Módulo 8A - MISIONEROS EN LA MISSIO DEI CON LA IGLESIA

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INTRODUCCIÓN
Al final de nuestro itinerario formativo, la conclusión se vuelve un
nuevo punto de inicio para nuestro camino ya que la reflexión que
ahora te presentamos constituye el marco misionero en el cual se
insertan y tienen sentido todos los contenidos abordados en el
curso.
La propuesta de esta octava semana nos sitúa, por un lado, en el

paradigma de la missio Dei a partir del cual los últimos capítulos
generales entienden la misión claretiana y los tres procesos de
transformación congregacional en los que estamos comprometi-
dos. Por otro, nos recuerda las coordenadas misioneras de la
comunidad eclesial y la reflexión de la vida consagrada en ella.
1. MISIONEROS EN LA "MISSIO DEI"

El XXV Capítulo General nos indica, desde el inicio, cuál es la iden-
tidad vocacional-carismática que nos configura como hombres,
comunidades y Congregación en la Iglesia: "¡Somos Misio-
neros!"; discípulos-misioneros de la alegría del Evangelio, apóstoles
en camino, abiertos al don de Dios y en proceso de poder ser
Mural de Maximino Cerezo Barredo CMF
MISIONEROS HIJOS DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

CLARETIANOS 1
TALLER DE FORMACIÓN PERMANENTE
SOBRE LA "INTERCULTURALIDAD CLARETIANA"
siempre mejorables porque la misión es para nosotros un proce-

so que nos transforma. Ella no nos pertenece a nosotros sino a
Dios; es la Missio Dei y, por tanto, estamos llamados a discernirla
adecuadamente y a colaborar activamente con ella. Dios mismo
es quien la siembra y hace crecer en nosotros, en nuestras comu-
nidades, la Congregación, la Iglesia y el mundo.
Este es el paradigma teológico de la Missio Dei que fue discernido
y propuesto a la Congregación por el Capítulo General del 2009 y
reafirmado en el 2015. Allí se nos indicaba la importancia de
"devolver a Dios Trinidad el protagonismo de la misión" y
que nuestra colaboración en ella debería favorecer que sea inclu-
yente y compartida (HAC 58). El P. José Cristo Rey García Paredes
CMF lo explica muy bien en el primer fascículo sobre la comuni-
dad claretiana, casa y escuela de comunión:
"No es -en principio- la Iglesia la que tiene una misión, sino que
es la “Missio Dei” la que tiene a la Iglesia, la que actúa a través
de la Iglesia. Esta dimensión instrumental y simbólica de la
Iglesia en la “Missio Dei”, es obviamente aplicable a nuestras
comunidades. La comunidad no tiene una misión, es la Missio
Spiritus la que cuenta o quiere contar con una comunidad y cada
uno de sus miembros. Jesús Resucitado hizo referencia a esto
cuando así le respondió a
Simón Pedro: “Apacienta mis
ovejas”. No le dijo: tus ovejas. Y
esto podría traducirse en
nuestro caso: tu clase, tu
Colegio, tus alumnos… Esta es,
pues, la gran cuestión: ¿Cuenta
el Espí-ritu Santo con nuestra
Comunidad para llevar
adelante la misión que Dios
Padre y el Señor Resucitado le
confían?

CLARETIANOS 2
De tal importancia es este paradigma de Misión -¡siempre

antiguo y siempre nuevo!- que nuestro XXVI Capítulo hizo de él el
motor de la tercera parte del documento: es decir, el motor que
configura la comunidad y la espiritualidad. Y así lo expresa MS,
65:
“Nos proponemos ser, con Jesús, Congregación “en salida” (Mc 1, 38) …
Nos comprometemos a formar, bajo la moción del Espíritu, comunidades
de testigos y mensajeros; nos preocuparemos por ser hombres de honda espiritualidad….
Y acogemos los procesos de transformación que el Espíritu nos inspira…
El Espíritu de nuestro Padre y nuestra Madre hablará por nosotros”.
Ha sido frecuente entre nosotros hablar de “comunidad

misionera” o “espiritualidad misionera”. En ese modo de hablar, la
misión se convierte en un adjetivo y no –como le compete- en un
sustantivo. Comunidad “en misión” o en la misión del Espíritu.
Espiritualidad “en misión”. La misión esJonathan
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la comunidad. La misión del Espíritu es la fuente permanente de

la espiritualidad. La Congregación quiere vivir esto desde el
carisma concedido por el Espíritu a Claret" (Misioneros
Claretianos - Comunidades Configuradas por la Misión).
2. MISIONEROS
CON LA COMUNIDAD ECLESIAL
Algunos documentos de la Iglesia sobre la evangelización y la vida
consagrada nos ayudan a enmarcar, comprender y discernir las
llamadas de la Iglesia en el mundo en tanto colaboradores
misioneros en la Missio Dei. Nos referimos a las exhortaciones
apostólicas Evangelii Nuntiandi (EN) de san Pablo VI (1975) y
Evangelii Gaudium (EG) del papa Francisco (2013), por un lado, y a
las "Orientaciones" de la CIVCSVA, "A vino nuevo, odres nuevos"
(2017), por otra.

