Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Agosto-Septiembre 2022
Enlace en la WEB
revistacarcava@gmail.com https://revistacarcava.wixsite.com/inicio
carcavarevista0286@gmail.com
Normas generales
La revista Cárcava es una publicación electrónica venezolana, de aparición bimestral, realizada en Ciudad Guayana, estado Bolívar. La revista
publica cuentos, poemas, ensayos, entrevistas, reseñas y demás textos que contribuyan al desarrollo y difusión de la literatura y el pensamien-
to. Cárcava es una revista de acceso abierto (Open Access), lo que quiere decir que todo su contenido es accesible libremente, sin cargo para
el usuario. Los usuarios están autorizados a leer, descargar, copiar, distribuir, imprimir, buscar o enlazar a los textos completos de los artícu-
los de esta revista sin permiso previo del editor o del autor, siempre y cuando se cite la fuente. Cárcava no cobra a los autores ninguna tasa
por presentación/envio de manuscritos ni tampoco cuotas por la publicación de artículos. Sus espacios están abiertos a colaboraciones para
escritores de habla hispana ceñidos a requisitos básicos: originalidad, calidad, una foto, un resumen curricular y que los textos sean inéditos
o que no se hayan publicado antes en cualquier otro medio en la web. La recepción de las colaboraciones no implica compromiso alguno de
divulgación por parte de la revista Cárcava. Para los ensayos mínimo 1.500 palabras y máximo 5.000. Para poesía, mínimo 3 poemas, máximo
6. Para cuento, hasta 6.000 palabras como máximo. Reseñas, hasta 2.000 palabras.
CONTENIDO Año II, Agosto-Septiembre 2022 Cárcava
Ciudad Guayana
Venezuela
ENSAYO ARTE
5 15
Josefa Zambrano
Francisco Arévalo Édgar Sánchez:la consumación de una
Ese brote de arrepentimiento obra portadora de la realidad
29
El libro de los pájaros
Diana Gámez
CLÁSICOS
En singular y en primera
persona
31
(Fragmentos)
Jorge García Tamayo
ENTREVISTA
Dos cuentos
43
escribir»
Natalia Lara
HUMOR
El Círculo Impreciso: literatura con
sentido
45 Carlos Yusti
Mirar arte con los ojos bien abiertos
47 Brigido Franeites
Con mi arte tengo
COLUMNISTAS
13 Milagros Mata Gil
¿Y escribir para quién?
27 Juan Martins
En la distancia de los vivos
6SD
R L
B ar
J402358660 Inversiones Spa Restobar CA.
Somos su mejor alternativa para una buena mesa.
Cocina de alto nivel, con uno de los mejores chef de la ciudad.
Además, total seguridad en nuestra ubicación,
estacionamiento techado y con vigilancia.
Pueden hacer sus celebraciones (cumpleaños, bautizos, bodas,
etc.), en nuestras instalaciones.
A TE
: C O CINA Consulte con nosotros por los teléfonos:
NE
MO
O
N UEV MOS LAlte) 0412-8010291 y 0286-9221550 SD
LO LEVA onsu EL
L
LE ASA (c IVE
SU C
LOS ESPERAMOS RY
S
iempre el primer libro es visto con des- del poeta Alfredo Silva Estrada. Esa hoja
dén. Son pocos los autores a quienes también me estremece cuando la recuer-
les he escuchado deferencias y reco- do, pues si algo tenía fijo era su marcada
nocimiento por su primer libro. cursilería. Lo cierto que Pablo un día me
Mi amigo y mentor Alis Darnott (+) fue en- empujó por ese barranco sin paracaídas,
fático con relación a mi primera publicación, publiqué unos poemas dedicados a los
Brote (1989, Ediciones El Cogotúo): «Poe- muertos del 27 y 28 de febrero, al huracán
ta, usted va a odiar ese libro en el futuro que por esos días vivimos, donde sacamos
porque es producto de impulsos por ser re- lo peor que llevábamos escondido como la
conocido». misma caja de Pandora. El susodicho me
Mi querido poeta Darnott fue sabio y con- susurró: «poeta, esto da para un libro... lo
tundente, ese libro no tuvo por qué trajinar voy a trabajar».
una imprenta, es una travesura de la que Lo demás fue diseñarlo y llevarlo a una
hoy me siento en el compromiso de recono- imprenta de pobres que lo que imprimían
cerlo. Fue lo más cercano a la tontería, una eran tarjetas de presentación. Sacaron
novatada mayúscula. con mucho sacrificio 500 ejemplares, de
Casi todos los escritores y poetas tienen los cuales dos paquetes de 150 se perdie-
en sus haberes estos fantasmas. El poeta ron en el bautizo. Infernal borrachera de
Harry Almela (+) me dijo en una ocasión dos días en la Isla de Fajardo. Estaba toda
que lo visité cerca de su apartamento en la plana mayor del Movimiento El Cogo-
la plaza de toros de Maracay, La Maestran- túo, asociacion de artistas más borrachos
za, que ese pecado mío no era tan pecado, e histriónicos que otra cosa. Los genera-
pues él tenía unos poemas peores, publi- les del convite eran Ramón Espina, Héctor
cados en multígrafo, que gracias a Dios ya Filgueira (+) y quien escribe.
nadie conserva. «Esos sí que eran horroro- Si bien en esa primera publicación hay
sos, desde el contenido hasta la impresión, un poema que le tengo especial conside-
eran unos lánguidos quejidos que preten- ración, el dedicado al gorrión de París,
dían ser amorosos». Édith Piaf, los demás, viéndolos en frío,
En esta travesura editorial me acompa- no son para tirarlos por el desfiladero. Lo
ñó Pablo Díaz, un diseñador gráfico de un que enchava es lo mal confeccionado del
diario laboral que circulaba en Ciudad Gua- libro; esa publicación es lo más parecido
yana, se llamaba El Pueblo, y llegó a ser a un panfleto político del tiempo de la sub-
un fenómeno editorial en el país pues era versión setentosa.
un diario centrado en las noticias laborales, Cada vez que voy a casa de un conocido
las cuales abundaban en este trozo de tie- o amigo, si veo en sus libros un ejemplar
rra asediada por dos mágicos ríos (Orinoco, del BROTE de mis tormentos, hago todo
Caroní). En el periódico yo coordinaba una lo posible por robármelo para así no dejar
hoja literaria titulada Acercamientos, inspi- huellas de esa tontería que la empuja con
rada en la antología de ese mismo nombre fuerza el sarampión del primer libro.
FRANCISCO ARÉVALO: Escritor venezolano (San Félix, Bolívar, 1959). 6 libros de poesía; 3 novelas y 1 libro de relatos. De otro orden
son las selecciones y antologías de poesía venezolana y latinoamericana donde aparecen algunos de sus textos. En sus libros publicados se
pueden mencionar las novelas La esquizofrenia de las golondrinas (Premio Fundarte, 1999), Adiós Matanzas en invierno (1999) y Tropiezos
en el campanario (2008), así como los poemarios Brote (1989), Nadie me reina en estos parajes de hormigón (1993), Sur (1995), Alcoho-
les de otra iglesia (1996), Algo más que baladas agridulces (2001) y Agrio de colmena (2001), entre otros. Sus dos libros de poemas más
recientes son Cerodosochoseis, Herida o la claridad del deseo y la novela La pecera de los bagres.
E
n comparación con los recientes
rán a la alimentación en un proceso de
estudios sobre manuales de con-
distinción cultural. Todo ello contribuirá
ducta, textos teatrales y revistas al desarrollo de tres discursos gastronó-
de moda, han sido pocas las referencias micos que se consolidarán ya hacia la
a libros de cocina para intentar explicar segunda mitad del siglo XVIII y princi-
a través de ellos la formación del proce- pios del XIX: 1) los libros de cocina he-
so de sociabilización de nuestro país o la chos por expertos y para expertos, 2)
construcción de una idea de nación. los libros de cocina de divulgación ma-
Tal vez por ser una reciente forma de siva, para el público en general y 3) las
entender la historia, quizás por persistir críticas y consejos de nobles aficionados
el prejuicio de juzgar a la cocina como a la cocina. Los segundos, los libros de
tema innoble de la investigación o de las cocina para todo público, tendrán como
letras, han sido escasos los trabajos que fecha de nacimiento el año de 1745,
han abordado el tema de la literatura con la obra La cuisinère bourgeoise, de
gastronómica como instrumento para la Menón, libro que desde el título mismo
formación de imaginarios sociales. evidencia un marcado interés por llegar
Ese es el sentido de estas breves líneas: al amplio público lector que recién en la
leer con nuevos ojos la literatura gastro- Europa del siglo XVIII estaba en auge.
nómica venezolana del siglo XIX, parti- Estos libros de cocina para todo público
cularmente el recetario Cocina criolla de tendrán siempre una argumentación pe-
Tulio Febres Cordero, y buscar indicios dagógica para hacer del arte de la gas-
que nos permitan señalar que hubo una tronomía una labor de todos.
profunda contribución de los recetarios A la Venezuela colonial, la del siglo
decimonónicos venezolanos en la for- XVIII, llegaron varias de estas obras de
mación de una identidad nacional. Dicho Durante la edad Media, particularmente la literatura gastronómica. De los pri-
en otras palabras, y yendo a lo esencial, en la Alta edad Media y su Plenitud, es meros registros que se tienen, según las
tal vez pueda usar las palabras de Revel decir desde el siglo V d.C. hasta el XII pesquisas realizadas por Ildefonso Leal
y decir que este esbozo intenta afirmar o XIII de nuestra era, pareciera no ha- en los documentos coloniales venezo-
que “los tratados de cocina (...) son el ber existido el interés por dejar registro lanos, puede afirmarse que uno de los
reflejo inconsciente de la vida cotidiana de la preparación de comidas, aunque sí primeros libros gastronómicos que arri-
y el lugar donde confluyen las costum- se encuentran algunas descripciones de ban a estas tierras es el Arte de cocina,
bres a través de los siglos”. banquetes sin mayores datos sobre los pastelería y bizcochería y conservería,
La práctica de la alimentación es en- alimentos servidos. de Francisco Martínez Montiño, editado
tonces un texto lleno de significaciones Será a partir del siglo XIV que la lite- en Madrid en el año de 1611. Otro texto
del cual podemos servirnos para seguir ratura gastronómica retomará su desa- gastronómico del cual existe evidencia
hurgando en lo que nos constituye y lo rrollo y, con la publicación en 1306 de de su presencia en la Venezuela colonial
que nos identifica. Tratado en el que se enseña a hacer y es el Libro del arte de cocina, de Diego
Aunque existen registros de títulos y a combinar y sazonar todo tipo de vian- Granado, publicado en 1599. Además de
fragmentos de recetarios en la Grecia das según los diversos usos de distintos los anteriores, el Nuevo arte de cocina
del siglo V a.C., la primera obra de la li- países, de autor anónimo francés, una sacado de la experiencia económica, de
teratura gastronómica que llegó íntegra abundante bibliografía culinaria hará aproximadamente 1745; el Physiologie
hasta nosotros tiene aparición en los si- aparición en el mundo occidental. du goût, de Brillat-Savarin; El confitero
glos I-III de nuestra era, con los variados Lentamente se especializarán las ta- moderno, de Maillet; el Manual de cocina
títulos de Ars magirica, Apicius culina- reas y surgirán los oficios de la cocina, española y americana, de Brecarelli, entre
rius o De re coquinaria libri decem, cuya se forjarán nuevos instrumentos para otros, nos hablan de una indiscutible pre-
autoría se atribuye al romano Apicio. la transformación de los alimentos, se sencia del libro de cocina en la Venezuela
Diego Rojas Ajmad: Doctor en Letras. Es autor de varios libros y artículos relacionados con temas de historia, teoría y crítica literarias.
