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I. Introducción
Como ya vimos, la quiebra intenta satisfacer los intereses de los
acreedores mediante la liquidación de los bienes del deudor y la repartición de
su producido. Sin embargo, en la mayoría de las veces, no alcanzan los fondos
obtenidos para desinteresarlos.
(i) Existir alguna razón por la cual atribuir al sujeto in bonis responsabilidad ilimitada
por las obligaciones de una sociedad fallida (art. 160 de la LC);
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La quiebra de la sociedad importa la quiebra de sus socios con
responsabilidad ilimitada”.
Omisión del uso de la sigla SA (art. 164, segundo párrafo, LGS); en la SRL sólo
el gerente responde por las operaciones realizadas con tal omisión (art. 147,
segundo párrafo, LGS);
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También hay responsabilidad ilimitada en los casos de abuso de control (art. 54,
LGS), socio oculto (art. 34, segundo párrafo, LGS), sociedad nula (arts. 17 y 18,
LGS), sociedad de objeto ilícito (art. 18, primer párrafo, LGS), con actividad
ilícita (art. 19, LGS) y de objeto prohibido (art. 20, LGS).
Por ejemplo, en el caso del socio industrial por participar en la razón social, es
responsable solidario con la sociedad por las obligaciones así contraídas (art. 142,
tercer párrafo, LGS); lo mismo sucede con el socio comanditario que viola las reglas
sobre administración o razón social (art. 136, segundo párrafo, LGS).
Este autor sostiene que la quiebra se extiende al socio que fuera originalmente
un responsable ilimitado según su voluntad jurídica expuesta al asociarse, y también a
quien fuere socio y por alguna prescripción del sistema societario deviniera responsable
ilimitado. En definitiva sugiere interpretar el actual artículo 160 LC en el sentido de que
la extensión de quiebra alcanzaría al socio que fuera originalmente un responsable
ilimitado según su voluntad jurídica expuesta al asociarse, y también a quien fuere socio
y por alguna prescripción del sistema societario deviniera responsable ilimitado. En esta
postura se enrolaba el profesor Otaegui.
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responsabilidad —en sentido estricto— y cualquiera sea su origen —contractual o
sancionatorio—, si todo el patrimonio del socio (y no sólo su aporte) está afectado a la
satisfacción eventual (subsidiaria o principal) de todo el pasivo social. La verdadera
ilimitación de responsabilidad tiene —más allá de su origen y de sus modalidades de
efectivización— dos puntas: la totalidad del patrimonio personal resulta comprometida
por la totalidad del pasivo social". Ésta es la solución razonable. Sólo el compromiso
por todo el pasivo social es lo que justifica la extensión de la quiebra. Han seguido esta
doctrina Grispo y Rivera.
Para que se configure este supuesto, además de que exista una quiebra social, es
preciso que la inscripción del retiro del ex socio se haya concretado después de la fecha
inicial de la cesación de pagos. A este efecto no rige el límite de retroacción previsto
por el artículo 116 de la LC.
4. Procedimiento
La quiebra del socio debe ser declarada; es decir que no basta con la sentencia de
quiebra social, sino que ha de mediar una sentencia de quiebra de cada uno de los socios
de responsabilidad ilimitada comprendidos en el supuesto legal. Puede dictarse en
forma simultánea con la de la sociedad e incluso en la misma resolución.
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Se tramitarán separadamente tanto expedientes como quiebras existan, uno para
la de la sociedad y luego uno por cada uno de los socios fallidos por extensión.
Veamos algunos “tips” que pueden ayudar a aclarar cómo funciona el sistema.
- En la masa activa de la quiebra de los socios, es decir entre los bienes de cada
socio, no se incluyen los créditos que éstos tengan contra la sociedad, porque estos
asumieron una responsabilidad ilimitada en relación al pasivo de la sociedad (art. 150,
in fine, de la LC).
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En estos casos se aplica la norma del art. 150, in fine, de la LC, por la cual el
concurso de los socios no puede reclamar lo adeudado a éstos por la sociedad fallida,
por lo que los socios no pueden presentarse a verificar sus créditos en la quiebra de la
sociedad aunque sean legítimos.
