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DIÓCESIS DE ENGATIVÁ

Colección Samaritana
Volumen 1

2014
LÍNEAS PASTORALES PARA LA FORMACIÓN
DE PEQUEÑAS COMUNIDADES
SAMARITANAS Y MISIONERAS
DE LA DIÓCESIS DE ENGATIVÁ
DIÓCESIS DE ENGATIVÁ
Transversal 70C Bis No.77-60
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Colección Samaritana (obra completa)


ISBN: 978-958-58540-0-0

Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades sa-


maritanas y misioneras de la Diócesis de Engativá. (Volumen 1)
ISBN: 978-958-58540-1-7
LÍNEAS PASTORALES PARA LA FORMACIÓN
DE PEQUEÑAS COMUNIDADES
SAMARITANAS Y MISIONERAS
DE LA DIÓCESIS DE ENGATIVÁ

Colección Samaritana - Volumen 1


Bogotá D.C. - Colombia
2014
CONTENIDO
CONTENIDO

INTRODUCCIÓN 9

I Caminos de Nueva Evangelización 12

II Metodología de la Etapa de “La Escucha” 24

III Resultados de la Etapa de “La Escucha” 30

IV Eclesiología de Pequeñas Comunidades desde


la Diócesis de Engativá  38

V Ruta Pedagógica 44

VI Primeros Esbozos De Una Teología De La Ciudad


desde la Diócesis de Engativá 48

VII Opciones para construir una Teología Urbana en


la Diócesis de Engativá 52

VIII Dimensión Prospectiva 60

CONCLUSIÓN 65
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
El texto “líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades”
fue elaborado y publicado en el año 2007. Contiene la memoria histórica
del proceso, cuyo resultado fue la matriz pedagógica para desarrollar esta
opción pastoral en la Diócesis de Engativá.

Hemos considerado de vital importancia la publicación de la segunda


edición de este texto por dos motivos: en primera instancia el recono-
cimiento necesario a todas las personas que intervinieron en la cons-
trucción de los criterios diocesanos, entre ellos, la segunda Asamblea
Diocesana llevada a cabo en el 2006 y sus treinta y tres proposiciones,
así como el Pbro. Alberto Camargo y a su equipo de pastoral, en segunda
instancia, la fidelidad histórica al proceso diocesano que impulsa el plan
pastoral samaritano.

La opción pastoral de las PEQUEÑAS COMUNIDADES forma parte de


todo un proceso, que podemos asemejarlo a un gran árbol, cuyas raíces
son el proceso de reflexión Sinodal y sus tres grandes reclamos a la Iglesia
de Bogotá; el tronco que es el plan global de la Arquidiócesis de Bogotá
y sus respuestas permanentes; las ramas son el plan Zonal de la Zona
Pastoral de la Sagrada Eucaristía que propuso el núcleo para la reflexión
y acción pastoral. De estas ramas se desprende el fruto jugoso, que es
el PLAN PASTORAL SAMARITANO. La sabia que alimenta todo este
árbol es el Arraigo en Jesucristo, Palabra de vida que nos confronta y nos
llama a ser buenos samaritanos.

En el futuro esperamos que las pequeñas comunidades sean la semilla


que brota del fruto que es el plan. Así sembradas en los diferentes barrios
y escenarios urbanos, engendrarán retoños de ciudadanía y fraternidad,
reconstruyendo, así, el tejido social y aportando luces a la construcción
de la paz y la justicia de nuestro país.

†Héctor Gutiérrez Pabón


Obispo de Engativá
Equipo vicaría de pastoral
CAPÍTULO I
Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

I CAMINOS DE NUEVA
EVANGELIZACIÓN

L o propio de la Iglesia es evangelizar, esa es su misión suprema1. Estamos ple-


namente de acuerdo con ello y entendemos la misión de la diócesis en ese
sentido. Lo prioritario para nosotros es, consecuentemente, la evangelización de
la ciudad. El anuncio de Jesucristo y su Buena Noticia para las mujeres y los hom-
bres de los nuevos contextos culturales urbanos. El interés especial sobre el con-
texto urbano no sólo es conocimiento simple y llano de la realidad, ante todo es
fidelidad al estilo evangelizador de Jesús, a su pedagogía, al misterio mismo de su
encarnación en nuestra historia, al contenido de su propia misión, el anuncio del
Reino de Dios. Entramos como Jesús, en la realidad humana de nuestro pueblo.

Construir la Ciudad de la Misericordia es la definición de esta misión evangeliza-


dora en la diócesis. Es la mejor manera de entrar a dialogar con los retos que nos
traen los tiempos nuevos. Pretendemos “transformar con la fuerza del Evangelio
los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de
pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida de la humanidad, que
están en contraste con la Palabra de Dios y con el designio de salvación” 2.

Apoyados en esta intuición que nos dejó Pablo VI en la Evangelii Nuntiandi, es-
tamos hablando de Nueva Evangelización. El Papa Juan Pablo II, en sintonía con
el llamado de su predecesor, así la denominó y convocó en Haití en 1983. Desde
entonces, la expresión ha venido haciendo curso en los corazones inquietos de
mucha gente en Latinoamérica. Pero nos ha faltado audacia pastoral para encon-
trarnos con el sentido de esta frase. Hemos divagado con esta genial intuición, y

1 Evangelli Nuntiandi No.14


2 Evangelii Nuntiandi No. 19

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Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

los resultados dicen poco de nuestros esfuerzos. La Nueva Evangelización debe


tener nombre propio. Nos parece que debe empezar por volver de manera real, al
estilo pedagógico con el que evangelizó Jesús de Nazaret y sólo desde ahí, afrontar
los desafíos de la humanidad de nuestros días.

Santo Domingo nos hace una bella presentación de lo que es la Nueva Evangeli-
zación, a partir del relato lucano de los Discípulos de Emaús1. En el capítulo III,
titulado, “Una Esperanza que se concreta en Misión” 2, el Documento asume este
relato como modelo evangelizador para el hoy de América Latina. La intención
de la propuesta es clara al insistir que el hecho evangelizador en nuestras iglesias
particulares debe salir al encuentro de la humanidad que camina, según el mode-
lo de Jesucristo, ayer, hoy y siempre; debe atender la promoción humana, como
Jesús, al compartir el camino de los seres humanos; debe insertarse en la cultura,
como Jesús ilumina con las Escrituras el camino de los hombres; Debe suscitar un
nuevo ardor en el corazón, como Jesús se da a conocer en la fracción del pan; y
debe abrazar la misión, como Jesús es anunciado por los discípulos.

No son pocas las razones que tenemos para entrar en la Ciudad de la Misericor-
dia, como lo hicieron los discípulos de Emaús en Jerusalén3. Este es un hecho de
Nueva Evangelización. Es preciso ingresar en el aprendizaje de la pedagogía de Je-
sús, entrar en sintonía pastoral con su propuesta de proximidad con las personas,
entender que su método evangelizador es humanizar, que este es el gran desafío
sobre el cual hemos de empeñar todos nuestros esfuerzos.

La Evangelii Nuntiandi y Santo Domingo evidencian el vínculo entre evangeliza-


ción, comunidad e inculturación. Esta es la síntesis indicada de lo que es la Nueva
Evangelización, que nos tiene en deuda con todos los destinatarios de la misma.

El Cuadro Mapa del Proceso indica la manera práctica como hemos iniciado esta
ruta pedagógica inspirados en Emaús.

Hemos querido dar un ordenamiento lógico, acorde con las etapas estructurales
del Plan de Pastoral, al aporte que desentrañamos de la experiencia evangelizado-
ra de Emaús. La visión prospectiva del cuadro nos indica la mentalidad de proce-
so con que queremos llevar las reflexiones y sus respectivas actividades. Expresa
cómo año tras año, tenemos un propósito expresado en objetivos, metas y tareas
concretas que nos llevan al cumplimiento.

1 Del número 12 hasta el 32


2 Lc 24, 13-35
3 Lc 24,13-35

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Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

1. MAPA DEL PROCESO


Método Pastoral: La Pedagogía de Emaús

SEGUNDO TRIENIO PLAN PASTORAL — ESTRUCTURACIÓN


AÑO 1 (2006) AÑO 2 (2007)
Propósito primera etapa: Propósito segunda etapa:
Escucha Lc 24; 13-24: “…Él les dijo: ¿De qué están ha- Profundización Bíblica Lc 24; 25-27: “Y, empe-
blando mientras van de camino?...” zando por Moisés y continuando por todos los
Se ha implementado un proceso de escucha en profetas, les explicó lo que había sobre él en todas
las 57 parroquias, 11 arciprestazgos, comisiones y las Escrituras”.
consejos diocesanos a partir 3 Módulos: Con base en el acuerdo diocesano, se imple-
menta una formación bíblica organizada, que
— Itinerario Humano del cristiano. se da según los criterios obtenidos en el gran
— Ejercicio de la Misericordia diálogo del año anterior.
— Vivencia Diocesana de la Misericordia.

Pasos: Pasos:
Formación de 240 agentes de Pastoral para la es- Se continúa la formación de los 240 agen-
cucha. tes parroquiales para estimular la animación
Diseño de Instrumento para recoger relatos de la y formación de pequeñas comunidades en
escucha cada una de las parroquias. Se ofrece forma-
Desarrollar los talleres de escucha en los diferen- ción bíblica y pastoral en toda la diócesis al
tes escenarios. servicio de las experiencias que ya están ca-
Las comunidades parroquiales han dado su opi- minando y de las que se van a iniciar.
nión las experiencias de acercamiento a la lectura Se acompaña este proceso con una reflexión
de la Biblia han sido conocidas. permanente sobre el contexto urbano en el
cual se lleva a cabo la evangelización.

Resultados: Resultados:
Documento Teológico sobre las Pequeñas Comu- Además de los 240 agentes formados, se am-
nidades en la Diócesis de Engativá. Concertación plía esta formación a un número mayor de
sobre un método para construir las pequeñas co- otros miembros de pastorales que están en
munidades. Es un acuerdo diocesano trabajado a los diversos ámbitos y niveles de cada uno de
través del diálogo de intereses y de experiencias. los campos de pastoral.
Ha señalado las líneas comunes de acción, en las
que convergen las opciones también comunes.
Cada experiencia continúa con su metodología
propia, pero al servicio de la opción diocesana que
se hizo participada y abierta.
Implementación de la Pastoral Bíblica en la Dióce-
sis. Una pastoral que tiene como modelo la forma-
ción de las primeras comunidades descritas en el
N.T. y leídas e interpretas hoy, de nuestros contex-
tos urbanos y culturales.