Entre sus libros se cuentan: Mundos de tinta y papel. La cultura del libro en la Venezuela colonial (USB, Editorial Equinoccio, 2007), Estam-
pitas merideñas (Instituto Merideño de la Cultura, 2010), Revista Válvula: edición facsimilar (ULA, 2011), Estampitas guayanesas (UNEG,
2016), Para una historia literaria desde la complejidad. La historiografía de la literatura venezolana y sus tramas (Editorial Académica Espa-
ñola, 2017) y Posciudades. Manual de uso para ciudadanos nostálgicos y esquizofrénicos (UCV, 2017), entre otros. En el 2006 ganó el premio
único de la Bienal de Ensayo Enrique Bernardo Núñez. En el 2007, el concurso Cuentos sobre rieles y en el 2017 obtuvo el primer lugar en
el premio de ensayo “Caracas 1567-2017”.
E
l poeta Francisco Arévalo, quien No sé si el comienzo pueda ubicarlo
con el Ave María o el Padre Nuestro que
participa del comité de redacción
me enseñó mi abuela o si cuando le dio
de una revista literaria, me soli-
por leernos junto a mis primos, Hansel y
citó que le enviara algún material de mi
Gretel, seguramente nos leyó algún otro
trabajo poético, el cual debería ir acom- libro, pero es esa historia la que perdura
pañado de una fotografía y de un cu- en mí y el leve sonido del Dios te Salve
rrículo actualizado. La fotografía resultó María… me hizo amar el rosario rezado
muy fácil, estoy en una edad en que de en las novenas dedicadas a los muer-
la apariencia personal solo nos interesa tos. Creo, poeta, que improvisar nues-
la pulcritud, el arreglo cada vez menos tras oraciones, junto a los pedimentos
formal en el vestir y la comodidad del infantiles a Dios, fueron mi primer acto
vestuario, que lo que pueda trasmitir la poético y creo también que un velorio de
«imagen»; opté por una fotografía que pueblo, con el aroma del café, el olor de
recoge el motivo más grande de mis las rosas y la presencia del muerto tie-
afectos, una fotografía en compañía de nen mucho de poético y, conociéndolo,
una niña que motiva en mí la más pro- sé qué pensará usted que de necrofilia
funda ternura, gracias a ella he conocido también.
el sentido inverso de la palabra abue- Luego vinieron los cantos de las mon-
lo, demandé y recibí del mío muchísi- jas de Fátima, el coro en las misas de
ma atención, no creo que pueda alcan- gallo de monseñor Zabaleta, un padre
decimista, los concursos de poesía que
zar sus dimensiones, si en la vida hay
organizaba en radio Puerto Ordaz el pro-
que devolver lo recibido, creo que como
fesor Sigfredo Sepúlveda, las clases de
abuelo quedaré en mora.
castellano en el colegio La Salle del pro-
En cuanto a la selección de los poemas, ce, no puedo evitar vincularla a la pa-
fesor Mejías, María Tolete le decíamos; y
siempre he creído que en cada uno hay labra trabajo, empleo, auto marketing,
después de eso, a partir del segundo año
un compromiso, un cúmulo de vivencias, venta, promoción, imagen y subsisten-
de bachillerato, la afición por las buenas
cuando digo vivencia quiero decir vida, cia; lo hice tanto que me horrorizo hasta
lecturas y las malas compañías. Creo
emociones y sentimientos que, al in- de pensar en escribir mi lejana fecha de
que era inevitable, no tenía posibilida-
tentar expresarlos mediante la palabra, nacimiento, mis ahora innecesarios co-
des de escapar al afán poético, la lectura
cosa que creo que es la conclusión del nocimientos y mis desechadas destre-
frenética y la necesidad de escribir.
hecho poético, me atan definitivamente zas. Me retiré tempranamente, siempre
Hay otro hecho que usted bien debe
al poema. Cada poema, más allá de su estuve en el libre ejercicio, bajé la san-
comprender: la ciudad, o más bien el
destino, libro, baúl o cesto de la basu- tamaría de mis oficinas a mis 52 años y
hecho de ver un pueblo transformarse
ra, siempre vuelve, siempre va conmigo. todavía permanecen cerradas en un edi-
en una ciudad. Mi generación la con-
Con cada vuelta lo revivo, cuando vuel- ficio empresarial en el centro de Cara-
forma el grupo de niños que estuvimos
ve, nuevamente sufro, amo, lucho, vivo, cas. Me había prometido tirar mi maletín
acompañando el acto de colocación de
recupero el éxtasis místico del momento al río Guaire el día que lo hiciera; sin
la piedra fundacional, o sea que vivimos
en que invadió mis sentidos hasta que embargo, todavía lo conservo, recuerdo
la explosión demográfica que convirtió
pude liberarlo, después de tenaz y her- que lo compré en Florencia.
nuestro pueblo bucólico en una ciudad
mosa lucha con la palabra. Poeta, si le toca leerlo, le pido discul-
cosmopolita, empezamos a oír lengua-
No fue fácil, pero lo hice. pas, prefiero hablar de mi relación con la
jes y acentos distintos a los nuestros,
El tercer pedido del poeta Francisco fue poesía .Trataré de ser breve, porque es
que nos traían ecos de remotas latitudes
más difícil, la palabra currículo golpea muy largo el cuento y no quisiera abu-
y la certeza de que el mundo, además de
muy fuerte mis oídos, oírla me estreme- rrirle.
Wilfredo Velásquez: Poeta. Narrador. Ha escrito varios libros tanto en narrativa como en poesía. Entre algunos de sus
títulos podemos mencionar: De la muerte y otros viajes, Angustario, Ella, El Diablo de Río Caribe, Infinito. Siempre ha
estado ligado a la promoción cultural. Además ha participado como productor y locutor en varios programas radiales. Tam-
bién se ha desempañado como ilustrador de algunas páginas literarias.
Milagros Mata Gil. Profesora de Castellano, Literatura y Latín. Periodista, narradora e investigadora en Literatura Venezolana. Miembro corres-
pondiente de la Academia Venezolana de la Lengua Española desde 2011. Autora de la letra del himno del Municipio Heres, Cual Cúpula En Flor De
Encaje Verde, Ciudad Bolívar, 1995. En Narrativa ha publicado las novelas: La Casa en Llamas (1989), Memorias de una antigua primavera (1989),
Mata El Caracol (1991), El Diario Íntimo de Francisca Malabar (2003). El libro de cuentos: Estación y otros relatos (1986) Ensayos: Los Signos de
la Trama (1989), Balza, el Cuerpo Fluvial (1987), Tiempo y Muerte en José Balza y Alfredo Armas Alfonzo, Alfredo Armas Alfonzo, creador de la
Cuenca del Unare.
Cárcava Número
Año II,Año II, Número 8. Junio-Julio 2022
9, agosto-septiembre Arte, Literatura y Pensamiento 13
Ilustración: MAG.
otro profesor universitario revestido de
esa manera con el prestigio de la toga y
la academia, pero también hay payasos
con licencia ideológica que desacreditan
ante la opinión pública la obra de quien
se les antoja, en especial si no perte-
necen a los circuitos de sus circos. Y lo
hacen con unas pocas frases bien o mal
escritas, qué más da, pero con irres-
ponsable falta de consideración y sin un
planteamiento crítico real. Desprecian
las obras y el esfuerzo, la honradez y el
sacrificio de esos que ellos ya juzgaron
indignos, pero tampoco cuentan de las
obras de los que le son afines sino en
términos de juegos florales y florilegios
mutuos. No hay una crítica seria y pa-
rece que se cree que no hace falta.
Édgar Sánchez (Aguada Grande, estado Lara, 1940) se marchó este 11 de mayo de 2022 en un viaje sin retorno
tras el Cinturón de Orión o quizás para ver, como el replicante Roy Batty, «Naves de ataque en llamas más allá del
hombro de Orión, rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhaäuser», solo que para Édgar Sánchez
–aunque llegó la hora de morir— esos momentos no «se perderán como lágrimas en la lluvia», porque vivirán por
siempre jamás en sus telas cubiertas de rostros y pieles, ciudades y tiempos.
De ahí que hoy como un homenaje al gran pintor y al amigo de tiempos idos, he de traer de nuevo a la luz mis
recuerdos e impresiones de la magnífica e inolvidable exposición retrospectiva Piel sobre piel. Tiempo sobre Tiempo.
Édgar Sánchez. Antológica 1975/2000 en el Museo de Bellas Artes de Caracas en agosto de 2000. Así como también el
texto inédito que escribí con motivo de la exposición Édgar Sánchez. Antología: 1977-2012 en la Sala de Exposiciones
del Centro Cultural BOD-Corp Banca de Caracas en marzo de 2012.
S
olo es nuestro, dice Borges, lo que tanto el vecindario como la amistad entra-
perdimos. Solo lo que hemos podi- ñable que aún persiste y, sobre todo, la co-
do salvar de las zarpas del tiempo y mún concepción de que el arte supremo es
la desmemoria, que todo lo impregnan de libertad, pues, el placer estético, como dice
orín y envuelven en niebla, nos pertenece. Pessoa, nos libera de la vida misma.
Por eso, por perdida, continúa siendo nues- Hoy, gracias a esa reserva calológica
tra aquella caraqueña y parroquial zona de que es la Sala 1 del Museo de Bellas Ar-
La Candelaria que, con su halo de nostalgia tes de Caracas —donde, a través de los
por las áridas tierras de Castilla, o por las ventanales, la naturaleza circundante se
húmedas y verdes de Asturias y Galicia, en integra al arte—, nuevamente me ha-
esos cada vez más lejanos años ochenta al- llo rodeada de los dibujos y pinturas de
bergó —además de las particulares tardes de Édgar Sánchez, reunidos en la muestra
los viernes en sus tascas— el taller de Édgar retrospectiva titulada «Édgar Sánchez:
Sánchez donde, desde sus pinturas y dibu- Antológica 1975/ 2000 Piel sobre piel.
jos, unos rostros observaban y aguardaban Tiempo sobre tiempo», quizás la mirada
cautelosamente las reacciones que suscita- más completa a la obra de uno de los
ban en quienes contemplábamos sus bellos más grandes pintores venezolanos con-
y, a la vez, terríficos trazos y facciones. temporáneos y una de las exposiciones
La Candelaria —como toda la ciudad— ha más destacada, extraordinaria, que se Yo amo Madrid.
sido barbáricamente expugnada por la buho- haya realizado en este país distinguido
nería, la malfetría (de que hablaba mamá), por su actual carestía estética y, como
Ya no son solamente aquellos rostros
la desidia y la fealdad, pero en aquel perdido dice Marguerite Duras, «vulgaridad ma-
de «piel de naranja», de bocas abiertas
paraíso, Édgar Sánchez y yo compartimos sificada».
