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“Neuropsicosis de defensa”

El complejo sintomático de la histeria, justifica el supuesto de una división de la consciencia con formación de
dos grupos psíquicos separados, esto se da por la existencia de un trauma, inconsciente, que origina el
síntoma. Justamente por ser inconsciente es por lo que sería un grupo psíquico distinto. (Después, Freud, va a
reconocer que son un conjunto).

Histeria de conversión o “histeria de defensa o adquirida”: Los pacientes gozaban de salud psíquica hasta el
momento en el que se presentó una vivencia que despertó un afecto (cantidad de energía psíquica) penoso,
que la persona “decidió” olvidar, no confiando en su yo para poder solucionarla.
El empeño voluntario del paciente lleva a la génesis del síntoma neurótico, es decir, que la tarea que el yo
defensor se impone: tratar como no acontecida la representación, es directamente insoluble para él, una vez
que la huella mnémica y el afecto adherido a la representación están ahí, ya no se los puede extirpar. Por eso
equivale a una solución, lograr convertir esta representación intensa en una débil, sacándole el afecto. Esa
suma de excitación (afecto) debe ser aplicada a otro empleo. Hasta acá son iguales los procesos en la
histeria, las fobias y en las representaciones obsesivas, desde este punto se separan:
En la histeria, el modo de volver inofensiva la representación inconciliable es trasponer a lo corporal la
suma de excitación: Conversión. Esta puede ser total o parcial y sobrevendrá en aquella inervación motriz o
sensorial que mantenga un nexo con la vivencia traumática, así el yo queda exento de contradicción, pero
queda en él un símbolo mnémico como un “parásito en la conciencia”. En tales condiciones la huella mnémica
de la representación reprimida no ha sido sepultada, sino que forma en lo sucesivo el núcleo de un grupo
psíquico segundo (inconsciente). En la histeria no discernimos el factor característico en la escisión de la
conciencia, sino en la aptitud para la conversión.
Neurosis obsesiva: El afecto queda en lo psíquico y se desplaza yendo a parar a otra representación
(relacionada con la representación que se reprimió) pero ese afecto se va a transferir a una representación
que sea aceptable para evitar el sufrimiento psíquico. Estas representaciones hicieron un “falso enlace”.
Si en una persona predispuesta a la neurosis, no está presente la capacidad convertidora para defenderse
de una representación inconciliable se emprende el divorcio entre ella y su afecto, y fuerza que ese afecto
permanezca en el ámbito psíquico; La representación ahora queda segregada de toda asociación dentro de la
conciencia, pero su afecto, se adhiere a otras representaciones, en si no inconciliables, que en virtud de este
“enlace falso” devienen representaciones obsesivas.
Si en las fobias y representaciones obsesivas están ausentes los síntomas más llamativos que en la histeria
acompañan a la formación de un grupo psíquico independiente, ello se debe, a que en el primer caso la
alteración integra ha permanecido en el ámbito psíquico y el vínculo entre excitación psíquica e inervación
somática no ha experimentado cambio alguno.
Histeria de angustia: La representación es reprimida, pero el afecto no queda adherido a ninguna
representación y en su lugar aparece la angustia.
Fobias: En lugar de la angustia el afecto se adhiere a un objeto del mundo exterior, el cual es
sobredeterminado.
Psicosis Alucinatoria: Existe una modalidad defensiva mucha más enérgica y exitosa que consiste en que el
yo desestima la representación insoportable junto con su afecto y se comporta como si la representación
nunca hubiera comparecido. Sólo que en el momento en que se ha conseguido esto, la persona se encuentra
en una psicosis que no admite ora clasificación que confusión alucinatoria. El contenido de una psicosis
alucinatoria, consiste en realzar aquella representación que estuvo amenazada por la ocasión a raíz de la cual
sobrevino la enfermedad. El yo se arranca de la representación, pero esta se entrama de manera inseparable
con un fragmento de la realidad objetiva, y en tanto el yo lleva a cabo esa operación, se desase también de la
realidad objetiva.

“La interpretació n de los sueñ os”


El trabajo del sueño es disfrazar lo reprimido para que sea aceptable a la conciencia.
Cuando Freud quiere estudiar los sueños, no existía una investigación médica, sino que existían los estados
fisiológicos del sueño (factores internos o externos). Antes se analizaban los sueños desde su contenido
manifiesto, con Freud se comenzó a utilizar el contenido latente o pensamientos del sueño.
Pensamientos del sueño (contenido latente) y contenidos el sueño (contenido manifiesto) se nos presentan
como dos figuraciones del mismo contenido en dos lenguajes diferentes, el contenido del sueño se nos
aparece como una trasferencia de los pensamientos del sueño a otro modo de expresión. Los pensamientos
del sueño nos parecen comprensibles sin más tan pronto como llegamos a conocerlos.

Trabajo de condensación: El sueño es escueto, pobre, si se compara con la extensión y la riqueza de los pensamientos
oníricos. Nunca se está seguro de haber interpretado un sueño exhaustivamente, aun cuando parece que la
resolución es satisfactoria y sin lagunas, sigue abierta la posibilidad de que a través de ese mismo sueño se
haya insinuado otro sentido, por lo tanto la cuota de condensación es indeterminable. La desproporción ente
contenido y pensamientos oníricos llevan a inferir que en la formación del sueño se efectuó una amplia
condensación del material psíquico.
Desplazamiento: En el trabajo onírico se exterioriza un poder psíquico que por una parte despoja de su intensidad a
los elementos de alto valor psíquico, y por la otra procura a los de valor ínfimo nuestras valencias por la vía de
la sobredeterminación, haciendo que estos alcancen el contenido onírico. Si esto se concede, en la formación
de los sueños ocurre una trasferencia y un desplazamiento de las intensidades psíquicas a los elementos
singulares, de lo cual deriva la diferencia de texto entre contenido y pensamientos oníricos. Resultado de este
desplazamiento es que el contenido del sueño ya no presenta el mismo aspecto que el núcleo de los
pensamientos oníricos, y que el sueño solo devuelve una desfiguración del deseo inconsciente. La
desfiguración onírica la reducimos a la censura que una instancia psíquica ejerce sobre otra.
Miramiento por la figurabilidad: En el sueño, todo es representado por imágenes. Hasta lo mas abstracto sucede en
imágenes.
Elaboración secundaria: Este proceso ocurre luego del soñar y es una elaboración que hace la persona, por lo tanto es
consciente, y que al agregare coherencia para explicarlo con palabras lo va trasformando.

Restos Diurnos: el mismo día en el que luego soñaste: pasó algo significativo, sucedieron varias vivencias
significativas acumulas en una, En el sueño aparece algo insignificante que subroga a vivencias recientes
significativas, etc.

