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UNIDAD 1
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DERECHO DE DAÑOS
Y SEGUROS
______________
Unidad 1 – Dcho. de
daños

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UNIDAD I – DERECHO DE DAÑOS

1. RESPOSABILIDAD CIVIL. GENERALIDADES. CONCEPTOS. EVOLUCION HISTORICA.


COMPARATIVA. REGULACION EN EL CCYC. FACTORES DE ATRIBUCION.

El Código Civil anterior, siguiendo al Código Francés, dio origen a la responsabilidad civil como
respuesta del derecho privado ante daños causados a las personas y a su patrimonio por
deudores culpables, ofreciendo una reparación patrimonial en tales casos.
La conducta del agente dañador, resultaba fundamental en dicho esquema, pues no se admitía
la responsabilidad sin culpa y el factor de atribución de responsabilidad aplicable era subjetivo.
Pero, por efecto de la Revolución industrial – que significo el uso masivo de maquinarias
riesgosas y peligrosas – que causaban daño en trabajadores y terceros – apareció la teoría del
riesgo, que consagro el factor de atribución objetivo, donde el reproche de la conducta del
agente dañador resultaba indiferente e intranscendente, ya que lo que prioriza el sistema
jurídico es la idea de resarcimiento a las víctimas, quienes eran vistos como débiles en las
relaciones sociales.
La responsabilidad civil evoluciono, prevaleciendo el concepto de daño injustamente sufrido y
la garantía del resarcimiento a la víctima, por sobre la idea originaria del daño injustamente
causado.
En la actualidad, los estudios sobre responsabilidad civil y el derecho de daños atienden a
nuevos fenómenos y preocupaciones. La regulación específica de los derechos inherentes a la
persona como la dignidad, la identidad, la vida, la consagración de los bienes de incidencia
colectiva con carácter fundamental (por ej., La protección del ambiente), la protección
diferenciada de determinados grupos de individuos (por ej., consumidores y usuarios, pueblos
originarios), sumada a la magnitud de los daños alcanzados por efecto del progreso científico y
tecnológico, con potencial para poner en peligro la supervivencia misma de la raza humana,
dieron paso a una nueva concepción de la responsabilidad civil, donde la prevención es ya una
función central del derecho de daños.
En este contexto de grandes transformaciones, el CCyC, actualiza el conjunto de disposiciones
del derecho civil con base en esta nueva realidad y en la experiencia de la doctrina y
jurisprudencia, armonizándola con normas del derecho y respetando las leyes especiales que
deben seguir funcionando separadamente, en función de sus características particulares.

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La regulación en la materia comienza con dos normas fundamentales para orientar el


razonamiento jurídico: la primera establece las funciones del sistema y la segunda alude a la
prelación normativa.

La normativa vigente adopto la denominación responsabilidad civil porque organiza el sistema


en base al reconocimiento de tres funciones: preventiva, resarcitoria y punitiva. En la función
preventiva, la acción se promueve antes de que el daño se produzca, y por eso la
denominación "responsabilidad por daños" resulta confusa en un área donde no se necesita
demostrar su existencia. Del mismo modo, en la función punitiva, el monto que se impone al
deudor, no tiene relación con el daño, sino con la sanción. Por eso es que se pensó en un
sistema más amplio y una denominación más comprensiva de las tres funciones.

Responsabilidad es un sustantivo que, junto con responsable, deriva del verbo "responder", y
de sus muchas significaciones una de las más difundidas es la que dice que la responsabilidad
civil implica "dar cuenta a otro" o "hacerse cargo del daño que se le ha causado.

MANIFESTACIONES DE LA RESPONSABILIDAD – FUNCIONES DE LA RESPOSABILIDAD CIVIL:


PREVENTIVA Y RESARCITORIA

Art. 1708 - Funciones de la responsabilidad. Las disposiciones de este Título son aplicables a la
prevención del daño y a su reparación.

El Código consagra la función bipartita de la responsabilidad civil: prevenir y reparar. De este


modo la responsabilidad comprende dos etapas del daño: actuar ex ante para impedir su
producción, continuación o agravamiento, estableciéndose un deber general de hacer (realizar
una acción positiva para evitar causarlo) o de abstención (omitir ejecutar una conducta
potencialmente lesiva). Acaecido el hecho, se presenta la clásica función resarcitoria que
cuantitativamente es la más importante.

Actualmente, existe un consenso generalizado en cuanto a que la responsabilidad civil,


entendida solo como un mecanismo tendiente al resarcimiento de daños ya acaecidos es
insuficiente. Por el contrario, en la actualidad, son necesarios e imprescindibles mecanismos y
técnicas que vayan dirigidas concretamente a la evitación de perjuicios probables o previsibles
y también a la sanción de aquellos agentes que actúen a traves de conductas cuya gravedad
merezca una reacción adicional. Esta es la línea que ha seguido el CCyC.

El CCyC presenta una sistematización innovadora en la materia que consiste en dos tipos de
articulaciones: a) se regulan diferentes tipos de derechos: aquéllos que recaen sobre la

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persona, el patrimonio, como derechos individuales, los derechos individuales homogéneos y


los derechos de incidencia colectiva; b) se reconocen tres funciones: preventiva, punitiva y
resarcitoria.

Cuando se trata de la persona, hay resarcimiento pero también prevención, y en muchos


aspectos, como el honor, la privacidad, la identidad, esta última es mucho más eficaz.

En los derechos de incidencia colectiva, surge con claridad que la prevención es prioritaria y
precede a la reparación, sobre todo cuando se trata de bienes que no se pueden recomponer
fácilmente. (en cuanto a la procedencia de mecanismos de prevención del daño ambiental por
sobre los estrictamente resarcitorio 25675, lo ha sostenido la CSJN en la causa “MENDOZA” –
misma línea sigue la LEY GENERAL DEL AMBIENTE).

Ya que en estos Casos se observa además la `tragedia de los bienes comunes', ya que los
incentivos para cuidarlos son mínimos, y por eso es un ámbito en el que se reconoce la
facultad judicial de aplicar multas civiles o daños punitivos.

El fin último del resarcimiento del daño, es el de volver las cosas al estado anterior a la
producción del mismo, resulta de cumplimiento imposible en la mayoría de los casos.

Como en determinados supuestos, no existen aún reglas claras que permitan determinar la
entidad o cuantía de terminados perjuicios a efectos de traducirlos en un monto
indemnizatorio que resulte razonable, se deben instrumentar las herramientas que en una
clara actitud de “prevención” sean capaces de lograr que se obtenga el objetivo apuntado en
el art. 41 de la CN.

FUNCION PREVENTIVA DEL DERECHO DE DAÑOS

La prevención representa una función fundamental del denominado “derecho de daños”.


Tanto en el derecho comparado como en el nuestro país, se advierten tendencias doctrinarias
decididas en favor de los remedios preventivos, que se presentan como complemento idóneo
y necesario de las vías resarcitorias y punitivas.

La tendencia en la actualidad es prevenir que el daño se produzca. En particular, cuando se


ponen en juego intereses colectivos o difusos de una comunidad, como ocurre en el derecho
ambiental, adquiere especial relieve la tutela preventiva.

Así los remedios preventivos proceden cuando se trata de contrarrestar los efectos lesivos que
ya ha comenzado a originar una determinada actividad, con el fin de paralizar el daño,

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deteniendo su desarrollo. Tiene por objeto el daño todavía no provocado, pero que podría
posteriormente ser causado si la actividad prosiguiera; actuando entonces después que el daño
ha empezado a ocasionarse, para combatirlo obstaculizando su producción, atacándolo en su
causa, en su raíz.

Sin embargo esta “prevención” no es solo deseable en el derecho ambiental, o en materia de


derecho del consumidor, sino en general en un derecho de daños realmente moderno.

La equilibrada prevención del daño es beneficiosa para damnificados potenciales, por cuanto
que a través del resarcimiento del daño no se elimina del mundo los hechos sino que se busca
solo restaurar el equilibrio de intereses comprometidos. La prevención es útil y conveniente
para el potencial dañador, pues en definitiva lo pone en cubierto de las contingencias dañosas
que, por su gravedad y entidad, pueden llevarlo a una situación económicamente difícil con
motivo de las indemnizaciones que deba afrontar. También desde un punto de vista
comunitario su importancia es relevante, puesto todo daño incide negativamente en la
sociedad, en forma más o menos directa, según los casos, afectando los niveles de riqueza y
producción y la calidad de vida de los ciudadanos.

Según la doctrina especializada las ventajas de la prevención son: 1.-mantiene la paz social, la
armonía y la solidaridad; 2.- ahorra los costos de todo daño, sea personal o patrimonial; 3.- se
inserta en la verdad del antiguo adagio “mejor prevenir que curar”; 4.- libera de la justicia
institucionalizada de la carga de una causa judicial – que en la actualidad abarrotan nuestros
tribunales.

Fomas: 1.- Especifica – tiene cavidad dentro de un contexto circunscripto a las actividades
riesgosas o peligrosas, por la magnitud de la dañosidad potencial que encierran, o para
proteger ciertos derechos que hacen a la dignidad humana. Se realiza mediante la imposición
de medidas de seguridad adecuadas o de mecanismos a impedir la consumación del daño, o
detener los efectos de la acción dañosa ya iniciada.

2.- General – opera de manera indirecta, por disuasión, y se plasma en la amenaza efectiva de
una consecuencia legal, frente a la producción determinada de un daño. Dentro de esta forma
podemos mencionar la aplicación de sanciones punitivas o multas civiles como disuador de
conductas graves de carácter antisocial.

LA PREVENCION EN EL CCyC

El CCyC desarrolla la función preventiva en los art. 1710 al1713.

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ARTICULO 1710.- Deber de prevención del daño. Toda persona tiene el deber, en cuanto de
ella dependa, de:

a) evitar causar un daño no justificado;

b) adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias, las medidas razonables para evitar
que se produzca un daño, o disminuir su magnitud; si tales medidas evitan o disminuyen la
magnitud de un daño del cual un tercero sería responsable, tiene derecho a que éste le
reembolse el valor de los gastos en que incurrió, conforme a las reglas del enriquecimiento sin
causa;

c) no agravar el daño, si ya se produjo.

Se consagra el deber general de actuar para evitar causar a las personas un daño no
justificado, o bien, para adoptar las conductas positivas o de abstención conducentes para
impedir su producción o agravamiento.

La tutela de prevención está fuertemente vinculada con la protección de la persona humana,


de su vida e integridad psicofísica, de jerarquía constitucional y supranacional, deriva de los
art. 41, 42 y 43 de la C.N., los que expresamente prevén para la protección de la relación de
consumo, el ambiente, la transparencia del mercado y la competencia.

El código avanza un poco más e incluye una serie de dispositivos (art. 1711 a 1713 del CCyC)
que regulan el ejercicio y la tramitación de la denomina “acción preventiva” que nace frente a
un hecho u omisión antijurídica que haga previsible la producción de un daño.

La acción preventiva procede siempre que exista la posibilidad de que se ocasione un daño por
medio de una acción u omisión antijurídica, no siendo necesaria la presencia de ningún factor
de atribución que califique esa conducta activa u omisiva (art. 1711 CCyC). Asimismo la
antijuridicidad al ser calificativa de la conducta, deberá ser formal y no meramente material
(no sería admisible una acción preventiva contra una conducta licita por la mera posibilidad de
que pueda ser generadora de un daño, ya que podríamos llegar a propiciar una avalancha de
acciones preventivas injustificadas).

La institución a la cual se recurre es la denominada “tutela inhibitoria”, que consiste en una


acción preventiva autónoma destinada a impedir (en caso de amenaza e lesión) o hacer cesar
determinadas prácticas peligrosas (si la actividad ofensiva ya se ha iniciado y es previsible su
continuación o reiteración).

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Los presupuestos para su procedencia: urgencia impostergable en su promoción ante la


amenaza de lesión actual o inminente; previsibilidad objetiva de producción del daño,
conforme al curso normal y ordinario de las cosas; una situación de que torne justificable un
pronunciamiento judicial de hacer o de no hacer determinada conducta para evitar daños
irreversibles; ofrecimiento cautela.

Por ej. Podemos mencionar el fallo de la CSJN “RODRIGUEZ MARIA BELEN C/ GOOGLE INC. Y
OTROS S/ DAÑOS Y PERJUICIOS” (28/10/14), donde se reclamó a los buscadores de internet
aplicaran filtros o bloqueos de vinculación, a título de tutela preventiva, con el objeto de
evitar que se produjera la repetición de la difusión de información lesiva para los derechos de
las personas.

Por su parte el art. 1712 CCyC legitima para iniciar o promover la acción preventiva a quienes
acreditan un interés razonable en la prevención del daño. La legitimación activa para
interponer la acción de prevención es más amplia que la propia de la tutela resarcitoria,
excede la categoría clásica de damnificados directos e indirectos, ya que si estamos frente a la
posibilidad de un daño de un derecho de incidencia colectiva, creemos que la legitimación
debe ampliarse siguiendo los lineamientos del falla “Halabi” de la CSJN.

REQUISITOS PARA SU PROCEDENCIA:

1.- una conducta antijurídica (acción u omisión antijurídica) - el hecho generador debe ser
ilícito. La amenaza de causación de un daño debe provenir de una actividad potencialmente
antijurídica.

2.- interés del peticionaste individual, individual homogéneo o colectivo, patrimonial o


extrapatrimonial.

3.- posibilidad concreta de adoptar una conducta positiva o de abstención para evitar el daño o
sus efectos – la amenaza de daño debe proyectarse sobre un interés legítimo del actor,
patrimonial o espiritual, de goce individual o supraindividual.

4.- la acción dañosa no debe estar ya consumada

5.- no debe haber obstáculos normativos

6.- adecuada relación de causalidad entre la conducta debida y el resultado probable.

Y por último el art. 1713 del CCyC dispone que: La sentencia que admite la acción preventiva
debe disponer, a pedido de parte o de oficio, en forma definitiva o provisoria, obligaciones de

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dar, hacer o no hacer, según corresponda; debe ponderar los criterios de menor restricción
posible y de medio más idóneo para asegurar la eficacia en la obtención de la finalidad.

El juez se encuentra ampliamente facultado para adoptar todos los medios en la sentencia que
admite la acción preventiva. La sentencia puede ser dictada de modo provisorio (medidas
cautelares típicas) o definitivo (sentencia definitiva), principal (es decir, autónoma como las
medidas autosatisfacías) o accesorio (como la tutela preventiva), a pedido de parte o de oficio,
otorgándole amplias facultades para dictar mandatos de dar, hacer y no hacer. La facultad
oficiosa solo puede actuar en el marco de un proceso iniciado o en curso,

El objeto de la sentencia es impedir la producción o agravamiento del daño por lo que las
medidas a disponer serán de lo más variadas de acuerdo a las circunstancias y consistirán en
detener o frenar un hecho, hacer cesar la realización de una actividad, asegurar o modificar
una situación de hecho o de derecho, imponer obligaciones de hacer (por ej. Asegurar una
pared con riesgo de caída a la vía publica) o de no hacer (por ej. Paralizar una construcción) o
de dar (por ej. Entregar dinero para efectuar la reparación).

FUNCION SANCIONADORA DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL

Es una forma de prevención de carácter general, opera de manera indirecta, por disuasión, y
se plasma en la amenaza efectiva de una consecuencia legal, frente a la producción
determinada de un daño. Actúa como disuador de conductas antisociales.

Han sido definido como aquellos que se conceden para sancionar al demandado (sujeto
dañador) por haber cometido un hecho particularmente grave y reprochable con el fin de
disuadir o desanimar a acciones del mismo tipo.

Tiene por objeto las siguientes funciones: a) sancionar al autor de la conducta lesiva – la
principal función es sancionar al responsable de un hecho particularmente grave, es cometido
con dolo o culpa grave y con una notable indiferencia por los derechos ajenos que trasunten
menosprecio por derechos individuales o de incidencia colectiva; b) prevenir o disuadir
conductas similares – apunta a evitar la reiteración de conductas similares; c) eliminar el redito
económico injustamente causado.

Es por ello que se incorpora expresamente las sanciones pecuniarias disuasivas en el art. 1714

2. AMBITOS DE RESPONSABILIDAD JURIDICA

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LA RESPONSABILIDAD PRE – CONTRACTUAL

Esta de los daños causados en el curso de las tratativas previas al perfeccionamiento


responsabilidad tiene como contenido de estudio la posibilidad de resarcimiento del contrato.

Como han estudiado, la vida del contrato tiene tres momentos: a) la generación, que son las
conversaciones preliminares; b) el perfeccionamiento que da nacimiento al contrato y c) la
consumación, por la cual concluye la vida del contrato.

Para este tipo de responsabilidad solo importa el primer momento (el nacimiento), donde las
partes exteriorizan su voluntad de contratar, lo que configura una “oferta”. Donde la finalidad
de las partes es hacerse de la información necesaria sobre el negocio que pretende llevar a
cabo, evaluando su conveniencia y conociendo a su co-contratante.

En esta etapa, si bien las partes pueden retirarse en cualquier momento de la negociación –
conforme art. 900 CCyC – ello debe ser obrando de buena fe y a medida que avanza la
negociación, dicha posibilidad se va acotando. Donde la eventual formulación de la oferta
genera una situación jurídica, que limita aún más dicho margen.

La doctrina en general, entiende que su fundamento gira en torno a la violación del principio
de buena fe, que impone a las partes un comportamiento leal y honesto, con probidad y
rectitud. El deber de iniciar y de mantener una negociación con seriedad.

Naturaleza jurídica – existe un deber jurídico, expresamente consagrado en el art. 991 del
CCyC, siguientes y concordantes y algunas normas especiales.

La clave de la responsabilidad precontractual, radica en el retiro intempestivo de alguno de los


interesados, produciendo daño al otro sujeto

Presupuesto de esta responsabilidad:

1.- antijuricidad de la conducta: se configura por la violación del principio de buena fe, lo que
se materializa con el incumplimiento de múltiples deber de conductas, ellos son: información,
colaboración, lealtad, confidencialidad, etc.

2.- relación causal y eximentes: puede suceder que quien aparentemente es el autor de la
frustración del contrato, se ha retirado de las tratativas en razón del incumplimiento de la
parte.

3.- factor de atribución: la mayoría de la doctrina señala que es subjetivo, doloso o culposo.

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4.- daño resarcibles: la existencia de daño, corresponde resarcir el daño causado al interés
negativo o de confianza, definido como aquel que sufre el contratante frustrado por haber
confiado en la concreción o validez del negocio que finalmente no se celebró y no el daño al
interés positivo, que es de cumplimiento, o sea la privación de las ventajas que se habrían
obtenido de consumarse el contrato.

Efectos – surge la obligación de reparar los daños surgirá de la frustración del acuerdo, debe
ser de carácter integral, y tiene que comprender todos los daños.

EL DEBER DE INFORMACION PRECONTRACTUAL

El principio básico en la materia es que la información intercambiada por las partes en un


proceso de negociación no es confidencial. Para que se la considere tal, debe ser
proporcionada con ese carácter, ya sea por manifestación expresa o tácita, pero inequívoc

Quien determina la confidencialidad de la información es quien la proporciona; aunque puede


que las partes establezcan el carácter confidencial general de todo el proceso de negociación
que desarrollen. Dos son las restricciones que debe observar quien recibe información
confidencial: 1) no revelarla, en principio, a nadie, pues la norma no hace distinciones; aunque
es claro que las partes pueden, en ejercicio de su libertad contractual, pautar lo que estimen
pertinente al respecto; y 2) no usarla inapropiadamente en su propio interés; por ejemplo,
copiando una determinado modelo de negocio al que tuvo acceso en tratativas que luego no
condujeron a la celebración de un contrato con quien proporcionó la información.

La norma prevé en el tema dos variantes en la obligación de reparar, generada por la violación
del deber de confidencialidad en la etapa precontractual: i) en primer término, quien incumple
este deber queda obligado a reparar el daño sufrido por la otra parte; la norma no efectúa
distinciones, por lo que deberá resarcirse todo daño que se verifique, con nexo adecuado de
causalidad con la violación, comprendiéndose las consecuencias inmediatas y las mediatas
previsibles (arts. 1726 y 1727 CCyC) y ii) si, quien incurrió en la violación de confidencialidad
obtuvo con ello una ventaja, debe “… indemnizar a la otra parte en la medida de su propio
enriquecimiento”, lo que importa un agregado, un plus, a la indemnización que se pueda
verificar por el daño padecido por la parte afectada por la violación, disponiendo el traslado de
los beneficios obtenidos con la información, a su titular.

UNIFICACION DE LAS ORBITAS CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL. EXPLICACION

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El Código civil de Vélez Sarsfield se regulaba en la responsabilidad contractual o por


incumplimiento obligacional, se regulaba el incumplimiento de un deber preexistente, y de la
responsabilidad aquiliana, también denominada extracontractual de carácter residual,
derivada de la violación al deber general de no dañar a otro.

En cambio en el CCyC se propicia la unidad del fenómeno de la responsabilidad, por cuanto


que el concepto de responsabilidad es el mismo y los presupuestos son comunes.

El CCyC, trata la “Responsabilidad Civil” en los art. 1708 al 1780, situados en el Libro III, Título
V, capítulo I, que divide en 11 secciones.

En el art. 1716 es quizá donde aparece la demostración acabada del sistema unificado, dice
que tanto el “deber de no dañar”, como el incumplimiento de una obligación, hace surgir el
derecho de reclamar la reparación de un daño causado.

Este código comienza la regulación con dos normas fundamentales para orientar el
razonamiento jurídico: la primera establece las funciones del sistema (art. 1708) y la segunda
alude a la prelación normativa (art. 1709); luego continua con las funciones de la
responsabilidad civil: función preventiva (art. 1710 y siguientes), y resarcitoria (art. 1716 y
siguientes).

Nuestro sistema es novedoso dentro del derecho comparado, con la incorporación de normas
expresas atenientes a la prevención del daño, las causas de justificación, la asunción del riesgo,
el valor jurídico del consentimiento del damnificado, de la dispensa anticipada de la
responsabilidad de la responsabilidad colectiva y anónima.

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DERECHO DE DAÑOS
Y SEGUROS
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PRESUPUESTOS DE
LA RESPONSABILIDAD

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1. PRESUPUESTOS DE LA RESPONSABILIDAD

FUNCION RESARCITORIA – es la esencia misma de la responsabilidad civil. Consiste en


restablecer el desequilibrio patrimonial sufrido por la victima a traves del pago de una
indemnización de daños y perjuicios.

Bustamente Alsina dice que responder significa dar cada uno cuenta de sus actos, y
que responder civilmente es, la forma de ar cuenta a otro del daño que se le ha
causado, o sea es el deber de reparar por medio de una indemnización el perjuicio
sufrido por otras personas.

La responsabilidad civil se sustenta en cuatro presupuestos o elementos esenciales: la


antijuridicidad que consiste en la violación del deber de no dañar a otro o en el
incumplimiento de una obligación (arts. 1716, 1717); los factores de atribución o de
imputación que es la razón o el fundamento para adjudicar el deber de afrontar el
daño (arts. 1721 a 1724); el dr"..o que consiste en la lesión a un derecho o interés lícito
(arts. 1737 a 1740), y la relación de causalidad que vincula jurídicamente el hecho con
el resultado (arts. 1726 a 1746).

LA ANTIJURICIDAD

Una conducta es antijurídica cuando resulta contraria al ordenamiento integralmente


considerado. La accion es el comportamiento humano (accion - situacion de la
intervención del hombre se produce un cambio en el mundo exterior u omisión –
abstención de actuar – no impedir un resultado y la situacion de peligro no ha sido
creada por el comitente) que provoca un resultado en el mundo exterior.

El CCyC produce un ensanchamiento de la responsabilidad por omsion, en cuanto que


ahora cualquier accion u omisión que causa un daño a otro es antijurídica (art. 1717
CCyC). Asimismo el art. 1710 CCyC, sostiene que toda persona tiene el deber, en
cuanto de ella dependa, de evitar causar un daño no justifivcado, adoptar las medidas
para que no suceda o disminuir su magnitud y no agravarlo si ya se produjo.

DISTINTAS CONCEPCIONES

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Tanto la doctrina como la jurisprudencia se han planteado el tema de la determinación


de cuando un daño es injusto, que circunstancias hacen que una conducta daño
merezca tan calificativo. Las respuestas han sido varias:

- A. Formal: la injusticia es sinónimo de ilegalidad. Un daño es injusto cuando es


producto de la violación de una norma jurídica imperativa, es decir cuando
estuviere expresamente prohibido por las leyes.
- A. Material: plantea una visión intergral del ordenamiento jurídico, dando
cabida a otras fuentes del derecho, considera que el daño es injusto cuando
lesiona un interés merecedor de tutela sea un interés legalmente aceptado o
de hecho.
- A. Subjetiva: radica en la culpabilidad, el daño es injusto en la medida en que es
el resultado de una conducta equivocada.
- A. objetiva: la idea central es que todo daño es injusto cuando lesiona el deber
genérico de no causar un daño a otro.

El CCyC consagra ahora una antijuricidad objetiva y material – el cc consagraba una


formal y subjetiva - el art. 1717 se refiere expresamente a la simple violación del
deber general de no dañar implica ilicitud, salgo que la conducta o el perjuicio se
encuentre justificado. Dicho principio tiene rango constitucional (conforme art. 19 CN).

IMPUTABILIDAD

Es la atribución del acto y sus consecuencias al sujeto que lo realizo voluntariamente.


Se supone que ha estado en condiciones de valorar el alcance de su accion.

Es un concepto que se utiliza para establecer si el sujeto demandado tiene suficiente


discernimiento o capacidad para atribuírsele el resultado.

Imputabilidad legal – la regla es que, para arrastrar consecuencias a su autor, los actos
deben ser voluntarios, ya que los actos ejecutados sin discernimiento, intención y
libertad no producen obligación algún, sino que es considerado un acontecimiento
fortuito.

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El elemento fundamental de todo acto es la volutad del que lo ejecuta. A los fines de la
responsabilidad civil, no basta con que una persona sea autora material de un daño,
sino que asimismo debe ser tenida como “imputable” del mismo.

Es necesario entonces, que la autoria material del hecho se cumpla por una persona
que, con discernimiento, intención y libertad al tiempo de su ejecución, hubiese estado
en condiocnes de prever y evitar sus resultados.

NEXO DE CAUSALIDAD

Se refiere a la vinculación que debe existir entre un hecho antecedente y otro


consecuente el resultado (daño), para que el autor de ese comportamiento deba
indemnizar el perjuicio. El hecho debe ser la causa del daño, y por lo tanto, el
detrimento y menoscabo aparece como el efecto o consecuencia de ese obrar.

La cuestión se complica cuando se observa la proximidad o lejanía de esos efectos


dañoso, respecto del hecho que se considera productor o desencadenante, y además,
porque la mayoría de los hechos no se presentan puros o simples, sino entremezclados
con otro acontecimientos, o bien condicionados por otros eventos, favoreciendo o
limitados por esos otros hechos concurrentes, subyacentes y preexistentes.

2.- RESPONSABILIAD POR INCUMPLIMIENTO

De conformidad con lo establecido en los artículos 1716 y 1746, el incumplimiento es


el presupuesto indispensable para que exista responsabilidad del deudor de una
obligación. Probada la existencia de un incumplimiento, y de daños que están en
relación de causalidad adecuada con él, habrá responsabilidad del solvens, salvo que
éste demuestre, a su vez, que la obligación se ha extinguido por algún motivo, y en
particular por imposibilidad de cumplimiento en los términos de los artículos 955 y
1732 del Código434.

Ahora bien, dado que el incumplimiento se define por contraposición a lo que el


obligado debía hacer para cumplir —pues consiste en "el comportamiento opuesto a
aquel en que se concreta el cumplimiento, y en consecuencia, falta de ejecución, o
ejecución inexacta de la prestación"—, para determinar su existencia es preciso
establecer, en cada caso, qué era "lo debido" por el deudor. EEs importante resaltar
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que el incumplimiento al que se refiere el artículo 1749 hace responsable


directamente al deudor en todos los casos, independientemente de si la prestación fue
materialmente ejecutada por él o por un tercero (porque es indudable que en los dos
casos hay incumplimiento).

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1. FACTORES DE ATRIBUCIÓN DE RESPONSABILIDAD

Para que las consecuencias de un hecho puedan ser atribuidas a un sujeto determinado, es
necesario que el mismo obedezca a un factor de atribución. El hecho dañoso provoca,
fácticamente, una lesión a un sujeto; frente a este fenómeno el derecho se pregunta si es justo
que el daño quede a cargo de quien lo ha sufrido, o si, por el contrario, debe desplazar sus
consecuencias económicas a otra persona. Si no es justo, impone la obligación de responder; la
razón por la cual produce tal desplazamiento es lo que se denomina factor de atribución. El
factor de atribución es la razón suficiente por la cual se justifica que el daño que ha sufrido una
persona se traslade económicamente a otra.

FACTORES OBJETIVOS Y SUBJETIVOS

Los factores de atribución se clasifican en objetivos y subjetivos. Estos últimos, toman en cuenta
la reprochabilidad de la conducta del sujeto ofensor o dañadores, sea, porque obró
negligentemente (culpa) o porque lo hizo con intención dañina (dolo).

Los objetivos, en cambio, son aquellos que no tienen en consideración la reprochabilidad de la


conducta, sino alguna otra razón por lo cual es justo provocar el desplazamiento. Son factores
de atribución objetivos entre otros: el riesgo, la equidad, la garantía -obligaciones de seguridad-
, las obligaciones de resultado, etc.

2. FACTORES SUBJETIVOS

CULPA

Para que se configure la culpa es necesaria la presencia de dos requisitos: “la omisión de realizar
la conducta que exige la naturaleza de la obligación y la ausencia de propósito deliberado de
incumplir o de causar un daño”.

La culpa puede manifestarse como negligencia, imprudencia o impericia.

a) Negligencia: consiste en no prever lo que era previsible o, habiendolo hecho, en no


adoptar la diligencia necesaria para evitar el daños. Se trata de una de una conducta
omisiva de cierta actividad que, de haberse desplegado, habría evitado el daño. En la
negligencia no se toman las debidas precauciones; se hace menos de lo que se debe o
no hizo lo que se debía hacer.
b) Imprudencia: se traduce en una conducta positiva, precipitada o irreflexiva, que es la
llevada a cabo sin prever sus consecuencias. Por ej: quien conduce a alta velocidad en
una zona urbana confiando en que su habilidad para manejar le permitirá evitar un
accidente o esperando que no ocurra. La imprudencia importa una falta de previsión o
de precaución.
c) Impericia: Consiste en “la incapacidad técnica para el ejercicio de una función
determinada, profesión o arte”. Por ej, el ingeniero que, por desconocimiento de las
reglas que rigen su actividad profesional, realiza un cálculo de estructura equivocado,

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que provoca el derrumbe de la obra. En la impericia se actúa con incapacidad técnica,


apartándose del estar del comportamiento medio del buen profesional.

PRUEBA

La carga de la prueba de la culpa, incumbe, a quien la alega, salvo disposición legal o


convencional en contrario (art. 1734 CCyC)

DISPENSA

El Código anterior regulaba expresamente la dispensa anticipada del dolo en el art. 507, donde
establecía que eran nulas las cláusulas que anticipadamente dispensen al deudor de la
responsabilidad por el incumplimiento doloso de la obligación. El problema se suscitó respecto
de la culpa, que a diferencia de la dispensa anticipada del dolo, el Código anterior guardaba
silencio en esta materia.

La doctrina clásica se pronunciaba, en principio, por admitir la validez de dichas cláusulas,


basada, justamente, en la ausencia de normas prohibitivas similar al artí.507. La mayoría de la
doctrina fue contraria a esa posición sosteniendo que tampoco es admisible la dispensa
anticipada de la culpa cuando se pretenda excluir o limitar anticipadamente la responsabilidad
por daño a la persona (patrimonial o moral); o cuando ella importe desnaturalizar la esencia
misma de la relación contractual o atenten contra el orden público y el principio de la buena fe
(Por ej: en materia de responsabilidad de los profesionales) . Lo que llevaría en forma inexorable
a la invalidez de la cláusula.

En el ámbito del derecho de consumo, la Ley N 24.240 tiene por no convenidas (sin perjuicio de
la validez del contrato) a las cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten la
responsabilidad por daños (art. 37 inc. a). La solución normativa es amplia y no distingue según
el factor de atribución que se trate (objetivo o subjetivo). En todos los casos se tiene a la cláusula
por no convenía. Situación y que ha sido subsanada por el nuevo código, superando las
controversias que dio lugar este tema, en el art. 1743, que dispone: “Son inválidas las cláusulas
que eximen o limitan la obligación de indemnizar cuando afectan derechos indisponibles,
atentan contra la buena fe, las buenas costumbres o leyes imperativas, o son abusivas. Son
también inválidas si liberan anticipadamente, en forma total o parcial, del daño sufrido por dolo
del deudor o de las personas por las cuales debe responder.”

DOLO

En un sentido lato el dolo implica una idea de mala fe, de conducta deliberada contraria al
derecho. En el art. 1724 del CCyC se dispone que “El dolo se configura por la producción de un
daño de manera intencional o con la manifiesta indiferencia por los intereses ajenos”.

El código anterior contemplaba distintas acepciones:

2
SEMANA 2
UNIDAD

a) Vicio de la voluntad: como vicio de la voluntad (art. 931 del código anterior) es “ toda
aserción de lo que es falso o disimulación de lo verdadero, cualquier artificio astucia o
maquinación que se emplee con ese fin”. Se trata, como se advierte, de una conducta
orientada a provocar el error en un tercero.
b) Elemento del delito: el dolo delictual (elemento del delito) consiste en ejecutar un hecho
ilícito “a sabiendas y con intención de dañar la persona o los derechos de otro“ (artículo
1072, del código anterior). La ley hace expresa referencia a la intención de dañar la
persona o los derechos de otro como elemento configurativo del dolo delictual. “A
sabiendas“ significa conciencia de la ilicitud del acto.
c) El dolo en el incumplimiento obligacional: el dolo en el incumplimiento obligacional,
consiste en no cumplir de manera consciente, deliberadamente, pudiendo cumplir. Para
su configuración es menester la intención de causar daño al acreedor (art. 521 del
código anterior).

El código civil y comercial, sigue reconociendo distintas acepciones del dolo:

1) Dolo como vicio de la voluntad (art. 271 CCC). Consiste justamente en el engaño que se
utilice para conseguir la ejecución del acto.
2) Dolo obligacional (art. 1084 inc. d): se refiere al incumplimiento intencional de una
obligación y habilita la resolución del contrato.
3) Dolo como factor de atribución de la responsabilidad subjetiva (artículo 1724 CSS),
cuando dispone que: “El dolo se configura por la producción de un daño de manera
intencional o con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos“. La norma identifica
el concepto de dolo con la idea de “dolo obligacional“ y “dolo delictual“, que se
consideran subsumidos en el art.1724, las que significan en función de querer el
resultado previsible de la acción: sea por la intención de dañar o por desentenderse de
ese resultado probable con relación a los intereses ajenos.

PRUEBA

El dolo no se presume. La prueba del mismo pesa siempre sobre quien invoca su existencia,
quien debe aportar elementos que lleven al juzgador a una convicción segura al respecto. Son
aplicables los principios generales. Lo que surge expresamente del art.1734 del CCyC, que
dispone “la prueba del dolo incumbe quien lo alega y son admisibles todos los medios de
prueba”.

DISPENSA

Son inválidas las cláusulas que dispensas anticipadamente la responsabilidad derivada del dolo
(art. 1743 CCyC)

EFECTOS

Si bien en principio se indemnizan las consecuencias inmediatas y mediatas previsibles (art. 1726
CCyC). En los contratos celebrados de manera paritaria, el texto legal se aparta del principio

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SEMANA 2
UNIDAD

general sentado en el art. 1726 del CCyC, estableciendo un parámetro distinto (art. 1728 del
CCC), en consecuencia el deudor incumplidor responde por las consecuencias que las partes
previeron o pudieron haber previsto al momento de su celebración (y no al momento del hecho)
salvo que medie dolo del deudor. Esta es una diferencia que subsiste a pesar de la unificación
de las órbitas contractual y aquiliana y significa conceder una indemnización agravada aplicable
al incumplimiento doloso de los contratos.

FACTORES OBJETIVOS

Concepto:

ART. 1722 CCC- factor objetivo -: El factor de atribución es objetivo cuando la culpa del agente
es irrelevante a los efectos de atribuir responsabilidad. En tales casos, el responsable se libera
demostrando la causa ajena, excepto disposición legal en contrario.

RIESGO

La teoría del riesgo surgió en el derecho francés a fines del siglo XIX y adquirió gran significado
a partir de la primera mitad de este siglo. Los esfuerzos de esta doctrina por brindar una
explicación a la responsabilidad civil basada en el riesgo no han alcanzado uniformidad,
advirtiéndose tres líneas de pensamiento bien diferenciadas.

a) la teoría del riesgo creado: concepto: quien es dueño o se sirve de cosas, o realiza actividades
que, por su naturaleza o modo de empleo generan riesgos potenciales a terceros, debe
responder por los daños que ellos originan. (Es el factor de atribución más importante)

b) la doctrina del riesgo beneficio: según una línea de pensamiento más moderada, no se debería
responder objetivamente por cualquier riesgo creado, sino por aquellos que permiten alcanzar
un beneficio. La responsabilidad objetiva se presentaría como contrapartida del beneficio
obtenido por la creación del riesgo.

c) doctrina del acto anormal: según esta teoría quien incorpora a la comunidad de un riesgo, no
debe responder objetivamente por todas las consecuencias perjudiciales que deriven del
mismo, sino por aquellos de carácter excepcional, resultantes de una actividad fuera de la
normal.

La teoría del riesgo en la responsabilidad extracontractual:

Caen bajo la órbita del riesgo creado, los daños causados por el riesgo o vicio de la cosa (por
ejemplo accidentes de automotores, daños causados por animales, derivados del transporte de
personas y cosas); daños causados al consumidor por el vicio o defecto de la cosa o de la
prestación del servicio; daños derivados de actividades riesgosas; daños derivados de residuos
peligrosos; la responsabilidad del propietario de una mina; la responsabilidad del explotador o
de quien usa una aeronave, por daños causados a terceros en la superficie; la responsabilidad
del explotador de una instalación nuclear destinada a fines pacíficos. Algunos incluyen también

4
SEMANA 2
UNIDAD

a la responsabilidad de las personas jurídicas y a la del principal por el hecho de sus


dependientes.

ART. 1723 CCC- responsabilidad objetiva -: Cuando las circunstancias de la obligación, o de lo


convenido por las partes, surge que el deudor debe obtener un resultado determinado, su
responsabilidad es objetiva.

GARANTÍA

El factor garantía:

Para cierto sector de la doctrina, la idea de "garantía" constituye un factor objetivo de atribución
autónomo. Suele mencionarse dentro de este supuesto, en el ámbito extracontractual, a la
responsabilidad del principal por el hecho de los dependientes y en materia contractual
(obligacional) a la denominada obligación de seguridad, incluida con carácter general y
accesorio, de manera tácita, en ciertos contratos, para preservar a las personas o a las cosas de
los contratantes, contra los daños que puedan originarse en la ejecución del mismo (por
ejemplo un contrato de espectáculo deportivo).

También a la llamada obligación de garantía que asume el deudor frente al acreedor, por los
daños que éste pueda experimentar en su persona o bienes, como consecuencia de la
intervención de terceros, introducidos por aquél para el cumplimiento de la prestación, o por
las cosas de las que aquél se sirva.

"La obligación de garantía a cargo del deudor está implícita -dice Bustamante Alsina- por el solo
hecho de haber implicado a otro en la ejecución de la obligación".

EQUIDAD

La equidad: nuevo factor de atribución de responsabilidad de carácter objetivo, en materia de


daño involuntario, o sea, aquel causado por quien obra sin discernimiento, intención o libertad.
Conviene tener presente que, en principio, los daños involuntarios no generan responsabilidad
civil.

Esta regla reconoce dos excepciones:

-La primera se funda en el principio de enriquecimiento sin causa: "Cuando por los hechos
involuntarios se causare a otro algún daño en su persona y bienes, sólo se responderá con la
indemnización correspondiente, si con el daño se enriqueció el autor del hecho, y en tanto, en
cuanto se hubiere enriquecido".

-La segunda excepción la constituye la indemnización de equidad en base a un parámetro


objetivo de imputación: "Los jueces podrán también disponer un resarcimiento a favor de la
víctima del daño, fundados en razones de equidad, teniendo en cuenta la importancia del
patrimonio del autor del hecho y la situación personal de la víctima".

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SEMANA 2
UNIDAD

Para que se configure el supuesto previsto por la norma es necesario que exista un acto
involuntario, que cause un daño a un tercero y que medie relación causal adecuada entre ambos
elementos. Conviene tener presente que es facultativo del juez otorgar el resarcimiento; y que
la procedencia y cuantía de la indemnización es determinada por éste discrecionalmente, en
base a parámetros de equidad, ponderando la importancia del patrimonio del autor del hecho
y la situación personal de la víctima. Puede no ser plena o integral.

Se ha controvertido si este factor de atribución sólo es aplicable en materia extracontractual o


si, por el contrario, también es posible proclamar su vigencia en el ámbito del incumplimiento
contractual (obligacional). La doctrina mayoritaria se inclina en este último sentido con sólidos
argumentos: la norma se ubica en la parte general de los hechos jurídicos y no en materia de
hechos ilícitos.

SEGURIDAD

Seguridad: también se hace referencia a una suerte de "deber calificado de seguridad" o de


"tutela especial del crédito" como factor de atribución idóneo para justificar la responsabilidad
objetiva en las llamadas obligaciones de resultado. Más allá de la denominación (y alcance) que
se le asigne a este factor de atribución, parece un hecho inocultable que ciertas obligaciones
generan un deber calificado de seguridad, que puede establecerse en un factor de imputación
autónomo de carácter objetivo.

3. VALORACIÓN DE LA CONDUCTA

ART. 1725 CCC- valoración de la conducta -: Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia
y pleno conocimiento de las cosas, mayor es la diligencia exigible al agente y la valoración de la
previsibilidad de las consecuencias. Cuando existe una confianza especial, se debe tener en
cuenta la naturaleza del acto y las condiciones particulares de las partes. Para valorar la
conducta no se toma en cuenta la condición especial, o la facultad intelectual de una persona
determinada, a no ser en los contratos que suponen una confianza especial entre las partes. En
estos casos, se estima el grado de responsabilidad, por la condición especial del agente.

De acuerdo al grado de previsibilidad:

-Previsibilidad media: el sujeto puede prever las consecuencias de un hecho de acuerdo al curso
normal y ordinario de las cosas. Ejemplo: cualquiera que camine y tropiece con una escalera.

-Previsibilidad mayor: aquella persona que cuenta con mayor conocimiento por su oficio, arte o
profesión tiene que tener un mayor grado de previsibilidad respecto de las posibles
consecuencias de su actuar. El Art. 1725 le exige más diligencia a esta clase de personas, por lo
tanto el juez al valorar la conducta de esta persona será más riguroso y lo sancionara de una
manera más grave que un acreedor medio.

4. CAUSALIDAD

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SEMANA 2
UNIDAD

La relación de causalidad es la conexión fáctica que debe existir entre la acción humana y el
resultado dañoso producido. La relación de causalidad vincula materialmente, de manera
directa, al incumplimiento obligacional o al acto ilícito aquiliano con el daño y, en forma
sucedánea e indirecta, a éste con el factor de atribución. En el ámbito preventivo, también
permite establecer un vínculo razonable y necesario entre la amenaza de daño y el hecho que
la genera. Se trata de resolver si un resultado dañoso determinado puede ser materialmente
atribuido a una persona. Estamos frente a una cuestión fáctica y objetiva, que se circunscribe al
enlace entre un hecho antecedente (causa) y otro consecuente o resultado (efecto). Puede, de
tal modo, haber relación de causalidad sin que medie culpabilidad (por ejemplo, daño causado
por un menor de cinco años de edad); o existir causalidad sin responsabilidad (por ejemplo,
daños inferidos en legítima defensa).

CAUSALIDAD Y CULPABILIDAD

La relación de causalidad tiende a dilucidar si las consecuencias dañosas de un hecho pueden


ser atribuidas materialmente a la acción del sujeto, poniendo en evidencia la autoría del hecho.
Aquí el análisis es previo al de la culpabilidad. La culpabilidad se orienta a determinar si puede
formularse un juicio de reproche subjetivo en el comportamiento antijurídico de quien es autor
material del hecho. Ambos se asientan sobre la noción de previsibilidad. En la relación causal la
previsibilidad se valora en abstracto, con prescindencia de lo sucedido en el caso concreto. En
la culpabilidad la previsibilidad se pondera principalmente en concreto, desde el punto de vista
interior del agente atendiendo al comportamiento exteriorizado frente al hecho producido.

La previsibilidad se juzga sin tomar en cuenta la condición especial del agente salvo si: existe un
deber específico de obrar con prudencia y pleno conocimiento; la condición especial del agente
le otorga una previsibilidad mayor; el agente ha obrado con dolo o culpa grave; la ley lo dispone.

TEORÍAS

Se han formulado distintas teorías sobre la relación de causalidad, en procura de dilucidar cuál
de los distintos antecedentes o condiciones que materialmente provocan el resultado son aptas
para ser considerados jurídicamente como causa del mismo.

-Teoría de la equivalencia de las condiciones: (John Stuart Mill) todas las condiciones que
contribuyen a producir un resultado dañoso tienen el mismo valor, por lo que la falta de
cualquiera de ellas determina la no causación del daño.

-Teoría de la causa próxima: (Francis Bacon) se procura buscar una entre todas las posibles
condiciones que han producido el resultado, a fin de elevarla a la categoría de causa generadora
del mismo. Si bien es cierto que en algunos casos la condición previa en el tiempo a la
producción del evento daño suele ser la causa del efecto, ello no constituye una regla absoluta
que permita erigir un criterio categórico en tal sentido. Por eso se le ha objetado que no
necesariamente la última debe ser la causa del daño, sino que puede estar reconocida en una
condición anterior. Por ejemplo, alguien, dolosa o culposamente, cambia un remedio de un

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SEMANA 2
UNIDAD

enfermo por una sustancia toxica, que es suministrada luego por una enfermera, la cual
ignoraba la sustitución, provocando la muerte del enfermo. La enfermera no ha causado el
homicidio sino quien realizo el cambio anteriormente.

-Teorías de la condición preponderante y de la condición eficiente: la primera sostiene que la


causa del daño es aquella condición que rompe el equilibrio entre los factores considerados
favorables y los adverso para su producción, influyendo en el resultado.

Y la segunda, no difiere mucho de la anterior, y sostiene que es causal del daño aquella condición
que tenga mayor poder intrínseco de causación del fenómeno.

-Teoría de la causa adecuada: es la de mayor predicamento en la hora actual. Se realiza un juicio


de probabilidad en abstracto, prescindiendo de lo que efectivamente ha ocurrido en el caso
concreto, y computando únicamente aquello que sucede conforme al curso norma y ordinario
de las cosas. Está orientado a determinar si la acción u omisión que se juzga era apta o adecuada
para provocar esa consecuencia.

ANTIJURIDICIDAD

Una conducta es antijurídica cuando resulta contraria al ordenamiento jurídico integralmente


considerado (Bueres, Mosset Iturraspe, Zavala de Gonzalez).

-Antijuridicidad formal: para esta corriente la injusticia es sinónimo de ilegalidad. Un daño es


injusto cuando es producto de la violación de una norma jurídicamente imperativa, es decir
cuando estuviere expresamente prohibido por las leyes.

-Antijuricidad material: es cuando la ilicitud deja de confundirse con la ilegalidad, y se


comprende que el derecho no se agota en la legalidad: se plantea una visión integral del
ordenamiento jurídico dando cabida otras fuentes del derecho: los principios fundamentales del
derecho que hacen el orden público en sus diferentes manifestaciones, la moral y las buenas
costumbres, etc. Considera que el daño es injusto cuando lesiona un interés merecedor de
tutela sea un interés legalmente aceptado o de hecho.

-Antijuricidad subjetiva: es un criterio diferente puesto que abandona el sendero de la


desaprobación del acto o hecho, para avanzar sobre la desaprobación de la conducta del autor
o agente. La antijuricidad se encuentra en la culpa. La culpabilidad, aparece absorbiendo a la
antijuridicidad, el daño es injusto en la medida en que es el resultado de una conducta
equivocada.

-Antijuricidad objetiva: el juicio de aprobación o desaprobación y la consiguiente condena a


reparar, atiende exclusivamente al acto o hecho y, en particular, a su resultado: el daño causado.
La antijuricidad no mira al agente sino a la víctima; de ahí que haya daño injusto aún cuando
mediare involuntariedad en el obrar, o bien falte la culpabilidad. La idea central es que todo
daño es injusto en cuanto lesiona el deber genérico de no causar un daño a otro.

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SEMANA 2
UNIDAD

Dicha regla no impide que haya actos dañosos que se encuentran justificados por el derecho, de
suerte que su autor no encontré ninguna responsabilidad al realizarlos. Actúan las “causas de
justificación“ resolviendo el conflicto entre el interés lesionado y el derecho ejercitado, entre el
daño que una persona sufre el beneficio que otra causante, logra con su obrar.

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SEMANA 1
MÓDULO 1
SEMANA 3
MODULO 4
MÓDULO 1

DERECHO DE DAÑOS
Y SEGUROS
______________
RELACION CAUSAL
INTERRUPCION E
INTERFERNCIA DEL NEXO DE
CAUSALIDAD
CASUSAS DE JUSTIFICACION

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SEMANA 1
MÓDULO 1

1. RELACION CAUSAL

Se refiere a vinculación que debe existir entre un hecho antecedente y otro


consecuente que debe existir entre un hecho antecedente y otro consecuente –el
resultado (daño)-, para que el autor de ese comportamiento deba indemnizar el
perjuicio.

Entonces, el hecho debe ser la causa del daño, y por lo tanto, el detrimento o
menoscabo aparece como el efecto o la consecuencia de ese obrar.

La cuestión se complica cuando se observa la proximidad o lejanía de esos efectos


dañosos, respecto del hecho que se considera productor o desencadenante, ya que la
mayoría de los hechos no se presentan puros o simples, sino entremezclados con
otros acontecimientos, o condicionados con otros eventos, que los favorecen o limitan.

APRECIACION

Para abordar correctamente el estudio de la causalidad, es necesario distinguirla de la


CULPABILIDAD.

La CAUSALIDAD la antecede, tiene por objeto determinar cuando y en que


condiciones un resultado (daño) debe ser considerado consecuencia de un hecho
jurídicamente imputable a una persona.

Por su parte La CULPABILIDAD, se ocupa de establecer cuando y en que condiciones


un acto debe ser imputado subjetivamente a su autor.

El tema de la causalidad es puramente objetivo (enlace material de un antecedente y


un resultado), y por ello ajeno de toda valoración sobre la conducta reprochable del
agente.

La respuesta jurídica se encuentra en los art. 1726-1728, cuyo eje es la idea rectora
de la previsibilidad.

SU DOBLE FUNCION

A) Autoría: permite determinar cuándo un resultado dañoso es materialmente


atribuible a la acción dañosa de un sujeto determinado.
B) Extensión del resarcimiento: brinda los parámetros objetivos para determinar
dicha extensión, mediante el régimen de imputación de las consecuencias.

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SEMANA 1
MÓDULO 1

La relación de causalidad define si el daño debe ser reparado y con qué


extensión.

TEORIAS

Se admite en doctrina, para que deba responderse por un daño es necesario que el
mismo haya sido causado, mediante acción u omisión por su actor. Por lo que se han
elaborado en la doctrina distintas teorías:

- T. DE LA EQUIVALENCIA DE CONDICIONES: parte de la base de que la causa


es el conjunto de condiciones necesarias para que acontezca un efecto. Estas
condiciones son todas equivalentes y en conjunto configuran el resultado final –
cualquiera de ellas que falte, el evento dañoso no habría ocurrido -.
CRITICA: es excesiva y llega a cagar al obligado con consecuencias
inconcebibles y disvaliosas.
- T. DE LA CAUSA PROXIMA: sostiene que la causa del evento es solamente
aquella, que en el orden del tiempo, se halla más próxima al resultado.
CRITICA: sería una tarea infinita juzgar las causas de las causas y la influencia de
unas sobre otras. Ni tampoco la causa más próxima en el tiempo, es la verdadera
causa del daño
- T. DE LA CAUSA PREDOMINANTE O DE LA CAUSA DEFICIENTE: la causa del
evento, es la que reúne las condiciones de ser ―el hecho de eficacia
predominante‖, sino que son de eficacia distinta, y debe computarse tan solo la
que tiene mayor fuerza productiva o mayor influencia en el proceso causal.
CRITICA: no siempre es posible determinar cuál es el hecho de eficacia
predominante. Es imposible dividir un resultado, ya de por si indivisible, para
atribuir a una condición un poder causal decisivo.
- T. DE CAUSALIDAD ADECUADA: teoría predominante en derecho civil y
derecho penal.
Nuestro CCyC adopta esa teoría, el art. 1726 expresamente consagra ―que son
responsables las consecuencias dañosas que tienen nexo adecuado de
causalidad con el hecho productor del daño‖.
Se parte de la base de que solo puede considerar jurídicamente ―causa‖ de un
resultado aquel hecho, que, de acuerdo al curso ordinario y natural de las cosas,
es idónea para producir un resultado determinado.

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SEMANA 1
MÓDULO 1

TIPOS DE CONSECUENCIAS

Así, teniendo en cuenta la mayor o menor probabilidad de las consecuencias


derivables de un acto, el código distingue entre: INMEDIATAS, MEDIATAS y
CAUSALES.

El juicio de probabilidad se hace en abstracto, atendiendo a lo que era o no previsible


―según el curso natural y ordinario de las cosas‖ es decir, a lo que comúnmente
acostumbra a suceder en casos análogos, salvo que la previsibilidad del agente era
superior a la corriente, por sus aptitudes sobresalientes o conocimientos especiales.

Consecuencias Inmediatas

“Son aquellas que acostumbran a suceder según el curso normal y ordinario de las
cosas” - art. 1727. La inmediatez no deriva de la cercanía temporal o especial con el
hecho generador.

Asume tal carácter porque entre el hecho generador y la consecuencia no se advierte


la presencia de ningún hecho intermedio. (el hecho y la consecuencia se ligan sin la
mediación de otro hecho que produzca la unión o les sirva de lazo).

Consecuencias Mediatas

“Son las que resultan solamente de la conexión de un hecho con un acontecimiento


distinto” - art. 1727. El vínculo con el hecho no es directo, ya que la cadena causal se
produce la interferencia de otro hecho, que contribuye en la consecución al resultado.
Es la consecución de dos hechos la que produce el resultado.

Consecuencias Casuales

“Son las consecuencias mediatas que no pueden preverse” – art. 1727.

Es decir que escapan de toda aptitud normal de previsión, al corresponder a hechos


que operan en forma sobreviniente e inesperada en el proceso causal, interrumpiendo
su desarrollo. Precisamente por no ser previsibles estas consecuencias no son
imputables.

PRUEBA DE LA RELACION CAUSAL

Pesa sobre quien reclama la reparación del daño, en materia contractual como
extracontractual. La victima siempre debe demostrar la conexión material entre un

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SEMANA 1
MÓDULO 1

determinado hecho y su resultado. La causalidad no se presume a partir de dicha


prueba podrá, a lo sumo, presumirse el carácter adecuado de la condición.

Art. 1736 CCyC: la carga de la prueba de la causalidad corresponde a quien la alega,


excepto que la ley la impute o la presuma. La carga de la prueba de la causa ajena, o
de la imposibilidad de cumplimiento recae sobre quien la invoca.

PREVISIBILIAD CONTRACTUAL

El art. 1728 del CCyC se refiere disponiendo que en los contratos se responde por las
consecuencias que las partes previeron o pudieron haber previsto al momento de su
celebración. Cuando existe dolo del deudor, la responsabilidad se fija tomando en
cuenta estas consecuencias también al momento del incumplimiento.

La regla según la cual entre el hecho y el daño debe haber una relación causal
adecuada sufre una excepción cuando se está ante un contrato negociado. En tales
casos, el respeto de la voluntad de las partes se traduce en una regla distinta: el
deudor responde por las consecuencias que los contratantes previeron o pudieron
prever al momento de la celebración del contrato. A diferencia de la causalidad
adecuada, se trata de un criterio subjetivo (lo que previeron las partes, y no un hombre
medio) y que tiene en cuenta el momento de la celebración del contrato (y no el del
incumplimiento), aunque esta última distinción queda sin efecto en caso de
incumplimiento doloso.

2. INTERRUPCION E INTERFERENCIA DEL NEXO DE CAUSALIDAD

Puede suceder que la relación causal que debe existir entre el hecho y el daño se vea
alcanzado por la presencia de factores extraños, con idoneidad para suprimir o
aminorar sus efectos.

En el caso de suprimir los efectos la doctrina lo denomina interrupción del nexo causal;
en cambio cuando opera una disminución de los efectos por la interferencia de dos o
más series causales, nos encontramos ante una concausa propiamente dicha.

En este caso será necesario determinar el grado de transcendencia que tuvo cada una
de las condiciones en la producción del resultado y en función de ello asignar al
responsable de cada una de ellas el porcentaje de reparar.

Se trata de una pluralidad de hechos causales independientes entre si, y que pueden
preexistentes o concominantes.

4
SEMANA 1
MÓDULO 1

El CCyC determina las eximentes que se vinculan con la relación de causalidad y el


factor de atribución son: 1.- el hecho o la culpa de la víctima; 2.- el hecho de un tercero
extraño por quien no se deba responder; 3.- el caso fortuito o fuerza mayor.

HECHO DE DAMNIFICADO

La propia conducta del damnificado se puede convertir, frecuentemente, en


causa exclusiva o concausa del daño.

Art. 1729 CCyC - La responsabilidad puede ser excluida o limitada por la incidencia del
hecho del damnificado en la producción del daño, excepto que la ley o el contrato
dispongan que debe tratarse de su culpa, de su dolo, o de cualquier otra circunstancia
especial

El nexo causal entre el hecho ilícito -o el incumplimiento contractual- y el daño puede


ser excluido total o parcialmente por la existencia de un hecho del damnificado que
tenga aptitud causal para producir el resultado, o al menos para incidir en él. En
principio, no es necesario que este hecho sea culpable, razón por la cual el artículo
también se aplica al hecho de las personas sin discernimiento.

Para que el hecho de la víctima desplace totalmente la autoría del agente, y se


constituya en la causa exclusiva del perjuicio, es preciso que reúna los caracteres del
caso fortuito en los términos del artículo 1730 (es decir, debe ser imprevisible o
inevitable, además de exterior —art. 1733, inc. e—. (teoría del mero hecho de la
voluntad).

Requisitos:

- Incidencia causal: el hecho de la víctima con la producción del resultado, sea


como causa exclusiva o como concausa del daño en concurrencia con otros
hechos relevantes.
- Hecho del damnificado: el simple hecho de la víctima es suficiente para provocar
la ruptura del nexo causal, aunque no mediare reproche alguno en su conducta.

Efectos:

- Hecho exclusivo de la víctima – provoca la plena eximición de responsabilidad por


parte del demandado.
- Concurrencia del hecho de la víctima con la culpa probada o presumida del
lesionante – se deben distribuir las consecuencias dañosas y las soportan en

5
SEMANA 1
MÓDULO 1

función de la distinta incidencia causal que haya tenido en la producción del


resultado.
- Concurrencia del hecho de la víctima y de supuestos de factores objetivos de
atribución:
a). hecho exclusivo de la víctima: queda sin efecto totalmente la presunción de
responsabilidad que recae sobre el dueño o guardián de una cosa riesgosa o
viciosa, o sobre quien realice una actividad igualmente riesgosa.
b). hecho de la víctima concurrente con factores objetivos de atribución: la
incidencia de la víctima es solo parcial y por lo tanto la responsabilidad se debe
reducir en función de la incidencia de ella en el daño.

HECHO DE UN TERCERO EXTRAÑO POR QUIEN NO SE DEBE RESPONDER

La atribución material del menoscabo se desplaza hacia el tercero, que es a quien se


le podrá efectuar la imputación subjetiva (dolo, culpa) u objetiva (riesgo creado,
garantía, equidad) según el caso.

Tercero es toda persona distinta del responsable presunto y de la víctima.

No cualquier hecho de un tercero es idóneo, ya que existen hechos realizados por


ciertos sujetos, por los que si se debe responder, por ejemplo los daños causados por
dependientes en ejercicio o en ocasión de sus funciones, respecto del principal.

El art. 1731 determina expresamente para que el hecho de que un tercero actúe como
un eximente de responsabilidad debe reunir los requisitos del caso fortuito, es decir,
debe tratarse de un hecho imprevisible, e inevitable.

Requisitos:

- INCIDENCIA CAUSAL – sea en forma exclusiva o concurrente; la autoría


material recae sobre el tercero, que deberá responder frente a la víctima,
siempre que haya un factor de atribución subjetivo u objetivo.
- EL HECHO DE UN TERCERO NO DEBE SER IMPUTABLE AL
DEMANDADO – debiendo dicha prueba ser soportada por este y valorada en
forma estricta, orientada a acreditar que la conducta del demandado fue
extraña a la producción del hecho determinante del daño.

Efectos:

- Hecho exclusivo del tercero: provoca la eximición total del demandado. El


tercero es el autor material del daño y por lo tanto debe responder (siempre
que reúna los demás presupuestos).

6
SEMANA 1
MÓDULO 1

- Concurrencia del hecho del tercero con el del demandado: ambos deben
responder concurrentemente frente a la víctima y luego ejercer las acciones de
regreso.
- Hecho de un tercero concurrente con un factor de atribución objetivo del
demandado: el dueño, guardián y el tercero deben responder
concurrentemente frente a la víctima y luego ejercitar las acciones de regreso
que le correspondiere a cada uno.

Carga de la prueba: como el hecho del tercero no se presume es que la carga de su


existencia e incidencia en el nexo causal recae sobre quien la invoca; rige la libertad
de medios probatorios.

CASO FORTUITO O FUERZA MAYOR

Noción – se los puede definir como acontecimientos extraordinarios, imprevisibles e


inevitables, no imputables al deudor, que impiden el cumplimiento de la obligación.

El art. 1730 define Se considera caso fortuito o fuerza mayor al hecho que no ha
podido ser previsto o que, habiendo sido previsto, no ha podido ser evitado. El caso
fortuito o fuerza mayor exime de responsabilidad, excepto disposición en contrario.

Empleando los términos como sinónimos.

Requisitos:

1) Imprevisibles – debe tratarse de un hecho que un hombre de mediana


prudencia no tenga por qué suponer que ocurrirá.
2) Inevitable – es aque acontecimiento que el hombre no puede resistir. La
dificultad debe ser absoluta. Requisito esencial – IRRESISTIBILIDAD -.
3) Actual – debe ocurrir contemporáneamente al momento del cumplimiento.
4) Inimputable – no sea atribuido a la culpa del deudor.
5) Extraordinario – excede el orden natural, escapan de toda ponderación
acertada o razonable.

CASOS – las situaciones pueden ser producidas por dos grandes causas:

1.- Hechos del Hombre: son manifestaciones en las que interviene la actividad humana
en diferentes variantes y situaciones.

a) las ordenes o prohibiciones de las autoridades, también llamados en la doctrina


―hechos del príncipe‖

b) las guerras, revolucione o sucesos similares.

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MÓDULO 1

c) hechos de terceros.

d) huelgas, etc.

2.- Hechos de la naturaleza: cuando son extraordinarios y por su intensidad se salen


del orden común.

a) Las lluvias, vientos, inundaciones, sequia son el resultado del curso regular de la
naturaleza por lo que no configuran caso fortuito, excepto las que no son periódicas,
no se pudieron prever, o por su intensidad.

b) fuertes vientos – solo cuando por su violencia, revisten tan gravedad que impiden el
cumplimiento y el obrar normal.

c) incendio – solo cuando haya sido originado por causas inevitables.

Efectos.

Interrumpen el nexo causal, y por ello las consecuencias del hecho dañoso no pueden
ser atribuidas al deudor o demandado.

Si la obligación se hace de cumplimiento temporal imposible, cuando cesa el hecho


impeditivo, el deudor debe cumplir en forma inmediata – excepto obligación de plazo
esencial.

Si la imposibilidad es parcial, queda obligado a la entrega de lo restante.

Principio general: provoca la destrucción total o parcial, según los casos, del nexo de
causalidad. Fundamentalmente:

- Extingue la obligación por imposibilidad sobrevenida (o imposibilidad de pago).


- Libera al deudor de responsabilidad por dicho incumplimiento. (si se trata de
obligaciones reciprocas, el deudor pierde el derecho de reclamar la
contraprestación, y de percibirla debe devolverla).

Excepciones: pese a existir un hecho que reúne algunos caracteres del caso fortuito,
este no produce la liberación del sindicato como responsable. Surgen del art. 1733 del
CCyC:

a. Asunción contractual del caso fortuito – en ejercicio de la autonomía de la


voluntad las partes convienen que el obligado garantiza el resarcimiento de los
daños en cualquier circunstancia.
b. Disposición de la ley: precisamente el punto c de esta disposición.

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MÓDULO 1

c. Mora del deudor: uno de los efectos de la mora es la traslación de los riesgos
de la prestación, pasan a estar en cabeza del deudor incumplidor.
d. Existencia de culpa previa del responsable: no existe caso fortuito porque falta
la condición de ajeneidad.
e. Contingencia propia del riesgo de la cosa o actividad – nuevamente debe ser
ajeno al responsable, es decir que debe ser extraño a la esfera económica del
agente, sus actividades, a su empresa o a las cosas de su propiedad.
f. Obligación de restituir como consecuencia de un hecho ilícito – por ej. posesión
de mala fe – por aplicación del art. 1936 CCyC.

PRUEBA:

El casus configura un típico hecho que impide atribuir la consecuencia al deudor, y por
ende corresponde que sea este quien cargue con la prueba respectiva.

En cuanto a los medios probatorios, utilizables y como se trata de hechos, pueden


recurrirse a cualquier clase de prueba

El caso fortuito no debe ser asimilado ni identificado con la falta de culpabilidad.

Se trata de eximentes distintas, que actúan sobre presupuestos de la responsabilidad


diferentes.

El casus incide sobre el nexo causal, destruyéndolo, lo que determina la falta de teoría
material del sindicado como responsable. El autor no se libera porque haya cumplido
con la diligencia debida sino, porque no es autor del incumplimiento por falta de
causalidad material y jurídica.

3. CAUSAS DE JUSTIFICACION

El CCyC las enumera expresamente en los art. 1718-1720.

El artículo regula algunas de las causas de justificación, es decir, las circunstancias en


las cuales, pese a haber un hecho o una omisión dañosos, ellos no son antijurídicos,
porque el ordenamiento jurídico permite dañar en el caso concreto. Tal cosa puede
suceder —en los términos de la norma en comentario— porque el agente ha actuado
en ejercicio regular de un derecho, en legítima defensa, o en estado de necesidad. En
algunos casos —como en el estado de necesidad— la ley establece de todos modos
la obligación de responder en cierta medida, con lo que se estaría ante supuestos de
responsabilidad por actos lícitos.

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MÓDULO 1

ESTADO DE NECESIDAD
Concepto: es un peligro que solo puede evitarse mediante la lesión a un bien jurídico
ajeno.
En estos casos se daña un bien para salvar otro más valioso.
El CCyC dispone que está justificado el hecho que causa un daño: c) para evitar un
mal, actual o inminente, de otro modo inevitable, que amenaza al agente o a un
tercero, si el peligro no se origina en un hecho suyo; el hecho se halla justificado
únicamente si el mal que se evita es mayor que el que se causa. En este caso, el
damnificado tiene derecho a ser indemnizado en la medida en que el juez lo considere
equitativo
Supone un conflicto de intereses en el cual se sacrifica el de menor entidad.

Requisitos:
a. La existencia de un peligro actual e inminente de sufrir un daño en la persona o
en las cosas.
b. Tal peligro no debe ser imputable al autor de un daño, ni debe estar obligado a
soportar la situación de peligro.
c. El daño causado debe ser de naturaleza patrimonial ya que no se admite que
un hombre para salvar su propia vida ataque la vida de otro, salvo en caso de
defensa propia.
d. Que no exista otra manera de eludir el peligro.
e. Que el daño que se procura evitar sea cualitativo o cuantitativamente superior
al que se ocasiona al tercero, es decir que medie una considerable
desproporción entre ambos.
Efectos: esta figura importa un causal de justificación, y por ende, el agente no
responde por los daños y perjuicios. Y tiene derecho a ser indemnizado en la medida
en que el juez lo considere equitativo, conforme lo dispone la parte final del art. 1718
inc. C).

LEGITIMA DEFENSA
Es el supuesto en que alguien causa daño a otros usando medios racionales a fin de
repeler una agresión ilegitima.
El problema surge a raíz de los daños causados por quien se defiende, lo que exige
determinar si dicho daño admite o no una justificación jurídica, pues el agresor
civilmente los prejuicios que sean resultado de su propio accionar.
El CCyC se encuentra previsto en el art. 1718 inc. b) esta justificado el hecho que
causa un daño en legítima defensa propia o de terceros, por un medio racionalmente

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MÓDULO 1

proporcionado, frente a una agresión actual o inminente, ilícita y no provocada; el


tercero que no fue agresor ilegítimo y sufre daños como consecuencia de un hecho
realizado en legítima defensa tiene derecho a obtener una reparación plena.

Requisitos:

1. Agresión ilegitima – el ataque debe ser contrario a la ley. Además debe ser
actual, es decir inminencia del daño, no es suficiente la mera amenaza y menos el
daño ya consumado. Debe estar dirigida contra la persona (ella misma o un tercero –
conocido o desconocido -) o sus bienes.

2. Racionalidad del medio empleado – hace al comportamiento de quien se


defiende. Hace a la proporcionalidad entre el ataque, los derechos llamados a proteger
y los medios utilizados para su defensa.

La desproporción o irracionalidad de los medios empleados, con relación a los


utilizados para la agresión, hacen caer en ―exceso de defensa o exceso en la legitima‖,
donde tanto el agresor como el agredido, deben asumir la carga de la responsabilidad
en consideración al grado de causalidad y culpabilidad que se les atribuya.

3. Falta de provocación suficiente – es necesario analizar que las actitudes o


comportamientos del defendido que hayan sido la causa de la agresión.

EJERCICIO REGULAR DE UN DERECHO

El CCyC lo dispone en el art. 1718 inc. a) – está justificado el hecho que causa un
daño: en ejercicio regular de un derecho.

Sin embargo, esta justificación tiene como límite el ejercicio abusivo del derecho. De
acuerdo a lo establecido en el artículo 10 del Código, el derecho debe ser ejercido de
conformidad con los fines del ordenamiento jurídico y los límites impuestos por la
buena fe, la moral y las buenas costumbres. Es decir debe realizarse en forma regular
y no abusiva, es decir, este debe realizarse sin lesionar los derechos de los demás ni
los fines de la ley y sin causar daños injustos.

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MÓDULO 1

ASUNCION DE RIESGOS

Es incorporada expresamente en el art. 1719 del CCyC, que dispone La exposición


voluntaria por parte de la víctima a una situación de peligro no justifica el hecho
dañoso ni exime de responsabilidad a menos que, por las circunstancias del caso, ella
pueda calificarse como un hecho del damnificado que interrumpe total o parcialmente
el nexo causal.

La primera dificultad se presenta al pretender definir ―asumir riesgos‖, ya que la


mayoría de los actos de la vida moderna entrañan riesgos. Y el problema jurídico
reside en saber que transcendencia tiene la decisión del damnificado de realizar tales
actos riesgosos sobre el régimen de la responsabilidad civil.

Lo que importa es lisa y llanamente el hecho o culpa de la víctima, por constituir un


riesgo extraordinario y anormal.

ACTOS DE ABNEGACION o ALTRUISMO: consiste en el acto de una persona que


no tiene obligación jurídica alguna, y acepta sacrificar o correr riesgo de su vida o
integridad corporal para auxiliar a otro‖.

Se refiere a ellos la segunda parte del art. 1719, dispone: Quien voluntariamente se
expone a una situación de peligro para salvar la persona o los bienes de otro tiene
derecho, en caso de resultar dañado, a ser indemnizado por quien creó la situación de
peligro, o por el beneficiado por el acto de abnegación. En este último caso, la
reparación procede únicamente en la medida del enriquecimiento por él obtenido".

Son los casos donde la víctima asume el riesgo del daño, por su arrojo o actos
heroicos. Se precisa que el responsable es quien creó la situación de peligro, o el
beneficiado por el acto de abnegación, pero en este último caso la acción prosperará
únicamente en la medida del enriquecimiento por él obtenido.

CONSENTIMIENTO LIBRE E INFORMADO DEL DAMNIFICADO

Ante la producción de un daño, precedido del consentimiento del damnificado, debe


dispensarse de responsabilidad al agente y eximirlo del deber de reparar.

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MÓDULO 1

Asi nuestro CCyC dispone en el art. 1720 - Sin perjuicio de disposiciones especiales,
el consentimiento libre e informado del damnificado, en la medida en que no constituya
una cláusula abusiva, libera de la responsabilidad por los daños derivados de la lesión
de bienes disponibles".

El articulo exige ciertos requisitos para que la voluntad de la victima quite antijuricidad
al daño por ella sufrido. Ellos son:

a) Que el consentimiento del damnificado sea libre e informado – libre (acto


voluntario), informado (aquellas situaciones en las que las partes se
encuentran en desigualdad – de conocimiento y/o poder – por lo que la ley
pone la carga de suministrar información suficiente a la otra.

b) Que la cláusula que instrumenta ese consentimiento no sea abusiva.

c) Que el consentimiento recaiga sobre bienes disponibles, es decir sobre bienes


donde no se afecte el orden público.

Como existen numerosas disposiciones específicas que regulan bajo qué


condiciones puede el consentimiento constituir una causa de justificación, es que
dicho artículo tiene carácter subsidiario.

IMPOSIBILIDAD DE CUMPLIMIENTO

Se halla regulada en el art. 1732 del CCyC - El deudor de una obligación queda
eximido del cumplimiento, y no es responsable, si la obligación se ha extinguido por
imposibilidad de cumplimiento objetiva y absoluta no imputable al obligado. La
existencia de esa imposibilidad debe apreciarse teniendo en cuenta las exigencias de
la buena fe y la prohibición del ejercicio abusivo de los derechos.

El fundamento de la responsabilidad "contractual" es el incumplimiento: en tanto exista


una obligación incumplida, el deudor debe responder por los daños que el acreedor
sufra como consecuencia de esa inejecución (arts. 1716 y 1749). Sin embargo, aun
mediando incumplimiento, el deudor podría demostrar que el cumplimiento de la
obligación ha devenido imposible como consecuencia de un hecho sobreviniente a la
constitución del vínculo, sin culpa suya. Se trata de la llamada "imposibilidad
sobrevenida de la prestación", que —si reúne los caracteres que más adelante se

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MÓDULO 1

analizarán— produce un doble efecto: extingue la obligación (art. 955) y


consecuentemente, al no subsistir una obligación incumplida, libera al deudor de
responsabilidad (art. 1732).

Requiere para producir su efecto liberatorio, la imposibilidad cuente con ciertos


caracteres. Ella debe ser:

- Sobrevenida
- Objetiva
- Absoluta
- Definitiva
- No imputable al imputado

Efecto: Si la imposibilidad reúne los caracteres que acaban de enumerarse, la


obligación se extingue, y el deudor se libera de responsabilidad. En cambio, si la
imposibilidad es producida por culpa del deudor, la obligación modifica su objeto y se
convierte en la de pagar una indemnización de los daños causados.

PRUEBA DE LOS FACTORES DE ATRIBUCION Y DE LAS EXIMENTES

Se halla regulado en el art. 1734 del CCyC, el que establece - Excepto disposición
legal, la carga de la prueba de los factores de atribución y de las circunstancias
eximentes corresponde a quien los alega.

Al actor en el proceso de daños corresponderá entonces, en principio, probar el factor


de atribución, mientras que el demandado correrá con la prueba de las eximentes.
Esta regla se complementa con la prevista en el artículo siguiente, que faculta al juez
para alterar en ciertos casos aquel principio general.

FACULTADES JUDICIALES

Se encuentra regulado por el art. 1735 del CCyC, el mismo establece: No obstante, el
juez puede distribuir la carga de la prueba de la culpa o de haber actuado con la
diligencia debida, ponderando cuál de las partes se halla en mejor situación para
aportarla. Si el juez lo considera pertinente, durante el proceso debe comunicar a las
partes que aplicará este criterio, de modo de permitir a los litigantes ofrecer y producir
los elementos de convicción que hagan a su defensa.

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MÓDULO 1

El principio según el cual el factor de atribución debe ser probado por quien alega su
existencia (art. 1734) se ve morigerado cuando se trata de la prueba de la culpa, pues
en tal caso el juez puede, según las circunstancias, asignar el onus probandi a quien
se encuentre en mejor situación para aportar la prueba respectiva, lo que podría
conducir a imponerla al demandado. Sin embargo, cuando el juez vaya a aplicar este
criterio deberá comunicarlo a las partes oportunamente, y permitir al litigante a quien
impone la carga en cuestión ofrecer y producir la prueba que haga a su defensa.

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UNIDAD 5

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UNIDAD 5

1. DAÑO. CONCEPTO. NOCIONES GENERALES. DAÑOS EN EL CCYC.

El artículo 1737 dispone que: “Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no
reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio,
o un derecho de incidencia colectiva“. Se sigue así, en esencia, la idea moderna de qué
el daño objeto de resarcimiento es aquel que consiste en la lesión de un derecho o a un
interés merecedor de protección conforme al ordenamiento jurídico, si no está
justificado. En lo que respecta a este presupuesto tan importante de la responsabilidad
civil, el proyecto de reforma propone la sustitución de los artículos 1737 y 1738 del
código civil y comercial, por los siguientes:

Art. 1737: Daño en sentido amplio. Daño es la lesión a un interés individual o colectivo,
patrimonial o moral, no reprobado por el ordenamiento jurídico.

Art 1738: Daño resarcible. Indemnización. La indemnización comprende la pérdida o


disminución del patrimonio del damnificado, el lucro cesante en el beneficio económico
esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva de su obtención, el daño moral y la
pérdida de chances. Incluye las consecuencias perjudiciales de la violación de los
derechos personalísimo del damnificado, de su integridad de personal, su salud, sus
afecciones espirituales legítimas y las que resultan de la interferencia en su proyecto de
vida. El daño al interés negativo comprende los gastos comprometidos con la finalidad
de celebrar un contrato válido y, en su caso, una indemnización por la pérdida de
posibilidades concretas para celebrar otro negocio similar; la prueba de estas debe ser
apreciada con criterio estricto.

La Comisión reformadora propicia una depuración conceptual de la noción de daño (en


sentido amplio) y de daño resarcible. La primera tiene enorme utilidad para las
funciones de la responsabilidad civil (preventiva y resarcitorio); la segunda para
determinar la entidad cualitativa y cuantitativa del daño resarcible.

REQUISITOS DEL DAÑO

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UNIDAD 5

El artículo 1739 dispone, en su parte ven pertinente, qué “para la procedencia de la


indemnización debe existir un perjuicio directo o indirecto, actual o futuro, cierto y
subsistente“. Es consistente la doctrina que para que el daño sea resarcible debe ser:
personal, cierto y subsistente.

A) El daño debe ser personal de quién pretende la indemnización. Se trata de una


aplicación simple del principio fundamental según el cual si no hay interés no hay acción.
Éste requisito exige que la lesión recaiga sobre un interés propio (ya sea patrimonial o
moral); es decir, solamente podrá reclamar la reparación la persona que ha sufrido el
perjuicio. Ello sin embargo, no es óbice para destacar que el daño-aún siendo personal-
puede ser a su vez directo o indirecto. Es directo, cuando el titular del interés afectado
es la víctima del ilícito (por ejemplo una persona que resulta lesionada en un accidente
de tránsito y reclama los perjuicios sufridos en su integridad física). Y será indirecto
cuando el perjuicio propio invocado por el demandante deriva de una lesión a bienes
patrimoniales o extrapatrimoniales de un tercero; aquí el daño se produce de manera
refleja o “de rebote“, tal como sucede, por ejemplo, en el supuesto de homicidio en el
cual la viuda y los hijos del muerto-damnificados indirectos-puede reclamar iure proprio
la reparación del perjuicio material y moral derivado de la muerte de un tercero
(víctima). “La personalidad del daño significa que sea efecto de interés propio, directo o
indirecto, individual o colectivo de la víctima que resulta titular del interés lesionado y
que él tiene legitimación para demandar su reparación”.

B) El daño debe ser subsistente. Este requisito exige que el daño deba subsistir el tiempo
del resarcimiento; es decir, cuando se menciona a la subsistencia del daño se hace
referencia a que el mismo no debe haber sido a un resarcido por quien debió hacerlo: el
responsable. Inclusive éste se mantiene vigente si la propia víctima afrontó por si el pago
de los daños (por ejemplo el damnificado que hizo reparar y pagó los gastos del auto
chocado) o si lo hizo un tercero que puede subrogarse en sus derechos. Si el dañador o
responsable no indemnizo el daño, queda subsistente porque no se lo cancelo y se
mantiene con independencia de que la víctima o un tercero hubieran logrado el
restablecimiento de la situación material al momento anterior al hecho lesivo.

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SEMANA 4
UNIDAD 5

C) El daño resarcible ha de ser cierto y no eventual. Debe mediar certidumbre en cuanto


a la existencia misma del daño (ya sea actual, futuro o bien consistir en la pérdida de la
Chance), sin perjuicio de la posible indeterminación de su monto. Es menester que la
unión sea real y efectiva y no puramente eventual o hipotético. El daño cierto puede ser
presente o actual si ya se produjo o futuro cuando se producirá segura o probablemente
con posterioridad a la sentencia. Es que el daño futuro es un daño cierto cuyos efectos
se prolongarán o presentarán inequívocamente más adelante.

CLASES

Daño patrimonial y daño extrapatrimonial:

La idea de daño patrimonial se asocia en la práctica al daño material, por oposición al


concepto de daño extra patrimonial también llamado daño moral, pero hoy propia a la
lesión a intereses espirituales en sentido amplio. Siguiendo el criterio de la doctrina
mayoritaria, el daño será patrimonial o extrapatrimonial, dependiendo de cuál sea la
índole del interés afectado. Si se produce una repercusión disvaliosa en el patrimonio
del acreedor será patrimonial. En cambio, si tal repercusión compromete sus afecciones
legítimas, estaremos ante un daño moral. Por ejemplo, la difamación pública de un
profesional, más allá de los perjuicios extrapatrimoniales que genera la misma, también
puede causarle un perjuicio patrimonial, si repercute en la pérdida de la clientela. Es
decir los daños serán patrimoniales o extrapatrimoniales, fundamentalmente si
producen un menoscabo patrimonial o en la esfera espiritual. Si la lesión repercute en
el patrimonio, ya sea produciendo una disminución de ingresos (daño emergente), o
impidiendo su incremento (lucro cesante), estaremos ante un daño de tipo patrimonial.
Pero si incide sobre valores como los sentimientos o el proyecto de vida, será el carácter
extrapatrimonial.

Daño directo y daño indirecto:

Existen distintos tipos de sentidos que se le atribuyen a esta categoría de daños. Por un
lado, el daño patrimonial sería directo cuando la lesión recae directamente sobre los

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UNIDAD 5

bienes que conforman el patrimonio de la persona (por ejemplo: gastos de reparación


en el techo dañado por los trabajos realizados por el dueño del inmueble lindero), e
indirecto cuando recae directamente sobre los derechos extra patrimoniales e
indirectamente sobre el patrimonio (por ejemplo disminución de clientela por
publicación de noticias difamatorias). En otro sentido, se ha dicho que, el daño es directo
cuando afecta a la víctima demandante o damnificada directa; y es daño indirecto
cuando quien reclama es una persona distinta a la víctima, que sufre un perjuicio propio,
derivado de aquel (por ejemplo: la conviviente de la víctima de un siniestro vial).

Daño compensatorio o definitivo y daño moratorio:

El daño compensatorio comprende todo el menoscabo patrimonial provocado por el


incumplimiento total y definitivo de la obligación. En tal caso la prestación originaria se
convierte en la de pagar daños e intereses. El daño moratorio es el que resulta del
retardo en el incumplimiento de la obligación. La importancia de esta clasificación
estriba en que la indemnización del daño compensatorio sustituya la prestación
originaria, mientras que la indemnización del daño moratorio se acumula el objeto de la
obligación.

Daño emergente y lucro cesante:

El daño emergente consiste en la pérdida o disminución de valores económicos


existentes en el patrimonio, a raíz del hecho ilícito aquiliano o del incumplimiento
obligacional. Adviértase que la prestación debida representa para el creador un valor
económico y que al producirse el incumplimiento, éste queda privado el mismo,
generándose un empobrecimiento patrimonial a raíz de dicha pérdida. El lucro cesante
se traduce en el valor de las ganancias frustradas, dejadas de percibir por el damnificado,
a raíz del ilícito del incumplimiento de la obligación. Así, por ejemplo, si una persona es
embestida por un automóvil experimentando daños en su integridad física, que
determina su hospitalización, intervención quirúrgica y ulterior convalecencia por 90
días, el daño emergente estará dado por los gastos de atención médica (honorarios,
gastos de internación, medicamentos, etc.) y el lucro cesante por las ganancias dejadas

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UNIDAD 5

de percibir durante el periodo en el cual el damnificado se vio impedido de trabajar; y,


en caso de haberse producido una incapacidad laboral permanente (total o parcial), por
la privación de los ingresos futuros, derivada de dicha merma en la productividad futura.
De acuerdo al artículo 1738 del código civil y comercial, “la indemnización comprende
la pérdida o disminución del patrimonio de la víctima, el lucro cesante en el beneficio
económico esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva de su obtención”.

