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INTRODUCCIÓN

Si la predicación es la responsabilidad primaria del Pastor; entonces la

responsabilidad secundaria es la visitación pastoral. De hecho, ambas son tan

esenciales que una de ellas no puede alcanzar su efectividad más sin la ayuda de la

otra. El pastor solo en su cuarto de estudio leyendo, orando y escribiendo, se

sentirá tan lejos de su gente que su predicación será irreal y demasiada teorética,

no importa que tan bien se haya preparado.

Por el otro lado, el que hace aun lado su estudio y su cámara secreta de oración

para dedicarse a visitar solo a su pueblo, esta en peligro de que la frecuencia de

sus visitas haga aun lado lo especial de su presencia personal entre una familia. La

sublimidad y santidad de su carácter pueden rebajarse hasta el grado de que, por la

mucha familiaridad no sea respetado.

En ocasiones, a la gente le gusta el predicador que da un fuerte apretón de manos

o que pega en las espaldas, pero a veces pierden el respeto que ha él le deben

como el hombre por medio de quien Dios habla. Las demandas para la

predicación efectiva dan nobleza y sublimidad a la mente y espíritu del Pastor, ya

que lo mantienen en un nivel que eleva a la gente con quien se asocia. Su obra
como Pastor del rebano viviendo con el, compartiendo sus cargas, sus

perplejidades, sus tristezas y su gozo, hace que su ministerio de predicación sea

práctico y viene hacer como el pan de vida para las almas humanas.

Surge pues la necesidad de elaborar este trabajo de investigación titulado La

Visitación Pastoral; que contiene puntos principales sobre lo que tendría que ser

el trabajo pastoral en lo concerniente a la visitación, tanto en el ámbito de la grey,

como de aquellos que no conocen del evangelio. A continuación se detallara los

puntos a tratar en el siguiente trabajo: En el primer capitulo se tratará de la

visitación pastoral, importancia, beneficios y algunas recomendaciones entre otros

puntos; en el capítulo segundo se desarrollara todo lo concerniente al trabajo de

visitación a personas enfermas.


1. LA VISITACION PASTORAL

1.1 LA VISITACIÓN

El cuidado de las almas es la obra principal. El Pastor es el encargado de un

rebaño. Es su deber guiar, apacentar y defender a su rebaño. El mandato divino es;

"Por tanto, mirad por vosotros, y por el rebaño en que el Espíritu Santo os ha

puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su

propia sangre" (Hechos 20:28). Es para él, ser el guía personal espiritual y un

amigo cristiano digno de toda confianza. Nuestro Señor dijo, al describir al buen

Pastor, "Las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y

cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le

siguen, porque conocen su voz" (Juan 10:3-4). Cada miembro de su rebaño es un

alma encargada a su cuidado por el Señor y, si él es digno de la confianza puesto

en él, él será uno de los que velan por las almas como quien ha de dar cuenta

(Heb. 13:17). Pablo, cuando estaba en Efeso, enseñaba públicamente y también

casa por casa. En su despedida final de los ancianos de Efeso él les encargó

diciendo, "Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no

he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno" (Hechos 20:31).


Entonces la visitación Pastoral, como cuidado de las almas, es una parte esencial

de la obra del Pastor. Ningún Pastor cumple con la responsabilidad del cargo

sagrado si es negligente en hacer contactos personales con los miembros de su

rebaño. Para cumplir con este deber es obvio que no hay reglas universales. Cada

hombre es distinto en sus características y manera de ser. Cada Pastor tendrá

mejor éxito con su propio método. Las iglesias también son distintas en sus

circunstancias y estilo de vida. Esa comunión personal con los miembros de su

congregación se deberá realizar mediante un plan fijo para hacerlo. En este

sentido es importante trazar los límites de su deber y métodos de llevarlo a cabo,

además de las ventajas de hacerlo fielmente.

