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El espacio y el tiempo

en Kant
m m anuel K an t (1 7 2 4 -1 8 0 4 ), El presente trabajo únicam en ­ ésta pueda aspirar independiente­

I publicó la Crítica de la razón


pura en 1781, y una segunda
edición, con diversas variantes,
en 1787. Es uno de los libros más
te aborda uno de los cam inos
esenciales de la reflexión kan tia­
n a : el espacio y el tiempo. ¿Por
qué ambos elem entos? K ant indi­
mente de toda experiencia”.3 El
deber de la filosofía es “disipar la
ilusión de una m ala inteligencia”.4
S e trata de construir un saber ver­
im portantes de la filosofía k an tia­ ca que para con ocer un fenóm eno dadero, no enlistar opiniones o
n a1 y de la producción filosófica se n ecesitan dos factores: la in tu i­ arrojar hipótesis; para K ant, sobre
en general. Las reflexiones con s­ ción y los conceptos. El tiempo y la certeza no se opina, porque
truidas en este texto conform an el espacio son las formas de la in ­ todo con ocim ien to a priori es ab­
una forma nueva de plantear los tuición. Para com prenderlos más solutam ente necesario.
problemas, acotar los lím ites de la adecuadam ente es necesario ver La m etafísica tiene la ven taja
razón y postular lo que puede ser los com ponentes de la estética de ser la ú nica cien cia que puede
conocido por ella. C om o K ant trascendental. alcanzar la perfección sin añadirle
señala, la obra es crítica, lo cual En K an t se presenta una doble contenido alguno; se consolida
im plica un primer m ovim iento relación con la m etafísica: no le com o un inventario de la razón
negativo: no significa ampliar la satisface debido a su in cap aci­ pura ya que “nada puede aquí pa­
razón, sino depurar los errores es­ dad de m ostrar los fundam entos sarnos desapercibido, porque lo
peculativos, pues crítica significa y las condiciones de posibilidad de que la razón extrae enteram ente
describir los límites de un objeto y las ciencias y de constituirse a sí por sí misma, no puede esconder­
en con trar sus condiciones de po­ misma com o tal. Para K ant, la se, sino que por la razón misma es
sibilidad. El autor desprende dos m etafísica debía (y podía) reinar traído a la luz, tan pronto com o se
resultados de su obra: no salir por la naturaleza de su objeto y el ha descubierto el principio com ún
nunca de la experiencia y reducir despliegue del mismo a través de de todo ello”.5 Esto es un proyec­
el uso de la razón, si es que desea­ la razón, entendida com o “la to que la Crítica debe h acer real.
mos h acer una cien cia de la m eta­ facultad de la unidad de las re­ Com o la razón aparece n e ce ­
física y para el desarrollo mismo glas del entendim iento m ediante sariam ente en todas las ciencias,
de las ciencias. C on la crítica de principios”.2 Las ciencias progre­ debe existir algo conocido a prio­
la razón pura es posible dar cu en ­ san, perfeccionan sus m étodos y ri, de dos m aneras: la primera
ta de los conocim ientos a priori, es realizan descubrim ientos, pero la para determ inar el objeto y sus
decir, no derivados de la exp e­ m etafísica no debido a la dificul­ conceptos, lo cual permite el c o ­
riencia. Es trascendental porque tad de medir, en la form ación de n ocim iento teórico; la segunda,
no se interesa en sí por los o b je­ su discurso, la profundidad del para hacerlo real, lo cual significa
tos, sino por nuestro modo de c o ­ pensam iento. Pero a K ant no le el con ocim ien to práctico de la ra­
nocerlos a priori. interesa la crítica de libros o zón, pero “la parte pura de ambos
de sistemas, “sino de la facul­ ( ...) en donde la razón determ ina
* Profesor de la Universidad Obrera de
tad de razón en general, respecto su objeto com pletam ente a priori,
México. de todos los conocim ientos a que tiene que ser primero expuesta
sola, sin m ezclarle lo que procede Esto perm ite desem bocar en 5 + 7 no se desprende por descom ­
de otras fuentes”.6 E n los Prolegó­ una idea cen tral de K an t: si bien posición de sus elem entos el
menos señala que “el con ocim ien ­ todo conocim iento in icia con la resultado 12.
to m etafísico debe solam ente con ­ experiencia, no quiere decir que K ant se introduce, por ello, en
ten er juicios a priori, com o exige provenga siempre de ella; al c o n ­ el universo de los juicios sin téti­
la naturaleza de sus fuentes”.7 trario, existe - y es lo más im por­ cos a priori, cuyos principios pue­
porque éstas no pueden derivar ta n te - un tipo de conocim ientos de otorgar solam ente la razón.