Daño actual y daño futuro:

El daño actual es aquel se ha producido al momento de dictarse sentencia, el daño


futuro es el que todavía no se ha producido al tiempo de dictarse sentencia, pero que
se presenta como una previsible prolongación o agravación del daño actual, o como un
nuevo menoscabo futuro, derivado de una situación de hecho actual. En el daño actual
el juicio de valoración acerca de su existencia y cuantía se realiza en términos de máxima
certeza. En la medida en que nos acercamos al daño futuro la cuestión de la
incertidumbre se complica. En materia de daño futuro siempre existe un cierto grado de
aleatoriedad, mayor o menor según los casos, que no es compatible con la idea de
certidumbre. Cuándo la consecuencia dañosa futura se presenta con un grado de
probabilidad objetiva suficiente, en función de las circunstancias del caso, y no como
una simple posibilidad contingente, el daño futuro será cierto. Así, por ejemplo si una
persona de 25 años de edad es en vestía por un automóvil y sufre la amputación de sus
piernas, queda imposibilitado absolutamente para trabajar, el daño actual es aquel se
ha producido al momento de dictarse la sentencia, abarcativo del daño emergente
(gastos médicos de internación etc.) y del lucro cesante (Ganancias frustradas hasta ese
momento). El daño futuro está dado por aquellos gastos necesarios que conforma el
curso normal y ordinario de las cosas, deba realizar en el futuro, tales como nuevas
intervenciones quirúrgicas, rehabilitación, asistencia médico psiquiátrica, etc. (daño
emergente futuro) y por las ganancias frustradas a raíz de la incapacidad que padece,
calculadas desde la fecha de la sentencia hasta el momento en que el significado esté
en condiciones de jubilarse (lucro cesante futuro). Esta clasificación así expresamente
consagrada en el artículo 1739 del nuevo código civil y comercial.

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UNIDAD 5

Daño al interés positivo y al interés negativo:

Esta es una clasificación que mantiene su interés para el caso de obligaciones de fuente
contractual. El daño el interés positivo es el que sufre el acreedor ante la expectativa
que le habría deparado el cumplimiento del contrato, es decir que el acreedor tiene
derecho a ser indemnizado para quedar colocado en aquella situación en que se
encontraría si el contrato se hubiese cumplido. Es lo que se suele denominar interés de
cumplimiento, o sea el que “comprende todo aquello que hubiera obtenido el acreedor
en un negocio jurídico válido“. En cambio, el daño al interés negativo es el que sufre el
acreedor a raíz de la invalidez del contrato, es decir, el daño sufrido por quien ha
confiado en la validez del negocio jurídico, y por cuyo motivo ha realizado gastos y
erogaciones, llamándóselo también por dicha circunstancia, daño al interés de
confianza. En nuestra jurisprudencia se ha resuelto que el interés negativo afectado
acarrea el “resarcimiento de las erogaciones y trabajos efectuados en vista de la
celebración de un contrato que sea frustrado por causas de aquel“, y qué “este interés
negativo puede comprender tanto el daño emergente como el lucro cesante”.

2. DAÑO MORAL

CONCEPTO

El daño moral es una lesión a las afecciones legítimas (los sentimientos), a la integridad
personal y a los bienes de goce. También se sostiene que es el sufrimiento o dolor que
padece una persona no susceptible de apreciación pecuniaria. El nuevo código civil y
comercial alude al daño como consecuencias no patrimoniales, haciendo referencia
justamente al perjuicio que provoca la lesión a intereses espirituales de una persona,
que produce consecuencias valiosas, que se traduce en un modo de estar diferente al
que se encontraba con anterioridad al hecho lesivo, lo cual significa una concepción
amplia del daño moral.

TEORÍAS

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UNIDAD 5

En el código de Vélez Sarsfield el daño moral estaba regulado en el artículo 1078,


estableciendo la posibilidad de resarcir este tipo de daño únicamente dentro del ámbito
de la responsabilidad extracontractual, cuando se cometía un delito que a su vez es un
delito del derecho criminal. La ley 17,711 introdujo modificaciones de enorme
importancia en materia de reparación del daño moral, admitiéndola con total amplitud,
tanto en la órbita contractual u obligacional, como en la extracontractual o aquiliana. El
daño moral era reparable cualquiera sea su fuente generadora (contractual o
extracontractual) o el factor de atribución aplicable (subjetivo u objetivo). En la órbita
extracontractual de la ley 17,711, puso fin a la discusión de la doctrina que por cuanto
que, la indemnización del daño moral ya no se limitaba al ocasionado por los delitos del
derecho criminal, sino también comprendía el daño moral inferido a consecuencia de
delitos civiles y cuasi delitos. Pero generó una importante controversia en la doctrina y
la jurisprudencia sobre la legitimación ¿quiénes son las personas con derecho a reclamar
el resarcimiento por el daño moral? En materia de daño moral contractual: la las
primeras interpretaciones que se hicieron, los autores dividieron sus opiniones entre
aquellos que subrayaron al decir qué el artículo 522, “los jueces podrán“ estaba dando
facultades al magistrado para otorgar o no la reparación según las circunstancias del
caso. No obstante otro sector de la doctrina y de la jurisprudencia nacional, considera
que la función del juez era la misma tanto en la órbita de los hechos ilícitos como en el
incumplimiento contractual. En consecuencia, acredita la existencia del daño moral
derivado del incumplimiento y siempre que medie petición de la parte interesada, el
juez debe ordenar su reparación con criterio objetivo. Es decir, los jueces deben
concederle indemnización por daño moral, no por cierto caprichosamente, sino de
acuerdo a las particularidades que representa cada situación concreta. El código civil y
comercial, al tratar los referente a la indemnización en el artículo 1738, determina que
la reparación debe ser plena y que la indemnización debe estar comprendida por: la
pérdida del patrimonio, el lucro cesante, la pérdida de la Chance, el daño
extrapatrimonial y las que resultan interferencia en su proyecto de vida. Está claro que
el artículo 1738, en su primera parte se refiere a la indemnización por el daño
patrimonial. En cambio cuando en la segunda parte, refiere a los daños de la persona,

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SEMANA 4
UNIDAD 5

están haciendo referencia, tanto al daño patrimonial, como al extra patrimonial. En tal
sentido un daño será patrimonial o no patrimonial (mora)l según sea la índole del interés
lesionado. Por ello debemos determinar si el mismo se le afecta a un interés
extrapatrimonial de quién lo padece o si por el contrario, también afecta un interés de
carácter patrimonial de este. Finalmente el artículo 1741 regula la legitimación activa
para reclamar el daño patrimonial, está haciendo referencia al daño moral, es decir que
provoca la lesión a intereses espirituales de un sujeto.

PRUEBA

El daño moral debe ser probado, al igual que los restantes presupuestos de la
responsabilidad civil, en tanto y cuanto la ley no considere una precisa presunción legal
de daño. La demostración de los hechos siempre queda a cargo del actor. Ésa es la regla

RÉGIMEN. LEGITIMACIÓN ACTIVA. DAMNIFICADOS INDIRECTOS

El artículo 1741 del código civil y comercial dispone que está legitimado “para reclamar
la indemnización de las consecuencias no patrimoniales el damnificado directo”. Pero
agrega que “si del hecho resulta su muerte o sufre gran discapacidad también tienen
legitimación a título personal, según las circunstancias, los ascendientes, los
descendientes, el cónyuge y quienes convivían con aquél recibiendo el trato familiar
ostensible”. Se amplía si la posibilidad de reclamar los daños extrapatrimoniales:

1) Damnificado directo: el artículo 1741 circunscribe la legitimación activa sólo al


damnificado directo del hecho nocivo, que es la persona que sufre un daño en calidad
de víctima inmediata del suceso. En este punto, subsiste el criterio restrictivo que
habilita reclamar daño moral sólo la unificado inmediato, salvo excepciones.

2) El damnificado indirecto: se establecen dos excepciones que autorizan el reclamo del


damnificado directo: en caso del fallecimiento de la víctima o de gran incapacidad,
supuesto este último que alude a las denominadas grandes discapacidades, en las que
la incapacidad permanente es muy severa, del orden del 75% más. En tales casos el
afectado requiere habitualmente de la asistencia de terceros y prestaciones médicas de

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UNIDAD 5

por vida. Los únicos dos casos que autorizan el reclamo del damnificado indirecto son el
fallecimiento y la gran discapacidad de la víctima inmediata; en este último caso
concurren ambos conjuntamente-directo indirecto-(por ejemplo: los padres con el
menor en estado de vida vegetativa). Los damnificados indirectos o mediatos que
admite la ley “a título personal, según la circunstancia“ son: el cónyuge, los
ascendientes, los descendientes y “quienes convivían con el residiendo trato familiar
extensible“ este supuesto faculta el reclamo del conviviente de una u otro sexo, los hijos
de crianza de la familias ensamblada, los hermanos con los que convivía, etc.

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MÓDULO 6
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MÓDULO 6

DCHO. DE DAÑOS Y
SEGUROS
______________
REPARACION DEL DAÑO
VALUACION DEL DAÑO
ATENUACION DE LA
RESPONSABLIDAD

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1. REPARACION DEL DAÑO

INDEMNIZACION

La reparación del daño es el cumplimiento de la obligación resarcitoria, y se materializa a


través del pago de la indemnización.

La indemnización (art. 1738 CCyC) es la consecuencia, el resultado o el efecto del daño como
lesión o detrimento a la persona, al patrimonio o a un derecho de incidencia colectiva. Puede
ser patrimonial o extra - patrimonial.

El objetivo de la indemnización es restablecer a la víctima a la situación anterior al hecho


dañoso, fundada en la noción de justicia.

En el supuesto de incumplimiento obligacional la indemnización de daños y perjuicios tiene


carácter subsidiario; es un medio indirecto de cumplimiento de la obligación. A él se recurre
cuando es imposible obtener el cumplimiento in natura de la prestación

FINALIDAD: reparar el daño, restableciendo el desequilibrio patrimonial sufrido por la víctima;


“consiste en la restitución de la situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso,
sea por el pago en dinero o en especie” (art. 1740 CCyC).

Cuando el daño es material, la cuestión no presenta inconvenientes. En cambio, en el daño


moral la naturaleza misma de este tipo de daño impide la restitución de las cosas a su estado
anterior, ya que es materialmente imposible –¿có mo volver las cosas a su estado anterior ante
la muerte de un hijo?–. La finalidad en este supuesto es distinta: la indemnización pretende
otorgar a la víctima una satisfacción sustitutiva y compensatoria por el daño moral acaecido.

Además, existen otros supuestos contemplados en el art. 1740 del CCyC que dispone ante la
afectación de derechos personalísimos, el juez puede, a pedido de parte, ordenar la
publicación de la sentencia o de sus partes pertinentes a costa del responsable.

REQUISITOS

Se hallan regulados en el art. 1739 del CCyC, el mismo establece expresamente: Para la
procedencia de la indemnización debe existir un perjuicio directo o indirecto, actual o futuro,
cierto y subsistente. La pérdida de chance es indemnizable en la medida en que su
contingencia sea razonable y guarde una adecuada relación de causalidad con el hecho
generador.

La certeza o certidumbre del daño alude a su existencia, esto es que el daño debe ser real y
efectivo por oposición a daño hipotético o conjetural, a mera posibilidad de acaecimiento. El
daño es cierto aunque no sea liquidable al momento de su realización.

La pérdida de chance también reúne el presupuesto de la certeza porque la frustración de la


probabilidad u oportunidad de su realización siempre es cierta. En la chance existe
certidumbre sobre pérdida de las expectativas o de las probabilidades objetivas de obtener un
beneficio económico o una ganancia.

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MÓDULO 6

El daño cierto (el daño que existe) puede ser actual, es decir que ya se produjo o que se
producirá necesariamente antes de la sentencia, que es la que determina su futuridad. El daño
cierto futuro es el que se producirá inexorablemente después del pronunciamiento judicial.

En los intereses difusos o colectivos el daño es igualmente cierto aunque su titularidad sea
compartida y el objeto de la lesión no sea exclusivo o excluyente de uno o varios.

El daño es subsistente si no desapareció, es decir si no se reparó al momento en que debería


ser resarcido. Se mantiene vigente el daño si la propia víctima afrontó por sí(por ejemplo el
propio damnificado que hizo reparar y pagó los gastos del auto chocado).

En la pérdida de chances lo que se frustra es la probabilidad o expectativa de ganancias


futuras; el ejemplo el daño material caballo de carrera que no llega a tiempo para la
competencia hípica privando a su dueño de la expectativa de ganar el premio.

El monto o cuantía de la chance indemnizable no es el equivalente a todo el beneficio


esperado como en el lucro cesante; sino la probabilidad de obtener el beneficio, el que
siempre será más reducido o más bajo que la totalidad de la ventaja. Lo reparable no es el
beneficio esperado sino la probabilidad perdida.

REPARACIÓN PLENA O INTEGRAL

El art. 1740 del CCyC reafirma el principio receptado por el Código anterior a partir de la
reforma de 1968, receptando la doctrina y jurisprudencia anterior y precisando la regla: la
reparación del daño debe ser plena o íntegra, en dinero o en especie, recayendo en la víctima
la opción por una u otra modalidad, salvo que la restitución en especie resulte abusiva para
el deudor, en cuyo caso solo procederá en dinero. Además, y cuando se trata de un daño que
causa una lesion de los derechos personalísimos – HONOR- INTIMIDAD – IDENTIDAD
PERSONA -, dada la primacía de la tutela de la persona humana, la condena comprende
también la publicación de la sentencia condenatoria, o sus partes pertinentes, a costas del
responsable.

La CSJN sostuvo reiteradamente este criterio en numerosos fallos, estableciendo que: la


indemnización debe ser integral, ya que si no lo fuera y quedara subsistente el daño en todo o
en parte, no existiría tal indemnización. Puesto que indemnizar es eximir de todo daño y
perjuicio mediante un cabal resarcimiento, lo cual no se logra si el daño o el perjuicio subsisten
en cualquier medida.

Se trata del restablecimiento de la situación preexistente al hecho lesivo, sea mediante el pago
de una suma de dinero, o de obligaciones de hacer o de dar, para recomponer en especie el
estado anterior, siempre con basamento en el principio de razonabilidad que establece el
ordenamiento jurídico.

La indemnización solamente es completa o integral cuando se restaura o repone la situación


precedente al hecho nocivo.

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MÓDULO 6

La reparación integral se asienta en cuatro reglas fundamentales: 1) el daño debe ser fijado al
momento de la decisión; 2) la indemnización no debe ser inferior al perjuicio; 3) la apreciación
debe formularse en concreto, y 4) la reparación no debe ser superior al daño sufrido.

PRUEBA DEL DAÑO – el mismo se halla regulado en el art. 1742 del CCyC, el cual establece: El
daño debe ser acreditado por quien lo invoca, excepto que la ley lo impute o presuma, o que
surja notorio de los propios hechos.

La norma aplica a la prueba del daño el principio general: la carga recae en la parte que lo
invoca, sea actora o demandada, salvo que se trate de daños presumidos o surjan de su propia
notoriedad.

Es decir que el el onus probandi recae en cabeza de quien alega o afirma la existencia del daño
o su cuantía- también corresponde la carga de la prueba a quien invoca la existencia de los
factores de atribución y de las eximentes de responsabilidad (art. 1734). Igualmente la carga
de la prueba de la relación de causalidad corresponde a quien la invoca —salvo que la ley la
atribuya o la presuma— y la carga de la prueba de la causa ajena (que interrumpe total o
parcialmente la relación causal) o de la imposibilidad de cumplimiento (art. 955) corresponde a
quien la alega o invoca (art. 1736). La norma deja a salvo dos supuestos en los que no rige esa
regla: 1) los daños presumidos o imputados por la ley, y 2) los hechos notorios.

La prueba de presunciones permite que el juez arribe a un convencimiento indirecto de los


hechos ante la ausencia o insuficiencia de los medios de prueba. A partir de un indicio probado
mediante el razonamiento inductivo y la lógica tiene por acreditado otros hechos no
demostrados por medios directos. Las presunciones legales son las directamente establecidas
por la ley de fondo o procesal y pueden ser absolutas (iuris et de iure) o admitir prueba en
contrario (relativas o iuris tantum).

En lo relativo al segundo supuesto de excepción a la regla de la carga de la prueba (los hechos


notorios), se trata de los que surgen per se de los mismos hechos: los daños que surgen
notoriamente de su propia existencia.

Los hechos notorios son los conocidos y tenidos por ciertos por la generalidad de las personas
de mediana cultura en el lugar y en el tiempo en que se desenvuelve el proceso; son los
hechos comunes pertenecientes a cierto grupo social que le otorgan calidad de notorio y
excluyen la posibilidad de que sean puestos en duda por el órgano judicial.

INDEMNIZACION POR FALLECIMIENTO – halla su fundamento en el art. 1745 del CCyC, el cual
establece: En caso de muerte, la indemnización debe consistir en: a) los gastos necesarios para
asistencia y posterior funeral de la víctima. El derecho a repetirlos incumbe a quien los paga,
aunque sea en razón de una obligación legal; b) lo necesario para alimentos del cónyuge, del
conviviente, de los hijos menores de veintiún años de edad con derecho alimentario, de los hijos
incapaces o con capacidad restringida, aunque no hayan sido declarados tales judicialmente;
esta indemnización procede aun cuando otra persona deba prestar alimentos al damnificado
indirecto; el juez, para fijar la reparación, debe tener en cuenta el tiempo probable de vida de
la víctima, sus condiciones personales y las de los reclamantes; c) la pérdida de chance de

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MÓDULO 6

ayuda futura como consecuencia de la muerte de los hijos: este derecho también compete a
quien tenga la guarda del menor fallecido.

El texto fija los criterios para ponderar el daño material en caso de fallecimiento, es decir el
denominado "valor de la vida humana", la que no tiene valor económico intrínseco o por sí
misma, sino que considera indemnizables los lucros que el fallecido destinaba en vida a los
legitimados activos. Se admite la pérdida de chances por la muerte de los hijos menores.

En el inciso a, se prevé el primer daño material resarcible, secuencial o temporal, antes de la


muerte, que es "el gaste necesario para la asistencia de la víctima" (médica, farmacéutica,
internación, transporte, etc.) en el tiempo comprendido entre el hecho dañoso y su
fallecimiento. Son legitimados activos quienes hubieran asumido esas erogaciones.

En el inciso b, se contemplan los denominados lucros o ganancias del fallecido. La prestación


indemnizatoria "debe asegurar las condiciones de vivienda, salud, educación y esparcimiento,
razonablemente esperadas a partir de la situación económica y expectativas de progreso del
fallecido" Se trata, en definitiva, de los aportes económicos concretos que recibía el
reclamante y que abarcan todos los aspectos materiales, espirituales, recreativos y sociales.

Los legitimados activos reciben la indemnización a título iure proprio, como daño emergente,
por las consecuencias patrimoniales propias que la supresión de la vida ajena produjo en ellos,
y en base al apoyo y auxilio económico que les brindaba el fallecido, teniendo en cuenta todas
las circunstancias de la víctima (capacidad productiva, edad probable de vida, sexo, relaciones
de familia etc) y la de los damnificados (asistencia que recibía, edad, necesidades asistenciales,
tiempo probable de ayuda, etc.).

Los legitimados activos presumidos, es decir respecto de quienes rige la presunción legal iuris
tantum de daño, son el cónyuge, el conviviente, los hijos menores de 21 años o con derecho
alimentario, los incapaces o con capacidad restringida aún no declarada judicialmente. Los
restantes legitimados eventuales (hijos mayores, ascendientes, etc.) deberán acreditar el
perjuicio. Igualmente los legitimados presuntos deben probar la procedencia de otros daños, si
los hubiere.

INDEMNIZACION POR LESIONES O INCAPACIDAD FISICA O PSIQUICA – está contemplada


expresamente en el art. 1746 del CCyC, el cual establece: En caso de lesiones o incapacidad
permanente, física o psíquica, total o parcial, la indemnización debe ser evaluada mediante la
determinación de un capital, de tal modo que sus rentas cubran la disminución de la aptitud del
damnificado para realizar actividades productivas o económicamente valorables, y que se
agote al término del plazo en que razonablemente pudo continuar realizando tales actividades.
Se presumen los gastos médicos, farmacéuticos y por transporte que resultan razonables en
función de la índole de las lesiones o la incapacidad. En el supuesto de incapacidad permanente
se debe indemnizar el daño aunque el damnificado continúe ejerciendo una tarea remunerada.
Esta indemnización procede aun cuando otra persona deba prestar alimentos al damnificado.

La norma prevé la indemnización del daño patrimonial por alteración, afectación o minoración,
total o parcial, de la integridad física y psíquica de la persona, admitiendo que su cuantificación
pueda también ser fijada por aplicación de un criterio matemático, como parámetro

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orientativo sujeto al arbitrio judicial. También recepta la presunción de gastos y erogaciones


que se derivan de las lesiones o incapacidad. En caso de incapacidad permanente la
indemnización es procedente aunque la víctima siga trabajando porque lo que se tutela es la
integridad de la persona, su plenitud, aun cuando no desarrolle en concreto tareas
remuneradas o productoras de bienes (caso de ancianos, discapacitados, desocupados al
momento del hecho, etc.).

Se trata, en definitiva, de la integridad de la persona que tiene valor económico en sí misma y


por su aptitud potencial o concreta para producir ganancias.

La incapacidad sobreviniente comprende esencialmente la alteración, minoración, detrimento


o supresión de: 1) la capacidad laborativa o productiva, o sea la que repercute en la pérdida de
ingresos por la afectación a la concreta aptitud productiva o generadora de ingresos, rentas o
ganancias específicas. Se trata de un daño que debe acreditarse en cada caso y su procedencia
y cuantía depende de las ganancias que pierde la víctima en base a sus condiciones personales
(cuantía de los sueldos o ingresos, edad y vida útil restante, relaciones de familia, etc.); 2) la
capacidad vital o la aptitud y potencialidad genérica, es decir la que no es estrictamente
laboral y recae en la idoneidad intrínseca del sujeto para trabajar o para producir bienes o
ingresos. Se trata de un daño que puede presumirse porque la regla, que debe ser desvirtuada
por prueba en contra a cargo del responsable, es que todas las personas tienen aptitud o
potencialidad intrínseca con valor mensurable económicamente; 3) el daño a la vida de
relación o a la actividad social estrechamente vinculado con la capacidad intrínseca del sujeto.

En definitiva, en la concepción expuesta de incapacidad permanente, sea total o parcial, tienen


cabida todos los detrimentos patrimoniales que afectan a la integridad física, incluidos los
denominados nuevos daños (al proyecto de vida, daño biológico, a la integridad sexual, a la
intimidad, .etc.) conceptualmente autónomos pero resarcitoriarnente dependientes del daño
moral o del patrimonial.

La incapacidad transitoria es la que dura temporariamente porque transcurrido el período de


curación desaparece o remite, por lo que nunca se consolida definitivamente y se indemniza a
título de lucro cesante. La presunción de gastos médicos, farmacéuticos y por transporte, que
resultan razonables en función de la índole de las lesiones o la incapacidad que establece el
artículo 1746, resulta aplicable tanto para las erogaciones efectuadas por la incapacidad
transitoria como por la permanente.

ACUMULABILIDAD DEL DAÑO MORATORIO – en tal sentido, el art. 1747 del CCyC establece: El
resarcimiento del daño moratorio es acumulable al del daño compensatorio o al valor de la
prestación y, en su caso, a la cláusula penal compensatoria, sin perjuicio de la facultad
morigeradora del juez cuando esa acumulación resulte abusiva.

El texto aclara expresamente que el daño moratorio —o, con más precisión. la indemnización
moratoria— es acumulable al daño compensatorio, al valor de la prestación y a la cláusula
penal compensatoria, según los casos, y sin perjuicio de la facultad judicial de morigerar
cuando esa acumulación se traduce en un ejercicio abusivo de derechos

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La cuestión se vincula con el incumplimiento en la responsabilidad contractual y


extracontractual y con el distingo entre la prestación originaria incumplida (que se indemniza
por equivalente) y los restantes perjuicios derivados del incumplimiento.

La indemnización por daños compensatorios no puede acumularse a la ejecución efectiva de la


prestación porque son incompatibles: la indemnización compensatoria sustituye a la original.
Por eso en caso de inejecución definitiva de la obligación por causas imputables el deudor
debe el valor de la prestación frustrada (cumplimiento por equivalente) más los daños del
incumplimiento (daños compensatorios).

El daño moratorio, por su lado, es el que resulta del retardo o mora del deudor en el
cumplimiento de la obligación. El daño moratorio es acumulable a la indemnización por la
prestación principal, generalmente mediante el pago de intereses, precisamente a partir de la
constitución en mora.

Algunos ejemplos resultan ilustrativos: la falta de pago del precio de la compra de un bien que
da origen a la resolución del contrato por incumplimiento produce un daño compensatorio al
que se le suma el moratorio (el perjuicio. derivado por el tiempo de mora en el pago de esa
prestación sustitutiva); al valor del automóvil afectado en un accidente de tránsito (el valor de
la prestación) puede adicionarse la indemnización moratoria durante el período de demora en
cancelar ese daño. A la cláusula penal pactada por falta de devolución del inmueble alquilado
(art. 794) o a los intereses punitorios convenidos (art. 769) se le pueden agregar los daños
moratorios, con el límite del aprovechamiento abusivo. Incluso al daño compensatorio por la
falta de pago de los alquileres se le pueden añadir los daños moratorios (el interés sobre las
sumas impagas) y hasta el resarcimiento del daño compensatorio por la pérdida de chance de
alquilar el inmueble a un tercero. Pueden ser pactados los intereses compensatorios y la tasa;
en ausencia de pacto se aplican los intereses legales que rijan la cuestión o los que impongan
los usos y, en su defecto, los fija el juez, etc.

CURSO DE LOS INTERESES – respecto a ello, el art. 1748 del CCyC establece: El curso de los
intereses comienza desde que se produce cada perjuicio.

La norma determina desde cuándo se deben los intereses moratorios en caso de


responsabilidad que no sea de fuente obligacional.

La obligación resarcitoria es una deuda de valor. El restablecimiento de la situación anterior de


la víctima debe hacerse a la fecha de la sentencia, al valor real y no al histórico. El tiempo de la
valuación judicial del- daño es el de la sentencia, en el que se atiende a las denominadas
variaciones intrínsecas del daño y se determina la eventual alteración del curso de la moneda,
que es un factor que incide en la indemnización.

Las modificaciones intrínsecas del daño son las que resultan del proceso normal de los
elementos constitutivos del daño a diferencia de las modificaciones extrínsecas que derivan de
circunstancias externas. Por ejemplo si después de transcurrido el período de convalecencia la
víctima no se recupera y su lesión física se consolida en una incapacidad parcial y permanente,
ello debe atenderse pero siempre que haya sido pedida antes de la sentencia para no afectar
el principio procesal de congruencia decisoria. En cambio, si después del hecho o durante el

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MÓDULO 6

juicio la víctima recibe una pensión por la incapacidad, se trata de una modificación extrínseca
del daño que no se pondera.

El devenga miento de intereses permite, mediante la indemnización moratoria, atender ál


tiempo transcurrido desde que el damnificado efectué o pagó los daños materiales, es decir
desde que se produjo el daño o realizó los desembolsos y hasta el momento de su pago
cancela torio, computándose la fecha de producción de cada perjuicio.

2. VALUACION DEL DAÑO

La valoración del daño puede ser legal, convencional, o judicial.

a) Convencional: cuando las partes de común acuerdo la determinan, sea en forma anticipada
como cláusula penal, o con posterioridad a su producción, generalmente bajo forma de
transacción.

b) Legal: cuando la estimación o la forma de practicar la valuación surge expresamente de una


norma jurídica; cuando las leyes determinan pautas tarifadas o montos topes indemnizatorios
máximos o mínimos. Tal es lo que sucede en materia de accidentes de trabajo Ley N°
26773/2012, o de indemnizaciones laborales por despido (arts. 232, 233, 245 y 247 Ley N°
20744), el Código Aeronáutico (Ley N° 17285/67), en el Capítulo VII sobre responsabilidad por
daños causadas a pasajeros, impone límites a las indemnizaciones correspondientes.

c) Judicial: cuando la realiza el juez al tiempo de dictar sentencia en base a las pruebas
producidas. Esta es, sin duda, el modo más frecuente y controvertido y el que genera las
mayores dificultades.

MOMENTO - Como regla, el daño resarcible debe ser valorado judicialmente al tiempo de la
sentencia o al momento más próximo a esta que sea posible (art. 772 CCyC).

Valoración del daño patrimonial futuro: Tanto los daños actuales como los daños futuros (daño
emergente, lucro cesante, pérdida de la chance, daño moral) se valoran, como regla, al
momento de dictarse sentencia y en las condiciones que determina el art. 772 del CCyC. Una
vez determinado y cuantificado el daño, se le aplicarán los inte reses moratorios hasta el
efectivo pago, la tasa de interés ha de regirse por las reglas generales, conteniendo en su caso,
los problemas que generan la aplicación de un sistema nominalista absoluto en épocas
inflacionaria.

EJERCICIO DE LAS ACCIONES INDEMNIZATORIAS – LEGITIMACION ACTIVA Y PASIVA

Se halla regulada en el art. 1741 del CCyC, el cual establece: Indemnización de las
consecuencias no patrimoniales. Está legitimado para reclamar la indemnización de las
consecuencias no patrimoniales el damnificado directo. Si del hecho resulta su muerte o sufre
gran discapacidad también tienen legitimación a título personal, según las circunstancias, los
ascendientes, los descendientes, el cónyuge y quienes convivían con aquél recibiendo trato
familiar ostensible. La acción sólo se transmite a los sucesores universales del legitimado si es
interpuesta por éste. El monto de la indemnización debe fijarse ponderando las satisfacciones
sustitutivas y compensatorias que pueden procurar las sumas reconocidas.

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El artículo regula la legitimación activa para reclamar el daño no patrimonial. Se mantiene la


legitimación del damnificado directo y se prevé la del indirecto sólo en dos supuestos: si la
víctima sufre gran discapacidad o en caso de muerte, en cuyos casos se confiere la habilitación
legal a los ascendientes, descendientes, cónyuge y quienes convivían con la víctima recibiendo
trato familiar ostensible. Además se fija como parámetro para cuantificar el daño moral el
denominado "precio del consuelo", o sea las satisfacciones sustitutivas y compensatorias de
índole espiritual, recreativo o de esparcimiento que el damnificado puede obtener mediante el
dinero. La acción es transmisible sólo si la promovió el legitimado en vida.

El daño no patrimonial debe entenderse como equivalente al usualmente denominado daño


extrapatrimonial o moral, por oposición al patrimonial. La Corte de la Nación ha destacado —
en consideraciones que mantienen vigor— que para la valoración del daño moral debe tenerse
en cuenta el estado de incertidumbre y preocupación que produjo el hecho3, la lesión en los
sentimientos afectivos'', la entidad del sufrimiento, su carácter resarcitorio, la índole del hecho
generador de la responsabilidad, y que no tiene necesariamente que guardar relación con el
daño material, pues no se trata de un daño accesorio a éste.

LA LEGITIMACION AMPLIADA – EL DAMNIFICADO DIRECTO: El artículo 1741 circunscribe la


legitimación activa sólo al damnificado directo del hecho nocivo, con exclusión del indirecto;
que es la persona que sufre un daño en calidad de víctima inmediata del suceso; damnificados
indirectos son los demás sujetos distintos de la víctima inmediata que también experimentan
un perjuicio a raíz del hecho. Es decir que subsiste el criterio restrictivo que habilita a reclamar
daño moral sólo al damnificado inmediato, salvo las excepciones.

EL DAMNIFICADO INDIRECTO: Se establecen dos excepciones que autorizan el reclamo del


damnificado indirecto: en caso de fallecimiento de la víctima o de gran incapacidad, supuesto
este último que alude a las denominadas grandes discapacidades (más de 75%). Los
damnificados indirectos o mediatos que admite la ley "a título personal, según las
circunstancias" son: el cónyuge, los ascendientes, los descendientes y "quienes convivían con
él recibiendo trato familiar ostensible", este supuesto contempla el reclamo del conviviente de
uno u otro sexo, los hijos de crianza de las familias ensambladas, los hermanos con los que
convivía, etcétera.

SATISFACCIONES SUSTANTIVAS Y COMPENSATORIAS- Esta modalidad de reparación del daño


no patrimonial atiende a la idoneidad del dinero para compensar, restaurar, reparar el
padecimiento en la esfera no patrimonial mediante cosas, bienes, distracciones, actividades,
etcétera, que le permitan a la víctima, como lo decidió la Corte nacional, "obtener satisfacción,
goces y distracciones para restablecer el equilibrio en los bienes extrapatrimoniales.

LA TRANSMISIÓN DE LA ACCIÓN- la acción resarcitoria por daño moral sólo es transmisible a


los sucesores si fue deducida en vida por el causante.

3. ATENUACION DE LA RESPONSABILIDAD

Se encuentra regulada en el art. 1743 del CCyC, el cual establece: Atenuación de la


responsabilidad. El juez, al fijar la indemnización, puede atenuarla si es equitativo en función

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MÓDULO 6

del patrimonio del deudor, la situación personal de la víctima y las circunstancias del hecho.
Esta facultad no es aplicable en caso de dolo del responsable.

El artículo prevé la indemnización de equidad. Las tres directivas que contiene son: 1) la
facultad judicial de atenuar la indemnización, lo que significa que no procede
automáticamente y que su aplicación es potestativa y no imperativa; 2) no es procedente si
media dolo del deudor; 3) las pautas para valorar su admisibilidad son el patrimonio del
deudor, la situación de la víctima y todas las circunstancias del hecho. La regla señalada
también rige la medida del resarcimiento en caso de actos involuntarios, por remisión expresa
del artículo 1750 y en el estado de necesidad, conforme el artículo 1718, inciso c. Por otro
lado, la norma se corresponde con las facultades judiciales para reducir los intereses abusivos
(art. 771) y la cláusula penal abusiva (art. 794).

El Código actual determina que deben tenerse en cuenta tres parámetros: 1) el patrimonio del
deudor, esto es su concreto y real estado económico; 2) la situación de la víctima, que es un
concepto más flexible y elástico que la situación patrimonial del responsable y exige la
ponderación de todas las restantes circunstancias que hacen a su "situación". De modo que
ante la concurrencia de dos estados patrimoniales de similar o dificultad económica para
afrontar las necesidades de subsistencia personales y la del grupo conviviente, el juez cuenta
con mayores facultades para atender a la mejor justicia del caso, por ejemplo computando las
posibilidades futuras de mejoría económica del damnificado. La norma se inclina, a priori y en
abstracto, por darle primacía al damnificado en caso de concurrencia de pobreza porque la
referencia a la situación personal de la víctima permite atender a distintas circunstancias suyas
a diferencia de la situación del deudor, del que se debe ponderar sólo el estado patrimonial;
3) las circunstancias del hecho, lo que también da cabida a los aspectos inherentes al reproche
subjetivo e incidirá particularmente en la atenuación de la responsabilidad de fuente
obligacional.

No procede la atenuación de la responsabilidad del deudor que incurrió en dolo. En tal caso la
conducta del dañador que se representó el resultado posible e igualmente actuó opera como
impedimento legal para hacer jugar la equidad. En un antecedente de la CSJN al aplicar el
fundamento de la jerarquía constitucional de la reparación plena sostuvo que en la
indemnización de equidad (del entonces art. 1069, código derogado, hoy art. 1742) no procede
considerar sólo la situación del deudor sino también la del acreedor y que no se debe mermar
la justa reparación con fundamento en la presunta dificultad económica del deudor (la
empresa estatal de ferrocarriles).

DISPENSA ANTICIPADA DE LA RESPOSABILIDAD – se encuentra regulada en el art. 1743 del


CCyC, el mismo establece: Son inválidas las cláusulas que eximen o limitan la obligación de
indemnizar cuando afectan derechos indisponibles, atentan contra la buena fe, las buenas
costumbres o leyes imperativas, o son abusivas. Son también inválidas si liberan
anticipadamente, en forma total o parcial, del daño sufrido por dolo del deudor o de las
personas por las cuales debe responder.

La norma incorpora al Código cláusulas de dispensa anticipada de responsabilidad que eximen


total o parcialmente. Si bien el artículo sienta como principio general la validez de dichas
cláusulas, son muy importantes las excepciones previstas en un bloque de supuestos de

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MÓDULO 6

invalidez. De modo que conviven la regla permisiva con las prohibiciones, las que pueden
diferenciarse dos clases o categorías: 1) no son admisibles los pactos o acuerdos exoneratorios
si se afectan derechos indisponibles, atentan contra la buena fe y las buenas costumbres, las
normas imperativas, o resultan abusivas; 2) tampoco son admisibles en caso de dolo del
deudor o de las personas por las que debe responder.

Sienta como parámetro general la admisibilidad de los pactos de exención en base a que, en
principio, los derechos patrimoniales y extrapatrimoniales son disponibles. Pero revisten
mucha importancia las prohibiciones que están enumeradas en un bloque o módulo de
supuestos impeditivo.

La norma comprende la invalidez de las cláusulas que liberan de modo total o parcial tanto de
responsabilidad (por ejemplo, un convenio en el que el transportista nunca será responsable)
como las del cumplimiento de algunos de sus presupuestos (por ejemplo, que no responderá
en caso de culpa leve).

Se prevén dos clases de prohibiciones. Son inválidos los acuerdos que afectan: 1) derechos
indisponibles, el orden público, la buena fe, las leyes imperativas y el abuso del derecho. Se
trata de una fórmula amplia que da cabida a lo que antes se calificaba como abuso del
derecho, de la buena fe, las buenas costumbres y el orden público, parámetro interpretativo
estándar que se adaptó a los restantes principios que recoge 'el Código vigente; 2) en caso de
dolo del deudor o de los terceros de los que él se sirve para cumplir la prestación
comprometida.

La prohibición en caso de dolo recae no sólo en el deudor sino también en el tercero por quien
debe responder (dependientes, auxiliares, personas de las que se vale para el cumplimiento de
la prestación comprometida).Como el dolo agrava la respuesta del ordenamiento jurídico al
agente que incurre en él, es lógico que en tal caso resulte inválido el pacto anticipado en el
que una parte exonera a su contratante total o parcialmente de responsabilidad en el curso de
una situación obligacional.

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DCHO. DE DAÑOS Y
SEGUROS
_______________
RESPONSABILIDADES
ESPECIALES

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1. RESPONSABILIDAD CAUSADA POR AUTOMOTES

CONCEPTOS GENERALES

Las estadísticas revelan que los accidentes de tránsito siguen en aumento y con consecuencias
trágicas en lo humano -afectando a bienes jurídicos muy importantes: la vida y la integridad
psicofísica de las personas – y en lo económico – tanto para las personas como para el Estado
también, ya que las victimas deben atenderse en hospitales públicos, eventuales prestaciones
por discapacidad, la perdida de capacidad productiva, y el aumento significativo de la industria
de los juicios en dicha materia -.

AUTOMOR – concepto: es una cosa mueble, que está provista de un mecanismo de


autopropulsión, incorporado en su cuerpo o vinculada a éste, que se desplaza
fundamentalmente por tierra, destinada al transporte de personas o cosas.

NORMAS APLICABLES

A nivel nacional, rige la Ley de Tránsito Nº 24.449. Asimismo el art. 1769 del CCyC permite
encuadrar este supuesto en el régimen de responsabilidad objetiva por el hecho de las cosas o
por actividades riesgosas a todos los hechos dañosos sucedidos en el marco de la circulación
de vehículos, sea cual fuere su naturaleza.

La ley no distingue ni remite a normas específicas. Así se trate de automotores, bicicletas,


carros tirados a caballo, patinetas o rollers y/o cualquier otro implemento que pueda ser
considerado vehículo, esta norma le será aplicable.

En realidad más que accidentes de automotores, de tránsito o de la circulación, se trata de


siniestros viales, expresión que excluye la referencia a evento imprevisible que contiene la
denominación "accidente" (según el Diccionario: "Suceso eventual o acción de que
involuntariamente resulta daño para las personas o las cosas").

LEGITIMACION ACTIVA

Involucra a quienes pueden reclamar los daños. En general, se sostiene que pueden accionar el
dueño o propietario registral, el propietario no registral (titular de un boleto de compraventa
privado o de otro título que le confiera un derecho personal), el tenedor, el poseedor de buena
fe, el usuario del automóvil.

LEGITIMACION PASIVA

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Son legitimados pasivos el conductor del vehículo, el dueño o propietario registral, el guardián
y otros responsables indirectos, como el principal por el hecho del dependiente o el padre o
tutor por los hechos de sus hijos o pupilos.

Un aspecto importante es la situación del dueño registral que vendió el automóvil y efectuó la
denuncia de venta en el Registro Nacional de Propiedad del Automotor.

a.- Responsabilidad del conductor del vehículo: es imputable en razón de un factor de


atribución objetivo de responsabilidad, sea que se trate del riesgo o vicio de la cosa o que se
está en presencia de una actividad riesgosa, cualquiera sea el vehículo empleado: circular hoy
en la vía pública es considerado una actividad riesgosa. La carga de la prueba de las eximentes
pesará sobre el autor del siniestro en tanto y en cuanto se haya probado su participación en el
hecho.

b.- Responsabilidad del dueño y guardián:

b.1) Dueño: Si se trata de vehículos no registrables (bicicleta), la titularidad se determinara por


las reglas generales del dominio de las cosas muebles; en tanto que si se trata de automotores,
el dueño será quien se encuentre inscripto como tal en el Registro de la Propiedad del
Automotor.

b.2) Caso especial de denuncia de venta del vehículo: Hasta tanto se inscriba la transferencia
el transmitente será civilmente responsable por los daños y perjuicios que se produzcan con el
automotor, en su carácter de dueño de la cosa.

No obstante, si con anterioridad al hecho que motive su responsabilidad, el transmitente


hubiere comunicado al Registro que hizo tradición del automotor, se reputará que el
adquirente o quienes de este último hubiesen recibido el uso, la tenencia o la posesión de
aquél, revisten con relación al transmitente el carácter de terceros por quienes él no debe
responder, y que el automotor fue usado en contra de su voluntad.

Operará la revocación de la autorización para circular con el automotor, si el titular la hubiese


otorgado. El Registro notificará esa circunstancia al adquirente, si su domicilio fuere conocido.
Una vez transcurrido de 30 días se hubiese cumplido y no se inició el trámite se dispondrá la
prohibición de circular y el secuestro del automotor.

b.3) Guardián: la persona que no siendo dueño tiene un poder autónomo de mando o de
control sobre la cosa, o en tales condiciones lo haya delegado en un tercero, será reputado
guardián.

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PLURALIDAD DE RESPONSABLES

Tanto el conductor, como el dueño y el guardián (si los tres fueran personas distintas) serán
responsables concurrentes frente a la víctima. También, en su caso, lo será el asegurador, que
podrá ser citado en garantía.

PRESUNCIONES Y EXIMENTES

En un accidente de tránsito pesa sobre el autor del mismo –demandado‒, y una vez acreditada
la existencia del hecho –siniestro‒ la prueba de las eximentes (art. 1736 CCyC).

Si bien imperan las reglas generales, existen algunas situaciones específicas a contemplar.

a) Presunciones legales: La Ley N° 24449 establece presunciones muy importantes en el art.


64, dispone que: Se presume responsable de un accidente al que carecía de prioridad de paso
o cometió una infracción relacionada con la causa del mismo, sin perjuicio de la
responsabilidad que pueda corresponderles a los que, aun respetando las disposiciones,
pudiendo haberlo evitado voluntariamente, no lo hicieron. El peatón goza del beneficio de la
duda y presunciones en su favor en tanto no incurra en graves violaciones a las reglas del
tránsito. Las leyes provinciales y las ordenanzas municipales a veces contienen normas
similares. La violación de las normas de tránsito genera una pre-sunción de responsabilidad
que, por supuesto, admite prueba en contrario.

b) Presunciones hominis: La jurisprudencia es abundante en este sentido, donde se ha llegado


a construir ciertos criterios basados en reglas de la experiencia, como ser:

‒ Vehículo embistente: se presume la responsabilidad de quien embiste a otro con la parte


delantera de su auto. La presunción se agrava cuando el embestido es un peatón, ya que ello
supone no haber circulado guardando la distancia reglamentaria ni haber tenido el pleno
control del vehículo. Pero se indican como excepciones, entre otras, si se acredita que la
colisión se produjo por una maniobra imprudente del embestido (hecho de la víctima); o si
existe hecho de un tercero (cuando el embisten te es, a su vez, embestido).

‒ Violación de la prioridad de paso: este también constituye un elemento importante para


generar una presunción de responsabilidad. Tal vez la más importante.

‒ Giros y adelantamiento indebidos: también genera una presunción iuris tantum toda
circunstancia en que el adelantamiento implique una perturbación en la marcha normal de los
demás vehículos y pueda constituir, por esta o por otra causa, un peligro para terceros.

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‒ Velocidad del vehículo: la velocidad que se le imprime al vehículo debe ser tal que permita
que en todo momento el conductor pueda mantener el dominio sobre el mismo, es decir,
aquella que le permita al conductor maniobrar con eficacia y mantener el control del vehículo.
No se trata de una cuestión de culpabilidad, sino de incidencia causal en el resultado.

c) El hecho de la víctima: La presunción legal a favor del peatón, que surge del art. 63 de la Ley
N° 24449, se ha trasladado incluso a los casos en que la ley no la tiene como tal, en virtud de la
natural vulnerabilidad de la persona humana frente a los vehículos (la tutela de la persona
frente a los daños que producen las maquinas).

‒ El hecho de la víctima en la producción y en la cuantificación del daño: hay que distinguir la


responsabilidad por el accidente de tránsito de la que corresponde imputar a la víctima en
razón del daño efectivamente sufrido. Es que si el análisis causal –regla de la causalidad
adecuada– permite establecer que de haberse colocado el casco el motociclista, o de haberse
colocado el cinturón de seguridad el conductor del vehículo, ciertas lesiones físicas no se
habrían producido, estas deberán atribuirse al hecho de la víctima.

d) Menor de edad habilitado para conducir: Si el menor ocasiona un daño en la circulación,


hay que distinguir dos situaciones: si el menor contaba con la autorización de sus padres o
representantes legales, en tal supuesto se mantiene la responsabilidad solidaria de los mismos
–art. 1754 CCyC‒.

Pero si el menor puede por sí solo obtener la licencia de conducir, los padres, en principio, no
serían responsables, sin perjuicio de la responsabilidad que eventualmente les puede
corresponder por ser dueños o guardianes del vehículo, que es una cuestión diferente.

e) Concaudalidad: En ciertos casos donde han participados varios protagonistas en la


producción del hecho, es necesario determinar el grado de incidencia causal que cada uno ha
tenido en el suceso, lo cual disminuirá proporcionalmente la responsabilidad por los daños
causados al otro.

Algunas reglas aplicables en materia de accidente de tránsito

1) El riesgo creado regula la responsabilidad civil por el hecho de las cosas y constituye el
principio rector de la materia;

2) La responsabilidad es concurrente del dueño o guardián y recae sobre los mismos acreditar
la concurrencia de eximentes de responsabilidad, lo que debe probar de modo fehaciente e
indubitable, dada la finalidad tuitiva de la norma;

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3) Media integración y armonización entre las normas propias de la responsabilidad objetiva


del Código Civil y Comercial y las normas regulatorias del tránsito (p. ej. Ley Nacional de
Tránsito N° 24449 y Códigos de Tránsito provinciales y/o ordenanzas municipales), ya que
estas completan y complementan las normas de la responsabilidad civil.

4) La culpa también incide como factor de atribución de responsabilidad del dueño o guardián
demandado. La culpa y las presunciones legales de responsabilidad de la reglamentación del
tránsito operan como eximentes subjetivas (culpa de la víctima o del tercero) y se añaden al
riesgo creado por el dueño o guardián; habitualmente concurren duplicidad de factores de
atribución de responsabilidad: riesgo creado por el automotor y culpa de su conductor; la
mayoría de la jurisprudencia y de la doctrina sostiene que también es de aplicación la
responsabilidad objetiva al conductor del vehículo y al dependiente del dueño o guardián que
manejaba.

2. RESPONSABILIDAD CAUSADA POR PRODUCTOS ELABORADOS

Régimen general

El art. 40 de la Ley de Defensa del Consumidor expresa que: Si el daño al consumidor resulta
del vicio o riesgo de la cosa o de la prestación del servicio, responderán el productor, el
fabricante, el importador, el distribuidor, el proveedor, el vendedor y quien haya puesto su
marca en la cosa o servicio. El transportista responderá por los daños ocasionados a la cosa
con motivo o en ocasión del servicio.

La responsabilidad es solidaria, sin perjuicio de las acciones de repetición que correspondan.


Sólo se liberará total o parcialmente quien demuestre que la causa del daño le ha sido ajena.

‒ Factor de atribución: Es siempre de carácter objetivo, fundado en el riesgo o vicio de la cosa


o del servicio o actividad y en el deber de seguridad.

‒ Solidaridad: Todos los que participan de la cadena de producción o comercialización de


bienes y servicios responden solidariamente, salvo el caso del transportista que su
responsabilidad es limitada, solo responde por los daños derivados de la tarea que les propia.

‒ Productos elaborados: es una cosa mueble que resulta de la transformación de otras cosas
producidas de la actividad del hombre en un proceso de industrialización, caracterizado por la
fabricación masiva y en serie. También estarían comprendidos los productos artesanales.

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‒ Productos defectuosos o riesgosos: El producto es defectuoso (vicioso) por defecto de


fabricación, construcción o diseño, de información (falta de advertencia) o conservación.

‒ Los servicios: El art. 40 del LDC extiende la responsabilidad a los servicios, quedan incluidos
todos, inclusive los servicios públicos domiciliarios.

DAÑOS RESARCIBLES Y EXTENSIÓN DEL RESARCIMIENTO - Reglas generales

No existen reglas particulares en orden a los daños resarcibles, razón por la cual se aplican las
normas generales del CCyC, por lo tanto, rige el principio de la reparación plena.

Eximentes de responsabilidad - para eximirse de responsabilidad deberán demostrar la causa


ajena con algunas particularidades propias de este supuesto de responsabilidad, teniendo en
cuenta el carácter protectorio y los mandatos constitucionales que rigen en esta materia.

a.- Hecho de la víctima: para que tal causa tenga carácter interruptivo del nexo causal, será
necesario que pueda equipararse a la configuración de una culpa grave del damnificado,
obligando al proveedor a tomar las medidas que resulten adecuadas de acuerdo al parámetro
de la previsibilidad. Debe ponerse la conducta del consumidor en relación con la referencia al
“uso razonablemente previsible” del producto, en modo tal que únicamente un uso
claramente irrazonable por parte del consumidor podría eximir al proveedor.

3.- RESPONSABILIDAD POR LOS DAÑOS CAUSADOS POR AERONAVES

Se halla regulado por el CONVENCIO INTERNACIONAL SOBRE DAÑOS CAUSADOS A TERCEROS


EN LA SUPERFICIE POR AERONAVES EXTRANJERAS, ratificado por nuestro país a través de Ley
Nº 17404.

Su art. 1 establece: 1. - La persona que sufra daños en la superficie tiene derecho a reparación
con solo probar que los daños provienen de una aeronave en vuelo, o de una persona o una
cosa caída de la misma.

Sin embargo, no habrá lugar a reparación, si los daños no son consecuencia directa del
acontecimiento que los ha originado o si se deben al mero hecho del paso de la aeronave a
través del espacio aéreo de conformidad con los reglamentos de tránsito aéreo aplicables.

PERSONAS RESPONSABLES

Su art. 2 establece: La obligación de reparar los daños incumbe al 1) operador de la aeronave.


Se considera "el operador" a quien usa la aeronave cuando se causan los daños. También a

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quien, habiendo conferido, directa o indirectamente, el derecho a usar la aeronave se ha


reservado el control de su navegación. Se considera que usa una aeronave a quien lo hace
personalmente o por medio de sus dependientes en el ejercicio de sus funciones, actúen o no
dentro de los límites de sus atribuciones.

2) El propietario inscrito en el registro de matrícula se presume operador y responsable como


tal, a menos que pruebe, que otra persona es el operador.

EXIMICION: el art. 6 establece La persona que sería responsable estará exenta de


responsabilidad si prueba que los daños fueron causados únicamente por culpa de la persona
que los sufra o de sus dependientes.

Si los daños resultantes de la muerte o lesiones de una persona sirven de fundamento a una
acción de reparación intentada por otra, la culpa de aquélla o de sus dependientes producirá
también los efectos previstos en el párrafo anterior.

REGIMEN INDEMNIZATORIO: en el art. 11, se establecen las cuantías máximas que han de
soportar los que resulten responsables conforme a lo previsto en el Convenio, y que se van
calcular en función del peso máximo autorizado para el despegue que figure en el certificado
de aeronavegabilidad.

4. RESPONSABILIDAD CAUSADA POR DAÑOS NUCLEARES

A través de Ley 25.313 se aprobó el Protocolo de Enmienda de la Convención de Viena sobre


Responsabilidad Civil por Daños Nucleares y la Convención sobre Indemnización Suplementaria
por Daños Nucleares.

ANTECEDENTES. FUNDAMENTO: RECONOCIENDO la importancia de las medidas previstas en


la Convención de Viena sobre Responsabilidad Civil por Daños Nucleares y en el Convenio de
París acerca de la Responsabilidad Civil en Materia de Energía Nuclear, así como en las
legislaciones nacionales sobre indemnización de daños nucleares concordantes con los
principios de la Convención y el Convenio mencionados; DESEOSAS de establecer un régimen
mundial de responsabilidad para suplementar y reforzar esas medidas con miras a aumentar el
importe de la indemnización de los daños nucleares; RECONOCIENDO ADEMAS que ese
régimen mundial de responsabilidad fomentaría la cooperación regional y mundial para
promover un grado más alto de seguridad de acuerdo con lo principios de asociación y
solidaridad internacionales.

DAÑOS POR LOS QUE SE RESPONDE: Por "daños nucleares" se entenderá:

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i) la pérdida de vidas humanas o las lesiones corporales; ii) los daños o perjuicios materiales;
iii) la pérdida económica derivada de la pérdida o los daños; iv) el costo de las medidas para
rehabilitar el medio ambiente deteriorado; v) el lucro cesante derivado del interés económico
en algún uso o goce del medio ambiente; vi) los costos de las medidas preventivas y otros
daños y perjuicios causados por esas medidas; vii) cualquier otra pérdida económica que no
sea una pérdida causada por el deterioro del medio ambiente, si ello estuviese autorizado por
la legislación general sobre responsabilidad civil del tribunal competente.

SUJETOS RESPONSABLES - se aplicará a los daños nucleares respecto de los cuales el


explotador de una instalación nuclear utilizada con fines pacíficos que esté situada en el
territorio de una Parte Contratante sea responsable.

LIMITE – EXIMICION -La indemnización relativa a daños nucleares para cada incidente nuclear
se garantizará por los siguientes medios: i) el Estado de la instalación (…); ii) una Parte
Contratante (…).

La indemnización por daños nucleares se distribuirá equitativamente sin discriminación


relacionada con la nacionalidad, domicilio o residencia, siempre que la legislación del Estado
de la instalación pueda, con sujeción a las obligaciones contraídas por dicho Estado en virtud
de otros instrumentos sobre responsabilidad nuclear, excluir los daños nucleares sufridos en
un Estado no Contratante.

RESPONSABILIDAD POR DAÑOS AMBIENTALES

MEDIAMBIENTE- el mismo consiste en el entorno que envuelve las circunstancias de vida de


las personas y la naturaleza.

Alcanza al conjunto de valores naturales, sociales y culturales, que influyen en la vida del ser
humano y en las generaciones venideras.

El daño al ambiente protege un bien de incidencia colectiva que puede ser lesionado,
restringido o amenazado.

“DAÑO AMBIENTAL” no solo el daño que recae sobre el patrimonio ambiental, sino que
también se refiere al daño que otro produce en el medio ambiente, y el medio ambiente
ocasiona de rebote a los intereses legítimos de una persona determinada, configurando un
daño particular que ataca un determinado derecho subjetivo, y legitima al damnificado para
accionar en reclamo de una reparación o resarcimiento del perjuicio patrimonial o
extrapatrimonial que le ha causado.

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Un ejemplo del primero, el daño ambiental propiamente dicho, sería un derrame de petróleo
en el medio del mar. En cambio, al segundo se lo llama “daño a través del ambiente”, y un
ejemplo sería el caso de los vecinos, que por el agua contaminada por una fábrica, se
enfermen por beber de ese agua.

La distinción puede hacerse basándose en la distinción de las consecuencias, ya que en el daño


ambiental el afectado es la colectividad y el propio medio ambiente, y en el daño a través del
ambiente la lesión se configura a una o varias personas concretas.

El daño ambiental colectivo está definido en el artículo 27 de la Ley General del Ambiente
como “toda alteración relevante que modifique negativamente el ambiente, sus recursos, el
equilibrio de los ecosistemas o los bienes o valores colectivos”.

No cualquier alteración al ambiente entra en la categoría de daño ambiental, sino que es


necesario que la degradación exceda los límites de la normal tolerancia. Por ejemplo, no puede
considerarse daño ambiental la simple poda de las ramas de un árbol de jardín; en cambio, sí
lo será la tala masiva de árboles.

FUNCIÓN PREVENTIVA DEL DAÑO AMBIENTAL

La prevención es el eje central del derecho ambiental En lo ambiental más vale las soluciones
tempranas, de anticipación del daño ambiental, porque se sabe que el daño ambiental de
producirse lleva a situaciones de daño grave y, en muchos casos, irreversible y pueden
conducir a un desastre, emergencia o estrago ambiental, que es necesario evitar y controlar.

En la misma línea la Ley General del Ambiente N° 25675 consagra la plena aplicación de los
principios preventivo y precautorio (art. 4°) y la prioridad de la recomposición del daño
ambiental, colocando al resarcimiento mediante indemnización en una posición subsidiaria y
solo para el caso en que no resulte técnicamente factible la recomposición (art. 28).

Justamente, en materia de daño ambiental, la doctrina y la jurisprudencia sostienen que: “Se


deben instrumentar las herramientas que en una clara actitud de ‘prevención’ sean capaces de
lograr que se obtenga el objetivo apuntado en el artículo 41 de la Constitución Nacional”.

Una vez producido el daño, la recomposición del medio ambiente es prioritaria, es el primer
deber del responsable de la contaminación (generador, transportador, responsable de la
disposición final del mismo, etc.). En caso de insolvencia de los responsables, es el Estado el
que deberá hacerse cargo de la recomposición ambiental a fin de hacer efectivo tal principio

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constitucional (art. 41 CN) de que todos tenemos derecho a gozar de un ambiente sano,
equilibrado y apto para el desarrollo humano, para nosotros y para las futuras

FUNCIÓN RESARCITORIA DEL DERECHO AMBIENTAL

Régimen general art. 28 primera parte de la Ley General del Ambiente establece la
responsabilidad objetiva del que cause el daño ambiental. La responsabilidad por daño
ambiental es siempre objetiva. Por lo tanto, la única posibilidad de eximirse de la
responsabilidad será acreditando que “los daños se produjeron por culpa exclusiva de la
víctima, o un tercero por quien no deba responder” (art. 29 LGA).

5. RESPONSABILIDAD DE LOS PROFESIONALES:

La responsabilidad profesional es aquella en que incurre el que ejerce una profesión al no


cumplir con los deberes especiales que esta le impone.

En un sentido estricto, “profesión” es toda actividad desarrollada en forma habitual, con


autonomía técnica, que cuenta con una reglamentación, requiere una habilitación previa y se
presume onerosa, pudiendo asimismo estar sujeta a colegiación y sometida a normas éticas y a
potestades disciplinarias.

El artículo 1768 del CCyC sienta las reglas básicas de la responsabilidad del profesional liberal:
a) Somete la actividad de los profesionales liberales a las reglas de las obligaciones de hacer. b)
Como regla general, la responsabilidad es subjetiva (culpa o dolo). c) La responsabilidad podrá
ser objetiva cuando el profesional haya comprometido un resultado. d) No se aplica la
responsabilidad por el riesgo de la cosa ni por actividades riesgosas. Sí por el vicio de las cosas
que se utilicen.

ESPECIAL ESTUDIO DE LA RESPONSABILIDAD DE LOS ABOGADOS – MEDICOS – ESCRIBAMOS


– PROFESIONALES DE LA CONSTRUCCCION

ABOGACIA - Se trata de una profesión cuya función primordial es, en esencia, la de aconsejar o
asesorar sobre cuestiones jurídicas y defender a quienes intervienen en procesos judiciales.

La actuación del abogado puede ser judicial, ejercitando la representación de una parte en el
desempeño de la procuración, o mediante el patrocinio en una causa, o bien asumiendo la
defensa de un procesado en el fuero penal, o extrajudicial, sea a través del mero consejo legal
o asesoramiento jurídico, o bien en la intervención directa en la formulación de un negocio
jurídico, o en la redacción de contratos, etc.

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Deberes del abogado: conforme la doctrina y la legislación le han impuesto al abogado deberes
en el ejercicio de su profesión, como ser: Juramento, Deber de lealtad, Deber de guardar el
secreto profesional, Deber de informar y asesorar debidamente y no inducir a engaño a los
clientes, etc.

Por su parte, la culpa del abogado se caracteriza, por haber causado perjuicio a su cliente con
su actuación, su dirección o sus consejos, en virtud de no haber sabido lo que un profesional
de su categoría ha debido saber.

Por ello es que en estos casos quien pretenda del abogado una indemnización, deberá
demostrar que la frustración del éxito esperado acaeció por “culpa” del profesional, porque,
por ejemplo, actuó negligentemente en el estudio de la causa, articulando defensas impropias,
infundadas o absurdas, o por no haber tenido conocimiento de lo que un profesional de su
jerarquía habría debido y podido saber; o sea, dicho de otra manera, para acreditar el
incumplimiento del abogado y hacerlo responsable no bastará con probar a no obtención del
resultado apetecido, sino que deberá demostrar que ello sucedió por culpa del profesional,
quien no se condujo con la diligencia adecuada, es decir, que actuó con negligencia,
imprudencia o desidia.

Para apreciar si ha mediado culpa del abogado debe compararse su comportamiento con el
que habría seguido un profesional prudente y muñido del bagaje científico exigible, colocado
en las mismas condiciones; el abogado no está obligado a tener éxito, sino a hacer lo
conducente a ello.

Con relación a la prueba de la culpa, hoy se admite en general que rige el principio de las
“cargas probatorias dinámicas”, conforme al cual el onus probandi habrá de recaer sobre
quien se encuentre en mejores condiciones de producir prueba, por lo general, el propio
profesional, cuando se trata precisamente de responsabilidad profesional.

MEDICO - La responsabilidad médica constituye la responsabilidad profesional que ha recibido


el mayor número de reclamos vinculados con el ejercicio de su actividad. La causa de tal
fenómeno obedece a una multiplicidad de factores. Entre ellos, el hecho de vincularse su labor
con la vida y la salud de las personas genera gran sensibilidad cuando los resultados obtenidos
no son los esperados, aunque no siempre ello dependa de la pericia y diligencia del médico.
Además, hoy en día se asigna la máxima jerarquía al derecho a la salud, hallándose
comprometido el interés público en su protección (arts. 42 y 43 de la Constitución Nacional y
tratados internacionales art. 75 inc. 22)

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Órbitas de responsabilidad - La responsabilidad civil del médico habrá de ser (por lo general)
contractual, en razón de mediar habitualmente un contrato de prestación de servicio médico‒
asistencial entre el facultativo y el paciente. Al igual que los establecimientos asistenciales
(clínicas, sanatorios, etc.).

El damnificado tendrá frente a sí a dos legitimados pasivos: el establecimiento asistencial y el


médico causante directo del perjuicio, cuyas obligaciones son “concurrentes”. Lo cual es así,
atento que ambos aparecen como indistintamente obligados por el todo a la indemnización
del perjuicio en razón de distintas causa fuente.

Se trata de dos deudas independientes entre sí para con un mismo acreedor, pese a mediar
entre ellas la conexión resultante de estar referidas a un idéntico objeto: el resarcimiento.

Los deberes del médico cuya infracción genera responsabilidad - Deber de secreto profesional:
El médico tiene el deber y el derecho de guardar secreto de aquello referentes a su paciente
que llegaran a su conocimiento con motivo del ejercicio del arte medical.

Este deber debe, obviamente, compatibilizarse con la obligación de denunciar cualquier delito
de acción pública que compete a los médicos.

Según el art. 11 de la Ley N° 17132, esta obligación cesa solamente cuando se configura alguno
de los siguientes supuestos: a) Cuando una ley así lo establece por razones de interés superior,
el galeno posee una causa justa que lo releva de la obligación de reservar el secreto; b) Cuando
se trate de evitar un mal mayor.

6. RESPONSABILIDAD DE LOS FUNCIONARIOS PUBLICOS

De conformidad a lo dispuesto por el art. 1766 del CCyC, la responsabilidad del funcionario
público se rige por lo dispuesto por la Ley N° 26944. Ello siempre que se cumplan los
presupuestos previstos en la norma, es decir, que se trate de un funcionario público, y que el
daño sea ocasionado por el ejercicio irregular de la función.

Funcionario público es todo aquel que ejerce una función pública, de facto o de iure, presta los
servicios en forma onerosa o gratuita, los realiza de forma permanente, temporaria o
accidental, y es esencial que su actividad encuadre dentro de la función pública.

Así el art. 9º de la Ley N° 26944 dispone que “los funcionarios y agentes públicos responderán
por los daños que ocasionen por el ejercicio irregular de sus funciones, siempre que hayan
actuado con dolo o culpa”. Asimismo, establece que el plazo de prescripción de la acción

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contra ellos será de tres años, al igual que la acción del Estado contra los funcionarios o
agentes por repetición, pero contados desde la sentencia firme que estableció la
indemnización a favor de la víctima.

La víctima del hecho ilícito tendrá la carga de la prueba de la culpa del funcionario. Y es preciso
que se encuentren acreditados los presupuestos requeridos, es decir, que se trate de un
funcionario público y que daño sea ocasionado en el ejercicio irregular de sus funciones.

LAS ACCIONES COLECTIVAS Y LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO - Respecto a la eventual


responsabilidad colectiva del Estado, resultan aplicables las pautas sentadas por el máximo
tribunal nacional en el precedente “Halabi”, de conformidad con el cual, ante la falta de una
normativa especial que regule las acciones de clase, el artículo 43 de la Constitución Nacional
es operativo, y es obligación de los jueces darle eficacia cuando se aporta nítida evidencia
sobre la afectación de un derecho fundamental y del acceso a la justicia del titular.

Así, y más allá de la inexistencia de una regulación expresa para los casos en que genere un
daño colectivo por el accionar de la administración pública, resulta viable la promoción de la
acción colectiva respectiva cuando se encuentren afectados tanto intereses difusos como así
también los intereses individuales homogéneos de un grupo.

7. RESPONSABILIDAD DEPORTIVA. NOCION. SITUACIONES

DAÑOS CAUSADOS POR UN JUGADOR CONTRARIO O DEL MISMO EQUIPO EN EL TRANSCURSO


DEL JUEGO - Por lo general, los deportistas sufren lesiones durante el desarrollo del juego,
pudiendo ser a causa de un jugador rival y hasta de un compañero de equipo.

En primer lugar tenemos, el consentimiento de la víctima. Asunción de riesgo. Sostiene que el


deportista conoce que dentro de los riesgos que asume está el de una acción de un rival o de
un jugador del equipo propio que puede ocasionarle daños y, por ende, los acepta, lo que
exime de responsabilidad al dañador. Todo hecho que excede el riesgo normal del juego no es
consentido y genera responsabilidad.

Por lo que se debe proceder la responsabilidad exista una actitud lejana al reglamento y que
no guarden relación con el juego.

RESPONSABILIDAD DE LOS ESPECTADORES - debe responder un espectador o los espectadores


por los daños causados a un deportista. Este caso es un supuesto de responsabilidad
extracontractual, ya que no existe relación contractual directa entre el deportista y el
espectador.

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Se distinguen tres supuestos a los fines de juzgar la responsabilidad de los espectadores:

- Si ha existido un único autor y puede ser identificado, responde a título personal por su obrar
antijuridico y doloso. Es el caso de una persona que arrojo un objeto contundente que impacta
a un futbolista y es captado por las cámaras televisivas.

- Si el autor esta indeterminado, pero puede precisarse el grupo al que pertenece, juegan los
principios de las responsabilidad colectiva y anónima. Sería el caso del art. 1760 sobre cosas
suspendidas o arrojadas. Pero puede también, eximirse de responsabilidad sus integrantes si
prueban quien resultó ser el autor especifico.

- Si la autoría le corresponde a un grupo actuado en su conjunto, todos sus integrantes son


responsables en calidad de partícipes de un hecho ilícito. Concluimos esta temática dándole
gran importancia a la responsabilidad solidaria que existe frente a los daños por el accionar de
un concurrente.

RESPONSABILIDAD DE LAS ENTIDADES DEPORTIVAS PARTICIPANTES Y ORGANIZADORAS -


deben responder frente al deportista damnificado y, en su caso, en qué términos.

La ley de espectáculos deportivos engloba como participantes al local como al visitante, por lo
tanto, ambos deben responder por los daños que se causen antes, durante y después que se
lleve a cabo el espectáculo deportivo.

Se entiende entonces, la existencia de responsabilidad objetiva, que puede ser excluida


mediante la prueba de la culpa de la víctima. No es eximente la invocación de las conductas de
los espectadores como el hecho de un tercero por el que no se debe responder. En fin, las
entidades deportivas participantes, sean locales o visitantes deben responder en los términos
de la ley 23.184.

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Ab. Mgter. M. Florencia Cramazzi Soto
Ab.UNIDAD IXFrias
Aldana Ayelen

Daños y Seguros
Introducción a los
seguros

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Ab. Mgter. M. Florencia Cramazzi Soto
Ab. Aldana Ayelen Frias

CONCEPTUALIZACIÓN. SEGUROS Y DERECHO DEL


CONSUMIDOR. CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL EN MATERIA DE
SEGUROS.

La economía de mercado en el ramo de seguros no constituye novedad alguna


(de hecho es casi tan antigua como la sociedad misma), observando su etapa
embrionaria en las civilizaciones antiguas donde la reciprocidad en ayudas por casos de
accidentes, enfermedades u otros riesgos comerciales y marítimos comenzaba a tomar
forma. -
Desde la óptica legal positiva, pasando por los primeros antecedentes jurídicos
con el Código de Hammurabi, cual formulaba disposiciones para la formación de
fondos comunes que haga frente a las vicisitudes, continuando por el antiguo Egipto
dónde los talladores de piedras formaban con sus aportes subsidios a los familiares de
los fallecidos dentro de dicho circulo, hasta el Talmud1 de Babilonia dónde la Sociedad
Judía preveía para el supuesto que un camellero perdiera uno de sus animales, que el
resto de la caravana soportase el costo de su remplazo, siendo ellos ejemplos de cómo la
humanidad en sus diferentes contextos ha inculcado esta cultura.-
Los seguros en su faz moderna adquirieron relevancia con la actividad
marítima en Italia, sea en el año 1347 dónde nació el primer contrato de seguro, como
en la ciudad de Pisa durante el año 1385 que apareció la primera póliza. Desde entonces
no ha dejado de extenderse, abarcando un rol preponderante y protagónico de la
actividad económica en un plano mundial, y del que Argentina tomó parte protagónica
de este paradigma2.-
En la década 2003-2013 se impulsó la demanda del mercado asegurador en
nuestro País, especialmente en el ramo patrimonial. Así fue que la tasa anual y real de
crecimiento osciló el 12,40%, con un aumento exponencial en la emisión de primas por

1
Entiéndase por Talmud a una obra que recoge las discusiones rabínicas tanto sobre normas judías, como
cuestiones consuetudinarias, narraciones, leyendas e historias.
2
Es tal la extensión, que desde hace tiempo y hoy por intermedio de los artículos 1767 del CCyC y 5 de
la Ley N° 24.240, los establecimientos educativos (como contrato de consumo por sus servicios
educativos) deben contar con seguro por la responsabilidad objetiva emergente de la guarda que estos
tienen sobre sus alumnos.

1
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un valor de ochenta y seis mil millones de pesos en el 2013; más del 300% desde el año
de análisis3. -
Hoy se puede aseverar que los seguros representan una industria que presta, al
menos principalmente, un servicio de seguridad patrimonial ante riesgos económicos 4
atento a la responsabilidad emergente e hipotética que puedan surgir en las diversas
actividades de incidencia personal, laboral, comercial, industrial o social.-
Es tal la importancia del mercado asegurador que no debemos olvidar los
comentarios de autores como FURRER, quién ha manifestado: “(…) En la década del
sesenta se acuñó la frase -consumidores somos todos-. Hoy me animo a decir también
que -consumidores de seguros somos todos-. En una mayor o menor medida, todos
tenemos contratado algún seguro; sea automotor, vida, accidentes, responsabilidad
civil, saldo sobre cuenta bancaria, etc (…)”5.-
Actualmente y en lo que respecta a este estudio, la producción de seguros como
actividad, y su consecuencia derivada en consumo, son actividades de constante
incertidumbre cuyos resultados conservan potenciales riesgos económicos y a través de
ellos la obligación civil (y hasta penal) de afrontar sus consecuencias. Es aquí que el
seguro se naturaliza como una herramienta capaz de mitigar las contingencias y ser
garante de una economía productiva (seguro patrimonial)6 como también de captar y
fomentar ahorro en el mercado de capitales (seguro de personas)7.-
De aquí debemos definir al riesgo como un hecho de ocurrencia incierta en sí
mismo, pero posible, es una amenaza de daño cierto, o bien sólo es incierto en cuanto al
momento en que se ha de producir, cuando se trata de un suceso de ocurrencia
necesaria, como la muerte.-
Hoy podemos consensuar al seguro como un sistema por el cual los riesgos son
transferidos de una persona a una compañía de seguros. A través de un contrato, una de
las partes (la compañía de seguros) se compromete, mediante una cuota que le abona la
otra parte (el asegurado o tomador), a reparar un daño o cumplir con cierta prestación

3
ROBLE María Elisa - VANIN Cecilia y otros. “Historia, actualidad y desafíos del sector asegurador”.
Ed. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Bs. As. 2015.
4
Riesgo económico es la factibilidad de producción de manera aleatoria una situación que origine una
necesidad económica o patrimonial.
5
FURRER, Berta P. “Contratos de Consumo y Seguro”. Fuente: www.casi.com.ar (Colegio de Abogados
de San Isidro -pdf-).
6
La finalidad de los seguros patrimoniales es resarcitoria, protegiendo el patrimonio del asegurado,
paliando efectos económicos de pasivos accidentales o restaurando activos.
7
En los seguros de personas, su fundamento se halla en la capitalización, ahorro o previsión.

2
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pactada ante alguna contingencia predeterminada. De esta manera, los seguros
funcionan sobre el principio básico de trasladar el riesgo, que en pocas palabras esto
implica abonar periódicamente pequeñas sumas con las que se podrán cubrir luego
pérdidas o daños8.
Dicho de otro modo evitamos mayores pérdidas pagando de forma voluntaria
cifras menores. A su vez desde un aspecto técnico la acepción de seguro se confiere
como un “mecanismo que permite a los sujetos económicos reducir sus posibles
pérdidas o necesidades cuantificables económicamente, mediante la transferencia
previa de las mismas y pago de una cantidad a una Entidad que las asume y dota a
aquéllos de una estabilidad en el tiempo, pudiendo canalizar una parte importante del
ahorro de un país”9.
Todo este microsistema jurídico de seguros se halla regulado a grandes rasgos
por tres leyes fundamentales, a saber: la Ley de Seguros (Ley N° 17.418), Ley de
Entidades de Seguros y su Control (Ley N° 20.091) y el Régimen de los productores
asesores de seguros (Ley N° 22.400), cuales guardan una relación simbiótica con el
Código Civil y Comercial de la Nación y con la Ley de Defensa del Consumidor (Ley
N° 22.240), siendo esta última norma sólo aplicable en la medida que exista una
relación de consumo entre los contratantes y/o consumidores de seguros.-
Es tal la importancia de este modelo interdependiente, que la Superintendencia
de Seguros de la Nación (SSN) ha emitido resoluciones tales como la número
35.614/11, conforme la cual las entidades aseguradores debe adecuar sus elementos
técnicos contractuales a las disposiciones emergentes de la LDC (Ley de Defensa del
Consumidor y Usuario); Las resoluciones N° 35.840/11 y modificatoria N° 36.375/11
por su parte crearon el denominado “Departamento de Orientación y Asistencia del
Asegurado (D.O.A.A.)”, institución que, tuvo la oportunidad en el pasado de atender
denuncias o consultas sobre la materia.-
Incluso son verdaderamente incontables los puntos de contacto entre la Ley de
Defensa del Consumidor y Usuario y la Ley de Seguros 10 al observar regulaciones que
en su espíritu pretenden proteger al cliente. Sólo a título ejemplificativo se encuentra el
8
“Introducción al Seguro”. Centro de Capacitación Federal. Federación de Asociaciones de Productores
Asesores de Seguro. 2016.
9
FERNANDEZ ISLA, G. “Economía y Seguro”, INESE, Ed. Madrid. 1993.
10
Otros ejemplos sobre normas en la Ley de Seguros que pueden interpretarse con sentido tuitivo a favor
del asegurado: art. 6, seguros de vida; art. 7, Reticencia no dolosa; art. 15, Conocimiento del asegurador;
art. 18, Comienzo y fin de la cobertura; art. 20, Liquidación o Cesión de Cartera; art. 30, Exigibilidad de
la Prima; art. 36 Caducidad Convencional; arts. 47, 48, 50, relativos a la mora; art. 51, Pago a cuenta;
art. 57, Determinación de la indemnización; entre otros.

3
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artículo 11 de la LS que determina los medios de prueba del contrato de seguros: “El
contrato de seguro sólo puede probarse por escrito; sin embargo, todos los demás
medios de prueba serán admitidos si hay principio de prueba por escrito. Póliza. El
asegurador entregará al tomador una póliza debidamente firmada, con redacción
clara y fácilmente legible. La póliza deberá contener los nombres y domicilios de las
partes; el interés la persona asegurada; los riesgos asumidos; el momento desde el cual
éstos se asumen y el plazo; la prima o cotización; la suma asegurada; y las condiciones
generales del contrato. Podrán incluirse en la póliza condiciones particulares. Cuando
el seguro se contratase simultáneamente con varios aseguradores podrá emitirse una
sola póliza”.-
Por su parte, el artículo 12 establece que: “Cuando el texto de la póliza difiera del
contenido de la propuesta, la diferencia se considerará aprobada por el tomador si no
reclama dentro de un mes de haber recibido la póliza. Esta aceptación se presume sólo
cuando el asegurador advierte al tomador sobre este derecho por cláusula inserta en
forma destacada en el anverso de la póliza. La impugnación no afecta la eficacia del
contrato en lo restante, sin perjuicio del derecho del tomador de rescindir el contrato a
ese momento”. -
Otro caso es el prescripto en el artículo 46 que reza: “Documentos. Exigencias
prohibidas: El asegurador puede requerir prueba instrumental en cuanto sea
razonable11 que la suministre el asegurado. No es válido convenir la limitación de los
medios de prueba, ni supeditar la prestación del asegurador a un reconocimiento,
transacción o sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, sin perjuicio de la
aplicación de las disposiciones legales sobre cuestiones prejudiciales”12 (el subrayado
nos pertenece). -
A su manera, la Ley de Entidades de Seguro y su Control, ha regulado de forma
menos amplia y arriesgada sobre cuestiones de consumo, delegando parte de la acción a
la SSN. Así, verbigracia, los artículos 30 y 31 determinan que la autoridad de control
establecerá el monto y las normas sobre capitales mínimos que deberán ajustarse las
aseguradoras, dando facultad suficiente a la SSN para intimar a corregir su situación en
el caso de ser necesarios13. –

11
Ver principio de razonabilidad.
12
En coincidencia con el inc. 27 del artículo 5 de la Directiva 2005/29/CE, cual sienta la "prohibición de
las prácticas comerciales desleales”.
13
Ley N° 20.091, art. 31: “Cuando la entidad se encuentre en algunos de los supuestos previstos en el
Artículo 86 de la presente ley, la Superintendencia de Seguros de la Nación dependiente de la

4
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Además la Ley de marras exige a las aseguradoras poner a disposición de los


asegurados o cualquier tercero interesado, la memoria, balance general o de cuentas de
ganancias y pérdidas (art. 45). En coincidencia con el sistema jurídico consumeril, el
art. 25 de dicha norma dispone que las pólizas deberán estar redactadas en idioma
nacional, salvo las de riesgos marítimos14, prohibiendo además en términos sencillos
cualquier publicidad engañosa (art. 57, Ley de Entidades de Seguros y su Control y Res.
38.708/14 SSN, art. 25.215).-
Ahora bien, como se analizará a lo largo de este trabajo, es imperativo que el
Estado deba mantenerse firme y proactivo en su rol de regulador o proveedor de
seguros16, como figura esencial y eficiente en la manutención del patrimonio social y
económico de dicho sistema, mas sin dejar de velar por los derechos de los usuarios y
consumidores17.-
En defensa de estos intereses, el órgano de control por antonomasia es la
Secretaría de Industria y Comercio, pero ello no obsta la concurrencia con otros
estamentos del Estado 18 . Aquí es donde juega un rol importante la mencionada
Superintendencia de Seguros de la Nación como institución ad hoc en materia de

Subsecretaria de Servicios Financieros de la Secretaría de Finanzas del Ministerio de Economía la


intimará para que dé explicaciones en un plazo de cinco (5) días hábiles. Recibidas éstas y, según la
índole y gravedad de la causal, la autoridad de control podrá intimar a la entidad para que corrija la
situación en un plazo que no podrá exceder de quince (15) días hábiles o, para que presente un Plan de
Regularización y Saneamiento, dentro de igual plazo, que deberá ser aprobado por la autoridad de
control y cumplido en los plazos y condiciones que aquélla establezca (…)”.
14
Ley N°20.091, Art. 25: “El texto de las pólizas deberá ajustarse a los artículos 11, segunda parte, y
158 de la ley 17.418, y acompañarse de opinión letrada autorizada. La autoridad de control cuidará que
las condiciones contractuales sean equitativas. Las pólizas deberán estar redactadas en idioma nacional,
salvo las de riesgo marítimo que podrán estarlo en idioma extranjero”.
15
Últimas modificaciones por Resoluciones N° 40977/2017 y 219/2018 de la SSN.
16
Fundamento del texto de la Ley N° 12.988 (Instituto Mixto de Reaseguros), elevada por el Ministerio
de Hacienda en Buenos Aires, de fecha 24/05/1946.
17
Reconocimiento del libro final “PlaNeS” de la Superintendencia de Seguros de la Nación. 2012.
18
Ley N° 24.240. Art. 41: “Aplicación nacional y local. La Secretaría de Comercio Interior dependiente
del Ministerio de Economía y Producción, será la autoridad nacional de aplicación de esta ley. La
Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las provincias actuarán como autoridades locales de aplicación
ejerciendo el control, vigilancia y juzgamiento en el cumplimiento de esta ley y de sus normas
reglamentarias respecto de las presuntas infracciones cometidas en sus respectivas jurisdicciones”. Art.
39: “Modificación Contratos Tipo. Cuando los contratos a los que se refiere el artículo anterior
requieran la aprobación de otra autoridad nacional o provincial, ésta tomará las medidas necesarias
para la modificación del contrato tipo a pedido de la autoridad de aplicación”. Art. 42: “Facultades
concurrentes. La autoridad nacional de aplicación, sin perjuicio de las facultades que son competencia
de las autoridades locales de aplicación referidas en el artículo 41 de esta ley, podrá actuar
concurrentemente en el control y vigilancia en el cumplimiento de la presente ley”; Con la Ley N°
26.993 de adhesión voluntaria a las provincias, podría según el monto reclamado, ser reemplazada esta
sede por el denominado COPREC y Auditoría en las Relaciones de Consumo.

