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Comunicación verbal y actividad conjunta en el aula de apoyo.

Comunicación verbal y actividad conjunta


en el aula de apoyo. Un análisis
comparativo entre profesores
expertos y principiantes
por Gema GARCÍA y Manuel MONTANERO
Universidad de Extremadura

1. Introducción tal en los mecanismos de influencia edu-


En los últimos años ha cobrado un cativa que ejercen los profesores para con-
creciente interés el estudio de la vida de seguir este traspaso progresivo de control
las aulas, con objeto de observar y docu- en la actividad conjunta. Se trata de un
mentar las interacciones que se produ- proceso de negociación intersubjetiva y
cen entre los profesores y los alumnos. asimétrica (Wertsch, 1998). Cuando el
El presupuesto esencial es la concepción profesor y el alumno se enfrentan a una
de la enseñanza y el aprendizaje como tarea académica, ambos parten con una

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procesos interactivos, que se pueden es- representación intrasubjetiva de los ob-
tudiar en términos de reciprocidad, más jetivos, las estrategias o los conocimien-
que como relaciones de causalidad tos necesarios para su resolución.
direccional de profesores a estudiantes Inicialmente es necesario que el profesor
(Shulman, 1990). Desde esta perspecti- renuncie temporalmente a su propia de-
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va, interesa sobre todo estudiar «in situ» finición interna, con el fin de compartir y
los procesos de mediación y ayuda edu- guiar el proceso de aprendizaje. La
cativa que ocurren en las actividades de interacción verbal desempeña una fun-
enseñanza-aprendizaje. De hecho, es la ción muy importante en la articulación
actividad conjunta, la interacción social, de la actividad conjunta, así como en la
el núcleo esencial del aprendizaje y el redefinición de las representaciones in-
desarrollo; ya que el aprendizaje se pro- ternas de los alumnos y en el progresivo
duce primero en una relación interperso- traspaso del control en la ejecución de
nal, que posibilita la posterior autorregu- las tareas.
lación interna (Vygotsky, 1978).
En la mayoría de las actividades de
El lenguaje y los intercambios aula el profesor interactúa con un grupo
comunicativos tienen un papel fundamen- grande de alumnos, lo que hace particu-
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larmente complejo estudiar todos estos bal están también fuertemente condicio-
procesos de interacción y comunicación. nados por las características de los pro-
Algunas investigaciones han conseguido fesores, los alumnos y el tipo de tareas
delimitar diferentes episodios o segmen- académicas (véase, Sánchez, Rosales y
to de interactividad, caracterizado por ro- Cañedo, 1996; Sánchez, Rosales y Suárez,
les y patrones de acción típicos de 1999; Del Río, Sánchez y García, 2000).
profesores y alumnos en torno a una ta- En estos trabajos, se han documentado
rea académica. Los profesores de diver- diversas categorías lingüísticas relacio-
sas áreas y niveles educativos ma- nadas con el comportamiento discursivos
nifiestan comportamientos verbales simi- de los profesores en actividades en gran
lares cuando gestionan o contextualizan grupo, en el aula ordinaria. Cabe supo-
las tareas, cuando desarrollan nueva in- ner que la interacción en situaciones de
formación y cuando supervisan cómo el apoyo educativo mostrarán también cier-
alumno ha comprendido los conceptos y tas diferencias con la comunicación ver-
procedimientos desarrollados (Sánchez, bal profesor-alumno. Por un lado, la
1999). Se trata, en definitiva, de tres creación de marcos de significados com-
episodios que se suceden recurrentemente partidos y los procesos de traspaso de con-
durante el flujo de la actividad de ense- trol requieren una acción más intensa,
ñanza-aprendizaje y en la que la partici- planificada y explícita, cuando se trata
pación del alumno puede resultar más o de alumnos con problemas de aprendiza-
menos explícita y activa, en función del je. Por otro lado, la configuración del tra-
grado de control que asuma el profesor. bajo en el aula de apoyo, con grupos
En los segmentos expositivos las accio- reducidos y adaptaciones significativas
nes del profesor suelen ser más prolon- del currículo (centradas en el aprendiza-
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gadas y directivas, a través de acciones je instrumental de contenidos procedi-


fundamentalmente verbales como la ex- mentales, con tareas más prácticas y una
plicación de información nueva o la estrecha supervisión del profesor) hace
ejemplificación. De los alumnos se espe- presuponer que el tipo de interacción pro-
ra que transcriban con sus propias pala- fesor-alumno pueda adoptar ciertas ca-
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bras esa información y que hagan racterísticas propias que no han sido
preguntas de aquello que no entiendan (ac- estudiadas tan extensamente.
ciones que no siempre se producen). En
cambio, en los episodios de supervisión o En este marco, el objetivo de esta in-
aplicación de aprendizajes anteriores la vestigación se centró en tratar de descri-
contribución del alumno a la ejecución bir los tipos de interacción verbal
de la tarea y a los significados que se profesor-alumno que se producen en ta-
hacen públicos suele ser más explícita. reas de apoyo, fuera del aula ordinaria.
El control de la participación se ejerce, Se trataba de analizar cómo dichos in-
en gran parte, a través de preguntas o tercambios contribuyen a gestionar la ac-
instrucciones más o menos directivas. tividad conjunta con el alumno, a
compartir y apoyar la información rele-
Todos estos modos de interacción ver- vante, así como a potenciar su compren-

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sión y participación. Además, pretendía- 4 profesoras, se diseñaron diversas ta-


mos analizar las posibles diferencias en reas de enseñanza-aprendizaje, represen-
función de la experiencia de los profeso- tativas de cada una de las áreas curri-
res y el área de aprendizaje. De este últi- culares para las que se había previsto el
mo tipo de resultados no pretendíamos apoyo: Lengua, Matemáticas y Conoci-
concluir un modelo de racionalidad del miento del Medio. Los materiales o ejer-
que puedan derivarse aplicaciones para cicios que servían de base para cada
enseñar directamente a los principiantes actividad se extrajeron o adaptaron de
las estrategias que emplean otros profe- varios libros de texto correspondientes al
sores con diferente bagaje de conocimien- nivel de competencia curricular de los
to y experiencia; pero quizá puedan alumnos en dichas áreas. Para la clase
aportar una información de interés para de Lengua se escogió una tarea de com-
ayudar a los profesores a revisar su pro- prensión lectora que requería ordenar los
pia práctica en actividades de apoyo, ante fragmentos de un texto relativamente
problemas de aprendizaje. sencillo. Para Matemáticas se diseñaron
2 problemas de cálculo, enunciados ver-
2. Método balmente, que requerían la combinación
2.1. Participantes de operaciones de suma, resta y multi-
En el estudio participaron 4 maestras plicación. Para el área de Conocimiento
del Medio se diseñó una tarea de apren-
de Educación Especial, seleccionadas
intencionalmente en función de su expe- dizaje de conceptos relacionados con el
paisaje y los animales, mediante ejerci-
riencia profesional, que ejercían funcio-
cios de clasificación. En total se diseña-
nes de apoyo educativo en 2 centros de
ron dos actividades de cada área,