de la experiencia y de la realidad que se distinguen por no pertene- C om o son las síntesis puras las
externa. Entre otras razones por­ cerle: los conocim ientos a priori, que poseen los conocim ientos
que es incognoscible, no podemos que pueden ser com pletam ente más altos, la crítica debe serlo de
saber cóm o es la cosa en sí, sino puros o no. A K an t le interesa, la razón pura. C om o se indicó, no
los fenóm enos: aquello que apare­ para efecto de su obra, preferente­ es una doctrina, sino una crítica,
ce en un tiem po y en un espacio m ente los conocim ientos a priori ya que acota los lím ites de la
com o condiciones de posibilidad, puros, que se caracterizan por ser razón y su forma de con ocer los
y que es estructurado, vuelto lógi­ universales y necesarios, y en los objetos (el conocim iento trascen ­
co, por medio de las categorías. cuales la ilustración de la expe­ dental). A esta nueva cien cia “no
C onocem os de los objetos lo que riencia, cuando se otorga, sólo debe entrar ( ...) ningún concepto
ponem os en ellos. Por eso “la ra­ sirve com o ejem plo, pero cuya que contenga algo em pírico”,10 y
zón debe acudir a la N aturaleza necesidad está conform ada en es aquí, en esta tram a general,
llevando en una m ano sus princi­ su propia interioridad. D e este donde se engarzan las intuiciones
pios, según los cuales tan sólo los modo, son posibles dos tipos de del tiempo y el espacio, debido a
fenóm enos concordantes pueden juicios, los analíticos y los sin téti­ que el conocim ien to tiene dos ra­
ten er el valor de leyes, y en la otra cos. Los analíticos son siempre a mas, quizá, añade el filósofo, que
el experim ento, pensado según priori, pero que no le interesan a provienen del mismo origen: la
aquellos principios”;8 el hom bre, K an t porque no aum entan el co ­ sensibilidad y el entendim iento:
de este modo, no es un discípulo nocim iento, ya que sólo descom ­ “por medio de la sensibilidad nos
sino el juez que obliga a dar res­ ponen el fenóm eno y lo explican son dados objetos y ella sola nos
puestas determ inadas a los testi­ basándose en el principio de iden­ proporciona intuiciones; por m ie­
gos. L a física ha sido una ciencia tidad. Los juicios sintéticos se do del entendim iento empero son
en crecim iento porque busca, no subdividen en a posteriori (deriva­ ellos pensados y en él se originan
imagina, lo que la razón ha puesto dos de la experiencia) y no perm i­ conceptos”.11 De este modo, el
o determ inado; los objetos no ri­ ten explicar la form a en que la ra­ efecto del objeto en la representa­
gen el conocim iento, sino el c o ­ zón produce el conocim iento, y ción se llam a sensación; y es fen ó­
nocim iento a los objetos. A sí, el en sintéticos a priori, en los cuales m eno “el objeto indeterm inado de
experim ento únicam ente com ­ el predicado añade conocim iento una in tuición em pírica”.12 K an t le
prueba nuestro conocim iento a al sujeto; el ser a priori significa llama estética trascendental a
priori del fenóm eno, no la de la que no dependen de una confor­ la cien cia de los principios a priori
cosa en sí, que perm anece d esco­ m ación por medio de la actuación de la sensibilidad, con los cuales
nocida. “Espacio y tiem po son em pírica, sino que son ellos los es posible en un primer m om ento
sólo formas de la in tu ición sensi- que h acen posible determ inadas el conocim iento.
b le”9 y cond ición de existencia formas de la experiencia. La m a­ Respecto al espacio y al tiem ­
de los fenóm enos, lo ú nico co n o ­ tem ática, la geom etría, la cien cia po, indica el filósofo, existen tres
cible por la razón. C om o señala de la naturaleza y la m etafísica es­ campos teóricos. Para N ew ton se
Cassirer en Kant, vida y doctrina, tán construidas con juicios sinté­ trata de entidades reales: “El es­
no es la existencia del mundo de ticos a priori. Esto no es tan claro pacio absoluto perm anece con s­
las cosas lo que hace surgir, para com o parece. La m uestra, dice tantem ente igual e inm óvil, por
el hom bre, el conocim iento y la K ant, es que aquellos que han virtud de su naturaleza y sin rela­
verdad, sino que la ordenación reflexionado sobre la m atem ática ción alguna con ningún objeto
que debe tenerse en cu enta nace habían supuesto que las propieda­ exterior; el espacio relativo, por el
de la necesaria certeza de los ju i­ des eran analíticas y no sintéticas; contrario, es una medida o parte
cios. sin embargo, de la proposición móvil del primero, que nuestros
dependientem ente de todas las
diferencias individuales en cuanto
a las representaciones”;16 este h a ­
cer objetivo puede realizarse si no
se consideran tiempo y espacio
Portada de una com o cosas concretas enfrentadas
a la representación, sino “com o
edición de la fuentes del con ocim ien to”; el es­
Crítica de la razón pacio y el tiem po pasan de ser c o ­
sas a conocer, a funciones por m e­
pura fechada en dio de las cuales conocem os.