-Si sobrase activo en la quiebra social luego de que sus acreedores fueron
desinteresados, el remanente vía cuota de liquidación societaria ingresará
proporcionalmente a cada uno de los activos de las quiebras de los socios para el pago
de los saldos impagos de los acreedores particulares de ellos.
(ii) Fecha de cesación de pagos. En cuanto a la fecha de cesación de pagos, por existir
masas separadas, se fija para cada fallido individualmente (art. 169 de la LC).
Por otro lado, el socio a quien se extiende la quiebra puede pedir la conversión de su
quiebra en concurso preventivo, según lo resuelve expresamente el artículo 90, segundo
párrafo, de la LC. En ese caso, admitida la conversión van a coexistir la quiebra social y
el concurso preventivo de un socio con responsabilidad ilimitada.
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concernientes a la extensión de quiebra en los tres supuestos del artículo 161 de la LC
que son:
Como estamos frente a sanciones que tienen efectos muy importantes (la
declaración de la quiebra) respecto de sujetos que pueden no estar en cesación de pagos,
deben cumplirse todos los requisitos previstos en cada uno de los incisos para que
la extensión de la quiebra sea procedente.
Sigamos, entonces.
2. Antecedentes.
Era una empresa que estaba constituida por tres personas físicas y tres
sociedades. En la sentencia, el juez dijo que se trataba en realidad de una única empresa,
bajo una única dirección, "que no exhibe distintos patrimonios de afectación, sino en
todo caso, que se han creado nuevas entidades ficticias, y se observa la finalidad de
desafectar los bienes que la integran a la responsabilidad de las obligaciones contraídas,
mediante la apariencia de una titularidad inexacta [...] La administración es ejercida por
los señores M. con las características irrefutables que denotan el manejo de la cosa
propia: concepción, creación y organización del vehículo comercial, montaje, impulso y
vigilancia personal y directa del mismo, sin avizorarse la incidencia de factor alguno
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que permita inferir la existencia de voluntad alguna otra interesada en el giro de los
negocios..." (J1ªInst. Com. Cap., firme, 29.10.71, ED, 48-361).
La ley 22.917 hizo un retoque importante al texto original del artículo 165 de la
ley 19.551, que se convirtió en el inciso 1º de ese precepto: se alude a la fallida y no a la
sociedad fallida, con lo cual se sostiene que la quiebra principal no necesariamente debe
ser de una sociedad. Asimismo, agregó otros dos casos en los incisos 2º y 3º: los
correspondientes a la extensión de quiebra social por abuso de control y por confusión
patrimonial inescindible.
Entonces, para que proceda la extensión de la quiebra en los términos del inc. 1°
del art. 161 de la LC es necesario:
(i) Que se haya declarado la quiebra principal, sea de una sociedad, sea de una
persona física. La extensión de la quiebra puede hacerse contra una persona
física o jurídica, puede o no ser socio de la sociedad fallida.
(ii) Que la persona a la que se le pretende declarar la quiebra por extensión haya
dispuesto de los bienes del fallido como si fuesen propios.
(iii) Que ello lo haya hecho en interés personal por sobre el interés de la fallida
principal.
(iv) Que haya utilizado los bienes de la fallida principal como si fueran propios.
(v) Que haya actuado en fraude a los acreedores de la fallida principal, pues éstos
entendieron el patrimonio de la fallida como garante de sus créditos; sin
embargo, dichos bienes son utilizados en beneficio de otro sujeto distinto al que
ellos contrataron.
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A los fines de esta sección, se entiende por persona controlante:
a) aquella que en forma directa o por intermedio de una sociedad a su vez controlada,
posee participación por cualquier título, que otorgue los votos necesarios para formar
la voluntad social;
Como vemos, tenemos varios temas para analizar en este inciso. Comencemos.
Ahora bien, ese control puede ejercerse de distintas maneras, puede encontrar
diversas fuentes y, por ende, adquirir o no relevancia jurídica a los efectos de la
extensión de la quiebra.
Este tipo de control no tiene vinculación jurídica sino más bien económica y se
refiere a los contratos cuyo objeto consiste en la subordinación de la actividad
empresarial de una sociedad a la de otra, por ejemplo, la agencia, franquicia, concesión
o distribución. O cuando una sociedad depende exclusivamente de un insumo que le es
proveído por otra, o su producción se destina exclusivamente a un sujeto (proveedor o
comprador monopólico). Por ejemplo el caso de los contratos de franquicias y la
relación entre el franquiciante y la sociedad constituida exclusivamente para
desempeñarse como franquiciada de esa franquicia.
