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Tema: obesidad y mortalidad infantil

y el impacto en los medios de comunicación

Instituto terciario de la salud

Año lectivo 2022

Segundo año enfermería intensivo

Integrantes:
Docente.
Luján Luciana
Jorge Aimetta
Vera Florencia
Fecha de Entrega:
Blogler Ivan

Oneca Ariel

Roldán Mónica

Paz Antonio

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JUSTIFICACIÓN

Teniendo en cuenta la magnitud del problema que engloba a la obesidad y


mortalidad a su causa, incluyendo su incidencia en la población pediátrica en
Argentina.

El objetivo es conocer el impacto de los medios de comunicación audiovisual


en los niños, niñas y adolescentes de las ciudades de la República Argentina.

Lo que esperamos es ampliar el conocimiento de la situación de la llamada


epidemia en el territorio nacional y poder fomentar las herramientas
terapéuticas para el tratamiento de la obesidad en la población infantil.

Además, buscamos contribuir a establecer una idea general de la alimentación


del niño obeso, ampliando el entendimiento de sus derechos y brindar
recomendaciones para promover políticas escolares que prevengan la
obesidad infantil en la Argentina.

La obesidad infantil es Multifactorial y obedece principalmente a los cambios de


alimentación en la población, también de acuerdo al contexto socioeconómico y
educación sobre una buena alimentación.

La promoción y prevención son un rol fundamental en la información a la


comunidad que aborda el personal de la salud, como así también el tratamiento
para poder evitar y tratar la obesidad y mortalidad infantil.

Los medios de comunicación pueden ser causa de expresión y de participación


en una sociedad, pero la información es escasa y desarticulada en cuanto a la
buena alimentación.

Los niños son grandes consumidores de anuncios, la publicidad de alimentos


poco saludables en los horarios de mayor exposición infantil, definen un
entorno mediático en el que los niños están frecuentemente expuestos y

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atacados con mensajes comerciales de alimentos que van en contra de las
recomendaciones nutricionales.

La publicidad televisiva influye sobre la elección de alimentos, los pedidos de


compra y los patrones de consumo en los niños.

Estos patrones se producen en el corto plazo, luego de la exposición,


relacionados a la marca y el tipo de alimento. Una revisión sistemática reciente
demostró frecuentes evidencias de que la publicidad televisiva influye en las
preferencias alimentarias de los niños de 2 a 11 años de edad.

EL PROBLEMA

Impacto de los medios de comunicación en la obesidad y mortalidad infantil

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

¿Por qué se genera el impacto de los medios de comunicación audiovisual en


la obesidad y mortalidad infantil?

DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA

¿Por qué se genera el impacto de los medios de comunicación audiovisual en


la obesidad y mortalidad infantil?

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En una población de dos a 17 años en la zona oeste de GBA (Gran Buenos
Aires) En el año 2021.

OBJETIVO GENERAL

Establecer orientaciones para la atención en el primer nivel de niñas, niños y


adolescentes con sobrepeso u obesidad para evitar la mortalidad.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

-analizar los puntos de contacto entre la exposición a la televisión y el


sobrepeso/obesidad.

-procurar acciones que integren al individuo familiar y comunidad de la


promoción de salud y atención primaria orientada a la comunidad.

-Promover políticas escolares que prevengan la obesidad infantil en Argentina.

-promover el uso de instrumentos que permitan identificar de manera objetiva


las desviaciones no aceptables de la masa grasa de niños y adolescentes.

MARCO TEÓRICO

Obesidad infantil, sobrepeso, Niños Niñas y Adolescentes. La obesidad infantil


es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. El
problema es mundial y está afectando progresivamente a muchos países de

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bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano. La prevalencia ha
aumentado a un ritmo alarmante. Se calcula que, en 2016, más de 41 millones
de niños menores de cinco años en todo el mundo tenían sobrepeso o eran
obesos. Cerca de la mitad de los niños menores de cinco años con sobrepeso
u obesidad vivían en Asia y una cuarta parte vivían en África.

Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad
adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas
enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades
cardiovasculares. El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son
en gran medida prevenibles. Por consiguiente, hay que dar una gran prioridad a
la prevención de la obesidad infantil.

La prevalencia del sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes se define


de acuerdo con los patrones de crecimiento de la OMS para niños y
adolescentes en edad escolar (sobrepeso = el IMC para la edad y el sexo con
más de una desviación típica por encima de la mediana establecida en los
patrones de crecimiento infantil de la OMS, y obesidad = el IMC para la edad y
el sexo con más de dos desviaciones típicas por encima de la mediana
establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS). (OMS, 2020)

¿QUE SON EL SOBREPESO Y LA OBESIDAD?

Según la FIC hasta hace algunos años el sobrepeso y la obesidad eran


percibidos como un problema de los países desarrollados. En la actualidad,
este escenario ha cambiado radicalmente y la epidemia se ha extendido a una
velocidad alarmante a los países de bajos y medianos ingresos,
particularmente en las grandes ciudades.

La OMS define al sobrepeso y a la obesidad como «una acumulación anormal


o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud». Para medir los casos
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de sobrepeso y obesidad en personas adultas (tanto a nivel individual como
poblacional), el parámetro más utilizado es el índice de masa corporal (IMC).

Según la OMS, dados los cambios fisiológicos que se dan durante el


crecimiento, el IMC no es utilizable en los niños, niñas y adolescentes. Por ese
motivo, para determinar el peso corporal saludable en ese grupo y establecer
índices a nivel poblacional, la OMS ha elaborado bases de datos de referencia
de crecimiento por edad. (FIC, 2020)

Se trata de una epidemia que, en los últimos años, se ha extendido a una


velocidad alarmante a los países de bajos y medianos ingresos. La prevalencia
de exceso de peso en la región es de 7,5% en menores de 5 años y de 30,6%
en niños, niñas y adolescentes entre 5 y 19 años, según un informe elaborado
por la FAO, la OPS, el WFP y la OMS. A nivel mundial, según OMS/OPS, la
prevalencia de exceso de peso en menores de 5 años es de 5,9% y de 18% en
la población entre 5 a 19 años. (FIC, 2020)

La obesidad es el aumento de la masa adiposa lo cual implica que, para


evaluarla, se requiere de mediciones que permitan estimarla objetivamente. La
medición directa de la masa adiposa es literalmente imposible pues obligaría a
separarla del resto del cuerpo para establecer su peso. Como alternativa, se
han desarrollado diferentes métodos para estimarla; por ejemplo, los pliegues
cutáneos, la bioimpedanciometría, la hidrodensitometría, la densitometría de
absorción dual de rayos X (DEXA), etc.

Existe consenso acerca de que el “estándar de oro” de la medición es la DEXA


y contra este método se han comparado otras mediciones que, por ser más
simples, de bajo costo, aceptables por los individuos y fácilmente disponibles y
accesibles, resultan más operativas; entre esta últimas se cuenta el peso
controlado por la talla y la edad –que se denomina Indice de Masa Corporal
(IMC)–, los pliegues cutáneos (tricipital y subescapular), el perímetro abdominal
y, últimamente, también el perímetro del cuello. Por su reproducibilidad, el
indicador que se ha impuesto es el IMC.

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El IMC se expresa en unidades de kg/m2, hasta con un decimal. Antes de la
edad adulta este índice presenta gran variabilidad con la edad, como se
aprecia en la siguiente figura. En el niño, los valores límite del IMC saludable
varían con la edad y el sexo. En el adulto, se considera como valores límite del
IMC saludable 18,5 y 25,0; valores superiores a 30 son equiparables a
obesidad y entre 25 y 30, a sobrepeso. En los niños y adolescentes el
sobrepeso corresponde a un IMC mayor que el percentilo 85 y hasta el
percentilo 97. La obesidad corresponde a un IMC mayor que el percentilo 97.
(Nación, Sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes. Orientaciones para su
prevención, diagnóstico y tratamiento, 2013)

¿PORQUE SON IMPORTANTES ESTOS TEMAS?

Consecuencias de los modos de vida poco saludables durante la infancia. La


obesidad infantil se asocia a una mayor probabilidad de muerte y discapacidad
prematuras en la edad adulta. Los niños con sobrepeso u obesos tienen
mayores probabilidades de seguir siendo obesos en la edad adulta y de
padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la
diabetes o las enfermedades cardiovasculares.

El riesgo de la mayoría de las enfermedades no transmisibles resultantes de la


obesidad depende en parte de la edad de inicio y de la duración de la
obesidad. La obesidad en la infancia y la adolescencia tienen consecuencias
para la salud tanto a corto como a largo plazo. Las consecuencias más
importantes del sobrepeso y la obesidad infantiles, que a menudo no se
manifiestan hasta la edad adulta, son:

Las enfermedades cardiovasculares (principalmente las cardiopatías y los


accidentes vasculares cerebrales); la diabetes; los trastornos del aparato
locomotor, en particular la artrosis; y ciertos tipos de cáncer (de endometrio,
mama y colon).
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Los datos de 2005 muestran las consecuencias a largo plazo de un estilo de
vida no saludable. Cada año mueren a consecuencia del sobrepeso y la
obesidad por lo menos 2,6 millones de personas.

La doble carga: un riesgo grave

Muchos países de bajos y medianos ingresos se enfrentan en la actualidad a


una "doble carga" de morbilidad: siguen debatiéndose con el problema de las
enfermedades infecciosas y la subnutrición, y al mismo tiempo están sufriendo
un rápido aumento de los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles
como la obesidad y el sobrepeso, especialmente en el medio urbano. No es
raro que en un mismo país, comunidad u hogar coexistan lado a lado la
subnutrición y la obesidad.

Esta doble carga es causada por una nutrición inadecuada durante el periodo
prenatal, la lactancia y la infancia, seguida de una exposición a alimentos ricos
en grasas y calorías y pobres en micronutrientes, así como de una falta de
actividad física a medida que el niño va creciendo. (OMS, 2020)

Los niños y niñas con sobrepeso u obesidad tienen alta probabilidad de seguir
siendo obesos cuando alcancen la edad adulta y mayor riesgo de padecer
enfermedades no transmisibles, tales como las enfermedades cardiovasculares
y la diabetes. En consecuencia, tienen mayor probabilidad de muerte y
discapacidad prematuras en la edad adulta.

Las consecuencias para la salud de la obesidad en la infancia y adolescencia


se verifican tanto a corto como a largo plazo. Entre las principales se destacan:

-Incremento de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, como


el colesterol elevado y la hipertensión.
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-Mayor riesgo de padecer problemas del aparato locomotor, apneas de sueño y
problemas sociales y psicológicos, como estigmatización y baja autoestima.

-Mayor probabilidad de padecer algunas enfermedades no transmisibles en la


edad adulta, como las cardiovasculares y la diabetes.

-Mayor probabilidad de padecer ciertos tipos de cáncer en la edad adulta


(principalmente de endometrio, mama y colon) (FIC, 2020)

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS?

Causas por las que los niños y adolescentes se vuelven obesos. La causa
fundamental del sobrepeso y la obesidad infantiles es el desequilibrio entre la
ingesta calórica y el gasto calórico. El aumento mundial del sobrepeso y la
obesidad infantiles es atribuible a varios factores, tales como:

El cambio dietético mundial hacia un aumento de la ingesta de alimentos


hipercalóricos con abundantes grasas y azúcares, pero con escasas vitaminas,
minerales y otros micronutrientes saludables.

La tendencia a la disminución de la actividad física debido al aumento de la


naturaleza sedentaria de muchas actividades recreativas, el cambio de los
modos de transporte y la creciente urbanización.

Causas sociales de la epidemia de obesidad infantil.

La OMS reconoce que la prevalencia creciente de la obesidad infantil se debe a


cambios sociales. La obesidad infantil se asocia fundamentalmente a la dieta
malsana y a la escasa actividad física, pero no está relacionada únicamente

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con el comportamiento del niño, sino también, cada vez más con el desarrollo
social y económico y las políticas en materia de agricultura, transportes,
planificación urbana, medio ambiente, educación y procesamiento, distribución
y comercialización de los alimentos.

El problema es social y por consiguiente requiere un enfoque poblacional,


multisectorial, multidisciplinar y adaptado a las circunstancias culturales.

Al contrario de la mayoría de los adultos, los niños y adolescentes no pueden


elegir el entorno en el que viven ni los alimentos que consumen. Asimismo,
tienen una capacidad limitada para comprender las consecuencias a largo
plazo de su comportamiento. Por consiguiente, necesitan una atención especial
en la lucha contra la epidemia de obesidad. (OMS, 2020)

En la gran mayoría de los niños y adolescentes con obesidad


(aproximadamente > 95%) ésta es de origen multicausal. Una mínima
proporción es secundaria a síndromes genéticos u otras enfermedades. Hasta
principios del siglo XX la obesidad era considerada consecuencia de la gula, la
glotonería y el descontrol en las comidas, poniendo en el individuo la total y
exclusiva responsabilidad por el problema. Además, el sobrepeso y la obesidad
no mórbida eran considerados expresión de salud y adecuada posición social.

Si bien la obesidad es la manifestación del balance energético positivo entre la


ingesta y el gasto en el individuo, éste es el resultado de una muy compleja
interacción entre lo biológico y lo social. A lo largo de la prolongada evolución
de la especie humana, nuestro cuerpo ha desarrollado procesos de
acumulación del excedente energético en forma de grasa que le permite
sobrevivir en momentos de escasez de alimentos. Esta misma adaptación
resulta contraproducente en ambientes donde la disponibilidad de alimentos y
energía ya no es crítica. Esta disponibilidad relativamente alta de energía
alimentaria contribuye al denominado ambiente obesogénico, con las
siguientes características:

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A NIVEL FAMILIAR: estilos de alimentación del niño muy permisivos o
controladores; estilos de alimentación no saludables, con alto consumo de
bebidas edulcoradas y alimentos con alto contenido de grasas, y bajo consumo
de frutas y verduras; estilo de vida sedentaria con excesivo tiempo ante la TV y
la PC a expensas de actividades deportivas, etc.

A NIVEL COMUNITARIO: alimentación escolar inapropiada en los comedores


escolares o en los kioscos escolares; falta de actividad física suficiente;
ausencia de educación alimentaria en las escuelas, abundante disponibilidad
de alimentos para comer al paso; falta de facilidades para desarrollar
actividades deportivas.

A NIVEL GUBERNAMENTAL: deficiente regulación de la publicidad de


alimentos, particularmente la dirigida a niños; deficiente regulación de la
producción y oferta de alimentos procesados, entre otros. En las últimas
décadas, con la epidemia de obesidad instalada en los países en vías de
desarrollo y la profundización del conocimiento acerca de la transición
nutricional, es cada vez más evidente la importancia de este ambiente
obesogénico como determinante de la obesidad.

Las transformaciones sociales, demográficas y económicas sufridas en las


décadas recientes por países en vías de desarrollo como la Argentina se
corresponden con un proceso conocido como “fenómeno de transición
nutricional”. Este proceso se caracteriza por la disminución de la mortalidad
infantil, la disminución en los indicadores de malnutrición aguda que, no
obstante, coexisten con una mayor prevalencia de indicadores de malnutrición
crónica (como anemia o baja talla), y una mayor prevalencia de la obesidad y
de enfermedades crónicas no transmisibles (como diabetes o enfermedad
cardiovascular). En estos países, la malnutrición y la obesidad coexisten.

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(Nación, Sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes. Orientaciones para su
prevención, diagnóstico y tratamiento, 2013).

Si bien es posible sostener que el sobrepeso y la obesidad son el resultado de


la falta de balance entre la cantidad de calorías consumidas y gastadas, es
necesario subrayar que, a nivel poblacional, esta alteración obedece
principalmente a factores socio-ambientales y culturales, patrones de consumo
y al advenimiento de los nuevos estilos de vida urbanos. El crecimiento mundial
de los índices de sobrepeso y obesidad infantil es producto de una multiplicidad
de factores, entre los que se destacan:

El aumento del consumo de alimentos industrializados ricos en grasa, azúcares


y sal, pero pobres en fibra y otros nutrientes. Estos alimentos, ampliamente
promocionados por la industria alimenticia, tienen como característica su gran
poder de saciedad, sabor agradable y bajo costo, por lo que son accesibles
para gran parte de la población.

Los elevados precios de las frutas, los vegetales frescos y otros alimentos de
alta calidad nutricional, que los vuelven inaccesibles para los grupos de
menores ingresos.

La disminución de la actividad física debida a los estilos de vida cada vez más
sedentarios, a la urbanización y al desarrollo de los medios de transporte, entre
otras causas.

Si bien también existen factores genéticos, se estima que sólo 1 de cada 200
casos de sobrepeso u obesidad infantil obedece a esas causas. (FIC, 2020)

A continuación, describiremos algunos fenómenos comunes a los países


industrializados que durante las últimas décadas han contribuido al aumento de
la prevalencia de obesidad y de enfermedades crónicas no transmisibles.

Problemas vinculados con una mayor accesibilidad a determinados alimentos:

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Aumento de la oferta y variedad de los alimentos; mayor disponibilidad de
alimentos a menor costo; aumento de las grasas y de los hidratos de carbono
en productos de bajo costo; aumento del tamaño de las porciones sin
correlación con el costo.

Problemas vinculados con el estilo de vida:

Menor gasto energético a causa de la disminución en la exigencia de las


condiciones generales de vida; reducción de la actividad física; aumento del
sedentarismo; aumento de la cantidad de horas transcurridas frente a pantallas.

Problemas vinculados con cambios en el patrón alimentario :

Disminución en el número de comidas familiares; aumento en la cantidad de


comidas que los niños o adolescentes hacen solos; aumento del consumo de
alimentos envasados y comidas rápidas; caída de los patrones de consumo
saludable.

Abundante evidencia epidemiológica señala la influencia de las condiciones de


salud en los primeros estadíos de la vida sobre el patrón de crecimiento, la
composición corporal y el riesgo posterior de desarrollar enfermedades
crónicas no transmisibles. El bajo peso al nacer se asocia con mayor riesgo de
obesidad, diabetes, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular y
mortalidad en el adulto. Asimismo, el exceso de ganancia de peso durante el
embarazo, la diabetes gestacional y la obesidad de la embarazada son factores

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de riesgo de obesidad del niño, produciendo incluso la transmisión
transgeneracional del riesgo.

El IMC presenta una primera elevación durante el primer año de vida (aunque
el uso del IMC se recomienda después del primer año); luego se mantiene más
o menos estable y entre los 5 y los 7 años presenta una segunda elevación
llamada el rebote adipocitario. El rebote adipocitario temprano se asocia con
mayor riesgo de obesidad y sugiere que sus determinantes están presentes
desde temprano en el curso de vida.

Cuanto más cerca de la edad adulta persista la obesidad, mayor es el riesgo de


mantenerla más tarde durante la adultez, lo cual enfatiza la importancia de su
prevención, detección y tratamiento en edades tempranas.

El problema del sobrepeso y la obesidad en relación con la situación


socioeconómica es diferente entre los niños y los adultos. Mientras que, en los
niños, a mejor situación socioeconómica la prevalencia de sobrepeso es mayor,
en las mujeres adultas la relación es inversa; es decir, a peor situación
socioeconómica es mayor la prevalencia de sobrepeso. (Nación, Sobrepeso y
obesidad en niños y adolescentes. Orientaciones para su prevención,
diagnóstico y tratamiento, 2013)

Morbilidad psicológica

Es muy importante la repercusión que la obesidad tiene sobre el desarrollo


psicológico y la adaptación social del niño. En general, las personas afectas de
obesidad no están bien consideradas en la sociedad. En los medios de
comunicación los niños y adultos obesos suelen desempeñar un personaje
cómico, tropezón y glotón. Un niño de 7 años ya ha aprendido las normas de
atracción cultural y de aquí que elija a sus compañeros de juego basándose en
sus características físicas, hasta el punto de que muchas veces prefieren elegir
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a un niño con una discapacidad antes que a un niño obeso. Se ha comprobado
que los niños obesos tienen una pobre imagen de sí mismos y expresan
sensaciones de inferioridad y rechazo. Por lo tanto, suelen presentar
dificultades para hacer amigos. La discriminación por parte de los adultos o de
los compañeros desencadena en ellos actitudes antisociales, que les conducen
al aislamiento, depresión e inactividad, y frecuentemente producen aumento en
la ingestión de alimentos, lo que a su vez agrava o al menos perpetúa la
obesidad. En la adolescencia el concepto de sí mismo es de tal importancia
que cualquier característica física que les diferencie del resto de sus
compañeros tiene el potencial de convertirse en un problema más grave, en
concreto disminuyendo su autoestima.

Es también un gran problema encontrar vestimenta para los niños obesos, ya


que es difícil que encuentren ropas de moda adecuadas para su talla. Además,
estos niños presentan frecuentemente alteraciones del comportamiento,
síntomas de depresión y ansiedad. Es difícil saber si estos trastornos
psicológicos preceden a la obesidad o son consecuencia de la misma.

Morbilidad Médica

La persistencia de la obesidad infantil hasta la edad adulta aumenta


significativamente el riesgo de padecer el síndrome X o metabólico-vascular,
enfermedad de la vesícula biliar y esteatosis hepática. En gran parte de los
niños afectos de obesidad se pueden detectar algunos indicadores que
predicen la posibilidad de padecer estas enfermedades en su forma completa
de expresión, si no se trata su obesidad. El síndrome metabólico-vascular
asocia obesidad, hipertensión, dislipidemia e insulino-resistencia. La mayor
incidencia de enfermedad cardiovascular en personas obesas es el resultado
en su mayor parte de la asociación de estos tres factores de riesgo,
dislipidemia, insulino-resistencia, e hipertensión, probablemente en un individuo

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también con una predisposición genética a padecer enfermedad
cardiovascular. Dicha incidencia puede aumentar, si se asocian otros factores
de riesgo cardiovascular, muchas veces presentes en los adolescentes obesos,
como son el sedentarismo o falta de actividad física y tabaquismo. Las
personas afectas de obesidad tienen más tendencia a padecer hipertensión
que los no obesos.

La obesidad a largo plazo puede conducir a trastornos del aparato digestivo y


del hígado como son la colelitiasis y la esteatosis hepática. En niños se puede
observar cuando la obesidad es muy severa. Muchos niños afectos de
obesidad presentan estreñimiento, que probablemente está en relación con la
falta de ejercicio físico o con una alimenta deción inadecuada con escaso
aporte de fibra.

Los niños y adolescentes afectos de obesidad pueden presentar alteraciones


del desarrollo puberal como las que se mencionan a continuación:

–Pubertad Adelantada: la mayoría de los niños obesos se sitúan por encima del
percentil 50 de la talla para la edad. Un gran porcentaje de estos niños tienen
crecimiento lineal avanzado, edad ósea también adelantada y en ellos son
precoces la maduración sexual y el estirón puberal. Algunos de ellos alcanzan
una talla media o relativamente baja al llegar a la vida adulta.

–Pseudohipogenitalismo: En los varones prepúberes es un problema muy


frecuente ya que la grasa suprapúbica oculta la base del pene disminuyendo su
tamaño real.

–Ginecomastia: es también un problema frecuente en los varones, debido al


acúmulo de grasa en la región mamaria, sin existir generalmente aumento real
del tejido glandular mamario.

Algunos niños afectos de obesidad severa pueden presentar problemas


dermatológicos: estrías, infecciones por hongos en las zonas de pliegues y
acantosis nigricans (esta última aparece en relación a la alteración en la
sensibilidad a la insulina).
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Son también importantes las repercusiones que la obesidad tiene sobre la
función pulmonar. Estos niños pueden presentar disnea de esfuerzo ante el
ejercicio físico moderado e incluso insuficiencia respiratoria con intoxicación por
dióxido de carbono, característica propia del síndrome de Pickwick, que se
observa en los casos extremos de obesidad. En casos de obesidad severa-
moderada los índices espirométricos están alterados y existe un aumento en
las infecciones respiratorias. Además, la obesidad favorece el broncoespasmo
y empeora las crisis de asma. Muchas veces presentan también, apnea
durante el sueño. Los niños obesos tienen un nivel de actividad física
disminuido. Se cansan antes que sus compañeros y no pueden competir con
ellos. (Cristina Azcona - Obesidad Infantil, 2015)

¿Cuáles son las recomendaciones para luchar contra la obesidad infantil?

La obesidad infantil es una problemática con graves consecuencias sanitarias y


económicas que afecta cada vez más a los países de bajos y medianos
ingresos y a los sectores más vulnerables de la población. Por este motivo, la
lucha contra la obesidad infantil debería ser una prioridad en las agendas de
las políticas de salud pública de los gobiernos.

PARA PREVENIR LA OBESIDAD INFANTIL LAS PERSONAS PUEDEN:

Aumentar el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y


frutos secos. Reducir el consumo de grasas y sustituir las saturadas por las
insaturadas. Reducir la ingesta de azúcar. Realizar periódicamente actividad
física de intensidad moderada o vigorosa, acorde a la edad y etapa de
desarrollo. (FIC, 2020)

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El incremento de la obesidad en las últimas décadas está asociado tanto a la
disminución del gasto energético como al aumento de la ingesta calórica, sin
desconocer las interrelaciones entre lo biológico y lo sociocultural.

Desde la perspectiva del curso de la vida, la obesidad del adulto puede


asociarse con sucesos tempranos en la vida. Así, por ejemplo, el bajo peso al
nacer o el retraso del crecimiento intrauterino con una rápida ganancia de peso
posnatal está asociado con obesidad futura.

La ventana de oportunidad de los primeros 1000 días (desde la concepción


hasta los dos años de vida) ha sido claramente identificada con situaciones
relacionadas con el capital humano, el desarrollo psicomotor, la escolaridad, la
composición corporal, el riesgo de enfermedades crónicas y la mortalidad.

En los primeros dos años de vida, la rápida ganancia de peso produce más
ganancia de masa magra que de masa grasa. Luego de los dos años y
particularmente luego de los cuatro años, la rápida ganancia de peso se asocia
con aumento de la masa grasa y riesgo de obesidad.

La alimentación (producción, selección, preparación, conservación,


combinación y consumo de alimentos) es un hecho de profundo arraigo cultural
que ha ido, a su vez, moldeando las sociedades a través de la historia.

Actualmente, la alta disponibilidad de alimentos procesados hipercalóricos,


poco nutritivos, con alto contenido de grasas, azúcares y sal, unida a la
agresiva promoción publicitaria –particularmente aquélla dirigida a los niños–
produce un alejamiento de la población respecto de las pautas propuestas por
la Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad física y Salud de la
OMS.

Los factores ambientales desempeñan un papel determinante en el aumento de


la incidencia de obesidad, tanto en los países desarrollados como en aquéllos
en vías de desarrollo. No obstante, algunas condiciones individuales se han
asociado también a una mayor vulnerabilidad para desarrollar sobrepeso.

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Si bien la ingesta calórica total en la infancia no se ha modificado
sustancialmente, la composición de la misma ha variado a expensas de las
calorías provenientes de las grasas y los azúcares simples. Si a esto se le
suma la disminución de la actividad física, probablemente sean éstos los
factores ambientales pasibles de intervención, por medio de programas de
prevención y tratamiento de la obesidad durante la infancia.

Sobre la base de este contexto epidemiológico, es que las intervenciones


preventivas alcanzan un lugar preponderante; focalizándose en el manejo
cotidiano de la alimentación, la actividad física y los hábitos de vida saludable
en el microambiente familia. (Nación, Sobrepeso y obesidad en niños y
adolescentes. Orientaciones para su prevención, diagnóstico y tratamiento,
2013)

Sin embargo, si bien las acciones a nivel individual son importantes; para
prevenir el sobrepeso, la obesidad y sus enfermedades asociadas es
fundamental el diseño e implementación de políticas públicas que favorezcan la
creación de entornos saludables. En este sentido, la OMS considera que «la
responsabilidad individual solamente puede tener pleno efecto cuando las
personas tienen acceso a un modo de vida saludable», motivo por el cual es
fundamental el papel de los gobiernos para detener el avance la epidemia de
obesidad infantil.

En este orden de ideas, las organizaciones de la sociedad civil de América


Latina comprometidas con la lucha contra la obesidad infantil firmaron en 2012
la Declaración de la Ciudad de México en la que instan a los gobiernos a
adoptar una serie de medidas, entre las que se destacan:

Garantizar el acceso a agua potable gratuita y disponibilidad de alimentos


mínimamente o no procesados (como verduras y frutas) y comidas saludables
y nutritivas de baja densidad energética, con control de tamaños de porción y
con restricciones en sal o sodio, azúcares, grasas saturadas y trans, apegadas
a las recomendaciones de la Estrategia Global de la OMS.

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Restringir la disponibilidad, venta y publicidad de bebidas azucaradas y
productos industrializados altos en densidad energética, azúcares, sodio y
grasas saturadas y trans.

Incluir en la educación escolar la formación nutricional y el conocimiento de las


tradiciones agrícolas y culinarias locales y nacionales.

Asegurar la implementación de programas de educación física como parte


obligatoria del currículo escolar.

Proteger a los niños de la publicidad de bebidas azucaradas y productos


comestibles no saludables usando medidas regulatorias efectivas, de acuerdo
a las recomendaciones de la Asamblea Mundial de la Salud (2010) y del grupo
de expertos de la OPS, 2011.

Promover la lactancia materna.