1.2 LOS LÍMITES DE LA VISITACION

En el horario del Pastor, ¿cuánto tiempo debe ser dedicado a la visitación?

Como se ha mencionado anteriormente, son infinitas las actividades del Pastor en

la congregación, tomando en cuenta que principalmente en Latinoamérica y

especialmente en nuestro país no tenemos un cuerpo ministerial numeroso que

pueda apoyarlo, sin embargo se puede señalar que es una actividad que no puede

delegarse, ni suspenderse. Al margen de tener en cuenta que la actividad

fundamental es la de predicar a la congregación para lo cual debe tener la debida

preparación.

Sin embargo, el Pastor debe planear visitar a cada familia y aun cada persona en la

congregación. Se ha podido encontrar que en la mayoría de las iglesias no hay


ninguna razón por la cual él no puede hacerlo, por lo menos una vez cada año. En

algunas, sería posible hacerlo más a menudo. Por tener un plan y por guardar

tiempo en su horario. Supongamos que, aparte de visitas de los enfermos y casos

de emergencia, el Pastor hace seis visitas cada semana. Parece ser pocas pero en

tan solo seis meses él puede visitar más de ciento cincuenta familias. Por regla

general, no hay tantas familias en una iglesia. Debe ser posible cumplir con esto

en dos o tres tardes por semana. Así el Pastor se pone en comunión personal con

la gente de su congregación y añade algo a su predicación que jamás puede añadir

por estudiar.

Hay en verdad ocasiones en que, por la extensión de la iglesia, o por las

exigencias de los deberes exteriores, el Pastor sólo puede hacer poco más en este

departamento que visitar a los enfermos y atender los asuntos especiales de su

congregación. Pero estos casos son raros y excepcionales, y en ellos las iglesia s

deben, de todos modos, hacer arreglos para suplir la falta de visitas pastorales, ya

sea nombrando un pastor ayudante, que se dedique a este trabajo, o comisiones

competentes que se encarguen de hacerlo.

¿Debe el Pastor asumir la responsabilidad de visitar a los que no son miembros de

la congregación? El Señor no pide más de lo que podemos cumplir. Un Pastor que

predica domingo tras domingo en una iglesia media llena debe preguntarse si es

prudente esperar que estas almas vengan a él o si él debe salir en busca de ellos

con el evangelio. Si él no puede hacerlo, se debe enseñar y organizar obreros de su

congregación a enfrentarse con esta indiferencia en su alrededor. La inspiración y


organización de tal obra enérgica de visitar casa en casa es entre los deberes más

importantes del Pastor. Ningún esfuerzo cristiano es más fructífero y bendecido.

Sirve para ayudar a los hermanos de la iglesia desarrollar sus talentos en despertar

y convertir a los perdidos.

1.3 FINALIDAD DE LAS VISITAS

El fin de las visitas del Pastor debe ser el bienestar espiritual de la gente. Hay

ocasiones que podemos considerar visitas que son de cortesía y amistad pero casi

siempre su fin debe ser: Ponerse en contacto con la gente para saber de su

experiencia cristiana y ayudarles en superar lo que les impide de entregarse a Dios

de todo corazón. Por otro lado debe ser espiritual pero, a su vez, debe ser informal

para ganar su confianza. Se debe tocar el tema del pecado con firmeza pero en

amor. El que sabe hacerlo bien cambiará la actitud de la gente sin ofenderles. El

Pastor debe hacerlo de tal forma que estará asegurado de tener una bienvenida

cordial en su próxima visita. Las visitas nos sirven para experimentar y testificar

en relación al poder de Dios en consolar las angustiados, fortalecer a los tentados,

guiar a los perplejos y triunfar sobre múltiples tentaciones, orar, alentar ,etc.

Por otro lado, la prioridad posible puede ser los miembros enfermos en los

hospitales, los enfermos en las casas, los doloridos por tragedias que les han

ocurrido, los no evangelizados que representan miembros en perspectiva, los

ausentes de los cultos. Algunas circunstancias pueden alterar esta prioridad, pero
en una buena norma reconocer que nuestra primera responsabilidad está con los

miembros que nos necesitan.