5
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contralor y regulación de seguros en general 19 , éste último es un organismo público
descentralizado dependiente del Ministerio de Finanzas, con autonomía funcional y
autarquía financiera (art. 65, Ley N° 20.091), cuyo papel en términos generales es el de
supervisor, regulador y fiscalizador del mercado de seguros, evaluando y controlando a
los operadores de dicho mercado para garantizar el cumplimiento de la legislación y
disposiciones vigentes en la materia.
Sin perjuicio de ello las cuestiones de cobertura de accidentes o enfermedades
de trabajo canalizadas por las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (ART) fueron
disgregadas en la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT) 20, mientras que las
coberturas de seguros de salud que era competencia exclusiva del ex Instituto Nacional
de Obras Sociales y ex Dirección Nacional de Obras Sociales, ahora se encuentran a
cargo de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) 21.-

LAS FUNCIONES SOCIOECONOMICAS. LA CARACTERIZACIÓN


DEL CONTRATO DE SEGURO. PRESUPUESTO Y ELEMENTOS DEL
CONTRATO DE SEGUROS

Hasta aquí, resulta innegable que el Derecho del Consumidor cada vez ocupa
más un papel protagónico en la Argentina. Razón por la que ya no interesa cuál sea el
eje de aplicación dentro de los diversos mercados existente; así ha apoyado esta tesitura
la posición de la SSN de adecuar, como fuera considerado, los elementos técnicos
contractuales del mercado sujeto a su custodia, a las disposiciones generales de la Ley
N° 24.240, cuales han nacido del amparo del art. 42 de nuestra Norma Fundamental y
que hoy es reflejado en el Código Civil y Comercial de la Nación.-

19
A contrario de lo que sucedía años atrás, desde el año 2016 la C.S.J.N. ha reconocido la facultad de los
organismos de control generales para iniciar sumarios y sancionar a establecimientos sometidos a un
régimen especial cuya jurisdicción pertenece a instituciones especificas (CSJN. 24/5/2016. "Telefónica
Móviles Argentina S.A. S/ inhibitoria” -Secretaría de Defensa Consumidor-.. Expte. N° 30231/79176/11.,
Ed. La Ley. 2016-C, 592). El problema originario es que en la práctica los organismos de control
administrativos específicos, avalan sus disposiciones y reglamentos por encima del estatuto consumeril,
práctica que deviene improcedente en virtud de ser menos proteccionista que las leyes y normas más
amplias.
20
Ley N° 24.557, art. 35: “Créase la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT), como entidad
autárquica en jurisdicción del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación. La SRT absorberá
las funciones y atribuciones qué actualmente desempeña la Dirección Nacional de Salud y Seguridad en
el Trabajo”.
21
La Ley N° 23.661 creó la Acción Social de la Administración Nacional del Seguro de Salud
(ANSSAL), la Ley N° 18.610 el Instituto Nacional de Obras Sociales (INOS) y la Ley N° 23.660 formó
la Dirección Nacional de Obras Sociales (DINOS); luego con el Decreto N° 1615/96 se fusionaron todos
para dar nacimiento a la Superintendencias de Servicios de Salud.

6
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En adición, el contrato de seguro y de consumo -más específicamente de
adhesión- (tres contratos con regulaciones paralelas -una en la Ley de Seguros y las
otras dos en el CCyC-) hoy guardan una relación de género y especie, siendo el contrato
de seguros un contrato de consumo (salvo posibles excepciones de contratos entre
empresas), pero por sobre todo es de adhesión. De esa manera las leyes generales
(CCyC) y específicas (Ley de Seguros) para el caso concreto guardan un dialogo de
fuentes, mostrando conexidad e interrelación. –
Así podemos ver la influencia legal, jurisprudencial y doctrinal extraída hasta
el momento sobre las directivas de interpretación, el deber de información, publicidad,
trato digno y prácticas abusivas entre otras.-
Ahora bien, los seguros como tal poseen en líneas generales ciertas funciones
sociales y económicas subyacentes al derecho mismo y el cual los jueces y doctrina han
tenido la oportunidad de valorar.-
Esta finalidad social la podemos resumir en que permite a los beneficiarios, a
través del cobro de la indemnización o beneficio (según sea el caso), volver al estado
inmediato anterior al momento en que se produce el siniestro a través de la
indemnización pactada. Esto permite resarcir a los beneficiarios cuando tienen una
pérdida económica y puede traducirse en el menoscabo del patrimonio mismo (v.g.
colisión de un vehículo) o cuando en una familia fallece la persona que genera ingresos,
la indemnización o beneficio que aporta el seguro de vida en éste último caso, se
convierte en una suerte de paliativo que ayuda a la misma a recomponerse de la pérdida,
siempre hablando en términos económicos.-
De lo dicho podemos extraer que en los seguros cuyo siniestro implican el
daño de bienes materiales (cosas) tiene una finalidad netamente reparadora, mientras
que en relación a las personas (salud y vida), amén del efecto reparador, importa
estimular la previsión y la salud de las mismas.-
Por otro lado la finalidad económica del seguro se resume en que permite
contribuir al PBI de un País, estimula las inversiones como también es una fuente
generadora de trabajo. Además de ello, permite otorgar cierta certidumbre al mercado y
hasta facilitar créditos y dar la posibilidad al estado nacional de colocar bonos entre las
reservas de las compañías.-
Es tal la importancia de estas funciones que han sido valorados por la
jurisprudencia y doctrina. En ese sentido, lejos de invocar el control judicial del acto
administrativo en los contratos de adhesión (en seguros), la Corte Suprema de Justicia

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ha convalidado a la Superintendencia de Seguros de la Nación, resaltando su amplitud
para apreciar los factores técnicos y mantener “indemne” la función social del seguro
en aras de un interés por encima del individual.-

Más allá de lo dicho, hay variada jurisprudencia de las provincias que han tenido
la oportunidad de valorar la función social del seguro a la hora de anular cláusulas
limitativas de responsabilidad de las aseguradoras, que sin perjuicio de que
estudiaremos en unidades siguientes de manera más detallada, adelantaremos algunas
lineas a los fines de mayor comprensión de este concepto.
Así por ejemplo, la Suprema Corte de Mendoza en el año 2017, que se expidió en
favor del asegurado en autos “Greco, Norma I. y otro C/ Aravena, Gerardo D. y ot. S/
Daños y Perjuicios” 22 , el hecho bajo litis se originó porque la viuda e hijos de un
conductor que falleció en un accidente de tránsito, demandan por daños y perjuicios al
conductor embistente, al titular registral y a la aseguradora. En el caso que aquí nos
ocupa la compañía se eximió de responsabilidad, invocando la causal de exclusión
prevista en las condiciones generales de la póliza por que se condujo en exceso del 40%
de la velocidad permitida prevista en la cláusula 22 del contrato impugnado. -
Sin embargo, al ser estas exclusiones de responsabilidad del tipo convencional y
no legal, es decir que fueron establecidas en un contrato de adhesión y no por la Ley de
Seguros, debe prestarse mayor atención a sus condiciones, y aun existiendo una
infracción del tipo administrativo como ir en exceso de velocidad, el Juez necesita
resolver estas cuestiones con suma prudencia, razonabilidad y equidad, ya que en
definitiva lo que se debe cumplir es la función social del seguro representada no solo
por la protección del patrimonio del asegurado, sino además garantizar una reparación a
quién resulte damnificado en el marco del siniestro.-
Así las cosas, aunque el criterio del Superior Tribunal de Justicia de Mendoza no
sea compartido por toda la jurisprudencia, destacamos que al estudiar el caso parte de
entre sus argumentos, el más fuerte, desde la lógica de que excluir una cobertura desde
la base del exceso de velocidad, considerando que esta hipótesis representa la inmensa
mayoría de los siniestros viales, sería invalidar la función social del seguro al suprimirse

22
Suprema Corte de Mendoza. Sala I. 15/05/17. “Greco, Norma I. y otro C/ Aravena, Gerardo D. y ot. S/
Daños y Perjuicios”. Recurso extraordinario de inconstitucionalidad S/ Casación. Fuente:
http://www2.jus.mendoza.gov.ar/fallos/todo/170515_Greco.php

8
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la mayoría de las coberturas dado que la gran cantidad de los siniestros viales caen bajo
el supuesto de exceso de velocidad.-
Tema no menor a la hora de comprender los seguros es conocer su clasificación,
cuales podemos agrupar en dos grandes ramos “Patrimonial” y “Personas”, cada ramo
a su vez está subdividido en diferentes tipos de seguros que se encuentran regulados en
la segunda parte de la Ley de Seguros y los cuales los estudiaremos más adelante
pormenorizadamente.-
Lo importante en esta instancia es conocer estos dos ramos: los patrimoniales son
aquellos cuya finalidad es proteger una integridad patrimonial ya sea para restaurar
activos o bien para paliar los efectos económicos de pasivos accidentales como pueden
serlo la producción de hechos que deriven en reclamos por responsabilidad civil. Su
función es resarcitoria. Se trata como dijéramos anteriormente a volver a situar a un
patrimonio en la circunstancia en que se encontraba y en la medida de la cobertura,
antes de la producción del siniestro, coincidiendo con el principio de reparación plena
establecida en el art. 1740 del CCyC y que expresa: “La reparación del daño debe ser
plena. Consiste en la restitución de la situación del damnificado al estado anterior al
hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie (…)”. Algunos ramos son:
 Seguros sobre los Bienes (Incendio, Robo, Cristales, Agro, Gránizo; etc.)
 Seguros sobre los Reclamos (Responsabilidad Civil)
 Seguros sobre los Daños Indirectos (Pérdidas de Beneficios)

Dependiendo la doctrina utilizada, en los seguros personales (y que


consecuentemente recaen sobre la persona misma, sea en su salud y vida como
ingresos), como se enfatizará, no tiene una finalidad absolutamente indemnizatoria, sino
que cabe agregar a ésta última la naturaleza de previsión, ahorro y capitalización. Entre
los principales ramos encontramos:
 Vida
 Accidentes de personales
 Seguro de retiro
 Seguros de Salud
 Seguros de Sepelio

9
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Dicho esto y habiendo definido al seguro mismo como un sistema solidario y
estudiada sus funciones, es necesario conceptualizar al contrato del seguro, como un
instrumento tipificado por una ley especial. Éste, de acuerdo a la Ley de Seguros
17.418 (ahora en adelante “LS”), lo define cuando el asegurador se obliga, mediante
una prima o cotización a resarcir un daño o a cumplir la prestación convenida si
ocurre el evento previsto.-
Doctrina autorizada en la materia como STIGLITZ ha definido al contrato de
seguros como “un contrato por adhesión por el cual una de las partes, el asegurador,
se obliga, contra el pago o la promesa de pago del premio efectuado por el asegurado,
a pagar a éste o a un tercero la prestación convenida, subordinada a la eventual
realización (siniestro) del riesgo, tal como ha sido determinado, durante la duración
material del contrato”23.-
Decimos que es consensual conforme lo establece el art. 4 de la LS y art. 971
del CCyC que establece en una primera aproximación que dichos contratos quedan
concluidos, para producir sus efectos propios desde que las partes hubiesen
recíprocamente manifestado su consentimiento (aun antes de emitirse la póliza), puesto
que el Asegurador está obligado a emitir la póliza (Art. 11 de la LS) y la demora no lo
liberará de la indemnización por un siniestro ocurrido en ese lapso. Así también es de
adhesión según lo normado por el art. 984 del CCyC que reza: “El contrato por
adhesión es aquel mediante el cual uno de los contratantes adhiere a cláusulas
generales predispuestas unilateralmente, por la otra parte o por un tercero, sin que el
adherente haya participado en su redacción”.-
Esto permite caracterizar y tipificar al contrato de seguros por parte de la
doctrina de manera unitaria y con propósito totalizador en su disciplina (todos los
riesgos), predominando en la actualidad, la concepción del contrato de seguro que lo
concibe como una convención indemnizatoria de adhesión a condiciones generales y
consensual (de conformidad con el objeto y definición de la LS y de lo normado por el
CCyC) amén de que para algunos autores esta lógica reparadora pueda excluir ciertos
contratos de seguros (como algunos seguros de personas, pero que para nosotros no deja
de ser en alguna medida indemnizatoria, de ahorro, previsión y capitalización). Cabe
agregar a esto el carácter no formal del contrato puesto que la LS no establece
solemnidad alguna para su perfeccionamiento, bastando la declaración común de

23
STIGLITZ. Derecho de Seguros. Tomo I. Ed. La Ley. Bs. As. 2016

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voluntad de ambas partes el cual luego esto es representado por la póliza (salvo que las
partes quieran consensuar solemnidad alguna conforme lo establecido por el art. 284 y
969 del CCyC).-
Lo único que puede tener un carácter formal es la propuesta (elemento previo a
la perfección del contrato y que se traduce en un impreso que el asegurador provee al
asegurado a través del cual éste emite su declaración de voluntad dirigida a iniciar la
formación del contrato). Ahora, puesto que si bien la LS establece su libertad de formas
en el art. 4, la autoridad de aplicación (SSN) estableció su carácter escrito, aunque la
práctica aseguradora suele mostrar que en muchas ocasiones se emiten pólizas en
desuso directo de esta “propuesta”.-
Todo lo expuesto permite encuadrar a la operación de seguro como una suerte
de “mutualidad” (constituida por la recaudación en masa que hacen las empresas y con
dicho cúmulo hacer frente a quienes resultan perjudicados dentro de ese grupo), dónde
se realiza la transferencia a una empresa de las consecuencias dañosas para la hipótesis
de realización de un riesgo (siniestro).-
Claramente esta organización de la mutualidad de riesgos que realiza la
empresa, no lo hace al azar sino de manera científica, ya que trabaja en función de
“leyes de la estadística”, que son las que permite determinar la probabilidad teórica o
matemática de que se produzca el siniestro, lo que hace determinar el costo de la
prestación del servicio ofrecido y consecuentemente la viabilidad del producto ofrecido
al mercado por parte de la aseguradora.-
En otra vertiente el Contrato de Seguro tiene elementos propios que lo
caracterizan, pero a su vez también tiene elementos comunes. Entonces: ¿Cuál es la
diferencia entre ambos tipos de elementos?
Los elementos “comunes” son llamados así porque son los elementos de
cualquier tipo de contrato en líneas generales, tales como los sujetos, la capacidad,
forma o consentimiento (estos últimos dos también regulado en el art. 4 de la LS como
no formal y consensual y por ende pudiendo ser considerados como “propios”). Si bien
la capacidad, como presupuesto de validez del consentimiento, se la define como la
aptitud para ser titular o ejercer por sí mismo el derecho y celebrar el contrato
(establecidos en el art. 25, 27 y 49 del CCyC), respecto de los sujetos debemos aclarar
que existen tres tipos intervinientes, a saber:

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 Asegurado: Es toda persona física o jurídica con capacidad legal para
contratar que, teniendo interés asegurable, contrata el seguro por cuenta
propia.
 Tomador: Es la persona física o jurídica, con capacidad legal para
contratar, que celebra el contrato con el asegurador, y puede hacerlo por
cuenta propia o por cuenta de terceros.
 Aseguradora: Es la persona jurídica autorizada por la Superintendencia
de Seguros a operar como compañía de seguros, pudiendo revestir
distintas formas jurídicas establecidas en la ley 20.091.
Visto los primeros dos conceptos tenemos que dejar en claro que la figura del
tomador y asegurado pueden coincidir. Esto ocurre cuando el mismo asegurado es
quien celebra el contrato de seguro con la compañía aseguradora. De esta manera, se
emitirá una póliza en la que figurará como Tomador el Sr. XX y como Asegurado el Sr.
XX (lo que sucede a menudo y generalmente en las pólizas de vehículos).-
También puede ocurrir que ambas figuras no coincidan y en ese caso se consignarán
también los datos da cada uno, con su respectivo rol en la póliza (como puede pasar en
los seguros de vida o salud por ejemplo en los que un pariente asegura a otro).-
Por otro lado, los elementos propios de un contrato de seguro son:
 La Suma Asegurada: Es el valor económico que se le da al objeto del seguro
 La Prima: Es el costo técnico del seguro.
 El Riesgo: Es toda potencialidad dañosa que pueda afectar a bienes o a
personas, que requiere de los siguientes caracteres esenciales para ser
asegurable: la incertidumbre (posibilidad de que ocurra el siniestro), que se
produzca en el futuro y que sea extraño a la voluntad de las partes.
 El Interés Asegurable: Es la relación que une a una persona con un bien,
susceptible de valoración patrimonial, objetiva o estimada. Determina el grado
de Interés Lícito que podría tener alguien para su aseguramiento. (Art. 2 de la
Ley 17418). Este elemento puede ser considerado como “causa” del contrato.
 El Objeto del Seguro Según lo definido por la Ley de Seguros, el contrato
puede tener por objeto toda clase de riesgos, siempre que exista interés
asegurable (este elemento lo definimos “propio” en virtud de lo normado por la
LS y puede ser asimilado por algunos autores como el riesgo definido líneas
arriba). No está de más recordar que nuestro CCyC (arts. 1003 y 1004)

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determina que todo objeto de contrato como regla debe ser lícito, física y
jurídicamente posible, patrimonial y determinado (o determinable).-
 El Consentimiento de las partes: Es lo que perfecciona al contrato de seguros.
Los derechos y obligaciones de las partes comienzan a partir de este momento.
(decimos que esto es propio además de general, porque también está regulado en
el art. 4 de la LS).
En resumen podemos ver, que si bien existen elementos propios y comunes de
los contratos de seguros, debemos destacar que esta diferencia es sólo a los fines
didácticos y como regla general debe observarse a todos por igual como “elementos del
contrato de seguro”, pudiendo según ciertos autores coincidir el “objeto del Seguro” con
el “Riesgo” o el “Interés Asegurable” con la “Causa del Contrato”.-

EL SISTEMA DE INFORMACIÓN DEL CONTRATO DE SEGURO.


RETICIENCIA, INFORMACIÓN FALSA Y OMISIÓN DE BUENA FE.

Cuando hablamos del sistema de información del contrato de seguro hacemos


alusión a una de los deberes que tiene el asegurado y/o tomador del contrato en relación
al riesgo. Como primera medida todo cliente de la compañía tiene la carga de denunciar
un cambio o agravación en el riesgo que pudiera cambiar las condiciones del contrato o
suprimirlo (art. 37 de la LS).-
Esto guarda estrecha relación con el concepto de reticencia y falsa declaración
establecido en el art. 5 y ss. de la LS, cuyo texto determina: “toda declaración falsa o
toda reticencia de circunstancias conocidas por el asegurado, aun hechas de buena fe,
que a juicio de peritos hubiese impedido el contrato o modificado sus condiciones si el
asegurador hubiese sido cerciorado del verdadero estado del riesgo, hace nulo el
contrato”.-
Es decir, que de la norma podemos separar en un punto a la reticencia como la
omisión en la declaración del asegurado/tomador de “(…) circunstancias conocidas por
el asegurado, aun hechas de buena fe, que a juicio de peritos hubiese impedido el
contrato o modificado sus condiciones (…)”; La falsa declaración en otro punto es la
expresión de hechos ajenos a la realidad, más de carácter doloso (mala fe).-
A su vez la agravación del riesgo, a diferencia de los otros conceptos, nace por
situaciones contemporáneas a la celebración del contrato de seguro que presuman una
modificación en sus condiciones y no previas al mismo. (acepciones reafirmadas en

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autos “Boggio, Maximiliano C/ Metlife seguros de vida s/ Ordinario”. Cam. Nac. Apel.
Comer. Sala A. 19/3/2011).-
Hasta aquí en resumen: En la reticencia el asegurado SILENCIA LA
VERDAD, omitiendo informar circunstancias relevantes, pudiendo ser buena fe como
no. La falsedad en la manifestación implica UNA DECLARACIÓN DISTINTA, por
ende falsa de la realidad, siendo esta posibilidad de mala fe como regla general. -
Se afirma entonces que el asegurado debe poner en conocimiento del
asegurador en forma franca y sin reservas TODAS LAS CIRCUNSTANCIAS que
puedan influir en la apreciación del riesgo y de comprobarse la reticencia el contrato se
puede declarar nulo (a juicio de peritos).-
De cualquier manera debemos destacar dos tipos de reticencias, las que son
culposas y dolosas. Las primeras refieren a una negligencia del asegurado en la
información brindada, como por ejemplo en un seguro de vida cuando omite declarar
que practica un deporte de alto riesgo (alpinismo), mientras que en el dolo hay una
omisión voluntaria e intencionada, de mala fe, como por ejemplo al contratar un seguro
de vida sabiendo previamente que el sujeto tenía una enfermedad terminal.-
Haciendo un paréntesis hasta aquí, esto nos conduce a adelantarnos sobre
ciertos temas, al menos para mayor comprensión dado el carácter transversal y de gran
importancia de ciertos institutos en nuestro ordenamiento jurídico: ¿Que es la buena fe
en el Derecho y más especialmente Derecho Privado?
Primariamente y a mayor abundancia en el Título II de nuestra nueva
codificación, sobre los contratos en general, el artículo 961 tiene dicho al mencionar las
disposiciones generales para los contratos sobre la Buena Fe: “Los contratos deben
celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe. Obligan no sólo a lo que está
formalmente expresado, sino a todas las consecuencias que puedan considerarse
comprendidas en ellos, con los alcances en que razonablemente se habría obligado un
contratante cuidadoso y previsor”, y por si fuera poco el nuevo artículo 1061 reafirma
lo siguiente: “El contrato debe interpretarse conforme a la intención común de las
partes y al principio de la buena fe”; en otro apartado el articulo 2 menciona en la
interpretación que: “La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus
finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre
derechos humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo coherente con todo el
ordenamiento”.-

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¿Entonces que es la Buena Fe? Un análisis que realiza WIECACKER 24
sobre una de las principales fuente de este principio subyacente de todo el orden jurídico
de nuestro país, se encuentra en el parágrafo 242 del BGB 25. En su estudio el maestro
realiza una distinción entre el concepto técnico jurídico de la Buena Fe como elemento
de un supuesto de hecho normativo26, por ejemplo poseedor de Buena Fe o matrimonio
contraído de Buena Fe, y por otra el Principio general de Buena Fe aplicable e inmerso
a todo acto y condición jurídica y cual por imperativo que fuere, se traduce en un
comportamiento leal (“diligencia in contraendo”). -
Para el autor la línea que pone de manifiesto la Buena Fe como principio se
halla desde una visión ética, que sitúa al mismo en errores o ignorancia que sean
estrictamente no culpables o excusables. Es decir, la Buena Fe no incorpora un aspecto
meramente psicológico que en dónde cualquier tipo de ignorancia o error, cualquiera
fuera su causa pueda servir para fundarla, mas bien la conducta deberá ser evaluada
conforme su adecuación a un estándar socialmente exigible; Las partes no deben solo lo
estipulado, sino lo que cada situación impone conforme el caso y el principio lo dicte,
limitando los derechos subjetivos a su ponderación y por tanto creando implícitamente
especiales deberes de conducta que puedan agravar o atenuar incumplimientos pactados.
Es importante conocer este instituto toda vez en materia de seguros, y de defensa al
consumidor en general, representa una pauta muy tenida en cuenta por diferentes Jueces
para resolver los litigios a favor de los consumidores.-
Ahora bien, cerrado este paréntesis y retomando el tópico de la reticencia, el
asegurador tiene un plazo para impugnar el contrato y es de tres meses contados a partir
de que la empresa conoció o debió conocer esta reticencia; caso contrario caduca dicha
facultad. Si el siniestro ocurre durante el plazo para impugnar, el asegurador no adeuda
prestación alguna, salvo el valor de rescate que corresponda en los seguros de vida.-
El art. 6 de la LS determina por su parte los efectos de esta reticencia,
estableciendo dos posibilidades: Anular el contrato devolviendo la prima del seguro
percibida en la reticencia culposa (en la dolosa puede existir la hipótesis de no
devolución del dinero conforme lo expresa el art. 8 de la LS), o bien continuando con la
relación contractual, pero ajustando el contrato del seguro al nuevo estado del riesgo.-

24
WIEACKER, Franz “El Principio General de la Buena Fe” (Traducido por CARRO, J. L.). Ed.
Civitas. Madrid. 1982.
25
Código Civil Alemán (Bürgerliches Gesetzbuch) cual fue redactado en 1881 y entró en vigencia en
1900.
26
O bien visto por algunos como un dualismo inalienable entro hechos metajuridicos, que en otras
palabras podría calificarse como objetivos sociales y hechos normativos.

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Si bien la temática de la reticencia se relaciona con los vicios de la voluntad
que pueden surgir por error o dolo en materias de seguro en el CCyC, estas tienen notas
que las hacen particulares al estar reguladas también en la LS de manera más excesiva.-
Esto nos conduce además a los vicios de la voluntad que afectan el
consentimiento y pueden nulificar todo contrato, sea por error27 según los supuestos
taxativa y concretamente establecidos en el art. 267 del CCyC o por dolo28 conforme lo
establecido en el art. 271 de la misma codificación, mientras que la LS implementa un
régimen más excesivo que incluye supuestos de nulidad basados en toda declaración
falsa o toda reticencia de circunstancias conocidas por el asegurado, aun hechas de
buena fe, que a juicio de peritos hubiera modificado o impedido el contrato.-
De lo hasta aquí expuesto, y tal como lo expresa literalmente el maestro
STIGLITZ, advertimos que la disciplina de la reticencia de la Ley de Seguros (arts. 5/10
de LS29), en algunas cuestiones puntuales aparece como específicamente aplicable en
sustitución del régimen de vicios de la voluntad que regula los contratos en el Código
Civil y Comercial de la Nación (arts. 383 a 395, CCyC). Así, la sola circunstancia de
que el artículo 5º de la Ley de Seguros, tolere que el contrato se anule si a juicio de
peritos el asegurador hubiera contratado modificando sus condiciones, implica la
admisión de hasta un dolo incidental como causal de anulabilidad, supuesto que en el
régimen del Código Civil no afecta la validez del acto, pues no constituye su causa
eficiente (art. 279, CCyC).-
Es variada la jurisprudencia que existe en función de los extremos
mencionados, especialmente en los seguros de personas. En “Gomez Elvira Esperanza

27
En materia de error, por ejemplo podemos referirnos sobre aquellos conflictos en que el asegurado
invoca haber tomado un seguro que incluye un riesgo que, en el instrumento del contrato (póliza), se halla
expresamente excluido, considerando que el asegurador debería responder por dichas consecuencias
derivadas, alegando que quien intermedió en la operación (por ejemplo un productor de seguros) se
encontraba en conocimiento de su interés en ese tipo de cobertura.
De allí, La cuestión a dilucidar debe acotarse a la circunstancias sobre: (a) si hubo (o no) consentimiento
en función de ese riesgo, en su caso, (b) si concurren los extremos del error para conceder al su
pretensión, y finalmente, (c) si el agente era portador de poderes suficientes para obligar a la empresa, en
razón del conocimiento de aquél sobre la asunción del riesgo.-
28
La acción dolosa como vicio de la voluntad tiene como propósito "conseguir la ejecución de un acto", y
consiste en la "aserción de lo que es falso o disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o
maquinación que se emplee con ese fin". El dolo actúa sobre la inteligencia mediante el engaño,
induciendo a error. El acto doloso se halla equiparado en sus efectos a la omisión dolosa: "La omisión
dolosa causa los mismos efectos que la acción dolosa, cuando el acto no se habría realizado sin la
reticencia u ocultación dolosa.-
29
Art. 10. “Cuando el contrato se celebre con un representante del asegurado, para juzgar la reticencia
se tomarán en cuenta el conocimiento y la conducta del representado y del representante, salvo cuando
este actúe en la celebración del contrato simultáneamente en representación del asegurado y del
asegurador”.

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C/ Banco Hipotecario. Seguros del Banco Hipotecario S.A. S/ Ordinario” 30 , el
hermano del accionante adquirió un préstamo hipotecario pagadero a diez años junto
con un seguro de vida, cuya garantía real era un inmueble en el que ambos eran
condóminos. Al tiempo el contratante del préstamo falleció como consecuencia de una
enfermedad que tuvo como base el síndrome de inmunodeficiencia, y que en efecto la
aseguradora rechazó alegando reticencia dolosa por cuanto el mismo, según informe
obrante en autos, sabía con antelación a la contratación de su afección.-
Al margen del debate efectuado a lo largo de la sentencia, el aspecto particular
de interés a este trabajo, es el estudio pormenorizado por la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Comercial sobre el considerando VII en el fallo del Juez de Primera
Instancia, dónde el magistrado inferior resaltó una cláusula del contrato en litigio
(boletín informativo sobre seguros de vida que otorga la compañía) que fuera
modificada sensiblemente a la Ley de Seguros. La misma rezaba: “(…) toda
declaración falsa u omisión de información conocida por el asegurado al momento de
la contratación de la cobertura, aun hechas de buena fe, que a solo juicio del
asegurador hubiere impedido el otorgamiento de la cobertura y/o modificado el costo
implicará la pérdida automática de la cobertura (…)”.-
En paralelo el art. 5 de la Ley de Seguros como viéramos expresa “Toda
declaración falsa o toda reticencia de circunstancias conocidas por el asegurado, aun
hechas de buena fe, que a juicio de peritos hubiese impedido el contrato o modificado
sus condiciones si el asegurador hubiese sido cerciorado del verdadero estado del
riesgo, hace nulo el contrato (…)”, mientras que el artículo 158 de la norma
mencionada otorga al precepto la calidad de inderogable por las partes (orden público). -
Curiosamente pareciera que en sendas sentencias la litis fue dirigida
exclusivamente a comprobar la reticencia dolosa 31, y a pesar de la valoración hecha por
los jueces sobre la inserción de esta cláusula, que siendo nula por ir en contra de la LS
no mereció mayor aseveración ni sanción por la conducta disvaliosa, máxime cuando
ésta difícilmente pudo haber sido avalada por el órgano de contralor (SSN), y que caso
contrario representaría una aberración institucional de severa gravedad. Así, en primera

30
Cam. Nac. Comer. Sala D. 04/04/10. Registro N° 62331/2004.
31
Esto es así dado que el artículo 130 de la Ley N° 17.418 ampara al asegurado estableciendo un plazo de
prescripción para invocar como defensa en su contra la reticencia culposa, cuál transcurrido tres años o
más desde la celebración del contrato, la misma no puede ser invocada por la entidad salvo que su
naturaleza sea dolosa.

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instancia el juez entendió que no fue procedente la evaluación por peritos y en alzada
tampoco, al no ser materia de agravios.-
En estas circunstancias las conductas tendientes a liberarse deliberadamente de
las responsabilidades contractuales son complejas y deben ser analizadas en cada puntal.
Otros fallos han valorado circunstancias similares, como en “Bank Boston National
Association C/ Agarie, Julio” 32 , alegando la reticencia 33 como factor eximente de
responsabilidad).-

32
CNCiv. Sala D. 17/5/2000. “Bank Boston National Association C/ Agarie, Julio” RCyS. 2000.
33
Recordemos que en seguros la reticencia es la omisión, incompleta o confusa declaración del
asegurado/tomador de circunstancias conocidas por el asegurado o que debiera conocer, aun hechas de
buena fe, que a juicio de peritos hubiese impedido el contrato o modificado sus condiciones (ver art. 5,
LS); La falsa declaración es la expresión de hechos ajenos a la realidad (para ampliar ver STIGLITZ,
RUBEN S. “Derecho de seguros”. 6ta Ed. Bs. As. Ed. La Ley. 2016. T II. Pág. 151). A su vez la
agravación del riesgo, a diferencia de los otros conceptos, nace por situaciones contemporáneas al
contrato y no previas al mismo. (acepciones reafirmadas en “Boggio, Maximiliano C/ Metlife seguros de
vida S/ Ordinario”. CNCom. Sala A. 19/3/2011).-

18
DAÑOS Y SEGUROS.
UNIDAD 1X
NOCIONES HISTORICAS Y ACTUALES
AAA
A A,
CONCEPTOS FUNDAMENTALES:

Riesgo: Hecho de ocurrencia incierta en sí mismo, pero posible, es


una amenaza de daño cierto, o bien sólo es incierto en cuanto al
momento en que se ha de producir, cuando se trata de un suceso de
ocurrencia necesaria, como la muerte.-

Seguros: Mecanismo que permite a los sujetos económicos reducir sus


O

posibles pérdidas o necesidades cuantificables económicamente,


mediante la transferencia previa de las mismas y pago de una
cantidad a una Entidad que las asume y dota a aquéllos de una
estabilidad en el tiempo, pudiendo canalizar una parte importante
del ahorro de un país.-
REGIMEN JURÍDICO ARGENTINO
E
+ LEY N* 17418 (LEY DE SEGUROS -LS-).
+ LEY N* 20091(LEY DE ENTIDADES DE SEGUROS Y SU
CONTROL).
+ LEY N* 22400 (REGIMEN DE PRODUCTORES
ASESORES DE SEGUROS).
+ LEY N* 26994 (CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA
NACIÓN (CCYC).
+ LEY N?” 24240 (LEY DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR Y
USUARIO (LDC O LDCU).
+ RESOLUCIONES DE LA SUPERINTENDENCIA DE
SEGUROS DE LA NACION (SSN).
FUNCIONES SOCIOECONOMICAS
DEL SEGURO

NANI Mio lolo


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genera trabajo.
Clasificación de los seguros
=

Clasificación
de seguros

/ 1

Patrimonial Personas

Seguro sobre Seguro sobre dinos pe e Vid Acadontes Dista de


los bienes los reclamos TOS a personales salud y
indirectos sepelio
Contratos de seguros

Definido el Contrato de Seguro por el articulo 1 de


la Ley N* 17418 (LS).
2 Características:
- Contrato de adhesión;
- Consensual;
- Indemnizatorio;
- No formal (para su perfeccionamiento). La
excepción al carácter no formal es la propuesta.
Elementos del contrato: comunes y
ropios
Elementos del
Contrato

Comunes Propias
e NS

Sujetos Capacidad Consentimiento Forma


Ni a? o A

A AS
Asegurado
SA

IES
Asegurador/a
Mie?

A
Tomador
Ye
Elementos propios del contrato de
seguros (continuación).
=
3 PRIMA: Costo técnico del seguro;
3 RIESGO: Potencialidad dañosa que puede afectar
bienes o servicios;
> INTERÉS ASEGURABLE: Relación lícita que une a una
persona con un bien y es susceptible de valoración
patrimonial;
: OBJETO DEL SEGURO: Toda clase de riesgo que
tenga o exista interés asegurable
3 CONSENTIMIENTO: Decimos que es propio, además
de general, porque normado en el art. 4 de la LS..-
SISTEMA DE INFORMACIÓN DEL
CONTRATO DE SEGURO
E
> Todo cliente de la empresa tiene la carga de denunciar
un cambio o agravación del riesgo que pudiera
cambiar las condiciones del contrato o suprimirlo (art.
37 de la LS).
JA su vez, el articulo 5 de la LS expresa: ((Toda
declaración falsa o toda reticencia de circunstancias
conocidas por el asegurado, aun hechas de buena fe, que
a juicio de peritos hubiese impedido el contrato o
modificado sus condiciones si el asegurador hubiese sido
cerciorado del verdadero estado del riesgo, hace nulo el
contrato (...)».
SISTEMA DE INFORMACIÓN DEL
ho CONTRATO DE SEGURO (continuación)
> Reticencia: omisión en la declaración del asegurado/tomador de
“(...) circunstancias conocidas por el asegurado, aun hechas de buena
fe, que a juicio de peritos hubiese impedido el contrato o modificado sus
condiciones (...)”. Puede ser de mala fe o buena fe;
Falsa declaración: Es la expresión de hechos ajenos a la realidad,
O

más de carácter doloso (mala fe).


Agravación
del riesgo: Nace por situaciones contemporáneas
a la
O

celebración del contrato de seguro que presuman una modificación en


sus condiciones y no previas al mismo (como el caso de la reticencia o
falsa declaración).
Plazo de la aseguradora para impugnar el contrato: Salvo
O

excepciones, tres meses.


Efectos: (a) Anular el contrato (arts. 6 y 8 de la LS), o (b) Continuar la
U

relación jurídica, pero ajustando el contrato..-


Ab. Mgter. Federico A. Kozak Grassini
Ab. Mgter. M. Florencia Cramazzi Soto
Unidad
Ab. Aldana XFrias
Ayelen

DAÑOS Y SEGUROS
Ley de Seguros

0
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LEY DE SEGUROS. NOCIONES PRELIMINARES

En la unidad anterior hemos mencionado que el plexo normativo que atañe a


los seguros representa un microsistema jurídico que se halla regulado a grandes rasgos
por tres leyes fundamentales, a saber: la Ley de Seguros (Ley N° 17.418), Ley de
Entidades de Seguros y su Control (Ley N° 20.091) y el Régimen de los productores
asesores de seguros (Ley N° 22.400), cuales guardan una relación simbiótica con la Ley
de Defensa del Consumidor (sólo aplicable esta norma en tanto exista una relación de
consumo) y el Código Civil y Comercial de la Nación y que se analizará
oportunamente.-
Esto, a mayor abundamiento quiere decir que nos encontramos ante normas
generales, tales como el Código Civil y Comercial de la Nación -Ley N° 26.994-
(CCyC) y la Ley de Defensa del Consumidor -Ley N° 24.240- (LDCU) y leyes
específicas de la materia, como ser la Ley de Seguros (LS), Régimen de los productores
Asesores de Seguros y la Ley de Entidades de Seguros y su Control, todo ello junto con
las diferentes resoluciones o disposiciones, ya de carácter administrativo y no de
naturaleza legal, que emanen del órgano de control por antonomasia en la materia, la
Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN).-
Antes de profundizar sobre el eje transversal de esta unidad, hemos de aclarar
un tema de extrema importancia que se presenta a menudo sobre la convivencia de
normas generales y especiales en seguros, y es cuando entran en conflicto entre ellas
sobre regulaciones análogas. Para estos casos la regla general determina que las leyes
más amplias, generales, deben ser tenidas en cuenta sólo como complemento de las
leyes específicas que rigen en la materia, lo cual no siempre conduce a soluciones justas
y conforme a derecho, lo cual conlleva además cuestionar si no contraría los principios
subyacentes del ordenamiento jurídico Argentino.-
A manera de ilustración, adelantamos un caso controvertido en estos subsistemas
producto de una contradicción entre la Ley de Seguros (LS) y la LDCU. Se trata del
artículo 58 de la LS1 en materia de prescripción para reclamar pagos de obligaciones
emergentes de contratos de seguro a favor de los clientes/asegurados. –

1
Art. 58, LS: “Las acciones fundadas en el contrato de seguro prescriben en el plazo de un año,
computado desde que la correspondiente obligación es exigible”.

1
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Mientras esa perención se ubica en el plazo de un año, la LDCU en su artículo 502
establecía en su texto original el término de tres años de prescripción 3. Esta cuestión
devino abstracta, al menos un tiempo, cuando por medio de la Ley 26.361 se reformó el
artículo cuestionado estableciendo el plazo trienal con la salvedad (expresa) de que en
caso de existir una norma especial o general que establezca un plazo diferente, éste se
aplicará en caso de resultar más favorable al consumidor o usuario4. -
Por su parte, la ley que diera origen al CCyC de manera poco razonable modificó
nuevamente el artículo en crisis, eliminando esa salvedad sobre la LDCU; empero
establece dentro de las prescripciones especiales, en su artículo 2561 que: “(…) El
reclamo de la indemnización de daños derivados de la responsabilidad civil prescribe a
los tres años (…)”, que aún dirigida exclusivamente para una esfera determinada de
seguros (patrimoniales) y para los terceros damnificados (y no a los propios clientes de
la compañía), lo normado deja una puerta entreabierta para volver a debatir sobre dicha
problemática, especialmente para el sector de los asegurados en la esfera patrimonial, y
más aún en los seguros contra todo riesgo donde el asegurado puede reclamar a su
misma compañía por los perjuicios sufridos en el marco de un siniestro contra un
tercero.-
Desde la perspectiva jurisprudencial, y contrariando un reconocido fallo plenario
en el año 2012 5 , sentencias más recientes han determinado que resulta aplicable la

2
Art. 50, LDCU: “Prescripción. Las sanciones emergentes de la presente ley prescriben en el término de
TRES (3) años. La prescripción se interrumpe por la comisión de nuevas infracciones o por el inicio de
las actuaciones administrativas”.
3
Aunque en la legislación de fondo la prescripción es de tres años, por imperio del artículo 1094 del
CCyC y artículo 3 de la LDCU, no debería descartarse una hipotética aplicación de lo normado en el art.
2560 del Código de marras, previendo una prescripción general más favorable al consumidor por el plazo
de cinco años, con la salvedad de la indemnización por responsabilidad civil que es igual a la previsión
establecida en la LDCU. Sin embargo, es menester resaltar que la mayoría de las acciones iniciadas por
consumidores versan sobre daños derivados de uso de productos o servicios.
4
Ley 26.361, art. 23: (…)” Artículo 50: Prescripción. Las acciones judiciales, las administrativas y las
sanciones emergentes de la presente ley prescribirán en el término de tres (3) años. Cuando por otras
leyes generales o especiales se fijen plazos de prescripción distintos del establecido precedentemente se
estará al más favorable al consumidor o usuario. La prescripción se interrumpirá por la comisión de
nuevas infracciones o por el inicio de las actuaciones administrativas o judiciales (…).
5
CNCiv en Plenario. 12/03/12. “Saez González, Julia del Carmen C/ Astrada, Armando Valentín y otros
S/ Daños y Perjuicios (Acc. Trán. c/ Les. o Muerte)”.

2
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prescripción de un año6, arguyendo que la LS es una ley especial en tanto la LDCU es
complementaria para las cuestiones no previstas en las leyes que regulen la materia, y
en ese contexto jurídico una ley general nunca derogaría a una especial, aún cuando en
el caso concreto el precepto específico sea más antiguo que el genérico 7. Es decir que el
axioma según el cual la ley posterior deroga la anterior no altera el que postula que la
ley especial prevalece sobre la general. –
En la vereda opuesta de lo que pueda esperarse, entendemos que esta “discordia”
normativa no hace más que abrir una brecha de inseguridad jurídica, toda vez que un
conflicto de preceptos en la esfera de consumo debe estarse en última ratio a la impronta
que emana del neoconstitucionalismo como una “bajada de línea” al CCyC y demás
leyes complementarias y no al revés.-
Sostenemos esta posición por cuanto el artículo 1094 del CCyC impetra un orden
de prelación e interpretación en los contratos de consumo, bregando por el principio de
protección al consumidor y el beneficio de la duda a favor del mismo, aplicando la
norma más favorable al consumidor8. –
En este sentido, JUNYENT BAS y GARZINO9, mediante un diálogo de fuentes,
indicaron el marco jurídico integrado del derecho del consumidor con el siguiente
orden: a) Constitución Nacional; b) Tratados Internacionales de Derechos Humanos con
jerarquía constitucional; c) Código Civil y Comercial de la Nación (no por su jerarquía
de naturaleza constitucional, más bien por la relevancia dentro del ordenamiento legal);
d) LDCU; c) demás leyes de naturaleza provincial o inferiores. –

6
CNCom. Sala “A”. 06/03/13. “González Nilda Raquel C/ Zurich Argentina Cía. de Seguros S.A. S/
ordinario” y CNCom. Sala “D”. “Consumidores Financieros Asociación Civil P/ su defensa C/ La
Meridional Compañía Argentina de Seguros S.A.” S/ Ordinario. 18/10/2016.
7
CNCom. Sala A. 06/3/13 “Gonzalez Nilda Raquel C/ Zurich Argentina Cía de Seguros S.A. S/
Ordinario”. Cita MJ-JU-M-78877-AR; CNCom. 5/05/15. “Rodriguez Antonino C/ Liderar Compañia
General de Seguros S.A. S/ Ordinario”. Expte. N° 11492/14.
8
COMPIANI, MARIA F. La prescripción en el contrato de seguro a la luz de la reforma de la Ley de
Defensa del Consumidor en “Seguros y Defensa del Consumidor”. AGUIRRE, FELIPE F. - ROITMAN,
HORACIO (dirs). Bs. As. Ed. Abeledo-Perrot. 2012. Pág. 75 y ss.
9
JUNYENT BAS, FRANCISCO - GARZINO, CONSTANZA. “El pagaré de consumo” en “Tratado del
Derecho de Consumidor”. STIGLITZ, GABRIEL. - HERNANDEZ, CARLOS A. (dirs). Bs. As. Ed. La Ley.
2015. T II. Pág. 272.

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Es aquí donde se patentiza la idea de ver a las normas protectorias del consumidor
como un subsistema jurídico con perspectivas particulares, y aunque mantenemos la
reserva de que dicha prelación no debe interpretarse estrictamente, pues como todo
orden sistémico debe leerse a la luz de los principios generales del derecho y de los
particulares del derecho de consumo. –
Sin intención en ingresar de lleno a cuestiones procesales, solo diremos que con
esa lógica, una aplicación estricta y textual del art. 58 de la LS generaría un caos, en
tanto no solo abrevia groseramente el plazo para iniciar acciones por parte del cliente
contra su propia compañía cuando éste no ve satisfecho su pretensión, sino que también
lo computa desde el momento en que la deuda es exigible, es decir, desde que se
resuelve administrativamente el siniestro, limitándose solo a establecer un caso de
interrupción del plazo para el procedimiento de liquidación del daño 10 y un solo
supuesto de suspensión de términos para que el asegurador cumpla sus obligaciones.
Prescribe el artículo 50 de la LS que: “(…) Cuando la demora obedezca a omisión del
asegurado, el término se suspende hasta que éste cumpla las cargas impuestas por la
ley o el contrato (...)”11, resultando así la LDCU más flexible y amplia12.-
En suma, es menester recordar que ni la doctrina ni la jurisprudencia fueron
pacíficas sobre la aplicación de la LDCU a los contratos de seguro por existir una norma
más específica, aunque la LS date de un tiempo anterior a la creación de la LDCU. De
esa manera, hay quienes están en contra de la asimilación total de las relaciones de
seguro como relaciones de consumo13.-
Se sabe que la figura de la prescripción representa seguridad jurídica y firmeza en
materia de responsabilidad, lo cual presupone la existencia de dos presupuestos: la

10
Nótese también que el art. 50 de la actual LDCU, establece la interrupción del plazo cuando se inicien
actuaciones administrativas, norma que no sería aplicable según la misma lógica jurídica de la actual
tendencia jurisprudencial sobre la prescripción, dada la especificidad de la norma.
11
Quizás la redacción debió estar dirigida para el asegurador y no el asegurado, puesto que sería el
principal interesado en retrasar el pago debido, o bien la suspensión aplicada para los supuestos dónde la
compañía exija documentación complementaria al asegurado en el caso de un siniestro. Además, el
término “ley”, dado su sintaxis individual, puede interpretarse refiriendo sólo a la LS.
12
Art. 50, LDCU: “(…) La prescripción se interrumpe por la comisión de nuevas infracciones o por el
inicio de las actuaciones administrativas”.
13
HALPERÍN, DAVID ANDRÉS - LÓPEZ SAAVEDRA, DOMINGO. “El Contrato de Seguro y La ley de
Defensa al Consumidor 22.240”. Bs. As. Ed. La Ley. N°169. 2003-E. Pág. 1320.

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expiración del plazo legalmente establecido y la inacción, inercia, negligencia o el
abandono de la pretensión por parte del interesado14.
Un ejemplo de todo lo expuesto es en autos: “González Nilda Raquel C/ Zurich
Argentina Cía. de Seguros S.A. S/ ordinario”15, se resolvió en primera instancia a favor
del consumidor, ampliando los plazos trienalmente. Sin embargo, en la alzada no corrió
con la misma suerte, bajo el entendimiento del tribunal de que ambas leyes deben ser
interdependientes, especialmente la Ley de Defensa del Consumidor y Usuario, que
debe entenderse complementaria a la Ley de Seguros, aplicable subsidiariamente para
suplir las lagunas normativas que puedan suscitarse, debiendo prevalecer la regla más
específica, que por su calidad, no sería derogada por normas posteriores en tanto su
especificidad subsista16. -
Por colisiones legales de esta naturaleza es que resulta imprescindible con la
nueva codificación armonizar el sistema normativo existente, estableciendo un orden
sistémico y una prelación legal bajo la premisa del principio de aplicación de las más
beneficiosas para el consumidor, reconociendo una autonomía del subsistema en las
relaciones de consumo, que posibiliten un integrativismo normológico17.-
Sostenemos esta posición por cuanto, además de la lógica legal en el orden de
prelación al que nos remitimos líneas atrás, hay que considerar en principio que el plazo
anual de la LS se hallaba basado en el derogado Código de Comercio (art. 853), y que a
pesar de ello HALPERIN, fundador del anteproyecto de dicha ley, en el punto XIV de
su mensaje de elevación hacía mención de la esencialidad de darle al asegurado un lapso
bastante amplio para las reclamaciones judiciales, sin expresar un plazo concretamente.-
Entonces, como primer corolario de esta explicación hemos de apoyar esta tesitura
en otros trabajos. Así, se han presentados proyectos de reforma a la LDCU, y en los
cuales, el primero de ellos a través de su exposición de motivos, la norma proyectada
deja sentado el carácter de regulación general, creando una suerte de epicentro jurídico a
partir del cual deben interpretarse y aplicarse otras leyes específicas (es decir, en un
sentido contrario al criterio jurisprudencial actual). Tal como expresara la comisión

14
BECHLER, SILVIA. “Defensa del Asegurado” publicado en FAPASA (Centro Federal de
Capacitación). 2015. Pág. 21.
15
CNCom. Sala “A”. 06/03/13. “González Nilda Raquel C/ Zurich Argentina Cía. de Seguros S.A. S/
ordinario”.
16
LLAMBÍAS, JORGE JOAQUÍN. “Tratado de Derecho Civil - Parte General”. Bs. As. Ed. Abeledo-
Perrot. 1999. T I. Págs. 55-56.
17
MOSSET ITURRASPE, JORGE - WAJNTRAUB, JAVIER H. “Ley de Defensa del Consumidor”. Santa
Fe. Ed. Rubinzal-Culzoni. 2010. Pág. 60.

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redactora: “(…) Una norma general permite dotar de flexibilidad y dinamismo a la
figura, a fin de permitirle adaptarse sin mayores dificultades (ni necesidad de alguna
reforma) a los cambios que naturalmente ocurren en esta materia, sobre todo en las
leyes especiales (…)”.-
Frente a este posible y futuro escenario, aunque la Ley de Seguros no resulte
objetivamente reformada -o al menos exista una real y absoluta necesidad de hacerlo-,
ello no impide entender a partir de la reforma del sistema de derecho de consumo, una
nueva exégesis de su contenido, más acorde a las nuevas teorías jurídicas emergentes
sobre aspectos modernos de contratación y contextos situacionales más amplios,
ameritando de esa manera una revisión de las tendencias jurisprudenciales más clásicas.
-
Lo dicho inclusive permite quebrar con el principio dogmático mantenido por la
C.S.J.N., en el que una ley general jamás derogaría una norma especial, aunque sea
anterior. –

LEY DE SEGUROS. ASPECTOS GENERALES

Quizás, entre las normas específicas, la de mayor importancia en la materia por


conservar los elementos más estructurales es la Ley de Seguros (como dijéramos: la Ley
N° 17.418).-
Si bien, es una norma extensa e interdependiente al resto del plexo mencionado,
haremos hincapié en algunas nociones generales para comprensión de ésta (referida a la
primera parte de la mentada ley), sin perjuicio de ir desarrollando puntualmente cada
estamento de esta ley en las sucesivas unidades (responsabilidad civil, personas,
incendio, etc.), como además las otras dos leyes específicas que rigen esta materia.-
Como primera medida y más allá de que existen definiciones doctrinales sobre lo
que se entiende por contrato de seguros, no deja de existir un concepto de naturaleza
legal, y es el que se encuentra regulado en el art. 1 de la presente norma, expresando que
hay contrato de seguro cuando el asegurador se obliga, mediante una prima o
cotización, a resarcir un daño o cumplir la prestación convenida si ocurre el evento
previsto.-
Como crítica sobre la redacción de la norma, cabe aclarar aquí que cuando nos
referimos a una prima o cotización, hacemos alusión en realidad al pago que realiza el
cliente o el precio debido sobre la base de lo acordado con la aseguradora, el cual pudo

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haber resultado de la póliza misma o una cotización previa a la emisión de ésta. El pago
sobre la base de lo acordado previamente, de igual manera obligará luego a la
aseguradora a emitir una póliza, puesto que el carácter consensual del contrato del
seguro perfeccionaría la relación jurídica aún sin la existencia del instrumento mismo
que le da su forma (llamado póliza), siempre y cuando claro está, se haya cumplido este
carácter “consensual” (tal como expresáramos en el manual de la unidad anterior y que
en honor a la brevedad nos remitimos).-
Al margen de esta definición legal, la práctica en seguros suele mostrar que en
muchos tipos de ramos (como responsabilidad civil) primero se emite una cotización
previa a favor del posible cliente y luego, si éste acepta lo cotizado, surge la póliza al
mismo momento que se perfecciona el contrato con la voluntad de las parte, todo ello
con vigencia de la cobertura desde ese mismo momento (salvo se haya pactado diferir la
fecha de cobertura), aunque el pago se realice días o semanas después ya que el abono
de la cuota o el pago del precio se puede consensuar realizarlo a futuro y no previo a
emitir esta póliza sin que por ello pierda vigencia el contrato de seguro.-
La fuente de esa definición legal, sin duda, lo constituyó el artículo 1º del
anteproyecto del autor de esta Ley, Halperin, elevado en 1958: "El seguro es el contrato
por el que el asegurador mediante el pago de una prima o cotización se obliga a
indemnizar al asegurado por el daño que sufra en razón de un siniestro causado por el
riesgo asumido, o a pagarle un capital o una renta al producirse un hecho atinente a la
vida humana".-
Se cita por el redactor, como fuentes, los artículos 1882 del Código Civil Italiano
y 1º de la ley de México. El artículo 1882 del Código Civil italiano establece: "El
seguro es el contrato por el cual el asegurador, mediante el pago de una prima, se
obliga a indemnizar al asegurado, en los límites convenidos, del daño producido al
mismo por un siniestro, o bien a pagar un capital o a una renta a la verificación de un
evento atinente a la vida humana".-
El artículo 1º de la Ley sobre el Contrato de Seguro de México establece: "Por
contrato de seguro, la empresa aseguradora se obliga, mediante una prima, a resarcir
un daño o a pagar una suma de dinero al verificarse la eventualidad prevista en el
contrato".-
Esta definición legal se condice con la acepción de contrato establecida en nuestro
propio Código, articulo 957, que define como contrato al acto jurídico mediante el cual

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dos o más partes manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir
o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales.-
Ahora bien, el objeto del contrato del seguro se halla establecido por la Ley
17.418 en su art. 2, pudiendo tener por objeto toda clase de riesgo si existe un interés
asegurable, salvo prohibición expresa de la Ley. Si bien a los fines didácticos en la
unidad anterior hemos separado, como elementos propios del contrato de seguro el
interés asegurable, del riesgo y del objeto en sentido estricto, recordemos que esta
separación se realiza para mayor comprensión conceptual, pudiendo según
determinados autores coincidir entre algunos de estos tres elemento, razón por la que
debemos evaluarlos en su conjunto como parte del objeto.-
Así, en primer lugar repasemos las tres definiciones:
 El Objeto del Seguro Según lo definido por la Ley de Seguros, el contrato
puede tener por objeto toda clase de riesgos, siempre que exista interés
asegurable (este elemento lo definimos “propio” en virtud de lo normado por la
LS y puede ser asimilado por algunos autores como el riesgo definido líneas
arriba). No está de más recordar que nuestro CCyC (arts. 1003 y 1004)
determina que todo objeto de contrato como norma debe ser lícito, física y
jurídicamente posible, patrimonial y determinado (o determinable).-
 El Interés Asegurable: Es la relación que une a una persona con un bien,
susceptible de valoración patrimonial, objetiva o estimada. Determina el grado
de Interés Lícito que podría tener alguien para su aseguramiento. (Art. 2 de la
Ley N° 17.418). Este elemento puede ser considerado como “causa” del
contrato.
 El Riesgo: Es toda potencialidad dañosa que pueda afectar a bienes o a
personas, que requiere de los siguientes caracteres esenciales para ser
asegurable: la incertidumbre (posibilidad de que ocurra el siniestro), que se
produzca en el futuro y que sea extraño a la voluntad de las partes.
Por su parte podemos adelantar una noción de lo que entendemos por siniestro,
como un acontecimiento que produce unos daños garantizados en la póliza hasta una
determinada cuantía.-
Con lo expresado en el presente texto de la ley, en realidad el asegurado no deja
de soportar el riesgo, traducido por los efectos físicos y jurídicos que el evento cubierto
le trae puesto que la persona no deja de sufrir el daño y ser sujeto pasivo de una posible
demanda según existe responsabilidad civil.-
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No obstante ello, sin asumir el riesgo en sí mismo, asume la aseguradora el
compromiso de resarcir al asegurado las consecuencias negativas del siniestro, sea en
los seguros patrimoniales amparando la integridad del patrimonio, restaurando el activo
o hasta suprimiendo el pasivo accidental (rigiendo el principio de indemnización o
indemnidad del patrimonio), mientras que en los seguros de personas el objeto es
solventar los perjuicios o inconvenientes económicos producto de algún accidente,
enfermedad o perdida de vida de quien era el sostén de la familia, es decir, remplazar
ingresos y cubrir gastos.-
Ahora bien: ¿Cuál es entonces el objeto de un seguro? Recordemos que el art.
1003 del CCyC hace referencia al objeto del contrato y realiza un reenvío al objeto del
acto jurídico (art. 279, CCyCN). Pero en ningún caso de define al “objeto” en sí.-
Entonces debemos acudir a una fuente gramatical, en la que objeto es todo lo que
puede ser materia de conocimiento, el fin de un acto o el intento al que se dirige o
encamina una acción u operación, una cosa, y considerando que por materia, en su
sentido etimológico es la sustancia el asunto o negocio que se trate.-
Partiendo entonces de estas acepciones gramaticales el objeto de todo contrato
capta la materia de éste, es decir el asunto o negocio que este instrumento implique.-
Como conclusión de este razonamiento el objeto del contrato de seguro es
básicamente el intercambio de una prima a cargo del asegurado por el resarcimiento de
un daño que lo efectivizará la aseguradora. El cumplimiento de la prestación convenida
en el contrato y a cargo del asegurador, se hará siempre que se verifique un evento
susceptible de provocar daño al patrimonio del asegurado (o bien se cumpla el
presupuesto al que se halla subordinado el cumplimiento de la prestación).-
Esta idea de objeto nuclea otros dos elementos que menciona el art. 2 de la LS y
que sin su existencia pueden nulificar el contrato por configurar la falta de este elemento
esencial.-
Uno es el riesgo asegurable visto como posibilidad que ocurra el evento dañoso
(incierto y de ocurrencia posible) a los bienes del sujeto o a su persona. Este riesgo debe
ser individualizado y delimitado en el contrato para comprender el alcance de su
cobertura, dado que ante una incorrecta denominación de dicho riesgo puede resultar
perjudicada la aseguradora por ser quien ha redactado confusamente las clausulas.-
También, a lo anterior, se agrega como parte del objeto el interés asegurable
definido oportunamente como toda relación lícita (de hecho o de derecho) de una
persona sobre un bien. Esta noción de interés asegurable se limita a la necesidad de

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obtener un sustitutivo económico por una pérdida cualquiera sea su tipo (de allí que no
son asegurables de interés cuestiones de índole estrictamente moral, afectiva, etc.). Lo
dicho se aprecia en otros apartados de la LS, regulado por ejemplo en el art. 60 cuando
al mencionar el interés asegurable, se refiere al “(…) interés económico de que el
siniestro no ocurra”.-
En relación a los plazos, la forma de contarlos en los contratos de seguro, salvo
disposición expresa en contrario, es en días corridos y de conformidad con nuestro
Código Civil y Comercial de la Nación (Art. 6 del CCyC).-
Sobre la forma y prueba del contrato de seguro hemos adelantado anteriormente
que este es consensual (según lo establecido en el art. 4 de la LS y 971 del CCyC), y por
lo tanto no se exige ninguna forma para celebrar el mismo. Es por esto que los derechos
y obligaciones de las partes comienzan desde la celebración del acuerdo de voluntades y
repetimos: aún posiblemente antes de emitirse la póliza. La Ley tampoco exige forma
concreta para que las partes consientan su voluntad y eso vuelve a este tipo de contratos
como “no solemne”.-
Esto es coherente con el principio de libertad de formas establecidas en el Código
Civil y Comercial de la Nación en el ya mencionado art. 971, pero además en el art.
1015 y que establece que sólo son formales los contratos a los cuales la ley les impone
una forma determinada (más allá de que las partes y no la ley quieran darle una forma a
un tipo de contrato).-
Aquí repetimos: la práctica en seguros suele mostrar que en muchos tipos de
ramos (como responsabilidad civil automotor) primero se emite una cotización previa a
favor del posible cliente y luego, si éste acepta lo cotizado, surge la póliza al mismo
momento que se perfecciona el contrato con vigencia de la cobertura desde ese mismo
momento (salvo se haya pactado diferir la fecha de cobertura), aunque el pago se realice
días o semanas después ya que el abono de la cuota o el pago del precio se puede
consensuar realizarlo a futuro y no previo a emitir esta póliza sin que por ello pierda
vigencia el contrato de seguro.-
Pero aclaramos que en otros ramos puede darse la situación inversa porque
pueden existir convenciones que condicionen la producción de los efectos a la entrega
de la póliza de seguro o al pago de la primera prima, y esto tampoco modifica el
carácter consensual del seguro. Un ejemplo son los seguros de caución y que consisten
en garantía de cumplimiento de una determinada obligación que asume el asegurado

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frente a terceros (algo habitual en los contratos de alquiler de viviendas), y cuya
cobertura reemplaza a una persona humana como garante o fiador.-
En suma: con el consentimiento hay contrato y con ello comienzan los derechos y
deberes de los sujetos de la relación negocial, salvo que por pacto en contrario las partes
acuerden retrotraer la garantía a un período anterior a su celebración (art. 3º-2, L.S.), o
la contrario, diferir la producción de los efectos del contrato.
Aquí hay que hacer una salvedad de gran importancia respecto si el Contrato de
Seguros y Póliza pueden ser considerados como sinónimos: autores como STIGLITZ
explican que el carácter consensual del contrato de seguro presupone que su
perfeccionamiento precede a la emisión de la póliza. De allí que no sea posible
confundir el contrato con la póliza, ya que esta última es uno de los documentos o
instrumento escriturario del contrato y tiene sólo una función instrumental
eminentemente probatoria, es decir que la póliza sólo le da “forma” al contrato existente
y perfeccionado con este acuerdo de voluntades. Esto explica porque los derechos y
obligaciones entre las partes pueden consolidarse aun antes de emitirse la póliza.-
En función de lo expuesto hasta aquí podemos definir a la póliza como el
documento que instrumenta el contrato de seguros, en el que se reflejan las normas que
de forma general, particular o especial regulan las relaciones contractuales convenidas
entre el asegurador y el asegurado.-
La prueba se encuentra regulada en el art. 11 de la LS. La misma se prueba por
escrito, en la cual se destaca que la póliza es el instrumento probatorio por excelencia
del contrato de seguro, presuponiendo el perfeccionamiento del contrato, ya que, en
razón de su naturaleza consensual se concluye con el consentimiento de las partes. –
Indistintamente la precedente norma, el contrato de seguro se puede probar sin la
póliza, permitiendo usar otros medios, siempre que exista principio de prueba por
escrito, esto es por ejemplo, certificado de cobertura (que es un resumen de la póliza) o
recibo de pagos. La jurisprudencia ha admitidos otros medios de prueba como por
ejemplo constancia de los libros del asegurador, el oficio de la S.S.N., la libranza de
pagarés imputados a la prima, etc.-
La póliza, según la norma estudiada, debe reflejar ciertas cuestiones, en otras
palabras, posee ciertos requisitos que debe contener. Estos son:
 FIRMA
 NOMBRES Y DOMICILIOS DE LAS PARTES
 RIESGOS
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 PLAZOS
 PRIMA O COTIZACIÓN
 SUMA ASEGURADA
 REDACCIÓN CLARA Y LEGIBLE
 CONDICIONES GENERALES DE CONTRATO

Además de estas condiciones del art. 11 de la LS, como este tipo de contrato es de
adhesión, posee otros requisitos que podríamos agregar a los ya mencionados (art. 985
del CCyC):

 Prohibición de que las cláusulas contengan reenvíos a documental que


no se entreguen al usuario o consumidor
 Todo el texto debe ser autosuficiente o autocomprensible lo que
importa que también se acompañe las CONDICIONES
PARTICULARES Y ESPECIFICAS DEL CONTRATO, COMO
ADEMÁS LAS EXCLUSIONES DE COBERTURA.

En cuanto a la ilegibilidad de los contratos, el principio está establecido en el art.


10 de la LDCU, párrafo segundo, que exige la redacción de los contratos en idioma
nacional, completo, legible y claro. STIGLITZ sostiene al respecto: “la posibilidad real
y efectiva de poder leer fácilmente lo escrito (…) De ahora en más deberán suprimirse
los caracteres finos, la lectura dificultosa, los defectos de apariencia, y reemplazarlos
por un impreso visible, ostensible, manifiesto, evidente. Y todo ello, sin consideración al
contenido de la cláusula. Todas sin excepción, deberán ser fácilmente legibles”18. –
Además de ello la póliza puede contener otros elementos adicionales a los
establecidos por ley y que pueden ir variando en función de varios factores, todo ello en
la medida que su organismo de control, la Superintendencia de Seguros de la Nación lo
determine mediante actos administrativos. Por ejemplo la Res. 219/2018 de la SSN
(modificatoria de la Res. 38.708) ha incorporado otras cuestiones a considerar en la
póliza, como la de Insertar en forma destacada en la misma lo siguiente: “Cuando el
texto de la póliza difiera del contenido de la propuesta, la diferencia se considera
aprobada por el asegurado si no reclama dentro de un mes de haber recibido la póliza”
(Artículo 12 de la Ley de Seguros).-

18
STIGLITZ, GABRIEL. “La protección del consumidor y las prácticas abusivas”. Ob. Cita. Pág. 44.

12
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Recordemos además que no hay que confundir contrato de seguro (y
consecuentemente póliza) con la llamada “propuesta” regulada en el segundo párrafo
del art. 4 de la LS. Retomamos aquí que lo único que puede tener un carácter formal es
la propuesta (elemento previo a la perfección del contrato y que se traduce en un
impreso que el asegurador provee al asegurado a través del cual éste emite su
declaración de voluntad dirigida a iniciar la formación del contrato). Ahora, puesto que
si bien la LS establece su libertad de formas en el art. 4, la autoridad de aplicación
(SSN) estableció su carácter escrito, aunque la práctica aseguradora suele mostrar que
se emiten pólizas en desuso directo de esta “propuesta” y que se uso ha quedado más en
la historia que en la actualidad.-
Un aspecto general que regula la Ley de Seguros y replicaremos de la unidad
anterior, es el de la reticencia y agravación del riesgo. Cuando hablamos del sistema
de información del contrato de seguro hacemos alusión a una de las cargas que tiene el
asegurado y/o tomador del contrato en relación al riesgo. Como primera medida todo
cliente de la compañía está constreñido a denunciar un cambio o agravación en el riesgo
que pudiera cambiar las condiciones del contrato o suprimirlo (art. 37 de la LS).-
Esto guarda estrecha relación con el concepto de reticencia y falsa declaración
establecido en el art. 5 y ss. de la LS, cuyo texto determina: “toda declaración falsa o
toda reticencia de circunstancias conocidas por el asegurado, aun hechas de buena fe,
que a juicio de peritos hubiese impedido el contrato o modificado sus condiciones si el
asegurador hubiese sido cerciorado del verdadero estado del riesgo, hace nulo el
contrato”.-
Es decir, que de la norma podemos separar en un punto a la reticencia como la
omisión en la declaración del asegurado/tomador de “(…) circunstancias conocidas por
el asegurado, aun hechas de buena fe, que a juicio de peritos hubiese impedido el
contrato o modificado sus condiciones (…)”; La falsa declaración en otro punto es la
expresión de hechos ajenos a la realidad, más de carácter doloso (mala fe).-
A su vez la agravación del riesgo, a diferencia de los otros conceptos, nace por
situaciones contemporáneas a la celebración del contrato de seguro que presuman una
modificación en sus condiciones y no previas al mismo, mientras que la reticencia o
falsa declaración se sitúa en la etapa formativa del contrato. Así, hay agravación del
riesgo cuando, con posterioridad al perfeccionamiento del contrato sobrevienen
respecto de las circunstancias objetivas o subjetivas declaradas en la oportunidad de su
conclusión, UNA ALTERACIÓN TRASCENDENTE, que aumente ya sea la

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PROBABILIDAD O LA INTENSIDAD del RIESGO tomado a cargo por el
asegurador.-
El tomador debe denunciar al asegurador las agravaciones causadas por un hecho
suyo, antes de que se produzcan; y las debidas a un hecho ajeno, inmediatamente
después de conocerlas (art. 38 de la LS). Si el tomador omite denunciar la agravación, el
asegurador no está obligado a su prestación si el siniestro se produce durante la
subsistencia de la agravación del riesgo, excepto que: (a) El tomador incurra en la
omisión o demora sin culpa o negligencia o (b) El asegurador conozca la agravación al
tiempo en que debía hacérsele la denuncia (art. 40 de la LS).-
Es importante recordar que el riesgo no deja de ser un elemento esencial del
contrato de seguros, siendo tal la importancia que su determinación permite cuantificar
el costo del seguro. De allí la carga del asegurado de informar la agravación del mismo.-
Hasta aquí en resumen: En la reticencia el asegurado SILENCIA LA
VERDAD, omitiendo informar circunstancias relevantes, pudiendo ser buena fe como
no. La falsedad en la manifestación implica UNA DECLARACIÓN DISTINTA, por
ende falsa de la realidad, siendo esta posibilidad de mala fe como regla general. -
Se afirma entonces que el asegurado debe poner en conocimiento del
asegurador en forma franca y sin reservas TODAS LAS CIRCUNSTANCIAS que
puedan influir en la apreciación del riesgo y de comprobarse la reticencia el contrato se
puede declarar nulo (a juicio de peritos).-
De cualquier manera debemos destacar dos tipos de reticencias, las que son
culposas y dolosas. Las primeras refieren a una negligencia del asegurado en la
información brindada, como por ejemplo en un seguro de vida cuando omite declarar
que practica un deporte de alto riesgo (alpinismo), mientras que en el dolo hay una
omisión voluntaria e intencionada, de mala fe, como por ejemplo al contratar un seguro
de vida sabiendo previamente que el sujeto tenía una enfermedad terminal.-
Ahora bien, cerrado este paréntesis y retomando el tópico de la reticencia, el
asegurador tiene un plazo para impugnar el contrato y es de tres meses contados a partir
de que la empresa conoció o debió conocer esta reticencia; caso contrario caduca dicha
facultad. Si el siniestro ocurre durante el plazo para impugnar, el asegurador no adeuda
prestación alguna, salvo el valor de rescate que corresponda en los seguros de vida.-
El art. 6 de la LS determina por su parte los efectos de esta reticencia,
estableciendo dos posibilidades: Anular el contrato devolviendo la prima del seguro
percibida en la reticencia culposa (en la dolosa puede existir la hipótesis de no

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devolución del dinero conforme lo expresa el art. 8 de la LS), o bien continuando con la
relación contractual, pero ajustando el contrato del seguro al nuevo estado del riesgo.-
Si bien la temática de la reticencia se relaciona con los vicios de la voluntad
que pueden surgir por error o dolo en materias de seguro en el CCyC, estas tienen notas
que las hacen particulares al estar reguladas también en la LS de manera más excesiva y
cuyo desarrollo nos remitimos al material brindado sobre la unidad precedente.-
Otro tema fundamental de esta ley, en líneas generales, refiere a las denuncias
y declaraciones (art. 15 de la LS).-
Como primera medida el art. 15 de la LS expresa que las denuncias y
declaraciones impuestas por esta ley o por el contrato se consideran cumplidas si se
expiden dentro del término fijado, incurriendo las partes en mora por el mero
vencimiento del plazo, pero exceptuando de esta obligación (en caso de no haber
cumplido el asegurado), si a la época en que debió efectuarse la comunicación del
siniestro, la compañía tenía conocimiento de las circunstancias a las que ellas se
refieren.-
Dicho esto: ¿Cuándo debe denunciarse el siniestro? Más allá que las compañías
aseguradoras puedan tener, dependiendo el caso, mayor o menor grado de tolerancia
sobre el plazo para denunciar, en la LS el art. 46 establece la carga de informar el
siniestro dentro de los tres días corridos de ocurrido o de haber tomado conocimiento
del mismo.-
En la misma inteligencia que el art. 15, la norma del art. 46 prevé que el
asegurador no podrá alegar el retardo o la omisión si interviene en el mismo plazo en
las operaciones de salvamento o de comprobación del siniestro o del daño.-
Si el asegurado o su derechohabiente no denuncia el siniestro dentro de este
plazo significa que con fundamento normativo al asegurado se le puede dar por decaído
el derecho a ser indemnizado (arts. 47 y 15 de la LS), salvo caso fortuito, fuerza mayor
o imposibilidad de hecho sin culpa o negligencia. Esta circunstancia de otorgar un plazo
tan abreviado ha sido criticado altamente por la doctrina puesto que afecta el equilibrio
contractual y desnaturaliza la función social del seguro.-
La denuncia, en su contenido, debe estar formulada de una manera que provea
un conocimiento veraz, cierto, completo, preciso y concreto que tenga del siniestro el
sujeto sobre quien recae la carga. Así, el asegurado debe denunciar todo lo que sabe, sin
cometer errores que le puedan ser imputables, siendo esta declaración SINCERA
CLARA Y REAL sobre como aconteció el hecho.-

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Esto tampoco quiere decir que la denuncia deba contener detalles excesivos ni
apreciaciones personales, y hemos de detenernos aquí con una reflexión de importancia:
aunque no exista una sanción legal por falta de sinceridad en la denuncia, en función del
principio de buena fe, esto representa una exigencia que ha de cumplirse.-
Agregando a lo explicado los datos importantes que podemos mencionar en
una denuncia, pero que dependerá del tipo de seguro que el cliente posee, son: lugar,
fecha y hora; si hubo participación de terceros, sean autores o damnificados; si hubo
heridos (esto es importante en la responsabilidad civil); si el denunciante dispone de
esos datos identificación de los mismos y un breve relato de cómo se produjo.-
Recibida la denuncia, el asegurador puede requerir información
complementaria para pronunciarse sobre los derechos que incumben al asegurado
siempre que sea solicitado dentro del plazo del art. 56 de la LS (30 días). Vale aclarar
que el plazo comienza a computarse desde que el asegurador recibe la denuncia y no la
información complementaria, puesto que si no solicita dicha información, y pasado los
30 días sin que se haya expedido sobre el derecho del asegurado importa ello una
aceptación de la cobertura; si se solicita información complementaria este plazo se
suspende hasta tanto el asegurado entregue a la aseguradora lo requerido.-
Entonces, efectuada la denuncia del siniestro el asegurado está obligado a
suministrar a la compañía, si esta lo solicita, la información necesaria para verificar el
siniestro o la extensión de la prestación, pero esta facultad tienen sus propias
limitaciones legales a favor del cliente establecidas en el art. 46 de la LS, puesto que si
la empresa de seguros requiere a su cliente algún tipo de prueba instrumental (y por qué
no documental), ésta debe ser razonable, es decir, que sea conducente para verificar el
siniestro o la extensión de la prestación, y en la medida dicha información o pruebas
esté al alcance del asegurado.-
Expedirse sobre el derecho del asegurado es una carga que tiene la compañía
en un plazo perentorio tal como lo establece el art. 15 de la LS y cuya inobservancia
representa un reconocimiento táctico de los derechos del cliente a la cobertura.-
Así, tampoco es válido convenir la limitación de los medios de prueba, ni
supeditar la prestación del asegurador a un reconocimiento, transacción o sentencia
pasada en autoridad de cosa juzgada, sin perjuicio de la aplicación de las disposiciones
legales sobre cuestiones prejudiciales.-

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Respecto del destinatario de la denuncia claramente resulta la compañía de
seguros y esto surge del art. 46 de la LS. Esto es importante saber puesto que la
información brindada a terceros ajenos a la empresa de seguros (auxiliares en la
celebración del contrato) no consolida los derechos del asegurado para obtener
reconocimiento de la cobertura, como el caso del cliente que transmita la denuncia a su
Productor Asesor de Seguros, no siendo este representante ni empleado de dichas
entidades, sino un intermediario entre el asegurado y el asegurador.-
Los productores de seguros son auxiliares en la concertación de los contratos
de seguros y por ende no son sujetos habilitados para recibir las denuncias. En su
defecto, bajo la figura del mandato y conforme el art. 10 del régimen que los regula (la
Ley N° 22.400) estos intermediarios pueden transmitir las denuncias al asegurador, pero
la obligación sustantiva sigue siendo del propio asegurado.-
Diferente podría ser el caso de los representantes o agentes institorios siempre
que tengan facultades para actuar en nombre del asegurador, que en los términos del art.
54 de la LS pueden recibir ciertos tipo de notificaciones del asegurado, debiendo estarse
al mandato conferido a estos efectos. Así la norma reza: “Cuando el asegurador designa
un representante o agente con facultades para actuar en su nombre se aplican las
reglas del mandato. La facultad para celebrar seguros autoriza también para pactar
modificaciones o prórrogas, para recibir notificaciones y formular declaraciones de
rescisión, salvo limitación expresa. Si el representante o agente de seguro es designado
para un determinado distrito o zona, sus facultades se limitan a negocios o actos
jurídicos que se refieran a contratos de seguro respecto de cosas que se hallen en el
distrito o zona, o con las personas que tienen allí su residencia habitual”.-
Veamos ahora la mora y caducidad en la Ley de Seguros. Aquí ya hemos
dicho que el asegurado como primera medida pierde el derecho a ser indemnizado si
incumple con la carga de denunciar el siniestro (art. 46 de la LS). –
Empero, es antes de proseguir es necesario retomar ciertos conceptos como el
caducidad y rescisión. El primero refiere a la pérdida o extinción de una acción o un
derecho por inacción del titular en el plazo perentorio o también por incumplimiento de
recaudos legales.-
La caducidad puede ser legal o convencional, según esté fijada por ley o en el
contrato mismo instrumentado por la póliza. Ejemplos de la caducidad legal son las
reguladas en art 12, cuando existe diferencia entre la propuesta y la póliza y el
asegurado no reclama dentro del mes de haber recibido la póliza; Art. 67 que establece

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que quien asegura el mismo interés y el mismo riesgo con más de un asegurador, deberá
notificar sin dilación a cada uno de ellos los demás contratos celebrados; Art. 5. Plazo
para impugnar el contrato, dentro de los tres meses de haber conocido la reticencia o
falsedad; Art. 82 Cambio del titular del interés asegurado no informado al asegurador
(Ejemplo seguro con prenda o hipoteca etc.); o la ya mencionada denuncia del siniestro
en el plazo de tres días previsto en el art. 46 de la LS.-
La caducidad convencional tiene asidero en la misma LS, específicamente en el
art. 36 y ss. Dicho artículo determina que cuando por esta ley no se ha determinado el
efecto del incumplimiento de una carga u obligación impuesta al asegurado, las partes
pueden convenir la caducidad de los derechos del asegurado si el incumplimiento
obedece a su culpa o negligencia, de acuerdo al siguiente régimen:

 Cargas y obligaciones anteriores al siniestro

a) Si la carga u obligación debe cumplirse antes del siniestro, el asegurador


deberá alegar la caducidad dentro del mes de conocido el incumplimiento.-

Cuando el siniestro ocurre antes de que el asegurador alegue la caducidad,


sólo se deberá la prestación si el incumplimiento no influyó en el acaecimiento
del siniestro o en la extensión de la obligación del asegurador.-

 Cargas y obligaciones posteriores al siniestro


b) Si la carga u obligación debe ejecutarse después del siniestro, el
asegurador se libera por el incumplimiento si el mismo influyó en la
extensión de la obligación asumida.-

 Efecto de la prima
En caso de caducidad corresponde al asegurador la prima por el período en
curso al tiempo en que conoció el incumplimiento de la obligación o carga.-

La recisión entendida como un modo de extinción de los actos jurídicos


de tracto sucesivo, por el cual quedan sin efecto para el futuro, en razón del
acuerdo de las partes, o de la voluntad de una sola de ellas autorizada por la ley o
por la propia convención, encuentra su fundamento en el art. 18 de la LS, segundo
párrafo al establecer que no obstante el plazo estipulado en el contrato de seguros
y con excepción de los seguros de vida, podrá convenirse que cualquiera de las

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partes tendrá derecho a rescindir el contrato sin expresar causa. Si el asegurador
ejerce la facultad de rescindir, deberá dar un preaviso no menor de 15 días y
reembolso por el plazo no corrido; Si el asegurado opta por la rescisión, el
asegurador tendrá derecho a la prima devengada por el tiempo transcurrido.-
Siguiendo las reflexiones de mora y caducidad en la presente ley, podemos
mencionar nuevamente en primer instancia que de efectuarse la denuncia (del siniestro)
fuera de término legal (a pesar de los ya vistos rechazos doctrinarios sobre el plazo
acotado para hacerlo), salvo que se configuren las excepciones de fuerza mayor, caso
fortuito o imposibilidad que regula el art. 15 de la LS, la mora es automática y por lo
tanto se configura por su mero vencimiento.-
También se ha estudiado hasta aquí que existe un plazo de 30 días para
rechazar el siniestro una vez tomado conocimiento la aseguradora del hecho dañoso, sea
por el propio asegurado o por otras circunstancias. Vencido el mismo sin que se haya
expedido importa aceptación.-
Ahora bien, cabe hacer una pausa y resaltar que más allá de que las
condiciones generales de contratación en una póliza establezcan cláusulas de eximición
de responsabilidad detallando diferentes y variadas hipótesis, estas son de naturaleza
convencional y no legal, pues quien aprueba estas condiciones en definitiva es la SSN y
luego se ofrecen indistintamente al mercado asegurador como parte de los contratos de
seguros que suscriben los clientes. La LS poco dice respecto de estas condiciones y
eximiciones de responsabilidad, ya que en su Capítulo II -art. 70- libera al asegurador de
responsabilidad bajo dos supuestos posibles: dolo o culpa grave en la provocación del
siniestro por parte del asegurado (o beneficiario), salvo claro en casos que exista un
deber de humanidad generalmente aceptado o de actos para precaver el siniestro o
atenuar sus consecuencias.-
Esto se puede ver a lo largo de todo el texto de la ley como por ejemplo en
materia de responsabilidad civil. También en el seguro de animales: "El asegurado
pierde el derecho a ser indemnizado si maltrató o descuidó gravemente al animal,
dolosamente o por culpa grave, especialmente si en caso de enfermedad o accidente no
recurrió a la asistencia veterinaria (art. 104), excepto que su conducta no haya influido
en la producción del siniestro ni sobre la medida de la prestación del asegurador" (art.
105 de la LS).-

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En el seguro de personas, específicamente de accidentes personales vemos: "El
asegurador se libera si el asegurado o el beneficiario provoca el accidente dolosamente
o por culpa grave o lo sufre en empresa criminal" (art. 152 de la LS).-
El dolo o culpa grave es una cuestión que deberá estarse a cada caso concreto,
pero al menos podemos dar una valoración general a estos dos institutos. La noción del
dolo excluido de cobertura es la que se corresponde con los elementos configurativos
del dolo delictual, que es aquel que evidencia la intención y voluntad del agente de
provocar el evento que derivará en daño (art. 1724 del CCyC), quien obra con intención
de dañar o con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos, con total independencia
del propósito de cobrar una indemnización.-
Quizás es más difícil entender el concepto de culpa grave pues no hay una
decisión unánime doctrinal sobre el criterio a tener en cuenta. La anterior norma del
CCyC la define como la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la
obligación y las circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar. Comprende la
imprudencia, la negligencia y la impericia en el arte o profesión.-
Sin perjuicio de lo dicho repasemos alguna postura o tesis que define lo que
es una “culpa grave” y que en algún punto se relaciona con figuras tales como el abuso
del derecho. Algunos autores sostienen que la culpa grave es una especie de
intermediación entre la culpa leve y dolo 19. Se dijo entonces “El sujeto voluntariamente
se somete a un riesgo innecesario creyendo que no se efectivizará, lo desafía y
posteriormente lo alcanza, resultando casi ficticio el sentido de culpa, asemejándola a
la conciencia, a un estado de la psiquis, como un deber moral, como procedería un
buen padre de familia, más que un incumplimiento contractual; éste, un fenómeno
social de nuestro país donde la excepción es la regla y la falta de control es
combustible para avivar estos pensamientos” 20.-
Una crítica que entendemos procedente es que, de seguirse estrictamente
esta tesis, el Juez tendrá que refinar sus criterios con amplía sapiencia al rever la
aplicación del principio de Equidad. Dicho principio rector sugiere mejorar, integrar o
modificar judicialmente los efectos de una ley diseñada para la generalidad de los casos,
cuando su aplicación concreta resulta injusta para la damnificada. Es decir, si un

19
RUSTAD MICHAEL - Thomas KOEING, “The historical continuity of punitive dameges awards:
reforming the tort reformers”, p. 1270.
20
MENDEZ ACOSTA, Segundo. “La conducta requerida en los daños punitivos” Cita online
AR/DOC/839/2014. Comentario respecto de la bibliografía PIZARRO, Ramón, "Derecho de Daños-
Segunda Parte-Homenaje al Dr. Profesor Félix A. Trigo Represas"; p. 291.