La Regresió n
El sueño es un acto psíquico de pleno derecho, su fuerza impulsora es un deseo por cumplir. El que sea
irreconocible como deseo se debe a la influencia de la censura psíquica que debió soportar en su formación,
entonces es justamente por un cumplimiento de deseo que el proceso del pensamiento durmiente se mudó
en un sueño. El sueño se vale del presente del mismo modo y con el mismo derecho que el sueño diurno, ya
que es el presente el tiempo en el que el deseo se figura como cumplido. Pero la peculiaridad del sueño es
que el contenido de representaciones no se piensa, sino que se muda en imágenes sensibles a las que se da
crédito y se cree vivenciar.
Fechner denomina que el escenario de los sueños es otro que el de la vida de representaciones de la vigilia.
La idea que se pone con esto es la de localidad psíquica, esta corresponde a un lugar en el interior de un
aparato, en el que se produce uno de los estadios previos de la imagen. Imaginamos entonces a este como un
instrumento compuesto a cuyos elementos llamaremos instancias o sistemas. Podemos tomar como que el
aparato psíquico es virtual y el sueño transcurre en un espacio y tiempo, aunque no coincidan con la realidad
consciente.
Toda nuestra actividad psíquica parte de estímulos y termina en descargas motoras (inervaciones). En el
extremo sensorial se encuentra un sistema que recibe las percepciones, y en el extremo motor, otro que abre
las esclusas de la motilidad. De las percepciones que llegan a nosotros, en nuestro aparato psíquico queda una
huella que podemos llamar mnémica. Y a la función atinente a esa huella la llamamos memoria. Nuestras
percepciones se revelan también enlazadas entre sí en la memoria, sobre todo de acuerdo con el encuentro
en la simultaneidad que en su momento tuvieron. Llamamos asociación a este hecho y su base son los
sistemas mnémicos. El primero de estos sistemas mnémicos contendrá la fijación de la asociación por
simultaneidad, y en los que están más alejados el mismo material mnémico se ordenará según otras clases de
encuentro, de tal suerte que estos sistemas más lejanos han de figurar, relaciones de semejanza u otras. El
sistema P (percepción) brinda a nuestra consciencia toda la diversidad de las cualidades sensoriales. A la
inversa, los recuerdos, son en sí inconscientes. Si pudiéramos confirmar que en los sistemas de memoria y
cualidad para la conciencia se excluyen entre sí, se nos abriría una promisoria perspectiva sobre las
condiciones de la excitación de las neuronas.
Nos resulta imposible explicar la formación del sueño sin suponer la existencia de dos instancias psíquicas,
una de las cuales sometía la actividad de la otra a una crítica cuya consecuencia era la exclusión de su devenir
consciente. La instancia criticadora mantiene con la conciencia relaciones más estrechas que la criticada, se
sitúa entre esta ultima y la conciencia es como una pantalla. Además encontramos ocasiones para identificar
la instancia criticadora con lo que guía nuestra vida de vigilia y decide sobre nuestro obrar consciente,
voluntario.
Al último de los sistemas situados en el extremo motor lo llamamos preconsciente para indicar que los
procesos de excitación habidos en él pueden alcanzar sin más demora la conciencia, siempre que se satisfagan
ciertas condiciones. Es al mismo tiempo el sistema que posee las llaves de la motilidad voluntaria. Al sistema
que está detrás lo llamamos inconsciente, ya que no tiene acceso alguno a la consciencia si no es por vida del
preconsciente, al pasar por el cual su proceso de excitación tiene que sufrir modificaciones. El sistema
Inconsciente es el punto de partida para los sueños; esta excitación onírica intentará pasar por el Pcc para
luego tener acceso al consciente.
En el sueño alucinatorio, la excitación toma un camino de reflujo, en lugar de propagarse hacia el extremo
motor del aparato, lo hace hacia el sensorial y por último alcanza el sistema de las percepciones. Si a la
dirección según la cual el proceso psíquico se continua en la vigilia se continua en al vigilia desde el
inconsciente la llamamos progrediente, estamos autorizados a decir que el sueño tiene carácter regrediente.
Así llamamos Regresión al hecho de que en el sueño la representación vuelve a mudarse en la imagen
sensorial de la que alguna vez partió. La ensambladura de los pensamientos oníricos es resuelta, por la
regresión, en su material en bruto.
Las escenas infantiles, cuando se las logra hacer conscientes, son vistas de manera alucinatoria y sólo al
comunicarlas se borra este carácter. Es también sabido que aun en personas que no suelen tener memoria
visual los recuerdos más tempranos de la infancia conservan, hasta edad avanzada, el carácter de la vivacidad
sensorial. La escena infantil no puede imponer se renovación, debe conformarse con regresar como sueño.
La regresión es un efecto de la resistencia que se opone a la penetración del pensamiento e la consciencia
por la vía normal. Esta (regresión) en la teoría de la formación de síntoma neurótico desempeña un papel no
menos importante que en la del sueño. Hay 3 modos de Regresión:
● Regresión Tópica: Sistemas del Psicoanálisis.

● Regresión Temporal: A modos más antiguos del aparato psíquico.

● Regresión Formal: A modos de expresión más arcaicos.

El soñar en su conjunto es una regresión a la condición más temprana del soñante, una reanimación de
su infancia, de las mociones pulsionales que lo gobernaron y de los modos de expresión de que disponía.

Cumplimiento de deseo
El cumplimiento de deseo nos movió a separar a los sueños en dos grupos. Hallamos sueños que se
presentaban de manera franca como cumplimiento de deseo y otros en que este era irreconocible y a
menudo ocultado por otros medios, en estos últimos discernimos la censura onírica. Hay 3 posibilidades para
la génesis de un deseo:
● Puede haberse excitado durante el día sin obtener satisfacción a causa de condiciones exteriores:
queda pendiente, para la noche, un deseo admitido y no tramitado (resto diurno).
Preconsciente
● Puede haber emergido de día, pero topándose con una desestimación; queda pendiente: deseo
tramitado que fue sofocado. Inconsciente
● Puede carecer de relación con la vida diurna y contarse entre aquellos deseos que sólo de noche se
ponen en movimiento en nosotros desde lo sofocado. Inconsciente
¿Tienen los deseos de estas diversas fuentes la misma significatividad para el sueño, el mismo poder de
incitar un sueño? Para contestar esto hay que hablar de una 4ta fuente de deseo: las mociones de deseo
actuales, que se despiertan durante la noche.
El sueño no se engendraría si el deseo preconsciente no supiese ganarse un refuerzo de otra parte: el
inconsciente. El deseo consciente solo deviene excitador de un sueño si logra despertar otro deseo paralelo,
inconsciente, mediante l cual se refuerza.
Problemas no solucionados, preocupaciones martirizantes, etc. Hacen que la actividad de pensamiento
prosiga mientras dormimos y mantenga procesos anímicos dentro del sistema preconsciente. Hay 5 grupos de
mociones de pensamiento:
● Lo que no se llevó a cabo hasta el final, durante el día.

● Lo que quedó sin tramitar, no solucionado.

● Lo rechazado y sofocado durante el día.

● Lo que por el trabajo de lo preconsciente fue alterado durante el día en nuestro Inconsciente.

● Las impresiones del día que nos resultaron indiferentes y por eso quedaron sin tramitar.
También en este texto, se habla de cuando se le ofrece en los pensamientos oníricos un material que no es
cumplimiento de deseo, sino que causa displacer.
El trabajo del sueño consigue sustituir todas las representaciones penosas por sus contrarias y sofocar los
afectos displacenteros correspondientes.
Las representaciones penosas, modificadas en mayor o menor medida, peo bien reconocibles, alcanzan el contenido
manifiesto del sueño.
El análisis demuestra que también son cumplimiento de deseo. Un deseo inconsciente y reprimido cuyo
cumplimiento no podía ser sentido por el yo del soñante sino como penoso se valió de la oportunidad que le
ofrecían los restos diurnos penosos que seguían investidos, les presentó su apoyo y así los hizo soñables.
Los sueños de displacer pueden ser también punitorios, lo que se consigue con ellos es un deseo
inconsciente de castigo a causa de una moción de deseo no permitida, reprimida. El carácter esencial de los
sueños punitorios reside, en que en ellos el formador del sueño no es el deseo inconsciente que procede de lo
reprimido, sino el deseo punitorio que reacciona contra aquel.
La representación inconsciente, como tal es del todo incapaz de ingresar en el preconsciente, y sólo puede
exteriorizar ahí un efecto si entra en conexión con una representación inofensiva que ya pertenezca al
preconsciente, transfiriéndole su intensidad y dejándose encubrir por ella (disfraz). Este es el hecho de la
trasferencia, esta puede dejar intacta esa representación oriunda del preconsciente, la cual alcanza así una
intensidad inmerecidamente grande o una modificación por obra del contenido de la representación que se le
trasfiere.