CLARETIANOS 3
¿Qué significado teológico dan estos documentos

a la misión evangelizadora? ¿Qué tienen
para decirnos sobre la interculturalidad?
2.1. La misión evangelizadora en la Evangelii Nuntiandi de san

Pablo VI (1974)
La EN, fruto de la III Asamblea General del Sínodo de los Obis-
pos, celebrada en 1974, parte ante todo del Cristo evangelizador
para llegar a la Iglesia evangelizadora (I parte, 4-16).
La Iglesia, nacida de la acción evangelizadora de Jesús y de los Do-
ce, es a su vez enviada por Él; no puede ser una comunidad ence-
rrada en sí misma. Al contrario, todo en ella: la vida de oración, la
escucha de la Palabra y de las enseñanzas de los Apóstoles, la ca-
ridad fraterna, el pan compartido…, no tienen pleno sentido más
que cuando se convierte en testimonio, predicación, anuncio, pro-
vocación a la conversión. Una evangelización que, sin embargo,
comienza por aplicarla continuamente a sí misma, si quiere ser
creíble (15). Existe pues un nexo íntimo e indivisible entre Cristo,
la Iglesia y la evangelización (16).
Pero, ¿qué es evangelizar? (II parte, 17-24). Evangelizar es
llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y,
con su influjo, transformar desde dentro de la humanidad los cri-
terios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés,
las líneas de pensamiento, las fuen-
tes inspiradoras y los modelos de vi-
da conforme a la Palabra de Dios. A
este respecto, aunque el Evangelio
y, por consiguiente, la evangeliza-
ción, no se identifiquen con ninguna
cultura en concreto, no pueden de-

CLARETIANOS 4
jar de tomar elementos de cada cultura, culturizándose, dado que

todo hombre es un ser cultural, inmerso como objeto y sujeto en
una cultura. Después de lo cual, todo evangelizado se convierte a
su vez en evangelizador. El nuevo testigo del Evangelio habrá reci-
bido inevitablemente la Palabra en su cultura y, al dirigirse a otros,
deberá tener siempre presente, primero, no confundir su cultura
con la Palabra, y, segundo, testimoniarla según la cultura de
aquellos a los cuales la anuncia. De ahí surgirá la inevitable colora-
ción de la Palabra según cada cultura y, al mismo tiempo, evitar
que se la confunda sin más con una de ellas en concreto. La rela-
ción entre culturas, la interculturalidad, está siempre presente en
todo anuncio de la Palabra.
¿Cuál es el contenido de la evangelización? (III parte, 25-
39). Evangelizar es, ante todo, dar testimonio del amor del Padre,
que nos ha sido revelado por Cristo bajo la guía del Espíri-tu. Un
amor salvífico que es escatológico, es decir, que comienza ya en
esta vida, pero cuyo cumplimiento tendrá lugar solo en la
eternidad; en consecuencia, afecta a todos los ámbitos de la vida,
es liberador y promotor del bien de todo el hombre y de todo
hombre, aunque la finalidad de la evangelización es específica-
mente religiosa y escatológica. Por eso será consecuencial que
luego la Exhortación se ocupe de las repercusiones de la evangeli-
zación en la problemática social; lo hará tanto la EN como la EG.
Los medios de evangelización (IV parte, 40-48) son: en pri-
mer lugar, el testimonio de vida, luego la necesaria predicación.
Una predicación que toma formas diversas, como la liturgia de la
Palabra en todas sus manifestacio-

nes sacramentales y paralitúrgicas;
la catequesis, adaptada a la edad,
cultura y capacidad de las personas,
usando los varios medios de comu-
nicación social y el indispensable

CLARETIANOS 5
contacto personal. Todo lo cual encuentra su expresión viva en

los sacramentos, sin olvidar una adecuada y educada, formada,
piedad popular.
En cuanto a los destinatarios (V parte, 49-58), es evidente
que tiene un destino universal, a pesar de los obstáculos de vario
tipo que se puedan encontrar. Más en concreto, comienza con un
primer anuncio a los que no conocen a Cristo y, en este caso, no
sólo mediante una predicación explícita, sino también con una
“pre-evangelización” por medio del arte, la ciencia, la investigación
filosófica, etc. En segundo lugar, al mundo descristianizado, a las
religiones no cristianas, y a ayudar la fe de los fieles. Hoy día, debe
dirigirse de una manera particular al mundo del secularismo ateo,
no ya solo abstracto y metafísico sino pragmático y militante. Está
después el mundo de los creyentes no practicantes; e incluso a
las llamadas “comunidades eclesiales de base”, con sus ventajas y
riesgos.
En la VI parte (59-73),
trata de los agentes de
la evangelización. Ante
todo, como ya se ha di-
cho, la Iglesia entera es
misionera en la variedad de sus culturas, realidades sociales y hu-
manas. Universalidad de la misión que no quita las diferencias se-
gún la vocación dada a cada uno: al sucesor de Pedro, a los obis-
pos y sacerdotes, a los religiosos, a los seglares en general ya sea
en sus tareas temporales, a la familia en especial, a los jóvenes, a
todos según varios ministerios que no entran en el orden sagra-
do. A este respecto, es oportuno citar aquí –aunque sea un poco
largo- el pasaje dedicado a los religiosos, dado que contiene uno
de los mayores reconocimientos que el Magisterio supremo haya
jamás dedicado a la Vida Consagrada. Se nota en ello el gran apre-
cio, bien conocido por cierto, que Pablo VI -que había deseado ser

CLARETIANOS 6
monje benedictino- tenía por dicha forma de vida cristiana:
“… Ellos (los religiosos) encarnan la Iglesia deseosa de entregarse al radicalismo

de las bienaventuranzas. Ellos son por su vida signo de total disponibilidad para
con Dios, la Iglesia, los hermanos. Por esto, asumen una importancia especial en
el marco del testimonio que es primordial en la evangelización. Este testimonio
silencioso de pobreza y de desprendimiento, de pureza y de transparencia, de
abandono en la obediencia puede ser a la vez que una interpelación al mundo y a la
Iglesia misma, una predicación elocuente, capaz de tocar incluso a los no
cristianos de buena voluntad, sensibles a ciertos valores.
En esta perspectiva se intuye el papel desempeñado en la evangelización por
los religiosos y religiosas consagrados a la oración, al silencio, a la penitencia, al
sacrificio. Otros religiosos, en gran número se dedican directamente al anuncio de
Cristo. Su actividad misionera depende evidentemente de la jerarquía y debe
coordinarse con la pastoral que ésta desea poner en práctica. Pero, ¿quién no
mide el gran alcance de lo que ellos han aportado y siguen aportando a la
evangelización? Gracias a su consagración religiosa, ellos son, por excelencia,
voluntarios y libres para abandonar todo y lanzarse a anunciar el Evangelio hasta
los confines de la tierra. Ellos son emprendedores y su apostolado está
frecuentemente marcado por una originalidad y una imaginación que suscitan
admiración. Son generosos: se les encuentra no raras veces en la vanguardia de la
misión y afrontando los más grandes riesgos para su salud y su propia vida. Sí, en
verdad, la Iglesia les debe mucho” (69).
En la VII y última parte (74-80), la EN insiste en el espíritu de

la evangelización, es decir, en las actitudes interiores que deben
animar a los evangelizadores. Dichas condiciones fundamentales
son: que todo lo que se haga sea bajo el aliento del Espíritu Santo,
verdadero agente principal de la evangelización; que sea un tes-
timonio de vida auténtico. El mundo nos exige y espera de todos,
“sencillez de vida, espíritu de oración, caridad para con todos, es-
pecialmente para los pequeños y los pobres, obediencia y humil-