20
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individuo habiendo actuado bajo el amparo de la ley y en provecho de la misma, fuese
comitente de una conducta abusiva, no podría ser alegar siquiera ser merecedor de un
ajuste equitativo por su calidad de culpable, ya que este sería violador del principio de
buena fe y por consiguiente habría actuado en exceso.- -
De cualquier manera, lo expresado literalmente en el art. 1724 del CCyC ha
sido bien visto por la doctrina, como así también su antecesor, al ser considerado “una
formula feliz”21. Ya Vélez Sarsfield expresó en sus notas que se trataba de una serie de
consejos a seguir por los jueces debiendo primar la diligencia “debida” que se traduce
en aspectos concretos y singulares del caso. Por tanto se trata de confiar los buenos
criterios de los magistrados a los fines volitivos del caso. -
Finalmente el art. 1725 del CCyC prescribe: “Valoración de la conducta. Cuanto
mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas, mayor es
la diligencia exigible al agente y la valoración de la previsibilidad de las consecuencias
(…)”; por su parte el art. 159 del mismo cuerpo regula, entre otras normas del plexo que
recepta la misma idea medular, aquella en la cual los administradores y quienes ostenten
mandatos, gestoría y representación de las personas jurídicas, el deber de obrar con
lealtad y diligencia.-
En materia de mora y caducidad no podemos dejar de mencionar sobre los plazos
para pagar el siniestro y previamente a ello, determinar la indemnización del siniestro.
Esto se halla regulado en la LS y en líneas generales se resume en los seguros
patrimoniales, que una vez reconocido expresa o tácitamente el derecho del asegurado,
se pagará a los 15 días de fijado el monto de la indemnización ofrecida y aceptada la
misma, mientras que en los seguros de personas dicho pago se hará a los 15 días de
notificado el siniestro o acompañar la documentación complementaria solicitada (art. 49
de la LS). –
Sobre la fijación y pago de la indemnización mencionada haremos una aclaración.
El cálculo indemnizatorio está predeterminado sustancialmente por tres factores: el
valor del interés asegurado (el valor real del bien asegurado), el importe del daño
comprobado y la suma asegurada. El valor del interés asegurado relevante a estos
efectos no es el valor al momento de la conclusión del contrato (el monto inicialmente
pactado), sino el inmediatamente precedente a la realización del siniestro (final) puesto
que este puede actualizarse con el tiempo. Interesa también conocer cuál es el valor

21
BORDA, Guillermo, “Tratado de Derecho Civil. Obligaciones, 7 ed. Perrot, Bs. As., 1994.

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residual, porque la determinación del daño viene dada por la diferencia entre el valor
final y el de residuo. La suma asegurada opera como límite de la indemnización (art. 61
de la LS).-
A su vez, el art. 50 de la LS determina llanamente la nulidad de todo convenio que
exonere de responsabilidad al asegurador de su responsabilidad por mora.-
En materia de pago vinculado a la caducidad y mora se debe realizar una serie de
aseveraciones sobre el “pago a cuenta”, el “acreedor prendario e hipotecario” y la
“rescisión por siniestro parcial”.-
Cuando aludimos al pago a cuenta regulado en el art. 51 de la LS, refiere a la
hipótesis en la que el asegurador estimó el daño y reconoció el derecho del asegurado o
de su derechohabiente, pudiendo éste reclamar dicho pago, que no podrá ser inferior al
50% de la prestación ofrecida por el asegurador, si el procedimiento para establecer la
prestación se hallase terminado un mes después de notificado el siniestro.-
Sobre el acreedor prendario o hipotecario, conocida la existencia de la prenda o
hipoteca y consiguientemente un crédito privilegiado, siguiendo lo normado por el art.
84 de la LS el asegurador no pagará sin la previa notificación del acreedor para que
formule oposición alguna dentro de los 7 días de anoticiado del crédito. Formulada la
oposición dentro de tal plazo y de no haber acuerdo de partes, el asegurador consignará
judicialmente la suma debida.-
En relación a la recisión por siniestro parcial. Este instituto está regulado por el
art. 52 de la Ley 17.418. Esta figura da derecho al asegurado o a la empresa a la
rescisión del contrato cuando el siniestro produzca un daño parcial, pudiendo cualquier
parte hacer uso de esta facultad unilateralmente pero sólo hasta el momento del pago de
la indemnización.-
Si la recisión se opera por decisión del Asegurador, la cobertura cesa luego de 15
días de haber efectuado la notificación al asegurado y debe reembolsar la prima
correspondiente al tiempo no transcurrido del período en curso en proporción al
remanente de la suma asegurada (art. 52, párr., 2 LS).-
Si la recisión se opera por decisión del asegurado, la aseguradora tiene derecho a
la prima por el período en curso y deberá reembolsar la que haya percibido por los
períodos futuros (art.52, párr.3, LS).-
Si el contrato no es rescindido, la cobertura se reduce al remanente de la suma
asegurada, salvo pacto en contrario (art. 52, último párr., LS).-

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Tampoco debemos dejar de notar la posibilidad de existencia de pluralidad de
contratos de seguros. De hecho, el art. 67 de la LS establece que quien asegura el mismo
interés y el mismo riesgo con más de un asegurador, deberá notificar sin dilación a cada
uno de ellos los demás contratos celebrados, con indicación del asegurador y de la suma
asegurada, bajo pena de caducidad, salvo pacto en contrario.-
Pasemos revista de la subrogación regulada en el art. 80 de la LS. Subrogar
significa sustituir una persona (subrogación personal) o cosa (subrogación real) en lugar
de otra, siendo este caso la subrogación de los derechos de una persona a favor de otra.-
La subrogación del asegurador opera cuando una vez pagada la indemnización a
su cliente, se subrogará en los derechos y acciones del asegurado contra los
responsables del siniestro, si los hubiere.-
Esta subrogación no aplica para los seguros de personas y solamente es para los
de índole patrimonial, pero aun así, tampoco puede perjudicar al asegurado en sus
derechos indemnizatorios.-
Como corolario de este tema destacamos la figura de la prescripción, que sin
ánimos de profundizar en el tema por ser ajeno a la materia, lo definimos como un
medio por el cual, en ciertas condiciones el transcurso del tiempo opera la adquisición o
pérdida de un derecho. Es una institución del derecho civil que implica la pérdida de
una acción o un derecho por el transcurso del tiempo.-
Aquí sólo adelantaremos que toda acción fundada en el contrato de seguros
prescribe al año computado desde que la obligación es exigible, de conformidad con el
art. 58 de la LS. Se trata entonces de cualquier reclamo que haga el asegurado a su
propia compañía, dado que si se trata de un tercero que reclama en el marco de una
responsabilidad civil contra una compañía de la parte contraria, el término deberá
estarse a lo normado por el CCyC en su artículo 2561 que establece un plazo de tres
años.-
Siguiendo el análisis del art. 58 de la LS, cuando menciona de la prima pagadera
en cuotas, la prescripción para su cobro se computa a partir del vencimiento de la última
cuota.-
En el caso del último párrafo del artículo 30 (es decir, en el supuesto de la entrega
de la póliza sin la percepción de la prima que hace presumir la concesión de un crédito
para su pago), el plazo se computa desde que el asegurador intima al pago.-

23
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Este tema puntual puede ser de extrema sensibilidad sobre posibles planteos de
falta de cobertura por no abonar en tiempo y forma las cuotas del seguro (algo que
puede suceder a menudo en la responsabilidad civil de seguros automotores), razón por
la que nos detendremos puntualmente para un mejor desarrollo de esto, especialmente
por tocar de llenos temas relativos a la defensa del asegurado.-
Sabemos que existe una aprobación administrativa de las cláusulas predispuestas
que salen al mercado asegurador para automotores, las mismas fueron confirmadas por
la SSN por intermedio de la Resolución N° 36.100/11. En dicho instrumento se
establecieron clausulas, condiciones uniformes y generales obligatorias para todas las
entidades que operen en el ramo de seguros de automotores y/o remolcados. Ergo esta
resolución fue actualizada por las Resoluciones tales como la N° 38.708/14 y
39.327/15.-
Entre las clausulas predeterminadas para operar en dicho ramo se establecieron:
“Condiciones Generales comunes a todas estas coberturas” (CG-CO)22 y “Clausulas
Adicionales comunes” (CA-CO). Según el texto de la CG-CO punto 6.1, las pólizas
deberán tener la siguiente leyenda: “(…) Articulo 1.- El o los premios de este seguro (ya
sea por vigencia mensual, bimestral, trimestral, cuatrimestral, semestral o anual, y en
la moneda contratada según se indique en el Frente de Póliza), deberá ser abonado
total o parcialmente, como condición imprescindible y excluyente para que dé comienzo
la cobertura, la que operará a partir del momento de la recepción del pago por parte
del Asegurador, circunstancia que quedará acreditada mediante la extensión del recibo
oficial correspondiente (Resolución SSN Nº 21.600 del 9 de marzo de 1993). -Si el
Asegurador aceptase financiar el premio, el primer pago que dará comienzo a la
cobertura según se indica en el párrafo anterior, deberá contener además el
equivalente al total del Impuesto al Valor Agregado correspondiente al contrato y el
resto se abonará en cuotas mensuales, iguales y consecutivas en los plazos indicados en
la correspondiente factura. Para el caso de pago en cuotas, el Asegurador podrá
aplicar un componente de financiación que se indica en la correspondiente factura. Se
entiende por premio, la prima más los impuestos, tasas, gravámenes y todo otro
recargo adicional de la misma”. A su vez el artículo 2 del mentado apartado reza “(…)
Vencido cualquiera de los plazos de pago del premio exigible sin que éste se haya
producido, la cobertura quedará automáticamente suspendida desde la hora 24 del día

22
Responsabilidad Civil; Daños al Vehículo, Daños e Incendio, Daños y Robo o Hurto.

24
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del vencimiento impago, sin necesidad de interpelación judicial o extrajudicial alguna
(…)” (el subrayado nos pertenece).-
Por otro lado la CG-CO 10.1 exige que en las pólizas se determine que: “(…) La
prima es debida desde la celebración del contrato pero no es exigible sino contra
entrega de la póliza, salvo que se haya emitido un certificado o instrumento provisorio
de cobertura. En caso que la prima no se pague contra la entrega de la presente póliza,
su pago queda sujeto a las condiciones y efectos establecidos en la Cláusula CA-CO
6.1 Cobranza del Premio que forma parte del presente contrato” (el subrayado nos
pertenece).-
En suma, de la lectura de estas condiciones generales y clausulas adicionales se
faculta al asegurador a cobrar la totalidad del premio23 (que no guarda identidad con el
concepto de prima) como valor total y definitivo del costo de la prestación, o bien
cuotificarlo, y en éste último caso, de no devengarse el pago en los términos pactados se
procederá a la suspensión de la cobertura sin necesidad de constituir al asegurado en
mora24.-
En otro sentido la Ley de Seguros prescribe en su artículo 30, párrafo tercero: “La
entrega de la póliza sin la percepción de la prima hace presumir la concesión de
crédito para su pago”. Asimismo en el Artículo 31 de la misma norma dice: “(…) Si el
pago de la primera prima o de la prima única no se efectuara oportunamente, el
asegurador no ser responsable por el siniestro ocurrido antes del pago. En el supuesto
del párrafo tercero del artículo 30, en defecto de convenio entre partes, el asegurador
podrá rescindir el contrato con un plazo de denuncia de un mes. La rescisión no se
producirá si la prima es pagada antes del vencimiento del plazo de denuncia. El
asegurador no será responsable por el siniestro ocurrido durante el plazo de denuncia,
después de dos días de notificada la opción de rescindir” (el subrayado nos pertenece).-
Si bien, a prima facie el art. 31 de la Ley de Seguros parece coincidir con lo
reglado con la resolución de la SSN, lo cierto es que dicho artículo condiciona la
suspensión de la cobertura hasta antes del pago de la prima única (o en su defecto
solamente antes del pago de la primera prima de no ser ésta única).-

23
La “Prima” es el costo técnico de la cobertura del seguro; El “Premio” es la prima más los Impuestos,
tasas y otras contribuciones que legalmente graven la operación, constituyendo el costo real del seguro
para el asegurado.
24
Cabe poner de manifiesto que el pago de una cuota en mora surte efectos a futuro, y no tiene eficacia
retroactiva sobre siniestros que hayan sucedido durante el plazo que la cobertura se encontró suspendida.-

25
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Con independencia a ello, al amparo del plexo protectorio de la Ley 24.240 se ha
permitido generar cuestionamiento jurisprudencial sobre la eficacia de una suspensión
automática de cobertura por falta de pago, sin al menos que existan una interpelación
previa al cliente. Así han surgido fallos que han condenado a las aseguradoras, tales
como en autos “Carrasco Bruno Daniel C/ Sosa Adriano Roberto y Otros S/ Daños y
Perjuicios”25 y “Torres Oscar C/Federación Patronal Seguros S.A. y Otros”26 , por
cuanto en la práctica es normal y habitual que las compañías aseguradoras entregan a
sus clientes la póliza o certificados provisorios de cobertura automotor antes de
cualquier cobro, razón por la cual ello representa un crédito tácito sobre el premio, y en
ese contexto el cliente suele afrontar el costo total del premio en diversas cuotas
consecutivas llamadas primas.-
Entonces, del extracto de la ley mencionada acápite arriba surge claramente, que
la empresa podrá rescindir pero condicionada a otorgar un plazo de denuncia de un mes
y cuya responsabilidad será excluida luego del segundo día que haya constituido en
mora al asegurado (salvo que exista pacto en contrario), todo ello bajo apercibimiento
de finiquitar la relación contractual por falta de pago.-
A pesar que temas como estos pueden ser objeto de debate, compartimos nuestra
idea que el argumento de una demora en el pago de las cuotas no puede poner en jaque
el sistema asegurador y que la constitución expresa y previa en mora al asegurado, bajo
el principio in dubio pro consumidor y la inversión de la carga probatoria propia de los
procesos consumeriles que analizaremos más adelante, denotando la necesidad de
probanza por parte de las aseguradoras como carga en favor de sus derechos.-
Continuando nuevamente con el razonamiento jurídico de la prescripción, la
norma del art. 58 de la LS regula la interrupción, estableciendo que los actos del
procedimiento establecido por la ley o el contrato para la liquidación del daño
interrumpen la prescripción para el cobro de la prima y de la indemnización.-
A su vez en los seguros de vida expresa que el plazo de prescripción para el
beneficiario se computa desde que se conoce la existencia del dicho beneficio, pero en
ningún caso excederá de tres años desde el siniestro (v.g. el caso que un padre tenga un
seguro de vida, habiendo designado a su hijo como beneficiario sin que este supiera de

25
CNCiv. Sala L. 27/04/15. “Carrasco Bruno Daniel C/ Sosa Adriano Roberto y Otros S/ Daños y
Perjuicios”. Expte N° 70.254/10.
26
CCivCom. del Dpto. Judicial de La Plata. “Torres Oscar C/Federación Patronal Seguros S.A. y
Otros”. Fuente: www.segurosaldia.com/interior/20150220/otro-fallo-sobres-primas-esta-vez-condenan-a-
la-aseguradora-sera-justicia/ (20/02/15).

26
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la existencia del contrato luego de fallecido el progenitor, es decir acaecido el
siniestro).-

27
UNIDADX
LEY DE
SEGUROS
Ley de Seguros — Nociones
preliminares
Ley de Seguros (LS)

O (e eto) CIR DO

Soo O A ao:
lo ea ME O
Leyes generales
Defensa del Consumidor
y Usuario
| Ley de Seguros — Aspectos
generales. |
| o Definición legal del Contrato de Seguros (art. 1): «Hay contrato
de seguro cuando el asegurador se obliga, mediante una
prima o cotización, a resarcir un daño o cumplir la prestación
convenida si ocurre el evento previsto».
o Objeto del Contrato de Seguros (art. 2): «El contrato de seguro
puede tener por objeto toda clase de e si existe interés
asegurable, salvo prohibición expresa de la le y».
!. Patrimonial: integridad del patrimonio; restaurar el activo o
suprimir el pasivo accidental.
Personales: solventar en caso de perjuicio económico,
producto de accidentes, perdida de vida o enfermedad del
sostén de la familia; remplazo de ingresos y cobertura de
gastos.
o RIESGO A SINIESTRO ———Acontecimiento que produce daños
garantizados en la póliza hasta un límite previsto.

Es la producción efectiva del riesgo


Plazos -— Forma - Prueba
o Salvo disposición en contrario o norma más especifica, se E:
cuenta en días corridos (art. 6 del CCyC]).
o Forma y Prueba ===») libertad de formas y carácter no
co a del contrato de seguro (arts. 4 de la LS y 971 del
Cecy
o CONTRATO DE SEGURO + POLIZA --—-— Documento que
instumenta el contrato de seguro, en el que refleja las
normas de forma general, particular y/o especifica. Regula
las relaciones contractuales convenida entre el asegurador
y el asegurado.-
o La prueba del contrato de seguros por por escrito. La póliza
o el instumento probatorio por excelencia (art. 11 de
a

A falta de póliza se puede probar el contrato de seguros por


otros medios, si existe principio de prueba por escrito (por
ejemplo certificados de cobertura o recibos de pagos a la
aseguradora).
Contenido de la Póliza (art. 11
de la LS)
1.Firma
2. Nombres y domicilios de las partes
3. Riesgos
4. Plazos
5. Prima o Cotización
¿. Suma Asegurada
7 Redacción clara y legible
3. Condiciones generales del contrato
o Contenido de la póliza (conforme art. 985 del CCyC).
Ú Prohibición de reenvíos a documental que no se
entregue al cliente.
2. Texto «autosuficiente (condiciones particulares y
especificas incluidas en la póliza).
CONTRATO DE SEGURO 4 PÓLIZA + PROPUESTA
ll Denuncias y Declaraciones
(art. 15 de la LS)
o Regla general: toda declaración o. denuncia (prevista legal o
convencionalmente) se considera cumplida si se expide dentro del plazo
previsto > Se incurre en mora por el mero vencimiento del término fijado.
o El asegurador no puede alegar retardo u omisión en la denuncia si
interviene para comprobar el siniestro o realizar medidas del salvamento
dentro del término previsto para efectuar la denuncia.
o El art. 46 de la LS establece como carga del asegurado o su
derechohabiente, que la denuncia del siniestro deba hacerse dentro de los
tres días corridos de su producción o de haber tomado conocimiento del
mismo. -——.

” Si no se cumple con esta carga se pierde el derecho a ser


indemnizado, salvo caso fortuito, fuerza mayor o imposibilidad de hecho (sin
culpa o negligencia del asegurado).
o Recibida la denuncia: El asegurador puede requerir información co
documentación complementaria, siempre que sea razonable, y dentro del
plazo de 30 días (art. 56 de la LS); pasado dicho plazo sin que la compañía
se Aya epronunciado sobre los derecho del asegurado, importa ello una
aceptación de la cobertura.
Lo
Mora y Caducidad. |
LEGAL (v.g. arts.
12; 67; 5; 82 de la
¡ LS)
CADUCIDAD
CONVENCIONAL
(art. 36 y ss. de la
10)

+ CADUCIDAD CONVENCIONAL
1. Cargas y obligaciones antes del siniestro:
El asegurador debe alegar la caducidad dentro del mes de
conocido el incumplimiento de la carga del asegurado.
Si el siniestro ocurre ante que el asegurador alegue la caducidad,
deberá la prestación si el incumplimiento no influyó en la producción
del siniestro o extensión de la obligación.
2. Carga y obligaciones posteriores al siniestro:
El asegurador se libera por el incumplimiento si el mismo influyó en la
extensión de la obligación asumida.
| Rescisión del contrato de
seguros.
| o Rescisión mmm) Art, 18, párrafo segundo de la LS: No
obstante el plazo estipulado en el contrato de seguros
(salvo los seguros vida), podrá convenirse que
cualquiera de las partes tendrá derecho a rescindir el
contrato sin expresar causa.- > En estos casos, si el
asegurador lo hace, debe dar un preaviso de no
menos de 15 días y reembolsar lo percibido por el
tiempo no transcurrido de prestación.
Si el asegurado usa esta facultad, la compañía tiene
derecho a la prima devengada por el tiempo
transcurrido.
o El art. 50 de la LS determina la nulidad de todo
convenio que exonere de responsabilidad a la
aseguradora por mora.-
” | II
Pago de indemnización
|
¡o lod Metelo Halo o Mo
Patimonial monito de indemnización y
aceptada la misma.

Pago de Indemnización
(A a
15 días luego de notificado
el siniestro o acompañado
Personas la documentación
complementana
de ejfelele

o SUPUESTOS DE PAGO A CUENTA; ACREEDOR


PRENDARIO Y RESCICIÓN POR SINIESTRO PARCIAL
o PLURALIDAD DE SEGUROS (Art. 67 de la LS). Si existe
más de un seguro sobre el mismo riesgo y el mismo
interés asegurable, debe notificarse sin dilación al
resto de las compañías.
Subrogación y Prescripción
o La subrogación: Se encuentra prevista en el art. |
80 de la LS. Ésta opera cuando una vez pagada |
la indemnización al cliente, el asegurador se
subroga en los derechos y acciones del
asegurado contra los responsables del siniestro, si
los hubiere (no aplica en los seguros de personas).
o La prescripción: En la LS es de un año (art. 58).
'. La prima pagadera en cuotas, la prescripción
para su cobro se computa a partir del
nacimiento de la ultima cuota.
2. Entrega de póliza sin percepción de la prima, el
plazo se computa desde que el asegurador
intima el pago.
Ab. Mgter. Federico A. Kozak Grassini
Ab. Mgter. M. Florencia Cramazzi Soto
Unidad
Ab. Aldana XIFrias
Ayelen

DAÑOS Y SEGUROS
Póliza y Contratos de
Seguros. Sujetos
intervinientes

0
Ab. Mgter. Federico A. Kozak Grassini
Ab. Mgter. M. Florencia Cramazzi Soto
Ab. Aldana Ayelen Frias

POLIZA. CONTRATO DE SEGURO. SUJETOS INTERVINIENTES.


DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LAS PARTES. CUENTA AJENA.
INSTRUMENTACIÓN DEL CONTRATO DEL SEGURO. CELEBRACIÓN.
CONTENIDOS. SUPUESTO DE VARIAS ASEGURADORAS CONTRATADAS.

Hasta el momento hemos analizado cuestiones introductorias al sistema jurídico


de los seguros, como también se desarrolló de manera superflua las nociones generales
que abarca la Ley de Seguros en su primera parte.-
A partir de esta unidad y las sucesivas iremos profundizando poco más los temas
mencionados con anterioridad y sin intención de redundar en la información,
retomaremos varios aspectos para una mejor ubicación conceptual y de contenido en
general, de manera que se pueda aprehender los tópicos explayados oportunamente en
simultaneo a la mención de otros nuevos.-
Aclarado esto, pasemos revista a los diferentes conceptos dados de Póliza,
Contrato de Seguro y Seguros en general. Para un mejor orden didáctico,
cronológicamente volveremos por una definición de lo que se entiende por “Seguros”.
Aquí recordemos que el Seguro constituye un: mecanismo que permite a los sujetos
económicos reducir sus posibles pérdidas o necesidades cuantificables
económicamente, mediante la transferencia previa de las mismas y pago de una
cantidad a una Entidad que las asume y dota a aquéllos de una estabilidad en el
tiempo, pudiendo canalizar una parte importante del ahorro de un país”1.
Sabiendo que los seguros en sentido general significan una suerte de mecanismo,
sistema y mutualidad en los términos mencionados, debemos volver a la idea de
contrato de seguros. Existen múltiples definiciones doctrinales como la del maestro
STIGLITZ, quién definió al contrato de seguros como “un contrato por adhesión2 por
el cual una de las partes, el asegurador, se obliga, contra el pago o la promesa de pago
del premio efectuado por el asegurado, a pagar a éste o a un tercero la prestación
convenida, subordinada a la eventual realización (siniestro) del riesgo, tal como ha
sido determinado, durante la duración material del contrato”3.-
Con independencia de la existencia de estas definiciones y de las que
analizaremos oportunamente subrayamos que no deja de existir un concepto de

1
FERNANDEZ ISLA, G. “Economía y Seguro”, INESE, Ed. Madrid. 1993.
2
Ver art. 984 del CCyC.
3
STIGLITZ. Derecho de Seguros. Tomo I. Ed. La Ley. Bs. As. 2016

1
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naturaleza legal, y es el que se encuentra regulado en el art. 1 de la LS, expresando que
hay contrato de seguro cuando el asegurador se obliga, mediante una prima o
cotización, a resarcir un daño o cumplir la prestación convenida si ocurre el evento
previsto.-
Como crítica sobre la redacción de la norma, cabe rememorar aquí que cuando
nos referimos a una prima o cotización, hacemos alusión en realidad al pago que realiza
el cliente o el precio debido sobre la base de lo acordado con la aseguradora, el cual
pudo haber resultado de la póliza misma o una cotización previa a la emisión de ésta. El
diferimiento del pago sobre la base de lo acordado previamente, de igual manera
obligará luego a la aseguradora a emitir una póliza, puesto que el carácter consensual
del contrato del seguro perfeccionaría la relación jurídica aún sin la existencia del
instrumento mismo que le da su forma (llamado póliza), siempre y cuando claro está, se
haya cumplido este carácter “consensual” (tal como expresáramos en el manual de la
unidad anterior y que en honor a la brevedad nos remitimos).-
Al margen de esta definición legal, la práctica en seguros suele mostrar que en
muchos tipos de ramos (como responsabilidad civil) primero se emite una cotización
previa a favor del posible cliente y luego, si éste acepta lo cotizado, surge
automáticamente la póliza al mismo momento que se perfecciona el contrato con el
consentimiento de las partes, todo ello con vigencia de la cobertura desde ese mismo
momento (salvo se haya pactado diferir la fecha de cobertura), aunque el pago se realice
días o semanas después ya que el abono de la cuota o el pago del precio se puede
consensuar realizarlo a futuro y no previo a emitir esta póliza sin que por ello pierda
vigencia el contrato de seguro.-
Pero aclaramos que en otros ramos puede darse la situación inversa porque
pueden existir convenciones que condicionen la producción de los efectos a la entrega
de la póliza de seguro o al pago de la primera prima, y esto tampoco modifica el
carácter consensual del seguro. Un ejemplo son los seguros de caución y que consisten
en garantía de cumplimiento de una determinada obligación que asume el asegurado
frente a terceros (algo habitual en los contratos de alquiler de viviendas), y cuya
cobertura reemplaza a una persona humana como garante o fiador.-
La fuente de esa definición legal, sin duda, lo constituyó el artículo 1º del
anteproyecto del autor de esta Ley, Halperin, elevado en 1958: "El seguro es el contrato
por el que el asegurador mediante el pago de una prima o cotización se obliga a
indemnizar al asegurado por el daño que sufra en razón de un siniestro causado por el

2
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riesgo asumido, o a pagarle un capital o una renta al producirse un hecho atinente a la
vida humana".-
Se cita por el redactor, como fuentes, los artículos 1882 del Código Civil Italiano
y 1º de la ley de México. El artículo 1882 del Código Civil italiano establece: "El
seguro es el contrato por el cual el asegurador, mediante el pago de una prima, se
obliga a indemnizar al asegurado, en los límites convenidos, del daño producido al
mismo por un siniestro, o bien a pagar un capital o a una renta a la verificación de un
evento atinente a la vida humana".-
El artículo 1º de la Ley sobre el Contrato de Seguro de México establece: "Por
contrato de seguro, la empresa aseguradora se obliga, mediante una prima, a resarcir
un daño o a pagar una suma de dinero al verificarse la eventualidad prevista en el
contrato".-
Lo dicho hasta aquí permite caracterizar y tipificar al contrato de seguros por
parte de la doctrina de manera unitaria y con propósito totalizador en su disciplina
(todos los riesgos), predominando en la actualidad, la concepción del contrato de seguro
que lo concibe como una convención indemnizatoria de adhesión a condiciones
generales y consensual (de conformidad con el objeto y definición de la LS y de lo
normado por el CCyC) amén de que para algunos autores esta lógica reparadora pueda
excluir ciertos contratos de seguros (como algunos seguros de personas, pero que para
nosotros no deja de ser en alguna medida indemnizatoria, de ahorro, previsión y
capitalización). Cabe agregar a esto el carácter no formal del contrato puesto que la LS
no establece solemnidad alguna para su perfeccionamiento, bastando la declaración
común de voluntad de ambas partes el cual luego esto es representado por la póliza
(salvo que las partes quieran consensuar solemnidad alguna conforme lo establecido por
el art. 284 y 969 del CCyC).-
Esta definición legal se condice con la acepción de contrato establecida en nuestro
propio Código, articulo 957, que define como contrato al acto jurídico mediante el cual
dos o más partes manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir
o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales.-
En resumen, tanto de los que expresamos como de los que surgen
implícitamente de su naturaleza, podemos decir que el contrato tiene los siguientes
caracteres particulares:
 Bilateral: El carácter bilateral refiere a las obligaciones reciprocas que se deben
las partes.-

3
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Ab. Mgter. M. Florencia Cramazzi Soto
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 Oneroso: Dado que existe un provecho que se otorga mediante el pago de una
prima.-
 Aleatorio: Está sujeto a un hecho futuro ajeno a la voluntad de las partes.
Básicamente al momento de la conclusión del negocio las partes se encuentran
inciertas sobre si el provecho será equivalente al sacrificio.-
 De tracto sucesivo o ejecución continuada: En este carácter el elemento
tiempo es esencial porque el contrato no se agota en el cumplimiento efectivo de
la prestación y contraprestación consecuente, sino en prestaciones sucesivas por
el término convenido o hasta la rescisión del contrato.-
 No Formal: La LS no impone ninguna solemnidad alguna a cuya observancia
las partes deban sujetarse para dar vida al contrato de seguro.-
 Consensual: Esto también lo vuelve consensual pues como hemos dicho se
perfecciona con el mero consentimiento de las partes.-
 De adhesión: El asegurado se adhiere a las condiciones contractuales fijadas por
el Asegurador, sin que ésta pueda negociarlas y limitándose a consentir o no el
contrato.-
 Nominado y Típico: Porque se encuentra regulado a través de un cuerpo legal,
la LS, bajo la denominación de “Contrato de seguros” y además posee
estructura y características que le son propias.-

Debe prestarte atención que no resulte extraño que el contrato de seguro se nos
presenta como un instrumento conexo, sea con otro seguro o con otro tipo contractual.
El caso más frecuente es la conexidad existente entre el mutuo bancario y el seguro de
accidentes personales que exige la entidad para garantizar la obligación pendiente en
caso de muerte o incapacidad del mutuario/tomador4.
También podemos notar que en ciertas ocasiones, en los contratos bancarios por
uso de tarjeta de crédito, implícitamente puede encontrarse el seguro de vida por saldo
deudor, cuyo importe se abona junto con el resumen de dichas tarjetas y puede ser
cuestionado, al menos hasta la fecha el año de mención, en virtud de la Comunicación
“A” 6.491 del BCRA del año 2018, que en materia de seguros como contratación

4
Esto obliga al letrado a analizar el conjunto de contratos en su totalidad en los términos de la conexidad
contractual prevista en nuestro CCyC , art. 1073 y ss.-

4
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accesorias a los servicios financieros, obliga a las entidades financieras y bancos, pero
no así a los usuarios y/o consumidores, a adquirir seguros de vida por saldo deudor5.-
Ahora bien, no debemos confundir “Contrato de Seguro” con “Póliza”. El
contrato tiene un carácter consensual y como tal se perfecciona y consolida con la mera
voluntad de las partes. En efecto, el carácter consensual del contrato de seguro
presupone que su perfeccionamiento precede a la emisión de la póliza. De allí que no
sea posible confundir el contrato con la póliza, ya que esta última es uno de los
documentos o instrumento escriturario del contrato y tiene sólo una función
instrumental eminentemente probatoria, es decir que la póliza sólo le da “forma” o
“visibilidad” al contrato existente y perfeccionado con este acuerdo de voluntades. Esto
explica porque los derechos y obligaciones entre las partes pueden consolidarse aun
antes de emitirse la póliza.-
Así las cosas la póliza es el documento que instrumenta el contrato de seguros, en
el que se reflejan las normas que de forma general, particular o especial regulan las
relaciones contractuales convenidas entre el asegurador y el asegurado.-
La importancia de la póliza radica en que es una obligación de la aseguradora
entregarla y sirve a los fines probatorios. La prueba se encuentra regulada en el art. 11
de la LS, la que la determina por escrito, en la cual se destaca que la póliza es el
instrumento probatorio por excelencia del contrato de seguro, presuponiendo el
perfeccionamiento del contrato, ya que, en razón de su naturaleza consensual se
concluye con el consentimiento de las partes.-
Dada la cantidad de contrataciones de seguros que se realiza de manera digital
aquí hacemos una salvedad: no debemos separar el formato “escrito” de lo “digital”,
dado que son conceptos que pueden coexistir al mismo tiempo; diferente es lo “físico” y
lo “digital” que si pueden ser excluyentes.-
Lamentablemente el actual CCyC regula precariamente la utilización de medios
electrónicos, que contrariamente con lo manifestado por CHAMATROPULOS y las
Directrices de las Naciones Unidas sobre Protección de los Consumidores en el año
2015 (V. 63 a 65), estas contrataciones no merecen menor protección en comparación al
resto de las demás figuras ante la falta de normas precisas sobre este nueva modalidad

5
Comunicación “A” 6.491, punto 2.3.11.1:”Seguros de vida sobre saldo deudor. Los sujetos obligados
no podrán percibir de los usuarios ningún tipo de comisión y/o cargo vinculado con estos seguros.
Dichos sujetos deberán contratar un seguro sobre saldo deudor con cobertura de fallecimiento e
invalidez total permanente respecto de aquellas financiaciones otorgadas a personas humanas (…)”.

5
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contractual6.-
De cualquier manera, lo dicho no es óbice para dotar de existencia propia al
documento electrónico, asumiendo que en los términos del artículo 284 del CCyC 7 y por
el principio de libertad de formas, salvo que existen norma alguna que lo contradiga o
haya acuerdo entre partes, el pacto en la plataforma virtual se prueba en su forma
electrónica. Claro ello, deberá ajustarse a otros principios que posteriormente se
analizarán a los fines de que, por medio de un abuso de posición, no se provea al débil
jurídico los recaudos que han de sustentar lo pactado entre ambas partes.-
El CCyC brevemente, en coherencia con leyes tales como la Ley de Firma Digital
N° 25.506, confirmó y homologó el soporte papel y el documento electrónico, aclarando
algunos aspectos de utilidad legal, y admitiendo la forma electrónica para la
instrumentación de los contratos.-
Por un lado, el art. 286 del CCyC prescribe: "La expresión escrita puede tener
lugar por instrumentos públicos, o por instrumentos particulares firmados o no
firmados, excepto en los casos en que determinada instrumentación sea impuesta.
Puede hacerse constar en cualquier soporte, siempre que su contenido sea representado
con texto inteligible, aunque su lectura exija medios técnicos".-
Y, por otro, el art. 1106 del CCyC admitió que "Siempre que en este Código o en
leyes especiales se exija que el contrato conste por escrito, este requisito se debe
entender satisfecho si el contrato con el consumidor o usuario contiene un soporte
electrónico u otra tecnología similar".-
Actualmente cada vez es más popular que los contratos de seguros se celebren de
manera virtual y las pólizas se emitan en la misma dirección. El contrato puede ser
celebrado digitalmente en forma total o parcial: en el primer caso, las partes elaboran y
envían sus declaraciones de voluntad (intercambio electrónico de datos o por una
comunicación digital interactiva); en el segundo, solo uno de estos aspectos es digital:
una parte puede elaborar su declaración y luego utilizar el medio digital para enviarla;
se puede enviar un mail y recibir un documento escrito para firmar. Puede ser cumplido
total o parcialmente en medios digitales: en el primer caso, se transfiere un bien

6
CHAMATROPULOS, DEMETRIO A. “Estatuto del Consumidor Comentado”. Bs. As. Ed. La Ley. T I.
2015. Págs. 542 y 543.
7
CCyC, Art. 284: “Libertad de formas. Si la ley no designa una forma determinada para la
exteriorización de la voluntad, las partes pueden utilizar la que estimen conveniente. Las partes pueden
convenir una forma más exigente que la impuesta por la ley.”

6
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digitalizado y se paga con "moneda digital"; en el segundo, se envía un bien digital y se
paga con un cheque bancario, o se envía un bien físico por un medio de transporte y se
paga con transferencias electrónicas de dinero8.-
Indistintamente la precedente norma, el contrato de seguro se puede probar sin la
póliza, permitiendo usar otros medios, siempre que exista principio de prueba por
escrito, esto es por ejemplo, certificado de cobertura (que es un resumen de la póliza) o
recibo de pagos. La jurisprudencia ha admitidos otros medios de prueba como por
ejemplo constancia de los libros del asegurador, el oficio de la S.S.N., la libranza de
pagarés imputados a la prima, etc.-
La póliza, según la norma estudiada, debe reflejar ciertas cuestiones, en otras
palabras, posee ciertos requisitos que debe contener. Estos son:

 FIRMA
 NOMBRES Y DOMICILIOS DE LAS PARTES
 RIESGOS
 PLAZOS
 PRIMA O COTIZACIÓN
 SUMA ASEGURADA
 REDACCIÓN CLARA Y LEGIBLE
 CONDICIONES GENERALES DE CONTRATO

Además de estas condiciones del art. 11 de la LS, como este tipo de contrato es de
adhesión, posee otros requisitos que podríamos agregar a los ya mencionados (art. 985
del CCyC):

 Prohibición de que las cláusulas contengan reenvíos a documental que


no se entreguen al usuario o consumidor.-
 Todo el texto debe ser autosuficiente o autocomprensible lo que
importa que también se acompañen las CONDICIONES
PARTICULARES Y ESPECIFICAS DEL CONTRATO, COMO
ADEMÁS LAS EXCLUSIONES DE COBERTURA.-

En cuanto a la ilegibilidad de los contratos, el principio está establecido en el art.


10 de la LDCU, párrafo segundo, que exige la redacción de los contratos en idioma

8
LORENZETTI, R. L., Comercio electrónico, cit., p. 173.

7
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nacional, completo, legible y claro. STIGLITZ sostiene al respecto: “la posibilidad real
y efectiva de poder leer fácilmente lo escrito (…) De ahora en más deberán suprimirse
los caracteres finos, la lectura dificultosa, los defectos de apariencia, y reemplazarlos
por un impreso visible, ostensible, manifiesto, evidente. Y todo ello, sin consideración al
contenido de la cláusula. Todas sin excepción, deberán ser fácilmente legibles”9.-
Además de ello la póliza puede contener otros elementos adicionales a los
establecidos por ley y que pueden ir variando en función de varios factores, todo ello en
la medida que su organismo de control, la Superintendencia de Seguros de la Nación lo
determine mediante actos administrativos. Por ejemplo la Res. 219/2018 de la SSN
(modificatoria de la Res. 38.708) ha incorporado otras cuestiones a considerar en la
póliza, como la de Insertar en forma destacada en la misma lo siguiente: “Cuando el
texto de la póliza difiera del contenido de la propuesta, la diferencia se considera
aprobada por el asegurado si no reclama dentro de un mes de haber recibido la póliza”
(Artículo 12 de la Ley de Seguros).
En esta senda, la póliza y la virtualidad no resultan ajenas entre sí. Lo dicho
adquiere relevancia en los contratos de seguros de responsabilidad civil automotor,
atento la existencia y obligatoriedad de la póliza digital por medio de la Resolución N°
219/18 de la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN), lo que habilitaría al
conductor a usar su dispositivo móvil para mostrar al agente fiscalizador el comprobante
digital que acredite la existencia y vigencia del seguro10.-
La digitalización de la póliza y su emisión en simultaneo al perfeccionamiento del
contrato (acuerdo de voluntades), nos plantea nuevos interrogantes que requieren ser
aclarados, especialmente para determinar el perfeccionamiento del contrato y tener
certeza de la vigencia en las coberturas o las carencias de un determinado período.

9
STIGLITZ, GABRIEL. “La protección del consumidor y las prácticas abusivas”. Ob. Cita. Pág. 44.
10
Res. 219/18, punto 25.3.1: “(…) La entrega o puesta a disposición debe ser realizada a través de los
medios mencionados en el presente punto, siendo exclusiva responsabilidad de la entidad aseguradora. A
los fines de corroborar lo dispuesto en el párrafo anterior, se consideran medios fehacientes de
comprobación de entrega de la documentación, los siguientes (…) La documentación deberá remitirse a
través de un medio electrónico que permita su lectura, el cual debe incluir el enlace para su descarga. La
entrega por medios electrónicos puede efectuarse a través de: I. Envío de la documentación por correo
electrónico del asegurado y/o tomador, que debe ser declarado al momento de solicitar la contratación,
sea esta en forma personal o por medios electrónicos. II. Puesta a disposición en la página web de la
aseguradora, cuya dirección debe constar en los formularios de propuesta del seguro o en la página web
por la cual, el asegurado y/o tomador haya solicitado la contratación de la póliza. III. Puesta a
disposición a través de aplicaciones móviles, que deben ser indicadas por la aseguradora al momento de
la contratación de la póliza (…)”.

8
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Entendemos que, si las computadoras se hallan interconectadas, cuando se contrata por
esta vía el diálogo entre ambas es instantáneo, perfeccionándose la convención con la
aceptación de la propuesta del seguro. Se trata entonces de un contrato entre presentes.-
Si la respuesta debe aguardar, sea por tener algún tipo de plazo o hallarse ausente
alguno de los contratantes, éste se mantendrá en suspenso, quedando a dilucidación
jurisprudencial la consideración de cuándo habrá perfeccionamiento del pacto y
consecuentemente la eficacia en la consolidación de la obligación 11, siempre bajo la
lupa de tres puntos fundamentales: la toma efectiva de conocimiento del proveedor por
el envío de la aceptación, lugar de cumplimiento y la buena fe, todo ello bajo
consideración a las normas de los arts. 980 y concordantes del CCyC.-
Avanzando en las temas resulta fundamental comprender la posición de los
sujetos intervinientes en materia de seguros. En esta oportunidad no debemos
confundir el sentido amplio de los sujetos intervinientes, de quienes son realmente parte
de un contrato de seguros y tienen una vinculación jurídica, siendo ellos tres:
 Asegurado: Es toda persona física o jurídica con capacidad legal para
contratar que, teniendo interés asegurable, contrata el seguro por cuenta
propia.-
 Tomador: Es la persona física o jurídica, con capacidad legal para
contratar, que celebra el contrato con el asegurador, y puede hacerlo por
cuenta propia o por cuenta de terceros (ajena). Es quién contrata el
seguro y paga la prima (esto último sólo en principio).-
 Aseguradora: Es la persona jurídica autorizada por la Superintendencia
de Seguros a operar como compañía de seguros, pudiendo revestir
distintas formas jurídicas establecidas en la Ley N° 20.091.-
Visto los primeros dos conceptos tenemos que dejar en claro que la figura del
tomador y asegurado pueden coincidir. Esto ocurre cuando el mismo asegurado es
quien celebra el contrato de seguro con la compañía aseguradora. De esta manera, se
emitirá una póliza en la que figurará como Tomador el Sr. XX y como Asegurado el Sr.
XX (lo que sucede a menudo y generalmente en las pólizas de vehículos).-
También puede ocurrir que ambas figuras no coincidan y en ese caso se
consignarán también los datos da cada uno, con su respectivo rol en la póliza (como

11
Por ejemplo, en la contratación por e-mail o por teléfono la ejecución de la obligación se encontrará
subordinada a la aceptación del cliente y en los términos previstos en el contrato. En el caso de las
compras por internet será diferido al momento mismo que se realizó el pago, salvo pacto en contrario.

9
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puede pasar en los seguros de vida colectivo o ART, por ejemplo en los que una
empresa asegura a un empleado).-
Ahora veamos un cuarto sujeto que habitúa existir en los seguros de personas,
y es el beneficiario, tratándose de la persona designada para el pago de la
indemnización en caso de sucederle un siniestro al asegurado. Esta categoría puede
comprender en ocasiones al mismo tomador o asegurado (v.g. seguros de accidentes
personales o de capitalización de ahorro) volviéndolo parte del contrato por su calidad
misma (de tomador o asegurado), pero en otras circunstancias es un tercero designado
por el mismo sujeto y ajeno a la calidad de “parte” del contrato (v.g. seguro de vida
individual contratado sobre la vida del propio tomador, asegurando su propia vida, y
designando beneficiario a su hijo en caso de fallecimiento), cuya característica
fundamental es la de ser destinatario de las obligaciones emergentes de la compañía una
vez acaecido el siniestro, es decir el pago de la indemnización.-
Por lo precedentemente expuesto debemos considerar en primer lugar que fuera de
las tres partes del contrato, el beneficiario puede ser parte del contrato en el caso de
coincidir en su persona como tomador y no como tercero.-
También existen otros sujetos intervinientes que a pesar de poder figurar en la
póliza (como es el beneficiario), tampoco los vuelve parte del contrato en sentido
estricto. Ellos son el Productor Asesor de Seguros y el Agente Institorio, de quienes
hemos hecho mención en la unidad anterior y ahora profundizaremos más.-
Para definirlos es necesario abordar a los diferentes actores de este mercado tan
dinámico siendo los denominados “agentes institorios” personas jurídicas o físicas12
cuya operatividad se halla bajo la modalidad de mandato comercial con una entidad
aseguradora, comprometiéndose a actuar bajo su nombre 13 y diferenciándose de los
“Productores Asesores de Seguros” (en adelante PAS), puesto que estos productores
sometidos al régimen de la Ley N° 22.400 y al art. 53 de la LS guardan independencia
laboral con las compañías aseguradoras, siendo estos últimos imparciales e
intermediarios entre las partes, dueños de su propia cartera de clientes, poseyendo una
formación comprobada de carácter técnico jurídico y técnico pericial. Por tanto los PAS

12
Cabe destacar que los PAS o Sociedades de PAS pueden actuar como agentes institorios, pero una
calidad funcional excluye a la otra. No se puede ser PAS y Agente Institorio al mismo tiempo.
13
Resolución Nº 38.052/13 de la SSN y art. 54 de la LS. Las limitaciones que tendrán los agentes
institorios surgirá del mismo mandato, del art. 54 de la precitada ley, como también si opera con carácter
de sucursal de la aseguradora.

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analizan riesgos y proponen alternativas, estando más atento a las necesidades de sus
clientes.-
Haciendo una comparativa de estos dos canales de ventas del mercado
asegurador 14 , los productores asesores de seguro son imparciales e independientes
mientras que poseen la captación mayoritaria de pólizas; a pesar de ello estimamos que
las figuras de venta masiva y de agentes institorios, que operan a través de la figura del
mandato (art. 366 del CCyC), a pesar de intermediar en la concertación de contratos,
representan una extensión de la empresa con cierta dependencia funcional (por la misma
figura de mandato en la que se encuentran inmersos), por lo que les resultan más
atractivas a las entidades en virtud de poder contar con un mayor despliegue de llegada
a potenciales clientes, posibilitando que las compañías sean propietarias de la cartera de
clientes y lógicamente al ser un canal más de venta, representa un medio más que de no
usarlo estarían cediéndolo a la competencia.-
En otra vertiente se ha dicho que las obligaciones y derechos de las partes nacen
desde el perfeccionamiento del contrato de seguro en virtud de su carácter consensual
¿Pero cuáles son estos derechos y obligaciones emergentes?-
En principio podemos resumir las obligaciones principales del asegurado y
asegurador en dos que tienen sus dos contrapartidas al mismo tiempo, en otras palabras,
que las obligaciones a su vez son una contracara sobre los derechos de la otra parte.
Fuera de estas cuatro cuestiones estamos hablando de las “cargas” a las que aludimos
en la unidad anterior al hablar de mora y caducidad.-
Estos derechos y obligaciones se resumen en:
 Pago: El pago de la prima es una obligación del tomador, en subsidio del
asegurado y hasta pudiendo ser terceros (art. 28 de la LS), todo esto en los
términos del art. 865 del CCyC dónde existe un cumplimiento de la prestación
objeto de la obligación.-
También aquí puede darse la figura de compensación prevista en el art. 27
párrafo 3 de la LS, cual consagra el derecho del asegurador a compensar sus créditos
contra el tomador en razón del contrato, con la indemnización debida al asegurado o
la prestación debida al beneficiario.-
 Recibir el pago: Como contracara a la obligación del pago se encuentra la de
recibirlo como derecho de la aseguradora. En principio corresponde pagar a la
14
Actualmente son cuatro los canales de ventas en el mercado asegurador: venta al mostrador (directa);
agentes institorios; los PAS y ventas masivas (a través de bancos y otras redes similares).-

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aseguradora o en su defecto a la persona que ésta haya autorizado expresamente
a recibir el pago.-
Si son varios aseguradores se aplican las reglas generales relativas a los casos en
que la acreencia es compartida por más de un sujeto, de manera que si se pactó esta
solidaridad activa, se puede pagar a cualquiera de ellos (salvo que exista demanda
judicial); si la deuda es simplemente mancomunada el pago se debe hacer a cada
asegurador conforme la cuota pactada.-
 Pagar la indemnización: Esta obligación del asegurador supone la realización
de una conducta ordenada hacia la satisfacción de un crédito a favor del
asegurado, efectivizado en tiempo y forma claro está. Se trata de la producción
normal de las consecuencias obligacionales estipuladas en el contrato de
seguro.-
 Recibir la indemnización: Este derecho del asegurado merece unas breves
aclaraciones. Como regla vale afirmar que la ejecución de la prestación del
asegurador se debe hacer en favor del asegurado, quién es el titular del interés
asegurable, a sus herederos o cesionarios, o bien a los acreedores privilegiados
aludidos en el artículo 84 de LS.-
Sin embargo, cuando la figura del tomador y asegurado no coinciden porque se
celebró el contrato a cuenta ajena, el asegurador sólo está obligado hacia el tomador
bajo una condición, cuando éste pruebe que el asegurado dio su consentimiento para
ello (art. 23, párrafo 2 de la LS.).-
En el caso de los seguros por responsabilidad civil (por ejemplo en un choque
automotor), los terceros damnificados que hayan iniciado un juicio contra la
aseguradora de la parte contraria, hasta tanto no exista sentencia condenatoria contra
la compañía, el tercero no ostenta condición de acreedor de éste porque como el
nombre lo indica es un tercero y no cliente de esa empresa; tampoco es beneficiario
de una estipulación concertada en su favor. Queremos decir con esto que la
obligación de indemnidad que la empresa asume es para con su cliente, que es la
parte contraria quien fuera demandada por este tercero damnificado.-
En relación a la celebración de los contratos de seguro y que ya hemos
estudiado sus características y particularidades, resta afirmar que pueden realizarse
por cuenta propia o ajena. Esto guarda estrecha vinculación con la figura de
tomador y asegurado que se explicara anteriormente.-

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A los fines de complementar la reseña hecha en páginas atrás sobre este tópico,
se dice que hay un seguro por cuenta propia, cuando ambas figuras coinciden.
Ejemplo: Fulano Gomez es tomador y asegurado a la vez (quien decide contratar
para asegurar un vehículo de su propiedad).-
En cambio, veamos otro ejemplo de manera gráfica pero sobre los seguros de
vida (sólo a los fines de mayor comprensión), en la que un seguro por cuenta ajena,
sucedería en la circunstancia en el que tomador es distinto del asegurado. Ejemplo:
Fulano Gomez contrata a su cargo una póliza, pero asegurando la vida de su hija
Patricia.-
En los seguros de personas podemos agregar al beneficiario que puede ser parte
del contrato o un tercero. Retomando el ejemplo anterior, será a cuenta propia si
Fulano Gomez contrata un seguro sobre su propia vida (por lo tanto coincide en
asegurarse), designando al tercero beneficiario a su hija Patricia en caso de fallecer
el padre; en el seguro a cuenta ajena Fulano Gomez asegura la vida de su hija
Patricia, designando como beneficiaria en el caso de fallecer ella, a su nieta Viviana,
es decir hija de Patricia.-
También podría suceder que en lugar de Viviana, el Tomador Fulano decida
designarse como beneficiario. Vemos en este último supuesto que aquí el
Beneficiario y Tomador puede coincidir.-
Cabe destacar que este ejemplo debemos tomarlo solo a los fines de mayor
comprensión sobre cómo funciona la mecánica de los sujetos intervinientes, puesto
que en los seguros de vida individual se suele simplificar esta fórmula, designando
al tomador y asegurado en la misma persona (como un seguro por cuenta propia),
aunque el pagador o trámite de la póliza la lleve un familiar ajeno a la persona
asegurada.-
Resaltamos aquí lo normado por el art. 21 de la LS, que en caso de duda sobre si
se contrató por cuenta propia o ajena, se presume que fue contratado por cuenta
propia, mientras que el art. 22 de dicha Ley obliga a la seguradora aun cuando el
tercero asegurado invoque el seguro después de ocurrido el siniestro.-
Sin embargo, cuando la figura del tomador y asegurado no coinciden porque se
celebró el contrato a cuenta ajena, el asegurador sólo está obligado hacia el tomador
bajo una condición, cuando éste pruebe que el asegurado dio su consentimiento para
ello (art. 23, párrafo 2 de la LS.).-

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Es fundamental hacer una advertencia con esto y gira en torno a que sucede si se
contrata a cuenta propia cuando debió ser a cuenta ajena: Si el contrato figura como
celebrado por cuenta propia, coincidiendo así el tomador con el asegurado y
omitiendo de la relación jurídica a éste último, esto puede traer complicaciones en
relación al interés asegurable definido en unidades atrás. El tomador, al no ser
asegurado puede no tener un interés asegurable sobre objeto de contrato y afectar así
uno de los elementos propios del sinalagma (porque no es titular del interés
asegurable al momento de la contratación o del siniestro, como lo debería el real
asegurado).-
Esto significa que sucedido el siniestro y verificado por la empresa que quien
figura como asegurado NO tenía interés asegurable, entonces no habría derecho a
indemnización alguna, sea el verdadero titular del interés asegurable, porque no es
asegurado; ni para quien figura como asegurado, porque NO poseía interés
asegurable. (Por ejemplo si una persona cualquiera contrata como suyo una
cobertura todo riesgo sobre un automóvil que no posee y cuya titularidad es de un
tercero que no conoce).-
Es menester valorar la figura del interés asegurable por resultar esencial al
contrato de seguros. Así también lo regula el art. 81 y 82 de la LS. El primer art.
reza: “Cuando no exista el interés asegurado al tiempo de comenzar la vigencia de
la cobertura contratada, el tomador queda liberado de su obligación de pagar la
prima; pero el asegurador tiene derecho al reembolso de los gastos más un
adicional que no podrá exceder del cinco por ciento de la prima (…) Si el interés
asegurado desaparece después del comienzo de la cobertura, el asegurador tiene
derecho a percibir la prima según las reglas del artículo 41”.-
¿Qué sucede si existe un cambio de titularidad del interés asegurable? Esto lo
regula el art. 82 de la LS y es el típico caso de la compraventa de automóviles
usados dónde los seguros pasan de una persona a otra.-
La Ley obliga la comunicación del cambio de titularidad del interés asegurable,
otorgando un plazo de 7 días corridos para ello, salvo que en la póliza conste otro
término.-
Esa notificación puede hacerla tanto el asegurado actual como el nuevo titular,
siempre dirigida a la compañía aseguradora, que una vez puesta en conocimiento
tiene un plazo de 20 días para rescindir el contrato si lo desea. Si hace opción de esta
facultad debe notificar a la parte interesada y preavisar a la persona dándole un

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tiempo de 15 días hasta que se haga efectiva la rescisión del contrato para que el
nuevo interesado procure otro seguro. Estos tres plazos fijados hasta aquí por ley
son susceptibles de ser modificados en las pólizas.-
Finalmente si alguno de los interesados no avisa a la compañía el cambio de
titularidad del interés asegurable en los 7 días mencionados, la omisión libera al
asegurador si el siniestro ocurre después de quince días de vencido este plazo, es
decir, 22 días después de producirse dicha transmisión. Avanzaremos en
profundidad sobre este tema en los seguros automotores.-
En la unidad anterior hemos hecho una breve aclaración sobre la pluralidad de
seguros, esto es, el supuesto de varias aseguradoras contratadas. Esto sucede por
diversas cuestiones, entre ellas porque no siempre la empresa puede afrontar las
consecuencias económicas de manera integral en el hipotético case del acaecimiento
de un siniestro, en tanto podría superar su plan financiero (y la cobertura capaz de
brindar indemnización al daño creado), razón que permite realizar diluir la
cobertura, en otras palabras esto importa asumirlo parcialmente a través de distintas
alternativas, como ser la mencionada pluralidad de seguros. La pluralidad de
seguros aparece entonces cuando varias empresas se contratan para un mismo riego
y bajo un mismo interés.-
Sin embargo, ello se encuentra normado en el art. 67 y ss. de la LS, cuyo texto
como regla principal establece que quien asegura el mismo interés y el mismo riesgo
con más de un asegurador, deberá notificar sin dilación a cada uno de ellos los
demás contratos celebrados, esto claro está, a los fines de evitar alguna reticencia
dolosa.-
Avanzando con el segundo párrafo del art. 67, este reza lo siguiente: “En caso de
siniestro, cuando no existan estipulaciones especiales en el contrato o entre los
aseguradores se entiende que cada asegurador contribuye proporcionalmente al
monto de su contrato, hasta la concurrencia de la indemnización debida. La
liquidación de los daños se hará considerando los contratos vigentes al tiempo del
siniestro. El asegurador que abona una suma mayor que la proporcionalmente a su
cargo, tiene acción contra el asegurado y contra los demás aseguradores para
efectuar el correspondiente reajuste”.
Este razonamiento jurídico nos conduce a una conclusión (aunque sujeto a
debate): De conformidad con el principio indemnizatorio, la pluralidad de seguros es
factible, pero sólo en el ramo patrimonial ya que aplicarlo a los seguros de personas

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desnaturalizaría su función previsora. Esto principio implica que el asegurado debe
percibir el importe pactado en la medida del daño producido y hasta la suma
asegurada, y no enriquecerse con ello. Este razonamiento encuentra sustento en el
art. 68 de la LS, que regula que el conjunto de indemnización no puede superar el
monto del daño sufrido y que si la finalidad del tomador o asegurador hubiese sido
generar un enriquecimiento fuera del daño producido, se nulificará dichos
contratos.-
Ahora bien, el art. 69 de la LS en lugar de regular la contratación plural de
seguros de manera dolosa, explica el supuesto de la contratación culposa. Dicho
precepto dice: “Si el asegurado celebra el contrato sin conocer la existencia de otro
anterior, puede solicitar la rescisión del más reciente o la reducción de la suma
asegurada al monto no cubierto por el primer contrato con disminución
proporcional de la prima. El pedido debe hacerse inmediatamente de conocido el
seguro y antes del siniestro”.-
De esto extraemos entonces un común denominador para la formación de la
pluralidad de seguros y se traduce en que no debe buscarse el enriquecimiento
indebido, porque este instituto debe desenvolverse en el marco de la relación de
equivalencia existente entre costo del seguro y la suma a obtener eventualmente
como indemnización por el verdadero daño sufrido.-

INTERVENCIÓN DE AUXILIARES. PRODUCTORES ASESORES DE


SEGUROS. VALIDEZ. OBLIGACIONES.

Ya hemos adelantado el concepto del PAS (Productor Asesor de Seguros), como


un auxiliar (e intermediación) en la concertación de los contratos de seguros a cambio
de una comisión, y que se encuentra regulado en el artículo 53 de la LS, pero que
además poseen un régimen de regulación propio en la Ley N° 22.400, cuyo texto
abordaremos las nociones elementales.-
El Régimen de los Productores Asesores de Seguros (Ley N° 22.400), definen en
su artículo 1 a esta actividad de intermediación, promoción en la concertación de
contratos de seguros, asesorando a asegurados y asegurables, rigiéndose en todo el
territorio de la República Argentina por la presente ley.-
A su vez el art. 2 define a dos tipos de productores: al PAS directo como quién
realiza las actividades precedentemente mencionadas, mientras que explica que el PAS

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organizador (persona física) es quién se dedica a instruir, dirigir o asesorar a los
productores asesores directos que forman parte de una organización. Ésta organización
debe componerse como mínimo de cuatro (4) productores asesores directos, uno de los
cuales podrá ser el organizador cuando actúe en tal carácter.
No debemos confundir la mera organización de productores asesores de seguros,
con las sociedades comerciales conformadas por estos profesionales, puesto que los
PAS pueden constituirse, más allá de la mera organización, bajo la forma de las
sociedades previstas en nuestro propio Código (art. 20 de la Ley N° 22.400).-
Los productores Asesores de Seguro deben estar inscriptos en un registro a cargo
de la SSN y consecuentemente estar matriculados. Para ello el art. 3 de la Ley de marras
exige tres presupuestos: (a) Tener domicilio real en el país; (b) No encontrarse incurso
en las inhabilidades previstas por el artículo 8 de dicho régimen; (c) Acreditar
competencia ante una comisión especial, mediante un examen.-
En caso que un aparente PAS realice una actividad de esta naturaleza sin estar
debidamente matriculado, el art. 7 sanciona, más allá de la posible responsabilidad
penal y/o administrativa, quitándoles el derecho a percibir comisión o remuneración
alguna por las gestiones de concertación de contratos de seguros. Las entidades
aseguradoras deberán abstenerse de operar con personas no inscriptas en el registro.
Queda prohibido el pago de comisiones o cualquier retribución a dichas personas.-
Asimismo la Ley N° 22.400 regula las inhabilidades para ser PAS y estas
pueden ser absolutas (art. 8) o relativas (art. 9). Así las inhabilidades absolutas abarcan
a las siguientes circunstancias:
 Quienes no puedan ejercer el comercio;
 Los fallidos por quiebra culpable o fraudulenta hasta diez (l0) años
después de su rehabilitación; los fallidos por quiebra causal o los
concursados hasta cinco (5) años después de su rehabilitación; los
directores o administradores de sociedades cuya conducta se calificare de
culpable o fraudulenta, hasta diez (l0) años después de su rehabilitación;
 Los condenados con accesoria de inhabilitación de ejercer cargos
públicos, los condenados por hurto, robo, defraudación, cohecho,
emisión de cheques sin fondo y delitos contra la fe pública; los
condenados por delitos cometidos en la constitución, funcionamiento y
liquidación de sociedades, o en la contratación de seguros. En todos los
casos hasta después de diez (10) años de cumplida la condena;
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 Los liquidadores de siniestros y comisarios de averías;
 Los directores, síndicos, gerentes, subgerentes, apoderados generales,
administradores generales, miembros del consejo de administración,
inspectores de riesgos e inspectores de siniestros de las entidades
aseguradoras cualquiera sea su naturaleza jurídica;
 Los funcionarios o empleados de la Superintendencia de Seguros de la
Nación y del Instituto Nacional de Reaseguros y los funcionarios
jerárquicos de las cámaras tarifadoras de las asociaciones de entidades
aseguradoras;
 Quienes operen como productores asesores durante la vigencia de la
presente ley sin estar inscriptos y quienes sean excluidos del registro por
infracciones a la misma, sin perjuicio de las sanciones previstas en el
artículo 13.
La autoridad de aplicación dispondrá la cancelación o suspensión de la
inscripción de las personas que, después de estar inscriptas en el registro, queden
comprendidas o incurran en las inhabilidades establecidas en el presente artículo, a cuyo
fin llevará un registro especial.-
La inhabilidad relativa prevista en el artículo 9 establece que queda prohibido
actuar en carácter de productor asesor a los directores, gerentes, administradores y
empleados, en relación con los seguros de los clientes de las instituciones en la que
presten servicios.-
Repasemos ahora lo más importante que debemos conocer sobre estos
profesionales de la intermediación en la concertación de contratos de seguros: sus
funciones y deberes, que de no cumplirlas adecuadamente los hace pasible de sanciones
previstas en el Capítulo VII de su régimen jurídico.-
El artículo 10 de la Ley N° 22.400 establece las funciones de los PAS directos
como de los organizadores. En el primer caso son funciones y deberes del PAS directo:
 Gestionar operaciones de seguros;
 Informar sobre la identidad de las personas que contraten por su
intermedio, así como también los antecedentes y solvencia moral y
material de las mismas, a requerimiento de las entidades aseguradoras;

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 Informar a la entidad aseguradora acerca de las condiciones en que se
encuentre el riesgo y asesorar al asegurado a los fines de la más adecuada
cobertura;
 Ilustrar al asegurado o interesado en forma detallada y exacta sobra las
cláusulas del contrato, su interpretación y extensión y verificar que la
póliza contenga las estipulaciones y condiciones bajo las cuales el
asegurado ha decidido cubrir el riesgo;
 Comunicar a la entidad aseguradora cualquier modificación del riesgo de
que hubiese tenido conocimiento. Cobrar las primas de seguros cuando lo
autorice para ello la entidad aseguradora respectiva. En tal caso deberá
entregar o girar el importe de las primas percibidas en el plazo que se
hubiere convenido, el que no podrá exceder los plazos fijados por la
reglamentación;
 Entregar o girar a la entidad aseguradora, cuando no esté expresamente
autorizado a cobrar por la misma el importe de las primas recibidas del
asegurado en un plazo que no podrá ser superior a setenta y dos (72)
horas;
 Asesorar al asegurado durante la vigencia del contrato acerca de sus
derechos, cargas y obligaciones, en particular con relación a los
siniestros;
 En general ejecutar con la debida diligencia y prontitud las instrucciones
que reciba de los asegurables, asegurados o de las entidades
aseguradoras, en relación con sus funciones;
 Comunicar a la autoridad de aplicación toda circunstancia que lo coloque
dentro de alguna de las inhabilidades previstas en esta ley;
 Ajustarse en materia de publicidad y propaganda a los requisitos
generales vigentes para las entidades aseguradoras y, en caso de hacerse
referencia a una determinada entidad, contar con la autorización previa
de la misma;
 Llevar un registro rubricado de las operaciones de seguros en que
interviene, en las condiciones que establezca la autoridad de aplicación;
 Exhibir cuando le sea requerido el documento que acredite su inscripción
en el registro;

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En el caso de los PAS organizadores son sus funciones y deberes:
 Informar a la entidad aseguradora, cuando ésta lo requiera, los
antecedentes personales de los productores asesores que integran su
organización;
 Seleccionar, asistir y asesorar a los productores asesores directos
que forman parte de su organización y facilitar su labor;
 Cobrar las primas de seguros en caso que hubiese sido autorizado en
la forma y con las obligaciones previstas en los apartados
mencionados para el PAS directo;
 En general contribuir a ejecutar con la debida diligencia y prontitud
las instrucciones que reciba en forma directa o por medio de los
productores asesores vinculados a él, de los asegurables, asegurados
y aseguradores, en relación con sus funciones;
 Comunicar a la autoridad de aplicación toda circunstancia que lo
coloque dentro de las inhabilidades previstas en esta ley, así como
las relacionadas con los productores asesores que integran su
organización, cuando fuesen de su conocimiento;
 Ajustarse en materia de publicidad y propaganda a lo prescripto en
el apartado previsto para los PAS directos;
 Llevar un registro rubricado de las operaciones de seguros en que
interviene, en las condiciones que establezca la autoridad de
aplicación.

El PAS, en definitiva es un profesional de la intermediación de seguros, que


obtiene una matrícula emitida por la SSN para actuar, previo examen de competencia, y
su cartera es un mercado potencial que apunta a las necesidades, mótivos de compra o
hábitos, deseo, etc. de sus clientes. Estos profesionales guardan independencia laboral
con las compañías aseguradoras, siendo estos últimos imparciales e intermediarios entre
las partes, dueños de su propia cartera, poseyendo una formación comprobada de
carácter técnico jurídico y técnico pericial.-
La profesión de PAS se caracteriza por una doble función, asesoramiento y
producción, por tanto estos profesionales analizan riesgos y proponen alternativas,
estando más atento a las necesidades de sus clientes y luego producen el seguro
adecuado al asesoramiento previo.-

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Así, al momento de la suscripción o perfeccionamiento del contrato, el
productor asesor debe ayudar al asegurable a proveer toda la información necesaria para
la cobertura, pero también haciéndole saber que la omisión de información, puede
hacerlo incurrir en reticencia y puede producirse la nulidad del contrato.-
Recordemos que el PAS es un intermediario y como tal no actúa en nombre de
la empresa, puesto que en principio está facultado para retransmitir información
brindada por una parte a otra. Tampoco son parte del contrato como hemos aludido
oportunamente.-
Dicho esto deviene lógico suponer que el PAS tampoco está facultado para
emitir certificados de cobertura, salvo expresa autorización por escrito de la
aseguradora, como no puede emitir póliza alguna; si entregar a sus clientes aquellas
brindadas por la aseguradora.-
La entrega de la póliza también supone ciertas obligaciones para el PAS. Es
obligación de este profesional por ejemplo cotejar el contenido de la póliza emitida por
la aseguradora e informar al asegurado sobre las coberturas tomadas, su extensión,
fechas de vencimiento, ilustrarlo sobre sus derechos y obligaciones.-
En los siniestros los PAS tienen función de asesoría hacía su cliente pero, por
ley, no están autorizados a recibir denuncias en nombre de la aseguradora. Esto
igualmente puede suceder y la habitualidad de este trámite realizado por el
intermediario, le da apariencia de legalidad. Entonces si el PAS firma la denuncia está
asumiendo un mandato que el asegurado (su cliente) puede no reconocer y asume una
responsabilidad civil por ello.-
Hay que destacar las bondades de la profesión del PAS, pero entre todos los
canales de venta ninguna opción es infalible. Los PAS como cualquier otro canal han
mostrado algunos resultados desfavorables y uno de los diversos casos fue a través de la
Resolución N° 39.356/15 de la SSN, por cuyo conducto se sancionó a un productor
asesor de seguros bajo fundamento de poseer varios locales destinados a la producción,
asesoramiento y venta de seguros, todos bajo su propio nombre pero cuya función no
era ejercida sino por medio de sus empleados quienes a pesar de dar una apariencia de
PAS, no se hallaban registrados. La SSN consideró a este accionar como una falta grave
en los términos del art. 15 de la Ley 22.40015.-

15
Régimen de Productores Asesores de Seguro, art. 15: “Se considerará falta grave facilitar o cooperar
de cualquier manera en el ejercicio de las actividades previstas en esta ley, por parte de personas que,

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La problemática de un despliegue de este medio estratégico de venta del
productor como profesional liberal, quién se hallaría al menos ab initio exento de Ley
de Defensa del Consumidor (LDC), es la factibilidad de ser sindicado como proveedor y
consiguientemente someterse a las normas de consumeriles. Así, siguiendo nuevamente
con CHAMATROPULOS ha dicho: “(…) Lógicamente, cuando el profesional se vale
de una estructura empresaria, no sólo él queda incluido en la LDC, sino que también la
empresa de prestación de servicios que integra deberá responder por sus actos (…)” 16.-
Lamentablemente circunstancias como estas ponen en jaque las estructuras
laborales de los productores de seguro cuando dichos profesionales operen bajo una
estructura empresarial, sea indiscutidamente una sociedad comercial o en otras
circunstancias siempre que actúan bajo la forma de una organización17.-
Se sabe que los PAS en diversos contextos no actúan solos, pues mancomunan
fuerzas bajo estructuras que procuran sistematizar trabajo y aumentar la productividad
en las ventas de las pólizas bajo los lineamientos y herramientas provistas por las
aseguradoras. Por ello es que hoy debemos replantearnos la figura del profesional, pero
equiparado al proveedor y por tanto sujeto pasivo de la LDC, lo que traerá una suerte de
conflictos concatenados que tendrán que ser resueltos en consecuencia. Por ejemplo el
caso de profesionales liberales y su control preventivo (art. 38 LDC), cuestión que
evitaría toda condición gravosa sobre el consumidor.-

RESCICIÓN. INICIO Y FIN DE LA COBERTURA. RETICENCIA Y


AGRAVACIÓN DEL RIESGO.

Fuera de los modos de terminación anormal y normal previsto en nuestro


CCyC sobre los contratos, revisaremos los fundamentos de la rescisión en este
microsistema jurídico. Es aquí en primer lugar debe distinguirse la rescisión como la
extinción por el acuerdo mutuo de las voluntades de las partes del contrato (sea
establecida las causales en la póliza o la ley misma).-
De la misma forma en que las partes en ejercicio de la autonomía de la
voluntad han podido crear el contrato también pueden dejarlo sin efecto, es decir,
extinguirlo (ejemplo: La rescisión del contrato de seguro -art. 82 segundo párrafo de

debiendo estarlo, no se hallen inscriptas en el registro correspondiente, aplicándose el artículo 59 de la


ley 20.091”.
16
CHAMATROPULOS, DEMETRIO A. “Estatuto del Consumidor Comentado”. T I. Ob cita. Pág. 158.
17
Ambas figuras han sido admitidas por la Ley 22.400, en sus artículos 2; 5; 10 y 20.

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Ley 17.418-), pudiendo ser esta de carácter bilateral o unilateral según lo prevea el
contrato o la ley (arts. 1076 y 1077 del CCyC). En el caso de la recisión unilateral debe
subrayarse la necesidad del preaviso a la otra parte en aras del principio de la buena fe-
Esta definición es conceptualmente diferente a la idea de “revocación” (que no
la trataremos en esta materia) y de “resolución” dado que para algunos autores, ésta
última consiste en la extinción del contrato en virtud de una cláusula expresa o
implícitamente establecida y supone la extinción de la relación jurídica en virtud de un
hecho posterior a la celebración; hecho que a veces es imputable a la otra parte (como es
el incumplimiento).-
La resolución del contrato puede operar de pleno derecho o bien puede requerir
la manifestación de voluntad de la parte interesada en ella . La nota característica de la
resolución es que deja sin efecto el contrato retroactivamente, volviendo las cosas al
estado en que se encontraban antes de la celebración del contrato, mientras que en la
rescisión éste suele operar a futuro.-
De esto se deduce que una forma de extinguir el contrato se relaciona
directamente con el inicio y fin de la cobertura. Para ello es imperativo hacer un
reenvío al art. 17 y 18 de la LS en función de comprender este inicio y fin de la
cobertura.-
El art. 17 establece una presunción del periodo del seguro en un año, salvo que
por la naturaleza del riesgo, la prima se calcule por tiempo distinto. A su vez el art. 18
expresa “La responsabilidad del asegurador comienza a las doce horas del día en el
que se inicia la cobertura y termina a las doce horas del último día del plazo
establecido, salvo pacto en contrario”.-
Puede suceder también, como en los seguros de viaje o muerte del asegurado,
que se contrate solo por el término que dure la exposición del el riesgo y no por un
plazo prefijado.-
Si bien son múltiples y variadas las hipótesis de rescisión que pueden existir, y
dependerá en gran medida de la póliza objeto de estudio o cuestionamiento,
repasaremos someramente algunas rescisiones previstas por la LS y que en algún punto
se ha mencionado oportunamente:
 Art. 19, párrafo 2: Rescisión unilateral sin causa en los contratos celebrados
por tiempo indeterminado y que puede ser renunciada por un plazo determinado
que no puede exceder los cinco años. No se aplica a los seguros de vida

23
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 Art. 3: Si desaparece el riesgo objeto del contrato al momento o con
posterioridad de la celebración del contrato. También se puede rescindir si al
momento de instrumentar el contrato se retrotrae en el tiempo su
“perfeccionamiento”, el conocimiento del asegurador sobre la imposibilidad de
que ocurriese el siniestro el conocimiento del tomador de que ya se había
producido
 Art. 18, párrafo 2: prevé la rescisión sin causa y unilateral en los contratos por
tiempo determinado, en favor de cualquier parte siempre, que se haya acordado
en el contrato (el asegurador debe dar un preaviso en estos casos). En los
seguros de vida se puede realizar esto pero debe expresarse causa.
 El art. 32: permite a la empresa rescindir unilateralmente, pero con causa
fundada en la mora en el pago de la prima.
 Art. 37: la rescisión unilateral de la compañía bajo la hipótesis de agravación de
riesgo ya estudiado en la unidad pasada.
 Art. 82: la rescisión unilateral, según sea el caso a favor de una u otra parte, en
caso de cambio del interés asegurado.
 Art. 52: Cualquier parte, puede rescindir unilateralmente en ocasión de un
siniestro parcial.
Nos detendremos en este último punto. Desde una perspectiva técnica jurídica
este instituto está regulado por el art. 52 de la LS. El siniestro parcial en principio
faculta al asegurado y a la aseguradora la rescisión del contrato, pero sólo hasta el
momento del pago de la indemnización.-
Si la recisión opera por decisión del Asegurador, la cobertura cesa luego de 15
días la notificación al asegurado y debe reembolsar la prima correspondiente al tiempo
no transcurrido del período en curso en proporción al remanente de la suma asegurada.-
Por otro lado, si la recisión opera por decisión del asegurado, la empresa tiene
derecho a la prima por el período en curso y deberá reembolsar la que haya percibido
por los períodos futuros. Si el contrato no es rescindido, la cobertura se reduce al
remanente de la suma asegurada, salvo pacto en contrario.-
También puede haber otras causales de extinción, como la inexistencia o
desaparición del interés asegurado; cuando se disuelva voluntariamente la aseguradora y
en consecuencia así lo disponga la autoridad de control; etc.-

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Finalmente sobre la agravación del riesgo y la reticencia nos remitiremos al
contenido didáctico de la unidad IX y X.-

CONTRATOS MASIVOS. PRORROGA DE JURISDICCIÓN

La masividad de los contratos nos lleva a lo estudiado hasta el momento sobre


uno de los caracteres del Contrato de Seguros (y que en amplios casos también son de
consumo) y es que este es de “Adhesión” (definido en el ya mencionado art. 984 del
CCyC, pero también mencionado en el art. 38 de la Ley de Defensa del Consumidor -
LDC-).-
Ya TINTI, mencionando a la antigua doctrina, dejó clara la idea del contrato de
adhesión, al expresar que es: “como aquel en el cual el contenido contractual ha sido
determinado con prelación por solo uno de los contratantes al que deberá adherir el
co-contratante que desee formalizar una relación jurídica obligatoria” 18.-
Actualmente doctrina autorizada, sin variar los elementos esenciales, lo ha
conceptualizado diciendo que: “El contrato por adhesión a cláusulas predispuestas o
condiciones generales es aquel en que la configuración interna del mismo (reglas de
autonomía) es dispuesta anticipadamente sólo por una de las partes (predisponente,
profesional, proveedor, empresario, etc.), de modo que si la otra decide contratar, debe
hacerlo sobre la base de aquel contenido”19.-
En virtud de estas acepciones, se determina como esencial al tipo contractual, un
contrato que se califica como tal no por ser de carácter instrumental, pues lo importante
es su contenido predeterminado unilateralmente por una parte, por si (predisponente) o
por un tercero, destinado (preferentemente) a potenciales receptores (adherentes),
quienes ostentan nulo o precario poder jurídico en la negociación, derivado de la
posición de inferioridad técnica y económica, constituyéndose en la parte débil del
acuerdo.-
Así y todo, el Estado desde una posición intervencionista intentó invertir el
desequilibrio contractual a favor de quienes no pueden negociar las cláusulas, creando

18
TINTI, GUILLERMO. “El contrato por adhesión en la ley de defensa al consumidor”. Fuente:
http://www.acaderc.org.ar/doctrina/articulos/el-contrato-por-adhesion-en-la-ley-de-defensa-del,
(remitiéndose también a VALLESPINOS, GUSTAVO “El contrato por adhesión a condiciones generales”.
Bs. As. Ed. Universidad. 1984. Pág. 237).
19
STIGLITZ, RUBÉN S. “Contratos por adhesión, contratos de consumo y cláusulas abusivas”. Cita
Online La Ley: AR/DOC/2850/2015.

25
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disposiciones, leyes, decretos y resoluciones de carácter legal o administrativo con el fin
de morigerar toda tentativa de conductas y prácticas abusivas.
En efecto, es la Superintendencia de Seguros de la Nación, la que aprueba (y por
tanto impone) ciertas cláusulas uniformes para todas las aseguradoras en los diferentes
ramos de seguros, y la presencia del tipo de mercado nada tiene que ver con la
existencia de este tipo de estipulaciones, aunque en la práctica puede potenciar la
posibles inclusiones de condiciones o pactos desequilibrantes del sinalagma, en
perjuicio del adherente, y es por ese motivo con acierto el CCyC reguló en su artículo
989 que la aprobación administrativa de las cláusulas generales (en este caso por la
SSN), no obsta a su control judicial cuando se pretenda impugnar una cláusula de la
póliza por ser considerada abusiva según las previsiones del art. 988 del CCyC y 37 de
la LDC.-
Si bien los contratos de adhesión pueden ser mencionados con diversos nombres,
su mera denominación indica un aspecto volitivo sobre el cómo una persona manifiesta
su consentimiento, en el caso, limitándose a adherir o rechazar el contrato. -
Aquí la idea fuente no es profundizar ni distinguir en la precisión terminológica de
las diversas expresiones mencionadas como tales, contratos estandarizados, formularios,
tipo, etc., comprendiéndose en este trabajo a todas con un unívoco conceptual a los fines
didácticos, y tomándose en nuestro país con un uso consuetudinario derivado de la
terminología legal, la palabra “adhesión” por antonomasia. -
Si bien ya existía uniformidad doctrinal y homogénea recepción jurisprudencial
sobre la designación de esta modalidad de estudio, ésta fue expresada en la nueva
codificación, justamente como modalidad contractual y no como tipo contractual,
eliminando toda incertidumbre sobre su naturaleza jurídica.-
No obstante ello, deben hacerse dos salvedades: a) por un lado, no debe
comprenderse a los contratos de adhesión como un género que tenga como especie a los
contratos de consumo (aunque estén estrechamente vinculados), figura que será vista
oportunamente; y b) ha de destacarse una leve diferencia conceptual a los fines
académicos entre “adhesión” y “predisposición”. -
En tanto la primera (adhesión) se refiere justamente al allanamiento a un
contenido contractual, siendo entonces la predisposición un paso temporalmente
anterior, es decir, la forma en que se redactan los contratos, masificándolos en serie para
economizar tiempo y dinero (minimizando los costes de transacción). Es por estas

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razones y mayormente por la adhesión que surge la necesidad de la creación de un
sistema tuitivo de los débiles jurídicos.-
Lo cierto es que las modalidades de contratación en masa están dadas por la
existencia de cláusulas predispuestas, lo cual agiliza tiempo y costos de transacción al
empresario, ya que en el giro común de su empresa le permite vender bienes bajo
condiciones estándar para todos los clientes por igual, sin detenerse en las
particularidades que conlleva cada caso. Como efecto de ello, se elaboran cláusulas que
son estandarizadas, estableciendo reglas fijas e inmutables (en principio).-
Vale en este punto hacer un paréntesis para poner de manifiesto la intención de no
demonizar la figura de los contratos con contenido predeterminado unilateralmente,
pero pareciera ser que desde la filosofía Hobbesiana se ha asentado la principal idea de
la obra “Leviatán”, que instruye la premisa “Homo homini lupus est” (el hombre es el
lobo del hombre), manipulando toda creación humana para sacar provecho del prójimo
y jerarquizar su posición social, constituyendo de ese modo los mentados contratos
predispuestos, uno de los medios más aptos para lograr ese fin por parte de las empresas
proveedoras (predisponentes contractuales).-
Por su parte, ALTERINI y LOPEZ CABANA vislumbraron como la libertad
contractual formal puede generar mayor inequidad, por lo tanto no se puede hablar de
libertad real cuando el contenido del pacto no es realmente determinado por el juego
negocial de oferta y regateo entre los actores del acto jurídico constitutivo. Si existe un
riesgo de abuso en el momento de la formación y suscripción del convenio, es allí donde
se justifica el orden público 20 imperativo que reglamenta con fines preventivos esta
etapa, entendiendo a éste último, como una figura no dogmática, es decir, variable y
mutable en el tiempo, conforme las concepciones políticas, económicas y jurídicas que
la comunidad tenga para sí21.-
Aunque hoy el resultado de la maquinaria estatal en todos los órdenes ha generado
una red legal proteccionista de todos los consumidores, se ha demostrado
jurisprudencialmente que no resulta eficiente cuando se estudia a los casos particulares;
en ocasiones por imposible cumplimiento presupuestario, pasando por falta de
continuidad política, como también la tan nombrada máxima cuyo origen se discute y

20
ALTERINI, ATILIO. - LOPEZ CABANA, RoBERTO. “La autonomía de la voluntad en el contrato
moderno”. 1ª ed. Bs. As. Ed. Abeledo-Perrot. 1989. Págs. 36 y ss; 72/75.
21
SAUX, EDGARDO. “El orden público en la teoría general de las personas”. Cita Online La Ley:
AR/DOC/3872/2015.