Primera vivencia de satisfacció n


Es una metáfora, no es literal. El aparato psíquico se constituye al modelo del arco reflejo.
Principio de constancia: mantener el nivel de energía psíquica y virtual a un nivel bajo. El aumento de esa
cantidad implica displacer y cuando disminuye es placer. En el ICC hablamos de cantidad. La tensión está
relacionada con el exterior.
En el caso del bebé es la madre quien tiene que devolverle el equilibrio o la homeostasis. Cuando el deseo es
satisfecho por la madre, se inscribe en las huellas mnémicas. Es metafórico esto, tiene que ver con la forma en
que una madre puede o satisfacer el deseo de su bebé. Algunos autores llaman a esto islas mnémicas, ya que
no hay un hilo entre ellas, se unen por simultaneidad. Esta primera vivencia de satisfacción será el modelo o la
matriz de lo que uno tiene inscripto de lo que es la satisfacción. Freud dice que cuando el bebé vuelva a sentir
hambre va a imaginar el pecho de la madre. Va a buscar revivir esa experiencia. Nunca hay tanto placer como
la primera vez. En los sueños reanimamos las huellas mnémicas buscando el placer de la primera vez que las
hemos escrito. Se busca la identidad de percepción. En la psicosis la regresión puede ser peligrosa porque el
polo motor está activado. Los niños tienen el pensamiento mágico: se imaginan que cumplen su deseo pero
no. Ej: cuando una mamá pierde a un bebé hay que explicarles a los hermanos que ellos no tuvieron la culpa
porque los niños piensan en matar a los hermanos.
Doble determinación: en parte son cumplimiento de deseo y en parte formación reactiva de castigo. Son dos
deseos opuestos. Algo hay que se muestra de la formación reprimida del ICC, es un símbolo mnémico.

Pulsiones y destinos
Concepto de Pulsión desde diferentes áreas:
La fisiología nos ha proporcionado el concepto del estimulo y el esquema de reflejo, de acuerdo con el cual
un estimulo aportado al tejido vivo desde afuera es descargado hacia afuera mediantes una acción. Esta
acción es acorde al fin. La pulsión sería un estímulo para lo psíquico. Para lo psíquico existen otros estímulos
pulsionales, que se comportan de manera parecida a los fisiológicos. Para diferenciarlo decimos que el
estimulo pulsional proviene del interior del propio organismo y opera diversamente sobre el alma y se
requieren diferentes acciones para eliminarlo. En cambio, la pulsión actúa siempre como fuerza constante,
puesto que no ataca desde afuera sino desde el interior del cuerpo, un huida de nada puede valer contra ella.
Será mejor que llamemos “necesidad” al estimulo Pulsional y lo que cancela esta necesidad es la satisfacción.
Desde la naturaleza biología, se trabaja con el concepto de tendencia: el sistema nervioso es un aparato
que tiene la función de librarse de los estímulos que le llegan, es decir que el sistema nervioso, domina los
estímulos.Las pulsiones son los genuinos motores de los progresos que han llevado al sistema nervioso a su
actual nivel de desarrollo. La actividad del aparato psíquico está sometida al principio de placer, es decir, es
regulada de manera automática por sensaciones de a serie placer-displacer, difícilmente podremos rechazar
que esas sensaciones reflejan el modo en que se cumple el dominio de los estímulos. El sentimiento de
displacer tiene que ver con un incremento del estímulo, y el placer con su disminución. Desde este aspecto
(biológico) pasamos a la consideración de la vida anímica, la pulsión como un concepto fronterizo entre lo
anímico y lo somático y como un representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del
cuerpo y alcanzan el alma.

Elementos de la pulsión:
● Esfuerzo: Es el factor motor, la suma de fuerza o la medido de la exigencia de trabajo que ella
representa.
● Meta: Es la satisfacción que solo puede alcanzarse cancelando el estado de estimulación en la fuente
de pulsión. Hay también pulsiones de meta inhibida en el caso de procesos a los que se les permite
avanzar a un trecho en el sentido de la satisfacción pulsional, pero después experimentan una
inhibición o una desviación.
● El objeto: Es aquello en o por lo cual se puede alcanzar la meta. Es lo más variable en la pulsión y se
coordina solo a consecuencia de su aptitud para posibilitar la satisfacción.
● Fuente: Proceso somático, interior o a una parte del cuerpo, cuyo estímulo es representado en la vida
anímica por la pulsión.

Freud distingue dos grupos de pulsiones primordiales: Pulsiones yoicas o de autoconservación y las pulsiones
sexuales.
▪ Pulsiones yoicas o de autoconservación:Son fundamentalmente las de sed y hambre. El ser humano
es discriminativo, si tiene hambre no come cualquier cosa. Le indican a las sexuales el camino. El
bebé toma el pecho de la madre para alimentarse. Luego de esto, encuentra que este hecho le da
placer y después va a empezar a chupar otras cosas.
▪ Pulsiones sexuales: Son numerosas, flotan de distintos agentes orgánicos. Cada una busca el placer
de órgano y una vez sintetizadas entran al servicio de la función reproductiva. Freud habla de
apoyatura anaclítica, quiere decir que las pulsiones sexuales nacen apoyadas en las pulsiones de
autoconservación.
Destinos de pulsión:
Transformación o trastorno a lo contrario: cambio de meta (sería de meta activa a meta pasiva) o cambio de objeto
(de amor a odio). Estos destinos se dan evolutivamente cuando sos chico, en el adulto es más patológico (en
los chicos no). Ejemplos de Freud: sadismo/masoquismo y voyerismo/exhibicionismo. Freud dice que todos
los niños son perversos polimorfos. El perverso es aquel que alcanza la satisfacción de deseo solo mediante la
perversión.
Vuelta hacia la propia persona: Cambio de objeto, pero la meta semantiene. (se observa en el sadismo y el
masoquismo)
Represión: Mecanismo de defensa.
Sublimación: Algunos dicen que es un mecanismo de defensa. A la profesora le gusta pensar que sería pensar que es
satisfacer parcialmente algún deseo adaptándolo a la moral personal.
La pulsión nunca se satisface del todo, la búsqueda de satisfacción de deseo es insaciable. Freud dice que la
tensión se origina en el cuerpo y ese esfuerzo por buscar la satisfacción es la pulsión, son satisfacciones
parciales siempre porque todo el tiempo sigue la búsqueda del placer, este es el deseo.

