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Y
EQUIPOS DE TRABAJO
CLASE
INSTITUTO 1
DE INVESTIGACIONES GRUPALES
Directora: Graciela Jasiner
Página Web: www.ingrupos.com.ar
Mail: iig@ingrupos.com.ar
Tel: (005411) 4833-7808
Buenos Aires - Argentina
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emanan del trabajo colectivo. Pichon planteaba los grupos como un lugar donde aprender a
pensar. Muchas veces esa experiencia de pensar con otros es una puerta al júbilo, a la
alegría. Lo sabía muy bien Heidegger cuando comparaba el pensar con una fiesta y nos
convocaba a la “fiesta del pensamiento”.
El coordinador de grupos es quien sostiene prácticas y las piensa. Creer en los grupos es
albergar la convicción de que en grupo se produce algo nuevo que sería imposible en
soledad. Se trata de una marca especialmente valiosa en tiempos individualistas, tiempos
de “arréglese solo o recurra a la tecnología o a los psicofármacos” como mandatos
preponderantes en nuestro cotidiano. Creer en los grupos y en su potencia no es sin
efectos en las prácticas que uno sostiene; propicia la producción y la creación de lo nuevo y
de un protagonismo enlazado.
El trabajo grupal puede resultar del orden de lo mágico y del júbilo a la vez que del misterio.
Un desafío surge cada vez que coordinamos, un estímulo a visitar lo complejo de los grupos
y más aún del alma humana. Es nuestro deseo formar coordinadores que se animen a
atravesar la complejidad acompañados por una buena lógica y recursos técnicos sólidos.
Los griegos hablaban del kairos, la oportunidad. Ojalá este Curso que hoy comienza sea la
oportunidad de un encuentro productivo entre ustedes y nosotros. No es lo mismo ser
turista que viajero; de turistas está lleno el mundo pero ser viajero implica poder detenerse
para encontrar una morada.
Ojalá los docentes estemos a la altura de las circunstancias en el sentido de lo que Jacques
Lacan llamaba no enseñanza sino transmisión. Afirmaba que uno transmite más por lo que
es que por lo que dice; que la presencia del docente, el deseo y el compromiso respecto a lo
que hace, sus marcas como así también la propia relación a la falta y a la castración, desde
dónde habla, la enunciación que se da a escuchar hace a lo que él transmite en un
seminario. Si en una clase hubo transmisión sólo se sabrá a posteriori y en ese tiempo
futuro anterior que tanto le interesa al Psicoanálisis habrá habido efecto de transmisión y
algo de lo enseñado quedará como marca para el que aprende pero esto sólo se sabrá
después.
Cuando hablo de tiempo a posteriori me refiero a un concepto importante tanto para Freud
como para Lacan; se trata del concepto de retroacción: que más allá de lo lineal del
tiempo, lo futuro, retroactivamente siempre significa lo anterior, (nachträglich lo llamaba
Freud, après-coup, lo nombraba Lacan). Retroacción quiere decir “hacia atrás”, supone que
lo que ocurrirá modificará o en cierto modo producirá lo que ya ocurrió. En el campo de los
grupos es un uso interesante del tiempo ya que lo que alguien dice resignifica lo que fue
dicho o una reunión puede resignificar y darle así un nuevo sentido a la anterior.
Ojalá también podamos demorarnos en distintas cuestiones para que aunque este sea un
Curso Breve y Virtual nos permita plantearnos alguna pregunta y nos brinde una ocasión
para impredecibles y sorprendentes reflexiones. Trabajaremos núcleos teóricos y recursos
técnicos. Cada uno de ustedes recibirá el texto de una clase teórica, ejercicios técnicos y
una hoja de trabajo que tendrá que realizarla y entregarla en el plazo previsto.
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PENSAMIENTO EN INTERSECCIÓN
En nuestra Institución a lo largo de los años hemos ido creando una modalidad de abordar y
pensar los grupos y los equipos que es efecto de la teorización de una lógica mínima para
pensar lo grupal y del despliegue de técnicas que provienen de diferentes campos. Cada
docente que enseña una técnica es un apasionado, alguien que tiene un saber hacer y su
deseo allí orientado y además un vasto recorrido en el campo.
La formación que brindamos no está a cargo de “especialistas” en grupos, ni en dinámica de
grupos ni en ninguna disciplina afín. Ser únicamente un especialista es encerrarse en un
coto de caza reduciendo el universo a un fragmento. Si uno se vuelve indiferente hacia todo
lo que no hace hará infinitamente peor lo que sí haga.