1.4 FORMA DE REALIZACIÓN

Debe entenderse claramente que las visitas del Pastor tienen por objeto la

conversación Cristocéntrica. Hay otras ocasiones para las visitas de mera cortesía

y amistad personal, pero en aquellas su objeto es poner en contacto espiritual con

su pueblo, para conocer sus experiencias, remover sus dudas, consolar sus

aflicciones, y estimular su actividad espiritual, haciendo como aquel que se le ha

encomendado el cuidado de las almas para ayudarles en su ascenso al cielo. El

Pastor que pasa de casa en casa conversando sólo sobre meros asuntos seculares

descuida el gran negocio de su vida, y a los ojos del maestro fracasa en el cuidado

de las almas que se le han encomendado.

El Pastor Debe hacer la visita en forma planificada así todos sabrán que el Pastor

no tiene favoritos y tendrá mayor organización. Por regla general, la visita debe

ser breve. Muchas veces las circunstancias controlan el tiempo que se puede

quedar. Normalmente una visita debe ser breve, simpática, y seguida por una

oración por la familia. Una visita Pastoral debe ser confidencial. No tenemos

derecho de animar a la gente a que comparta con nosotros cosas privadas y

después salir a compartir el conocimiento nuevo con todo el barrio. Es violar una

confianza sagrada. De tal forma, muchos Pastores han destruido su influencia y


cerrado la puerta a la confianza de la gente. En este sentido deberá evitarse que la

visita se torne en un acontecimiento social.

1.5 BENEFICIOS DE LA REALIZACION DE UNA VISITA

1.5.1 Al Pastor. El crecimiento espiritual del Pastor está relacionado a su

fidelidad en que en el contacto con las almas de su iglesia. Es posible aumentar su

conocimiento bíblico y su poder profesional en cuanto a la homilética y

elocuencia y, a su vez, retroceder en su vida personal como creyente. El contacto

personal con las almas en la visitación Pastoral trae el asunto de vivir la vida

cristiana delante de nosotros, no tanto como teoría sino como realidad personal.

La visitación también nos ofrece una oportunidad estudiar la gente en su vida

actual; sus caracteres, opiniones, tentaciones, aflicciones y pecados. El Pastor

exitoso tiene que ser un estudiante de su congregación. Y luego como predicador

estará sintonizado con la vida actual de la congregación para su bendición.

Principalmente, estas visitas forman una relación espiritual personal entre el

Pastor y los de su congregación.

La visitación Pastoral lleva al Pastor a la puerta de gente que él no puede alcanzar

a través del púlpito. En cada pueblo hay ancianos que necesitan ayuda espiritual

en su debilidad. Hay también enfermos y angustiados que se encantan escuchar

palabras de consolación y esperanza. Hay también quienes son indiferentes, los


cuales deben tener una invitación y advertencia. Por último, la visitación Pastoral

es la manera mejor de bendecir y cementar la relación Pastoral.

1.5.2 A la congregación. Le brinda la seguridad y confianza de la sinceridad,

amistad y apoyo del Pastor hacia ellos. Les muestra la verdad de la palabra de

Dios hecha acción. El crecimiento espiritual, relacionado con el aprendizaje de la

palabra y la oración en otros ámbitos además de la iglesia. Les da la motivación

para llevarla a cabo, como Ministerio con otros miembros de la congregación y

por lo tanto, como consecuencia, se abre una obra con compromiso conjunto,

teniendo un tiempo de preparación y práctica. La relación entre Pastor y pueblo,

ordenado por Dios, es sagrada y duradera. Siendo encargado con el cuidado de las

almas, él debe circular entre su rebaño como su guía espiritual y amigo.

