Está en la página 1de 40

BORJA RODRÍGUEZ

“Debemos ser caprichosos hasta el final; sólo


este capricho, estas intuiciones, le otorgarán
singularidad a la pieza.”

(Rafael Spregelburd.)

pág. 1
ESCENA. EN LA CORNISA DEL EDIFICIO. PARTE I.

Luz de sirenas de policía, ambiente de calle en la noche. La gente se agolpa


muchos pisos abajo. Un proyector ilumina a un ejecutivo que, a
duras penas, camina por la cornisa de un edificio, sujeta un oso de
peluche en una mano, y un maletín de cuero en la otra. Tiene un
pie encajado en una papelera metálica, que no puede sacar.

Voz de megáfono: ¡Atención! Le habla la policía. Mantenga la calma. Agárrese


con fuerza a la cornisa, regrese al interior del edificio.

Walter: ¡No quiero hacer daño a nadie! Déjenme en paz ¡Apártense! Sólo
quiero saltar. Yo. Saltar yo ¿Me entienden? ¿Me oyen? Quítense de
ahí, por favor ¿Me están escuchando?

Voz de megáfono: ¡Atención! Le habla la policía. Mantenga la calma. Agárrese


con fuerza a la cornisa, regrese al interior del edificio.

Walter: ¡No quiero! Es mi decisión.

Voz del megáfono: Pronto acudirá un agente a ayudarle.

Walter: ¡No! ¡Que no venga nadie!¡Apártense! Es todo lo que pido… (El


ejecutivo va de un lado para otro, como el bañista que busca el
mejor sitio para lanzarse a la piscina.)

Voz de megáfono: ¡Atención! Le habla la policía. Mantenga la calma. Agárrese


con fuerza a la cornisa, regrese al interior del edificio.

Walter: ¡Eso ya lo han dicho diez mil veces! Quieren volverme loco, o
creen que soy tonto ¡Pues no lo soy! ¿Me entienden? Soy una
persona absolutamente normal.

normal.

¡normal!

Una mujer Policía se ha presentado en la cornisa. Tiene la


piernas flexionadas, el cuerpo en guardia, y demuestra mucha
precaución e incluso torpeza al avanzar.

Policía: ¡Hola!

pág. 2
Walter: (Se asusta mucho.) ¡¡¡Pero qué coño!!! ¡Joder, qué susto! ¡Cómo
que hola! ¿Me quiere matar de un infarto? /Policía: Tranquilo.
Tranquilo…/ Les he pedido que me dejen en paz.

Policía: Perdóneme, no quería asustarle. /Walter: se lo ruego, es mi


decisión./ Tranquilo.

Walter: ¡No se acerque! /Policía: Tranquilo/ ¡Se lo advierto!

Policía: Vale, vale, está bien, no me acerco, pero por favor, escúcheme. (La
agente lleva un walkie en el hombro que no deja de chicharrear
comandos.)

Walter: ¿Por qué tengo que escucharle? ¿Por qué no me dejan en paz?

Policía: Me temo que eso no va a ser posible hoy.

Walter: ¿Ah, no? ¿Por qué?

Policía: … porque es mi trabajo. Y porque además, es mi turno. (La


emisora que lleva pegada al hombro chicharrea, dice cosas
ininteligibles, asunto que molesta visiblemente a la Policía.) Si le
hubiera tocado con mi compañero, otro gallo cantaría, con él seguro
que saltaba, es muy incompetente ¿sabe? Se toma las cosas con otro
relajo, pero yo…Verá, mi jefa me ha mandado aquí por usted.

Walter: Ah, pues qué quiere que le haga… qué mala suerte.

Policía: /Ni que lo diga./

Walter: Márchese, por favor. Dígale a toda esa gente que se vaya.

Policía: Ya le digo yo que eso no va a ser posible. Escuche, haremos una


cosa/

Walter: ¡No, escúcheme usted a mí: aquí no vamos a hacer nada! Yo ya sé


quién es usted, lo he visto en las películas, no soy tonto. Es una de
esas… cómo se dice… negocianta/

Policía: Negociadora/

Walter: ¡Eso! lo que sea.


Pues ya lo sé, así que puede marcharse por donde ha venido.

pág. 3
(La emisora dice cosas como en Sánscrito. La policía lo acusa
con mucho malestar.) /Policía: (a la emisora) ¡Recibido! ¡Corto!/

Ha venido aquí para hablar conmigo, para convencerme de que.../

/Policía: Que sí, (joder), ¡Recibido!¡Corto!/

Walter: Oiga ¿Me quiere usted atender?

Policía: Sí, perdone, perdone, perdone, verá, es que me están hablando. Un


momento, por favor. (A la emisora.) ¿¡Que sí, 313, que el pájaro
está en la rama, que lo tengo delante, es que no me veis desde
abajo!? ¡Raid on tarjet, raid on tarjet! El pájaro está en la rama
¡Corto!

Perdón… Ya estoy con usted.

Walter: ¿El pájaro soy yo?

Policía: Eh… sí, bueno… así es.

Walter: Qué bonito.

Policía: Es argot policial, no es nada personal ¿Comprende?

Walter: Perfectamente…

Policía: Okei, tranquilo entonces…

Walter: Y ha venido… para que el pájaro no eche a volar.

Policía: Exacto.

Walter: Pues ahora soy yo el que le dice que eso no va a ser posible.

Policía: No diga eso, Walter.

Walter: ¡Eh, oiga! ¿Cómo sabe mi nombre…?

Policía: Soy policía… ¿Recuerda?

Walter: … no se burle de mí.

Policía: No era mi intención/


pág. 4
Walter: ¡No se burle de mí o me…/

Policía: ¡No, quieto! Quieto, quieto… por favor no se acerque tanto, se lo


pido por favor. Por favor, por favor, por favor…

(La policía aprieta los ojos con fuerza.)

(La emisora dice cosas.)

Policía: ¡Ok! ¡Corto! ¡Corto!

Walter: Eso es un coñazo, apáguelo.

Policía: No puedo.

Walter: No me diga.

Policía: Así es.

Walter: Ni…como última voluntad.

Policía: (Niega.)

Walter: ¡Pues me tiro! (Hace un amago.)

Policía: ¡No, qué hace, quieto!

Walter: ¡Pues apáguelo!

Policía: Ya le he dicho que no puedo.

Walter: ¡Pues yo me tiro!

