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Nombre: Maria Fernanda Segura Campoverde

El Consenso de Washington: la instauración de las políticas

neoliberales en América Latina.

El Consenso de Washington es un término que se refiere a un conjunto

de políticas económicas que fueron recomendadas por instituciones

internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial

y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos en la década de 1980. Estas

políticas estaban destinadas a ser implementadas por los países en desarrollo,

incluyendo muchos países de América Latina, y se basaron en principios

neoliberales.

Las políticas recomendadas por el Consenso de Washington incluyen la

liberalización del comercio, la privatización de empresas estatales, la reducción

del gasto público, la eliminación de los controles de precios y la desregulación

de la economía. Estas políticas fueron promovidas como la clave para el

desarrollo económico y la reducción de la pobreza en los países en desarrollo.

En América Latina, muchas de estas políticas fueron implementadas en

la década de 1990. Si bien algunas de ellas tuvieron éxito en el corto plazo, como

la reducción de la inflación, también se produjeron efectos negativos a largo

plazo. Por ejemplo, la privatización de empresas estatales a menudo resultó en

la eliminación de empleos y la pérdida de recursos nacionales valiosos, como la

energía y el agua. Además, la liberalización del comercio a menudo favoreció a

los países desarrollados en detrimento de los países en desarrollo.

La implementación del Consenso de Washington en América Latina se

llevó a cabo en un contexto de crisis económicas y políticas, y fue promovido por

organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el


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Banco Mundial. Estos organismos condicionaban la obtención de préstamos y

asistencia financiera a la implementación de estas políticas.

A pesar de que se argumentó que estas políticas podrían mejorar el

crecimiento económico y reducir la inflación, la implementación del Consenso de

Washington en América Latina fue objeto de críticas debido a su impacto en la

desigualdad social, la pobreza y el desempleo. También se argumentó que estas

políticas favorecían a las élites económicas y a las empresas multinacionales, en

detrimento de los sectores más vulnerables de la población.

La crisis de la deuda y el fracaso del modelo de sustitución de

importaciones dejaron claro que el Estado proteccionista ya no podía responder

a las necesidades y problemas que exigía el nuevo orden de la economía

mundial. La recesión puso en evidencia que una política proteccionista y

nacionalista ya no podía funcionar como eje rector de la economía

latinoamericana. El nuevo orden económico requería de nuevos aliados o

protagonistas en las actividades económicas del Estado, el rumbo de la vida

económica de América Latina estaba a punto de dar un giro de ciento ochenta

grados. El nuevo modelo tenía que ser abierto, liberalizado y estable. Basado

principalmente en una política de mercado, este nuevo orden pretendía disminuir

el papel del Estado, con la finalidad de aumentar el margen de maniobra del

sector privado. La idea era clara, América Latina tenía que abrir su economía,

abandonar las prácticas proteccionistas, recortar el hinchado papel del Estado;

en otras palabras, la región latinoamericana tenía que insertarse en la lógica del

mercado. Las reformas de política económica del Consenso de Washington

representaban el programa de ajuste estructural para iniciar la transición de un

modelo cerrado a uno abierto y liberalizado. El Consenso de Washington fue


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diseñado bajo un marco neoliberal; es decir, se dio prioridad a la estabilidad

macroeconómica, liberalización comercial y de capitales y, principalmente, a la

disminución del papel del Estado en la economía; de esta manera, las políticas

del decálogo, más allá de responder al contexto latinoamericano, respondían a

las exigencias económicas estadounidenses. El neoliberalismo se instauró con

éxito en la vida económica de América Latina, a partir de las políticas

económicas, primero de Bretton Woods en la posguerra y del Consenso de

Washington en la década de 1990. Hoy es claro que la instauración de dichas

políticas fue todo un éxito del capital internacional, muchas de ellas ahora son

parte de la vida económica de América Latina. Uno de sus máximos exponentes

es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte; todo parece indicar que

los programas de ajuste estructural siempre están acompañados de un acuerdo

comercial; recordemos que la herencia de los Acuerdos Bretton Woods fue el

Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles.

Los acuerdos comerciales globales y regionales son un determinante en

la instauración de las políticas neoliberales, pues a través de ellos las economías

se han abierto paulatinamente al mercado. Además, cabe destacar que, tanto en

el modelo cerrado como en el abierto, las exportaciones desempeñan un papel

fundamental, la diferencia radica en que ahora gran parte de los insumos, para

la expansión de las exportaciones son suministrados por corporaciones

multinacionales. Por ello los acuerdos comerciales son un determinante en el

éxito de los programas de ajuste estructural. El Consenso de Washington se

convirtió en una especie de ideologización económica para América Latina, las

políticas económicas dejaron de ser simples propuestas y pasaron a ser un

instrumento de control político y económico para los países interesados en


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insertarse y conseguir el sello de aprobación de las economías altamente

desarrolladas y de los organismos internacionales. Ante el fracaso de aquellas

políticas neoliberales para asegurar un desarrollo económico socialmente

equitativo y sustentable, el reto de América Latina consiste en la unificación

regional y en la búsqueda de políticas económicas necesarias para impulsar el

crecimiento económico de acuerdo con las características y necesidades de la

región. Dichas políticas también deben ser engranajes afinados que beneficien

a los sectores sociales, políticos y económicos, pero sobre todo que respondan

y se adapten al ritmo de la economía mundial, sólo de esta manera se logrará

tener un programa de ajuste estructural y de integración regional adoptado por

convicción y no por imposición.

En resumen, el Consenso de Washington se refiere a un conjunto de

políticas neoliberales recomendadas por instituciones internacionales en la

década de 1980 que fueron implementadas en muchos países de América Latina

en la década de 1990. Aunque algunas de estas políticas tuvieron éxito en el

corto plazo, también produjeron efectos negativos a largo plazo en la región.

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