Josefa Zambrano Espinosa (Boconó, Trujillo, 1950) reside en Caracas. Cuentista, ensayista, abogada (1973) con posgrado en
Criminología (Universidad Complutense de Madrid). Fue profesora de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez
(UNESR) y de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Ha publicado el libro de ensayo Taumaturgias del verbo (1999) y
los libros de cuentos Magia de páramo (1984). Al día siguiente todos los caminos amanecen abiertos (1988) y Malaventuras
(1995), entre otros títulos. En 1977 se publicó una recopilación de sus escritos bajo el título Cuentos, reflexiones y poemas.
Textos suyos han sido traducidos al francés. Miembro correspondiente por el estado Trujillo de la Academia Venezolana de la
Lengua, correspondiente de la Real Academia Española.
Cárcava Número
Año II,Año II, Número 8. Junio-Julio 2022
9, agosto-septiembre Arte, Literatura y Pensamiento 15
ne lo ancestral. Un cuadro se sitúa en el
límite entre la vida y la muerte y, por lo
tanto, es portador de toda esa tensión».
Tensión existencial que, a partir de
«Tiempo sostenido 1» (1977) y «Diálogo
nocturno» (1978), en los cuales extra-
ños personajes sin rostro y vestidos con
informales bluejeans metalizados cual
armaduras, se contorsionan piel a piel en
el back room de sus interminables pesa-
dillas, está presente en toda la obra de
Édgar Sánchez, donde cada cuadro —a
la vez producto de una creación anterior
y gestación de una por venir— nos co-
necta con los puntos más sensibles de
nuestra condición humana, es decir, con
Rostro Visión Imagen Visión el latir hermoso y atroz de nuestra terre-
implícito en la realización y por eso he nal existencia.
que claman, gritan, desde el silencio de La pintura de Sánchez es, como dice
la tela o el papel, o por el contrario, per- podido evolucionar con gran facilidad y
he podido tomar de esa época aspectos Baudelaire, «el espejo en que se mira el
manecen cual corseletes, con los labios dolor que todos llevamos dentro», de ahí
cosidos por hilos que las torturan y en- relevantes».
Efectivamente, el proceso creador de que del hombre refleje el rostro y sus
mudecen para siempre. Rostros de nari- expresiones, el cuerpo y sus movimien-
ces chatas, sin garbo o definitivamente Édgar Sánchez es de incesante enri-
quecimiento y retroalimentación, de ahí tos, la piel y su textura. Igualmente, la
deformes. Rostros ciegos o con la torva angustia, la soledad, la incertidumbre y,
mirada de su único ojo. que me haya dicho: «De mi obra ante-
rior he tomado tanto del dibujo como sobre todo, la insaciable búsqueda de la
«Después de esos rostros —me con- verdad y la belleza por parte de esa fi-
fesó Édgar Sánchez en una entrevista de la pintura y los he fundido en una
proposición que contiene un clima más gura humana que, sola o en grupo, es
(1)— pude ver el mundo. Cada vez que omnipresente en su obra.
pintaba esos rostros era como perdo- abierto y más real que me hace sentir
renaciente. Son etapas plenas de posi- Nadie ha podido ver jamás su propia
nar al mundo, saber que el dolor exis- cara, pues solo podemos hacerlo con la
te en él, pero que yo salía triunfante bilidades infinitas que no me desligan
de lo que han sido mis dibujos y mis ayuda del espejo o a través de las imá-
luego de cada enfrentamiento con la genes que tengamos de ella, por eso en
realidad vertida en esas formas que he pinturas anteriores; en fin, mi columna
vertebral». los cuadros de la serie «Pieles Gestacio-
creado. Yo no sabía que esos rostros nes» (1978), sobre un fondo de textura
tenían algo de terrible. Supe que eran Por eso, su obra no sólo se nutre de
los grandes maestros de la pintura ve- tegumentaria, las figuras y los rostros se
distintos una vez que la gente me dijo difuminan, ya que una atmósfera nebu-
que eran horribles o terribles; lo que neciana, flamenca y holandesa del siglo
XVII, sino también de Rembrandt y Du- losa que vela y desvela al mismo tiempo,
pasa es que todo ser humano tiene sus crea en el espectador la ilusión de estar
zonas ocultas, y quizás mi reto fue en- rero; del cine y la fotografía, y, sobre
todo, de su propia pintura. ante unos fantasmales autorretratos del
frentarme a las mías. Esas zonas que pintor.
siempre eludimos, pero que ponemos «Un cuadro, me dijo Édgar Sánchez,
es una invitación a sugerencias de la De este modo, el autorretrato gesta-
de manifiesto a través de cualquier do en esos cuadros se corporiza en una
rasgo o acción por muy involuntaria más variada naturaleza, ya que contie-
característica expresión de sentimien-
que sea. Esos rostros tenían conno- tos y emociones en «Retrato de familia»
taciones muy fuertes de protesta, de (1997-98), donde el rostro del pintor, de
rebeldía. Eran una vía plástica para perfil y vuelto hacia el firmamento, bus-
expresar un aspecto humano general- ca desde su presente a los ancestros que
mente eludido». posan para él en una antigua fotografía
Imágenes aterradoras y fascinantes extraviada en su memoria, pues, al fin y
las de esos rostros que componen la al cabo, una fotografía como dice Dulce
serie «Letargo» (1979), que en el de- María Loynaz, «es una pequeña resu-
cir de Germán Rubiano Caballero, «se rrección, es un modo de retener un mi-
pueden señalar como uno de los tra- nuto, de retenerlo por encima de todos
bajos más importantes del arte figu- los otros minutos que pasan echando
rativo internacional de los últimos de- sombra, echando muerte (...)».
cenios». Evidentemente también son Mas es en los rostros femeninos donde
obras maestras los rostros que forman Sánchez hace confluir las tinieblas y la
parte tanto de la serie «Fragmentos» luz. En ellos logra el desvelamiento de lo
(1978) como de la serie de dibujos de más recóndito del pensar y el sentir de la
rostros numerados o sin titular, porque, mujer. En «Rostro/Visión 10010» (1992)
como continuaba diciéndome Édgar Sán- y en «Imagen/Visión 10013» (1990),
chez, «esos eran entes que vivían, más sus rostros emergen del azul onírico e
que de sus formas físicas, del clima que inaccesible del tiempo, de ahí sus mira-
ellos mismos formaban. El clima estaba Diálogo nocturno das cargadas de enigmas y distancias.
Cárcava Número
Año II,Año II, Número 8. Junio-Julio 2022
9, agosto-septiembre Arte, Literatura y Pensamiento 17
Édgar Sánchez. Antología: 1977-2012
La Torre BOD-Corp Banca en La Cas- Pero por encima de todo Édgar Sán-
tellana, Caracas, es en sí misma una chez es artista, de allí que haya expre-
obra de arte. Incorporadas a su estruc- sado: «El artista, como síntesis de la
tura y espacios moran obras de Gonzá- sensibilidad, puede percibir manifesta-
lez Bogen, Rafael Barrios, Cruz-Diez y ciones que el común de los mortales no
Lía Bermúdez; además, hoy en día la percibe y tiene el don de expresarlas
Sala de Exposiciones del Centro Cultural de una u otra forma. El artista es el
BOD-Corpbanca ha venido absorbiendo reflejo más fiel de la sociedad, y más
la atención del público que antes con- allá de la sociedad, es el resultado pre-
curría al Museo de Bellas Artes, Museo ciso de su tiempo». Tiempo que, como
de Arte Contemporáneo («Sofía Imber») he dicho en ensayos anteriores sobre
de Caracas, Galería de Arte Nacional, al Sánchez, al ir más allá de la época y la
realizar retrospectivas de los pintores vida del artista, hace eterna la belle-
nacionales más reconocidos, como esta za de la obra artística, porque el arte
Antología 1977-2012 de Édgar Sánchez. es la revelación de la vida misma y de
Vivo de la nostalgia de aquella gran la totalidad del ser; por eso, el artista,
retrospectiva en la Sala 1 del Museo de como dice Verlaine, «no debe llevar al
Bellas Artes de Caracas en agosto de que destacan el color, la técnica, la plas- lienzo lo que ve, sino lo que se verá». Y
2000, donde la luz y la naturaleza se in- ticidad y la estética de la obra pictórica eso, Édgar Sánchez ha sabido plasmar-
tegraban al arte a través de los panorá- de Édgar Sánchez. lo en su obra, además de expresarlo
micos ventanales que sirvieron de marco Dice María Luz Cárdenas, la curadora muy bien cuando ha sostenido que «un
a la extraordinaria y singular retrospec- de la exposición: «Édgar Sánchez es uno pintor de todos los tiempos podría ser
tiva: PIEL SOBRE PIEL. TIEMPO SOBRE de los creadores que con mayor solidez, Jacques-Louis David por haber hecho
TIEMPO. Édgar SÁNCHEZ. ANTOLÓGICA. profundidad y consecuencia ha trabaja- de La coronación de Napoleón en Notre
1975/ 2000. do la figuración en el arte venezolano del Dame una obra maestra».
