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BLOQUE 1: LA PENÍNSULA IBÉRICA DESDE LOS PRIMEROS HUMANOS HASTA LA DESAPARICIÓN DE LA MONARQUÍA VISIGODA

1. LA PREHISTORIA EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

En el Paleolítico y Mesolítico, las poblaciones de cazadores-pescadores-recolectores se asentaron


fundamentalmente en las riberas de los ríos y en zonas costeras, tanto en cuevas como al aire libre. Los restos
humanos más antiguos de la península (de 800.000 años) se han encontrado en Atapuerca (Burgos). Junto a
estos restos se ha encontrado una variada industria de piedra y hueso (hachas, puntas de flecha, arpones, etc.),
con una creciente especialización. No obstante las manifestaciones más notables son las pinturas rupestres.

El Neolítico, y con él la agricultura, la ganadería, la cerámica y las primeras aldeas estables, llegó a la
península a través del Mediterráneo hacia el 5000 a.C., extendiéndose primero por el levante y el sur.

Durante la Edad de los Metales (III milenio y II milenio a.C.) la riqueza minera del sur y este peninsular
(cobre, oro, plata) unido a su situación estratégica como acceso al estaño (Galicia, islas Británicas)
convirtieron a la península en un foco de atracción para los pueblos más desarrollados del Mediterráneo
oriental. Intercambiaron metales por cerámica, tejidos, adornos, etc. Estos colonizadores orientales
promovieron la aparición de varias culturas, como son:

• Cultura megalítica: formada por construcciones de grandes piedras (menhires, dólmenes). Destacan
los restos localizados en Extremadura y Andalucía. Pertenece a la Edad del Cobre.
• Cultura de El Argar (Almería), perteneciente a la Edad del Bronce.
• Cultura Talaiótica de las islas Baleares: caracterizada por poblados amurallados con construcciones
como la taula, el talayot y la naveta.

2. LOS PRIMEROS TIEMPOS


HISTÓRICOS: LA ESPAÑA
PRERROMANA

Los primeros colonizadores históricos


continuaron la actividad comercial de
la época de los metales. Las principales
aportaciones de estos pueblos fueron: la
vid y el olivo, la moneda, la escritura,
el torno del alfarero y diversas técnicas
mineras y metalúrgicas.

• Fenicios (procedentes del


actual Líbano) fundaron varias
colonias en la costa meridional:
Gadir (hacia 1100 a.C.),
Malaca, Sexi, Abdera.
• Griegos: fundaron colonias en
la costa oriental: Mainaké,
Emporion y Rhode. Dieron el nombre de Iberia a la península.
• La rivalidad comercial entre fenicios y griegos obligó a los primeros a pedir el auxilio de los
Cartagineses, también conocidos como púnicos (procedentes de la colonia fenicia de Cartago, en el
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BLOQUE 1: LA PENÍNSULA IBÉRICA DESDE LOS PRIMEROS HUMANOS HASTA LA DESAPARICIÓN DE LA MONARQUÍA VISIGODA

norte de África). Fundaron varias colonias: Cartago Nova (Cartagena) y Ebyssos (en Ibiza). Su
enfrentamiento con los romanos (aliados de los griegos) por el dominio del Mediterráneo occidental
les llevó a ocupar gran parte de la península para aprovisionarse de mercenarios indígenas, plata y
bases estratégicas.

A través de los Pirineos irrumpieron los celtas, un pueblo centroeuropeo que introdujeron el hierro y
el rito de la incineración. Por su parte, los pueblos indígenas, sucesores de las culturas prehistóricas, se
vieron influidos por estos colonizadores.

