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RECURSOS PARA COORDINAR GRUPOS


Y EQUIPOS DE TRABAJO
CLASE 1
por Graciela Jasiner

Y
EQUIPOS DE TRABAJO

CLASE
INSTITUTO 1
DE INVESTIGACIONES GRUPALES
Directora: Graciela Jasiner
Página Web: www.ingrupos.com.ar
Mail: iig@ingrupos.com.ar
Tel: (005411) 4833-7808
Buenos Aires - Argentina

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Bienvenidos al Instituto de Investigaciones Grupales. Resulta conmovedor y sorprendente


que desde diferentes lugares de nuestra amplia y bulliciosa a la vez que compleja y bella
ciudad de Buenos Aires, pero mucho más aún desde el interior misterioso y profundo y del
exterior de nuestro país tantos de ustedes hayan elegido hacer esta travesía junto a
nosotros. Debe ser fuerte el deseo que cada quien tiene puesto en lo grupal así que
realmente muchas gracias porque a nosotros también esto nos estimula.
Utilizaré a lo largo de esta clase la metáfora de un viaje. Nos acompañaremos mutuamente
en esta aventura. Hay viajes que inauguran algo nuevo o descubren territorios y otros que
se vuelven casi rituales repetitivos que lo conducen a uno siempre al mismo lugar. Hay
además otro tipo de viajes que están orientados por alguien que nos guía, viajes en que uno
sabe desde donde sale y hacia dónde se dirige pero asume el riesgo de confrontarse a lo
inesperado, lo imprevisible que se va presentando en el camino.
En este comienzo también incluyo –relacionando con la metáfora del viaje- que algo en la
denominación Curso a Distancia nos hace pregunta a quienes trabajamos en éste área.
Sobre cercanías y distancias circulamos en nuestra práctica cotidiana con grupos. ¿Lo
inmediato es cercano? No se trata solamente de una cuestión de distancia métrica, no
hablamos solo de kilómetros. Uno a veces está tan lejos del que vive bajo el mismo techo y
a veces alberga una asombrosa intimidad con quien mora a miles de kilómetros.
Hablando de distancias ¿Quién no ha tenido por ejemplo un coordinador fóbico al que
amurallado tras la ortodoxia distante del encuadre le costaba entregarse al juego de la
transferencia? A veces un coordinador puede refugiarse en el famoso encuadre como
modo de no salpicarse o implicarse en el juego transferencial.
Cierto tipo de situaciones nos acercan a las cosas como punto de referencia y de compañía.
En la vida cotidiana nos aproximamos y a veces nos alejamos del otro; un amigo, un libro,
una película en ocasiones provocan que quizá uno pueda acercarse a uno mismo.
¿Qué es distancia? Uds. me dirán que la palabra indica lejanía; sin embargo cercanía y
lejanía ¿serían medidas solamente espaciales o hablan de alguna otra cuestión? La
supresión de la distancia no necesariamente trae cercanía. A veces la pérdida de la distancia
complica el vínculo. Como dijo el poeta: “La distancia que me acerca a ti se acorta tanto que
ya no te veo” (Nazim Hikmet)
Distancia es una magnitud que mide la relación de lejanía o cercanía entre dos cuerpos,
objetos o personas. Para la geometría euclidiana la distancia entre dos puntos es la longitud
del camino más corto entre ambos. Si bien según las matemáticas y el teorema de Pitágoras
la distancia entre dos puntos en el plano cartesiano es medible y calculable, paradojalmente
por ejemplo en una pequeña distancia entre dos puntos geográficos la dimensión de lo que
acerca o aleja no es tan mensurable; podríamos encontrar en algún caso una enorme
separación en las costumbres sociales, culturales y religiosas que convierten en ajenos entre
sí a pueblos cuya ubicación espacial es muy próxima. Tal como en un vínculo entre dos

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sujetos a veces un alejamiento sideral resulta síntoma de lo que está demasiado


especularizado, fusionado.
¿O no es cierto que a veces un texto que escrito en el otro extremo del mundo nos toca el
alma más que tantas palabras banales por ahí dichas por quien ocupa en el escritorio de al
lado?
La famosa alegoría de Arthur Schopenhauer también nos enseña que no existe la distancia
justa y que el ser humano una y otra vez se aleja y se acerca:
“En un crudo día invernal, los puercoespines de una manada se apretaron unos contra otros
para prestarse mutuo calor. Pero al hacerlo así, se hirieron recíprocamente con sus púas, y
hubieron de separarse. Obligados de nuevo a juntarse por el frío volvieron a pincharse y a
distanciarse. Estas alternativas de aproximación y alejamiento duraron hasta que les fue
dado hallar una distancia media en la que ambos males resultaban mitigados».
Los puercoespines renuncian a apretarse unos contra otros para luchar contra el frío. Sus
espinas los lastiman. Cuando haga frío una y otra vez entre la atracción y la repulsión, entre
la amistad y la hostilidad, buscarán alguna distancia posible. ¿Qué pueden hacer para lograr
ese calor que buscan? ¿Cómo pueden aproximarse sin dañarse? Parecería que no habiendo
una distancia ideal, ni óptima ni justa se tratara todo el tiempo de su búsqueda.
Interrogar el término distancia es también problematizar algo de la vida cotidiana de
nuestros días. En el mundo actual se han acortado las distancias de modos antes
impensables. Sin embargo ya en 1954 en su texto "La cosa" Martín Heidegger nos advertía
sobre una pérdida de la cercanía que traían los nuevos tiempos. Decía que "Todas las
distancias, en el tiempo y en el espacio, se encogen…” y añadía que “….esta apresurada
supresión de las distancias no trae ninguna cercanía porque la cercanía no consiste en la
pequeña distancia…”.
Estamos comenzando hoy un nuevo Curso de Capacitación, podría haberles evitado todo
este rodeo y llamarlo simplemente Curso Virtual pero no se trata de eludir lo que
problematiza sino de ponerlo a trabajar.
Es nuestra apuesta sostener en este nuevo curso una cercanía en el trabajo compartido, a
pesar de los muchos o pocos kilómetros que nos separen, lo cual sería recolocar el
problema en la dimensión de la Tarea. Que nos acerquen mutuamente la producción, la
investigación, el aprendizaje, lo que llamamos Transferencia de Trabajo: enlazarse con
otros, no sólo para que a uno lo quieran, lo acepten o en todo caso lo miren bien, sino por
el placer de la producción, en que el otro de algún modo opera.
Comenzamos hoy un camino que recorreremos juntos y vaya en el comienzo un
reconocimiento a mi maestro Enrique Pichon Riviere.
Un maestro –según Foulcault- es quien transmite marcas indelebles y a la vez esa costura
enigmática que posibilita seguir avanzando para sirviéndose de él poder ir más allá de él.
Pichón nos legó una profunda creencia en los grupos. Pichon transmitía en acto la pasión y
la confianza en los grupos. Pero ¿de qué se trataba esa posición? De una convicción acerca
de la capacidad creadora y productiva tanto como de la esperanza, el júbilo y la alegría que