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Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

TERCER TRIENIO PLAN PASTORAL — MISIÓN


AÑO 3 (2008) AÑO 4 (2009)
Propósito tercera etapa: Propósito cuarta etapa:
Profundización Misión. Lc 24:33-35 : “Y, levantándose al mo-
Bíblico-Eucarístico-Comunitaria. Lc 24; 28-32: mento, se volvieron a Jerusalén y encontraron
“…Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con reunidos a los once y a los que estaban con
ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, y se lo ellos…”
iba dando…Se dijeron uno a otro: ¿No estaba ar- Todas las parroquias han entrado con pro-
diendo nuestro corazón cuando nos hablaba en el yectos de formación de pequeñas comuni-
camino y nos explicaba las Escrituras?” dades. La misión diocesana las ratifica en
La profundización de la Palabra de Dios lleva a este proyecto e incluye a las que falten.
la profundización de la Eucaristía y por tanto,
al fortalecimiento de la formación de la comu- Existe un horizonte esclarecido hacia la
nidad. Ciudad de la Misericordia, fundamentado
sobre una opción bíblico-pastoral y urbana.
La presencia de la Iglesia en este contexto
se define por la acción pastoral generada en
torno de pequeñas comunidades.

Pasos: Pasos:
Se dispone ya de una formación teológico-pas- La misión ha sido permanente con el traba-
toral para todos los miembros de la iglesia dio- jo de los años anteriores, pero este año se
cesana contextualizada en su realidad urbana. consolida definitivamente, hasta involucrar
a toda la diócesis en el proceso llevado.
Al conocer mejor el contexto urbano, los mé-
todos evangelizadores son más realistas y más
cercanos a la situación humana de nuestras
poblaciones.

Resultados: Resultados:
Se consolida el proyecto de formación general La Diócesis de Engativá se define por su
en la diócesis, al servicio de todas las acciones perfil consolidado: Trabaja por una Ciudad
pastorales, con cierta competencia a nivel ci- Misericordiosa a través de sus pequeñas co-
vil, obtenida por un mejor conocimiento de las munidades arraigadas en la Palabra de Dios.
culturas urbanas y demás aspectos contextua-
les. Estas pequeñas comunidades son levadu-
ra que impregna los tejidos sociales de la
urbe, anunciando el Reino de Dios que hace
la ciudad más humana y más fraterna.

Una ciudad con estas características, es el


preámbulo de la Ciudad de la Misericordia.

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Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

EVALUACIÓN — PLANEACIÓN
AÑO 5 (2010)
Propósito quinta etapa:

Evaluación Planeación
Continuación del proyecto de formación de la ciudad de la misericordia

Termina el plan pastoral diocesano diseñado para nueve años.

Evaluación final de todo el proceso.

Continuidad del Proyecto Diocesano de Pastoral, con una nueva Programación consecuente
con el proceso llevado.

2. MATRIZ DE PLANIFICACIÓN 2006


La matriz de planificación es la forma lógica, ordenada y clara de comunicar nues-
tro proyecto. Esta fue construida a partir del Metaplan, un método de diagnós-
tico participativo, que fue implementado en la asamblea diocesana de 2005, con
la participación de 640 personas entre sacerdotes, religiosos, religiosas, diáconos
permanentes, seminaristas, laicos, grupos apostólicos, movimientos eclesiales, de
la Diócesis de Engativá.

Las variables identificadas como críticas, “arraigo en Jesucristo Palabra de Vida” y


“nuevas propuestas pedagógicas”, se convirtieron en los objetivos de trabajo sobre
los que se construyó la matriz y el plan de trabajo del 2006.

FINES
»» Incrementar el sentido religioso-espiritual inculturando los valores del Evangelio en
la sociedad.
»» Desarrollar una Pastoral Bíblica Diocesana para fortalecer la Espiritualidad de la Mi-
sericordia
»» El Pueblo de Dios conoce, estudia, discierne, vive y celebra la Palabra, Iluminando los
estados de vida de las personas en la iglesia.
»» Fortalecer el arraigo en Jesucristo Palabra de Vida incrementando la identidad y el
sentido de pertenencia favoreciendo la construcción de la comunidad.
»» Desarrollar una pastoral orgánica y eficiente

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Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

OBJETIVO
Descripción Se ha estructurado en la Diócesis de Engativá un sólido proceso para
la construcción de comunidades eclesiales arraigadas en la palabra.
Indicadores
En Noviembre de 2006 se ha culminado la fase de escucha en las 60
Objetivamente parroquias , 11 arciprestazgos, comisiones y consejos diocesanos.
Verificables
Fuentes de A noviembre 30 se han producido 60 documentos de relatorías, uno
por cada parroquia.
Verificación
11 Documentos de informe, uno por cada arciprestazgo.
Se ha consolidado un informe diocesano.
Supuestos El Obispo, los presbíteros, diáconos permanentes y fieles mantienen
su apoyo al Plan Diócesano.

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Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

RESULTADOS
Primera Etapa Segunda Etapa:
Escucha Iluminación con la Palabra
Descripción Se ha implementado un proceso de
escucha en las 60 parroquias, 11 ar-
ciprestazgos, comisiones y consejos
diocesanos a partir 3 Módulos: Se ha implementado un progra-
ma de formación en el discipula-
»» Itinerario Humano del cristiano.
do para 240 agentes.
»» Ejercicio de la Misericordia
»» Vivencia Diocesana de la Mise-
ricordia.

Indicadores Entre el 6 de febrero y el 28 de Abril


Objetivamente de 2006, 240 agentes se han forma-
do para la escucha.
Verificables
Entre febrero y julio de 2007 ,
Entre abril 17 y septiembre 30 de se han beneficiado 240 agentes
2006, los 240 delegados han reali- multiplicadores del programa de
zado el proceso de escucha en las formación en el discipulado.
parroquias, arciprestazgos, comi-
siones, consejos y han generado los
informes.

Fuentes de
Listado de asistencia al taller sobre
Verificación
la escucha
Documento del Programa con el
Instituto Bíblico Pastoral Lati-
Documento temático sobre la for- noamericano.
mación para la escucha.
Registros de asistencia.
Documento sobre las relatorías de
los grupos de trabajo parroquial, ar-
Proyectos elaborados por los par-
ciprestal y diocesano.
ticipantes.
Registros de asistencia.

Supuestos Los párrocos, arciprestes, religiosos, Los agentes mantienen su com-


religiosas, laicos mantienen su com- promiso y son constantes en la
promiso participando en la fase de etapa de formación.
escucha.

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ACTIVIDADES
Descripción 1.1 Conformar un equipo técnico-lo- 2.1 Conformar dos equipos Pe-
gístico. dagógico y Logística.
1.2 Diseñar un plan de formación para 2.2 Diseñar el plan de forma-
la escucha. ción.
1.3 Diseñar un instrumento para reco- 2.3 Convocar a los participantes.
ger la información. 2.4 Desarrollar los contenidos
1.4 Implementar la Etapa de la escu- de los 3 módulos del curso.
cha en los diferentes escenarios.
1.5 Generar el documento sobre la for-
mación de Pequeñas Comunidades
en la Diócesis de Engativá.
Recursos »» Director del proyecto. »» Equipo Codarpa e IBLA
»» Equipo Codarpa. »» Un digitador
»» Un digitador. »» salones, uno por a cada 40
»» 11 Diáconos Permanentes. participantes
»» 240 agentes delegados de las parro- »» Computadora, impresora.
quias. »» Insumos de oficina y miscelá-
»» XX catequistas. neos para taller.
»» 60 salones, uno en cada parroquia. »» Proyector de acetatos.
»» 11 salones, uno por cada arcipres- »» Video
tazgo »» Ayudas didácticas
»» Computadora, impresora. »» Recursos económicos
»» Insumos de oficina y misceláneos
para taller.
»» Proyector de acetatos.
»» Video
»» Computadora Portátil
Costos »» Hay que colocar los costos reales de »» Honorarios Director del Pro-
cada aspecto. yecto.
»» Honorarios director del proyecto. »» Honorarios docentes
»» Honorarios digitador. »» Honorarios digitador
»» Honorarios colaboradores. »» Transportes
»» Transportes. »» Merienda
»» Merienda. »» Alquiler salones
»» Alquiler salones. »» Insumos oficina y misceláneos
»» Insumos oficina y misceláneos taller. taller
»» Ayudas didácticas. »» Ayudas didácticas
»» Convocatoria. »» Convocatoria
Responsables »» Director del Proyecto. »» Director del Proyecto.
»» Coordinador del equipo técnico-lo- »» Coordinador Académico.
gístico. »» Coordinador Logística.

Condiciones previas La iglesia Particular de Engativá reconoce la importancia de desarro-


llar el núcleo del Plan Pastoral

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Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

El Mapa del Proceso, fundado en la Pedagogía de Emaús, concreta cada una de


sus etapas desarrollando la Metodología de Marco Lógico. Este método permite
llevar a la práctica los propósitos señalados. Su manera de organización es la que
muestra el siguiente cuadro o matriz de planificación. El ejercicio pastoral del
2006 estuvo visualizado por este cuadro, que mantuvo la mirada de conjunto de
las actividades planeadas.

3. PLAN OPERATIVO 2006


El Plan Operativo cumple la tarea de ser Hoja de Ruta, o Itinerario Administrativo
del Proyecto. Esta visualización permitió realizar una eficaz administración del pro-
yecto y sostener su marcha durante todo el proceso, no obstante los vacíos e impre-
vistos que se presentaron por el camino. Precisamente, esta herramienta evita que
ante los vacíos de práctica y coordinación, el proyecto se estanque o pierda su norte.

ETAPA DE ESCUCHA
RESULTADO: Se ha implementado un proceso de escucha en las 60 parroquias,
11 arciprestazgos, comisiones y consejos diocesanos.
Actividades 1.1 Conformar equipo técni- 2.1 Diseño del plan de forma-
co-logístico ción para la escucha (IBPLA)
Subactividades
1.1.1 Convocatoria de Diáconos 2.1.1 Elaborar planteamiento
permanentes metodológico y contenidos
1.1.2 Convocatoria de agentes 2.1.2 Elaborar borrador
delegados al Plan Pastoral 2.1.3 Socializar documento
Diocesano 2.1.4 Presentación del documen-
1.1.3 Reunión de socialización del to final
Plan de Trabajo 2006 y cro-
nograma
Indicador clave Primera semana de febrero se ha En la última semana de Enero de
realizado la reunión con los Diá- 2006 se ha socializado el Plan de
conos permanentes y los agentes Estudios.
para socializar el plan de trabajo.
Responsable Vicario Pastoral
Padre Gonzalo, Equipo IBPLA y
Pbro. Alberto Camargo
TIempo Diáconos 26 de enero
Enero 23 a 31
Agentes Plan Pastoral 9 de febrero
Febrero 1 a 28
Formación a Diáconos 7 de febrero
Recursos Oficina de Vicaria Pastoral
Salón
Insumos de oficina
Insumos de oficina
Salones parroquiales
Computador
Asistente logística y digitador

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Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

ETAPA DE ESCUCHA
RESULTADO: Se ha implementado un proceso de escucha en las 60 parroquias,
11 arciprestazgos, comisiones y consejos diocesanos.
Actividades 3.1 Desarrollo de las sesiones 4.1 Diseño del Instrumento de
formativas para la escucha reflexión “Consenso sobre
Subactividades
3.1.1 Consecución del lugar Las Pequeñas Comunidades
3.1.2 Convocatoria de delegados y Arraigo en la Palabra”
3.1.3 Desarrollo de las sesiones 4.1.1 Realizar prueba piloto
4.1.2 Realizar ajustes al documen-
to
4.1.3 Imprimir documento final
Indicador clave A marzo 25 se han realizado el 80% En abril 1 se ha realizado la prueba
de las sesiones de formación. piloto con un grupo.
Responsable Diacono Permanente Coordinador Vicario de Pastoral y Diácono Per-
de los delegados al plan diocesano. manente Coordinador.
TIempo »» Febrero 9, 16, 23 »» Marzo 21
»» Marzo 4 y 25 »» Abril 1 al 8 de 2006
Recursos Teatro Minuto de Dios Asistente Logística y digitador
Documento sobre los tremas de Computador – Insumos de oficina
formación Documento impreso
Copia magnética

Actividades 5.1 Implementar la Etapa de la Escucha en los diferentes escenarios.


