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El Código Civil de la República Dominicana, en su artículo 894 establece que “la donación entre
vivos es un acto por el cual el donante se desprende actual e irrevocablemente de la cosa
donada a favor del donatario”. Este acto se hace con el total consentimiento de las partes, tanto
el donante como el donatario deben actuar a voluntad, uno con deseos de entregar y el otro
receptivo a la entrega, contrario a esto la donación no tendría validez.
Al momento de realizar una donación entre vivos deben observarse algunas reglas, en virtud de
que este acto es solemne, siendo la primera de estas reglas la dispuesta en el artículo 931 del
Código Civil Dominicano, el cual establece que toda donación debe hacerse mediante un acto
notarial, debiendo estar en el protocolo del notario, esto a pena de nulidad. Por su parte el
artículo 932 dispone que las donaciones entre vivos deben ser aceptadas por el donatario, ya
que si no hay aceptación expresa, la donación no surte efecto.
Cuando se procede a donar bienes muebles, el legislador en el artículo 948 del Código Civil
Dominicano, ha dispuesto que el acto de donación sea acompañado de un estado descriptivo y
la tasación de los bienes a donar, documento este que debe ser firmado tanto por el donante,
como por el donatario. Si no se cumple con este requisito entonces la donación no es válida y
por ende no surte efectos para ninguna de las partes.
No puede donarse los bienes futuros, es decir, no pueden ser objetos de donación los bienes
que no se encuentre bajo la titularidad del donante al momento de hacer la donación, aún
cuando se esté seguro que se recibirá. Si se hace una donación de bienes futuros, entonces
este acto es nulo, pero en caso de que el acto contenga la donación de bienes presentes y
futuros, solo es nula la parte que comprenden estos últimos.
Las donaciones entre vivos no pueden revocarse, así lo dispone el artículo 953 del Código Civil
Dominicano, pero el mismo artículo establece tres excepciones basadas en la ingratitud, la no
ejecución de las condiciones de la donación y el nacimiento de un hijo. La acción en revocación
por motivo de ingratitud debe ser intentada por el donante o por sus herederos en caso de que
el primero haya fallecido y la misma debe ser llevada a cabo dentro del año contado a partir del
día en que se ha cometido la falta o desde el día en que haya sido de conocimiento del donante
tal delito. La revocación implica que el donatario debe restituir todos los bienes y derechos
otorgados con la donación.