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Educación Secundaria. Dos de ellas, eran
equivalentes en contenido y dificultad.
maestras principiantes en su último cur-
so de carrera e iniciaban sus prácticas
en cada uno de los centros. Las otras dos, 2.3. Procedimiento de recogida de
con tres años de experiencia, estaban en- datos revista española de pedagogía

cargadas de tutorizar sus prácticas con El estudio de campo se basó en la gra-


un grupo de 3 y 4 alumnos respectiva- bación y transcripción de 3 sesiones de
mente. Los alumnos, de 13 años de edad, apoyo de cada una de las maestras (una
estaban escolarizados en el primer curso sesión con cada área de aprendizaje). Las
de la E.S.O., aunque recibían apoyo fue- sesiones duraron 30 minutos. Se fijaron
ra del aula ordinaria tres veces por se- en días alternos, después del recreo de
mana. Presentaban un CI entre 75 y 83 media mañana, de acuerdo con el hora-
y un desfase curricular de unos 2 años rio que cada centro tenía estipulado.
en las áreas instrumentales.
Con objeto de comparar la actuación
2.2. Materiales de los profesores en función de su expe-
Con objeto de facilitar un análisis com- riencia, se asignó cada grupo de alumnos
parativo entre las clases de apoyo de las a una profesora experimentada y otra

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principiante. Las maestras recibieron el se analizaron de nuevo las transcripcio-


material correspondiente a cada activi- nes con el sistema de categorías resul-
dad de enseñanza, así como unas breves tantes y se calculó la fiabilidad que
orientaciones sobre los objetivos de apren- ofrecía. Las nuevas categorías se obtu-
dizaje que se perseguían, el día antes de vieron pues, inductivamente, mediante
la sesión. Se «balanceó» el contenido es- una estrategia de comparación permanen-
pecífico de los materiales y el orden en te que conllevó una modificación signifi-
que cada profesora los trabajó con su gru- cativa del sistema de categorías inicial.
po. Además, las profesoras principiantes
tuvieron dos sesiones previas de conoci- Así pues, consideramos dos criterios
miento y trabajo académico con los alum- de análisis de la interacción verbal, so-
nos (al margen de la investigación), de bre los que pretendíamos construir el sis-
modo que se redujera la desventaja como tema de categorías: la función de
consecuencia del escaso conocimiento de mediación del aprendizaje que se podía
los alumnos. interpretar en cada intercambio y el gra-
do de participación que aparentemente
2.4. Procedimiento de análisis se otorgaba a los alumnos.
Una vez grabadas y transcritas las 12
sesiones, el análisis cualitativo y cuanti- a) En cuanto al primer criterio de
tativo se fundamentó en un proceso de análisis, las funciones de mediación que
categorización de los intercambios ver- ejercen las interacciones verbales en la
bales profesora-alumno. En este sentido, actividad de enseñanza-aprendizaje, par-
algunos trabajos recientes se han basado timos de 4 categorías generales, documen-
en la aplicación de sistemas de catego- tadas en estudios anteriores:
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rías previamente determinadas, teórica


o empíricamente, mientras que otros han • La función de gestión y con-
adoptado una perspectiva radicalmente textualización de la participación
inductiva. Nuestro análisis se abordó, de los alumnos en la actividad;
más bien, desde un enfoque deductivo- • La elaboración y estructuración de
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inductivo, basado en hipótesis. información nueva, relacionada


con los contenidos de aprendizaje
Partimos de categorías utilizadas en o la resolución de la tarea;
investigaciones recientes para describir • La evaluación de la comprensión;
las funciones de mediación y el grado de • La reelaboración de los contenidos
participación de los alumnos en los con- que se hacían públicos (ya fueran
tenidos que se hacen públicos (Sánchez y previamente expresados por el pro-
cols., 1999; Del Río y cols., 2000). Dichas fesor o por los propios alumnos).
categorías fueron reformulándose y
ampliándose, a medida que se detecta- El proceso de revisión de este sistema
ban interacciones verbales que no podían de análisis durante la primera fase, deri-
categorizarse con suficiente precisión. vó progresivamente en la inducción de
Una vez finalizado el proceso de revisión, una serie de subcategorías en las que po-

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dían clasificarse las anteriores acciones da categoría (mediante indicacio-


de mediación, en función de su foco o con- nes muy explícitas, preguntas ce-
tenido específico; de modo que se ofrecie- rradas, frases inacabadas…)
ra una descripción más precisa de las • Media (M): el profesor orienta, con
interacciones profesor-alumno en el con- un mayor margen de libertad, la
texto particular del aula de apoyo. aportación del alumno (demandan-
do o guiando su participación me-
b) La aplicación de estas categorías, diante indicaciones o preguntas
sin embargo, no podía dar cuenta de cier- abiertas).
tas diferencias importantes que se podían • Alta (A): el alumno es el principal
establecer dentro de una misma catego- responsable de la acción y el con-
ría. Así, por ejemplo, la elaboración de tenido que se hace público (reali-
información nueva puede ser expuesta zando autónomamente la acción
por el profesor (mientras los alumnos to- correspondiente a la categoría,
man nota) o por el propio alumno, ante aportando por propia iniciativa in-
una pregunta del profesor. En este senti- formación nueva al contenido que
do, cada categoría de mediación fue so- se elabora, solicitando ayuda…) [1].
metida a una interpretación del grado de
participación que se concedía al alumno, 3. Resultados
conforme a la siguiente escala: La transcripción de las 12 clases (6
horas de grabación) dio lugar a un total
• Muy baja o baja (B): el profesor de 1279 intercambios verbales. Las maes-
expone información, realiza o co- tras con más experiencia registraron mu-
labora directamente en la acción

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chas más interacciones, sobre todo en las
correspondiente a una determina- sesiones de Lengua (tabla 1).
TABLA 1. Número de interacciones verbales delimitadas en cada una de las clases de apoyo

Interacciones verbales
Experta 1 Experta 2 PrincipiantePrincipiante
1 2TOTAL
Conocimiento del Medio
127 170 107 124 528
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Lengua 108 107 58 16 289


Matem ticas 199 111 114 38 462
TOTAL 434 388 279 178 1279

En los apartados siguientes se descri- de una función de mediación, la cantidad


ben las 22 categorías específicas de final de categorizaciones fue superior al
interacción, obtenidas durante el proceso de interacciones verbales (2353). Las va-
de análisis que describíamos anterior- loraciones de dos jueces sobre una de las
mente. Debido a que muchas de estas ex- transcripciones arrojó un índice de con-
presiones podían segmentarse, a su vez, cordancia del 86%.
en oraciones categorizables de diferente
modo, y que en algunas interacciones po- Cada una de las interacciones corres-
dían identificarse simultáneamente más pondientes a estas categorías específicas

