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La donación: es un procedimiento mediante el cual una persona llamada donante le otorga a otra

llamada donatario, quien acepta un objeto cierto que forme la materia del compromiso. Este
procedimiento de carácter jurídico, el Código Civil Dominicano lo contempla en sus artículos 893,
894, 895, 900, 901 y siguientes.

Donaciones entre vivos.

Forma de las donaciones entre vivos.

Para que una donación se valida, debe hacerse ante notario, en la forma ordinaria de los contratos,
protocolizándose, bajo pena de nulidad (art. 931). Pero además la donación debe ser aceptada por
el donatario. A este efecto el artículo 932 dice: “La donación entre vivos no obligara al donante, y
no producirá efecto alguno, sino desde el día en que haya sido aceptada en términos expresos. La
aceptación podrá hacerse en vida del donante por acta posterior y autentica, que se protocolizara;
pero en este caso la donación no producirá efecto respecto del que la hizo sino desde el día en que
se le notifique el acta de aceptación”.

Otra condición resulta de los términos del artículo 948: “Ningún acto de donación de efectos
muebles será válido, sino con relación a los comprendidos en un estado con su tasación, y firmado
por el donante, por donatario o por aquellos que en su nombre acepten; el estado se unirá al
protocolo de la donación”.

Intervención del notario.

Conforme al 931 el acto de donación debe ser autentico o pasado ante notario.

El notario no tiene que estar asistido de un segundo notario ni de testigos (A.P.M.) salvo el caso de
que una de las partes no sepa firmar y tenga que estampar sus impresiones digitales, lo cual debe
hacer siempre en presencia de dos testigos, conforme a los establecidos por el artículo 31 de la Ley
No. 301 sobre Notariado, de 1964.

El acto debe ser protocolizado, en la misma forma como se hace con los contratos (art.931) todo
ello bajo pena de nulidad. Es decir que el original deberá permanecer siempre en el Protocolo del
notario actuante el cual entregará, a los interesados, copia fiel de acto. De este modo se asegura el
carácter irrevocable de las donaciones. El donante puede estar representado, por lo cual no está
obligado a comparecer en persona. Quien represente al donante debe tener poder autentico.
Aunque no lo dice ley alguna, se deduce del carácter autentico que debe tener la donación
(A.P.M.). Ahora bien, no creemos que, en caso de representación del donante, se precisa la
asistencia de testigos o de un segundo notario.

Aceptación del donatario.

La aceptación por parte del donatario es otro asunto que se deriva del carácter solemne y no solo
del carácter contractual de la donación. El articulo 932 exige esta aceptación so pena de que la
donación no produzca efecto respecto del que la hizo. Sin embargo, las donaciones hechas por
contrato de matrimonio, no podrán ser impugnadas ni declaradas nulas, a pretexto de falta de
aceptación (art. 1087).
El donatario no tiene que estar presente en el acto, ya que se puede hacer representar por un
mandatario con poder especial; con poder general para aceptar las donaciones hechas o que
pudieran hacerse (art. 933). Este poder debe ser autentico (A.P.M.). Lo dice expresamente el
articulo anteriormente citado y debe anexarse al protocolo de la donación o de la aceptación
cuando esta se ha hecho en acta separada. No creemos que, en caso de aceptación hecha por
medio de un apoderado, se precise la asistencia de un segundo notario o de dos testigos (A.P.M.).
La aceptación de una donación se puede hacer en el mismo acto. Es lo más sencillo y económico,
pero también puede hacerse por acto separado.

Donación aceptada en acto separado.

Puede suceder que el donatario no esté presente en el momento mismo en que el donante
consiente el acto, ni esté representado. En esta situación la donación es, por una parte, una oferta
y cuando se realice la aceptación, quedara consumada con toda su validez jurídica. Decimos que la
primera parte es una oferta, pero no obstante tiene que revestir la forma autentica, porque una
oferta hecha bajo firma privada no vale ni aun en el caso de aceptación del donatario.

Finalmente, la aceptación debe ser hecha, también, ante notario, aunque no creemos que se
precise ni de un segundo notario ni de testigos (A.P.M.).

Efectos e irrevocabilidad de las donaciones.

Efectos de las donaciones, Transmisión de un derecho:

Cuando la donación recae sobre un crédito, realiza una cesión de ese crédito del donante al
donatario.

Cuando recae sobre un derecho real, efectúa la transmisión de ese derecho solo consensu. La
publicidad de las donaciones de inmuebles se encuentra sometida, por el código civil, a un
régimen particular.

1492. Transmisión de un derecho de crédito o de un derecho real. –

La donación, como la compraventa, opera la transmisión de derecho de un patrimonio a otro.

Si el derecho transmitido es un crédito del que fuera titular el donante, el acto se traduce en una
cesión de crédito del título gratuito. Está sometido entonces a las formalidades del artículo 1690
del Código Civil o a las especiales de los títulos negociables (cfr. Parte segunda, ns.1260 y
siguientes.)

Casi siempre, es un derecho real el que transmite o constituye la donación: el donatario se


convierte en propietario o usufructuarlo de la cosa objeto de la donación, o adquiere sobre esa
cosa una servidumbre real. En el pasado, el derecho de propiedad no se transmitía, a título
oneroso o gratuito, sino por la tradición de la cosa; el consentimiento del vendedor y del
comprador, el del donante y el de donatario, tenía solamente por efecto crear entre ellos
obligaciones; el contrato no transmitía la propiedad; únicamente la tradición de la cosa es la que
producía esa transmisión. (cfr. Infra, n. 1498). Ese principio fue abandonado por los redactores del
Código Civil; en lo sucesivo, la transmisión de propiedad se produce solo consensu (cfr. Parte
segunda ns. 1612 y sigtes.).

Creación de obligaciones:

El donante está obligado a entregar la cosa donada. No debe garantía sino por su hecho personal.

El donatario no está sujeto a ninguna obligación, a menos que la donación le imponga algunas
cargas. No queda obligado por las deudas del donante, salvo convención en contrario, que solo
puede referirse a las deudas presentes. No debe incurrir en ciertos actos que la ley cataloga con el
nombre de ingratitud.

El principio de la irrevocabilidad de las donaciones.

Origen. – El derecho romano exigía, para la validez de la donación, la entrega de la cosa donada. El
antiguo derecho francés conservo esa regla, que, constituida un freno eficaz para las donaciones,
porque obligaba al donante a desposeerse inmediatamente; esa regla se traducía por la máxima:
“Donar y retener no vale”. A continuación, la tradición no fue indispensable y la máxima adquirió
otro sentido: Prohibición de que le donante se reservara la posibilidad de revocar la donación. El
Código civil mantuvo esa prohibición, que se encuentra sancionada por la nulidad de la donación.

Clausulas prohibidas.

La donación bajo condición potestativa está prohibida, porque depende de la voluntad del
donante. Sin embargo, la jurisprudencia admite la validez de la condición mixta; es decir, de la
condición que depende, a la vez, de la voluntad del donante y de la de un tercero.

Está prohibida igualmente la reserva del derecho de disponer de los bienes donados; porque el
donante, de los bienes donados; podría revocar indirectamente.

Las donaciones de bienes futuros están prohibidas, por tener el donante la posibilidad de no
adquirir o de no dejar a su muerte los bienes donados.
El donatario no puede obligarse a pagar las deudas futuras del donante, por lo menos cuando no
hayan sido esmeradas en el documento de donación; porque el donante podría así, contrayendo
algunas deudas, revocar la donación.

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