- Control interno.
El inc. 1° del art. 33 de la LGS, se refiere a este supuesto, indicando que habrá tal
control cuando se posea participación, por cualquier tipo, que otorgue los votos
necesarios para formar la voluntad social en las reuniones sociales o asambleas
ordinarias.
Este control interno puede a su vez ser mayoritario o de derecho, cuando el que
lo ejerce tiene los votos para formar la mayoría necesaria para tomar las decisiones en
las asambleas ordinarias según la clase de sociedad y sus estatutos.
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una cantidad suficiente para formar la mayoría en la práctica según la cantidad de
presentes en la asamblea.
De acuerdo al texto del inciso 2º del artículo 161 de la LC, para que proceda la
extensión de quiebra es necesario:
De acuerdo con el texto legal queda claro que para extender la quiebra debe
existir un control interno mayoritario, pues la ley alude a la participación que otorgue
los votos necesarios para formar la voluntad social.
Ese control puede tenerlo el sujeto controlante por sí solo o ser varios sujetos
que actúan coordinadamente para hacerlo; con ello la ley se está refiriendo a los
accionistas o socios que están vinculados por un pacto de sindicación que les impone el
deber de actuar de determinada manera; ello excluye a los socios que
circunstancialmente hayan coincidido en una votación, pero que han decidido su criterio
independientemente o sin vínculos convencionales previos que los obligaran a actuar de
cierto modo o a votar en determinado sentido. También este control puede ejercerse a
través de otra sociedad controlada que posee la participación necesaria para formar la
voluntad social, siendo la controlante de ésta la que también controla a la fallida, lo que
sería el control indirecto.
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Algunos autores (Bergel, Rouillon), consideran que el control se aprecia en
concreto y no es abstracto. Esto significa que si un accionista con el 25% de los votos
forma la voluntad social porque otros accionistas no concurren a las asambleas, ese
control es relevante a los efectos de la extensión de quiebra. Por lo tanto, la extensión de
quiebra también puede decretarse a un controlante de hecho o minoritario.
Así, se puede considerar que hay desvío del interés social cuando la sociedad
quebrada ha asumido obligaciones en interés de la controlante o de otras sociedades del
grupo (y no ha habido una suficiente contrapartida en otros actos semejantes
provenientes de la controlante o del grupo), cuando ha enajenado su producción a la
controlante o a otras sociedades del grupo por debajo del costo de producción debiendo
asumir una pérdida, o ha prestado sus fondos líquidos por debajo del costo de captación,
o ha realizado operaciones a pérdida con la controlante u otros integrantes del grupo,
etcétera.
Necesariamente, tal desvío del interés social debe ser indebido, aunque en
realidad todo desvío del interés social es indebido (arts. 52, 248 y 272, LGS), pues el
cumplimiento del objeto social presupone la realización del interés social y el desvío de
éste importará apartarse de aquel objeto y, en tal sentido, siempre será indebido.
Dirección unificada
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Con la redacción del inciso 2º del artículo 161 de la LC, no podría argüirse para
evitar la quiebra por extensión que el desvío del interés de la sociedad quebrada se ha
hecho en beneficio del grupo. Ello, de todos modos, puede causar la extensión de la
quiebra. En otras palabras, nuestra ley no privilegia el interés del grupo por encima del
interés individual de cada sociedad que lo compone.
Esto significa que no puede determinarse a quién pertenecen (la mayor parte de)
los bienes que componen el activo y a quién (la mayor parte de) las deudas asumidas,
generalmente por el manejo promiscuo de estos activos y pasivos. No se trata de una
confusión de tipo registral de los bienes, sino de gestión de los mismos.
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Efecto
Es posible que una misma conducta grupal conduzca a comprobar el abuso del
control y la confusión patrimonial. En este caso, la ley establece que también debe
formarse masa única (art. 167 de la LC), solución que es razonable y justa.