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se clasificó, a su vez, en función del gra- Al3: Por qué, si no me voy a fijar.
do de participación que se concedió a los
alumnos. En este caso, el índice de fiabi- Pr.: Ponte aquí «por si las moscas».
lidad interjueces obtenido sobre la mis- (Principiante 2. CM-74)
ma muestra de transcripciones fue de un
89%. Hay que reseñar, además, que no Otras acciones de gestión se centra-
se encontró ningún segmento de in- ban más bien en la regulación de la par-
teracción que reflejara claramente un gra- ticipación del alumno de acuerdo con las
do de participación alto (A) por parte del demandas específicas de la tarea. En to-
alumno, por lo que se decidió suprimir tal, descubrimos 6 tipos de interacción
esta categoría en las tablas siguientes. relacionadas con esta función me-
diacional. Al comienzo de la actividad,
algunas profesoras trataban de clarificar
3.1. Interacciones dirigidas a la una finalidad funcional del aprendizaje,
gestión y contextualización de la centrada en su relevancia para ciertas
actividad competencias de la vida cotidiana o nece-
Las acciones de gestión de la activi- sarios para aprendizajes ulteriores. Por
dad que los profesores desarrollan a me- ejemplo,
nudo son imprescindibles para clarificar
o negociar los roles y responsabilidades Pr.: (…) Os digo que si la hacemos
que el profesor juzga necesario para el bien, nos ayudará luego a buscar infor-
desarrollo de la tarea y su evaluación; es mación sobre lo que nos cuente en
decir, lo que se espera de los alumnos, Internet. (Experta 1. L-4)
así como la organización de los materia-
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De todas formas, la inmensa mayoría


les de acuerdo con las características de
de esa acciones se centraron más bien en
la actividad. Las transcripciones anali-
los objetivos específicos de la tarea, sin
zadas mostraron dos tipos diferentes de
hacer alusión a su funcionalidad, en ins-
interacciones verbales en este sentido.
trucciones concretas para desarrollarla,
Algunas estaban dirigidas al control del
o en aspectos específicos que requerían
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comportamiento del alumno en la


focalizar la atención del alumno. Veamos
interacción con el profesor o con otros
un ejemplo de cada una de estas catego-
compañeros, al margen de los requeri-
rías:
mientos específicos de la tarea. Por ejem-
plo, en la interacción 74 de la clase de Pr.: Mira, os voy a dar una historia.
Conocimiento del Medio la maestra prin- Y en la historia…la tenéis que colocar.
cipiante 2 trata de controlar el compor- Está partida por…por trozos, y la vamos
tamiento del alumno, cambiándolo de a…a colocar, ¿vale?.
lugar:
Al1: Vale. (Principiante 1. L-1).
Pr.: A ver si somos capaces. Tene-
mos que clasificar todas estas pala- Pr.: En primer lugar vamos a buscar
bras. Ponte aquí. el título de la lectura.

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Al1: El hombre y el bosque. (Ex- fueron con diferencia las más recurren-
perta 1. L-5) tes. La mayoría de estas interacciones
conllevaban, por otro lado, una actuación
Al4: «Durante el embarazo, ade- muy directiva de la profesora y,
más de desarrollarse un bebé en el consiguientemente un escaso grado de
interior de su madre, se producen tam- participación por parte del alumno. Aun-
bién cambios en el cuerpo de la mu- que, por supuesto, era posible otro tipo
jer:» de alternativas con mayor implicación del
alumno, no se detectó ninguna acción de
Pr.: Dos puntos: fijaros bien… control, instrucción y focalización que con-
Al3: Supergordos. (Principiante 1. cediera una participación media o alta.
L-30) El resto de interacciones fueron mayori-
tariamente categorizadas con el grado de
Un último tipo de gestión se centraba participación más bajo de los tres posi-
específicamente en potenciar la implica- bles.
ción del alumno en la actividad, plan-
teando retos o interrogantes que propicien En cambio, las acciones de evocación
la curiosidad del estudiante; clarificando o activación de conocimientos previos re-
su rol en la tarea o animando a su parti- levantes para la tarea registraron una
cipación [2]. Se trata de la subcategoría mayor gama de participación. Frecuen-
de gestión que planteó una mayor difi- temente, las profesoras formulaban pre-
cultad de discriminación: guntas más o menos abiertas, dirigidas a
que el propio alumno recuperara conoci-
mientos previos, con un grado de partici-

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Pr: (…) Habrá algunos [términos]
que no sepamos y los vamos a inten- pación medio:
tar deducir, a ver qué pueden signifi-
car. Si somos capaces, consultaremos Pr.: A ver Alejandro ¿qué es un
en la Encarta, que yo sé que os gusta bosque?.
mucho ¿vale?. (Experta 2. C.M-1) Al3: Un sitio donde hay muchos ár-
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boles, donde viven muchos seres vi-


De todas las acciones específicas de vos, incluido los árboles, los animales.
gestión, la instrucción y la focalización (Experta 1. L-14)

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TABLA 2. Frecuencias de interacciones verbales de gestión y contextualización y grado de partici-


pación (B: Bajo; M: Medio) en cada una de las clases de apoyo (CM: Conocimiento del Medio; L:
Lengua; M: Matemáticas)

INTERACCIONES DE GESTI N GP EXPERTA 1 PRINCIPIANTE 1 EXPERTA 2 RINCIPIANTE


P 2
CM L M CM
Interaciones de L GMP CM L M
E x p CM
e r t a 1L M P ri nc i p i a n te 1 E xp e rt a 2 Pr i n c i p ia n t e 2
FINALIDAD
estió nB 2 1 2 1 2
ggestión
CM L M CM L M CM L M CM L M
M 1
Objetivo B 2 1 2 1 2
Finalidad B 2 2 2 1 1 2 3 1 3 1
M 2 2 1 M 1
Control B 2 9 B 16
3 3 622 2 5 2 2 1 1 2 3 1 3 1
Objetivo
Implicaci n BM1 1 1 1 1 1 2 2 2 1
M 1Co1ntrol B 2 9 16 2 3 3 6 2 5
Instrucci n B B18 17 1 23 131 141 33 122 16 24 20 51 6 1 2
Implicación
Implicació n n B 17 31 33 10 13
Focalizaci M 51 22
7 2356 28 1
Evocaci
Instrucciónn
Instrucció n B 3 B 2 2 1
18 5 117 3 10
23 31 14 33 22 16 24 20 5 6
M Focalización
5 8 23 46 34 10 14 42 5
Focalizació n B 17 31 33 10 5 22 35 28 13 7 2 6
B 3 2 2 1 5 1 3 10
Evocación
Evocació n
M 5 8 2 4 3 6 34 14 10 42 5

En la tabla 2 recogemos la frecuencia principiantes (176 y 224, respectiva-


de aparición de este primer conjunto de mente).
categorías, en función del profesor y el
área de aprendizaje. Como se aprecia, las En cuanto a la influencia del tipo de
profesoras principiantes mostraron una tarea, la actividad de Conocimiento del
frecuencia mayor de acciones de control Medio registró más interacciones, sobre
que las expertas (38 y 10) y dieron un todo evocaciones. En la tarea de compren-
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número de instrucciones similar (109 y sión lectora, por el contrario, se detecta-