Establecer etiquetados frontales para los alimentos que identifiquen claramente


los productos envasados y las bebidas no saludables, incluyendo alertas
textuales y/o pictóricas.

Adoptar políticas fiscales efectivas, como subsidios que estimulen el mayor


consumo de frutas y verduras e impuestos que desincentiven el consumo de
bebidas azucaradas y productos comestibles altos en calorías, azúcares,
grasas saturadas y grasas trans.

Desarrollar estrategias de información y comunicación que ayuden al público a


adoptar hábitos de consumo saludables.

Se recomienda a las autoridades públicas nacionales que decidan actuar para


proteger a los niños de la epidemia de obesidad, lo hagan mediante decretos
gubernamentales o leyes, de suerte que la implementación de estándares sea

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obligatoria y efectiva. Al mismo tiempo, se recomienda que los organismos
internacionales y los gobiernos eviten caer en conflicto de interés en el
desarrollo de políticas públicas, por lo que la participación de las empresas
alimenticias no debería darse en la mesa donde se diseñan las políticas
públicas y medidas regulatorias, sino en la fase de implementación de las
mismas. (FIC, 2020)

El valor de la intervención temprana

La obesidad es una entidad multifactorial en la cual intervienen factores


sociales, económicos, culturales, genéticos, étnicos y medioambientales.

La obesidad incrementa el riesgo de diabetes tipo 2, de enfermedad


cardiovascular, de dislipidemia, de hipertensión, de cálculos hepáticos y de
algunos tipos de cáncer; y también acarrea importantes consecuencias psico-
sociales. Cuanto más temprano se intervenga sobre sus determinantes, más
efectivos serán los resultados.

Arrastre de obesidad de la infancia a la adultez

Numerosos estudios han observado que la obesidad en la infancia se


correlaciona con la presencia de obesidad en la adultez. La probabilidad de que
un niño o adolescente llegue a ser, en el curso de su vida, un adulto con
obesidad es mayor en los percentilos altos de IMC y cuanto más cerca de la
edad adulta se encuentre el niño o adolescente. Más de dos tercios de los
niños y adolescentes que presentan sobrepeso entre los 10 y 14 años serán

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luego adultos con obesidad. Por ello, el sobrepeso/obesidad en la infancia es
una variable predictiva de exceso de peso durante la adultez.

El importante incremento de la prevalencia de obesidad en niños y


adolescentes, las complicaciones del sobrepeso/obesidad para la salud y la
mayor tendencia a continuar con sobrepeso u obesidad en la vida adulta hacen
que la prevención de la obesidad sea la alternativa de elección y la estrategia
de Nutrición Pública más eficaz para detener el avance de la epidemia.

Durante los primeros años de vida del niño, la prevención podría ser más
efectiva por ser un momento vital en el que resulta más fácil instalar hábitos
saludables. (Nación, Sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes.
Orientaciones para su prevención, diagnóstico y tratamiento, 2013)

La situación en el mundo

La OMS estima que, para 2010, 43 millones de niños menores de 5 años (de
ellos, 35 millones en los países en vías de desarrollo y 4 millones en América
Latina) presentaban sobrepeso u obesidad. La prevalencia mundial del
sobrepeso y la obesidad habría aumentado de 4,2% en 1990 a un 6,7% en
2010 (6,8% a 6,9% en América Latina). La obesidad en América latina es, en
gran medida, consecuencia del cambio de los hábitos alimentarios (aumento de
frecuencia de consumo de alimentos con alta densidad energética y mayor
tamaño de las porciones) y la reducción de la actividad física.

LA SITUACIÓN EN LA ARGENTINA

22
La ENNyS es el único estudio realizado en el país con medición del IMC en
muestras de niños representativas de cada provincia y de mujeres en edad
fértil representativas de regiones, como grupos de provincias colindantes. En
este estudio, realizado en 2004-2005, la prevalencia de IMC con un puntaje z
superior a +2 muestra la importancia del problema en todo el país. (Nación,
Sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes. Orientaciones para su
prevención, diagnóstico y tratamiento, 2013)

Además, en base a un estudio realizado por FIC Argentina y UNICEF


Argentina, los adolescentes de nivel socioeconómico más bajo tienen un 31%
más de probabilidades de sobrepeso respecto a los adolescentes del nivel
socioeconómico más alto.

Por otra parte, la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo realizada en dos


oportunidades (en 2005 y 2009) en mayores de 18 años muestra una tendencia
ascendente del 23% en 4 años de la prevalencia de obesidad (de 14,6% a
18%) sin variación significativa en la prevalencia de sobrepeso (de 34,5% a
35,4%)

A nivel nacional, los resultados de la 2° ENNyS, realizada en 2018 reflejan que


el exceso de peso es el problema más grave de malnutrición en Argentina con
una prevalencia de 13,6% en menores de 5 años, y de 41,1% en el grupo de 5
a 17 años. Esta misma encuesta señala que:

El consumo de frutas frescas, verduras, carnes, leche, yogur o quesos se


encuentra por debajo de las recomendaciones

Hay un consumo frecuente de alimentos de baja calidad nutricional con alto


contenido de azúcar, grasas y sal como bebidas azucaradas, productos de
copetín, golosinas y productos de pastelería

El 70% de los estudiantes encuestados mencionó que en su escuela se venden


alimentos de baja calidad nutricional

23
1 de cada 4 estudiantes señaló que la escuela provee bebidas azucaradas
(FIC, 2020)

El dato corresponde a la población de niños, niñas y adolescentes de entre 5 y


17 años. También incluyó a niños menores de 5 años y adultos de ambos
sexos. Confirmó que el sobrepeso y la obesidad son el principal problema de
malnutrición del país.

El 41,1 por ciento de los chicos y adolescentes de entre 5 y 17 años tiene


sobrepeso y obesidad en Argentina, en una proporción de 20,7 por ciento y
20,4 por ciento, respectivamente, sin diferencias por nivel socioeconómico.

En los niños de 0 a 5 años, el exceso de peso alcanza el 13,6 por ciento, una
cifra elevada si se tiene en cuenta que el exceso de peso esperado para esta
edad es de 2,3 por ciento.

En los niños menores de 5 años, la proporción de baja talla a nivel nacional fue
de 7,9%, siendo de bajo peso 1,7% y de emaciación 1,6%. En los niños, niñas
y adolescentes de 5 a 17, los resultados mostraron 1,4% de delgadez y 3,7%
de baja talla. Los números confirman que los indicadores de desnutrición por
déficit se mantuvieron estables en el país respecto de otros estudios previos y
que el sobrepeso y la obesidad crecieron significativamente constituyéndose en
el principal problema de malnutrición en el país.

El relevamiento abarcó a casi 22 mil personas de todo el país e incluyó a


personas de todas las edades: de 0 a 5 años, de 5 a 17 años y de 18 años y
más, seleccionadas al azar, con representatividad regional y nacional. La
encuesta comprendió entrevistas de autoreporte, mediciones antropométricas y
bioquímicas.

La ENNyS 2 mostró también cifras alarmantes de sobrepeso y obesidad en los


adultos: el 68% de los adultos tienen exceso de peso por mediciones objetivas,
un resultado muy similar al arrojado por la 4ta Encuesta Nacional de Factores
de Riesgo 2018.

24
A diferencia de los NNyA donde la obesidad afecta a todos los estratos
socioeconómicos por igual, los adultos de los sectores de menores ingresos
tuvieron un 22% más obesidad que los de mayores ingresos, acompañando la
tendencia internacional (36,9% vs 29% respectivamente).

Una dieta malsana es un factor de riesgo clave de las enfermedades no


transmisibles (ENT) que puede modificarse. Si no se combate, la mala
alimentación -junto con otros factores de riesgo- aumenta la prevalencia de
ENT en las poblaciones por mecanismos tales como un aumento de la presión
arterial, una mayor glucemia, alteraciones del perfil de lípidos sanguíneos, y
sobrepeso u obesidad. Aunque las muertes por ENT se dan principalmente en
la edad adulta, los riesgos asociados a las dietas malsanas comienzan en la
niñez y se acumulan a lo largo de la vida.

En la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS 2) 2019 se


muestra una radiografía de los patrones alimentarios de la población argentina;
el 41,1 por ciento de los chicos y adolescentes de entre 5 y 17 años tiene
sobrepeso y obesidad en Argentina, en una proporción de 20,7 por ciento y
20,4 por ciento, respectivamente, sin diferencias por nivel socioeconómico.

En los patrones alimentarios que confirma la ENNyS 2 se ve con claridad que


toda la población está lejos de las recomendaciones de consumo de alimentos
saludables según las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA), y
consume una altísima cantidad de alimentos y bebidas ultraprocesados, de
baja calidad nutricional y altos en azúcar, grasa y sal.

La publicidad y otras formas de mercadotecnia de alimentos y bebidas dirigidas


a los niños tienen un gran alcance y se centran principalmente en productos
ricos en grasas, azúcar o sal. Muchos datos muestran que la publicidad
televisiva influye en las preferencias alimenticias y las pautas de consumo de la
población infantil. Además, para promocionar esos productos se recurre a una
amplia gama de técnicas que consiguen llegar a los niños en las escuelas, las

25
guarderías y los supermercados, a través de la televisión y de Internet, y en
muchos otros entornos.

Alcance y metodología de la ENNyS

La Segunda Encuesta de Nutrición y Salud se alcanzó a 21.358 personas


residentes en hogares particulares de localidades urbanas de más de 5000
habitantes en la República Argentina e incluyó lactantes de 0 a 23 a meses
inclusive; NNyA de 2 a 17 años; y adultos varones y mujeres de 18 años y más.

La muestra garantizó la representatividad nacional y de las seis regiones del


país. Se recolectó información sobre frecuencia de consumo de diferentes
grupos de alimentos, los hábitos alimentarios de la población argentina, la
ingesta de alimentos y nutrientes a través de un recordatorio de 24 hs (R24H),
y la lactancia materna.

También indagó sobre alimentación en los entornos escolares, políticas


alimentarias, etiquetado nutricional, publicidad de alimentos, y dominios sobre
otros temas relevantes de salud como actividad física y vacunas. Asimismo, la
encuesta aporta información sobre índices antropométricos (peso y talla) y
otras variables objetivas y bioquímicas para evaluar el estado nutricional de la
población, la ingesta de socio y la función renal.

La encuesta constó de tres pasos: primero, se completa un cuestionario sobre


alimentación, actividad física y salud general; segundo, una nutricionista toma
las mediciones antropométricas (peso y talla) y releva información el detalle de
la ingesta de comida y bebida del día anterior de las últimas 24 horas. El tercer
paso, se aplicó sólo a 3600 personas del total de la muestra seleccionados al
azar con representatividad nacional, y se toman mediciones bioquímicas
mediante extracción de sangre en el hogar para evaluar anemia, déficit de

26
ácido fólico y vitamina b12, función renal y consumo de sodio (a través de una
muestra de orina).

La primera ENNyS se realizó en el año 2005, e incluyó solamente niños y niñas


de hasta 5 años, y mujeres en edad fértil. La nueva edición amplía la población
en estudio y la extiende a NNyA de 0 a 17 años y adultos de más de 18 de
ambos sexos.

En la implementación de la encuesta participaron la Dirección Nacional de


Maternidad, Infancia y Adolescencia y la Dirección Nacional de Promoción de la
Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles de la Secretaría de
Gobierno de Salud del Ministerio de Salud y Desarrollo Social, además del
apoyo de UNICEF.

Patrones alimentarios en la población argentina.

Sobre el consumo por grupos de alimentos, se observó un consumo deficiente


de alimentos recomendados. Solo un tercio de la población consume al menos
una vez por día frutas y verduras, solo 4 de cada 10 individuos consume
lácteos recomendados diariamente y la mitad de la población consume carnes
al menos una vez por día.

Por el contrario, el consumo de alimentos no recomendados es


extremadamente alto: el 37% toma bebidas azucaradas diariamente, el 17%
consume diariamente productos de pastelería y galletitas dulces y el 36% y
15% consume productos de copetín (snacks) y golosinas al menos dos veces
por semana.

27
Los datos de consumo confirman que el patrón alimentario se encuentra lejos
de las recomendaciones de las GAPA y es siempre menos saludable en niños
que en adultos.

Por ejemplo, los niños, niñas y adolescentes consumen un 40% más de


bebidas azucaradas, el doble de productos de pastelería y galletitas dulces, el
doble de productos de copetín (snacks) y el triple de golosinas respecto de los
adultos, todos ellos alimentos con altos niveles de azúcar, grasa y sal.

A su vez el patrón alimentario es siempre menos saludable en los grupos


sociales en situación de mayor vulnerabilidad –perteneciente a los 2 quintiles
más bajos– que consumen la mitad de las frutas, un 40% menos de lácteos, y
más del doble de bebidas azucaradas, el doble de productos de copetín, que
las personas de los dos quintiles más altos. (Nación,
https://www.argentina.gob.ar, 2019)

En Argentina los cambios en los patrones de consumo de alimentos siguen la


tendencia mundial, y atraviesan a todo el entramado social afectando
especialmente a los grupos en situación de mayor vulnerabilidad.

La proporción de población que refiere haber consumido diariamente los


alimentos recomendados como frutas frescas y verduras, carnes, leche, yogur
o quesos, se encuentra por debajo de las recomendaciones de consumo,
siendo más marcado en algunos casos como frutas y verduras. Por el contrario,
la proporción de la población que refiere consumir diaria o frecuentemente
alimentos no recomendados como bebidas azucaradas, productos de
pastelería, productos de copetín y golosinas, que poseen alto contenido de
azúcar, grasas y sal y bajo valor nutricional, es alarmante.

Los datos confirman consistentemente que el consumo diario de alimentos


saludables es significativamente menor en los grupos de niveles educativos
bajos y en los de menores ingresos. Por el contrario, los alimentos no
recomendados se consumen más frecuentemente en los grupos en situación

28
de mayor vulnerabilidad. Este gradiente socioeconómico se observa tanto en
adultos como en niños.

Al comparar poblaciones según su edad, el patrón alimentario de NNyA es


significativamente menos saludable que el de los adultos. Los NNyA consumen
un 40% más de bebidas azucaradas, el doble de productos de pastelería o
productos de copetín y el triple de golosinas respecto de los adultos. Este peor
patrón alimentario entre los NNyA obedece probablemente a múltiples causas
descriptas en la literatura, como un marketing dirigido a los niños, y entornos
escolares obesogénicos, entre otros. Es, sin duda, un determinante que puede
contribuir a explicar el crecimiento más acelerado de la epidemia de obesidad
en los niños. (Social, 2019)

Entornos escolares

En relación a la alimentación en los entornos escolares, los datos arrojan que la


provisión de frutas y lácteos es muy baja (21,5% frutas frescas y 30,3% yogur,
postres lácteos o leches). En el caso de la provisión de agua sólo el 57% de los
estudiantes reportaron que la escuela la ofrece siempre.

Como contrapartida, el 70% menciona que se provee de alimentos no


recomendados por su elevado contenido de nutrientes críticos (como facturas,
productos de pastelería, galletitas dulces y cereales con azúcar). Incluso 1 de
cada 4 estudiantes refirió que la escuela le provee bebidas azucaradas. Casi 8
de cada 10 chicos refirió que su escuela tiene kiosco y los productos más
comprados por los chicos en la última semana fueron golosinas y bebidas
azucaradas. (Nación, https://www.argentina.gob.ar, 2019)

Los niños, niñas y adolescentes están expuestos a una amplia oferta de


alimentos de alto contenido calórico y bajo valor nutricional en las escuelas.

29
Además, se han reducido las oportunidades de realizar actividad física y ha
aumentado el tiempo dedicado a actividades sedentarias durante los recreos.

En la Argentina, según la EMSE 2012 el 80,2% de las escuelas contaba con al


menos un kiosco. El 91,4% de estos kioscos ofrecía productos de bajo valor
nutritivo como bebidas azucaradas, golosinas, helados, snacks, galletitas
dulces, panchos, etc. En más de la mitad de los kioscos (58,6%) había carteles/
publicidades de gaseosas. Sólo el 5,6% de las escuelas contaban con
bebederos en los patios o dispensers de agua potable gratuita. En relación a la
cantidad de clases semanales de educación física en la escuela durante el
último año escolar, señala que sólo el 25,9% de los adolescentes tuvo 3 o más
veces por semana.

El entorno escolar es un ámbito ideal para promover la incorporación de


hábitos saludables debido a que los NNyA pasan una parte importante de su
vida en la escuela y a que las preferencias alimentarias se desarrollan a
edades tempranas y suelen persistir a lo largo de la vida.

A nivel regional, una revisión sistemática para políticas implementadas en


América Latina y el Caribe también concluye que los abordajes
multicomponentes son los que muestran mejores resultados. Por ejemplo, en
Colombia se demostró la efectividad de una intervención combinada de
educación alimentaria y actividad física, mostrando mejoras en la composición
y peso corporal de los alumnos.

En relación a la oferta de alimentos en las escuelas, la evidencia muestra que


la exposición repetida a los alimentos influye en las preferencias de consumo.
En este sentido, está demostrado que las políticas escolares que eliminan la
oferta de alimentos altos en grasas, azúcares y sal son eficaces en la
prevención de la obesidad infanto-juvenil y ayudan a evitar las influencias
externas negativas en las preferencias alimentarias. Por otro lado, la evidencia
también refleja que cuando hay oferta de alimentos nutritivos como frutas y
verduras, los estudiantes mejoran las actitudes positivas hacia dichos alimentos
y pueden aumentar su consumo a lo largo del tiempo.
30
En cuanto a la actividad física en el entorno escolar, si bien los recreos activos
son importantes para alcanzar las recomendaciones, la evidencia sostiene que
una de las cinco intervenciones recomendadas para incrementar la actividad
física en NNyA responde al incremento de clases de Educación Física en el
ámbito escolar. (UNICEF, 2018)

LA VIDA SEDENTARIA

Según el diccionario de la RAE, sedentarismo es la “actitud de la persona que


lleva una vida sedentaria”; y sedentaria es una vida “de poca agitación o
movimiento”. Desde la perspectiva de las ciencias relacionadas con el ejercicio,
sedentarismo es el estado que implica un nivel de actividad menor que el
necesario para mantener una condición física saludable.

También podemos definirlo como el estado que se caracteriza por la falta de


una actividad física mínima diaria recomendada para producir los fenómenos
adaptativos que disminuyen el riesgo cardiovascular o de enfermedades
relacionadas con la falta de actividad del cuerpo (conocidas como
enfermedades hipocinéticas).

Estas definiciones contraponen los conceptos de sedentarismo y de actividad


física. Llevar una vida sedentaria supone realizar un determinado patrón de
movimientos en las actividades cotidianas que puede ser o no contrarrestado
con la práctica regular de actividad física.

El desafío del equipo de salud radica en alentar a la población para que


desarrolle hábitos de vida activos, además de la práctica regular de una
actividad física.

IMPACTO SOBRE LA SALUD


31
Sabemos que los avances tecnológicos fomentan la disminución de la actividad
física en la población mundial y promueven las acciones sedentarias, si bien no
son la única causa. En los niños, debido a que la actividad física es parte
importante del juego, es difícil hacer una evaluación cuantitativa del
sedentarismo; aunque podríamos tener una noción investigando sobre el tipo
de juego realizado y el tiempo en horas pasado frente a pantallas como forma
de diversión.

Datos aportados por la primera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo


revelan que el 46,2% de la población mayor de 18 años realiza en Argentina un
nivel bajo o insuficiente de actividad física. En la Ciudad de Buenos Aires, en el
año 2003, la prevalencia de inactividad física fue de 24,1% en población de 15
a 69 años.

Un estudio que estimó, entre otras cosas, el tiempo invertido en horas frente a
pantallas (televisor, videojuegos y computadora) en niños de 10 a 11 años de
escuelas públicas del área metropolitana de Buenos Aires; encontró que el
tiempo promedio de horas frente a pantallas fue de 3,29 horas por día. De los
1588 niños encuestados, el 18% destinó a las pantallas hasta 2 horas diarias;
el 37% invirtió entre 2 y 4 horas; el 26% dedicó entre 4 y 6 horas por día y un
14% estuvo más de 6 horas diarias frente a ellas.

Los hábitos se forman tempranamente y aquellos niños que crecen sin la


costumbre de “estar activos” probablemente serán adultos con poca tendencia
a prácticas de actividad física.

Algunas diferencias de género se presentan en relación a los patrones de


actividad física en la adolescencia, las niñas tienden a ser menos activas que
los varones. En el género masculino, hay una tendencia progresiva a disminuir
los niveles de actividad física con la edad.

32
El Consenso sobre Sedentarismo de la Sociedad Argentina de Pediatría
recomienda, como mínimo, una hora diaria de actividad física de moderada a
vigorosa para todos los niños.

Actividad física (AF): Cualquier movimiento del cuerpo producido por el


músculo esquelético que requiere un gasto de energía superior al de reposo.

Actividad física regular: Cualquier AF realizada durante 30 minutos o más por


sesión, cinco veces por semana o más, que induce cambios o adaptaciones en
el organismo que disminuyen el riesgo de padecer enfermedades hipocinéticas
(enfermedad cardiovascular, diabetes, obesidad, hipertensión arterial,
dislipidemias).

Ejercicio: Actividad física que se refiere al movimiento repetido, planificado y


estructurado, realizado para mejorar o mantener uno o más componentes de la
condición física.

Estado físico: Es el conjunto de atributos que posee o alcanza un individuo, que


se relacionan con la capacidad para realizar actividad física.

Estado físico saludable: Se refiere a los componentes del estado físico que se
relacionan con la salud. Estos componentes son: composición corporal,
capacidad o resistencia cardiovascular, flexibilidad, resistencia y fuerza
muscular.

Los beneficios asociados a la AF se vinculan con el ejercicio actual y no con el


histórico. La reducción de riesgo de enfermedades crónicas no se mantiene en
los que fueron buenos deportistas en una época de su vida si posteriormente
se convierten en sedentarios.

EFECTOS DE LA PRÁCTICA REGULAR DE ACTIVIDAD FÍSICA EN


NIÑOS/AS.:

33
Contribuye a mejorar el IMC. Mantiene la tensión arterial en valores normales.
Estimula el aumento de la autoestima y la autoconfianza. Disminuye los
trastornos de la imagen corporal. Produce bienestar psicológico secundario a la
relación constante del niño con alguna práctica de AF. Fortalece la tendencia
saludable de los hábitos. Predispone a un estilo de vida menos sedentario.
Predispone a mantener la AF en la edad adulta. Estimula a mayor creatividad
en los juegos.

Carecemos de estudios que certifiquen que la inclusión de AF en la infancia


podría prevenir el desarrollo del sobrepeso en los humanos. Sin embargo, las
observaciones señaladas antes, por sí solas, justifican ampliamente la
necesidad de implementar planes que incentiven la práctica de AF en forma
regular. Las investigaciones basadas en intervenciones tendientes a aumentar
la AF y a disminuir el sedentarismo en niños en edad escolar mostraron que
Intervenciones sencillas en la alimentación como: promover el desayuno en
adolescentes y estimular la práctica de ejercicios físicos en las niñas pequeñas
(escuela primaria) pueden prevenir la obesidad. Existen pocos consensos
sobre la prescripción exacta en cuanto a cantidad, intensidad o tipo de AF en
niños y adolescentes; pero la observación de los resultados avala que ésta
resulta efectiva a la hora de generar cambios en la conducta con el objetivo de
prevenir el sobrepeso y la obesidad. Cabe destacar que, adicionalmente, las
intervenciones más efectivas para la promoción de la actividad física son:
campañas de comunicación, cambio de currícula en las escuelas, programas
individuales y disponibilidad de lugares aptos para el ejercicio. (Nación,
Sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes. Orientaciones para su
prevención, diagnóstico y tratamiento, 2013)

PUBLICIDAD DE ALIMENTOS

La obesidad infantil es multifactorial y obedece principalmente a cambios


importantes en la alimentación de la población, al patrón de actividad física y a

34
otras causas de índole sociocultural. Uno de los factores que influyen en su
desarrollo es la publicidad de alimentos dirigida a los niños.

La publicidad de alimentos poco saludables en los horarios de mayor


exposición infantil y el uso de técnicas persuasivas de marketing orientadas a
los niños, definen un entorno mediático en el que los niños están
frecuentemente atacados con mensajes comerciales de alimentos que van en
contra de las recomendaciones nutricionales.

Se ha identificado una asociación entre la frecuencia de la publicidad de


alimentos poco saludables en la televisión y la prevalencia de exceso de peso
de los niños. Esto se debe, entre otros factores, a que la publicidad televisiva
influye sobre la elección de alimentos en los niños, los pedidos de compra
(efecto fastidio) y los patrones de consumo de los niños. Estos patrones se
producen en el corto plazo luego de la exposición, relacionados a la marca y al
tipo de alimento. Una revisión sistemática reciente mostró fuertes evidencias de
que la publicidad televisiva influye en las preferencias alimentarias de los niños
de 2 a 11 años de edad.

Diversos estudios que analizan los puntos de contacto entre la exposición a la


televisión y el sobrepeso/obesidad, destacan cuatro factores principales de
relación:

-El tiempo que se pasa frente a la televisión reemplaza el tiempo de ejercicio.

-Mientras se mira televisión aumenta el consumo de alimentos de bajo valor


nutricional.

-El aumento de la exposición a la televisión conlleva a un aumento en el


consumo de los productos publicitados.

-Los niños influyen en las decisiones de compra de sus padres luego de un


tiempo prolongado de exposición a la publicidad de alimentos.

35
-Tiempo de exposición de los niños a la publicidad de alimentos no saludables
y contenido de las publicidades

Los estudios internacionales muestran que los niños entre 2 y 17 años ocupan
un promedio de 2,5 horas por día viendo televisión. Dentro de ese tiempo están
expuestos a un anuncio de comida cada cinco minutos en promedio,
principalmente de alimentos poco saludables, con estrategias persuasivas de
marketing. Los alimentos que se promocionan presentan, en la mayor parte de
los casos, un bajo contenido nutricional ya que son alimentos con alto
contenido de grasas, sal, calorías y azúcares.

En las publicidades, el consumo de alimentos no saludables se relaciona con


sentimientos positivos como diversión, felicidad y ser «cool». Las principales
categorías de alimentos que se publicitan son las gaseosas, los cereales de
desayuno azucarados, galletitas, golosinas, snacks, platos preparados y
comida rápida. (FIC, 2020)

De vuelta al análisis de los datos de la ENNyS respecto a la publicidad, los


resultados corroboran la influencia de la publicidad de alimentos en el
comportamiento de compra, observándose que el 21,5% de los adultos refirió
haber comprado en la última semana un producto porque lo vio publicitado.

También confirma la influencia que tiene en los niños, ya que el 23,5% de los
padres compraron un producto porque sus hijos lo vieron en una publicidad,
solo en la última semana.

En cuanto al etiquetado de productos alimenticios vigente solo un 13% de la


población comprende la información nutricional del envase. Esto demuestra
que el sistema de información nutricional vigente en nuestro país no funciona
adecuadamente para informar a la mayoría de los consumidores. (Nación,
https://www.argentina.gob.ar, 2019)

36
VULNERABILIDAD DE LOS NIÑOS

Los niños se han convertido en un objetivo importante para las empresas de


alimentos. Las empresas utilizan estrategias de marketing dirigidas a los niños
aprovechándose de su inexperiencia y credulidad para generar conciencia de
marca, preferencia y lealtad.

Esta población es especialmente vulnerable a la publicidad de alimentos y


bebidas, ya que no tienen la madurez neurológica para entender las
intenciones de marketing detrás de los anuncios, y para tomar decisiones
autónomas con respecto a una dieta saludable. Varios estudios han encontrado
que el pensamiento abstracto, la madurez neurológica, y la plena capacidad
para tomar decisiones apropiadas sólo se llevan a cabo después de los 18
años.

“Técnicas de persuasión”

A partir del análisis de las técnicas de persuasión utilizadas en las publicidades


se ha detectado que éstas se utilizan con mayor frecuencia en la publicidad de
alimentos no saludables y durante los horarios con mayor exposición del
público infantil. Se destaca el uso de personajes y los regalos promocionales
como vía para atraer la atención de los niños. (FIC, 2020)

FIC Argentina realizó un estudio de investigación para analizar y cuantificar las


publicidades de alimentos que se emiten durante los cortes comerciales de los
programas dirigidos a niños y niñas en televisión. Además, se analizaron las
técnicas promocionales utilizadas en dichas publicidades y la calidad nutricional
de los alimentos publicitados.

Publicidades que se emitieron en los 5 canales de televisión abierta (TV


Pública, Canal 9, Telefé, América y Canal 13) y en tres canales de cable

37
dirigidos a niños con el mayor porcentaje de audiencia (Disney Chanel, Cartoon
Network y 1 Disney XD).

La recolección de datos se realizó durante 6 semanas en 3 meses (3 al 16 de


noviembre y 8 al 21 de diciembre 2013 y 15 al 25 de enero 2014). Cada uno de
los canales se grabó durante dos días de semana y dos días de fines de
semana. Los días se establecieron de forma rotativa para captar distintos días
para los diferentes canales. La unidad de análisis son los avisos publicitarios,
en particular los avisos publicitarios de alimentos. No se incluyen en el análisis
las publicidades que se realizan dentro de los programas de televisión.