CLARETIANOS 7
dad, desapego de sí mismos y renuncia”; superando toda división

entre nosotros mismos, que seamos servidores de la verdad, y
animados por el amor y el respeto a cada persona, ya que no se
trata de imponer sino de proponer la Buena Nueva de la salvación
que todos nuestros hermanos tienen derecho a recibir. Por nues-
tra parte, debemos comunicar la “alegría de evangelizar”, de anun-
ciar “la alegría de Cristo”, “bajo el influjo del Espíritu” y con María
“la estrella de la evangelización”.
2.2. La misión evangelizadora en la Evangelii Gaudium

del papa Francisco (2013)
Con las últimas palabras de presente pontificado , como Amo -

Pablo VI ( EN 80, 82) se abre pre - ris Laetitia (2016), Misericordiae
cisamente la Exhortación Apos- Vultus (2015) o Laudato sì (2015).

tólica La alegría del Evangelio ( ).
EG
Esa alegría " nace de la certeza
Una alegría que quiere el Papa
personal de ser infinitamente
que marque la etapa evangeliza - amado , más allá de todo ”. Esta
dora actual y que va a impregnar
“ alegría de la fe ”, que se mani -
todo el documento y cada una de
fiesta como “firme confianza , en
sus partes ; la misma alegría que
medio de las peores angustias ”.
va a caracterizar también otros
Y , si hemos acogido este amor de
documentos importantes del
Dios que da sentido a nuestras
vidas –
deduce el papa –, no pode -
mos “contener el deseo de comu -
nicarlo a otros ”. De ahí que la
evangelización nace como por
instinto , la alegría de evangelizar ",

" la alegría de Cristo ". No se impo -
ne como una nueva obligación ,
sino que se comparte una alegría ;

CLARETIANOS 8
De La pasión de Cristo, captura de pantalla

la Iglesia efectivamente no crece
por proselitismo sino por atrac -

ción ”.
Francisco divide su reflexión
en cinco capítulos . Ante todo
habla de “la transformación
misionera de la Iglesia” ( Cap . 1,

19-49). “ La intimidad de la Iglesia
con Jesús , dice , es una intimidad
itinerante , y la comunión ‘ esen-

cialmente se configura como co -
munión misionera ’”; es pues una o preceptos eclesiásticos obsole -
“
Iglesia en salida ”, involucrándose tos , y a las dificultades y fragili -
en todos los ámbitos , acompa - dades de cada uno .
ñando pacientemente ; ,
y con una
Puestas estas premisas , pasa
metáfora , que se ha hecho famo - a hablar de “la crisis del com-
sa , dirá que los evangelizadores

promiso comunitario” ( Cap . 2,
tienen que tener “ olor a oveja ”. 50-109). No pretende ofrecer un
Esta actitud supone en la Iglesia

análisis detallado y completo de
una continua renovación de -

es
la realidad contemporánea , pero
tructuras ( parroquia , diócesis …), se fija en algunos desafíos típicos
entre otras cosas y de ministe - del mundo actual , como son : una
rios : obispo , papa … Aplicándolo a

economía de exclusión e inequi -
la interculturalidad , será muy im - dad , la nueva idolatría del dinero
portante no sólo la cuestión de la

que gobierna en vez de servir y la
“
jerarquía de verdades ”, sino
inequidad que genera violencia .
también distinguir entre la subs - Entre otros desafíos están los
tancia de la doctrina cristiana y

culturales ; por ejemplo , la actual
su formulación , porque la expre - globalización que hace que los
sión de la verdad puede ser multi - medios de comunicación social –

forme . Lo mismo habrá que decir
dirigidos mayormente por cen -
respecto a costumbres , normas
tros de la parte Norte del mundo -

CLARETIANOS 9
tiendan a imponer elementos cul - siste en vivir solamente de -

for
turales ajenos a otros países , con mas exteriores de devoción indi -

el deterioro de sus culturas pro - vidualista y sentimental , o de su -
pias y sus valores ; la proliferación puestas revelaciones privadas
de nuevos movimientos religiosos absolutizadas , o la ruptura en la
que pretenden llenar el vacío de - trasmisión generacional de la fe .

jado por un racionalismo secula - En todo este contexto , la ciudad
rista que lo relativiza todo , llevan - moderna ofrece infinitas posibili -

do a una tremenda superficiali - dades y numerosas dificultades
dad y a una creencia en los dere - ( droga , explotación , abandono ,

chos absolutos del individuo . Se corrupción , etc .); una realidad
da también una crisis profunda multicultural y contradictoria que
de la familia y de todo vínculo so - está llamada a purificar al cris -

cial , fruto del individualismo pos - tiano , llamado a ser fermento
moderno y globalizado . En esta testimonial y así fecundar la
situación , hay que inculturar la fe ; ciudad . En esta situación de crisis
lo cual , en los países de tradición y oportunidad , las tentaciones de
católica , supondrá acompañar , los agentes pastorales son : una
cuidar y fortalecer una riqueza acentuación del individualismo ,