Frankfurt y E n K ant, tiempo y espacio tie ­
n en que ver con un mismo tipo de
Leipzig en 1794. intuición, la que h ace posible la
aparición de los fenóm enos, pero
tien en características diferentes.
El espacio se relaciona con las
intuiciones externas; el tiempo,
con las intuiciones internas del
sujeto. Para K ant, el espacio no es
un concepto em pírico sacado por
sentidos nos señalan por medio de sar de este origen puram ente dis­ medio de las experiencias ex ter­
su situación con respecto a otros cursivo, perm anecen limitadas a nas, pues es necesario que el suje­
cuerpos y que generalm ente se su aplicación al campo de la reali­ to esté en la base de la representa­
confunde por error con el mismo dad em pírica”.14 ción del espacio para que puedan
espacio inm óvil”.13 C om o señala K an t abre la posibilidad de una darse las cosas teniendo un lugar,
Cassirer, a pesar de que N ew ton tercera teoría, la crítica, en donde estando colocadas y dispuestas.
había propuesto com o m étodo de espacio y tiempo p erten ecen a la A dem ás, no podemos n un ca re­
investigación sólo aquellos fenó­ forma de la in tu ición y a las cuali­ presentarnos la in existen cia del
m enos que pueden ser dem ostra­ dades subjetivas de la razón. La espacio, aunque b ien podemos
dos com o verdaderos, introduce palabra subjetivo no señala que abstraer, con la im aginación, la
en contrabando una n oció n m eta­ dependa su con stru cción por cada existencia de cualquier objeto
física, ya que en la realidad expe­ individuo de forma caprichosa o dado en el espacio; por eso es
rim ental no es posible dar cuenta voluntaria. A K an t le interesa pensado com o una condición de
de un espacio y un tiem po fijos, con ocer cóm o la razón está es­ posibilidad de los fenóm enos y no
inm óviles; ninguna experiencia es tructurada, y la división en in tu i­ una creación de los fenóm enos
capaz de dem ostrarla o negarla. ciones, conceptos e ideas designa mismos. A esto añade K ant que el
L a segunda posibilidad que “actividades de la razón, reduci­ espacio no es una relación discur­
aparece en la Crítica es la teoría das a formas, pero en realidad siva, sino una intuición pura, por­
relacional, de Leibniz. Tiem po y todas ellas son funciones”.15 E n lo que n un ca podemos imaginar (o
espacio son tomados com o rela­ relativo a las condiciones a priori intuir) sino un espacio único, y las
ciones de las cosas, aunque no de la sensibilidad, K an t no se pre­ subdivisiones espaciales que frag­
sean intuidas: “Leibniz con v ier­ gunta lo que son tiem po y espa­ m entam os son en su interior y no
te en un algo ‘inteligible’ lo que cio en sí, él in ten ta com prender le preceden de ninguna manera;
para N ew ton era un algo absolu­ “las condiciones lógicas que h a­ por ello lo múltiple de los espacios
to. Espacio y tiem po son ‘ideas cen que el espacio subjetivo, el sólo es posible en las lim itaciones
del entendim iento puro’, que, en único que le es dado al individuo, y acotaciones de este espacio ú ni­
cuanto tales, pueden sentar los se convierta en el espacio ‘o b jeti­ co y soberano. U n a sola intuición
fundam entos de las definiciones vo’ y que, por tanto, obtengam os es base de las diferentes concep-
exactas y de las pruebas rigurosa­ com o resultado un concepto uní­ tualizaciones del espacio, y no
m ente deductivas, pero que, a pe- voco de la realidad em pírica, in ­ existen múltiples intuiciones es­
paciales que correspondan a cada porque permite representarm e a sim ultáneam ente ser infinito, lo
fragm entación del mismo; es una m í mismo com o objeto; “El tiem ­ que resulta incom prensible para
in tu ición dada, no una cosa en po no es inh eren te a los objetos la m ente hum ana, a diferencia
sí, es “la form a de todos los fen ó­ mismos, sino al sujeto que los in- del tiem po y el espacio, que se in ­
m enos del sentido externo, es d e­ tuye”,19 espacio y tiem po son las tuyen com o una infinitud a la
cir, la cond ición subjetiva de la dos formas puras de la in tu i­ cual podemos segm entar arbitra­
sensibilidad”,17 mas com o esa re- ción y condición de posibilidad de riam ente en la aparición de los fe­
ceptibilidad debe ser anterior en los fenóm enos. Solam ente pode­ nóm enos. So n intuiciones y es a
el sujeto a la afectación por los mos con ocer lo que aparece en el partir de ellas que se puede c o n ­
objetos, esta form a debe estar espacio y en el tiempo. ceptuar. ■
dada en el espíritu con preceden­ Si tom am os en cu enta que son
cia de que sea dada por los objetos los juicios sintéticos a priori los
reales; es una in tuición a priori, que K ant privilegia por en co n ­
Notas
que no se forma a partir de la trarse en ellos la facultad produc­
1 Con ella inicia la segunda etapa del pen­
experiencia con los objetos e x ­ tiva de la razón, se comprende samiento kantiano, denominado criticismo, el
ternos, sino que posibilita la exis­ m ejor la im portancia que le da a cual implica indagar sobre el conocimiento y
las facultades para llevarlo a cabo, y que es
ten cia de los fenóm enos y permite la intuición en su sistema del conformado, básicamente, por Crítica de la ra­
captarlos en un lugar. Sólo es po­ idealismo trascendental. Pero es zón pura, Crítica de la razón práctica y Crítica
del juicio. Otras denominaciones para el se­
sible hablar de espacio para la sólo la m itad de las condiciones gundo periodo son: apriorismo, idealismo tras­
dim ensión hum ana, si desprende­ del conocim iento, la otra la dan cendental y fenomenalismo.