No se trata de dinámica de grupos lo que enseñamos; a veces usamos algunas dinámicas
pero pasadas por el colador de nuestra lógica. Enseñamos a trabajar con un sistema de
abordaje que hemos dado en llamar: R.P.C. (Recursos para el Protagonismo Creativo).
Todos sabemos que en nuestro país se sostienen cotidianamente una enorme cantidad de
grupos. Coexisten muchas prácticas grupales que necesitan ser formalizadas. Nos interesa
como Institución ir generando un pensamiento propio, en movimiento, en cruce con
disciplinas y discursos no “oficiales”. Inscribirnos en la más alta tradición del pensamiento
pero no asustarnos si conmovemos sus estandartes.
Tomando algunas coordenadas del antiguo Taller artesanal en que la formación es
personalizada buscamos dicho efecto una y otra vez en la experiencia de cada aprendiz.
También muchas de nuestras herramientas están habitadas por lo artístico pero a diferencia
de los antiguos talleres nuestra capacitación en el oficio de coordinar no remite a un único
maestro. Circulan distintos maestros cada uno apasionado en lo suyo y esta circulación deja
a mi entender una marca interesante de no pureza, de no pensamiento único, de
intersección y de cruces de caminos.
Quien aquí se forma en el oficio de coordinar experimenta técnicas del campo de lo
literario, lo musical, lo teatral, lo artístico, lo lúdico, lo creativo, lo psicodramático etc. y así
va descubriendo sus gustos, sus imposibilidades y también sus potencias. Si bien
atravesadas siempre por nuestra lógica nuestros MultiRecursos Técnicos abrevan en
diferentes campos.
Nos interesa que en la formación de un coordinador tal como en los dispositivos grupales
que luego él mismo sostendrá algo de un tejido transferencial vaya armando una trama
que aloje un tiempo de espera, de demora, una posibilidad de perderse en el desierto, una
dimensión del tiempo para habitar el misterio. Se trata de una Relación de amor a la Tarea,
amor de transferencia, amor que propicia creer en el dispositivo.
En los grupos el tejido va armando trama que alojará la pregunta y también devendrá red
para que cada quien se atreva a lanzarse al espacio grupal sin que su participación sea un
salto al abismo. Tiendo a pensar cada vez más el grupo como un lugar. Los grupos como
lugar, como morada, como una zona a habitar.
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Por otra parte, sabemos que la impaciencia lleva al ser humano a buscar atajos en la razón;
enseñamos al Coordinador a introducir demora para que el sujeto pueda detenerse en la
desesperada búsqueda de razones que a veces lo habita. Que se puedan demorar las
respuestas es decir crear un tiempo sin la imposición de la búsqueda de certezas. Devolver
al sujeto una dimensión del tiempo para habitar la pregunta como experiencia.
En un mundo como el actual que empuja al individualismo operamos para volver a enlazar
esta idea de que lo mío -eso que creo único- es en su singularidad un efecto en los
recorridos del trabajo con otros.
Creo que hay una dimensión orquestal de lo grupal. Si bien los integrantes de un grupo o un
equipo en cierto modo integran una orquesta en la que cada cual sabe tocar su propio
instrumento no debemos olvidarnos que lo esencial es la orquesta y solo entonces el solista.
O sea hay un uno porque hay un nosotros.
La experiencia de formación que sostenemos hace tantos años es en sí misma una
propuesta articulada al modo que tenemos de pensar la lógica y las intervenciones del
coordinador. La experiencia es una vivencia reflexionada. No es lo que uno vive sino lo que
hace con lo que vive. En qué cadena significante de hechos se inscribe eso que le acontece.
Hay quienes en Epistemología y en Teoría del Pensamiento actualmente hablan de
Transdisciplina o Epistemología Convergente. Más allá de las diferencias entre cada una de
estas propuestas prefiero servirme para el campo que nos interesa de la idea de
Pensamiento en la Intersección que en Buenos Aires trabaja la filósofa Diana Sperling.
Encaramos lo grupal como un saber hecho de intersecciones. En los grupos se aprende a
pensar sólo si se propicia el así llamado pensamiento en la intersección. Una praxis
relacionada con un pensamiento que se ubica más allá de cualquier pureza.
