Está en la página 1de 1

Texto de Duchamp

Transversal Arte Cultura y Cambio Social

Profesores: Cristóbal Bianchi y Daniela Salinas

Estudiante: Martín Escobar Hernández

1 de diciembre, 2021.

El texto de Duchamp comienza con una afirmación que está completamente en lo cierto, ya que
propone separar en dos polos cualquier creación artística (el artista por un lado y el espectador
por otro). Es más, en un punto transforma al espectador en posteridad, y esta aseveración
también es muy acertada pues somos nosotros, los espectadores o consumidores de arte, quienes
mantendrán “con vida” las obras a través del tiempo una vez ya fueron creadas e incluso después
que el propio artista deje de existir.

La manera en que influye el veredicto estético del espectador sobre cualquier obra de arte escapa
del control del mismo artista. Esto se produce porque en el mundo de las interpretaciones todo se
rige por subjetividades, de tal forma que siempre estará presente un factor de suerte al momento
de llevar a un artista, o más bien a su obra, al terreno de la posteridad. Por lo general las personas
creativas siempre buscarán registrar su trabajo en formatos cada vez más transcendentes para el
público espectador, siendo estos últimos el “formato definitivo” que garantizará una obra en el
futuro próximo.

Quiero decir, una idea puede comenzar su vida material al ser escrita en algún trozo de papel, de
esta forma se da el primer paso al mundo de lo tangible y el artista creador podrá desligarse de
esta idea sin el miedo de que desaparezca. Sin embargo, esto puede llegar a ser parte de la
posteridad hasta cierto punto, ya que lo más probable es que dicha idea no sea parte del colectivo
espectador por un tiempo prolongado.

Si es que la o el artista llegase a ser consiente de este último proceso, por consecuencia generará
un sentimiento de frustración al no conseguir que su idea perdurase por más tiempo. Entonces
buscará y probará caminos distintos que considere pertinentes con el objetivo de llegar de
maneras más persuasivas a las mentes y a los corazones del espectador.

Hasta entonces existirá cierto grado de control del artista o ser creativo dentro del proceso de una
obra de arte en el marco de su posible posteridad. Sin embargo, desde ese punto en adelante todo
lo que fuese a ocurrir será impredecible e incontrolable para el artista. Su obra podrá ser querida,
odiada o peor aún, intrascendente, y esto solo estará en manos del contexto y el criterio personal
y estético de quienes se atrevan a exponerse y juzgar sobre la obra artística.

También podría gustarte