1.6 TIPOS DE VISITACION

En este sentido, además de clasificar de acuerdo a la finalidad de la visita, se cree

que se podrían considerar dos tipos de visitas: Aquellas en las que participa el

Pastor y aquellas en las que existe una comisión de visita o grupal que apoyen las

diferentes actividades en este tema, y tengan crecimiento espiritual.

Existen tres clases de visitas: primero, las visitas de rutina, en las cuales se

aportan con regularidad el mensaje y la fraternidad de la iglesia a algunas

personas y familias. Segundo, las visitas cruciales, en las cuales se ofrecen

recursos cristianos a aquellos que están experimentando crisis o angustia.


Tercero, los contactos casuales, en los cuales el Pastor halla personas de

ambientes no premeditados, pero busca hacer vitales tales contactos.


2. VISITACION A LOS ENFERMOS

Esta es una de las responsabilidades más difíciles que caen sobre el Pastor. A

veces le toca guiar a las almas que se encuentran en la frontera de la eternidad. En

tal caso, lo que se dice debe ser con franqueza y urgencia. Por eso he reservado

este tema para consideración especial. Se debe educar a la gente a avisar su Pastor

cuando alguien está enfermo. A veces le critican por no visitar a los enfermos

cuando él ni aun sabía que estaban enfermos.

Cuando es posible, debemos visitar a los enfermos después de descansar bien y

después de comer. Así no hay tanto peligro de contagiarse de las enfermedades. Si

se sabe que alguien tiene una enfermedad contagiosa, sería prudente averiguar

sobre las precauciones que se debe tomar. Después de la visita debemos usar

desinfectantes para no poner a otros en peligro. Si es prudente visitar a alguien,

sabiendo que tiene una enfermedad contagiosa, es una decisión que el Pastor tiene

que tomar. A veces esta es una de las más difíciles decisiones en la vida de un

Pastor. Siempre existe el peligro de que él tome la decisión basada sobre el temor

en vez de la fidelidad a su llamamiento.


Antes de cada visita debemos prepararnos bien por estudiar y orar. Debemos tener

un buen estado de ánimo espiritual. También debemos tener en mente porciones

de la Biblia que podemos adoptar a las distintas condiciones y necesidades de los

enfermos. Debemos estar equipados con buenas ilustraciones de la salvación o

cualquier estado espiritual del enfermo. Casi no me hace falta mencionar que se

debe tener buen juicio y voluntad a conmiserar con los afligidos. Cuando el Pastor

está al lado de la cama de un enfermo él debe ser un amigo compasivo. En cuanto

a su manera de ser, es importante ser natural, simpático y alegre. Debe ayudar al

enfermo relajarse y animarle a confiar. La voz debe ser tierna y dulce, no

demasiado fuerte. Excepto en circunstancias anormales, la visita debe ser breve.

La negligencia en estas cosas destruirá el fruto de la visita y, en algunos casos

excluirá al Pastor de visitar a los enfermos.

2.1 LA VISITACIÓN EN EL HOSPITAL

En el hospital se le da la mayor atención al cuerpo en crisis. El campo médico, tal

vez como resultado del pensamiento popular, poco a poco está reconociendo las

ramificaciones de las emociones en el proceso de enfermarse y curarse. Pero, por

lo general, las dimensiones y las implicaciones espirituales están descuidadas. Es

en esta área que la visita puede desempeñar un papel vital en el proceso de

curación integral. Debido a la rapidez y frecuencia de los cambios que les están

ocurriendo, es fácil entender por qué los pacientes se sienten impotentes. Como

visita, uno tiene la capacidad de devolverles cierta medida de control. Tan sólo

con hacer preguntas como: “¿Le gustaría recibir una visita?” “¿Puedo sentarme?”,
“¿Es buen momento para charlar?”, esta permitiendo que ellos dominen la

situación. En vez de ser una persona más entre las que les dicen lo que deben

hacer, al preguntar les está dejando asumir el control según lo desean. Las visitas

hacen saber al paciente que no está solo. Pueden aliviar esa gran sensación de

aislamiento que lo rodea.