Subactividades 5.1.1 La escucha en las Parroquias
5.1.2 La escucha en los arciprestazgos
5.1.3 La escucha con las Comisiones y Consejos Diocesanos.
5.1.4 Borrador del Informe
5.1.5 Socialización con el comité logistico, Codarpa e IBPLA
5.1.6 Ajustes e informe final.
Indicador clave En Agosto 17 se ha presentado un borrador del informe final.
Responsable Vicario de Pastoral
TIempo »» Parroquias - Abril 24 a Mayo 26 de 2006.
»» Arciprestazos - Junio 1 a 30
»» Consejos y Comisiones Diocesanas - Julio1 a 31
»» Elaboración Informe Final - Agosto 1 a 31
Recursos Equipo de delegados
Equipo de Diáconos Permanentes
Asistente Logística y digitador
Salones Parroquiales
Computador – Insumos de oficina
Documento impreso y copia magnética

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CAPÍTULO II
Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

II METODOLOGÍA DE LA ETAPA DE
“LA ESCUCHA”
La Importancia de Comenzar a Conversar

E n este capítulo se hace más evidente el valor de este documento, el cual radica
en haber generado de alguna manera durante el año, un ambiente permanen-
te de diálogo en la diócesis. Sentimos satisfacción al mirar en su conjunto todo
el 2006, y comprobar que hemos hecho un esfuerzo por sostener este “diálogo
indispensable”.

Lo hemos llamado “diálogo indispensable” por su sentido fundamentalmente hu-


mano. Dialogar es un arte que se constituye en sentido mismo de la vida. Sin la
práctica de este arte se empobrece nuestra existencia humana. El habla no es un
accidente del hombre, el ser humano es esencialmente dialógico.

Esta práctica dialogal genera confianza entre los interlocutores, intercambia co-
nocimientos y saberes, permite ingresar en el corazón de los otros, abre la puerta
de los misterios más recónditos.

Inspirados en el diálogo de Jesús con los discípulos de Emaús, quisimos abrir esta
puerta en nuestra Iglesia. De ahí todo el interés centrado en esta Etapa de la Escu-
cha. Jesús escuchó largamente a estos desolados caminantes, se hizo interlocutor
de sus corazones, ellos fueron confiando en él a medida que avanzaban la marcha.

Nosotros suscitamos el diálogo a través de un instrumento para dialogar, para dar


pistas a la conversación. Lo hicimos dentro de un esquema que no sólo guiara la
interlocución, sino que también formara parte de la estructura del proyecto pasto-
ral diocesano. Nos interesaba alimentar la reflexión sobre este proyecto a través de

24 |
Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

uno de los temas centrales del mismo, su Núcleo, o el interés que tiene la diócesis
por formar sus pequeñas comunidades.

Este diálogo apuntó al consenso, a compartir diferentes puntos de vista, a dar a


conocer las experiencias. Se trató de dialogar para ponerse de acuerdo. A partir de
este ejercicio es que la diócesis logra un consenso en la formulación de directrices
pastorales, que acompañarán las diversas experiencias de formación de comuni-
dades en su territorio.

Los talleres para dialogar estuvieron orientados desde los objetivos y las preguntas
que vienen a continuación.

GUÍA PARA EL FACILITADOR

Taller:

Grupos de reflexión sobre arraigo en la Palabra de Dios y


Pequeñas Comunidades

Objetivos

Objetivo de la Diócesis
Crear un gran acuerdo en torno de los principios y líneas pastorales, que la dió-
cesis de Engativá asumirá como opción común a todas las parroquias y progra-
mas pastorales que en ella trabajan, para impulsar, como programa diocesano, la
creación de pequeñas comunidades arraigadas en la Palabra de Dios, que sean el
fundamento y el medio de evangelización que anuncien y trabajen la Ciudad de
la Misericordia.

Primer Objetivo del Taller


Abrir el diálogo y el compartir de experiencias, de anhelos, de sueños, de cono-
cimientos que se tengan sobre el tema arraigo en la Palabra de Dios y pequeñas
comunidades, con el fin de poner sobre la mesa la importancia del tema y así
conocer lo que hay en las parroquias sobre el mismo.

Segundo Objetivo del Taller


Lograr la opinión de las parroquias sobre el tema en discusión, su aporte o su pos-
tura respecto del mismo, con el fin de ir aportando al acuerdo que se busca para
impulsar definitivamente un trabajo diocesano en esta línea.

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Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

Instrumento Para Dialogar

1. Apertura
el moderador da la bienvenida al grupo, introduce el tema y los objetivos y explica
el papel del grupo de reflexión sobre las pequeñas comunidades y arraigo en la
palabra, según el propósito del plan pastoral

Define cuál es el objetivo de la reunión. Pone en claro desde un comienzo quién


dirigirá la discusión, cual será la metodología a seguir y lo más importante trata
que los participantes se sientan importantes y cómodos con la temática.

Distribuye a los participantes en una configuración en U Asegurándose que cada


participante sea visible, escuche y sea escuchado perfectamente

2. Oración y Reflexión en grupo a la luz de la Palabra.


El moderador o espontáneamente un participante, inicia con una oración el tra-
bajo del grupo. Luego invita al grupo a trabajar con el Instrumento de Reflexión,
las “preguntas” que son el objeto del estudio.

Se debe evitar las respuestas ambiguas, las socialmente aceptables o las “muy
abiertas”. Hay que tratar que sean especificas a la pregunta y lo más exhaustivas y
excluyentes posibles y mantener un cuidadoso control sobre el tiempo de desa-
rrollo del Taller.

Uno de los facilitadores tendrá la tarea de grabar la información del grupo para
luego transcribir al texto fielmente los aportes de cada miembro del grupo a las
preguntas desarrolladas.

3. Cierre del Taller


no solo debe incluir el llegar a un consenso en las conclusiones finales sino tam-
bién la parte formal que incluye el agradecimiento a los participantes, insistiendo
no solo de la importancia de su participación sino también en la forma cómo los
datos serán utilizados.

Trabajar estas preguntas en su grupo de reflexión es muy importante, pues apor-


tan toda la información necesaria para conseguir los objetivos que nos hemos
propuesto. Procuren suficiente diálogo sobre ellas y no pasen a la siguiente sin
haber conseguido el acuerdo del grupo sobre la anterior.

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Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

Valor de las preguntas


Son una ayuda para dialogar. La intención con que ha sido formulada cada pre-
gunta contribuirá a que el acuerdo a que llegue la diócesis al final del proceso, sea
participativo, enriquecido con los aportes de todos los que formamos la Iglesia
Diocesana.

1. Al volver la mirada sobre los primeros tiempos de la Iglesia, Hechos de los


Apóstoles las citas: 6,7; 12,24; 19,20; 20,32. ¿qué les dicen a Ustedes los relatos
sobre la experiencia misionera de la primera iglesia, fundada sobre la Palabra
de Dios?

2. En el libro de los Hechos de los Apóstoles en 2,42-47; muestra la dinámica de


una Iglesia formada en pequeñas comunidades, lo que permite que la Palabra
se proclame en las ciudades y en las culturas. ¿Cómo vive la Iglesia hoy, este
modelo?

3. En todas las parroquias se ha hecho algún trabajo con la Palabra de Dios. ¿La
experiencia que llevamos de acercamiento a la Palabra de Dios en nuestra
comunidad, ha contribuido a la transformación de nuestro barrio?, ¿cómo?

4. En algunas parroquias ya se ha comenzado con algún tipo de método la for-


mación de las pequeñas comunidades. (Señalar el nombre de la experiencia).
¿Cómo ha influido esta experiencia de pequeñas comunidades en la vida de
las personas que la conforman y en su propia vida?

5. Algunas parroquias están pensando cómo formar sus pequeñas comunida-


des. ¿Si no tienen esta experiencia de pequeñas comunidades en su parroquia,
cómo la sueñan?

6. ¿Al proponernos formar pequeñas comunidades en qué nos gustaría estar


de acuerdo con todas las demás experiencias que hay y habrá en un futuro en
la diócesis?

| 27
CAPÍTULO III
Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

III RESULTADOS DE LA ETAPA DE


“LA ESCUCHA”

E l Instrumento para el Diálogo permitió hacer un ejercicio teológico que es-


tuvo al alcance de todos las y los participantes. Hubo varios escenarios de
diálogo: las parroquias, los arciprestazgos, las comisiones diocesanas de pastoral,
el clero, los religiosos, los seminaristas, los diáconos permanentes de la diócesis y
aportes de otras personas desde ambientes diferentes.

Los documentos se fueron produciendo a lo largo de los meses señalados para


ello. El esfuerzo de gran síntesis tuvo lugar en la Asamblea Diocesana del 9 de
septiembre. Allí convergieron todos los textos resultantes del proceso.

Momentos Significativos Del Diálogo Diocesano


En la asamblea deliberaron treinta grupos, y cada uno formuló un enunciado
síntesis de su diálogo y reflexión, basado en los textos compilados a lo largo del
proceso de la Escucha.

Presentamos a continuación estos treinta enunciados, que son como un “diaman-


te en bruto”, que recogen el sentir del pueblo de Dios que vive su fe y su com-
promiso de Iglesia en la diócesis. Hemos procurado ser fieles a cada una de las
frases, conservando el estilo con que fueron entregadas a la asamblea. Incluso en
su formulación gramatical se ha procurado el mínimo de correcciones, apenas las
necesarias:

1. Intensificar la formación en los diferentes ámbitos y personas desde el Plan

30 |
Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

Pastoral de la Diócesis, en el Arraigo en la Palabra, como claro signo de nues-


tra marcha hacia La Ciudad de la Misericordia.

2. Aprender metodologías para formar las pequeñas comunidades desde el


arraigo en la Palabra, a través del proceso del discipulado.

3. Todo bautizado tiene la misión de dar su testimonio con un “COMPROMI-


SO” serio y desde los valores que forman pequeñas comunidades sólidas en
CRISTO, basadas en La Palabra, La Oración y La Eucaristía.

4. Unificar criterios y proyectos para toda la diócesis de engativá.

5. Formación seria, profunda, permanente, arraigada en la Palabra de Dios


(para agentes de pastoral), que tenga en cuenta la realidad urbana y dentro de
ella, la familia, con una programación-planeación con objetivos claros, hacia
la unidad pastoral.