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emanan del trabajo colectivo. Pichon planteaba los grupos como un lugar donde aprender a
pensar. Muchas veces esa experiencia de pensar con otros es una puerta al júbilo, a la
alegría. Lo sabía muy bien Heidegger cuando comparaba el pensar con una fiesta y nos
convocaba a la “fiesta del pensamiento”.
El coordinador de grupos es quien sostiene prácticas y las piensa. Creer en los grupos es
albergar la convicción de que en grupo se produce algo nuevo que sería imposible en
soledad. Se trata de una marca especialmente valiosa en tiempos individualistas, tiempos
de “arréglese solo o recurra a la tecnología o a los psicofármacos” como mandatos
preponderantes en nuestro cotidiano. Creer en los grupos y en su potencia no es sin
efectos en las prácticas que uno sostiene; propicia la producción y la creación de lo nuevo y
de un protagonismo enlazado.
El trabajo grupal puede resultar del orden de lo mágico y del júbilo a la vez que del misterio.
Un desafío surge cada vez que coordinamos, un estímulo a visitar lo complejo de los grupos
y más aún del alma humana. Es nuestro deseo formar coordinadores que se animen a
atravesar la complejidad acompañados por una buena lógica y recursos técnicos sólidos.
Los griegos hablaban del kairos, la oportunidad. Ojalá este Curso que hoy comienza sea la
oportunidad de un encuentro productivo entre ustedes y nosotros. No es lo mismo ser
turista que viajero; de turistas está lleno el mundo pero ser viajero implica poder detenerse
para encontrar una morada.
Ojalá los docentes estemos a la altura de las circunstancias en el sentido de lo que Jacques
Lacan llamaba no enseñanza sino transmisión. Afirmaba que uno transmite más por lo que
es que por lo que dice; que la presencia del docente, el deseo y el compromiso respecto a lo
que hace, sus marcas como así también la propia relación a la falta y a la castración, desde
dónde habla, la enunciación que se da a escuchar hace a lo que él transmite en un
seminario. Si en una clase hubo transmisión sólo se sabrá a posteriori y en ese tiempo
futuro anterior que tanto le interesa al Psicoanálisis habrá habido efecto de transmisión y
algo de lo enseñado quedará como marca para el que aprende pero esto sólo se sabrá
después.
Cuando hablo de tiempo a posteriori me refiero a un concepto importante tanto para Freud
como para Lacan; se trata del concepto de retroacción: que más allá de lo lineal del
tiempo, lo futuro, retroactivamente siempre significa lo anterior, (nachträglich lo llamaba
Freud, après-coup, lo nombraba Lacan). Retroacción quiere decir “hacia atrás”, supone que
lo que ocurrirá modificará o en cierto modo producirá lo que ya ocurrió. En el campo de los
grupos es un uso interesante del tiempo ya que lo que alguien dice resignifica lo que fue
dicho o una reunión puede resignificar y darle así un nuevo sentido a la anterior.
Ojalá también podamos demorarnos en distintas cuestiones para que aunque este sea un
Curso Breve y Virtual nos permita plantearnos alguna pregunta y nos brinde una ocasión
para impredecibles y sorprendentes reflexiones. Trabajaremos núcleos teóricos y recursos
técnicos. Cada uno de ustedes recibirá el texto de una clase teórica, ejercicios técnicos y
una hoja de trabajo que tendrá que realizarla y entregarla en el plazo previsto.

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PENSAMIENTO EN INTERSECCIÓN
En nuestra Institución a lo largo de los años hemos ido creando una modalidad de abordar y
pensar los grupos y los equipos que es efecto de la teorización de una lógica mínima para
pensar lo grupal y del despliegue de técnicas que provienen de diferentes campos. Cada
docente que enseña una técnica es un apasionado, alguien que tiene un saber hacer y su
deseo allí orientado y además un vasto recorrido en el campo.
La formación que brindamos no está a cargo de “especialistas” en grupos, ni en dinámica de
grupos ni en ninguna disciplina afín. Ser únicamente un especialista es encerrarse en un
coto de caza reduciendo el universo a un fragmento. Si uno se vuelve indiferente hacia todo
lo que no hace hará infinitamente peor lo que sí haga.
No se trata de dinámica de grupos lo que enseñamos; a veces usamos algunas dinámicas
pero pasadas por el colador de nuestra lógica. Enseñamos a trabajar con un sistema de
abordaje que hemos dado en llamar: R.P.C. (Recursos para el Protagonismo Creativo).
Todos sabemos que en nuestro país se sostienen cotidianamente una enorme cantidad de
grupos. Coexisten muchas prácticas grupales que necesitan ser formalizadas. Nos interesa
como Institución ir generando un pensamiento propio, en movimiento, en cruce con
disciplinas y discursos no “oficiales”. Inscribirnos en la más alta tradición del pensamiento
pero no asustarnos si conmovemos sus estandartes.
Tomando algunas coordenadas del antiguo Taller artesanal en que la formación es
personalizada buscamos dicho efecto una y otra vez en la experiencia de cada aprendiz.
También muchas de nuestras herramientas están habitadas por lo artístico pero a diferencia
de los antiguos talleres nuestra capacitación en el oficio de coordinar no remite a un único
maestro. Circulan distintos maestros cada uno apasionado en lo suyo y esta circulación deja
a mi entender una marca interesante de no pureza, de no pensamiento único, de
intersección y de cruces de caminos.
Quien aquí se forma en el oficio de coordinar experimenta técnicas del campo de lo
literario, lo musical, lo teatral, lo artístico, lo lúdico, lo creativo, lo psicodramático etc. y así
va descubriendo sus gustos, sus imposibilidades y también sus potencias. Si bien
atravesadas siempre por nuestra lógica nuestros MultiRecursos Técnicos abrevan en
diferentes campos.
Nos interesa que en la formación de un coordinador tal como en los dispositivos grupales
que luego él mismo sostendrá algo de un tejido transferencial vaya armando una trama
que aloje un tiempo de espera, de demora, una posibilidad de perderse en el desierto, una
dimensión del tiempo para habitar el misterio. Se trata de una Relación de amor a la Tarea,
amor de transferencia, amor que propicia creer en el dispositivo.
En los grupos el tejido va armando trama que alojará la pregunta y también devendrá red
para que cada quien se atreva a lanzarse al espacio grupal sin que su participación sea un
salto al abismo. Tiendo a pensar cada vez más el grupo como un lugar. Los grupos como
lugar, como morada, como una zona a habitar.