120). Estas acciones fueron bastante di- ron menos intercambios en todas las
rectivas, aunque la segunda principiante categorías.
trató de conceder a los alumnos un ma-
yor grado de participación que el resto 3.2. Interacciones dirigidas a la
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de profesoras (tabla 5). elaboración de los contenidos


Como se aprecia en la tabla 3, las
Las maestras con más experiencia des- maestras que participaron en el estudio
tacaron, por el contrario, en el resto de apenas expusieron ideas ni aportaron di-
las categorías de gestión o contextua- rectamente información nueva para re-
lización: con 24 objetivos, frente 9; 12 ac- solver la tarea o en relación a los
ciones de implicación motivacional, frente contenidos curriculares. De hecho, en las
a una sola, por parte de las principian- transcripciones se registraron muy pocas
tes; 157 ayudas dirigidas a focalizar la elaboraciones con un grado de participa-
atención, frente a 52; y 89 evocaciones, ción tan bajo como la que observamos en
frente a 71. Sin embargo, el número de el siguiente fragmento:
interacciones directivas con un grado de
participación bajo fue menor en las Pr: La meseta es una llanura. Se-

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Comunicación verbal y actividad conjunta en el aula de apoyo.

ría lo contrario de un paisaje rocoso o dulaciones. ¿Entendido? (Experta 2.


montañoso. Un paisaje con llanura se- CM-19)
ría plano, que no hay demasiadas on-
TABLA 3. Frecuencias de interacciones verbales de elaboración y grado de participación (B: Bajo;
M: Medio) en cada una de las clases de apoyo (CM: Conocimiento del Medio; L: Lengua; M:
Matemáticas)

Interaciones de GP Experta 1 Principiante 1 Experta 2 Principiante 2


elaboración
elaboració n CM L M CM L M CM L M CM L M
B 8 3 4 2 3
Descripción
Descripció n
M 25 8 16 1 22 5 21
Explicación
E xplicació n M 1 1 2
B 1 2 3 1
Planificación
Planificació n
M 6 23 9 16 1 9 14 1 3
B 2 2 2
Otras
M 2 10 27 3 9 9 21 4

El resto del las elaboraciones identifi- Pr: Y ¿dónde pondríamos monta-


cadas consistieron más bien en infe- ñas bajas?.
rencias de los alumnos, inducidas por Al1: En llanura. (Experta 2. CM-
preguntas abiertas de la profesora (con- 116)
cediendo, por tanto, un alto grado de par-
ticipación). Las maestras con más En las clases de Matemáticas, por el
experiencia facilitaron que los alumnos contrario, las inferencias se concentraron

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construyeran más del doble de este tipo en la planificación de estrategias o en la
de inferencias que cuando trabajaron con toma de decisiones implicadas en la re-
las principiantes. solución de los problemas, así como en
operaciones de cálculo (otras elaboracio-
En cuanto a la distribución de los ti- nes). A continuación se muestra una ela-
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pos de inferencias no hay diferencias boración de planificación en la que la


reseñables entre unas profesoras y otras, maestra «exige» un elevado grado de par-
aunque sí en función del área de apren- ticipación a uno de los alumnos:
dizaje. En las clases de Conocimiento del
Medio las preguntas de las maestras fue- Pr: No, que lo pienses y lo hagas.
ron más abundantes. Se dirigieron sobre No te lo voy a decir. Así que venga,
todo a que el alumno enumerara, compa- ¿cómo se haría? En el pabellón de ba-
rara o categorizara las características de loncesto hay cuarenta y ocho filas de
determinados conceptos del tema de los treinta y dos asientos. ¿Qué tenemos
animales o del paisaje (elaboraciones de que hacer ahí, para saber los asientos
Descripción-comparación-clasificación), que hay?. (Principiante 1. M-6)
como se muestra también en el siguiente
ejemplo: La tarea de comprensión lectora del
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Gema GARCÍA - Manuel MONTANERO

área de lengua, fue la única en la que se tiones más o menos abiertas, cuya res-
detectaron explicaciones lógico-causales, puesta demandaban un grado de partici-
todas ellas elaboradas por los alumnos a pación mayor y que, como se aprecia en
partir de preguntas relativamente abier- la siguiente transcripción, podía traslu-
tas del profesor (grado de participación cir errores de comprensión o necesidades
medio). La inferencia más frecuente en de ayuda:
este área, no obstante, consistió en la in-
ducción de relaciones anafóricas entre los Pr: Entonces, ¿qué era una penín-
fragmentos del texto (otras elaboracio- sula? Por ejemplo, ¿conocéis alguna
nes). península?.
Al3: Sí, Península Ibérica.
Por último, las maestras no llevaron Pr: ¿De qué está rodeada…?
a cabo ninguna acción dirigida a estruc-
Al3: De mar.
turar la información. No localizaron la
información en ningún esquema, índice o Pr: ¿Por todos sus lados?
gráfico que ayudara a organizar los con- Al3: No. (Experta 2. CM-142/144)
tenidos. Tampoco identificaron explícita-
mente el tema, ni formularon un epígrafe Esta categoría fue la que acumuló un
o pregunta retórica que antecediera a las mayor número de discrepancias entre los
tareas o marcara la progresión temática. investigadores, debido a la dificultad para
diferenciarlas de las acciones de evoca-
3.3. Interacciones dirigidas a ción o elaboración de ideas nuevas (en
evaluar las que las profesoras también cedían un
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En cuanto a las interacciones de eva- grado de participación bastante elevado).


luación, el análisis de los registros ver- Por otro lado, no se registró, ninguna
bales nos permitió distinguir dos interacción que propiciara alguna moda-
modalidades. Algunas tenían un carác- lidad de autoevaluación o supervisión coo-
ter exploratorio: se presentaban en for- perativa del aprendizaje, por lo que la
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ma de indagaciones, aparentemente tabla 4 no recoge ningún intercambio con


dirigidas a obtener información acerca de un grado de participación alto.
si el alumno había comprendido un de-
terminado contenido. A veces se trataba Un segundo tipo de evaluación se ex-
de preguntas muy cerradas («¿lo habéis presó más bien retrospectivamente: como
comprendido?»), o estaban planteadas de una valoración positiva o negativa de
un modo meramente retórico; de manera aportaciones inmediatamente anteriores
que el alumno se limitaba, como mucho, de los alumnos. Las maestras confirma-
a contestar afirmativa o negativamente ron que compartían los significados
(por lo que fueron categorizadas con un verbalizados por los alumnos mediante
grado de participación bajo o medio-bajo). la repetición de la respuesta o con expre-
En la mayoría de las indagaciones, sin siones reforzantes de elogio. Veamos un
embargo, las profesoras platearon cues- ejemplo del primer tipo:

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Comunicación verbal y actividad conjunta en el aula de apoyo.