Se grabó un total de 1.440 horas de programación que incluyó 132 horas de


publicidades. Se diseñó un instrumento de recolección de datos donde se
incluyeron las siguientes variables: fecha de emisión del comercial, hora de
emisión, duración en segundos del comercial, tipo de producto (alimentos,
juguetes, etc.), programa que estaba siendo televisado en el horario en que fue
emitida la publicidad. Esta última variable se codificó de acuerdo a dos grandes
categorías: a) programas dirigidos a población infantil: series y concursos para
niños, caricaturas y otros programas infantiles (ej. programas con marionetas) y
b) programas dirigidos a la audiencia general: telenovelas y series, películas,
documentales, reportajes, programas educativos, deportes, noticiarios, reality
show, concursos, espectáculos, gubernamentales, infomerciales, religiosos,
musicales y sobre salud.

Para el análisis nutricional del estudio se utilizó un sistema de perfil de


nutrientes diseñado por la Oficina Regional de Europa de la OMS con el
objetivo de regular la publicidad de alimentos y bebidas para niños y
adolescentes en el año 2015.

Para realizar este análisis se buscó la información del etiquetado nutricional de


los alimentos publicitados en una base de datos que posee información
nutricional de más de 4.000 productos desarrollada por FIC Argentina en el
marco de otra investigación.

38
Principales resultados

Se obtuvo una muestra total de 21.085 publicidades de las cuales 9.857


(46,7%) se emitieron durante las tandas comerciales de programas dirigidos a
público infantil y 11.228 durante las tandas de programas dirigidos a la
audiencia general.

Del tiempo total dedicado a las 21.085 publicidades analizadas (132.5 horas),
el 19% (25.5 horas) pertenece a publicidades de alimentos.

Del total de publicidades relevadas (n=21085), los alimentos son la segunda


categoría de productos más publicitada con 3576 avisos (17%), apenas
superada por los juguetes (20%).

Las publicidades de alimentos se ubican en primer lugar en la audiencia


general (22%) y en tercer lugar en los programas dirigidos a niños (11%).

En el total de publicidades de alimentos, las bebidas azucaradas sin alcohol


(31%), los lácteos (leche, queso y yogur) (11%), postres (flan, gelatinas y
postres) (8.9%), bebidas sin azúcar (7,6%), y golosinas (7%) son las categorías
de alimentos más publicitadas.

En los programas dirigidos a la audiencia infantil, los postres (23.3%), los


lácteos (16.2%), las bebidas azucaradas (13.2%), las cadenas de comida
rápida (12.5%) y los snacks salados (7,9%) son las 5 categorías de alimentos
más publicitadas.

Del total de avisos publicitarios de alimentos durante programas infantiles, el


24,8% incluyen el uso de personajes animados y famosos y el 32,7% utilizan
promociones. Estas mismas estrategias son significativamente menores en las
publicidades que se emiten durante las tandas de los programas dirigidos a la
audiencia general.

39
De total de las publicidades de alimentos, la mayoría de los alimentos
publicitados (88%) tienen un bajo valor nutritivo según el modelo de perfil de
nutrientes del sistema europeo por su alto contenido en grasas totales, grasas
saturadas, grasas trans, azúcares libres, sal y calorías. En los programas
infantiles este porcentaje corresponde al 85,3%.

Los niños están expuestos, en promedio, a 61 publicidades de alimentos de


bajo valor nutritivo por semana.

Se ha reconocido internacionalmente que existen muchos factores individuales,


sociales y ambientales que influyen en lo que los niños comen. Una de las
causas más importantes del crecimiento que ha tenido la prevalencia de
sobrepeso y obesidad infantil en los últimos años es el aumento en el consumo
de alimentos altos en azúcar, grasas y sal.

Las horas destinadas a mirar televisión están asociadas a la obesidad. Un


estudio longitudinal realizado en Estados Unidos encontró un aumento del
0,6% en la obesidad por cada hora extra de TV. Otro estudio realizado en el
mismo país mostró que más del 60% de la incidencia de sobrepeso en una
muestra representativa de niños podría estar asociado a las horas dedicadas a
mirar televisión.

También existe evidencia clara sobre la influencia de la publicidad de alimentos


no saludables en el tipo de alimentos que prefieren, piden y consumen los
niños y niñas, lo que contribuye a aumentar el sobrepeso y obesidad.

Los juguetes (20%) y los alimentos (17%) son las principales categorías de
productos que se publicitan en la televisión argentina.

En cuanto al tipo de alimento más publicitado en el total de la programación, las


bebidas azucaradas sin alcohol (31%) ocupan el primer lugar. En los
programas dirigidos a la audiencia infantil, estas bebidas ocupan el tercer lugar
(13.2%), y son los postres (23.3%) y los lácteos (16.2%) los que ocupan el
primer y segundo lugar respectivamente. Es importante mencionar que las

40
cadenas de comida rápida (12.5%) y los snacks salados (7,9%) completan las
5 categorías de alimentos más publicitados.

Estas coinciden con la mayoría de los estudios donde dentro de las cinco
categorías de alimentos más publicitadas en programas dirigidos a niños y
niñas se encuentran las bebidas azucaradas, los refrigerios salados y la comida
rápida. Existe evidencia de que las estrategias publicitarias que utilizan premios
y promociones ligados a la compra del producto; que incluyen personajes
animados y famosos en las publicidades y/o apelan al gusto y al sabor,
aumentan el recuerdo del comercial y el disfrute del producto, e inciden en las
preferencias y los patrones de consumo. Asimismo, al mirar televisión los niños
y niñas asocian que los alimentos con bajo contenido nutricional tienen un
mejor gusto y son más atractivos.

Si bien la publicidad de alimentos no saludables no es la única causa de


sobrepeso y obesidad en la niñez, abordar la restricción de este tipo de
publicidad se considera como una parte fundamental de cualquier estrategia
que intente abordar este problema. En este sentido, la OMS elaboró un plan de
acción mundial para la prevención y el control de las enfermedades no
transmisibles 2013-2020 donde propone la restricción de la publicidad de
alimentos y bebidas no alcohólicas dirigida a los niños y niñas.

En nuestra región, la OPS aprobó un Plan de Acción para la prevención de la


obesidad infanto-juvenil donde destaca la regulación de la publicidad como una
línea de acción estratégica para la región. (FIC, 2015).

EL EFECTO DE LA PUBLICIDAD

“La alta prevalencia de obesidad no solo refleja que el patrón alimentario de


niños y adolescentes es inadecuado, sino que es el resultado del actual
entorno obesogénico”, aseguró la especialista en nutrición infantil e
41
investigadora de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina,
Victoria Tiscornia. “Hoy se le dedica menos tiempo a la preparación de comida
sana y nutritiva y, a su vez, los chicos están expuestos a la publicidad de
productos no saludables”, agregó. En Argentina, según un informe del
Ministerio de Salud, es el país de la región donde más se venden alimentos
ultraprocesados.

La 2° Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS) realizada, en 2019, por


el Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación, evidenció que el
consumo de frutas frescas en el grupo de 13 a 17 años era de 21,4%, mientras
que en el de 2 a 12 años, 36,3%. En el primer grupo la ingesta de verduras era
de 32,4%, en el segundo, 29,6%. Los adultos, en tanto, expresaron una
frecuencia de 33% y 40,8% para ambos alimentos, respectivamente.

La ENNyS 2 también reveló la frecuencia con la que niñas, niños y


adolescentes incorporan alimentos ultraprocesados. Así, 6 de cada 10 chicas y
chicos de 2 a 12 años y 5 de cada 10 de 13 a 17 años consumen golosinas al
menos dos veces por semana. Además, ingieren bebidas azucaradas (46%),
facturas, galletitas y cereales con azúcar (27,8%), y productos de copetín
(26,5%) en mayor proporción que la población adulta: 32,9%, 13,4%, 10,5%,
respectivamente.

La necesidad de una política impositiva activa

“La obesidad afecta especialmente a poblaciones con escasos recursos


socioeconómicos. Que el entorno alimentario sea saludable pero además
accesible y asequible requiere de la participación de toda la sociedad”, dijo la
investigadora, y agregó: “Es indispensable que se implemente un paquete de

42
políticas públicas, libre de conflictos de intereses, que se enfoque a prevenir
esta enfermedad no transmisible de manera integral”.

Tricornia resaltó la importancia de la Ley de etiquetado frontal para la población


infanto-juvenil, ya que advierte sobre qué alimentos tienen nutrientes críticos
(alto contenido de azúcares, de sodio y de grasas saturadas) y regula la
publicidad que reciben en medios, en envases, y en los entornos escolares. “Es
fundamental que las políticas fiscales desalienten el consumo de estos
alimentos a través de impuestos y que, a su vez, incentiven los adecuados a
través de subsidios”, sostuvo.

Tricornia sostiene que para prevenir el sobrepeso y la obesidad es urgente


regular las grasas trans. En 2021, FIC Argentina junto a 51 organizaciones de
la sociedad civil presentaron una propuesta ante la Comisión Nacional de
Alimentos (CONAL) para que se baje el límite del 5% al 2% de grasas trans
respecto a las grasas totales en todos los alimentos, ya que aumentan el riesgo
de enfermedades cardiovasculares, de diabetes mellitus o muerte súbita.
“Hemos recaudado 3800 firmas, esperamos que se apruebe a la brevedad”,
cerró Tricornia.

Argentina tiene actualmente el índice más alto de obesidad infantil de


Sudamérica”, afirmó a este diario Sergio Farinelli, especialista en nutrición en la
primera infancia y autor de Dinosauros: un libro para niños que deben leer los
adultos. “Esta enfermedad viene creciendo año tras año, pero los números se
dispararon con el confinamiento”, añadió.

En 2019, el 9,9% de niñas y niños menores de 5 años padecían sobrepeso


severo en Argentina, según el informe “Panorama de la seguridad alimentaria y
nutrición en América Latina y el Caribe”, elaborado en 2020 por la Organización
de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) y UNICEF. Tras la pandemia, la
prevalencia de obesidad en este grupo poblacional aumentó a 12,9% --la más
alta de la región sur--, dejando atrás a Paraguay (12%), Uruguay (10,3%) y
Chile (9,8%).
43
Alimentos ultraprocesados y pantallas

“Los alimentos ultraprocesados y el sedentarismo, intensificado por el uso


excesivo de pantallas, son las principales causas de la obesidad en los niños”,
sostuvo Farinelli, y siguió: “Por eso es importante que en los hogares y en las
escuelas se los incentive a tomar más agua y menos bebidas azucaradas, a
incorporar más frutas y verduras, y a realizar actividad física, para evitar que la
enfermedad continúe en la adolescencia”.

En las últimas tres décadas, toda América Latina ha tenido un marcado


crecimiento de la obesidad infanto-juvenil. En 1990, el 6,2% de menores de 5
años tenían sobrepeso severo; en 2020 subió a 7,5% (cerca de 400.000
personas más), mientras el promedio mundial era 5,6%. Por su parte, en el
grupo de 5 a 19 años el porcentaje llegó al 30,6%, es decir, 3 de cada 10 niñas,
niños y adolescentes afectados por este tipo de malnutrición, de acuerdo a los
datos publicados por UNICEF.

Causas: Las calorías ingresan al cuerpo a través de los alimentos y las bebidas
se utilizan para la actividad física

Funciones corporales básicas

44
El aumento de peso excesivo ocurre cuando no se mantiene este equilibrio
entre las calorías ingeridas y las calorías utilizadas. Si esto sucede con
regularidad, provocará obesidad. Algunas cosas que pueden hacer que los
niños y los adolescentes ingieran más calorías de las que usan son:

-Malos hábitos alimenticios

-Estilo de vida sedentario (inactivo)

-Comer excesivamente o realizar comilonas

-Tomar determinados medicamentos

-Padecer alguna enfermedad o afección

-Factores de riesgo

Estos factores aumentan las probabilidades de su hijo de tener sobrepeso o


estar obeso:

Malos hábitos de sueño

Peso elevado al nacer

Falta de ejercicio

Falta de sueño

Actividades sedentarias (p. ej., mirar televisión, jugar a la computadora, jugar


videojuegos)

Altos niveles de comida rápida en la dieta

Cambios o acontecimientos de la vida estresantes

Problemas con la familia o con los compañeros

45
Baja autoestima

Depresión otros problemas emocionales

Historial familiar

Factores genéticos

Etnia: afroamericano, hispano, nativo americano

Síntomas

Los síntomas de la obesidad incluyen:

Aumento de peso

Engrosamiento de la sección media del cuerpo

Áreas evidentes de depósitos de grasa

Complicaciones por obesidad no tratada

El exceso de peso aumenta las probabilidades de que un niño tenga:

Hipertensión

Colesterol elevado

Diabetes tipo 2

Problemas del hueso y las articulaciones

Asma

Problemas para dormir (p. ej., apnea del sueño)

Enfermedad hepática y de la vesícula biliar

46
Depresión

Hábitos alimenticios no saludables, incluidos trastornos alimenticios

Problemas de abuso de sustancias

Problemas durante la edad adulta (mayor probabilidad de presentar obesidad


grave y cardiopatía en la edad adulta, menor expectativa de vida en la edad
adulta)

Diagnóstico

El médico hará lo siguiente:

Preguntará sobre los síntomas y el historial clínico de su hijo.

Realizar un examen físico.

Las pruebas pueden incluir:

IMC: se medirán la altura y el peso. Esta información, además de la fecha de


nacimiento, se utilizará para calcular los rangos de peso ideales.

Circunferencia de la cintura, diámetro sagital y proporción de la cintura a la


cadera: se utilizan para estimar la cantidad de grasa depositada en la piel y en
el interior de la cavidad abdominal.

Plicómetro: este estudio mide la grasa ubicada debajo de la piel. No puede


medir la grasa ubicada dentro del abdomen.

Mediciones eléctricas: estudios para calcular el porcentaje de grasa corporal.


Esto mide la diferencia entre las características eléctricas de la grasa y de otros
tejidos del cuerpo.

47
Pruebas sanguíneas: estos estudios descartan otras afecciones médicas que
puedan causar el exceso de peso corporal.

La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio


energético entre calorías consumidas y gastadas. A nivel mundial ha ocurrido lo
siguiente:

un aumento en la ingesta de alimentos de alto contenido calórico que son ricos


en grasa; y un descenso en la actividad física debido a la naturaleza cada vez
más sedentaria de muchas formas de trabajo, los nuevos modos de transporte
y la creciente urbanización.

A menudo los cambios en los hábitos alimentarios y de actividad física son


consecuencia de cambios ambientales y sociales asociados al desarrollo y de
la falta de políticas de apoyo en sectores como la salud; la agricultura; el
transporte; la planificación urbana; el medio ambiente; el procesamiento,
distribución y comercialización de alimentos, y la educación

Es posible que el médico realice otras pruebas

El problema en los niños y adolescentes es que lo que crece de manera


alarmante son el sobrepeso y la obesidad. Más del 40 por ciento tienen
sobrepeso y obesidad en Argentina”, advirtió el funcionario y agregó que “la
obesidad infantil es una ventana abierta a las consecuencias sanitarias en la
edad adulta con la aparición y emergencia de enfermedades crónicas como las
cardiovasculares, diabetes y distintos tipos de cáncer”.

Afrontar una doble carga de morbilidad

Actualmente, muchos países de ingresos bajos y medianos están afrontando


una «doble carga» de morbilidad.

Mientras estos países continúan encarando los problemas de las


enfermedades infecciosas y la desnutrición, también experimentan un rápido

48
aumento en los factores de riesgo de las enfermedades no transmisibles, como
la obesidad y el sobrepeso, sobre todo en los entornos urbanos.

No es raro encontrar la desnutrición y la obesidad coexistiendo en el mismo


país, la misma comunidad y el mismo hogar.

En los países de ingresos bajos y medianos, es más probable que la nutrición


prenatal, del lactante y del niño pequeño sea inadecuada. Al mismo tiempo, los
niños están expuestos a alimentos de alto contenido calórico ricos en grasa,
azúcar y sal y pobres en micronutrientes, que suelen costar menos, pero
también tienen nutrientes de calidad inferior. Estos hábitos alimentarios, junto
con un nivel inferior de actividad física, dan lugar a un aumento drástico de la
obesidad infantil, al tiempo que los problemas de la desnutrición continúan sin
resolverse.

¿Cómo pueden reducirse el sobrepeso y la obesidad?

El sobrepeso y la obesidad, así como las enfermedades no transmisibles


vinculadas, pueden prevenirse en su mayoría. Son fundamentales unos
entornos y comunidades favorables que permitan influir en las elecciones de
las personas, de modo que la opción más sencilla (la más accesible, disponible
y asequible) sea la más saludable en materia de alimentos y actividad física
periódica, y en consecuencia prevenir el sobrepeso y la obesidad.

En el plano individual, las personas pueden optar por:

limitar la ingesta energética procedente de la cantidad de grasa total y de


azúcares; aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres,
cereales integrales y frutos secos; y realizar una actividad física periódica

La industria alimentaria puede desempeñar un papel importante en la


promoción de dietas sanas del siguiente modo:

reduciendo el contenido de grasa, azúcar y sal de los alimentos procesados;


49
asegurando que las opciones saludables y nutritivas estén disponibles y sean
asequibles para todos los consumidores;

limitando la comercialización de alimentos ricos en azúcar, sal y grasas, sobre


todo los alimentos destinados a los niños y los adolescentes; y

garantizando la disponibilidad de opciones alimentarias saludables y apoyando


la práctica de actividades físicas periódicas en el lugar de trabajo.

Respuesta de la OMS

En la "Estrategia Mundial OMS sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y


Salud", adoptada por la Asamblea Mundial de la Salud en 2004, se describen
las medidas necesarias para respaldar las dietas sanas y la actividad física
periódica. En la Estrategia se exhorta a todas las partes interesadas a que
adopten medidas a nivel mundial, regional y local para mejorar las dietas y los
hábitos de actividad física en la población.

En la Declaración política de la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General


de las Naciones Unidas sobre la Prevención y el Control de las Enfermedades
No Transmisibles, de septiembre de 2011, se reconoce la importancia crucial
de reducir la dieta malsana y la inactividad física. En dicha Declaración se
asume el compromiso de promover la aplicación de la "Estrategia Mundial OMS
sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud", entre otros medios,
según proceda, introduciendo políticas y medidas encaminadas a promover
dietas sanas y a aumentar la actividad física de toda la población.

Asimismo, la OMS ha creado el Plan de acción mundial para la prevención y el


control de las enfermedades no transmisibles 2013-2020, que tiene por objeto
cumplir los compromisos de la Declaración Política de las Naciones Unidas
sobre las Enfermedades No Transmisibles, que recibió el respaldo de los jefes
de Estado y de Gobierno en septiembre de 2011. El Plan de acción mundial
contribuirá a realizar avances en nueve metas mundiales relativas a las
enfermedades no transmisibles que deben alcanzarse no más tarde de 2025,
incluidas una reducción relativa del 25% en la mortalidad prematura a causa de
50
dichas enfermedades para 2025 y una detención del aumento de la obesidad
mundial para coincidir con las tasas de 2010.

La Asamblea Mundial de la Salud acogió con satisfacción el informe de la


Comisión para acabar con la obesidad infantil (2016) y sus seis
recomendaciones a fin de dar respuesta al entorno obesogénico y los periodos
cruciales en el ciclo de vida de manera que se combatiera la obesidad infantil.
La Asamblea Mundial de la Salud de 2017 acogió favorablemente el plan de
aplicación destinado a orientar a los países en la puesta en práctica de las
recomendaciones de la Comisión.

Etiología

Aunque es un desorden multicausal, los principales son la ingesta excesiva de


energía y el sedentarismo, también hay factores hereditarios sociales,
culturales y psicológicos y desconocidos.

Factores hereditarios

Se dice que la carga genética es importante en la determinación de la grasa


corporal. Existen por lo menos 200 genes vinculados con el exceso de peso.

A través de los años y de muchos estudios se ha identificado un gen OB que


codifica la producción de una hormona llamada leptina en el tejido adiposo,
ésta informa al cerebro la cantidad de grasa corporal regulando la ingesta de
alimentos y el gasto metabólico.

Dado que en pacientes obesos los niveles de leptina en sangre son altos se
dice que producen una resistencia que provocaría el aumento del apetito y
disminución del gasto energético.

51
Factores Sociales

En las últimas décadas se ha notado un considerable aumento en el número de


individuos con sobrepeso, los cambios en los hábitos alimenticios y la calidad
de los mismos, el medio para adquirirlos, el poco tiempo que se le dedica a la
elaboración son todos sin duda influyentes en el aumento de sobrepeso.

Por otro lado, en el seno de esta sociedad, se generan situaciones dignas de


ser analizadas con una óptica sociológica: a través de la moda por ejemplo se
privilegia la

Nutrición en Pediatría, bases para la práctica clínica en niños sanos y enfermos


delgadez pero al mismo tiempo a través de la publicidad-tentadora y atractiva-
se estimula el consumo de alimentos hipercalóricos o comidas rápidas (ricas en
grasas). Como agravante, en las ciudades desarrolladas las oportunidades de
consumo de calorías han disminuido significativamente. La dependencia del
automóvil, la disminución de la marcha y de ciclismo a causa del tránsito, el
empleo de muchos tipos de aparatos que ahorran trabajo físico en el hogar y
en el trabajo; las prácticas sedentarias como la televisión, videojuegos, y la
computación; las viviendas reducidas; el poco tiempo que se destina a las
prácticas deportivas o a la recreación; etc. influyen en la disminución en la
actividad física del niño y en conformación del sedentarismo como una forma
de vida.

Factores Culturales

En algunas clases sociales, se encuentran muy arraigados ciertas creencias


erróneas sobre la alimentación y el crecimiento durante la infancia. Conceptos
tales como “el niño gordo es saludable”, o “ya adelgazará con el crecimiento”,
no hace más que considerar normal algo que se debe ser asumido como una
enfermedad.

El sedentarismo y los hábitos alimentarios son sin duda un análisis para el


estudio, muchas veces los padres son los que determinan el tipo de
alimentación según gustos y creencias
52
Factores Psicológicos

En los niños obesos, es frecuente observar cierta tendencia a la frustración y a


la depresión. El sentimiento de rechazo originado en sus propios pares provoca
soledad, aislamiento e inactividad, lo que produce mayor obesidad y le da la
perpetuidad al ciclo.

Desde una visión psicológica, se han intentado diferenciar los elementos que
funcionan muy estrechamente en la regulación de la ingesta alimentaria; el
hambre y el apetito. El hambre es un fenómeno innato, no condicionando,
relacionado con la supervivencia y con la necesidad fisiológica de recibir
alimentos. Está regulado en forma nerviosa y humoral por estímulos que llegan
al hipotálamo y en el cual intervienen los niveles plasmáticos de glucosa,
ácidos grasos libres y aminoácidos. El estímulo desencadenado por los bajos
niveles d nutrientes en sangre desaparece cuando se produce la ingesta y el
sistema nervioso percibe saciedad. El apetito en cambio, es un fenómeno
aprendido, más relacionado a factores emocionales que fisiológicos. Es el
elemento q permite que la ingesta de alimento –una necesidad orgánica-
resulte, a la vez placentera.

Normalmente estos dos fenómenos conviven en forma estrecha. En la


obesidad –se plantea- podría existir trastornos en la relación hambre/apetito, lo
que provocara un mayor consumo de alimentos que los que corresponden a las
necesidades nutricionales

Otros Factores

Algunas situaciones favorecen el desarrollo de obesidad:

-Hiperglucemia o diabetes materna en el embarazo

-Alto peso de nacimiento para la edad gestacional

-Peso de nacimiento bajo para la edad gestacional

-Prematuridad
53
-Rápida velocidad de ganancia de peso en el primer año de vida

-Antecedentes familiares de obesidad

-Haber hecho dietas estrictas durante la infancia, indicadas o no por


profesionales de la salud

-Padecer enfermedades que dificulten la movilidad

-Tener compulsiones alimentarias o hiperfagia por cualquier causa

-Recibir fármacos que favorezcan la obesidad (Corticoides, psicofármacos,


anticonvulsivos, etc.)

-Ciertas ocupaciones de los padres (tener kiosco, panaderías, etc.) a las que el
niño puede acceder

-Ser muy sedentario

-Selectividad hacia alimentos hipercalóricos

Si bien la obesidad puede darse en cualquier etapa de la niñez, los momentos


de comienzo más crítico, son la lactancia y la pubertad, en estos momentos es
cuando más crece el tejido graso.

La obesidad que comienza en el primer año de vida se relaciona con el


aumento en el tamaño y numero de los tejidos grasos (obesidad hipertrófica e
hiperplásica). A diferencia de esta obesidad temprana, la obesidad que se
desarrolla a partir de la pubertad, esta solo relacionada con el aumento en el
tamaño de los tejidos grasos (obesidad hipertrófica).

Ocasionalmente puede observarse que niños genéticamente predispuestos


pueden crecer normalmente durante la primera etapa de la niñez y luego
desarrollar obesidad a partir de un momento en particular o una situación
determinada de stress como: mudanzas, separaciones de los padres,
operaciones (amigdalotomías), alcoholismo en algún miembro de la familia,
prolongados periodos en cama, etc.
54
Clasificación

“La obesidad es una enfermedad caracterizada por un depósito de grasa neutra


en el tejido adiposo superior al 20% del peso corporal de una persona en
dependencia de la edad, la talla y el sexo debido a un balance energético
positivo mantenido durante un tiempo prolongado.” La obesidad se clasifica
según su origen o su distribución en el cuerpo.

Según su origen

Obesidad nutricional o exógena

Obesidad orgánica o Endógena

Nutrición en Pediatría, bases para la práctica clínica en niños sanos y


enfermos

Es causada por un desequilibrio de ingresos y consumo de energía y


representa entre el 95% al 99% de las obesidades.

Es la que acompaña a diferentes signos y síntomas, trastornos endócrinos,


como el hipotiroidismo, el hipopituitarismo, el síndrome de Cushing, las
lesiones, infecciones y tumores del sistema nervioso central, insulinomas,
síndromes genéticos, etc., a pesar que representa solo un pequeño porcentaje
de las obesidades (entre el 1% y 5%) los médicos y familiares frecuentemente
someten al niño a múltiples estudios con la esperanza de que la obesidad sea
secundaria a un trastorno orgánico, y así disponer de un tratamiento médico
rápido y eficaz.

Según la distribución de la grasa corporal

Tipo 1: Generalizada o difusa

55
Tipo2: Tronco abdominal o androide

Tipo 3: Visceral

Tipo 4: Gluteofemoral o ginoide

En este tipo de obesidad, la grasa se distribuye en forma difusa sin respetar


límites anatómicos, predomina en los primeros años de la infancia sin hacer
preferencia de sexos.

En la obesidad tronco abdominal, la grasa se deposita en la parte superior del


cuerpo, sobre todo en la cara, cuello, tronco, flancos y región supra umbilical
del abdomen. Es más frecuente en el sexo masculino.

La grasa se deposita en el parénquima visceral, lo que ocasiona alteraciones


en la función de los diferentes órganos, solo es posible diagnosticarla a través
de métodos complementarios como la tomografía computada y otros estudios
complejos.

Su importancia radica en las complicaciones y el mal pronóstico clínico a largo


plazo, ya que frecuentemente se asocia a diabetes, hipercolesterolemia,
hiperuricemia, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular y
arteriosclerosis de la edad adulta.

En este tipo de obesidad también llamada trocantérea, la grasa se distribuye en


la parte inferior del cuerpo, sobre todo en el abdomen infraumbilical, región
glútea, nalgas y muslos, es más frecuente en el sexo femenino.

De acuerdo a las encuestas efectuadas en el año 2005 por el Ministerio de


Salud de la Nación (Argentina), respecto a los Factores de Riesgo, podemos
establecer que casi la mitad de los argentinos realizamos bajos o muy bajos
niveles de actividad física y los niños no están al margen de este problema: el
50% de los niños y niñas encuestados (36.000 chicos de 6 meses a 5 años)
tienen exceso de peso.

56
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), el rol de la actividad física es
fundamental para dar solución a las epidemias de enfermedades crónicas no
transmisibles.

En síntesis, podríamos decir que la obesidad es hoy la enfermedad crónica no


transmisible más frecuente en el mundo. Con respecto a este tema, Peña y
Bacallao, dicen:

La obesidad, es por definición, un exceso de grasa corporal que se genera


cuando el ingreso energético alimentario es superior al gasto energético
determinado principalmente por la actividad física durante un período
suficientemente largo. Este desequilibrio se ve influenciado por la compleja
interacción de factores genéticos, conductuales y del ambiente físico y social.
Aunque en años recientes se han identificado factores genéticos que explican
la mayor susceptibilidad de algunos individuos a la obesidad, el incremento tan
abrupto de la obesidad que ha ocurrido en las últimas décadas y su gran
extensión obedecen principalmente a cambios importantes en la alimentación
de la población, al patrón de actividad física y a otros factores de índole
sociocultural.

OBESIDAD INFANTIL: PREVALENCIA

El sobrepeso y la obesidad es un flagelo mundial que crece día a día. Son


múltiples los motivos del aumento, siendo la primera causa de muerte con más
de 17 millones de defunciones anuales4. Un estudio realizado por el Dr.
Braguinsky, J. afirma que la obesidad en nuestra población es de alrededor del
60%. El panorama no es muy diferente cuando se habla de obesidad infantil,
llegando a valores alarmantes: uno (1) cada tres (3) niños son obesos.