Una conjunción problemáticas, cruces entre diferentes corrientes y textos clásicos de la
filosofía se ligan con otros saberes produciendo un pensamiento de la intersección. Abrevar
por ejemplo en el psicoanálisis, la literatura, el arte, el psicodrama, la filosofía, etc. apunta
en esta dirección. Pero no se trata de un eclecticismo ni de un rejunte de todo con todo sino
que es un pensamiento fundado en una lógica que no se basta a sí misma; es el punto de
intersección entre diferentes saberes. El dispositivo grupal justamente puede resultar
especialmente propiciatorio de saberes y pensamientos que más allá de un sentido único
devengan pensamiento complejo y en ello radicará su potencia.
Reconocer este tipo de pensamiento conlleva una renuncia a cualquier pureza. El máximo
exponente de pureza se condensaba en la perspectiva aria acerca de las razas en cuyo
nombre se realizó la peor masacre que haya visto la humanidad. A veces se critica esta idea
pero sin advertirlo se busca pureza en el pensamiento lo cual resulta alarmante. Quienes
trabajamos con grupos sabemos de lo impuro, de lo complejo. Trabajar con la condición
humana y sus laberintos ayuda a veces a poder escapar de lo dilemático del pensamiento y
abrirse a lo poroso y lo conjetural, sembrado de huecos y contradicciones pero también de
materiales en desuso, restos, migajas. El producto es siempre un hallazgo y una dicha.
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En los grupos se aprende a pensar, a soportar que el otro piense distinto y sobre todo a
tolerar los imperceptibles matices de la diferencia con el otro; los Abeles y Caínes en lucha
fraticida donde se juega lo levemente disímil; aquellos mínimos desacuerdos con el otro,
con el cercano, con el vecino, con el amigo que ya Freud había nombrado como el
narcisismo de las pequeñas diferencias. "En cierta ocasión me ocupé en el fenómeno de
que las comunidades vecinas, y aun emparentadas, son precisamente las que más se
combaten y desdeñan entre sí, como, por ejemplo, españoles y portugueses, alemanes del
Norte y del Sur, ingleses y escoceses, etc. Denominé a este fenómeno narcisismo de las
pequeñas diferencias”. Así se expresaba Freud en El Malestar en la Cultura.
Trabajando con grupos es por consiguiente un desafío ir descubriendo o más bien
produciendo en lo conocido y habitual, en lo de todos los días la pequeña diferencia con el
otro y lo que resulta mucho más difícil aun es producir esa diferencia con uno mismo, única
posibilidad de ir más allá de una identidad compacta de lo único hacia una subjetividad
compleja.
“Lo cotidiano - dice Roland Barthes- es una acumulación de sin signos que entrañan
diferencias aunque sean parecidos: tomar café, saludar a un vecino y leer el diario todos los
días son operaciones no siempre iguales, no son lo mismo. Lo cotidiano es el recorrido; no lo
que nos sucede.”
EL OFICIO DE COORDINAR
En el Instituto de Investigaciones Grupales desde hace dieciocho años capacitamos en
Coordinación de Grupos. Pensamos la coordinación de grupos como un oficio. Coordinador
no se nace sino que un coordinador se hace y con mucho trabajo. Se accede a un oficio en
reiteradas vueltas de una práctica. No es lo mismo una profesión que un oficio y no se
puede pasar de una profesión a un oficio en un movimiento rápido y sencillo.
En estos años me orienté a transitar la formación del coordinador por los caminos del oficio.
Inscribir nuestra práctica en la dignidad de un oficio. Decía Fernando Ulloa en aquellos
aforismos que tanto efecto de transmisión producían a sus discípulos que “Nadie pasa de
tener una profesión a tener un oficio sin atravesar el desierto”. Me voy a detener un
instante en la figura del desierto cuyo atravesamiento pareciera entonces del orden de lo
necesario para darle a quien sostiene una práctica la dignidad de un oficio.
Edmond Jabes en su texto “Del desierto al libro” dice que del desierto no se parte sino que
al desierto hay que poder llegar y animarse a transitarlo para poder dejarlo. Se sale del
desierto con escritura de nuevos trazos. De él no se parte a él se llega y la coordinación es
una propuesta de viaje con todos los riesgos que implica abandonar los puertos y las costas
relativamente seguras. No necesariamente para olvidarlas sino para descubrir su verdadero
sentido: el “secreto” de los puertos no está en el cobijo que prometen sino en los viajes que
posibilitan.
El caminar errante crea el desierto. El desierto es el vacío. Los anacoretas de la Edad Media
iban a meditar al desierto.