Represió n
Puede ser el destino de una moción pulsional chocar con resistencias que quieran hacerla inoperante, es
entonces cuando entra en el estado de la represión. En el caso de la pulsión, de nada vale la huida, porque el
yo no puede huir de sí mismo. Más tarde, se encontrara en la desestimación por juicio (juicio adverso) un gran
recurso en contra de la moción pulsional, como etapa previa al juicio adverso está la represión. Para que esto
suceda debe llenarse la condición de que el logro de la meta pulsional depare displacer en lugar de placer.
Pero, pulsiones así no existen, una satisfacción pulsional es siempre placentera, entonces, debería suponerse
que existe algún proceso por el cual el placer de satisfacción se mude en displacer.
La satisfacción de la pulsión sometida a la represión sería sin duda posible y siempre placentera en sí
misma, pero seria inconciliable con otras exigencias, por eso, produciría placer en un lugar y displacer en otro.
La condición para la represión es que el motivo de displacer cobre un poder mayor que el placer de la
satisfacción.
La represión no es un mecanismo de defensa presente desde el origen, recién cuando está desarrollada y
bien definida la separación entre consciente e inconsciente es cuando pasa a ser un mecanismo de defensa.
Freud habla de una represión primordial entre ICC y CC. La fijación ocurre como consecuencia de procesos
inconscientes. Los contenidos de la represión primordial NUNCA van a salir del ICC, es la represión originaria.
Las que son desalojadas de la conciencia, por efecto de la represión, si puede ser llevado nuevamente a ella.
Esto es una ley del PSA. Es un supuesto inobservable. Esto comienza aproximadamente después del Complejo
de Edipo, pero es un proceso, no se da de un día para el otro.
La segunda etapa de la represión recae sobre los retoños psíquicos de los agentes representantes, es decir,
de lo reprimido anteriormente. Estos retoños están en el PCC aunque algunos pueden llegar al CC. La
represión agarra a los retoños mediante una fuerza, los pesca y los manda de vuelta al ICC. Esa fuerza no
alcanzaría sino que hay una fuerza que ejerce atracción entre los retoños. No tiene mucha lógica porque por
un lado tiene atracción y por otro lado los contenidos quieren salir, pero no tenemos una respuesta a este
problema. Los síntomas neuróticos son retoños de lo reprimido.
La represión exige un gasto de fuerza constante. Además es móvil, esta movilidad encuentra expresión en
los caracteres psíquicos del estado del dormir, el único que posibilita la formación del sueño. Con el despertar,
las investiduras de represión recogidas se emiten de nuevo. Junto a la represión interviene el monto de
afecto: corresponde a la pulsión en la medida en que esta se ha desasido de la representación y ha
encontrado una expresión proporcionada a su cantidad en procesos que devienen registrables para la
sensación como afectos. La pulsión es sofocada por completo, de suerte que nada se descubre de ella, o sale a
la luz como un afecto coloreado cualitativamente de algún modo, o se muda en angustia. Las últimas dos
opciones nos dan para discernir un nuevo destino de pulsión: la trasposición de las energías psíquicas de las
pulsiones en afectos y, muy particularmente, en angustia.
Mecanismo de la represión: La represión crea una formación sustitutiva, además sabemos que la represión
deja síntomas como secuela. Pero los síntomas, en cuanto indicio de un retorno de lo reprimido, deben su
génesis a procesos completos diversos.
● El mecanismo de la represión no coincide con el o los mecanismos de la formación sustitutiva

● Existen muy diversos mecanismos de la formación sustitutiva

● Los mecanismos de la represión tienen al menos algo en común, la sustracción de la investidura


energética (o libido)

Inconsciente
Hay dos sentidos del ICC:
El Descriptivo que tiene que ver con la representación del ICC que quiere pasar al CC y el Tópico que se basa
en que el aparato se divide en dos o tres sistemas ICC-PRCC-CC. El supuesto tópico se enlaza a un divorcio
tópico entre los sistemas ICC y CC y la posibilidad de una representación esté presente al mismo tiempo en
dos lugares del aparato psíquico y aún de que se traslade regularmente de un lugar a otro si no está inhibida
por la censura, llegando al caso sin perder su primer asentamiento o su primera transcripción.
Llamamos inconsciente a la moción afectiva originaria, aunque su afecto nunca lo fue, pues sólo su
representación debió pagar tributo a la represión y llamamos afecto inconsciente a lo que remite en general a
los destinos del factor de la moción pulsional, que son consecuencias de la represión. Sabemos que los
destinos pueden ser tres: el afecto persiste como tal, o es mudado a un monto de afecto diverso (en particular
angustia) o es estorbado. Esta sofocación del desarrollo del afecto es la meta genuina de la represión. El
desprendimiento de afecto parte directamente del sistema ICC en cuyo caso siempre tiene el carácter de
angustia por la cual son trocados todos los afectos reprimidos. Pero con frecuencia la moción pulsional tiene
que aguardar hasta encontrar una representación sustitutiva en el interior del sistema CC.
Las representaciones son investiduras (en el fondo, de las huellas mnémicas) mientras que los afectos y
sentimientos corresponden a procesos de descarga cuyas exteriorizaciones se perciben como sensaciones que
serían los síntomas.
Cuando Freud habla del cuantum de afecto- energía-garga-investidura-afecto se refiere a la cantidad de
energía que está activando esa representación y la represión consiste en desactivar esto.
Esta misma investidura actúa como fuerza que impide el salir a la conciencia, obstaculiza representaciones,
llamada contrainvestidura que junto a la resistencia, ambas accionan permanentemente obligando a una
fuerza contraria la denegación a la conciencia, el PRCC se protege contra el asedio de la representación
consciente.
Hay un sentido dinámico, estés un conflicto de intereses entre dos sistemas porque para uno es placentero y
para otro no, generándose el juicio adverso y se reprime, luego de que se reprime aparece el síntoma. En
sentido económico se refiere a la energía que es susceptible al aumento o disminución de ella, tratando de
que haya una tensión estable, el punto de homeostasis. Esto es la metapsicología.

Propiedades del ICC:


Núcleo: las mociones de deseo. Agencias representantes que quieren descargar su envestidura. Busca la satisfacción.
Representaciones: tienen mayor o menor carga o envestidura.
Carga o energía: es móvil. Tiene que ver con que se puede desplazar de una representación a otra.
Proceso primario: es el orden de la información por orden de aparición. En el cc es el proceso secundario que toda
vez que a un tal proceso primario se le es permitido jugar con elementos del sistema PRCC aparece como
cómico y mueve a la risa. Tiene dos mecanismos principales: condensación que es cuando una representación
puede tomar sobre sí la investidura que integra muchas otras y desplazamiento que es cuando una
representación puede entregar a otra todo el monto de su investidura, ligado a la carga móvil.
Alógico: no rige el principio de no contradicción. Se desconoce si tiene una lógica propia.
Atemporal: la cronología corre sólo en el PCC y el CC. Están todos los contenidos mezclados, dependen más de la
carga.
Amoral: la moral no juega aquí. Se rige por el principio de placer.
Huellas mnémicas.
Representación-cosa: en el CC está la representación-cosa-palabra.

Sexualidad Infantil
El periodo de latencia sexual de la infancia y sus rupturas:

● Las inhibiciones sexuales: durante este periodo de latencia total o meramente parcial se edifican los
poderes anímicos que más tarde se presentaran como inhibiciones en el camino de la pulsión sexual y
angostaran su curso a la manera de unos diques. Este desarrollo es de condicionamiento orgánico,
fijado hereditariamente, y llegado el caso puede producirse sin ninguna ayuda de la educación.
● Formacion reactiva y sublimacion: Las emociones sexuales infantiles mismas, cuyo aflujo no ha cesado
pero cuya energía es desviada del uso sexual y aplicación a otros fines. Las mociones sexuales de estos
niños infantiles serian funciones de la reproducción están diferidas, lo cual constituye el carácter
principal del periodo de latencia, por otra parte, serian en si perversas, esto es, partirían de zonas
erógenas y se sustentaría en pulsiones que dada la dirección del desarrollo del individuo solo
provocarían.