Pr: A parte de eso, ¿qué puede ser pequeña participación del alumno, ofre-
un servicio? ciéndole varias respuestas posibles para
Al2: Un servicio de trabajo. que éste rectificara; o bien, insinuándole
Pr: De trabajo, sí. (Principiante 2. la respuesta correcta a través de una pre-
CM-8) gunta cerrada:

En la valoración negativa o corrección Pr: «Avícola»: es muy fácil… ¿Qué


la profesora señaló un error o alguna idea puede ser eso?
que no se había comprendido o expuso Al: Un avión.
directamente una respuesta alternativa Pr: ¿…Puede tener algo que ver
a la que el alumno acababa de comuni- con las aves?
car (en este último caso, la corrección po- Al: Sí (Principiante 2. CM-3/6)
dría considerarse también como una
elaboración del profesor, aunque vincu- Se consideró un grado de participa-
lada a una respuesta anterior del alum- ción medio, cuando la profesora señalaba
no). Como se muestra en el siguiente el error pero no reelaboraba completa-
ejemplo, la mayoría de las correcciones mente la respuesta, sino que formulaba
fueron muy directivas. una nueva pregunta para que el propio
alumno lo hiciera:
Pr.: ¿Y son dos cajas?
Al2: Entonces serían diecisiete Pr.: …Muy bien, leerlo; pero, como
euros. ya lo hemos leído, en segundo lugar
Pr.: No. A ver, vale dos euros cada ¿qué tenemos que hacer?
rotulador.

año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 541-560


Al1: Hacer la operación.
Al2: ¿Dos euros?, ¿cómo va a valer Pr.: No, ¿qué teníamos que hacer
dos euros cada rotulador? (Principian- en segundo lugar?
te 1. M-7/8) Al1: Leerlo y poner los datos.
Pr.: Muy bien, poner los datos, Ale-
Algunas, no obstante, otorgaban una jandro. (Experta 1. M-119/120)
revista española de pedagogía

TABLA 4. Frecuencias de interacciones verbales de evaluación o reelaboración y grado de partici-


pación (B: Bajo; M: Medio) en cada una de las clases de apoyo (CM: Conocimiento del Medio; L:
Lengua; M: Matemáticas)

Interaciones de GP Experta 1 Principiante 1 Experta 2 Principiante 2


evaluació n
evaluación CM L M CM L M CM L M CM L M
B 12 3 14 2 4 1 12 3 7 4 3 1
Indagación
Indagació n
M 14 10 23 5 4 5 17 8 14 2 5 3
Valoración
Valoració n dde
e
B 111 57 145 16 16 23 81 46 75 47 4 4
confirmac.
Valoración
Valoració n de
de B 1 3 12 7 21 3 3 5 10 1 16
corrección
correcció n M 4 1 8 9 6 6 6 8

551
Gema GARCÍA - Manuel MONTANERO

En cuanto a la experiencia del profe- expuestas por él mismo. Más especí-


sor se observan diferencias notables. Las ficamente, se identificaron 6 tipos de
maestras con más experiencia aventaja- reelaboraciones, además de la corrección
ron claramente a las principiantes en el y la confirmación de las respuestas del
número de indagaciones (137 frente a 39) alumno (que no hemos considerado como
y en las valoraciones positivas (515 con- una reelaboración propiamente dicha).
firmaciones frente a 110), sobre todo
cuando se elogiaba expresamente la res- La única que nunca se vinculó a ideas
puesta del alumno (164 frente a 7). En expresadas inmediatamente antes por el
cambio, las maestras en prácticas corri- profesor, sino a respuestas del alumno,
gieron mucho más las expresiones del fue la que denominamos como discusión.
alumno (en 92 ocasiones); mientras que Se trata de un tipo de interacción que se
las expertas lo hicieron 39 veces en total. producían sobre todo cuando el alumno
se equivocaba. En lugar de corregir di-
La diferencias es todavía más clara (67
rectamente la respuesta, la profesora ex-
frente a 16) si nos fijamos en las correc-
presaba una idea o una pregunta que
ciones con un grado de participación bajo,
planteaba un conflicto con la respuesta
en la que las maestras formulaban, ade- anterior del alumno, incitándole de al-
más, la respuesta correcta, sin dar tiem- gún modo a resolverlo. A veces, la ayuda
po a que el alumno analizara otras alter- de la maestra parecía promover la
nativas. descentración del punto de vista o una
toma de consciencia de diferentes vías
En cuanto a la tarea, de nuevo la ac- para resolver un problema. En otras oca-
tividad de Lengua fue la que menos siones, se pretendía poner de manifiesto
año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 541-560

interacciones registró. No hubo diferen- una contradicción lógica o un conflicto


cias reseñables entre las otras dos áreas. empírico entre lo que el alumno afirma y
casos extraídos de la realidad. En la si-
3.4. Interacciones dirigidas a guiente muestra, por ejemplo, la maes-
reelaborar la información tra está intentando que el alumno defina
con precisión las características que dife-
revista española de pedagogía

En contraste con la escasez de accio-


rencian a un ave de los mamíferos:
nes de elaboración de ideas por parte del
profesor (tabla 3), las interacciones cla-
Pr: …Tiene plumas, muy bien.
ramente más recurrentes fueron aquellas
Tiene pico.
centradas en propiciar la aportación del
Al3: Se construyen sus propias ca-
alumno a la reelaboración de sus propias sas.
respuestas. La mayoría de las Pr: Y nosotros también y no somos
subcategorías registradas en las doce cla- aves. (Experta 1. CM-28/30)
ses se correspondían con este tipo de
reelaboración, que en lo sucesivo deno- El resto de reelaboraciones estuvieron
minaremos también como ayuda, para di- encaminadas a apoyar ideas expuestas
ferenciarlas de los apoyos o reelabora- tanto por los alumnos como por el profe-
ciones que el profesor vinculaba a ideas sor. La más frecuente de todas consistió
552
Comunicación verbal y actividad conjunta en el aula de apoyo.

en la reformulación con otras palabras Al3: Que sirve para papeles…


de una idea expresada por los alumnos. Pr: …Para hacer papeles, ¿no? En-
Cuando estas interacciones de precisión tonces, ¿cuál es la relación que ha exis-
otorgaban un nivel de participación bajo tido siempre entre el hombre y el
se caracterizaban generalmente por bosque?
«sobreatribuir» la respuesta verbalizada Al2: Pues que no había ninguna
por el alumno (completándola o amplián- relación, los hombres lo usaban sólo
dola con palabras más precisas). De este para talar. (Experta 1. L-14/16)
modo, la maestra podía reforzar la parti-
cipación del alumno, al tiempo que pare- Una alternativa sensiblemente dife-
cía mostrarle una mayor exactitud. rente que las maestras con experiencia
Precisiones como la que ejemplificamos a utilizaron también en numerosas ocasio-
continuación ocurrieron en 147 ocasiones: nes consistía más bien en demandar al
alumno una justificación de las razones
Pr: Vale, nos dice ¿qué? que fundamentaban su respuesta, de
Al1: Que el hombre ha aprovecha- modo que se conseguía propiciar una re-
do los bosques. flexión más profunda e interesante para
Pr: …Para muchos usos. Nos está el aprendizaje (al tiempo que evaluar si
diciendo ya para qué los va a usar: la el alumno había respondido al azar):
relación que existe entre el hombre y
el bosque. (Experta 1. L-33/34)
Pr: En primer lugar vamos a bus-
car el título de la lectura.
Con este mismo grado de participa-
Al1: El hombre y los bosques.
ción (B), se categorizaron también 91 pre-
Pr: El hombre y los bosques ¿Por