• Los iberos (en el sur y el este peninsular) se vieron influidos por los colonizadores orientales,
alcanzando un mayor nivel de desarrollo. Formaban ciudades-estado gobernadas por reyezuelos. No
obstante en el sur llegó a formarse un poderoso reino, Tartessos, que alcanzó su máximo esplendor
hacia el siglo VI a.C. Con posterioridad cayeron bajo dominio cartaginés.
• Los pueblos del centro y del oeste (celtíberos, lusitanos...) y los del norte (astures, cántabros...) se
vieron influidos por los celtas, alcanzando un menor desarrollo. La pobreza de las tierras y su mala
redistribución empujaron a muchos al bandolerismo y a emplearse como mercenarios.

3. LA HISPANIA ROMANA

En el 218 a.C. llegó a la península el


primer ejército romano con el objetivo de
combatir a los cartagineses (II Guerra Púnica).
Este hecho marcó el inicio de la conquista de
España (Hispania) por Roma que se prolongó
durante casi dos siglos. Fue un periodo marcado
por las guerras contra los pueblos del interior y
del norte. El emperador Octavio Augusto (19 a.
C) logró pacificar todo el territorio que dividió
en tres provincias: Bética, Lusitania y
Tarraconense. En el siglo III d.C se añadieron
tres provincias más: Gallaecia, Cartaginense y
Balearica.

La romanización de las provincias peninsulares supuso la adaptación a la cultura romana: religión,


derecho, lengua, edificios civiles (teatros, anfiteatros), obras de ingeniería (calzadas, puentes, acueductos),
especialmente intensa en el Levante y en la Bética. De las lenguas anteriores sobrevivió exclusivamente el
vascuence. La romanización se vio favorecida por el gran desarrollo económico (agricultura, minería,
comercio) y urbano (muchas ciudades españolas tienen su origen en esta época). La península se convirtió en
una colonia de explotación de materias primas (minerales, aceite, trigo, vino) para abastecer a la metrópoli
(Roma).

A partir del siglo III d.C. se produce una crisis política, económica y cultural. De forma paralela el
cristianismo se extiende en las ciudades hispanas. Se trata de una religión monoteísta que hace hincapié en el
sacrificio personal y el amor al prójimo, y con un mensaje de salvación y esperanza al creer en una vida eterna
tras la muerte. Desde entonces tendrá un gran desarrollo e importancia en la posterior historia de nuestro país,
a nivel económico, político y de las mentalidades y costumbres.
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4. LAS INVASIONES GERMÁNICAS Y LA MONARQUÍA VISIGODA

A partir del siglo III el imperio romano


entra en decadencia. En el 409 Hispania, al
igual que otros territorios del imperio, fue
invadida por distintos pueblos germánicos:
suevos (noroeste), alanos (centro), vándalos
(sur) y visigodos, que crearon el primer reino
que abarcó toda la península: el Reino de
Toledo (siglos VI- VII) cuyas principales
características fueron:

• La sociedad se ruralizó: escaso


desarrollo del comercio y la artesanía,
decadencia de las ciudades. En el
campo hay un predominio de las
grandes propiedades, en manos de la
nobleza visigoda, la aristocracia
hispanorromana y la Iglesia.
• La Iglesia fue la única institución que
permaneció del antiguo imperio. Intervino
en la sucesión de los reyes y en la política en general (leyes). Los obispos se reunían periódicamente
en los Concilios de Toledo.

¿Cuáles fueron los factores que explican la inestabilidad política del Reino de Toledo?

• La minoría visigoda (unas 100.000 personas) gobernó sobre la mayoría de la población


hispanorromana (de 5 a 6 millones). No obstante, los matrimonios mixtos, la conversión de los
visigodos al catolicismo (bajo el rey Recaredo) y la unificación de las leyes favorecieron la integración
de ambas comunidades.
• La sucesión a la corona (monarquía electiva) propició la rivalidad de la clase alta. La división en
bandos y los enfrentamientos favorecieron la invasión de 711.
VÍDEOS RELACIONADOS:

• Memoria de España: En el inicio de los tiempos


http://www.rtve.es/alacarta/videos/memoria-de-espana/memoria-espana-inicio-tiempos/3193881/
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