Policía: ¡No se acerque tanto, métase! (La policía aprieta los ojos, no
puede mirar.) ¡Son 13 pisos, joderrr!

Walter: ¡Que me tiro! (El hombre termina de darse cuenta de que la


policía está aterrada. Cuando ella va a abrir los ojos, él repite
¡Que me tiro! cosa que incluso le divierte.)

Policía: ¡Por dios! No se acerque tanto, que me va a dar algo, quieto,


¡¡¡quieto, Walter!!!

pág. 5
Walter: Cualquiera diría… que le da miedo.

Policía: Pues… sí

(Se miran sin saber qué decir.)

¡Qué pasa! Tengo vértigo.

Walter: ¿Una policía con vértigo? ¡increíble!

Policía: ¡No se burle de mí! /Walter: No era mi intención/ (La emisora dice
algo, la policía contesta.) ¡¡¡Que sí, coño, que digo que correcto,
que lo estoy viendo!!! ¡Corto!

Tengo vértigo… invertido. Ajeno. Yo… yo puedo soportar la


altura… pero no puedo ver a nadie exponiéndose al vacío.

Walter: ¿Eso existe?

Policía: ¿¡No me ve!?

Walter: Pues sí, parece que se está… (cagando.) ¿Y qué hace aquí, en lo
alto de un edificio, intentando …?

Policía: Pues ya ve; siempre hay alguien a quien le van peor las cosas que a
uno mismo. Piénselo. Piénselo, Walter.

Walter: No me lo puedo creer.

Policía: …así que, si no lo quiere hacer por usted… hágalo por mí, Walter.

(El hombre está absorto.)

…Por favor.

Walter: …

Policía: Venga… eso es… tranquilo… eso es…Walter… hágalo por mí…

(La Policía se ha ido acercando.)

Walter: ¡Quieta ahí! ¡Quieta, que me tiro! ¡Es un truco para engañarme!

Policía: ¡No, quieto, por favor!


pág. 6
Walter: ¡Y una mierda! ¡No se acerque!

Policía: ¡No!

Walter: ¡¡¡Vaya que no!!!

Policía: ¡Yo no le he engañado! Yo he venido aquí para esto, (La emisora


chicharrea.) en ningún momento le he ocultado la verdad. He
venido para impedir que usted se tire…que lo consiga o no, es otra
cuestión
¿de acuerdo? Tiene que confiar en mí. Confiar en mí.

Walter: ¿Ah, sí? Pues ahora me tiro. (Hace amago. La Policía se agacha
aterrada y no puede mirar.)

Policía: ¡No, no, no no no no quieto!

Walter: ¡Que me tiro!

Policía: ¡Por favor!

Walter: ¡Que me tiro! (El hombre se divierte. Lo repite y lo repite.)

Policía: ¡Quieto, coño, he dicho quieto! (La policía ha desenfundado y


apunta con su arma al Hombre.)

Walter: ¡Hostias, pero qué hace! (Manos arriba.)

Policía: ¿Ahora qué, gilipollas? ¿Quiere morir?

Walter: ¡Pero qué dice, qué hace, oiga no me insulte! /Policía: ¡Quieto!/
¡Qué hace! Baje eso, por favor, por favor, por favor, por favor

Policía: ¡Manos arriba! ¿Quiere morir, Walter?

Walter: Pero…/

Policía: ¡Cállese! (La emisora chicharrea molesta.)

Walter: Usted ha venido para salvarme, no para apuntarme con un arma.

Policía: ¡He dicho que se calle!/ (La emisora insiste.)

pág. 7
Walter: ¡Eh, cuidado, que eso se dispara, por favor!

Policía: (Agarra la emisora con violencia.) ¡¡¡Mira, 313, ya lo sé, cojones,


¡¡¡ya lo sé!!! lo tengo delante, y no: no va armado, soy quien lo
tiene encañonado con mi arma ¿No lo veis? ¿Me copiáis? ¡Corto!

Walter: ¡No dispare! Por favor… baje la pistola.

Policía: No la voy a bajar.

Walter: Pues me tiro. (Hace ademán de tirarse.)

Policía: (Aprieta los ojos y se encoge.) ¡Ay, qué hace!

Walter: Aparte la pistola.

Policía: ¡No! (Apunta a Walter.)

Walter: ¡Me tiro! (Hace ademán de tirarse.)

Policía: ¡Ay! (Aprieta los ojos y se encoge.)

Walter: ¡Baje la pistola!

Policía: ¡No! (Apunta a Walter.)

Walter: ¡Me tiro! (Hace ademán de tirarse.)

Policía: ¡Ay! (Aprieta los ojos y se encoge.)

Walter: ¡Baja!

Policía: ¡No! (Apunta a Walter.)

Walter: ¡Baja, me tiro! (Hace ademán de tirarse.)

Policía: ¡No, quieto! ¡Ay! (Aprieta los ojos y se encoge.)

Walter: ¡Baja!

Policía: ¡No! (Apunta a Walter.)

(Entran en bucle.)

pág. 8
Walter: ¡¡¡Me tiroooooooooo!!!!

Policía: ¡¡¡Aaaahhhhhhhhh!!!

Walter: ¡¡¡Aaaaahhhhh!!!!

(Paran, se miran con furia.)

Policía: Se lo advierto, Walter, si vuelve a amenazar con tirarse…

Walter: ¿Qué va a hacer? /Policía: no voy a dudar./ ¿Si me mato, me mata?


(Walter se descojona.)

Policía: Si sigue por ahí, le juro que le meto un tiro… en la rodilla. (Le
apunta a la rodilla.)

Walter: ¡No, joder, qué dice! ¡Ahhhhg! Eso duele mucho.

Policía: Ni se lo imagina.

O mucho peor (Le apunta a la entrepierna.)

Walter: ¡No, qué hace! ¡Socorro!

Walter: Oiga, usted ha venido a salvarme.

Policía: No tiene ni idea ...

Walter: ¿Pero qué le ocurre? (La emisora chicharrea.) Usted necesita…


ayuda. Pero de la buena.

Policía: Yo no sé qué pintará usted aquí arriba, ni qué coño hace con ese
oso de peluche y esa papelera en el pie, /Walter: es largo de
contar…/ no me importa, no le juzgo, pero quiero que sepa…
quiero hacerle entender que hoy ha sido un día muy duro para mí
¡Muy duro! (Encañona con decisión al ejecutivo, que cae de
rodillas con las manos en alto.)