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El desierto, un lugar para la palabra. Hay un tiempo en los grupos para perderse en el
desierto. Pero no se trata de una propuesta solipsista en que el otro distrae de lo propio
sino de un desierto acompañado. A veces con nuestro pensamiento, con nuestros lazos
salimos de los límites de lo instituído y transitamos el desierto y este nos abre nuevos
horizontes, figuras inauditas, extrañas junturas.
Retomando la idea de Diana Sperling respecto a pensadores de la intersección podemos
situar que la potencia de un grupo radicará en la posibilidad de ir más allá de cualquier
pureza, del imperio de lo único en que el sujeto de nuestros días se encierra para sentirse
individuo y para no atravesar los desiertos.
Quienes trabajamos con grupos sabemos de la no pureza, de lo complejo como también de
la dificultad humana para aceptarlo. Operando con grupos en cualquiera de sus
modalidades trabajamos con la condición humana y sus laberintos, con lo amoroso, lo
imposible de soportar y también con lo innombrable tratando de instalar herramientas
adecuadas para desbaratar lo dilemático del pensamiento y abrirse a lo poroso;
herramientas aptas para dar lugar a lo vacilante y lo conjetural que están sembrados de
huecos y contradicciones. Uno recorre sus propias huellas pero sabemos que los senderos
se cruzan se pierden y a veces nos llevan a impensados puertos.
A veces en el mejor de los casos los dispositivos grupales que armamos crean condiciones
para perderse en el desierto y vagabundear para después transformar el silencio tanto
como la soledad en fuerzas productivas. Esa es una dimensión posible de los grupos.
Interesante idea la del desierto, ese espacio en que el vacío tiene un lugar, donde las
certezas caen, que nos confronta a tener que atravesar la incertidumbre y la soledad de ese
páramo.
Ir apropiándose de un oficio es hacer una y otra vez la experiencia lo cual permite recorrer
zonas de cada quien nunca visitadas; visitar tanto los gustos da cada uno como aquello que
es el límite, aquello que iría más allá de mí. Se abren para cada coordinador territorios
apenas explorados.
¿Qué es un oficio?,
Un oficio es un saber hacer. Decimos: “..Es pintor, tiene el mismo oficio que tenía su
padre” o bien “Si no va a la universidad, por lo menos que aprenda algún oficio”
Un oficio es una ocupación habitual, es algo que repite una y otra vez y que requiere de una
práctica continua y de un maestro que a uno lo conduzca en esa práctica.
Antiguamente el taller era el lugar donde se aprendía un oficio. Durante la Edad Media el
término "artesanal" se aplicaba a trabajadores calificados y en los talleres estaban los
oficiales y aprendices y también los maestros.
Oficio tiene más que ver con lo artesanal que con la formación académica que es más
sistemática y formal. No remite a la serie. Artesanal se refiere a trabajo manual y no
industrial en su factura; indica que ese objeto será único en su diferencia con cualquier
otro. Lo artesanal toca algo del campo del arte, de la técnica en el sentido de la Techné
griega, de la poiesis, de la aletheia, del valor del misterio.
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tener interlocutores que sean pares, maestros en quienes apoyarse ayuda a quien está
aprendiendo el oficio a no asustarse de la soledad.
Me interesa dejar hoy planteada otra cuestión: hay restos transferenciales que habitan a
cualquiera luego de trabajar con un grupo. Hay un real imposible de terminar de
inscribirse, inelaborable en todo vínculo humano.
Freud en “Más Allá del Principio del Placer” (1920) y básicamente Lacan en sus últimos
desarrollos nos enseñaron que no todo es vía simbólica ya que hay un exceso, hay sorpresas
que golpean una y otra vez a la puerta. En la segunda clase trabajaremos justamente en qué
los Grupos Centrados en una Tarea pueden brindar recursos al sujeto para enfrentar de otro
modo lo real que no deja de interponerse en el camino de cada quién.
Algo de ese real habita al coordinador cuando se va del encuentro grupal. Creo que la
supervisión, el análisis pero también el encuentro con colegas, la circulación por las
instituciones, la escritura de textos respecto a la práctica que sostiene le posibilitan al
coordinador tramitar algo de ese resto transferencial.
Entonces bienvenidos a este viaje. Ojalá en este curso encuentren algo de lo que vienen a
buscar pero que no les alcance. Ojalá se sitúen en el punto de “sí logré pero me falta más”.
Entonces habremos sabido renovar la apuesta de ustedes.
En mi último libro, “Coordinando Grupos, una Lógica para los Pequeños Grupos”, pueden
encontrar algunas de las cuestiones que estoy planteando.