año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 541-560


cisiones más, verbalizadas por el alumno,
pero a partir de preguntas muy cerradas qué es el hombre y los bosques? (Ex-
o con una colaboración muy explícita del perta 1. L-6/7)
profesor. En 105 ocasiones, las maestras
propiciaron, en cambio, un grado de par- Por último, las acciones de síntesis (o
ticipación intermedio (M), es decir, soli- recapitulación de ideas elaboradas por el
revista española de pedagogía

citaron con preguntas más abiertas que profesor o por el alumno) y las ejempli-
el propio alumno reelaborara su respues- ficaciones fueron los apoyos menos fre-
ta, como ocurre en la continuación de la cuentes. La responsabilidad en las
evocación L-14, que mostrábamos ante- acciones de síntesis fue en la mayoría de
riormente: los casos del profesor. Las maestras nun-
ca solicitaron a un alumno que recapitu-
Pr: A ver, Alejandro, ¿qué es un laran información que ellas mismas
bosque? habían hecho pública anteriormente. Un
Al3: Un sitio donde hay muchos ár- ejemplo de síntesis con un grado de par-
boles, donde viven muchos seres vi- ticipación bajo sería el siguiente:
vos, incluido los árboles, los ani-
males… Pr: Vale, ya tenemos la «V» y la «C».
Pr: Y ¿qué más? Nos han hablado de la relación que exis-

553
Gema GARCÍA - Manuel MONTANERO

te entre el hombre y los bosques y de los Pr: Muy bien, lo que ha gastado, sig-
usos que le hemos dado. nifica que se ha quedado sin él, ¿verdad?
Al: Sí. (Experta 1. L-67) Si dijera, por ejemplo… [Lidia], pon un
ejemplo de lo contrario. (Experta 1. M-178)
Las ejemplificaciones se vincularon
principalmente a ideas elaboradas ante- Otro tipo de expresiones, menos utili-
riormente por la profesora. Los ejemplos, zadas, que se categorizaron también como
ejemplificaciones, fueron los modelos, las
propiamente dichos, exponían una apli-
analogías con conceptos más familiares y
cación de un concepto en un contexto con- las digresiones o anécdotas ilustrativas
creto, a veces con apoyo visual: que desplazaba el foco de atención fuera
de la tarea en sí. Los modelos, es decir,
Pr: (…) La costa de España sería toda las acciones en las que la maestra mos-
esta costa, por ejemplo, la Costa Brava, traba una ejemplificación práctica acer-
la Costa de Andalucía, la Costa del Sol, ca de cómo se ejecuta un determinado
¿Sí? (Experta 2. CM-38) procedimiento, fueron muy escasos (tan
sólo 4) y se concentraron en las clases de
…Aunque los ejemplos no siempre fue- Matemáticas. El resto de reelaboraciones
ron expuestos por las maestras. De he- no muestran diferencias claras en fun-
cho, las expertas solicitaron en 17 ocasio- ción del área, aunque de nuevo la tarea
nes que los propios alumnos pusieran un de Lengua fue la que registró un menor
ejemplo (GP medio): número (tabla 5).
TABLA 5. Frecuencias de interacciones verbales de evaluación o reelaboración y grado de partici-
pación (B: Bajo; M: Medio) en cada una de las clases de apoyo (CM: Conocimiento del Medio; L:
Lengua; M: Matemáticas)
año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 541-560

Interaciones de GP Experta 1 Principiante 1 Experta 2 Principiante 2


reelaboración
reelaboració n
CM L M CM L M CM L M CM L M

Precisió n (de
Precisión (de una
una B 3 5 1 1 3 5 2 2 5 1 2
idea del profesor)
M 1

Sí nteis ((de
Síntesis de iideas
deas B 1 3 1 8 1 4 1 6 1 6
revista española de pedagogía

del profesor) M 1 1
JJustificación
ustificació n ((de
de B 1 1 1 1
una idea del
profesor) M 1
Ejemplificació n
Ejemplificación B 6 3 9 15 1 2
(de una idea del
profesor) M 1 13 3
DiDiscusión
scusió n (de B 11 1 5 7 9 1
una idea del
alumno) M 4 1 3 2 1 1

Precisión
Precisió n (de
(de una
una B 37 30 37 15 10 39 25 22 7 3
idea del alumno)
M 13 8 17 5 2 9 15 15 12 6 1 2

Sí ntesis (de ideas B 8 5 10 3 6 14 12 9 5 4


del alumno) M 3 4 3 2 2
Justificació n (de
Justificación (de B 7 5 15 1 2 1 2 1 3 1
una idea del
alumno) M 13 9 20 10 8 9 4 9 4 1

554
Comunicación verbal y actividad conjunta en el aula de apoyo.

Como hemos visto en el apartado an- ciones dirigidas a sintetizar respuestas


terior, las maestras con experiencia hi- emitidas anteriormente por el alumno (67
cieron más valoraciones positivas y menos frente a 23), a justificarlas (92 frente a
negativas de las respuestas de los alum- 34) o a plantear una discusión (33 frente
nos. En lugar de corregir, recurrieron más a 12).
a las acciones en las que se ayudaba a
precisar, sintetizar, justificar o reforzar No hubo, sin embargo, diferencias cla-
la respuesta del alumno, así como a la ras en cuanto a las reelaboraciones y
discusión y la ejemplificación. Las dife- recapitulaciones acerca de las ideas ex-
rencias más acusadas se localizan en la presadas anteriormente por el propio pro-
cantidad de demandas de precisión (311 fesor, ni, en general, en cuanto a la
frente a 66) y en el número de ejempli- proporción de interacciones en las que se
ficaciones (46 frente a 2). Además, las demandó un mayor grado de participa-
expertas prácticamente triplicaron las ac- ción al alumno (tabla 6).