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Por otra parte, sabemos que la impaciencia lleva al ser humano a buscar atajos en la razón;
enseñamos al Coordinador a introducir demora para que el sujeto pueda detenerse en la
desesperada búsqueda de razones que a veces lo habita. Que se puedan demorar las
respuestas es decir crear un tiempo sin la imposición de la búsqueda de certezas. Devolver
al sujeto una dimensión del tiempo para habitar la pregunta como experiencia.
En un mundo como el actual que empuja al individualismo operamos para volver a enlazar
esta idea de que lo mío -eso que creo único- es en su singularidad un efecto en los
recorridos del trabajo con otros.
Creo que hay una dimensión orquestal de lo grupal. Si bien los integrantes de un grupo o un
equipo en cierto modo integran una orquesta en la que cada cual sabe tocar su propio
instrumento no debemos olvidarnos que lo esencial es la orquesta y solo entonces el solista.
O sea hay un uno porque hay un nosotros.
La experiencia de formación que sostenemos hace tantos años es en sí misma una
propuesta articulada al modo que tenemos de pensar la lógica y las intervenciones del
coordinador. La experiencia es una vivencia reflexionada. No es lo que uno vive sino lo que
hace con lo que vive. En qué cadena significante de hechos se inscribe eso que le acontece.
Hay quienes en Epistemología y en Teoría del Pensamiento actualmente hablan de
Transdisciplina o Epistemología Convergente. Más allá de las diferencias entre cada una de
estas propuestas prefiero servirme para el campo que nos interesa de la idea de
Pensamiento en la Intersección que en Buenos Aires trabaja la filósofa Diana Sperling.
Encaramos lo grupal como un saber hecho de intersecciones. En los grupos se aprende a
pensar sólo si se propicia el así llamado pensamiento en la intersección. Una praxis
relacionada con un pensamiento que se ubica más allá de cualquier pureza.
Una conjunción problemáticas, cruces entre diferentes corrientes y textos clásicos de la
filosofía se ligan con otros saberes produciendo un pensamiento de la intersección. Abrevar
por ejemplo en el psicoanálisis, la literatura, el arte, el psicodrama, la filosofía, etc. apunta
en esta dirección. Pero no se trata de un eclecticismo ni de un rejunte de todo con todo sino
que es un pensamiento fundado en una lógica que no se basta a sí misma; es el punto de
intersección entre diferentes saberes. El dispositivo grupal justamente puede resultar
especialmente propiciatorio de saberes y pensamientos que más allá de un sentido único
devengan pensamiento complejo y en ello radicará su potencia.
Reconocer este tipo de pensamiento conlleva una renuncia a cualquier pureza. El máximo
exponente de pureza se condensaba en la perspectiva aria acerca de las razas en cuyo
nombre se realizó la peor masacre que haya visto la humanidad. A veces se critica esta idea
pero sin advertirlo se busca pureza en el pensamiento lo cual resulta alarmante. Quienes
trabajamos con grupos sabemos de lo impuro, de lo complejo. Trabajar con la condición
humana y sus laberintos ayuda a veces a poder escapar de lo dilemático del pensamiento y
abrirse a lo poroso y lo conjetural, sembrado de huecos y contradicciones pero también de
materiales en desuso, restos, migajas. El producto es siempre un hallazgo y una dicha.

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En los grupos se aprende a pensar, a soportar que el otro piense distinto y sobre todo a
tolerar los imperceptibles matices de la diferencia con el otro; los Abeles y Caínes en lucha
fraticida donde se juega lo levemente disímil; aquellos mínimos desacuerdos con el otro,
con el cercano, con el vecino, con el amigo que ya Freud había nombrado como el
narcisismo de las pequeñas diferencias. "En cierta ocasión me ocupé en el fenómeno de
que las comunidades vecinas, y aun emparentadas, son precisamente las que más se
combaten y desdeñan entre sí, como, por ejemplo, españoles y portugueses, alemanes del
Norte y del Sur, ingleses y escoceses, etc. Denominé a este fenómeno narcisismo de las
pequeñas diferencias”. Así se expresaba Freud en El Malestar en la Cultura.
Trabajando con grupos es por consiguiente un desafío ir descubriendo o más bien
produciendo en lo conocido y habitual, en lo de todos los días la pequeña diferencia con el
otro y lo que resulta mucho más difícil aun es producir esa diferencia con uno mismo, única
posibilidad de ir más allá de una identidad compacta de lo único hacia una subjetividad
compleja.
“Lo cotidiano - dice Roland Barthes- es una acumulación de sin signos que entrañan
diferencias aunque sean parecidos: tomar café, saludar a un vecino y leer el diario todos los
días son operaciones no siempre iguales, no son lo mismo. Lo cotidiano es el recorrido; no lo
que nos sucede.”