Las exteriorizaciones de la sexualidad infantil:

● El chupeteo: aparece ya en lactante y puede conservarse hasta la madurez o persistir toda la vida,
consiste en un contacto de succión con la boca repetitivo rítmicamente que no tiene por fin la
nutrición, un lugar de la piel o labios es tomado como objeto sobre el cual se ejecuta la acción de
mamar. Es de naturaleza sexual esta acción. El chupeteo es equipado a menudo a las otras “malas
costumbres” sexuales del niño.
● Autoerotismo: es el hecho de que la pulsión no está dirigida a otra persona, se satisface en el cuerpo
propio, es auto erótico. La acción del niño chupeteador se rige por la búsqueda de un placer, la
satisfacción se obtiene mamando rítmicamente un sector de la piel o de la mucosa. Su primera
actividad, la más importante para su vida, el mamar del pecho materno no pudo menos que
familiarizarlo con ese placer. Los labios del niño se comportaron como una zona erógena, y la
estimulación por el cálido aflujo de leche fue la causa de la sensación placentera. La satisfacción de la
zona erógena se asoció con la satisfacción de la necesidad de alimentarse. La necesidad de repetir la
satisfacción sexual se separa entonces de la necesidad de buscar alimento, una separación que se
vuelve inevitable cuando aparecen los dientes y la alimentación ya no se cumple más exclusivamente
mamando, sino también masticando. El niño no opta por un objeto ajeno para mamar; prefiere una
parte de su propia piel porque le resulta más cómodo, porque así se independiza del mundo exterior al
que no puede aún dominar, y porque de esa manera se procura, por así decir, una segunda zona
erógena, si bien de menor valor.

La meta sexual de la sexualidad infantil:

● Caracteristicas de las zonas erogenas: es un sector de piel o mucosa en el que estimulaciones de cierta
clase provocan una sensación placentera de determinada cualidad. El carácter rítmico desempeña un
papel muy importante. Por eso, para la producción de una sensación placentera, la cualidad del
estímulo es más importante que la complexión de las partes del cuerpo.
● Meta sexual infantil: la meta sexual de la pulsión infantil consiste en producir la satisfacción mediante
la estimulación apropiada de la zona erógena que se ha escogido.
La necesidad de repetir la satisfacción se trasluce por dos cosas: un peculiar sentimiento de tensión,
que posee más bien el carácter del displacer, y una sensación de estímulo o de picazón condicionada
centralmente y proyectada a la zona erógena periférica. Por eso la meta sexual podría, ser sustituir la
sensación del estímulo proyectada sobre la zona erógena, por aquel estimulo externo que la cancela al
provocar la sensación de la satisfacción.

Las exteriorizaciones sexuales masturbatorias:

● Activacion de la zona anal: los trastornos inestables tan frecuentes en la infancia se ocupan de que no
falten excitaciones intensas en esta zona.
Los niños que sacan partido de la estimulación erógena de la zona anal se delatan por el hecho de que
se retienen las heces hasta que la acumulación de estas provoca fuertes contracciones musculares y, al
pasar por el ano, pueden ejercer un poderoso estimulo sobre la mucosa.
Se lo trata como una parte de su propio cuerpo, representa el primer <<regalo>> por medio del cual el
pequeño ser puede expresar su obediencia hacia el medio circundante exteriorizándolo, y su desafío,
rehusando.
● Activacion de las zonas genitales: tanto en los varones como en las niñas se relaciona con la micción
(glande, clítoris). Las activaciones sexuales de esta zona erógena, que corresponde a las partes
sexuales reales, son sin duda el comienzo de la posterior vida sexual <<normal>>.
La acción que elimina el estímulo y desencadena la satisfacción consiste en un contacto de frotación
con la mano o en una presión, sin duda prefigurada como un reflejo, ejercida por la mano o apretando
los muslos.
Redundará en beneficio de la claridad indicar que es preciso distinguir tres fases en la masturbación
infantil. La primera corresponde al periodo de lactancia, la segunda al breve florecimiento de la
práctica sexual hacia el cuarto año de vida, y solo la tercera responde al onanismo de la pubertad, el
único que suele tenerse en cuenta.
● La segunda fase de la masturbacion: los detalles de la segunda activación sexual infantil deja de lado
las más profundas huellas en la memoria de la persona, determinan el desarrollo de su carácter si
permanece sana, y la sintomatología de su neurosis si enferma después de la pubertad.
Hallamos que este periodo sexual se ha olvidado, y se han desplazado los recuerdos consientes que lo
atestiguan.
● Retorno de la masturbación de la lactancia: la excitación sexual del periodo de lactancia retorna a los
años de la niñez indicado, puede hacerlo como un estímulo de picazón, condicionado centralmente,
que reclama una satisfacción onanista, o como un proceso del tipo de una polución, que, de manera
análoga a la polución de la época de madurez, alcanza la satisfacción sin ayuda de ninguna acción.
En las causas internas se sitúa la influencia de la seducción, que trata prematuramente al niño como objeto
sexual y, en circunstancias que no pueden menos que provocarle fuerte impresión, le enseña a
conocer la satisfacción de las zonas genitales; secuelas de ello es casi siempre la compulsión a
renovarla por la vía onanista.
● Disposicion perversa polimorfa: si se baja la influencia de la seducción el niño puede convertirse en un
perverso polimorfo, siendo desencaminado a practicar todas las trasgresiones posibles. Esto
demuestras que en su disposición trae consigo la aptitud para ello; tales trasgresiones tropiezan con
escasas resistencias porque, según sea la edad del niño, no se han constituido todavía o están en
formación los diques anímicos contra los excesos sexuales: la vergüenza, el asco y la moral.
● Pulsiones parciales: las pulsiones de placer de ver, de exhibir y la crueldad aparecen con cierta
independencia respecto de las zonas erógenas, y solo más tarde entran en estrechas relaciones con la
vida genital; pero ya se hacen notables en la niñez como unas aspiraciones autónomas, separadas al
principio de la actividad sexual erógena.
La pulsión de ver puede emerger en el niño como una exteriorización sexual espontanea. La crueldad
es cosa enteramente natural en el carácter infantil; en efecto, la inhibición en virtud de la cual la
pulsión de apoderamiento se detiene ante el dolor del otro, la capacidad de compadecerse, se
desarrollan relativamente tarde.

La investigación sexual infantil:

● La pulsión del saber: a la par que la vida sexual del niño alcanza su primer florecimiento, entre los tres
y cinco años, se inicia en el también aquella actividad que se adscribe a la pulsión de saber o
investigar.
Su acción corresponde, por una parte, a una manera sublimada del apoderamiento, y, por la otra,
trabaja con la energía de la pulsión de ver.
● Enigma de la esfinge: la amenaza que para sus condiciones de existencia significa la llegada de un
nuevo niño y el miedo de que ese acontecimiento lo prive de cuidados y amor, lo vuelven reflexivo y
penetrante. El primer problema que lo ocupa es ¿de dónde vienen los bebes? , en cuanto al hecho de
los dos sexos, el niño no se revuelve contra el tema ya que piensa o supone que todas las personas
poseen un genital como el suyo.
● Complejo de castración y envidia del pene: las formaciones sustitutivas de este pene perdido de la
mujer cumplen un importante papel en la conformación de múltiples perversiones. El supuesto de que
todos los seres humanos poseen idéntico genital es la primera de las asombrosas teorías sexuales
infantiles.
● Concepcion sadica del comercio sexual: cuando el niño es espectador del comercio sexual entre
adulto, lo cual sucede a menudo porque los adultos creen que el pequeño no comprende lo sexual,
concibe el acto sexual como una especie de maltrato, en sentido sádico.
● El típico fracaso de la investigación sexual: las teorías infantiles son reflejos de la propia constitución
sexual del niño, y, pese a sus grotescos errores, dan pruebas de una gran compresión sobre los
procesos sexuales, mayor de las que se sospecharía en sus creadores.