Hoy, cuando el Museo de Bellas Ar- siglo XX, con valiosos aportes a este res- Por todo lo anterior, puedo concluir que
tes y el Museo de Arte Contemporáneo pecto. El núcleo central que proyecta su la obra de Sánchez, como la de David, es
«Sofía Imber» (me niego a llamarlo de obra es la condición humana y los con- obra que trasciende tiempos, espacios,
otra manera) se encuentran sumidos flictos que la definen». ideologías, dictaduras y sinrazones.
en una especie de inactividad y la Gale- En efecto, Édgar Sánchez siempre ha
ría de Arte Nacional –a pesar de los es- sostenido: «El compromiso del artista
fuerzos que realiza Juan Calzadilla y su con la sociedad está en ser parte inte- Hoy, cuando Édgar Sánchez está
equipo– es un edificio inacabado y lú- grante de ella; en conocerla, en sentir- allá en Orión, iluminado por la bri-
gubre, ubicado al lado de ruinas y pan- la, en padecer y ser, hasta cierto punto, llante Rigel,
tano; de salas oscuras y altos techos, su parte más sensible. Creo que no hay leerá sonriente mis palabras pobla-
donde las goteras y filtraciones hacen nada más hermoso que ser la parte sen- das de recuerdos, música, películas y
creer que no sea lo más recomendado sible de la sociedad. Cuando pinto me espacios entrañables de esa Caracas
para guardar una de las más impor- identifico con esa parte dolorosa». Tan que ya no existe, pero que estará por
tantes colecciones de arte del país, la dolorosa como esos rostros premonito- siempre presente en nuestras me-
Sala de Exposiciones BOD-Corpbanca rios de los tiempos que nos tocaría vivir morias. Sí, memoria, que es lo que
ha presentado la retrospectiva Édgar en las primeras décadas del siglo XXI. nos permite revivir, rememorar todo
SÁNCHEZ. ANTOLOGÍA: 1977 – 2012. Rostros que claman, que se quejan lo bueno y hermoso mientras, como
Los inmensos espacios abiertos de la vehementes con la boca abierta por el dice el poeta Rafael José Alfonzo:
Torre BOD-Corp Banca, donde conviven horror, el dolor o el asombro, porque ya «Deambulamos en el eco de la in-
los azules de la Fisiocromía de Carlos no hay más nada que hacer, ni siquiera certidumbre». Incertidumbre, donde
Cruz Diez y de las esculturas flotantes «poner el grito en el cielo». Pero esos el arte y la literatura se cuestionan
de Lía Bermúdez con el magenta de Ho- rostros también son los de sus figuras y censuran por lo «políticamente co-
rizontes ascendentes de Rafael Barrios y femeninas que «clavan al vacío sus mi- rrecto», y lo que es peor, por los NFT
los impresionantes dorados de los relie- radas duras, frías, cortantes, y hasta con (Non Fungible Token). Obras virtua-
ves de Carlos González Bogen, mitigan un dejo de burla». les que no son arte ni lo serán jamás,
-aunque sea un poco- la nostalgia de las Asimismo, Sánchez no sólo pinta la fi- ya que de ellas solo sabe y valora ese
grandes muestras individuales, colec- gura individual sino también la colecti- señor que es don Dinero.
tivas o itinerantes de los museos, pues va; grupos que pueblan las atmósferas Y desde esta incertidumbre en que
constituyen un gozo estético que prece- de sus ciudades. Ciudades que en el de- transcurre nuestro tiempo, levanto
de al que puede apreciarse en la Sala de cir del artista son «un vasto escenario», mi copa y brindo: «Por nuestra amis-
Exposiciones, a la cual se accede a tra- pues al pintar crea «ciudades inexisten- tad, por tu singular e imperecedera
vés de los amigables escalones de una tes, núcleos de imaginación, verdad y obra».
ancha escalera. Escalera que no ascien- fantasía que puedan ser alegres y tristes El eco de mi voz resonará: «IN ME-
de sino que desciende hasta la generosa o depresivas, pero más que esto mis ciu- MORIAM, Édgar Sánchez».
amplitud e iluminación de los espacios dades son básicamente nostálgicas».
DESARMADO
Adhely Rivero: nació en Guadarrama, Arismendi, estado Barinas, Venezuela. Está residenciado en Valencia desde 1970. Lic. en Len-
gua y Literatura por la Universidad de Carabobo. Cursó estudios en la Maestría de Literatura Venezolana en la Universidad de Carabo-
bo, Venezuela. Participó en los Talleres de Poesía dictados por Eugenio Montejo en la Universidad de Carabobo y por Rafael Cadenas
en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos en Caracas. Poeta, editor, fue jefe del Departamento de Literatura de la
Dirección de Cultura de la Universidad de Carabobo. Director de la revista Poesía. Coordinador del Encuentro Internacional Poesía de
la Universidad de Carabobo. Director de las Ediciones Poesía de la Universidad de Carabobo. Coordinador de las Ediciones El Cuervo,
traducciones, de la Universidad de Carabobo. Su poesía ha sido traducida al inglés, portugués, italiano, alemán, francés y árabe.
Cárcava Número
Año II,Año 8. Junio-Julio 2022
9, agosto-septiembre
II, Número Arte, Literatura y Pensamiento 19
Poesía
Cárcava Número
Año II,Año II, Número 8. Junio-Julio 2022
9, agosto-septiembre Arte, Literatura y Pensamiento 21
22 Cárcava Año II, Número 8. Junio-Julio 2022 Arte, Literatura y Pensamiento
Poesía El libro de los pájaros
Mercis Martínez
Ilustración: MAG.
La casa de los pájaros
A Teresa Coraspe.
Mercis Martínez (Venezuela, 1978): Narradora y poeta. Colaboró como escritora en revistas editoriales de Argentina, EEUU
y Venezuela. Sus textos de entrevistas han sido publicados en revista Lunes de La Vaca Mariposa Editores (Argentina) y la
revista de creación literaria Enclave de City University of New York (CUNY, EE.UU.). En 2019 publica Poiesis y otros relatos,
para Nueve Editores (Bogotá). Ha trabajado en gestión cultural en su país.
I
Flores blancas
[bajo
cielo blanco.
[La fisura,
es el aleteo rasgando
de
un pájaro
[azul.
II
A Anne Sexton
Ilustración: MAG.
Debes saber que una no se va así,
con monóxido,
fernobarbital
clonazepan
fenitoína
carbamazepina
imipramina
en una barcaza
sobre el río,
sin un adiós.
Ofrecemos nuestros
espacios
Para anuciantes inteligentes
revistacarcava@gmail.com
0414-8861556
Memoria escénica Juan Martins
Juan Martins: Docente, escritor, dramaturgo y crítico teatral venezolano (Maracay, 1960). Ha obtenido, entre otros, el Premio Bienal de Litera-
tura Augusto Padrón (2004), género dramaturgia, por Caperucita ríe a medianoche; el Premio Mayor de las Artes (2004), mención dramaturgia,
por Dollwrist, y el Premio Miguel Ramón Utrera (2008), mención dramaturgia, por Caramelo de Nueva York. Ha sido, además, finalista en el
concurso El Espectáculo Teatral (España, 2006) por La tarde de la iguana, pieza que fue seleccionada para el III Festival de Teatro Venezolano de
París, Festheve (2008) y clasificado en el Premio Extraordinario de Monólogo Teatral Hiperbreve del Concurso Internacional de Microficción Garzón
Céspedes (Madrid, 2007). Premio III Bienal de Literatura de Poesía Abraham Salloum Bitar (2018) por Soy una herida que se deja atenuar, editado
por bid & co. editor (2019).
Cárcava Número
Año II,Año II, Número 8. Junio-Julio 2022
9, agosto-septiembre Arte, Literatura y Pensamiento 27
Beatrice. ¡No somos nazis! ¡Santo pasado creando su propio régimen de
Columnista
dios! Somos normales, gente como autoridad, de una ética personal con la
tú, creemos en lo que crees tú. Que- cual se explica aquellos hechos inexo-
remos estar alertas y no tragarnos lo rables de lo extraño y la duda, lo que
que dicen los medios. Por ejemplo, la a su vez nos da acceso a la ficción.
pandemia.... ¿Conoces a alguien que De modo tal que la palabra supera
esté enfermo, de verdad, lo has visto? la sensación, lo abstracto no lo será
No, no has visto a nadie con tus pro- en la figuración del texto dramático,
pios ojos, solo por la tele o en internet. si consideramos que éste quiere fun-
¿Será que no existen? ¿No podría ser cionar dentro de lo narrativo a fin de
todo esto una conspiración para some- estrechar la sintaxis del relato teatral:
ternos a los millones de damnificados el estado apocalíptico de la pandemia
que han llegado a la ciudad? ¿Acaso por medio de la tensión dramática en
sabemos de dónde viene esa gente que la que nos retenemos cuando la imagi-
violan todas las leyes y hablan extraño nación construye el espacio escénico y
y no saben nada de nosotros? Se tra- se encadena hacia la reflexión.
ta de estar al lado de nuestra cultura, Nos guiña el ojo para evidenciar el
nuestra historia, y ser protagonistas lugar que ocuparía la poesía. Un capí-
de este documental extraordinario que tulo final cuya resonancia nos devuel-
se hace hoy, en vivo y directo, Alicia. ve el ánimo por la vida, la poesía y la
[Subrayados nuestros]. (p. 29). literatura. Todavía la prospectiva de
La duda. La duda de lo real nos so- ese discurso:
mete a la contradicción. Disculpen lo Brecht. «En tiempos oscuros/ ¿Se-
extendido de la cita, necesaria es ante guiremos cantando? / Sí, seguiremos
la estructura de tres capítulos con cantando / Sobre los tiempos oscu-
sus sucesivas escenas en las cuales El dramaturgo Gustavo Ott ros.» ¿Qué haremos entonces cuando
se coloca en evidencia al «otro», «al aclaren los tiempos? ¡Cantaremos la
recién llegado» y «al diferente» como obra completa de los tiempos oscuros!
substancias de oposición en aquella ¡Y lo haremos con todas las orquestas,
contradicción de la violencia a la que bajo el subterfugio de la mentira, el cantantes, escenarios! ¡Uno frente al
hacemos referencia. Su futuro direc- engaño, el odio, el desamor y, al cabo, otro, viéndonos a la cara con absoluto
tor tendrá no obstante bien definida la desilusión como producto del des- asombro! (pp. 88-89).
la estructura cuando haya logrado se- osiego en el sujeto, el cual trata de En este capítulo 3, escena 2: El origen
parar la sintaxis del relato teatral de no alienarse a la vez que se engaña, de todos los poemas se articula esta
su propia escenificación, el teatro de puesto que siempre estará dominado función del verso sobre la dinámica de
lo literario, la narración del poema y, por esa relación: «hombre-sociedad- los diálogos, no tanto para represen-
otra vez, la prosa de lo escénico. Y en conflicto». tar al poema como sí a la cadencia del
seguida nos muestra el autor su ma- Todo es entonces un artefacto de la texto. Por lo expuesto, diríamos que
durez como dramaturgo al reconocer escritura. Y, a modo de desengaño, el nada casual el nombre de «Brecht».
para el texto dramático los límites de lenguaje construye su báscula con el Desea orientar, por la libertad de la in-
esa representación. Teatro para ser lector, siempre que este lector se ins- terpretación, hacia dónde va el tiro al
leído, sí, también para la consolidación tale en su propio distanciamiento: nos blanco. Como se comprenderá, no es
del espacio escénico. Lo convencional representamos en la ilusión a la vez cuestión de acertar, sino de participar
de la escritura dramática se supedi- que nos separamos de ella mediante en el juego. Queda abierta esta for-
ta al discurso. Y eso es lo importan- la visión crítica de aquella represen- malidad del lenguaje cuando lo que se
te, pienso y me pienso en lo teatral. tación: la legitimidad que este lector quiere es que nuestra alma se refleje
Sabemos algo: es inútil desviar lo es- halla tiene origen en la interpretación sobre los sentimientos que nos exige,
cénico de lo literario, el encaje forma que elabora: Alicia. Pero todo ha cam- en esa misma dialéctica, el proceso de
una sola estructura. Nos arreglamos a biado y el mundo ahora es más peli- racionalización que de allí surge. El au-
esa estructura pese a nuestra noción groso, como si todos los recuerdos han tor desplaza este ejemplo con humor
de lo teatral. No creo que su director sido borrados; como si fuéramos nue- y voluntad por dejar la hechura de su
se resista, al contrario, disfrutará del vas. (p. 11). Ott nos concibe en ese teatralidad, no del todo convencional,
riesgo. territorio de lo oculto e ignorado de la pero arrimado al estilo y al compro-
Las circunstancias del devenir social irracionalidad de los hechos, hasta que miso con su lenguaje. Y claro, no es
con las cuales se estructura el nivel se comprende que se quiere evadir de poca cosa.