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Hay transgresiones que son creativas, otras que sólo son transgresiones desamarradas, y
otras sólo repetitivas. Quienes trabajan con adolescentes ahí tienen algo para pensar, qué
es transgredir y qué es una transgresión creativa. Diferenciar estas dos cuestiones como
herramienta teórica.
terapéutico de capacitación
de discusión habladero
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equidistante del mismo. De allí a una psicología de las masas, a fieles religiosos o a
liderazgos fascistas, hay generalmente poca distancia.
Si confundimos el dispositivo y su lógica con el modo en que se ubica la gente en el espacio
corremos el riesgo -esto es lo que a veces se critica de los grupos- de deslizarnos a la
convicción de que los grupos aplastan y masifican. Sería entonces mejor no confundir la
manera como la gente se dispone en el espacio con la lógica con que pensamos los
dispositivos.
Freud en Psicología de las Masas nos enseñó que la masa es efecto de colocarse todos a
una misma distancia del líder o sea que la masa genera una identificación reciproca de
yoes, algo del orden de la hipnosis colectiva. No propiciaremos que haya en los grupos ni
miembros líderes en el centro ni el lugar del coordinador como líder que conduce una
pequeña masa.
Además la palabra círculo proviene del latín circulus que es el diminutivo de circus y que
significa 'cerco'. Más que buscar cercos apuntaremos a la potencia creadora de los grupos,
sostenidos en su buena estructura. La idea de círculo y su antecedente la esfera, separan
prolijamente un adentro y un afuera. La lógica por la que transitaremos en estas clases
intentará por lo contrario desmarcarse de un adentro y un afuera. Nos interesará más un
moebius para pensar los grupos y mucho más al sujeto y sus vínculos de a dos o de a
muchos.
Una cinta de moebius es aquella superficie que si la coloreamos comenzando por la cara
«aparentemente» exterior al final queda coloreada toda la cinta; por lo tanto sólo tiene
una cara y no tendría sentido hablar de cara interior y cara exterior.
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medio sino como una compleja superposición de agujeros. Nos referiremos a centrado en
cambio en el sentido de una lógica borromeica que fue propuesta por Lacan y que siempre
remite al tema de los agujeros y sus avatares.
Investigo desde hace años la cuestión de una lógica para el abordaje de lo grupal siempre
tras la huella de lo singular. O sea tener en cuenta el modo en cómo se conjuga lo
particular con lo universal. Cómo hacer para potenciar lo singular anudando lo grupal y para
salir del adormecimiento homogeneizante efecto de la uniformidad; cómo corrernos de esa
tendencia a la inercia y al anonimato que a veces son propias de las multitudes y también
de los pequeños grupos.
LA CAJA DE HERRAMIENTAS
Capacitamos para coordinar “Grupos Centrado en una Tarea” (GCT) y esto requiere que el
Coordinador disponga en primer lugar de una Lógica Teórica y también de Recursos
Técnicos. Ambos integran su Caja de Herramientas.
Un coordinador tendrá que ir armando de a poco su Caja de Herramientas. El plomero, el
electricista y el médico intervienen con la caja de herramientas a su disposición. En la caja
hay dos tipos de herramientas; una son las herramientas técnicas que nosotros llamamos
MultiRecursos técnicos y que pertenecen a un modelo de trabajo: R.P.C. -Recursos para el
Protagonismo Creativo- y las otras son las herramientas teóricas. Tener a disposición una
caja de herramientas trabajada permite operar con eficacia.
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¿A qué me refiero con una intervención eficaz? No aludo a una pretensión de garantías de
poder cambiar la conducta de los integrantes lo cual sería más del orden del conductismo
sino a la posibilidad de propiciar un proceso de transformación de cada quién.
Algo de eso nos anticipaba E. Pichon Riviere con la noción de operatividad. Una
intervención sirve si es operativa o sea si produce cambios más que si esa interpretación
devela alguna verdad.
Llamaré eficacia de los grupos a ese efecto de transformación subjetiva de cada quien
sostenido en una Trama Grupal que aloja y en una Tarea común que anuda. La eficacia de
los grupos anticipa entonces la noción de grupos más productivos cuya potencia no radica
en los esfuerzos de algún especialista en cohesionarlos sino que es efecto del tramado de
sus hebras apuntando al trazo creativo de lo singular y de la dirección de la operatoria del
coordinador. Las técnicas tienen que servir para esa basculación, ese vaivén de ir
trabajando al mismo tiempo en la línea de propiciar cambios de posición en la vida de cada
quién porque uno es en los grupos como es en la vida y a la vez ir produciendo trama
grupal.
