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Generación del 37

La Generación del 37 fue un movimiento intelectual argentino que se formó a mediados del siglo XIX a partir
de las inquietudes culturales y políticas de un grupo de jóvenes intelectuales y políticos. Los integrantes de
este grupo habían nacido en los años cercanos a la Revolución de Mayo, que había ocurrido en 1810 y que
había resultado en la destitución del virrey español que mantenía la dependencia colonial con España.
En medio de la formación del nuevo país, estos intelectuales querían orientar su futuro hacia los ideales
románticos y liberales de la soberanía popular y las libertades individuales.
Fueron opositores al gobierno de J Rosas y, por lo tanto, fueron perseguidos y debieron exiliarse.

Orígenes
Esteban Echevarría fue uno de los principales autores de la Generación del 37. La mayor parte de los
miembros de esta generación habían sido alumnos del Colegio de Ciencias Morales. Este colegio, que aún
hoy existe en Buenos Aires con el nombre Colegio Nacional de Buenos Aires es el establecimiento
educativo secundario más antiguo de la ciudad.
Antes de que se estableciera su perfil romántico y nacionalista, la generación del 37 ya se perfilaba como
una elite cultural, debido a su educación de base.

Romanticismo
El romanticismo es un movimiento cultural que surgió en Alemania y Reino Unido a fines del siglo XVIII.
Priorizaba la importancia de los sentimientos y defendía el liberalismo. En literatura, el romanticismo tomó
forma en narraciones de costumbres, que describían grupos sociales contemporáneos o de épocas
pasadas. Dada la importancia que este movimiento daba al individuo, se publicaron múltiples biografías y
autobiografías.
En América Latina, la generación del 37 introdujo las ideas románticas que luego se expandieron por los
países vecinos.
Subjetividad vs. objetividad. Se exaltaba la subjetividad, los sentimientos y los estados de ánimo sobre la
objetividad y el racionalismo del arte neoclásico. Se enfocaron en los sentimientos intensos y místicos, como
miedo, pasión, locura y soledad.
Características:
-Imaginación vs. inteligencia: revalorizaron el papel de la imaginación en el arte.
-Lo sublime vs. belleza clásica. Los sublime se entendía como la percepción de la grandeza absoluta de lo
contemplado, que no solo place, sino que conmueve y turba al no corresponder a expectativas racionales.
-Individualismo. El romántico procura la expresión del yo, el reconocimiento de la identidad individual, de la
singularidad y la distinción personal.
-Nacionalismo. Fue la expresión colectiva de la búsqueda de la identidad del individuo. En una época de
cambios vertiginosos, era importante mantener el vínculo con el origen, la herencia y la pertenencia. De allí
el interés por el folclor.
-Redescubrimiento de la naturaleza. El romanticismo convirtió al paisaje en una metáfora del mundo interior
y una fuente de inspiración. Por ende, se prefirieron los aspectos más salvajes y misteriosos del paisaje.
-Nostalgia por el pasado. Los románticos sienten que con la modernización se ha perdido la unidad entre el
hombre y la naturaleza, e idealizan el pasado.
-Idea de genio atormentado e incomprendido. El genio del romanticismo es un incomprendido y
atormentado.

"El Matadero" es un claro producto de la mentalidad romática de la época. La descripción del matadero
que se plantea en el cuento se relaciona con los dos extremos característicos del espíritu romántico del
Río de la Plata: civilizados y bárbaros; brutales y delicados; racionales e instintivos; materialistas y
espiritualistas. En "El Matadero", Echeverría se propone describir el mundo de la barbarie con el que
estaba obligado a convivir la clase acomodada de Buenos Aires a la que pertenecía el escritor. Las
principales características del Romanticismo pueden verse condensadas en dos figuras claves: el toro y
el unitario. Ambos buscan salvar sus vidas y defender su libertad y para ello se valen de una energía y
una fuerza que solo puede ser aplacada por la turba de federales. Ambos mueren, es cierto, pero no de
cualquier modo. El toro, del que se dudaba de su condición por el tamaño de sus genitales, logra
escapar del matadero y ofrece una feroz resistencia. Finalmente, y una vez descuartizado, se despejan
las incertidumbres y se comprueba su inequívoca dignidad de toro. El unitario también busca escapar
de los federales y, cuando es sujetado y está por ser vejado, su indignación y rabia llegan a tal punto
que su sangre lo desborda y eso le provoca la muerte.
Salón literario
Los intelectuales de la década de 1930 se reunían periódicamente para intercambiar ideas. La generación
del 37 se reunía principalmente en la trastienda de la librería de Marcos Sastre y denominaron a esta
reunión “Salón Literario”.
Marcos Sastre era un educador y escritor nacido en Uruguay que se radicó en Argentina. En el Salón
Literario, sus invitados hablaban principalmente sobre literatura, arte y moda, pero también sobre la cultura
en general y sobre la política.
Por esta razón, el gobierno de Juan Manuel de Rosas reprobaba estas reuniones que se detuvieron al
tiempo de haber comenzado.