27
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dice: “hecha la ley, hecha la trampa”, por vía de lo cual utilizando la misma norma, sea
en su exégesis, como en los vacíos que contenga para sacar ventaja de ella, precisan ser
corregidas a través de una valoración para el caso concreto por medio de principios
rectores de todo orden sistémico del derecho.-
Avanzando ahora al análisis normativo particular, bien explica FARINA que el
espíritu de la Ley de Defensa del Consumidor y Usuario, artículo 38, hizo hincapié en el
contenido de la contratación, tales como cláusulas uniformes, generales, estandarizadas
y predispuestas. En ese sentido el maestro dijo: “(…) lo común es que cada vez que un
empresario vende o presta servicios, realizando contrataciones en masa, establece
contenidos prefijados y uniformes para todos los contratos de determinado tipo que se
realicen en el ejercicio de la actividad empresarial (…)”22.-
Sea cual sea la definición que se extraiga por la doctrina sobre esta figura
podemos a esta altura intuir que los contratos de seguros son de adhesión, y en su
mayoría también de consumo según lo normado por el art. 1093 por del CCyC:
“Contrato de consumo es el celebrado entre un consumidor o usuario final con una
persona humana o jurídica que actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa
productora de bienes o prestadora de servicios, pública o privada, que tenga por objeto
la adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por parte de los consumidores o
usuarios, para su uso privado, familiar o social “.-
Vale detenernos y hacer una aclaración: El contrato de consumo se deduce según
el vértice que se escoja, como una variante del contrato de adhesión, o como parte de la
doctrina que entiende sobre una categoría especial diferente a la mencionada 23 (tal como
lo establece nuestro CCyC), mediante el cual para la adhesión su contenido fue
establecido unilateralmente por el proveedor de productos o servicios y/o aprobadas por
la autoridad competente administrativa del Estado (si es que corresponde), sin que el
consumidor pueda discutir o modificar sustancialmente su contenido, y para el consumo
como un mero contrato paritario 24 (o generalmente de adhesión) cuyo fin sea el de
adquirir bienes o servicios con un proveedor destinados a consumo final.-

22
FARINA, JUAN M. “Defensa del consumidor y del usuario. Comentario Exegético de la ley N° 24240
con las reformas de la ley 26.361”. 4ª Ed. Bs. As. Ed. Astrea. 2014. Págs. 435 y 436.
23
ESBORRAZ, DAVID FABIO. Los contratos celebrados por adhesión a cláusulas generales
predispuestas en el Proyecto de Código civil y comercial (algunas reflexiones comparativas con el
derecho italiano) en “Revista de responsabilidad civil y seguros” (RCyS). Año 16. 2014-VII. Págs. 15 -
38.
24
Entiéndase por contrato paritario como aquellos en los que ambas partes pueden negociar el contenido
del contrato (contrario al concepto de adhesión).-

28
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Lo dicho hasta aquí supone que desde lo conceptual un contrato de consumo
puede o no ser de adhesión, más en la práctica mercantil ambas estructuras suelen estar
acompañadas25. Una como forma de expresión de la voluntad y la otra como contenido
del pacto consumeril, en virtud de que la misma suele diagramarse como una
manifestación volitiva minimizada en su expresión, sobre un cúmulo de elementos
técnicos contractuales que no han sido negociados o mínimamente estipuladas para
adquirir bienes o servicios.-
Dicho esto y sin intención de profundizar más de lo pertinente sobre las normas de
consumo, debemos considerar lo expuesto a los fines de comprender el instituto de la
prórroga. Sabemos que los contratos de seguros, son también de adhesión y en
principio pueden ser consumo (salvo ciertos casos, por ejemplo, de empresas que
contraten determinadas coberturas) lo cual hace que las prórrogas que se planteen en las
pólizas puedan ser revisadas.-
En materia de seguros puede suceder que nos encontremos con ejemplos de
pólizas de los seguros que planteen cláusulas de este tipo: -“ARTICULO VIGESIMO:
COMPETENCIA Y JURISDICCION: A todos los efectos judiciales emergentes de este
contrato, las partes se someten a la competencia de los tribunales ordinarios con la
jurisdicción de la Ciudad de Bahía Blanca”.-
En principio sabemos los códigos de forma (procesales) establecen las pautas a los
efectos de definir la competencia territorial, y autorizan, salvo disposición en contrario,
los pactos de prórroga de la competencia a común acuerdo de partes. También nuestro
Código Civil y Comercial de la Nación contiene ciertas normas de naturaleza procesal
sobre la prorroga (art. 78).-
A pesar de ello algunas leyes establecen límites en relación al contenido de ciertos
contratos, invalidando excepcionalmente esta posibilidad de prorroga de la competencia
de los jueces, tal como sucede con la LDC (-art. 36-, último párrafo) o el art. 1109 del
CCyC que expresa: “En los contratos celebrados fuera de los establecimientos
comerciales, a distancia, y con utilización de medios electrónicos o similares, se
considera lugar de cumplimiento aquel en el que el consumidor recibió o debió recibir
la prestación. Ese lugar fija la jurisdicción aplicable a los conflictos derivados del
contrato. La cláusula de prórroga de jurisdicción se tiene por no escrita”.-

25
En efecto, en los contratos de consumo, el CCyC en su articulo 1117 prescribe que a este tipo
contractual se aplican las normas relativas a los contratos de adhesión.-

29
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El problema que se suscita en materia de seguros es que nos encontramos con el
artículo 16 de la LS que admite expresamente la prorroga en los contratos de seguros, lo
cual hace suponer un conflicto de normas especiales y generales, tal como lo
explicamos en la primera parte de la unidad anterior, razón que puede cuestionamientos
de variada naturaleza.-
Si bien esto puede prestar a debate, nuestra opinión es sostener que estos dos
artículos, tanto sobre aquella modalidad de contratación prevista en el art. 1109 CCyC
para aquellos contratos celebrados a distancia (y cuya modalidad abarcaría un universo
importante de contratos de seguros a través del comercio electrónico), como también
para los contratos de consumo cuyo objeto sea operaciones de crédito, las prórrogas que
se convengan en el instrumento son nulos de pleno derecho.-
En el resto de los contratos de adhesión y de consumo, que no tengan por objeto
las operaciones de crédito o no se realicen bajo la modalidad a distancia, como regla es
factible convenir una prórroga de jurisdicción, pero aun así es susceptible de valoración
judicial en los términos del art. 988 del CCyC y 37 de la LDC, al entender el Juez que
dicha prorroga pueda ser abusiva en el caso concreto, generando un perjuicio al usuario
o consumidor si se lo obliga litigar o judicializar su pretensión en extraña jurisdicción.-

30
DERECHO DE DAÑOS Y SEGUROS

UNIDAD XI
POLIZA. CONTRATO DE SEGURO. SUJETOS INTERVINIENTES. DERECHOS Y OBLIGACIONES
DE LAS PARTES. CUENTA AJENA. INSTRUMENTACIÓN DEL CONTRATO DEL SEGURO.
CELEBRACIÓN. CONTENIDOS. SUPUESTO DE VARIAS ASEGURADORAS CONTRATADAS.

Para una mejor ubicación conceptual y de contenido en general, recordemos que se entiende por:

Seguro - es un mecanismo que permite a los sujetos económicos reducir sus posibles pérdidas o necesidades cuantificables
económicamente, mediante la transferencia previa de las mismas y pago de una cantidad a una Entidad que las asume y dota a aquéllos
de una estabilidad en el tiempo, pudiendo canalizar una parte importante del ahorro de un país

CONTRATO DE SEGUROS – para STIGLITZ se trata de un contrato por adhesión por el cual una de las partes, el
asegurador, se obliga, contra el pago o la promesa de pago del premio efectuado por el asegurado, a pagar a éste o a un tercero la
prestación convenida, subordinada a la eventual realización (siniestro) del riesgo, tal como ha sido determinado, durante la duración
material del contrato.
Art. 1 de la LS - hay contrato de seguro cuando el asegurador se obliga, mediante una prima o cotización, a resarcir un daño o cumplir
la prestación convenida si ocurre el evento previsto.

CRITICA: la prima o cotización se refiere al pago que realiza el cliente o el precio debido sobre la base de lo acordado con la
aseguradora, el cual pudo haber resultado de la póliza misma o una cotización previa a la emisión de ésta.
.
En la practica los seguros
Por ej. los de resp. civil primero se emite una cotización previa a favor del posible cliente y luego, si éste acepta lo cotizado, surge
automáticamente la póliza al mismo momento que se perfecciona el contrato con el consentimiento de las partes, todo ello con
vigencia de la cobertura desde ese mismo momento (salvo se haya pactado diferir la fecha de cobertura), aunque el pago se realice días
o semanas después (si se consensuo realizarlo a futuro y no previo a emitir la póliza).

Pero por ej. en los seguros de caución (consiste en garantía de cumplimiento de una determinada obligación que asume el asegurado
frente a terceros - en los contratos de alquiler de viviendas- ) se da la situación inversa ya que existen convenciones que condicionen la
producción de los efectos a la entrega de la póliza de seguro o al pago de la primera prima, y esto tampoco modifica el carácter
consensual del seguro.

Las fuentes de esta definición legal lo constituyeron:


El art. 1 del anteproyecto de Halperin (autor de esta ley) en 1958
El art. 1882 del Código Civil Italiano
El art. 1 de la Ley sobre el Contrato de Seguro de México

Hasta aquí podemos decir que se caracteriza y tipifica al contrato de seguros como una
convención indemnizatoria de adhesión a condiciones generales y consensual.
- BILATERAL
- ONEROSO Hay que tener en cuenta que el contrato de seguro se puede
- ALEATORIO presentar como un instrumento conexo, sea con otro
seguro o con otro tipo contractual.
Caracteres - DE TRACTO SUCESIVO
El caso más frecuente es la conexidad existente entre el
particulares del O EJECUCION CONTINUADA mutuo bancario y el seguro de accidentes personales que
Contrato de Seguros - NO FORMAL exige la entidad para garantizar la obligación pendiente en caso
- CONSENSUAL de muerte o incapacidad del mutuario/tomador.
- DE ADHESION
- NOMINADO Y TIPICO

Contrato de Seguro Se perfecciona y consolida con la mera voluntad de las partes, por lo que precede a la emisión de la póliza.

Póliza Es uno de los documentos o instrumento escriturario del contrato y tiene sólo una función eminentemente probatoria.

Es el documento que instrumenta el contrato de seguros, en el que se reflejan las normas que de forma general,
particular o especial regulan las relaciones contractuales convenidas entre el asegurador y el asegurado

Su importancia radica en que es una obligación de la aseguradora entregarla y sirve a los fines probatorios.
La prueba se encuentra regulada en el art. 11 de la LS, la que la determina por escrito, en la cual se destaca que la póliza es el instrumento
probatorio por excelencia del contrato de seguro, presuponiendo el perfeccionamiento del contrato.
En atención a la cantidad de contrataciones de seguros que se realizan de manera digital

El CCyC (art. 286 y 1106) regula precariamente la utilización de medios electrónicos, pero de igual modo confirmo y homologo el
soporte papel y el documento electrónico, aclarando algunos aspectos y admitiendo la forma electrónica para la instrumentación
de los contratos.

El contrato puede ser celebrado digitalmente en forma total o parcial:


TOTAL - las partes elaboran y envían sus declaraciones de voluntad (intercambio electrónico de datos o por una comunicación
digital interactiva);
PARCIAL- solo uno de estos aspectos es digital: una parte puede elaborar su declaración y luego utilizar el medio digital para
enviarla; se puede enviar un mail y recibir un documento escrito para firmar.
Puede ser cumplido total o parcialmente en medios digitales:
TOTAL- se transfiere un bien digitalizado y se paga con "moneda digital";
PARCIAL - se envía un bien digital y se paga con un cheque bancario, o se envía un bien físico por un medio de transporte y se
paga con transferencias electrónicas de dinero.

ASIMISMO el contrato de seguro se puede probar sin la póliza, permitiendo usar otros medios, siempre que
exista principio de prueba por escrito.
Por ejemplo con certificado de cobertura o recibo de pagos, constancia de los libros del asegurador,
oficio de la S.S.N., la libranza de pagarés imputados a la prima, etc.-
FIRMA
NOMBRES Y DOMICILIOS DE LAS PARTES Por tratarse de un contrato de adhesión, debemos agregar:
REQUISITOS QUE RIESGOS - Prohibición de que las cláusulas contengan reenvíos a
CONTENER LA PLAZOS documental que no se entreguen al usuario o consumidor.
PRIMA O COTIZACIÓN
POLIZA SUMA ASEGURADA
- Todo el texto debe ser autosuficiente o auto comprensible lo
que importa que también se acompañen las CONDICIONES
(art. 11 LS) REDACCIÓN CLARA Y LEGIBLE PARTICULARES Y ESPECIFICAS DEL CONTRATO, COMO
CONDICIONES GENERALES DE CONTRATO ADEMÁS LAS EXCLUSIONES DE COBERTURA.

También puede contener otros elementos, establecidos por el órgano de control (la S.S.N) mediante un acto administrativo.
Por ejemplo la Res. 219/2018 de la SSN ha incorporado otras cuestiones a considerar en la póliza, como la de Insertar en forma destacada en la
misma lo siguiente: “Cuando el texto de la póliza difiera del contenido de la propuesta, la diferencia se considera aprobada por el asegurado si no reclama
dentro de un mes de haber recibido la póliza” (Artículo 12 LS).

La póliza y la virtualidad no resultan ajenas, ya que por ej. en los contratos de seguros de responsabilidad civil automotor – donde
existe la OBLIGATORIEDAD DE LA POLIZA DIGITAL (Resol. 219/18 de la SSN), que habilita al conductor a usar su dispositivo móvil para
mostrar al agente fiscalizador el comprobante digital que acredite la existencia y vigencia del seguro.
Con la digitalización de la póliza y su emisión en simultaneo al perfeccionamiento del contrato surgen interrogantes referentes a determinar el
perfeccionamiento del contrato y tener certeza de la vigencia en las coberturas o las carencias de un determinado período.
Cuando se contrata por esta vía el diálogo entre ambas es instantáneo, perfeccionándose la convención con la aceptación de la propuesta del seguro.
Se trata entonces de un contrato entre presentes.
Si la respuesta debe aguardar, sea por tener algún tipo de plazo o hallarse ausente alguno de los contratantes, éste se mantendrá en suspenso,
quedando a dilucidación jurisprudencial.
Por ejemplo, en la contratación por e-mail o por teléfono la ejecución de la obligación se encontrará subordinada a la aceptación del cliente y en los
términos previstos en el contrato.
En el caso de las compras por internet será diferido al momento mismo que se realizó el pago, salvo pacto en contrario.
POSICION DE LOS SUJETOS PARTE DE UN CONTRATO DE SEGURO

1.Asegurado: Es toda persona física o jurídica con capacidad legal para contratar que, teniendo interés asegurable, contrata el seguro
por cuenta propia.
2.Tomador: Es la persona física o jurídica, con capacidad legal para contratar, que celebra el contrato con el asegurador, y puede
hacerlo por cuenta propia o por cuenta de terceros. Es quién contrata el seguro y paga la prima (en principio).-
3.Aseguradora: Es la persona jurídica autorizada por la SSN a operar como compañía de seguros, pudiendo revestir distintas formas
jurídicas.

PUEDE SUCEDER:
- la figura del tomador y asegurado pueden coincidir. Esto ocurre cuando el mismo asegurado es quien celebra el contrato de
seguro con la compañía aseguradora. De esta manera, se emitirá una póliza en la que figurará como Tomador el Sra. ALDANA FRIAS y
como Asegurado el Sra.ALDANA FRIAS(lo que sucede a menudo y generalmente en las pólizas de vehículos).
- ambas figuras no coincidan y en ese caso se consignarán también los datos da cada uno, con su respectivo rol en la póliza (como
puede pasar en los seguros de vida o salud por ejemplo en los que un familiar asegura a otro).

4º SUJETO: EL BENEFICIARIO - puede comprender en ocasiones al tomador (por ej. seguros de vida colectivo de ahorros
para fines determinados o mutuo) volviéndolo parte del contrato.
Pero en otras circunstancias es un tercero designado por el mismo y ajeno a la calidad de “parte” del contrato (por ej. seguro de
vida individual contratado sobre la vida del propio tomador, asegurando su propia vida, y designando beneficiario a su
hijo en caso de fallecimiento), cuya característica fundamental es la de ser destinatario de las obligaciones emergentes de la
compañía una vez acaecido el siniestro, es decir el pago de la indemnización.
También existen otros sujetos intervinientes, que no forman parte del contrato:

AGENTES INSTITORIOS - personas jurídicas o físicas cuya operatividad se halla bajo la modalidad de mandato comercial con una
entidad aseguradora, comprometiéndose a actuar bajo su nombre.
PRODUCTORES ASESORES DE SEGUROS - guardan independencia laboral con las compañías aseguradoras, siendo estos últimos
imparciales e intermediarios entre las partes, dueños de su propia cartera de clientes, poseyendo una formación comprobada de carácter
técnico jurídico y técnico pericial. Por tanto los PAS analizan riesgos y proponen alternativas, estando más atento a las necesidades de sus
clientes.
Los PAS o Sociedades de PAS pueden actuar como agentes institorios, pero una calidad funcional excluye a la otra.

Asimismo se ha dicho que las obligaciones y derechos de las partes nacen desde el perfeccionamiento del
contrato de seguro en virtud de su carácter consensual
¿Pero cuáles son estos derechos y obligaciones emergentes?

Pago: El pago de la prima es una obligación del tomador, en subsidio del asegurado y hasta pudiendo ser terceros (art. 28 de la LS).
También aquí puede darse la figura de compensación prevista en el art. 27 párrafo 3 de la LS, cual consagra el derecho del asegurador a compensar
sus créditos contra el tomador en razón del contrato, con la indemnización debida al asegurado o la prestación debida al beneficiario.
Recibir el pago: En principio corresponde pagar a la aseguradora o en su defecto a la persona que ésta haya autorizado expresamente a recibir el
pago.
En el caso de tratarse de varios ASEGURADORES – si se pacto la solidaridad activa se puede pagar a cualquiera de ellos, pero si la deuda es
simplemente mancomunada el pago debe hacerse a cada asegurador conforme la cuota correspondiente.
Pagar la indemnización: (obligación del asegurador) supone la realización de una conducta ordenada hacia la satisfacción de un crédito a favor del
asegurado, efectivizado en tiempo y forma. Se trata de la producción normal de las consecuencias obligacionales estipuladas en el contrato de seguro.
Recibir la indemnización: aquí debemos hacer varias aclaraciones:

REGLA - la ejecución de la prestación del asegurador se debe hacer en favor del asegurado, quién es el titular del interés asegurable,
a sus herederos o cesionarios, o bien a los acreedores privilegiados (art. 84 de LS).

EXCEPTO - cuando la figura del tomador y asegurado no coinciden (contrato a cuenta ajena), el asegurador sólo está obligado hacia el
tomador cuando éste pruebe que el asegurado dio su consentimiento para ello (art. 23, párrafo 2 de la LS.).

En el caso de los seguros por responsabilidad civil (por ejemplo en un choque automotor), los terceros damnificados que
hayan iniciado un juicio contra la aseguradora de la parte contraria, hasta tanto no exista sentencia condenatoria contra la
compañía, no ostenta condición de acreedor de éste (es un tercero y no cliente de la empresa ni tampoco beneficiario de estipulación
alguna).

Como ya hemos visto los CONTRATOS DE SEGUROS pueden celebrarse:


Por CUENTA PROPIA – cuando ambas figuras (T y A) coinciden: por ej. quien decide contratar para asegurar un vehículo que es de su
propiedad.

Por CUENTA AJENA - cuando ambas figuras no coinciden: por ej. un padre contrata a su cargo una póliza, pero asegurando la vida de
su hija.
En los seguros de personas el BENEFICIARIO puede ser o no parte del contrato:
- A CUENTA PROPIA si la persona contrata un seguro sobre su propia vida (por lo tanto coinciden T y A), designando al tercero
beneficiario a su hija Patricia en caso de fallecer;
- A CUENTA AJENA la persona asegura la vida de su hija, designando como beneficiario en el caso de fallecer su hija, a su nieta o
inclusive a él mismo (coincide T y B).

En caso de duda sobre si se contrató por cuenta propia o ajena, se presume que fue contratado por cuenta propia (art. 21 LS).
Pero el art. 22 LS obliga a la seguradora aun cuando el tercero asegurado invoque el seguro después de ocurrido el siniestro.
Sin embargo el art. 23 2º par. LS establece en caso de tratarse de un contrato a cuenta ajena (no coinciden T y A) - el asegurador sólo
está obligado hacia el tomador bajo una condición, cuando éste pruebe que el asegurado dio su consentimiento para ello.

Pero… que sucede si se contrata a cuenta propia cuando se debió contratar a cuenta ajena

T coincide con A y se omite de la relación jurídica al verdadero A

T (al no ser el verdadero A) puede no tener un INTERES ASEGURABLE (art. 81 y 82 LS) sobre el objeto del contrato y afectar uno de sus
elementos propios.

No habría derecho a indemnización alguna, sea quien sea el verdadero titular del interés asegurable, porque no es el Asegurado (conforme el
contrato).

Por ej. si yo contrato una cobertura sobre un automóvil que no poseo y cuya titularidad es de un tercero
que no conozco.
Y que sucede… si existe un cambio de titularidad del interés asegurable
(por compraventa de un automóvil usado) – art. 82 LS

La ley obliga la comunicación del cambio a la compañía aseguradora – plazo de 7 días corridos para hacerlo (tanto el nuevo como anterior
titular).
La empresa una vez que toma conocimiento – plazo de 20 días para rescindir o continuar con el contrato
- si decide rescindir – debe preavisar a la parte interesada - plazo de 15 días a fin de contratar
nuevo seguro.
Todos estos plazos pueden ser modificados en la póliza

En caso de omitirse la comunicación – se libera al asegurador si el siniestro ocurre 15 días después de vencido el plazo (es decir, 22 días
después de la transmisión)

PLURALIDAD DE SEGUROS
(varias empresas contratadas)

Aparece cuando varias empresas se contratan para un mismo riego y bajo un mismo interés
Por ej. no siempre la empresa puede afrontar las consecuencias económicas de manera integral en el hipotético pase del acaecimiento de un
siniestro, porque podría superar su plan financiero.
Se halla regulado en el art. 67 y ss. LS, estableciendo como regla principal - quien asegura el mismo interés y el mismo riesgo con más
de un asegurador, deberá notificar sin dilación a cada uno de ellos los demás contratos celebrados, esto claro está, a los fines de evitar
alguna reticencia dolosa.
Esta situación solo es factible en el ramo patrimonial (en los seguros de personas desnaturalizaría su función previsora)

Implica que el asegurado debe percibir el importe pactado en la medida del daño producido y hasta la suma asegurada, y
no enriquecerse con ello (art. 68 LS)

El art. 69 LS regula la contratación culposa (en caso de que el A celebre un contrato sin conocer la existencia de uno anterior) – puede
rescindir el mas reciente o solicitar la reducción de la suma asegurada por el monto no cubierto por la primer contrato.
Debe realizarse inmediatamente del conocimiento del anterior seguro y antes del siniestro.

INTERVENCION DE AUXILIARRES. PRODUCTORES ASESORES DE SEGUROS.VALIDEZ.


OBLIGACIONES
Régimen legal de los PAS – LEY 22.400

En su art. 1 la define - actividad de intermediación, promoción en la concertación de contratos de seguros, asesorando a asegurados y
asegurables.

El art. 2 define a dos tipos:


- PAS directo como quién realiza las actividades precedentemente mencionadas,.
- PAS organizador (persona física) es quién se dedica a instruir, dirigir o asesorar a los productores asesores directos que forman parte
de una organización (debe componerse como mínimo de cuatro PAS directos).
- estar inscriptos en un registro a cargo de la SSN
Requisitos: - estar matriculados.
- Tener domicilio real en el país;
- No encontrarse incurso en las inhabilidades previstas por el artículo 8 de art. 3 ley 22400
dicho régimen;
- Acreditar competencia ante una comisión especial, mediante un examen.

El art. 7 sanciona a los PAS que realicen cualquier actividad SIN ESTAR MATRICULADO

Independientemente de responsabilidad penal y/o administrativa – les quita el derecho a percibir comisión o remuneración alguna por las
gestiones de concertación de contratos de seguros.
Estableciendo la abstención de las aseguradoras de operar con personas no inscriptas en el registro.

Los art. 8 y 9 establecen las inhabilidades – pueden ser ABSOLUTAS O RELATIVAS

El art. 10 establece las funciones y deberes de los PAS directos como los PAS organizadores

El PAS - es un profesional de la intermediación de seguros, que obtiene una matrícula emitida por la SSN para actuar, previo examen de
competencia, y su cartera es un mercado potencial que apunta a las necesidades, motivos de compra o hábitos, deseo, etc. de sus clientes.
Estos profesionales guardan independencia laboral con las compañías aseguradoras, siendo estos últimos imparciales e intermediarios
entre las partes, dueños de su propia cartera, poseyendo una formación comprobada de carácter técnico jurídico y técnico pericial.-
La profesión de PAS se caracteriza por una doble función, asesoramiento y producción, por tanto estos profesionales analizan riesgos y
proponen alternativas, estando más atento a las necesidades de sus clientes y luego producen el seguro adecuado al asesoramiento previo
El PAS tampoco está facultado para emitir certificados de cobertura, salvo expresa autorización por escrito de la aseguradora, pero si
entregar a sus clientes aquellas brindadas por la aseguradora (cotejando el contenido de la póliza emitida por la aseguradora e
informando al asegurado sobre las coberturas tomadas, su extensión, fechas de vencimiento, ilustrarlo sobre sus derechos y obligaciones.

En los siniestros los PAS tienen función de asesoría hacía su cliente – NO están autorizados (por ley) a recibir denuncias en nombre de la
aseguradora.
Por lo que si firma la denuncia asume un mandato que el asegurado (su cliente) puede no reconocer y en consecuencia asume una
responsabilidad civil por ello.

Por resolución Nº 39356/15 la SSN sanciono a un PAS por poseer varios locales destinados a la producción, asesoramiento y venta
de seguros, todos bajo su propio nombre pero cuya función no era ejercida por él sino por medio de sus empleados quienes a pesar de
dar una apariencia de PAS, no se hallaban registrados. (considerando dicho accionar como una falta grave en los términos del art. 15 de la
ley 22400)

RESCICIÓN. INICIO Y FIN DE LA COBERTURA. RETICENCIA Y AGRAVACIÓN DEL


RIESGO.
La resolución del contrato puede operar de pleno derecho o bien puede requerir la manifestación de voluntad de la parte
interesada en ella .

La nota característica de la resolución es que deja sin efecto el contrato retroactivamente, volviendo las cosas al estado en que se
encontraban antes de la celebración del contrato, mientras que en la rescisión éste suele operar a futuro.

En el caso de la recisión unilateral – es necesario el preaviso a la otra parte en atención del principio de la buena fe.
De esto se deduce que una forma de extinguir el contrato se relaciona directamente con el inicio y fin de la cobertura.
El art. 17 establece una presunción del periodo del seguro en un año, salvo que por la naturaleza del riesgo, la prima se calcule por tiempo
distinto.
A su vez el art. 18 expresa “La responsabilidad del asegurador comienza a las doce horas del día en el que se inicia la cobertura y termina a
las doce horas del último día del plazo establecido, salvo pacto en contrario”

- ART. 19 PAR. 2º
Algunas rescisiones previstas por la LS - ART. 3
- ART. 18 PAR. 2º
- ART. 32
- ART. 37
- ART. 82
- ART. 52 – (solo hasta el momento del pago de la indemnización).

Si la recisión opera por decisión del Asegurador, la cobertura cesa luego de 15 días la notificación al asegurado y debe reembolsar la prima
correspondiente al tiempo no transcurrido del período en curso en proporción al remanente de la suma asegurada.-
Si la recisión opera por decisión del asegurado, la empresa tiene derecho a la prima por el período en curso y deberá reembolsar la que haya
percibido por los períodos futuros.
Si el contrato no es rescindido, la cobertura se reduce al remanente de la suma asegurada, salvo pacto en contrario.

También puede haber otras causales de extinción, como la inexistencia o desaparición del interés asegurado; cuando se
disuelva voluntariamente la aseguradora y en consecuencia así lo disponga la autoridad de control; etc.-
CONTRATOS MASIVOS. PRORROGA DE JURISDICCIÓN
Aquí debemos tener en cuenta el carácter «DE ADHESION» de los contratos de seguros
El contrato por adhesión a cláusulas predispuestas o condiciones generales es aquel en que la configuración interna del mismo
(reglas de autonomía) es dispuesta anticipadamente sólo por una de las partes (predisponente, profesional, proveedor,
empresario, etc.), de modo que si la otra decide contratar, debe hacerlo sobre la base de aquel contenido.

Lo importante es su contenido predeterminado unilateralmente por una parte, por si (predisponente) o por un tercero, destinado
(preferentemente) a potenciales receptores (adherentes), quienes ostentan nulo o precario poder jurídico en la negociación, derivado de la
posición de inferioridad técnica y económica, constituyéndose en la parte débil del acuerdo.

Por ello, el Estado desde una posición intervencionista, a través de la SSN intenta invertir el desequilibrio contractual a favor de quienes no
pueden negociar las cláusulas, aprobando (y por tanto impone) ciertas cláusulas uniformes para todas las aseguradoras en los diferentes
ramos de seguros, y la presencia del tipo de mercado nada tiene que ver con la existencia de este tipo de estipulaciones.

Lo cierto es que las modalidades de contratación en masa están dadas por la existencia de cláusulas predispuestas, lo cual agiliza tiempo y
costos de transacción al empresario, ya que en el giro común de su empresa le permite vender bienes bajo condiciones estándar para
todos los clientes por igual, sin detenerse en las particularidades que conlleva cada caso. Como efecto de ello, se elaboran cláusulas que
son estandarizadas, estableciendo reglas fijas e inmutables (en principio).
Sabemos que los contratos de seguros, son también de adhesión y en principio pueden ser consumo (salvo ciertos
casos, por ejemplo, de empresas que contraten determinadas coberturas) lo cual hace que las prórrogas que se
planteen en las pólizas puedan ser revisadas.

El problema que se suscita en materia de seguros es el artículo 16 LS que


admite expresamente la prorroga en los contratos de seguros.

NUESTRA OPINIÓN - tanto sobre los contratos celebrados a distancia como también para los contratos de consumo cuyo objeto
sea operaciones de crédito, las prórrogas que se convengan en el instrumento son nulos de pleno derecho.-

En el resto de los contratos de adhesión y de consumo, que no tengan por objeto las operaciones de crédito o no se realicen bajo la
modalidad a distancia, como regla es factible convenir una prórroga de jurisdicción.

Pero aun así el Juez de dicha prorroga puede considerar que la misma sea abusiva en el caso concreto, generando un perjuicio al usuario
o consumidor si se lo obliga litigar o judicializar su pretensión en extraña jurisdicción.
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Ab. Mgter. M. Florencia Cramazzi Soto
Ab.Unidad XII Frias
Aldana Ayelen

DAÑOS Y SEGUROS
Prima, Caducidades y
Exclusiones

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Ab. Mgter. M. Florencia Cramazzi Soto
Ab. Aldana Ayelen Frias

PRIMA. CONCEPTO. REGIMEN DE LA PRIMA.

Se analizó oportunamente que los seguros funcionan de una manera sistémica, por
el cual los riesgos son transferidos de una persona a una compañía de seguros. A través
de un contrato, una de las partes (la compañía de seguros) se compromete, mediante una
cuota que le abona la otra parte (el asegurado o tomador), a reparar un daño o cumplir
con cierta prestación pactada ante alguna contingencia predeterminada. De esta manera,
los seguros funcionan sobre el principio básico de trasladar el riesgo, que en pocas
palabras esto implica abonar periódicamente pequeñas sumas con las que se podrán
cubrir luego pérdidas o daños.-
Además sabemos que esta organización de la mutualidad de riesgos que realiza
la empresa, no lo hace al azar sino de manera científica, ya que trabaja en función de
“leyes de la estadística”, que son las que permite determinar la probabilidad teórica o
matemática de que se produzca el siniestro, lo contribuye a conocer el costo de la
prestación del servicio ofrecido y consecuentemente la viabilidad del producto ofrecido
al mercado por parte de la aseguradora.-
Entonces, lo que paga el asegurado/tomador y que a su vez constituye una de las
obligaciones principales del mismo en este tipo de vínculo jurídico, es el denominado
premio o la prima tal como se explicó en unidades anteriores.-
La prima puede ser única o periódica. La única importa una sola prestación, que
representa el valor total del premio, por la duración del contrato de seguro. En la
práctica el importe de la prima única se satisface al tiempo del perfeccionamiento del
contrato, o a la fecha de iniciación de la vigencia material.-
La prima periódica viene constituida por una serie de prestaciones sucesivas e
independientes, que se hacen exigibles en los distintos períodos en que se desmiembra
la duración del contrato.-
De todos modos, en ambos casos, el pago se puede subdividir en cuotas, mediante
acuerdo de partes.-
Aunque a los fines del pago se use el término “Prima” y “Premio”
indistintamente, debemos subrayar una diferencia conceptual entre ambos que debemos
conocer en líneas generales: Prima es el costo técnico de la cobertura del seguro; El
Premio es la prima más los impuestos, tasas y otras contribuciones que legalmente

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graven la operación, constituyendo el costo real y definitivo del seguro para el
asegurado.-
Esta diferencia es importante que se comprenda, pues las pólizas suelen
incorporar ambos términos para diferenciar los diferentes costos, pero a los fines
didácticos también repasaremos otros conceptos escalonados que permiten observar la
formación y régimen de la prima, a saber:

 PRIMA PURA, NETA o ESTADISTICA: tasa que expresa la frecuencia


e intensidad esperada para el comportamiento siniestral de cada tipo de
bienes y riesgos asegurables, durante un período determinado de tiempo.
Se trata de calcular el comportamiento de riegos, tanto en la duración e
intensidad, produciendo determinados siniestros sobre ciertos bienes y de
allí sacar el cálculo del costo neto de esos daños (sin considerar ganancias
o gastos de cada empresa).-
 PRIMA TARIFA: esta tasa representa el costo técnico de la cobertura de
un riesgo, en otras palabras, está integrada por la Prima Pura mencionada
arriba más gastos varios internos de la empresa (gastos de administración
de producción y margen de utilidad y de seguridad). Aquí, al costo neto
mencionado arriba agregamos los gastos operativos propios de la empresa
y que hacen a su desenvolvimiento.-
 PRIMA ADICIONAL: Puede estar como no en una póliza. Es una Extra
prima que se cobra por la adición de un riesgo/s o de bienes no incluidos
en la cobertura básica. Esto se considerará solamente en algunos casos,
como por ejemplo si el cliente quisiera agregar a su cobertura de hogar
contratada, un adicional que proteja sus electrodomésticos por bajones de
tensión y que no estaba previsto en la cobertura básica.-
 PRIMA PÓLIZA: Puede constituirse como la prima tarifa directamente
en caso de no existir coberturas adicionales; caso contrario esta prima
póliza es igual a la suma entre la prima tarifa más prima adicional. Se
traduce en el importe que resulta de multiplicar la tasa de Prima Tarifa,
más las extra primas que correspondan por coberturas adicionales (menos
las rebajas técnicas aplicables, por la suma asegurada).-
 PRIMA COMERCIAL: El paso siguiente es la formación de este tipo de
prima. Este es quizás el concepto que a todo consumidor le resulta más

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familiar, pues representa el importe de la Prima Póliza, más el adicional
financiero que se cobre en caso de pago diferido del Premio (cuotas) y el
eventual derecho de emisión de la aseguradora. Es el “precio de venta” de
la cobertura.-

Aunque esto sirva para mejor comprensión sobre los costos de los seguros, lo
importante aquí es al menos separar las dos definiciones más generales estudiadas en las
primeras líneas de este manual (“Premio” y “Prima”).-

PAGO. OBLIGACIÓN Y LUGAR DE PAGO. MORA. REAJUSTES.


Este derecho/obligación estudiado merece ciertas aseveraciones complementarias
a lo visto en la unidad anterior. Se estudió que el pago de la prima es una obligación del
tomador, en subsidio del asegurado y hasta pudiendo ser terceros los pagadores (art. 28
de la LS), todo esto en los términos del art. 865 del CCyC dónde existe un
cumplimiento de la prestación objeto de la obligación.-
También aquí puede darse la figura de compensación prevista en el art. 27 párrafo
3 de la LS, cual consagra el derecho del asegurador a compensar sus créditos contra el
tomador en razón del contrato, con la indemnización debida al asegurado o la prestación
debida al beneficiario.-
En los seguros que se contratan a cuenta propia no hay mayores complicaciones
puesto que el tomador y asegurado son la misma persona. El problema surge en aquellos
dónde se realiza a cuenta ajena, pues aquí si bien el tomador sigue siendo el principal
obligado, en caso de insolvencia, la aseguradora puede reclamar el importe al asegurado
(art. 27 de la LS).-
El fundamento de esta consecuencia jurídica de que el tomador siga siendo el
obligado al pago de la prima consiste en que, en principio, los efectos de los contratos
no pueden perjudicar a terceros según lo normado por el art. 1022 del CCyC.-
Además recordemos que en algunos de seguros de personas, puede existir la
figura del “beneficiario”. Cuando se trate de un tercero beneficiario a título oneroso este
también se encuentra facultado a pagar la prima (art. 134, párrafo segundo, de la LS).-
Hemos estudiado la hipótesis de cambio de interés asegurable previsto en el art.
82 de la LS (ver el ejemplo de compraventa de automotor usado). Aquí puede surgir el
interrogante de quién debe afrontar el pago (si el nuevo adquirente o el anterior
propietario), y cabe concluir que el enajenante adeuda la prima correspondiente hasta el

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período en curso a la fecha de notificación del cambio del interés asegurable mientras
que el adquirente asume desde entonces esta obligación principal.-
Asimismo el art. 28 de la LS prevé que un tercero totalmente ajeno pague la prima
sin que, en principio, pueda rehusarse la aseguradora, salvo que medie oposición del
asegurado (o el tomador, cualquiera de ambos).-
En caso de fallecimiento y sucesión la cuestión no resulta ajena a las previsiones
vistas. Así las cosas en caso de muerte del obligado al pago, la deuda se transfiere a sus
herederos.-
Lo mismo sucede por sucesión a título singular, quedando obligados los
adquirentes del bien objeto del riesgo (desde que la transmisión es aceptada por el
asegurador y siempre que no opte por rescindir el contrato de conformidad al
mencionado art. 82 de la LS).-
Como contracara a la obligación del pago se encuentra la de recibirlo como
derecho de la aseguradora. En principio corresponde pagar a la aseguradora o en su
defecto a la persona que ésta haya autorizado expresamente a recibir el pago.-
Se ha dicho que si son varios aseguradores se aplican las reglas generales relativas
a los casos en que la acreencia es compartida por más de un sujeto, de manera que si se
pactó esta solidaridad activa, se puede pagar a cualquiera de ellos (salvo que exista
demanda judicial); si la deuda es simplemente mancomunada el pago se debe hacer a
cada asegurador conforme la cuota pactada.-
Por su parte el lugar de pago no ofrece mayores dificultades en virtud del
precepto 29 de la LS, primer párrafo, que prescribe como lugar para cancelar la deuda el
domicilio de la aseguradora o convenido por las partes.-
En la práctica las compañías aseguradoras ofrecen muchas facilidades para
garantizar medios de pagos lo cual no supone un conflicto real; Empero, desde un plano
teórico esto puede traer cuestionamientos jurídicos si se mira el art. 874 del CCyC, que
en cumplimiento de deudas dinerarias, adopta el sistema del domicilio del deudor al
tiempo del cumplimiento para realizar el pago.-
Ésta lógica del art. 874 del CCyC guarda estrecha armonía con la solución
prevista en el art. 29 de la LS, segundo párrafo, que permite modificar el acuerdo de
partes (o domicilio del asegurador) cuando exista una práctica distinta del
tomador/asegurado que no sea moroso. Es decir, que a pesar de pactarse una manera de
pago, las partes han consentido realizarla de otra manera sin cuestionamientos.-

4
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Sobre la época de pago la LS, art. 49, es suficientemente clara: “En los seguros
de daños patrimoniales, el crédito del asegurado se pagará dentro de los quince días
de fijado el monto de la indemnización o de la aceptación de la indemnización ofrecida,
una vez vencido el plazo del artículo 56.
En los seguros de personas el pago se hará dentro de los quince días de
notificado el siniestro, o de acompañada, si procediera, la información complementaria
del artículo 46, párrafos segundo y tercero.”.-
Esto nos conduce a la mora regulada en principalmente en el art. 47 de la LS.
Como regla el asegurado pierde el derecho a ser indemnizado en el supuesto del
incumplimiento de la carga prevista en el primer párrafo del art. 46 (es decir, hacer la
denuncia del siniestro).-
De efectuarse la denuncia fuera de término, la mora es automática, si se tiene en
consideración el art. 15 de la LS, salvo la existencia de los supuestos de excepciones
(caso fortuito fuerza mayor o imposibilidad de hecho sin culpa o negligencia). Este
precepto reza que: “Las denuncias y declaraciones impuestas por esta ley o por el
contrato se consideran cumplidas si se expiden dentro del término fijado. Las partes
incurren en mora por el mero vencimiento del plazo”.-
Entonces, la norma ut supra referida parte de una regla general de mora
automática, pero sólo en casos que se prevea denuncias o declaraciones.-
En sentido contrario el art. 50 de la LS determina llanamente la nulidad de todo
convenio que exonere de responsabilidad al asegurador de su responsabilidad por mora,
mientras que el art. 51 de dicha ley constituye en mora a la aseguradora por el
vencimiento de los plazos en sus obligaciones en líneas generales.-
Como hemos mencionado, el art. 32 de la LS facultad a la compañía a rescindir el
contrato en caso de mora sobre el pago que debe el deudor, pero nada dice respecto si la
mora es automática o no en estos casos. Aquí puede acontecer hallar pólizas cuyas
cláusulas predispuestas determinan la suspensión de la cobertura sin necesidad de
interpelar al asegurado en mora cuando éste deba cuotas del seguro (tal como hemos
analizado en un fallo de la Unidad X).-
Veamos nuevamente esto: sabemos que existe una aprobación administrativa de
las cláusulas predispuestas que salen al mercado asegurador para automotores, las
mismas fueron confirmadas por la SSN por intermedio las resoluciones que emite este
organismo. En dicho instrumento se establecieron clausulas, condiciones uniformes y

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generales obligatorias para todas las entidades que operen en el ramo de seguros de
automotores y/o remolcados.-
Entre las clausulas predeterminadas para operar en dicho ramo se establecieron:
“Condiciones Generales comunes a todas estas coberturas” (CG-CO) 1 y “Clausulas
Adicionales comunes” (CA-CO). Según el texto de la CG-CO punto 6.1, las pólizas
deberán tener la siguiente leyenda: “(…) Articulo 1.- El o los premios de este seguro (ya
sea por vigencia mensual, bimestral, trimestral, cuatrimestral, semestral o anual, y en
la moneda contratada según se indique en el Frente de Póliza), deberá ser abonado
total o parcialmente, como condición imprescindible y excluyente para que dé comienzo
la cobertura, la que operará a partir del momento de la recepción del pago por parte
del Asegurador, circunstancia que quedará acreditada mediante la extensión del recibo
oficial correspondiente (Resolución SSN Nº 21.600 del 9 de marzo de 1993). -Si el
Asegurador aceptase financiar el premio, el primer pago que dará comienzo a la
cobertura según se indica en el párrafo anterior, deberá contener además el
equivalente al total del Impuesto al Valor Agregado correspondiente al contrato y el
resto se abonará en cuotas mensuales, iguales y consecutivas en los plazos indicados en
la correspondiente factura. Para el caso de pago en cuotas, el Asegurador podrá
aplicar un componente de financiación que se indica en la correspondiente factura. Se
entiende por premio, la prima más los impuestos, tasas, gravámenes y todo otro
recargo adicional de la misma”. A su vez el artículo 2 del mentado apartado reza “(…)
Vencido cualquiera de los plazos de pago del premio exigible sin que éste se haya
producido, la cobertura quedará automáticamente suspendida desde la hora 24 del día
del vencimiento impago, sin necesidad de interpelación judicial o extrajudicial alguna
(…)” (el subrayado nos pertenece).-
Por otro lado la CG-CO 10.1 exige que en las pólizas se determine que: “(…) La
prima es debida desde la celebración del contrato pero no es exigible sino contra
entrega de la póliza, salvo que se haya emitido un certificado o instrumento provisorio
de cobertura. En caso que la prima no se pague contra la entrega de la presente póliza,
su pago queda sujeto a las condiciones y efectos establecidos en la Cláusula CA-CO
6.1 Cobranza del Premio que forma parte del presente contrato” (el subrayado nos
pertenece).-

1
Responsabilidad Civil; Daños al Vehículo, Daños e Incendio, Daños y Robo o Hurto.

6
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En suma, de la lectura de estas condiciones generales y clausulas adicionales se
faculta al asegurador a cobrar la totalidad del premio2 (que no guarda identidad con el
concepto de prima) como valor total y definitivo del costo de la prestación, o bien
cuotificarlo, y en éste último caso, de no devengarse el pago en los términos pactados se
procederá a la suspensión de la cobertura sin necesidad de constituir al asegurado en
mora3.-
En otro sentido la Ley de Seguros prescribe en su artículo 30, párrafo tercero: “La
entrega de la póliza sin la percepción de la prima hace presumir la concesión de
crédito para su pago”. Asimismo en el Artículo 31 de la misma norma dice: “(…) Si el
pago de la primera prima o de la prima única no se efectuara oportunamente, el
asegurador no ser responsable por el siniestro ocurrido antes del pago. En el supuesto
del párrafo tercero del artículo 30, en defecto de convenio entre partes, el asegurador
podrá rescindir el contrato con un plazo de denuncia de un mes. La rescisión no se
producirá si la prima es pagada antes del vencimiento del plazo de denuncia. El
asegurador no será responsable por el siniestro ocurrido durante el plazo de denuncia,
después de dos días de notificada la opción de rescindir” (el subrayado nos pertenece).-
Si bien, a prima facie el art. 31 de la Ley de Seguros parece coincidir con lo
reglado con la resolución de la SSN, lo cierto es que dicho artículo condiciona la
suspensión de la cobertura hasta antes del pago de la prima única (o en su defecto
solamente antes del pago de la primera prima de no ser ésta única).-
Con independencia a ello, al amparo del plexo protectorio de la Ley 24.240 se ha
permitido generar cuestionamiento jurisprudencial sobre la eficacia de una suspensión
automática de cobertura por falta de pago, sin al menos que existan una interpelación
previa al cliente. Así han surgido fallos que han condenado a las aseguradoras, tales
como en autos “Carrasco Bruno Daniel C/ Sosa Adriano Roberto y Otros S/ Daños y
Perjuicios” 4 y “Torres Oscar C/Federación Patronal Seguros S.A. y Otros” 5 , por
cuanto en la práctica es normal y habitual que las compañías aseguradoras entregan a

2
La “Prima” es el costo técnico de la cobertura del seguro; El “Premio” es la prima más los Impuestos,
tasas y otras contribuciones que legalmente graven la operación, constituyendo el costo real del seguro
para el asegurado.
3
Nuevamente ponemos de manifiesto que el pago de una cuota en mora surte efectos a futuro, y no tiene
eficacia retroactiva sobre siniestros que hayan sucedido durante el plazo que la cobertura se encontró
suspendida.-
4
CNCiv. Sala L. 27/04/15. “Carrasco Bruno Daniel C/ Sosa Adriano Roberto y Otros S/ Daños y
Perjuicios”. Expte N° 70.254/10.
5
CCivCom. del Dpto. Judicial de La Plata. “Torres Oscar C/Federación Patronal Seguros S.A. y
Otros”. Fuente: www.segurosaldia.com/interior/20150220/otro-fallo-sobres-primas-esta-vez-condenan-a-
la-aseguradora-sera-justicia/ (20/02/15).

7
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sus clientes la póliza o certificados provisorios de cobertura automotor antes de
cualquier cobro, razón por la cual ello representa un crédito tácito sobre el premio, y en
ese contexto el cliente suele afrontar el costo total del premio en diversas cuotas
consecutivas llamadas primas.-
Entonces, del extracto de la ley mencionada acápite arriba surge claramente, que
la empresa podrá rescindir pero condicionada a otorgar un plazo de denuncia de un mes
y cuya responsabilidad será excluida luego del segundo día que haya constituido en
mora al asegurado (salvo que exista pacto en contrario), todo ello bajo apercibimiento
de finiquitar la relación contractual por falta de pago.-
De ese modo compartimos nuestra posición, puesto que la sanción para la mora en
el cumplimiento del pago de la prima por parte del cliente, trae aparejada la denominada
“suspensión de la cobertura”, hasta tanto las acreencias y deudas sean normalizadas.-
No obstante ello, entendemos que una demora en el pago de las cuotas no puede
poner en jaque el sistema asegurador y que la constitución expresa y previa en mora al
asegurado es fundamental bajo el principio in dubio pro consumidor y la inversión de la
carga probatoria propia de los procesos consumeriles.-
Finalizando este segmento necesitamos mencionar el reajuste de la prima. El
principio es que una vez consensuada la prima esta es invariable y no puede ser
modificada por ninguna parte.-
La modificación que a menudo sucede en la prima es si la ley confiere esa
facultad a las partes que, puesto que el costo del seguro se funda en la variación del
riesgo o del interés asegurable. Es posible que la variación del precio surja de común
acuerdo o por disposición de la autoridad de control (SSN).-
Además de lo expresado, el reajuste de prima se halla regulado en los artículos 33,
34 y 35 de la LS. En el primer caso (art. 33) permite que las partes puedan reajustar el
precio al mes siguiente de denunciada la reticencia.-
El art. 34 faculta al asegurado a solicitar una disminución del costo a abonar si el
riesgo también disminuye eventualmente. En el mismo sentido este precepto prevé que
si se denunció un riesgo más grave, erróneamente, puede solicitar que se rectifique la
prima en los sucesivos casos para disminuir el precio.-
A su vez el artículo 35 de la LS aclara literalmente lo siguiente: “Cuando
existiera agravación del riesgo y el asegurador optase por no rescindir el contrato o la
rescisión fuese improcedente, corresponderá el reajuste de la prima de acuerdo al
nuevo estado del riesgo desde la denuncia, según la tarifa aplicable en este momento”.-

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Finalmente surge una hipótesis de reajuste en caso de pluralidad de segundos, en
el segundo párrafo del art. 67 que prescribe: “En caso de siniestro, cuando no existan
estipulaciones especiales en el contrato o entre los aseguradores se entiende que cada
asegurador contribuye proporcionalmente al monto de su contrato, hasta la
concurrencia de la indemnización debida. La liquidación de los daños se
hará considerando los contratos vigentes al tiempo del siniestro. El asegurador que
abona una suma mayor que la proporcionalmente a su cargo, tiene acción contra el
asegurado y contra los demás aseguradores para efectuar el correspondiente
reajuste”.-

CARGAS. EXCLUSIONES DE COBERTURA


Se ha mencionado que fuera de las obligaciones descriptas, la LS estableció en su
extensión diversas cargas para una parte u otra según la circunstancia que regule y
estudiaremos las principales.-
Sabemos en esta instancia que el término carga y obligación no son sinónimos,
pues mientras la carga se trata de una conducta (hacer, no hace o dar), facultativa,
encaminada por el propio interesado a ejercer su derecho y la falta de su uso conlleva la
pérdida de ese derecho (derecho último a ser indemnizado o tener una cobertura
adecuada); las obligaciones, en cambio, son imperativos no en interés propio, sino de un
tercero (v.g. pagar la prima).-
 La primera de las cargas nace del art. 46 de la LS: la carga de informar el
siniestro dentro de los tres días corridos de ocurrido o de haber tomado
conocimiento del mismo (salvo fuerza mayor, caso fortuito o
imposibilidad). En la misma inteligencia que el art. 15, la norma del art. 46
prevé que el asegurador no podrá alegar el retardo o la omisión si
interviene en el mismo plazo en las operaciones de salvamento o de
comprobación del siniestro o del daño.-
Si el asegurado o su derechohabiente no denuncia el siniestro dentro de este
plazo significa que con fundamento normativo al asegurado se le puede dar por decaído
el derecho a ser indemnizado (arts. 47 y 15 de la LS), salvo caso fortuito, fuerza mayor
o imposibilidad de hecho sin culpa o negligencia. –
 Todo cliente de la compañía está constreñido a denunciar un cambio o
agravación en el riesgo, pero no cualquier agravación, sin aquellas que

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pudieran cambiar las condiciones del contrato o suprimirlo (art. 37 de la
LS).-

Reiteramos aquí que la agravación del riesgo, a diferencia de la reticencia y falsa


declaración, nace por situaciones contemporáneas a la celebración del contrato de
seguro que presuman una modificación en sus condiciones y no previas al mismo, así,
hay agravación del riesgo cuando, con posterioridad al perfeccionamiento del contrato
sobrevienen respecto de las circunstancias objetivas o subjetivas declaradas en la
oportunidad de su conclusión, una alteración trascendente, que aumente ya sea la
probabilidad o la intensidad del riesgo tomado a cargo por el asegurador.-

 La pluralidad de seguros es otra carga que el interesado debe denunciar y


aparece cuando varias empresas se contratan para un mismo riego y bajo
un mismo interés.-
Esto se encuentra normado en el art. 67 y ss. de la LS, cuyo texto como regla
principal establece que quien asegura el mismo interés y el mismo riesgo con más de un
asegurador, deberá notificar sin dilación a cada uno de ellos los demás contratos
celebrados, esto claro está, a los fines de evitar alguna reticencia dolosa.-
 Recibida la denuncia, debemos mencionar dos cargas más, (a) el
asegurador tiene la carga de pronunciarse acerca de los derechos del
asegurado en 30 días y puede antes de eso (b) requerir información o
documentos complementaria al asegurado (art. 46, párrafo segundo y
tercero), recayendo sobre el cliente esta carga para que la compañía se
pronuncie sobre la cobertura, siempre que lo haya solicitado dentro del
plazo del art. 56 de la LS (30 días). -
Vale aclarar que el plazo comienza a computarse desde que el asegurador
recibe la denuncia y no la información complementaria, puesto que si no solicita dicha
información, y pasado los 30 días sin que se haya expedido sobre el derecho del
asegurado importa ello una aceptación de la cobertura; si se solicita información
complementaria este plazo se suspende hasta tanto el asegurado entregue a la
aseguradora lo requerido.-
 Otra carga que podemos señalar es la prevista en el art. 72 de la LS, en la
que el asegurado debe proveer lo necesario y en la medida de sus
posibilidades, para evitar o disminuir el daño y a observar las instrucciones
del asegurador.
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Si el asegurado no cumple con esta carga, por dolosamente o culpa grave, el
asegurador queda liberado parcialmente de su obligación de indemnizar, es decir, en la
medida que el daño habría resultado menor sin esa violación.
 En caso de responsabilidad civil y que un tercero haya demandado
judicialmente al asegurado y se encuentre cubierto en dicho caso, tiene la
carga de notificar sin dilación a la compañía (art. 115 de la LS).-
 En este tipo de seguros deriva a otra carga, y es la de abstenerse por parte
del asegurado de transar o reconocer su responsabilidad al tercero, sin
anuencia de la empresa aseguradora (art. 116 de la LS).-
Asimismo existen otras cargas de origen legal que podemos resumirlas de la
siguiente manera: abstenerse el asegurado de emplear pruebas falsas para acreditar los
daños o exagerarlos fraudulentamente (art. 48 de la LS); El asegurado no puede hacer
abandono de los bienes afectados por el siniestro, salvo pacto en contrario (art. 74 de la
LS); No introducir cambio en las cosas dañadas que haga más difícil establecer la causa
del daño o el daño mismo (art. 77, primer párrafo de la LS), articulo 82, obliga la
comunicación del cambio de titularidad del interés asegurable, otorgando un plazo de 7
días corridos para ello, salvo que en la póliza conste otro término.-
Hasta el momento nótese que estas cargas pesan en su gran mayoría (salvo la
hipótesis del art. 56 de la LS) en cabeza del asegurado, y que la LS utiliza
indistintamente el término obligación y carga, pero atento la naturaleza jurídica que
existe debemos insistir en su diferencia conceptual.-
Como conclusión de lo expuesto la Ley de Seguros establece otras cargas, pero
que analizaremos oportunamente dado que refiere a riesgos específicos y no al contrato
de seguro en general.-
Como corolario de esta unidad, haremos una síntesis breve sobre las
exclusiones de cobertura. Como primera medida no se puede obviar la existencia de
una similitud de los efectos de la caducidad reseñada oportunamente y de la exclusión
de cobertura, en cuanto ambas figuras se sigue que el asegurador se lo exime de su
obligación del pago de la indemnización debida, debiendo en principio en ambos
supuestos ser alegado por la compañía.-
¿Cuál es entonces la diferencia entre ambas figuras? Hemos expresado que la
caducidad opera como resultado del incumplimiento de la carga (sea legal o contractual)
que fue impuesta a favor del interesado y que facultativamente no la realizó. Se trata de
una suerte de sanción de pérdida del derecho contra el facultado.-
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En cambio, en la exclusión de cobertura (llamado por algunos autores como
“no seguro”), hay una limitación en las previsiones contenidas en el contrato de seguro
por el cual el asegurador no se encuentra obligado a cubrirlas o garantizarlas.-
Aquí no se examina si hubo culpa grave, dolo o incumplimiento de carga en
contra del asegurado, y por lo tanto no se trata de una sanción. Lisa y llanamente, la
aseguradora manifiesta explícitamente su voluntad de no cubrir el riesgo en la póliza y
en definitiva el asegurado carece de derecho a exigir el pago de la indemnización
producto de un siniestro porque el evento no se halla cubierto contractualmente, no ha
sido tomado a su cargo por el asegurador y, por ende, no percibió prima por dicha
cobertura.-
Esto conlleva como conclusión que la exclusión de cobertura debe estar
establecida en la ley o en el contrato, sin embargo vamos a reflexionar sobre puntos de
contacto entre la Ley de Seguros, el Código Civil y Comercial y la Ley de Defensa del
Consumidor y Usuario.-
Las exclusiones de cobertura si bien pueden estar establecidas por ley, como
sucede en el artículo 70 de la LS, que limita la responsabilidad de las aseguradoras en
caso de culpa grave o dolo del asegurado, suele pormenorizarse estos no seguros de
manera convencional (por contrato).-
Esto se debe a que la culpa grave o dolo, como conceptos, puede traer cierta
imprecisión y vaguedad que comprometa a futuro el vínculo jurídico y las expectativas
de las partes en el sinalagma. Por esa razón las pólizas categorizan detalladamente
diferentes hipótesis de exclusión según cada caso concreto (por ejemplo en
responsabilidad civil automotor un caso de no seguro resulta de la conducción en
estado de ebriedad).-
El hecho de que el contrato de seguro (tipificado en el art. 1 de la LS), y más
específicamente su instrumentación mediante la póliza, sea también adhesión, permite
que reflejemos en estas relaciones jurídicas el art. 984 y siguientes del CCyC referido a
este tipo de contrato. A su vez un universo importante (pero no total) de estos contratos
también son de consumo, lo que nos conduce a remitirnos al art. 37 de la LDC (y 988 de
nuestra codificación) sobre el carácter abusivo que pueda producirse en la redacción de
las cláusulas limitativas de responsabilidad.-
Sin intención de entrar sobre estas cuestiones en profundidad repasemos dos
fallos que han tenido la oportunidad de valorar la validez de ciertas exclusiones de
cobertura:

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Ab. Aldana Ayelen Frias
Federación Patronal Seguros S.A. En J: 100.784 / 36.550 Barragan, Ricardo
Guillermo y Otros. C/ Reynaga, Ricardo Ernesto y Otros. S/ Daños y Perjuicios
S/Incidente Casación” 6 , en el marco de una responsabilidad civil emergente de la
conducción de automotores.-
Podemos ampliar que la circunstancia nació de la mano de los accionantes,
quienes promovieron demanda en contra del conductor y titular registral, citando ambas
partes a la aseguradora, ésta última que rechazó ser tercero en garantía por haberse
acreditado en la causa que el demandado circulaba en contramano con señal inequívoca,
por lo que resultaba aplicable la exclusión prevista en la póliza, cláusula 22, inciso 23
de las “Condiciones Generales de la Póliza”.-
Tanto la Cámara de Apelaciones como la Corte Suprema de Mendoza resolvieron
tener a la compañía por citado en garantía, dado que la exclusión de dicha cobertura no
es notoriamente extraña al riesgo asegurado y por entender que al efectuarse la denuncia
del siniestro, de conformidad con el art. 56 de la Ley de Seguros7, el asegurado, ante el
silencio en que incurrió la aseguradora, conservó una legitima expectativa de recibir una
respuesta de la aseguradora en todos los casos, atento al profesionalismo y el alto grado
de especialización con la que operan las empresas.-
En estos autos se ha dicho que el artículo 56 de la Ley Seguros sólo es aplicable
para las cláusulas de caducidad (y no de exclusión) de la cobertura, cuales presentan una
naturaleza sancionatoria; en cambio, en el caso de las cláusulas de exclusión, estos
representan directamente un “no seguro” y su claridad no admitiría siquiera la
necesidad de una respuesta de la aseguradora habiendo operado una denuncia de
siniestro. A ello esta instancia advirtió que la cobertura no es notoriamente extraña al
riesgo, porque la cláusula de “no seguro” no se activa por el mero hecho de conducir en
contramano, más bien en el caso de no existir un cartel que inequívocamente lo
contradiga.-
En efecto, admitir lo contrario equivale a atentar contra una igualdad debida entre
las partes, ya que si el mismo precepto bajo análisis se remite a la denuncia del siniestro
previamente efectuada por el asegurado como condición (mención del art. 46), es una
obligación como contracara para el asegurador el de mínimamente dar una respuesta,

6
Suprema Corte de Justicia de Mendoza. Sala I. 18/12/2013. “Federación Patronal Seguros S.A. En J:
100.784 / 36.550 Barragan, Ricardo Guillermo y Otros. C/ Reynaga, Ricardo Ernesto y Otros. S/ Daños
y Perjuicios S/Incidente Casación”. Expte. 108.459.
7
Art. 56, LS: “El asegurador debe pronunciarse acerca del derecho del asegurado dentro de los treinta
días de recibida la información complementaria prevista en los párrafos 2º y 3º del artículo 46. La
omisión de pronunciarse importa aceptación”.

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cuyo silencio en sentido adverso importará una admisión del reclamo efectuado por
encontrarse el contrato de seguro en etapa de ejecución.-
De igual modo, de lo mencionado nacería una paradoja ciertamente dicotómica,
por cuanto a pesar de una hipótesis de conducción en carril incorrecto, y suponiendo
que no hubiera un cartel de contramano que permitiera invocar la exclusión de la
cobertura en crisis, cabe destacar que ello no impide a la aseguradora alegar la
inexcusabilidad en el error de derecho, y que ciertamente pueda imputarse culpa grave
en el manejo del vehículo, supuesto de caducidad de la cobertura. Por lo tanto el
resultado sería el mismo.-
En esa inteligencia la Corte, al analizar la circunstancia bajo litis, entendió que es
necesario separar las cláusulas de delimitación del riesgo objeto de la cobertura, y
aquellas que limitan los derechos del asegurado. Así, las primeras nacen por medio de la
individualización del riesgo en una póliza de tipo convencional, es decir, indicando la
naturaleza del hecho que se amparará, para luego delimitar en cuestiones concretas,
hipótesis o menciones objetivas que desembocan en un no seguro, cuyas consecuencias
resultan inasegurables.-
Estas cláusulas, razona el Tribunal: “(…) deben ser razonables y responder a
necesidades técnicas del seguro. No se deben erigir en supuestos formales en preceptos
rituales. Vacíos de contenido razonables (…)”. Continúa diciendo sobre la obligación
de la aseguradora de expedirse que: “(…) el cumplimiento de esa carga no puede
dejarse librado a la voluntad del asegurador, bajo pretexto de que se trata de una
causal de no seguro que lo eximiría del deber de pronunciarse, teniendo en cuenta que
quién redacta esas cláusulas es la propia aseguradora en forma unilateral (…)”.-
Con independencia de esta categorización en las cláusulas, lo cierto es que la Ley
de Seguros no hace distinción alguna de ellas en su tenor literal, pues sólo establece un
imperativo legal de expedirse al respecto, y aunque la mentada Cámara y Corte de
Mendoza se limiten a resolver la cuestión en torno al artículo en crisis, dejó un mensaje
implícito sobre la abusividad de la cláusula estudiada, al mencionar supuestos tales
como la razonabilidad del instrumento, cuyo apartado no es notoriamente extraño al
riesgo asegurado; también al mencionar la disparidad del poder negocial, especialmente
sobre el asegurado, quién no tuvo poder alguno de convenir el contrato.-
Es por los fundamentos precedentemente expuestos que, en consonancia con los
principios de equidad, buena fe y abuso de derecho, el resolutivo expresa procurar
lograr una equivalencia razonable entre las ventajas y sacrificios del contrato de seguro,

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máxime porque esta solución no sólo mantiene incólume la ecuación económica del
contrato sobre la base de la comunicación del rechazo de una cobertura, sino que
además se cumple con la función social del seguro, representada por el interés de la
comunidad para facilitar a las víctimas la indemnización de los perjuicios sufridos.-
El segundo fallo que podemos citar es en “Guerra, Griselda Debora C/ Club
Atlético Once Unidos y Otros S/ Daños y Perjuicios”8. Aquí se planteó una acción por
los daños y perjuicios sufridos por el hijo menor de su madre en carácter de
representante natural. El niño, que en ocasión de haber sido convocado para participar
de un torneo de futbol interclubes organizado por el Club Atlético Once Unidos, resultó
de una pérdida de un dedo meñique mientras se encontraba en una tarima de material
amurada con una baranda de caño, el cual poseía un rudimentario sistema de bisagra
que no respondía a las normas mínimas de seguridad, sin siquiera tener una advertencia
de su peligrosidad.-
Más allá de las defensas opuestas por todos los involucrados de la causa, en lo que
respecta al análisis de la responsabilidad de la aseguradora, Seguros Bernardino
Rivadavia Coop. Ltda., planteó la excepción de falta de legitimación pasiva basándose
en cuestiones contractuales luego tachadas de abusivas.-
En este caso la aseguradora había indicado que si bien la cobertura de accidentes
incluía el traslado en viaje de los niños, la defensa opuesta por la compañía pretendía
suspender la misma entre partido y partido. Entonces, según la letra del contrato
incluiría las incapacidades que pudieran producirse a los jugadores durante el transcurso
del partido cuando el árbitro informara que el jugador se retiraba lesionado y no durante
una jornada continua que abarcaba varios partidos interclubles en el mismo día,
alegando de esa manera que no podía crearse una extensión de la cobertura porque sería
desequilibrar y desatender lo que las partes pactaron.-
También alegó la prescripción al haber pasado más de un año entre el accidente y
la demanda, pero fue desestimada primariamente porque el beneficiario no tenía
conocimiento de su cobertura y no había prueba de lo contrario (art. 58, LS). Aún
justificada esa circunstancia, el juez de primera instnacia hizo notar que dicho plazo
correría a partir del rechazo de la denuncia del siniestro, no pudiendo exceder en su

8
CCiv. y Com. de Mar del Plata. Sala III. 09/05/13. “Guerra, Griselda Debora C/ Club
Atlético Once Unidos y Otros S/ Daños y Perjuicios”. Expte. N°151.797.

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defecto, los tres años desde el hecho (arts. 56 y 58 -4° párrafo-, LS); y nada de ello
sucedió. -
Así, apelada la sentencia desfavorable para los demandados, fueron dos los
agravios expresados por la aseguradora. El rechazo de la defensa por no aseguramiento
en los términos contractuales pactados y la responsabilidad solidaria por su asegurado
junto con otro demandado más, en la producción del hecho dañoso por cuanto la misma
se produjo en un estadio diferente a la de su cliente.-
Al analizar el caso, la Cámara introspecciona bajo el razonamiento de que es
necesario resolver esta controversia a pesar de que el responsable directo, el club de
futbol ajeno al análisis efectuado, haya consentido la sentencia. Es en este sentido dónde
la alzada, haciendo una valoración de los elementos probatorios obrantes en autos junto
a la jurisprudencia y doctrina, entiende aplicable hacer una interpretación más extensiva
sobre el alcance limitativo de la cláusula, rechazando de esa manera los agravios
presentados por Seguros Bernardino Rivadavia.-
Así las cosas, del título “Ámbito de cobertura” de la póliza N° 04/009935 se
estableció la siguiente cláusula: “La cobertura otorgada por la presente póliza se
circunscribe a los accidentes que pudieran producirse durante el transcurso de
encuentros deportivos y/o competencias organizados por la liga de fútbol mencionada
precedentemente”. A su vez, refiriéndose a la Liga de Fútbol amateur de la ciudad de
Mar del Plata, determinó: “Además se hace constar que se cubren los accidentes que
pudieran producirse durante el desarrollo de hasta dos (2) entrenamientos semanales,
a practicarse dentro del ámbito de las instalaciones de propiedad y/o utilizadas por el
tomador. Asimismo la cobertura otorgada, se extiende a cubrir además, los
acontecimientos producidos durante el traslado de las delegaciones, desde el lugar de
concentración hasta el lugar donde se desarrollaran las competencias deportivas y/o
viceversa.”.-
Por otro lado, en el acápite “Siniestros” se expresó que: “La cobertura de
este seguro ampara las lesiones que se produzcan en partidos oficiales con planillas
firmadas y donde el árbitro informe que el jugador se retiró lesionado del campo de
juego”.-
Con estas líneas contractuales es que la Cámara partió de la necesidad de que el
riesgo asegurable tenga que ser real e incierto, constituyendo la probabilidad o
posibilidad de ocurrencia de un evento dañoso previsto en el contrato y que motive al
nacimiento de la obligación pactada. Luego, avanza diciendo que no existe una

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interpretación literal a la luz de las cláusulas expuestas por lo que el apartado en crisis
se halla desnaturalizado por no ser claro en los términos del artículo 37 de la LDCU,
más cuando quien redacta la póliza (la aseguradora), se encuentra en condiciones
técnicas para precisar de manera indubitada las obligaciones emergentes del contrato.-
Un elemento a destacar es que luego de hacer una evaluación jurídica respecto de
la procedencia de la responsabilidad solidaria, la alzada decretó un mandato preventivo.
Éste mandato preventivo se basa en palabras de los magistrados intervinientes, en que
un juez del siglo XXI no puede ser un mero intérprete o aplicador de la letra de la ley; in
contrario sensu debe asumir una responsabilidad social.-
Así, han dicho que “(…) no descarto la posibilidad de que en el marco de un
proceso particular, y en tanto se cumplan determinados recaudos, los jueces podemos
contribuir a evitar que casos como el traído se multipliquen y reiteren alterando la -paz
social-. No se puede presenciar la potencialidad del daño y hacer de cuenta que nada
se ha visto, y que solo podremos expedirnos dictando sentencias de condena para todos
los casos análogos que deriven de aquella misma causa (…)”.-
Finalmente se ordenó que se constate el estado actual de la cosa productora de
daño y de advertirse presencia de potencialidad dañosa, se dé intervención a la
Municipalidad de la jurisdicción correspondiente para que tome conocimiento del
hecho, interviniendo y tomando las medidas correspondientes para evitar la reiteración
de accidentes. Lamentablemente se limitó aquí a fallar sobre el objeto productor del
hecho, pero habida cuenta la cantidad de pólizas con similares cláusulas, nada impidió
que preventivamente se ordene reformular un nuevo apartado para eliminar la
ambigüedad de la misma y extender la cobertura expresamente.-

17
DERECHO DE DAÑOS Y
SEGUROS
BOLILLA XII
PRIMA. CONCEPTO. REGIMEN DE LA PRIMA

LOS SEGUROS:
FUNCIONAN sobre el principio básico de trasladar el riesgo, que implica abonar periódicamente pequeñas sumas
con las que se podrán cubrir luego pérdidas o daños.

A través de un contrato - LA COMPAÑÍA DE SEGUROS se compromete, mediante una cuota que le abona EL
ASEGURADO O TOMADOR a reparar un daño o cumplir con cierta prestación pactada ante alguna contingencia predeterminada.

LO que paga el A/T y que a su vez constituye una de las obligaciones principales ES EL PREMIO O LA PRIMA

Ésta puede ser:

ÚNICA importa una sola prestación, que representa el valor total del premio, se satisface al tiempo del perfeccionamiento del
contrato, o a la fecha de iniciación de la vigencia material.
PERIÓDICA constituida por una serie de prestaciones sucesivas e independientes, que se hacen exigibles en los distintos períodos
en que conforme la duración del contrato.
En ambos casos, el pago puede subdividirse en cuotas, conforme acuerdo de partes.

es la prima más los impuestos, tasas y otras contribuciones que legalmente graven la
PRIMA EL PREMIO operación, constituyendo el costo real y definitivo del seguro para el asegurado.

es el costo técnico de la cobertura del seguro


FORMACION Y REGIMEN DE LA PRIMA
PRIMA PURA, NETA o ESTADISTICA: calcula el comportamiento de los riegos, tanto en la duración e intensidad, produciendo determinados siniestros sobre ciertos
bienes y de allí sacar el cálculo del costo neto de esos daños.

PRIMA TARIFA: representa el costo técnico de la cobertura de un riesgo, está integrada por la Prima Pura más gastos varios internos de la empresa (gastos de
administración de producción y margen de utilidad y de seguridad).

PRIMA ADICIONAL: Puede estar o no en una póliza. Es una Extra prima que se cobra por la adición de un riesgo o de bienes no incluidos en la cobertura básica.
por ej. si el cliente quisiera agregar a su cobertura de hogar contratada, un adicional que proteja sus electrodomésticos por bajones de tensión y que no
estaba previsto en la cobertura básica.

PRIMA PÓLIZA: Puede constituirse como la prima tarifa (cuando no haya coberturas adicionales); si no es = prima tarifa + prima adicional.

PRIMA COMERCIAL: representa el importe de la Prima Póliza, más el adicional financiero que se cobre en caso de pago diferido del Premio (cuotas) y el
eventual derecho de emisión de la aseguradora. Es el “precio de venta” de la cobertura.

PAGO. OBLIGACION Y LUGAR DE PAGO. MORA. REAJUSTE


El pago de la prima es una obligación del T, en subsidio del A y hasta pudiendo ser 3º (art. 28 LS)

También puede darse la compensación (art. 27 párrafo 3 LS)

S. a cuenta propia: no hay complicaciones porque T y A son la misma persona

S. a cuenta ajena – T es el principal obligado - en caso de insolvencia, la aseguradora puede reclamar el importe al A (art. 27 de
la LS) FUNDAMENTO – los efectos de los contratos no pueden perjudicar a 3º (art. 1022
CCyC)

Por ej. Seguros Cuando se trate de un 3º beneficiario a título oneroso también se encuentra facultado a pagar la
de personas prima (art. 134, par. 2 LS)
Ante el cambio del interés asegurable (art. 82 LS)- ¿EL NUEVO O ANTERIOR PROPIETARIO DEBE AFRONTARLO?

Hasta el periodo en curso a la fecha de notificación del cambio de interés – CORRESPONDE AL ENAJENANTE
Desde entonces la asume – EL ADQUIRENTE

Art. 28 LS - un tercero totalmente ajeno puede pagar la prima. EXCEPTO que medie oposición del A/T

FALLECIMIENTO y SUCESION

Muerte del obligado al pago - la deuda se transfiere a sus herederos.

Sucesión a título singular - quedan obligados los adquirentes del bien objeto del riesgo (desde que la transmisión es aceptada
por el A y siempre que no rescinda el contrato).

Recordemos EL DERECHO DE LA ASEGURADORA A RECIBIR EL PAGO – como contracara a la obligación de pagar

En principio corresponde pagar a la ASEGURADORA – o persona que ella haya autorizado

Varios aseguradores – si se pacto: solidaridad activa: a cualquiera de ellos


simplemente mancomunada: a cada asegurador la cuota pactada.

LUGAR DE PAGO - el domicilio de la aseguradora o convenido por las partes (art. 29 1º par. LS)

Se pueden modificar cuando exista una práctica distinta del T/A que no sea moroso (art. 29 2º par. LS)
EPOCA DE PAGO – art. 49 LS

Seguros de daños patrimoniales - el crédito del asegurado se pagará dentro de los quince días de fijado el monto de la
indemnización o de la aceptación de la indemnización ofrecida.

Seguros de personas - el pago se hará dentro de los quince días de notificado el siniestro, o de acompañada, si procediera,
la información complementaria.

Esto nos conduce MORA (art. 47 LS) REGLA - el asegurado pierde el derecho a ser indemnizado en el supuesto del
incumplimiento de la carga de hacer la denuncia del siniestro).

Denuncia fuera de término - la mora es automática (art. 15 LS), salvo caso fortuito fuerza mayor o imposibilidad de hecho sin
culpa o negligencia.

Todo convenio que exonere de responsabilidad al asegurador de su responsabilidad por mora es nulo – (art. 50 LS)

La aseguradora se constituye en mora por el vencimiento de los plazos en sus obligaciones en líneas generales – (art. 51 LS)

El art. 32 LS - FACULTA A LA COMPAÑÍA a rescindir el contrato en caso de mora sobre el pago que debe el deudor.

Podemos hallar pólizas con cláusulas predispuestas que determinan la suspensión de la cobertura sin necesidad de interpelar al
asegurado en mora cuando éste deba cuotas del seguro.

Recordemos que estas clausulas requieren aprobación administrativa de SSN


Entre las C.P. podemos mencionar - “CONDICIONES GRALES. COMUNES A TODAS ESAS COBERTURAS” (CG – CO – punto 6,1 art.
1 y 2) y “CLAUSULAS ADICIONALES COMUNES” (CA – CO punto 10.1).

Facultan al asegurador a cobrar la totalidad del premio (como valor total y definitivo del costo de la prestación), o bien
cuotificarlo, y en caso de no devengarse el pago en los términos pactados se procederá a la suspensión de la cobertura sin
necesidad de constituir al asegurado en mora.

DISCIDENCIA:
LS – Art. 30 par. 3ª - La entrega de la póliza sin la percepción de la prima hace presumir la concesión de crédito para su pago.
Cuando no haya convenio de partes, el Asegurador puede rescindir el contrato con plazo de denuncia de un mes.
La rescisión no se producirá si la prima es pagada antes del vencimiento del plazo de denuncia,
El asegurador no será responsable por el siniestro ocurrido durante el plazo de denuncia, luego de dos días de notificada esta
opcion.

Art. 31 - Si el pago de la primera o de la prima única no se efectúa oportunamente, el asegurador no ser responsable por el
siniestro ocurrido antes del pago.
La jurisprudencia lo ha entendido así en autos “Carrasco Bruno Daniel C/ Sosa Adriano Roberto y Otros S/ Daños y Perjuicios” y
“Torres Oscar C/Federación Patronal Seguros S.A. y Otros” , por cuanto en la práctica es normal y habitual que las compañías
aseguradoras entregan a sus clientes la póliza o certificados provisorios de cobertura automotor antes de cualquier cobro,
razón por la cual ello representa un crédito tácito sobre el premio, y en ese contexto el cliente suele afrontar el costo total del
premio en diversas cuotas consecutivas llamadas primas.

La empresa podrá rescindir pero condicionada a otorgar un plazo de denuncia de un mes y cuya responsabilidad será
excluida luego del segundo día que haya constituido en mora al asegurado, todo ello bajo apercibimiento de finiquitar la
relación contractual por falta de pago.
De ese modo la sanción para la mora en el cumplimiento del pago de la prima por parte del cliente, trae aparejada la
suspensión de la cobertura, hasta tanto las acreencias y deudas sean normalizadas.
REAJUSTE DE LA PRIMA

El principio - una vez consensuada la prima esta es invariable y no puede ser modificada por ninguna parte

La Ley se lo confiere a las partes dicha facultad – el costo del seguro se funda en la variación del riesgo o del interés
asegurable.
La variación puede surgir de común acuerdo o por disposición de la SSN
El art. 33 LS - permite que las partes puedan reajustar el precio al mes siguiente de denunciada la reticencia.-

El art. 34 - faculta al asegurado a solicitar una disminución del costo a abonar si el riesgo disminuyo. También si se denuncio
erróneamente un riesgo mas grave
el mismo sentido este precepto prevé que si se denunció un riesgo más grave.

El art. 35 LS – contempla la agravación del riesgo y si el asegurador no opte por rescindir o fuera improcedente, se debe
reajustar la prima conforme el nuevo estado del riesgo, desde la denuncia.

Por su parte el art. 67 LS 2ª par. – lo contempla en el caso de pluralidad de seguros – cuando no existan estipulaciones especiales
(en el contrato o entre las compañías) – cada asegurador contribuye proporcionalmente al monto de su contrato – hasta lograr
el monto de la indemnización debida.
El asegurador que abona una suma mayor que la proporcionalmente a su cargo, tiene acción contra el asegurado y contra los
demás aseguradores para efectuar el correspondiente reajuste”
CARGAS. EXCLUSION DE COBERTURA

CARGA OBLIGACION son imperativos no en interés propio, sino de un tercero (por ej. pagar la prima)

se trata de una conducta (hacer, no hace o dar), facultativa, encaminada por el propio interesado a ejercer su derecho y
la falta de su uso conlleva la pérdida de ese derecho (por ej. derecho último a ser indemnizado o tener una cobertura
adecuada)

- Art. 46 LS – INFORMAR EL SINIESTRO (dentro de los tres días corridos de ocurrido o de haber tomado conocimiento (excepto CF,
FM o imposibilidad) – art. 15 (A no puede alegar retardo u omitir informar si intervino en el salvamento o comprobación del
siniestro del daño). En consecuencia si no informa en dicho plazo, se le da por decaído el derecho de ser indemnizado.

- Art. 37 LS - Todo cliente debe denunciar un cambio o agravación en el riesgo, que pudieran cambiar las condiciones del
contrato o suprimirlo.
Hay agravación del riesgo cuando, con posterioridad al perfeccionamiento del contrato sobrevienen respecto de las
circunstancias objetivas o subjetivas declaradas en la oportunidad de su conclusión, una alteración trascendente, que aumente
ya sea la probabilidad o la intensidad del riesgo tomado a cargo por el asegurador.

- Art. 67 y ss. LS - regla principal quien asegura el mismo interés y el mismo riesgo con más de un asegurador, deberá notificar sin
dilación a cada uno de ellos los demás contratos celebrados.

Recibida la denuncia – el ASEGURADOR debea) pronunciarse acerca de los derechos del asegurado en 30 días
b) Antes, requerir información o documentos complementaria al asegurado (art. 46,
Plazo computa desde que el asegurador recibe la par. 2º y 3ª)
denuncia. Si no solicita la información, y pasado el Recayendo en el ASEGURADO la carga de entregar dicha documentación
plazo sin que se haya expedido sobre el derecho del para que la compañía se pronuncie sobre la cobertura.
asegurado importa ello una aceptación de la
Si solicita información complementaria el plazo se suspende hasta tanto el
cobertura.
asegurado entregue lo requerido.
- Art. 72 LS - el asegurado debe proveer lo necesario y en la medida de sus posibilidades, para evitar o disminuir el daño y a
observar las instrucciones del asegurador.
Si no cumple con esta carga, por dolo o culpa grave, el asegurador queda liberado parcialmente de su obligación de
indemnizar, es decir, en la medida que el daño habría resultado menor sin esa violación.

- Art. 155 LS - En caso de responsabilidad civil donde un tercero haya demandado judicialmente al asegurado y se encuentre
cubierto en dicho caso, debe notificar sin dilación a la compañía.

- Art. 156 LS – el Asegurado debe abstenerse de transar o reconocer su responsabilidad al tercero, sin anuencia de la empresa
aseguradora.

- Art. 48 LS - abstenerse el asegurado de emplear pruebas falsas para acreditar los daños o exagerarlos fraudulentamente.

- Art. 74 LS - El asegurado no puede hacer abandono de los bienes afectados por el siniestro, salvo pacto en contrario.

- Art. 77 1º par. LS -No introducir cambio en las cosas dañadas que haga más difícil establecer la causa del daño o el daño

- Art. 82 LS – comunicar el cambio de titularidad del interés asegurable, otorgando un plazo de 7 días corridos para ello, salvo
que en la póliza conste otro término.

Estas cargas pesan en su gran mayoría (salvo la hipótesis del art. 56 de la LS) en cabeza del
asegurado.
LAS EXCLUSIONES DE COBERTURA
Hay una limitación en las previsiones contenidas en el contrato de seguro por el cual el asegurador no se encuentra obligado a
cubrirlas o garantizarlas.

Lisa y llanamente, la aseguradora manifiesta explícitamente su voluntad de no cubrir el riesgo en la póliza y en definitiva el
asegurado carece de derecho a exigir el pago de la indemnización producto de un siniestro porque el evento no se halla
cubierto contractualmente, no ha sido tomado a su cargo por el asegurador y, por ende, no percibió prima por dicha
cobertura.
Debe estar establecida en la ley o en el contrato.

Por ej. Art.70 LS - que limita la responsabilidad de las aseguradoras en caso de culpa grave o dolo del asegurado.

Pero usualmente estos NO SEGUROS suelen pormenorizarse las diferentes hipótesis de manera convencional – el art. 70 da
cierta impresión de vaguedad e imprecisión – por ej. en responsabilidad civil automotor – la conducción en estado de
ebriedad.

Hay que advertir que el contrato de seguro y su instrumentación mediante la póliza, son por adhesión, y a su vez la mayoría
de estos contratos también son de consumo – hay que tener en cuenta el carácter abusivo que pueda producirse en la
redacción de las cláusulas limitativas de responsabilidad.