La investigación sexual de la primera infancia es solitaria, implica el primer paso hacia la orientación
autónoma en el mundo y establece algo de desconfianza en el niño respecto a las personas de su entorno.

Fases del desarrollo de la organización sexual:

● Organizaciones pregenitales: son organizaciones de la vida sexual en que las zonas genitales todavía no
han alcanzado su papel hegemónico.
La primera organización es la oral o canibalica, esta no se ha separado de la nutrición, la meta sexual consiste
en la incorporación del objeto.
La segunda organización es la de sádico anal, se ha descubierto los opuestos pero no se los puede llamar
masculino y femenino sino activo y pasivo.
● Ambivalencia: los pares de opuestos pulsionales están plasmados en un grado aproximadamente igual.
En la vida sexual infantil se consuma una elección de objeto, el conjunto de los afanes sexuales se
dirige a una persona única, y en ella quiere alcanzar su meta.
● Doble tiempo de la elección de objeto: la elección del objeto se realiza en dos tiempos. La primera
entre los dos y cinco años, sus metas sexuales experimentan un atempera miento y figuran en lo que
podemos llamar corriente tierna de la vida sexual, y la segunda sobreviene con la pubertad y
determina la conformación absoluta de la vida sexual, la elección del objeto en esta poca, tiene que
renunciar a los objetos infantiles y empezar de nuevo como corriente sensual.

Fuentes de la sexualidad infantil:

La excitación sexual nace:

● Como calco de una satisfacción vivenciada a raíz de otros procesos orgánicos.

● Por una apropiada estimulación periférica de zonas erógenas.

● Como expresión de algunas “pulsiones” cuyo origen todavía no comprendemos bien.


Exitaciones mecanicas: es una excitación sexual mediante sacudimientos mecánicos del cuerpo, de carácter
rítmico, los niños siente gran gusto en los juegos de movimiento pasivo. Hay tres clases de este estimulo

● Las que actúan sobre el aparto sensorial de los nervios vestibulares

● Las que actúan sobre la piel

● Las que actúan sobre las partes profundas

Actividad muscular: una intensa actividad muscular constituye para el niño una necesidad de cuya satisfacción
extraer un placer extraordinario. En la promoción de excitación sexual por medio de la actividad muscular
habría que reconocer una de las raíces de la pulsión sádica.

Proceso afectivo: los procesos afectivosmás intensos, aun las excitaciones terroríficas, desbordan sobre la
sexualidad, esto, por lo demás, puede contribuir a la comprensión del efecto patógeno de esos movimientos
del ánimo. Las sensaciones de dolor provocan idéntico afecto erógeno, sobre todo cuando este dolor es
aminorado.

Trabajo intelectual: la concentración de la atención en una tarea intelectual, y en general, el esfuerzo mental,
tiene por consecuencia en muchas personas, tanto jóvenes como más maduras, una excitación sexual
concomitante.

Organizació n genital infantil


El carácter principal de esta <<organización genital infantil>> es su diferencia respecto de la organización
genital definitiva del adulto. Reside en que, para ambos sexos, solo desempeña un papel un genital, el
masculino. Por lo tanto, no hay un primado genital, sino un primado de falo.
Es natural para el niño creer que todos los seres vivos, humanos y animales, tienen un genital parecido al que
el mismo posee.Esta parte del cuerpo que se excita con facilidad, parte cambiante y tan rica en sensaciones
que ocupa un alto grado el interés en el niño y plantea nuevas y nuevas tareas a su pulsión de investigación.
Se exterioriza como esfuerzo de investigación, como curiosidad sexual.
En el curso de estas indagaciones el niño llega a descubrir que el pene no es patrimonio común de todos los
seres semejantes a él.

Es notoria su reacción frente a las primeras impresiones hacia la falta del pene. Desconocen esa falta, creen
ver un miembro a pesar de todo, piensan y observan esta contradicción y tienen un prejuicio que eso
pequeño y ya va a crecer, y después, poco a poco, llegan a la conclusión de que sin duda estuvo presente y
luego fue removido, la falta de pene es entendida como resultado de una castración y se le plantea al niño la
castración de su propia persona.
El niño cree que solo personas despreciables del sexo femenino, probablemente culpables de las mismas
mociones prohibidas en que el mismo incurrió, habrían perdido el genital. Pero las personas respetables,
como su madre, siguen conservando el pene. Para el niño, ser mujer no coincide todavía con la falta del pene,
solo más tarde, cuando aborda los problemas de la génesis y el nacimiento de los niños y aprende que solo
mujeres pueden parir hijos, también la madre perderá el pene y, entre tanto, se edificaran complejísimas
teorías estimadas a explicar el trueque del pene a cambio de un hijo.

Una primera oposición ocurre con la elección del objeto, que presupone sujeto y objeto. En el estadio de la
organización pre genital sádico-anal no cabe hablar de masculino y femenino. En el siguiente estadio de la
organización genital infantil hay por cierto algo masculino, la oposición reza en el genital masculino o
castración. En la época de la pubertad sexual, la polaridad sexual coincide con masculino y femenino. Lo
masculino reúne el sujeto, la actividad y la posición del pene, lo femenino el objeto y la pasividad. (La vagina
es apreciada como albergue del pene, recibe la herencia del vientre materno)