Walter: Ni se imagina el mío.

Policía: Ni se imagina el mío. (La emisora se desespera lanzando


comandos.)

Walter: ¡Ni se imagina/


pág. 9
Policía: ¡Bueno, basta! (Apunta a Walter con furia. Se arranca la emisora
del hombro.) /Walter: vale vale vale vale/ ¡Mirad, hijosdeputa, aquí
312, me tenéis hasta el coño! ¿Me copiáis bien? ¡Hasta el coño! O
dejáis de tocarme los ovarios, o por mi madre que me cargo a este
gilipollas ¡Cambio!

Walter: ¡Oiga! (Apunta a Walter.)

Vale, vale, no dispare, no dispare, no dispare.

Policía: (A la emisora) Yo he dicho que lo bajo, y lo bajo. Vivo, o muerto


¿Recibido? ¡Corto y corto!

Walter: Ay, por Dios.

(La policía se arranca todos los cables de la emisora y los lanza


al vacío mientras dice aquello de “iros a tomar por culo,
hombre…”. Walter observa todo esto con verdadera
preocupación.)

Policía: Vamos a hacer una cosa, Waltercito ¿Tú quieres tirarte? (Lo ha
agarrado por la pechera.)¿Eh? ¿¡Eh!?

Walter: Pues… me lo estoy pensando, la verdad.

Policía: ¡Y una mierda! Mira lo que tienes montado, idiota. Mira toda esa
gente. Subo hasta aquí, y ahora no vale rajarse ¿Entendido?

Walter: …pero.

Policía: Ni pero ni nada ¿Tú quieres?

Walter: No (lo encañona con decisión.) ¡Digo sí! ¡Sí quiero!

Policía: Eso está mejor. Pues vamos a hacer una cosa. Vamos a saltar los
dos.

Walter: ¡Que dice! ¡Ni de coña!

Policía: ¡Lo que oye! ¡Los dos! ¡Saltamos a la de tres!

Walter: ¡Qué dice, está loca!

pág. 10
Policía: Completamente.

Walter: ¡Qué hace, suélteme!

Policía: ¡Vamos! ¿Uno…!

Walter: ¡Socorro! ¡Déjeme, márchese!

Policía: ¡Dos…!

Walter: ¡Socorroooooo!

Voz de megáfono: ¡Atención, 312! ¡Atención! ¡Aborte procedimiento y regrese!

Policía: ¡Y una mierda! ¡Dejadme en paz!

Walter: ¡Socorro…!!! ¡ayúdenme… ayúdenla, está tarada!

Policía: Oiga, que no me falte.

Voz de megáfono: ¡Atención, 312! ¡Aborte procedimiento! Mantenga la calma.


Agárrese con fuerza a la cornisa, regrese al interior del edificio.

Policía: Iros a la mierda. (Tira la pistola.)

Walter: …que ha tirado…

Policía: Vamos, pajarillo ¿Por dónde íbamos? ¿Por el uno, por el dos?

Walter: ¿Por el cero?

Policía: ¡Venga, con decisión, que no se diga, Walter! ¡Vamos allá!

Walter: ¡No, por favor!

Policía: A volar, pajarillo.

Walter: ¡No!
Policía: A la de una…

Walter: Noooo…

Policía: A la de dos…

pág. 11
Walter: ¡No quiero, no quiero!

Policía: ¡Ánimo, Walter!¡A la de dos y a la de…!

Walter: ¡No, por favor, quiero vivir! ¡¡Quiero viviiiiirrrr!

La música tapa el grito de Walter, que está abrazado a la policía.


El ruido de las sirenas crece. El megáfono repite lo de agarrarse a
la cornisa y tal.

Oscuro.

ESCENA. AMOR IMPOSIBLE POR EXCESO DE PEPPERONI. I


PARTE.

Primero oímos a una pareja por los altavoces del teatro: se están
besando, magreando, mordiendo, devorando en las llamas de su
arrebatada pasión.

Luz.

Laura: Un momento, un momento ¡Necesito ver el mar!

Laura sólo lleva puesta una camisa de hombre. Manu sólo unos
pantalones. Están azoradísimos, a punto de salir ardiennnnndo.

Manu: ¿¡¡¡Adónde vas!!!?

Laura: El mar. (Busca una ventana.)

Manu: ¡Qué dices…!

Laura: Hoy necesito un imposible. /Manu: ¿¡Ahora!?/ La luna y el mar.


Ifigenia, Acto II Estásimo III.

Manu: Venga, vamos a seguir, cariño.

Laura: ¡Necesito ver el mar!

Manu: ¡Pero el mar está a 400 kilómetros!

pág. 12
Laura: (Señalando al cielo.) ¿Y la Luna? ¿no está más lejos?

Manu: Mira, no te entiendo. Vamos a la cama.

Laura: Perla de nácar, campana de los sueños…

Manu: No me hagas esto. (Intenta besarla, volver al ataque.)

Laura: ¿Harías lo que fuera por mí?

Manu: En este momento, y en estas circunstancias, sí.

Laura: ¿Lo que fuera?

Manu: Mato.

Laura: ¿Un imposible?

Manu: Venga, vamos a seguir.

Laura: ¿Una entelequia?

Manu: Cariño…

Laura: ¿Una quimera?

Manu: A ver, cariño ¿qué te pasa, qué es lo que quieres? (A Manu se le va


cortando el rollo.)

Laura: Los hombres mueren y no son felices.

Manu: ¿Qué?

Laura: Calígula. Acto I, Escena IV.

Manu: Mira, tienes que dejar a los clásicos. Yo te lo digo: esto que te estás
haciendo no está bien, no es sano…tenemos que hablarlo. /Laura:
Sí/ Pero luego. Ahora vamos a fo/

Laura: Tú sólo pon la palabra en tu boca, y con el sí yo sabré que harías lo


que fuera por mí.

Manu: (Hastiado, de bajón.) Que sí, Laura, que sí.

pág. 13
Laura: Lo que sea.

Manu: …

Mira Laura, cuando te dio por el Pilates, yo estuve contigo;


cuando te dio por el senderismo, dejé hasta el trabajo, cuando el
yoga, me hice yoggy, cuando por hacer pan, yo panadero, cuando
los puzles…pfff, pero esto de los clásicos… esto de los clásicos, me
supera. No puedo. No te cojo, no te hilo, cariño, te me vas; Te estás
haciendo daño, yo te lo digo. Nos estás destruyendo y te estás
destruyendo. Esto deja residuo, deja huella…pupa. Te lo digo en
serio.