Esteban Echevarría
Esteban Echevarría (1805 – 1851) fue un escritor y poeta argentino. Durante sus estudios en Francia tuvo
contacto con el romanticismo europeo que influyó en su trabajo posterior. Fue redactor del Dogma Socialista
y líder de Asociación de Mayo. Entre sus obras se encuentra también El matadero y La Cautiva.

Domingo Faustino Sarmiento


Domingo Faustino Sarmiento (1811 – 1888) se centró en reforzar la educación de la población argentina.
Fue una de las principales figuras de la Generación del 37 no solo por su trabajo literario sino principalmente
por su importante influencia política y su labor como educador.
El mayor cargo que ocupó en el gobierno argentino fue la presidencia entre 1868 y 1874. Su participación en
los encuentros de la generación del 37 demuestra que los intereses de este grupo excedían la literatura y se
concentraban también en el futuro político de la entonces joven nación.
Entre sus libros más importantes se encuentran Facundo o Civilización y Barbarie y su autobiografía
Recuerdos de provincia. Tiene además profusas publicaciones sobre educación.

Juan Bautista Alberdi


Juan Bautista Alberti (1810 – 1884) también fue, además de escritor, un político argentino. Nació en
Tucumán pero en 1835 se unió en Buenos Aires al Salón Literario como músico y escritor, y se convirtió así
en un integrante de la Generación del 37.
Cuando el rosismo disolvió el Salón Literario, Alberdi fundó la logia “La joven Argentina”, pero poco después
debió exiliarse en Uruguay. Posteriormente fue uno de los redactores de la Constitución Argentina de 1853.

Enfrentamiento a Rosa
La Generación del 37 se instauró oficialmente como oposición al gobernador Juan Manuel de Rosas porque
no se identificaba con el grupo opositor, los unitarios.
Sin embargo, los políticos integrantes del grupo se oponían a su gobierno por considerarlo autoritario, es
decir, opuesto a los ideales románticos.
La Generación del 37 buscaba la soberanía popular y la libertad de creencias y pensamiento, posiciones
opuestas al gobierno rosista.
Debido a su posición política, los miembros de la Generación del 37 sufrieron la persecución del gobierno
rosista y debieron exiliarse en Uruguay o Chile.

Asociación de Mayo
En 1838, Esteban Echeverría fundó la Asociación de Mayo, también llamada Asociación de la Joven
Generación Argentina.

El nombre de esta asociación se debía a que la Generación del 37 se consideraba heredera de la


Revolución de Mayo. Este grupo consideraba que la tarea de la Revolución no había concluido sino que
debía ser continuada con el establecimiento de un Estado liberal.
Identidad nacional
La propuesta de la Generación del 37 para construir una identidad nacional se basaba en la universalización
de la educación básica y la revalorización de la figura del gaucho como héroe nacional.

Obras literarias
Además de las obras ya mencionadas, entre las producciones literarias del grupo se encuentran:
El peregrino (1846) de José Mármol.
Esther (1851) de Miguel Cané (padre).
Soledad (1847) de Bartolomé Mitre
“El matadero” (1838) de Esteban Echeverría, considerado el primer cuento argentino.

Fuente: https://humanidades.com/generacion-del-37/#ixzz8IJFyhjju

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