades de la Iglesia. Nos
preguntarán si somos honrados, si somos moralmente limpios y si honramos el
poder de la procreación como un deber sagrado encomendado por nuestro Creador.
¿Por qué son esos asuntos tan decisivos? Porque son elementos separadores
espirituales que sirven para determinar si en verdad vivimos como los hijos del
convenio, siendo capaces de resistir la tentación de los siervos del pecado. ¿Esas
entrevistas sirven para discernir si estamos dispuestos a vivir de acuerdo con la
voluntad del Dios verdadero y viviente, o si todavía tenemos puestos nuestros
corazones en las riquezas y las vanidades del mundo?
Son las grandes murallas que reconstruyo Nehemías y las familias de Israel, bajo
constante peligro, trabajando en las murallas con sus armas de guerra
Así como Nehemías, explicó la doctrina, los ritos y las ceremonias, Cada templo es
una casa de instrucción, allí se nos instruye en el camino del Maestro.
El presidente Hinckley ha explicado esa elevada perspectiva: ¿Existe una meta más
allá de la Resurrección, dijo, y añadió: ¿es la exaltación en el reino de nuestro
Padre? Comienza con el hecho de que lo aceptamos como nuestro Padre Eterno y a
Su Hijo como nuestro Salvador viviente, e incluye la participación en diversas
ordenanzas, cada una de las cuales es importante y necesaria. La primera de ellas
es el bautismo por inmersión, sin la cual, de acuerdo con el Salvador, la persona no
puede entrar en el reino de Dios. Debe seguirlo el nacimiento del Espíritu, el don
del Espíritu Santo. Posteriormente, con el correr de los años, el varón es ordenado
al sacerdocio, a lo que siguen las bendiciones del templo para los hombres y las
mujeres que sean dignos de entrar en El. Esas bendiciones del templo comprenden
el lavamiento y la unción para que quedemos limpios ante el Señor, además, la
investidura en la que contraemos obligaciones y se nos prometen bendiciones que
nos motivan a comportarnos de conformidad con los principios del Evangelio.
También comprenden las ordenanzas selladoras mediante las cuales todo lo que se
ata en la tierra es atado en el cielo, para la continuidad de la familia.
La muerte no puede separar a los familiares sellados en el templo. Ellos
comprenden que la muerte es una parte necesaria del gran plan de felicidad de
Dios.
Esa perspectiva nos hace permanecer fieles a los convenios que hacemos.
Nos mantiene protegidos dentro de las murallas
El presidente Boyd K. Packer puso de relieve que las ordenanzas y los convenios
constituyen nuestra credencial para ser admitidos en la presencia de [Dios].
Recibirlos dignamente es lo que se busca toda la vida; cumplir con ellos de allá en
adelante es el desafío de la vida terrenal.
Y lo más importante, más aún que todas las demás cualidades, es la seguridad que
tiene el poseedor de una recomendación para el templo de que Dios, nuestro Padre
Eterno, vive, que Jesucristo es el Hijo viviente del Dios viviente y de que esta es su
obra divina y sagrada.
Para terminar, deseo repetir que la recomendación que yo tengo y que muchos de
vosotros tenéis es algo preciado y maravilloso. Lo hace a uno merecedor de un
privilegio exclusivo e importantísimo, el privilegio de entrar en la casa en cuya
fachada dice: “Santidad al Señor-La Casa del Señor”. Vivid dignos de servir en esa
casa; Disfrutad de su belleza. Disfrutad las maravillas que se hablan allí, la belleza
y la bendición de las ordenanzas que se administran en el templo.
A los jóvenes que se encuentran aquí y que todavía no han entrado al templo deseo
sugerirles que aprovechen la oportunidad de ser bautizados a favor de los muertos
y luego dejen que esa experiencia sagrada sea un sólido cimiento en sus vidas, para
que se comporten siempre y en toda circunstancia de tal manera que cuando llegue
el momento oportuno puedan solicitar y obtener una tarjeta de crédito del Señor,
una recomendación para entrar en Su Santa Casa, y allí disfrutar todas sus
bendiciones y privilegios.