que ya existe ; y en los países de una crisis de identidad y una caí -
otras tradiciones religiosas o da del fervor , un complejo de in -
profundamente secularizados ha - ferioridad y ocultamiento de la
brá que procurar nuevos proce - identidad cristiana , un relativismo
sos de evangelización de la cultu - práctico , una acedia pastoral
.
ra Otras veces el problema con - egoísta , desilusionada , desespe -
ranzada ), un pesimismo
estéril . Por otra parte , hoy
las nuevas redes e instru -

mentos de comunicación
humana nos proporcionan
nuevas posibilidades de
anuncio y de comunión con
los demás . Otra tentación
es la mundanidad espiritual ,
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CLARETIANOS 10
que se manifiesta en el subjeti - vivir según el Evangelio . Un pueblo
vismo y en la confianza en las con muchos rostros porque , co -

propias fuerzas , o en el mero mo había recordado ya la EN , el
cumplimiento de determinadas hombre está siempre cultural -

normas , o simplemente en mucha mente situado y , por lo tanto , la
organización y reuniones ; ,
o peor gracia supone la cultura y se en -
aún, haciéndonos la guerra entre carna en ella . El cristianismo no
nosotros . Finalmente , otros desa - tiene un único modo cultural , sino
fíos eclesiales son la mayor res - que es uno y múltiple al mismo
ponsabilización de los laicos en tiempo , gracias a la inculturación .

general , el indispensable aporte Una diversidad cultural que no
,
de la mujer la problemática de los amenaza la unidad de la Iglesia ,
jóvenes , la escasez de vocaciones sino que la enriquece . Unidad no
al sacerdocio y a la vida consa - es uniformidad , sino multiforme
grada , y el deber de escuchar .

armonía El mensaje evangélico no
más a los jóvenes y a los ancianos . se identifica con ninguna cultura ;

por eso no se puede imponer una
El Cap . 3 (110-175) se detiene determinada forma cultural . Esta
sobre quién y cómo hay que inculturación de la fe se mani -

anunciar el Evangelio. En primer fiesta de manera particular en la
lugar , insiste – como ya había di - piedad popular . Por lo demás un
cho y repetido la EN - en que todo modo sencillo y fundamental de
el Pueblo de Dios debe anunciar el evangelizar es el anuncio de per -

Evangelio . Si bien conviene recor - sona a persona , hecho con res -
dar que la evangelización es ante peto , amabilidad , humildad y pru -
todo y siempre obra de la gracia dencia . Evangelización que debe
de Dios , de su misericordia . Una entrar en diálogo con la cultura
, -
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salvación que es para todos por
que todos están llamados a ser
Pueblo de Dios . De ahí que la Igle -

sia tiene que ser el lugar de la mi -
sericordia gratuita , donde todo el
mundo pueda sentirse acogido ,

amado , perdonado y alentado a

CLARETIANOS 11
profesional , científica y acadé - te social ”, porque el Evangelio es -

mica ; de ahí el valor de la investi - tá llamado a repercutir en todo lo
gación teológica por parte de las que se refiere a la dignidad y
Universidades y escuelas católi - promoción humana del hermano ;

cas . si bien el Papa reconoce que la
Sigue luego una reflexión muy in - Iglesia puede ciertamente -

pro
teresante sobre la homilía , su sig - nunciarse sobre situaciones con -

nificado y su preparación , como
tingentes , pero lo que diga está
momento particularmente evan - sujeto a desarrollos y puede ser
gelizador en la vida de la comu - objeto de discusión La razón está .

nidad cristiana . Ahí se expresa
en que la fe tiene una repercusión
cómo hay que inculturar la Pala - en todo lo que es la persona hu -

bra de Dios para que sea inteligi - mana , y Dios quiere que seamos
ble y provechosa a la asamblea

felices todos en este mundo .
litúrgica . Acaba afirmando la
Amamos esta tierra y la humani -
importancia y características de
dad que la habita . Esto , sin em -
la catequesis para la debida pro - bargo , no quiere decir que el Pa -
fundización del anuncio evangé - pa o la Iglesia tengan el monopo -
lico . lio en la propuesta de soluciones .
Luego , el Papa se pronuncia so -
: -
UN PUEBLO DE MUCHOS ROSTROS
bre dos grandes cuestiones la in
clusión social de los pobres y el
bien común y la paz social ; una
tarea que compromete a toda la
Iglesia y a cada uno de los cristia -

nos ; porque “
el planeta es de to -
da la humanidad y para toda la
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humanidad ”. De ahí el lugar privi -
El Cap . IV está dedicado a “la legiado que los pobres tienen que
dimensión social de la evangeli- ocupar en el Pueblo de Dios . Co -

zación” (176-258). Como ya había mo consecuencia , se hace nece -
dicho también la EN ,“
el kerygma sario revisar el sistema económi -
tiene un contenido ineludiblemen -
CLARETIANOS 12
co , teniendo en cuenta las nuevas es una exhortación final a dejarse
formas de pobreza y fragilidad . transformar y guiar por la acción
El segundo gran tema es el del del Espíritu Santo en el camino de
bien común y la paz social . El la evangelización . Ello supone mo -

diálogo social es contribución a la mentos detenidos de adoración ,
paz ; diálogo necesario en varios el encuentro orante con la Pala -
niveles : con los Estados o auto - bra , el diálogo sincero con el Se -
ridades nacionales e internacio - ñor , sin lo cual las tareas se va -
nales , entre la fe , la razón y las
cían de significado : el encuentro
ciencias , el diálogo ecuménico

personal con Jesús que nos salva ,
entre cristianos , en la relación
sentirse pueblo en medio del pue -
especial con el judaísmo , con los
blo , sin desfallecer , a pesar de los
creyentes de las religiones no

posibles fracasos o resultados
cristianas , en particular con los

invisibles , porque estamos cier -
del Islam , respetando la libertad
tos de que , a su modo Dios hace
religiosa de poder elegir la reli - fructificar nuestro esfuerzo ,
gión que se estima verdadera y
nuestro amor ; finalmente , la ora -
de manifestar públicamente la
,
ción de intercesión nos estimula y
propia creencia comprendido el
-
-
enriquece la entrega evangeliza
respeto a las minorías de agnós
. ,
.
dora Concluye como ya había
82, -
ticos o no creyentes
hecho también la EN contem
–
. (259-288),
plando a María regalo de Jesús
-,
El Cap V y último
“Evangelizadores con Espíritu” , a su pueblo desde la Cruz
estrella de la evangelización .
2.3. Interculturalidad,
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vida y misión en
comunidades religiosas
en la Orientación
de la CIVCSA, "Vino Nuevo
Somos formados
en la fragua de la misión
en Odres Nuevos" (2017) y del Corazón de María