6. Formación del individuo en la oración y en la Palabra, para que como fru-


to coherente llegue a los hermanos. Integrar nuestro ser y quehacer con la
Palabra de Dios para lograr ser evangelio viviente que nos lleve a la misión.
Urbana.

7. Unificar criterios diocesanos sobre los métodos para formar “Pequeñas Co-
munidades”, conscientizando a los bautizados, laicos, a los religiosos y al
clero, de la importancia de ir para ello a las fuentes, la Sagrada Escritura, la
Tradición y el Magisterio. Esto como ruta para ir hacia la Ciudad de la Mise-
ricordia.

8. Disponerse ante la acción del Espíritu Santo y la fuerza de la Palabra, para


armonizar la fe, la vida y la fraternidad para ser misericordiosos.

9. Creación de Pequeñas Comunidades arraigadas en la Palabra, la Eucaristía


y la oración, escuchando y siguiendo a Cristo, para aprender a practicar la
misericordia con un compromiso vital y misionero.

10. Encuentro personal con Dios, a través del conocimiento de la Palabra, cre-
yendo en su mensaje, el Amor, y multiplicar esa Palabra en la escucha y la fe.

11. Vivir la Palabra, construir comunidades teniendo en cuenta la formación de


la familia como base de la sociedad.

12. Dios Padre nos ha llamado a ser la comunidad de Cristo a través de la Palabra,

| 31
Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

siendo discípulos de su Hijo. Ser presencia de Jesús vivo a través de un testi-


monio vivo, misericordioso y liberador, que con formación permanente, nos
lleve a construir la Ciudad de la Misericordia.

13. Formación de agentes pastorales en la comunidad parroquial, mediante el


conocimiento y anuncio de la Palabra de Dios para fortalecer la misión evan-
gelizadora.

14. Formación comunitaria para ser formadores de comunidades, iluminados


por la Palabra de Dios y la práctica sacramental. Destacar la responsabilidad
que tienen los presbíteros como formadores de comunidades.

15. Estudio permanente de la Biblia animados por los párrocos.

16. Asumir nuestro compromiso de bautizados, para ser sacramentos vivos de


Cristo en la Iglesia, iluminados por su Palabra.

17. Asumir los estudios bíblicos, para construir las pequeñas comunidades euca-
rísticas, misericordiosas y misioneras.

18. Cimentar comunidades en la pastoral social y de la salud, arraigadas en la


Palabra de Dios, con clara conciencia de Iglesia y conocedoras de la realidad
social.

19. Nuestra vida en Jesucristo nos lleva a la conformación de pequeñas comuni-


dades, con personas evangelizadas y evangelizadoras, que se multipliquen y
realicen la misión integral de la Iglesia en forma permanente, con el acompa-
ñamiento de los párrocos.

20. Descubrir y formar auténticos líderes basándonos en la fuerza de la Palabra


de Dios, en la oración y en el testimonio personal, para dinamizar y desarro-
llar nuestras pequeñas comunidades.

21. Formar la familia en el discipulado de la Palabra de Dios, para que sea la pri-
mera pequeña comunidad cristiana.

22. Motivar a los jóvenes para que se vinculen con opciones atrayentes, arraiga-
das en Jesucristo, que les permitan reafirmar su identidad cristiana, su sentido
de comunión y pertenencia a la Iglesia.

23. Incrementar el Testimonio, como la coherencia entre mi sentir, actuar y pensar,


con amor fraterno.

24. Convocar a los hermanos para escuchar la Palabra de Dios.

32 |
Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

25. La Iglesia como Escuela de Formación, que capacita, compromete, evangeliza


y promueve a crear pequeñas comunidades de base arraigadas en La Palabra,
apuntando al Reino de Dios (Ciudad de la Misericordia).

26. Fortalecer los estudios bíblicos permanentes, dirigidos a los grupos parro-
quiales y a las pequeñas comunidades, con apertura a la gran comunidad.
Parroquial. No olvidar que: arraigo en La Palabra más Pequeñas Comuni-
dades =Transformación de la vida.

27. Interiorización del Proceso Diocesano: Dibujaron una mujer orando y al


frente de ella, el Pan y la Palabra.

28. Crear espacios para conocer y compartir La Palabra de Dios, que generen
una vivencia misericordiosa teniendo en cuenta las necesidades persona-
les y comunitarias, llevándonos a crecer en humanidad y en experiencia de
Dios.

29. Comunidades: Conformadas por personas (inteligentes, libres, etc.), que co-
nocen, celebran y viven su fe comprometidas con la sociedad, poniendo a su
servicio sus dones y carismas, valiente y decididamente.

30. Me gustaría ser acogido, respetado, motivado y reconocido, para ser más
comprometido. Tal es la identidad de todo bautizado.

A partir de estos pronunciamientos, es que se procede al DISCERNIMIENTO


y a la elaboración de las líneas pastorales, como una manera de RESPONDER al
clamor de nuestra Iglesia.

Centro de la Reflexión
Definir el “Espacio Vital” del Plan Pastoral1 o las pequeñas comunidades. La mira
fue esa. Indicar en qué se pondría de acuerdo la diócesis para formar estas co-
munidades, con criterios comunes. La expresión “Espacio Vital” lo dice todo, en
cuanto nos interesa vincular de lleno la vida de las comunidades, hacer de la prác-
tica pastoral una toma de conciencia de que las comunidades también son teólo-
gas, pues poseen la fe, transitan por el diario acontecer y se preguntan a cerca de
lo que Dios quiere para ellas aquí y ahora.

Capacitar para Escuchar


Fue la formación que recibieron los 240 delegados parroquiales al Plan Pastoral.
Enfatizó el valor de escuchar y ser escuchado. Esta profundización se hizo con

1 Plan Pastoral Numeral 6.3

| 33
Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

base en los valores de la antropología bíblica de la escucha. Escuchar tiene que ver
con el Discernir y el Responder, cualidades indispensables en toda tarea pastoral.
El retomar este método seguido por el Sínodo Arquidiocesano de Bogotá fue algo
polémico, quizás se debe enfatizar que el acto de Escuchar es permanente, no es
puntual. Lo puntual fragmenta en este caso, lo que debe llevar hilo histórico, sos-
tenimiento de procesos.

Contextualización del Proceso Pastoral


La ofreció el Primer Congreso de Pastoral Urbana. Hizo notar que la reflexión y
la acción pastoral debe tener un contexto propio, el proceso de urbanización que
se vive en la diócesis. Se hizo a través de tres miradas: ¿En qué realidad urbana
nos encontramos y cómo dialogar con ella?; ¿Cuál es nuestra identidad cristiana
dentro de esa realidad (se trabajó desde el tema Biblia y Ciudad)?; ¿Cómo pode-
mos pensar la ciudad desde nuestro compromiso eclesial (lectura teológica de
la urbe)?. La mirada es de largo alcance, pues los procesos de urbanización son
vehículo de la globalización y así como pueden contribuir al afianzamiento de las
identidades locales, también pueden hacer lo contrario, diluir las legitimidades.
Este es uno de los puntos álgidos que comprometen los presupuestos de la teolo-
gía urbana.

Profundización en un Discipulado de La Palabra dentro de la Ciudad


Si hacemos claridad en nuestra identidad que es ser discípulos (as) de Jesucris-
to para anunciar su Evangelio, esto no puede estar fuera del contexto en el que
nos movemos y compartimos la vida. El contexto es urbano, luego nuestro disci-
pulado debe hacerse urbano. Se trabajó el tema desde el Seminario Discipulado
Urbano de la Palabra de Dios. Se profundizó en la manera cómo Jesús formó su
discipulado de cara a las ciudades de la época. Esta reflexión marcó otro énfasis
de la teología urbana, quizás el principal, al abordar un punto de valor crucial
para la reflexión teológica: Descubrir en la realidad las huellas del Dios de la vida.
Esto es, mirar concretamente, ¿cómo se entrega un testimonio de una honda ex-
periencia de Dios en medio de los procesos de urbanización, que mantenga viva
la esperanza en el don de la vida, en la posibilidad de hacer de este mundo algo
más humano?.

Al Encuentro de una Iglesia Discípula de La Palabra


Se trabajó este tema en la Primera Semana Bíblica Diocesana. Sirvió como telón
de fondo a todo el proceso pastoral vivido durante el año, el preguntarse ¿Cómo
la Iglesia Diocesana se hace Discípula de la Palabra?. La reflexión enriqueció sig-
nificativamente el proyecto pastoral, dándole un enfoque eclesiológico novedoso,
pues pocas veces miramos el papel de la Iglesia desde esta perspectiva. Nos hace

34 |
Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

bien pensar que la Iglesia para ser Madre y Maestra, antes tiene que declararse
Discípula de Jesucristo, para ser servidora del Reino. Se entregó un texto único,
síntesis de los relatos hechos en cada uno de los arciprestazgos.

Estos son algunos de los “gritos” lanzados durante esta semana bíblica, recopila-
dos en el texto único del cual estamos haciendo mención:

Cuestionamos nuestra vida cristiana, la indiferencia ante el dolor,


y el miedo que nos paralizan, delante de la complejidad del am-
biente urbano.

Nos cuestiona la poca justicia social, solidaridad y misericordia. La


ciudad endurece nuestro corazón.

Cuestionamos el exceso de preocupación por los bienes mate-


riales y la sordera al llamado de Dios. Allí está la falla de nuestra
conversión.

Proponemos para un buen discipulado en la diócesis, evangelizar


con nuestro ejemplo de vida, ser multiplicadores de la Palabra,
dejar la indiferencia hacia los demás.

Proponemos para un buen discipulado en la diócesis, visitar a las


familias con un mensaje serio y profundo de la Palabra, que incre-
mente nuestra vivencia de la Eucaristía y prepare líderes que sean
testimonio de vida.

Proponemos llevar las pastorales en las parroquias a ejercer un


verdadero ministerio basado en la misericordia, a través de la es-
cucha de la Palabra y una acción consecuente.

Para tener una Iglesia discípula en la diócesis, proponemos conti-


nuar con estos procesos de aprendizaje.

Pare tener una Iglesia discípula en la diócesis, proponemos crear


pequeñas comunidades arraigadas en la Palabra, con orientación
eclesial.

Para tener una Iglesia discípula en la diócesis, proponemos incen-


tivar una espiritualidad fuerte, vivida comunitariamente.

| 35
Asamblea Eclesial Diocesana
Fue el momento cumbre del camino hecho durante el año. Su propósito fue re-
flexionar en torno a los resultados del Proceso de la Escucha y del texto conclusivo
de la Semana Bíblica, para obtener elementos que ayudaran a identificar las líneas
pastorales que orientarán la formación de pequeñas comunidades en la diócesis.

Este objetivo se cumplió. Treinta grupos de deliberación, conformados en su ma-


yoría por el laicado representativo de la diócesis en este plan pastoral, con un buen
grupo de párrocos, religiosos, seminaristas y diáconos permanentes, se dieron a la
tarea de entrever los primeros esbozos de los lineamientos buscados.