Deja los clásicos.

Laura: ¿Me traerás lo que te pido?

Manu: …
¿qué es?

Laura: Quiero pizza.

Manu: ¿What?

Laura: Pizza.

Con Pepperoni y alcaparras.

Manu: No me lo puedo creer.

Laura: De masa crujiente, si es posible. La masa blanda me hincha como


un odre.

Manu: ¿Un qué?

Laura: Que cruja. Eso, que cruja y que chorree; me encanta que me brille
la barbilla con el aceite. Tú lo sabes ¿verdad?

Manu: Para contarlo y que no se lo crean.

Laura: ¿Me la traerás?

Manu: Claro.

pág. 14
Laura: ¿Para mí?

Manu: ¿Qué te pasa?

Laura: Toco la dicha con los dedos, mi amor. Trémela y me chorreo por tu
barbilla ¿vale? /Manu: Ay va./ ¿Estamos? Te prometo un mundo.

Manu: Vale, bueno.

Laura: (Laura ronronea alrededor de Manu.)

Con las manos, con la boca


En mi paladar coloca
La voluntad de tu ser.

Manu: Joder, Laura, me sacas de mí.

Laura: ¿Me la traes?

Manu: Voy.

(Mientras Manu se viste.)

Laura: Soñaba su canción la aurora, hija de la mañana, de rosáceos


dedos, cuando ya el dichoso Odiseo dejaba su casa para traer el
primer pez que alimentara a su amada.

Manu: /Cariño ¿Has visto mis calcetines?/

Laura: Los atunes nadan en círculo, y Ulises se sumerge, abraza el anillo


de plata, el pez níveo de roja carne que proyecta su sombra en las
rocosas cuevas del Helicón.

Manu: /¿Me devuelves mi camisa?/

Laura: El día canta cuando la mañana muere, dando paso al sol de


mediodía.

Manu: /Vale, cojo otra./

Laura: Cantándole al sol de la verdad.

Manu: (Desde dentro.) Con pepperoni y alcaparras.

pág. 15
Laura: Ya vuelve Odiseo portando el animal de sangre y de plomo. Ya su
casa es una promesa certera; flecha de luz en su sien. En los ojos
cóncavos del pez se refleja el mar antiguo, y el sol nuevo, las
futuras historias que cuentan canciones viejas de la vida
y de la muerte…
del amor…
los planetas…
y la forma de la siempreviva en su reflejo,
zigzagueante,
que nace con la mañana,
y muere…
con mi palabra.

Manu: Ahora vuelvo.

Oscuro.

ESCENA. EL MUNDO CONTRA ALEXIA.

La luz recorta la cara de Herminia. También vemos la luz azul de Alexia que,
como un pulso, ofrece su latido; es una especie de bafle cilíndrico,
blanco, apoyado en el suelo.

Herminia: Alexia, comienza lo bueno, ponme algo de música que merezca la


pena vivir. Esta noche voy a salir. Esta noche voy a darlo todo
¡Comienza… mi fin de semana!

https://open.spotify.com/track/1p05oPK949iMluRXGakmER?
si=393e7acb4e9c474f

La bola de espejo gira, un tocador portátil hace su aparición.


Marco de espejo con bombillas, secador de pelo profesional, mil
brochas, mil peines, pelucas, rizadores, uñas, cremas, perfumes,
borlas, esponjas…¡Y lentejuelas! Herminia baila en albornoz
blanco. Ahora aparece con una aspiradora, a lo Mercury, ahora
vuelve a cuatro patas, ahora caminando hacia atrás, etc.

A lo largo de la escena irá desvistiéndose y vistiéndose para


salir.

Herminia: Hija mía, pon algo que merezca la pena vivir; con esto se me va el
culo a las rodillas.

pág. 16
¡Alexia, ponme música disco!

https://open.spotify.com/track/1p05oPK949iMluRXGakmER?
si=393e7acb4e9c474f

Comienza la canción desde el principio.

¡Alexia. Música disco!

Alexia: Lo siento. No he encontrado ninguna entrada para música Disco.

Herminia: ¡No me lo puedo creer!

No me lo creo.

Embustera.

Es imposible.

¿Me has oído?

¿Alexia?

Alexia: Puedo ofrecerte este tema de Suzzi Quatro y Chris Norman,


grabado en 1977.

Herminia: A ver, ponlo.

https://open.spotify.com/track/1p05oPK949iMluRXGakmER?
si=393e7acb4e9c474f

Herminia: ¡Pero si es la misma!

Alexia: Lo siento. No he encontrado ninguna entrada para la misma.

Herminia: Bah, déjala. Pero bájala un poco.

Que la bajes un poco.

¡Que la bajes! ¡Bajar música!

¡¡¡Bajar volumen!!!

(Por fin, Alexia baja el volumen, quedando la música de fondo.)


pág. 17
Estás un poco teniente, hija…

Alexia: Escuchar música por encima del volumen recomendado, puede


afectar al sistema auditivo.

Herminia: Pues déjala así, anda rica.

Esta canción le gustaba al Gallo; recuerdo que la pusieron varias veces en la boda
de los Pichones. Vaya boda. El muy cabrón se puso ciego de todo.
Bueno, en esa boda y en todas, siempre acababa mal. Pero en esa
boda había algo más. Ya le rondaba. Ya había algo, yo lo sé. El
Gallo no se fue de hoy para mañana.

Pero me dejó sola, el cabrón.

Alexia, gracias por traerme un recuerdo tan amargo. Ponla todo lo


que quieras… /a ver si me explota la cabeza./

Alexia: Encantada ¿Puedo ayudarte en algo más?

Herminia: A ver, a ver … ¡Sí! Búscame un sitio donde salir a darlo todo esta
noche, cariño. Pero quiero algo diferente.

Alexia: Encantada. Actualmente existen en la ciudad 6.324 entradas con el


hagstag ocio y vida nocturna.

Herminia: ¡Seis mil y pico! ¡Esta noche mojo, seguro! (Ríe.)

Alexia: Las probabilidades de éxito son amplias, pero te aconsejo que acotes
la búsqueda, para que pueda ofrecerte un resultado óptimo.

Herminia: ¡Ah, no de no! ¡Yo lo quiero todo!

