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En este país, la narrativa LGBTQ+ posee cierto grupo de caras que son destacables en
cuanto al impacto de sus obras en nuestro país, y sin duda alguna, Pedro Lemebel es un rostro
trabajo ha dejado huellas innegables y un legado excepcional. Lemebel, conocido por su potente
activismo en favor de los derechos LGBTQ+ y un estilo narrativo único, desafió fervientemente
las convenciones sociales y literarias en Chile. Su trabajo, el cual presenta variedad de estilos,
desde críticas urbanas hasta diferentes performances, retrata sin escrúpulos el estilo de vida de
las comunidades marginadas, presentando una mezcla de humor ácido, potente ironía y una
profunda empatía. A través de su arte, Lemebel se convirtió en una voz fundamental para las
disidencias sexuales en una sociedad que estuvo fuertemente marcada por la represión social y
dictatorial. Obras como “Loco afán (1996)” y “De perlas y cicatrices (1998)”, entre muchas
otras, se han constituido como un corpus literario que profundiza y detalla la intersección creada
histórico marcado por la dictadura de Augusto Pinochet y la epidemia del VIH/SIDA que ha
memoria colectiva y explora la resistencia en medio de la epidemia. Por otro lado, en “De perlas
y cicatrices”, el autor ofrece un testimonio realmente íntimo de la vida cotidiana presente durante
herramientas subversivas para desafiar las normas, sobre todo aquellas de género y sexualidad, y
Considerando obras como estas, se puede destacar que la pluma del cronista enfoca su
evidenciando las experiencias de aquellos que han fueron excluidos y oprimidos durante ese
periodo. Por esto, la hipótesis de este trabajo postula que su obra es mucho más que una mera
documentación de las vivencias de la comunidad LGBTQ+ y travesti durante aquella época, pero
formación de identidades, ofreciendo una escena que no solo es auténtica, sino también
profundamente subversiva.
Este trabajo propone desentrañar cómo la obra de Lemebel refleja, y a la vez influye y
construye la lucha por la visibilidad y los derechos de las disidencias sexuales en Chile,
través de esto, no solo se busca honrar su legado literario, sino también comprender y resaltar su
representación LGBTQ+ siguen siendo significativos para comunidades que aún continúan
siendo marginadas. De esta forma, este ensayo se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio por
reconocer y valorar las contribuciones de autores que, como Lemebel, han desafiado las
narrativas dominantes y han abierto espacios para voces hasta entonces silenciadas o ignoradas.
Con un muy característico estilo literario, Lemebel se adentra en la crónica urbana para
retratar de lleno la realidad chilena de la época. Según Olea (2019), el escritor presenta un estilo
novela rosa y el folletín, ambas de las cuales este hace un tributo. Con este estilo, Lemebel
cuestiona fervientemente el modelo económico y las condiciones de vida con las cuales la
población vivía. Otros géneros referenciales del cronista, para Tocornal (2007) serían la carta, el
diario íntimo y la autobiografía, que, si bien parecen anclados a la realidad, también emplean
elementos ficticios. De esta manera, las crónicas de Lemebel mezclan su íntima vida personal
con una fuerte denuncia social, representando contrastes en su persona, considerada por si
misma, marginal.
pero Lemebel va más allá. Presentando un estilo sarcástico, ocupando lenguaje agresivo y
grotesco en algunos momentos, mientras que en otros utiliza más en el humor, Lemebel tiene
como objetivo la incomodidad del lector. Con aquellas estrategias discursivas busca presentar
una verdad que cuestiona la legitimidad del orden establecido, sacando a la luz lo que se esconde
o manipula bajo el modelo neoliberal y revelando así las tensiones y contradicciones de una
en sus crónicas, se puede encontrar que el personaje principal era la figura de “la loca”, una
metáfora la cual construye una identidad que se revela ante toda norma. El autor normalmente
era visto con maquillaje y vestimenta que rompía con estándares de género, llevando consigo un
estilo satírico, y con el personaje de “la loca”, invita al lector a adentrarse en ese mundo personal
que puede parecerle desconocido, e incluso de mal gusto, pero siendo protagonista.