Por ejemplo en el caso del Psicoanálisis si alguien consultó a un psicoanalista porque sufre
hay cierta responsabilidad del profesional en que el paciente pueda abandonar esa
posición en la vida que lo hace sufrir y logre lo que llamamos un cambio de posición
subjetiva. Sería mejor no tener miedo a la palabra eficacia, más bien todo lo contrario
porque sino en el campo del Psicoanálisis por ejemplo uno le va regalando el terreno al
DSM 4, a las pastillas, a los laboratorios médicos. Hay una operatoria que un coordinador
de grupos va a realizar y por supuesto que con mejores herramientas esta operatoria será
más eficaz.
Estoy planteando que hay una pregunta que nos tenemos que hacer quienes trabajamos
con seres humanos respecto a la eficacia de la operatoria que sostenemos lo cual abre
desde ya en un gesto de humildad la posibilidad de revisar nuestros recursos y nuestros
instrumentos.
Hablamos del grupo como dispositivo; como dijimos el dispositivo dispone; en el dispositivo
se producen saberes pero voy a plantear también los grupos como artificio. O sea no son
del orden de lo natural como si ya estuvieran dados sino que implican un trabajo, un arte y
un oficio y todo el tiempo la invención de lo nuevo.
Cuanto más habitado esté el coordinador por una lógica teórica y más tenga a su
disposición recursos técnicos mejor podrá propiciar la potencia grupal y más flexibilidad
tendrá para ir todo el tiempo recreando el artificio. Michel Foucault dice que cualquier
trabajador y cualquier profesional que sostiene una práctica se acerca al campo -lo sepa o
no lo sepa- con una caja de herramientas la cual- agrego yo- sería mejor que tuviera
recursos técnicos pero también pocas nociones teóricas que funcionen cono nociones
llaves. Llaves que permitan abrir e intervenir en el campo que es nuestra experiencia.
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Pichon Riviere sentía un gran apasionamiento por el Conde de Lautrèmont, por este joven
poeta uruguayo de origen francés -quizá uno de los primeros representantes del
surrealismo- que en sus letras es como que buscara un velo estético a lo siniestro que todo
el tiempo lo recorre.
La próxima clase abordaremos la temática de Premisas, Hipótesis y Operatorias para
Coordinar Grupos y Equipos.
Recorreremos algo de sea dirección que planteamos de la Trama al Trazo Singular, para
producir protagonismo anudado.
Espero que esto los motive, los cause a seguir trabajando en nuestra próxima entrega.
Ahora queda leer y realizar nuestra ejercitación N° 1 y disponer de la técnica que hoy les
adjuntamos, para tal vez pensarla, o ponerla en práctica en alguna experiencia grupal que
realicen en los próximos días y después comentarnos los resultados, las preguntas, etc.
Suerte y buen viaje!!!
Bibliografía de Referencia:
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Editorial Gedisa. Barcelona. España. Año 2000.
Barthes, Roland: Lo obvio y lo obtuso. 1982.
Edmond, Jabès: Del desierto al Libro. Alción Editora,. Córdoba. República Argentina. 2001.
Fernández, Ana: El Campo Grupal. Editorial Nueva Visión. Buenos Aires. 1989.
Foucault, Michel: ¿Qué es un autor?. Sociedad Francesa de Filosofía. 1969.
Freud, Sigmund: El malestar en la cultura .Amorrortu tomo XXIII
Freud, Sigmund: Psicología de las masas y análisis del yo. Obras Completas.
Tomo XVIII. Buenos Aires, Amorrortu 1986.
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Heidegger, Martín: "La Cosa" Conferencias y artículos, Barcelona, Ediciones del Serbal, 1994
Heidegger Martín: La pregunta por la Técnica. Ediciones Folio. Barcelona. 2007.
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Jasiner, Graciela: Coordinando Grupos. Una lógica para los pequeños grupos. Lugar Editorial.
Buenos Aires. 2007.
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Lacan, Jacques: Seminario de la Angustia. Seminario X. 1963
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Pichón Rivière, E: Conversaciones con V. Zito Lema, Sobre el arte y la locura. Timmerman Editores.
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Pichon Rivière, E: Psicoanálisis del Conde de Lautréamont. Argonauta, 1985.
Recalcatti Mássimo: Lo homogéneo y su reverso.
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