Alexia: Visitar 6.324 locales, puede suponerte un cálculo de 263 días y


medio sin descanso. Teniendo en cuenta que este tipo de
establecimiento sólo abre una media de 8 horas por noche,
supondrían un total de 790 noches y media sin parar, lo que arroja
una suma de: dos años, un mes y dieciséis noches visitando locales.

Herminia: La madre que te parió ¿Todo eso sabes?

pág. 18
Alexia: También puedo realizar otras búsquedas, tales como: vibrador
femenino, Tanatorio, mobiliario gore o Ralladores de queso por
bluetooth.

Herminia: Nada, nada…Iré al Rogelio’s, no hace falta.

Alexia: Has visitado Rogelio’s Pub, situado en la Calle Corrales sin número,
un total de 16 veces en los últimos treinta días.

Herminia: ¡Oye! ¿¡Tú cómo sabes eso!? ¿Y a ti qué te importa?

Alexia: Los parámetros de geolocalización están entre mis aplicaciones,


conectadas con tu teléfono móvil.

Herminia: Serás cotilla…

Alexia: ¿Puedo ayudarte en otra cosa?

Herminia: No gracias, ya tengo suficiente con…/.

(Se sonríe con malicia.) O sí:

Alexia, échame un Gin Tonic de Hendricks con pepino… ¡Ja!


Con limón no, que me da ardores, me gusta más con pepino.

Alexia: Lo siento. No he sido programada para servir combinados. En


cambio sí puedo facilitarte 32 entradas con el nombre de
ultramarinos y bebidas a domicilio.

Herminia: ¡Pónmelo con pepino

… perra! (Ríe.)

¡Pónmelo con pepino, perra!

Alexia: Perdón, pero no te he entendido bien ¿Podrías repetir la pregunta?

Herminia: Échame un Gin Tonic, con pepino, cachoperra. (Le hace mucha
gracia.)

Alexia: Lo siento. No he encontrado ninguna entrada para cachoperra.

(Herminia se ríe.)

pág. 19
Herminia: Que me lo eches, perra… perraca.

Alexia: Lo siento, pero no te he entendido bien.

(Herminia se mea de risa.)

Hijaputa…. Cabrona…

(Se descojona.)

Alexia: ¿Puedo ayudarte en algo más?

Herminia: ¡Alexia, enséñame las tetas!

Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja…

Alexia: Lo siento, pero no puedo ayudarte en eso. En cambio sí puedo


facilitarte 161 entradas con el nombre de consulta de psicología.

Herminia: Jajajajajajajaja. ¡Qué buenooooo…! ¡Me meo…!

Alexia: Soy un sistema de asistencia de software y domotización


programada. Nada más.

Herminia: Joder, qué formalidad, cuánta diplomacia. Ya me lo echo yo, hija.

(Cuando Herminia sale de escena un momento, la música cambia,


la luz del espejo tintinea, se abre una ventana.

Vuelve Herminia con su Gin tonic.)

Herminia: ¡Eh, eh, nena, esto sí que sí!

(Herminia baila. Alexia ensaya un Chase con las luces.)

¡Súbela más,

Más,

Más, perra!

(Alexia quita la música.)

Herminia: ¿¡Ah!?¡Pero por qué la quitas!


pág. 20
Alexia: Escuchar música por encima del volumen recomendado, puede
afectar al sistema auditivo.

Herminia: ¡Pero que la pongas otra vez!

¡Que la pongas!

Alexia vuelve a poner el tema de Suzi Quatro.

Herminia: ¡Pero tú de qué vas! ¡Esta no, la otra!

¡Que pongas otra vez la otra!

Alexia: Lo siento. No he encontrado ninguna entrada para la otra.

(Alexia sube notablemente el tema de Suzzi Quatro.

Herminia le saca el dedo.)

Herminia: Mira esto: ¡para ti, gilipollas!

Alexia: Lo siento, no puedo reconocer comandos que no sean auditivos.


Puedes contratar la tarifa de reconocimiento facial, por sólo 29,99
euros al mes, entrando en nuestra web www.alexia.net

Herminia: Anda, apágate un ratito, rica; hoy tienes el día torcido. Cuando te
sale chungo, no hay quien te aguante…

Y baja la música…

¡Que bajes la música!

¡¡¡Alexia, apágate!!!

(Alexia se apaga. Silencio. Luz normal. No hay música.)

Herminia: Joder, qué ratito. Da más guerra que un hija tonta. Como decía mi
abuela: “Tanta gloria lleves como paz…llevas” No ¿Cómo era? No
me acuerdo. “Tanta paz dejes, como gloria dejas…” Tampoco.

Como Gloria Gaynor, ya está.

pág. 21
(Herminia se dedica a lo suyo. Se bebe el gintonic de un trago. Se
echa otro, ya sin tónica. Se va maquillando, se pone una peluca, un
vestido…)

“Ay soledad, qué buena amiga eres,


Si volviésemos a ver los días,
Si pudiésemos echar para atrás,
Pero quién quiere nadie.”

(Bebe.)

Gallito. Que te me fuiste y me dejaste, cabrón. Y las ganas me las


como yo, pero hoy es viernes y me voy a enterar. Se va a enterar el
mundo.

“Ay, soledad, qué perra eres.”

(Mirándose en el espejo.)

Perra.

Perraca.

Perra.

Pues no que le digo que ponga música disco y dice que no sabe qué
es. Vaya cara. (Al espejo.) Estos trastos… cada día los hacen con
más picardía ¿Pues sabes qué? Que si está en garantía, la devuelvo:
decidido. Son treinta días ¡Se puede! Creo que sí, que por ahí anda
la caja ¿Quién necesita que le digan dónde está la llave de la luz?
¿Es que nos hemos vuelto locos? ¿O tontos? ¿Locos o tontos, en
qué quedamos? Se puede cambiar y se cambia. O la tiro a la
mierda.

…y coge la Alexia de los cojones, y me manda al psicólogo, no te


lo pierdas ¡Vete tú a China, no te jode, o al coño de la madre del
idiota que te montó las piezas! (Ríe.)

(El secador de pelo se enciende solo.

Herminia se queda quieta.

Coge el secador. Lo apaga, lo mira con extrañeza. Lo cuelga otra


vez en su sitio.)
pág. 22
El caso es que creo que guardé la caja en el maletero. Treinta días.
A tomar por culo, ésta se va. “¿Quién quiere nadie?”