En la década de 1980, Chile vivió bajo la sombra de la dictadura de Pinoche. Fue un
periodo marcado por una intensa represión política y social, y la comunidad LGBT, en particular,
enfrentó una discriminación severa, exacerbada por la emergencia del VIH/SIDA, que trajo
consigo un estigma adicional y desafíos sin precedentes. Es en este contexto, cabe destacar que,
para la fecha del golpe militar, Lemebel tenía casi 21 años. Durante su juventud, no se limita a
documentar; siendo su escritura una denuncia directa contra los efectos de la dictadura y las
aquellos individuos, identidades, víctimas de esos abusos” (Tocornal, 2007, pág 9).
la dictadura en Chile. Más bien, se enfoca en cómo estos eventos afectaron a individuos y a sus
experiencias individuales como un medio para restaurar la dignidad de aquellos que sufrieron
abusos durante este periodo. Implica que la memoria es una herramienta crucial para reconocer y
construcción de sus identidades como un acto político. Al mismo tiempo que la epidemia del
VIH/SIDA causa estragos, estas experiencias se mezclan en un contexto lleno de estigma y
subversión; todo esto en conjunto conforman la creación de una memoria y una llama de
resistencia. Así, las diferentes crónicas presentes en el texto tratan tópicos que están entrelazados
y que conforman diferentes representaciones identitarias pocas veces explorada de manera tan
visceral.
remarca que aquellas identidades no son inamovibles y estas están en una constante
reprogramación y actualización; el nombre además evita abarcar una sola forma de ser, se
desfigura y desborda. Estos no solo presentan las particularidades de cada una, sino también que
tienen funciones fundamentales para sobrellevar la marginalidad y para suplir aquellos nombres
del registro civil que son incoherentes para su identidad. Lemebel demuestra que estos nombres
se fusionan con el humor y con la violencia y con la identidad personal, para levantar el ánimo
de aquellas “locas” afectadas por el SIDA, formar una identidad que las separa de la “rotulación
paterna”, para desbordar o vaciar el peso de aquellas cosas que aquejan y que avergüenzan, y
para desarticular, como un acto político, los discursos impuestos en sus nombres del registro
civil.
los escritos o manifestaciones más importantes para la vida de Lemebel, puesto que presenta un
mensaje duro y provocativo que es capaz de inspirar al lector. En una época donde la represión y
la marginalidad eran rasgos comunes para Lemebel, la presentación de este texto forma una
enfrenta al izquierdista quien se niega a enfrentar el aparato normativo y burgués y rechaza los
homosexuales mientras tanto estos últimos no conformaban al militante ideal. En este manifiesto,
cuestionando a todas y cada una de las prácticas comunes de los comunistas. Lemebel desafía e
interpela con fuerza y orgullo, y presenta públicamente su existencia e identidad como “pobre y
maricón.”
ante la sombra de la una horrible enfermedad. En aquel texto, Lemebel revindica a la “loca
más que un “reja de jardín;” llena de flores y pájaros, contrario a la sepultura impuesta ante aquel
afectado por la enfermedad. De esta forma, Lemebel libera la identidad del afectado y la
preserva, la hace valiosa y la digna de recordar; que, sin importar el estigma y la palidez en el
rostro, se puede aun rescatar la pasión y la intensidad de la vida que parecen ser negadas por
todos lados.
Para Tocornal (2007) en “De perlas y cicatrices”, Pedro Lemebel utiliza la memoria como
elemento clave, tejiendo la obra con una serie de relatos testimoniales. Se enfoca en revivir
episodios históricos que habían sido dejados de lado, sacándolos del olvido. Del texto la autora
destaca la crónica “Claudia Victoria Poblete Hlaczik”, donde se recuerda la trágica historia de la
víctima más joven de la dictadura, una niña que solo tenía ocho meses cuando fue detenida y
luego desaparecida.
por actos de violencia política. La historia se convierte en un símbolo de las innumerables vidas
truncadas y deshumanizadas por la represión, reflejando cómo la identidad individual puede ser
arrasada por la historia y cómo se entrelaza con la memoria colectiva y la lucha por la justicia.
Mientras que “Claudia Victoria Poblete Hlaczik” ilustra de manera conmovedora el costo
humano y el impacto personal resultante de la represión política, “Las joyas del golpe” revela
cómo la identidad nacional fue estratégicamente cooptada y manipulada para servir a los
objetivos del régimen militar. El texto destaca por su enfoque en la manipulación de los símbolos
patrios y la explotación del sentimiento nacional para encubrir la violencia y la represión del
régimen. Lemebel pone de manifiesto la hipocresía y la duplicidad del discurso oficial, así como
narrativa se convierte en una poderosa crítica de cómo los regímenes autoritarios pueden
distorsionar los valores nacionales y la identidad colectiva para mantener su control, lo cual
complementa otras narraciones en el libro que tratan sobre los efectos personales y sociales de la
dictadura.
Ambos textos abordan temas y experiencias que a menudo son marginados o ignorados
en las narrativas históricas oficiales. Mientras que la historia oficial podría buscar minimizar o
manipulación inherente al régimen. Estos textos invitan a una reflexión crítica sobre la historia y
la sociedad. Al presentar estas realidades de manera cruda y sin edulcorar, Lemebel no solo
denuncia las injusticias del pasado, sino que también impulsa a los lectores a cuestionar y