Competencia
Pero, una vez declaradas las extensiones de quiebra, conoce en todos los
concursos aquel que es competente —de acuerdo a las reglas del artículo 3º de la LC—
sobre el juicio de activo más importante (art. 162, segundo párrafo de la LC).
Si hubiere duda sobre cuál de los quebrados tiene el activo más importante, se
conserva la competencia del juez que previno, esto es, del que siendo competente en la
primera quiebra, decretó las extensiones.
En estas hipótesis, se aplican las mismas reglas; por lo que será competente en el
juicio de extensión el juez de la quiebra que se pretende extender. Pero:
(i) Ello no supone la acumulación de los procesos, por lo que el concurso preventivo o
la quiebra del sujeto contra quien se dirige el juicio de extensión sigue en trámite ante su
propio juez;
(ii) Debe ponerse en conocimiento del juez que entiende en el concurso preventivo o
quiebra la existencia del juicio de extensión;
(iv) El juez de la quiebra del sujeto pasivo de la pretensión de extensión, debe disponer
sólo la suspensión de la distribución final, pues si ella se concreta puede frustrar total o
parcialmente la finalidad del juicio de extensión;
(v) En caso de quiebra del sujeto contra el que se sigue el juicio de extensión, éste debe
tramitar con el síndico de la quiebra ya declarada (art. 164, LC) y el mismo sujeto ya
fallido, como lo explicamos más abajo.
(vi) Decidida la extensión, entenderá el juez del activo más importante o el que previno.
Legitimación activa
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El acreedor tiene legitimación originaria sin necesidad de intimar previamente al
síndico para que inicie la acción, a diferencia de la previsión del art. 119 de la LC.
a) Quiebra directa
En este caso el plazo de seis meses se computa desde el vencimiento del período
de exclusividad; pero si hubo interesados inscriptos en el registro de aspirantes a
adquirir las acciones de la sociedad (art. 48 de la LC), el término se computa desde el
día en que expiró el plazo otorgado a los inscriptos para acompañar las conformidades
de los acreedores con su propuesta de acuerdo preventivo.
La extensión de quiebra puede promoverse dentro de los seis meses desde que
quedó firme la sentencia de quiebra.
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denuncia que sostenía que la ex concursada desarrollaría su actividad a través de la
sociedad aquí demandada. En tal hipótesis excepcional, el requerimiento del libramiento
de cierto mandamiento de constatación y la expedición de un oficio a la IGJ para contar
con los antecedentes de la sociedad de que se trata, sumados al despacho de otras
medidas de carácter informativo, que acreditarían el uso del mismo local de la fallida,
desarrollo de la misma actividad, presunto trasvasamiento de bienes y conexidad entre
las sociedades, convergen en una misma conclusión y es que no puede reprocharse una
conducta omisiva de la sindicatura por cuanto las actuaciones cumplidas en esos
obrados exteriorizaron la voluntad del funcionario de hacer valer los derechos que
reconoce el art. 163 de la LC y en ese contexto mal podría declararse la
extemporaneidad de la acción de extensión (autos: Carnicería Fresco Meat SA c/La
Mejor Carnicería SRL s/Ordinario, JNCom. N° 3)
Trámite
El juicio de extensión de quiebra tramita por las reglas del proceso ordinario;
ésta era la solución adoptada en la mayor parte de los precedentes y ha sido impuesta
por la LC vigente para evitar dudas que generalmente servían sólo para dilatar los
procedimientos. Son partes conforme lo dispone el art. 164 de la LC:
En este último caso la ley utiliza la expresión “también”, lo que indica que cuando el
demandado por extensión está en quiebra o concurso preventivo actúan él
personalmente y el síndico de su quiebra o concurso. Sin embargo, para Graziabile, sólo
podrá participar quien se encuentra concursado preventivamente. El fallido carece de
legitimación para participar del proceso de extensión, razón por la cual se habilita que lo
haga el síndico. La norma del art. 110, párr, 1º de la LCQ, le impide participar como
legitimado pasivo de dicho proceso, pues el mismo incumbe necesariamente a los
bienes afectados al desapoderamiento (Junyent Bas, Molina Sandoval ), habiendo, sin
embargo, una excepción y será la hipótesis de que se encuentre rehabilitado y haya
adquirido nuevos bienes, donde su legitimación renacerá, pues en virtud de ellos deberá
garantizársele el efectivo derecho de defensa (art. 18 de la CN).