(Se levanta y va hacia el maletero, pero en esto llaman al timbre.

Dingo dong.

Abre la puerta. No hay nadie.)

¿Has sido tú, cachoperra?

(El secador vuelve a ponerse en marcha.)

(Herminia va a desenchufarlo, pero cuando lo coge, el enchufe le


explota en la mano. Echa humo, salen llamas. Herminia sofoca el
incendio como puede.)

¡Joder! ¡Me cago en la…! ¡Mi mano!

(Llaman al timbre, se cierra una puerta, la luz parpadea, todo a la


vez y varias veces.)

¡Hija de puta! ¡Has sido tú!

(Coge a Alexia con violencia para estrellarla contra el suelo,


/Herminia: ¡A tomar por…/ pero la luz se vuelve roja, y oímos el
subgrave del ronroneo de un animal monstruoso. Herminia deposita
a Alexia en el suelo.)

(Saliendo de escena.) Te tiro a la basura. Te vas a ir a tomar por


culo por donde viniste ¡Te vas a enterar, hijadeputa!

(Herminia sale de escena. Alexia se enciende, se desplaza de


derecha a izquierda, y se va.)

(Vuelve Herminia con la caja de embalaje.)

¿Dónde coñ…?

(Al aire, mirando al frente.)

Mira, perra, cachoperra,


Voy a acabar contigo,
pág. 23
¿¡Quién quiere nadie!?
¡Donde quiera que estés!
¿Me oyes?

(La aspiradora, al fondo de la habitación, comienza a moverse


lentamente.)

¡Quién quiere nadie!

(Oscuro.)

(Por los altavoces del teatro, oímos cómo los elementos


domotizados atacan a Herminia.)

ESCENA. LLAMADAS A MEDIANOCHE

ON AIR.
Suena Are You lonesome tonight? de Elvis Priestley, sintonía de
Llamadas a Medianoche. Al fondo del estudio, vemos la silueta de
la locutor@ con sus cascos, y el micrófono colgado en la jirafa.
Habla empalagos@ como un flan de caramelo con azúcar, nata,
guindas y otra vez caramelo.

https://open.spotify.com/track/6vXZs9rEQF7Nd6O8Ue7NrT?
si=5558cf016bd74576

[1]1
Locutor@: ¿Sigues ahí? ¿Duermes? ¿No puedes conciliar el sueño o…
quieres seguir soñando? Sigue navegando. No nos abandones. Estás
en tu sintonía favorita, recuerda: Onda Viva de la FM. Llevamos
sesenta minutos cogidos de la mano, navegando por el mar de la
noche, para no perdernos por ningún hueco del colchón.

Y nos entra otra llamada en directo. Es Laura, desde un lugar


remoto.
¿Hola? ¿Laura?

1 [1]
https://open.spotify.com/episode/2RT60CxjieQ9VhAt6lx7B5?si=dfcef2edc9cd4e43
Me encantaría que la locución corriese a cargo de Juan Carlos Ortega.

pág. 24
Laura: Hola. Buenas noches.

Locutor@: Buenas noches ¿Desde dónde nos llamas, Laura?

Laura: Desde la Cólquide.

Locutor@: ¿Perdón?

Laura: Cólquide, la Cólquida.

Locutor@: Provincia de…

Laura: Sí, bueno, yo llamaba para expresarme en duda.

Locutor@: ¿Perdón?

Laura: Expresarme, quiero expresarme.

Locutor@: Ah… muy bien, Laura. Nos alegra que nuestros oyentes se
expresen, para eso abrimos los micrófonos y nuestro corazón todas
las noches. Los abrimos a todos los sentimientos posibles del ser
humano: amor, desamor, engaño, desengaño, hastío…(…)
Cuéntanos, Laura.

Laura: Pues verás; yo, fundamentalmente, le vengo a negar la voluntad al


ser.

Locutor@: ¿Perdón?

Laura: Sí, vamos…, que transito entre el inmovilismo de Parménides y el


lejano espectro de los existencialistas.

Locutor@: Ahá… (Aunque no entiende nada.)

Laura: Y aunque éstos son extemporáneos, como sabrás, /Locutora:


Ahá…/ el germen, la semilla, viene de antiguo, yo diría que del
mismo Sócrates ¿No crees?

Locutor@: Ahá.

Laura: Nos determina. El nacimiento, digo: nos determina.

Locutor@: Ahá.

pág. 25
Laura: Y ahí ando, imbuida en la duda; /Locutora: Ya/ pero en la duda
clásica, la primigenia, la madre de todas las dudas, vamos ¿me
entiendes? /Locutora: claro, claro/ de Hermógenes a Heródoto; de
Zenón a Platón, que me salgo de la horquilla de los clásicos y me
ciego por la luz.

Locutor@: Ya, entiendo.

Laura: Y vuelvo al eterno retorno.

Locutor@: Claro, claro.

Laura: Es lo que me pasa. Y no sé qué hacer, la verdad, por dónde tirar,


más que expresarme en duda.

Locutor@: Ah, pues… no sé qué decirte, la verdad.

Laura: Pues así me encuentro yo: rozando el Nihilismo.

Locutor@: ¿El qué?

Laura: La negación, la nada. Tú sabes.

Locutor@: Claro, claro.

Laura: Pues eso.

(Largo silencio. Sube música, baja música.)

Locutor@: ¿Laura? ¿Sigues ahí?

Laura: Sí, sí, aquí me encuentro.

Locutor@: ¿Quieres contarnos algo más?

Laura: No. Básicamente, mi trasiego es ese.

Locutor@: ¿Tú qué?

Laura: Mi trasiego, mi trasunto, mi devenir.

Locutor@: Entiendo (Mentira, no entiende nada.)

Laura: Por eso he querido expresarme en duda, por si podías ayudarme.


pág. 26
Locutor@: Pues…Laura, nos entra otra llamada desde Albacete; nos
encantaría ayudarte, pero tenemos que atender a otras llamadas de
otros navegantes.

Laura: Ya, pero yo me quedo in albis ¿no podrían orientarme?

Locutora: No nos abandones, sigue con nosotros.

Laura: Ya, pero oiga.

Locutora: Sigue navegando… por la noche.

Laura: Oiga.

Pi pi pi pi pi pi pi pi pi pi.

Queda la música. La locutora se quita los cascos, se levanta y va


a beber agua.