EL OFICIO DE COORDINAR
En el Instituto de Investigaciones Grupales desde hace dieciocho años capacitamos en
Coordinación de Grupos. Pensamos la coordinación de grupos como un oficio. Coordinador
no se nace sino que un coordinador se hace y con mucho trabajo. Se accede a un oficio en
reiteradas vueltas de una práctica. No es lo mismo una profesión que un oficio y no se
puede pasar de una profesión a un oficio en un movimiento rápido y sencillo.
En estos años me orienté a transitar la formación del coordinador por los caminos del oficio.
Inscribir nuestra práctica en la dignidad de un oficio. Decía Fernando Ulloa en aquellos
aforismos que tanto efecto de transmisión producían a sus discípulos que “Nadie pasa de
tener una profesión a tener un oficio sin atravesar el desierto”. Me voy a detener un
instante en la figura del desierto cuyo atravesamiento pareciera entonces del orden de lo
necesario para darle a quien sostiene una práctica la dignidad de un oficio.
Edmond Jabes en su texto “Del desierto al libro” dice que del desierto no se parte sino que
al desierto hay que poder llegar y animarse a transitarlo para poder dejarlo. Se sale del
desierto con escritura de nuevos trazos. De él no se parte a él se llega y la coordinación es
una propuesta de viaje con todos los riesgos que implica abandonar los puertos y las costas
relativamente seguras. No necesariamente para olvidarlas sino para descubrir su verdadero
sentido: el “secreto” de los puertos no está en el cobijo que prometen sino en los viajes que
posibilitan.
El caminar errante crea el desierto. El desierto es el vacío. Los anacoretas de la Edad Media
iban a meditar al desierto.

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El desierto, un lugar para la palabra. Hay un tiempo en los grupos para perderse en el
desierto. Pero no se trata de una propuesta solipsista en que el otro distrae de lo propio
sino de un desierto acompañado. A veces con nuestro pensamiento, con nuestros lazos
salimos de los límites de lo instituído y transitamos el desierto y este nos abre nuevos
horizontes, figuras inauditas, extrañas junturas.
Retomando la idea de Diana Sperling respecto a pensadores de la intersección podemos
situar que la potencia de un grupo radicará en la posibilidad de ir más allá de cualquier
pureza, del imperio de lo único en que el sujeto de nuestros días se encierra para sentirse
individuo y para no atravesar los desiertos.
Quienes trabajamos con grupos sabemos de la no pureza, de lo complejo como también de
la dificultad humana para aceptarlo. Operando con grupos en cualquiera de sus
modalidades trabajamos con la condición humana y sus laberintos, con lo amoroso, lo
imposible de soportar y también con lo innombrable tratando de instalar herramientas
adecuadas para desbaratar lo dilemático del pensamiento y abrirse a lo poroso;
herramientas aptas para dar lugar a lo vacilante y lo conjetural que están sembrados de
huecos y contradicciones. Uno recorre sus propias huellas pero sabemos que los senderos
se cruzan se pierden y a veces nos llevan a impensados puertos.
A veces en el mejor de los casos los dispositivos grupales que armamos crean condiciones
para perderse en el desierto y vagabundear para después transformar el silencio tanto
como la soledad en fuerzas productivas. Esa es una dimensión posible de los grupos.
Interesante idea la del desierto, ese espacio en que el vacío tiene un lugar, donde las
certezas caen, que nos confronta a tener que atravesar la incertidumbre y la soledad de ese
páramo.
Ir apropiándose de un oficio es hacer una y otra vez la experiencia lo cual permite recorrer
zonas de cada quien nunca visitadas; visitar tanto los gustos da cada uno como aquello que
es el límite, aquello que iría más allá de mí. Se abren para cada coordinador territorios
apenas explorados.
¿Qué es un oficio?,
Un oficio es un saber hacer. Decimos: “..Es pintor, tiene el mismo oficio que tenía su
padre” o bien “Si no va a la universidad, por lo menos que aprenda algún oficio”
Un oficio es una ocupación habitual, es algo que repite una y otra vez y que requiere de una
práctica continua y de un maestro que a uno lo conduzca en esa práctica.
Antiguamente el taller era el lugar donde se aprendía un oficio. Durante la Edad Media el
término "artesanal" se aplicaba a trabajadores calificados y en los talleres estaban los
oficiales y aprendices y también los maestros.
Oficio tiene más que ver con lo artesanal que con la formación académica que es más
sistemática y formal. No remite a la serie. Artesanal se refiere a trabajo manual y no
industrial en su factura; indica que ese objeto será único en su diferencia con cualquier
otro. Lo artesanal toca algo del campo del arte, de la técnica en el sentido de la Techné
griega, de la poiesis, de la aletheia, del valor del misterio.

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Entonces la coordinación de grupos es un oficio y la formación de coordinadores una