En Argentina se dispone de un alto número de sondeos que estudian la


prevalencia de obesidad y de algunos estudios apoyados en estándares
57
internacionales. Para el presente trabajo, se han tomado los datos de las
ciudades de Venado Tuerto (provincia de Santa Fe) y Deán Funes (provincia
de Córdoba), con mayores detalles acerca de Venado Tuerto, que es la ciudad
estudiada por nosotros

La OMS explica al sedentarismo “como la ausencia de la actividad física


necesaria para que el organismo humano se mantenga en un estado saludable
y es causa directa del aumento de la mortalidad, morbilidad y discapacidad de
los individuos que viven inmersos en ese modo de vida.”

Ejercicio: El ejercicio físico se define como una actividad física planificada,


estructurada y repetitiva que tiene como objetivo mejorar o mantener los
componentes de la forma física. Podríamos decir que se trata de “el
movimiento humano planificado y dosificado a partir de leyes pedagógicas para
influir o repercutir positivamente en las leyes psico-biológicas del organismo
humano, a partir de un control de las mismas [...], por lo que una mala
aplicación de las primeras va a provocar un efecto negativo en las segundas.”
(Ramón F. Alonso López, 2000)

Es ejercicio “cualquier movimiento del cuerpo estructurado y repetitivo que


tiene por objeto una mejora o mantenimiento de la condición física... y de las
capacidades y habilidades motrices (aprendizaje motor) (Blair y Cols., 1992).
Por lo tanto, el ejercicio

Organización Mundial de la Salud.

físico constituye un estímulo para desarrollar y perfeccionar todas las


cualidades psico-físicas de las personas (consecución de adaptaciones morfo-
funcionales, y mejora de los aspectos psico-afectivos y de relación social).”
(Manuel Delgado y Pablo Tercedor, 2002: 22).

De manera sintética, para que un movimiento sea ejercicio físico, tiene que
tener las siguientes características

Voluntariedad: Actos con plena conciencia.


58
Intencionalidad: Actos con una intención clara.

Sistematización: Acto pensado y realizado con un determinado orden,


intensidad y dificultad, entre otras características.

Por lo tanto, el ejercicio físico es la actividad física voluntaria, intencional,


sistematizada y programada. Desde este punto de vista, es importante
remarcar los beneficios del ejercicio físico tanto a nivel físico, como psicológico
y social. La práctica regular de la misma repercutirá en una mejor calidad de
vida.

El ejercicio físico programado provoca profundos beneficios físicos-orgánicos


mediante fenómenos de adaptación de las funciones cardiovascular, pulmonar,
metabólica, neuromuscular y sobre los tejidos muscular, conectivo y adiposo,
permitiendo un efecto profiláctico o moderador de los efectos de diversas
enfermedades crónicas no transmisibles (como por ejemplo la obesidad,
hipertensión arterial, hipercolesterolemia, cáncer de colon, etc.) mejorando
básicamente la aptitud física y la capacidad funcional de órganos y sistemas.

Con la práctica de ejercicio físico de manera regular mejora notablemente los


trastornos de ansiedad, de estrés y depresión.

Mejora la función mental, la autonomía, la memoria, la rapidez, la imagen


corporal y la sensación de bienestar, se produce una estabilidad en la
personalidad caracterizada por el optimismo, la euforia y la flexibilidad mental.
(Benno Becker, 2007)

Algunos de los beneficios del ejercicio físico para las diferentes dimensiones
que comprende la salud:

Incrementa la utilización de la grasa corporal y mejora el control del peso.

Disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares en


general y en especial de mortalidad por cardiopatías isquémica en grado similar
al de otros factores como el tabaquismo.

59
Previene y/o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial, y disminuye los
valores de tensión arterial en hipertensos.

Mejora el perfil de los lípidos en sangre (reduce los triglicéridos y aumenta el


colesterol HDL).

Mejora la regulación de la glucemia y disminuye el riesgo de padecer diabetes


no insulinodependiente.

Mejora la digestión y la regularidad del ritmo intestinal

Disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer como el de colon

(uno de los más frecuentes y sobre el que al padecer existe mayor evidencia).

Ayuda a mantener y mejorar la fuerza y la resistencia muscular, incrementando


la capacidad funcional para realizar otras actividades físicas de la vida diaria.

Ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones. El ejercicio


físico de intensidad moderada, como la recomendada con el fin de obtener
beneficios para la salud, no produce daño articular y por el contrario puede ser
beneficiosa para la artrosis.

El ejercicio físico, y de forma especial aquel en la que se soporta peso, es


esencial para el desarrollo normal del hueso durante la infancia y para alcanzar
y mantener el pico de masa ósea en adultos jóvenes.

Ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño. Mejora la imagen personal y


permite compartir una actividad con la familia y con amigos. Ayuda a liberar
tensiones y mejora el manejo del estrés. Ayuda a combatir y mejorar los
síntomas de la ansiedad y la depresión, aumentando el entusiasmo y el
optimismo.

Mejora la percepción de sí mismo y mejora el área emocional. Ayuda a


establecer unos hábitos de vida cardio-saludables en los niños y combatir los

60
factores (obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, etc.) que favorecen el
desarrollo de enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.

Ayuda a controlar y mejorar la sintomatología y el pronóstico en numerosas


enfermedades crónicas (cardiopatía isquémica, hipertensión arterial,
enfermedad pulmonar obstructiva crónica, obesidad, diabetes, osteoporosis,
etc.).

Disminuye la mortalidad tanto en adultos jóvenes como en los mayores, siendo


incluso menor en aquellos que tan sólo mantienen un nivel de ejercicio físico
moderado que en los menos activos o sedentarios.

El ejercicio constituye una medida complementaria a la dieta.

El ejercicio aumenta el gasto energético, mejora la sensibilidad a la insulina,


disminuye la lipogénesis, y mejora la imagen corporal. Los programas que
incluyen dieta y ejercicio físico tienen efectos más duraderos que los que sólo
incluyen dieta.

El ejercicio parece más eficaz para mantener la pérdida de peso que para
conseguirla. Debe ser individualizado, programado y realizado regularmente;
cuanto más obeso es el niño más difícil le resulta hacer ejercicio y se cansa
antes, pero debido a que su sobrepeso es mayor el gasto energético también
es mayor.

La OMS, por su parte, señala que un IMC elevado es un importante factor de


riesgo de enfermedades no transmisibles, como:

las enfermedades cardiovasculares (principalmente cardiopatía y accidente


cerebrovascular), que en 2008 fueron la causa principal de defunción; la
diabetes; los trastornos del aparato locomotor (en especial la osteoartritis, una

enfermedad degenerativa de las articulaciones), y las enfermedades


cardiovasculares (principalmente cardiopatía y accidente cerebrovascular), que
en 2008 fueron la causa principal de defunción; la diabetes; los trastornos del

61
aparato locomotor (en especial la osteoartritis, una enfermedad degenerativa
de las articulaciones), y algunos cánceres (del endometrio, la mama y el colon).

El riesgo de contraer estas enfermedades no transmisibles crece con el


aumento del IMC.

La obesidad infantil se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte


prematura y discapacidad en la edad adulta. Pero además de estos mayores
riesgos futuros, los niños obesos sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de
fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedad
cardiovascular, resistencia a la insulina y efectos psicológicos.

Por todo lo establecido hasta aquí, consideramos que es de vital importancia


generar programas referidos a la prevención y educación entorno a la
problemática del sobrepeso y la obesidad infantil desde la más temprana edad,
para ello hemos circunscripto nuestro trabajo al Nivel Inicial. Cabe decir
además que estos programas deberán ser sostenidos, individualizados y
actualizados en la medida que el niño crezca y se desarrolle.

OBESIDAD INFANTIL Y POLÍTICAS PÚBLICAS

Los problemas de mal nutrición infanto-juvenil ya son una cuestión mundial, y


es por eso que la ciudad de La Plata no escapa a dicha problemática. Tanto la
desnutrición como la obesidad son características del perfil nutricional que
podemos encontrar a diario en estas poblaciones en la ciudad de La Plata y
sus alrededores. Las denuncias al Estado Nacional y Regional presentan las
siguientes características:

la situación de desnutrición que padecen niños y niñas en la ciudad de La


Plata. Como un ejemplo, en el barrio Puente de Fierro, en un radio de 10

62
cuadras hay más de 60 chicos con bajo peso y que además consumen
cotidianamente agua contaminada que les genera importantes enfermedades

Así mismo encontramos el otro extremo a la obesidad infantil. El ex diputado


provincial Luis Alberto Bruni (2006) va a decir en su proyecto que:

Los cambios en la cultura favorecen el consumo de comidas de elaboración


rápida (elaborada por terceros), generalmente elevadas en calorías, grasas y
azúcares (Fastfood - comida chatarra/ Coordinación de Trabajadores
Desocupados CTD Aníbal Verón). Asimismo, cualquiera puede observar que la
industria alimenticia ha multiplicado la oferta de golosinas, snacks, jugos
artificiales con alto contenido en azúcares y saborizantes, todo lo cual, si bien
resulta muy atractivo a los ojos de los niños, termina atentando contra la salud
de los chicos.

Lo que se puede rescatar como positivo en estos dos tipos de poblaciones es


que los mismos están contenidos en Planes que permiten revertir el cuadro
alimentario presente. Con respecto a la desnutrición en los sectores más
vulnerables, en la Ciudad de La Plata podemos encontrar la puesta en marcha
de diferentes intervenciones como el “Plan Nacional de Seguridad Alimentaria
(PNSA)”, y también el “Plan Materno Infantil” promovido desde el Municipio de
la Ciudad de La Plata y que está contemplado dentro del Programa provincial
impartido desde el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, que
busca entre uno de sus objetivos “el seguimiento de los desnutridos”.
Lamentablemente en estos sectores sociales el primer paso para revertir el
cuadro presente es la asistencia nutricional, para después poder intervenir con
una visión más formativa en lo que refiere a la Educación Alimentaria.

Si a obesidad infantil nos referimos encontramos propuestas claras como la del


ya mencionado ex Diputado Luis Alberto Bruni “Lucha contra la Obesidad
Infantil/Adolescente” realizada en el año 2006. Este fue un Proyecto Provincial
que retomó el intendente actual de la Ciudad de La Plata, Pablo Bruera,
denominado Programa “Kiosco Saludables en las Escuelas”. Otra iniciativa
Provincial, desarrollada principalmente en la ciudad de La Plata, es la Primera
63
Jornada Provincial de Obesidad Infantil “Hacia una nueva mirada preventiva de
la Obesidad Infantil” desarrollada el corriente año.

Estas propuestas preventivas nos ayudan a pensar que no solamente se está


actuando sobre la enfermedad establecida, sino que se están implementando
estrategias de prevención primarias en salud. Esto implica un gran avance en
lo que es la prevención en la obesidad infantil. También podemos encontrar
una intervención muy interesante desde este Municipio que está contemplada
en el “Programa Clubes Saludables”. Este Programa tiene como finalidad:

detectar enfermedades o condiciones predisponentes que ante la demanda


física puedan constituir un riesgo para la salud. Se trata de un screening
primario que busca minimizar riesgos y concientizar a la comunidad a partir de
la protección específica y promoción de la salud.

Proyecto “lucha contra la Obesidad Infantil/Adolescente.

La actividad comprende una evaluación médica y odontológica a todas las


personas, sin límite de edad, que hagan alguna actividad física en los clubes
incluyendo un cuestionario autoadministrado. En caso de detectar alguna
patología se hará la derivación correspondiente. Para implementar este
programa se ha conformado un equipo de salud especial que incluye médico
clínico, pediatra, traumatólogo, cardiólogo, odontólogo y enfermero.

Dentro de todo el abanico de propuestas y proyectos desarrollados en esta


región de la provincia de Buenos Aires, no hay ninguna que apunte a la
Educación Nutricional preventiva, como recurso. Que tenga en cuenta la
atención primaria en salud pública, que contemple cubrir cualquiera de las dos
problemáticas nutricionales que pueda cursar nuestra población objetivo:
edades infantiles, dejando librado al azar el destino de la salud de nuestros
chicos. Por lo explicado y evidenciado en las líneas anteriores, nuestro
proyecto tiene como objetivo principal que los chicos de 12-13 años gocen de
una buena alimentación de acuerdo a su edad para que puedan expresar no
solamente su potencial genético sin atravesar ningún problema nutricional por

64
una deficiente alimentación, sino también proporcionarles las herramientas
necesarias a partir de la “Educación Nutricional Alimentaria” para que sean
capaces de portar una vida saludable y que puedan gozar de un completo
bienestar y una buena calidad de vida a partir de saberes apropiados y
representativos de su cultura.

Para poder cumplir con nuestras aspiraciones convocaremos a nuestro


Proyecto a los chicos pertenecientes a la Asociación Platense de Básquetbol,
ya que es una población muy representante de la sociedad platense, y por la
importancia que tiene una correcta alimentación no solamente en dichas
edades, sino también por la demanda energética y de calidad nutricional que
requiere la actividad deportiva.

Por otra parte, es preciso señalar que, en nuestro país, se ha sancionado la


Ley de trastornos alimentarios en Argentina (26.396), sancionada el 03 de
septiembre de

2008, que “declara de interés nacional, la prevención y control de los trastornos


alimentarios que comprenderá: investigación de sus agentes causales,
diagnóstico y tratamiento de enfermedades vinculadas, asistencia integral y
rehabilitación, incluyendo sus patologías derivadas”, y define como “trastornos
alimentarios: obesidad, bulimia, y anorexia nerviosa, y además enfermedades
de inadecuada ingesta alimenticia”.

Asimismo: Se crea un programa de prevención y control con campañas


informativas.

El Ministerio de Salud, coordinara con el Ministerio de Educación y Desarrollo


social: Educación alimentaria en todos los niveles del sistema educativo así
como también medidas que fomenten actividad física, eviten el sedentarismo y
promocionen un ambiente escolar saludable; capacitación de educadores,
trabajadores sociales, trabajadores de la salud y demás operadores
comunitarios para el trabajo de prevención de trastornos alimenticios en sus
tres etapas; los kioscos y establecimientos de expendio de alimentos, dentro de

65
establecimientos escolares, deberán ofrecer productos que integren
alimentación saludable y variada, debidamente exhibidos; tomar medidas para
que anuncios publicitarios y diseñadores de moda, no utilicen la extremada
delgadez como símbolos de salud y belleza; alimentos con elevado contenido
calórico y pobres en nutrientes esenciales, contengan la leyenda: ̈el consumo
excesivo es perjudicial para la salud; se incorpora al POM (Programa Médico
Obligatorio) cobertura del tratamiento integral(psicólogo, nutricional, clínico,
quirúrgico, farmacológico y cualquier práctica médica necesaria) de los
trastornos alimenticios; la negativa de proveedores de bienes o servicios de
proporcionárselos a personas obesas, será considerado acto discriminatorio.

Una de las cuestiones más relevantes que incorpora la ley, es la de Incorporar


al POM las presentaciones básicas esenciales para la cobertura de obesidad

Alimentación del niño en edad escolar

La alimentación no solamente es una de las necesidades fisiológicas

primordiales de las personas, es también el pilar fundamental del crecimiento,


el desarrollo y la condición fundamental de bienestar, equidad y desarrollo
social. Los patrones alimentarios de las familias argentinas, fueron cambiando
a lo largo de las últimas dos décadas, y se basan en cada vez más en
alimentos ultra procesados. Como consecuencia genera un deterioro en la
calidad de la dieta, con el aumento del consumo de azúcares simples y grasas
saturadas.

En particular, la dieta de los escolares (niños de 6 a 12 años) argentinos se


caracteriza por muy bajo consumo de verduras frescas y frutas; progresivo
reemplazo de leche por bebidas azucaradas y exceso en la ingesta de
productos con alta concentración de azúcares y grasas. Estos cambios han
determinado que la ingesta energética resulte superior a la recomendada, lo
que, sumado a la actividad física inadecuada, han conducido a un aumento en
la prevalencia de sobrepeso y obesidad.16 En los escolares, las galletitas,

66
snacks, panificados con grasa y las bebidas azucaradas son los alimentos que
aportan mayor tenor graso y azúcar a la dieta.17

Sumado a los patrones alimentarios argentinos, muchos niños crecen en


entornos obesogénicos, que favorecen el incremento de peso y la obesidad, y
va en aumento tanto en los países de ingresos altos como en los de ingresos
bajos y medianos y en todos los grupos socioeconómicos. Además, se han
reducido las oportunidades de participar en actividad física en la escuela y en
otros lugares, y ha aumentado el tiempo dedicado a actividades de recreo
sedentarias y que suponen estar ante una pantalla.

En la etapa escolar, se imitan algunas preferencias alimentarias de personas


que los niños de esa edad consideren modelo para la alimentación, con efectos
en el patrón de alimentación que pueden contribuir a riesgos para la nutrición y
a un compromiso del estado de salud. La influencia de la madre, el padre o
quien sea el cuidador del niño, es bastante fuerte en esta etapa, porque es
quien decide los alimentos que se compran y preparan de acuerdo con su
capacidad económica, la disponibilidad de tiempo y los conocimientos y
preferencias que tenga para la selección de alimentos. En la etapa escolar el
mundo del niño se amplía, al igual que las oportunidades de comer fuera del
ambiente familiar, y se expone a diferentes alimentos y diversas formas de
prepararlos, con distintos horarios y lugares.

Por lo tanto, esta etapa es el mejor momento para instaurar hábitos


alimentarios saludables, fomentar la actividad física de forma regular.

En países desarrollados, como en el caso de España, la prevalencia de


obesidad en niños en la etapa escolar, se encuentra entre las mayores de
Europa, el informe Sociedad Española de Salud Pública y Administración
Sanitaria (SESPAS) 2010 refería valores de exceso de peso del 35% (el 20%
de sobrepeso y el 15% de obesidad).

Hasta hace algunos años el sobrepeso y la obesidad eran percibidos como un


problema de los países desarrollados. En la actualidad este escenario ha

67
cambiado radicalmente y la epidemia se ha extendido a una velocidad
alarmante a los países de bajos y medianos ingresos, particularmente en las
grandes ciudades. En escolares (6 a 12 años) es del 18,9% al 36,9%. Del 20%
al 25% del total de la población de niños de América Latina tiene sobrepeso y
obesidad

La obesidad en la etapa escolar ha alcanzado proporciones epidémicas en


nuestro continente. En los países de ingresos altos, esta patología tiende a
concentrarse en los pobres, mientras que en los países de ingresos bajos y
medianos la obesidad es más prevalente en la población próspera. Sin
embargo, a medida que aumenta el producto nacional bruto, la obesidad se
propaga a todos los estratos. El ambiente obesogénico actual, que afecta a
todos los estratos socioeconómicos, probablemente explique ese fenómeno.
Esta misma situación se hace visible en Argentina, donde los niños de bajo
nivel socioeconómico tienen un 31% más de posibilidades de tener exceso de
peso que los niños de alto nivel socioeconómico.

Una investigación realizada en nuestro país evaluó la prevalencia de sobrepeso


y obesidad junto con la relación existente entre estos factores y la presencia de
Síndrome Metabólico, en 1009 niños entre 6 y 14 años de edad de 10 escuelas
primarias de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. Los
resultados revelaron que el 16,4% de los niños entre 6 y 14 años presentaba
obesidad y el 16,5% sobrepeso. Se destaca que los participantes provenían en
su mayoría de hogares de bajos recursos, en donde el 79% de los padres solo
contaban con educación primaria, en muchos casos incompleta.

Según el estudio de Situación de Salud de niños, niñas y adolescentes en la


Argentina, perteneciente al Programa de Salud Escolar (PROSANE), que se
elaboró en el año 2013, arrojó como resultados que, en la provincia de
Córdoba, un 14,5% de los niños de 5 a 13 años presenta obesidad.

Prevalencia de Obesidad en niños de edad escolar y su asociación con la


escolaridad de su cuidador.

68
Los determinantes principales de la obesidad son el balance energético positivo
y las adaptaciones metabólicas que se producen en consecuencia, que
favorecen el desarrollo de esta enfermedad. Si bien éstos, son los
determinantes básicos de la ganancia excesiva de peso, existen factores
socioeconómicos, ambientales y culturales que también son importantes para
el origen de esta enfermedad.

La mayor accesibilidad de alimentos con mayor industrialización, ricos en


azúcares y grasas, el aumento progresivo del tamaño de las porciones y más
publicidad dirigida a los niños, han producido un aumento considerable en la
ingesta calórica y de comida chatarra desde los primeros años de vida.
Sumado a esto, el sedentarismo es un factor clave en la reducción del gasto
calórico que se ve reflejado en un aumento del tiempo que los niños pasan
frente al televisor, en juegos pasivos y/o en la computadora, descendiendo el
tiempo que destinan a las prácticas deportivas o a la recreación.

Estos cambios en la forma de vida, que están afectando a casi todos los
países, son, en parte, el resultado de la globalización cultural. Los factores
culturales tienen una influencia amplia en la alimentación y en la génesis y
perpetuación de la obesidad, y se transmiten de generación en generación.

Los factores socioeconómicos y ambientales, son capaces de influir en el


determinismo de la obesidad, además del estilo de vida, aspectos relacionados
con el estado socioeconómico, tamaño familiar y ambiente físico. Particular
relieve adquieren los factores conductuales familiares, como tiempo dedicado a
la televisión y conducta alimentaria en la mesa familiar.

En un estudio de revisión de Sobal y Stunkard realizado en países


desarrollados, se encontró inconsistencias de la relación entre el estado
socioeconómico y la adiposidad en niños. Los resultados obtenidos reflejan una
asociación inversa entre la educación de los padres y la obesidad de sus niños
que se encuentran en la etapa escolar, en 15 de los 20 estudios revisados, es
decir, a menor nivel educativo de los padres, mayor será la prevalencia de
obesidad en los niños.
69
Fisiopatología

La obesidad es una enfermedad crónica, que se produce por un desbalance


entre el gasto y la ingesta energética. El exceso de energía es almacenado en
las células adiposas las cuales se hipertrofian y/o aumentan en número.30 Se
ha descrito un proceso por el cual el exceso de tejido adiposo infiltra el
miocardio y otros órganos llevando a Prevalencia de Obesidad en niños de
edad escolar y su asociación con la escolaridad de su cuidador una serie de
trastornos conocidos bajo el nombre de citotoxicidad. El exceso de ácidos
grasos en el citoplasma de las células no adiposas activas señales
intracelulares vinculadas a la apoptosis e interfiere en el metabolismo
energético al promover disfunción mitocondrial, actuando de este modo como
una toxina tisular.

La causa exclusivamente genética afecta a menos del 5% de las obesidades


de niños. Se relaciona con mutaciones en los genes que intervienen en los
mecanismos endógenos de control del peso, como el gen de la leptina o de su
receptor, genes de la vía de síntesis y actuación de la melanocortina, entre
otros, y la mayoría de los cuadros clínicos se asocian a una herencia poligénica
facilitadora a la que se unen factores ambientales desencadenantes.

La obesidad produce daños que van más allá de los desajustes metabólicos
(dislipemia, diabetes) o incluso hemodinámicos (aumento del volumen minuto,
hipertensión arterial).

Se estima que el riesgo de padecer obesidad en niños de edad escolar oscila


entre el 10% si los padres presentan sobrepeso, de alrededor del 50% si uno
de ellos es obeso y de hasta el 80% cuando ambos presentan obesidad.

Entre los factores de riesgo para el desarrollo de la obesidad se pueden


mencionar, antecedentes familiares de obesidad, compulsiones alimentarias o
70
hiperfagia por cualquier causa, selectividad hacia alimentos hipercalóricos y
sedentarismo.

Generalmente un niño no se considera obeso hasta que pesa por lo menos un


10% más del peso recomendado para su estatura y complexión.

Comorbilidades

Las complicaciones de la obesidad en este rango etario, pueden ser


clasificadas en dos categorías fisiopatológicas, aquellas que ocurren por el
aumento de masa grasa y las patologías secundarias a los cambios
metabólicos del exceso de peso.

Los efectos adversos y los riesgos de la obesidad para la salud en etapas


tempranas de la vida incluyen a corto plazo tanto problemas físicos como
psicosociales. Como problemas físicos se asocia con un aumento de riesgo
cardiovascular, hiperinsulinemia y menor tolerancia a la glucosa, y alteraciones
en el perfil lipídico en sangre e incluso hipertensión arterial, pudiendo ocasionar
la aparición prematura de enfermedades cardiovasculares. También se han
descrito problemas ortopédicos que se acompañan de alteraciones en la
movilidad física e inactividad. En tanto, entre las complicaciones psicológicas
se destacan la baja autoestima, imagen negativa de sí.

Tratamiento

El tratamiento de la obesidad en niños entre 6 y 12 años es la prevención de la


obesidad del adulto. Debe comenzar ya desde el primer año de vida, valorando
conjuntamente el crecimiento en altura y peso; ésta debe dirigirse hacia la
familia fomentando formas adecuadas de alimentación y estimulando la
actividad física, pero también al entorno social.

Los objetivos del tratamiento son, lograr una pérdida ponderal con un
crecimiento normal y crear las condiciones adecuadas a través de las

71
modificaciones de los hábitos alimentario-nutricionales y estilos de vida que
impidan la recuperación ponderal posterior. Otro de los objetivos primordiales
es la reeducación nutricional del niño y de su familia, soporte psicológico,
actividad física.

Es fundamental que los niños en edad escolar limiten la ingesta energética


procedente de grasas y azúcares, aumenten el consumo de frutas y verduras,
así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos y además realicen
actividad física con regularidad al menos 60 minutos al día.

Cuidador del niño

Como cuidador del niño se entiende al adulto que satisface habitualmente las
necesidades físicas y emocionales del niño, como las funciones alimentarias y
ordenadoras. En la mayoría de los casos, este rol es cumplido por la madre,
seguido por el padre y abuela, entre otros. El entorno familiar representa la
fuente primordial de experiencias para el niño, no sólo porque le aporta la
mayor cuota de contacto humano sino, también, porque media su conexión con
el ambiente integral.

Nivel de escolaridad del cuidador del niño

De las variables anteriormente mencionadas, desarrollaremos la escolaridad


del cuidador del niño que reflejaría el nivel socioeconómico de la familia.

La escolaridad del cuidador del niño se entiende como el grado de instrucción


alcanzado por los mismos; es decir el número de años acumulados en
asistencia a la escuela. Según las ENNyS, en relación al nivel de instrucción
del jefe del hogar, el 55,6% refirió haber completado el Nivel de Educación
General Básica (EGB), es decir que cursó hasta el 3o año del nivel
secundario.37 En la provincia de Córdoba, según el INDEC, la frecuencia del
nivel de instrucción máximo alcanzado fue el secundario incompleto con un
21,82%.

72
La salud y la educación se muestran íntimamente vinculadas. La influencia de
la escuela para la construcción de conocimientos, técnicas, costumbres,
experiencias, el aprendizaje de actitudes relacionados con la salud y el
autoconocimiento; permite al individuo llevar a cabo una vida sana, actuar
como mediadores para cambiar sus circunstancias de vida, tomar decisiones
acertadas relacionadas con entornos saludables y modificar la situación
sanitaria de su familia y la de su comunidad.

La educación es la variable predictiva más íntimamente relacionada con el


estado de salud de una población, una comunidad o un individuo. Constituye la
guía para la implementación de conductas y actitudes beneficiosas para la
salud, lo cual conduciría a un estilo de vida saludable y una mejor calidad de
vida.

Estudios realizados por organismos destinados a la protección y defensa de los


derechos de los infantes en 25 países en desarrollo, muestran que 1 a 3 años
de escolaridad de la madre equivalen a una reducción de la mortalidad infantil
en un 15% aproximadamente; el aumento de las tasas de alfabetización
femenina en un 10%, se acompaña de una reducción de las tasas de
mortalidad infantil en un 10%; 7 o más años de escolaridad de las niñas,
reducen el riesgo de mortalidad de sus hijos en un 75%.

La asistencia regular a la escuela constituye, por tanto, uno de los medios


básicos para mejorar la salud y es de especial importancia para el cuidador de
los niños, ya que su educación tiene efectos beneficiosos para sus hijos y la
sociedad en que viven. Puede afirmarse sin duda que uno de los factores de
protección más importante para la salud de un niño, lo constituye el nivel
educativo de su cuidador.41

En una investigación realizada en Brasil con niños de 6 a 10 años y con sus


padres, donde se abordó la asociación de distintas variables, entre ellas la
obesidad de los niños, con el nivel educacional de los padres, el peso de los
padres, la actividad

73
física y las horas de sueño de los niños, se obtuvo como resultado que existe
una relación significativa e inversa entre el nivel de educación materno y la
prevalencia de sobrepeso y obesidad en los niños. Esto demuestra la
importancia del nivel educativo, especialmente de la madre, ya que el estudio
reflejó un alto porcentaje de niños con obesidad cuyas madres tenían un bajo
nivel educativo. Sin embargo, no ocurrió lo mismo en el caso del nivel
educativo paterno. Otro estudio efectuado en México con niños de 7 a 10 años
provenientes de escuelas públicas y privadas, y sus respectivas madres,
evidenció una asociación positiva entre el nivel de escolaridad materno y el
estado nutricional de sus niños, es decir, a mayor nivel educativo, mejor
condición nutricional. Según una publicación sobre obesidad en niños de 2 a 14
años, existe una relación significativa entre la clase social baja, el bajo nivel de
estudios de los progenitores y una mayor prevalencia de obesidad en los niños.