La diferencia anató mica entre los sexos


El varon ve al padre como su rival al cual querría eliminar y sustituir. La actitud edipica de él pertenece a la
fase fálica, y que se va al fundamento por la angustia de la castración o por el interés narcisista hacia los
genitales. El complejo de Edipo en el varoncito es de sentido doble, activo y pasivo, el también quiere sustituir
a la madre como objeto de amor del padre, toma una actitud femenina. Hay en ella una identificación tierna
con el padre, de la que todavía está ausente el sentido de la rivalidad hacia la madre. Otro elemento es el
quehacer masturbatorio con los genitales, es el onanismo de la primera infancia, cuya sofocación más o
menos violenta, por parte de las personas encargadas de la crianza, activa el complejo de castración. Este
onanismo es dependiente del complejo de Edipo y significa la descarga de su excitación sexual.
El niño descubre la zona genital dispensadora de placer durante el mamar con fruición. La zona genital es
descubierta en algún momento, y no parece justificado atribuir un contenido psíquico a los primeros
quehaceres del niño con ella.
La niña nota el pene de un hermano o compañerito de juego, el pene es visible y de notable tamaño,
entonces cae víctima de la envidia del pene.
El niño por su parte tiene dos reacciones frente a la mujer: horror frente a la criatura mutilada o menosprecio
triunfalista hacia ella. Nada de eso ocurre a la niña pequeña. En el acto se forma su juicio y su decisión. Ha
visto eso, sabe que no lo tiene, y quiere tenerlo. En este lugar se da el llamado complejo de masculinidad de la
mujer, sino logra superarlo pronto, puede deparar grandes dificultades al prefigurado desarrollo hacia la
feminidad. La esperanza de recibir alguna vez, a pesar de todo, un pene, igualándolos así al varón. Sobreviene
el proceso de desmentida, que en la vida anímica infantil no es ni raro ni muy peligroso, pero que en el adulto
llevaría a la psicosis. La niñita se rehúsa a aceptar el hecho de su castración, se afirma y acaricia la convicción
de que empero posee un pene y se ve obligada a comportarse en lo sucesivo como si fuera un varón. En
cambio, con la admisión de su herida narcisista, se establece en la mujer un sentimiento de inferioridad,
empieza a compartir el menosprecio del varón por ese sexo mutilado en un punto decisivo y, al menos en este
juicio, se mantiene en equivalencia con el varón.
Aunque la envidia del pene haya renunciado a su objeto genuino, no cesa de existir: pervive el rasgo de
carácter de los celos. Los celos desempeñan un papel mucho mayor en la vida anímica de la mujer porque
reciben un enorme refuerzo desde la fuente de la envidia del pene.
Una tercera consecuencia de la envidia del pene parece ser el aflojamiento tierno con el objeto-madre. Se
convence que la madre, fue quien hecho al mundo a la niña con una dotación tan insuficiente, es
responsabilizada por esa falta del pene. La niña le tiene celos al niño dotado con un pene por que la madre
supuestamente lo ama más.
La naturaleza de la mujer está más alejada de la masturbación, y para resolver el problema supuesto se podría
aducir esta ponderación de las cosas: al menos la masturbación en el clítoris sería una práctica masculina, y el
despliegue de la feminidad tendría por condición la remoción de la sexualidad clitoriana. Los análisis de la
prehistoria fálica han enseñado que en la niña sobreviene pronto, tras los indicios de la envidia, una intensa
contracorriente opuesta al onanismo, que no puede reconducirse exclusivamente al influjo pedagógico de las
personas encargadas de la crianza. Esta moción es manifiestamente un preanuncio de aquella oleada
represiva que en la época de la pubertad eliminara una gran parte de la sexualidad masculina para dejar
espacio al desarrollo de la feminidad.
El conocimiento de la diferencia anatómica entre los sexos esfuerza a la niña pequeña a apartarse de la
masculinidad y del onanismo masculino, y a encaminarse por nuevas vías que llevan al despliegue de la
feminidad. Resigna el deseo del pene para remplazarlo por el deseo de un hijo, y con este propósito toma al
padre como objeto de amor. La madre pasa a ser objeto de los celos, y la niña deviene una pequeña mujer.
En la niña, el complejo de Edipo es una formación secundaria. Las repercusiones del complejo de castración le
preceden y lo preparan. En cuanto al nexo entre complejo de Edipo y complejo de castración, se establece una
oposición fundamental entre los dos sexos. Mientras que el complejo de Edipo del varón se va al fundamento
debido al complejo de castración, el de la niña es posibilitado e introducido por este último.
En el varón el complejo no es simplemente reprimido, se preocupa formalmente bajo el choque de amenaza
de castración. Sus investiduras libidinosas son resignadas, desexualisadas, y en parte sublimadas, sus objetos
son incorporados al yo, donde forman el núcleo del superyó y presentan a esta neo formación sus
propiedades características. En el caso normal ya no subsiste tampoco en lo inconsciente ningún complejo de
Edipo, el superyó ha devenido su heredero. Puesto que el pene debe su investidura narcisista
extraordinariamente alta a su significación orgánica para la supervivencia de la especie, se puede concebir la
catástrofe del complejo de Edipo como un triunfo de la generación sobre el individuo.

Sexualidad Infantil
Difiere de la de los adultos. Nadie se acuerda de su propia infancia por la amnesia infantil. Si pensamos en las teorías de
las pulsiones Freud dice que los primeros meses de vida se separa la pulsión, empieza el deseo pero no sexual. Está la
búsqueda del placer que tiene que ver con la sexualidad. Freud habla de este periodo que es anterior a los 5/6 años y
dice que estas impresiones infantiles dejan huellas terminantes que lo acompañarán toda su vida. Se lo acusa de
determinista. Sería mejor decir que son condicionantes. Ante algo determinado no hay nada para hacer.

- Constitucional/heredado: el carácter.
- Experiencias infantiles: primeros 5 años de vida.

Estos dos factores dan lugar a la disposición y a esto se le suma el factor desencadenante (trauma) que da lugar a la
neurosis.

¿Cuál es la causa de la amnesia infantil? La represión. Freud compara la amnesia histérica con la infantil. Habla de la
historia infantil y dice que no recordamos nuestras primeras aproximaciones al placer.

En el periodo de latencia casi toda actividad sexual desaparece. Los intereses de los chicos se dirigen al juego, al
aprendizaje, a investigar, se juntan con su mismo sexo. La pulsión desviada de lo sexual se llama sublimación, se desvía a
nuevas metas porque fisiológicamente no puede tener relaciones ni realizar actividades con un fin genital y además, de
poder lograr esto, serían pulsiones parciales (un elemento –anal, oral o fálica- y un fin –ver por ej.)(perversas). El
perverso es aquel que alcanza el orgasmo sin coito. Si el chico de la latencia buscara la satisfacción sexual sería perverso
porque sus pulsiones parciales no están plenamente desarrolladas hasta la pubertad. Recién en este momento el niño
está maduro física y psicológicamente para reproducirse.

Freud llama a estos diques psíquicos: representa el asco, la vergüenza y la moral. Freud habla de lo biológico y de lo
psicológico, cuando lo nombra se va confundiendo y le da más importancia a uno que a otro. El hombre tiene esquemas
filogenéticos heredados que vienen impresos en la especie. No son esquemas de comportamiento sino cosas que se van
a dar en todos los seres, independientemente de la educación, es algo que ya viene determinado. Freud en este
momento pega un volantazo y deja de lado esto (no lo va a preguntar en el parcial).

Cómo se exterioriza la sexualidad infantil:


El modelo es el chupeteo. El niño tiene contacto de succión con la boca, los labios especialmente, repetido rítmicamente
que no tiene por fin la alimentación. La zona de los labios es tomada como objeto de pulsión (zona erógena). Las
primeras etapas, la oral y anal, son pre-genitales que son fases del desarrollo de la libido.

No es genital y por eso a estas fases se le llaman pre-genitales. El placer está en el mismo lugar donde se aumenta la
tensión, en la boca se produce y en la boca se satisface. Es autoerótico. Esto está en las huellas mnémicas. Los labios se
comportan como zona erógena (sector de piel o mucosa en el que las estimulaciones provocan una excitación
placentera de cierta cualidad). Es importante el ritmo, hay zonas predeterminadas y que cualquier parte de la piel puede
convertirse en zona erógena. Estas exteriorizaciones se apuntalan en funciones. El pezón de la mamá reemplaza al
chupete solamente para la función de la alimentación. La meta de la sexualidad infantil es producir la satisfacción
mediante la estimulación de la zona erógena, esto nos remite a la primera vivencia de satisfacción. En la primera fase la
meta es la incorporación de aquello que nos satisface, no de la comida.

La hostilidad de una madre con su hijo puede reflejarse en lo contrario: ser una “Mery Poppins” con los niños, con
todos, también con el propio hijo. La bronca que se tiene se convierte en una paciencia infinita. Esta es la idea de
formación reactiva. En las mociones de deseo en la latencia se pasa de una meta sexual a una no sexual, esta es la
sublimación. Aquí surgen naturalmente los diques psíquicos y luego se pasa a la represión. Para construir lo diques tiene
que estar la sublimación: usar los contenidos sexuales para contenidos no sexuales.

Cuando algo se reprime siempre queda una formación sustitutiva. Como si hubiese sacado un libro de la biblioteca, no
me gusta que quede el lugar y meto otro, esta sería la formación sustitutiva. En el caso de la neurosis obsesiva
encontramos la formación reactiva (sólo se encuentra en este tipo de neurosis).

Meta sexual infantil: el bebé siente placer mediante la estimulación de la tensión de alguna zona erógena.