artesanía y el grupo es la dimensión que confronta al sujeto con que necesita de otros para
ir trazando su propio estilo. Que el producto no sea masificado ni individualista sabiendo
que la masificación y el individualismo son dos dimensiones problemáticas de la
subjetividad de nuestros días.
Poder brindar un Curso a Distancia con algunos de estos lineamientos, resulta hoy para
nosotros un desafío y en eso estamos embarcados.
No nos interesa producir una masa de coordinadores o un ejército de coordinadores todos
iguales entre sí que a la vez forman a otros también iguales; no apostamos a la
homogeneización ni a la masificación. Buscamos que cada coordinador vaya encontrando su
propio trazo; que no sea necesariamente igual al otro, que vaya creando un estilo de
trabajo con eso que le gusta en la vida, con eso que sabe hacer, con eso que siempre hacía y
no sabía donde ponerlo ni cómo usarlo cuando coordina grupos; buscamos que las
técnicas y la lógica que aprende con nosotros se anuden a ese “savoir faire”, esos recursos
que cada quien porta en la vida y que esto construya entonces un trabajo artesanal.
En el consultorio quienes somos psicoanalistas vemos cotidianamente los efectos subjetivos
de la masificación o sea de “un mundo sin lugares” o como se lo dio en llamar, un mundo
de “los no lugares”. La falta de marcas es ostensible en presentaciones muy de nuestra
época acerca de patologías de borde como las llamamos: anorexias, bulimias, síndrome de
pánico, psicosomáticas, depresiones muy severas, etc.
Universo sin marcas subjetivas, con marcas casi uniformes en cualquier lugar del mundo;
marcas sin tiempo, globalizadas.
Marc Augé en su libro “Los «no lugares. Espacios del anonimato” plantea el mundo actual
como “un universo del no lugar”. Él brinda como paradigma los aeropuertos, los shoppings
considerándolos espacios donde el sujeto de nuestro tiempo circula y que son idénticos en
Miami, Córdoba, Buenos Aires, Guatemala, etc.
El campo de lo grupal es un campo complejo y no se puede abordar desde una única
disciplina. Estar inmerso en las polémicas de su tiempo, nutrirse en los autores clásicos, los
mitos, el arte lo acerca más al carozo del ser humano y le posibilita al coordinador un
trabajo más sutil y productivo.
Eduardo Tato Pavlovsky habla de la soledad del coordinador. Ante los muchos él está solo
en su silla y al final se va con su soledad y en el mejor de los casos repensará en un a
posteriori qué hizo en su coordinación.
Su soledad estará acompañada de su propio fantasma, de sus experiencias, de su trabajo
consigo mismo, de sus miedos y angustias pero también de la teoría que lo habita. Los
maestros, los referentes, esos diálogos con colegas, su trabajo sobre sí mismo y su propio
análisis lo acompañan en esa soledad.
A veces la co-coordinación parece ser un modo en que el coordinador busca enfrentar esta
soledad en un ilusorio desconocimiento de la misma. Ahora bien en el oficio de coordinar el

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tener interlocutores que sean pares, maestros en quienes apoyarse ayuda a quien está
aprendiendo el oficio a no asustarse de la soledad.
Me interesa dejar hoy planteada otra cuestión: hay restos transferenciales que habitan a
cualquiera luego de trabajar con un grupo. Hay un real imposible de terminar de
inscribirse, inelaborable en todo vínculo humano.
Freud en “Más Allá del Principio del Placer” (1920) y básicamente Lacan en sus últimos
desarrollos nos enseñaron que no todo es vía simbólica ya que hay un exceso, hay sorpresas
que golpean una y otra vez a la puerta. En la segunda clase trabajaremos justamente en qué
los Grupos Centrados en una Tarea pueden brindar recursos al sujeto para enfrentar de otro
modo lo real que no deja de interponerse en el camino de cada quién.
Algo de ese real habita al coordinador cuando se va del encuentro grupal. Creo que la
supervisión, el análisis pero también el encuentro con colegas, la circulación por las
instituciones, la escritura de textos respecto a la práctica que sostiene le posibilitan al
coordinador tramitar algo de ese resto transferencial.
Entonces bienvenidos a este viaje. Ojalá en este curso encuentren algo de lo que vienen a
buscar pero que no les alcance. Ojalá se sitúen en el punto de “sí logré pero me falta más”.
Entonces habremos sabido renovar la apuesta de ustedes.
En mi último libro, “Coordinando Grupos, una Lógica para los Pequeños Grupos”, pueden
encontrar algunas de las cuestiones que estoy planteando.

GRUPOS CENTRADOS EN UNA TAREA


Nos referiremos a Grupos Centrados en una Tarea - GCT- y a los diferentes dispositivos que
incumben a este tipo de grupos. Fue Pichon Riviere quien acuñó el tema de los Grupos
Centrados en una Tarea. Ahora bien él inventó e investigó básicamente el dispositivo de
Grupo Operativo. Nosotros trabajaremos otros dispositivos grupales y los modos de
pensarlos y de abordarlos.
La coordinación de grupos se inscribe por un lado en la tradición de la microsociologia
americana y de la dinámica de grupos y por otro lado abreva de la praxis pichoniana y su
trabajo con las ansiedades grupales. Me sirvo de ambas pero hace años propongo avanzar
más allá de ellas. Elijo realizar este viaje de la mano de mis maestros Freud, Lacan y Pichon.
Desde hace tiempo investigo otros dispositivos de Grupos Centrados en una Tarea además
del Grupo Operativo que abordaremos en la segunda clase. Pichon Riviere nos donó el
nombre de esta modalidad de trabajo con grupos y también como diría Gastón Bachelard
no hizo herederos de un punto oscuro. Los buenos padres, los buenos maestros, los buenos
investigadores no donan sólo respuestas; donan misterios. Yo diría que los buenos
coordinadores de grupo también. Para que a partir de ese punto oscuro, misterioso y no
resuelto los hijos, los discípulos y los integrantes del grupo puedan investigar. Hay
pensamientos que marcan esa posibilidad. Estamos ante un ejemplo de un pensamiento
muy creativo y transgresor en el sentido de que apuntaba a la modificación de las cosas, a
eso yo lo llamo “transgresión creativa”.

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Hay transgresiones que son creativas, otras que sólo son transgresiones desamarradas, y
otras sólo repetitivas. Quienes trabajan con adolescentes ahí tienen algo para pensar, qué
es transgredir y qué es una transgresión creativa. Diferenciar estas dos cuestiones como
herramienta teórica.

de reflexión monosintomático operativo

terapéutico de capacitación

taller Grupos Centrados cartel


en una Tarea

de discusión habladero

de capacitación de aprendizaje equipos de trabajo

En la tercera clase veremos lo común y lo diferente de diferentes dispositivos de GCT:


Grupo Operativo, Grupo de Discusión, Grupo de Reflexión, etc. Dispositivos con los que
seguramente ustedes trabajan o bien de los que alguna vez formaron parte. Otro es el
Grupo Terapéutico que también está centrado en una Tarea. Incluiremos Grupos de
Aprendizaje y también los así llamados Grupos de Autoayuda que propongo denominar
siguiendo a Recalcati Grupos Monosintomáticos.
El Taller. ¿Quién no asistió alguna vez a un taller?. Se trata de una modalidad presente en
los Equipos de Trabajo en las áreas de salud, de lo comunitario, de la educación y de lo
empresarial. También hay que considerar en relación con este tema a los Grupos de
Reflexión. El proyecto es que ustedes puedan aprender la lógica común a todos ellos, a la
vez que a diferenciar la especificidad de cada uno. Por supuesto que trabajaremos la noción
de dispositivo convencidos de que el dispositivo dispone o sea que no es sin efectos en el
acontecer grupal que uno elige el dispositivo con que trabaja.
Respecto del nombre Grupos Centrados en una Tarea (GCT) es menester aclarar que
“Centrados” podría resultar un término complicado si no lo despegamos de la esfera y su
representación en el plano que es el círculo. Que los integrantes se sienten en forma de
círculo no quiere decir que tengamos que pensar el grupo como círculo.
¿Cuál es el problema de pensar el grupo como círculo? En Geometría euclidiana un círculo
es el conjunto de todos los puntos en un plano que se encuentran a una misma distancia de
un punto fijo: el centro; dicha distancia recibe el nombre de radio. Además un círculo es una
curva cerrada simple que divide el plano en un interior y un exterior. Se trata de que cuando
alguien o algo ocupa el centro todos los otros puntos estarán a un radio exactamente

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equidistante del mismo. De allí a una psicología de las masas, a fieles religiosos o a
liderazgos fascistas, hay generalmente poca distancia.
Si confundimos el dispositivo y su lógica con el modo en que se ubica la gente en el espacio
corremos el riesgo -esto es lo que a veces se critica de los grupos- de deslizarnos a la
convicción de que los grupos aplastan y masifican. Sería entonces mejor no confundir la
manera como la gente se dispone en el espacio con la lógica con que pensamos los
dispositivos.
Freud en Psicología de las Masas nos enseñó que la masa es efecto de colocarse todos a
una misma distancia del líder o sea que la masa genera una identificación reciproca de
yoes, algo del orden de la hipnosis colectiva. No propiciaremos que haya en los grupos ni
miembros líderes en el centro ni el lugar del coordinador como líder que conduce una
pequeña masa.

Además la palabra círculo proviene del latín circulus que es el diminutivo de circus y que
significa 'cerco'. Más que buscar cercos apuntaremos a la potencia creadora de los grupos,
sostenidos en su buena estructura. La idea de círculo y su antecedente la esfera, separan
prolijamente un adentro y un afuera. La lógica por la que transitaremos en estas clases
intentará por lo contrario desmarcarse de un adentro y un afuera. Nos interesará más un
moebius para pensar los grupos y mucho más al sujeto y sus vínculos de a dos o de a
muchos.
Una cinta de moebius es aquella superficie que si la coloreamos comenzando por la cara
«aparentemente» exterior al final queda coloreada toda la cinta; por lo tanto sólo tiene
una cara y no tendría sentido hablar de cara interior y cara exterior.

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Partiremos entonces en este recorrido de una lógica que no es la del círculo ni la de la


esfera, sino más bien la del Moebius y del Nudo lo cual nos habilitará a pensar el grupo
como Nudo.
Es justamente uno de los sentidos indicados en la etimología del término: Groppo que
proviene del italiano y significa Nudo.
Entonces ya podríamos pensar un centramiento diferente y es así como lo voy a proponer a
lo largo de este curso. Me voy a servir del nudo borromeo –que sólo podría ser reducido a
un agujero en el centro a diferencia de una esfera que puede reducirse a un punto central–
para pensar este tema tan poco interrogado del lugar del “centro” en los grupos.
NUDO BORROMEO

Interrogaremos entonces la idea de centramiento. El “centro” no será ese punto único e


inamovible en el medio de la esfera. El centramiento no como un punto sagrado en el

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medio sino como una compleja superposición de agujeros. Nos referiremos a centrado en
cambio en el sentido de una lógica borromeica que fue propuesta por Lacan y que siempre
remite al tema de los agujeros y sus avatares.
Investigo desde hace años la cuestión de una lógica para el abordaje de lo grupal siempre
tras la huella de lo singular. O sea tener en cuenta el modo en cómo se conjuga lo
particular con lo universal. Cómo hacer para potenciar lo singular anudando lo grupal y para
salir del adormecimiento homogeneizante efecto de la uniformidad; cómo corrernos de esa
tendencia a la inercia y al anonimato que a veces son propias de las multitudes y también
de los pequeños grupos.
LA CAJA DE HERRAMIENTAS
Capacitamos para coordinar “Grupos Centrado en una Tarea” (GCT) y esto requiere que el
Coordinador disponga en primer lugar de una Lógica Teórica y también de Recursos
Técnicos. Ambos integran su Caja de Herramientas.
Un coordinador tendrá que ir armando de a poco su Caja de Herramientas. El plomero, el
electricista y el médico intervienen con la caja de herramientas a su disposición. En la caja
hay dos tipos de herramientas; una son las herramientas técnicas que nosotros llamamos
MultiRecursos técnicos y que pertenecen a un modelo de trabajo: R.P.C. -Recursos para el
Protagonismo Creativo- y las otras son las herramientas teóricas. Tener a disposición una
caja de herramientas trabajada permite operar con eficacia.

En la capacitación armaremos esa caja de herramientas elucidando nociones y armando


recursos técnicos. No olvidemos que para Foucault elucidar es pensar lo que se hace y
saber lo que se piensa, un modo de poder operar con eficacia en las situaciones grupales
Eficacia es un término que no goza de buena prensa en algunos ámbitos. Se lo asocia
rápidamente al pragmatismo americano, al conductismo y el riesgo de desprenderse
rápidamente de esa noción es perder de vista la importancia de ciertos logros en el
recorrido del trabajo.
A veces se usan indistintamente los términos eficiencia, eficacia y efectividad.