Las visitas que tienen una relación especialmente estrecha pueden servir de

voceros para los pacientes, asegurándose de conseguir respuestas a las preguntas y

servicio para sus necesidades. Interceder por pacientes que están demasiado

acobardados o debilitados para librar sus propias batallas es la mejor expresión de

apoyo e interés. Las visitas no sólo le dan aliento al paciente sino que también

pueden alentar al cuidador principal. Quedarse con el paciente mientras el

cuidador va a casa para bañarse, comer o dormir, puede ser de gran ayuda.

Aunque no siempre sea el caso, puede haber ocasiones en las cuales las visitas

pueden extender su ministerio a la persona en la cama de al lado, demostrando así

el interés de Dios por otros.

2.2 LA VISITACIÓN A ENFERMOS CRÓNICOS CONFINADOS EN SU

HOGAR

Las personas que sufren de enfermedades crónicas o largas, muchas veces están

imposibilitadas para salir de casa y participar de las actividades que antes

disfrutaban. Son prisioneros en su propio hogar. Es como un arresto domiciliario

con el agravante de nunca sentirse bien físicamente. Los visitadores se desaniman


por la cantidad de tiempo que hay que invertir en estas situaciones y

frecuentemente descuidan al enfermo crónico. Las personas con enfermedades

largas descubren que el número de amigos va disminuyendo con el tiempo. Los

amigos se aburren o se frustran. Los enfermos mismos se empiezan a sentir

culpables por ocupar el tiempo ajeno así que poco a poco se van aislando y dejan

de pedir ayuda y compañía. Muchos prefieren privarse antes que molestar a

amigos y conocidos, aun de su propia iglesia.

Es fácil olvidar a los enfermos crónicos porque rara vez piden ayuda. Sin el

cuidado de otras personas, vegetan cuando todavía podrían llevar una vida

productiva. No hay que convertir en inválidos a personas que pueden hacer

algunas cosas por sí mismas. Una de las metas principales del visitador de

enfermos crónicos es ayudarles a encontrar los recursos disponibles para

facilitarles la mayor actividad y producción posibles. Esto podría lograrse

adquiriendo algún equipo o servicios especiales. Por ejemplo: conseguir un horno

de microondas para que se puedan preparar sus propias comidas; alquilar una silla

de ruedas eléctrica para que tengan movilidad en la casa; ponerse en contacto con

un servicio de viandas a domicilio; conseguir a alguien que haga la limpieza

periódicamente; hacer instalar amplificadores especiales en los teléfonos para que

puedan conversar cómodamente.

Cualquiera sea el plan, la meta debe ser apoyar los esfuerzos del enfermo crónico

para que sea los más independiente que pueda. Esto concuerda con la filosofía de:

“Dales un pescado y comerán hoy. Enséñales a pescar y se alimentarán solos


mañana.” Una vez que la persona ve que puede ser útil, siente que tiene un lugar

en este mundo. Aunque tenga que cambiar de posición, todavía es parte del

equipo. Empieza a sentirse que la necesitan. Los enfermos crónicos pueden ser un

eslabón importante en la cadena de oración de la iglesia; a lo mejor pueden hacer

algunas manualidades para algún proyecto de la iglesia, estar en una comisión de

visitación vía telefónica, o llenar sobres y doblar boletines. Es importante que se

sigan sintiendo parte de la congregación. Al principio los enfermos crónicos

pueden ser reacios y estar llenos de excusas para no participar de nada. Sea

insistente sin ser pesado. Siga volviendo y ofreciendo ayudarles a explorar las

posibilidades de sus nuevas circunstancias. Ayúdeles a retomar el control de su

propia vida de cualquier forma posible. Sea atento a sus necesidades. Haga

preguntas abiertas: “¿Qué es lo que más le preocupa?” “¿En qué le puedo

ayudar?” Después ayudarles a resolver el problema con un plan de acción, y

estimulándolos para llevarlo a cabo. Es posible que existan grupos de apoyo con

los cuales pueda ponerlos en contacto. Estos pueden ser de ayuda al hacerles saber

que hay otros en circunstancias similares. Haga algunas llamadas y prepare una

lista de grupos que pueden interesar a sus amigos.