CLARETIANOS 13
Al interno de no pocas congregaciones se da el paso de situacio-

nes hasta hace poco “monoculturales al desafío de la multicultura-
lidad”; lo cual “ha sacudido, como es natural, los esquemas forma-
tivos tradicionales, no aptos para las nuevas vocaciones y los nue-
vos contextos”. Todo lo cual representa, al mismo tiempo, “una
enorme riqueza” y una “fuente de diversas tensiones” (VN 7c). Nos
encontramos frecuentemente con:
Estamos en un proceso de “desoccidentalización, o deseuropeiza-

ción de la vida consagrada que parece ir en paralelo a un enorme
proceso de globalización” (13a). Hay que estar disponibles, por lo
tanto, "a repensar continuamente la vida consagrada como me-
moria evangélica” (ib.). Ser fieles al Espíritu no significa que la iden-
tidad sea “un dato inmóvil o teórico, sino un proceso de creci-
miento compartido. La brecha intergeneracional, el interculturalis-
mo, la multiculturalidad y la interculturalidad que caracterizan ca-
da vez más a los institutos de vida consagrada”, deben “convertir-
se en ámbitos de desafío para un verdadero diálogo comunitario
hecho en un clima cordial y según la caridad de Cristo. Sólo así, to-
dos se sentirán comprometidos y responsables en el proyecto co-
munitario” (33a) que se concretiza en la vida fraterna y la misión.
Esto va a pedir muchas veces “un cambio de las estructuras, de
manera que sean un apoyo para todos, en una renovada confian-
za que impulse una fidelidad dinámica y fraterna” (33b).

CLARETIANOS 14
Para ello, hay que procurar que la formación de los formadores

sea ya en contextos multiculturales. Sean personas realmente
convencidas de que el cristianismo no tiene un único modelo cul-
tural, y deben tener la capacidad y la humildad de no imponer un
sistema cultural, sino de fecundar toda cultura, según el Evangelio
y el propio carisma congregacional, evitando con sumo cuidado la
“sacralización de la propia cultura” (37a). Así se podrán evitar pro-
blemas de pertenencia al instituto e incluso de perseverancia en
la vocación (37b). Así se podrán evitar problemas de pertenencia
al instituto e incluso de perseverancia en la vocación (37b). El do-
cumento se detiene luego en aplicaciones, incluso muy concre-
tas, de esta realidad al mundo específicamente femenino, en el
cual ciertos problemas se manifiestan con más insistencia (38-40).
Toda esta situación nueva cobra particular importancia en los Ca-

pítulos o reuniones análogas, sean particulares o generales (48a).
La representatividad capitular deberá atender al contexto cultural
y generacional nuevo. En consecuencia, “en la composición capitu-
lar es preciso expresar la dimensión multicultural de forma justa y
equilibrada” (48b). Hay que superar el riesgo de “hegemonías cul-
turales impropias, escenarios generacionales restringidos”; al con-
trario, “es necesario dar cabida paulatinamente a la representativi-
dad de hermanos-hermanas pertenecientes a áreas culturales di-
versas” (49). Con otras palabras, hay que “dar confianza a los que,
aun siendo considerados en nuestros ambientes demasiado jóve-
nes, en otros ámbitos –civiles y culturales– tendrían los requisitos
para asumir responsabilidades de relieve, también por sus habili-
dades” (ib.). No hay que olvidar que el intercambio de aportacio-
nes y de puntos de vista, aun siendo diferentes, concurren a la
búsqueda de la verdad, a la escucha sincera y a la disponibilidad
de todos al Espíritu (50a). Esto está ya perfilando nuevos equili-
brios culturales en la vida y en el gobierno de los institutos, y se va
expresando en una configuración multicultural del Consejo; aun-
que –concluye– hay que obviar también situaciones problemáticas
a este respecto; y cita tres casos muy concretos:

CLARETIANOS 15
“… sujetos idóneos, pero insufi-

cientemente preparados o pre-
sentados prematuramente; reli-
giosos elegidos más por lógicas de
reparto cultural que por valo-
ración de experiencia y/o compe-
tencia personal; y, no por último,
opciones obligadas por ausencia
de alternativas” (53). Photo on claret.org
3. MISIONEROS
EN PROCESO DE TRANSFORMACIÓN
Somos misioneros al servicio del Espíritu Santo que conduce a la
Iglesia, a nuestra Congregación y, por lo tanto, también a nuestros
Organismos; instrumentos del Espíritu con identidad claretiana:
Somos Hijos del Inmaculado Corazón de María. La perseverancia
activa en todo lo que fortalece nuestra fidelidad e identidad caris-
mática es lo nos sostiene para afrontar y vivir experiencias de co-
munidades interculturales, lo que garantiza nuestro despliegue en
el mundo y lo que nos impulsa a salir al encuentro del prójimo o
hacia las periferias. Y dado que somos colaboradores en la misión
del Espíritu Santo, procuramos discernir sus inspiraciones e inter-
pelaciones en los acontecimientos de nuestro tiempo, así como
los ámbitos, espacios y lugares donde Él nos quiere para respon-
derle con fidelidad en la vida.
Desde esta clave del discernimiento
congregacional compartido ,
el XXV Capítulo General nos propone
“ponernos en un camino de conversión,
que transforme nuestra vida misionera y
nuestro servicio pastoral en la Iglesia
y en el mundo, y desafíe vocacionalmente
a las nuevas generaciones” para ser ,

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,
de verdad una “Congregación en salida” .