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¿A qué me refiero con una intervención eficaz? No aludo a una pretensión de garantías de
poder cambiar la conducta de los integrantes lo cual sería más del orden del conductismo
sino a la posibilidad de propiciar un proceso de transformación de cada quién.
Algo de eso nos anticipaba E. Pichon Riviere con la noción de operatividad. Una
intervención sirve si es operativa o sea si produce cambios más que si esa interpretación
devela alguna verdad.
Llamaré eficacia de los grupos a ese efecto de transformación subjetiva de cada quien
sostenido en una Trama Grupal que aloja y en una Tarea común que anuda. La eficacia de
los grupos anticipa entonces la noción de grupos más productivos cuya potencia no radica
en los esfuerzos de algún especialista en cohesionarlos sino que es efecto del tramado de
sus hebras apuntando al trazo creativo de lo singular y de la dirección de la operatoria del
coordinador. Las técnicas tienen que servir para esa basculación, ese vaivén de ir
trabajando al mismo tiempo en la línea de propiciar cambios de posición en la vida de cada
quién porque uno es en los grupos como es en la vida y a la vez ir produciendo trama
grupal.
Por ejemplo en el caso del Psicoanálisis si alguien consultó a un psicoanalista porque sufre
hay cierta responsabilidad del profesional en que el paciente pueda abandonar esa
posición en la vida que lo hace sufrir y logre lo que llamamos un cambio de posición
subjetiva. Sería mejor no tener miedo a la palabra eficacia, más bien todo lo contrario
porque sino en el campo del Psicoanálisis por ejemplo uno le va regalando el terreno al
DSM 4, a las pastillas, a los laboratorios médicos. Hay una operatoria que un coordinador
de grupos va a realizar y por supuesto que con mejores herramientas esta operatoria será
más eficaz.
Estoy planteando que hay una pregunta que nos tenemos que hacer quienes trabajamos
con seres humanos respecto a la eficacia de la operatoria que sostenemos lo cual abre
desde ya en un gesto de humildad la posibilidad de revisar nuestros recursos y nuestros
instrumentos.
Hablamos del grupo como dispositivo; como dijimos el dispositivo dispone; en el dispositivo
se producen saberes pero voy a plantear también los grupos como artificio. O sea no son
del orden de lo natural como si ya estuvieran dados sino que implican un trabajo, un arte y
un oficio y todo el tiempo la invención de lo nuevo.
Cuanto más habitado esté el coordinador por una lógica teórica y más tenga a su
disposición recursos técnicos mejor podrá propiciar la potencia grupal y más flexibilidad
tendrá para ir todo el tiempo recreando el artificio. Michel Foucault dice que cualquier
trabajador y cualquier profesional que sostiene una práctica se acerca al campo -lo sepa o
no lo sepa- con una caja de herramientas la cual- agrego yo- sería mejor que tuviera
recursos técnicos pero también pocas nociones teóricas que funcionen cono nociones
llaves. Llaves que permitan abrir e intervenir en el campo que es nuestra experiencia.

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HERRAMIENTAS TEÓRICAS: UNA LÓGICA MÍNIMA


Se trata de incorporar una teoría no para sacralizarla sino para que nos ayude a coordinar
mejor. Decimos a veces dime de qué lógica dispones, te diré con qué libertad vas a
coordinar. Se trata de no repetir al infinito certezas últimas sino que justamente los
invitamos a poder pensar juntos aunque haya que interrogar supuestas verdades únicas.
Trazaremos algunas nociones teóricas que puedan servirnos para operar en las prácticas
que sostenemos.
¿Por qué recurrir a una lógica? ¿Qué es la lógica?
Desde Aristóteles la lógica es una noción compleja, relacionada con la Filosofía y con la
Matemática. La lógica es aquello que se reitera en diferentes oportunidades del mismo
modo, son lugares y relaciones entre esos lugares; leyes de funcionamiento que se repiten.
Voy a proponerles elementos de una lógica y un cierto modo de formalización del que un
coordinador puede disponer en la aventura con los grupos.
¿Y por qué una lógica mínima? Una tesis minimalista de la lingüística estructural afirma que
una teoría se acerca más al ideal de ciencia cuanto más mínimo sea el número de axiomas.
Se trata de reducir un sistema a sus propiedades mínimas.
En la era de las colecciones, de los acúmulos de información plantear una lógica mínima es
instalar otro paradigma respecto a la formación y al aprendizaje. O sea elegir pocos
conceptos articulados entre sí y que sirvan para operar en la práctica.
Un ejemplo de una lógica mínima sería la que Lacan plantea en su Retorno a Freud. Lacan
lee al maestro Freud y en esa operación de lectura extrae conceptos fundamentales. Lacan
no vuelve a Freud de cualquier manera, no trata de realizar algún aporte nuevo que siga
sumando elementos; él vuelve a la letra freudiana para extraer de esa letra una lógica
mínima. En esa Lógica resalta un ideal de simplicidad tal como lo nombra en el Seminario
de la Angustia que está en el Seminario X de 1963. La operación de lectura de Lacan en
Freud es una búsqueda de sencillez.

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En el Seminario de la Angustia utiliza la idea de nociones llave. Me sirvo de esa idea de