En contraste con las investigaciones anteriores, un estudio llevado a cabo en


Chile, no mostró relación significativa entre el estado nutricional de los niños de
5 a 7 años y el nivel educativo de sus padres.

Por otra parte, se encontraron estudios que revelaron asociación directa entre
el nivel de escolaridad de los padres y la prevalencia de obesidad de sus niños,
en otras palabras, a mayor nivel de escolaridad, mayor prevalencia de
obesidad. En el caso de un estudio realizado en Argentina a escolares de 3 a
14 años, arrojó como resultado que los niños que provenían de hogares con
mejores condiciones socio-ambientales (mayor ambiente educativo paterno y
acceso a servicios públicos) tenían mayor probabilidad de presentar obesidad.
Otros casos pueden ser las investigaciones realizadas en Perú y Honduras
donde se manifestaron como resultados que mientras mayor fue el nivel
socioeconómico de la familia, mayor era la prevalencia de obesidad en niños
escolares.

El sobrepeso y obesidad en la etapa escolar es un problema complejo que


necesita atención prioritaria en los esquemas de salud pública y estrategias a
nivel nacional para corregirlo; es importante puntualizar que los factores que

74
provocan dicha problemática son susceptibles de modificación mediante una
acción concertada del sector salud y con la cooperación de sectores públicos y
privados involucrados.

Estudios epidemiológicos actuales revelan que la obesidad en niños y


adolescentes ha alcanzado, en las últimas décadas, proporciones epidémicas
tanto en países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo. Diversas
investigaciones reconocen que muchas de las enfermedades crónicas más
frecuentes y costosas de la población adulta, tales como obesidad,
hipertensión, dislipemia, Diabetes mellitus y síndrome metabólico, tienen su
origen en la infancia o en la adolescencia.

Los pacientes con sobrepeso y obesidad suelen presentar un perfil lipídico


aterogénico, caracterizado por aumento de los niveles de colesterol de
lipoproteínas de baja densidad (ldl) y triglicéridos (tg), con descenso del
colesterol de lipoproteínas de alta (hdl); la relación observada con la obesidad
es lineal, aumentando marcadamente por encima del percentil

En 2011, el panel de expertos sobre Normas Integrales para la Salud


Cardiovascular y la Reducción de Riesgos en Niños y Adolescentes recomendó
realizar pruebas selectivas de colesterol para la detección sistemática de la
dislipidemia infantil. Paralelamente al aumento de la obesidad, en las dos
últimas décadas se registró un aumento de Diabetes mellitus (dm) tipo 2 en la
población pediátrica, siendo la adiposidad el principal factor de riesgo. En este
sentido, la Asociación Americana de Diabetes señala recomendaciones para la
detección sistemática del dm, mediante la determinación de glucemia en
ayunas o prueba de tolerancia oral a la glucosa en niños partir de los 10 años
de edad o al inicio de la pubertad, en particular cuando presentan el riesgo de
sobrepeso u obesidad.

La obesidad continúa en un vertiginoso aumento, diversas encuestas


realizadas en Estados Unidos de América sobre salud y nutrición, demostraron
que en niños de 6 a 11 años durante el periodo 1972–1974 y el periodo 1999–
2000, la prevalencia de sobrepeso aumentó de 3.8% a 16%. Para las niñas del
75
mismo grupo etario, la prevalencia del sobrepeso aumentó de 3.6% a 14.5%,
mientras que, para los varones de 12 a 17 años, la tasa de prevalencia del
sobrepeso aumentó de 5.45% a 15.5%, y para las mujeres del mismo grupo
etario, la prevalencia aumentó de 6.45% a 15.5%.

Información analizada por Martorell y cols. a través de encuestas nacionales en


algunos países de América Latina, indicó que la prevalencia de la obesidad
infantil era similar a la de los Estados Unidos. En Argentina, según estudios
realizados en la última década, entre 4.1% y 11% de los menores padece
obesidad, cifras que concuerdan con otras poblaciones en todo el mundo.

Algunos factores ambientales relacionados con condiciones de vida, tales como


la lactancia materna, alimentación complementaria, la creciente inseguridad, el
sedentarismo y factores tecnológicos, resultan relevantes para este proceso.
Además, se ha podido demostrar con un nivel de asociación significativa, en
particular en niñas, la relación entre el consumo de comida rápida y el nivel de
sobrepeso. Según Torresani y cols esta comida por lo general contiene
grandes cantidades de sodio, grasas saturadas y azúcares de rápida
absorción, además de poseer escaso valor nutricional; está basada en menús
de fácil preparación, es cómoda de ingerir, rápida de obtener y tiene una gran
diversidad de sabores lo cual la hace más atractiva entre escolares y
adolescentes. Un estudio de tipo prospectivo realizado entre escolares obesos
del Reino Unido, identificó los principales factores de riesgo de un total de 25
seleccionados, entre estos señaló, que la obesidad paterna aumenta 2.5 veces
el riesgo de obesidad en los hijos, la obesidad materna 4.2 veces, y la
presencia de ambos padres en el hogar les confiere un incremento de 10.4
veces la posibilidad de desarrollar obesidad.

Una investigación realizada por Olivares y cols. En escolares de Santiago de


Chile, destacó entre los principales factores de riesgo de obesidad infantil: la
inactividad física; las comidas de alto contenido energético; el escaso consumo
de frutas y verduras; y el alto consumo de refrescos azucarados. Señaló,
además, en relación con el entorno del hogar, la limitada eficacia materna para

76
favorecer las condiciones de vida para el control de sus hijos obesos. Diversos
estudios, muestran que crecer en un ambiente de bajos ingresos económicos
aumenta 1.6 y 2.5 veces el riesgo de obesidad infantil, sin embargo, en
Argentina, no se comprobó esta asociación en niños. Con base en lo anterior,
el objetivo de este estudio fue identificar sobrepeso y obesidad en niños de 5 a
12 años de edad, que acudieron al control de salud en un centro comunitario de
la ciudad de Rosario, Argentina, durante 2013.

Las patogenias del sobrepeso y la obesidad incluyen una combinación de


factores genéticos, ambientales y de la conducta que todavía no han sido
aclarados por completo; en nuestra investigación, la correspondencia de
presentación entre obesidad de los padres se halló en más de 68% de los
casos estudiados. Es sabido que, en los últimos 10 años, la Diabetes
mellitus tipo 2 se ha incrementado en la población pediátrica, la cual se asocia
a la epidemia de la obesidad.

En nuestra investigación, los seis casos encontrados de hiperglucemia leve


(126–200 mg/dl) e insulina, realizadas en niños aparentemente sanos y
asintomáticos, encuentran su correspondencia en niños con obesidad intensa.
No obstante, estudios europeos indican que la Diabetes mellitus tipo 2 sigue
siendo poco infrecuente en niños y adolescentes ya que representan sólo de
1% a 2% de todos los casos. Los resultados alcanzados, en relación con el
perfil lipídico de pacientes que tienen sobrepeso, obesidad y obesidad intensa,
muestran que el mayor porcentaje de valores alterados tanto para ct, ldl;
hdl y tg, se presentó en el grupo de pacientes obesos y que, si bien la relación
no es lineal respecto a la adiposidad, los valores alterados se presentaron por
encima del p 95 como hace referencia la literatura internacional.

Existe un marcado interés en identificar ciertos factores de riesgo


cardiovascular en una etapa temprana de la vida. El incremento del cociente
de tg/ hdlc > 2.0 se asocia, según expertos, con varios factores de riesgo
cardiometabólico (rcm), que incluyen hipertrofia del ventrículo izquierdo,
hipertensión arterial y resistencia a la insulina. En nuestra investigación, el

77
resultado obtenido de la relación entre tg/hdlc, producto de los valores
hallados tg(>130 mg/dl) y hdl (<39 mg/dl), presentó un valor de 3.3 considerado
según la bibliografía mencionada, de rcm desfavorable. Sin embargo, el
significado clínico y el pronóstico de dicho cociente en la población pediátrica
no está claro hasta este momento.

El aumento del imc, de características epidémicas en la infancia, asociado a la


alteración de la homeostasis de la glucosa, hipertensión y dislipidemia,
conforman desde hace más de una década, un problema de salud pública en la
vida adulta, que repercute en enfermedades de alto costo. Las pruebas
periódicas de detección sistemática, a fin de diagnosticar y tratar estas
enfermedades, resultan necesarias para optimizar la salud de la población
pediátrica dentro del contexto de la atención primaria de la salud. Interrumpir la
cadena de riesgos que esta enfermedad genera, ayudaría, incluso desde el
propio seno familiar, a crear condiciones favorables en la trayectoria del
desarrollo de la salud, lo cual significa una tarea ineludible para el médico de
familia.

Factores de riesgo para Sobrepeso y Obesidad

La obesidad no es simplemente el resultado de un balance positivo entre la


ingestión de calorías y el gasto energético. Es considerada como un síndrome
de carácter multifactorial en el que participan factores fisiológicos, genéticos,
ambientales y psicológicos.

Entre los factores causales se destacan los cambios rápidos en el patrón de


consumo, y el sedentarismo. Se modifican los hábitos alimentarios al aumentar
la ingesta de comidas procesadas, por su disponibilidad y practicidad. Mayor
número de personas comen fuera del hogar, se incrementa la proporción de
mujeres que salen de sus hogares para trabajar. La mujer tiene la necesidad de
cumplir con tareas proveedoras del ingreso familiar además de los cuidados de
78
su persona como de su familia. Las familias ocupadas disponen de menor
tiempo para la preparación de las comidas. Predomina un mayor consumo de
azúcar, grasas y alimentos de origen animal. Este proceso se agrava con la
disminución en la actividad física como resultado de mejoras en el transporte
para la escuela y el trabajo, adelantos en la tecnología del hogar y una
recreación más pasiva (televisión, computadoras y video juegos).

Hábitos alimentarios

Las investigaciones de la Tercera Evaluación Nacional de Salud y Nutrición de


los E.U.A., demostraron una ingesta de grasa del orden del 34% del valor
calórico total en los niños de 1 a 19 años Estudio de Prevalencia de
Sobrepeso-Obesidad y Factores Asociados en Escolares de Río Gallegos 2005

Otro estudio señala que actualmente los niños ingieren una importante cantidad
de alimentos sin supervisión familiar tanto dentro como fuera del hogar y
muchos de ellos caracterizados por un bajo valor nutricional, ya que sólo
aportan calorías, en su mayoría proveniente de grasas.

Estudios realizados en Chile afirman que este estilo de alimentación es


estimulado por la oferta masiva de snacks, gaseosas y comidas rápidas de
avisos publicitados en televisión. Los cambios en la distribución del consumo
de comida a lo largo del día o el comer rápido, son señalados como factores
para el desarrollo del sobrepeso

En un estudio sobre 520 adolescentes de la región metropolitana de Buenos


Aires, se determinó que la ingesta de 24 horas del día anterior era pobre en
frutas y vegetales, donde el 70% no ingirió porción alguna de vegetales o
frutas.

En la ENNyS se encontró que los lácteos y cereales constituyen los grupos de


alimentos que contribuyen en más del 50% de la ingesta energética diaria. En
tanto que azúcares y grasas contribuyen entre 20 y 30% de la misma y las
gaseosas son consumidas en un 32% (Ministerio de Salud de la Nación 2007).

79
Sedentarismo

En la actualidad disponemos de tiempo extra de ocio, un estudio realizado en


España analizó que hay más población que realiza alguna actividad física en su
tiempo libre pero también hay un mayor comportamiento sedentario que hace
que invirtamos esas horas libres en la televisión y otros medios de
comunicación.

se estudió a 494 escolares de 10 a 14 años. Los resultados demostraron que


muchos niños ven la televisión mientras comen, demandan los productos
alimenticios anunciados y comen golosinas entre las comidas; y que los niños
con sobrepeso u obesidad e hipercolesterolemia ven más televisión. Más de la
tercera parte de los niños estudiados, miran televisión durante el desayuno y la
merienda, especialmente los más pequeños. Y el 61,7% de los escolares de 14
años de ambos sexos ven la programación durante la cena.

. En esta investigación resulta interesante la metodología empleada para el


análisis del tiempo gastado en actividades sedentarias. Lo consideran en horas
y discriminan según su uso: mirar televisión, jugar con la computadora, video
juegos. Suman el producto (número de veces/semana x tiempo por sesión/7)
que genera la variable número medio de horas dedicadas a actividades
sedentarias por día. Los niños con sobrepeso y obesidad practican deporte
menos de una vez por semana. Además, la práctica de actividades deportivas
fuera de la escuela también fue identificada como un factor de protección

Ante la creciente preocupación por el impacto que produce la exposición


prolongada a la televisión, en el año 1997 la Universidad Nacional de Quilmes
llevó a cabo un estudio sobre el tiempo dedicado a su consumo.
Encontrándose que los niños hasta los 9 años miran alrededor de 5 horas
diarias de televisión, el 50% hasta las 22 horas, y entre 9 y 18 años, más del
50% apaga el televisor después de las 23 horas. Sólo el 35% de los padres de
los niños encuestados controlan las horas frente a la televisión y los programas
que miran sus hijos. El 90% almuerza y cena con la televisión encendida (Total
Research Argentina 1997).
80
Los medios de comunicación y la tecnología ocupan importante cantidad de
horas diariamente, especialmente en los niños. El acceso rápido, económico y
fácil a internet constituye un atractivo para pasar el tiempo, lo cual conlleva a
un aumento del tiempo gastado en actividades sedentarias. Esto podría afectar
no sólo el desarrollo y la conducta humana, sino también vincularse con la
obesidad y el sedentarismo.

La relación entre televisión y obesidad puede analizarse desde tres puntos de


partida: el desplazamiento de la actividad física, el consumo excesivo o no
controlado de alimentos mientras se mira televisión y el impacto de la
publicidad, favorable.

mayor consumo de alimentos ricos en calorías, grasas y sal. Los hábitos


sedentarios son favorecidos por la utilización de transporte vehicular, el tiempo
dedicado a ver televisión y los equipamientos de los hogares entre otros
factores. Si bien, lo que podríamos denominar “stock de tiempo libre” está
incrementándose, ese tiempo “extra” de ocio es el que estaría ocupado
mayoritariamente por actividades sedentarias relacionadas con la televisión y el
resto de medios de comunicación

Condiciones socioeconómicas

Algunos autores destacan la transición nutricional como parte de la


multicausalidad responsable del desarrollo de la obesidad. La transición
nutricional se define a partir de los cambios que suceden como consecuencia
de un proceso de urbanización. La dieta rural, “tradicional” es reemplazada en
forma progresiva por una dieta moderna, “occidental” (alta en grasas saturadas,
azúcares, alimentos procesados y proteínas de origen animal; baja en fibras y
carbohidratos complejos). Sin embargo, no se trata de un simple cambio
alimentario, es un proceso multifactorial de cambios socioculturales,
económicos y de comportamiento individual.

López de Blanco & Carmona describen que la transición nutricional está


acompañada o es precedida por la transición demográfica “...el cambio de un

81
patrón de una alta fecundidad y una alta mortalidad a un patrón de baja
fecundidad y baja mortalidad” y por la transición epidemiológica, descrita por
primera vez por Omran en 1971 (citado por López de Blanco & Carmona 2005):
“el cambio de un patrón en el cual la insalubridad y las hambrunas llevaban a
una alta prevalencia de enfermedades infecciosas y de desnutrición, a un
patrón de altas prevalencias de las llamadas Enfermedades Crónicas No
Transmisibles”.

En países en vías de desarrollo existe una mayor tendencia a la obesidad en


grupos de condiciones socioeconómicas bajas. La obesidad aparece en
edades tempranas debido a la sobrealimentación y el consumo de alimentos
con alta densidad energética y bajo poder nutricional. En los niños de bajas
condiciones socioeconómicas la obesidad se asocia a desnutrición en la edad
temprana, incluso durante la vida intrauterina. Estas carencias generan una
respuesta de adaptación al escaso aporte que, en etapas sucesivas de mejor
ingesta dan como resultado un aumento de peso.

Los cambios en los estilos de vida influyen en el desarrollo de las


enfermedades no transmisibles relacionadas con la nutrición. En la localidad de
estudio, el clima caracterizado por vientos constantes y fríos acentúa la
ocurrencia de estos estilos de vida. El ambiente cerrado contribuye a
incrementar las ingestas alimentarias en cantidad y no necesariamente en
calidad debido a las diferentes ocupaciones de los integrantes de la familia que
determinan un menor tiempo para la preparación de las comidas. La gente está
habituada a pasar el tiempo dentro de sus casas y trabajos, disponiendo de
menos tiempo para la práctica de actividades al aire libre; obligada a
trasladarse en vehículos la mayor parte del tiempo disminuyendo en
consecuencia la actividad física. Estos cambios de comportamiento, hábitos
alimentarios inadecuados y la disminución de la actividad física, son señalados
en la literatura citada como determinantes del desarrollo de exceso de peso en
la infancia con el consiguiente riesgo de perpetuarse en la edad adulta.

82
La frecuencia de consumo en la semana en cuanto a los lácteos fue parecida
en los tres grupos (altos consumos, 80,9%). Similares resultados se observaron
en el consumo de cereales y harinas (altos consumos, 64,3%). El grupo normal
presentó alto consumo de carne bovina (45,6%), mientras que los grupos con
sobrepeso y obesidad tuvieron consumos medios (61% y 52%
respectivamente).

En cuanto al consumo de carne ovina, el grupo normal no consumió en 72,1%


de los casos. En tanto que los grupos sobrepeso y obesidad también tuvieron
porcentajes altos en no consumir (45,4% y 51,7%), pero menores que el grupo
normal. El consumo de pescado también resultó nulo en altas proporciones. Sin
embargo, los porcentajes mayores de nulidad correspondieron a los grupos
sobrepeso y obesidad (80,1% y 68,4% respectivamente).

En comidas rápidas se destacaron los grupos de exceso de peso con altos


consumos, 65,8% para sobrepeso y 84,1% para obesidad. En tanto que en el
grupo normal se observaron consumos bajo (32,5%) y medio (41,4%) de estos
alimentos. Los tres grupos presentaron altos consumos de golosinas, normal
63,2%, sobrepeso 84,5% y obesidad 67,3%.

Por último, los consumos de bebida gaseosa en los grupos sobrepeso y


obesidad fueron altos (78,3% y 79,7% respectivamente), mientras que el grupo
normal presentó un consumo medio (51,9%). La Subcomisión de Epidemiología
y Comité de Nutrición (2005) señala que la prevalencia de hipertensión arterial
oscila entre 17 a 32% en obesos con otros factores de riesgo cardiovascular
como las alteraciones lipídicas.

En el estudio de Tirado Altamirano et al. (2004) no se encontraron diferencias


para las cifras de glucemia y de tensión arterial sistólica y diastólica entre los
niños en relación con el consumo televisivo.

Otras publicaciones señalan prevalencias del 4 al 32% de alteraciones lipídicas


en los niños con obesidad (Giuliano et al. 2005; Subcomisión de Epidemiología
y Comité de Nutrición 2005; Freedman et al. 1997 citado por Poletti & Barrios

83
2003). Los resultados de asociación entre sexo femenino y triglicéridos
aumentados coinciden con los de un estudio de Florianópolis (Giuliano et al.
2005).

En otro estudio realizado en Chaco y Mendoza, se detectó una prevalencia


mayor de anemia de 19,1%, observándose un porcentaje de anemia
significativamente superior en los niños de primer año escolar (25.3%) respecto
de los de séptimo año (10.3%) (UNICEF Argentina 2003). Los resultados de
anemia en otro estudio llevado a cabo en Santa Fe, también fueron superiores
a los del presente estudio (de 5 a 7 años, 21% y 7 a 9 años, 39,4%) (ECHO
2003).

Sería oportuno incluir un análisis que comprendiera las variables de


alimentación, actividad física y laboratorio, especialmente los resultados
alterados de los lípidos. De esta manera se podrían comparar los tres grupos
nutricionales según los hábitos alimentarios desordenados en cantidad y
calidad; y el sedentarismo. El Es.Pre.S.O. Infantil realizado a partir de un
muestreo probabilístico mixto, permitirá obtener una reformulación del estado
nutricional de la población escolar, para complementar los resultados
encontrados por estudios como la ENNyS.

También para dimensionar la magnitud e importancia de los problemas


nutricionales e identificar los factores asociados más relevantes a fin de
establecer las prioridades y orientar las intervenciones necesarias. El propósito
fue obtener una primera aproximación sobre el exceso de peso infantil en la
localidad, sumando a los esfuerzos precisos y conocidos puestos en marcha
desde las políticas de salud implementadas por los planes de salud provincial y
nacional.

En nuestra cultura es muy difícil que los padres reconozcan que el niño tiene
exceso de peso y esto demora el diagnóstico y tratamiento oportunos. La
percepción del peso corporal de los hijos depende de la estructura sociológica
y cultural de cada familia. La obesidad en al menos uno de los padres, los
hábitos alimentarios inadecuados y la falta de actividad física condicionan la
84
aparición del exceso de peso desde la infancia. El tratamiento en el adulto es
más difícil y por este motivo, se deben iniciar acciones preventivas a partir de la
niñez, involucrando a la familia y al ámbito escolar.

Para enfrentarlos, las intervenciones estarán dirigidas al cambio de estilo de


vida, tales como los hábitos alimentarios saludables y la práctica de actividad
física que pueden ser más efectivas cuando se inician en los estadios más
precoces del desarrollo. Además de las acciones individuales es fundamental
que las políticas de alimentación y nutrición dispongan cuidados en cada etapa
de desarrollo del niño. En las escuelas, la atención en la calidad de la merienda
escolar y de los alimentos ofrecidos en los kioscos, también la educación
nutricional y la promoción de actividad física deben ser los focos de las
medidas preventivas y de tratamiento. En el ambiente familiar, los padres
deben dar ejemplo de una alimentación saludable, así como estimular la
actividad física, orientando para reducir el número de horas que los niños miran
televisión, juegan con video juegos o permanecen frente a la computadora.
Estos resultados podrían servir como línea de base para la verificación de la
tendencia de estas prevalencias y de la efectividad de acciones de
intervención.

Si no se afronta con seriedad el problema, "la epidemia de obesidad podría


revertir muchos de los beneficios para la salud que han contribuido al aumento
de la longevidad observado en el mundo", apuntan los autores del informe.

"¿Cuál es el mensaje principal? Que no es la culpa de los niños", dijo a la


prensa el copresidente de la comisión redactora del texto, Peter Gluckman.

Las causas que explican la obesidad infantil son factores biológicos, un acceso
inadecuado a comida sana, una menor actividad física en las escuelas y la
desregulación del mercado de alimentos grasos, apunta el texto.

Gluckman reconoció que las recomendaciones del informe, desde promover un


estilo de vida más sano hasta aplicar más impuestos a las bebidas azucaradas,
son de sentido común. "Hasta ahora, los avances en la lucha contra la

85
obesidad infantil han sido lentos e irregulares", indican los miembros de la
Comisión sobre el fin de la obesidad infantil, a los que la OMS encargó el
informe.

El informe explica que, en los países ricos, los niños pobres tienen más riesgo
de volverse obesos, en parte por el bajo precio y la abundancia de comida
rápida rica en grasa y azúcar. En los países pobres, los hijos de familias ricas
tienen a su vez más posibilidades de ser obesos, en particular en las culturas
en las que "se suele considerar que un niño con sobrepeso es un niño sano".

Según los autores del informe, existen dos procesos biológicos que exponen a
un niño a la obesidad. El primero, llamado "desfase", resulta de una
malnutrición durante el embarazo y los primeros meses de vida, que puede
tener un impacto en las funciones genéticas y hacer que el niño sea más
proclive a sufrir sobrepeso más adelante. El segundo proceso, llamado "de
desarrollo", puede ocurrir cuando la madre embarazada es obesa o padece
diabetes. Esto "predispone al niño a un exceso de grasa asociado a problemas
de metabolismo y a la obesidad", reza el informe.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la prevalencia mundial


de obesidad se duplicó desde 1980 hasta el 2008, con más de 1,4 millones de
adultos con sobrepeso en el 2008. El sobrepeso y la obesidad se asocian con
mortalidad prematura, diabetes, enfermedad cardiaca isquémica, y cáncer.

El sobrepeso y la obesidad están aumentando en mujeres en edad fértil y


durante el embarazo. La prevalencia de la obesidad materna varía del 1,8% al
25,3% a través de diferentes países. Un reciente estudio de los Estados Unidos
mostró un aumento de la prevalencia de obesidad durante el embarazo del
13% en 1993 al 22% en 2003. Las mujeres embarazadas obesas son
tendientes a ser mayores, con mayor número de partos, y habitantes de zonas
de mayor privación que las mujeres no obesas.
Aunque las tasas de mortalidad infantil a nivel mundial han disminuido de 61 a
40 muertes por cada 1.000 nacidos vivos entre 1990 y 2010 (variando de 2

86
[Islandia y Singapur] a 121 [Sierra Leona] en 2010), la reducción de la
mortalidad infantil sigue siendo una prioridad, como se refleja en los Objetivos
de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas.

Las causas de mortalidad infantil varían desde la prematuridad a una lesión no


accidental. Sin embargo, las tasas de mortalidad infantil son más altas en los
países en desarrollo, donde las enfermedades infecciosas cobran un número
sustancial de víctimas. Se han identificado otros factores de riesgo asociados
con la mortalidad infantil, incluyendo el nivel socioeconómico, la salud y la edad
materna, el bajo peso al nacer, y la etnia. La obesidad materna es un factor de
riesgo identificado para muerte fetal y anomalías congénitas.

Sin embargo, algunos estudios también han informado de un riesgo elevado de


mortalidad infantil para este grupo. Tennant y col. reportaron una probabilidad
de mortalidad infantil de 2,47 (IC 95%, 1,33 - 4,58) y Baeton y col. reportaron
una probabilidad de muerte infantil entre 1,5 (IC 95%, 1,0 - 2,3) y 2,0 (IC 95%,
1,2 – 3,1) en función del grado de obesidad materna.

Por el contrario, Salihuet y col. reportaron un riesgo no significativo de muerte


neonatal de 1,1 (IC 95%, 1,0-1,2) con madres moderadamente obesas y un
riesgo significativo sólo en los lactantes de madres con obesidad más severa.
Estos estudios ilustran que la magnitud de la asociación es poco clara. Habida
cuenta del aumento de la prevalencia de la obesidad materna, es importante
definir su relación con la mortalidad infantil, porque incluso un efecto modesto
sobre la obesidad podría tener un impacto sustancial en la población. Por lo
tanto, los autores llevaron a cabo una revisión sistemática y un meta-análisis
para evaluar la magnitud de esta asociación.

En Argentina, a lo largo de los últimos años, se han llevado a cabo numerosos


planes, campañas y programas orientados a la promoción de la salud y el
control de enfermedades no transmisibles, como la obesidad. El Ministerio de
Salud de la Nación, junto con dependencias provinciales, municipales y
entidades privadas, ha desarrollado estrategias de intervención a lo largo de
todo el territorio. Entre ellas, el Plan Nacional Argentina Saludable y programas
87
nacionales, como Cuidarse en Salud, Argentina Camina y Salud Escolar, entre
otros. Dichos programas impulsaron campañas principalmente orientadas a la
población adulta, que fomentaron la realización diaria de actividad física, la
disminución del tabaquismo y la ingesta de sodio, e introdujeron nociones
acerca de una alimentación equilibrada mediante la comunicación social, el
armado de talleres informativos y las actividades recreativas en diversos
espacios. Asimismo, se han realizado acuerdos con la industria alimentaria
para la reducción de los contenidos de sodio, azúcares y eliminación de las
grasas trans en los productos de venta masiva.

Entre los componentes de intervención más representativos, figuran las


campañas gráficas de comunicación emplazadas en ámbitos públicos, como
servicios de salud o escuelas. En el caso de los programas mencionados, la
información comunicacional se ha centrado en recomendaciones acerca del
modo en que se puede incorporar el ejercicio físico en la vida cotidiana, así
como también indicaciones respecto del valor nutricional de distintos alimentos
para incluirlos en las comidas diarias según la distribución porcentual de
macronutrientes. Un análisis ilustrativo de los mensajes contenidos en estas
campañas señala textos del tipo "suma 30' de actividad física por día", "comer
saludable no es un sacrificio", "pequeños cambios, grandes beneficios", "niño
activo, adulto saludable" y "prevenía el sobrepeso y la obesidad con
alimentación saludable y una vida activa".

Las intervenciones específicamente dirigidas a la población infantil repiten


estos modelos de divulgación del ejercicio y la nutrición, y agregan mensajes,
como "comer sano es divertido" o "preferí agua". En la campaña Armando
Salud, correspondiente a la estrategia de prevención de la obesidad infantil de
la provincia de Buenos Aires, se pueden encontrar otras propuestas, como
"comer en familia", "jugar con amigos" o "valorar nuestras costumbres". Sin
embargo, su presencia en las gráficas se muestra aislada, como eslóganes no
articulados entre sí y como contratapa de las indicaciones nutricionales
individuales previamente explicitadas.