expositivo de ese discurso político y la doble realidad en lo simultáneo de
anárquico, como si la ficción no tuviera esa representación. Los personajes
otra forma de representación cuando existen de acuerdo con la interpreta- *Todos vivos. ©Gustavo Ott. Archivo
los signos de la escritura se desvane- ción de los diálogos que permiten en PDF del autor. 2020. El lector in-
cen ante el lector, pero sucede lo con- el momento esa arista de la duda y la teresado podrá acceder a la pieza:
trario: la realidad se observa cubierta ambigüedad: escritores y músicos del http://gustavoott.com/obrases.php
C
omo columnista del Correo del Caroní he devenido zar Me decanto por la primera persona del singular. Porque
en una suerte de pescadora de ideas. Lanzo varios eso de querer hacerte ver como expresión de la opinión
anzuelos. Unos en mi pequeño cuerpo de agua in- pública me resulta arrogante y excesivo. Muy alejado de
terior y otros en la inmensidad de los océanos que están quien sólo emite un punto de vista sobre un tema en un
fuera de mí. Alguna boca herida me dice cosas desde las texto breve. Cuando me veo en el brete de usar la primera
profundidades, para que pergeñe un cipo que se adorme- persona del plural recuerdo a la profesora María Teresa Ro-
ce en las inmediaciones de un simple balaustre. No quiero jas. Ella me hizo entender el sentido del “yo mayestático”:
usar aquella recurrida conjunción adversativa para decirles el yo de la majestad. Muy alejado de un opinador. Será
y recordarme que, en lo personal, es un desafío que intento por eso que ciertos poderosos no se sacan de su boca el
superar semana tras semana. Lo vivo como un compromiso “nosotros” convencidos que aquello los hace incluyentes.
íntimo con la palabra escrita. Esa que tiene una dimensión ¡Y mire usted!
especial al obligarme a hurgar en mis limitaciones, nescien-
Diana Gámez. Licenciada en Letras UCV. Maestria en Historia de Venezuela. Universidad de UCarabobo. Profesora de la Universidad
Nacional Experimental de Guayana. Directora de Cultura y Coordinadora del Rectorado. Columnista del Correo del Caroni. En la radio
está de lunes a viernes en Hablemos Libremente por Pentagrama y es Representante Profesoral en el Consejo Universitario de la
UNEG. Ha publicado el libro Para más (re)señas.
Jorge García Tamayo: Nació el 22 de noviembre de 1939 en Maracaibo, estado Zulia. Es Médico Cirujano-Doctor en Ciencias Médicas.
Especialista en Anatomía Patológica. Actualmente Profesor Titular de la UCV, jubilado desde 1989. Ganó la Bienal de Literatura José Rafael
Pocaterra con su novela Escribir en La Habana (1994). También obtuvo el premio de la Bienal de Literatura Elías David Curiel con su novela
Para subir al cielo... (1997). Entre sus publicaciones se cuentan: La peste loca (Novela, Gobernación del Estado Zulia, 1997), La entropía
tropical (Novela, EdiLUZ, 2003), El movedizo encaje de los uveros (Novela, EdiLUZ, 2004), Ratones desnudos (Novela, Ediciones El otro,
el mismo, 2012) y Vesalio el anatomista (Novela, AstroData, 2016), entre otras.
Cárcava Número
Año II,Año II, Número 8. Junio-Julio 2022
9, agosto-septiembre Arte, Literatura y Pensamiento 31
brincando como loco, casi cayéndo-
te, mientras ella, ni lloriqueó, tan
solo sorprendida por el golpe de tus
zapatos, te miraba allá lejos, desde
el suelo. Allí quedó sentada, con sus
ojos muy grandes brillando en la ca-
rita sucia, con sus crinejas y los dos
lazos rojos. Te fuiste de narices dan-
do tumbos, puede que fuese el peso
del morral, eso pensaste de momento
y sin caerte, sobreponiéndote logras-
te equilibrar tu cuerpo.
Echaste a un lado tu morral y lle-
gaste con una mano a sostenerte
en el suelo y desde allí la viste, ella
seguramente sorprendida te miraba, mos curarlos. Esta es la capital, ¡que ra vez que te robaban un automóvil y
allí sentada, sin llorar, pero el rugido vida! «La sucursal del cielo» le decían por eso tu Volswagen era un cacharro
de los usuarios en la línea de los bo- en tu tierra, cuando viniste desde tu viejo, todo destartalado. «¡No respe-
letos se hizo ensordecedor. «Maldito, pueblo, desde las tierras llanas, en La tan ya ni a los carros viejitos, mi es-
desgraciado», «por lo menos excúsa- Pascua, a terminar con el bachillera- timado!». Si lo sabrías tú mismo y el
te», «so perro», «escuálido maldito», to, a estudiar y estudiar, y al final te cuidador burlado todavía rezongaba.
las voces se sumaban a los agudos graduaste de médico, y aspiras emu- «¡Una mierda respetan!». ¿Qué podías
alaridos de la madre, «¿no ves por lar al gran Antulio... Llegaré a ser un añadirle para completar aquel cuadro?
dónde vas?, coñoetumadre», y vol- neurocirujano. Repasaste los hechos, «Está bien, chamo, yo me iré en el me-
teaba pidiendo apoyo a una turba que y quizá para exculpar tu tropezón con tro»...
se arremolinaba rompiendo el orden la negrita, recordaste cómo tintineó el Entonces la localizaste por el celular
de la fila. «¡Haz algo, chico!», «¡hey, plomo contra el metal de la bandeja... y le pediste que te esperase en una
desgraciado!»... Tu corazón se aceleró Le sacamos la bala. Lo hicimos, te lo estación... «¿En la estación de “Cha-
dentro del pecho. Estabas tan cansa- repetirás al recordar cuando sentiste el caíto”?» Ella te preguntó y ya al estar
do que te dio rabia la situación. Todo suspiro de alivio de la instrumentista... de acuerdo se despidió de ti. «Adiós
cuanto ocurría era tan absurdo que La Petrica, que está más buena que amor, adiós», y tú pensaste que si to-
te dijiste sin más miramientos. «¡Vá- comerse un pollito con las manos... mabas prontamente el metro en una
yanse todos bien largo al carajo!», y ¡Que estupidez pensar en eso en es- hora podrías estar durmiendo a pierna
por eso, pues nada más te diste media tas circunstancias! Es cierto. Te lo dirás suelta y en tu casa... Pero ya el metro
vuelta. «¡Excúsate, maldito», retumbó al regresar a aquel momento cuando raudo avanza y tú sigues sentado aho-
un vozarrón desde la fila. Al ya cruzar volteaste para mirar hacia la boca del gándote, y ahora estás todo torcido,
la valla, aceleraste el paso y decidiste túnel por donde estaba apareciendo has resbalado y vas anegándote en la
descender al andén. el tren. Si algo me consta, si algo sé, laguna de tu tibia sangre. Gritos en la
Mientras bajabas por las escaleras es que salvamos al malandro. Piensas estación de «Agua Salud», pero el ma-
consideraste una excusa tal vez salva- que lo dejaste estable. El increíble An- quinista no debe saber nada porque se
dora. «Es que vengo demasiado cansa- tulio, tu maestro te iba luego a decir... vuelven a cerrar las puertas y los ca-
do, ya no doy más, y no la vi, eso fue «¿Y qué tal si vuelven los que le dieron rros avanzan y ves luz, un elevado, un
todo, ni la vi y era que allá en el suelo a el pepazo?, esos caifanes puede que traqueteo y hay frío. Sentirás la disnea
mis pies, ¿cómo iba a verla?... ¡Caray, lo masacren, que se lo echen al pico cada vez más intensa, la opresión en
es que cuando llegan vienen todas jun- durante el postoperatorio»... Deben el pecho, con dolor, y pensarás si aca-
tas!, las cosas malas, digo...» Lo pen- ponerle vigilancia, eso fue todo cuanto so se les ocurrirá tocar alguna alarma.
saste y regresó a tu mente la intermi- pensaste, mas sabías que no contaban Detendrán los vagones, seguramente,
nable noche de la pasada guardia, otra con agentes del orden, ni Dios ni ley ni y entonces puede que nunca llegues a
vez te tocó de primer ayudante y cuan Santa María, pero te dio por recordar encontrarte con ella. No podrás verla.
brillante era tu colega Antulio, el mejor que estaba estable, buenos signos vi- En vano te esperará, quizá aguardará
neurocirujano de la ciudad, sin duda tales, lo chequeaste antes de salir con por tu salida en estación de «Chacaí-
alguna, y, además, lo salvamos. En un tu morral a cuestas... Fue allí mismito to». Notarás como la gente ya se te
segundo dentro de tu cabeza, reviviste donde te cacheteó la primera sorpre- está nublando y no puedes creer que
las horas de tensión, allá, de pie, en el sa del día. Eran tan solo las seis de la todo sea por la negrita de las crinejas
quirófano. Tal vez reconfortándote, re- mañana y ya te habían robado el auto y los lazos rojos, más bien, te dices,
cordaste como operaban una herida de del estacionamiento. «Se lo palearon, pueden haber sido los malandros. Tal
bala en la cabeza. Pensaste que habían pana». Fue todo lo que pudo decirte vez fueron los mismos que abalearon
sido unos malandros... Así es el oeste el vigilante. «Soy nuevo aquí, ¿cómo al chamo que operamos. Tal vez se
de esta ciudad, todos se matan entre voy a saber quién es el dueño de cada desquitan conmigo. Me acuchillaron...
ellos, un disparate sin sentido, no hay carro?» Estabas tan cansado que ni in- Pero los ojos grandes de la negrita no
Dios ni ley, solo nosotros que intenta- sististe, al fin y al cabo ya era la terce- se te olvidan, brillantes y su carita su-
Cárcava Número
Año II,Año II, Número 8. Junio-Julio 2022
9, agosto-septiembre Arte, Literatura y Pensamiento 33
Ilustración: Edixo Primera
L
mento; o bien decía que no era ella, sino
a abuelita nos enseñaba el al-
que habíamos sido nosotros. Era golosa;
fabeto y el bendito. Las noches
pero mamá no la dejaba engullir mucho,
de lluvia, esas deliciosas noches
temiendo se indigestase… Una vez hurtó
de lluvia en la tierra tropical, en que el buena cantidad de mermelada que había
encaje blanco de la luna aparece como en un cacharro del seibó… se supo que
regado de piedras preciosas, y las sel- había sido ella y se le recriminó la mala
vas, los ríos, las hondonadas se aboru- acción. No se dio por vencida: hasta lo
jan en una sábana de niebla… en esas último estuvo asegurando que el gato
noches, pues, la abuelita nos contaba era quien había vaciado el cacharro.