FALLOS - que han tenido la oportunidad de valorar la validez de ciertas exclusiones de cobertura
FEDERAL PATRONAL SEGUROS S.A. En J:100.784/36.550 - BARREGAN RICARDO GUILLERMO Y OTROS C/ REYNAGA
RICARDO ERNESTO Y OTROS S/ DAÑOS Y PERJUICIOS S/ INCIDENTE CASACION
GUERRA GRISELDA DEBORA C/ CLUB ATLETICO ONCE UNIDOS Y OTROS S/ DAÑOS Y PERJUICIOS
Los accionantes promovieron demanda en contra del conductor y titular registral, citando ambas partes a la aseguradora, ésta
última que rechazó ser tercero en garantía por haberse acreditado en la causa que el demandado circulaba en contramano
con señal inequívoca, por lo que resultaba aplicable la exclusión prevista en la póliza.

Tanto la Cámara de Apelaciones como la Corte Suprema de Mendoza resolvieron tener a la compañía por citado en garantía,
dado que la exclusión de dicha cobertura no es notoriamente extraña al riesgo asegurado y por entender que al efectuarse la
denuncia del siniestro, de conformidad con el art. 56 de la Ley de Seguros , el asegurado, ante el silencio en que incurrió la
aseguradora, conservó una legitima expectativa de recibir una respuesta de la aseguradora en todos los casos, atento al
profesionalismo y el alto grado de especialización con la que operan las empresas.

Estas cláusulas, deben ser razonables y responder a necesidades técnicas del seguro. No se deben erigir en supuestos formales
en preceptos rituales. Vacíos de contenido razonables.
Continúa diciendo sobre la obligación de la aseguradora de expedirse que el cumplimiento de esa carga no puede dejarse
librado a la voluntad del asegurador, bajo pretexto de que se trata de una causal de no seguro que lo eximiría del deber de
pronunciarse, teniendo en cuenta que quién redacta esas cláusulas es la propia aseguradora en forma unilateral.

Con este fallo la Corte de Mendoza dejó un mensaje implícito sobre la abusividad de la cláusula estudiada, al mencionar
supuestos tales como la razonabilidad del instrumento, cuyo apartado no es notoriamente extraño al riesgo asegurado;
también al mencionar la disparidad del poder negocial, especialmente sobre el asegurado, quién no tuvo poder alguno de
convenir el contrato.
Aquí se planteó una acción por los daños y perjuicios sufridos por el hijo menor de su madre. El niño, que en ocasión de haber
sido convocado para participar de un torneo de futbol interclubes organizado por el Club Atlético Once Unidos, resultó de una
pérdida de un dedo meñique mientras se encontraba en una tarima de material amurada con una baranda de caño, el cual
poseía un rudimentario sistema de bisagra que no respondía a las normas mínimas de seguridad, sin siquiera tener una
advertencia de su peligrosidad.
Seguros Bernardino Rivadavia Coop. Ltda., planteó la excepción de falta de legitimación pasiva basándose en cuestiones
contractuales luego tachadas de abusivas - la cobertura de accidentes incluía el traslado en viaje de los niños, pero se
suspendía entre partido y partido.
Según la letra del contrato incluiría las incapacidades que pudieran producirse a los jugadores durante el transcurso del partido
cuando el árbitro informara que el jugador se retiraba lesionado y no durante una jornada continua que abarcaba varios
partidos en el mismo día, alegando de esa manera que no podía crearse una extensión de la cobertura porque sería
desequilibrar y desatender lo que las partes pactaron.

Apelada la sentencia desfavorable para los demandados – la Cámara rechaza los agravios presentados por el Seguro -
Razonando sobre la necesidad de que el riesgo asegurable tenga que ser real e incierto, constituyendo la probabilidad o
posibilidad de ocurrencia de un evento dañoso previsto en el contrato y que motive al nacimiento de la obligación pactada.
Asimismo no existe una interpretación literal a la luz de las cláusulas expuestas por lo que el apartado en crisis (POLIZA Nº
04/009935 y su acápite «SINIESTRO», el cual se halla desnaturalizado por no ser claro en los términos del artículo 37 de la LDCU,
más cuando quien redacta la póliza (la aseguradora), se encuentra en condiciones técnicas para precisar de manera
indubitada las obligaciones emergentes del contrato.
SI bien solo se limitó a fallar sobre el objeto productor del hecho, pero habida cuenta la cantidad de pólizas con similares
cláusulas, preventivamente se ordeno reformular un nuevo apartado para eliminar la ambigüedad de la misma y extender la
cobertura expresamente.
Ab. Mgter. Federico A. Kozak Grassini
Ab. Mgter. M. Florencia Cramazzi Soto
Ab.Unidad XIII Frias
Aldana Ayelen

DAÑOS Y SEGUROS
Siniestro, procedimiento
de denuncia y liquidación

0
Ab. Mgter. Federico A. Kozak Grassini
Ab. Mgter. M. Florencia Cramazzi Soto
Ab. Aldana Ayelen Frias

SINIESTRO. CONCEPTO JURÍDICO. DENUNCIA. INFORMACIONES


COMPLEMENTARIAS. PLAZOS. EL PRONUNCIAMIENTO DEL
ASEGURADOR.

El concepto de siniestro no se encuentra definido en la Ley de Seguros por lo que


ello está reservado al texto de la póliza para cada caso concreto. Esto no impide adoptar
unas nociones elementales de lo que comprendamos sobre siniestro, como una
realización de un acontecimiento (riesgo) que produce unos daños garantizados en
la póliza hasta una determinada cuantía.-
Por ende, basta decir en este caso que lo imperativo es que el riesgo se encuentre
debidamente precisado en el texto de la póliza para poder identificar al siniestro como
una producción o “realización” de éste. De allí que, para que el asegurador garantice
una cobertura pactada debe cumplirse dos presupuestos: (a) que se produzca un siniestro
(en relación al tipo de riesgo contratado) y (b), que lógicamente dicha realización del
riesgo no haya sido excluido legal o convencionalmente tal como se explicara en la
Unidad XII sobre las “cláusulas de exclusión de responsabilidad”.-
Efectuada esta concepción del siniestro retomaremos anteriores conclusiones
de las precedentes unidades pero con ciertas ampliaciones. Así, una vez producido este
siniestro cuya cobertura se pretende garantir, hemos reiterado la carga principal del
asegurado o tomador de denunciarlo ante la compañía.-
Como primera medida el art. 15 de la LS expresa que las denuncias y
declaraciones impuestas por esta ley o por el contrato se consideran cumplidas si se
expiden dentro del término fijado, incurriendo las partes en mora por el mero
vencimiento del plazo (mora automática)1, pero exceptuando de esta obligación (en caso
de no haber cumplido el asegurado), si a la época en que debió efectuarse la
comunicación del siniestro, la compañía tenía conocimiento de las circunstancias a las
que ellas se refieren.-
Debemos hacer notar un error de técnica jurídica, a nuestro entender, en la
redacción de la Ley de Seguros, puesto que este artículo 15 establece la mora
automática solo para las declaraciones y denuncias, pero al menos no refiere
expresamente a las cargas y obligaciones reciprocas.-

1
Esta idea sigue el espíritu de la mora automática prevista en el artículo 886 del CCyC.-

1
Ab. Mgter. Federico A. Kozak Grassini
Ab. Mgter. M. Florencia Cramazzi Soto
Ab. Aldana Ayelen Frias
Dicho esto: ¿Cuándo debe denunciarse el siniestro? Más allá que las compañías
aseguradoras puedan tener, dependiendo el caso, mayor o menor grado de tolerancia
sobre el plazo para denunciar, en la LS el art. 46 establece la carga general de informar
el siniestro dentro de los tres días corridos de ocurrido o de haber tomado conocimiento
del mismo2. El plazo para efectuar la declaración se debe computar en función de las
previsiones contenidas en el artículo 6 del CCyC, que para este supuesto comienza a la
medianoche del día siguiente en que concluye el siniestro y fenece a la medianoche del
último de los tres días (aunque la denuncia o comunicación hecha en tiempo, la reciba la
aseguradora después del término fijado).-
En la misma inteligencia que el art. 15, la norma del art. 46 prevé que el
asegurador no podrá alegar el retardo o la omisión si interviene en el mismo plazo en
las operaciones de salvamento o de comprobación del siniestro o del daño.-
Si el asegurado o su derechohabiente no denuncia el siniestro dentro de este
plazo significa que con fundamento normativo al asegurado se le puede dar por decaído
el derecho a ser indemnizado (mediando caducidad) de conformidad con lo normado en
los arts. 47 y 15 de la LS, salvo caso fortuito, fuerza mayor o imposibilidad de hecho sin
culpa o negligencia. Esta circunstancia de otorgar un plazo tan abreviado ha sido
criticado altamente por cierto sector de la doctrina puesto que afecta el equilibrio
contractual y desnaturaliza la función social del seguro.-
Nos detendremos un instante sobre el sujeto activo de la denuncia, bajo el
entendimiento de que la denuncia pueda ser realizada por el tomador en virtud de su
posición en el vínculo jurídico propio de este tipo de contrato (cuando su figura no
coincide con la del asegurado y claro está, tiene un interés asegurable).-
En esa inteligencia, en la casuística se puede destacar la hipótesis de que la
compañía tome conocimiento del siniestro por otros intervinientes, a saber: un
representante del asegurado con facultades jurídicas acreditables a dichos fines y
efectos; En los seguros de vida para el caso de muerte, la carga recae sobre el
beneficiario; Si son varios los tomadores, asegurados o beneficiarios, la carga se tendrá
por cumplida si la denuncia es efectuada indistintamente por cualquiera de ellos siempre
y cuando la misma sea apta y suficiente en lo que a su contenido se refiere; En la
hipótesis de cambio de titular del interés asegurable la carga recae sobre el titular actual

2
Esta es una carga para la generalidad de los casos, pero habrá de estudiar luego cada tipo de cobertura.
Por ejemplo en los seguros de mortalidad animal el plazo para denunciar es de 24 hs (art. 103 de la LS);
asimismo en los seguros de responsabilidad civil se prevé que si el asegurado toma conocimiento del
siniestro mediando un reclamo del tercero, este deberá comunicar sin dilación a la aseguradora.-

2
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Ab. Aldana Ayelen Frias
a la fecha en que la carga debe ser observada (sin perjuicio de ello no vemos óbice legal
para que la otra parte haga la denuncia, de allí que se haga la denuncia al asegurador por
el vendedor-endosante y no por el adquirente-endosatario, cuando ello no influya en el
ejercicio de los derechos provenientes del seguro contratado).-
La denuncia, en su contenido, debe estar formulada de una manera que provea
un conocimiento veraz, cierto, completo, preciso y concreto que tenga del siniestro el
sujeto sobre quien recae la carga. Así, el asegurado debe denunciar todo lo que sabe, sin
cometer errores que le puedan ser imputables, siendo esta declaración sincera clara y
real sobre como aconteció el hecho.-
Esto tampoco quiere decir que la denuncia deba contener detalles excesivos ni
apreciaciones personales, y hemos de detenernos aquí con una reflexión de importancia:
aunque no exista una sanción legal por falta de sinceridad en la denuncia, en función del
principio de buena fe, esto representa una exigencia que ha de cumplirse. Entonces el
contenido de la denuncia entonces debe ser sucinta, en otras palabras, del tipo elemental
y esquemática.-
Agregando a lo explicado los datos importantes que podemos mencionar en
una denuncia, pero que dependerá del tipo de seguro que el cliente posee, son: lugar,
fecha y hora; si hubo participación de terceros, sean autores o damnificados; si hubo
heridos (esto es importante en la responsabilidad civil); si el denunciante dispone de
esos datos identificación de los mismos y un breve relato de cómo se produjo.-
Recibida la denuncia, el asegurador puede requerir información
complementaria (art. 46, párrafo segundo de la LS) o documentos complementarios (art.
46, párrafo tercero de la LS) para ejercer la carga de pronunciarse sobre los derechos
que incumben al asegurado, siempre que sea solicitado dentro del plazo del art. 56 de la
LS (30 días). Esta facultad de indagar es de importancia toda vez que permite a la
compañía obtener mayor claridad sobre la ocurrencia de los hechos y en consecuencia
determinar la extensión de la cobertura, o por el contrario, si el siniestro se configuró
dentro de una exclusión de responsabilidad3.-
Vale aclarar que el plazo mencionado comienza a computarse desde que el
asegurador recibe la denuncia y no la información complementaria, puesto que si no
solicita dicha información, y pasado los 30 días sin que se haya expedido sobre el
derecho del asegurado importa ello una aceptación de la cobertura; si se solicita

3
El pronunciamiento que haga la compañía debe notificarse al asegurado en el último domicilio
consignado en la póliza.-

3
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información o documentación complementaria este plazo se suspende hasta tanto el
asegurado entregue a la aseguradora lo requerido.-
Entonces, efectuada la denuncia del siniestro el asegurado está obligado a
suministrar a la compañía, si esta lo solicita, la información necesaria para verificar el
siniestro o la extensión de la prestación, pero esta facultad tienen sus propias
limitaciones legales a favor del cliente establecidas en el art. 46 de la LS, puesto que si
la empresa de seguros requiere a su cliente algún tipo de prueba instrumental (y por qué
no documental), ésta debe ser razonable, es decir, que sea conducente para verificar el
siniestro o la extensión de la prestación, y en la medida dicha información o pruebas
esté al alcance del asegurado4.-
La razonabilidad juega un rol importante cómo límite a estas cargas y si bien
estas facultades permiten al asegurador mantenerse informado en lo que le concierne
sobre sus obligaciones, estos requerimientos deben vincularse directamente a elementos
conducentes para comprobar el siniestro y conocer la extensión de la prestación debida.
Ergo, los informes que solicite la compañía no se puede reducir a caprichos ni
concretarse en cualquier tipo de pedido sin más.-
Veamos un ejemplo de ello: no sería razonable que la aseguradora para
expedirse sobre una cobertura por robo de mercadería, solicite al asegurado los asientos
contables que fueron sustraídos en ocasión del mismo siniestro. Además se ha discutido
jurisprudencial y doctrinariamente si es una carga razonable para el asegurado, en caso
de siniestro automotor, que este deba calificarlo como destrucción “total” o “parcial” en
su denuncia a los fines de obtener la prestación debida.-
Expedirse sobre el derecho del asegurado es una carga que tiene la compañía
en un plazo perentorio tal como lo establece el art. 15 de la LS y cuya inobservancia
representa un reconocimiento táctico de los derechos del cliente a la cobertura.-
Así, tampoco es válido convenir la limitación de los medios de prueba, ni
supeditar la prestación del asegurador a un reconocimiento, transacción o sentencia
pasada en autoridad de cosa juzgada, sin perjuicio de la aplicación de las disposiciones
legales sobre cuestiones prejudiciales.-
En definitiva: las cargas complementarias previstas por el artículo 46 de la LS
en sus párrafos segundo y tercero constituyen por excelencia cargas informativas y de
transmisión, por esencia probatorias, distintas de la enunciada en el art. 46 primer

4
La razonabilidad no se limita al tipo de exigencias que pretende la compañía o a las posibilidades de
ejecución, sino también en la oportunidad.-

4
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párrafo, la cual refleja una carga de comunicación. Todas estas cargas deben estar
circunscriptas al principio rector de la ya estudiada “buena fe” y por consiguiente al
deber de cooperación entre las partes.-
Doctrina calificada en la materia ha elaborado supuestos de excepción en los
que no existe un deber de pronunciarse por parte de las empresas aseguradoras. Las
excepciones se hallan constituidas, por ejemplo, (a) en que no se ha formalizado ningún
contrato de seguro o (b) cuando se halle suspendida la eficacia del contrato en tanto
presupone un contrato que no se halla vigente, o (c) que el siniestro denunciado se
produjo antes del comienzo de su vigencia o ya extinguido el contrato, o (d) ante la falta
de existencia de un siniestro, o (e) que no se ha concluido ningún contrato referido al
riesgo cuya realización (siniestro) se denuncia, o (f) que el siniestro denunciado no
puede racional ni lógicamente guardar correspondencia con el riesgo (rama) objeto del
contrato celebrado, pues es notorio o manifiestamente extraño al mismo, o cuando el
asegurador (g) decida cumplir con la garantía comprometida y no sea necesario ejercer
el derecho de requerir información complementaria ni prueba instrumental o (h) cuando
el siniestro no haya sido denunciado o (i) cuando en un contrato de seguro colectivo de
vida se haya extinguido el contrato básico -en el caso, el contrato de trabajo-5.-
En cambio, la misma doctrina entiende, que no constituye excepción al deber
de pronunciarse, el siniestro denunciado por el asegurado y que el asegurador considera
que se halla expresa o tácitamente excluido de cobertura o cuyo aviso ha sido
extemporáneo6.-
Esto nos conduce a preguntarnos sobre quién debe probar el siniestro y las
exclusiones de cobertura en el caso que exista controversia sobre ello. Nuestra opinión
es que el siniestro mismo se prueba de conformidad con lo normado por el Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación que en el artículo 377, poniendo en cabeza de
la parte interesada probarlo y que será el cliente, pero en sentido contrario sucederá con
las causales de exclusión debiendo la compañía probarlo puesto que será ella la
interesada. Esta norma habrá de conjugarse con la actual doctrina de las cargas
dinámicas probatorias sobre la base de quienes estén en mejores condiciones de probar.-
Respecto del destinatario de la denuncia claramente resulta la compañía de
seguros y esto surge del art. 46 de la LS. Esto es importante saber puesto que la
información brindada a terceros ajenos a la empresa de seguros (auxiliares en la

5
STIGLITZ. Derecho de Seguros. Tomo II. Ed. La Ley. Bs. As. 2016. Cap. XXVIII.
6
STIGLITZ. Derecho de Seguros. Ob. Cita.

5
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Ab. Aldana Ayelen Frias
celebración del contrato) no consolida los derechos del asegurado para obtener
reconocimiento de la cobertura, como el caso del cliente que transmita la denuncia a su
Productor Asesor de Seguros, no siendo este representante ni empleado de dichas
entidades, sino un intermediario entre el asegurado y el asegurador.-
Los productores de seguros son auxiliares en la concertación de los contratos
de seguros y por ende no son sujetos habilitados para recibir las denuncias. En su
defecto, bajo la figura del mandato y conforme el art. 10 del régimen que los regula (la
Ley N° 22.400) estos intermediarios pueden transmitir las denuncias al asegurador, pero
la obligación sustantiva sigue siendo del propio asegurado hacía la aseguradora.-
En los siniestros los PAS tienen función de asesoría hacía su cliente pero, por
ley, no están autorizados a recibir denuncias en nombre de la aseguradora. Esto
igualmente puede suceder y la habitualidad de este trámite realizado por el
intermediario, le da apariencia de legalidad. Entonces si el PAS firma la denuncia está
asumiendo un mandato que el asegurado (su cliente) puede no reconocer y asume una
responsabilidad civil por ello.-
Diferente podría ser el caso de los representantes o agentes institorios siempre
que tengan facultades para actuar en nombre del asegurador, que en los términos del art.
54 de la LS pueden recibir ciertos tipo de notificaciones del asegurado, debiendo estarse
al mandato conferido a estos efectos. Así la norma reza: “Cuando el asegurador designa
un representante o agente con facultades para actuar en su nombre se aplican las
reglas del mandato. La facultad para celebrar seguros autoriza también para pactar
modificaciones o prórrogas, para recibir notificaciones y formular declaraciones de
rescisión, salvo limitación expresa. Si el representante o agente de seguro es designado
para un determinado distrito o zona, sus facultades se limitan a negocios o actos
jurídicos que se refieran a contratos de seguro respecto de cosas que se hallen en el
distrito o zona, o con las personas que tienen allí su residencia habitual”.-

LA ETAPA DE LIQUIDACIÓN DEL SINIESTRO. PROVOCACIÓN


DEL SINIESTRO. SALVAMENTO Y VERIFICACIÓ DE LOS DAÑOS.

Una vez consolidada la denuncia y/o puesta en conocimiento a la compañía


aseguradora del acaecimiento del hecho dañoso (riesgo), debemos empezar a
pormenorizar sobre la etapa de liquidación del siniestro lo que permitirá comprobar el
siniestro y conocer la extensión de la prestación debida por parte de la empresa.-

6
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En la práctica este procedimiento liquidatorio funciona como una suerte de
mecanismo, que como aludiéramos, funciona para determinar las causas y
circunstancias relativas a los siniestros por conducto de las indagaciones necesarias a
esos fines (como lo establece el art. 46, párrafo segundo de la LS). Por tal motivo se
afirma, salvo excepciones, que el liquidador (mandatario del asegurador) no sólo tiene
la función de investigar estas circunstancias en las que se produjo el siniestro, sino la
entidad de ésta.-
El hecho de que el liquidador o perito sea un mandatario de la compañía
aseguradora nos obliga a realizar una valoración fundamental que hemos reiterado
oportunamente: El principio rector de la buena fe que informa nuestro ordenamiento
jurídico no es ajeno a la Ley de Seguros y sus contratos, dado que si bien el asegurado
tiene la carga de facilitar y cooperar en esta etapa, el asegurador no puede aprovechar
este procedimiento de manera antifuncional (v.g. indagar y comprobar más allá de la
razonable necesidad de conocer las circunstancias del siniestro y extensión del daño).-
Bien podría interpretarse que una vez fecha la denuncia, la designación de este
perito o liquidador por parte de la compañía sea una manifestación tácita de ésta sobre
su voluntad de aceptar la cobertura y pagar la indemnización a definir.-
A pesar de ello entendemos que esta interpretación podría ser conducente en la
medida, claro está, que no exista dudas que la empresa conocía la existencia de
circunstancias que justificaran pronunciarse adversamente al reconocimiento de la
cobertura y no lo hiciera. En cualquier sentido no debe soslayarse la carga de la
aseguradora prevista en el artículo 56 de la LS, puesto que puede configurarse el
reconocimiento tácito de la cobertura por vencimiento del plazo de 30 días
anteriormente estudiado.-
Lo hasta aquí expresado conduce a la siguiente comprensión: la mera
designación de un liquidador no implica, a prima facie, la renuncia del asegurador a
invocar alguna causa de eximición de cobertura; aceptar una interpretación contraria
limitaría en algún punto las facultades que el art. 46 de la Ley N° 17.418 le confiere a la
compañía.-
En efecto: recordemos lo estudiado en la Unidad X y XII, en tanto más allá de
las causales de exclusión de cobertura instrumentada en la póliza, existe dos supuestos
de no cobertura de naturaleza legal y se encuentra regulado en el art. 70 de la LS
(Provocación del Siniestro), facultando al asegurador a liberarse de su responsabilidad
si el siniestro es ocasionado por dolo o culpa grave (por parte del tomador o

7
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beneficiario), con la salvedad de aquellos actos para precaver el siniestro o atenuar sus
consecuencias, o por un deber de humanidad generalmente aceptado. En la misma línea
el art. 71 de la precitada ley explica que, salvo pacto en contrario, el asegurador no
cubre los daños causados por guerra civil o internacional, motín o tumulto popular.-
En otra vertiente, una cuestión que ha prestado a conflictos se relaciona con la
demora en los procedimientos liquidatorios o el pago de las indemnizaciones debidas,
especialmente porque a los fines de la liquidación las sumas aseguradas que se
consideran son las pactadas en los contratos vigentes al momento del siniestro. Esto
puede perjudicar el poder adquisitivo del asegurado si se considera el tipo de inflación
que existe en nuestro País al momento de efectivizar ciertos gastos definidos con
anterioridad.-
Veamos el fallo “Tomaso Graciela Paulina y otro C/ San Cristóbal Soc. Mutual
de Seguros S/ Daños y Perjuicios” 7 . Se trata de una demanda por incumplimiento
contractual de indemnizar en tiempo y forma sobre la destrucción total de un vehículo
por un accidente de tránsito.-
El problema conyuntural es que la compañía, conforme lo establecido por el
artículo 61 de la LS8, ofrecía como límite máximo la suma asegurada establecida en la
póliza, cuando en la realidad de los hechos el actor mostraba disconformidad por la
demora excesiva en pagar dicho importe.-
Ergo, si se tiene en cuenta que la suma asegurada del valor de un auto que se
encuentra establecido en una póliza suele actualizarse junto a la renovación del contrato
de seguro en cuatrimestres o semestres según el caso, cualquier demora en el
cumplimiento del pago que per se exceda dicho límite importó, a los ojos del juez, una
conducta capciosa tendiente a obtener mayor rentabilidad por parte de la compañía toda
vez que posponer el momento de pago de una suma fija establecida en una póliza ya
antigua, permite licuar el valor real de la suma nominalmente asegurada.-
En otro sentido, la Cámara de Apelaciones hizo una valoración del contrato del
seguro, más allá de su carácter social, dándole una “(…) función eminentemente
resarcitoria (…)”. De ello se extrae haciendo un análisis de la Ley de Seguros, Capitulo

7
CCiv. y Com. de Azul. Sala II. “Tomaso Graciela Paulina y otro C/ San Cristóbal Soc. Mutual de
Seguros S/ Daños y Perjuicios” en Revista de RCyS. N° 4. Año XIX. Abril 2017. Págs. 242 y ss.
8
LS, art. 61: “El asegurador se obliga a resarcir, conforme al contrato, el daño patrimonial causado por
el siniestro sin incluir el lucro cesante, salvo cuando haya sido expresamente convenido (…) Responde
sólo hasta el monto de la suma asegurada, salvo que la ley o el contrato dispongan diversamente”.

8
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Ab. Aldana Ayelen Frias
II -Seguros de Daños Patrimoniales-, más precisamente a través de los artículos 61, 62,
63, 64 y 65, cuya finalidad es claramente de la naturaleza mencionada.-
Lamentablemente la LS poco regula en materia de actualización o desfasaje
económico entre lo estipulado en la póliza y el bien asegurado. Así el artículo 62
establece que si la suma asegurada supera el valor actual del interés asegurado, las
partes podrán requerir su reducción, pero nada dice en sentido inverso. También el art.
63 de la LS expresa que el valor del bien a que se refiere el seguro se puede fijar en un
importe determinado, que expresamente se indicar como tasación (en este tipo de
seguro, el importe que se conviene como suma asegurada es el que surge tras la
intervención de un tasador).-
Por otro lado el artículo 65 regula los “infraseguros” y “sobreseguros” (al que
volveremos adelante), es decir, el resarcimiento sólo hasta el valor asegurado en caso
que este fuera inferior al valor asegurable 9 al tiempo del siniestro (pero no del pago); o
si fuera inferior el valor asegurado sobre el asegurable, debiendo la compañía
indemnizar en proporción a ambos valores. Así, es que surgió el conflicto en el que la
actora se vio agraviada por no hallarse previsto el caso concreto.-
Tal vez desde una política legislativa, esta omisión responda porque el escenario
socio-económico durante 1967 en Argentina, fecha de entrada en vigencia de la Ley de
Seguros, era muy diferente, hallándose la inflación en baja y el PBI en alza 10.-
En efecto, a la luz de lo normado por la Ley de Seguros, éste no pareciera
mantener un criterio justo y equitativo desde el punto de vista técnico económico,
puesto que con independencia del fin resarcitorio que existe desde el momento mismo
que la norma habilita a la aseguradora a pagar sólo el “valor del objeto asegurado”,
entendiendo por ello a un valor que se traduce en la suma asegurada en la póliza,
siempre que ésta resulte inferior al valor real de bien.
En sentido contrario la misma ley no mantiene análoga postura en caso de un
siniestro dónde el valor asegurable fuera superior al valor asegurado. Aquí la
aseguradora estará obligada a pagar en proporción a ambos elementos. Seguramente
esta decisión legislativa respondería a la proporcionalidad entre la prima, el riesgo y la
suma asegurada, por lo tanto a mayor suma asegurada debiera ser una prima elevada y

9
Entiéndase por valor asegurable al valor real del interés asegurable, en tanto el valor asegurado es la
suma nominalmente asegurada en la póliza. En principio, y salvo excepciones, ambos deberían coincidir,
caso contrario estaríamos ante los supuestos de sobreseguro o infraseguro.
10
En Argentina durante los años 1966 a 1969 la inflación bajó de 32% al 7,2% anual, mientras que el PBI
alcanzó el 6,8% en 1969.

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no por la que pagaría el asegurado; sin embargo el artículo anterior de la Ley de Seguros
no guardaría la misma coherencia legal.-
Ahora bien, la alzada se centra mayormente en los artículos 61, 62 y 68 de la LS
para razonar el espíritu normativo, concluyendo que dicha finalidad resarcitoria no
responde en función de una suma de dinero previamente determinada “in obligatione”,
más bien determinable “in solutione”. Por esto es que se puntualiza que en caso de
destrucción total de un automotor, debe estarse a la naturaleza de deuda del valor de la
obligación contraída, cuestión que resulta en diversos casos de imposible determinación
exacta..-
A mayor claridad expositiva, basta con imaginar un escenario hipotético pero real.
Pasemos revista de quién, por ejemplo durante junio del año 2018 haya comprado un 0
km a un valor referencial del dólar de $25, obteniendo un seguro con cobertura de
destrucción total basado en una suma asegurada en pesos actualizada por esa cotización.
Ahora, piénsese en un siniestro que implique la destrucción total del vehículo,
aconteciendo el hecho al término de esta póliza ordinaria (cuatro meses después), es
decir a finales de septiembre del mismo año, con un valor dólar a $38 11. Claramente el
valor en pesos de la reposición del auto estará desfasada, más cuando solamente en el
año 2018 los vehículos 0 km aumentaron aproximadamente un 90% 12 , verbigracia
pasando un Peugeot 208 Allure Nav, de valer referencialmente en enero del 2018 de
$472.000, a fin de año por el importe de $700.0013.-
Finalmente es así que la Alzada falla a favor de la actora, y cuidando de
mantener la relación entre el valor asegurable y el valor asegurado ponderó que, para
cuando tuvo que pronunciarse años después del siniestro, el modelo del vehículo
siniestrado además se encontraba discontinuado, correspondiendo cotizarlo con un
hipotético equivalente de años después. A su vez se agregó los daños emergentes de la
privación del uso del automotor.-
Al analizar este fallo y señalar la existencia de desfasajes económicos que pueden
suceder, tuvimos que adelantar dos conceptos que los reseñaremos nuevamente para
mayor claridad expositiva. Así, el infraseguro significa asegurar un bien por debajo de
su valor real, mientras que el sobreseguro sugiere lo contrario, es decir, si al tiempo del

11
Fuente: valores históricos del U$S tomados del sitio web del Banco de la Nación Argentina.
12
Fuente:https://www.iprofesional.com/autos/283604-concesionario-venta-marca-Precios-de-0km-
aumentaron-mas-de-90-por-la-devaluacion
13
Valor consultado según listas de precios establecidos por la Cámara de Comercio del Automotor.

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siniestro el valor que se aseguró excede el valor real, la aseguradora sólo está obligada a
rescarcir el perjuicio efectivamente sufrido (art. 65 de la LS).-
Asimismo el art. 66 de la LS aclara que el asegurador no indemnizará los daños o
pérdidas producidos por vicio propio de la cosa, salvo pacto en contrario. Si el vicio no
hubiese provocado la pérdida o el daño y solamente lo hubiere agravado, el asegurador
indemnizará sin incluir el daño causado por el vicio, salvo pacto en contrario.-
En conclusión sabemos cómo regla que la aseguradora no puede pagar más allá
del límite propio del daño efectivo y sólo hasta la suma asegurada, sin embargo ¿puede
pagar menos?-
Para responder esto nos remitimos al infraseguro debiendo prestar atención a dos
conceptos que pueden existir en la póliza y tiene estricta relación con la forma en que se
liquidará la suma asegurada: estando la aseguradora obligada a abonar
proporcionalmente entre dicha suma pactada y el valor asegurable al momento del
siniestro.-
El maestro STIGLITZ explica una atenuación a la rigidez de la regla de
proporcionalidad que existe con el infraseguro, siendo éste la formalización del contrato
14
de seguro a "primer riesgo" , instrumento que se caracteriza por tratarse,
predominantemente, de una pluralidad de intereses asegurados (pudiendo o no estar
sujetos a diversos riesgos cubiertos) por un mismo contrato de seguro, como por
ejemplo, el seguro de incendio de distintos inmuebles de un mismo dueño.-
Además de la pluralidad de intereses asegurados y la posibilidad de existir
diversos riesgos, las características de este contrato son:
 La suma asegurada es inferior al valor asegurable de la totalidad de los bienes
sobre los que se asienta el riesgo;
 No obstante el asegurador renuncia a la aplicación de la regla proporcional, en
razón de la insuficiencia del valor asegurado con relación al valor asegurable;
 Aunque la cobertura se extiende al conjunto de las existencias sin aplicación
de la regla proporcional y hasta la concurrencia de una suma determinada;
El seguro "a primer riesgo" se fundamenta en la certidumbre casi absoluta del
asegurado en que el siniestro sólo afectará parcialmente su interés, por lo que la suma
asegurada representa el daño máximo previsible o el daño máximo estimado que podría
causar un solo siniestro.-

14
STIGLITZ. Derecho de Seguros. Tomo III. Ed. La Ley. Bs. As. 2016. Cap. XLI.

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Lo expresado nos obliga a comprender otros conceptos derivados y que
determinaran la manera de liquidar una indemnización según cómo se pacte la
cobertura. Si la condición de la cobertura se pactó a primer riesgo absoluto, la
liquidación no ofrece dificultades, pues cuando la contratación del seguro se realiza en
esta modalidad, no interesa si existe variación entre una suma asegurada y valor real del
bien al momento del hecho dañoso, ya que en caso de siniestro la empresa indemnizará
el daño real sufrido y como máximo hasta el límite de la suma asegurada que figura en
la póliza.-
Diferente es la modalidad a prorrata, en la que la aseguradora indemnizará el
daño, pero en la proporción que resulte entre la suma asegurada y el valor asegurable.
Cuando el seguro se contrata bajo esta modalidad, la indemnización del siniestro surgirá
de la relación existente entre el valor asegurado y el valor real de los bienes amparados
al momento del siniestro. La Aseguradora indemnizará el siniestro aplicando al monto
del siniestro el porcentaje o proporción resultante de dicha relación.-
Veamos un ejemplo tomado del Manual Principios Técnicos del Seguro sobre una
cobertura por robo de mercadería15: El asegurado contrata una póliza de robo para las
mercaderías de su negocio que es una concesionaria de venta de autos (la mercadería
son autos nuevos, usados y/o repuestos). El Asesor le solicita que, en base a su
experiencia y conocimiento de su negocio, le informe cuanto es lo máximo que pueden
robar en un solo evento, a lo que el asegurado responde que esta suma puede estar en $
1.000.000.- (esto recibe el nombre de Suma Asegurada).-
La siguiente pregunta del asesor es que le indique cuánto es el total que tiene en
stock actual, considerando toda la mercadería (autos nuevos, usados y/o repuestos),
informando el asegurado que de acuerdo a su inventario el total es de $ 8.000.000.-
(esta suma recibe el nombre de Valor Asegurable Declarado o Valor Declarado en
Póliza).-
Sucedido el siniestro, se presenta el liquidador quien solicita toda la información
pertinente para determinar cuál era el stock real al momento del siniestro. Aquí vamos
a ver dos casos diferentes para comprender como funciona cada modalidad (a primer
riesgo absoluto y a prorrata).-
1- A primer riesgo absoluto:
a) El monto de lo robado asciende a la suma de $ 700.000.- La aseguradora

15
Manual “Principios Técnicos del Seguro”. 2016. Centro Federal de Capacitación FAPASA.

12
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indemniza $ 700.000.-
b) El monto de lo robado asciende a la suma de $ 1.000.000.- La aseguradora
indemniza $ 1.000.000.-
c) El monto de lo robado asciende a la suma de $ 1.500.000.- La aseguradora
indemniza $ 1.000.000.- (puesto que ésta es la suma asegurada.-

2- A prorrata:
Suponiendo que el liquidador establece que el valor real del stock al momento del
siniestro es de $ 10.000.000 (y considerando el valor declarado es menor que el real),
el porcentaje que se aplica surgirá en base a fórmulas que en más o menos se podrían
reducir a lo siguiente: Indemnización = Suma Asegurada/Valor a Riesgo X Daño (que
en este caso equivale al 80 % (8.000.000/10.000.000 x 100)
Así las cosas, a) Si el monto de lo robado es de $ 700.000.- La aseguradora indemniza
$ 560.000.-
b) Si el monto de lo robado es de $ 1.000.000.- La aseguradora indemniza $ 800.000.-
c) Si el monto de lo robado es de $ 1.500.000.- La aseguradora indemniza $ 1.000.000.-
(puesto que ésta es la suma asegurada indicada en la póliza, y el 80 % de la pérdida
supera a ésta)
Además de lo explicado, en la liquidación de un siniestro la aseguradora puede
tener en cuenta también la depreciación, que se configura como una pérdida de valor de
un bien por el uso y asimilables, deterioro, agotamiento, desgaste, o por el simple
transcurso del tiempo que lo transforma en obsoleto o inadecuado.-
También deberá observarse en la póliza si existe una franquicia, cuyo concepto
se reduce a importes que en caso de siniestro, el asegurado tiene a su cargo, quedando
solo el excedente y como máximo hasta la suma asegurada, a cargo del asegurador.-
La franquicia es el importe del daño hasta el cual el asegurado se convierte en su
propio asegurador, y su importe puede deducirse o no de la indemnización a cobrar ya
que esta franquicia puede ser simple o bien deducible. Por ejemplo, en una cobertura
todo riesgo de automotor con una franquicia de $20.000, en caso de destrucción parcial
del rodado, el asegurado deberá afrontar este costo inicial y el excedente la
aseguradora.-

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Pasemos ahora revista de la verificación y salvamento del siniestro. El primer
párrafo del 72 de la LS impone la carga al asegurado 16 de hacer cuanto esté en sus
manos para evitar o disminuir los daños, en otras palabras, debe actuar como si no
estuviera cubierto por el seguro. Dicha carga deriva del principio de la buena fe y de no
existir es factible que ninguna aseguradora pretendiera otorgar una cobertura. Este
precepto determina que si existe más de un asegurador y median instrucciones 17
contradictorias, el asegurado actuará según las instrucciones que aparezcan más
razonables en las circunstancias del caso.-
Se trata de dos momentos diferentes que la LS establece esta carga: (a) antes del
siniestro para evitarlo y (b) sucedido el mismo, para atenuar sus efectos. Esta regulación
se armoniza con las previsión normativa establecida en el CCyC, art. 1710, sobre el
deber toda persona de abstener de causar un daño no justificado, no agravarlo si ya se
produjo y de adoptar las medidas para disminuir su magnitud.-
Si el asegurado violase, con dolo o culpa grave, estas medidas de diligencia en el
caso de un siniestro, el art. 72, segundo párrafo, de la LS libera parcialmente al
asegurador de su obligación de indemnizar, sólo en la medida que el daño habría
resultado menor sin esa violación. Nos remitiremos a las valoraciones sobre dolo y
culpa grave brindada en la Unidad X.-
De conformidad con el texto legal para que la carga se torne es menester (a) la
posibilidad de realización de un riesgo (siniestro), requiriendo la adopción de medidas
tendientes a evitar la producción de daños o que, (b) ya verificado el siniestro, impidan
el aumento de las consecuencias perjudiciales.-
De la naturaleza jurídica de estos artículos se extrae que sin perjuicio del deber de
buena fe en cabeza del asegurado, en realidad existe un deber de cooperación entre
ambas partes. Es así que el art. 73 de la LS obliga al asegurador, en el caso que el
asegurado haya ejercido su carga prevista en el art. 72, a reembolsar los gastos que no
hayan sido manifiestamente desacertados, aun cuando se produzca un resultado
infructuoso o excedan de la suma asegurada.-
La carga de salvamento variará según cada caso concreto y dependiendo del
riesgo asegurado como de las circunstancias propias de la hipótesis posible. El alcance
del comportamiento debido apuntará siempre al objeto que surge de su propia

17
Las instrucciones deben emanar del asegurador, su representante o agente institorio (art. 54 de la LS.),
pero no de un PAS (art. 53 de la LS).

14
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definición, es decir, al límite de lo posible lo que implica seguir el criterio de
razonabilidad expresado en otras oportunidades.-
Continuando en esa senda, las instrucciones por definición pueden tener su origen
legal como por ejemplo el art. 104 de la LS que manda al asegurado a dar intervención a
un veterinario o práctico en seguros de mortalidad animal si éste fallece o enferma.
Puede tener un origen convencional y por lo tanto estar predeterminado en la póliza o
emitirse por la aseguradora dada la circunstancia.-
Vale aclarar que si los gastos se realizan de acuerdo con instrucciones del
asegurador, éste debe siempre su pago total, y de ser necesario deberá anticipar los
fondos que le fueran requerido, pero no puede aducir ulteriormente la infracción a la
carga. (artículo 73 de la LS, in fine). La obligación del asegurador de reembolsar se
extiende a los gastos de salvamento aun cuando, sumados al monto del daño, excedan la
suma asegurada, y aunque no se he haya alcanzado la finalidad perseguida (salvo
manifiesta inutilidad de las medidas, extremo cuya prueba corresponde a la
aseguradora).-
Nos detendremos aquí para hacer notar una diferencia: en principio no debe
confundirse los gastos de conservación de la cosa asegurada con los de salvamento,
puesto que éste último se agota en la misma medida que desaparece el evento de peligro
que determinó la cosa objeto de seguro.-
Según doctrina especializada en la materia se concluye una serie de hipótesis que
dan lugar a impugnaciones de gastos de salvamento en perjuicio del propio asegurado 18,
a saber:
 Para el supuesto de contrato celebrado con un solo asegurador que haya
emitido instrucciones, su inejecución;
 Para el supuesto de contrato celebrado con un solo asegurador que no
haya emitido;
 instrucciones, la realización de gastos manifiestamente desacertados;
 Para el supuesto de contrato celebrado con más de un asegurador, pero
con uniformidad de instrucciones, su inobservancia;
 para el supuesto de contrato celebrado con más de un asegurador, pero
mediando instrucciones contradictorias, la realización de las diligencias

18
STIGLITZ. Derecho de Seguros. Tomo III. Ed. La Ley. Bs. As. 2016. Cap. XXXIII.

15
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que no aparezcan como las más razonables conforme las circunstancias
del caso.-
Concluimos este acápite manifestando que en principio y salvo pacto en
contrario, el asegurado no puede hacer abandono de los bienes afectados por el siniestro
(artículo 74 de la LS), y que todo gasto necesario para verificar el siniestro y liquidarlo
es a cargo de la aseguradora, siempre que no hayan sido causados por indicaciones
inexactas del asegurado y excluyendo de estas obligaciones cualquier remuneración del
personal dependiente del asegurado en caso de existir (art. 76 de la LS).-
La Ley de Seguros (art. 75) permite al asegurado controlar el procedimiento de
verificación y liquidación del siniestro, haciéndose representar en las diligencias
mencionado párrafo arriba, cuyo costo será lógicamente a cargo del interesado (el
propio asegurado).-

SUBROGACIÓN DEL ASEGURADOR. AGRAVACIÓN DEL RIESGO.


PLURALIDAD DE SEGUROS.
Se explicó en la Unidad X el concepto de subrogación regulada en el art. 80 de la
LS. Subrogar significa sustituir una persona (subrogación personal) o cosa (subrogación
real) en lugar de otra, siendo este caso la subrogación de los derechos de una persona a
favor de otra.-
Sin intención de profundizar en tópicos ajenos a la materia, la subrogación que
aquí interesa es de naturaleza legal, cuando existe una sustitución del solvens en los
derechos del acreedor satisfecho, para requerir luego al deudor el reintegro de lo
abonado oportunamente.-
Esta figura de subrogación legal posee un carácter excepcional y tiene lugar, más
allá de su hipótesis especifica del art. 80 de la LS, en los casos taxativamente
enumerados por el artículo 915, CCyC:
 Del que paga una deuda a la que estaba obligado con otros, o por otros;
 Del tercero, interesado o no, que paga con asentimiento del deudor o en su
ignorancia;
 Del tercero interesado que paga aun con la oposición del deudor;
 Del heredero con responsabilidad limitada que paga con fondos propios
una deuda del causante.

16
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El fundamento de esta figura nace ante el acaecimiento de determinados tipos de
riesgos, como aquellos producto de la responsabilidad civil, en que nazcan dos deudores
(el principal, comitente y responsable del daño, y su aseguradora garante), pudiendo
exigir de ambos el cumplimiento completo de la obligación.-
De todas maneras, una vez efectuado el pago de la indemnización por la
aseguradora y satisfecha la pretensión del acreedor, éste no tiene ya derecho a intentar o
proseguir el reclamo por el mismo concepto contra el tercero responsable, porque de lo
contrario iría en detrimento del principio indemnizatorio, procurando percibir un
resarcimiento superior al perjuicio sufrido y quedando de esta manera indebidamente
enriquecido.-
Desde el extremo opuesto el tercero responsable tampoco se debe enriquecer en
virtud de la existencia del contrato de seguro que posibilitó a la víctima cobrar de su
asegurador, sino que debe responder en favor de este último.-
Ahora bien, veamos que el art. 80 de la Ley de Seguros reza: “Los derechos que
correspondan al asegurado contra un tercero, en razón del siniestro, se transfieren al
asegurador hasta el monto de la indemnización abonada. El asegurado es responsable
de todo acto que perjudique este derecho del asegurador. El asegurador no puede
valerse de la subrogación en perjuicio del asegurado”.-
Del extracto de la norma transcripta surge la operatividad por “minsterio legis” de
dicho precepto, en otras palabras, que no requiera convención previa ni cesión de
derecho entre partes para su puesta en funcionamiento. Para que esto suceda se requiere
de tres presupuestos:
 Un asegurador;
 Que la aseguradora haya efectuado, en virtud de una obligación
contractual, el pago del daño al asegurado causado (y no al tercero
responsable del siniestro);
 Y que este daño causado haya sido efectuado por un tercero responsable;

La subrogación del asegurador opera cuando una vez pagada la indemnización a


su cliente, la compañía se subrogará en los derechos y acciones del asegurado contra los
responsables del siniestro, si los hubiere.-
En este sentido, se sostiene que los efectos que el artículo 80 de la LS atribuye al
pago de la indemnización hecho por la aseguradora coinciden con los que, de manera

17
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general, asigna el artículo 914 del CCyC, esto es "transmitirles todos los derechos del
asegurado” (entiéndase no sólo derechos sino intereses, garantías y acciones).-
No obstante ello, esta subrogación prevista en el art. 80 de la LS posee ciertos
limitantes: como primera medida no aplica para los seguros de personas y es solamente
es para los de índole patrimonial, pero aun así, tampoco puede perjudicar al asegurado
en sus derechos indemnizatorios. Además la subrogación se puede realizar en la medida
de la indemnización abonada.-
Finalizando esta unidad, sobre la agravación del riesgo y pluralidad de seguros
nos remitiremos al material de la Unidad X, Unidad XI y Unidad XII puesto que han
sido suficientemente tratados allí.-

18
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19
DAÑOS Y SEGUROS

SINIESTRO, PROCEDIMIENTOS DE DENUNCIA Y LIQUIDACIÓN


SINIESTRO. CONCEPTO JURÍDICO. DENUNCIA. INFORMACIONES
COMPLEMENTARIAS. PLAZOS. EL PRONUNCIAMIENTO DEL
ASEGURADOR.
Siniestro: una realización de un acontecimiento (riesgo) que produce unos daños garantizados
en la póliza hasta una determinada cuantía.

Para que el asegurador garantice una cobertura pactada debe cumplirse dos presupuestos:
(a) que se produzca un siniestro (en relación al tipo de riesgo contratado) y (b), que
lógicamente dicha realización del riesgo no haya sido excluido legal o convencionalmente.

El art. 15 de la LS expresa que las denuncias y declaraciones impuestas por esta ley o por el
contrato se consideran cumplidas si se expiden dentro del término fijado, incurriendo las
partes en mora por el mero vencimiento del plazo (mora automática) , pero exceptuando de
esta obligación (en caso de no haber cumplido el asegurado), si a la época en que debió
efectuarse la comunicación del siniestro, la compañía tenía conocimiento de las
circunstancias a las que ellas se refieren.-
¿Cuándo debe denunciarse el siniestro?
En la LS el art. 46 establece la carga general de informar el siniestro dentro de los tres días
corridos de ocurrido o de haber tomado conocimiento del mismo . El plazo para efectuar la
declaración se debe computar en función de las previsiones contenidas en el artículo 6 del
CCyC, que para este supuesto comienza a la medianoche del día siguiente en que concluye
el siniestro y fenece a la medianoche del último de los tres días (aunque la denuncia o
comunicación hecha en tiempo, la reciba la aseguradora después del término fijado).

El art. 15, la norma del art. 46 prevé que el asegurador no podrá alegar el retardo o la
omisión si interviene en el mismo plazo en las operaciones de salvamento o de
comprobación del siniestro o del daño.-

Si el asegurado o su derechohabiente no denuncia el siniestro dentro de este plazo significa


que con fundamento normativo al asegurado se le puede dar por decaído el derecho a ser
indemnizado (mediando caducidad) de conformidad con lo normado en los arts. 47 y 15 de
la LS, salvo caso fortuito, fuerza mayor o imposibilidad de hecho sin culpa o negligencia.
La denuncia, en su contenido, debe estar formulada de una manera que provea un conocimiento
veraz, cierto, completo, preciso y concreto que tenga del siniestro el sujeto sobre quien recae la
carga. Así, el asegurado debe denunciar todo lo que sabe, sin cometer errores que le puedan ser
imputables, siendo esta declaración sincera clara y real sobre como aconteció el hecho.

Esto tampoco quiere decir que la denuncia deba contener detalles excesivos ni apreciaciones
personales. Aunque no exista una sanción legal por falta de sinceridad en la denuncia, en función
del principio de buena fe, esto representa una exigencia que ha de cumplirse. Entonces el contenido
de la denuncia entonces debe ser sucinta, en otras palabras, del tipo elemental y esquemática.

Los datos importantes que podemos mencionar en una denuncia, pero que dependerá del tipo de
seguro que el cliente posee, son: lugar, fecha y hora; si hubo participación de terceros, sean autores
o damnificados; si hubo heridos (esto es importante en la responsabilidad civil); si el denunciante
dispone de esos datos identificación de los mismos y un breve relato de cómo se produjo. Vale
aclarar que el plazo mencionado comienza a computarse desde que el asegurador recibe la denuncia
y no la información complementaria.

Efectuada la denuncia del siniestro el asegurado está obligado a suministrar a la compañía, si esta lo
solicita, la información necesaria para verificar el siniestro o la extensión de la prestación.si la
empresa de seguros requiere a su cliente algún tipo de prueba instrumental (y por qué no
documental), ésta debe ser razonable, es decir, que sea conducente para verificar el siniestro o la
extensión de la prestación, y en la medida dicha información o pruebas esté al alcance del
asegurado.
Las cargas complementarias previstas por el artículo 46 de la LS en sus párrafos segundo y
tercero constituyen por excelencia cargas informativas y de transmisión, por esencia
probatorias, distintas de la enunciada en el art. 46 primer párrafo, la cual refleja una carga
de comunicación. Todas estas cargas deben estar circunscriptas al principio rector de la ya
estudiada “buena fe” y por consiguiente al deber de cooperación entre las partes.-

Doctrina calificada en la materia ha elaborado supuestos de excepción en los que no existe


un deber de pronunciarse por parte de las empresas aseguradoras. Las excepciones se
hallan constituidas, por ejemplo, (a) en que no se ha formalizado ningún contrato de seguro
o (b) cuando se halle suspendida la eficacia del contrato en tanto presupone un contrato que
no se halla vigente, o (c) que el siniestro denunciado se produjo antes del comienzo de su
vigencia o ya extinguido el contrato, o (d) ante la falta de existencia de un siniestro, o (e) que
no se ha concluido ningún contrato referido al riesgo cuya realización (siniestro) se denuncia,
o (f) que el siniestro denunciado no puede racional ni lógicamente guardar correspondencia
con el riesgo (rama) objeto del contrato celebrado, pues es notorio o manifiestamente
extraño al mismo, o cuando el asegurador (g) decida cumplir con la garantía comprometida y
no sea necesario ejercer el derecho de requerir información complementaria ni prueba
instrumental o (h) cuando el siniestro no haya sido denunciado o (i) cuando en un contrato de
seguro colectivo de vida se haya extinguido el contrato básico -en el caso, el contrato de
trabajo.
En cambio, la misma doctrina entiende, que no constituye excepción al deber de
pronunciarse, el siniestro denunciado por el asegurado y que el asegurador considera que se
halla expresa o tácitamente excluido de cobertura o cuyo aviso ha sido extemporáneo .-

Esto nos conduce a preguntarnos sobre quién debe probar el siniestro y las exclusiones de
cobertura en el caso que exista controversia sobre ello. Nuestra opinión es que el siniestro
mismo se prueba de conformidad con lo normado por el Código Procesal Civil y Comercial
de la Nación que en el artículo 377, poniendo en cabeza de la parte interesada probarlo y
que será el cliente, pero en sentido contrario sucederá con las causales de exclusión
debiendo la compañía probarlo puesto que será ella la interesada. Esta norma habrá de
conjugarse con la actual doctrina de las cargas dinámicas probatorias sobre la base de
quienes estén en mejores condiciones de probar.
Los productores de seguros son auxiliares en la concertación de los contratos de seguros y
por ende no son sujetos habilitados para recibir las denuncias. Estos intermediarios pueden
transmitir las denuncias al asegurador, pero la obligación sustantiva sigue siendo del propio
asegurado hacía la aseguradora.-

En los siniestros los PAS tienen función de asesoría hacía su cliente pero, por ley, no están
autorizados a recibir denuncias en nombre de la aseguradora. Esto igualmente puede
suceder y la habitualidad de este trámite realizado por el intermediario, le da apariencia de
legalidad. Entonces si el PAS firma la denuncia está asumiendo un mandato que el
asegurado (su cliente) puede no reconocer y asume una responsabilidad civil por ello.
LA ETAPA DE LIQUIDACIÓN DEL SINIESTRO. PROVOCACIÓN
DEL SINIESTRO. SALVAMENTO Y VERIFICACIÓN DE LOS
DAÑOS.
Una vez consolidada la denuncia y/o puesta en conocimiento a la compañía aseguradora del
acaecimiento del hecho dañoso (riesgo), debemos empezar a pormenorizar sobre la etapa de
liquidación del siniestro lo que permitirá comprobar el siniestro y conocer la extensión de la
prestación debida por parte de la empresa.

En la práctica este procedimiento liquidatorio funciona como una suerte de mecanismo,


funciona para determinar las causas y circunstancias relativas a los siniestros por conducto
de las indagaciones necesarias a esos fines. Por tal motivo se afirma, salvo excepciones, que
el liquidador no sólo tiene la función de investigar estas circunstancias en las que se produjo
el siniestro, sino la entidad de ésta.
El artículo 62 establece que si la suma asegurada supera el valor actual del interés
asegurado, las partes podrán requerir su reducción, pero nada dice en sentido inverso.
También el art. 63 de la LS expresa que el valor del bien a que se refiere el seguro se puede
fijar en un importe determinado, que expresamente se indicar como tasación.

El artículo 65 regula los “infraseguros” y “sobreseguros”, es decir, el resarcimiento sólo


hasta el valor asegurado en caso que este fuera inferior al valor asegurable al tiempo del
siniestro (pero no del pago); o si fuera inferior el valor asegurado sobre el asegurable,
debiendo la compañía indemnizar en proporción a ambos valores.

El infraseguro significa asegurar un bien por debajo de su valor real, mientras que el
sobreseguro sugiere lo contrario, es decir, si al tiempo del siniestro el valor que se aseguró
excede el valor real, la aseguradora sólo está obligada a rescarcir el perjuicio efectivamente
sufrido (art. 65 de la LS).

El art. 66 de la LS aclara que el asegurador no indemnizará los daños o pérdidas producidos


por vicio propio de la cosa, salvo pacto en contrario.
Contrato de seguro a "primer riesgo"
las características de este contrato son:

• La suma asegurada es inferior al valor asegurable de la totalidad de los bienes

sobre los que se asienta el riesgo;

• No obstante el asegurador renuncia a la aplicación de la regla proporcional, en


razón de la insuficiencia del valor asegurado con relación al valor asegurable;

• Aunque la cobertura se extiende al conjunto de las existencias sin aplicación

de la regla proporcional y hasta la concurrencia de una suma determinada;

El seguro "a primer riesgo" se fundamenta en la certidumbre casi absoluta del asegurado en
que el siniestro sólo afectará parcialmente su interés, por lo que la suma asegurada
representa el daño máximo previsible o el daño máximo estimado que podría causar un solo
siniestro.
Si la condición de la cobertura se pactó a primer riesgo absoluto, la liquidacon no ofrece dificultades,
cuando la contratación del seguro se realiza en esta modalidad, no interesa si existe variación entre
una suma asegurada y valor real del bien al momento del hecho dañoso, ya que en caso de siniestro
la empresa indemnizará el daño real sufrido y como máximo hasta el límite de la suma asegurada
que figura en la póliza.

A prorrata, la aseguradora indemnizará el daño, pero en la proporción que resulte entre la suma
asegurada y el valor asegurable. La indemnización del siniestro surgirá de la relación existente entre
el valor asegurado y el valor real de los bienes amparados al momento del siniestro. Se indemnizará
el siniestro aplicando al monto del siniestro el porcentaje o proporción resultante de dicha relación.

En la liquidación de un siniestro la aseguradora puede tener en cuenta también la depreciación, que


se configura como una pérdida de valor de un bien por el uso y asimilables, deterioro, agotamiento,
desgaste, o por el simple transcurso del tiempo que lo transforma en obsoleto o inadecuado.-

También deberá observarse en la póliza si existe una franquicia, cuyo concepto se reduce a importes
que en caso de siniestro, el asegurado tiene a su cargo, quedando solo el excedente y como máximo
hasta la suma asegurada, a cargo del asegurador.-

La franquicia es el importe del daño hasta el cual el asegurado se convierte en su propio asegurador,
y su importe puede deducirse o no de la indemnización a cobrar ya que esta franquicia puede ser
simple o bien deducible.
Verificación y salvamento del siniestro
El primer párrafo del 72 de la LS impone la carga al asegurado de hacer cuanto esté en sus
manos para evitar o disminuir los daños, en otras palabras, debe actuar como si no estuviera
cubierto por el seguro. Dicha carga deriva del principio de la buena fe y de no existir es
factible que ninguna aseguradora pretendiera otorgar una cobertura. Este precepto
determina que si existe más de un asegurador y median instrucciones contradictorias, el
asegurado actuará según las instrucciones que aparezcan más razonables en las
circunstancias del caso.-

Se trata de dos momentos diferentes que la LS establece esta carga: (a) antes del siniestro
para evitarlo y (b) sucedido el mismo, para atenuar sus efectos.

El art. 72, segundo párrafo, de la LS libera parcialmente al asegurador de su obligación de


indemnizar, sólo en la medida que el daño habría resultado menor sin esa violación.

El art. 73 de la LS obliga al asegurador, en el caso que el asegurado haya ejercido su carga


prevista en el art. 72, a reembolsar los gastos que no hayan sido manifiestamente
desacertados, aun cuando se produzca un resultado infructuoso o excedan de la suma
asegurada
En principio y salvo pacto en contrario, el asegurado no puede hacer abandono de los bienes
afectados por el siniestro (artículo 74 de la LS), y que todo gasto necesario para verificar el
siniestro y liquidarlo es a cargo de la aseguradora, siempre que no hayan sido causados por
indicaciones inexactas del asegurado y excluyendo de estas obligaciones cualquier
remuneración del personal dependiente del asegurado en caso de existir (art. 76 de la LS).-

La Ley de Seguros (art. 75) permite al asegurado controlar el procedimiento de verificación y


liquidación del siniestro, haciéndose representar en las diligencias mencionado párrafo
arriba, cuyo costo será lógicamente a cargo del interesado (el propio asegurado).
SUBROGACIÓN DEL ASEGURADOR. AGRAVACIÓN
DEL RIESGO. PLURALIDAD DE SEGUROS.
Subrogar significa sustituir una persona (subrogación personal) o cosa (subrogación real) en
lugar de otra, siendo este caso la subrogación de los derechos de una persona a favor de
otra. La subrogación que aquí interesa es de naturaleza legal, cuando existe una sustitución
del solvens en los derechos del acreedor satisfecho, para requerir luego al deudor el
reintegro de lo abonado oportunamente.

Esta figura de subrogación legal posee un carácter excepcional y tiene lugar, más allá de su
hipótesis especifica del art. 80 de la LS, en los casos taxativamente enumerados por el
artículo 915, CCyC:

• Del que paga una deuda a la que estaba obligado con otros, o por otros;

• Del tercero, interesado o no, que paga con asentimiento del deudor o en su
ignorancia;

• Del tercero interesado que paga aun con la oposición del deudor;

• Del heredero con responsabilidad limitada que paga con fondos propios una
deuda del causante.
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UNIDAD
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Y XV

DAÑOS Y SEGUROS
SEGUROS DE DAÑOS
PATRIMONIALES

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UNIDAD XIV. SEGURO DE DAÑOS PATRIMONIALES. OBJETO. SUMA


ASEGURADA. ALCANCE DE INDEMNIZACIÓN. SOBRESEGURO E
INFRASEGUROS. VALOR TASADO. VICIO.

En la Unidad IX se ilustró el sistema de seguros en dos grandes ramos:


“Patrimonial” y “Personas”, encontrándose cada ramo a su vez agrupados en
diferentes tipos de seguros que se encuentran regulados en la segunda parte de la Ley
de Seguros y los cuales los estudiaremos en estos capítulos.-
Antes de proseguir, reiteramos que los patrimoniales son aquellos cuya finalidad
es proteger una integridad patrimonial ya sea para restaurar activos o bien para paliar
los efectos económicos de pasivos accidentales como pueden serlo la producción de
hechos que deriven en reclamos por responsabilidad civil. Su función es resarcitoria.
Se trata como dijéramos anteriormente a volver a situar a un patrimonio en la
circunstancia en que se encontraba y en la medida de la cobertura, antes de la
producción del siniestro, coincidiendo con el principio de reparación plena establecida
en el art. 1740 del CCyC y que expresa: “La reparación del daño debe ser plena.
Consiste en la restitución de la situación del damnificado al estado anterior al hecho
dañoso, sea por el pago en dinero o en especie (…)”. Algunos ramos son:
 Seguros sobre los Bienes (Incendio, Robo, Cristales, Agro, Gránizo; etc.)
 Seguros sobre los Reclamos (Responsabilidad Civil)
 Seguros sobre los Daños Indirectos (Pérdidas de Beneficios)

Los seguros personales por su parte recaen sobre la persona misma, sea en su
salud y vida como ingresos, y como se enfatizará, no tiene una finalidad
absolutamente indemnizatoria, sino que cabe agregar a ésta última la naturaleza de
previsión, ahorro y capitalización. Entre los principales ramos encontramos:
 Vida
 Accidentes de personales
 Seguro de retiro
 Seguros de Salud
 Seguros de Sepelio

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En nuestro ordenamiento jurídico esta clasificación se la puede observar en la
Ley N° 17.418, Capítulo II –Daños Patrimoniales- (arts. 60 al 127) y Capitulo III –
Personas- (arts. 128 al 156). Cada capitulación posee sus divisiones en secciones,
agrupando los diferentes tipos de contratos regulados que analizaremos en breve.-
Ahora bien, la diferencia principal de estos dos grandes ramos se encuentra
discutida en la doctrina, dado que existe quienes afirman la tesis dualista en la que los
seguros de personas no pueden reducirse y ser explicados en función del principio
indemnizatorio toda vez que el hecho del cobro de un dinero pactado en una póliza no
significa subsumirlo al de una “indemnización” en todos los casos; diferente es el caso
de los seguros de daños patrimoniales cuyo nombre indica o sugiere efectivamente una
indemnización consecuencia de un perjuicio.-
Esta tesis, entonces, parte de que el objeto del seguro es una prestación de
dinero. Dicha prestación según sea un ramo u otro podrá ser de naturaleza
indemnizatoria (patrimonial) o simplemente de previsión y/o ahorro (personas).-
En otro vértice la tesis o concepción unitaria y a la que nos adherimos
comprende que todo contrato de seguro en esencia es abarcativamente indemnizatorio,
puesto que aún en los seguros de personas, para que la empresa cumpla su prestación
dineraria debe verificar la producción del evento/riesgo objeto de póliza; seguir la
corriente contraria impediría que ciertos institutos regulados exclusivamente en el
Capítulo II de la LS en relación a los seguros patrimoniales, tales como el límite de la
suma asegurada, pluralidad de seguros o la nulidad del contrato de quien lo haya
celebrado con la intención de enriquecerse indebidamente no tengan plena eficacia en
los seguros de personas por no encontrarse mencionados en su propio capítulo (ver
primeros artículos del Capítulo II de la LS).-
En los seguros de daños patrimoniales, amén de la existencia y regulación
específica que surja de la norma sobre diferentes tipos de contratos propio de este
ramo (v.g. seguros de animales, responsabilidad civil, etc.), el objeto en líneas
generales implica cualquier riesgo, pero con dos condiciones: (a) que existe un interés
asegurable lícito y (b) que ese interés se traduzca en que el siniestro no ocurra. (art. 60
de la LS).-
Sobre la suma asegurada y su alcance, sobreseguro e infraseguro, como además
el valor tasado y vicio haremos un reenvío a los fundamentos y explicaciones
efectuadas en las unidades anteriores.-

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Así, se tuvo dicho que en virtud de la suma asegurada y alcance de la
indemnización, la suma pactada en póliza opera como límite de la indemnización
excluyendo a estos fines el lucro cesante, salvo pacto en contrario (art. 61 de la LS).
Diremos hasta aquí cómo regla que la aseguradora no puede pagar más allá del límite
propio del daño efectivo y sólo hasta la suma asegurada; en sentido contrario podría
configurarse el instituto de enriquecimiento sin causa.-
Asimismo el art. 66 de la LS aclara que el asegurador no indemnizará los daños
o pérdidas producidos por vicio propio de la cosa, salvo pacto en contrario. Si el vicio
no hubiese provocado la pérdida o el daño y solamente lo hubiere agravado, el
asegurador indemnizará sin incluir el daño causado por el vicio, salvo pacto en
contrario.-
También el art. 63 de la LS expresa que el valor del bien a que se refiere el
seguro se puede fijar en un importe determinado, que expresamente se indicar como
tasación (en este tipo de seguro, el importe que se conviene como suma asegurada es
el que surge tras la intervención de un tasador).-
Podemos profundizar en este desarrollo que todo seguro contiene un "valor
tasado" (llamado también "aprobado") es aquel en que la suma asegurada ha sido
"estipulada" de común acuerdo por las partes al momento de celebrar el contrato de
seguro. -
Entonces, lo que sucede es que se evalúa mediante pericia y con carácter previo
el valor del interés asegurado. Esto garantiza no sólo el pago justo de la prima, sino
además, la determinación de una suma asegurada mayormente objetiva y a la que no
puede luego atribuírsele un exceso o insuficiencia.-
De igual manera, esta cláusula de "valor tasado" o "aprobado" sólo es una
presunción del valor del interés al momento en que se perfeccionó el contrato, pero no
a la fecha del siniestro. -
Como consecuencia de ello, el art. 63 de la LS no impide que eventualmente este
valor tasado pueda ser impugnado cuando supere notablemente el valor real del bien,
circunstancia que deberá ser probada por la parte interesada (la aseguradora).-
Por otro lado el artículo 65 regula los “infraseguros” y “sobreseguros”, es decir,
el resarcimiento sólo hasta el valor asegurado en caso que este fuera inferior al valor
asegurable al tiempo del siniestro (pero no del pago); o si fuera inferior el valor
asegurado sobre el asegurable, debiendo la compañía indemnizar en proporción a

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ambos valores. Así, es que surgió el conflicto en el que la actora se vio agraviada por
no hallarse previsto el caso concreto.-
Nos detendremos aquí con una aclaración: entiéndase por valor asegurable al
valor real del interés asegurable, en tanto el valor asegurado es la suma nominalmente
asegurada en la póliza. En principio, y salvo excepciones, ambos deberían coincidir,
caso contrario estaríamos ante los supuestos de sobreseguro o infraseguro.-
En suma, el infraseguro significa asegurar un bien por debajo de su valor real,
mientras que el sobreseguro sugiere lo contrario, es decir, si al tiempo del siniestro el
valor que se aseguró excede su valor real, la aseguradora sólo está obligada a rescarcir
el perjuicio efectivamente sufrido.-
En caso que exista infraseguro, la norma establece que el asegurador sólo
indemniza el daño en la proporción que resulte de ambos valores (suma asegurada y
valor asegurable), salvo pacto en contrario. Este infraseguro adquiere relevancia al
momento del siniestro y no al comienzo del vínculo jurídico.-
¿Cómo funciona esta regla de “proporcionalidad” entre los valores
mencionados? La regla proporcional es enunciada de la siguiente manera: la
indemnización es al daño, en la misma proporción que la suma asegurada es al valor
asegurable.-
La consecuencia es que el asegurado, al contratar cubriendo insuficientemente el
valor del interés, acepta afrontar personalmente la fracción de los daños no cubiertos
por cuanto ha pagado una prima inferior a la que debía, alterando el equilibrio real que
debió existir para obtener una cobertura real y balanceada entre el valor real del bien y
la suma asegurada.-
La figura de infraseguro específicamente sólo es aplicable en los seguros de
daños patrimoniales cuyo valor sea factible de ser conocido a priori (seguros de
hogar), incluyendo en estos casos sólo algunos seguros de responsabilidad civil
derivados de incumplimiento contractual, pues en la generalidad de estos tipos de
cobertura no hay manera de anticiparse al valor asegurable.-
Cabe destacar que el infraseguro carece de sentido si el siniestro es total (cuando
perjudica o daña la totalidad del interés asegurable), pues la obligación del asegurador
halla su límite en la suma asegurada. En esta hipótesis puede suceder que al
infrasegurarse, el tercero damnificado encuentre insuficiente la indemnización debida,
razón por la que se recuerda el principio de reparación integral que determina la norma

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del art. 1740 del CCyC 1 , lo que habilita al tercero damnificado a reclamar al
asegurado en caso de insuficiente indemnizatoria por parte de la aseguradora.-

SEGUROS DE INCENDIO. DAÑO. CONCEPTO. DOCTRINA.


ARTICULO 85 DE LA LEY DE SEGUROS.

El seguro de incendio se encuentra regulado en los artículos 85 y


siguientes de la LS, expresando inicialmente que: “El asegurador indemnizar el
daño causado a los bienes por la acción directa o indirecta del fuego, por las
medidas para extinguirlo, las de demolición, de evacuación, u otras análogas.
La indemnización también debe cubrir los bienes asegurados que se extravíen
durante el incendio”.-
En líneas generales podemos afirmar que esta cobertura comprende toda
reparación de los daños emergentes de un incendio, abarcando todas las pérdidas
materiales causadas por la acción directa del fuego y de las consecuencias
propias del incendio (indirecta), sin importar cuál es la causa que le diera origen
(salvo los supuestos de exclusión de cobertura de cada póliza).-
Además, del texto de la ley surge que la cobertura importa los perjuicios
derivados de las acciones humanas tendientes a combatir el fuego y de los actos
de salvamento.-
La Ley de Seguros no otorga definiciones que hacen a esta materia, razón por la
que debemos estarnos a las acepciones redactadas en las pólizas comprensivas de esta
cobertura; No obstante ello podemos dar las siguientes definiciones a los meros fines
expositivos:
 FUEGO: Desprendimiento de calor y luz producidos por la combustión
de un cuerpo. Se manifiesta por una serie de fenómenos al reaccionar
rápidamente una materia combustible y otra comburente por medio de la
temperatura. En este sentido cabe poner de manifiesto que el incendio
como tal, es el producto de la acción física y directa del fuego.-
 EXPLOSION: Liberación rápida de la energía. Requiere de una
concentración explosiva de vapor, gas o polvo, una fuente de ignición y
un lugar cerrado.-

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Art. 1740 del CCyC: La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la restitución de la situación
del damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie (…)”

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 AUTO COMBUSTION: Determinados tipos de materiales (pasto,
algodón, etc.) pueden tener auto ignición después de haberse
humedecido. En ciertas condiciones de humedad y temperatura
adecuadas aparecen colonias de bacterias que hacen pasible de
descomposición de estos materiales.-
 RAYO: poderosa descarga natural de electricidad estática producida
durante una tormenta eléctrica, generando un pulso de naturaleza
electromagnética.-
El fuego producto del incendio requiere ser imprevisto y por lo tanto significa
que los bienes siniestrados no debían estar destinados a ser quemados en el lugar y
momento que se produce el hecho dañoso (caso contrario podemos hablar de “fuego
utilitario”).-
En esa senda, el art. 86 de la LS determina que los daños causados por explosión
o rayo quedan equiparados a los de incendio, excluyendo de esta cobertura si dicho
incendio o explosión es causada por terremoto. Esta exclusión puede ser pactada como
un adicional de cobertura si las partes lo convienen así.-
Es por lo expuesto que las pólizas constitutivas de seguros de incendio
comprendan, como regla general en su cobertura, a los daños materiales causados a los
bienes objeto del seguro por la acción directa o indirecta del fuego, rayo o explosión.-
En principio puede ser objeto de este tipo de seguro todas las cosas que estén en
el comercio, cualquiera que sea su naturaleza, siempre que sean pasibles de ser
destruidas o deterioradas por el siniestro, por ejemplo edificios o construcciones, como
también su contenido general (mercaderías, maquinarias, etc.).-
No obstante, pueden existir elementos que a pesar de tener valor, salvo pacto en
contrario, no son asegurables como por ejemplo dinero, cañerías, cercos).-
La etapa formativa de este tipo de contrato se inicia con la suscripción de la
propuesta, que se traduce en un formulario que el futuro cliente realiza, con la mayor
exactitud posible, detallando el lugar de los edificios a asegurar con expresión de sus
linderos; el destino o uso de los inmuebles en cuanto puedan influir en las
circunstancias del riesgo; y la situación dónde se halle guardado los bienes muebles
que sean objeto del contrato.-
A diferencia de lo normado por el art. 71 de la LS, la indemnización se extiende
a:
 Hechos de tumulto popular, huelga y lock out;
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 Hechos de terrorismo y vandalismo;
 Por impactos de aeronaves y vehículos terrestres;
 Por el humo que provenga de desperfectos en el funcionamiento de
cualquier aparato que forme parte de la instalación de la calefacción
ambiental y/o cocina instalados en el bien asegurado, siempre que se
haya previsto el correspondiente conducto para escape de gas y humo.-
Lo expuesto supone que se ha estipulado en consideración al carácter supletorio
del artículo 71 de la precitada ley.-
En la vereda opuesta a las coberturas, sobre las exclusiones de cobertura, como
hiciéramos alusión en reiterados fragmentos de los textos, es imperativo recurrir a la
póliza para su correcta individualización.-
Sin perjuicio de ello doctrina en la materia ha enumerado diferentes supuestos de
siniestros que se encuentran excluidos 2 , a saber: (a) no constituyen incendio el
calentamiento excesivo de una cosa que produzca su pérdida total o deterioro pues no
hay abrasamiento ni llama; (b) Tampoco se hallan cubiertos los daños sufridos por
cosas que están destinadas a ser quemadas de ese modo, como por ejemplo, la caída de
cosas en una chimenea; (c) Lo propio acontece con la autocombustión o fermentación
no seguida de incendio, porque falta la llama; (d) o la combustión de cosas en su lugar
apropiado como es la leña o el carbón.-
Asimismo es una exclusión de responsabilidad las delimitaciones causales
subjetivas previstas en el art. 70 de la LS, por ende y al igual que en cualquier otro
seguro de daño patrimoniales, el dolo o culpa grave del asegurado (o por personas por
quienes éste se sirve y responde civilmente) excluye de responsabilidad a la
aseguradora.-
Finalmente, tampoco se halla cubierto el daño que el siniestro (incendio)
provoque a terceros, pues en ese caso estaríamos refiriéndonos de otro tipo de
cobertura (de responsabilidad civil), conocida como “lindero”.-
Las pólizas de seguro, como cualquier otra de su tipo poseen sumas aseguradas
que limitan la cobertura de la compañía bajo la hipótesis de acaecimiento del riesgo.
Hemos visto que el principio general de la cobertura se encuentra dado por la
circunstancia de que en materia de incendio se indemnicen los daños causados directa
o indirectamente en ocasión de un fuego sobre la cosa por la cual versa el interés.-

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STIGLITZ. Derecho de Seguros. Tomo IV. Ed. La Ley. Bs. As. 2016. Cap. LVII.

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Esto significa que la suma asegurada sirve para fijar la prima del seguro y el
alcance máximo de la prestación, pero no determina el valor de la cosa siniestrada o
del interés, ni aún como presunción.-
Entonces, a los efectos de determinar el resarcimiento una vez acaecido el
siniestro, la LS en su artículo 87 establece que dicho monto de resarcimiento debido
por el asegurador se establece de la siguiente forma:
 Para los edificios, por su valor a la época del siniestro, salvo cuando se
convenga la reconstrucción;
 Para las mercaderías producidas por el mismo asegurado, según el costo
de fabricación; para otras mercaderías, por el precio de adquisición. En
ambos casos tales valores no pueden ser superiores al precio de venta al
tiempo del siniestro;
 Para los animales por el valor que tenían al tiempo del siniestro; para
materias primas, frutos cosechados, y otros productos naturales, según
los precios medios en el día del siniestro;
 Para el moblaje y menaje del hogar y otros objetos de uso, herramientas
y máquinas, por su valor al tiempo del siniestro. Sin embargo,
podrá convenirse que se indemnizará según su valor de reposición.-
A su vez, es menester explicar que las partes pueden pactar en este tipo de
seguros no solo el pago de una indemnización, sino la reposición del objeto
siniestrado. Esto es una derivación razonada de la misma definición de contrato de
seguros (art. 1 de la LS) que permite convenir en dinero o en especie al expresar: “(…)
resarcir un daño o cumplir la prestación convenida si ocurre el evento previsto”.-
Es claro que a raíz de ello rige en plenitud el principio de autonomía de la
voluntad negocial previsto en el art. 959 del Código Civil y Comercial de la Nación.-
Conforme lo precedentemente expuesto, el art. 89 de la LS expresa que si las
partes hubiesen convenido en lugar al pago de una suma asegurada, la reconstrucción
o reposición del bien dañado, el asegurador tiene derecho a exigir que la
indemnización se destine realmente a ese objeto y a requerir garantías suficientes. En
estas condiciones el acreedor hipotecario o prendarlo no puede oponerse al pago, salvo
mora del deudor en el pago de su crédito.-
Finalmente hemos visto que el art. 69 de la LS faculta a la aseguradora a no
indemnizar el lucro cesante, pero el artículo 88 de esta ley, al regular el seguro de

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incendio habilita a las partes a pactar este tipo de indemnización bajo una condición:
Cuando en el seguro de incendio se incluye el resarcimiento del lucro cesante no se
puede convenir su valor.-
La norma profundiza en su redacción, haciendo una aclaración más: “Cuando
respecto del mismo bien se asegura el daño emergente con un asegurador, y con otro
asegurador por el lucro cesante u otro interés especial expuesto al mismo riesgo, el
asegurado debe notificarles sin demora los diversos contratos”.-

SEGUROS DE AGRICULTURA. TIPOS. COBERTURAS. CONCEPTO.


GRANIZO CÁLCULO. HELADA. SEGURO DE ANIMALES.
ESPECIFICACIONES.