88
En otros países, las intervenciones institucionales han tenido un desarrollo
similar. Esto es acciones informativas mediante estrategias de divulgación y
educación nutricional en ámbitos públicos y privados en favor de la adopción de
hábitos alimentarios saludables y un estilo de vida activo. Dinamarca fue el
primer país en desarrollar un plan específicamente dirigido a prevenir la
obesidad. El National Action Plan Against Obesity fue lanzado en 2003, con
propuestas diversificadas y con acción a nivel privado, comunitario y
público. En 2005, el Gobierno español divulgó la Estrategia para la Nutrición,
Actividad Física y Prevención de la Obesidad, con difusión a nivel nacional y
réplicas regionales subsidiarias, como el Programa Piloto Escolar de
Referencia para la Salud y el Ejercicio contra la Obesidad (PERSEO) dirigido a
escolares de educación primaria. Como otros ejemplos, en 2006, Francia
elaboró el Programme National Nutrition Santé, y, en 2007, México lanzó el
Programa Nacional de Salud. Estas iniciativas fueron respaldadas por
actuaciones a niveles geográficos y políticos mayores, como es el caso de la
Plataforma Europea de Acción sobre Alimentación, Actividad Física y Saludo la
Estrategia sobre Problemas de Salud relacionados con la Alimentación, el
Sobrepeso y la Obesidad, ambos desarrollados por la Unión Europea.

Muchas de estas acciones se elaboraron siguiendo los lineamientos planteados


por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que, en 2004, comunicó la
Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud. Esta
propuesta fue la primera de alcance internacional en plantear tareas concretas
para enfrentar la epidemia de obesidad y el aumento de las enfermedades no
transmisibles. Los ejes planteaban mejorar lo que se percibió como un
fenómeno generalizado de mala alimentación y falta de ejercicio físico. El
documento precisó, asimismo, la necesidad de adecuar las decisiones a la
diversidad cultural existente. Se esperó, en consecuencia, que las distintas
acciones nacionales se ajustaran en su consideración. Sin embargo, como
señaló Gracia Arnaiz, los primeros programas fueron asombrosamente
homogéneos y, a pesar de las sugerencias de la OMS, apenas se tuvo en
cuenta la pluralidad de los sujetos bajo intervención. Ahora bien, debemos

89
preguntarnos acerca de la posible relación entre dicha uniformidad en las
propuestas y su posterior eficacia, ya que, pese a los esfuerzos, las tasas de
obesidad continuaron aumentando. Quizás por esto, actualmente, países como
Francia se encuentran revisando sus estrategias y publicando actualizaciones
que incluyen un mayor foco en las particularidades culturales y contextuales,
con mensajes adaptados. Quedará para un futuro evaluar si estas
modificaciones y consideraciones benefician la implementación de los
programas y sus resultados.

En los últimos años, se ha priorizado el abordaje del problema en edades


tempranas, por lo que los organismos mundiales han elaborado nuevas
publicaciones, como el Plan de Acción para la Prevención de la Obesidad en la
Niñez y la Adolescencia de la Organización Panamericana de la Salud O el
informe de la Comisión para acabar con la obesidad infantil de la OMS.

Los modelos tradicionales de intervención

Un análisis de las críticas realizadas a los modelos de intervención permite


identificar tres cuestionamientos principales. El primero se basa en el enfoque,
casi exclusivo, que la prevención ha puesto en la educación nutricional. Esto
supone, de manera subyacente, que las personas se alimentan mal por
desinterés, desconocimiento y falta de información. Sin embargo, diversos
estudios demuestran que las nociones respecto de lo considerado como
alimentación saludable -desde el punto de vista médico- se encuentran
ampliamente instaladas en la población. El problema parece ubicarse,
entonces, en la traslación del conocimiento impartido en conductas esperables.
No se evidencia una correspondencia entre las recomendaciones alimentarias
y las prácticas de consumo. El acceso a la información no parece haberlas
transformado. Esto podría deberse a factores económicos (costo elevado de
los alimentos saludables) y sociolaborales (gestión del tiempo de

90
aprovisionamiento y cocina, en relación con las jornadas de trabajo y otras
actividades). Asimismo, pueden considerarse otros elementos, como los
ideales de cuerpo, preferencias, conveniencias, elementos de naturaleza
simbólica e ideológica. Esto remarca la idea de que las significaciones que
revisten el consumo alimentario son de naturaleza múltiple y no siempre están
ligadas a la idea biomédica de salud.

En segundo lugar, el análisis de las acciones institucionales evidencia una


homogeneización en la construcción del mensaje normativo. El público al que
se dirigen las campañas es tratado uniformemente, dejando de lado posibles
singularidades socioculturales. En este sentido, Díaz-Méndez señaló que "la
uniformidad de las intervenciones socioeducativas e informativas, que no
diferencia entre grupos de mayor o menor riesgo y homogeneiza las
propuestas, puede ser un problema para alcanzar buenos resultados”. La
referencia al entorno social suele quedar limitada a una mención esporádica y
abstracta, sin una real aprehensión del mismo.

Por último, la homogeneización de las acciones va, al mismo tiempo,


acompañada de un enfoque individualista. Según esta perspectiva, la
existencia de patologías, conductas arriesgadas o poco saludables depende
exclusivamente de los sujetos y, por lo tanto, las acciones informativas deben
estar dirigidas de manera individual. Diex relacionó este fenómeno con una
concepción de la salud esencialmente biomédica, según la cual las verdaderas
causas de la enfermedad son factores biológicos que caracterizan a cada
sujeto y no a un grupo social. Esto respondería, además, al proceso conocido
como medicalización de la vida cotidiana, que enfoca la causa de los
problemas en lo individual y no en el ambiente social, y, por consiguiente,
aplica las intervenciones médicas de igual manera. La culpabilización de los
individuos sobre su estado de salud/ enfermedad se sustenta, entonces, en la
noción de que la racionalidad científica es suficiente para convencer a los
ciudadanos de responsabilizarse y actuar por el bien de su salud. Sin embargo,
las decisiones alimentarias no son ni individuales ni racionalmente simples.
Desde la antropología, Mary Douglas. Señaló que la reducción de las
91
conductas riesgosas a una decisión individual limitada por los propios intereses
desvinculaba el fenómeno de los condicionantes económicos, políticos,
morales, étnicos, etarios o de género que actuaban en su configuración.

La propuesta desde lo relacional

Las críticas mencionadas sugieren una perspectiva simplificada de la obesidad,


que es percibida como consecuencia de estilos de vida inadecuados, por lo que
se apunta a cambiarlos acondicionando las conductas individuales. En este
esquema, el problema suele limitarse a dos componentes principales: ingesta y
gasto energéticos. Se es gordo porque se come en exceso y no se realiza
suficiente actividad física. La persistencia de modelos tradicionales de
investigación e intervención biomédica se explica, entonces, por la hegemonía
de una lógica matemática, una ecuación de ingreso y quema de calorías. Se
opta por afrontar cuestiones de orden cualitativo con proposiciones
esencialmente cuantitativas. Sin embargo, se manifiesta una contradicción en
los mensajes de organismos internacionales y muchas investigaciones
biomédicas, que mencionan la creciente importancia de los enfoques integrales
y la perspectiva sociocultural para la comprensión y el abordaje del tema.
Este desfasaje entre discurso y acción pondría en evidencia cierta
superficialidad de su tratamiento, tanto a nivel de las instituciones como de los
profesionales vinculados. La perspectiva holística funciona, en este caso, para
satisfacer discursos integradores, que no ocurren en la realidad práctica.

La crítica al enfoque médico centrado en el individuo busca dar lugar a una


propuesta que considere aquellos aspectos contextuales en que se producen
los fenómenos, así como su aprehensión dentro de una trama de relaciones
(en vez de acciones de sujetos aislados). Estas nuevas vías de comprensión
de la obesidad pueden hallarse en los trabajos de Christakis y Fowler, Cohen-
Cole y Fletcher, Madan et al., De la Haye et al., Fletcher et al. o Macdonald-
Wallis et al., entre otros. Estos estudios señalan el modo en que los contextos
de socialización y la trama de vínculos próximos influyen de manera potencial
92
en la configuración de comportamientos asociados a la salud/enfermedad,
particularmente en lo referente a la conducta alimentaria, la imagen corporal, el
sedentarismo y la actividad física. En estos ámbitos de interacción social,
funcionarían mecanismos tanto directos (imitación) como indirectos
(internalización de normas grupales) de influencia interpersonal, por lo que
resulta destacable atender al aspecto relacional del problema.

El enfoque en el caso de los niños

El análisis de los programas y/o campañas dirigidas a la población infantil


sugiere que el niño no es considerado como sujeto de enfermedad crónica. En
efecto, la mayoría de estos proyectos buscan prevenir o informar sobre
enfermedades infectocontagiosas y dejan a los adultos como receptores de la
prevención de enfermedades no transmisibles. No obstante, la obesidad
representa un serio problema de salud en los niños más allá de sus
consecuencias psicosociales (baja autoestima, poca aceptación de los pares y
baja sociabilidad). En primer lugar, el sobrepeso u obesidad en la infancia y la
niñez constituyen un factor predictor de la obesidad adulta En segundo lugar,
además de sus efectos a largo plazo, la obesidad constituye un riesgo para la
salud de niños y adolescentes, debido a las distintas comorbilidades asociadas.
Estas razones validan el inicio de intervenciones preventivas con foco en
población de menor edad.

La obesidad infantil es un fenómeno global, especialmente en los países


occidentales. En 2014, la OMS informó que el sobrepeso y la obesidad en
preescolares superaba el 30% en los países en desarrollo. En Argentina, el
Programa Nacional de Salud Escolar (PROSANE) halló que 21,4% de los niños
de 5 a 13 años tenía sobrepeso y 15,6% eran obesos, cifras similares a las
publicadas como mapa de la obesidad, que identificó 19,0% de sobrepeso y
17,7% de obesidad en niños de 6 a 12 años de edad.

¿Cuál es la tendencia de estas cifras? En Estados Unidos, la obesidad infantil


aumentó más del doble en niños y se cuadruplicó en adolescentes en los
últimos 30 años. Los países transicionales reflejan la misma tendencia. Así, por
93
ejemplo, en Brasil, la prevalencia de sobrepeso y obesidad se triplicó entre
1975 y 1997. En Argentina, se ha informado, para niños y adolescentes, una
prevalencia media de 25% en 2007, en contraste a la observada en 1990 de
14,5%. Este aumento fue de 40% en el sobrepeso, mientras que la obesidad se
cuadriplicó, especialmente en niños de menor edad.

Estas prevalencias señalan la necesidad de encarar políticas más complejas


dirigidas al problema, con un abordaje plural tendiente a modificar los enfoques
tradicionales para incorporar mecanismos causales no biológicos. Las
propuestas deben también abandonar la perspectiva individualista, para
resaltar el valor del contexto y de la red vincular cercana. Considerando la
niñez como etapa de formación y demarcación individual, es en el espacio
conformado por los lazos más próximos donde se aprende y se configura la
identidad, la pertenencia a un grupo y los códigos compartidos. El contexto
social es donde se produce la internalización de significados, usos y
experiencias. La alimentación y las costumbres asociadas a ella son parte de
un sistema de disposiciones socialmente condicionadas, perdurables y
transmisibles que funcionan como cimiento estructurante de los actos, las
valoraciones y las percepciones de las personas. Se ha sugerido que los
gustos compartidos en estos espacios de vinculación social representan
unidades de participación y exclusión, y, consecuentemente, definen tipos de
alimentos, combinaciones de sabores y texturas que concretan diferentes
formas de comer. La esfera doméstica, las relaciones con los pares y los
ámbitos en los que se desenvuelven los niños funcionan, entonces, como
agentes en este proceso de socialización alimentaria. Junto con ellos, se
modela la identidad y la identificación social, y se enmarca el contexto que
establece y mantiene el comportamiento respecto de la salud. Esta experiencia
no debe desconocer el rol activo de los medios de comunicación y las nuevas
tecnologías para la transmisión de modelos corporales en la configuración de
pautas de consumo.

El modo en que un niño va conformando las actitudes hacia la alimentación y la


salud, es decir, sus preferencias o aversiones, se relaciona directamente con la
94
gestión subjetiva que él mismo haga de su entorno y de sí. No se trata de un
cántaro donde se deposita de manera pasiva el conocimiento, sino que, cada
vez con mayor autonomía, el niño participa activamente del proceso de
aprendizaje y construcción del espacio cultural. Esto se pone en juego tanto en
la toma de decisiones como en la conformación de opiniones y
valoraciones. Por lo tanto, resulta importante conocer los mecanismos de
transmisión y adquisición de conocimientos, así como también las
negociaciones en las prácticas y valores acerca de la alimentación que
pudieran estar influyendo en la aparición de trastornos durante la infancia.

Consideraciones finales

La escasa eficacia de las intervenciones institucionales tradicionales obliga a


insistir en una visión ampliada y complementaria del problema que incluya los
determinantes sociales de la salud para su tratamiento. Entre ellos, se
encuentran las significaciones construidas respecto de la salud y de la
enfermedad, los aspectos simbólicos de la cultura alimentaria y de consumo, y
el rol activo de los medios de comunicación. Teniendo en cuenta las
particularidades a nivel territorial, y considerando reflexivamente su
historicidad, deben incluirse también aquellos elementos micro- y
macroestructurales, como la exclusión social, las relaciones de género, las
políticas de educación, de empleo y sus características.

En el abordaje del sobrepeso y la obesidad tanto infantil como adulta, resulta


de agregado valor indagar en los contextos vinculares inmediatos que
constituyen el universo de identificación y socialización creadores de hábito y
sentido. Además de contribuir en el análisis multicausal del problema, puede
resultar enriquecedor en la programación y planificación de futuras
intervenciones en salud pública. De este modo, se abre la posibilidad a una
propuesta que plantee el desarrollo de actividades analizando el contexto social

95
existente, reforzando los lazos de cooperación y transformando el mensaje
desde una "responsabilidad individual" a un proyecto de cuidado colectivo. Por
ejemplo, el uso de dispositivos informáticos, como computadoras y teléfonos
celulares inteligentes, se ha ido generalizando y extendiendo en la población.
En vez de encarar estrategias (hasta ahora, infructíferas) que busquen reducir
su utilización, las nuevas tecnologías pueden, paradójicamente, ser
consideradas en el desarrollo de intervenciones. La lógica social de red de
lazos que subyace a muchas aplicaciones y medios electrónicos puede ser
aprovechada para orientar el compromiso en torno a lo grupal y comunitario.
Esto puede servir tanto para organizar actividades cooperativas como para
socializar cambios, monitorear su progreso, compartir información o
simplemente motivar. Así como las redes pueden favorecer el surgimiento de
conductas de riesgo, pueden ser igualmente valoradas para la transmisión y
dispersión de mensajes y acciones beneficiosas a mediano y largo plazo.

Alteraciones psicológicas

Existe relativamente poca información sobre las relaciones existentes entre la


obesidad infantojuvenil y los factores psicosociales. Los niños y adolescentes
obesos tienen menos autoestima y mayor tendencia a la depresión.
Socialmente suelen estar aislados y tienen menos amigos que los no obesos,
estableciéndose un círculo vicioso entre depresión y pérdida de la autoestima
con problemas de integración social. Además, la depresión influye para que
tengan mayor IMC cuando son adultos. Ello obliga al pediatra a tener
conocimientos básicos de psicopatología para detectar los problemas
psicosociales que puedan tener los niños obesos y, en su caso, iniciar el
tratamiento y/o remitirlo a un centro especializado en el tratamiento de
pacientes obesos que tenga un equipo multidisciplinar con psicólogo/psiquiatra.

Complicaciones gastrointestinales (esteatosis, litiasis)

Entre ellas destacan por su prevalencia la esteatosis y esteatohepatitis no


alcohólica que pueden tener hasta el 30 % de los adultos obesos. Su
diagnóstico incluye la eco- grafía y la determinación periódica de
96
transaminasas. Los pacientes obesos que requieren un estudio más profundo
son aquellos que tienen una elevación persistente de transaminasas (veces los
valores normales), siendo en algunos casos necesaria la biopsia hepática para
determinar el grado de fibrosis y/o transformación cirrótica y también para
descartar otras etiologías.

Otro problema es la mayor incidencia de litiasis biliar, particularmente frecuente


en chicas obesas, especialmente si han hecho régimen y han adelgazado de
forma considerable y rápida. En su patogenia influyen el incremento de la
saturación biliar de colesterol, deshidratación, hipomotilidad de la vesícula biliar
por dietas bajas en grasa y la acción estrogénica

Otras complicaciones

El sobrepeso conlleva con frecuencia problemas ortopédicos como la


epifisiólisis de cadera, tibia vara, patología de la rodilla, etc. En casos extremos
puede condicionar el síndrome de apnea obstructiva del sueño y en muchos
casos trastornos psicológicos causados por la inadaptación social.

TRATAMIENTO

El objetivo fundamental del tratamiento de la obesidad se centra en conseguir


el peso ideal para la talla, manteniendo los aportes nutricionales necesarios
para no interferir en el crecimiento. Tanto la prevención como el tratamiento de
la obesidad infantojuvenil se basan en tres pilares fundamentales: motivación,
dieta y ejercicio físico.

La experiencia demuestra que lo más importante es conseguir la adhesión del


niño y del entorno familiar y social a los principios de la prevención y
tratamiento de la obesidad y el sobrepeso. En atención primaria debe estar la
clave para conseguir que los niños sigan una dieta y un estilo de vida
saludables que sean incorporados como hábitos por el niño y su entorno
familiar. Para ello es imprescindible conseguir un ambiente favorable y
establecer los obligados cambios en la familia y en la sociedad. Además, es

97
sumamente importante motivar al propio paciente, ya que sin su colaboración
es imposible obtener buenos resultados.

Tratamiento dietético

El principio de la intervención dietética se fundamenta en ajustar la energía y


los nutrientes a las necesidades reales del niño. En general, las
recomendaciones de in- gesta están sobreestimadas por la escasa actividad
física que realizan la mayoría de los obesos. La estrategia para mantener un
peso corporal, y sobre todo una masa grasa, adecuados se puede establecer a
dos niveles: corrección de errores e intervención dietética activa.

Corregir los errores

Lo primero que resaltan la mayoría de las encuestas en la población


infantojuvenil española es la elevada ingesta de grasa a expensas de la
disminución de los hidratos de carbono. El segundo error debe buscarse en la
distribución de la energía. Un alto porcentaje de escolares omite el desayuno,
que es sustituido por un almuerzo poco saludable en el que predomina la
bollería. Todos los estudios nutricionales aportan evidencias sobre la
importancia del desayuno. Las recomendaciones a este respecto deberían ser:
primero, desayunar todos los días; segundo, que el aporte calórico en esta
comida (junto con el almuerzo de media mañana) sea cercano al 25 % de la
energía total diaria y tercero, que la leche (o productos lácteos), la fruta y los
cereales deben ser componentes obligados del desayuno.

En general, para evitar episodios de sobreingesta por hambre incontrolada, el


número total de comidas no debería ser inferior a 4 al día, con una distribución
energética del 25 % entre desayuno y almuerzo; 30-35 % en la comida; 15 %
en la merienda y el resto en la cena.

Otro error debería buscarse en la selección de los menús. Se sabe que no hay
alimentos malos ni buenos, sino una adecuada o inadecuada cantidad y
frecuencia de los mismos al elaborar el menú. Los principales errores radican
en el incremento de la cantidad y frecuencia con que se ingiere carne y
98
derivados cárnicos a expensas del pescado, la escasa ingesta de verduras,
hortalizas, frutas y, en menor grado, de legumbres, el excesivo consumo de
bollería y aperitivos de bolsa, así como de bebidas blandas y, en general, el
aumento de la densidad calórica de la dieta. La diferente composición de los
alimentos en macronutrientes y micronutrientes justifica la recomendación de
variarlos. Esta variación debe incluir también a los alimentos de cada grupo, lo
que amplía la oferta de nutrientes y evita la monotonía de los menús.
Finalmente, también se debería dirigir la atención a los aspectos culinarios, en
los que radican errores importantes. En la tabla 2 se exponen los aspectos más
aconsejables.

Es evidente que en la sociedad en la que nos encontramos se ha llegado a la


situación de comer sin hambre y beber sin sed, con oferta y posibilidad de
alimentarse a cualquier hora. Además, se ha ido incrementando de forma
progresiva el tamaño de las raciones, por lo que es necesario señalar a las
familias la necesidad de atenerse a las habitualmente recomendadas. En la
tabla 3 se des- criben las recomendadas actuales para niños y adolescentes.
Para defenderse del excesivo aporte convendría seguir ciertas estrategias
(tabla 4), así como conocer los alimentos y el valor energético de los mismos.
También es importante informar sobre los alimentos de bajo valor calórico
(infusiones, zumos de tomate o zanahoria, caldos vegetales, todo tipo de frutas
y hortalizas, cereales integrales, etc.), así como los de alto aporte energético
(todos los frutos secos, palomitas de maíz, patatas fritas tipo chips, etc.). Hay
que recordar que, aunque el alcohol está prohibido en toda la etapa
infantojuvenil, se debe incluir esta información por el alto aporte energético de
los mismos (7 kcal/g), hecho con frecuencia ignorado por los adolescentes

Intervención nutricional

Dieta hipocalórica moderada. Cuando el niño no responde positivamente a la


política de corrección de errores, además de un programa de actividad física
estará indica- da una dieta hipocalórica moderada, especialmente si la
obesidad es progresiva e incide en niños de más de 6-7 años. La programación

99
de la misma debe hacerse sobre la base de una encuesta dietética de las
características citadas anteriormente. Tras ello se adaptará la dieta rebajando
el aporte calórico no más de un 30 % del habitual

y procurando elegir los alimentos que le gusten al niño. Nunca debe prohibirse
ningún tipo de alimento, y si los preferidos del niño son hipercalóricos, se
reservarán para ocasiones especiales.

Los objetivos del tratamiento de la obesidad varían en función de la edad del


niño, del tiempo de evolución, de la respuesta a los tratamientos previos y
sobre todo de la intensidad de la obesidad. En el sobrepeso y en obesidades
leves bastará con corregir los errores, pero en las obesidades moderadas será
necesaria una intervención nutricional, con una dieta hipocalórica calculada en
función de la edad cronológica, no del peso, teniendo como objetivo mantener
el peso corporal de forma que, al no interferir el crecimiento en la talla, se vaya
reduciendo el IMC. Solamente en las obesidades graves o rebeldes habrá que
recurrir a dietas hipocalóricas, más controladas, llegando a restringir la ingesta
hasta un 25-30 % de la recomendada a un niño de la misma edad y sexo.

Los objetivos que hay que cumplir con este tipo de die- tas deben pactarse con
el paciente, modificando la dieta a medida que se van cumpliendo.
Lógicamente la pérdida ponderal se acompaña de una disminución del gasto
energético, ya que desciende no sólo la grasa, sino también la masa magra.
Por ello es importante incrementar el ejercicio físico a medida que el niño
pierde peso y gana agilidad, con el doble objetivo de mantener la dieta
hipocalórica sin que sea excesivamente restrictiva e incrementar la masa
muscular.

El alto índice de fracasos a largo plazo con las dietas hipocalórica ha obligado
a diseñar nuevas estrategias de tratamiento, variando sobre todo los
porcentajes de los distintos macronutrientes. Una excelente revisión de las
mismas32 aporta algunos datos que probablemente haya que tener en cuenta
en el futuro. Sin embargo, la falta de experiencia en niños no permite hasta el
momento más recomendaciones que dietas hipocalóricas equilibradas, con
100
aumento de la fibra y de los ácidos grasos monoinsaturados y disminución de
los hidratos de carbono que tienen un alto índice glucémico33.

Dietas de muy bajo aporte calórico. Se denominan así a las dietas de 500-600
kcal. En ellas deben mantenerse al menos 1,5-2 g/kg de peso/día de proteínas
de alto valor biológico para evitar la pérdida de masa muscular y 1 g/kg de
peso/día de hidratos de carbono para evitar la hipoglucemia y la acidosis. Estas
dietas tan restrictivas se utilizan poco en Pediatría y cuando se indican, en
casos muy concretos de obesidades mórbidas, deben emplear- se durante
períodos cortos de tiempo, bajo la estrecha vigilancia del especialista y en
régimen de hospitalización. Por tanto, nunca estarán indicadas en atención
primaria.

Otros tipos de dietas. Las dificultades para mantener un peso adecuado en la


opulenta y sedentaria sociedad en que vivimos han hecho proliferar,
especialmente a nivel divulgativo, multitud de dietas y remedios adelgazantes.
La mayoría de los medios de comunicación (revistas, periódicos, radio,
televisión, internet) incluyen de forma habitual recomendaciones sobre dieta y
salud y especial- mente sobre alimentación y obesidad. En muchas Ocasiones
se trata de dietas hipocalóricas desequilibradas, dietas disociativas, dietas
excluyentes, Monodietas, etc., sin fundamento científico reconocido y con la
posibilidad de que produzcan efectos secundarios importantes en la etapa
infantojuvenil. Esta información llega a manos de las familias, pero también de
los adolescentes que, en muchas ocasiones, las utilizan sin ningún tipo de
vigilancia (incluso en niños con peso corporal normal). El pediatra debe
conocer estas ofertas divulgativas y dotar a los niños y a sus familias de la
información y herramientas adecuadas para que puedan ser críticos con ellas.
Por otra parte, hay que destacar que sus efectos nunca se mantienen en el
tiempo al apartarse de los hábitos al uso en nuestra sociedad.

Actividad física

Los componentes del gasto energético total son el gasto energético en reposo,
la termogénesis inducida por la dieta, el crecimiento y la actividad física. En un
101
niño de vida sedentaria cerca del 70 % corresponde al gasto energético en
reposo, 8-10 % a la termogénesis inducida por los alimentos y el 20 % al gasto
energético derivado de la actividad física. Se acepta que el ejercicio físico
realizado con regularidad incrementa la masa muscular, eleva el gasto
energético total y puede llegar a reducir la masa visceral adiposa,
independientemente de la disminución en el riesgo de hiperlipidemia y de
diabetes mellitus. Sin embargo, el coste energético del ejercicio físico vigoroso
es inferior al contenido calórico de muchos alimentos considerados como
Fastfood, por lo que puede afirmarse que la actividad física como terapéutica
de la obesidad no puede considerarse como una licencia para comer lo que se
desee. Por ejemplo, caminar a 5 km/h consume 200 kcal, que es el mismo
número de calorías que contiene una bolsa de patatas fritas de 30 g.

El estilo de vida sedentario, y en concreto el tiempo que se pasa sentado frente


al televisor, está relacionado con el desarrollo de obesidad. El impacto de ver la
televisión se debe, por un lado, al tiempo que se quita a actividades físicas más
o menos vigorosas y por otro al in- flujo de la publicidad sobre alimentos
atractivos. La actividad física, como uno de los componentes del equilibrio
energético, desempeña un papel central en el desarrollo y en la evolución de la
obesidad. El estudio de Gortmaker35, en una población de 11 a 14 años de
edad, en Massachussets, utilizando acelerómetro Tritrac, revela una actitud
sedentaria que ocupa el 73 % de un día típico entre semana, con una duración
media de inactividad de más de 11 h al día y con un mayor porcentaje de
actividades físicas vigorosas en niños (1,2 h) en relación a las niñas (0,9 h). De
todo ello se deduce que es muy importante reducir el tiempo dedicado a ver la
televisión y aumentar el dedicado a una actividad física moderada y enérgica
como estrategia adecuada para reducir la obesidad infantil. Uno de los
enfoques más esperanzadores es establecer programas de actividad física en
la escuela, siendo también deseable el desarrollo de actividades físicas
extraescolares especialmente para aquellos niños que sólo tienen jornada
escolar de mañana.

102
El aumento del gasto energético ocasionado por el ejercicio físico breve no
resulta compensado por cambios en la ingesta de energía. Si se realiza con
regularidad un ejercicio físico intenso y de forma prolongada tendremos dos
situaciones distintas según el grado de adiposidad. En los sujetos no obesos
existirá una tendencia a balancear el gasto energético extra ocasionado por el
ejercicio físico adaptando la ingesta de energía de forma adecuada para
conseguir ese equilibrio en un plazo aproximado de 3 días. Por el contrario, en
el obeso, probablemente por el exceso de energía almacenada, no se
comprueba este mecanismo compensador.

La utilidad del ejercicio físico en el tratamiento de la obesidad infantil se ha


revisado tras compilar 13 estudios realizados en niños obesos sometidos a
diversos programas de actividad física de al menos 2 meses de duración, que
se compararon con un grupo control no sometido a un programa de ejercicios
físicos37. En algunos estudios se observó que los pacientes sometidos a
programas de ejercicio físico presentaron una reducción significativa de la
grasa corporal, mientras que en otros estudios no se demostró tal hecho. Los
resultados de la compa- ración de dieta más ejercicio físico también son
contradictorios. Así, en unos estudios se demuestra que la dieta más el
ejercicio físico produce cambios significativos en la composición corporal,
mientras que en otros no se demuestra tal beneficio43,44. Por tanto, existen
datos limitados sobre el papel de la actividad física en el tratamiento de la
obesidad infantil.