2.3 LA VISITACIÓN EN EL HOGAR DE ANCIANOS

La visitación en el hogar o guardería de ancianos probablemente es la más

desafiante, la más temida, la más recompensante y el área más descuidada de la

visitación. Es desafiante porque a veces es difícil pensar en cosas nuevas para

decir. Es difícil hablar con alguien que no oye. Es aburrido escuchar las mismas
historias ves tras vez. Es temida porque le recuerda al que visita que puede ser

difícil envejecer. Los internados quisieran estar en su propia casa y duele oír eso.

Es recompensante porque los internados sienten tanto gozo por cosas tan

pequeñas. Es recompensante porque se puede aprender mucho de esta gente con

tanta experiencia, y que tiene tanto para compartir, si tan sólo se le da la

oportunidad de hacerlo. Está descuidada porque no hay suficiente tiempo, porque

no se puede hacer nada para cambiar la situación, porque es deprimente ver a

gente que está esperando morir.

A diferencia del hospital, donde la mayoría de los pacientes se mejora y vuelve a

casa, los internados en los hogares y guarderías de ancianos por lo general sólo

salen cuando mueren. Los ancianos en general temen la pérdida de su

independencia y ser una carga a otros, más do lo que temen la muerte. Tener que

depender de otro para necesidades básicas después de haber vivido una vida como

adultos independientes durante muchos años es humillante y frustrante. De

repente encuentran que se les trata como a niños; y no muy responsables.

2.4 LA VISITACIÓN A LOS NIÑOS

Cuando visita al niño, el adulto tiende a hablarle por debajo o por encima de su

verdadero nivel o como si no viera al niño enfermo o accidentado. Con frecuencia

el adulto habla con los padres acerca del niño como si éste ni siquiera estuviera

presente en la habitación. Los hospitales le infunden temor a casi cualquiera, pero


puede ser peor para los niños, cuyos sentimientos se ven intensificados por la

presencia de desconocidos que le hacen cosas raras a sus cuerpos y por el sentido

casi incontrolable de pérdida y abandono. Dado que su conocimiento y (en el caso

de niños pequeños) vocabulario son limitados, es más difícil explicarles lo que

está sucediendo.

Muchos hospitales están tomando la iniciativa en hacer que los niños visiten el

hospital antes de ser internados. Un centro quirúrgico hace que el niño y los

padres vayan algunos días antes de la intervención para conocer a las enfermeras y

ver un vídeo que describe la operación. Después un payaso lleva al niño y a los

padres a conocer el centro y le dice al niño exactamente dónde va a estar y qué le

va a pasar. Se le anima al niño a hacer preguntas. Se le permite elegir el “gusto”

de la anestesia que se le va a dar. Al final de la visita, se anima al niño a llevar su

juguete favorito cuando vuelva al hospital. Vuelve a casa con globos y otros

recuerdos de su visita. Todo esto es muy tranquilizante en el caso de la internación

planificada, pero muchos niños no tienen la oportunidad de estar tan bien

preparados.

2.5 LA VISITACIÓN A LOS ENFERMOS AL BORDEDE LA MUERTE

Aunque se ha dicho de varias maneras que la vida es una enfermedad mortal,

pocas personas viven como si sus días estuvieran contados. Es demasiado fácil

atascarse en los asuntos cotidianos y olvidarse de vivir. La persona se enfrenta de

repente con esta dura realidad cuando recibe un pronóstico fatal por parte del
médico. Para ayudar eficazmente al paciente agonizante es útil comprender las

etapas emocionales por las cuales pasa. Es curioso que el dolor del paciente

moribundo antes de la muerte sea tan similar al dolor que experimentan los

sobrevivientes después de la muerte.