La exposición al riesgo climático del sector agropecuario es de naturaleza


incontrolable e imprevisible, es un factor que los productores agropecuarios conocen
de cerca, máxime cuando no se puede tener dominio de los factores naturales y las
leyes de emergencia no siempre dan respuesta efectiva a las necesidades del momento-
Así es como surge el seguro agropecuario cuya función primordial tiene por
objeto la protección de los productos emergentes de la actividad ganadera y de la
agricultura.-
Vale recordar que los seguros de la agricultura se hayan regulados en los arts. 90
y ss. de la LS y desde el plano teórico puede comprender diversos tipos de amenaza,
como ser granizo, sequía o exceso de lluvia. Veamos ahora el principio general de la
cobertura cubierta en la norma ut supra mencionada: “En los seguros de daños a la
explotación agrícola, la indemnización se puede limitar a los que sufra el asegurado
en una determinada etapa o momento de la explotación tales como la siembra,
cosecha u otros análogos, con respecto a todos o algunos de los productos, y referirse
a cualquier riesgo que los pueda dañar”.-
En primera instancia podemos concluir que la Ley de Seguros ha incorporado
una norma que posibilita limitar (convencionalmente) los daños que sufra el
asegurado. La restricción puede referirse entonces a lo siguiente: a (a) una etapa
cualquiera de la explotación agrícola, (b) a todos o algunos de los productos que
integran la explotación y (c) referirse a cualquier riesgo factible de producir daño.
Si observamos la última parte del art. 90 de la LS en torno a la frase: "cualquier
riesgo que los pueda dañar", en principio se puede intuir la existencia de un amplio
abanico de posibilidades en materia de coberturas, pero esta expresión ha sido

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calificado de irrealizable por la magnitud de esos riesgos y su dificultad para reunir los
antecedentes (sean estadísticos y/o de investigación meteorológica) necesarios para
realizar los cálculos probabilísticos necesarios que permitan evaluar el costo real de la
cobertura y su viabilidad. De allí que, en la práctica, se alude al granizo, porque es el
único que por sus características permite esta organización técnica de la empresa.-
Lo dicho no impide que las empresas aseguradoras diseñen e implementes
paquetes o productos de coberturas agro a medida y especificas en funciones de
riesgos mensurables, pero que culminan vinculándose a otros tipos de seguros. Por
ejemplo, paquetes pensados para cubrir acopiadores o distribuidores ante riesgos
emergentes del robo, incendio o accidentes personales.-
La norma del art. 91 de la mentada ley, al igual que sucede con el incendio,
expresa la extensión asegurativa pero no otorga definiciones en la materia. Así, dicho
precepto determina lo siguiente: “El asegurador responde por los daños causados
exclusivamente por el granizo a los frutos y productos asegurados, aun cuando
concurra con otros fenómenos meteorológicos”.-
Lo expresado no impide que la doctrina haya definido al granizo como la caída
de agua congelada, afirmando en el pasado que la cobertura se vinculaba a este
fenómeno en sentido estricto y no a los daños provocados por la lluvia o vientos que lo
precediera, acompañara o sucediera.-
En la actualidad podemos hablar de coberturas en los productos del campo
contra el riesgo del pedrisco, es decir, contra las precipitaciones atmosféricas de agua
helada en masa (granizo).-
Con independencia de ello, la doctrina se encuentra dividida sobre la
indemnización debida cuando el granizo o pedrisco concurre con otros fenómenos,
entendiendo algunos autores que los liquidadores deberán determinar cuál fue la causa
verdadera del daño, mientras que otro sector de la doctrina comprende que el
asegurador debe responder por el perjuicio sin poder discriminar la causalidad.-
Otros conceptos que podemos mencionar en materia agraria son:
 COSECHA FINA: Cultivos invernales que se siembran en mayo/julio y
se cosechan en noviembre/enero (avena, lentejas, cebada, etc.).
 COSECHA GRUESA: Es la de mayor importancia en el País en
relación a la cantidad de hectáreas sembradas y su valor económico.
Comienza a sembrarse en septiembre y finaliza en enero. (girasol, sorgo,
etc.).
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Hasta aquí podemos notar que el riesgo cubierto abarca los daños producidos a
los frutos y productos asegurados ocasionados exclusivamente por el granizo, aunque
éste concurra con otros fenómenos meteorológicos. Este tipo de coberturas es de gran
importancia en Argentina y muy popular en nuestra actividad agrícola, puesto que
cubre la ganancia esperada, al indemnizar el valor que se hubiera obtenido como
cosecha madura de las siembras afectadas, excluyendo posibles pérdidas por otras
circunstancias.-

La cobertura básica de este seguro comprende los frutos y productos que se


aseguren, en la época y estado que se determine, estando estas circunstancias
pormenorizadas en la póliza, por lo que resulta trascendental una remisión a su texto.-
Sin embargo en líneas generales podemos agregar que la indemnización
procederá cuando el daño supere el 6% de la suma asegurada que corresponda a la
superficie afectada al siniestro, pudiendo existir dentro de este producto otras
coberturas como el incendio o resiembra.-
Para calcular la indemnización mencionada el artículo 92 de la LS expresa que el
daño se valuará en función del valor que habrían tenido los frutos y productos al
tiempo de la cosecha si no hubiera habido siniestro, así como el uso a que pueden
aplicarse y el valor que tienen después del daño. El asegurador pagará la diferencia
como indemnización.-
Esta etapa supone que una vez hecha la denuncia dentro de los dentro del plazo
previsto (art. 93 de la LS), se tenga la participación necesaria de peritos o liquidadores
a los fines de determinar el daño de la planta, si es total o parcial, y consecuentemente
el valor que habría tenido al tiempo de la cosecha. Este valor que habría tenido debe
interpretarse, no como lucro cesante, sino el término medio del rendimiento general de
las plantaciones más inmediatas a las dañadas que no fueron perjudicadas por el
granizo.-
Según las condiciones que pacten las partes en uso de la autonomía de la
voluntad, el art. 93 permite que se pueda consensuar un plazo mayor al de tres días
para realizar la denuncia del siniestro, en tanto el art. 94 de la LS habilita
(supletoriamente), que los contratantes puedan postergar la liquidación del daño hasta
la época de la cosecha.-
El fundamento de esta postergación se halla en la posible disconformidad que
exista en la estimación del daño entre el asegurado y el liquidador de la aseguradora.
Los gastos de valuación del daño aceptado por las partes se encuentran a cargo de la
aseguradora.-

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Debe hacerse un paréntesis y aclarar cuestiones relativas a las medidas de
salvamente: El art. 95 de la LS admite que el asegurado pueda realizar, antes de la
determinación del daño y sin consentimiento del asegurador, sólo aquellos cambios
sobre los frutos y productos afectados que no puedan postergarse según normas de
adecuada explotación. Esto debe interpretarse a la luz del art. 72 y siguientes de la LS,
resultando aplicable como regla general en estos supuestos lo concerniente a las
medidas de salvamento y abandono de los bienes afectados al siniestro que se
estudiaron oportunamente.-
A su vez el art. 96 regula la hipótesis de cambio del titular del interés asegurable
y reza lo siguiente: “En caso de enajenación del inmueble en el que se encuentran los
frutos y productos dañados, el asegurador puede rescindir el contrato sólo después de
vencido el período en curso, durante el cual tomó conocimiento de la enajenación. La
disposición se aplica también en los supuestos de locación y negocios jurídicos por
los que un tercero adquiere el derecho a retirar los frutos y productos asegurados”.-
Si bien no se fija un plazo para que la aseguradora rescinda el contrato,
podemos remitirnos de manera supletoria a las reglas generales de cambio de titular
del interés asegurable explicadas anteriormente (art. 82 de la LS), en la medida que el
cambio del titular como la rescisión deben ser comunicadas.-
Finalmente el art. 97 refiere a la helada, haciendo extensivo exactamente las
mismas normas de granizo (arts. 90 al 97 de la LS) a esta figura sin mayores
disquisiciones.-
La helada puede ser conceptualizada como la muerte total de plantas causadas
por la caída brusca de la temperatura y hasta niveles iguales o menores a 0°
centígrados, lo que provoca necrosis en follaje y afectación en la formación de
granos.-
Esta cobertura de helada, junto con el supuesto de exceso de precipitaciones y
vientos fuertes pueden ser, dependiendo la aseguradora, coberturas adicionales a la
básica de granizo.-
Analizaremos ahora los artículos 98 al 108 de la Ley de Seguros que regula el
seguro de animales. El objeto de este tipo de contrato es la vida o salud de los
animales asegurados (art. 98), siendo este tipo de cobertura del tipo individual
(constituido por una suma fija anticipada) o extendiéndose a una pluralidad de
animales (cuyo valor se constituye por una suma asegurada establecida por cada pieza
de ganado).-

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El principio general se halla delimitado en el art. 99 de la LS y consiste en el
riesgo “muerte” del/los animal/es asegurado/s y si se conviene, la incapacidad total y
permanente de los mismos. Entonces, el alcance de la cobertura en este tipo de seguro
predominantemente es la muerte del animal como consecuencia de una enfermedad o
de un accidente, o su incapacidad como consecuencia de un accidente, de tal suerte
que se haga necesario su sacrificio.-
Como toda cobertura y seguro existen exclusiones y limitaciones de cobertura
que deberá estarse en todos los casos a la lectura de la póliza específica, pero sin
perjuicio de ello podemos hacer unas consideraciones generales: existen ciertas
exclusiones de cobertura, salvo pacto en contrario, que obedecen a circunstancias
objetivas, a las ya mencionadas en el artículo 71 de la LS se agrega (a) el incendio,
rayo, explosión, inundación o terremoto; las (b) enfermedades que deban ser
resarcidas con recursos públicos y (c) las ocurridas durante o en ocasión del transporte,
carga o descarga (art. 100 de la LS).-
Otro supuesto de exclusión de cobertura es la edad del animal establecida en la
póliza y podemos señalar como exclusiones generales de responsabilidad subjetiva las
previstas en el art. 70 y específicas del art. 105 de la LS que retomaremos en breve.-
A diferencia de otros tipos de seguros, el art. 102 de la LS faculta al asegurador
un derecho de inspección que no se subsume a la hipótesis de producción de siniestro,
puesto que la disposición legal permite a la compañía inspeccionar los animales en
cualquier tiempo, pero debiendo afrontar el costo del veterinario que éste designe para
estos fines.-
Otra particularidad que prevé la ley para estos seguros es el plazo de denuncia,
que en su art. 103 lo reduce a 24 horas de producido el siniestro, es decir, la muerte,
enfermedad o accidente aunque no sea el riesgo cubierto.- (revisar aquí el art. 6 del
CCyC sobre el computo de plazos en horas).-
Producido el siniestro (muerte, enfermedad o accidente) la Ley de Seguros en el
art. 104 expresa una carga de salvamento en cabeza del asegurado: dar intervención
inmediatamente a un veterinario, y si no lo hay, un práctico; caso contrario y salvo una
excepción, se torna aplicable el artículo 105 y la conducta del asegurado puede ser
calificada como dolosa o culposa en sentido grave.-
Así las cosas, el art. 105 expresa: “El asegurado pierde el derecho a ser
indemnizado si maltrató o descuidó gravemente al animal, dolosamente o por culpa
grave especialmente si en caso de enfermedad o accidente no recurrió a la asistencia

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veterinaria (articulo 104) excepto que su conducta no haya influido en la producción
del siniestro ni sobre la medida de la prestación del asegurador”.-
En caso de inutilidad del animal, el asegurado dentro de las medidas de
salvamento no puede sacrificar el animal, salvo excepciones. De esa manera el art. 106
de la LS dice que el asegurado no puede sacrificar al animal sin consentimiento del
asegurador, excepto que:
 Sea dispuesto por la autoridad competente;
 Según, las circunstancias sea tan urgente que no pueda notificar al
asegurador. Esta urgencia se establecerá por dictamen de un veterinario,
o en su defecto, de dos prácticos;
Si el asegurado no ha permitido el sacrificio ordenado por el asegurador, pierde
el derecho a la indemnización del mayor daño causado por esa negativa.-
Ahora bien, el cálculo indemnizatorio se determina en consideración al valor
tasado en la póliza (regulado en el art. 63 de la LS) y no es otro que el establecido al
tiempo del siniestro, importe del que deberá deducirse el que se obtenga por la venta
de residuos. Se lo hace a través de una norma imperativa que dice así: “Artículo 107.-
La indemnización se determina por el valor del animal fijado en la póliza”.-
De cualquier manera la muerte del animal se halla condicionada hasta un mes
después de extinguida la relación contractual, siempre que haya sido causada por
enfermedad o lesión producida durante la vigencia del seguro. Lo dicho impone al
asegurado la carga de conservar durante ese lapso intacto el cadáver para la autopsia
(art. 108 de la LS).-
Como corolario del art. 108 de la LS, el precepto aclara que el asegurador no
tiene derecho a rescindir el contrato cuando alguno de los animales asegurados ha sido
afectado por una enfermedad contagiosa cubierta.-

UNIDAD XV. SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL. ASPECTOS


GENERALES. PRINCIPIOS QUE LO RIGEN. ACTUALIDAD
JURISPRUDENCIAL Y DOCTRINAL. CLAIMS MADE. SEGUROS
OBLIGATORIOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL.

Avanzando con los diferentes tipos de seguros de daños patrimoniales, uno de


los más reconocidos es el denominado “responsabilidad civil”. Si bien popularmente

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se los reconoce dentro de los seguros de automotor, lo cierto es que su extensión
pertenece a un universo aún mayor.-
La responsabilidad civil es la obligación que racae sobre una persona de
responder (y consecuentemente reparar) por el daño causado a otro, por un equivalente
monetario, habitualmente mediante el pago de indemnización por los perjuicios
sufridos, incluyendo en ciertos supuestos con prescindencia de la idea de culpa
subjetiva 3 . De allí que el artículo 109 de la LS define el alcance de este tipo de
coberturas en el que el asegurador se obliga a mantener indemne al asegurado por
cuanto deba a un tercero en razón de la responsabilidad prevista en el contrato, a
consecuencia de un hecho acaecido en el plazo convenido.-
Los seguros de responsabilidad civil en algunos casos pueden ser obligatorios,
en la medida que exista una fuente legal o administrativa que así lo determine para el
ejercicio de ciertas actividades o profesiones (por ejemplo el seguro automotor
previsto en La Ley de Tránsito N° 24.449, art. 68); caso contrario la contratación del
seguro será de carácter voluntario.-
Son incontables las hipótesis generadoras de responsabilidad civil que pueden
suceder. En efecto, de los hechos humanos, voluntarios e ilícitos, generadores de
daños resarcibles en favor de terceros, no es posible encontrar un criterio que abarque
todos los casos en que la responsabilidad civil sea comprensiva.-
Sin embargo lo expuesto no impidió a doctrina calificada en la materia señalar
de la definición de la LS, ciertas notas características a este tipo de contrato, entre
ellas4:
 La obligación que tiene la aseguradora es para con el tomador/asegurado,
aunque en ciertos supuestos la cobertura pueda extenderse a terceros
como sucede con el conductor autorizado que no es titular del vehículo ni
de la cobertura.-

3
Repasemos los siguientes artículos del CCyC: -Art. 1757- “Hecho de las cosas y actividades
riesgosas. Toda persona responde por el daño causado por el riesgo o vicio de las cosas, o de las
actividades que sean riesgosas o peligrosas por su naturaleza, por los medios empleados o por las
circunstancias de su realización. La responsabilidad es objetiva. No son eximentes la autorización
administrativa para el uso de la cosa o la realización de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas
de prevención.” (…) Art. -1758- “Sujetos responsables. El dueño y el guardián son responsables
concurrentes del daño causado por las cosas. Se considera guardián a quien ejerce, por sí o por
terceros, el uso, la dirección y el control de la cosa, o a quien obtiene un provecho de ella. El dueño y
el guardián no responden si prueban que la cosa fue usada en contra de su voluntad expresa o
presunta. En caso de actividad riesgosa o peligrosa responde quien la realiza, se sirve u obtiene
provecho de ella, por sí o por terceros, excepto lo dispuesto por la legislación especial”.
4
STIGLITZ. Derecho de Seguros. Tomo IV. Ed. La Ley. Bs. As. 2016. Cap. XLIX.

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 Esto permite deducir que el sinalagma se realiza en favor del
asegurado/tomador y no en miras de un futuro y eventual tercero
(victima).-
 La obligación principal de la aseguradora es mantener indemne al
asegurado de la responsabilidad civil emergente del contrato, pero sólo
en la medida del seguro. La excepción a este principio está dada dentro
de los seguros de responsabilidad civil, en los seguros de automotor,
dónde se garantiza al conductor autorizado como sujeto indeterminado en
una cláusula de la póliza (tercero beneficiario).-
 El tercero damnificado no es parte del contrato (victima) y ello significa
que el texto legal tolera que se extiendan los efectos del contrato
celebrado entre el tomador/asegurado y la empresa (indemnización), pero
no lo habilita a invocar el instrumento en su favor. Lo dicho guarda
armonía con la previsión legal del art. 1022 del CCyC.
 Por lo expuesto, el tercero damnificado es titular de un derecho contra el
asegurado y cuyo objeto es el resarcimiento del daño producto de un
hecho lesivo, sea contractual o extracontractual5.-
 Y por ende, la función de la aseguradora no es ser sujeto pasivo de ese
derecho, por cuanto no ha cometido hecho lesivo alguno contra la
víctima, sino ser garante del asegurado en virtud de un contrato que así lo
establece. Esto a los fines de mantener la integridad o incolumidad del
patrimonio de su cliente, el tomador/asegurado.-
 Es por lo precedentemente dicho que la causa de este tipo contractual es
la indemnización del daño derivado del surgimiento de una deuda de
responsabilidad.-
Destacamos que el hecho de que el tercero damnificado sea ajeno al contrato lo
posiciona de manera parcialmente desventajosa a los efectos jurídicos.-
Por un lado y de manera favorable, el crédito del tercero damnificado tiene
privilegio sobre la suma asegurada y sus accesorios, con preferencia sobre el
asegurado y cualquier acreedor de éste, aun en caso de quiebra o de concurso civil (art.

5
Recordemos aquí que, aunque exista una unificación con la actual codificación en orden a los dos tipos
de responsabilidad, a los fines didácticos debemos distinguirlas: Responsabilidad Contractual deriva de
un incumplimiento de una obligación que existe predeterminadamente entre las partes, mientras que la
Responsabilidad Extracontractual nace cuando el daño causado no tiene su origen en una relación
contractual, sino en cualquier actividad bajo el deber genérico de no dañar.-

16
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118, primer párrafo de la LS). Además, en el supuesto caso de un juicio entre la
víctima y el asegurado, cualquiera de ambas partes puede citar a la aseguradora como
tercero en garantía (pero sólo hasta la etapa procesal de apertura de causa a prueba), y
en ese caso la sentencia que se dicte hará cosa juzgada respecto de la compañía y será
ejecutable contra ésta en la medida del seguro (art. 118, párrafo segundo y tercero de
la LS).-
Pero en otra vertiente no siempre el límite de la suma asegurada o de la
cobertura es suficiente para cubrir integralmente el daño producido, debiendo
responder el tomador/asegurado por los importes no cubiertos. Así, los contratos de
responsabilidad civil se caracterizan por estipular una suma asegurada, que vinculada a
la magnitud del daño causado y el límite de dicha garantía, el asegurado puede a pesar
de la cobertura, sufrir una merma patrimonial en función de la pretensión de la
contraria.-
Esto es así por diversas circunstancias, sea porque la cobertura de
responsabilidad civil es muy limitada en su cuantía, por la existencia de franquicias o
por las mismas causales de exclusión de responsabilidad.-
De cualquier manera bajo el principio de reparación plena previsto en el art.
1740 del CCyC, si la sentencia de condena o, en su caso, la transacción, desborda la
obligación patrimonial del asegurador (la suma asegurada), será el asegurado quien
asuma el daño no cubierto, sin perjuicio de la garantía a cargo del primero en torno a
intereses y costas (art. 110 de la LS), y conforme a la regla proporcional regulada por
el artículo 111 de la Ley de Seguros. Esto puede perjudicar no solo al asegurado por la
eventual disminución patrimonial y su endeudamiento, sino al propio tercero, quién a
prima facie no verá satisfecha su pretensión, debiendo avanzar en la judicialización de
sus intereses con el consecuente riesgo de recurrir contra una persona que no posee la
misma liquidez patrimonial que la aseguradora.-
Esta reflexión nos conduce a preguntarnos ¿Qué calidad ostentan los terceros
damnificados respecto de las consecuencias derivadas de un contrato de seguro?
¿Pueden ser señalados como consumidores de la compañía de la parte contraria? La
respuesta que se obtenga permitirá cambiar el escenario en tanto se pueda o no aplicar
el estatuto de consumo imperante en el País a favor del tercero damnificado.-
Sin intención de profundizar diremos que este tema fue ampliamente debatido,
dividiéndose la doctrina en dos grupos de opiniones. Parte de ella los considera

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consumidores en calidad de “bystander”, indirectos o potenciales, dependiendo que el
seguro sea obligatorio o voluntario6.-
Otro segmento de la doctrina observa a la figura como un real tercero ajeno a la
relación de consumo entre aseguradora y asegurado, por no configurar ella una
estipulación de consumo a favor de un tercero en los términos del artículo 1027 del
CCyC7, no siendo el daño ocasionado resarcible por acción directa 8, acción que bien
podría permitir al asegurado justificar su posición como consumidor de segunda línea.
De allí que el reclamo que pueda hacer el tercero se origina por el menoscabo sufrido
por la conducta del asegurado contraria a derecho y no causalmente por una relación
contractual que es exclusiva entre asegurado/beneficiario y aseguradora 9. -
Aclarado ello, sabemos que la garantía que debe cubrir la aseguradora se detalla
en el art. 110 de la LS y comprende: (a) el pago de los gastos y costas judiciales y
extrajudiciales para resistir la pretensión del tercero. Cuando el asegurador deposite en
pago la suma asegurada y el importe de los gastos y costas devengados hasta ese
momento, dejando al asegurado la dirección exclusiva de la causa, se liberará de los
gastos y costas que se devenguen posteriormente; (b) El pago de las costas de la
defensa en el proceso penal cuando el asegurador asuma esa defensa.-
Ahora bien al margen de la garantía que comprende esta cobertura y más allá del
límite de pactado por medio de la suma asegurada cabe interrogarnos ¿Cuál es el
alcance de la prestación de la aseguradora ante una deuda por responsabilidad civil? El
precitado articulo expresa lo siguiente (art. 111 de la LS): “El pago de los gastos y
costas se debe en la medida que fueron necesarios.-
Regla Proporcional. Si el asegurado debe soportar una parte del daño, el
asegurador reembolsará los gastos y costas en la misma proporción.-

6
SOBRINO, WALDO A. R. “Consumidores de Seguros”. Ob. Cita. Págs. 595 y ss.
7
Art. 1027, CCyC: “(…) Si el contrato contiene una estipulación a favor de un tercero beneficiario,
determinado o determinable, el promitente le confiere los derechos o facultades resultantes de lo que
ha convenido con el estipulante. El estipulante puede revocar la estipulación mientras no reciba la
aceptación del tercero beneficiario; pero no puede hacerlo sin la conformidad del promitente si éste
tiene interés en que sea mantenida. El tercero aceptante obtiene directamente los derechos y las
facultades resultantes de la estipulación a su favor. Las facultades del tercero beneficiario de aceptar
la estipulación, y de prevalerse de ella luego de haberla aceptado, no se transmiten a sus herederos,
excepto que haya cláusula expresa que lo autorice. La estipulación es de interpretación restrictiva”.
(El subrayado nos pertenece).
8
Art, 736 CCyC: “(…) Acción directa es la que compete al acreedor para percibir lo que un tercero
debe a su deudor, hasta el importe del propio crédito. El acreedor la ejerce por derecho propio y en su
exclusivo beneficio. Tiene carácter excepcional, es de interpretación restrictiva, y sólo procede en los
casos expresamente previstos por la ley”.-
9
STIGLITZ, RUBÉN S. - STIGLITZ, GABRIEL A. “Contratos por adhesión, cláusulas abusivas y
protección al consumidor”. Ob. Cita. Pág. 196.-

18
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Instrucciones u órdenes del asegurador. Si se devengaron en causa civil
mantenida por decisión manifiestamente injustificada del asegurador, este debe
pagarlos íntegramente.-
Rechazo. Las disposiciones de los artículos 110 y del presente se aplican aun
cuando la pretensión del tercero sea rechazada”.-
Entonces, la única excepción a la regla general de costas a cargo de la compañía
mencionada líneas arriba, es que la indemnización debida por el asegurador no incluye
las penas aplicadas por autoridad judicial o administrativa (art. 112 de la LS).-
Los límites de la garantía y alcances de la prestación históricamente han sido
objeto de debate jurisprudencial y doctrinario en materia de responsabilidad civil,
especialmente en función de las leyes tuitivas de consumo que no son ajenas a estas
circunstancias. Un caso práctico es la sentencia en autos “Aimar, María Cristina y
otro C/ Molina, José Alfredo y otros S/ Daños y Perjuicios (acc. tran. C/ Les. o
muerte)” y “Aldasoro y Compañía S.A. y otro C/ Molina José Alfredo y otros S/
Daños y Perjuicios (acc. tran. c/ les. o muerte)” 10.-
En dichos expedientes judiciales se resolvió la responsabilidad civil derivada de
un accidente de tránsito entre automotores ocurrido durante el año 2010, donde
resultaron fallecidos ambos conductores y cuyas pólizas vigentes al momento del
siniestro tenían un límite total asegurado que ascendía a $3.000.00011. La alzada, en
armonía con lo resuelto por el juez de primera instancia decidió, entre diversas
cuestiones, valorar los daños resarcibles por un importe superior al previsto en la
póliza mencionada, especialmente porque a la fecha ese importe establecido no estaba
firme y pago, pero a diferencia del fallo de primera instancia, la Cámara declaró
abusiva la cláusula de la póliza que fijó dicho límite.-
Sin embargo, ocho años después del hecho que hiciera exigible la
indemnización, por medio del recurso de queja interpuesto por la citada en garantía
ante la C.S.J.N. 12 , sin mayores argumentos que la invocación sobre jurisprudencia

10
CNCiv. Sala “C”. 26/05/2016. “Aimar, María Cristina y otro C/ Molina, José Alfredo y otros S/
Daños y Perjuicios (acc. tran. C/ Les. o muerte)” y “Aldasoro y Compañía S.A. y otro C/ Molina José
Alfredo y otros S/ Daños y Perjuicios (acc. tran. c/ les. o muerte)”. Sentencia única sobre Exptes. N°
31.171/2012 y 93.561/2012. Fuente: www.elDial.com AA999B.
11
Recordemos que quién fija los límites de las sumas aseguradas como órgano de control, es la SSN
mediante sus resoluciones.-
12
CSJN. 24/04/18. “Aimar, Maria Cristina y otro el Molina, José Alfredo y otros S/ Daños y Perjuicios
(aee. trán. el les. o muerte)”. Recurso de Hecho. CIV 3ll7l/20l2/2/RHl y “A1dasoro y Compañía S.A.

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anterior de fijado por el Máximo Tribunal, decide revocar la sentencia de su inferior
directo, y en consecuencia declara la oponiblidad de los límites establecidos en el
contrato de seguros vigente al momento del hecho y no al momento del pago, es decir,
la aseguradora podría oponer ese límite de cobertura contra la actora, debiendo recurrir
al asegurado por los montos pendientes.-
El tema de los límites asegurativos en la responsabilidad civil ha dejado mucho
que desear en nuestro ordenamiento jurídico pasado y vigente, y que como ha dicho
WIERZBA, los dos grandes ramos de cobertura en la responsabilidad civil cuyas
pretensiones en el ámbito judicial suelen exceder estos límites son los seguros de
automotor y el de responsabilidad civil profesional (mala praxis), sea por el tiempo
que se demora una resolución firme y consentida, o la mayor de las veces acompañado
por los procesos inflacionarios que cíclicamente asolan a la economía de nuestro
país13.-
La divergencia nace aquí de la mano que, si se resuelve un monto muy distante
del límite en la suma asegurada, deviene lógico que a través del principio de
reparación integral, el resto del importe sea solventado por el demandado, es decir, el
asegurado. Este fue el criterio sostenido por la C.S.J.N., a lo largo del tiempo, tal como
aparece expresado en la ya mencionadas causas “Flores” y “Albo”14; manteniendo
estas limitaciones convencionales el sesgo de oponibilidad de estos límites a los
terceros damnificados, fundado en la expectativa de cumplirse con una función social,
a través de un costo del seguro más económico y asequible a un mayor número de
asegurados, y por ende obtener así mayor acceso de estas coberturas a la población
con menos recursos.-
Se trata entonces de obtener coberturas disminuidas para favorecer el
nacimiento de seguros más baratos, o bien, seguros a “la carta” basados en el grado
de aversión al riesgo de cada contratante y a la indemnización debida de todo
damnificado. Esto también podría considerarse como una posible interpretación
económica de las franquicias como límite de cobertura.-
Otro caso particular que hemos de mencionar y pasible de ser considerado una
causal de exclusión de responsabilidad automotor, tiene que ver con la calidad de

Cl Molina, José Alfredo y otros S/ Daños y Perjuicios (acc. trán. sin lesiones)'". CIV
93561/2012/3/RH1
13
WIERZBA, SANDRA M. “Seguro de responsabilidad civil. Tensiones en torno a la oponibilidad de
sus límites”. Ob. Cita. Págs. 25 y ss.
14
También CSJN ha seguido en la misma línea en otros fallos, tales como “Cuello Patricia C/ Lucena,
Pedro S/ Daños. Y Perjuicios” (C.724.XLI. 07/08/2007). Fuente: http://sjconsulta.csjn.gov.ar

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“tercero” que asignan los contratos de seguro de este tipo. Es habitual encontrar en las
pólizas de responsabilidad civil, salvo pacto en contrario, que no se considere tercero
al cónyuge y los parientes del asegurado hasta el tercer grado de afinidad o
consanguinidad, (b) las personas en relación de dependencia laboral con el asegurado
en tanto el evento se produzca en oportunidad o con motivo del trabajo y (c) los
pacientes transportados en ambulancias u otras personas en otros tipos de vehículos
con exceso de capacidad. -
Esta exclusión ha sido parcialmente flexibilizada mediante Res. 39.327/15 de la
SSN, admitiendo la cobertura en caso de muerte o invalidez total y permanente del
cónyuge, unión-conviviente, y/o los parientes del conductor y/o asegurado hasta el
tercer grado de consanguinidad o afinidad, en carácter de pasajeros del vehículo
asegurado.-
Por expresado lo expuesto y, fuera del análisis jurisprudencial y doctrinario que
vamos a realizar líneas abajo, cabe señalar que al menos como principio, que ni el
asegurado ni el conductor autorizado en el riesgo automotor, se hallan legitimados
para demandar al asegurador por sus propios daños derivados de un siniestro en el que
hayan participado como conductores o acompañantes. Lo que acontece es que el
conductor autorizado no es parte contractual ni tercero absoluto.-
No es contratante, pues no participa en la celebración del contrato. Tampoco es
un tercero absoluto o un extraño en punto a la celebración del contrato, y ello en razón
que su rol en el contrato lo ubica en la categoría de beneficiario de una "estipulación
por otro" constituida en su favor.-
Sin embargo esta intención jurídica de eximir de responsabilidad a la compañía
aseguradora por la calidad de “tercero” ha sido cuestionada en sede judicial, Merece
ser destacado lo resuelto por el Juzgado Nacional de 1ra. Inst. N°8, en “Consumidores
Financieros Asociación Civil para su defensa C/ Liderar Cía. de Seguros S/
Ordinario”15.
En este caso la O.N.G. “Consumidores Financieros Asociación Civil” inició un
proceso colectivo, en el marco de una demanda que nucleaba ciento veintidós juicios
contra cuarenta y dos compañías de seguros, por la incorporación de dos cláusulas
abusivas en los contratos de seguros, según la Resolución N° 36.100/11 de la SSN.-

15
Juzgado Nacional de 1ra Inst. N°8. 20/10/14. “Consumidores Financieros Asociación Civil para su
defensa C/ Liderar Ciá. de Seguros S/ Ordinario”. Fuente: http://dpicuantico.com/sitio/wp-
content/uploads/2014/12/Consumidor-Jurisprudencia-2014-12-02.pdf

21
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Se trataba precisamente de las cláusulas eximentes de responsabilidad en
aquellos siniestros derivados en perjuicios de: a) “el cónyuge o parientes del
asegurado, o del conductor hasta el tercer grado de afinidad o consanguinidad”
(cláusula 6, inc. i.1 del Seguro Obligatorio de Responsabilidad Civil); b) “indemnizará
al cónyuge o conviviente en aparente matrimonio y parientes del asegurado,
conductor o propietario registral hasta el tercer grado de consanguinidad o afinidad”
(cláusula 17.1 del Seguro voluntario, Condiciones Generales de Responsabilidad
Civil).-
El argumento principal de la parte actora es que se trató de una exclusión de
responsabilidad delibrada e inserta expresamente en todos los contratos de seguros,
que por el tipo de seguro y el interés asegurable, la gran mayoría de los pasajeros
transportados son alcanzados por esta exclusión contractual; por su parte la
demandada se justificó en que se trata de un forma de desalentar los reclamos entre
familiares y también de evitar fraudes. Por otra parte, se amparó en la existencia de
una disposición establecida por la Superintendencia de Seguros de la Nación, órgano
autorizante de la emisión de estos tipos de cláusulas.-
A nuestro juicio, los argumentos esgrimidos por la aseguradora, resultaron
válidos, pero limitados a una realidad que no representa necesariamente la totalidad de
los casos.-
Retomando el análisis jurisprudencial del Juez Nacional de 1ra Instancia N° 8,
en primer lugar el juzgador admitió la validez de la legitimación activa para actuar de
manera colectiva en un proceso judicial, bajo el razonamiento de que de no hacerlo,
sería quitarle el sentido a la ley y la Constitución Nacional, alegando así que lo dicho
“(…) no gira sobre una estricta noción de indivisibilidad en el sentido de que sólo
deben considerarse comprendidas bajo su órbita aquellas pretensiones cuyo objeto
sea materialmente indivisible (…)”. Continuó diciendo: “(…) Otorgarle legitimación
a la accionante es la mejor forma de garantizar a los consumidores los derechos que
contiene la Carta Magna, quienes está claro no promueven individualmente
cuestiones que entrañan escasa entidad patrimonial e importan introducirse en el
aparato judicial (…)”.-
Haciendo un estudio del Código Civil y la Ley 24.240, y proyectándose al nuevo
Código Civil y Comercial, el juez invocó principios como la buena fe y se remitió al
entendimiento de que en el caso, por un lado existe una cláusula de no seguro, cuyo
tipo convencional describe a la responsabilidad civil entre familiares, supuesto que

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sucede y como dijimos, en la gran mayoría de los casos; no obstante, no existe
impedimento de ningún orden sobre la factibilidad de que un familiar demande a otro.-
Por otro lado respecto a un posible fraude a la ley o connivencia el magistrado
no observa justificativo suficiente, dado que, para que este supuesto se dé, un familiar
debe necesariamente lesionar o matar a otro, cuestión poco razonable. De esa manera
estas cláusulas crean una presunción iuris et de iure de mala fe del asegurado,
violando los arts. 37 y 57 de la LDCU.-
A su vez, el magistrado desde una realidad práctica se imagina que aquel que
quiera realizar una simulación y orquestarla para obtener el reconocimiento del seguro,
no precisa necesariamente de un familiar, puesto que con un sujeto de confianza basta
para realizar dicha maniobra.-
También, desde la función social se hace constar que siendo esta exclusión
común hasta para los seguros obligatorios, se supone que se pretende aunque sea
mínimamente indemnizar a la totalidad de las víctimas por siniestros viales, resultando
de tales exclusiones una agravación seria por abarcar la mayoría de las hipótesis de
facto. Es así que tanto la Ley de Tránsito como la Ley de Seguros al mencionar los
seguros de responsabilidad civil, no hace distingo alguno entre terceros parientes o no
parientes.-
Así fue que se falló en contra de la aseguradora, declarando inconstitucional y
abusiva al menos la cláusula en relación a la exclusión por parentesco o afinidad, y
ordenando a la SSN que decrete los actos administrativos pertinentes para poner fin a
la continuidad de estos “no seguros”.-
Lamentablemente esta resolución jurisdiccional no llegó muy lejos por una
cuestión de forma, no llegando a debatirse siquiera el fondo de la cuestión. La Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Comercial16, rechazó el fallo atento a que no existía
legitimación activa para llevar adelante el proceso colectivo dado que no se cumplían
todos los presupuestos mencionados en el leading case “Halabi”, es decir, que el
interés individual considerado aisladamente no justifique la promoción de una
demanda, existiendo planteos pendientes de algunos de los damnificados directos ante
tribunales distintos, pero por la misma causa.-

16
CNCom. Sala “D”. 03/12/15. “Consumidores Financieros Asociacion Civil para su defensa C/
Liderar Ciá. de Seguros S/ Ordinario”.
Fuente:http://www.pjn.gov.ar/Publicaciones/00021/00101700.Pdf

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Sin perjuicio del caso traído a colación, existen otros fallos de similares
características. A los efectos de ilustrar esta circunstancia, es válido traer al análisis un
fallo de la justicia mendocina, el que resuelve no hacer lugar la eximición de cobertura
por idéntica circunstancia, declarando la nulidad de ambas cláusulas de exclusión de
responsabilidad de la aseguradora en que una resultaron damnificados la ex suegra y
ex nuera que tuvieron una colisión vial, y en el que resultó fallecido un hijo que fuera
concebido dentro del matrimonial, años antes de un divorcio17.-
Continuando con el desarrollo de la responsabilidad civil, el art. 113 de la LS
menciona que en los seguros de responsabilidad civil por ejercicio de una industria o
comercio, también comprende las responsabilidades de las personas con funciones de
dirección (aquí podemos hablar de los Seguros de Errores y Omisiones, y la cobertura
de Directors & Officers).-
Respecto de las causas de eximición de responsabilidad de la aseguradora, el
artículo 114 de la Ley N° 17.418 libera a la compañía en caso de dolo o culpa grave
del asegurado. Esta pauta es similar a la regla general del ya mencionado art. 70 del
mismo cuerpo normativo. Para mayor comprensión de la temática nos remitiremos a lo
estudiado en el manual de la Unidad XII, en oportunidad de estudiar las cargas y
exclusiones de responsabilidad.-
Solo nos detendremos a realizar el siguiente razonamiento: se tiene
reiteradamente decidido que la exclusión de cobertura referida al dolo o culpa grave
del asegurado, configura un supuesto de delimitación subjetiva del riesgo sólo
aplicable a éste, por lo que a diferencia de lo que exprese las condiciones generales de
contratación, la exclusión podría ser impugnada de ser extendida al conductor
autorizado (en los seguros automotor). Y ello en razón que el art. 114 de la LS
constituye una norma sólo factible de ser modificada a favor del asegurado (art. 158 de
la LS) y no al revés.-
Aquí es importante es señalar lo normado en el art. 116, párrafo segundo, puesto
que al asegurado le está vedado el reconocer su responsabilidad o celebrar transacción
sin anuencia del asegurador. Cuando esos actos se celebren con intervención del
asegurador, éste entregará los fondos que correspondan según el contrato en término
útil para el cumplimiento diligente de las obligaciones asumidas; Diferente es el caso
que exista un proceso judicial en el que se interrogue o indague al asegurado,

17
Cámara de Apel. de San Rafael, Mendoza. 04/09/17. “G.M.A. C/ S.G.E. y otros S/ Daños y Perjuicios.
(Accidente de Tránsito)”. Expte. N° 29108/3799. Fuente: www.elDial.com (AAA3B9)

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circunstancia que no liberará a la empresa de su vínculo legal con el cliente sí
reconoce hechos que deriven de su responsabilidad (art. 116, párrafo tercero).-
En relación a la denuncia del siniestro para este tipo de cobertura, se mantiene la
regla general plasmado en el art. 46 de la LS, toda vez que el art. 115 de la misma ley
describe la carga del asegurado de denunciar el hecho del que nace su eventual
responsabilidad en el término de tres días de producido, si es conocido por él o debía
conocerlo; o desde la reclamación del tercero, si antes no lo conocía. Asimismo dará
noticia inmediata al asegurador cuando el tercero haga valer judicialmente su derecho
(y la aseguradora no haya tenido conocimiento del reclamo).-
En este último caso, regulado propiamente para los seguros de responsabilidad
civil, cuando el asegurado/tomador no se anoticie del siniestro por cuenta propia, sino
por la notificación de un reclamo del tercero por vía judicial, la notificación que el
cliente tenga que hacer a la aseguradora será inmediata, es decir, en el mismo día o día
siguiente hábil, acompañando toda la documental con la que se haya notificado al
demandando. En los casos que suceda esta hipótesis en los seguros de responsabilidad
civil automotor, la aseguradora deberá asumir o declinar la defensa en los dos días
hábiles de haberse notificado del juicio; caso contrario se entenderá que ha asumido la
defensa si no la declina expresamente.-
Una vez efectuada la denuncia, o bien tomado conocimiento del siniestro por
parte de la empresa, el asegurador se encuentra facultada a examinar las actuaciones
administrativas o judiciales motivadas o relacionadas con la investigación del siniestro
y constituirse en parte civil en la causa criminal (art. 117 de la LS).-
Si existiese pluralidad de damnificados, la indemnización debida por el
asegurador se distribuirá a prorrata. Cuando se promuevan dos o más acciones, se
acumularan los diversos procesos para ser resueltos por el juez que previno (art. 119
de la LS).-
Para final este segmento, debemos destacar que las pólizas de responsabilidad
civil pueden estar redactadas con diferentes modalidades de cobertura. Estas son:
 BASE OCURRENCIA: Cubren los hechos ocurridos durante la
vigencia de la póliza, independientemente de cuando se reclama y sólo
hasta la suma vigente al momento del hecho. Es la modalidad más
frecuente y la utilizada para las coberturas de responsabilidad civil
extracontractual (v.g. automotor);

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 BASE CLAIMS MADE (BASE RECLAMO): Cubren los reclamos de
hechos ocurridos y denunciados durante la vigencia de la póliza (pero la
póliza debe estar vigente al momento del reclamo). Esta modalidad
puede hallarse en las coberturas de responsabilidad civil profesional;
Nótese aquí la diferencia entre base ocurrencia y base reclamo radica no en
cuándo sucedió el hecho dañoso, sino en el momento que se hizo el reclamo
mismo.-
 MIXTO: OCURRENCIA/ CLAIMS MADE: Algunas aseguradoras
optan por incluir una cláusula de conversión (normalmente con costo
adicional al asegurado), en la que se otorga una continuidad de la
cobertura para reclamos de hechos ocurridos entre la fecha del primer
contrato y las del inicio de las renovaciones que se hagan, y que se
manifiesten luego de la cancelación de la póliza.-
Veamos un ejemplo práctico: Se contrata una cobertura de responsabilidad civil
con vigencia anual durante el año 2019 y al finalizar el plazo el asegurado decide no
renovar el contrato, pero dos años después es demandado (2021) por un hecho
acaecido durante la vigencia del seguro. La compañía responderá en caso de la
cobertura base ocurrencia.-
Tomamos nuevamente el mismo ejemplo precedentemente expuesto, el
asegurador no se hará responsable bajo la modalidad de cobertura claims made, en la
medida que no se den dos presupuestos: (a) El siniestro haya ocurrido durante la
vigencia de una póliza de la compañía, y (b) Que al momento del reclamo el asegurado
tenga una cobertura vigente con dicha empresa (aunque el hecho haya ocurrido
durante la vigencia de la póliza, lo importante es determinar cuándo se hizo el
reclamo).-
Doctrina ha criticado manifiestamente la cobertura claims made por ilegitima en
los términos del CCyC (art. 988 y 1117) y de la LDC (arts. 37, incisos a y b), dado que
a criterio de algunos autores limita temporalmente la garantía asegurativa, ampliando
inequitativamente los derechos del asegurador y restringiendo los del asegurado.
Generándose así una desnaturalización de las obligaciones.-

SEGURO AUTOMOTOR. REGIMEN JURÍDICO.


CARACTERIZACIÓN. DAÑO TOTAL. LICENCIA DE CONDUCIR.

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SCORING. JURISPRUDENCIA. RESOLUCIONES DE LA SSN. SUMAS
MÁXIMAS.

Anteriormente hemos visto que la responsabilidad civil, en materia asegurativa,


representa un universo mayor al automotor, comprendiendo diversos tipos de
coberturas según el tipo de póliza que la represente (v.g. responsabilidad civil
profesional, de garage, para colegios, por suministro de alimentos, etc.).-
En el caso particular veremos el Régimen Jurídico de Seguros Automotor y
las diferentes resoluciones de la SSN.-
La era del automóvil con sus problemas es un hecho consolidado en el tiempo.
Y si bien es cierto, que las tecnologías, máquinas y en especial los vehículos son una
señal de prosperidad, también lo es, el precio del progreso que implica, traduciéndose
(entre otros signos) en el constante riesgo al que se ve cercado al peatón y los
miembros de la comunidad toda.-
Es por ello que sobre el seguro automotor, poseer una cobertura de
responsabilidad civil es obligatoria en virtud de lo normado por el art. 68 de La Ley de
Tránsito N° 24.449, razón que nos conduce a todas las consideraciones y reflexiones
vertidas, tanto en doctrina como jurisprudencia, sobre este tema del segmento.-
No obstante, dentro de la cobertura automotor podemos encontrar adicionales y
productos que van más allá de la cobertura básica de responsabilidad mencionada por
lo que en este tramo final ahondaremos en determinados asuntos.-
Empero, en primer lugar debemos destacar que el fundamento y finalidad de este
tipo de seguro es la resultante de hechos notorios e indiscutidos de nuestra realidad: El
aumento del parque automotriz, y consecuentemente de víctimas de accidentes de
tránsito (muchas veces no resarcidas o insuficientemente indemnizadas). Autores han
llegado a plantear a esta magnitud, la necesidad de la creación de un régimen
específico en esta materia y que en la actualidad se encuentra reducida en el precitado
art. 68 de la Ley N° 24.449.-
Por lo pronto el Código Civil y Comercial de la Nación contiene una
disposición, que es artículo 1769, que en materia de accidentes de tránsito les son
aplicables las disposiciones referidas a los daños derivados de la intervención de
cosas, es decir los ya aludidos arts. 1757 y 1758 de nuestra codificación, y que
expresan:

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 -Art. 1757- “Hecho de las cosas y actividades riesgosas. Toda persona
responde por el daño causado por el riesgo o vicio de las cosas, o de las
actividades que sean riesgosas o peligrosas por su naturaleza, por los
medios empleados o por las circunstancias de su realización. La
responsabilidad es objetiva. No son eximentes la autorización
administrativa para el uso de la cosa o la realización de la actividad, ni
el cumplimiento de las técnicas de prevención.”;
 Art. -1758- “Sujetos responsables. El dueño y el guardián son
responsables concurrentes del daño causado por las cosas. Se considera
guardián a quien ejerce, por sí o por terceros, el uso, la dirección y el
control de la cosa, o a quien obtiene un provecho de ella. El dueño y el
guardián no responden si prueban que la cosa fue usada en contra de su
voluntad expresa o presunta. En caso de actividad riesgosa o peligrosa
responde quien la realiza, se sirve u obtiene provecho de ella, por sí o
por terceros, excepto lo dispuesto por la legislación especial”.-
A su vez no encontramos una definición de “accidente de tránsito” en el CCyC,
pero si en la Ley N° 24.449 (art. 64) y reza lo siguiente: “todo hecho que produzca
daño en personas o cosas como consecuencia de la circulación (…)”.-
De este extracto podemos distinguir al accidente como un suceso eventual que
altera el orden regular de las cosas y del cual resulta algún daño, del siniestro como
una destrucción fortuita o pérdida importante que sufren las personas o la propiedad.-
Esta Ley de Tránsito también menciona una serie de exigencias y pautas que los
conductores deben tener en consideración, entre ellas, el art. 39 exige la conducción
con cuidado y prevención, conservando en todo momento el dominio del vehículo y su
chequeo previa salida a la vía pública. El art. 40 establece los requisitos para circular:
 Que su conductor esté habilitado para conducir ese tipo de vehículo y
que lleve consigo la licencia correspondiente;
 Que porte la cédula de identificación del mismo;
 Que lleve el comprobante de seguro, en vigencia, que refiere el artículo
68 (refiere a un mero comprobante del seguro y no al pago de la última
cuota a la entidad), el cual podrá ser exhibido en formato papel impreso o
digital a través de dispositivos electrónicos;

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 Que el vehículo, incluyendo acoplados y semirremolques tenga
colocadas las placas de identificación de dominio, con las características
y en los lugares que establece la reglamentación. Las mismas deben ser
legibles de tipos normalizados y sin aditamentos;
 Que, tratándose de un vehículo del servicio de transporte o maquinaria
especial, cumpla las condiciones requeridas para cada tipo de vehículo y
su conductor porte la documentación especial prevista sólo en la presente
ley;
 Que posea matafuego y balizas portátiles normalizados, excepto las
motocicletas;
 Que el número de ocupantes guarde relación con la capacidad para la que
fue construido y no estorben al conductor. Los menores de 10 años deben
viajar en el asiento trasero;
 Que el vehículo y lo que transporta tenga las dimensiones, peso y
potencia adecuados a la vía transitada y a las restricciones establecidas
por la autoridad competente, para determinados sectores del camino;
 Que posea los sistemas de seguridad originales en buen estado de
funcionamiento, so riesgo de aplicación del artículo 72 inciso c) punto 1;
 Que tratándose de una motocicleta, sus ocupantes lleven puestos cascos
normalizados, y si la misma no tiene parabrisas, su conductor use
anteojos;
 Que sus ocupantes usen los correajes de seguridad en los vehículos que
por reglamentación deben poseerlos.-
Sucedido un accidente de tránsito, la Ley N° 24.449 en su artículo 65 expresa
que hacer ante tal suceso: Así las cosas, resulta obligatorio para partícipes de un
accidente de tránsito: (a) Detenerse inmediatamente; (b) Suministrar los datos de su
licencia de conductor y del seguro obligatorio a la otra parte y a la autoridad
interviniente. Si los mismos no estuviesen presentes, debe adjuntar tales datos
adhiriéndolos eficazmente al vehículo dañado; (c) Denunciar el hecho ante cualquier
autoridad de aplicación; (d) Comparecer y declarar ante la autoridad de juzgamiento o
de investigación administrativa cuando sean citados.-
Aclarado las pautas y requisitos de conducir y adentrándonos a los temas a
desarrollar, desde una jerarquía normativa e histórica, antes de la sanción de la Ley

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Nacional de Tránsito, que fue a partir del 1º de febrero de 1993 mediante Decreto
692/1992, que se aprobó el Reglamento Nacional de Tránsito, y de allí el carácter
obligatorio del seguro de responsabilidad civil automotor.-
A partir de esto y con apoyo en la delegación de facultades legislativas otorgada
por el Dto. N° 692/1992, la Superintendencia de Seguros de la Nación mediante la
Resolución 21.999 de fecha 29/12/92, fijó las "condiciones" que debió reunir el seguro
obligatorio. Luego se sancionó la Ley N° 24.449, derogando expresamente el Decreto
N° 692/1992 y la que incluyó el siguiente texto en su art. 68: “SEGURO
OBLIGATORIO. Todo automotor, acoplado o semiacoplado debe estar cubierto por
seguro, de acuerdo a las condiciones que fije la autoridad en materia aseguradora,
que cubra eventuales daños causados a terceros, transportados o no. Igualmente
resultará obligatorio el seguro para las motocicletas en las mismas condiciones que
rige para los automotores (...)”.-
Ahora bien, en el año 2009 la SSN dictó la Resolución 34.225, por el que se
derogan y remplazan diversos actos administrativos, entre ellos la Resoluciones
21.999, y aumentó a su vez, los importes indemnizatorios fijados en las resoluciones
dejadas sin efecto.-
Más recientemente, a través de la Res. SSN 36.100 del año 2011 y, ulteriormente
mediante Res. SSN. 36.696 del año 2012 (actualizada luego por Res. 39.327/15), se
establecen con carácter general y de aplicación uniforme para todas las entidades
aseguradoras las condiciones contractuales del ramo automotor. Entre ellas se incluye
la "póliza básica del seguro obligatorio de responsabilidad civil, artículo 68 de la ley
24.449".-
De este modo, las aseguradoras deberán adaptar sus planes de cobertura a las
condiciones contractuales establecidas por el organismo de control, las que son de
aplicación obligatoria para todo el mercado asegurador. Incluso, cada entidad puede
incorporar a sus productos las cláusulas contempladas en la Resolución, sin necesidad
de tramitar autorizaciones especiales.-
Las nuevas cláusulas se encuentran codificadas con letras y números. La
estructura de la póliza estará conformada de la siguiente manera: Seguro Obligatorio
de Responsabilidad Civil (SORC); Condiciones Generales para Responsabilidad civil
(CG-RC); Condiciones Generales para Daños al Vehículo (CG-DA); Condiciones
Generales para Daños e Incendio (CG-DI); Condiciones Generales para Daños y Robo

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o Hurto (CG-RH); Condiciones Generales comunes a todas estas coberturas (CG-
CO).-
También podrán incorporarse optativamente las Cláusulas Adicionales
contempladas en la nueva normativa, conforme los planes y coberturas brindadas:
Cláusulas adicionales para Responsabilidad Civil ( CA-RC ); Cláusulas adicionales
para Daños ( CA-DA ); Cláusulas adicionales para Daños e Incendio ( CA-DI );
Cláusulas adicionales para Daños y Robo / Hurto ( CA-DR ); Cláusulas adicionales
para Robo o Hurto ( CA – RH ); Cláusulas adicionales para Scoring ( CA-SC );
Cláusulas adicionales comunes a todas las coberturas ( CA-CC ); Cláusulas
adicionales coberturas al exterior ( CO-EX ).-
Estas condiciones generales de contratación y uniforme para el ramo
automotores y/o remolcados que aprueba el organismo de control para todas las
entidades aseguradoras sin distinción alguna, aun recibiendo esta aprobación de
naturaleza administrativa de la SSN, pueden ser revisadas judicialmente cuando se
detecte el carácter abusivo de alguna de sus cláusulas (arts. 988 y 989 del CCyC).-
Observamos que dentro de las condiciones generales de contratación, una de
ellas menciona el “scoring” (CA-SC). Esta técnica consiste en limitar el riesgo y las
coberturas, según condiciones declaradas por el asegurado y que ha sido autorizada
por la Superintendencia de Seguros de la Nación.
En líneas generales podemos decir que en este caso las condiciones contractuales
de cobertura se realizan en virtud de la reducción de la tasa tarifaría de póliza, y
aplican solamente los casos y cláusulas adicionales incluidas en la póliza en cuestión,
teniendo un carácter taxativo. Así, teniendo en cuenta las características propias de la
cobertura de scoring contratada, se pactan determinados supuestos de disminución de
la prima tarifada y se establecen las exclusiones específicas para cada caso.
Para ello las compañías aseguradoras se basan en distintos perfiles, tanto de los
conductores como de los vehículos, así como de las zonas por las que transitan, edad y
sexo del conductor, si existen terceros que puedan manejar el vehículo.-
A su vez, las condiciones uniformes vistas se aplican, según corresponda, a tres
tipos de coberturas de seguros automotor, el seguro de responsabilidad civil
obligatorio, el de carácter voluntario y el llamado “casco automotor”. La cobertura
básica es el Seguro Obligatorio de Responsabilidad Civil hacia Terceros
Transportados y no Transportados. Adicionalmente el asegurado puede optar por una
voluntaria de Responsabilidad Civil como así también optar por la cobertura del casco

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del vehículo y son los daños producidos por accidente al propio automotor, y/o
incendio, y/o robo y/o hurto).-
Hemos analizado oportunamente fallos de esta naturaleza en materia automotor
del cual nos remitimos a ellos, pero ahora hemos de puntualizar una causal de
exclusión de cobertura que las aseguradoras oponen en el ramo y que ha generado
discusión: la falta de licencia de conducir obligatoria (prevista en los arts. 13, 37 y
65 de la Ley de Tránsito) o la presentación de ésta vencida al momento del siniestro.-
Si la aseguradora invoca y opone esta excepción, en virtud del principio de
cooperación o colaboración procesal (derivado del deber de lealtad y buena fe), la
carga probatoria se desplaza al asegurado puesto que él está en mejor situación de
proporcionar la prueba, ello por cuanto no existe un registro unificado de licencias de
conducir.-
En algún punto y desde una visión bondadosa, la tenencia de una licencia de
conducir, con los requisitos que ello exige, contribuye a evitar el acaecimiento de
accidentes de tránsito. Son varios los precedentes judiciales en que se juzgó la
conducta de personas que manejaban sin hallarse habilitados, pronunciándose a favor
de la razonabilidad de la cláusula de no seguro 18 bajo argumentos tales, como no
contar con los recursos mínimos de la técnica de manejo, los conocimientos
elementales de las reglas de tránsito y de las maniobras adecuadas para la prevención
de accidentes, de lo cual deriva que la falta de carnet habilitante ha tenido incidencia
causal en el acaecimiento del siniestro.-
Este deber de colaboración en el proceso, por otra parte, no sería sino una
derivación del deber similar que proviene genéricamente del Código Civil y Comercial
de la Nación (art. 961) y más específicamente de la propia Ley de Seguros que enlaza
a las partes. De todos modos, la aseguradora debería requerir, con esos fundamentos,
se intime a la asegurada a exhibir su licencia y manifestar qué organismo se la
concedió.-
Otra cuestión que se ha de tener en cuenta surge de la revisión técnica
obligatoria del rodado, toda vez que el art. 68 de la Ley de Tránsito exige la
verificación previa de dicha revisión a las entidades, pero también en su art. 34 obliga
a todos los propietarios y conductores de vehículos automotores, acoplados y
semirremolques usados destinados a circular por la vía pública estar sujetos a la

18
Sala Civil y Comer. STJ Entre Rios. “Cooperativa de Servicios Públicos Villaguay Limitada c/ Díaz
Aldo y otro S/ Indemnización de Daños y Perjuicios”. 15/04/2003.

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revisión técnica periódica a fin de determinar el estado de funcionamiento de las
piezas y sistemas que hacen a su seguridad activa y pasiva y a la emisión de
contaminantes.-
Así, dentro de las condiciones generales de contratación, el apartado SO-RC 2.1
“Póliza Básica del Seguro Obligatorio de Responsabilidad Civil, artículo 68 de la Ley
Nº 24.449”, establece que previo a la celebración del contrato de seguro, las entidades
aseguradoras deberán exigir el cumplimiento de la revisión técnica obligatoria o que el
vehículo esté en condiciones reglamentarias de seguridad si aquélla no se ha realizado
en el año previo.-
Esto nos lleva al interés asegurable, su transmisión en materia automotor y la
verificación del mismo por parte de las aseguradoras. Se explicó el concepto de
“interés asegurable”, y que este no siempre reposa cosas o bienes determinados; en los
seguros de responsabilidad civil, el asegurado posee el interés de proteger su
patrimonio, formado por un conjunto de bienes, derechos y también de deudas.-
Este interés no sólo debe existir al momento de perfeccionarse el contrato, sino
durante su vigencia. De allí, tal como se expresara en unidades anteriores, la
importancia de informar a la aseguradora la transmisión del interés asegurable (art. 82
de la LS). Pueden ser titulares del interés asegurable las siguientes personas en los
seguros de responsabilidad civil:
 El titular registral, sea o no el conductor al momento del siniestro. La ley
de Registro de Propiedad Automotor responsabiliza civilmente al titular
registral19;
 El conductor del vehículo al momento del siniestro;
 El verdadero propietario (no registrado) del vehículo, quien también
podrá ser demandado y obtener sentencia contra él, si la víctima o sus
derechohabientes demostraran la existencia de ese vínculo de propiedad;
Esto se relaciona con los contratos por cuenta ajena en los seguros automotores,
y que si bien son lícitos, puede traer ciertos inconvenientes para el pago de la
indemnización del siniestro cuando existe un seguro de casco automotor. En efecto, si el
asegurador pudiera demostrar que, al tiempo del siniestro, quien figuraba como titular

19
Decreto N° 1.114/97. Art. 27:”Hasta tanto se inscriba la transferencia el transmitente será
civilmente responsable por los daños y perjuicios que se produzcan con el automotor, en su carácter de
dueño de la cosa. No obstante, si con anterioridad al hecho que motive su responsabilidad, el
transmitente hubiere comunicado al Registro que hizo tradición del automotor, se reputará que el
adquirente o quienes de este último hubiesen recibido el uso, la tenencia o la posesión de aquél,
revisten con relación al transmitente el carácter de terceros por quienes él no debe responder (…)”.

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registral no era el verdadero propietario del automóvil, éste no tendrá derecho a
indemnización alguna.-
Resulta esclarecedor el fallo “Soriano Yánez Ricardo Luis c/ Caja de Seguros
S.A. S/ Ordinario” de la Cámara Nacional en lo Comercial (Sala D) de fecha
21/08/18. Los camarista tuvieron dicho que: “(…) Para definir lo propio, la ley
impone que se notifique a la aseguradora el cambio del interés; notificación que, para
algunos, es una carga que pesa sobre el nuevo titular del interés (conf. Meilij, G. y
Barbato, N., Tratado de Derecho de Seguros, Rosario, 1975, p. 56, n° 110), y para
otros una que recae en el asegurado transmitente (conf. Soler Aleu, A., Seguro de
automotores, Buenos Aires, 1978, p. 186, n° 99), o bien en ambos, pudiendo incluso
cumplir la notificación un tercero (conf. Rouillón, A. y Alonso, D., Código de
Comercio, comentado y anotado, Buenos Aires, 2005, t. II, p. 133, n° 5).
Por lo que toca al sub examine, no hay discusión en cuanto a que nadie notificó
a la aseguradora el cambio de interés asegurado, lo que naturalmente se imponía ni
bien se pondera una realidad arteramente negada en la demanda, donde el actor dijo
haber «prestado» el automotor al entonces novio de su hija (fs. 29 vta.), cuando en
verdad se lo había vendido por la suma de $ 12.000 que cobró íntegramente, tal como
expresamente lo admitió en la «declaración ampliatoria por robo de unidad» obrante
a fs. 47 (reservada), cuya autenticidad debe entenderse reconocida por él en tanto su
negativa de fs. 62 fue meramente genérica y no acompañada del desconocimiento de
la firma que su contraria le atribuía (arts. 356 y 358 del Código Procesal; Palacio, L.
y Alvarado Velloso, A., Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, explicado y
anotado jurisprudencial y bibliográficamente, Santa Fe, 1993, t. 7, ps. 436 y 460), y
tanto más todavía frente a las concordantes declaraciones de su propia hija (fs. 46 y
191) y del citado comprador (fs.49 y 192).
De tal suerte, habiéndose omitido toda notificación a la aseguradora sobre el
cambio del interés asegurado, corresponde estar a la liberación prevista por el art. 82
in fine de la ley 17.418, no pudiendo juzgarse arbitrario el rechazo de cobertura
cursado por la carta documento que luce a fs. 52 (reservada).
No forma óbice a tal conclusión, según lo entiendo, el hecho de que la venta del
automotor realizada por el actor no hubiera culminado en la correspondiente
inscripción registral a favor del adquirente o, lo que es lo mismo decir, que este
último no hubiera consolidado la propiedad sobre el vehículo mediante su
correspondiente inscripción. (…)”.-

34
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Ahora bien, una circunstancia es que durante la vigencia del contrato de seguro
se realice la transmisión del interés asegurable (como el caso analizado), pero diferente
será si dicha transmisión se produjo antes de celebrar el contrato y no se informó
correctamente a la aseguradora.-
Puede suceder que se identifique en el comienzo de un contrato de seguros a un
titular real (aunque no registral) del vehículo. ¿Puede asegurar? La respuesta debe ser
afirmativa dado que cuando una persona adquiere un bien, lo ingresa a su patrimonio y
consecuentemente su pérdida o daño producen el ya mencionado defecto patrimonial que
daña ese interés asegurable.-
Un fallo de la Cámara en 1° instancia en lo Civil y Comercial de la Capital Federal
del año 1985 dice: (…) La falta de interés asegurable es causa de nulidad del contrato de
seguro. Si la demandada estaba convencida de la falta de interés asegurable, debió pedir
la nulidad del contrato. Pero no puede simultáneamente, sostener la validez del contrato
(y conservar en su poder las primas) y negarse al pago de la indemnización por ausencia
de ese requisito esencial que concierne a la validez del seguro, no a la procedencia o no
de la indemnización. Que el actor no sea el propietario del vehículo no es impertinente
para que tenga interés asegurable ya que la simple posesión y el simple uso de una cosa,
constituye título suficiente (…)”.-
Por su parte, el Reglamento de la Actividad Aseguradora (Reglamento de la Ley
N° 20.091), conforme la Resolución modificatoria 33.463 del año 2008 de la SSN
estableció que: previo a la celebración de contratos de seguros de vehículos
automotores y/o remolcados, la aseguradora deberá:
 Para las coberturas sobre el casco del vehículo:
1. deberá exigirse la acreditación de la titularidad dominial del mismo El
asegurador podrá pactar con el asegurado y/o tomador un plazo no mayor
de treinta (30) días a los efectos de su cumplimiento, debiendo
consignarse en forma expresa que, si transcurrido dicho plazo no se
acreditare la titularidad de dominio, la cobertura quedará automáticamente
suspendida hasta su efectiva acreditación.

2. deberá verificarse que el asegurado hubiere dado cumplimiento con su


presentación a la Convocatoria Obligatoria del Parque Automotor,
dispuesta por la Dirección Nacional de Registros Nacionales de la
Propiedad Automotor y de Créditos Prendarios.

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 Para la cobertura de Responsabilidad Civil
1. deberá exigirse el cumplimiento de la revisión técnica obligatoria en los
casos que en la jurisdicción en la que se pretenda asegurar el vehículo se
encuentre en funcionamiento dicho sistema, de acuerdo a la información
suministrada por la AGENCIA NACIONAL DE SEGURIDAD VIAL.

Entonces, sobre lo el tema que nos ocupa, bien podría decirse que previo a la
celebración del contrato la seguradora deberá exigir que se acredite la titularidad
dominial cuando sean seguros de casco automotor, y si habiéndose efectuado ese
requerimiento y transcurrido dicho plazo no se acreditare la titularidad de dominio, la
cobertura quedará automáticamente suspendida hasta su efectiva acreditación.-
Debemos recordar asimismo la lectura de las cláusulas contractuales no sólo con
especial énfasis en las causales de exclusión de cobertura, puesto que además puede
dejarse pactado que previo a la indemnización a abonar, el asegurado debe trasladarle
formalmente los derechos sobre el vehículo, para el caso de que el mismo aparezca
luego de haberse indemnizado.-
Bajo estos conceptos la aseguradora puede negarse a la indemnización hasta que
le muestren la inscripción registral de dominio a nombre del asegurado que pretende la
indemnización, lo cual es sumamente dificultoso y puede generar conflictos judiciales
entre las partes del contrato del seguro.-
La jurisprudencia sobre el tema indica en un fallo de la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Comercial, Sala C del 23/8/94 que, si la aseguradora contrató el seguro
con quien se presentó como poseedor del vehículo y no exigió que el tomador fuera titular
dominial del mismo, no puede luego pretender, para hacer efectivo el pago de la
indemnización una vez acaecido el siniestro, el cumplimiento de un recaudo que no estimó
necesario al momento de formalizar el contrato20.-
Finalmente diremos que las sumas aseguradas en las pólizas de responsabilidad
civil automotor son impuestas y actualizadas en el tiempo por el organismo de control,
la Superintendencia de Seguros de la Nación. El problema que se suscita en esta
situación es que las sumas aseguradas, que a su vez representa el máximo de cobertura
ante una hipótesis de siniestro que responde la compañía, no siempre han llegado a
cubrir la totalidad de la pretensión debida y producto de ello han surgidos diferentes
fallos que los analizamos oportunamente y los repetiremos:

20
Fuente: Manual “Automotores”. 2016. Centro Federal de Capacitación. FAPASA

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Como primera medida se hizo un análisis pertinente de los limites asegurativos
páginas atrás de este texto, en el que se estudiaron fallos tales como Aimar, María
Cristina y otro C/ Molina, José Alfredo y otros S/ Daños y Perjuicios (acc. tran. C/
Les. o muerte)” y “Aldasoro y Compañía S.A. y otro C/ Molina José Alfredo y otros S/
Daños y Perjuicios (acc. tran. c/ les. o muerte)”, cuales resultan plenamente aplicables
aquí. Además, se han efectuado valoraciones de doctrina calificada en la materia como
ser WIERZBA, a los que por razones de brevedad nos remitos al segmento pertinente
de este manual.-
En otra vertiente y trayendo a colación material brindado en la Unidad XIII,
una cuestión que ha prestado a conflictos se relaciona con la demora en los
procedimientos liquidatorios o el pago de las indemnizaciones debidas, especialmente
porque a los fines de la liquidación las sumas aseguradas que se consideran son las
pactadas en los contratos vigentes al momento del siniestro. Esto puede perjudicar el
poder adquisitivo del asegurado si se considera el tipo de inflación que existe en
nuestro País al momento de efectivizar ciertos gastos definidos con anterioridad.-
Veamos nuevamente el fallo “Tomaso Graciela Paulina y otro C/ San Cristóbal
Soc. Mutual de Seguros S/ Daños y Perjuicios” 21 . Se trata de una demanda por
incumplimiento contractual de indemnizar en tiempo y forma sobre la destrucción
total de un vehículo por un accidente de tránsito.-
El problema conyuntural es que la compañía, conforme lo establecido por el
artículo 61 de la LS22, ofrecía como límite máximo la suma asegurada establecida en
la póliza, cuando en la realidad de los hechos el actor mostraba disconformidad por la
demora excesiva en pagar dicho importe.-
Ergo, si se tiene en cuenta que la suma asegurada del valor de un auto que se
encuentra establecido en una póliza suele actualizarse junto a la renovación del
contrato de seguro en cuatrimestres o semestres según el caso, cualquier demora en el
cumplimiento del pago que per se exceda dicho límite importó, a los ojos del juez, una
conducta capciosa tendiente a obtener mayor rentabilidad por parte de la compañía
toda vez que posponer el momento de pago de una suma fija establecida en una póliza
ya antigua, permite licuar el valor real de la suma nominalmente asegurada.-

21
CCiv. y Com. de Azul. Sala II. “Tomaso Graciela Paulina y otro C/ San Cristóbal Soc. Mutual de
Seguros S/ Daños y Perjuicios” en Revista de RCyS. N° 4. Año XIX. Abril 2017. Págs. 242 y ss.
22
LS, art. 61: “El asegurador se obliga a resarcir, conforme al contrato, el daño patrimonial causado
por el siniestro sin incluir el lucro cesante, salvo cuando haya sido expresamente convenido (…)
Responde sólo hasta el monto de la suma asegurada, salvo que la ley o el contrato dispongan
diversamente”.

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Ab. Aldana Ayelen Frias
En otro sentido, la Cámara de Apelaciones hizo una valoración del contrato del
seguro, más allá de su carácter social, dándole una “(…) función eminentemente
resarcitoria (…)”. De ello se extrae haciendo un análisis de la Ley de Seguros,
Capitulo II -Seguros de Daños Patrimoniales-, más precisamente a través de los
artículos 61, 62, 63, 64 y 65, cuya finalidad es claramente de la naturaleza
mencionada.-
Lamentablemente la LS poco regula en materia de actualización o desfasaje
económico entre lo estipulado en la póliza y el bien asegurado. Así el artículo 62
establece que si la suma asegurada supera el valor actual del interés asegurado, las
partes podrán requerir su reducción, pero nada dice en sentido inverso. También el art.
63 de la LS expresa que el valor del bien a que se refiere el seguro se puede fijar en un
importe determinado, que expresamente se indicar como tasación (en este tipo de
seguro, el importe que se conviene como suma asegurada es el que surge tras la
intervención de un tasador).-
Por otro lado el artículo 65 regula los “infraseguros” y “sobreseguros” (al que
volveremos adelante), es decir, el resarcimiento sólo hasta el valor asegurado en caso
que este fuera inferior al valor asegurable23 al tiempo del siniestro (pero no del pago);
o si fuera inferior el valor asegurado sobre el asegurable, debiendo la compañía
indemnizar en proporción a ambos valores. Así, es que surgió el conflicto en el que la
actora se vio agraviada por no hallarse previsto el caso concreto.-
Tal vez desde una política legislativa, esta omisión responda porque el escenario
socio-económico durante 1967 en Argentina, fecha de entrada en vigencia de la Ley de
Seguros, era muy diferente, hallándose la inflación en baja y el PBI en alza 24.-
En efecto, a la luz de lo normado por la Ley de Seguros, éste no pareciera
mantener un criterio justo y equitativo desde el punto de vista técnico económico,
puesto que con independencia del fin resarcitorio que existe desde el momento mismo
que la norma habilita a la aseguradora a pagar sólo el “valor del objeto asegurado”,
entendiendo por ello a un valor que se traduce en la suma asegurada en la póliza,
siempre que ésta resulte inferior al valor real de bien.-

23
Entiéndase por valor asegurable al valor real del interés asegurable, en tanto el valor asegurado es la
suma nominalmente asegurada en la póliza. En principio, y salvo excepciones, ambos deberían
coincidir, caso contrario estaríamos ante los supuestos de sobreseguro o infraseguro.
24
En Argentina durante los años 1966 a 1969 la inflación bajó de 32% al 7,2% anual, mientras que el
PBI alcanzó el 6,8% en 1969.

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En sentido contrario la misma ley no mantiene análoga postura en caso de un
siniestro dónde el valor asegurable fuera superior al valor asegurado. Aquí la
aseguradora estará obligada a pagar en proporción a ambos elementos. Seguramente
esta decisión legislativa respondería a la proporcionalidad entre la prima, el riesgo y la
suma asegurada, por lo tanto a mayor suma asegurada debiera ser una prima elevada y
no por la que pagaría el asegurado; sin embargo el artículo anterior de la Ley de
Seguros no guardaría la misma coherencia legal.-
Ahora bien, la alzada se centra mayormente en los artículos 61, 62 y 68 de la LS
para razonar el espíritu normativo, concluyendo que dicha finalidad resarcitoria no
responde en función de una suma de dinero previamente determinada “in
obligatione”, más bien determinable “in solutione”. Por esto es que se puntualiza que
en caso de destrucción total de un automotor, debe estarse a la naturaleza de deuda del
valor de la obligación contraída, cuestión que resulta en diversos casos de imposible
determinación exacta..-
A mayor claridad expositiva, basta con imaginar un escenario hipotético pero
real. Pasemos revista de quién, por ejemplo durante junio del año 2018 haya comprado
un 0 km a un valor referencial del dólar de $25, obteniendo un seguro con cobertura de
destrucción total basado en una suma asegurada en pesos actualizada por esa
cotización. Ahora, piénsese en un siniestro que implique la destrucción total del
vehículo, aconteciendo el hecho al término de esta póliza ordinaria (cuatro meses
después), es decir a finales de septiembre del mismo año, con un valor dólar a $38 25.
Claramente el valor en pesos de la reposición del auto estará desfasada, más cuando
solamente en el año 2018 los vehículos 0 km aumentaron aproximadamente un 90% 26,
verbigracia pasando un Peugeot 208 Allure Nav, de valer referencialmente en enero
del 2018 de $472.000, a fin de año por el importe de $700.0027.-
Finalmente es así que la Alzada falla a favor de la actora, y cuidando de
mantener la relación entre el valor asegurable y el valor asegurado ponderó que, para
cuando tuvo que pronunciarse años después del siniestro, el modelo del vehículo
siniestrado además se encontraba discontinuado, correspondiendo cotizarlo con un
hipotético equivalente de años después. A su vez se agregó los daños emergentes de la
privación del uso del automotor.-

25
Fuente: valores históricos del U$S tomados del sitio web del Banco de la Nación Argentina.
26
Fuente:https://www.iprofesional.com/autos/283604-concesionario-venta-marca-Precios-de-0km-
aumentaron-mas-de-90-por-la-devaluacion
27
Valor consultado según listas de precios establecidos por la Cámara de Comercio del Automotor.

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Ab. Aldana Ayelen Frias

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UNIDAD XIV
SEGURO DE DAÑOS PATRIMONIALES. OBJETO. SUMA
ASEGURADA. ALCANCE DE INDEMNIZACIÓN. SOBRESEGURO E
INFRASEGUROS. VALOR TASADO. VICIO.
En la Unidad IX se ilustró el sistema de seguros en dos grandes ramos: “Patrimonial” y “Personas”,
encontrándose cada ramo a su vez agrupados en diferentes tipos de seguros que se encuentran regulados
en la segunda parte de la Ley de Seguros.
Los patrimoniales son aquellos cuya finalidad es proteger una integridad patrimonial ya sea para restaurar
activos o bien para paliar los efectos económicos de pasivos accidentales como pueden serlo la producción
de hechos que deriven en reclamos por responsabilidad civil. Su función es resarcitoria.
Algunos ramos son:
• Seguros sobre los Bienes (Incendio, Robo, Cristales, Agro, Gránizo; etc.)
• Seguros sobre los Reclamos (Responsabilidad Civil)
• Seguros sobre los Daños Indirectos (Pérdidas de Beneficios)
Los seguros personales por su parte recaen sobre la persona misma, sea en su salud y vida como ingresos,
y como se enfatizará, no tiene una finalidad absolutamente indemnizatoria, sino que cabe agregar a ésta
última la naturaleza de previsión, ahorro y capitalización. Entre los principales ramos encontramos:
• Vida
• Accidentes de personales
• Seguro de retiro
• Seguros de Salud
La diferencia principal de estos dos grandes ramos se encuentra discutida en la
doctrina, dado que existe quienes afirman la tesis dualista en la que los seguros de
personas no pueden reducirse y ser explicados en función del principio
indemnizatorio toda vez que el hecho del cobro de un dinero pactado en una póliza
no significa subsumirlo al de una “indemnización” en todos los casos; diferente es el
caso de los seguros de daños patrimoniales cuyo nombre indica o sugiere
efectivamente una indemnización consecuencia de un perjuicio.-
Esta tesis, entonces, parte de que el objeto del seguro es una prestación de dinero.
Dicha prestación según sea un ramo u otro podrá ser de naturaleza indemnizatoria
(patrimonial) o simplemente de previsión y/o ahorro (personas).-
En otro vértice la tesis o concepción unitaria y a la que nos adherimos comprende que todo
contrato de seguro en esencia es abarcativamente indemnizatorio, puesto que aún en los
seguros de personas, para que la empresa cumpla su prestación dineraria debe verificar la
producción del evento/riesgo objeto de póliza; seguir la corriente contraria impediría que
ciertos institutos regulados exclusivamente en el Capítulo II de la LS en relación a los
seguros patrimoniales, tales como el límite de la suma asegurada, pluralidad de seguros o
la nulidad del contrato de quien lo haya celebrado con la intención de enriquecerse
indebidamente no tengan plena eficacia en los seguros de personas por no encontrarse
mencionados en su propio capítulo.
En virtud de la suma asegurada y alcance de la indemnización, la suma pactada en póliza
opera como límite de la indemnización excluyendo a estos fines el lucro cesante, salvo
pacto en contrario (art. 61 de la LS). Diremos hasta aquí cómo regla que la aseguradora no
puede pagar más allá del límite propio del daño efectivo y sólo hasta la suma asegurada;
en sentido contrario podría configurarse el instituto de enriquecimiento sin causa.
El art. 66 de la LS aclara que el asegurador no indemnizará los daños o pérdidas
producidos por vicio propio de la cosa, salvo pacto en contrario. Si el vicio no hubiese
provocado la pérdida o el daño y solamente lo hubiere agravado, el asegurador
indemnizará sin incluir el daño causado por el vicio, salvo pacto en contrario.
El art. 63 de la LS expresa que el valor del bien a que se refiere el seguro se puede fijar en
un importe determinado, que expresamente se indicar como tasación (en este tipo de
seguro, el importe que se conviene como suma asegurada es el que surge tras la
intervención de un tasador).
Todo seguro contiene un "valor tasado" (llamado también "aprobado") es aquel en que la
suma asegurada ha sido "estipulada" de común acuerdo por las partes al momento de
celebrar el contrato de seguro.
El art. 63 de la LS no impide que eventualmente este valor tasado pueda ser impugnado
cuando supere notablemente el valor real del bien, circunstancia que deberá ser probada
por la parte interesada (la aseguradora).
El artículo 65 regula los “infraseguros” y “sobreseguros”, es decir, el resarcimiento sólo
hasta el valor asegurado en caso que este fuera inferior al valor asegurable al tiempo del
siniestro (pero no del pago); o si fuera inferior el valor asegurado sobre el asegurable,
debiendo la compañía indemnizar en proporción a ambos valores.
Entiéndase por valor asegurable al valor real del interés asegurable, en tanto el valor
asegurado es la suma nominalmente asegurada en la póliza. En principio, y salvo
excepciones, ambos deberían coincidir, caso contrario estaríamos ante los supuestos de
sobreseguro o infraseguro.-
El infraseguro significa asegurar un bien por debajo de su valor real, mientras que el
sobreseguro sugiere lo contrario, es decir, si al tiempo del siniestro el valor que se aseguró
excede su valor real, la aseguradora sólo está obligada a rescarcir el perjuicio
efectivamente sufrido.-
En caso que exista infraseguro, la norma establece que el asegurador sólo indemniza el
daño en la proporción que resulte de ambos valores (suma asegurada y valor asegurable),
salvo pacto en contrario. Este infraseguro adquiere relevancia al momento del siniestro y
no al comienzo del vínculo jurídico.-
SEGUROS DE INCENDIO. DAÑO. CONCEPTO.
DOCTRINA. ARTÍCULO 85 DE LA LEY DE SEGUROS.

El seguro de incendio se encuentra regulado en los artículos 85 y siguientes de la LS, expresando


inicialmente que: “El asegurador indemnizar el daño causado a los bienes por la acción directa o
indirecta del fuego, por las medidas para extinguirlo, las de demolición, de evacuación, u otras
análogas. La indemnización también debe cubrir los bienes asegurados que se extravíen durante el
incendio”.-

En líneas generales podemos afirmar que esta cobertura comprende toda reparación de los daños
emergentes de un incendio, abarcando todas las pérdidas materiales causadas por la acción directa
del fuego y de las consecuencias propias del incendio (indirecta), sin importar cuál es la causa que le
diera origen (salvo los supuestos de exclusión de cobertura de cada póliza).-
• FUEGO: Desprendimiento de calor y luz producidos por la combustión de un
cuerpo. Se manifiesta por una serie de fenómenos al reaccionar rápidamente una materia
combustible y otra comburente por medio de la temperatura. En este sentido cabe poner
de manifiesto que el incendio como tal, es el producto de la acción física y directa del
fuego.-
• EXPLOSION: Liberación rápida de la energía. Requiere de una concentración
explosiva de vapor, gas o polvo, una fuente de ignición y un lugar cerrado.-
• AUTO COMBUSTION: Determinados tipos de materiales (pasto, algodón,
etc.) pueden tener auto ignición después de haberse humedecido. En ciertas condiciones
de humedad y temperatura adecuadas aparecen colonias de bacterias que hacen pasible
de descomposición de estos materiales.-
• RAYO: poderosa descarga natural de electricidad estática producida durante
una tormenta eléctrica, generando un pulso de naturaleza electromagnética.-
El fuego producto del incendio requiere ser imprevisto y por lo tanto significa que los
bienes siniestrados no debían estar destinados a ser quemados en el lugar y momento que
se produce el hecho dañoso (caso contrario podemos hablar de “fuego utilitario”).
El art. 86 de la LS determina que los daños causados por explosión o rayo quedan
equiparados a los de incendio, excluyendo de esta cobertura si dicho incendio o explosión
es causada por terremoto. Esta exclusión puede ser pactada como un adicional de
cobertura si las partes lo convienen así.
El art. 71 de la LS, la indemnización se extiende a:
• Hechos de tumulto popular, huelga y lock out;
• Hechos de terrorismo y vandalismo;
• Por impactos de aeronaves y vehículos terrestres;
• Por el humo que provenga de desperfectos en el funcionamiento de
cualquier aparato que forme parte de la instalación de la calefacción ambiental y/o cocina
instalados en el bien asegurado, siempre que se haya previsto el correspondiente
conducto para escape de gas y humo.
La doctrina en la materia ha enumerado diferentes supuestos de siniestros que se encuentran
excluidos , a saber: (a) no constituyen incendio el calentamiento excesivo de una cosa que
produzca su pérdida total o deterioro pues no hay abrasamiento ni llama; (b) Tampoco se hallan
cubiertos los daños sufridos por cosas que están destinadas a ser quemadas de ese modo, como
por ejemplo, la caída de cosas en una chimenea; (c) Lo propio acontece con la autocombustión o
fermentación no seguida de incendio, porque falta la llama; (d) o la combustión de cosas en su
lugar apropiado como es la leña o el carbón.-
Asimismo es una exclusión de responsabilidad las delimitaciones causales subjetivas previstas en
el art. 70 de la LS, por ende y al igual que en cualquier otro seguro de daño patrimoniales, el dolo
o culpa grave del asegurado (o por personas por quienes éste se sirve y responde civilmente)
excluye de responsabilidad a la aseguradora.-
Finalmente, tampoco se halla cubierto el daño que el siniestro (incendio) provoque a terceros, pues
en ese caso estaríamos refiriéndonos de otro tipo de cobertura (de responsabilidad civil), conocida
como “lindero”.-
La LS en su artículo 87 establece que dicho monto de resarcimiento debido por el
asegurador se establece de la siguiente forma:
• Para los edificios, por su valor a la época del siniestro, salvo cuando se
convenga la reconstrucción;
• Para las mercaderías producidas por el mismo asegurado, según el costo de
fabricación; para otras mercaderías, por el precio de adquisición. En ambos casos tales
valores no pueden ser superiores al precio de venta al tiempo del siniestro;
• Para los animales por el valor que tenían al tiempo del siniestro; para
materias primas, frutos cosechados, y otros productos naturales, según los precios medios
en el día del siniestro;
• Para el moblaje y menaje del hogar y otros objetos de uso, herramientas y
máquinas, por su valor al tiempo del siniestro. Sin embargo, podrá convenirse que se
indemnizará según su valor de reposición.
El art. 89 de la LS expresa que si las partes hubiesen convenido en lugar al pago de una
suma asegurada, la reconstrucción o reposición del bien dañado, el asegurador tiene
derecho a exigir que la indemnización se destine realmente a ese objeto y a requerir
garantías suficientes. En estas condiciones el acreedor hipotecario o prendarlo no puede
oponerse al pago, salvo mora del deudor en el pago de su crédito.-
SEGUROS DE AGRICULTURA. TIPOS. COBERTURAS. CONCEPTO.
GRANIZO CÁLCULO. HELADA. SEGURO DE ANIMALES.
ESPECIFICACIONES.
La exposición al riesgo climático del sector agropecuario es de naturaleza incontrolable e imprevisible, es un factor
que los productores agropecuarios conocen de cerca, máxime cuando no se puede tener dominio de los factores
naturales y las leyes de emergencia no siempre dan respuesta efectiva a las necesidades del momento.

Así es como surge el seguro agropecuario cuya función primordial tiene por objeto la protección de los productos
emergentes de la actividad ganadera y de la agricultura.

el principio general de la cobertura cubierta en la norma ut supra mencionada: “En los seguros de daños a la
explotación agrícola, la indemnización se puede limitar a los que sufra el asegurado en una determinada etapa o
momento de la explotación tales como la siembra, cosecha u otros análogos, con respecto a todos o algunos de los
productos, y referirse a cualquier riesgo que los pueda dañar”.