Se suele argumentar que un factor decisivo en el desarrollo y mantenimiento de


la obesidad es la escasa actividad física45. Sin embargo, la investigación en
este as- pecto es difícil de realizar46 pues la actividad física se realiza de
muchas maneras y en múltiples contextos. Lo más habitual para recoger datos
sobre la actividad física es el empleo de un cuestionario respondido por el
propio niño o por sus padres. El problema principal de este tipo de
cuestionarios es que no recoge adecuadamente mu- chas actividades, de
intensidad variable, que se realizan a lo largo del día. Para una evaluación más
aproximada de la actividad física es imprescindible el empleo de detectores de
103
movimientos como los acelerómetros y así diversos autores han publicado sus
resultados compro- bando que los niños obesos realizan menor actividad física
en ejercicios físicos moderados e intensos que los no obesos. La
recomendación actual para los adultos y niños mayores de 2 años es que
realicen una actividad física moderada a intensa durante 30 min al día al menos

5 días a la semana (y a ser posible todos los días de la semana), aunque


parece más oportuno la recomendación de 60 min diarios de una actividad
física moderada a in- tensa al menos 5 días a la semana.

Tratamiento farmacológico y tratamiento quirúrgico

El incremento en los últimos años de la obesidad, especialmente grave y


mórbida, y de las comorbilidades asociadas plantea la necesidad de utilizar
otros recursos, como fármacos o cirugía, en aquellos pacientes en los que ha
fracasado el tratamiento dietético.

Tratamiento farmacológico

La utilización de fármacos anorexígenos o lipolíticos en pediatría es aún


limitada y, al igual que en adultos, siempre debe combinarse con un cambio de
los hábitos de vida (reducción de la ingesta calórica e incremento del ejercicio).
El tratamiento farmacológico permite descensos modestos pero significativos
de peso, por lo que puede ser útil en algunos pacientes como terapia
adyuvante.

Orlistat y sibutramina son los 2 fármacos que más se han utilizado en pediatría.
Orlistat es un inhibidor de la lipasa pancreática que a dosis de 120 mg tres
veces al día disminuye la absorción de grasa en un 30 %. Los efectos
secundarios que puede provocar son diarreas, flatulencia y un aumento
importante del contenido graso de las heces. Esto último puede condicionar

104
incontinencia fecal, por lo que muchos pacientes reducen voluntariamente el
consumo de grasas. Durante el tratamiento se precisa suplementación con
vitaminas liposolubles, ya que hay un aumento de las pérdidas por vía
digestiva. Este fármaco produce una reducción media del IMC del −1,9 kg/m2
siempre que se asocie a medidas dietéticas y ejercicio físico. En Estados
Unidos está aprobado en niños mayores de 12 años. Disminuye el riesgo
cardiovascular, ya que desciende los valores de colesterol total, c-LDL y mejora
la resistencia periférica a la insulina. En el Vademécum español sólo precisa
que “no está destinado para uso en niños”.

La sibutramina es un fármaco que tiene una acción central y actúa inhibiendo la


absorción de serotonina, noradrenalina y dopamina. Tiene un efecto
anorexígeno e incrementa el gasto calórico. Su utilización está aprobada en
Estados Unidos a partir de los 16 años a una dosis de 10-20 mg/día. El
Vademécum español sólo especifica que “no se dispone de suficientes datos
para el uso en niños y adultos jóvenes menores de 18 años”. Este fármaco
induce en adultos una reducción media de 5 kg siempre que se combine con
cambios en el estilo de vida. Sin embargo, a partir del sexto mes de
tratamiento, la pérdida ponderal es escasa ya que se produce un efecto plateau
por fenómenos de contrarregulación. Los efectos secundarios más frecuentes
son el aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial, insomnio,
ansiedad, depresión y cefalea, que en ocasiones obligan a retirar el
tratamiento. Si bien disminuye los niveles posprandiales de insulina y de
triglicéridos y aumenta los niveles de c-HDL, produce una reducción escasa del
riesgo cardio- vascular. Existen muy pocos estudios que evalúen el efecto de la
combinación de estos 2 fármacos y la mayoría se han realizado en adultos,
pero parece que no hay mayor pérdida de peso cuando se utilizan ambos que
con sibutramina en monoterapia.

La metformina sólo está indicada en niños con diabetes mellitus tipo 2 pero no
en pacientes con intolerancia a la glucosa. Tiene un efecto anorexígeno y
produce una reducción de los valores de glucosa e insulina, de la
gluconeogénesis, de la oxidación de los ácidos grasos, de los valores de
105
triglicéridos, de c-LDL y de los depósitos de grasa, especialmente subcutáneos.
Parece que también tiene un efecto beneficioso sobre la esteatohepatitis no
alcohólica. Es un fármaco que habitualmente se tolera bien, pero puede
aparecer cierto malestar intestinal que mejora al mezclarlo con alimentos. Se
ha de administrar conjuntamente con tiamina (vitamina B1) y piridoxina
(vitamina B6) ya que aumenta su excreción urinaria. Está contraindicada en
pacientes con patología cardíaca, hepática, renal y gastrointestinal.

La leptina es una hormona cuya función es informar sobre las reservas grasas
de nuestro organismo. Pese a que se ha postulado mucho sobre su utilidad
como tratamiento de la obesidad, en la actualidad su uso queda reservado
exclusivamente para los pacientes que tienen un déficit selectivo de leptina. En
estos casos los resultados son espectaculares. Otros fármacos con efectos
anorexígenos que se utilizan en adultos son el topiramato y la fluoxetina,
aunque no hay estudios realizados en niños.

Tratamiento quirúrgico

A pesar de las reticencias que existen sobre el trata- miento quirúrgico de la


obesidad en la edad pediátrica, cada vez hay más equipos que lo incluyen en el
abordaje de las grandes obesidades (IMC > 40) con importantes
comorbilidades asociadas. Tanto la selección de los pacientes como el
seguimiento posterior deben ser realiza- dos por un equipo multidisciplinar de
expertos que incluya gastroenterólogos, cirujanos, dietistas y psicólogos. El
seguimiento nutricional debe mantenerse durante años, especialmente en el
embarazo y lactancia, ya que los posibles efectos a largo plazo son aún poco
conocidos. Hay sociedades que ya han emitido sus recomendaciones para la
selección de los pacientes candidatos a cirugía bariátrica, como la American
Pediatric Surgical Association Clinical Task Force on Bariatric Surgery. Las
indicaciones de este tipo de cirugía en pacientes en edad pediátrica son mucho
más restrictivas que en adultos ya que el pronóstico de la obesidad en el niño
es mejor, las comorbilidades son menos graves y la pérdida brusca de peso
puede influir en el crecimiento. Esta cirugía siempre ha de plantearse tras

106
haber fracasado en los objetivos deseados tras realizar un tratamiento dietético
intensivo con un aumento de la actividad física. La cirugía es, por lo tanto, la
última opción.

La técnica quirúrgica recomendada en niños es el bypass gástrico mediante Y


de Roux. Tras la cirugía se pierde el 50-60 % del peso, pérdida que en la
mayoría de los pacientes se mantiene al cabo de los años. Los efectos
secundarios que se han encontrado son déficit de hierro (50 % de los casos),
de ácido fólico, de tiamina y de calcio (30 %), colecistitis (20 %), infección y
dehiscencia de la herida (10 %), síndrome de intestino corto y obstrucción
gástrica (5-10 %), atelectasias, neumonías (12 %), dumping y fallecimiento (1-5
%). Otras posibles técnicas quirúrgicas no definitivas son el Bandung y el
balón, pero es escasa la experiencia en la edad pediátrica. El balón gástrico se
coloca durante 6 meses prorrogables a 12 y es más seguro que el Bandung, ya
que los efectos secundarios son escasos. La pérdida de peso que se logra con
estas dos técnicas es aproximadamente del 20 %. ¿Qué hacer si en nuestro
hogar tenemos un niño o una niña con sobrepeso?

-empezar por generar un ambiente seguro y saludable en donde estos niños se


sientan contenidos y no se vean expuestos a factores que contribuyan a
empeorar esta situación

-eliminar la disponibilidad diaria de galletitas, planificados, bebidas azucaradas


y alimentos ricos en azúcar y grasas. No poner a disposición aquellos
alimentos que los alejen de la salud

-tener a disposición alimentos naturales y saludables, agua fresca en la


heladera, fruta lavada, pelada y lista para consumir, galletitas panes,
bizcochuelos caseros para compartir en familia.

-hacer de la cocina un momento de encuentro y de compartir en familia. Hacer


las compras con los niños, cocinar comidas ricas, caseras, que no sólo nos
alegren por su sabor sino por el lindo recuerdo de hacerlas todos juntos
107
-A la hora de comer, dejar afuera de la tecnología, los problemas, las
discusiones, el malhumor y hagamos un momento de felicidad. Debemos
escucharnos entre todos, pero sobre todo escuchar a los hijos. Conectarse con
lo que estamos comiendo, disfrutar del momento y hacerlo con paciencia, para
que así sea para ellos

-ser ejemplo. La alimentación saludable y los buenos hábitos tienen que ser
para todos. Si todos en la familia comen una comida y el niño la niña con
sobrepeso comen algo distinto, lo estamos aquí matizando y empezando la
discriminación en el hogar. Si todos comen lo mismo, y estamos compartiendo
la comida, generando buenos hábitos y cuidando la salud de toda la familia.

-planificar actividades en familia que impliquen movimiento. Una salida al


parque, una caminata por un lindo lugar que nos guste, un paseo en bicicleta,
incluso actividades cotidianas como la limpieza de la casa, el arreglo del jardín,
pueden ayudar a aumentar la actividad física y sacarlos del sedentarismo.
Mientras se disfruta en familia, se comparte y se fortalecen los vínculos.

-de la mano con esto, es importante regular el uso de pantallas y aquellas


actividades que promuevan el sedentarismo y la soledad

-trabajar la escucha. Ser receptivos a lo que los niños y niñas tienen para decir.
Escucharlos, comprenderlos y acompañarlos. Entender qué momento están
pasando y buscar la forma de ayudarlos

La familia es el círculo más cercano de contención. Debemos fortalecerlo y a


partir de ahí empezarán a mejorar todos los vínculos que nos rodean. Cuidar la
salud de nuestra familia es una forma de amor. Por eso es importante que
entendamos a la obesidad y el sobrepeso como un problema de salud que
puede llevar a la muerte, al que debemos ponerle muchísima atención y
tratarlo. Los hogares y la familia es el primer lugar donde podemos generar
hábitos saludables que permitan mejorar la salud, no sólo de la persona que
tiene sobrepeso y obesidad sino de todo su entorno.

108
 ENCUESTAS VIRTUAL:

Realizada a 100 personas-franja etaria (20 y 65 años de edad)-en los meses de agosto,
setiembre y octubre de 2022

1) ¿Crees que comes sano?

SI
NO
NO SE

2) ¿sabes cuánto pesas?

3) ¿concurrir al nutricionista?

109
4) ¿realizas algún tipo de actividad física?

5) ¿consumir frutas y/o verduras?

6) ¿realizar las 4 comidas diarias?

7) ¿consumís con frecuencia de comidas ricas en grasas?

8) ¿Tenés antecedentes de sobrepeso familiar?

9) ¿Tenés antecedentes de muerte súbita en la familia?

110
10) ¿consumir por lo menos 2 litros de agua por día?

11) ¿Cuántas horas pasas utilizando tecnología?

12) ¿prácticas el sedentarismo?

13) ¿Qué consecuencias conoces de la mala alimentación?

14) ¿Con qué frecuencia te pesas?

111
15) ¿sabías que según tu edad, peso y altura podés saber si estas en un peso saludable?

 TABULACIÓN Y GRÁFICOS
1)-TITULO: ¿Crees que comes sano?
TABLA DE FRECUENCIA
¿Crees que comes sano? Cant. De respuestas Frecuencia relativa

Si 39 39
no 50 50
No se 11 11
-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

-TITULO: ¿Crees que comes sano?

¿C R E E S QU E C OME S SA NO?
50%

39%
112

11%
-TITULO: ¿Crees que comes sano?
-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

¿CREES QUE COMES SANO?


NO SE; 11%

SI; 39%

NO; 50%

--TIPO DE VARIABLE Y FUNDAMENTACION: Variable independiente (condiciona a la otra


variable, es causa) Y Cualitativa (los resultados posibles-FUENTE: ENCUESTA
no son valores VIRTUAL
numéricos)

113
2)-TITULO: ¿sabes cuánto pesas?
TABLA DE FRECUENCIA
¿sabes cuánto pesas? Cant. De respuestas Frecuencia
relativa
Si 79 79
no 21 21

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL


TITULO: ¿sabes cuánto pesas?

¿s A BE S CU A N TO P ESA S?
80

70

60
114
50

40

30

20

10

0
TITULO: ¿sabes cuánto pesas?

¿SABES CUANTO PESAS?


NO; 21

SI; 79
-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL


-TIPO DE VARIABLE Y FUNDAMENTACION: Variable independiente (condiciona a la otra
variable, determina el cambio) Y Cualitativa (los resultados posibles no son valores
numéricos)

115
3)-TITULO: ¿concurres al nutricionista?

TABLA DE FRECUENCIA
¿concurres al nutricionista? Cant. De respuestas Frecuencia relativa

NO 77 77
DE VEZ EN CUANDO 22 23

-TITULO: ¿concurres al nutricionista? -FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

¿CONCURRES AL NUTRICIONISTA?

80

70

60

50

40

30

20

10
116
0
NO DE VEZ EN CUANDO

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL


-TITULO: ¿concurres al nutricionista?
-TIPO DE VARIABLE Y FUNDAMENTACION: Variable independiente (condiciona a la otra
variable, es causal de un cambio de habito) Y Cualitativa (los resultados posibles no son
valores numéricos)

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

117
4)-TITULO: ¿realizas algún tipo de actividad física?
TABLA DE FRECUENCIA
¿realizas algún tipo de Cant. de respuestas Frecuencia relativa
actividad física?
Si 34 34
no 37 37
No se 29 29
-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL
-TITULO: ¿realizas algún tipo de actividad física?

¿R EA LIZA S A LGUN TIPO DE A CTIVIDA D


FISICA ?
40 37
34
35
29
30

25

20

15

10

5
118
0
SI NO A VECES

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

¿REEALIZAS ALGUN TIPO DE ACTIVIDAD FISICA?


SI; 34

-TITULO: ¿realizas algún tipo de actividad física?


-TIPO DE VARIABLE Y FUNDAMENTACION: Variable independiente (condiciona a la otra
NO; 37
variable, es causal de un cambio de habito) Y Cualitativa (los resultados posibles no son
valores numéricos)

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

119
5)-TITULO: ¿consumir frutas y/o verduras?
TABLA DE FRECUENCIA
¿consumir frutas y/o verduras? Cant. De respuestas Frecuencia relativa
Si 72 72
no 6 06
Poco 22 22
-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

-TITULO: ¿consumir frutas y/o verduras?

¿CONSUMIS FRUTAS Y/O VERDURAS?


POCO;
22

NO; 6

SI; 72

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL


-TITULO: ¿consumir frutas y/o verduras?

¿CONSUMIS FRUTAS Y/O VERDURAS?

80

70

60

50

40

30

20

10

120 0
si no poco

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL


TIPO DE VARIABLE Y FUNDAMENTACION: Variable independiente (condiciona a la otra
variable, es causal de un cambio de habito) Y Cualitativa (los resultados posibles no son
valores numéricos)

121
6)-TITULO: ¿realizar las 4 comidas diarias?
TABLA DE FRECUENCIA
¿realizar las 4 comidas diarias? Cant. De respuestas Frecuencia relativa
Si 38 38
no 30 30
A veces 32 32
-TITULO: ¿realizar las 4 comidas diarias? -FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL
-TITULO: ¿realizar las 4 comidas diarias?
-TIPO DE VARIABLE Y FUNDAMENTACION: Variable independiente (condiciona a la otra
variable, es causal de un cambio de habito) Y Cualitativa (los resultados posibles no son
valores numéricos)

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

122

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL


7)-TITULO: ¿consumís con frecuencia comidas ricas en grasas?
TABLA DE FRECUENCIA
¿consumís con frecuencia comidas ricas en Cant. De Frecuencia relativa
123
grasas? respuestas

Si 75 75
no 25 25
-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL
-TITULO: ¿consumís con frecuencia comidas ricas en grasas?

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL


-TITULO: ¿consumís con frecuencia comidas ricas en grasas?

¿CONSUMIS CON FRECUENCIA COMIDAS RICAS EN


GRASAS?

NO; 25

SI; 75

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

124
-TIPO DE VARIABLE Y FUNDAMENTACION: Variable independiente (condiciona a la otra
variable, es causal de un cambio de habito) Y Cualitativa (los resultados posibles no son
valores numéricos)

125
8)-TITULO: ¿Tenés antecedentes de sobrepeso familiar?
TABLA DE FRECUENCIA
¿Tenés antecedentes de Cant. De respuestas Frecuencia relativa
sobrepeso familiar?
Si 49 49
no 37 37
No se 24 24
-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

-TITULO: ¿Tenés antecedentes de sobrepeso familiar?

T E N E S A N TE C E DE N T E S D E SOBR E P E SO
FA M ILIA R ?
49
50
45
40 37

35
30
24
25
20
15
10
5
0
SI NO NO SE

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL


-TITULO: ¿Tenés antecedentes de sobrepeso familiar?

126

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL


-TIPO DE VARIABLE Y FUNDAMENTACION: Variable independiente (condiciona a la otra
variable, es causal de un cambio de habito) Y Cualitativa (los resultados posibles no son
valores numéricos)

127
9)-TITULO: ¿Tenés antecedentes de muerte súbita en la familia?
TABLA DE FRECUENCIA
¿Tenés antecedentes de muerte súbita en la Cant. De respuestas Frecuencia relativa
familia?

Si 6 6
no 85 5
No se 14 14
-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

TITULO: ¿Tenés antecedentes de muerte súbita en la familia?

¿TENES ANTECE DENTES DE MU ERTE


SU BITA EN LA FAMILIA?
90 85

80

70

60

50

40

30

20
6
10 3.5

0
SI NO NO SE

TITULO: ¿Tenés antecedentes de muerte súbita en-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL


la familia?

128

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL


-TIPO DE VARIABLE Y FUNDAMENTACION: Variable independiente (condiciona a la otra
variable, es causal de un cambio de habito) Y Cualitativa (los resultados posibles no son
valores numéricos)

129
10)TITULO: ¿consumís por lo menos 2 litros de agua al día?
TABLA DE FRECUENCIA
Cant. De respuestas Frecuencia relativa

1 LITRO 60 60
2 LITROS 28 28
3 LITROS 12 12
-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

TITULO: ¿consumís por lo menos 2 litros de agua al día?

¿C ON SU M IS A L ME N OS 2 LIT R OS DE
A GU A A L DIA ?
60
60

50

40

28
30

20
12

10

0
1 LITRO 2 LITROS 3 LITROS

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

TITULO: ¿consumís por lo menos 2 litros de agua al día?

¿CONSUMIS AL MENOS 2 LITROS DE AGUA AL DIA?


3 LITROS; 12

2 LITROS;
28

1 LITRO; 60

130

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL


-TIPO DE VARIABLE Y FUNDAMENTACION: Variable independiente (condiciona a la otra
variable, es causal de un cambio de habito) Y Cualitativa (los resultados posibles no son
valores numéricos)

131
11) TITULO: ¿Cuántas horas pasas utilizando tecnología?
TABLA DE FRECUENCIA
¿Cuántas horas pasas utilizando Cant. De respuestas Frecuencia relativa
tecnología?
8 horas 37 37
6 horas 29 29
4 horas 34 34
-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

TITULO: ¿Cuántas horas pasas utilizando tecnología?

¿ C U A N T A S HOR A S P A SA S U T ILIZA N -
DOT E C N OL OGIA ?
40 37
34
35
29
30

25

20

15

10

0
8 horas 6 horas 4 horas

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL


TITULO: ¿Cuántas horas pasas utilizando tecnología?

¿CUANTAS HORAS PASAS UTILIZANDO TECNOLOGIA?


4horas; 1.4

6 horas; 29

8 horas; 37

132

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

 
-TIPO DE VARIABLE Y FUNDAMENTACION: Variable independiente (condiciona a la otra
variable, es causal de un cambio de habito) Y Cualitativa (los resultados posibles no son
valores numéricos)

133
12) TITULO: ¿prácticas el sedentarismo?
TABLA DE FRECUENCIA
¿prácticas el sedentarismo? Cant. De respuestas Frecuencia relativa

Si 39 39
no 61 61
-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

TITULO: ¿prácticas el sedentarismo?

70
¿P R A C T IC A S E L SE DE N T A R ISM O?
61
60

50
39
40

30

20

10

0
SI NO

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

TITULO: ¿prácticas el sedentarismo

¿PRACTICAS EL SEDENTARISMO?

SI; 39

NO; 61

134

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL


-CLASIFICACION: Variable independiente (condiciona a la otra variable, es causal de un cambio
de habito) Y Cualitativa (los resultados posibles no son valores numéricos)

135
TABLA DE FRECUENCIA
¿Qué consecuencias conoces de Cant. De respuestas Frecuencia relativa
la mala alimentación?
engordar 17 17
Muerte súbita 20 20
Taponamiento arterial 63 63
13) TITULO: ¿Qué consecuencias conoces de la mala-FUENTE:
alimentación?
ENCUESTA VIRTUAL

TITULO: ¿Qué consecuencias conoces de la mala alimentación?

¿ QU E C O N S E C U E N C IA S C O N O C E S D E L A
M A L A A L IM E N T A C I O N ?
70 63

60

50

40

30
20
17
20

10

0
ENGORDAR MUERTE SUBITA TAPONAMIENTO ARTERIAL

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

TITULO: ¿Qué consecuencias conoces de la mala alimentación?

¿QUE CONSECUENCIAS CONOCES DE LA MALA AL-


IMENTACION?
TAPONAMIENTO ARTERIAL; 1.4

ENGORDAR; 17

MUERTE
SUBITA; 20

136
-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL
-TIPO DE VARIABLE Y FUNDAMENTACION: Variable independiente (condiciona a la otra
variable, es causal de un cambio de habito) Y Cualitativa (los resultados posibles no son
valores numéricos)

137
14) TITULO: ¿Con qué frecuencia te pesas?
TABLA DE FRECUENCIA
¿Con qué frecuencia te pesas? Cant. De respuestas Frecuencia relativa

SEMANAL 12 12
MENSUAL 35 35
ANUAL 31 31
NUNCA 20 20
-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

TITULO: ¿Con qué frecuencia te pesas?

¿C ON QU E F R E C U E N C IA T E P E SA S?
35
35
31

30

25
20
20

15 12

10

0
SEMANAL MENSUAL ANUAL NUNCA

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

138
TITULO: ¿Con qué frecuencia te pesas?
-TIPO DE VARIABLE Y FUNDAMENTACION: Variable independiente (condiciona a la otra
variable, es causal de un cambio de habito) Y Cualitativa (los resultados posibles no son
valores numéricos)

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

139
15) TITULO: ¿sabías que según tu edad, peso y altura podés saber si estas
en un peso saludable?
TABLA DE FRECUENCIA
¿sabías que según tu edad, peso y altura Cant. De respuestas Frecuencia
podés saber si estas en un peso relativa
saludable?
Si 87 87
no 13 13
-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

TITULO: ¿sabías que según tu edad, peso y altura podés saber si estas en
un peso saludable?

¿ S A B I A S Q UE S E G UN TU P E S O , E D A D Y A L T UR A
P O D ES S A B ER S I ESTA S EN UN P ESO S A L UD A B LE?
87
90

80

70

60

50

40

30

20 13

10

0
SI NO

140 -FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL


TITULO: ¿sabías que según tu edad, peso y altura podés saber si estas en
un peso saludable?

SABIAS QUE SEGUN TU PESO, EDAD Y ALTURA PODES SABER


SI ESTAS EN UN PESO SALUDABLE?

NO; 13

SI; 87

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL


-TIPO DE VARIABLE Y FUNDAMENTACION: Variable independiente (condiciona a la otra
variable, es causal de un cambio de habito) Y Cualitativa (los resultados posibles no son
valores numéricos)

-FUENTE: ENCUESTA VIRTUAL

141
Análisis de variables

VARIABLE ACCESIBILIDADES INDICADORES


¿Crees que Accesibilidad Social -Clase social, rutina laboral,
comen sano? recreación y vínculos sociales
Accesibilidad -cubre la canasta básica, recibe
Económica ayuda económica de algún tipo,
porcentaje de salario destinado a
Accesibilidad alimentación
Educativa -llegada a charlas sobre
alimentación saludable, consulta
Accesibilidad con nutricionista, etc.
Informativa -cambios de estado de ánimo,
aislamiento. Conductas
Accesibilidad
antisociales
Psicológica
- acceso a mercados
comunitarios, centros
Accesibilidad

142
Geográfica comerciales, otro tipo de recursos
¿sabes cuánto Accesibilidad Social -vinculo cotidiano con personas
pesas? que tienen en cuenta su peso
Accesibilidad -le preocupa su aspecto
Estética -entiende que hábitos saludables
de alimentación son beneficiosos
Accesibilidad Salud para la salud
-mantener una alimentación
Accesibilidad equilibrada repercute en su
Psicológica estado de animo
¿concurres al Accesibilidad -su entorno no acostumbra acudir
nutricionista? Cultural a un centro médico, si no es por
una emergencia
Accesibilidad Social No es una práctica habitual entre
sus pares
Accesibilidad -no podría solventar una dieta
Económica sana y pagar consulta con un
Accesibilidad especialista
Laboral - jornadas largas de trabajo, sin
días hábiles libres
Accesibilidad -los centros de atención para la
Geográfica salud están alejados de su zona
¿realizas algún Accesibilidad -grupo familiar y de pares con
tipo de actividad Cultural hábitos cotidiano de estas
física? practicas
Accesibilidad -Disfruta de Viva al aire libre junto
Recreativa con amigos

Accesibilidad -cercanía de campos y centros


Geográfica deportivo

Accesibilidad Ayuda a mantener el equilibrio

143
Psicológica emocional y a relacionarse
socialmente
Accesibilidad - utiliza sendas para ciclistas en
Estructural el barrio, asiste al natatorio
municipal de su localidad
¿consumir frutas Accesibilidad -suba de precios constante
y/o verduras? Económica -desinformación sobre dietas
saludables y equilibradas
Accesibilidad -costumbres o hábitos
Cultural -alimentación rica en
carbohidratos y pobre en
Accesibilidad proteínas
Educativa -consumo frecuente de comida
chatarra
Accesibilidad Social
¿realizar las 4 Accesibilidad Social -desocupación o subocupación
comidas diarias? - no hay comedor en los lugares
de trabajo
Accesibilidad -falta de educación nutricional
Económica -se hace rutina saltear comidas
-jornadas laborales sin descanso
Accesibilidad para almorzar
Educativa - reemplazar las comidas
principales por infusiones o snack
¿consumís con Accesibilidad -son alimentos más fáciles de
frecuencia Económica conseguir y de precios accesibles
comidas ricas en -fuente de trabajo para muchos
grasas? Accesibilidad Social emprendedores
-promociones y ofertas variadas
de este tipo de alimentos
Accesibilidad -costumbres sociales de
Cultural consumo de este tipo de comidas

144
en reuniones entre familiares y
amigos
-fácil acceso a alimentos
Accesibilidad elaborados para el consumo de
Geográfica paso

¿Tenés Accesibilidad Social -falta de acceso a controles


antecedentes de médicos preventivos
sobrepeso -hacinamiento, precariedad
familiar? Accesibilidad habitacional
Económica -incapacidad para solventar
gastos de alimentación
-no sabe concurrir a una consulta
nutricional, ni acostumbra a
Accesibilidad
consumir alimentos dietéticos
Educativa
-falta de costumbre a ingestas de
alimentos frescos y sin
elaboración comercial
-malos Hábitos alimenticios

Accesibilidad -enfermedades congénitas no

Sanitaria diagnosticadas

¿Tenés falta de acceso a controles


antecedentes de Accesibilidad médicos preventivos
muerte súbita en Sanitaria enfermedades congénitas no
la familia? diagnosticadas
hacinamiento, precariedad
Accesibilidad habitacional
Económico

¿consumir por lo Desconocimiento acerca de una


menos 2 litros de Accesibilidad buena hidratación
agua por día? Educativa
Sin acceso a red de agua potable
145
Accesibilidad a la
Geográfica
Dificultad para acceder a la
compra de agua potabilizada
Accesibilidad
Económica Desconocimiento de los
beneficios de consumir agua en
cantidad adecuada
Accesibilidad
Informativa

¿Cuántas horas Accesibilidad Social Acceso a internet y tecnología de


pasas utilizando conectividad
tecnología? Accesibilidad
Económica Sociedades globales y
multiculturales
Accesibilidad
Cultural Acceso a juegos, contenido
audiovisual, etc.
Accesibilidad
Recreativa Hoy día es más habitual el
trabajo freelance
Accesibilidad
Laboral Favorece el sedentarismo y
Accesibilidad malos hábitos de alimentación
Sanitaria

¿prácticas el
sedentarismo? Accesibilidad -mucha carga horaria en el
Laboral ámbito laboral y
empleos tercerizados mal pagos,
que necesitan de más horas para
146
compensar salarios
Accesibilidad
Sanitaria -depresión
-padecimientos motrices
costumbres o hábitos
horas frente a la tv o dispositivos
electrónicos
Accesibilidad Social