Elvis nos acompaña, sube la música y la silueta de la locutora se


va diluyendo en la luz.

ESCENA. AMOR IMPOSIBLE POR EXCESO DE PEPPERONI. PARTE


II

Caja de pedidos en Pizza Roll. Manu está esperando a ser


atendido.

El chico de la gorra se acerca al micrófono.

Dependiente: (Llamando, con un ticket en la mano y una caja de pizza.)154 para


Felipe.

(No obtiene respuesta.)

154 para Felipe, por favor.

(A Manu.) ¿No será usted Felipe?

pág. 27
Manu: No, lo siento…

Dependiente: 154. Felipe. ¡Felipe! Masa Roll cuatro quesos, trufa y chapiñones.
Topping extra de feta, y topping extra de cachuela. Felipe.

(Espera respuesta.)

¿Felipe? ¿154?

(Mira fijamente a Manu, acusador.)

¡Felipe!

(Manu mira al techo, para no darse por aludido. ¡Él no es Felipe,


caray!)

¿Felipe?

Manu: (Enojado, por lo bajo, se acerca.) Oiga, ya le he dicho que yo no


soy Felipe.

Dependiente: ¿Seguro?

Manu: ¿Por quién me toma?

Dependiente: Por…Felipe, ya se lo he dicho.

Manu: Pues no, no soy Felipe. Nunca lo he sido y nunca lo seré.

Dependiente: Joder, /otra vez lo han vuelto a hacer/ (Se mete para adentro.)

Manu: ¿Pero me puede atender?

Dependiente: Un momentito, por favor.

(Manu se molesta. Se aparta un momento del mostrador para ver


la lista de toppings y ofertas de la semana.

Vuelve a salir el dependiente con otra caja de pizza. Se dirige al


micrófono.

Entra un chico muy corpulento, con chaqueta de cuero


tachonada, botas Marteens, piercings, etc.)

pág. 28
Dependiente: 155 Roldán. Familiar, Margarita de masa crujiente con extra de
piña.

(Nadie responde.)

Dependiente: ¡Roldán, 155!

¿Ninguno de ustedes dos será, por casualidad, Roldán?

(El forzudo niega con la cabeza. Manu no contesta.)

Manu: ¿Me puede atender ya?

Dependiente: Está bien ¿Qué número tiene?

Manu: ¿Número?

Dependiente: Sí. Tiene que coger un número para poder hacer la fila.

(Señala hacia donde está el forzudo. Éste tiene un papelito en la


mano que acaba de sacar de un expendedor.)

Manu: No me lo puedo creer.

(Va hacia el forzudo y Manu le tiende la mano para que le de el


ticket. El forzudo sólo le mira, y lo rebasa imponente, dirigiéndose
al mostrador.)

Manu: Eh, eh, pero que yo estaba primero.

(El forzudo se da la vuelta. Mira a Manu a los ojos desde su


superioridad, encarándose. Vuelve a dirigirse al mostrador.)

Manu: Oye, verás, amigo. Yo estaba primero.

Dependiente: Señor, por favor, no moleste.

Manu: Pero no es justo… yo…oiga.

Dependiente: Señor, tiene que coger un número para ser atendido.

Manu: Joder, esto es… tremendo (Volviéndose, entre dientes, y


dirigiéndose hacia el expendedor de tickets.)Sois todos unos
Felipes.
pág. 29
Dependiente: ¡Eh, oiga, que le he oído! Sin faltar.

(Al forzudo.)

Bienvenido a Pizza Roll. Número, por favor.

(El forzudo le entrega el ticket.)

Gracias, 156 ¿Nombre?

Héctor: Héctor.

Dependiente: Buenas noches, Héctor 156 ¿Qué desea?

Héctor: Familiar Barbacoa con aceitunas, pasas, anchoas, alcaparras y


chorizo.

(El dependiente practica su Minority report en la pantalla táctil


de pedidos.)

Dependiente: ¿Salsa?

Héctor: Vulcano y César.

Dependiente: ¿Las dos?

Héctor: Sí.

Dependiente: ¿Doble masa?

Héctor: Sí.

Dependiente: ¿Rellena de queso?

Héctor: Sí.

Dependiente: ¿Queso por encima?

Héctor: Sí.

Dependiente: ¿Queso por debajo?

Héctor: Sí.
pág. 30
Dependiente: ¿Con sémola?

Héctor: Sí.

Dependiente: ¿Aroma de leña?

Héctor: Sí.

Dependiente: ¿Súper Roll?

Héctor: Sí.

Dependiente: ¿Centro crujiente?

Héctor: Sí.

Dependiente: ¿Bordes ahumados?

Héctor: Sí.

Dependiente: ¿Guacamole, mostaza o kétchup?

Héctor: Sí.

Dependiente: ¿Sí qué?

Héctor: Sí.

Dependiente: Venga, los tres.

¿Por un euro más, quiere una bandeja de alitas pollo?

Héctor: Sí.

Dependiente: ¿Con tabasco?

Héctor: Sí.

Dependiente: ¿Patatas?

Héctor: Sí.

Dependiente: ¿Pimientos?

pág. 31
Héctor: Sí.

Dependiente: ¿Amianto, Cicuta, Antrax?

Héctor: Sí, sí, sí.

Dependiente: ¿Un plan de pensiones, una hipoteca, un seguro de hogar?

Héctor: Sí

(El Dependiente termina de teclear.)

Dependiente: De acuerdo, Héctor 156. Son 22,60, por favor.

(Héctor paga.)

Dependiente: Espere unos minutos, enseguida le llamamos.

(El Dependiente se mete para adentro.)

Manu: Eh. Oiga.

¿Oiga?

Disculpe.

Dependiente: ¿Qué desea?

Manu: Me toca ¿no?

Dependiente: Supongo ¿Ha cogido número?

Manu: Sí.

Dependiente: ¿Cuál tiene?

Manu: (Mirando, sorprendido, el ticket.) 205.

Dependiente: ¡Ops! Vaya, 205: tiene que esperar.

Manu: ¡Cómo!

Dependiente: Tiene que esperar.

pág. 32
Manu: ¡Él era el 156! ¡Yo voy después…tengo que ser el…/

Dependiente: /Lo siento, señor: seguramente en este tiempo habrán entrado


comandas telefónicas o pedidos de internet. Usted es el 205. Tiene
que esperar.

Manu: Una mierda.

Dependiente: ¿Cómo dice?

