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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

(Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y


Ciencias Sociales Administrativas)

Economía Integral

Consenso de Washington

Prof. Mondragón Román Leonardo

Alumno: Ramírez Ramírez Juan Axel

1IM42

12/06/2023
Consenso de Washington
El término Consenso de Washington fue acuñado en el año 1989 por el
economista John Williamson con el objetivo de describir un paquete de reformas
«estándar» para países en desarrollo azotados por la crisis financiera, según las
instituciones bajo la órbita de Washington D. C. (como el Fondo Monetario
Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro de los
Estados Unidos). Las fórmulas abarcaban políticas que propugnaban la
estabilización macroeconómica, la liberalización económica con respecto al
comercio, la reducción del Estado y la expansión de las fuerzas del mercado
dentro de la economía interna.
Posteriormente a la aceptación de la frase de Williamson, y a pesar de su enfática
oposición, el término de Consenso de Washington ha sido utilizado de forma
genérica para referirse al fundamentalismo de mercado.
Las discusiones sobre el Consenso de Washington han sido por mucho tiempo
polémicas. Pero hay diferencias substanciales implicadas sobre los méritos y
consecuencias de varias de las distintas fórmulas políticas involucradas. Algunas
de las críticas discutidas en este artículo están en desacuerdo, por ejemplo, con el
énfasis del consenso original en la apertura de los países en desarrollo a los
mercados mundiales, ya que ellos lo ven como un excesivo enfoque en el
fortalecimiento de la influencia de las fuerzas del mercado doméstico,
posiblemente a expensas de funciones clave del Estado. También se ha criticado
la aplicación del modelo de manera ideológica, carente de pragmatismo y sin
adaptación a cada una de las realidades, que así produce resultados como los que
acabamos de señalar.
Para otros analistas, examinados a continuación, el punto en cuestión no es tanto
lo que está incluido en el Consenso de Washington sino lo que falta. A pesar de
estas áreas controvertidas, un gran número de autores e instituciones en materia
de desarrollo aceptan ahora la proposición más general de que las estrategias
necesitan adaptarse a las circunstancias específicas de cada país.

Sentido original: los Diez Puntos de Williamson.


1. Disciplina en la política fiscal, enfocándose en evitar grandes déficits
fiscales en relación con el producto interno bruto.
2. Redirección del gasto público en subsidios (especialmente de subsidios
indiscriminados) hacia una mayor inversión en los puntos clave para el
desarrollo del país, servicios favorables para los pobres como la educación
primaria, la atención primaria de salud e infraestructura.
3. Reforma tributaria, ampliando la base tributaria y la adopción de tipos
impositivos marginales moderados.
4. Tasas de interés que sean determinadas por el mercado y positivas (pero
moderadas) en términos reales.
5. Tipos de cambio competitivos.
6. Liberalización del comercio: liberación de las importaciones, con un
particular énfasis en la eliminación de las restricciones cuantitativas
(licencias, etc.).
7. Liberalización de las barreras a la inversión extranjera directa (IED).
8. Privatización de las empresas estatales.
9. Desregulación: abolición de regulaciones que impidan acceso al mercado o
restrinjan la competencia, excepto las que estén justificadas por razones de
seguridad, protección del medio ambiente y al consumidor y una
supervisión prudencial de entidades financieras.
10. Seguridad jurídica para los derechos de propiedad.
Según algunos analistas, el extremo debilitamiento del Estado experimentado
desde la vigencia del Consenso de Washington, impidió la adecuada regulación de
las actividades privatizadas e hizo perder la visión a largo plazo y la preocupación
por la concentración de ingresos. El artículo referido alude a la demanda social de
un nuevo tipo de Estado y analiza los requisitos y objetivos para que, entre otras
cosas, facilite un funcionamiento eficaz de los mercados y se preocupe por
disminuir las desigualdades sociales.

Ajustes Macroeconómicos.
La adopción generalizada del Consenso de Washington por parte de los gobiernos
fue, en gran medida, una reacción a las crisis macroeconómicas que afectaron a
gran parte de América Latina y otras regiones en desarrollo durante los años
ochenta. La crisis tuvo múltiples orígenes: el drástico aumento en el precio del
petróleo importado seguido del surgimiento de la OPEP, el crecimiento de la
deuda externa, el aumento en los Estados Unidos (y en consecuencia en el
mundo) de las tasas de interés, y como consecuencia de los problemas anteriores,
la pérdida del acceso a un crédito extranjero adicional. Las políticas de sustitución
de las importaciones que han sido perseguidas por varios gobiernos de países en
desarrollo en América Latina y otros lugares durante varias décadas han dejado
sus economías mal equipadas para expandir sus exportaciones lo suficientemente
rápido como para pagar el costo adicional del petróleo importado (por el contrario,
varios países de Asía Oriental,[cita requerida] que habían seguido estrategias
orientadas más a la exportación, encontraban relativamente fácil expandir todavía
más las exportaciones y por lo tanto lograron adaptarse a las perturbaciones
externas con muchos menos trastornos económicos y sociales). Incapaces tanto
de extender los préstamos externos todavía más o de incrementar los ingresos de
exportación de manera fácil, varios países de América Latina tuvieron que buscar
alternativas sostenibles, las cuales no eran obvias, para reducir la demanda
interna general a través de una mayor disciplina fiscal, mientras que en paralelo
adoptaban políticas para reducir el proteccionismo e incrementar la orientación a
la exportación de sus economías.

La liberalización del comercio


El Consenso de Washington, como fue formulado por Williamson, prevé en gran
medida un proceso unilateral de reforma comercial, por el cual los países podrían
bajar sus barreras arancelarias y (especialmente) no arancelarias a las
importaciones. Muchos países, incluyendo la mayoría de aquellos en América
Latina, han efectivamente llevado a cabo una significativa liberalización unilateral
del comercio durante los años posteriores, abriendo sus economías. Siendo un
ejemplo de ellos la liberalización del comercio en América del Norte, donde
diferentes análisis reflejan que el nivel de pobreza extrema de México subió
rápidamente desde la implantación del acuerdo en 1994, pasando de un 16 % a
un 28 % solo en los primeros cinco años. Cinco millones de campesinos tuvieron
que abandonar sus tierras, elevando el desempleo urbano.

Críticas
La mayor parte de las críticas realizadas se han enfocado en la liberalización del
comercio y la eliminación de los subsidios y han sido particularmente enérgicas en
el sector agrícola. Aunque, en naciones con importantes recursos naturales, se
han centrado en la privatización de las industrias que explotan estos recursos.
A partir de 2010, varios países de América Latina fueron liderados por gobiernos
socialistas o de otro tipo de izquierda, algunos de los cuales, incluyendo a
Argentina y Venezuela, han hecho campaña por (y en cierto grado adoptado)
políticas contrarias a las del Consenso de Washington. Otros países de América
Latina con gobiernos de izquierda, incluyendo Brasil, Chile y Perú, en la práctica
adoptaron la mayor parte de las políticas incluidas en la lista de Williamson, aun
cuando criticaron el fundamentalismo de mercado con el cual estas son asociadas
frecuentemente.

Bibliografías
 https://es.wikipedia.org/wiki/Consenso_de_Washington
 https://omal.info/spip.php?article4820
 https://elordenmundial.com/que-fue-consenso-washington/
 https://economipedia.com/definiciones/consenso-de-washington.html
 https://www.cidob.org/publicaciones/serie_de_publicacion/
notes_internacionals_cidob/290/
el_consenso_de_washington_ha_muerto_larga_vida_al_de_cornualles

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