Comisión de Animación y Reflexión Pastoral “Codarpa”


Tuvo en sus manos la tarea final. Después de haber consultado al consejo de pas-
toral y al clero de la diócesis, respecto de una última lectura teológica de las treinta
formulaciones entregadas por la asamblea diocesana, procedió a enunciar las lí-
neas pastorales comunes que la diócesis venía buscando para incentivar la forma-
ción de sus pequeñas comunidades.
CAPÍTULO IV
Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

IV ECLESIOLOGÍA DE PEQUEÑAS
COMUNIDADES DESDE LA DIÓCESIS DE
ENGATIVÁ

L as pequeñas comunidades no son simplemente un programa de acción pas-


toral, sino el Espacio Vital donde se irán concretando y haciendo realidad las
acciones pastorales.

“Centradas en la Palabra de Dios, dichas comunidades, por una parte, serán las
células vivificadoras de los tejidos sociales y eclesiales y, por otra, ayudarán a es-
tablecer la necesaria comunión que deben tener todas las fuerzas vivas que in-
tervendrán en las parroquias para la ejecución del plan pastoral. Así mismo se
convertirán en el eje de renovación de la vida parroquial”.1

Estas expresiones, reflejan el grado de importancia que tiene para la diócesis la


formación de sus comunidades. El proceso seguido para definir su perfil a través
de unos lineamientos orientadores, y la reflexión teológico pastoral que se deriva
de ello, son los puntos que enseñamos en este capítulo cuarto.

La experiencia puso de relieve la importancia que tiene el pueblo de Dios reunido


para expresar su sentir eclesial. Dicho sentir se respetó y destacó en cada una de
las acciones que nos llevaron a elegir las líneas pastorales para la formación de
comunidades. El ejercicio eclesiológico ha sido práctico, en el sentido de ofrecer
una reflexión pastoral contextualizada, con aportes a la construcción de un que-
hacer teológico cada día más abierto a la participación del laicado, más sencillo y
asequible a todas y a todos.

1 Plan Pastoral Numeral 6.3

38 |
Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

El desarrollo de esta reflexión eclesiológica se apoyó en los siguientes aspectos:

Núcleo del Plan Pastoral


Todas estas miradas pastorales se hicieron a partir del Núcleo del Plan, o eje cen-
tral, que da asidero al horizonte pastoral establecido. Vale la pena recordar que
este Núcleo está conformado por cuatro columnas que sostienen la estructura
pastoral de la diócesis de principio a fin, a saber:

»» Arraigo en Jesucristo, Palabra de Vida.

»» Formación de Comunidades. Espacio vital del Proyecto Pastoral.

»» Espiritualidad Samaritana o de la Misericordia.

»» Ministerios y Carismas.

Estos son los cuatro soportes que deben impregnar toda la acción pastoral de la
diócesis. Uno de estos componentes, la formación de comunidades, es a su vez,
formulado en el Plan como ESPACIO VITAL del mismo, según ya lo explicamos.
Sobre este punto es que hemos puesto toda la atención, para que este núcleo del
Plan así como es punto de convergencia de toda la acción pastoral, también tenga
el lugar donde la experiencia de fe que anima la diócesis se dé y fortalezca el espí-
ritu fraterno y comunitario, la comunidad evangelizadora.

Enunciación De Las Líneas Pastorales Que Orientarán La


Formación De Pequeñas Comunidades.

Primer Bosquejo
Se formularon cuatro lineamientos. Se tuvo en cuenta para la selección de cada
uno de ellos, tanto el horizonte pastoral diocesano, la Ciudad de la Misericordia,
como la necesidad de estar siempre contextualizados en la realidad urbana. La
materia prima de la reflexión la constituyó el material producido por la Cuarta
Asamblea Eclesial Diocesana, las treinta formulaciones que entregó cada uno de
los grupos asambleístas.

Al enunciar cada línea se procuró ver la correspondencia que ésta tiene con algu-
nas características señaladas por la asamblea eclesial. Por eso debajo de cada línea
enunciada hay una lista pequeña de correspondencias.

Dichas correspondencias hacen las veces de componentes, con los cuales proce-
deremos durante el año 2007 a ir construyendo una reflexión sobre la pertinencia
y el significado de cada línea pastoral, con la participación activa de las comuni-
dades parroquiales y de otras instancias pastorales.

| 39
Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

1. Primera Línea : DISCIPULADO URBANO DE LA PALABRA. Tiene una re-


lación directa con:

»» Convocatoria.

»» Identidad humana discipular.

»» Anuncio de la Palabra que cambia el sentido de la vida en su contexto urbano.

»» Estudio permanente de la realidad urbana.

2. ESPIRITUALIDAD URBANA DE LA MISERICORDIA. Tiene una relación


directa con:

»» Estilo de vida del discípulo urbano.

»» Tener compasión – Misericordia.

»» Contemplación – Acción.

»» Escuchar y poner por obra la Palabra. Educar el corazón.

3. COMUNIDAD DISCIPULAR URBANA. Tiene una relación directa con:

»» Vida En comunión.

»» Los discípulos viviendo en comunidad dan testimonio de la fe que los une


(Hechos 2, 42).

»» Contemplan y escuchan la Palabra, Ven y celebran a Cristo vivo en medio de


los hermanos.

»» La misericordia buena noticia para la ciudad.

4. COMUNIDADES HACIENDO MISIÓN EN LA CIUDAD. Tiene una rela-


ción directa con:

»» Comunidades Proféticas, fermento y levadura transformadora de la sociedad.

»» Comunidades que alimentan el espacio político de la misericordia: La Dióce-


sis Urbana de Engativá.

Segundo Bosquejo
Con base en la anterior síntesis de características, se procedió a encontrar el para
qué de la formulación de la línea con esas características. Este paso dio mayor
claridad al sentido de la línea y el papel que ésta debe cumplir como elemento

40 |
Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

común a la diversidad de experiencias que animará la diócesis en la formación


de sus comunidades. Así, la formulación de la pregunta trató de ser muy precisa:

1. ¿PARA QUÉ QUEREMOS DESARROLLAR EL DISCIPULADO URBANO EN


LA DIÓCESIS DE ENGATIVA?

»» Para anunciar el evangelio.

»» Para formar discípulos y discípulas.

»» Para conocer el contexto urbano (realidad).

2. ¿PARA QUÉ QUEREMOS DESARROLLAR LA ESPIRITUALIDAD URBANA


DE LA MISERICORDIA EN LA DIÓCESIS DE ENGATIVÁ?

»» Para logar coherencia entre fe y vida.

»» Para lograr un compromiso social.

»» Para lograr un compromiso humanizante.

3. ¿PARA QUÉ QUEREMOS FORMAR COMUNIDADES DISCÍPULAS URBA-


NAS EN LA DIÓCESIS DE ENGATIVÁ?

»» Para construir unidad y compromiso comunitario.

»» Para construir parroquia nueva - evangelización nueva.

»» Para logar un impacto social.

4. ¿PARA QUÉ QUEREMOS FORMAR COMUNIDADES QUE HAGAN MI-


SIÓN EN LA CIUDAD (DIÓCESIS DE ENGATIVÁ)?

»» Para vivir un auténtico discipulado.

»» Para vivir una eclesiología de comunidad y misericordia.

»» Para dialogar con la cultura y la sociedad civil.

| 41
CAPÍTULO V
Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

V RUTA PEDAGÓGICA
Formulación Definitiva de las Líneas Pastorales y su
correspondencia con el Plan Pastoral de la Diócesis.

A l tener ante la vista el elenco anterior de características de cada línea pastoral,


se observó en su conjunto las formulaciones más comunes que aparecieron
allí y se entresacaron, para tenerlas como elementos transversales de todas las
ideas que iban surgiendo. Así fue, y se consiguió detectar que tres componentes
sobresalían como punto de apoyo, para seguir dando significado a las líneas pas-
torales. Tales componentes son: Persona Humana1, con gran fuerza significativa
de identidad cristiana, si se la ve en relación con cada una de las líneas pastorales.
En relación lógica con la estructura de nuestro Plan Pastoral corresponde al Cam-
po de Arraigo en Jesucristo, Palabra de Vida2.

Parroquias y Otros Escenarios Urbanos


Con una marcada insistencia en el contexto y en la progresiva relación con cada
una de las líneas pastorales elegidas, muestra un proceso de evangelización inser-
to en la realidad urbana. Corresponde, siguiendo la misma secuencia de lectura,
al Campo de Vida en Comunión de nuestro Plan Pastoral.

Sociedad y Barrios
Indica el efecto de una evangelización contextualizada. En la misma relación pro-
gresiva con cada una de las líneas pastorales, señala el avance de la incidencia del

1 Segunda columna del siguiente cuadro.


2 Por su insistencia en la formación discipular.

44 |
Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

Evangelio dialogante con las culturas como viene siendo deseado por el Magis-
terio de la Iglesia1. Corresponde en lógica pastoral, al Campo de Servicio a las
Personas y a la Sociedad de nuestro Plan Diocesano.

Constantes Campos De Pastoral

Parroquia y Otros Sociedad


Líneas Persona
Escenarios Urbanos y Barrios
Orientadoras
Discipulado Formar Anunciar el evangelio Conocimiento del
Urbano Discpulos en la ciudad contexto urbano

Espiritualidad Coherencia entre Compromiso Compromiso


Urbana fe y Vida Humanizante Urbano

Comunidad
Discipular Unidad y compro- Parroquia nueva Impacto
miso comunitario Evangelización nueva Social
Urbana
Misión Vivir un auténtico
Vivir una eclesiología
Diálogar con lo cul-
de comunidad y mise-
Urbana Discipulado tural y la sociedad
ricordia

1 (Gaudium et Spes, Evangelii Nuntiandi, Medellín, Puebla y Santo Domingo; Ecclesia in America,
Novo Millenio Ineunte, Plan Global de Pastoral de la Arquidiócesis de Bogotá, Plan Diocesano de
Engativá, entre otros).

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CAPÍTULO VI
Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

VI PRIMEROS ESBOZOS DE UNA


TEOLOGÍA DE LA CIUDAD DESDE LA
DIÓCESIS DE ENGATIVÁ

E l cuadro anterior ha sido llamado Ruta Pedagógica y, en efecto, lo es. Se nos


convierte en la visión panorámica de una propuesta de Nueva Evangelización
que enfatiza procesos pedagógicos y tiene la mirada puesta en la ciudad. Para
entrar en esta materia, en el cuadro se visualizan los componentes de un diálogo
urgente entre pastoral, pedagogía y contextos. La pastoral en este sentido se hace
una acción educativa. Toca directamente aspectos sensibles de la realidad que ma-
nifiestan un estado de crisis generalizada, cuyo vértice, en el común sentir de los
analistas, es la ética social. Por eso se convierte en un reto para la evangelización
actual, apuntar con acierto a estas problemáticas centrales de la época que vivi-
mos, voceras de un acelerado cambio cultural, político y social.

La correcta interpretación de la matriz Ruta Pedagógica nos da las pistas que


orientarán tanto la formación permanente en la diócesis como la estructuración
de los programas diseñados para articular actividades con sentido, lo cual redun-
dará en el fortalecimiento del horizonte pastoral.