CLARETIANOS 16
En consecuencia, el mayor desafío para un CMF ‘con Espíritu’ es

que, en el encuentro con el prójimo, su familia, la sociedad, la
comunidad religiosa y eclesial y el cosmos, podamos convertirnos
a Dios. En este camino de conversión y salida, en este proceso de
transformación misionera integral -hacia dentro y fuera- nos
encontramos todos quienes conformamos la Congregación.
3.1. La misión como clave de nuestra conversión (MS 1-3)
“EXISTIMOS PARA VIVIR LA MISIÓN EN EL CORAZÓN DEL

PUEBLO DE DIOS”
La conversión que la Congregación nos propone afecta nuestra

identidad más profunda ya que la misión no es una dimensión
más de nuestra vida entre otras sino el carácter que nos constitu-
ye. La misión es mucho más que los ministerios que se nos
confían temporalmente en la Congregación.
"La misión es el núcleo de nuestra vocación y marca nuestra

espiritualidad, orienta todo proceso formativo, determina
nuestros estilos de vida comunitaria, animación, gobierno y
organización económica y se expresa en presencias y servicios
que tratamos de adecuar a las características de los
momentos, contextos y culturas”.

CLARETIANOS 17
Nuestra vida, lo que somos y hacemos, encuentra en la misión su

sentido más profundo que consiste en buscar y procurar que
Dios sea conocido, amado, servido y alabado y que su Reino, es
decir, su designio de amor hacia la humanidad y la creación toda,
sea una realidad plena. De este modo, nuestra contribución y
participación en la misión y reinado de Dios adquieren distintas
dimensiones, colores, formas, idiomas y acentos, según la cultura
en que tiene lugar. Para ello, es imprescindible que podamos
acoger e implementar los discernimientos y propuestas del
Capítulo en todas nuestras comunidades y estructuras
apostólicas.
Y el modo de acoger e implementar este proceso de conversión

es que nos propongamos integrarlo en nuestros proyectos
comunitarios, formativos, educativos, parroquiales o propios de
las estructuras apostólicas en la cuales trabajamos y en el del
Organismo Mayor al cual pertenecemos del modo que
discernamos más adecuado. Claro que, para ello, es
imprescindible que cada Organismo Mayor elabore un Proyecto
de Vida y Misión que sea fruto de la participación activa de todos
sus integrantes en sus diversas etapas; desde el momento inicial
de construcción y planificación hasta el de la evaluación y
celebración. Así, los misioneros enviados a otros contextos
culturales y organismos mayores de la Congregación,
familiarizándose con dicho Proyecto de Vida y Misión, pueden
comenzar a vislumbrar el modo de vivir y trabajar en la
comunidad provincial, delegación o misión que los acoge.
Efectivamente, el Proyecto de Vida y Misión, que traduce las

búsquedas de conversión pastoral del Organismo y sus
misioneros, puede ayudar a la integración de los hermanos que
llegan a colaborar en la misión junto con otras experiencias que
les ayuden a conocer "in loco" la cultura, tradiciones y realidades
pastorales.

CLARETIANOS 18
3.2. La misión nos compromete
D ib u jo d e Fano - Diócesis d e H uelva, Es p a ñ a .

a todos
La misión como proceso de transfor-
mación requiere que todos nos im-
pliquemos con responsabilidad de
modo que lleguemos a ser facilitado-
res, actores y agentes de la conver-
sión pastoral, misionera y ecológica
que Dios reclama a todos los bautizados y ministros en la Iglesia y
la Congregación a todos y cada uno de sus misioneros en este
momento de la historia. Por eso, cuenta la disposición interior, el
compromiso y la colaboración de cada uno de nosotros para que
podamos crecer como un instituto auténticamente misionero y
vivir la misión como camino de conversión; lo que conlleva salir de
nuestras zonas de confort y ser audaces y creativos; revisar y
repensar objetivos, estilos y lenguajes de misión, reorganizar
estructuras y cambiar los métodos de evangelización pastoral, en
sintonía con EG 33.
En este empeño puede ayudarnos la pedagogía de Jesús en la

multiplicación y distribución de los panes y los peces (cfr. Lc 9, 10-
17): Cristo cuenta con todos los recursos humanos y materiales
de que disponen tanto los integrantes de su grupo como la
multitud que lo sigue a todos lados, sin excluir a nadie. A
nosotros se nos
pide que hagamos
lo mismo porque,
en realidad, es un
estilo propio y tra-
dicional de nuestra
Mural de Maximino Cerezo Barredo CMF

CLARETIANOS 19
Congregación y que estamos Cuando ponemos a disposición

llamados a continuar. Tanto los de la misión todo lo que somos,
misioneros estudiantes como nuestros dones y los bienes
los hermanos y presbíteros, que poseemos, colaboramos
jóvenes y ancianos, los que haciendo que el mosaico del
acaban de llegar junto a los que rostro de Cristo resplandezca
llevan años trabajando en el en el mundo.
lugar y con todo el pueblo de
Dios. ¡Estamos llamados a
cooperar en la multiplicación y
distribución de panes y peces!
Esto quiere decir favorecer a
quienes lo necesitan mientras
vamos de camino junto con
ellos, dondequiera que sea. Jesus portrait by Bas Uterwijk using Ganbreeder Software.
3.3. Coordenadas "geoestratégicas" para la misión en la

Congregación
Todas nuestras iniciativas pasto-

rales acontecen en pleno siglo
XXI, en la comunidad eclesial a la
cual pertenecemos y en la socie-
dad civil en la que estamos in-
sertos. En este escenario, en el
cual por gracia de Dios somos
protagonistas de la misión junto
con otras personas, los discerni-
mientos de la Congregación
orientan nuestra colaboración
misionera hacia cuatro horizon-
tes o "coordenadas geoestraté-
Foto de Tobias Bjørkli en Pexels
gicas".