nociones llave para la transmisión en el campo de lo grupal. Una lógica mínima formada
por nociones llave que son esas pocas pero no por eso menos importantes nociones que
podrían entrar en el llavero de cualquiera de nosotros y que sin ellas resultaría imposible
operar. Me interesan entonces las prácticas y su formalización.
Coordinar pareciera a veces una prudente osadía. Cuando digo coordinar no me refiero a
controlar desesperadamente las irreverentes variables que pueden ocurrir en cualquier
grupo humano; en cambio propongo que disponer de una lógica no quiere decir saber qué
va a pasar sino que es sólo disponer de unos pocos elementos que ordenan mi modo de
acercarme a la experiencia de lo grupal.
Una lógica mínima que plantea las invariantes, lo que se repite por estructura en cualquier
grupo humano pero a la vez, lo singular, lo propio de cada grupo, lo que lo hace diferente a
cualquier otro o sea las variantes en lo propio de cada grupo, lo de cada quien. Cómo en
cada grupo se plantean los conflictos, los modos de abordarlos y resolverlos.
En la próxima clase justamente abordaremos estas cuestiones: Premisas, Hipótesis y
Operatorias para pensar y abordar lo grupal. Y Recursos para el Protagonismo Creativo:
R.P.C. como hemos dado en llamarlo
No pretendemos brindar al alumno un know how sino más bien un saber hacer relacionado
a la tekné. Tekné en su acepción griega no implica indicaciones para que todo salga como
uno quiere sino que tiene más que ver con poiesis, con arte y no con lo tecnológico, se
relaciona en cambio con la técnica que aún sabiendo de esa imposibilidad le pone balizas y
herramientas a un abordaje posible aunque incompleto.
El campo de lo grupal es un campo complejo, un campo de la multiplicidad del que nunca se
va a poder dar cuenta en forma acabada. Siempre va a haber cosas que exceden imposibles
de ser dichas ni escritas.
Capacitar para el trabajo con grupos es entonces formar coordinadores preparados para un
buen encuentro con lo difícil, con el malestar, con lo imposible y con lo imprevisto.
Nuestro estilo de trabajo como ya lo señalé abreva en lo artístico, el teatro etc. Muchas de
nuestras técnicas abrevan en el arte. ¿Por qué entonces disponer de técnicas que abrevan
en el arte para coordinar grupos y equipos de trabajo? Nos acercamos al arte no para
explicarlo sino humildemente para aprender del arte. El arte es ambiguo, nunca es exacto,
el arte no explica, apunta a lo real, lo bordea, lo escribe. El arte vela y revela al mismo
tiempo. El arte muestra lo insoportable, lo bello, lo tierno pero también lo desgarrador; lo
apasionado y también lo indiferente y gélido. Pero al mismo tiempo que lo revela lo vela, lo
disfraza para que pueda circular. Los antiguos griegos usaban el término aletheia para
referirse a esta condición de lo que vela y revela, muestra y oculta al mismo tiempo.
El arte es un modo de tejer un borde a lo insoportable y al malestar; el trabajo con otros en
un grupo puede en el devenir ir escribiendo ese borde. Al estilo de las tejedoras, ir tejiendo
con otros un borde al abismo para que devenga vacío creador; un borde a lo feroz de lo
compulsivo para que devenga pulsión articulada.

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Pichon Riviere sentía un gran apasionamiento por el Conde de Lautrèmont, por este joven
poeta uruguayo de origen francés -quizá uno de los primeros representantes del
surrealismo- que en sus letras es como que buscara un velo estético a lo siniestro que todo
el tiempo lo recorre.
La próxima clase abordaremos la temática de Premisas, Hipótesis y Operatorias para
Coordinar Grupos y Equipos.
Recorreremos algo de sea dirección que planteamos de la Trama al Trazo Singular, para
producir protagonismo anudado.
Espero que esto los motive, los cause a seguir trabajando en nuestra próxima entrega.
Ahora queda leer y realizar nuestra ejercitación N° 1 y disponer de la técnica que hoy les
adjuntamos, para tal vez pensarla, o ponerla en práctica en alguna experiencia grupal que
realicen en los próximos días y después comentarnos los resultados, las preguntas, etc.
Suerte y buen viaje!!!

Bibliografía de Referencia:
Augé, Marc: Los «no lugares» espacios del anonimato. Una antropología de la Sobremodernidad”.
Editorial Gedisa. Barcelona. España. Año 2000.
Barthes, Roland: Lo obvio y lo obtuso. 1982.
Edmond, Jabès: Del desierto al Libro. Alción Editora,. Córdoba. República Argentina. 2001.
Fernández, Ana: El Campo Grupal. Editorial Nueva Visión. Buenos Aires. 1989.
Foucault, Michel: ¿Qué es un autor?. Sociedad Francesa de Filosofía. 1969.
Freud, Sigmund: El malestar en la cultura .Amorrortu tomo XXIII
Freud, Sigmund: Psicología de las masas y análisis del yo. Obras Completas.
Tomo XVIII. Buenos Aires, Amorrortu 1986.
Freud, Sigmund: Más allá del principio de placer. En Psicología de las masas y análisis del yo y
otras obras. Obras Completas. Volumen XVIII. Amorrortu. Bs As. 1979.
Heidegger, Martín: "La Cosa" Conferencias y artículos, Barcelona, Ediciones del Serbal, 1994
Heidegger Martín: La pregunta por la Técnica. Ediciones Folio. Barcelona. 2007.
Jasiner, Graciela: La tarea grupal, los caminos de una paradoja. Rev. Temas de Psicología Social.
Ediciones Cinco. Buenos Aires. 1991.
Jasiner, Graciela: Woronowsky, Mario, Para pensar a Pichon. Lugar Editorial. Buenos Aires. 1993.
Jasiner, Graciela: Coordinando Grupos. Una lógica para los pequeños grupos. Lugar Editorial.
Buenos Aires. 2007.
Jasiner, Graciela: El narcisismo como herramienta para el abordaje grupal.
Publicación del Instituto de Investigaciones Grupales N° 5 Buenos Aires, 1995.
Jasiner, Graciela: Sublimaciones y grupos. Buenos Aires. Biblioteca EFBA.
1998.
Jasiner, Graciela: Presencia del analista. Buenos Aires. Biblioteca EFBA.
2001.
Jasiner, Graciela: Presencia del coordinador. Campo Grupal N° 28. Buenos
Aires, 2001.

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Lacan, Jacques: Mi enseñanza Lacan, Jacques La tercera, en “Intervenciones y Textos 2”, Ed.
Manantial, Buenos Aires, 1988.
Lacan, Jacques: Seminario de la Angustia. Seminario X. 1963
Lacan, Jacques: Seminario de la Angustia. Seminarios. Paidós. 2010.
Pichón Rivière, E: Conversaciones con V. Zito Lema, Sobre el arte y la locura. Timmerman Editores.
Buenos. Airess. 1976.
Pichon Rivière, E: Psicoanálisis del Conde de Lautréamont. Argonauta, 1985.
Recalcatti Mássimo: Lo homogéneo y su reverso.
Schopenhauer, A: Citado por Freud, Sigmund en: Psicología de las masas y
análisis del yo. Obras Completas. Tomo XVIII. Buenos Aires. Amorrortu.

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