TABLA 6. Frecuencia y proporción de categorías de ayuda con un grado de participación del


alumno medio (M)

Categorí as Experta 1 Principiante 1 Experta 2 Principiante 2 TOTAL


De
De ggestión
estió n 18 (0,10) 13 (0,08) 63 (0,27) 47 (0,38) 141 (0,20)
Dee eelaboración
D laboració n 102 (0,88) 54 (0,90) 83 (0,89) 28 (0,80) 267 (0,88)
De ev.-reelaboración
De ev.-reelaboració n 127 (0,34) 68 (0,36) 119 (0,34) 32 (0,27) 346 (0,34)

año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 541-560


4. Conclusiones 4.1. Características de la actividad
El presente estudio nos ha permitido conjunta en los segmentos de
documentar con cierto detalle algunas ca- gestión
racterísticas de los intercambios comu- El análisis final de las transcripcio-
nicativos entre profesores y alumnos con nes dio lugar a 692 intercambios funda-
revista española de pedagogía

necesidades especiales en el aula de apo- mentalmente dirigidos a gestionar o


yo. La descripción de las peculiaridades contextualizar las actividades, es decir,
de la interacción verbal se ha fundamen- aproximadamente un 40% de las
tado en la combinación de dos criterios categorizaciones efectuadas. Además, más
de análisis: la función de mediación y el del 80% de dichas interacciones contaron
grado de participación del alumno, que con una escasa participación del alumno
se puede inducir a partir de los registros (GP bajo); lo que sugiere que, a pesar del
verbales obtenidos. En total se obtuvie- número de alumnos y de que las tareas
ron 22 categorías específicas de media- académicas eran bastante convenciona-
ción verbal, la mayoría de las cuales les, las maestras fueron bastante directi-
adoptaron dos formas diferentes, en fun- vas: dieron muchas instrucciones acerca
ción de la participación que se demanda- de cómo realizar la tarea, dirigieron ex-
ba al alumno. plícitamente la atención del alumno ha-

555
Gema GARCÍA - Manuel MONTANERO

cia los aspectos relevantes y regularon tiempo a registrar en un papel la infor-


estrechamente su participación. De he- mación que el profesor hace pública; o
cho, no encontramos ningún segmento de bien, a resolver ejercicios sin una super-
interacción que pudiera categorizarse con visión directa del profesor. Por el contra-
un grado de participación verdaderamen- rio, en las clases de apoyo analizadas la
te alto o que reflejara una estructura cla- participación del alumno fue explícita y
ramente autorreguladora o cooperativa. fluida, alcanzando 3.55 interacciones
Los alumnos no llegaron a recibir una dialogales profesor-alumno por cada mi-
auténtica responsabilidad en la gestión o nuto de grabación. Las profesoras regu-
supervisión del propio aprendizaje o de laron dicha participación a través de
los compañeros, como se pone de mani- constantes preguntas y demandas sobre
fiesto en que apenas aportaran informa- la tarea, en lugar de exponer directamen-
ción por propia iniciativa y que la casi te el contenido, hasta el punto de que
totalidad de metas, instrucciones y aproximadamente el 90% de la informa-
focalizaciones fueran verbalizadas por las ción conceptual y procedimental fue ini-
maestras y nunca inferidas o desarrolla- cialmente verbalizada por los propios
das autónomamente por los propios alum- alumnos. La mayoría de las intervencio-
nos. Como se aprecia en la tabla 2, las nes de las profesoras no se basaron en la
interacciones dirigidas a contextualizar repetición, recapitulación o ejempli-
o evocar conocimientos previos fueron, sin ficación de ideas expuestas por ellas,
embargo, muy numerosas y contaron con como también pusieron de manifiesto las
una mayor participación de los alumnos investigaciones anteriormente referencia-
(GP medio). das en contexto del aula ordinaria. Por
el contrario, en nuestro estudio el foco de
año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 541-560

4.2. Características de la actividad la mediación se desplazó a la aportación


conjunta en los segmentos de elabo- del alumno, es decir, a facilitar la
reelaboración o confirmación de sus pro-
ración y reelaboración de la infor-
pias verbalizaciones. De hecho, tan sólo
mación en un centenar de ocasiones las maes-
revista española de pedagogía

El análisis de las transcripciones ha tras justificaron, ejemplificaron, recapi-


puesto de manifiesto una mayor partici- tularon o precisaron con otras palabras
pación del alumno en las interacciones ideas que ellas mismas acababan de
dirigidas a la ejecución de las tareas. En verbalizar. Más del triple de veces (375)
los estudios descriptivos de clases ordi- hicieron algo parecido, pero en referen-
narias los profesores verbalizan casi toda cia a ideas expresadas por el alumno. En
la información que los alumnos deben 239 ocasiones fue el propio alumno quien
aprender, estructurando, ejemplificación tomó la palabra para reelaborar, con la
o reelaborando con otras palabras sus ayuda de la profesora, alguna idea ex-
propias ideas (Sánchez y cols., 1996, presada anteriormente (tabla 5).
1999). Como comentábamos en la intro-
ducción, en estas situaciones los alum- Todo ello se tradujo en una estructu-
nos suelen dedicar la mayor parte del ra de participación particularmente

556
Comunicación verbal y actividad conjunta en el aula de apoyo.

diádica y «encadenada». Más de una ter- menos la Principiante 2, propiciaron bas-


cera parte de las interacciones reprodu- tantes ocasiones de evaluación y reflexión
cían secuencias vinculadas de Iniciación- (gestionada, eso sí, con diferente efica-
Respuesta-Ayuda-Respuesta, dirigidas a cia). En general, partieron de solicitar al
que un mismo alumno verbalizara y, pos- alumno que justificara una idea o una
teriormente, reelaborara su representa- decisión; o bien, que la analizara desde
ción interna de la tarea, hasta definir otro punto de vista, en lugar de ofrecer
una aportación suficientemente compar- directamente la respuesta correcta. Casi
tida con el profesor. Estas estrategias, siempre estas últimas discusiones consis-
fuertemente interactivas, conllevaron tían en un conflicto empírico o una con-
presumiblemente mejores oportunidades tradicción lógica que el profesor
de implicación de los alumnos en el explicitaba entre lo que el alumno afir-
aprendizaje. Su uso reiterado a lo largo maba y casos extraídos de la realidad.
de toda la actividad contribuye particu- En algún caso, la justificación o la discu-
larmente a que ésta tome la apariencia sión se planteó más bien como una toma
de una conversación encubierta (Sánchez de decisiones en la que se confrontaban
y cols., 1996): un intercambio comunica- diferentes alternativas para resolver la
tivo dirigido a clarificar de qué conoci- tarea, es decir, como una forma de
mientos previos partimos, activando perspectivismo estratégico (Monereo,
aquellos que facilitan un aprendizaje sig- 2001). La mayor parte de las indagacio-
nificativo de los nuevos contenidos y ga- nes y ayudas (así como las evocaciones
rantizando que los nuevos significados de conocimientos previos) se desarrolla-
son compartidos por el profesor y el alum- ron de manera conjunta (con un grado
no. Se trata de un proceso cíclico que se

año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 541-560


de participación medio por parte del
realiza de forma espontánea en las con- alumno). Dicho de otro modo, se funda-
versaciones naturales, pero que en el aula mentaron en «auténticas preguntas»
necesita de variadas estrategias, verba- (Nystrand, 1997): dirigidas a averiguar
les y no verbales, que compensen las ma- lo que el alumno sabe y piensa, a facili-
yores dificultades de comprensión y tar su contribución a los significados que
revista española de pedagogía

participación (Clark y Haviland, 1977). se discuten y se hacen públicos, así como