lindos cuentos que parecían sustraídos —Pero, madre, si los gatos no comen
al libro de Las mil y una noches, cuen- dulce -decíale papá.
tos que generalmente principiaban por —Algunos -respondía ella imperiosa y
estas o parecidas palabras: «Érase un gravemente. Y no hubo forma de hacer-
Príncipe llamado Rosaflor…» o bien: «La le confesar el delito. La agüela, era ya
Princesa Casta, era muy hermosa; te- una niña, con los cabellos blancos y con
nía los cabellos rubios, los ojos azules y la piel tan rugosa, que, vamos, parecía
las manos muy blancas…». De ahí con- le hubiesen tendido una telaraña sobre
tinuaba la narración por entre un labe- el rostro. Nos amaba con delirio. Lloraba
rinto de hadas, chapines de raso, dia- cuando por cometer alguna bellaquería
nos zurraban. Se apostaba detrás de
blejos rojos, caracoles rosados que se
una puerta, y comenzaba a murmurar,
convertían súbitamente en fulgurantes
a rezongar contra papá, mamá, los cria-
mariposas de oro. Muchas veces, an-
dos, diciendo que aquella casa era una
tes de terminar aquellas leyendas, nos cueva de bandidos, una madriguera de
quedábamos profundamente dormidos. salteadores. Para entonces contaba yo
Entonces la abuelita nos daba de cos- rosada brasa entre la suave agonía de siete años; mi primita Leonor, nueve;
corrones haciéndonos despertar sobre- la ceniza. Comentando nuestra falta de mis hermanitas, cuatro y dos, respec-
saltados. En seguida nos obligaba a ir respeto solía exclamar: tivamente.
a camita, asidos a sus faldas de zara- —Esta no es mi época… en mi tiempo, La cocinera tenía una hija, una chiqui-
za morada. Aquello de que nos quedá- no era la gente tan mal criada. Nosotros lla muy mona. Un poco más crecidita
semos dormidos mientras ella hablaba, le respondíamos: que yo. Regordeta, morena, con espesa
la ponía indignadísima, no concebía que —Si es verdad, agüela. Pero interior- mata de cabellos negros, los ojos redon-
llevando ella la palabra hubiese alguien mente sonreíamos con las más precoces dos y vivos, y los nacientes senos, los
que se negase a prestarle atención. Y es picardías. Papá aseguraba que ella tenía muslos y los brazos, más redondos aún.
lógico: ella fue señorita cortejada y leída setenta y nueve años; pero ella, en con- Nacíanle los dos pezoncillos en el seno,
versación con los vecinos solía decirles obscuros, con el precoz abultamiento de
en su tiempo; sus palabras eran blando
que sólo contaba sesenta y ocho. Todo cosa sabrosa, apetitosa y cálida. Un día
rocío sobre muchos encendidos corazo-
lo hacía con una agilidad y una ligereza me oculté detrás de un tiesto enorme
nes… y esa vanidad perduraba en sus
asaz anacrónica en sus ya lentos abri- que había sobre el pretil de la galería…
años ya irremediables… la vanidad, esa
les. A veces se le salía… una de estas un tiesto que soportaba una mata de ma-
que va en el alma de las mujeres hasta imprudencias de los gases del estóma- rínela, la cual desparramaba sus hojosos
el fin de la existencia, como la viva y go. Entonces trataba de imitar el ruido estambres con tal profusión que podía
Rafael Bolívar Coronado, (Villa de Cura, edo. Aragua, 6.6.1884-Barcelona, España, 31.1.1924). Hijo del escritor costumbrista Ra-
fael Bolívar y de Emilia Coronado. Autor de la letra del «Alma llanera». Colaboró en El Cojo Ilustrado (1912-1915), en El Universal
(1912-1916), EI Nuevo Diario (1913-1916), la revista Atenas (1914), El Tiempo (1914), La Revista (1915-1916) y en El Luchador y la
revista Horizontes de Ciudad Bolívar (1914-1915). En 1916 parte para España donde trabaja en Madrid en la Editorial América, dirigida
por Rufino Blanco Fombona y le sirve de secretario al poeta español Francisco Villaespesa. Colabora en la revista Cervantes de Madrid
(1917) y en el diario El Diluvio de Barcelona (1921-1924). Fue un autor de extraña personalidad, pues tuvo marcada inclinación a
ocultar su nombre verdadero tras seudónimos que llegaron a crear verdaderos «problemas de crítica literaria», ya que a menudo, se
apropiaba de nombres de escritores venezolanos, muertos en fecha reciente o vivos aún, para firmar sus propias obras. Murió como
consecuencia de una epidemia de gripe.
Cárcava Número
Año II,Año II, Número 8. Junio-Julio 2022
9, agosto-septiembre Arte, Literatura y Pensamiento 35
esconderse una persona acurrucada con un farol encendido en la diestra iba pués recibía mi padre un despacho tele-
echándose encima su follaje. Llamé a adelante alumbrando el camino. Detrás gráfico concebido en estos expresivos y
la chiquilla, y ella, suponiendo que se de mí, mi abuelo en una muía negra. El lacónicos términos:
trataba de alguno de nuestros inocentes buen viejo tosía a ratos y fumaba ávi- «No creí yo que usted fuera tan cana-
juegos, acudió. Al tenerla cerca de mí se damente un grueso y candeloso tabaco lla. Mándeme mi hijo, infame! Su esposa,
sacudieron todos mis nervios… la aga- aragüeño. El criado Juan nos acompañó Emilia». Como el envío de mi honorable
rré, la abracé ásperamente, le chupé la hasta el paso del río. Me llevaban a Ca- persona se hacía esperar, mamá amena-
boca, le mordí los pezones y me, refre- racas, a la capital de la República. Mi pa- zó en otro despacho telegráfico con pre-
gué con ella un buen rato. Me extrañó dre estaba ahí, ocupando un alto puesto sentarse ella misma. Papá no hallaba qué
que no se enzarzara a berrear como público, y quería mi madre que a su lado hacerse. Fue a verme… seguramente con
lo hacía cuando le cometíamos alguna me hiciera yo un hombre de provecho, ideas de prepararme.
otra mala pasada. Antes bien, sonrió un un hombre ilustrado, un doctor. Para la —Yo no sé, ¡Yo no sé!… -murmuraba
poco, lo tomó a juego… le relampaguea- pobre madre era una desventura que su con agitación, encogiéndose de hombros
ban las pupilas, como a una gata en ace- chico creciese en aquella provincia do- y paseándose-. Tu madre se ha empe-
cho. Se repitió el atentado aquel mismo mando pollinos cerriles, novillas bravas ñado en creer que yo no te atiendo a ti…
día; pero esta vez fui más salvaje, y ella y guatines feroces; castrando verracos, ¿Quién la habrá hecho creer ese desati-
gritó. La abuelita vino, y al conocer del destoconando machos cabríos. Mi abuelo no?…
suceso, me reprendió acremente; pero entregome. Luego de echar la bendición —¡Dígame usted!… ¡dígame usted!…
como mamá preguntase, respondió- a mi padre, montó su mula negra, se ba- murmuraba yo con las manos en los bol-
le «que no había pasado nada». Poco tió el caballo negro y se alejó. Yo me eché sillos, paseándome y encogiéndome de
tiempo después me pusieron en una es- en los brazos de mi padre llorando… ¿por hombros, también muy formalote
cuela de niñas. Según la agüela era yo la partida de mi abuelo? No. ¿Por la au- —¡Dígame usted! ¡ganas de conversar!
aún muy pequeño para ir a escuela de sencia del hogar? Tampoco. ¿Y entonces? Mi padre tomó el bastón, el sombrero,
varones. En aquel instituto me acabé de ¡Ah, caramba, yo lo que sentía era que me colocó la gorra y me dijo: —Ven con-
convertir en un precoz sátiro. ¡Cometía se fuese lejos de mí el caballo moro! Sea migo que te voy a llevar al Circo ecues-
horrores con mis condiscípulas! Ellas por múltiples ocupaciones, sea por librar- tre. Me atiborró de bombones, carame-
sonreían enseñando los dientecillos lin- se de la incomodidad de estar atendiendo los, galletas, gomitas purpurinas; ofreció
dos y menuditicos, y me decían mono. a un chico voluntarioso y travieso, es lo comprarme un caballito negro con una
Cuando fui ya zagalejo me quitaron de cierto que papá me colocó en una casa sillita dorada; un traje azul marino con
aquel plantel. Las maestras afirmaban de huéspedes, donde el hostelero tenía anclas de plata en las bocamangas. Atre-
que yo era un genio, y con razón por- orden de darme todo cuanto yo necesita- viéndose un poco más con motivo de mi
que papá era persona influyente en la se. Era el buen hombre el encargado de bullicioso entusiasmo, agregó:
política, y amigo íntimo del Ministro de vigilarme y obligarme a ir al colegio todos —Y a mamá… no dirás nada de Jose-
Instrucción Pública. Mamá dijo que iba los días. Las primeras semanas marchó fina… esa fue ahijada mía… cuando yo
a poner a mis hermanitas en la misma todo muy bien. Pero después, ya por can- era soltero, vamos… no es bueno que
escuela, calculando seguramente que sancio ya por fastidio, ni el hostelero se mamá se imponga de eso. No le dirás
podrían resultar genios también. Pero ocupaba de mí, ni yo del hostelero. Yo nada. Yo prometí permanecer callado
yo fui el primero en oponerme. Dije a acudía al aula cuando me daba la gana, como una estatua, pero cuando con
mamá que no llevara a mis hermanitas De mes en mes iba mi padre a verme, rumbo a mi provincia, iba en la diligen-
a aquella escuela. y… hostelero y pupilo mentíamos como cia al lado de mamá, me desaté a char-
No dije por qué; pero en mis aden- dos chalanes. Yo, por temor a la zurra, lar como un lorito. ¡Cuántas cosas le
tros reflexionaba que podía presentar- él, por no perder la mensualidad que de dije! Recuerdo que era el mes de abril.
se otro alumno… como yo, por ejemplo, mi padre devengaba. Entre el hostelero y Los campos reían por las mil bocas de
y poquísima gracia me hacía aquello de yo palpitaban intereses creados. No obs- las flores rojas, azules, amarillas de los
que mis hermanitas aprendiesen de- tante, aprendí algo en el colegio. El se- bucares, las acacias, los mahomos, las
masiado. ñor Naranjo y el señor don Amador Cruz pascuas, las trepadoras de los barran-
II Guitián, profesores de lectura y escritura cos. La caña de azúcar desgranaba en
Una madrugada me colocaron sobre en el Colegio de San Agustín, lograron los valles sus penachos de oro vivo.