Los elementos que componen esta matriz, pueden ser tenidos en cuenta en la
formulación de una Teología de la Ciudad, que tenga como referente el incentivar
un estilo de Iglesia nuevo, con un método y un ardor distintos, capaz de responder
a los retos que la ciudad de hoy plantea. Es pensar pastoralmente la ciudad, para
entrar con identidad propia, en el debate que el cambio de época nos propone.
De ahí, que hayamos insistido en el Primer Congreso de Pastoral Urbana, en el
diálogo Biblia y Ciudad. Esto abre otra vertiente para la hermenéutica bíblica, la

48 |
Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

realidad urbana, como lugar desde donde se lee la Biblia y en donde se han de
formar las comunidades que la interpreten.

La Teología de la Ciudad es tan antigua como la Biblia misma. Son muchos los
ejemplos que encontramos en los textos bíblicos, que hacen referencia a la rela-
ción entre los proyectos de las ciudades y el proyecto del Dios de la Historia. El
profetismo urbano por ejemplo, buscó siempre la integración de la ciudad dentro
de los planes de Yahvéh, para ello denunció las prácticas de muerte que se oponían
a la posibilidad de una nueva ciudad, artífice de la vida, lugar de Dios entre los
hombres. El caso de Jerusalén es significativo en este sentido. Yahvéh habitará la
ciudad y ello traerá una vida cualitativamente diferente para sus habitantes. Esta
vida está descrita con lujo de detalles en los capítulos 60 y 62 de Isaías. Esta noticia
no sólo parte de los ejes urbanos como protagonistas del anhelado cambio. Tam-
bién los que estaban fuera regresarán, recuperarán lo más puro de sus tradiciones
tribales, reivindicarán las herencias campesinas y verán instaurarse la justicia en
la ciudad1,2.

Para Jesús de Nazareth también fue claro el fenómeno urbano expansionista, tri-
butario del sistema imperialista romano y sus consecuencias sobre los pobres, los
que estaban fuera de las ciudades. El profetismo urbano de Jesús es ejercido desde
las periferias de las pequeñas ciudades-aldeas. Si bien su pedagogía se inspiró no-
tablemente en los modelos rurales, no desconoció el impacto de las políticas urba-
nas del imperio, al contrario, lo interpretó y lo incluyó, como énfasis para conocer
la realidad circundante, en la formación discipular de sus seguidores, mujeres y
hombres, invitándoles a leer los signos de los tiempos. El capítulo 10 de Lucas es
elocuente ejemplo de ello, entre otros textos.

Son inspiradores estos pequeños ejemplos bíblicos para la praxis de nuestra teo-
logía urbana. Tanto en el Congreso de Pastoral Urbana, como en el Seminario de
Discipulado Urbano de la Palabra, quisimos enfatizar la mirada de Jesús sobre
la ciudad, su manera de entrar en ella, la pedagogía con que la incorporó en la
instrucción de sus discípulos. El interés estuvo en aprender nosotros hoy, a entrar
en la ciudad como lo hizo Jesús. Este es nuestro principal modelo de pastoral
urbana.

La Nueva Evangelización necesariamente tiene que ser urbana. Ha de considerar


que lo urbano es un lugar social, político y cultural. Las ciudades actuales son
equivalentes con las sociedades que se transforman vertiginosamente a causa de

1 Is 1,25-27.
2 Navia Velasco Carmiña “La Ciudad interpela a la Biblia”. Verbo Divino.Quito,Ecuador. 2001.

| 49
los influjos de la informática, también lo son con la pluralidad cultural de esta
nueva época. Todo converge en la ciudad. El fenómeno entonces es de emergencia
de culturas urbanas que lo rotulan todo. De tal manera, que se genera un nuevo
lenguaje que es el mismo para todos, lo referencia todo, entra en los lugares rura-
les lo mismo que en los urbanos, generando un mismo escenario para las ideas,
las actitudes y las acciones.

En cierta forma, el campo se hace urbano, y los canales por donde viaja la globa-
lización cultural y económica llegan hasta los lugares más apartados del planeta.
Pero el fenómeno, además, se consolida geográficamente, las ciudades concentran
más del 70% y el 80% de la población de los países. La inmigración a las ciuda-
des no sólo obedece a estas causas. Otros factores influyen decisivamente en la
urbanización de los últimos años, en el caso de Colombia, por la violencia polí-
tica principalmente. Esta violencia no sólo es generada por el conflicto armado
que padece el país, sino también, tiene carácter institucional, por ejemplo en la
aplicación de políticas erradas frente al campo, promulgadas desde los esquemas
neoliberales de los organismos económicos internacionales, que desconocen lo
particular de nuestras microeconomías y de sus interacciones a nivel nacional. Lo
propio hace el Estado también.

En medio de estas situaciones, la Iglesia tiene la misión de trabajar por el creci-


miento del Reino de Dios. Si quiere ser consecuente con el legado de su Señor, ha
de encarnarse en estas realidades como lo hizo Jesús en los contextos de su tiempo
y enseñó a los discípulos a hacerlo también. El Magisterio de la Iglesia es prolijo
en análisis y propuestas al respecto, pero quizás lo que falta es audacia pastoral,
capacidad para interpretar los signos de los tiempos, creatividad para dialogar con
los grandes cambios culturales, sensibilidad para captar la dirección variada que
toman los vientos del Espíritu.

Así, lo propio de este tiempo de evangelización, si hablamos de inserción en las


culturas, de teología de la ciudad, es apostarle a la creación de una nueva ciu-
dadanía que ayude a restituir la convivencia en la sociedad, conjure la crisis éti-
ca que padecemos y acepte un diálogo abierto con la pluralidad y sus grandes
cambios. Estamos hablando de una Ciudadanía del Reino, de la formación de
ciudadanas y ciudadanos del Reino de Dios en la Gran Ciudad. Esto, de por sí, es
ya una propuesta desafiante, pues supone el saber colocar el vino nuevo en vasijas
nuevas, declararse mujeres y hombres del Espíritu. Para esto se hace indispensable
una buena dosis de humildad desde el Evangelio. Humildad para saber persuadir
y no imponer. La persuasión viene de la elocuencia del testimonio y éste ante
todo, está conformado por hechos de vida, que tienen validez, sin son expresión
de la misericordia.
CAPÍTULO VII
Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

VII OPCIONES PARA CONSTRUIR UNA


TEOLOGÍA URBANA EN LA DIÓCESIS DE
ENGATIVÁ

P artimos de un principio esclarecido: Es necesario asumir una pedagogía


pastoral que no puede ser otra que la de Jesús de Nazareth. Por tanto, todos
nuestros esfuerzos estarán encaminados a profundizar el estilo evangelizador del
Maestro de la Galilea.

Estas opciones están motivadas por la entrada de lleno en los derroteros de la


Nueva Evangelización, lo cual sugiere abordar una constante profundización en
los siguientes aspectos:

A. Aplicación permanente de las Cuatro Líneas Pastorales


Estas líneas son el consenso que ha hecho la diócesis, para que todas las expe-
riencias que existen en la formación de comunidades se acojan a estos derroteros
comunes. De acuerdo con esto, la diversidad de comunidades que se vayan dando
tendrán un mismo espíritu eclesial.

Esto deja claro que nuestras comunidades no se forman con una metodología
única que uniforme a todas las experiencias, empobreciendo su diversidad y sus
estilos. Es del Espíritu que los procesos surjan de lo espontáneo, sin imposicio-
nes, como en los orígenes mismos del cristianismo. Para citar un solo elocuente
ejemplo, veamos la llegada de Pablo a Filipos1. En la ciudad, a la orilla de un río,
en medio de algunas mujeres, movidos todos y todas por la Palabra que predicó

1 Hch 16,11-15

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Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

Pablo, en un ambiente de oración, se forma una pequeña comunidad, que luego


tendrá su lugar de encuentro en la casa de Lidia.

La casa, en estos contextos de liderazgos y ministerios reconocidos por la memo-


ria cristiana de los primeros años, está identificada con ellos, no es simplemente
un espacio casual, se convierte en actitud de vida, en experiencia eclesial, inclu-
yendo el discipulado y la animación comunitaria de las mujeres.

A lo largo de los Hechos de los Apóstoles, narrativa lucana de las experiencias


fundantes de la Iglesia, es elemento básico común, que las comunidades se funda-
ban sobre el cimiento de la Palabra de Dios. Esta es la fuente nutricional de estas
experiencias de fe. Esto también es claro en nuestra diócesis.

No obstante su particular y legítima experiencia, nuestras comunidades adquie-


ren por la observancia del acuerdo conseguido, una identidad eclesial, a la que
hay que acompañar con espíritu fraterno, con honda comunión en la causa del
Evangelio, deseando para todos el mismo bien que anhelamos particularmente.

La aplicación de las cuatro líneas comunes, por ser reflexión y quehacer teológi-
co de la diócesis, no son una fórmula, o un recetario que explica cómo se hacen
comunidades. Esto implica apertura permanente a la acción del Espíritu, reco-
nocimiento de las realidades particulares de cada parroquia, sentido de la reali-
dad urbana en la que vivimos, creatividad y acompañamiento pastoral constante.
Pero, sobre todo, nos demanda un aprendizaje discipular a tiempo y a destiempo,
de la Palabra de Dios, cuidando que su interpretación sea fruto de la tradición de
fe de una Iglesia que ha entendido que esta Palabra es para hacerla vida.

B. Profundización en la Pastoral Bíblica


También en este aspecto hemos logrado claridad. La diócesis ha optado por la
pastoral bíblica. Este es un signo rotundo de Nueva Evangelización. Colocar la
pastoral bíblica como fuente de toda la pastoral de la Iglesia, como su columna
vertebral, es una decisión que hace mucho tiempo estábamos esperando.

Se puede decir que por el proceso de reflexión que hemos tenido, entendemos la
pastoral bíblica como el discipulado de la Palabra. Es un discipulado pedagógico
al estilo de Jesús, nos invita a enseñar como Jesús enseñó a los suyos, teniendo
presente que quien enseña, antes y siempre, es discípulo o discípula. Esta es la
primera acción evangelizadora que hemos de lograr desde el discipulado en el
seguimiento del Maestro. El Evangelio sólo se anuncia eficazmente, desde una
honda experiencia de Dios. Experiencia vivida como la vivió Jesús con su Padre.
El fundamento del kerigma es la relación filial de Jesús de Nazareth y sus hechos

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Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

de vida en coherencia con tal relación. Para anunciar a Jesús y su mensaje, antes
hay que pasar por esta experiencia de ser hijos e hijas del Dios de la Misericor-
dia. Sin esta condición previa, no hay evangelización.

La Nueva Evangelización es para esta Iglesia, un discipulado misionero que tiene


en cuenta: Que para anunciar a Jesucristo hay que conocerlo a él primero. Pero
a él sólo se le conoce y se le ama, conociendo y amando las Escrituras, quien no
conoce las Escrituras no conoce a Cristo1.“Conocer a Jesús es seguir a Jesús” 2. Si
conocemos y amamos a Jesucristo, es imposible no optar por su causa: el Anuncio
del Reino de Dios, su Padre y Padre nuestro también. Esta causa es su Proyecto de
Vida abundante para todos y todas3. En el lenguaje de nuestra diócesis es anunciar
la Ciudad de la Misericordia.