CLARETIANOS 20
En el mundo de los pobres, excluidos y Nuestra presencia junto a las nuevas

amenazados en sus derechos vitales, en generaciones no es tan significativa como
solidaridad y justicia con ellos y ellas, quisiéramos porque, como dice el XXV
salimos al encuentro de Dios en sus Capítulo General, "no estamos tan cerca de
templos, que son las personas, los jóvenes ni tan dispuestos a
especialmente desfavorecidas, olvidadas, acompañarles como creemos" (MS 30). La
solas, que no tienen la fuerzas para llegar Iglesia de nuestros días nos invita a
a nuestras instituciones ni respuestas sumarlos como "presente" de la
sociales o humanitarias. En esas evangelización y la sociedad a la cual
periferias, evitamos el “estrés” de quien pertenecen. Por eso, "salir al encuentro
corre para llegar primero pensando de los jóvenes para caminar con ellos y
encontrar grandes filas de voluntarios. hacer que escuchen las llamadas de Jesús"
Siempre lugar para uno más y, sobre todo, se transforma en un desafío vocacional
para quien llega con voluntad de servir, para nosotros si queremos que se sumen a
amar o colaborar a la dignidad del prójimo. la misión y al cambio social.
Hay un campo inmenso de posibilidades En el mundo del planeta

pastorales para quienes se acercan y todo el cambio de
evangélicamente a las realidades familiar y mentalidad-praxis en la
comienzan a conocerlas, a peregrinar con línea de “Laudato Si’”,
ellas. La cercanía y apertura a las tratamos de pensar y de
familias en su multiforme configuración actuar “glocalmente",
actual nos da la oportunidad de ayudar es decir, global y
cuando sea necesario y oportuno; a veces localmente a la vez;
ofreciéndoles espacios de encuentro, vinculando en redes los
ámbitos-oasis de paz, de escucha y lugares en que nos
acompañamiento, tanto como propuestas encontramos con el equipo
pastorales y espirituales, adaptadas a sus claretiano en Naciones Photo on pinterest.com
ritmos, horarios y posibilidades. Unidas u otros areópagos

por el estilo.
3.4. Algunos criterios que favorecen la "conversión pastoral" y

la "misión como proceso"
de comunión y
Trabajar siempre con otros, creando vínculossigue siendo una
”
fraternidad, en equipo. La “misión compartidaa la fidelidad, a lo
llamada a la transformación, a la conversión,
más genuino de nuestra vocación claretiana.

CLARETIANOS 21
Comprometernos a vivir lo que Elaborar PROYECTOS y PLANES

predicamos para ser creíbles en lo ESTRATÉGICOS que respondan
que somos y hacemos. De este modo, a los desafíos de las realidades
ponemos en juego la identidad de que atendemos en las
nuestra vocación claretiana en la plataformas pastorales de que
Iglesia y el mundo; el tesoro que disponemos en la misión.
ofrecemos Los retos nos desafían a buscar
"en vasijas de barro". oportunidades o modos de estar
presentes en esas realidades,
arnos. los modos de pensar, discernir,
Caminar sin desanim
isión como rezar y comprometernos
Entender y vivir la m
oc es o de tran sf or mación es una en ellas con los demás.
pr
tr ao rd inar ia op or tunidad y, a la vez,
ex s nosotros. Escuchar las llamadas
vo luci ón para todo
una enorme re del Señor. Teniendo en cuenta
tar en estado
Porque se trata de es el objeto de la Congregación
nte de “s in od al idad ”, discernimiento
consta buscamos escuchar a diario
a participar más
y conversión. Implic la voz de Dios en su Palabra
ciones, eventos
en procesos que en ac y en los acontecimientos
s transforma
y encuentros. Esto no del mundo para responder
rs on al y co m un itar iamente en los
pe
s de la Congregación.
apropiadamente a sus
di fe re nt es ap os tola do
interpelaciones.
Colaborar con los procesos de transformación.

Ser expertos de comunión
Con el XXV Capítulo General cambiamos el modo de
es un criterio que desafía a todas
encarar la misión ya que lo más habitual era hacer
nuestras comunidades,
un análisis de la realidad, definir prioridades y
pero particularmente las
buscar dinamismos, estrategias y estructuras para
interculturales. Estamos llamados a ser
responder a dichas opciones. El último Capítulo
"expertos de comunión" y esta vocación,
General se ha propuesto, en cambio, responder a las
es también un camino que vamos
interpelaciones de Dios a partir de las
andando y evaluando juntos. De ese
características que nos configuran
modo reajustamos los esfuerzos,
carismáticamente implicándonos en procesos de
innovamos sobre la marcha, tendemos
transformación pastorales, formativos, espirituale
s, puentes hacia los demás y cultivamos
formativos, económicos u organizativos.
la profecía y la compasión.

CLARETIANOS 22
4. NOTAS FINALES DE LA EG SOBRE LA

INCULTURACIÓN DE LA EVANGELIZACIÓN
El Pueblo de Dios se encarna en los pueblos de la tierra, cada cual
con su propia cultura. Por eso, el cristianismo no tiene un único
modo cultural, sino que, permaneciendo plenamente uno, lleva
consigo al mismo tiempo, el rostro de las culturas y los pueblos en
que, a lo largo de los siglos, ha sido acogido y ha arraigado. Cada
pueblo experimenta el don de Dios según su propia cultura.
La comunidad eclesial se embellece con nuevos rostros, gracias a

la inculturación. De ahí que, bien entendida, la diversidad cultural
no amenaza la unidad de la Iglesia, sino que la enriquece; porque
su unidad nunca es uniformidad sino armonía multiforme; por
eso no es factible imponer una determinada forma cultural. La
inculturación de la fe se manifiesta de manera particular en la
piedad popular, fruto del Evangelio inculturado, y se encarna en
un proceso de inculturación que nunca acaba. Más aún, la Iglesia
no debe temer sino fomentar nuevas formas de inculturación.
Dicho proceso de inculturación se expresa sobre todo en aquel

momento por excelencia de traducción de la Palabra de Dios al
pueblo que escucha, cual es la homilía y la catequesis. Y tiene
lugar mediante nuevos signos, nuevos símbolos, formas diversas
de belleza de los diferentes ámbitos culturales, y en el encuentro
con cada hombre y cada mujer.
Lo mismo hay que decir respecto al diálogo plúrimo, entre la fe, la

razón y las ciencias, en los encuentros ecuménicos con otros
cristianos, con judíos, musulmanes, miembros de otras religiones
y con no creyentes.