un caballo moro. Mi madre despren- no poco de un muchacho tan asalvajado Por las cumbres pasaban nieblas vola-
dióme de sus brazos llorando. Era la y enmarañado como yo. Haciendo gala, doras. El río avanzaba saltando por su
primera vez que me arrancaban de pues, de tan maravillosos aprendizajes, lecho pedregoso sacudiendo desgarra-
su lado. Ya me había echado al cuello escribí a mamá: «Yo estoy bueno aquí en dos encajes de plata las espumas. Las
una cadenita de oro con una medalla Caracas. Me ha dado gripe en estos días; bandas de loros montaraces inundaban
de plata que tenía grabada la Madre de pero no es mucho. Papá no se acuerda de de ruidos la espesura de la selva, el sol
Dios y el Crucificado. mí para nada. Ni de ti tampoco. La que restregaba su melena rubia en las pol-
—¡Sé bueno, hijo mío! -me dijo, y se viene a verme, en nombre de él, es una varedas de la ruta… y a lo lejos, muy
encaminó a sus habitaciones. Al pasar señorita muy bien vestida, que me besa, lejos, en la falda apalescente de una
cerca a uno de los rosales que pobla- me acaricia, me dice “niño mío”, y agre- serranía grupos de casitas blancas si-
ban el patio, un rizo de sus cabellos ne- ga que es ahijada de mi papá. Te pide la mulaban un reguero de estrellas en el
gros se enredó en las espinas, y ella, bendición tu hijito, Oliverio». Esta carta ala bravía de una bandera… Belleza,
al sacudirlo, provocó una lluvia de pé- produjo consecuencias inmediatas. La linda y victoriosa la de aquel paisaje
talos. Juan, el viejo criado de la casa, primera carta que escribí. Tres días des- tropical, pero yo...
E
l cuento (no el de los politicas- cotidiano con personajes calcados del de boca se convirtió en placer puro,
vecino e incluso de uno mismo como pues resultó una pequeña joya de la
tros de oficio, se entiende) es
lector. Libro un tanto desigual, pero literatura. Solo que para ese momen-
un género literario que nunca
en esencia fresco y cuyo humor su- to no sabía que estaba leyendo el me-
se ha desestimado en nuestro país y
til hace legible muchos cuentos. Lo jor cuento de todo el libro (al menos
muchos escritores se han paseado por escrito por Víctor Mosqueda Allegri para mi gusto), y tuve la desgracia de
sus sutiles engranajes concibiendo ini- es comprensible: «Como suelo hacer plantearme muy altas expectativas
gualables aciertos de la narrativa. En el con la mayoría de los libros de cuen- con el resto del libro».
cuento hay para todos los gustos y van tos, antes de empezar a leer sus re- Con el primer libro siempre pasan
desde lo tradicional hasta el vanguar- latos en orden cronológico, me decido dos cosas: engavetarlo o soltarlo a la
dismo más complejo. a leer un par de ellos de forma alea- jauría de los lectores y que el tiempo
Nuestra entrevistada es narradora y toria, de entre los que más llamen mi decida el resto. Como cuentista Caro-
su primer libro Las trinitarias y Barba atención. En este caso, el azar quiso lina Álvarez hace un collage sucinto
Azul ofrece una serie de relatos que que el primer cuento que leyera fue- de su mundo cercano, de sus lecturas
fagocita historias más que leídas/co- ra “La cenicienta”, y luego “En el país y sus demonios cotidianos particula-
nocidas y que de alguna manera se de las maravillas”. El primer cuento res, todo eso pasado por el engranaje
han convertido en una impronta para me dejó un buen sabor de boca a pe- de su imaginación en la que no falta
la autora. sar de no convencerme del todo, pues lo amable y ese componente humorís-
Historias que sin ser deslumbrantes sentí que su final era abrupto y poco tico que permite al lector encontrarse
van descubriendo (con guiños) las si- elaborado; mezquino, tal vez. Pero con una historia que refleja la vida en
nuosidades escurridizas del devenir con el segundo cuento el buen sabor ese espejo del día a día.
Cárcava Número
Año II,Año 9, agosto-septiembre
II, Número 8. Junio-Julio 2022 Arte, Literatura y Pensamiento 37
¿Siempre tuviste claro que serías
escritora?
No sé si tuve claro que sería escrito-
ra. Lo que sí sé es que escribo desde
que sé escribir. Cuando estaba muy
pequeña, tal vez de siete u ocho años,
mi mamá para entretenerme me hacía
unos libritos doblando papel y pasán-
dole la máquina de coser. Yo dibujaba
y le ponía frases. Por ahí encontré uno
de estos libritos hace poco.
Mi primaria la estudié en un colegio
católico y en diciembre siempre había
concursos de cuentos de Navidad. Te
puedo decir que gané varios de estos
concursos. Incluso en 5° grado, gané
uno que envié al Ministerio de Educa-
ción y me regalaron una colección de
12 cuentos preciosos. Eran de formato
grande y de tapa dura. Cuando estaba
en 4° año también gané un concurso
con un cuento de Navidad, pero este
ya era más largo, se desarrollaba en
una sociedad del futuro.
Cárcava Número
Año II,Año II, Número 8. Junio-Julio 2022
9, agosto-septiembre Arte, Literatura y Pensamiento 39
No me gusta mucho el término «literatura de mujer».
Creo que existe la Literatura y me gustaría sentir que LADILLA TEST
lo que escribo se encuentra ahí.
Cuando uno lee un texto, puede percibir que hay pun- En esta sección encontrará las preguntas que son ya
to de vista, a veces este punto de vista es femenino o un lugar común de las entrevistas, especie de ping-
masculino, pero no siempre tiene que ver con el sexo pong de respuestas cortas y rápidas.
de quien escribe. Existen géneros literarios, temáticas
y tal vez los que hablan de «literatura de mujer» se re- Tus tres libros favoritos.
fieran a algo de esto. Pero ahí viene el problema de los Ensayo sobre la ceguera de José Saramago, Felicidad
encasillamientos. ¿Qué encierra el término «literatura clandestina de Clarice Lispector y el último libro que
de mujer»? ¿Se refiere al tema que se aborda? ¿Al sexo acabé de leer, no importa cuál sea (es como el último
de quien escribe? ¿Al punto de vista de la narración? amor).
Hay textos escritos por hombres, por mujeres, por
personas trans, homosexuales, lesbianas… Y cada Algún libro que no hayas podido terminar (o va-
quien escribe desde lo que vive. Pero, además, somos rios).
parte de un grupo social y por supuesto también es- Hay muchos libros que comienzo y dejo por aburri-
cribimos desde ahí. Lo importante es reconocer que la dos y otros que comienzo y me parecen increíbles y los
experiencia de todos los seres humanos es valiosa. dejo un momento para retomarlos cuando tenga tiempo
Pienso que, hasta hace muy poco, las experiencias (aunque luego el trajín de lo cotidiano haga que se me
expresadas por las mujeres en la literatura eran perci- olvide. Pero ahora, no recuerdo ninguno en particular.
bidas como algo personal. Los textos de los hombres,
por otro lado, eran percibidos como más «universales». Un libro que te haya gustado, pero que te aver-
Los hombres (o los que decidían qué se publicaba) per- güenza reconocer.
cibían que este punto de vista «personal» o «íntimo» No me avergüenzo de mis lecturas, pero algunos inte-
no le interesaba a nadie y por eso no era literatura. lectuales me miran feo cuando digo que me leí toda la
En un mundo donde los hombres deciden, sus gustos saga de Harry Potter y me encantó.
prevalecen. La expresión «la ideología dominante es la
ideología de la clase dominante» es la pura verdad. El último libro que has leído.
Falke de Federico Vegas.
¿De cuáles escritores te alimentas para tu proceso
de creación? ¿Qué cuento de otro escritor te habría gustado
Me gustan mucho los cuentos y leo mucho este género. escribir?
Hay narradoras y narradores que después de años siento «Felicidad Clandestina» o «Amor» de Clarice Lispec-
que de alguna manera influyeron en mi escritura, pero de tor.
manera inconsciente. Creo que sobre todo he «bebido» de
la fuente de Clarice Lispector, Mempo Giardinelli, Gabriel De no ser escritora te habría gustado ser…
García Márquez. Y creo que también de algunos clásicos Actriz de teatro.
como Chejov.
Tres escritores nacionales y tres extranjeros con
¿Cuáles son tus manías a la hora de escribir? los cuales te sientas una lectora agradecida.
No lo sé, no he pensado en ello. Tal vez la manía es la
que ya te dije, corregir toooodo, todo el tiempo. Nacionales:
Humberto Mata
Wilfredo Machado
Eduardo Liendo
Extranjeros:
Elena Poniatowska
Clarice Lispector
Mempo Giardinelli
P
ara que el recuerdo no se desmorone, rememora- El ímpetu que animara en su momento a los participan-
mos el mes de febrero del año 2011, tiempo que tes continúa en la actualidad, desde diferentes áreas, pero
nos traslada a «El Círculo Impreciso», proyecto manteniendo en común la percepción estética del mundo
concentrado en la conciencia crítica de la literatura, la co- y la indagación constante. En cada voz continúa gestán-
municación reflexiva y la significación de las palabras en dose «El Círculo Impreciso», con irreverencia en algunos
torno a la poesía. casos, con la conciencia de la realidad y con el lenguaje
La creación del taller de poesía, que luego creció como como revelación o escondrijo.
grupo literario, fue guiado de la mano del escritor nacido La búsqueda creadora seguirá siendo una constante.
en Puerto de Tablas, San Félix, Francisco Arévalo. Él dio la
acogida a siete voces emergentes de nuestra ciudad del
hierro, Guayana, quienes fuimos cautivados desde nues-
tro primer encuentro por el hechizo del pensamiento y la
reflexión que surgía de la lectura de autores tales como
Vicente Gerbasi, Juan Sánchez Peláez, Lydda Franco Fa-
rías, José Antonio Ramos Sucre, Juan Liscano, Víctor “El
Chino” Valera Mora, Carlos Contramaestre y Hanni Ossott
(esta última figuró para darle nombre al grupo literario).
Otros autores universales también considerados: Edgar
Allan Poe y Rainer María Rilke.