2 Kant, E., Crítica de la razón pura, Méxi­
mos la capacidad subjetiva, si sus­ los conceptos, ¿por qué tiempo y co, Porrúa, 1991, p. 169.
traem os al hom bre del mundo, espacio son intuiciones y no con ­ 3 Kant, E., Crítica de la razón pura, Méxi­
co, Porrúa, 1991, p. 6.
no podemos hablar de la existencia ceptos? Porque son tomados com o 4 Ibid., p. 7.
de un espacio y de un tiempo, pues­ unidad, no pueden ser descom po­ 5 Ibid., p. 9.
6 Ibid., p. 12.
to que éstos no son cosas en sí. nibles en otras determ inaciones 7 Kant, E., Prolegómenos a toda metafísi­
K an t habla de dos tipos de más simples, com o el concepto. ca futura, Ed. Aguilar, Madrid, 1968, p. 8.
Éste im plica exten sión e in ten ­ 8 Kant, E., Crítica de la razón pura, op. cit.,
com prensión del espacio: una, p. 13.
em pírica, que rem ite a toda expe­ ción, de modo que posee debajo 9 Ibid., p. 17.
riencia exterior; otra, com o idea­ de sí otros conceptos, y no puede 10 Ibid., p. 39.
11 “Kant, E., Crítica de la razón pura, op.
lidad trascendental, inexistente cit., p. 41.
“si abandonam os la condición 12 Idem.
13 En: Cassirer, E., El problema del conoci­
de la posibilidad de toda expe­ miento, Vol. 2, FCE , México, 1986, p. 396.
riencia y lo consideram os com o 14 Idem., p. 403.
15 Vleeschawer, H.J., “Kant”, en La filoso­
algo que está a la base de las cosas fía alemana de Leibniz a Hegel, Yvon Belaval
en sí mismas”.18 N o existe fuera (coor.), Siglo X X I , México, 1977, p. 201.
16 Cassirer, E., ibid., p. 638.
del espacio otra realidad exterior 17 Kant, E., Crítica de la razón pura,
objetiva. op. cit., p. 45.
18 Idem., p. 46.
Lo que se predica del espacio 19 Idem., p. 51.
en la teoría kantiana, señala A lli-
son, se puede predicar del tiem ­ Bibliografía
po. Éste, en equivalencia con el Allison, H., El idealismo trascendental de
espacio, es una representación Kant: una interpretación y defensa,
Anthropos, Barcelona/México, 1992.
necesaria en la base de las in tu i­
Cassirer, E., El problema del conocimiento,
ciones, y lo mismo que aquel, no v. 2, FCE , México, 1986.
se puede entend er ningún fen ó­ Cassirer, E., Kant, vida y doctrina, f c e , México,
1978.
m eno fuera del tiem po, aunque
Kant, E., Crítica de la razón pura, Porrúa, Méxi­
puede eliminarse m entalm ente co, 1991.
la existencia de los objetos en la Kant, E., Prolegómenos a toda metafísica futu­
ra, Aguilar, Madrid, 1968.
temporalidad. Es la forma del sen­ Placa colocada sobre la tumba Vleeschawer, H. J., “Kant”, en La filosofía ale­
tido interno y es real com o tal in ­ de Immanuel Kant, en la Catedral de mana de Leibniz a Hegel, Yvon Belaval
tuición, no por ser objeto, sino Konigsberg, actualmente Kaliningrado. (coor.), Siglo XXI , México, 1977.

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