La restricción puede referirse entonces a lo siguiente: a (a) una etapa cualquiera de la explotación agrícola, (b) a todos
o algunos de los productos que integran la explotación y (c) referirse a cualquier riesgo factible de producir daño.
La doctrina se encuentra dividida sobre la indemnización debida cuando el granizo o
pedrisco concurre con otros fenómenos, entendiendo algunos autores que los liquidadores
deberán determinar cuál fue la causa verdadera del daño, mientras que otro sector de la
doctrina comprende que el asegurador debe responder por el perjuicio sin poder
discriminar la causalidad.
Podemos notar que el riesgo cubierto abarca los daños producidos a los frutos y productos
asegurados ocasionados exclusivamente por el granizo, aunque éste concurra con otros
fenómenos meteorológicos. Este tipo de coberturas es de gran importancia en Argentina y
muy popular en nuestra actividad agrícola, puesto que cubre la ganancia esperada, al
indemnizar el valor que se hubiera obtenido como cosecha madura de las siembras
afectadas, excluyendo posibles pérdidas por otras circunstancias.
La indemnización procederá cuando el daño supere el 6% de la suma asegurada que
corresponda a la superficie afectada al siniestro, pudiendo existir dentro de este producto
otras coberturas como el incendio o resiembra.-
El artículo 92 de la LS expresa que el daño se valuará en función del valor que habrían
tenido los frutos y productos al tiempo de la cosecha si no hubiera habido siniestro, así
como el uso a que pueden aplicarse y el valor que tienen después del daño. El asegurador
pagará la diferencia como indemnización.
Este valor que habría tenido debe interpretarse, no como lucro cesante, sino el término
medio del rendimiento general de las plantaciones más inmediatas a las dañadas que no
fueron perjudicadas por el granizo.-
Según las condiciones que pacten las partes en uso de la autonomía de la voluntad, el art.
93 permite que se pueda consensuar un plazo mayor al de tres días para realizar la
denuncia del siniestro, en tanto el art. 94 de la LS habilita (supletoriamente), que los
contratantes puedan postergar la liquidación del daño hasta la época de la cosecha.-
El fundamento de esta postergación se halla en la posible disconformidad que exista en la
estimación del daño entre el asegurado y el liquidador de la aseguradora. Los gastos de
valuación del daño aceptado por las partes se encuentran a cargo de la aseguradora.
El art. 96 regula la hipótesis de cambio del titular del interés asegurable y reza lo
siguiente: “En caso de enajenación del inmueble en el que se encuentran los frutos y
productos dañados, el asegurador puede rescindir el contrato sólo después de vencido el
período en curso, durante el cual tomó conocimiento de la enajenación. La disposición se
aplica también en los supuestos de locación y negocios jurídicos por los que un tercero
adquiere el derecho a retirar los frutos y productos asegurados”.
El art. 97 refiere a la helada, haciendo extensivo exactamente las mismas normas de
granizo (arts. 90 al 97 de la LS) a esta figura sin mayores disquisiciones.-
La helada puede ser conceptualizada como la muerte total de plantas causadas por la
caída brusca de la temperatura y hasta niveles iguales o menores a 0° centígrados, lo que
provoca necrosis en follaje y afectación en la formación de granos.-
Esta cobertura de helada, junto con el supuesto de exceso de precipitaciones y vientos
fuertes pueden ser, dependiendo la aseguradora, coberturas adicionales a la básica de
granizo.
Los art 98 al 108 de la Ley de Seguros que regulan el seguro de animales. El objeto de
este tipo de contrato es la vida o salud de los animales asegurados (art. 98), siendo este
tipo de cobertura del tipo individual (constituido por una suma fija anticipada) o
extendiéndose a una pluralidad de animales (cuyo valor se constituye por una suma
asegurada establecida por cada pieza de ganado).-
El principio general se halla delimitado en el art. 99 de la LS y consiste en el riesgo
“muerte” del/los animal/es asegurado/s y si se conviene, la incapacidad total y permanente
de los mismos. Entonces, el alcance de la cobertura en este tipo de seguro
predominantemente es la muerte del animal como consecuencia de una enfermedad o de
un accidente, o su incapacidad como consecuencia de un accidente, de tal suerte que se
haga necesario su sacrificio.-
Existen exclusiones y limitaciones de cobertura:
(a) el incendio, rayo, explosión, inundación o terremoto; las (b) enfermedades que deban
ser resarcidas con recursos públicos y (c) las ocurridas durante o en ocasión del transporte,
carga o descarga (art. 100 de la LS).-
Otro supuesto de exclusión de cobertura es la edad del animal establecida en la póliza y
podemos señalar como exclusiones generales de responsabilidad subjetiva las previstas
en el art. 70 y específicas del art. 105 de la LS.
A diferencia de otros tipos de seguros, el art. 102 de la LS faculta al asegurador un
derecho de inspección que no se subsume a la hipótesis de producción de siniestro, puesto
que la disposición legal permite a la compañía inspeccionar los animales en cualquier
tiempo, pero debiendo afrontar el costo del veterinario que éste designe para estos fines.
Otra particularidad que prevé la ley para estos seguros es el plazo de denuncia, que en su
art. 103 lo reduce a 24 horas de producido el siniestro, es decir, la muerte, enfermedad o
accidente aunque no sea el riesgo cubierto.
Producido el siniestro (muerte, enfermedad o accidente) la Ley de Seguros en el art. 104
expresa una carga de salvamento en cabeza del asegurado: dar intervención
inmediatamente a un veterinario, y si no lo hay, un práctico; caso contrario y salvo una
excepción, se torna aplicable el artículo 105 y la conducta del asegurado puede ser
calificada como dolosa o culposa en sentido grave.
El art. 105 expresa: “El asegurado pierde el derecho a ser indemnizado si maltrató o
descuidó gravemente al animal, dolosamente o por culpa grave especialmente si en caso
de enfermedad o accidente no recurrió a la asistencia veterinaria (articulo 104) excepto
que su conducta no haya influido en la producción del siniestro ni sobre la medida de la
prestación del asegurador”.-
En caso de inutilidad del animal, el asegurado dentro de las medidas de salvamento no
puede sacrificar el animal, salvo excepciones. De esa manera el art. 106 de la LS dice que
el asegurado no puede sacrificar al animal sin consentimiento del asegurador, excepto
que:
• Sea dispuesto por la autoridad competente;
• Según, las circunstancias sea tan urgente que no pueda notificar al
asegurador. Esta urgencia se establecerá por dictamen de un veterinario, o en su defecto,
de dos prácticos;
UNIDAD XV
SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL. ASPECTOS GENERALES.
PRINCIPIOS QUE LO RIGEN. ACTUALIDAD JURISPRUDENCIAL Y
DOCTRINAL. CLAIMS MADE. SEGUROS OBLIGATORIOS DE
RESPONSABILIDAD CIVIL.
La responsabilidad civil es la obligación que racae sobre una persona de
responder (y consecuentemente reparar) por el daño causado a otro, por un
equivalente monetario, habitualmente mediante el pago de indemnización por los
perjuicios sufridos, incluyendo en ciertos supuestos con prescindencia de la idea
de culpa subjetiva . De allí que el artículo 109 de la LS define el alcance de este
tipo de coberturas en el que el asegurador se obliga a mantener indemne al
asegurado por cuanto deba a un tercero en razón de la responsabilidad prevista
en el contrato, a consecuencia de un hecho acaecido en el plazo convenido.-
Los seguros de responsabilidad civil en algunos casos pueden ser obligatorios, en
la medida que exista una fuente legal o administrativa que así lo determine para el
ejercicio de ciertas actividades o profesiones (por ejemplo el seguro automotor
previsto en La Ley de Tránsito N° 24.449, art. 68); caso contrario la contratación
del seguro será de carácter voluntario.
Bajo el principio de reparación plena previsto en el art. 1740 del CCyC, si la
sentencia de condena o, en su caso, la transacción, desborda la obligación
patrimonial del asegurador (la suma asegurada), será el asegurado quien asuma
el daño no cubierto, sin perjuicio de la garantía a cargo del primero en torno a
intereses y costas (art. 110 de la LS), y conforme a la regla proporcional regulada
por el artículo 111 de la Ley de Seguros. Esto puede perjudicar no solo al
asegurado por la eventual disminución patrimonial y su endeudamiento, sino al
propio tercero, quién a prima facie no verá satisfecha su pretensión, debiendo
avanzar en la judicialización de sus intereses con el consecuente riesgo de
recurrir contra una persona que no posee la misma liquidez patrimonial que la
aseguradora.
La garantía que debe cubrir la aseguradora se detalla en el art. 110 de la LS y comprende: (a) el pago de
los gastos y costas judiciales y extrajudiciales para resistir la pretensión del tercero. Cuando el
asegurador deposite en pago la suma asegurada y el importe de los gastos y costas devengados hasta
ese momento, dejando al asegurado la dirección exclusiva de la causa, se liberará de los gastos y costas
que se devenguen posteriormente; (b) El pago de las costas de la defensa en el proceso penal cuando el
asegurador asuma esa defensa.

¿Cuál es el alcance de la prestación de la aseguradora ante una deuda por responsabilidad civil? El
precitado artículo expresa lo siguiente (art. 111 de la LS): “El pago de los gastos y costas se debe en la
medida que fueron necesarios.-
Regla Proporcional. Si el asegurado debe soportar una parte del daño, el asegurador reembolsará los
gastos y costas en la misma proporción.-
Instrucciones u órdenes del asegurador. Si se devengaron en causa civil mantenida por decisión
manifiestamente injustificada del asegurador, este debe pagarlos íntegramente.-
Rechazo. Las disposiciones de los artículos 110 y del presente se aplican aun cuando la pretensión del
tercero sea rechazada”.
Otro caso particular que hemos de mencionar y pasible de ser considerado una
causal de exclusión de responsabilidad automotor, tiene que ver con la calidad de
“tercero” que asignan los contratos de seguro de este tipo. Es habitual encontrar
en las pólizas de responsabilidad civil, salvo pacto en contrario, que no se
considere tercero al cónyuge y los parientes del asegurado hasta el tercer grado
de afinidad o consanguinidad, (b) las personas en relación de dependencia laboral
con el asegurado en tanto el evento se produzca en oportunidad o con motivo del
trabajo y (c) los pacientes transportados en ambulancias u otras personas en
otros tipos de vehículos con exceso de capacidad. -
Esta exclusión ha sido parcialmente flexibilizada mediante Res. 39.327/15 de la
SSN, admitiendo la cobertura en caso de muerte o invalidez total y permanente del
cónyuge, unión-conviviente, y/o los parientes del conductor y/o asegurado hasta
el tercer grado de consanguinidad o afinidad, en carácter de pasajeros del
vehículo asegurado.
El art. 113 de la LS menciona que en los seguros de responsabilidad civil por ejercicio de una
industria o comercio, también comprende las responsabilidades de las personas con funciones de
dirección (aquí podemos hablar de los Seguros de Errores y Omisiones, y la cobertura de Directors
& Officers).-

Respecto de las causas de eximición de responsabilidad de la aseguradora, el artículo 114 de la


Ley N° 17.418 libera a la compañía en caso de dolo o culpa grave del asegurado. Esta pauta es
similar a la regla general del ya mencionado art. 70 del mismo cuerpo normativo.

El art. 116, párrafo segundo, al asegurado le está vedado el reconocer su responsabilidad o


celebrar transacción sin anuencia del asegurador. Cuando esos actos se celebren con
intervención del asegurador, éste entregará los fondos que correspondan según el contrato en
término útil para el cumplimiento diligente de las obligaciones asumidas; Diferente es el caso que
exista un proceso judicial en el que se interrogue o indague al asegurado, circunstancia que no
liberará a la empresa de su vínculo legal con el cliente sí reconoce hechos que deriven de su
responsabilidad (art. 116, párrafo tercero).
En relación a la denuncia del siniestro para este tipo de cobertura, se mantiene la regla general
plasmado en el art. 46 de la LS, toda vez que el art. 115 de la misma ley describe la carga del
asegurado de denunciar el hecho del que nace su eventual responsabilidad en el término de tres
días de producido, si es conocido por él o debía conocerlo; o desde la reclamación del tercero, si
antes no lo conocía. Asimismo dará noticia inmediata al asegurador cuando el tercero haga valer
judicialmente su derecho (y la aseguradora no haya tenido conocimiento del reclamo).-

En este último caso, regulado propiamente para los seguros de responsabilidad civil, cuando el
asegurado/tomador no se anoticie del siniestro por cuenta propia, sino por la notificación de un
reclamo del tercero por vía judicial, la notificación que el cliente tenga que hacer a la aseguradora
será inmediata, es decir, en el mismo día o día siguiente hábil, acompañando toda la documental
con la que se haya notificado al demandando. En los casos que suceda esta hipótesis en los
seguros de responsabilidad civil automotor, la aseguradora deberá asumir o declinar la defensa en
los dos días hábiles de haberse notificado del juicio; caso contrario se entenderá que ha asumido
la defensa si no la declina expresamente.
Las pólizas de responsabilidad civil pueden estar redactadas con diferentes modalidades de cobertura.
Estas son:

• BASE OCURRENCIA: Cubren los hechos ocurridos durante la vigencia de la póliza,


independientemente de cuando se reclama y sólo hasta la suma vigente al momento del hecho. Es la
modalidad más frecuente y la utilizada para las coberturas de responsabilidad civil extracontractual (v.g.
automotor);

• BASE CLAIMS MADE (BASE RECLAMO): Cubren los reclamos de hechos ocurridos y
denunciados durante la vigencia de la póliza (pero la póliza debe estar vigente al momento del reclamo).
Esta modalidad puede hallarse en las coberturas de responsabilidad civil profesional;
Nótese aquí la diferencia entre base ocurrencia y base reclamo radica no en cuándo sucedió el hecho
dañoso, sino en el momento que se hizo el reclamo mismo.-

• MIXTO: OCURRENCIA/ CLAIMS MADE: Algunas aseguradoras optan por incluir una cláusula
de conversión (normalmente con costo adicional al asegurado), en la que se otorga una continuidad de la
cobertura para reclamos de hechos ocurridos entre la fecha del primer contrato y las del inicio de las
renovaciones que se hagan, y que se manifiesten luego de la cancelación de la póliza.
SEGURO AUTOMOTOR. REGIMEN JURÍDICO. CARACTERIZACIÓN. DAÑO TOTAL. LICENCIA DE
CONDUCIR. SCORING. JURISPRUDENCIA. RESOLUCIONES DE LA SSN. SUMAS MÁXIMAS.

El seguro automotor, poseer una cobertura de responsabilidad civil es obligatoria en virtud de lo normado por el art. 68 de La Ley de
Tránsito N° 24.449. No obstante, dentro de la cobertura automotor podemos encontrar adicionales y productos que van más allá de la
cobertura básica de responsabilidad mencionada.

El Código Civil y Comercial de la Nación contiene una disposición, que es artículo 1769, que en materia de accidentes de tránsito les
son aplicables las disposiciones referidas a los daños derivados de la intervención de cosas, es decir los ya aludidos arts. 1757 y 1758
de nuestra codificación, y que expresan:

• -Art. 1757- “Hecho de las cosas y actividades riesgosas. Toda persona responde por el daño causado por el riesgo o
vicio de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o peligrosas por su naturaleza, por los medios empleados o por las
circunstancias de su realización. La responsabilidad es objetiva. No son eximentes la autorización administrativa para el uso de la
cosa o la realización de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas de prevención.”;

• Art. -1758- “Sujetos responsables. El dueño y el guardián son responsables concurrentes del daño causado por las
cosas. Se considera guardián a quien ejerce, por sí o por terceros, el uso, la dirección y el control de la cosa, o a quien obtiene un
provecho de ella. El dueño y el guardián no responden si prueban que la cosa fue usada en contra de su voluntad expresa o presunta.
En caso de actividad riesgosa o peligrosa responde quien la realiza, se sirve u obtiene provecho de ella, por sí o por terceros, excepto
lo dispuesto por la legislación especial”.
A su vez no encontramos una definición de “accidente de tránsito” en el CCyC,
pero si en la Ley N° 24.449 (art. 64) y reza lo siguiente: “todo hecho que produzca
daño en personas o cosas como consecuencia de la circulación (…)”.-

De este extracto podemos distinguir al accidente como un suceso eventual que


altera el orden regular de las cosas y del cual resulta algún daño, del siniestro
como una destrucción fortuita o pérdida importante que sufren las personas o la
propiedad.
El art. 40 establece los requisitos para circular:

• Que su conductor esté habilitado para conducir ese tipo de vehículo y que lleve consigo la licencia correspondiente;

• Que porte la cédula de identificación del mismo;

• Que lleve el comprobante de seguro, en vigencia, que refiere el artículo 68 (refiere a un mero comprobante del seguro y no al pago
de la última cuota a la entidad), el cual podrá ser exhibido en formato papel impreso o digital a través de dispositivos electrónicos;

• Que el vehículo, incluyendo acoplados y semirremolques tenga colocadas las placas de identificación de dominio, con las
características y en los lugares que establece la reglamentación. Las mismas deben ser legibles de tipos normalizados y sin aditamentos;

• Que, tratándose de un vehículo del servicio de transporte o maquinaria especial, cumpla las condiciones requeridas para cada tipo
de vehículo y su conductor porte la documentación especial prevista sólo en la presente ley;

• Que posea matafuego y balizas portátiles normalizados, excepto las motocicletas;

• Que el número de ocupantes guarde relación con la capacidad para la que fue construido y no estorben al conductor. Los menores
de 10 años deben viajar en el asiento trasero;

• Que el vehículo y lo que transporta tenga las dimensiones, peso y potencia adecuados a la vía transitada y a las restricciones
establecidas por la autoridad competente, para determinados sectores del camino;

• Que posea los sistemas de seguridad originales en buen estado de funcionamiento, so riesgo de aplicación del artículo 72 inciso c)
punto 1;

• Que tratándose de una motocicleta, sus ocupantes lleven puestos cascos normalizados, y si la misma no tiene parabrisas, su
conductor use anteojos;
Sucedido un accidente de tránsito, la Ley N° 24.449 en su artículo 65 expresa que
hacer ante tal suceso: Así las cosas, resulta obligatorio para partícipes de un
accidente de tránsito: (a) Detenerse inmediatamente; (b) Suministrar los datos de
su licencia de conductor y del seguro obligatorio a la otra parte y a la autoridad
interviniente. Si los mismos no estuviesen presentes, debe adjuntar tales datos
adhiriéndolos eficazmente al vehículo dañado; (c) Denunciar el hecho ante
cualquier autoridad de aplicación; (d) Comparecer y declarar ante la autoridad de
juzgamiento o de investigación administrativa cuando sean citados.
Las nuevas cláusulas se encuentran codificadas con letras y números. La estructura
de la póliza estará conformada de la siguiente manera: Seguro Obligatorio de
Responsabilidad Civil (SORC); Condiciones Generales para Responsabilidad civil (CG-
RC); Condiciones Generales para Daños al Vehículo (CG-DA); Condiciones Generales
para Daños e Incendio (CG-DI); Condiciones Generales para Daños y Robo o Hurto (CG-
RH); Condiciones Generales comunes a todas estas coberturas (CG-CO).

También podrán incorporarse optativamente las Cláusulas Adicionales contempladas


en la nueva normativa, conforme los planes y coberturas brindadas: Cláusulas
adicionales para Responsabilidad Civil ( CA-RC ); Cláusulas adicionales para Daños (
CA-DA ); Cláusulas adicionales para Daños e Incendio ( CA-DI ); Cláusulas adicionales
para Daños y Robo / Hurto ( CA-DR ); Cláusulas adicionales para Robo o Hurto ( CA –
RH ); Cláusulas adicionales para Scoring ( CA-SC ); Cláusulas adicionales comunes a
todas las coberturas ( CA-CC ); Cláusulas adicionales coberturas al exterior ( CO-EX ).
El “scoring” (CA-SC)

Esta técnica consiste en limitar el riesgo y las coberturas, según condiciones


declaradas por el asegurado y que ha sido autorizada por la Superintendencia de
Seguros de la Nación.
En líneas generales podemos decir que en este caso las condiciones contractuales de
cobertura se realizan en virtud de la reducción de la tasa tarifaría de póliza, y aplican
solamente los casos y cláusulas adicionales incluidas en la póliza en cuestión,
teniendo un carácter taxativo. Así, teniendo en cuenta las características propias de la
cobertura de scoring contratada, se pactan determinados supuestos de disminución
de la prima tarifada y se establecen las exclusiones específicas para cada caso.
● La falta de licencia de conducir obligatoria (prevista en los arts. 13, 37 y 65 de
la Ley de Tránsito) o la presentación de ésta vencida al momento del
siniestro.
● La revisión técnica obligatoria del rodado, art. 68 de la Ley de Tránsito
Pueden ser titulares del interés asegurable las siguientes personas en los seguros
de responsabilidad civil:

• El titular registral, sea o no el conductor al momento del siniestro. La ley


de Registro de Propiedad Automotor responsabiliza civilmente al titular registral ;

• El conductor del vehículo al momento del siniestro;

• El verdadero propietario (no registrado) del vehículo, quien también


podrá ser demandado y obtener sentencia contra él, si la víctima o sus
derechohabientes demostraran la existencia de ese vínculo de propiedad
Previo a la celebración de contratos de seguros de vehículos automotores y/o remolcados, la
aseguradora deberá:

• Para las coberturas sobre el casco del vehículo:

1. deberá exigirse la acreditación de la titularidad dominial del mismo El asegurador podrá pactar con el
asegurado y/o tomador un plazo no mayor de treinta (30) días a los efectos de su cumplimiento,
debiendo consignarse en forma expresa que, si transcurrido dicho plazo no se acreditare la titularidad de
dominio, la cobertura quedará automáticamente suspendida hasta su efectiva acreditación.

2. deberá verificarse que el asegurado hubiere dado cumplimiento con su presentación a la Convocatoria
Obligatoria del Parque Automotor, dispuesta por la Dirección Nacional de Registros Nacionales de la
Propiedad Automotor y de Créditos Prendarios.

• Para la cobertura de Responsabilidad Civil

1. deberá exigirse el cumplimiento de la revisión técnica obligatoria en los casos que en la


jurisdicción en la que se pretenda asegurar el vehículo se encuentre en funcionamiento dicho sistema, de
acuerdo a la información suministrada por la AGENCIA NACIONAL DE SEGURIDAD VIAL.
MODULO 16

MODULOS 16

DCHO. DE DAÑOS Y
SEGUROS
__________________
OTROS SEGUROS

0
MODULO 16

1. ADMINISTRACION DE RIESGOS MEDICOS Y SEGUROS DE RESPONSABILIDAD CIVIL DE


LOS MEDICOS E INSTITUCIONES DE SALUD – SEGURIDAD DEL PACIENTE Y
PREVENCION

EL SEGURO CONTRA LA RESPONSABILIDAD CIVILPROFESIONAL - RAZONES DE SU APARICIÓN

Como experiencia universal se observa que el riesgo individual del autor de un daño puede ser
sustituido a través de mecanismos colectivos que permiten colocar en el lugar del obligado al
asegurador de éste, quien soporta los efectos resarcitorios, mediante el empleo de los fondos
comunes generados por la acumulación de primas de seguro.

El seguro surge, pues, como una alternativa solidarista que tiene la ventaja para el autor del
ilícito de eludir las consecuencias dañosas que se le atribuyen y, desde el punto de vista del
damnificado, lograr el resarcimiento aminorando el riesgo por la eventual insolvencia del
obligado.

Ello importa reconocer en el seguro una connotación social y tuitiva. Ya que se debe prestar
atención a la actualidad del fenómeno, el incremento de los fallos y su difusión, la escasez de
las coberturas existentes y la insatisfacción de los asegurados en la operatoria asegúratela y en
su funcionamiento, lo que justifica un tratamiento específico.

LA CULPA MÉDICA EN LA ACTUALIDAD. NATURALEZA JURÍDICA DEL VÍNCULO

Reiteramos la solución del Código Civil y Comercial de la Nación:

 Los profesionales liberales se comprometen por obligaciones de hacer;


 En principio, a través de contratos de servicios;
 Las obligaciones son de medios;
 La responsabilidad es subjetiva (por culpa).

Pero para ello, habrá de tenerse presente que "el médico, en su ejercicio profesional, es libre
para escoger la solución más beneficiosa para el bienestar del paciente, poniendo a su alcance
los recursos que le parezcan más eficaces al caso a tratar, siempre y cuando sean
generalmente aceptados por la ciencia médica que practica, en cuanto esté comprometido por
una obligación de medios en la consecución de un diagnóstico o una terapéutica determinada
que tiene como destinatario la vida, la integridad humana y la preservación de la salud del
paciente".

1
MODULO 16

La culpa no se aprecia para ningún deudor en forma estricta, sino que el modelo abstracto de
comparación fluctúa, y a cada deudor, según la categoría ideal en la que se lo emplaza, se lo
juzgará con arreglo a la diligencia media que a él quepa exigirle. En definitiva, hay un solo
modelo elástico que se corresponde con la culpa leve: el profesional diligente medio que no es
lo mismo que mediocre.

Va de suyo que la culpa del profesional no es la culpa del hombre común profano, sino que se
trata de una personificación del buen padre de familia en el perito o experto. No hay entonces
grados de culpa, como ser el médico común, medico especialista o medico de guardia. Lo que
hay es una distinta integración de la diligencia en atención a las circunstancias involucradas.

En síntesis: la culpa profesional es la culpa común o corriente. El tipo de comparación será el de


un profesional diligente, prudente, que corresponda a la categoría o clase en la cual quepa
encuadrar la conducta del deudor en cada caso concreto.

De allí, que el médico debe actuar con la precaución, dedicación personal e indelegable y con
todos los recursos disponibles, y si se viola este deber de cuidado, contribuyendo en tal forma
a aumentar el riesgo para la paciente, es responsable por el resultado lesivo a título de culpa.

Es oportuno recordar que La culpa (art. 1724, CCyCN) consiste en la omisión de la diligencia
debida según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de las personas, el tiempo y el
lugar. Comprende "la imprudencia, la negligencia y la impericia en el arte o profesión".

Y el artículo 1725 CCyCN, establece pautas a los efectos de la valoración de la conducta:


Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas, "mayor
es la diligencia exigible al agente" y la valoración de la previsibilidad de las consecuencias.

Cuando existe una "confianza especial", se debe tener en cuenta la naturaleza del acto y las
"condiciones particulares" de las partes. En estos casos, se estima el grado de responsabilidad,
por la condición especial del agente.

RESPONSABILIDAD DEL MÉDICO Y LAS OBLIGACIONES DE MEDIO Y DE RESULTADO. CARGA


PROBATORIA

La responsabilidad civil del médico se la identifica como de medios o de diligencia. El Código


Civil y Comercial de la Nación establece claramente dicho deslinde: art 1768 CCyC:
Profesionales liberales - La responsabilidad es subjetiva, excepto que se haya comprometido
un resultado concreto.

2
MODULO 16

La norma debe interpretarse en el contexto de lo dispuesto por el mismo Código Civil y


Comercial (art. 774) en relación a prestación de un servicio:

La prestación de un servicio puede consistir:

a) en realizar cierta actividad, con la diligencia apropiada, independientemente de su


éxito. Las cláusulas que comprometen a los buenos oficios, o a aplicar los mejores
esfuerzos están comprendidas en este inciso;
b) b) en procurar al acreedor cierto resultado concreto, con independencia de su eficacia;
c) en procurar al acreedor el resultado eficaz prometido.

La cuestión adquiere relevancia en cuanto a la carga probatoria de la culpa del médico. En ese
orden, se estableció que "el paciente debe demostrar la culpa en la realización de la atención
médica prestada, la existencia del daño que le hubiere sobrevenido a causa de ese hecho y la
relación de causalidad entre el incumplimiento y el daño experimentado, bastando que alguno
de esos requisitos falle para que el profesional quede exento de responsabilidad por las
consecuencias de su actividad".

Por lo que en consecuencia, la configuración de la responsabilidad del médico requiere, como


recaudos esenciales del deber de indemnizar, la prueba de la culpa del profesional y la
existencia de un nexo adecuado de causalidad entre esa culpa, ese obrar negligente y
descuidado del profesional y el daño recibido por el enfermo.

En efecto, carga el paciente con la prueba de la culpa del médico, "siendo la prueba relevante
el dictamen pericial médico, ya que éste lo ilustra al juez en materias que escapan a su
formación profesional". Y a su vez, el médico "para lograr exención o exoneración de
responsabilidad derivada de su actividad, deberá acreditar que ha actuado con diligencia y
pericia de un estándar medio profesional, o que ha habido culpa de la víctima o de un tercero
por quien no debe responder, o la existencia de caso fortuito o fuerza mayor".

En síntesis, al médico le resulta suficiente probar haber obrado correctamente. O dicho de otro
modo, para eximirse de responsabilidad le bastará con acreditar que sus servicios han sido
prestados acordes con el nivel que hace presumir su título profesional y de acuerdo con las
reglas de la ciencia.

A los efectos de la prueba de la culpa, el Código Civil y Comercial de la Nación establece una
solución especial en materia de "cargas dinámicas", señala el artículo 1735, CCyCN: Facultades

3
MODULO 16

judiciales. El juez puede distribuir la carga de la prueba de la culpa o de haber actuado con la
diligencia debida, ponderando "cuál de las partes se halla en mejor situación para aportarla".

Las obligaciones de resultado constituyen una excepción: la promesa de un resultado de por


ej. un cirujano plástico importa un desplazamiento de la carga de la prueba, ya que ante el
incumplimiento del resultado propuesto y las secuelas post-operatorias, corresponde al
profesional acreditar su falta de culpa y, por lo tanto, el acaecimiento de un caso fortuito, que
no estaba en sus manos superar pese a la diligencia empleada en su labor.

La responsabilidad es objetiva (excepcionalmente), conforme artículos 1722 y 1723 CCyCN,


cuando el deudor debe obtener un resultado determinado. Responde "aun sin culpa" (salvo
causa ajena).

Las excepciones (hipótesis de responsabilidad profesional objetiva), se verifican entonces:

 cuando se haya comprometido un resultado concreto,


 y asimismo cuando la obligación se preste con cosas que causen un daño derivado de
su vicio.

En esta última hipótesis, el sistema es el siguiente:

Tratándose de daños derivados de cosas y actividades riesgosas, hay en principio una


remisión al régimen general (art. 1757, CCyC);
- Sin embargo, tratándose de profesionales liberales, media una atenuación al rigor en
la aplicación del régimen de responsabilidad por riesgo o vicio de las cosas o por
actividades riesgosas o peligrosas. Los profesionales están sometidos a una menor
responsabilidad, en estos aspectos:
a. Sólo responden por vicio (defecto) de las cosas;
b. No responden por riesgo de las cosas,
c. Ni responden por actividad riesgosa o peligrosa.

Por otro lado, se afirma que, en principio, el médico no puede efectuar ningún tipo de
tratamiento sin recabar la voluntad convergente del paciente (o de sus representantes legales
si se halla incapacitado), afirmación que respeta la libertad personal del enfermo quien
dispone de su cuerpo.

Se trata del "consentimiento informado" que, en rigor, constituye una declaración de voluntad
unilateral del paciente consistente en autorizar al galeno que materialice un acto médico. El
mismo puede ser expreso o resultar de un acto inequívoco.

4
MODULO 16

El Código Civil y Comercial de la Nación regula el "consentimiento informado" para actos


médicos (e investigaciones en salud), dentro del capítulo sobre derechos y actos
personalísimos (art. 59, CCyCN)

Art. 59 CCyC - Consentimiento informado para actos médicos e investigaciones en salud: El


consentimiento informado para actos médicos e investigaciones en salud es la declaración de voluntad expresada
por el paciente, emitida luego de recibir información clara, precisa y adecuada, respecto a:

a. su estado de salud;
b. el procedimiento propuesto, con especificación de los objetivos perseguidos;
c. los beneficios esperados del procedimiento;
d. los riesgos, molestias y efectos adversos previsibles;
e. la especificación de los procedimientos alternativos y sus riesgos, beneficios y perjuicios en relación con el
procedimiento propuesto;
f. las consecuencias previsibles de la no realización del procedimiento propuesto o de los alternativos
especificados;
g. en caso de padecer una enfermedad irreversible, incurable, o cuando se encuentre en estado terminal, o
haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual situación, el derecho a rechazar procedimientos quirúrgicos,
de hidratación, alimentación, de reanimación artificial o al retiro de medidas de soporte vital, cuando sean
extraordinarios o desproporcionados en relación a las perspectivas de mejoría, o produzcan sufrimiento
desmesurado, o tengan por único efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible e
incurable;
h. el derecho a recibir cuidados paliativos integrales en el proceso de atención de su enfermedad o
padecimiento.

Ninguna persona con discapacidad puede ser sometida a investigaciones en salud sin su consentimiento libre e
informado, para lo cual se le debe garantizar el acceso a los apoyos que necesite.

Nadie puede ser sometido a exámenes o tratamientos clínicos o quirúrgicos sin su consentimiento libre e informado,
excepto disposición legal en contrario.

Si la persona se encuentra absolutamente imposibilitada para expresar su voluntad al tiempo de la atención médica
y no la ha expresado anticipadamente, el consentimiento puede ser otorgado por el representante legal, el apoyo, el
cónyuge, el conviviente, el pariente o el allegado que acompañe al paciente, siempre que medie situación de
emergencia con riesgo cierto e inminente de un mal grave para su vida o su salud. En ausencia de todos ellos, el
médico puede prescindir del consentimiento si su actuación es urgente y tiene por objeto evitar un mal grave al
paciente.

Y ya en la órbita de la responsabilidad civil, el Código Civil y Comercial de la Nación establece


las consecuencias del consentimiento del damnificado (art. 1720, CCyCN): Sin perjuicio de
disposiciones especiales, el consentimiento "libre e informado" del damnificado, "en la
medida en que no constituya una cláusula abusiva, libera de la responsabilidad por los
daños" derivados de la lesión de bienes disponibles.

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MODULO 16

La libertad de que goza el paciente, le permitirá elegir libremente la persona del médico que lo
asistirá, el sistema operatorio a adoptar entre los aconsejados, el lugar de internación y,
finalmente, tendrá derecho a ejercer su facultad de arrepentimiento.

La voluntad del paciente es soberana, al punto que si se halla lúcido y se opone a someterse a
la actividad médica, el facultativo no podrá desconocer su voluntad. Como se advierte, la
información a la que se halla obligado a suministrar el médico es un tema estrechamente
relacionado con el consentimiento informado. En efecto, aquella declaración unilateral de
voluntad a la que hemos hecho referencia se emite con relación a una información
previamente suministrada por el médico.

En el sentido indicado, se tiene decidido que el deber de información en materia médica


contempla accidentes previsibles o sobre las dificultades sobrevinientes que puedan
anticiparse, no siendo razonable que el médico haga prospectiva y anticipe todo lo que puede
ocurrir de manera anormal o fortuita, con habitualidad o lindando con la causalidad.

La conducta dañosa subsiste por la sencilla razón de que el paciente, a causa del déficit de
información no ha sido puesto en condiciones de asentir libre y voluntariamente su
tratamiento con plena y cabal conciencia de las posibles consecuencias nocivas que éste le
pueda acarrear.

Por consiguiente, en el plano del daño consecuencia, constatado el solo empeoramiento de la


salud e integridad física del paciente, es del todo indiferente indagar acerca de la debida
ejecución de la prestación terapéutica.

El deber de información se extiende al estado de salud y al tratamiento a seguir y las


explicaciones deberán adaptarse al nivel de comprensión del paciente, privilegiándose la
claridad y la suficiencia de la exposición.

Como quiera que sea, el consentimiento informado no libera al profesional de una conducta
negligente o imprudente, pero sí lo exime de responsabilidad por la ocurrencia de un riesgo
informado al enfermo y que ocurriera pese a la buena práctica, ya que en este caso habría sido
el paciente —y no el profesional— quien decidió afrontarlo.

Con relación al nexo de causalidad prevalece el criterio de admitir la procedencia de la


demanda si se ha acreditado la existencia de una evidente relación de causalidad adecuada
entre el tratamiento que se le dispensó y los daños patrimoniales y extrapatrimoniales
alegados, o cuando existen circunstancias que permiten deducir la culpa del profesional

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MODULO 16

porque el hecho "no pudo explicarse de otra manera que no fuese por ella, máxime si no
aportó elemento probatorio alguno tendiente a desbaratar las conclusiones a las que arriban
las pericias y los informes médicos.

Sin perjuicio de lo expuesto, se ha tenido por acreditada la relación de causalidad en alguna


circunstancia calificada de "dudosa" en que "las graves secuelas padecidas por el actor no
aparecen explicadas de ninguna manera, salvo por la sola existencia de una intervención
quirúrgica inmediatamente anterior, y de acuerdo a la razonabilidad de exigir del profesional
médico la acreditación de su falta de culpa o negligencia y con la utilización de la prueba
presuncional, debe concluirse que ha existido un nexo adecuado de causalidad entre la
conducta médica y las lesiones sufridas por el paciente en el período pos-operatorio".

Finalmente, con relación al oblito (cuerpo extraño que se olvida en el interior de un paciente
durante una operación), tiene decidido la CSJN que "encontrándose acreditada la existencia
del oblito en el cuerpo del actor —en el caso, lo operaron de apendicitis aguda y dejaron una
gasa—, cabe considerar que se trata de un supuesto de responsabilidad causado con la cosa,
aun cuando la conducta quirúrgica utilizada haya sido la adecuada".

El nuevo Código elimina la categoría de daños "con" la cosa (del derogado art. 1113 CC). Y
respecto a los daños por responsabilidad profesional, derivados de las cosas, el sistema vigente
(art. 1768, CCyC) es el siguiente:

 Tratándose de daños derivados de cosas y actividades riesgosas, hay en principio una


remisión al régimen general (art. 1757, CCyCN);
 Sin embargo, tratándose de profesionales liberales, media una atenuación al rigor en la
aplicación del régimen de responsabilidad por riesgo o vicio de las cosas o por actividades
riesgosas o peligrosas. Los profesionales están sometidos a una menor responsabilidad, en
los siguientes aspectosaspectos :
 Sólo responden por vicio (defecto) de las cosas;
 No responden por riesgo de las cosas,
 Ni responden por actividad riesgosa o peligrosa.

En otro precedente análogo, se sostuvo que dejar una gasa en el vientre luego de una
operación cesárea, constituyó un incumplimiento del deber de seguridad.

Sin aludir específicamente al factor de atribución, se tiene decidido, genéricamente, que el


médico cirujano resulta responsable por los daños provocados a un paciente como
consecuencia del olvido de una aguja en su vientre durante una intervención quirúrgica a la

7
MODULO 16

que fue sometido, puesto que el cirujano tiene la obligación y responsabilidad de advertir que
alguno de sus elementos de trabajo no están o no están completos al finalizar su tarea ya que
aunque ésta sea una tarea del instrumentista, el responsable final de las tareas delegadas es el
galeno quien debe tener el control del instrumental que usa y la forma en que lo devuelve.

2. SEGUROS DE PERSONAS

Como ya hemos visto los seguros de Personas tiene como finalidad reemplazar ingresos cubrir
gastos: siendo el objeto del seguro la persona física. Las pólizas deben ser nominativas, es
decir, deben tener siempre todos los datos del asegurado.

Comprenden las coberturas de los riesgos económicamente valuables con la duración de la


vida humana y su integridad física, incluyendo su capacidad laboral, y su salud, teniendo en
cuenta los gatos médicos en los que incurra.

MODALIDADES

o VIDA: es la respuesta económica inmediata para que una familia pueda seguir
adelante (reemplazar ingresos y cubrir gastos) ante la muerte, incapacidad
permanente o enfermedad de la persona o sostén de la vida familiar.
o ACCIDENTES PERSONALES: protege al individuo solo a consecuencia de accidentes. (se
diferencia con el de vida, ya que este ampara la muerte o incapacidad por enfermedad
o accidente).
o RETIRO: permite a los asegurados realizar aportes durante su vida activa, el que
sumado a los intereses que los mismos producen, permiten la constitución de un
fondo que puede ser posteriormente retirado en la etapa pasiva del asegurado, o bien
cuando lo acuerde con la aseguradora, mediante una renta vitalicia.
o SEPELIO: en caso de fallecimiento del asegurado, se abona por cuenta del beneficiario
de la poliza, o en su defecto por cuenta de los herederos legales, el importe resultante
del servicio de sepelio hasta el monto contratado (suma asegurada), a quien lo
prestare, o bien es realizado por la misma compañía. (Actualmente puede ser
prestacional o indemnizatoria).
o SALUD: tiene como finalidad cubrir gastos médicos. Tienen el carácter indemnizatorio
y diferentes coberturas.
3. EL SEGURO DE VIDA

Es el contrato de seguro que esta destinado a cubrir un evento incierto que se produzca sobre
la duracion de la vida, la integridad fisica o salud del asegurado o de un tercera cuya vida

8
MODULO 16

contrate. El proposito basico es otorgar una indemnizacion preestablecida a los beneficios o


herededos legales en caso de fallecimiento del asegurado.

Nace como respuesta a complementar la necesidad del ser humano de reducir la


incertidumbre financiera que se origina en contingencias naturales tales como el fallecimiento
prematuro, incapacidad, enfermedad y la vejez.

Su contratacion puede ser individual o colectiva. A su vez existen tambien seguros de vida
colectiva de contratacion obligatoria por parte de las patronales que de alguna manera
responden a la proteccion que brinda el Estado a la sociedad.

Conforme su naturaleza se trata de un contrato de seguro de prevision, a traves de una suma


asegurada convenida antes de la muerte del asegurado.

INTERES ASEGURABLE – esta definido por la relacion licita entre una persona aseurable y el
“valor economico” que poseen. Cuando esta relacion se encuentra amenazada por un riesgo se
dice que hay un interes asegurable.

Aquí estamos en presencia de dos grandes corrientes:

a) Existencia de un interes asegurable por parte de terceros – es el interes licito que tiene
alguien, al ser afectado por la perdida de la persona asegurada, sufra un perjuicio
economico. Son en su mayoria los seguros de vida colectivos: por ej. saldos de
deudores (hipotecarios, prendarios, etc), etc.
Si el contratante provoca la muerte del asegurado deliberadamente, en un acto ilicito,
libera al asegurador de abonar la indemnizacion (art. 136 LS).
b) La no presencia de un interes asegurable por parte del tercero – aquí tambien queda
manifiesta la existencia de un interes, ya que todos tenemos un interes sobre nuestra
propia vida. El depositario del interes asegurable es el propio asegurado. Cualquier
persona puede ser asegurado en tanto exista un interes asegurable y en la medida de
su valor real.

Con relacion a las personas asegurables se establecio que toda persona fisica a partir de los 14
años y hasta los 65 (salvo excepciones), pueden ser asegurados. No son asegurados los
interdictos y menores de 14 años.

La persona fisica, mayor de 18 años, puede ser asegurada y tomadora cuando contrata por
cuenta propia.

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MODULO 16

El art. 135 de la L.S. excluye el SUICIDIO VOLUNTARIO del asegurado, liberando a la


aseguradora, salvo que el contrato haya estado en vigencia ininterrumpida por tres años.
Asimismo este articulo puede ser modificado en los planes presenados por aseguradoras y
aprobados por la SSN mientras siempre sea a favor del asegurado, es decir, se puede cubrir
dentro de un plazo menor

Si el asegurado participa y muere, en alguna empresa criminal, la aseguradora se libera de


abonar la indemnización a los beneficiarios, conforme lo previsto en el art. 137 de la L.S., todo
acto ilícito del asegurado exime a la aseguradora.

Con respecto a la agravación del riesgo es importante destacar que ello solo se produce por el
cambio de profesión, actividad o deporte. No se considera agravación una enfermedad que
surja posterior a la vigencia del contrato, ya que supone que justamente el propósito o fin del
seguro de vida es la protección del asegurado. Si llegase a ser anterior a la vigencia, ya
hablamos de reticencia. Por ej. Tener un trabajo de oficina y pasar a uno como militar, policía,
etc., normalmente figuran dentro de las exclusiones.

Se establece que el asegurado solo debe denunciar la agravación del riesgo que obedezca a
motivos específicamente previstos en el contrato.

Los cambios de profesión o actividad del asegurado autorizan la rescisión del contrato cuando
agravan el riesgo de modo tal que de existir a la celebración del contrato el asegurador no lo
hubiese aceptado (art. 133 LS).

En el caso particular de vida individual, el declarar en la solicitud del seguro ser fumador ya se
considera un agravante del riesgo por sí mismo, por lo cual ya está establecido un mayor costo,
salvo que comience posterior a su vigencia, como un cambio de hábito.

Asimismo tenemos dos clases de seguros de vidas:

INDIVIDUALES – son aquellos cuya póliza ampara una sola persona, en este tipo de
coberturas solo se cubre a un solo asegurado que el único que figura en la póliza,
como tal. Son los seguros que voluntaria e individualmente contrata un asegurable,
luego “asegurado”, en función a su propio interés asegurable.
COLECTIVOS – son aquellos que protegen a un grupo de personas, asegurables con un
interés afín previo al interés de asegurarse, el art. 155 LS establece que quienes dejan
de permanecer definitivamente al grupo asegurado, quedan excluidos del seguro
desde ese momento, salvo pacto en contrario.

10
MODULO 16

A su vez debemos destacar que dentro de estos seguros existen los de contratación
optativa por el grupo y los de contratación obligatoria por parte del empleador.
Los asegurables deben cumplir como mínimo la edad de ingreso de 14 años y como
máximo 85 años (conforme modificación de la SSN). Y en caso de que un asegurado
supere la edad máxima, establecida o deje de pertenecer al grupo la cobertura se
rescinde para ese caso particular.

Respecto del seguro colectivo, el mismo puede revestir el carácter de:

 OPTATIVO – se determina un porcentaje de adhesión tomando como base el total de


los asegurables.
 OBLIGATORIO – responde al 100% de adhesión. Responde a las obligaciones
patronales establecidas por el Estado.

Los grupos asegurables pueden ser:

 Integrantes de grupos abiertos


 Personal de empresas (empleador – empleado)
 Clientes de entidades financieras y planes de ahorro (seguros de saldos deudores)
 Asociados a otras instituciones (mutuales, clubes, sindicatos, colegios, medicina pre
paga, asociaciones profesionales, etc.)
 Seguros de obligaciones patronales.

Su vigencia es anual de renovación automática, pueden tener o no límite de vigencia.

Por su parte el periodo de carencia se trata del plazo durante el cual el asegurado no tendrá
cobertura por enfermedad, pero si por muerte accidental, generalmente se trata de un
periodo de 30 días.

El CALCULO DE LAS PRIMAS se realiza en función de las edades de los asegurados, su


ocupación/profesión, capital asegurado y cantidad de personas que componen el grupo.

Y FORMA DE PAGO se debe realizar por adelantado por el contratante o tomador. La compañía
concede un plazo de gracia de 30 días para el pago de las primas, durante el cual la póliza
continuara en vigencia. Si durante dicho plazo sucediera un siniestro deberán ingresarse las
primas correspondientes. Y si vencido dicho plazo no se abonara la prima, caducan los
derechos emergentes de la póliza.

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MODULO 16

Con relación a los BENEFICIARIOS generalmente la designación la hace cada asegurado por
escrito en su solicitud individual. Pero en algunos casos, se podrá designar como beneficiario al
contratante o tomador, cuando tiene un interés económico lícito respecto de la vida de los
integrantes del grupo. Por ej: seguro de vida por salgo deudor.

La cobertura a brindar en los seguros colectivos de saldo deudor será básicamente


fallecimiento, con la opción del tomador de incorporar la cobertura de invalidez total
permanente. El beneficiario acordado por esta cobertura será sustitutivo del capital asegurado
que debiera abonar en caso de fallecimiento del deudor asegurado y se concederá cuando el
estado de invalidez, como consecuencia de enfermedad y accidente, no le permita al
asegurado desempeñar por cuenta propia o relación de dependencia cualquier actividad
remunerativa, siempre que tal estado se hubiese iniciado y continuado ininterrumpidamente,
durante la vigencia del seguro, y antes de cumplir la edad máxima de permanencia. El plazo
máximo que podrá establecer la aseguradora a los fines de verificar el estado de invalidez total
y permanente no podrá superar los seis meses.

En el caso de los SEGUROS DE VIDA COLECTIVOS OBLIGATORIOS Es de contratacion obligatoria


para todos los empleadores. Todos los trabajadores en relacion de dependencia, deberan estar
asegurados bajo este, quedando excluidos los trabajadores rurales (regulados por la ley 16600)
y los contratados por un termino menor a un mes. Cubre el riesgo de muerte e incluye suicidio.

La desingacion de beneficiarios es libre y privativa de cada asegurado (con preferencia de los


herederos legales).

4. SEGURO DE ACCIDENTES PERSONALES

Se rige por los ar. 149/15 LS y Resoluciones 19391 y 20427 de la SNN.

Protege al individuo solo a consecuencia de accidentes. El asegurador se compromete al


pagode las prestaciones estipuladas en la poliza en el caso de que el asegurado sufra durante
la vigencia del seguro un accidente que fuere la causa de su muerte o invalidez, total o parcial,
permantente o temporaria.

Es decir que se abonara la indemnizacion cuando el asegurado subra durante la vigencia del
contrato un accidente, aunque las consecuencias del mismo se manifiesten a mas tardar
dentro de un año a contar desde la fecha del siniestro.

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MODULO 16

Asimismo se entiende por “accidente” todo hecho subito, violento e imprevisto en el cual no
medie voluntad del asegurado y las lesiones corporales esten ocasionadas por un agente
externo a este.

Las personas asegurables son los mayores de 14 años y hasta los 65. La designacion de
beneficiarios se rige de la misma manera que detallamos anteriormente.

Es importante resaltar que la poliza de este seguro, es una de las mas completas en lo que a
redaccion se refiere. Ya que enumera la serie de situaciones o infortunios que son
considerados accidentes. Por ej. asfixia por vapores o gases, inmersion y obstruccion en el
aparato respitatorio, intoxicacion, envenamiento por ingestion de sustancias toxicas o
alimentos en mal estado consumidos en lugares publicos o adquiridos en mal estado, tetanos,
rabia, luxaciones articulares, etc.

La cobertura se extiende al transito y/o permanencia del asegurado en el extranjero, salvo en


los paises que no mantengas relaciones diplomaticas con nuestro pais, extendiendose la
cobertura a accidentes que se produzcan durante la participacion en practicas deportivas no
profesionales.

Entre las EXCLUSIONES BASICAS podemos encontrar los derivados del uso de motocicleta y/o
vehiculos similares, actos de terrorismo o guerra civil, consecuencia de cualquier enfermedad,
navegacion aerea, hechos sismicos, inundaciones y similares, por vahidos, vertigo,
convulsiones, etc.

Los hechos del asegurado deberan estar dirigidos a impedir el siniestro o atenuar sus efectos,
en la medida de lo posible.

La carga de la prueba corresponde al asegurado, correspondiendose con la version creible de


las circunstancias materiales que determinaron el hecho.

Se aplica de igual modo el criterio de agravasion del riesgo (cambio de profesion) y la


designacion de los beneficiarios.

El asegurador se libera del pago de la indemnizacion si el asegurado o el beneficiario, provoca


el accidente dolosamente o por culta grave o sufre en empresa criminal.

MODALIDAD DE CONTRATACION Y TIPO DE COBERTURA: pueden contratarse en forma


individual o grupal, incluso con vigencia menor a un año (por ej. 24 hs., en todo el territorio

13
MODULO 16

del pais o extranjero; en horario laboral; +itinere). Tambien es comun como cobertura
adicional por ej. de la asistencia medica farmaceutica.

5. SEGURO DE CAUCION

Los seguros de caucion garantizan el cumplimiento de los compromisos comtraidos,


idemnizando al beneficiario en caso de incumplimiento de una obligacion contractual.

En el caso del acreedor, que puede ser el Estado o un Particular, de dicha obligacion exige al
deudor (como por ej. constructor de obra, exportador/importador de mercaderias, agentes de
turismo, etc.) algun tipo de garantia que asegure el cumplimiento.

Existen distintos tipos de garantias para asegurar el cumplimiento, entre ellas se puede
mencionar las fianzas, avales bancarios, caucionm titulos propios, etc.

De ellas, el seguro de caucion es la garantia en donde la Compañía de Seguro es el fiador


frente al acreedor, garantizando el pago de una suma de dinero si el deudor no cumple con
sus obligaciones pactadas.

Es decir que mediante el seguro de caucion, el Asegurador garantiza al acreedor de una


obligacion determinada (asegurado), que su Deudor (tomador) ha de cumplirla en el tiempo y
la forma previstos entre ellos o estalbecidos por una ley, percibiendo una prima que paga el
tomador.

Basicamente, la finalidad de este seguro es la eliminacion del riesgo del Acreedor (Asegurado)
por la mora del Deudor (tomador), quedando configurado el siniestro con el cumplimiento de
la obligacion principal y sin necesidad de demostrar insolvencia del Deudor.

NATURALEZA JURIDICA – es sin duda una fianza solidaria instrumentada como operatoria de
seguros, pero con importantes matices que hacen al ambito y naturalea que le son propios.

ASPECTOS DISTINTIVOS RESPECTO A LOS SEGUROS GENERALES:

- Al asegurador no le es posible rescindir el contrato de seguro por ningun motivo, ni


siquiera por la falta de pago.
- No existe la falta de cobertura financiera, ya que la falta de pago de la prima por parte
del tomador no es oponible por el asegurador ante el reclamo de indemnizacion por
parte del asegurado.
- La reticencia o falsa declaracion o la agravacion del riesgo no afectan al asegurado, ya
que este ultimo no asume ninguna responsabilidad frente al asegurador.

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MODULO 16

- No es un contrato automono, como lo es de un seguro general, es subsidiario y


accesorio de otro principal.
- El interes asegurable se manifiesta en el asegurado, que pretende el cumplimiento de
la obligacion principal que lo vincula con el deudor (tomador), sin quien contrata la
poliza (tomador) es el deudor de la obligacion, que en realidad no tiene ningun interes
asegurable sino mas bien el de lograr el contrato o el cumplimiento de la disposicion
legal o contractual que lo vincula con el asegurado.

OTRO ASPECTO RELEVANTE SON LAS PARTES INTERVINIENTES – en todos los seguros de este
tipo son tres:

- TOMADOR – es el proponente del seguro y obligado al pago de la primea. Es el deudor


de la obligación principal. Tiene ciertas cargas y obligaciones:
 Dar cumplimiento a las obligaciones contraídas con el asegurado en la forma
especificada y solicitada en el contrato.
 Dar aviso al asegurador de cualquier eventualidad que pueda llevarlo a la
imposibilidad de cumplir con sus obligaciones hacia el asegurado.
 No realizar actos de disposición que importen dejar de contar con bienes
suficientes para el cumplimiento adecuados de sus compromisos contractuales.
 Comunicar al asegurado cualquier modificación en su patrimonio.
 En caso de ausentarse del país, dejar bienes suficientes que respondan
suficientemente por el cumplimiento de sus obligaciones.
- ASEGURADO – es el acreedor de la obligación principal, cuyo deudor le garantiza su
cumplimiento a través del seguro de caución. Es el beneficiario de la póliza.
- ASEGURADOR – es el fiador o garante del cumplimiento de la obligación principal del
deudor/tomador del seguro para con el acreedor/asegurado. Responde en la misma
medida y con los mismos alcances de la responsabilidad del deudor, hasta la
concurrencia de la suma asegurada.

En consecuencia el seguro de caución es un contrato de accesorio del contrato principal que


regula las relaciones del Asegurado con el Tomador.

Hay por lo tanto, tres contratos:

- El principal que regula las relaciones entre el asegurado y el tomador (acreedor y


deudor).

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MODULO 16

- La póliza que regula las relaciones entre la compañía y el asegurado (la aseguradora y
el acreedor)
- La solicitud y/o carta presentación y anexo que regula las relaciones entre el tomador
y la compañía.

TIPOS DE COBERTURAS – obligaciones que podemos garantizar con una póliza de caución:

1. De hacer: son aquellas en que el tomador se compromete a ejecutar alguna tarea (por
ej. una obra de construcción, una reparación de algo, etc.), para estas obligaciones es
utilizan las pólizas de obras, AFIP, aduana, garantías profesionales, judiciales, etc.
2. De dar: son aquellas en que el tomador se compromete a entregar alguna mercadería
y/o servicio (por ej. licitaciones de provisión de leche, guardapolvos, frazadas, servicio
de limpieza o vigilancia, etc.) para estas obligaciones se utilizan las pólizas de
suministros.

Como hemos dicho las garantías de obras y/o suministros públicos o privados (forman parte de
las principales pólizas de caución):

- Mantenimiento de la oferta – garantiza la obligación del tomador de mantener la


oferta ante una licitación y en caso de ser adjudicatario, firmar el contrato respectivo.
- Ejecución de contrato – garantiza el cumplimiento en tiempo y forma de la ejecución
de la obra.
- Garantía de anticipo financiero – garantiza la correcta aplicación del anticipo
financiero que entrego al contratista para la ejecución de la obra o la movilización
inicial.
- Garantiza de anticipo de acopio – garantiza la aplicación del anticipo recibido por el
tomador o adjudicatario de la obra para que efectúe el acopio de materiales
predeterminados para la ejecución de la obra.
- Garantía de sustitución de fondo de reparo –el objeto es la sutitucion de las
retenciones efectuadas por el asegurado sobre los certificados de obra del contrato de
adjudicado.
- Otros polizas que podemos mencionar: garantía de concesiones, certificación de
avances de fabricación o montaje.
Existen garantías aduaneras también como importación y exportación temporaria,
transito de mercaderías a través del territorio argentino, habilitación de depósito
fiscal, falta de documentación.

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MODULO 16

Asimismo existe la garantía de alquileres (cosas muebles e inmuebles), garantías


impositivas (transitoria por diferimiento de impuestos, garantía de veracidad),
garantías judiciales (contra cautelas), por actividad o profesión, etc.

6. SEGURO AMBIENTAL

El seguro ambiental es la garantía financiera exigible y obligatoria a toda persona física o


jurídica, pública o privada, que realice actividades riesgosas para el ambiente, los ecosistemas
y sus elementos constitutivos, conforme el artículo 22 de la Ley General del Ambiente.

La contratación de un seguro y su implementación persigue la prevención de daños que


pueden afectar a la población en general.

Tiene por objeto de cobertura garantizar la disponibilidad de fondos necesarios para


recomponer el daño ambiental de incidencia colectiva, causado en forma accidental,
independientemente de que dicho daño se manifieste en forma súbita o gradual.

Es una herramienta de gestión ambiental que posibilita al Estado cumplir su rol de garantizarle
a la sociedad el derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano tal
como lo establece el artículo 41 de la Constitución Nacional, resultando útil para recomponer
los daños ambientales generados por la actividad industrial y velar por los intereses de los
habitantes.

Deben contratar un seguro ambiental aquellas actividades o establecimientos que sumen un


nivel de complejidad ambiental (grado de potencialidad de producir un daño ambiental propio
de una actividad o establecimiento determinado) de 14.5 en adelante.

De acuerdo con los valores del NCA, el riesgo ambiental se divide en tres categorías:

- Primera categoría: hasta 14,0 puntos inclusive


- Segunda categoría: de 14,5 a 25 puntos inclusive
- Tercera categoría: mayor de 25 puntos.

Según la normativa vigente, Resolución del Ministerio de ambiente y desarrollo sostenible N°


481/2011, se consideran actividades riesgosas para el ambiente aquellas actividades
identificadas como de 2° y 3° categoría –mediana o alta complejidad ambiental–,
respectivamente. Estas son las categorías que deberán contratar el seguro ambiental a los
fines de cumplir con la normativa.

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MODULO 16

Actualmente el producto de garantía que cubre el artículo 22 de la Ley General del Ambiente
es el seguro de caución ambiental de incidencia colectiva.

Respecto al Seguro de Caución Ambiental, las compañías de seguro que cumplieron con los
requisitos de la Resolución MAyDS N° 256/2016 y que tienen la habilitación de la
Superintendencia de Seguros de la Nación y del MAyDS son: Sancor Cooperativa de Seguros
Limitada, Testimonio Compañía de Seguros S.A, Alba Caución Compañía de Seguros, Boston
Compañía Argentina de Seguros S.A, El Surco Compañía de Seguros S.A Nación Seguros S.A.
TPC Compañía Argentina de Seguros FOMS Compañía Argentina de Seguros S.A

Las normas operativas para la aplicación del seguro ambiental son: Ley General del Ambiente
N° 25.675, Resoluciones SAyDS Nº 98 y 1973/07, 177/07, 303/07, 1639/07, 1398/08, 481/11,
MAyDS N°206/2016 y 256/2016, 204/18 y 388/18 entre otras.

A través de dichas resoluciones se determinaron las actividades alcanzadas por la obligación


establecida en el artículo 22 de la Ley 25.675, conforme a criterios que prioricen las actividades
con mayor potencial contaminante y al principio de progresividad de la misma ley. Los criterios
que guían la inclusión de actividades se focalizan en riesgos vinculados al manejo de sustancias
tóxicas o con poder contaminante, su eventual liberación al ambiente ante hechos
accidentales, y sus probables impactos sobre el ambiente. Mediante el cálculo del nivel de
complejidad ambiental, se determina quienes son los sujetos que deben cumplir con el seguro
ambiental obligatorio.

La autoridad de aplicación en materia de seguros es la SSN. En materia ambiental son


competentes las autoridades de cada jurisdicción. En el ámbito nacional la autoridad de
aplicación es el MINISTERIO DE AMBIENTE Y DESARROLLO SOSTENIBLE.

Por lo que las pólizas de seguro ambiental son aprobadas por la SSN, previa conformidad del
MAyDS, el cual verificará el cumplimiento de los requisitos ambientales establecidos en la
Resolución MAyDS n° 256/2016, y en las restantes normas ambientales vigentes, a tal fin
emitirá una conformidad ambiental.

7. CLAUSULAS CLAMS MADE

Estas cláusulas constituyen la respuesta de las aseguradoras frente a los que se conocen como
daños diferidos, es decir, daños que aparecen mucho después de que se produzca el hecho de
que los generó.

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MODULO 16

Por ejemplo, los efectos de un vertido contaminante del aire o del agua que se manifiestan en
forma de enfermedades de los habitantes de la zona 20 años después o un tratamiento
médico -una prótesis- que se muestra dañina para el individuo muchos años después de
haberse implantado.

Estos “siniestros tardíos” constituyen una auténtica «catástrofe” para las aseguradoras de la
responsabilidad civil (en el caso, de la empresa contaminante o de los médicos) porque sobre
tales daños no es posible un cálculo actuarial que permita el control financiero de los mismos.

Además, dado que el tercero tiene acción directa contra el asegurador, en los casos de seguros
de responsabilidad civil (art. 76 LCS), el asegurado puede verse tentado de llegar a un acuerdo
con la víctima de su actuación dañosa falseando los hechos para cobrar así de la compañía
aseguradora (p. ej. el asegurado -un abogado- reconoce que se le olvidó a él realizar un trámite
que debiera haberse realizado, justamente, durante el período de vigencia de la póliza aunque
la reclamación se produce años después, cuando se ha perdido el pleito).

La cláusula claim made entiende como siniestro, no el hecho motivador de la reclamación (así,
por ejemplo, si los daños son consecuencia de una operación quirúrgica, la fecha de la
operación), sino la reclamación formulada por el perjudicado de forma que ésta -la
reclamación- sólo queda cubierta por la póliza si se efectúa durante el período de duración del
contrato o en un plazo variable subsiguiente a la cancelación del mismo pero por hechos
sucedidos durante su vigencia. Recíprocamente, limitan también la posibilidad de reclamar
durante la vigencia del contrato por hechos acaecidos con anterioridad a su celebración, lo que
plantea algunos problemas de cobertura en el caso de que un sujeto haya cubierto su
responsabilidad civil sucesivamente con varias compañías.

La Jurisprudencia rechazó la validez de estas cláusulas, al menos en algunas de sus


formulaciones por lesivas (STS 20-III-1991, Ar. 2267 y 23-IV-1992, Ar. 3323) hasta que en la
reforma de la LOSSP se modificó el artículo 73 LCS para darle su configuración actual,
añadiéndole un párrafo segundo donde se admite expresamente la validez de estas cláusulas
con ciertas restricciones. Básicamente, que se cumplan los requisitos para la incorporación al
contrato y de control del consentimiento que se exigen para las cláusulas «limitativas» de los
derechos de los asegurados en el sentido del art. 3 LCS.

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DERECHO DE DAÑOS Y SEGUROS
BOLILLA 16 – OTROS SEGUROS
SEGUROS DE RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS MEDICOS
El SEGURO surge como una alternativa solidarista que tiene la ventaja:
para el autor del ilícito de eludir las consecuencias dañosas que se le atribuyen
damnificado lograr el resarcimiento aminorando el riesgo por la eventual insolvencia del obligado.

Nuestro CCyC establece expresamente art. 1768:


- Los profesionales liberales se comprometen por obligaciones de hacer;
- En principio, a través de contratos de servicios;
- Las obligaciones son de medios;
- La responsabilidad es subjetiva (por culpa).

El MEDICO en su ejercicio profesional


escoger la solución más beneficiosa para el bienestar del paciente (aceptados por la ciencia
médica que practica)
poniendo a su alcance los recursos que le parezcan más eficaces al caso a tratar
comprometido por una obligación de medios la consecución de un diagnóstico
o una terapéutica determinada
destinatario la vida, la integridad humana y la preservación de la salud del paciente
La CULPA PROFESIONAL es la culpa común o corriente.
El tipo de comparación será el de un profesional diligente - prudente
A través de la cual se encuadra la conducta del deudor en cada caso concreto.

El médico debe actuar con la precaución, dedicación personal e indelegable y con todos los recursos disponibles

Y si se viola este deber de cuidado, contribuyendo en tal forma a aumentar el riesgo para la paciente
ES RESPONSABLE POR EL RESULTADO LESIVO A TÍTULO DE CULPA
(excepto que se haya comprometido un resultado concreto)

La prestación de un servicio puede consistir:


a) en realizar cierta actividad, con la diligencia apropiada, independientemente de su éxito. Las
cláusulas que comprometen a los buenos oficios, o a aplicar los mejores esfuerzos están
comprendidas en este inciso; art. 774 ccyc
b) en procurar al acreedor cierto resultado concreto, con independencia de su eficacia;
c) en procurar al acreedor el resultado eficaz prometido.
CARGA PROBATORIA DE LA CULPA DEL MÉDICO

EL PACIENTE DEBE DEMOSTRAR la culpa en la realización de la atención médica prestada


la existencia del daño que le hubiere sobrevenido a causa de ese hecho
y la relación de causalidad entre el incumplimiento y el daño experimentado
bastando que alguno de esos requisitos falle para que el profesional quede exento de responsabilidad por las
consecuencias de su actividad

La prueba relevante el dictamen pericial médico - ya que éste lo ilustra al juez en materias que escapan a su formación
profesional

EL MEDICO - para lograr exención o exoneración de responsabilidad derivada de su actividad, deberá acreditar que ha
actuado con diligencia y pericia de un estándar medio profesional, o que ha habido culpa de la víctima o de un tercero
por quien no debe responder, o la existencia de caso fortuito o fuerza mayor

El CCYC establece una solución especial en materia de "cargas dinámicas - El juez puede distribuir la carga de la prueba
de la culpa o de haber actuado con la diligencia debida, ponderando "cuál de las partes se halla en mejor situación
para aportarla
LAS OBLIGACIONES DE RESULTADO CONSTITUYEN UNA EXCEPCIÓN: cuando el deudor debe obtener un resultado
determinado.
Por ej. un cirujano plástico importa un desplazamiento de la carga de la prueba, ya que ante el incumplimiento del
resultado propuesto y las secuelas post-operatorias, corresponde al profesional acreditar su falta de culpa y, por lo
tanto, el acaecimiento de un caso fortuito, que no estaba en sus manos superar pese a la diligencia empleada en su
labor.
La responsabilidad es objetiva (excepcionalmente) y responde "aun sin culpa" (salvo causa ajena).
cuando se haya comprometido un resultado concreto
cuando la obligación se preste con cosas que causen un daño derivado de
su vicio.
Están sometidos a una menor responsabilidad, en estos aspectos:
Sólo responden por vicio (defecto) de las cosas;
No responden por riesgo de las cosas,
Con relación al OBLITO – Ni responden por actividad riesgosa o peligrosa.
La CSJN que estableció que "encontrándose acreditada la existencia del oblito en el cuerpo del actor —en el caso, lo
operaron de apendicitis aguda y dejaron una gasa—, cabe considerar que se trata de un supuesto de responsabilidad
causado con la cosa, aun cuando la conducta quirúrgica utilizada haya sido la adecuada".
En otro precedente análogo, se sostuvo que dejar una gasa en el vientre luego de una operación cesárea, constituyó un
incumplimiento del deber de seguridad.
CONSENTIMIENTO INFORMADO
En principio, el médico no puede efectuar ningún tipo de tratamiento sin recabar la voluntad convergente del paciente
(o de sus representantes legales si se halla incapacitado), afirmación que respeta la libertad personal del enfermo quien
dispone de su cuerpo.
Constituye una declaración de voluntad unilateral del paciente consistente en autorizar al galeno que materialice un
acto médico.
El mismo puede ser expreso o resultar de un acto inequívoco.
El CCN regula "consentimiento informado" para actos médicos (e investigaciones en salud), dentro del capítulo sobre
derechos y actos personalísimos (art. 59).
A su vez el art. 1720 CCyC establece las consecuencias del consentimiento del damnificado Sin perjuicio de disposiciones
especiales, el consentimiento libre e informado del damnificado, en la medida en que no constituya una cláusula
abusiva, libera de la responsabilidad por los daños derivados de la lesión de bienes disponibles.
El deber de información se extiende al estado de salud y al tratamiento a seguir y las explicaciones deberán adaptarse al
nivel de comprensión del paciente, privilegiándose la claridad y la suficiencia de la exposición.

La conducta dañosa subsiste por la razón que el paciente, a causa del déficit de información no ha sido puesto en
condiciones de asentir libre y voluntariamente su tratamiento con plena y cabal conciencia de las posibles consecuencias
nocivas que éste le pueda acarrear.
El consentimiento informado no libera al profesional de una conducta negligente o imprudente, pero sí lo exime de
responsabilidad por la ocurrencia de un riesgo informado al enfermo y que ocurriera pese a la buena práctica, ya que en
este caso habría sido el paciente —y no el profesional— quien decidió afrontarlo.
NEXO DE CAUSALIDAD - prevalece el criterio de admitir la procedencia de la demanda

si se ha acreditado la existencia de una evidente relación de causalidad adecuada entre el tratamiento


que se le dispensó y los daños patrimoniales y extrapatrimoniales alegados,
o cuando existen circunstancias que permiten deducir la culpa del profesional porque el hecho no
pudo explicarse de otra manera que no fuese por ella, máxime si no aportó elemento probatorio
alguno tendiente a desbaratar las conclusiones a las que arriban las pericias y los informes médicos.

Se ha tenido por acreditada en alguna circunstancia calificada de "dudosa" en que "las graves secuelas padecidas por el
actor no aparecen explicadas de ninguna manera, salvo por la sola existencia de una intervención quirúrgica
inmediatamente anterior, y de acuerdo a la razonabilidad de exigir del profesional médico la acreditación de su falta de
culpa o negligencia y con la utilización de la prueba presuncional, debe concluirse que ha existido un nexo adecuado de
causalidad entre la conducta médica y las lesiones sufridas por el paciente en el período pos-operatorio".
SEGUROS DE PERSONAS

FINALIDAD -reemplazar ingresos cubrir gastos: siendo el objeto del seguro la persona física. Las pólizas deben ser
nominativas, es decir, deben tener siempre todos los datos del asegurado.

Comprenden las coberturas de los riesgos económicamente valuables con la duración de la vida humana y su integridad
física, incluyendo su capacidad laboral, y su salud, teniendo en cuenta los gatos médicos en los que incurra.

MODALIDADES

VIDA: es la respuesta económica inmediata para que una familia pueda seguir adelante ante la muerte, incapacidad
permanente o enfermedad de la persona o sostén de la vida familiar.
ACCIDENTES PERSONALES: protege al individuo solo a consecuencia de accidentes.
RETIRO: permite a los asegurados realizar aportes durante su vida activa, el que sumado a los intereses que los mismos
producen, permiten la constitución de un fondo que puede ser posteriormente retirado en la etapa pasiva del
asegurado
SEPELIO: en caso de fallecimiento del asegurado, se abona por cuenta del beneficiario de la poliza, o por cuenta de los
herederos legales.
SALUD: tiene como finalidad cubrir gastos médicos.
EL SEGURO DE VIDA
Es el contrato de seguro que esta destinado a cubrir un evento incierto que se produzca sobre la duración de la vida, la
integridad física o salud del asegurado o de un tercera cuya vida contrate.
Otorgando una indemnización preestablecida a los beneficios o herederos legales en caso de fallecimiento del
asegurado.
CONTRATACION - individual o colectiva.
A su vez existen también seguros de vida colectiva de contratación obligatoria por parte de las patronales.

Conforme su naturaleza se trata de un contrato de seguro de previsión.


INTERES ASEGURABLE – esta definido por la relación licita entre una persona asegurable y el “valor económico” que
poseen. Cuando esta relación se encuentra amenazada por un riesgo se dice que hay un interés asegurable.
Aquí estamos en presencia de dos grandes corrientes:
a) Existencia de un interés asegurable por parte de terceros – es el interés licito que tiene alguien, al ser afectado por la
perdida de la persona asegurada, sufra un perjuicio económico. Son en su mayoría los seguros de vida colectivos: por ej.
saldos de deudores (hipotecarios, prendarios, etc), etc.
Si el contratante provoca la muerte del asegurado deliberadamente, en un acto ilícito, libera al asegurador de abonar la
indemnización (art. 136 LS).
b) La no presencia de un interés asegurable por parte del tercero – aquí también queda manifiesta la existencia de un
interés, ya que todos tenemos un interés sobre nuestra propia vida. El depositario del interés asegurable es el propio
asegurado. Cualquier persona puede ser asegurado en tanto exista un interés asegurable y en la medida de su valor real.
PERSONAS ASEGURABLES -toda persona física a partir de los 14 años y hasta los 65 (salvo excepciones), pueden ser
asegurados. No asi los interdictos y menores de 14 años.
La persona física, mayor de 18 años, puede ser asegurada y tomadora cuando contrata por cuenta propia.

El art. 135 de la L.S. excluye el SUICIDIO VOLUNTARIO del asegurado, liberando a la aseguradora, salvo que el contrato
haya estado en vigencia ininterrumpida por tres años. Asimismo este articulo puede ser modificado para cubrir dentro
de un plazo menor.
Si el asegurado participa y muere, en alguna empresa criminal, la aseguradora se libera de abonar la indemnización a los
beneficiarios, conforme lo previsto en el art. 137 de la L.S., todo acto ilícito del asegurado exime a la aseguradora.

AGRAVACIÓN DEL RIESGO - solo se produce por el cambio de profesión, actividad o deporte.
No se considera una enfermedad que surja posterior a la vigencia del contrato, ya que supone que justamente el propósito
o fin del seguro de vida es la protección del asegurado.
Si llegase a ser anterior a la vigencia, ya hablamos de reticencia.
Por ej. Tener un trabajo de oficina y pasar a uno como militar, policía, etc., normalmente figuran dentro de las exclusiones.
El asegurado solo debe denunciar la agravación del riesgo que obedezca a motivos específicamente previstos en el
contrato.
Los cambios de profesión o actividad del asegurado autorizan la rescisión del contrato cuando agravan el riesgo de modo
tal que de existir a la celebración del contrato el asegurador no lo hubiese aceptado (art. 133 LS).
En el caso particular de vida individual, el declarar en la solicitud del seguro ser fumador ya se considera un agravante del
riesgo por sí mismo, por lo cual ya está establecido un mayor costo, salvo que comience posterior a su vigencia, como un
cambio de hábito.
CLASES
INDIVIDUALES – son aquellos cuya póliza ampara una sola persona, en este tipo de coberturas solo se cubre a un solo
asegurado que el único que figura en la póliza, como tal. Son los seguros que voluntaria e individualmente contrata un
asegurable, luego “asegurado”, en función a su propio interés asegurable.
COLECTIVOS – son aquellos que protegen a un grupo de personas, asegurables con un interés afín previo al interés de
asegurarse, el art. 155 LS establece que quienes dejan de permanecer definitivamente al grupo asegurado, quedan
excluidos del seguro desde ese momento, salvo pacto en contrario.
Dentro de estos seguros existen los de contratación optativa por el grupo y los de contratación obligatoria por parte
del empleador.
Los asegurables deben cumplir como mínimo la edad de ingreso de 14 años y como máximo 85 años (conforme
modificación de la SSN). Y en caso de que un asegurado supere la edad máxima, establecida o deje de pertenecer al
grupo la cobertura se rescinde para ese caso particular.
El mismo puede revestir el carácter de:
OPTATIVO – se determina un porcentaje de adhesión tomando como base el total de los asegurables.
OBLIGATORIO – responde al 100% de adhesión. Responde a las obligaciones patronales establecidas por el Estado.
Los grupos asegurables pueden ser: Integrantes de grupos abiertos, Personal de empresas (empleador – empleado),
Clientes de entidades financieras y planes de ahorro (seguros de saldos deudores), Asociados a otras instituciones
(mutuales, clubes, sindicatos, colegios, medicina pre paga, asociaciones profesionales, etc.), Seguros de obligaciones
patronales.
Su vigencia es anual de renovación automática, pueden tener o no límite de vigencia.
Por su parte el periodo de carencia se trata del plazo durante el cual el asegurado no tendrá cobertura por
enfermedad, pero si por muerte accidental, generalmente se trata de un periodo de 30 días.
El CALCULO DE LAS PRIMAS se realiza en función de las edades de los asegurados, su ocupación/profesión, capital
asegurado y cantidad de personas que componen el grupo.

FORMA DE PAGO se debe realizar por adelantado por el contratante o tomador. La compañía concede un plazo de
gracia de 30 días para el pago de las primas, durante el cual la póliza continuara en vigencia.
Si durante dicho plazo sucediera un siniestro deberán ingresarse las primas correspondientes.
Y si vencido dicho plazo no se abonara la prima, caducan los derechos emergentes de la póliza.
BENEFICIARIOS - la designación la hace cada asegurado por escrito en su solicitud individual. Pero en algunos casos, se
podrá designar como beneficiario al contratante o tomador, cuando tiene un interés económico lícito respecto de la
vida de los integrantes del grupo. Por ej: seguro de vida por saldo deudor.

En el caso de los SEGUROS DE VIDA COLECTIVOS OBLIGATORIOS Es de contratación obligatoria para todos los
empleadores. Todos los trabajadores en relación de dependencia, deberán estar asegurados bajo este, quedando
excluidos los trabajadores rurales (regulados por la ley 16600) y los contratados por un termino menor a un mes. Cubre
el riesgo de muerte e incluye suicidio.
La designación de beneficiarios es libre y privativa de cada asegurado (con preferencia de los herederos legales).
SEGURO DE ACCIDENTES PERSONALES
Se rige por los ar. 149/15 LS y Resoluciones 19391 y 20427 de la SNN.

Protege al individuo solo a consecuencia de accidentes.


El asegurador se compromete al pago de las prestaciones estipuladas en la póliza en el caso de que el asegurado sufra
durante la vigencia del seguro un accidente que fuere la causa de su muerte o invalidez, total o parcial, permanente o
temporaria.
“ACCIDENTE” - todo hecho súbito, violento e imprevisto en el cual no medie voluntad del asegurado y las lesiones
corporales estén ocasionadas por un agente externo a este.

PERSONAS ASEGURABLES son los mayores de 14 años y hasta los 65.


La designación de beneficiarios se rige de la misma manera que detallamos anteriormente.

La póliza de este seguro, es una de las mas completas en lo que a redacción se refiere. Ya que enumera la serie de
situaciones o infortunios que son considerados accidentes.

Entre las EXCLUSIONES BASICAS podemos encontrar los derivados del uso de motocicleta y/o vehículos similares, actos
de terrorismo o guerra civil, consecuencia de cualquier enfermedad, navegación aérea, hechos sísmicos, inundaciones y
similares, por vahídos, vértigo, convulsiones, etc.
Los hechos del asegurado deberán estar dirigidos a impedir el siniestro o atenuar sus efectos, en la medida de lo
posible.
La carga de la prueba corresponde al asegurado, correspondiéndose con la versión creíble de las circunstancias
materiales que determinaron el hecho.
Se aplica de igual modo el criterio de agravación del riesgo (cambio de profesión) y la designación de los beneficiarios.
El asegurador se libera del pago de la indemnización si el asegurado o el beneficiario, provoca el accidente dolosamente
o por culta grave o sufre en empresa criminal.

MODALIDAD DE CONTRATACION Y TIPO DE COBERTURA: pueden contratarse en forma individual o grupal, incluso con
vigencia menor a un año (por ej. 24 hs., en todo el territorio del país o extranjero; en horario laboral; +itinere). También
es común como cobertura adicional por ej. de la asistencia medica farmacéutica.
SEGURO DE CAUCION
Garantizan el cumplimiento de los compromisos contraídos, indemnizando al beneficiario en caso de incumplimiento
de una obligación contractual.

Es la garantía en donde la Compañía de Seguro es el fiador frente al acreedor, garantizando el pago de una suma de
dinero si el deudor no cumple con sus obligaciones pactadas.

Es decir que mediante el seguro de caución, el Asegurador garantiza al acreedor de una obligación determinada
(asegurado), que su Deudor (tomador) ha de cumplirla en el tiempo y la forma previstos entre ellos o establecidos por
una ley, percibiendo una prima que paga el tomador.

Su FINALIDAD - es la eliminación del riesgo del Acreedor (Asegurado) por la mora del Deudor (tomador), quedando
configurado el siniestro con el cumplimiento de la obligación principal y sin necesidad de demostrar insolvencia del
Deudor.
NATURALEZA JURIDICA – es sin duda una fianza solidaria instrumentada como operatoria de seguros, pero con
importantes matices que hacen al ámbito y naturaleza que le son propios.
ASPECTOS DISTINTIVOS RESPECTO A LOS SEGUROS GENERALES:
Al asegurador no le es posible rescindir el contrato de seguro por ningún motivo, ni siquiera por la falta de pago.
No existe la falta de cobertura financiera, ya que la falta de pago de la prima por parte del tomador no es oponible por
el asegurador ante el reclamo de indemnización por parte del asegurado.
La reticencia o falsa declaración o la agravación del riesgo no afectan al asegurado, ya que este ultimo no asume
ninguna responsabilidad frente al asegurador.
• No es un contrato autónomo, como lo es de un seguro general, es subsidiario y accesorio de otro principal.
• El interés asegurable se manifiesta en el asegurado, que pretende el cumplimiento de la obligación principal que lo
vincula con el deudor (tomador), sin quien contrata la póliza (tomador) es el deudor de la obligación, que en realidad
no tiene ningún interés asegurable sino mas bien el de lograr el contrato o el cumplimiento de la disposición legal o
contractual que lo vincula con el asegurado.

OTRO ASPECTO RELEVANTE SON LAS PARTES INTERVINIENTES – en todos los seguros de este tipo son tres:
• TOMADOR – es el proponente del seguro y obligado al pago de la primea. Es el deudor de la obligación principal.
Tiene ciertas cargas y obligaciones:
 Dar cumplimiento a las obligaciones contraídas con el asegurado en la forma especificada y solicitada en el contrato.
 Dar aviso al asegurador de cualquier eventualidad que pueda llevarlo a la imposibilidad de cumplir con sus
obligaciones hacia el asegurado.
 No realizar actos de disposición que importen dejar de contar con bienes suficientes para el cumplimiento
adecuados de sus compromisos contractuales.
 Comunicar al asegurado cualquier modificación en su patrimonio.
 En caso de ausentarse del país, dejar bienes suficientes que respondan suficientemente por el cumplimiento de sus
obligaciones.
• ASEGURADO – es el acreedor de la obligación principal, cuyo deudor le garantiza su cumplimiento a través del
seguro de caución. Es el beneficiario de la póliza.
• ASEGURADOR – es el fiador o garante del cumplimiento de la obligación principal del deudor/tomador del seguro
para con el acreedor/asegurado. Responde en la misma medida y con los mismos alcances de la responsabilidad del
deudor, hasta la concurrencia de la suma asegurada.
El seguro de caución es un contrato de accesorio del contrato principal que regula las relaciones del Asegurado con el
Tomador.
Hay por lo tanto, tres contratos:
 El principal que regula las relaciones entre el asegurado y el tomador (acreedor y deudor).
 La póliza que regula las relaciones entre la compañía y el asegurado (la aseguradora y el acreedor)
 La solicitud y/o carta presentación y anexo que regula las relaciones entre el tomador y la compañía.

TIPOS DE COBERTURAS – obligaciones que podemos garantizar con una póliza de caución:
De hacer: son aquellas en que el tomador se compromete a ejecutar alguna tarea (por ej. una obra de construcción, una
reparación de algo, etc.), para estas obligaciones es utilizan las pólizas de obras, AFIP, aduana, garantías profesionales,
judiciales, etc.
De dar: son aquellas en que el tomador se compromete a entregar alguna mercadería y/o servicio (por ej. licitaciones de
provisión de leche, guardapolvos, frazadas, servicio de limpieza o vigilancia, etc.) para estas obligaciones se utilizan las
pólizas de suministros.
SEGURO AMBIENTAL
Es la garantía financiera exigible y obligatoria a toda persona física o jurídica, pública o privada, que realice actividades
riesgosas para el ambiente, los ecosistemas y sus elementos constitutivos, conforme el artículo 22 de la Ley General del
Ambiente.

Tiene por objeto de cobertura garantizar la disponibilidad de fondos necesarios para recomponer el daño ambiental de
incidencia colectiva, causado en forma accidental, independientemente de que dicho daño se manifieste en forma súbita
o gradual.

Es una herramienta de gestión ambiental que posibilita al Estado cumplir su rol de garantizarle a la sociedad el derecho a
un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano tal como lo establece el artículo 41 de la Constitución
Nacional, resultando útil para recomponer los daños ambientales generados por la actividad industrial y velar por los
intereses de los habitantes.

Deben contratar un seguro ambiental aquellas actividades o establecimientos que sumen un nivel de complejidad
ambiental (grado de potencialidad de producir un daño ambiental propio de una actividad o establecimiento
determinado) de 14.5 en adelante.
Las pólizas de seguro ambiental son aprobadas por la SSN, previa conformidad del MAyDS, el cual verificará el
cumplimiento de los requisitos ambientales establecidos en la Resolución MAyDS n° 256/2016, y en las restantes normas
ambientales vigentes, a tal fin emitirá una conformidad ambiental.
CLAUSULAS CLAMS MADE
Constituyen la respuesta de las aseguradoras frente a los que se conocen como daños diferidos, es decir, daños que
aparecen mucho después de que se produzca el hecho de que los generó.
Por ejemplo, los efectos de un vertido contaminante del aire o del agua que se manifiestan en forma de enfermedades
de los habitantes de la zona 20 años después o un tratamiento médico -una prótesis- que se muestra dañina para el
individuo muchos años después de haberse implantado.
Estos “siniestros tardíos” constituyen una auténtica «catástrofe” para las aseguradoras de la responsabilidad civil (en el
caso, de la empresa contaminante o de los médicos) porque sobre tales daños no es posible un cálculo actuarial que
permita el control financiero de los mismos.

Entiende como siniestro, no el hecho motivador de la reclamación (así, por ejemplo, si los daños son consecuencia de
una operación quirúrgica, la fecha de la operación), sino la reclamación formulada por el perjudicado de forma que ésta -
la reclamación- sólo queda cubierta por la póliza si se efectúa durante el período de duración del contrato o en un plazo
variable subsiguiente a la cancelación del mismo pero por hechos sucedidos durante su vigencia.
Recíprocamente, limitan también la posibilidad de reclamar durante la vigencia del contrato por hechos acaecidos con
anterioridad a su celebración, lo que plantea algunos problemas de cobertura en el caso de que un sujeto haya cubierto
su responsabilidad civil sucesivamente con varias compañías.

La Jurisprudencia rechazó la validez de estas cláusulas, al menos en algunas de sus formulaciones por lesivas (STS 20-III-
1991, Ar. 2267 y 23-IV-1992, Ar. 3323) hasta que se modificó el artículo 73 LCS para darle su configuración actual,
añadiéndole un párrafo segundo donde se admite expresamente la validez de estas cláusulas con ciertas restricciones.
Básicamente, que se cumplan los requisitos para la incorporación al contrato y de control del consentimiento que se
exigen para las cláusulas «limitativas» de los derechos de los asegurados en el sentido del art. 3 LCS.

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