«El Círculo Impreciso» hizo suya aquella conocida sen-
tencia de Miller, llevada a cabo para la degustación de
lecturas e ideas:
Natalia Lara. Escritora venezolana (1978). Reside en Puerto Ordaz, Bolívar. Formó parte del grupo literario El Círculo Impreciso
(2011). Cursó talleres auspiciados por la Sala de Arte Sidor. Ha publicado sus escritos en diarios de circulación regional del estado
Bolívar y en otros, tales como El Venezolano y El Periodiquito (Maracay, Aragua). Ha participado en diversas lecturas poéticas. Gra-
cias al apoyo de Fundaletra y la Sala de Arte Sidor realizó el Diplomado de Poesía Venezolana Siglo XX (2017). Forma parte de los
autores en los siguientes libros: Exilios y otros desarraigos, Editorial Letralia (2018); La flor en que amaneces, Ediciones Azalea
(2020); El Sueño y la Mancha, Editorial J. Bernavil (2021); Antología de relatos Viaje a la esperanza, Ele Ediciones (2021); Antología
poética “Aluna”, Asociación de Escritores Hispanos (AEHISP), 2021. También es parte de los autores en la revista ensamblada La Tapa
del Frasco, 2015; Epub de Micropoesía La vuelta al mundo en 25 micros, 2020. Email:ailatanpoe@gmail.com
E
l libro de Julian Barnes Con y la gente que conocía en la vida
los ojos bien abiertos. En- real, algo que probablemente fuese
sayos sobre arte, reúne un un hábil recurso para evitar una con-
conjunto de textos sobre pintura (y frontación estética directa. Pero raro
pintores). No es en esencia un libro es el cuadro que nos deje anonada-
de crítica sobre arte ni nada que se dos o impactados hasta el punto de
le parezca. Barnes mira los cuadros sumirnos en un profundo silencio. Y
buscando más lo que hay detrás si lo hace, es solo durante un breve
que aquello que se ve a simple vista instante antes de que queramos ex-
cuando alguien se planta delante de plicar y comprender ese silencio que
un cuadro. Barnes escudriña en los nos ha sobrevenido”.
vericuetos que motivaron a determi- Julian Barnes es un narrador inglés
nado pintor la realización de un cua- que ha escrito varias novelas, algu-
dro en especifico. Más que mirar va nos libros de cuento y uno que otro
narrando los entretelones del cuadro libro de ensayos. Como novelista ha
y como es lógico el pintor no se deja encarado la crítica del modo de vida
al margen de este escrutinio narra- inglés con cierta audacia estilística y
tivo. con mucho humor chirriante y corro-
Barnes trata de explicar/justificar sivo. Su novela El loro de Flaubert da
en algo el propósito de sus “narra- cuenta de un cornudo lector adicto
ciones” estéticas cuando en la intro- a la novela Madame Bovary. Perso- Editorial: Anagrama
ducción escribe: “Flaubert creía que naje con tintes quijotescos salvando Año de edición: 2018
era imposible explicar una forma de las distancias, claro. Ha ensayado Ensayo. Páginas: 328
expresión artística usando términos la crítica política con novelas como Traducción: Cecilia Ceriani
ajenos a esa forma y que las gran- Inglaterra, Inglaterra. O ese paseo
des pinturas no necesitaban ser ex- poco sublime por la historia con su que, Magritte. Barnes trata de contar
plicadas mediante palabras. Braque novela Arthur & George. Barnes no de cada pintor, de cada cuadro, algo
sostenía que un cuadro alcanzaba su busca repetirse de una novela a otra que no está en los libros de texto
estado ideal cuando no se decía nada y debido a esto la crítica lo aprecia sobre arte ,o que se ha escrito en
al observarlo. Pero estamos muy le- como un escritor con disciplina y que alguna parte desde lo sucedáneo,
jos de alcanzar tal estado. Continua- escribe libros que gustan, pero que desde la nota al pie. A Barnes le in-
mos siendo unas criaturas irreme- no llegan a rozar la genialidad. Sin teresa narrar lo insólito de la pintu-
diablemente locuaces a las que les mencionar su inclinación abierta ha- ra, lo poco común de unos pintores
encanta explicar las cosas, expresar cia Francia. A pesar de ello siempre cuya vida no era para nada normal
opiniones, discutir. Nos ponen ante le sigo los pasos. y mucho menos rutinaria. De Cour-
un cuadro y hablamos, cada uno a Este libro Con los ojos bien abiertos bet escribe: “El abuso del alcohol le
nuestro modo. Cuando Proust visi- recorre obras y pintores bantantes produjo hidropesía y el cuerpo se le
taba una exposición, le gustaba co- dispares como Géricault, Delacroix, hinchó hasta proporciones enormes.
mentar los parecidos que encontraba Courbet, Manet, Fantin-Latour, Cé- Con la terrible y novedosa técnica
entre los personajes de los cuadros zanne, Degas, Redon, Bonnard, Bra- del «drenaje» conseguían extraerle
Carlos Yusti:(Valencia, Venezuela, 1959) es pintor, editor y escritor. Como editor, fue cofundador de la revista Zikeh y del
grupo literario Animales Krakers en Valencia; formó parte del equipo de la revista cultural Predios y fungió como director de
editorial de las revistas impresas Fauna Urbana y Fauna Nocturna. En la web ha coordinado las páginas Arteliteral. Como
escritor ha publicado los libros Pocaterra y su mundo (1991), Vírgenes necias (1994), Cuaderno de argonauta (1996),
De ciertos peces voladores (1997), Los sapos son príncipes y otras crónicas de ocasión (2006), Dentro de la metáfora:
absurdos y paradojas del universo literario (2007), Para evocar el olvido y otros ensayos inoportunos (2007) y Poéticas
del ojo (escritos sobre arte).
Cárcava Número
Año II,Año II, Número 8. Junio-Julio 2022
9, agosto-septiembre Arte, Literatura y Pensamiento 43
veinte litros de líquido,…” De Cézan- silenciosa batalla de Braque y Picas-
ne escribe: “Cézanne fue una figura so escribe: “Braque era como una
poco conocida incluso cuando se hizo especie de castillo en la cima de una
famoso; era reservado, frugal, ajeno montaña que Picasso asediaba de
a toda codicia; a menudo desapare- continuo. Lo cerca, lo bombardea,
cía durante semanas enteras; prote- coloca minas, lo asalta. Y cada vez
gió su vida afectiva y la mantuvo en que se disipa la humareda, el cas-
un plano profundamente privado; y tillo continúa tan sólido como siem-
no le interesaba eso que el mundo pre. Frustrado, Picasso declara que
llamaba éxito”. Sobre Degas anota: da igual porque el enclave no tiene
“Degas se pasaba cuatro horas pei- ningún valor estratégico. Afirma que
nando el cabello de una modelo. Qué Braque solo es «atractivo», que ha
caballero más extraño. Cuando lo regresado a la «pintura francesa» y
normal habría sido: desnúdate, sú- que se ha convertido en «el Vuillard
bete a la tarima, y ¿qué tal si toma- del cubismo». Le dice a Braque que
mos una copa después? El «extraño sus cuadros están «bien colgados».
caballero» estaba siempre mirando; Braque responde que las cerámicas
peinar es un asunto laborioso”. Sobre de Picasso están «bien cocidas».
Las afinidades electivas un cuadro de Barnes no se llama a engaño y re-
Magritte acota: “Y así tenemos Las conoce que no todo lo que brilla en
afinidades electivas de 1933. El cua- el mundo del arte tiene la solidez
dro se centra en la parte superior de Las afinidades electivas, 1933, René del oro y aclara: «Por supuesto que
una jaula con soporte y pie de ma- Magritte. Colección privada. Foto: la mayor parte del arte es malo; un
dera, soporte al que se le ha dado Scala, Florencia. gran porcentaje del arte de hoy en
un aspecto parecido al juego infantil día es personal; y el arte personal
del boliche; dentro del soporte cuel- blicidad; el arte se parece más a un malo es el peor de todos. Alguien que
ga una jaula metálica ocupada casi campo de refugiados donde la mayo- formaba parte del jurado de un con-
por completo por un huevo enorme ría hace cola con un bidón de plástico curso de poesía me habló una vez de
que resulta imposible que haya pues- para obtener un poco de agua”. su experiencia de tener que tragarse
to ave alguna. En la pintura predomi- Otro atractivo del libro podría ser miles y miles de poemas de aficiona-
na el color gris con un lustroso brillo esa manera especial para convertir a dos: «Era como si la mayoría de los
blanco para el huevo, quizá para indi- los pintores de carne y hueso en per- participantes se hubiese cortado una
car el futuro que encierra. Podríamos sonajes de alguna novela vanguar- parte del cuerpo, una mano o un pie,
comentar el inquietante tamaño del dista o de un cuento experimental la hubiesen envuelto y enviado».
huevo, podríamos decir que tanto el y a veces uno no sabe cómo lector Los indígenas del Amazonas vene-
huevo como la jaula son, cada uno donde comienzan las licencias imagi- zolano cuando la naturaleza se les
a su manera, «imágenes de encie- nativas del narrador o donde se en- tornaba una incógnita se limitaban a
rro»,…” cuentran los suburbios de la realidad. narrarla. Sus cuentos y relatos, con
Algo que los críticos siempre han Todo esto proporciona cierta dosis de ribetes quiméricos e insólitos, pro-
subrayado en Barnes, de manera pe- intriga, sin mencionar que Barnes se porcionaban un orden mítico a su
yorativa, es su francofililla y con es- preocupa en desentrañar las motiva- vida y entorno. Quizá algo parecido
tos ensayos vuelve a recalcarlo sin ciones del pintor, sus anhelos y frus- ocurre con el arte y el cual en oca-
reparo alguno. No obstante esto no traciones al momento de pintar. siones resulta incomprensible (o una
desmerece para nada el paneo que Barnes no quiere convencer al lec- tomadura de pelo) y no queda otra
hace su mirada (de narrador) sobre tor que el arte es el triunfo del es- salida que narrarlo, que convertirlo
el arte desde facetas bien disímiles, píritu, sino una concatenación de en una historia con sus indudables
además demuestra que de algo sirvió trabajo, búsqueda, sueños y mí- toques inusuales y fantásticos.
su licenciatura en arte. Es decir que nimas intuiciones de gente que in- Aparte de los datos curiosos, de la
el escritor sabe de lo que escribe, tenta plasmar en el lienzo todo eso. buena narrativa Barnes también se
conoce en algo el terreno que pisa, A veces un pintor se asoma por el preocupa en relatar la pasión que
pero sobre todo deja en claro que la hombro de otro pintor para ver si despiertan en él algunos cuadros y
intención del libro no es hacer crítica descubre algo fuera de lugar y qué determinados pintores, trata de es-
de arte y es, en el peor de los casos, cosa le puede servir para su propio clarecer las motivaciones de su en-
ofrecer una visión algo descolocada trabajo. No es casual que entre pin- tusiasmo y no es casual que escriba:
para que el arte deje de ser “un tem- tores y artistas se entretejan celos, “El arte no solo capta y refleja la ex-
plo del que tengamos que excluir a admiraciones ocultas y demás vi- citación, la emoción que encierra la
los incompetentes, los charlatanes, tuallas subalternas de la pequeñez vida. A veces va incluso más allá: el
los oportunistas y los que buscan pu- humana que nunca falta. Sobre esa arte es esa emoción”.
El Ángelus
Cuadro de Jean-François Millet
El ángelus es un cuadro del pintor realista francés Jean F. Millet. Data del período 1857-1859 y se tra-
ta de un óleo sobre lienzo que mide 66 cm de ancho por 55,5 cm de alto. Se conserva en el Museo de
Orsay de París.