Existen cinco etapas del dolor que se detallará: primero, La negación. “Deben

haber confundido mis análisis con los de algún otro paciente.” “Debe haber algún

tipo de error.” “El médico malinterpretó los resultados.” Segundo, La ira. “¿Por

qué me tiene que pasar esto a mí?” “¿Por qué ahora?” “Yo no merezco esto.”

“¿Dónde está Dios cuando lo necesito?” “Trabajé mucho toda la vida y ahora

esto!” Tercero, La negociación. “Si tú me sanas, yo dejo de fumar.” “Si tan sólo

me libras de esto, vuelvo a ser activo en la iglesia.” “Dame diez años más para

criar a mis hijos y haré lo que me pidas.” “Si me das una oportunidad más seré

mejor padre.” Cuarto, La depresión. “Nunca volveré a sentirme bien.”Nunca veré

cómo se crían mis nietos.” “Tendré que depender de los demás el resto de mi

vida.” “Esto se llevará cada centavo que pude ahorrar.” Quinto, La aceptación.

“No lo estoy disfrutando. Pero tengo paz.” “He luchado mucho y el fin está

cerca.” “Estoy listo.”

Desafortunadamente algunos pacientes mueren sin haber llegado a la última etapa:

la de la aceptación. Y lo que es peor, las actitudes de la familia y de los seres

queridos del paciente pueden haber contribuido a su inhabilidad de hallar paz.

Debido a que los seres amados están atravesando por sus propias etapas de dolor

anticipatorio, no siempre están sincronizados con el paciente moribundo. En otras


palabras, el paciente puede haber salido de la etapa de la negación y haber entrado

en la de la ira, mientras que su cónyuge todavía está diciendo que debe haber

algún error. Cuando los que rodean al paciente no están sincronizados con las

etapas del paciente, se produce un verdadero distanciamiento. Como el paciente

ya se siente aislado, esto puede producir la sensación de abandono total.

Durante las visitas probablemente podremos darnos cuenta en qué etapa está el

paciente después de unos pocos momentos de conversación. Una advertencia para

tener en mente: las etapas no son peldaños en una escalera. No siempre se sube un

peldaño a la vez. No hay líneas definidas trazadas entre las diferentes etapas. El

paciente puede fluctuar entre ellas de un día a otro: negociación el lunes,

aceptación el miércoles y vuelta a la negociación el viernes.


CONCLUSIONES

El ministerio de la visitación está establecido en la Biblia y como tal, es

importante tenerlo en cuenta, ya que un Pastor no estaría realizando su trabajo en

forma completa si no lo tomaría como necesaria. Por otra parte este ministerio nos

lleva como comunidad cristiana a tener cada vez mayor acercamiento y confianza

y principalmente a darnos aliento, conocimiento y enseñanzas de unos a otros.

Por medio de la visitación el Pastor puede tener un ministerio fructífero. Si acepta

la oportunidad de visitar cada hogar como una ocasión de ministrar a las familias

extendidas allí representadas, entonces se multiplica el potencial de su ministerio.

Si los miembros de la iglesia lo acompañan a hacer la visita, entonces tendrá

mayor impacto todavía.

La visitación a los enfermos es una tarea especial. Exige paciencia y comprensión

y un amor por lo que Jesús enseñó. Es una tarea que requiere mucho trabajo. Le

da al visitador una apreciación más profunda de la vida y la salud. Como cualquier

ministerio, uno recibe mucho más de lo que da. La visitación es un llamado. Hasta

que llegue el día en que podamos regocijarnos porque no hay más enfermos que

visitar, necesitamos seguir llevando las cargas los unos de los otros.
BIBLIOGRAFÍA

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