CLARETIANOS 23
CONCLUSIÓN
Con este marco misionológico llegamos al final de nuestro
itinerario formativo. Nuestro trabajo misionero es la colaboración
que prestamos a la misión de Dios. Ella no le pertenece ni a la
Iglesia ni a la Congregación, sino al Dios Trinidad que da vida al
mundo y con la fuerza del Espíritu impulsa a la comunidad
creyente por los caminos del Reino, en salida hacia las periferias
existenciales y humanas, y al encuentro de los jóvenes.
La misión así entendida se nos presenta como camino

compartido e itinerario de conversión personal, comunitario,
congregacional, eclesial y ecológico. Implica acoger el don de Dios
que habita el cosmos y trasciende nuestras estructuras
comunitarias, pastorales y eclesiales hermanándonos con todo el
género humano y la creación entera que gime por verse liberada
de los sufrimientos del tiempo presente y anhela la manifestación
gloriosa de lo que estamos llamados a ser los hijos de Dios.
Aceptar el desafío de encarar la misión con estas características
nos compromete a ser activos colaboradores en el cambio que
Dios nos propone a todos sus hijos e hijas.
BIBLIOGRAFÍA
- Pablo VI, Exhortación Apostólica "Evangelii Nuntiandi". Sobre la
Evangelización en el mundo contemporáneo. Libreria Editrice
Vaticana, Roma, 1975.
- Francisco, Exhortación Apostólica "Evangelii Gaudium". Sobre la
evangelización en el mundo actual. Libreria Editrice Vaticana,
Roma, 2013.
- Misioneros Claretianos, Declaración del XXV Capítulo General
"Testigos y Mensajeros de la Alegría del Evangelio". Roma, 2015.
- CIVCSA, A vino nuevo, odres nuevos. La vida consagrada desde el
Concilio Vaticano II: Retos aún abiertos. Orientaciones. Libreria
Editrice Vaticana, Roma, 2017.

CLARETIANOS 24

Módulo 8A - MISIONEROS EN LA MISSIO DEI CON LA IGLESIA

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Foto de Kate Remmer on Unsplash

La propuesta de esta octava semana nos sitúa, por un lado, en el

1. MISIONEROS EN LA "MISSIO DEI"

Mural de Maximino Cerezo Barredo CMF

MISIONEROS HIJOS DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

siempre mejorables porque la misión es para nosotros un proce-

MISIONEROS HIJOS DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

De tal importancia es este paradigma de Misión -¡siempre

Ha sido frecuente entre nosotros hablar de “comunidad

la comunidad. La misión del Espíritu es la fuente permanente de

MISIONEROS HIJOS DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

¿Qué significado teológico dan estos documentos

2.1. La misión evangelizadora en la Evangelii Nuntiandi de san

MISIONEROS HIJOS DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

jar de tomar elementos de cada cultura, culturizándose, dado que

Palabra en todas sus manifestacio-

MISIONEROS HIJOS DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

contacto personal. Todo lo cual encuentra su expresión viva en

MISIONEROS HIJOS DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

monje benedictino- tenía por dicha forma de vida cristiana:

“… Ellos (los religiosos) encarnan la Iglesia deseosa de entregarse al radicalismo

En la VII y última parte (74-80), la EN insiste en el espíritu de

MISIONEROS HIJOS DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

dad, desapego de sí mismos y renuncia”; superando toda división

2.2. La misión evangelizadora en la Evangelii Gaudium

Con las últimas palabras de presente pontificado , como Amo -

cisamente la Exhortación Apos- Vultus (2015) o Laudato sì (2015).

evangelización nace como por

instinto , la alegría de evangelizar ",

MISIONEROS HIJOS DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

De La pasión de Cristo, captura de pantalla

por proselitismo sino por atrac -

en cinco capítulos . Ante todo

habla de “la transformación

misionera de la Iglesia” ( Cap . 1,

con Jesús , dice , es una intimidad

itinerante , y la comunión ‘ esen-

metáfora , que se ha hecho famo - a hablar de “la crisis del com-

sa , dirá que los evangelizadores

Esta actitud supone en la Iglesia

una continua renovación de -

tructuras ( parroquia , diócesis …), se fija en algunos desafíos típicos

rios : obispo , papa … Aplicándolo a

portante no sólo la cuestión de la

tancia de la doctrina cristiana y

su formulación , porque la expre - globalización que hace que los

sión de la verdad puede ser multi - medios de comunicación social –

MISIONEROS HIJOS DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

tiendan a imponer elementos cul - siste en vivir solamente de -

turales ajenos a otros países , con mas exteriores de devoción indi -

de nuevos movimientos religiosos absolutizadas , o la ruptura en la

que pretenden llenar el vacío de - trasmisión generacional de la fe .

rista que lo relativiza todo , llevan - moderna ofrece infinitas posibili -

dad y a una creencia en los dere - ( droga , explotación , abandono ,

da también una crisis profunda multicultural y contradictoria que

de la familia y de todo vínculo so - está llamada a purificar al cris -

moderno y globalizado . En esta testimonial y así fecundar la

situación , hay que inculturar la fe ; ciudad . En esta situación de crisis

lo cual , en los países de tradición y oportunidad , las tentaciones de

católica , supondrá acompañar , los agentes pastorales son : una

cuidar y fortalecer una riqueza acentuación del individualismo ,

brá que procurar nuevos proce - identidad cristiana , un relativismo

sos de evangelización de la cultu - práctico , una acedia pastoral