Manu: ¡Una mierda! ¡Me toca a mí!

Dependiente: ¡Señor!

Manu: (Se abalanza violentamente esgrimiendo un dedo índice.) ¡Mira,


gilipollas, o me atiendes, o…

Héctor: Eh, eh eh eh… (Se interpone.)

Manu: (Al gigante.) ¡No me toques, eh! ¡No me toques! Te lo advierto.

Dependiente: ¡Oiga, tranquilícese!

Manu: ¡Una mierda! ¿¡Me engaña en mi cara y me pide que me


tranquilice!?

(Manu intenta enganchar al dependiente, pero Héctor se lo


impide. Comienza un absurdo revoloteo de patio de colegio entre
un grandullón y un canijo.)

¡Que no me toques! (etc.)

Dependiente: ¡Oiga, estese quieto! ¡Tranquilícese!

(Continúa la persecución a muerte.)

Dependiente: (Por megafonía.) Atención, Héctor 156 y anónimo 205, dejen de


corretear o tendré que llamar a la policía.

Manu: ¡Para, para! ¡No quiero hacerte daño!

Dependiente: Está bien. Está bien, quietos.

pág. 33
Cálmense, por favor.

Manu: ¡Usted no sabe quién soy yo!

Dependiente: ¿No será Felipe?

Manu: ¡Hijodeputa! (Se abalanza para acabar con él, pero otra vez
Héctor se pone por delante.)

Dependiente: ¡Vale, vale! Quieto, ha sido sólo una broma, no he podido evitarlo.

Tranquilos… tranquilos.

Vamos a repensar esto.

205, voy a hacer como que no he oído que me ha insultado, y lo


que haya podido decir de mi madre.
Ahora le voy a dar a usted un ticket de fila con el número 157. Me voy a meter
para adentro, y cuando salga, voy a hacer como que no ha pasado
nada.
Y volvemos a empezar ¿Estamos?

Manu: Esto es otra broma.

Dependiente: ¿Prefiere que llame a la policía?

Manu: ¡Es absurdo!

(Héctor se encara. Roce.)

Dependiente: (Por megafonía.) 156, las manos quietas, que te veo. No


empecemos.

Venga, chicos. Todos preparados, y volvemos a empezar. Aquí no


ha pasado nada ¿De acuerdo?

(El dependiente le da un ticket a Manu, que coge a duras penas.


Se mete para dentro. Manu y Héctor se miran con odio.)

Manu: No quiero hacerte daño.

(Héctor se sonríe y se va aparte.)

(Sale el Dependiente.)
pág. 34
Dependiente: Bienvenido a Pizza Roll. Número, por favor.

(Manu le entrega el ticket.)

Gracias, 157 ¿Nombre?

Manu: Manu.

Dependiente: Manu ¿Nada más?

Manu: …

Dependiente: ¿Sólo Manu? (Él esperaría Hermógenes.)

Dependiente: Buenas noches, Manu, 157 ¿Qué desea?

Manu: Una pizza.

Dependiente: Ya, claro…

¿Con qué?

Manu: Pepperoni y alcaparras.

Dependiente: ¿Qué más?

Manu: Sólo con eso.

Dependiente: ¿Salsa?

Manu: Ninguna

Dependiente: ¿No?

Héctor: No.

Dependiente: ¿Doble masa?

Manu: No.

Dependiente: ¿Rellena de queso?

Manu: No.

pág. 35
Dependiente: ¿Queso por encima?

Manu: ¡No!

Dependiente: ¿Queso por debajo?

Manu: ¡¡No!!

Dependiente: ¿Con sémola?

Manu: ¡¡¡No!!!

Dependiente: ¿Aroma de leña?

Manu: ¡¡¡No!!!

Dependiente: ¿Súper Roll?

Manu: ¡Oiga, por favor, yo sólo quiero una pizza con pepperoni y
alcaparras! ¿Me entiende?

Dependiente: Se lo advierto, si se vuelve a poner tonto, le devuelvo a la posición


de ticket 205.

(Héctor hace ademán de acercarse.)

Manu: ¡Eh, eh, que no se acerque!

Dependiente: (Por megafonía.) 157, no empecemos. A tu sitio.

A ver ¿Cómo quiere su pizza?

Manu: Sencillo: pepperoni y alcaparras.

Dependiente: Masa crujiente o masa blanda.

Manu: Crujiente.

Dependiente: ¿Ves qué fácil, 157? No hay por qué ponerse así. (Teclea en la
pantalla.) Las cosas sólo hay que hablarlas.

¿Familiar o pequeña?

pág. 36
Manu: Pequeña.

Dependiente: Lo siento, de pepperoni sólo se puede pedir familiar.

Manu: Entonces, familiar.

Dependiente: Pues tiene que ser masa blanda.

Manu: ¡Imposible!

Dependiente: No servimos masa blanda familiar.

Manu: ¡Pero la masa blanda le hincha como un odre!

Dependiente: ¿Cómo dice?

Manu: ¡Que la quiero crujiente!

Dependiente: Pues pequeña (Anotando.) Sin pepperoni, eso sí.

Manu: ¡Con pepperoni!

Dependiente: Lo siento, no servimos pepperoni en pizza pequeña.

Manu: ¡Pues grande!

Dependiente: ¡Pues masa blanda!

Manu: ¡Imposible!

Dependiente: ¡Oiga!

Manu: ¡Oiga!

Dependiente: ¡Vamos a ver si nos organizamos!

Que quede claro: nosotros no servimos pepperoni en masa


pequeña ¿estamos?

Manu: Pues masa grande, es fácil.

Dependiente: Pero masa grande, con alcaparras, no puede ser crujiente.

Manu: ¿Y masa pequeña con alcaparras?


pág. 37
Dependiente: Entonces no puede llevar pepperoni.

Manu: ¡Ah, Dios!


¡esto es el fin del mundo!
¡me cago en mi vida!

(Manu se tortea la cara como el vigía que espera a Agamemnón,


se tira del pelo, se da de bruces.)

Dependiente: 157 finalice su pedido.

Manu: Señorito, por lo que más quiera, deme una pizza.

Dependiente:

pág. 38
[1]
https://open.spotify.com/episode/2RT60CxjieQ9VhAt6lx7B5?si=dfcef2edc9cd4e43
Me encantaría que la locución corriese a cargo de Juan Carlos Ortega.

pág. 39

También podría gustarte