-Aislamiento, falta de contacto


social

¿Qué Accesibilidad Enfermedades Limitantes


Consecuencias Sanitaria Autoaislamiento
Conoces De La Segregación -Bullying
Mala
Alimentación? Gastos Médicos- Desempleo o
Accesibilidad Trabajos Precarizados
Económica
Ubicación (Zona Rural/Barrios
Precarios y Asentamientos)

Accesibilidad Hábitos y Costumbres: Fácil


Geográfica Acceso a Alimentos Elaborados
para El Consumo de Paso

Accesibilidad Social

Promociones y Ofertas Variadas


de este Tipo de Alimentos

¿Con qué Falta de Educación


Frecuencia te Accesibilidad Marginalidad

147
Pesas? Educativa
Costumbres o Hábitos

Accesibilidad Cultural Falta de Conductas de


Autocuidado-Controles Médicos
Accesibilidad Periódicos
Sanitaria
Tiene Necesidades Básicas
Accesibilidad Social Inmediatas a Cubrir
Accesibilidad
Económica

¿Sabías que Accesibilidad Falta de Acceso a Información de


Según tu Edad, Educativa Calidad
Peso y Altura Falta de Consumo e Interés por
Podés Saber Si Datos que Mejoran La Calidad de
Estas en un Accesibilidad Cultural Vida
Peso Saludable? Desinterés de Los Medios de
Accesibilidad Comunicación por Difundir
Informativa Información que No es
Sensacionalista
Accesibilidad Social
Habito de Consumir Comida
Chatarra, Rica en Grasas

Accesibilidad
Conocimiento de Índice de Masa
Sanitaria
Corporal

148
PLAN DE TABULACION:

MATRIZ DE DATOS

ID 1V- ¿Crees que 2V- ¿sabes 3V- ¿concurrir al 4V- ¿realizas algún tipo
comes sano? cuánto pesas? nutricionista? de actividad física?
SI/1 NO/2 NO SI/1 NO/2 NO/1 DE VEZ EN SI/1 NO/2 NO
CUANDO/2
SE/3 SE/3
1 2 1 2 1
2 2 1 1 2
3 1 1 2 1
4 1 1 2 2
5 2 1 1 1
6 1 1 1 3
7 2 1 1 2
8 1 1 2 1
9 2 1 1 1
10 2 1 1 1
11 1 1 1 1
12 2 1 2 1
13 2 1 1 2
14 3 1 1 2
15 1 1 1 3
16 2 1 2 1
17 1 1 1 3
18 2 2 1 1
19 1 1 1 1
20 2 1 1 2
21 3 1 1 2
22 1 1 2 3
23 2 2 1 3
24 1 1 1 1
149
25 2 1 1 2
26 2 1 1 2
27 2 1 1 1
28 1 1 2 3
29 1 1 1 1
30 1 1 1 3
31 2 1 2 1
32 1 2 1 2
33 2 1 1 2
34 2 1 1 2
35 1 1 1 1
36 1 2 2 3
37 2 2 1 2
38 1 2 1 2
39 2 1 1 1
40 3 1 1 1
41 3 1 1 3
42 2 1 1 1
43 2 1 2 1
44 1 1 1 1
45 2 1 1 1
46 1 1 1 2
47 2 2 2 2
48 1 1 1 2
49 2 2 1 3
50 2 1 1 1
51 2 1 1 1
52 3 2 1 3
53 1 1 1 1
54 2 1 1 1
55 1 2 1 1
56 1 1 1 3
57 2 1 2 3
58 2 1 1 3
59 2 1 1 1
60 2 1 1 2
61 3 1 1 2
62 1 2 2 1
63 2 2 1 1
64 2 2 1 3
65 2 1 1 2
66 2 1 1 2
67 2 1 2 3
68 2 1 1 3

150
69 2 1 1 1
70 1 1 1 2
71 3 1 2 2
72 1 1 1 3
73 2 1 2 1
74 1 1 1 2
75 1 1 1 1
76 1 1 1 2
77 2 1 1 1
78 2 1 1 3
79 1 1 2 3
80 2 1 1 3
81 3 2 1 3
82 3 1 1 3
83 1 1 1 2
84 2 1 2 3
85 1 2 2 3
86 3 1 1 2
87 1 1 1 3
88 2 1 1 2
89 1 1 1 3
90 1 2 1 3
91 2 1 2 2
92 1 11 1 3
93 3 1 2 2
94 2 2 1 3
95 1 2 1 3
96 1 1 1 3
97 2 2 1 2
98 1 2 2 2
99 1 2 1 2
100 2 1 1 2

ID 5V- ¿consumir frutas y/o 6V- ¿realizar las 4 comidas 7V- ¿consumís con
verduras? diarias? frecuencia de
comidas ricas en
grasas?
SI/1 NO/2 POCO/3 SI/1 NO/2 A SI/1 NO/2
VECES/3
1 2 1
2 1 2
3 1 1

151
4 1 1
5 1 2
6 1 1
7 1 1
8 1 1
9 1 1
10 1 1
11 3 1
12 1 2
13 1 1
14 1 1
15 3 1
16 1 1
17 1 2
18 1 1
19 1 1
20 3 1
21 1 1
22 2 1
23 1 1
24 1 2
25 3 1
26 1 1
27 1 1
28 1 1
29 3 1
30 1 1
31 1 1
32 1 1
33 3 1
34 1 2
35 1 1
36 1 1
37 3 1
38 1 1
39 1 1
40 3 2
41 3 1
42 3 1
43 1 1
44 1 1
45 2 1
46 1 2
47 3 1

152
48 1 2
49 1 1
50 1 1
51 1 1
52 3 2
53 1 2
54 1 2
55 1 1
56 3 1
57 1 1
58 1 1
59 1 1
60 3 1
61 1 1
62 2 2
63 1 2
64 3 2
65 3 1
66 1 1
67 1 1
68 1 1
69 1 1
70 1 1
71 3 2
72 1 2
73 1 1
74 1 1
75 3 2
76 1 1
77 1 1
78 3 2
79 1 1
80 1 2
81 1 1
82 1 1
83 1 1
84 3 1
85 1 1
86 1 1
87 2 1
88 1 1
89 1 1
90 1 2
91 3 1

153
92 1 1
93 1 2
94 3 1
95 1 1
96 1 1
97 1 1
98 2 2
99 1 2
100 1 2

ID 8V- ¿Tenés antecedentes 9V- ¿Tenés antecedentes 10- ¿consumir por lo menos
de sobrepeso familiar? de muerte súbita en la 2 litros de agua por día?
familia?
SI/1 NO/2 NO SI/1 NO/2 NO 1LITRO 2 3
SE/3 SE/3 LITROS LITROS
1 3 2 1
2 2 2 3
3 2 2 2
4 1 2 1
5 1 3 3
6 3 2 1
7 1 2 1
8 1 2 2
9 2 2 2
10 2 2 1
11 3 2 3
12 1 2 2
13 2 2 1
14 2 2 1
15 1 2 1
16 1 2 1
17 2 2 1
18 2 2 1
19 3 2 3
20 2 2 1
21 1 2 1
22 3 1 2
23 1 2 1
24 1 2 1
25 2 2 2
26 2 2 2
27 2 2 2
28 2 2 2
29 2 2 1
154
30 3 2 1
31 1 2 3
32 1 1 3
33 1 2 3
34 1 2 1
35 3 2 1
36 2 3 2
37 1 2 1
38 1 2 2
39 2 2 2
40 2 2 2
41 1 3 3
42 1 2 1
43 2 2 1
44 3 2 2
45 1 2 1
46 3 2 1
47 1 3 2
48 1 2 1
49 3 3 1
50 1 3 2 1
51 2 2 1
52 1 3 1
53 3 2 2
54 3 2 1
55 1 2 3
56 1 1 1
57 1 2 1
58 1 2 2
59 2 3 2
60 3 3 1
61 1 2 3
62 3 2 1
63 2 3 1
64 2 2 2
65 1 2 1
66 2 1 2 1
67 3 2 2
68 1 2 1
69 2 2 3
70 2 2 1
71 1 2 1
72 3 2 2
73 1 2 2

155
74 1 3 2
75 1 2 1
76 3 2 1
77 2 2 1
78 3 3 1
79 1 2 3
80 1 2 1
81 2 1 1
82 3 1 1
83 2 2 1
84 1 2 1
85 1 2 2
86 1 2 1
87 3 2 2
88 3 2 1
89 1 2 1
90 1 2 2
91 2 3 1
92 2 2 1
93 1 2 1
94 2 3 1
95 1 2 1
96 2 2 2
97 1 2 2
98 3 2 1
99 1 2 1
100 3 3 1

ID 14V- ¿Con qué frecuencia te pesas? 15V- ¿sabías que según tu


edad, peso y altura podés
saber si estas en un peso
saludable?
SEMANAL/1 MENSUAL/ ANUAL/3 NUNCA/4 SI/1 NO/2
2
1 3 1
2 2 1
3 2 2
4 3 1
5 3 1
6 4 1
7 2 1
156
8 2 1
9 2 2
10 1 2
11 1 1
12 3 1
13 3 1
14 4 1
15 2 1
16 3 1
17 4 2
18 1 1
19 2 1
20 4 1
21 3 1
22 4 1
23 4 2
24 2 1
25 2 1
26 2 1
27 3 1
28 3 1
29 2 1
30 2 1
31 2 1
32 4 1
33 2 1
34 1 2
35 1 2
36 4 1
37 1 1
38 4 1
39 2 1
40 2 1
41 3 2
42 3 1
43 2 1
44 3 1
45 3 1
46 2 1
47 1 1
48 2 1
49 1 1
50 2 1
51 3 2

157
52 2 1
53 4 1
54 3 2
55 2 1
56 1 1
57 4 1
58 3 1
59 3 1
60 2 2
61 4 1
62 1 1
63 3 1
64 4 2
65 2 2
66 4 2
67 4 1
68 3 1
69 3 1
70 1 1
71 4 1
72 4 1
73 2 1
74 2 1
75 2 1
76 3 1
77 2 1
78 3 1
79 1 1
80 4 1
81 2 1
82 2 1
83 4 1
84 3 1
85 3 1
86 3 1
87 4 1
88 2 1
89 3 1
90 4 1
91 3 1
92 2 1
93 2 1
94 1 1
95 3 1

158
96 3 1
97 2 1
98 4 1
99 2 1
100 3 1

1 11V- ¿Cuántas horas pasas 12V- 13V- ¿Qué consecuencias conoces de la


utilizando tecnología? ¿prácticas el mala alimentación?
sedentarismo
?
8HORA 6 4 SI/1 NO/2 ENGORDAR/ MUERTE TAPONAM
S HORA HORA 1 SUBITA/ ARTERIAL/
S S 2 3
1 1 2 1
2 1 2 3
3 1 1 3
4 1 1 1
5 1 1 1
6 1 2 1
7 3 2 3
8 3 2 3
9 3 2 3
10 1 2 3
11 3 2 3
12 3 1 3
13 2 2 3
14 2 2 1
15 3 2 1
16 1 1 3
17 3 2 3
18 3 1 3
19 2 2 3
20 2 2 1
21 2 2 3
22 1 2 3
23 3 2 3
24 3 1 1
25 2 2 3
26 2 2 3
27 1 2 3
28 1 2 3
29 3 1 3
30 2 2 2
31 1 2 2
159
32 3 2 3
33 2 2 1
34 2 2 3
35 3 2 3
36 2 1 3
37 1 2 2
38 2 1 2
39 3 1 3
40 1 1 3
41 3 2 3
42 3 2 3
43 2 2 3
44 1 2 3
45 1 2 3
46 3 1 1
47 3 2 3
48 1 2 3
49 1 1 3
50 1 2 1
51 2 2 3
52 2 1 3
53 3 1 1
54 3 2 3
55 3 1 1
56 2 2 2
57 2 2 2
58 1 2 3
59 1 1 3
60 1 2 3
61 1 2 3
62 2 1 3
63 2 2 3
64 2 1 3
65 3 2 2
66 3 1 3
67 1 2 2
68 3 2 3
69 1 2 3
70 1 2 1
71 3 2 3
72 2 2 3
73 2 1 3
74 1 1 2
75 1 1 3

160
76 2 2 2
77 2 2 1
78 3 2 3
79 1 2 2
80 1 2 3
81 1 1 2
82 2 1 3
83 1 1 2
84 3 2 3
85 2 2 3
86 2 2 1
87 2 1 1
88 1 2 2
89 3 2 2
90 3 1 3
91 3 2 3
92 3 2 3
93 1 2 3
94 3 1 3
95 3 1 2
96 3 1 2
97 1 1 2
98 3 1 3
99 1 1 2
10 1 1 2
0

161
PROCEDIMIENTOS DE EJECUCION DE LA INVESTIGACION

MATRIZ DE DATOS: (BASE DE DATOS)

En base a codificación numérica de las respuestas obtenidas en nuestra


Encuesta. La matriz de datos es una forma de ordenar los datos de manera
que sea visible su estructura y es de suma importancia en toda investigación
porque es la manera ordenada y estructurada de interpelar la realidad con la
teoría para hacerla entendible.

DISEÑO METODOLOGICO

Teniendo en cuenta la magnitud del problema que engloba a la obesidad y


mortalidad a su causa, incluyendo su incidencia en la población pediátrica
en argentina. El Alcance de la presente Investigación es Descriptivo porque
buscamos analizar las características de un fenómeno y especificar sus
propiedades describiendo las tendencias de los grupos sociales analizados en
base a la problemática: “obesidad y mortalidad infantil” en nuestro país.

La Estrategia definida y establecida para este trabajo se diseño en base de la


obtencion de informacion actual y presisa que responda al planteamiento de la
pregunta problema que hemos planteado en la hipotesis. Esperamos de esta
manera poder analizar las diferentes variables que influyen en el padecimiento
de esta enfermedad y todos los aspectos sociales que engloba. Lo que
esperamos es ampliar el conocimiento de la situación de la llamada
162
epidemia en el territorio nacional y poder fomentar las herramientas
terapéuticas para el tratamiento de la obesidad en la población infantil.

Además, buscamos contribuir a establecer una idea general de la


alimentación del niño obeso, ampliando el entendimiento de sus derechos y
brindar recomendaciones para promover políticas escolares que prevengan la
obesidad infantil en la argentina. Los medios de comunicación pueden ser
causa de expresión y de participación en una sociedad, pero la información
es escasa y desarticulada en cuanto a la buena alimentación. La publicidad
televisiva influye sobre la elección de alimentos, los pedidos de compra y los
patrones de consumo en los niños. Por lo antes expuesto nuestro tipo estudio
elegido para base de investigación es el correlacional

El tipo de investigacion que encaramos es el no experimentales yaque las


variables analizadas ( no se alteron ni se crearon situacion, como fuente de
observacion y analisis. Este trabajo solo se desarrollo en base a la
observacion de situaciones ya existentes, o sea que las variables fueron
independientes en su totalidad. Los resultados estudiadosya sucedieron igual
que sus efectos al momento de este trabajo)

SELECCIÓN DE LA MUESTRA PARA LA INVESTIGACION

Poblacion o Universo: conjunto de personas, eventos o situaciones que


albergan una situacion dada. en nuestro caso familias con niños con
obesidad de la Republica Argentina. En nuestro caso familias de niños con
problemas de obesidad y sus consecuencias en el estado de su salud en
primer lugar.

Muestra: subgrupo de la poblacion que se escogen de manera representativa


(implica que los resultados de la investigacionse puede generalizar a la
poblacion) para recolectar datos de la investigacion y de esta manera
responder a la pregunta problema- en nuestro caso los 100 encuestados en

163
forma virtual por medio de un formulario de google forms. (implica que los
resultados de la investigacionse puede generalizar a la poblacion)para
recolectar datos de la investigacion y de esta manera responder a la pregunta
problema- en nuestro caso los 100 encuestados

En una investigación, el plan de tabulación “consiste en determinar qué


resultados de las variables se presentarán y que relaciones entre las variables
del estudio necesitan ser analizados, con la finalidad de dar respuesta al
problema, objetivos y las hipótesis del estudio”. permiten la presentación de la
información en forma clara y sistemática.

1. detallar las variables identificadas y que serán objeto de estudio, según


la definición de variables y los instrumentos elaborados.
2. determinar las variables que ameritan ser analizadas individualmente o
presentadas en cuadros simples de una variable, según los objetivos y las
hipótesis.
3. determinar las variables que deben cruzarse, según los objetivos y las
hipótesis.
4. esquematizar, en los casos que lo ameriten, el cuadro para determinar la
posibilidad de clasificación o categorías de análisis
5. hacer el listado de los cuadros que deberán presentarse

El Área de Estudio de esta investigación abarca el universo que comprende la


utilización de internet como herramienta de llegada a las redes sociales y
desde estas plataformas tan utilizadas en la actualidad lograr la llegada a los
100 individuos que respondieron la encuesta propuesta y que en este trabajo
figura en la parte de anexos junto al análisis de variables acompañados con
tablas de frecuencia, gráficos y clasificación de las mismas.

Unidad de Análisis: Cada una de las personas que respondieron la encuesta


virtualmente

164
Cual es la Hipotesis. La insidencia de la obesidad en el numero creciente de
mortalidad infantil en la republica Argentina

Variables Estudiadas: Sedentarismo, Habitos Alimentarios, Nivel Cultural,


Social Y Economico. Otra variables que surgen a lo largo del analisis de los
datos recolectados son Factores Hereditarios y Geneticos, Desnutricion,
Precariedad Laboral, Pobreza,Falta de Politicas Sanitarias entre otros.

Eleccion del Diseño de la Investigacion Nuestra Estrategia para obtener


informacion, que nos de herramientas para resolver los problemas planteados
por esta investigacion, se basan en la recoleccion, lectura y analisis de trabajos
investigativos previos sobre obesidad infantil en otras regiones y la
comparacion con los resultados obtenidos en la encuesta virtual realizada para
tal fin por este grupo investigador.

El tipos de investigacion es no experimental porque la nuestra ( no se altera ni


se crea una situacion, solo se observan las situaciones ya existentes, o sea
que las variables independientes no son controlables,porque ya sucedieron
igual que sus efectos)

CRITERIOS DE INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN EN LA MUESTRA

➢ criterio de inclusión: ➢ criterios de exclusión:


Familias que sufren esta menores de 18 años
problemática
solteros sin hijos.
Personal de salud abocado a esta
área

METODO DE RECOLECCION DE DATOS

Nuestro Muestreo de datos es producto de un arduo trabajo que se realizó en


varias etapas con el objetivo de analizar y estudiar una Serie de 15 preguntas
165
dirigidas a adultos a cargo o del círculo familiar de pequeños con diferentes
grados de obesidad. Además de la comparación con los datos obtenidos de
estudios similares en nuestro país y en el extranjero. Esto permitió desarrollar
más adelante diferentes estrategias que ayudaran a mejorar los medios de vida
de los pequeños de nuestra región porque se encaró nuestro trabajo en base a
los problemas inmediatos de niños de nuestro país, inmersos en diferentes
contextos sociales, económicos y culturales, pero con la misma dificultad
sanitaria.

La encuesta fue confeccionada en una planilla de Google Forms compartida


como link en grupos de trabajo, escolares y vecinales. Incluyó consultas de
opción múltiples, con preguntas abiertas (como información demográfica, salud,
conocimiento, opiniones, creencias, actitudes o habilidades). con “cuestionarios
cualitativos” - entrevistas estructuradas y abiertas en las que los participantes
pudieron brindar una visión más profunda de su situación y experiencia con
relación a esta preocupante temática. Esta nueva alternativas de recopilación
de datos remotos, se logró recopilar información sin tener que entrevistar a
cada persona individualmente.

Por lo expuesto anteriormente este grupo investigador utilizo herramientas para


encarar unan investigación cualitativa que nos permitió obtener una visión clara
y precisa de cuáles son los recursos y conocimientos todo lo necesario para
optimizar y sostener una nueva manera de alimentación y hábitos alimentarios
saludables para desterrar a futuro, y a mejorar considerablemente la calidad de
vida de los niños y jóvenes con obesidad.

166
CONCLUSIÓN DE LA HIPÓTESIS DEL MARCO TEORICO

Este trabajo comenzó a desarrollarse en torno al siguiente planteo: ¿Por qué se


genera el impacto de los medios de comunicación audiovisual en la obesidad y
mortalidad infantil?, y desde allí en base a toda la información recolectada
(bibliografía publicada en distintos países de Europa y América; estudios
realizados en nuestro país y una encuesta virtual con una muestra de 100
participantes) se llega a conocer y desarrollar las aristas de esta nueva
problemática mundial.

Este abordaje de esta investigación visibiliza al sobrepeso y la obesidad infantil,


al mismo tiempo resulta de agregado valor indagar los contextos vinculares
inmediatos que constituyen el universo de identificación y socialización
creadores de hábito para nada saludables. Además de favorecer al análisis
multicausal del problema, puede resultar enriquecedor en la programación y
planificación de futuras intervenciones en salud pública.

En la actualidad el lugar que hasta hace unos años ocuparon los grandes
medios de comunicación lo ocupan internet y las redes sociales. Con una forma
de comunicación y vinculación diferente, innovadora y poco predecible. De este
modo, se abre la posibilidad a una propuesta que plantee el desarrollo de
167
actividades analizando el contexto social existente, reforzando los lazos de
cooperación y transformando el mensaje desde una "responsabilidad
individual" a un proyecto de cuidado colectivo. Por ejemplo, el uso de
dispositivos informáticos, como computadoras y teléfonos celulares
inteligentes, se ha ido generalizando y extendiendo en la población.

En vez de encarar estrategias (hasta ahora, infructíferas) que busquen reducir


su utilización, las nuevas tecnologías pueden, paradójicamente, ser
consideradas en el desarrollo de intervenciones. La lógica social de red de
lazos que crearon muchas aplicaciones y medios electrónicos, puede ser
aprovechada para orientar el compromiso en torno a lo grupal y comunitario.
Esto puede servir tanto para organizar actividades cooperativas como para
socializar cambios, monitorear su progreso, compartir información o
simplemente motivar.

Así como las redes pueden favorecer el surgimiento de conductas de riesgo,


pueden ser igualmente valoradas para la transmisión y dispersión de mensajes
y acciones beneficiosas a mediano y largo plazo. sobre este problema
podemos concluir que la problemática de la obesidad “se trata de una
enfermedad crónica que, si se presenta desde la niñez, puede tener graves
consecuencias en la vida adulta”.

Existe el mito en torno a esta problemática de salud es que un niño obeso no


puede estar desnutrido. pero en Argentina, coexisten diferentes tipos de
problemas nutricionales. “La malnutrición, entendida como la ingesta
insuficiente o excesiva de macronutrientes en forma de calorías y de
micronutrientes, como vitaminas y minerales, se puede presentar de diversas
formas. Una de ellas se presenta en lo que se conoce como el ‘paradigma del
tercer mundo’, en donde la malnutrición no se manifiesta por delgadez extrema,
sino que, por el contrario, puede aparecer con sobrepeso y obesidad”,
puntualmente.

“La obesidad infantil genera un impacto en el desarrollo del infante y daños a


largo plazo. Se la asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte
168
prematura y discapacidad en la adultez y, además, aumenta el riesgo de sufrir
hipertensión arterial, diabetes tipo 2 y enfermedad hepática, así como otras
problemáticas como, por ejemplo, síndromes de hipoventilación y apnea
obstructiva del sueño” entre otros.

Más allá de los impactos concretos en la salud, trabajar la problemática de la


obesidad desde un enfoque multicausal es fundamental, porque en ella
intervienen factores sociales, económicos, culturales, genéticos, étnicos y
medioambientales. tenemos también la necesidad de dejar de pensar la
obesidad como un problema exclusivamente de sectores con muchos recursos
económicos.

Por ejemplo, a nivel cultural, se configuró lo que se conoce como “ambiente


obesogénico”. “Se trata del conjunto de factores externos que nos rodean y que
pueden conducir al sobrepeso u obesidad. Un ambiente obesogénico puede
ser aquel que estimule prácticas como el sedentarismo u otras actividades que
favorezcan su desarrollo. Diferentes procesos de reconfiguración del tramado
social, a lo largo de la historia de la evolución, contribuyeron a la conformación
de este concepto en el que influyen la esfera familiar, comunitaria y
gubernamental”.

169
BIBLIOGRAFIA

Obesidad Infantil. - Recomendaciones del Comité de Nutrición de la Asociación


Española de Pediatría. - Dra. L. Suárez Cortina. - enero de 2007, Madrid.
España.
https://www.perfil.com/noticias/sociedad/argentina-es-el-pais-de-america-latina-
con-la-tasa-mas-alta-de-obesidad-infantil.phtml
https://elpais.com/salud-y-bienestar/2022-08-15/lo-que-esconde-la-obesidad-
infantil-enfermedades-de-adultos-en-ninos-cada-vez-mas-pequenos.html

170
ANEXOS

171
172
173
174
OBESIDAD INFANTIL
Crece la obesidad infantil y juvenil en Latinoamérica

Unicef advierte que uno de cada tres niños y adolescentes latinoamericanos


tienen sobrepeso y pide a sus países prevenir esta tendencia al alza desde los
primeros años de vida. Argentina tiene las peores cifras, pero ninguno baja del
20% de prevalencia

175
INDICE

JUSTIFICACIÓN.............................................................................................................................2
EL PROBLEMA: ………………………………………...................................................................................3
PLANTEAMIENTO DELPROBLEMA................................................................................................3

DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA…………………………………................................................................3

OBJETIVO GENERAL………………………………………………………………………..……………………………………….4

OBJETIVOS ESPECIFICOS…………………………………………………………………….……………………………………4

MARCO TEORICO..........................................................................................................................4

¿QUE SON EL SOBREPESO Y LA OBESIDAD?.................................................................................5

¿PORQUE SON IMPORTANTES ESTOS TEMAS?.............................................................................7

La doble carga: un riesgo grave………............................................................................................8


¿CUÁLES SON LAS CAUSAS?.........................................................................................................9

Causas sociales: obesidad Infantil…………………………....................................................................9

Problemas vinculados con una mayor accesibilidad a determinados alimentos:……………........12


Problemas vinculados con el estilo de vida …………………………………………………………………………..13

Problemas vinculados con cambios en el patrón alimentario…………………………………………….....13

Morbilidad psicológica……………………………………………………………….............................................14

Morbilidad Médica …………………………………………………………………………………………………….…………15

¿Cuáles son las recomendaciones para luchar contra la obesidad infantil?..............................17

PARA PREVENIR LA OBESIDAD INFANTIL LAS PERSONAS PUEDEN:…………………………………….…..17


Promover la lactancia materna……………………………………………………………………………………………...20

El valor de la intervención temprana..........................................................................................21


Arrastre de obesidad de la infancia a la adultez …………………………………………………………………….21

La situación en el mundo………………………………………………………………………………………………………..22

LA SITUACIÓN EN LA ARGENTINA…………………………………………………………………………………………..22

Alcance y metodología de la ENNyS……………………………………………………………………………………….25

Patrones Alimentarios en la Población Argentina…………………………………………………………..……….27

Entornos Escolares……………………………………………………………………………………………………………….28

LA VIDA SEDENTARIA…………………………………………………………………………………………………………….30
176
IMPACTO SOBRE LA SALUD……………………………………………………………………………………………………31

EFECTOS DE LA PRÁCTICA REGULAR DE ACTIVIDAD FÍSICA EN NIÑOS/AS……………………………….33

PUBLICIDAD DE ALIMENTOS……………………………………………………………………………………………………34

VULNERABILIDAD DE LOS NIÑOS……………………………………………………………………………………………36

“Técnicas de Persuasión”………………………………………………………………………………………………………..36

Principales resultados…………………..………………………………………………………………………………………..38

EL EFECTO DE LA PUBLICIDAD………………………………………………………………………………………………..40

La necesidad de una política impositiva activa……………………………………………………………………….41

Alimentos ultraprocesados y pantallas………………………………………………………………………………….43

Funciones corporales básicas………………………………………………………………………………………………..43

Síntomas……………………………………………………………………………………………………………………………….45

Diagnóstico…………………………………………………………………………………………………………………………..46

¿Cómo pueden reducirse el sobrepeso y la obesidad?...........................................................48

Etiología………………………………………………………………………………………………………………………………..50

Nutrición en Pediatría, bases para la práctica clínica en niños sanos y enfermos……………………54

OBESIDAD INFANTIL: PREVALENCIA………………………………………………………………………………………56

OBESIDAD INFANTIL Y POLÍTICAS PÚBLICAS…………………………………………………………………………..61

Fisiopatología………………………………………………………………………………………………………………………..68

Factores de riesgo para Sobrepeso y Obesidad………………………………………………………………………76

Los modelos tradicionales de intervención……………………………………………………………………………88

Consideraciones finales………………………………………………………………………………………………………….93

Encuesta virtual………………………………………………………………………………………………………………....107

Tabulación y gráficos………………………………………………………………………………………………………….110

Análisis de variables……………………………………………………………………………………………………………140

Plan de tabulación……………………………………………………………………………………………………………..147

Procedimientos y proceso de la investigación………………………………………………………………………160

Bibliografía……………………………………………………………………………………………………………………………167

Anexos………………………………………………………………………………………………………………………………..168

INDICE…………………………………………………………………………………………………………………………………..173

177

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