Etapas o fases del desarrollo de la libido


Es un proceso continuado. Freud dice que la sexualidad de los neuróticos tiene varios rasgos infantiles.

- Oral: de 0 a un año y medio o dos años. Zona erógena: boca. Meta: incorporación. Se relaciona con las
identificaciones. Los niños incorporan los objetos pero al hacerlo se identifica con él, no hay una distinción yo-no
yo, se va logrando gradualmente. Freud no habla de oposición en esta etapa por la no discriminación yo-no yo.
El bebé agarra objetos y todo, pero el objeto no está bien discriminado, es muy precaria la forma en que lo hace.
El niño se enoja con la mamá, la mamá se enoja y después va y la abraza, le asusta que la madre no lo quiera.
Cuando el nene es más grande se enoja, la mamá se enoja y el niño queda enojado igual. El niño se diferencia de
su mamá progresivamente.
- Anal: de un año y medio o dos a tres. Coincide con la etapa donde los niños empiezan el jardín y dejan los
pañales. La familia está pendiente de esto. El niño está pendiente también. El niño está muy concentrado en el
control de esfínteres. Zona erógena: el ano. Meta: hay una oposición pasivo-activo, ambivalencia. El placer del
niño se da en la expulsión y la retención. Freud dice que el placer se da en el proceso de la cacona a través de su
cuerpo. Al retener, el niño puede controlar. No sólo los esfínteres, sino que controla que la familia esté detrás
suyo, etc. Falo = pene = heces = regalo = dinero = poder. Esta ecuación son equivalentes. Ejemplo de regresión:
tener una radio, revistas, libros en el baño para hacer caca o pis.
- Fálica: de tres a cinco o seis años.
- Latencia: de cinco o seis años a 10 u 11 años.

Freud dice que cada etapa que se supera tiene puntos de fijación, estos son a los que se vuelve por vía regresiva (como
mecanismo de defensa). Se vuelve a modos más antiguos de satisfacción que fueron dejados y superados en el
desarrollo. Los adictos tienen fijaciones en la fase oral, tiene que ver con incorporar una sustancia que te da placer. El
placer se genera mediante la estimulación de la zona erógena.

Perverso polimorfo: no están presente los diques psíquicos. El niño juega con sus propias heces, en el caso de los adultos
esto sería psicótico. Agregar info.

Pulsión de saber: entre los 3 y 5 años los niños tienen como una forma sublimada de la pulsión de apoderamiento. Eso
se sublima y la energía aparece en el aprendizaje. Freud nombra el cuento de la esfinge de Edipo, leer en internet si no
me la acuerdo. Los niños preguntan de dónde vienen los bebés.

Teorías sexuales infantiles


- Teoría universal del falo: puede parecer machista. Para los nenes la nena no tiene nada, los nenes son los únicos
que tienen algo, porque creen en lo que ven, no les importa que la vagina sea un órgano interno porque los
varones no lo ven. Freud dice que le falta información de las mujeres, aunque todas sus pacientes eran mujeres.
La profesora no está de acuerdo en decir “teoría universal” porque no se tiene en cuenta a la niña. Así como no
se desarrollaron en los varones los pechos, en las niñas no se desarrolla el falo.

- Teorías del nacimiento o de la cloaca: el supuesto de que todos los seres tienen falo es universal. El clítoris debe
reconocerse como el reemplazo del falo. Los niños piensan que las embarazadas están gordas porque comieron
mucha comida y después lo hace caca porque tiene que descargarlo.

- Concepción sádica del comercio sexual: el niño se imagina basado en algo que vio o escucho. Busca responder
en qué consiste estar casado porque ve que los padres salen y que ellos se encierran en un cuarto y el niño
queda fuera. Puede escuchar algo que le haga pensar que el padre le está pegando o haciendo mal a la mamá
porque los niños también son bastante sádicos durante esta etapa. Freud dice que es mucho más traumático ver
que escuchar, aunque tampoco está bueno eso.

Complejo de Edipo
Lo que importa no es el cuentito sino la estructura vincular con el propio sexo y el sexo opuesto. De la tríada y la díada.
El papá no pinta mucho en la relación del bebé. El niño primero es una díada con la mamá indiferenciada. Antes los papás
trabajaban y las mamás se quedaban en la casa, ahora esto cambió. El rol de la mamá no necesariamente no tiene que ser
ejercido por ella. Cambió la estructura de las familias, ya no existe la familia tipo.
En el varón
La entrada está en la diferencia anatómica. Se da en el momento donde el nene entiende que la mujer no tiene falo.
Piensa que le cortaron el pitulino a la nena. Se toca en el sentido de la investigación. El niño desmiente: dice que las
mujeres tienen un pene chiquito (el clítoris), pero que en algún momento le va a crecer. El niño tiene miedo también de
que a él se lo corten porque piensa que a la niña le han hecho esto. Al principio, cuando los nenes son chiquitos piensan
que sus padres son perfectos, no pueden imaginarse a su mamá como que le falta algo y menos algo tan importante como
el pene, sino que tienen bebés. Esta etapa está reprimida para todos.
El niño quiere tener un bebé con la mamá. El niño quiere ser el partener de la mamá, el más importante. Tiene actitudes
seductoras con la mamá. El padre es el rival, porque compite por el amor de ella. Pero al mismo tiempo lo quiere. Es él
quien pone la ley: la prohibición del incesto, le explica al niño que la mamá no es de él sino del papá. Por envestidura
narcisista de su pene, el niño renuncia a la madre. Esta es la angustia de castración (salida de Edipo), ya que a causa de
este amor prohibido, que el padre lo castre. Cuando los niños juegan, imitan a sus papás. A la salida del Edipo, se forma el
superyó. Comienza la amnesia infantil, no se recuerda casi nada de todo lo anterior porque aparece la represión. Se
superan las primeras tres etapas. La elección de objeto es un objeto externo y se da en dos tiempos: primero el amor
endogámico en el Edipo donde el varón elije a la mamá y la mujer al papá y segundo el amor exogámico poner el objeto
de amor en un objeto externo. El niño hace un cambio de meta: va de la incorporación a la penetración.

Freud habla de un Edipo compuesto. Habla de Juanito, el hijo de uno de sus pacientes. El niño tenía fobia a los caballos
y tenía una inclinación amorosa para con su padre. El niño quiere tener un bebé con el padre y después hace un cambio.

En la mujer
La mujer envidia el pene y piensa que en algún momento les va a crecer. Esta etapa debe ser superada porque sino
puede surgir el complejo de masculinidad, esto no quiere decir que la niña vaya a ser homosexual (aunque podría pasar),
la profesora dice que esto se resuelve más en la adolescencia que en la etapa fálica. Entra al Edipo por el complejo de
castración, piensa que la mamá no la hizo con pene y se enoja con ella. La niña hace un cambio de objeto y empieza a
amar al papá. Esto para la niña es muy fuerte, pero como el enojo es muy fuerte también, se va con su padre a buscar el
pene que su madre no le dio. Como entiende que no tiene falo, entiende que las mujeres tienen bebés. Entonces va a
buscar en el padre el pene que la mamá no le dio y un bebé. La salida del Edipo se da con la ecuación pene = hijo. Pene
aceptó que no va a tener y un hijo en ese momento tampoco. La niña se va del Edipo con esta ilusión. Cuando la mujer
crece se pregunta si podrá tener hijos o si podrá ser una buena madre. No hay un corte radical como en el caso del varón.
En términos de Lacan, el corte es el mismo que el varón. Todo lo que escribí antes es en términos de Freud

Freud también habla de la bisexualidad: todos tenemos aspectos de los dos sexos.

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