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INDICACIONES PARA HACER UN COMENTARIO DE TEXTO FILOSÓFICO

¿Cuáles son el sentido y la función del comentario filosófico de texto?


Todo texto, tanto los escritos como los que emplean otras formas de expresión (a
saber, la pintura, la música, la escultura, la arquitectura, etc.), dice algo por sí mismo,
encierra un sentido. Sin embargo, también es indiscutible que todo texto permanece
mudo hasta que encuentra un lector, alguien que sepa leerlo y desentrañar su sentido. El
buen lector es quien sabe hacer hablar al texto; quien sabe, por decirlo así, “sonsacarle”
todo lo que lleva dentro. No hay ningún texto que sea absolutamente transparente, esto
es, que diga de un modo explícito todo lo que quiere decir. Por este motivo todo texto
requiere una interpretación. La interpretación consiste en explicitar (sacar a la luz) todo
lo que contiene un texto de un modo implícito.
Esta es la función del comentario de texto. El comentario sirve para extraer de
un texto la mayor cantidad de información posible, para hacer que el texto diga explíci-
tamente todo lo que está contenido en él implícitamente. Aunque esto parezca una tarea
muy difícil, no lo es tanto. Lo que hace falta para comentar un texto, es saber hacerle
preguntas, saber entrar en “diálogo” con él; exactamente igual que si queremos descu-
brir lo que la mente de otra persona encierra, debemos hacerle las preguntas adecuadas
para que nos lo diga.
Para comprender un texto lo primero que hay que hacer es ponerse en la
posición del autor, pensar con él y desde él. Si no nos ponemos en el lugar del autor del
texto y nos hacemos cargo de las circunstancias en que desarrolla su pensamiento, no
podremos entender por qué dice lo que dice. En segundo lugar, para comprender un
texto hay que pensar por uno mismo, es decir: no podemos admitir sin más todo lo que
el autor dice, sino que tenemos que someterlo a un análisis crítico para determinar si es
razonable o no.

¿Qué es un comentario de texto filosófico?


Comentar un texto filosófico significa explicarlo. Para explicar un texto hay que
mostrar qué dice, cómo lo dice y, si es posible, por qué lo dice. Se trata, pues, de una
actividad que se propone alcanzar los siguientes objetivos:
1º) Determinar con precisión qué dice el texto. Se trata de establecer la idea del
texto, para lo cual hay que aclarar, por un lado, cuál es el tema o problema de que trata
el texto y, por otro, la tesis que defiende el autor sobre ese tema.
2º) Exponer cómo lo dice. Se trata de aclarar la organización discursiva del
texto, poniendo de manifiesto su estructura conceptual.
3º) Explicar por qué el texto dice lo que dice. Esta explicación se puede llevar a
cabo de dos maneras: o bien recurriendo a causas externas al texto (causas históricas,
sociológicas, psicológicas) que dan razón de la elección del tema del texto por parte de
su autor, de las tesis que defiende y del modo en que lo hace; o bien mediante causas
internas al texto, indagando las razones que tiene el autor para decir lo que dice.
4ª) Valorar críticamente el texto. Se trata de exponer la conclusión que sacamos
de ese texto a partir de nuestra reflexión personal.
¿Qué contenido ha de tener un comentario?

El comentario ha de contener los siguientes apartados:


1.º) Título y síntesis del contenido del texto, en que se expondrá de la manera más
clara y breve posible lo que el texto trata de decirnos.
2.º) Contextualización del texto, que se realizará a través de varios pasos: A) En
primer lugar, hay que encuadrar el texto dentro de la obra a la que pertenece; puesto que
comprenderemos mucho mejor un texto si conocemos la estructura de la obra a la que
pertenece y el lugar que el texto ocupa en ella. B) En segundo lugar, hay que fijar el
lugar que ocupa la obra a que pertenece el texto en el conjunto de la producción
filosófica del autor, puesto que el pensamiento de los distintos filósofos puede estar
sujeto a una evolución que, en algunos casos, es tan profunda que lleva a los estudiosos
a hablar, por ejemplo, del Kant precrítico y el Kant crítico, del primer y del segundo
Wittgenstein, del primer y del segundo Heidegger, etc. No se puede entender
correctamente un texto de estos autores si no se sabe a qué período de su evolución
filosófica pertenece el texto en cuestión. C) En tercer lugar, podemos determinar a qué
movimiento filosófico pertenece el autor del texto. D) Finalmente, hay que encuadrar la
corriente o sistema filosófico del autor del texto en su marco histórico.
3.º) Análisis de la estructura del texto. Se trata de hacer un esquema o mapa
conceptual del contenido del texto, identificando la idea principal del texto y las ideas
secundarias del mismo a la vez que se establece la relación que existe entre ellas, con el
fin de reproducir el movimiento conceptual seguido por el autor al escribir el texto y
poner de relieve las relaciones que conectan entre sí las diversas partes en que se divide
el texto. Para identificar las distintas partes de un texto y los vínculos o relaciones que
las conectan, es muy útil fijarse en la construcción gramatical del texto, especialmente
en su estructura sintáctica. En este punto, es fundamental que nos fijemos en los
“marcadores” sintácticos —conjunciones y adverbios— que nos dan pistas para
entender el proceso conceptual que ha dado origen al texto.
4.º) Análisis de la temática expuesta en el texto. Para comentar filosóficamente un
texto es fundamental analizar las ideas en que se articula la temática o problemática
expuesta en el mismo. Este análisis de la idea del texto consta de tres pasos básicos:

A) Identificar cuál es el tema del texto. El tema es la cuestión central que


el autor se plantea en el texto, algunas veces explícitamente y otras muchas
de manera implícita.

B) Describir el problema o problemas que afronta el texto. Para


desarrollar un determinado tema general es preciso dividirlo en cuestiones
más concretas. Cada una de estas cuestiones concretas en que se desglosa un
tema, se denomina problema. Por tanto, un problema es un determinado
aspecto concreto de una problemática, o dicho de otro modo: es una de las
muchas caras que puede presentar una problemática dada.

C) Exponer la tesis o las tesis que propone el autor. Es evidente que los
filósofos no se limitan a plantear problemas, sino que aspiran a resolverlos.
La tesis (o las tesis) del texto es la solución (o soluciones) que el autor
propone al problema (o problemas) que se plantea en el texto, esto es, lo que
el autor quiere demostrar o simplemente proponer en el pasaje que se
comenta.
5.º) Conclusión. Una vez que hemos aclarado qué dice el texto y cómo lo dice,
podemos dar fin a nuestro comentario mostrando por qué dice lo que dice. Y podemos
hacerlo de dos maneras: a) explicando la idea contenida en el texto a partir de las
circunstancias históricas, sociales, psicológicas del autor; b) o bien derivando dicha idea
a partir del sistema filosófico construido por su autor.
6.º) Valoración personal. La valoración del texto debe huir de los extremos, especial-
mente de la de la crítica negativa y puramente destructiva. La valoración debe basarse
en una actitud de respeto y hasta de amor si cabe hacia el texto, como la única manera
de comprenderlo y de sacar de él toda la riqueza que encierra. Lo cual no excluye que
saquemos a la luz las posibles dificultades, incongruencias, falacias, peticiones de
principio, ambigüedades... del pasaje que comentamos. Es importante que concluyamos
nuestro comentario poniendo de relieve el valor del texto por la importancia de la
problemática que aborda, por la significación histórica de la tesis que formula, por el
rigor de su exposición, por la vigencia de sus planteamientos en la actualidad o por
cualquier otro motivo relevante del texto.

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