Por estas razones, es urgente incentivar una asidua escucha de la Palabra, que
prepare la acción evangelizadora para ingresar en los nuevos tiempos, ya que de-
mandan una mayor identidad por parte de la Iglesia y una mejor disponibilidad
para el diálogo con la sociedad actual4.

En María de Nazareth encontramos un modelo de escucha que muestra en una


vida plenamente discipular, el efecto de la Palabra. El hecho María es un modelo
discipular en este sentido, pero también lo es en quienes la rodean, como es el caso
de Isabel5. El Papa Benedicto XVI hace una preciosa semblanza de este hecho,
dándonos nuevas claves para una pastoral bíblica que ha de entenderse como el
esfuerzo por llevar la Palabra del corazón a la mente y a las manos. Según el Papa,
en María encontramos esta experiencia en grado muy elevado: “La Palabra de
Dios se convierte en palabra suya, y su palabra nace de la Palabra de Dios”6.

María ama por la experiencia de la Palabra en su interior, lo vemos por los hechos
simples de su vida, por la dedicación al Hijo, por el silencio con que asume su
estar ahí, o desaparecer de la vida pública, para volver a aparecer en el momento
supremo de la cruz. En todo esto hay un discipulado de la Palabra profundamente
rico que incorpora para nuestra experiencia, la opción por la actitud contempla-
tiva, que para la pastoral bíblica, nos entrega María, la primera discípula. María,
por ese mismo discipulado, mujer de la tierra, ejemplo acabado de escucha.

1 Concilio Vaticano II, Constitución Dei Verbum, particularmente en el número 25


2 Cardenal Ratzinguer. 24 de febrero de 2005
3 Jn 10,10.
4 Juan Pablo II, Novo Millenio Ineunte, números 39 y 40
5 Lc 1,39-45
6 Benedicto XVI, “Dios es Amor” No. 41

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Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

C. Desarrollo de la Pastoral Urbana


Esta preocupación nace de la inaplazable relación que debe entablar la Iglesia con
los cambios culturales de la época. Sin más, es un asunto cultural, que nos plantea
una transformación acelerada de la humanidad. Desde el Concilio Vaticano II1, la
Iglesia se está preguntando ¿cómo ser experta en humanidad?.

Y este cambio tiene como escenario natural la ciudad. Ya nos hemos referido al
tema. Sin embargo, en este aparte, miremos con mayor concreción a qué nos refe-
rimos cuando hablamos de pastoral urbana.

El fenómeno del urbanismo ha transformado la vida de las personas y ha alterado


sus relaciones entre sí, con Dios y con la naturaleza, generando una crisis de gran-
des proporciones, manifiesta en los grandes contrastes urbanos entre los ricos y
los pobres, en la fascinación que ejerce el consumismo sobre la gente y en la acci-
dentada apropiación que hacen las personas de sus propias identidades y referen-
tes familiares y sociales. La concentración superboblacional agrava el problema.

Desde estos fenómenos y sus múltiples rostros, la ciudad ha rebasado a la Iglesia.


Es decir, el actual modelo de parroquia2, no responde a este desafío, nos hemos
quedado cortos ante el fenómeno, no tenemos respuestas, no hemos estudiado su
alcance, no hemos sido alternativos.

Una pastoral urbana tiene entonces, que darse a la tarea de hacer pública la pre-
sencia de la Iglesia en este tipo de ciudad. Debe ser una presencia significativa que
explicite en la ciudad, lo que nos es propio hacer como anunciadores del Reino en
ella: humanizar la ciudad.

Hay que comenzar por dialogar con la ciudad, no hay más caminos, es lo primero
y más significativo que hay que hacer. Hay que pasar del método pastoral antiguo
que enfatizó siempre al emisor, es decir, siempre fue y ha sido un monólogo del
clero, a escuchar asidua y respetuosamente la voz del receptor, para que se haga
también transmisor, una ciudad que expresa su sentir, que cuestiona y aporta, que
es interlocutora.

Hacer pastoral urbana es pasar de la pastoral tradicional que acentuó desmedi-


damente los aspectos intelectuales y jurídicos, a resaltar la dimensión afectiva,
simbólica y vivencial3, expresiones significativas de las personas tocadas hoy, por

1 Concilio Vaticano II, Constitución Gaudium et Spes 1 al 3


2 Téngase presente que la parroquia no es el único referente pastoral en la ciudad, en buen mo-
mento se están incentivando otras formas pastorales que llevan la presencia de la Iglesia en la Urbe
3 “Diccionario de Pastoral Urbana”. Pbro.Bravo Benjamín, Méjico,1994

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Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

la fascinación cultural de los grandes cambios sociales instaurados por la globali-


zación y por los medios electrónicos de comunicación.

El fenómeno urbano es tema obligado de estudio si queremos ingresar en las sen-


das de una Nueva Evangelización que se centre en la persona humana promocio-
nándola y capacitándola para responder a los retos del tiempo presente1.

Esta particular atención a lo urbano nos lleva a enfrentar el reto de la transfor-


mación de las parroquias. La estructura que éstas conservan no favorecen los
requerimientos del citado diálogo, declarado como urgente. Para este cometido
evangelizador es necesario contar con una parroquia nueva en su metodología
pastoral, formada por comunidades centradas en la Palabra de Dios e insertas en
las problemáticas de los nuevos contextos urbanos2.

El Magisterio Latinoamericano presenta como camino para llegar a esta transfor-


mación de las parroquias, la conformación de pequeñas comunidades. El punto
de mira se concentra en ellas como Espacio Vital, lugar donde y desde donde se
irradia la misión evangelizadora3.

En el Sínodo Arquidiocesano de Bogotá4, propone: “Por fidelidad al Señor y al


hombre de hoy, rehacer el tejido cristiano de sus propias comunidades eclesiales
con la fe, la esperanza y la caridad, como mediación para rehacer el entramado
cristiano de la sociedad”5.

D. Hacia la Espiritualidad de la Misericordia


Es la intuición pastoral que dejó el Sínodo para la gran ciudad6. La espiritualidad
se hace urbana, se encarna en la ciudad, se convierte en vehículo para anunciar
el evangelio en la urbe. Por brotar de la entraña misma de nuestra humanidad, es
Espiritualidad de la Misericordia.

Así, la misericordia impregna toda la vida pastoral de nuestra diócesis, se hace


Samaritanidad, según la propuesta de Jesús, en la parábola modelo de nuestro
caminar. En este sentido, la Samaritanidad, por su proximidad a la condición hu-

1 Santo Domingo No. 32


2 Ecclesia in América Nos. 20, 21, 22 y 41
3 Medellín 6. Pastoral Popular. Nos. 10 a 15. Evangelii Nuntiandi 58. Puebla, Nos. 638 a 657. Santo
Domingo, Nos. 54 a 66.
4 Declaraciones Sinodales”, Sexto Sínodo de la Arquidiócesis de Bogotá., 1998.
5 Plan Diocesano de Pastoral (Antiguo Plan Zonal), en los numerales5.1.4.7; 6.1.3; 6.3.1.; 6.3.2;
6.3.3
6 Ibid

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Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

mana, es la praxis de la Misericordia. Es decir, seguimiento fiel de Jesús de Naza-


reth y su programa de vida: Que todos seamos hermanos y hermanas, hijos e hijas
del Padre Bueno. Esta espiritualidad se concreta en el rostro de un discipulado
integral, en los rostros de los niños y de los jóvenes, de los adultos, de los em-
pobrecidos y de los sufrientes a causa de la enfermedad física y/o social, de las
familias y de todos los que quieran abrazar la causa de Jesús y su Buena Noticia.
En fin, todas y todos misericordiosos, viviendo en el Espíritu del Señor, cristifi-
cándonos paso a paso, en un testimonio fehaciente de opción por la humanidad,
la opción de Jesucristo, de quien Pablo bellamente exclamó: “…Con Cristo estoy
crucificado: y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí”1.

Los vacíos que ha dejado la evangelización que hemos hecho, se conocen por la
ausencia de espiritualidad en nuestro comportamiento cristiano. Ello es notable
en la escasa profundidad de nuestro testimonio. Para nadie es un secreto que está
en el ambiente, a veces distraída por las múltiples contradicciones de nuestra so-
ciedad, la pregunta por la incoherencia histórica de un país con larga tradición
católica, envuelto en la crisis ética que padecemos y en la violencia que ya nos
caracteriza.

Estos son vacíos de espiritualidad porque están directamente relacionados con


nuestra humanidad. Lo profundamente humano es espiritual, si vamos desde la
fe, a ver la huella de Dios que hay en nuestras vidas. Nos basta con recordar la pro-
clamación del Génesis: “Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen
de Dios le creó, hombre y mujer los creó” 2. Dios ama tanto la humanidad, que nos
ha dado a conocer su propia humanidad, nos ha hablado en la humanidad de su
propio Hijo3.

La espiritualidad viaja por estos senderos, más aún, tenemos el Espíritu de Jesús
en nosotros. Él nos ha dado su Espíritu para que nos guíe hacia la Verdad Plena4.
Y al ser guiados por este Espíritu somos hijos e hijas de Dios, estamos capacitados
por él para exclamar: “Abbá, Padre”, y este mismo Espíritu se une a nuestros espí-
ritus para dar testimonio de que somos hijos de Dios5.

Aquí se funda nuestra humanidad, en que somos hijos e hijas de Dios, por tanto,
somos hermanos y hermanas. La fraternidad y la sororidad 6que están a la base de

1 Gal 2,19-20
2 Gn 1,27.
3 Heb 1,1-2.
4 Jn 16,13.
5 Rm 8,14-16.
6 Femenino de fraternidad. “Hermanos y hermanas”.

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una auténtica humanidad. Si somos hermanos, somos excelentes seres humanos
y viceversa. Pero es aquí donde está nuestro gran vacío de Dios. Nuestra expe-
riencia de Dios está empobrecida. La espiritualidad está enferma. El Evangelio
aparece desdibujado.

El fundamento de la Espiritualidad de la Misericordia está aquí. De ahí las ex-


traordinarias lecciones de humanidad que nos dejó Jesús, comenzando por su
propia adorable persona. La acción samaritana ante el que sufre, es el ejercicio de
esta humanidad desbordada en forma extrema1.

La Evangelización se funda en esta experiencia de Dios. Lo que se comunica


como Buena Noticia es esto que se ha vivido, se ha experimentado. Es decir, la
evangelización se da cuando hay espiritualidad. El trabajo del evangelizador no es
“enseñar” a otros este acontecimiento de amor, sino hacer que los otros también
por sí mismos lo vivan, la experiencia de Dios es insustituible. Aquí es donde se
da el testimonio auténtico. El que vive esta experiencia, es capaz de hacer parte de
la comunidad, sale a amar en comunidad, se sabe amado, allí hay espiritualidad,
se vive según el Espíritu del Señor2. La espiritualidad entonces, se funda en el
discipulado.

