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INSTITUCIÓN UNIVERSITARIA UNINPAHU

Facultad de Comunicación, Periodismo y Artes


Fundamentos del Periodismo
María Catalina Morales Meléndez
Grupo 001

LA REBELDÍA DE DÉBORA

La obra de Débora Arango reúne una gran cantidad de críticas a la realidad política
y social de Colombia. Pareciera que esta artista nació en una época desafortunada.
Fue censurada por parte de la Iglesia católica, que en ese periodo de la historia era
una gran aliada del Estado y constantemente quería vigilar y dominar, de una u otra
forma a las personas, incluso a artistas como ella, que se atrevían a hacer obras
transgresoras y diversas.

Fue la primera mujer en Colombia que quiso dedicarse al arte como profesión y no
como una actividad extra que hacía en su tiempo libre. Esto la llevó a entregarse
mucho más a su trabajo.

Débora nace en Medellín en una familia conservadora, a la que le tocó enfrentar


más de una vez para defender su obra. Salió del país a Europa a seguir
perfeccionando su labor artística. Durante su vida en las exposiciones también se ve
perturbada por persecuciones morales y sociales, no sólo a ella, sino también a su
familia. Así que decide dejar de exponer y seguir perfeccionando su obra en Casa
Blanca en Envigado, la que hoy en día es patrimonio cultural.

La República -Débora Arango


“La República”, (1957-1958) es una obra hecha en acuarela y representa con una
mirada aguda y sensible la tragedia de la Violencia en Colombia, que incluso resume
los años posteriores de la realidad del país. Como se puede observar en la imagen
superior en el centro de la composición, hay animales cubiertos por una bandera
que representan el grupo de militares que asumen el poder tras la renuncia del
presidente militar de entonces, Gustavo Rojas Pinilla. Se puede ver igualmente a una
mujer desnuda, quien está siendo acechada por los cóndores de nuestro símbolo
nacional, representando a un estado asesino. En la parte de arriba se observa una
especie de demonio que sostiene una paloma blanca con la cara de Alberto Lleras
Camargo, representante del Partido Liberal, que hizo parte del poder de aquel
tiempo en 1945, conformando el llamado Frente Nacional, e igualmente, miembro
de la OEA y representante de las Naciones Unidas. A los lados se puede ver un signo
del pueblo o los mismos militares celebrando, justificando el espectáculo de la
Violencia, que se evidencia en el centro de la composición.

Pareciera que esta obra de Débora Arango, se hubiese perpetuado para siempre y
actualmente la vemos repetirse todos los días; es una imagen que se ha convertido
en una acción circular que no va a terminar jamás, porque la violencia en Colombia
no cesa. Lo único que cambia es la forma de percibir las imágenes. Hoy no tenemos
que poner la esperanza en una Débora Arango, que nos relate con su obra lo que
sucede, puesto que tenemos la realidad en las manos a través de las pantallas de
nuestros celulares, y, aun así, se siguen justificando asesinatos, violaciones torturas y
desapariciones.

Es esta historia de nunca acabar en la Colombia que hasta hoy no ha superado el


dolor que han dado los opresores, quienes sin temor se atreven a intimidar y usar
sus armas contra un pueblo indefenso, que simplemente se levanta y protesta, para
que se cumplan las promesas y se respeten sus elementales derechos humanos. El
país necesita muchas mujeres de la valentía y convicción social de Débora Arango
para que cese la injusticia y reine la paz.

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