Respecto del fallido de la quiebra principal, su falta de interés se traduce tanto desde
el punto de vista de su legitimación activa como pasiva; tal interés tampoco alcanzaría
el eventual remanente, pues ello es consecuencia del desapoderamiento y liquidación de
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sus bienes, para lo cual no se encuentra legitimado por el art. 110, LCQ. Su legitimación
para ello nace en forma concomitante con el remanente, no antes.
Medidas precautorias
Contenido
Esta sentencia pone fin a un proceso ordinario, por lo que debe satisfacer todos
los recaudos de una sentencia de proceso de conocimiento (art. 163, CPCN).
Coordinación de procedimientos
De todos modos esta regla supone que el juez que dispone la extensión conserva
la competencia pues, si debe ceder en beneficio del juez que corresponda al sujeto que
tenga el activo más importante (art. 162, LC), debe abstenerse de adoptar estas
decisiones (Rouillon).
Sindicatura
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otra. Entendemos que en este caso habrá que designarse un nuevo síndico, el cual
deberá corresponder a la jurisdicción del juez que tenga la competencia (Graziabile).
Principio
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Liquidación de la masa única
Cuando hay masa única, se suma el producido de todos los bienes de los
distintos fallidos y eso se distribuye entre los acreedores de todos los fallidos sin
preferencias entre ellos. Pero, como corresponde, se respetan los privilegios que
existiesen sobre los bienes de cada uno de los fallidos; o sea que si hay un bien
hipotecado, el acreedor hipotecario percibe su crédito sobre el producido de ese bien y
el remanente entra a la masa única.
Existiendo saldo en los términos del art. 228, párr. 2º de la LC, el mismo será
entregado a los fallidos en la proporción que patrimonialmente participaron en la masa
única.
Masas separadas
Es la regla general, como se dijo, pues deben existir masas separadas en todos
los casos de extensión de quiebra, salvo que mediase confusión patrimonial inescindible
(art. 168 de la LC). Las masas separadas se constituyen y liquidan separadamente, esto
es, una por cada quiebra, tanto en activos cuanto en pasivos.
De allí que los acreedores de cada quiebra cobren sus créditos sobre el dinero
que se obtiene de la liquidación de los activos de aquel sujeto del cual son acreedores.
Si un sujeto es acreedor en más de una quiebra, por el mismo crédito, siendo los
distintos quebrados deudores solidarios, se aplica la regla del artículo 135 de la LC.
En el pasivo de cada sujeto quebrado queda formado por sus propios acreedores.
Éstos se cobran sobre la masa activa de la quiebra de su deudor, y sólo si existe
remanente se forma un fondo común al que concurren los acreedores de las otras
quiebras (la principal a partir de la cual se decretó la extensión y las otras que también
pudieron ser dispuestas por extensión) que no hayan sido satisfechos con la liquidación
de los bienes que componían la masa activa de cada una de esas quiebras.
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De lo que se deduce que en nuestro sistema jurídico el efecto de la extensión de
quiebra es bien reducido en cuanto beneficio para los acreedores de la quiebra principal,
pues sólo participarán de un hipotético remanente.
Los créditos entre fallidos se verifican sin necesidad de petición, por lo que el o
los síndicos deben incluirlos en el informe individual oficiosamente (art. 170 de la LC).
Estos créditos no participan del fondo común (art. 168, tercer párrafo de la LC)
ni en la masa única (art. 170, in fine, LC).
Pero sí participan de la masa del sujeto deudor fallido cuando hay masas
separadas. Esto es francamente contradictorio con la finalidad del régimen: los
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acreedores de la quiebra principal no participan de la masa pasiva de la quiebra del
extendido, pero los fallidos participan recíprocamente en cada masa pasiva.
Si hay masa única, hay una única fecha de cesación de pagos para todos los
fallidos, lo cual es razonable pues en definitiva hay un solo patrimonio. Los dos años
del período de retroacción (art. 116 de la LC) se computan desde la primera sentencia de
quiebra, esto es, la llamada quiebra principal a partir de la cual se extendió a otros
sujetos (Rouillón)
¡Hasta la próxima!
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