Este fundamento sobre la palabra de dios lleva a recuperar el sentido de lo sacra-


mental en la iglesia. Los sacramentos, nutridos desde el discipulado de la palabra,
y todas las demás acciones litúrgicas de la iglesia, principalmente la eucaristía,
muestran la presencia de cristo en ella, de tal manera que cuando se lee la sagrada
escritura en la sagrada liturgia, es cristo quien habla para ella3.

Pero esta correlación tiene su sentido pleno, cuando la vida sacramental y cele-
brativa de la iglesia se vive basada en la espiritualiad, fruto del seguimiento de
jesucristo aquí y ahora.

1 Lc 10,25-37.
2 I Jn 3,23-24.
3 Concilio Vaticano II, Constitución Sacrosanctum concilium, 7
CAPÍTULO VIII
Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

VIII DIMENSIÓN PROSPECTIVA

E l año 2007 corresponde a la Segunda Etapa de la Pedagogía de Emaús: “Y,


empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo
que había sobre él en todas las Escrituras”1. Es el año de la Profundización Bíbli-
ca. Varios acentos hablan ya del avance de nuestro Plan Pastoral y de aspectos que
requieren especial atención.

Los énfasis a tener en cuenta son los siguientes:

A. Mantener un esfuerzo sostenido de reflexión


El haber conseguido la formulación de los lineamientos diocesanos para la forma-
ción de las pequeñas comunidades, marcó la pauta de un proceso que requiere ser
pensado, reflexionado, que no es una camisa de fuerza, ni una receta pastoral. Por
el contrario, es importante entrar en la creatividad pastoral. Esta actitud manten-
drá con vida el horizonte pastoral diocesano.

B. Estudio de la Matriz Ruta Pedagógica


Este cuadro estará a la base de todos los procesos formativos que se adelanten en
la diócesis. Enriquecerá de manera significativa la estructura del Plan Pastoral y
servirá de referente en el cumplimiento de las programaciones pastorales parti-
culares en los arciprestazgos, en las parroquias y en las comisiones de pastoral.
También sería de gran valor que incentive el trabajo y el estudio personal, en todas
y en todos, particularmente en el laicado.

1 Lc 24, 27.

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Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

C. Contenidos de cada una de las líneas pastorales para


pequeñas comunidades
Cada línea, a medida que se va implementando en el Proyecto de la Diócesis, tendrá
un seguimiento particular durante el año, con el fin de colocarles un fundamento
teológico-pastoral, que pueda ser sistematizado y promulgado al final del año. El
conjunto de las líneas tendrá una lectura permanente respecto de su asimilación en
las experiencias de formación de comunidades que hay en la diócesis y que vayan
siendo creadas.

D. Programación por Campos, Ámbitos y Niveles


Se ha retomado la estructura original del Plan Pastoral. La programación por cam-
pos a nivel diocesano permite la articulación de las actividades con un orden lógico
y tendientes a la aplicación de líneas comunes. Esto permitirá durante el año cohe-
sionar aún más las fuerzas dispersas.

Así, gracias a la correlacion de campos de pastoral en la diócesis, el proceso evan-


gelizador se hará más coherente, con visión de proceso, arraigado en la palabra de
vida, hacedor de comunión y de comunidad, testigo en el escenario político y social,
coherente con la celebración y con la sacramentalidad de una iglesia con un com-
promiso ético ineludible ante la sociedad.

E. Formación Permanente desde la Vicaría de Pastoral


El Programa de Formación Diocesana que ofrece la Vicaría de Pastoral ha conser-
vado el esquema del año 2006, para seguir consolidando el proceso pastoral de la
diócesis, este año 2007 enriquecido con los lineamientos pastorales para la forma-
ción de comunidades. Este procedimiento es ya de hecho, una Escuela Diocesana
de Formación Pastoral. Pero el propósito de este esquema no es conservarse así.
Pretendemos estimular el surgimiento de Escuelas Arciprestales de Formación
Bíblica y Pastoral. Esto favorecerá la participación del laicado, del clero y de los re-
ligiosos, no sólo acortando las distancias geográficas, sino fortaleciendo los progra-
mas arciprestales y parroquiales. Así, desde instancias más pequeñas y manejables,
se podrán acompañar las diversas experiencias de formación de comunidades y de
programación de las pastorales.

F. Estructuración de Programas Pastorales


En el 2007 la diócesis estará programada pastoralmente desde los campos, ámbi-
tos y niveles, animada por el consejo pastoral. A partir de este hecho, motivare-

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Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

mos la creación de programas pastorales en las parroquias y en los arciprestazgos


que permitan llevar hasta estas instancias, los aportes que se entreguen desde la
programación diocesana. Con este ejercicio, habremos completado la estructura-
ción-proyección del Plan Pastoral.

G. Instrumento Pedagógico Pastoral


Es una herramienta de carácter pedagógico que hemos diseñado, con el fin de
ayudar al desarrollo de los cuatro lineamientos que orientarán la formación de
pequeñas comunidades en la diócesis, dentro de la estructura del Plan Pastoral.

Estos lineamientos han sido puestos dentro de un Marco Lógico de relaciones1,


que nos permitirá construir adecuadamente propuestas formativas y de acción
pastoral, que irán conformando dentro de un proceso, el Espacio Vital del Plan
Pastoral2, desde el cual y para el cual, deberán darse todas las actividades pastora-
les articuladamente.

Este procedimiento contribuirá a que toda la diócesis vaya entrando a ritmo sere-
no, en un ambiente propicio, abierto a la reflexión, que favorezca la aplicación de
las grandes líneas del acuerdo diocesano en las experiencias ya existentes, y en las
que estén por crearse en la formación de pequeñas comunidades3.

Nuestro Instrumento Metodológico, actuará en consecuencia, como un “lente” a


través del cual se podrá observar el curso articulado, tanto de la formación per-
manente, como de la unidad pastoral. Esta mirada constante sobre los procesos
pastorales facilitará el seguimiento, la evaluación y la proyección permanentes de
los programas y sus aportes a la consolidación del Proyecto Pastoral de la Diócesis.

Contenidos del Instrumento

1. Pedagogía Pastoral Urbana


Se trata de hacer de la práctica pastoral un camino pedagógico, una manera eficaz
de pasar de la teoría a la práctica sin quedarse en lo teórico, sino haciendo de la
práctica materia prima para fundar ideas y teorías realistas.

Una pedagogía pastoral al estilo de Jesús, es una tarea humanizadora, un constan-


te pensar en los otros, un doble movimiento fraterno: la presencia del otro o de la
otra, como hermanos, me humaniza y me hace también capaz para la hermandad.

1 Ver cuadro matriz de planificación.


2 Plan Pastoral numeral 6.3
3 Espacio Vital para la pastoral.

62 |
Líneas pastorales para la formación de pequeñas comunidades samaritanas y misioneras

Se trata de recuperar a las personas como lo hizo Jesús, escuchando, valorando,


devolviendo la dignidad1, son ejemplos de esta actitud humanizante de Jesús que
nos convoca, si bien son vistos desde la óptica de la parábola insigne que orienta
la opción pastoral de nuestra diócesis, el buen samaritano2.

En suma, es la pedagogía de Jesús magistralmente plasmada en el Camino de


Emaús3 Lc 24,13-35, el referente que nos muestra el proceso a seguir, los pasos
que comporta y la manera de llevar a la práctica un auténtico discipulado, o se-
guimiento de la propuesta de Jesús. En todos los procesos pastorales que adelan-
temos en la diócesis, tendremos en cuenta este modelo pedagógico.

2. Aspecto didáctico
Apunta al recurso que usa Jesús para hacer evidente la situación que quiere mos-
trar a los discípulos, o a los interlocutores de turno. Jesús siempre cuestiona, hace
preguntas claves orientadas a clarificar el diálogo, a lograr una mejor compren-
sión de lo que enseña entre sus oyentes: “¿De qué están hablando mientras van de
camino?” 4; “¿Por qué me llamas bueno?” 5; “¿Quién de estos tres te parece que se
hizo prójimo del que cayó en manos de los salteadores?” 6. ¿Quién dice la gente
que soy yo? 7.

Se trata de crear la pregunta o las preguntas claves que nos ayuden en el proceso
pastoral. La formulación de estas preguntas debe ser en el sentido pedagógico que
usa Jesús. El interés de su formulación está en ir a las personas, a lo que éstas vi-
ven, a su relación con el contexto, a reconocer el entorno que influye en sus vidas
y en sus respuestas de fe. Como en la pedagogía de Jesús, hay que desarrollar la
capacidad de saber preguntar, para asimismo saber escuchar, tocar, ver, sentir…
sensibilizar. ¿Con cuáles preguntas acompañaremos nuestro caminar pastoral?

3. Seguimiento del Proceso


Centrarse en el acompañamiento que hace Jesús mediante el discipulado: cami-
naba con ellos, les mostraba las realidades que debían enfrentar, los preparaba

1 La samaritana, Jn 4,7-30; Zaqueo, Lc 19,1-10; Leví, Mc 2,13-17; Marta y María, Lc 10,38-42; entre
otros
2 Lc 10,25-37.
3 Lc 24,13-35.
4 Lc 24,17.
5 Mc 10,18.
6 Lc 10,36.
7 Mc 8,27.

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Diócesis de Engativá, Colección Samaritana

para dar respuestas adecuadas, les enseñaba a valorar el proceso de caminada, les
reconocía sus logros y les corregía sus errores. Todo el capítulo 10 de Lucas es un
modelo de instrucción discipular, aplicado durante la subida de Galilea a Jerusa-
lén, destacando la presencia discipular de las mujeres.

Este método implica conocer suficientemente la realidad, las personas que nos
rodean, permanecer informados y formados, con visiones de conjunto y particu-
lares de los procesos pastorales que adelantemos.

4. Valoración
Incluye el aspecto evaluativo de los diferentes procesos, permite que éstos se rea-
licen, revitaliza, lanza y proyecta. Observa cómo se están aplicando los objetivos
y sus componentes, la programación hecha, los instrumentos utilizados. Las eva-
luaciones se harán inmediatamente termine cada actividad programada.

Nota: Este instrumento se aplicará y revisará en la programación total de la vida


pastoral de la diócesis, en todas sus instancias: Vicaría de pastoral, campos de
pastoral, niveles pastorales, arciprestazgos y parroquias. Como lo diseñado hasta
el momento es todavía muy teórico, Codarpa y el Consejo de Pastoral, durante
sus sesiones, se encargarán de darle fácil aplicabilidad a este instrumento, de tal
manera que nos permita hacer el seguimiento de las acciones pastorales acordes
con el horizonte del Plan de Pastoral.

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CONCLUSIÓN

Este texto publicado por la diócesis en el año 2007 se constituye en un valiosísimo


insumo para la fundamentación del proyecto diocesano que desarrolla la opción
pastoral de pequeñas comunidades. Además, se constituye en un referente históri-
co importante que permite establecer una conexión entre lo que fue el plan zonal
de la Sagrada Eucaristía y lo que ahora es el plan pastoral samaritano. Para poste-
rior profundización resta retomar los capítulos sexto y séptimo que nos habla de
una teología de la ciudad y de una teología urbana desde la Diócesis de Engativá.

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