Este proceso se vio presumiblemente fa- a potenciar un traspaso progresivo del
cilitado por el tipo de actividad que ca- control de los procesos mentales, impli-
racteriza el apoyo educativo, en las que cados en la resolución de la tarea.
se priman los aprendizajes más
instrumentales, con tareas prácticas, y 4.3. Diferencias en función de la
en las que la disminución de la ratio fa-
cilita una estrecha supervisión del pro- experiencia docente y el área de
fesor. aprendizaje
Las maestras con más experiencia re-
Aunque se emplearon muchas correc- gistraron casi el doble de interacciones
ciones directas de las aportaciones erró- en el mismo tiempo (tabla 1), lo que su-
neas de los alumnos, todas las profesoras, giere una mayor intensidad de la activi-

557
Gema GARCÍA - Manuel MONTANERO

dad conjunta; si bien no se detectaron rencias de cálculo y planificación, así


diferencias claras en cuanto a la propor- como una mayor cantidad de instruccio-
ción de interacciones con un mayor gra- nes y focalizaciones. Por tanto, la activi-
do de participación de los alumnos (tabla dad conjunta se centró primordialmente
6). Hicieron más alusiones a las metas o en regular la atención y la toma de deci-
a la funcionalidad de la tarea y dedica- siones de los alumnos. Por último, a te-
ron más tiempo a la gestión y nor del escaso número de interacciones
contextualización de la actividad. En rea- registradas, la tarea de comprensión lec-
lidad, aventajaron a las principiantes en tora que se planteó en la clase de Len-
todas las categorías, a excepción de las gua fue la que generó una mayor
de control, probablemente por su mayor dificultad de cara a desarrollar una acti-
conocimiento de los alumnos y por que vidad conjunta (sobre todo en las clases
supieron prevenir mejor la ocurrencia de de las principiantes). La única categoría
conductas disruptivas. En cuanto al apo- que tuvo una mayor incidencia en estas
yo de los aprendizajes, corrigieron menos clases fueron las elaboraciones lógico-
las aportaciones de los alumnos (sobre
causales, necesarias para reconstruir el
todo la experta 1) y, por el contrario, se «hilo conductor» de la historia.
ocuparon más y mejor de que los propios
estudiantes las revisaran, ofreciéndoles Dirección del autor: Manuel Montanero. Facultad de Edu-
más ayudas (principalmente más inda- cación. Campus universitario. 06071 Badajoz.
gaciones, ejemplificaciones y demandas Fecha de recepción de la versión definitiva de este artícu-
de precisión). Cuando conseguían expre- lo: 7.IV.2004
sar una respuesta adecuada, las exper-
año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 541-560

tas pusieron mucho más empeño en


confirmar explícitamente que la compar-
tían y fueron mucho más reforzantes. Notas
[1] Este tipo de participación sería particularmente carac-
terístico de ciertas estructuras de aprendizaje coope-
En cuanto al área de aprendizaje, las rativo, basadas en la enseñanza recíproca, la
principales diferencias se encontraron en
revista española de pedagogía

autoevaluación, etc., en las que el alumno participa


directamente en la gestión y supervisión del propio
el tipo de actividad inferencial que pro-
aprendizaje o el de los compañeros.
movieron explícitamente las maestras. En
las clases de Conocimiento del Medio las [2] En estas interacciones juegan también un papel rele-
vante aspectos no verbales (como la mirada, las pos-
preguntas se enfocaron a la descripción turas de escucha o énfasis, el contacto físico…) que,
y comparación de las características de sin embargo, no pudieron registrarse y que no han
los contenidos conceptuales del tema; lo sido analizados.
cual requirió la recuperación de una gran
cantidad de conocimiento previo (como se
deduce de que se registraran bastantes
más evocaciones que en resto de las
áreas). La resolución de los problemas de
Matemáticas requirió sobre todo infe-

558
Comunicación verbal y actividad conjunta en el aula de apoyo.

Bibliografía Resumen:
CLARK, H. y HAVILAND, S. (1977) Comprehension and the Comunicación verbal y actividad
given-new contract, en FREEDLE, R. O. (ed.) Discourse
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DEL RÍO, I., SÁNCHEZ, E. y GARCÍA, R. (2000) Análisis de análisis comparativo entre profeso-
la interacción maestro-alumnos durante la resolución res expertos y principiantes
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18, pp. 41-61. En esta investigación se grabaron y
transcribieron los intercambios verbales
MONEREO, C. (coord.) (2001) Ser estratégico y autónomo
de 12 sesiones de apoyo a alumnos con
aprendiendo. Unidades didácticas de enseñanza es-
tratégica para la E.S.O. (Barcelona, Graó). necesidades educativas especiales, fuera
del aula ordinaria. El análisis de las fun-
NYSTRAND, M. (1997) Opening dialogue: understanding the
dynamics of language and learning in the English
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nos permitió describir las principales ca-
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SÁNCHEZ, E., ROSALES, J., y CAÑEDO, I. (1999) académica. En total se obtuvieron 22 ca-
Understanding and communication in expositive tegorías específicas de mediación verbal,
discourse: an analysis of the strategies used by expert
and preservice teachers, Teaching and Teacher la mayoría de las cuales adoptaron dos
Education, 15, pp. 37-58. formas diferentes, en función de la parti-
cipación que se demandaba al alumno.
SÁNCHEZ, E., ROSALES, J. y SUÁREZ, S. (1999) Interacción
Las maestras con más experiencia regis-

año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 541-560


profesor/alumnos y comprensión de textos ¿Qué se
hace y qué se puede hacer?, Cultura y Educación, 14- traron casi el doble de interacciones en
15, pp. 71-90. el mismo tiempo; corrigieron menos las
SHULMAN, L. S. (1990) Paradigmas y programas de inves- aportaciones de los alumnos y ofrecieron
tigación en el estudio de la enseñanza: una perspectiva más ayudas, explícitamente dirigidas a
contemporánea, en WITTROCK, M. C. La investiga- que éstos las modificaran o reelaboraran.
revista española de pedagogía

ción de la enseñanza. Enfoques, teorías y métodos,


pp. 9-84 (Barcelona, Paidós).
Descriptores: Necesidades educativas
VYGOTSKY, L. S. (1978) Mind in Society. The development
of higher psychological processes (Cambridge,
especiales, apoyo educativo, actividad
Cambridge University Press). conjunta, interacción verbal profesor-
alumno, estructura de participación so-
WERTSCH, J. (1998) Mind as Action (Oxford, Oxford
University Press).
cial.

559
Gema GARCÍA - Manuel MONTANERO

Summary:
Verbal communication and joint
activity in educational support. A
comparative analysis among expert
and novice teachers.
In this paper, verbal interchanges
throughout 12 support sessions of
students with special educational needs,
outside of ordinary classroom, were
recorded and registered. The analysis of
mediation and participation tools,
obtained from the typescripts, led us to
describe the main features of teacher-
students verbal interaction in educational
support classroom. Overall, we obtained
22 specific categories. Most of them could
be classified in 2 different shapes,
according to the participation that
teachers asked to the students. The
teachers with more experience almost
registered the double of interactions in
the same time. They corrected less the
student’s contributions and, in order to
año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 541-560

be reviewed by their own pupils, they


offered more helps.

Key Words: Special educational needs,


educative support, joint activity, teacher-
revista española de pedagogía

student verbal interaction, social


participation structure.

560

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