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Durante varios años, el país aparentó una bonanza económica de bases muy frágiles.
La pésima administración de los recursos, la corrupción y la desidia, aceleraron la crisis
ante el compromiso de la deuda externa y la inestabilidad de los ingresos petroleros. Ante
tales circunstancias, uno de los gobiernos implantó un programa de ajustes económicos.
Programa este necesario, difícil y doloroso. Al inicio del nuevo período presidencial los
indicadores económicos mostraron un grave retroceso en el PIB, aumento del desempleo e
incremento acelerado en el nivel general de los precios. Es así como se agravan los
problemas de pobreza, con su secuela de desnutrición, menor acceso al estudio, a la salud, a
la vivienda y una mayor violencia social. Aún en 1990, los indicadores no muestran el
esperado lanzamiento de la economía. Se espera que con el fuerte empuje del Plan de
Inversiones y la ley de Política Habitacional, retrasos en su implementación, se imprima a
la actividad productiva una tendencia creciente. Al mismo tiempo deberá evaluarse la
política social con el fin de hacerla más eficiente y con ello mejorar la calidad de vida de la
población Estudios sobre la pobreza en Venezuela han determinado que los últimos años el
progresivo deterioro del salario real ha incidido en un aumento de la marginalidad en el
país.
Situación económica, política y social de Venezuela en la actualidad Venezuela es
un país relativamente pequeño, con una población de nivel normal en la mayor parte del
país; que cada día va más en decadencia debido a diferentes factores, entre ellos la mala
administración política por parte de los mayores mandatarios, una sola fuente de ingreso
nacional y la falta de una buena educación, para establecer una base segura y sana para la
sociedad.
La economía venezolana está siendo remotamente afectada en la actualidad, ya que
esta depende solo del ingreso del petróleo, pero debido a la mala administración por parte
del gobierno, este ingreso no es suficiente para el desarrollo del país.
También se debe tomar en cuenta que no es solo culpa del gobierno, ya que el
estado venezolano se ha estado estafando al mismo desde republicas más anteriores a esta.
Nuestro poder político actual encabezado por ex el presidente Hugo Rafael Chávez Frías
ejerce un gran poder en el pueblo venezolano, ya que este no solo se ha desarrollado como
un periodo presidencial normal; al contrario, su revolución ha llegado a establecerse por
más de 20 años creando, ni siquiera admiración, si no fanatismo en sus seguidores, que a
pesar de su muerte aun le siguen apoyándole median su sucesor el presidente Nicolás
Maduro. Pero este fanatismo no ha llegado afectar el razonamiento de una gran numero de
venezolanos que están en contra del socialismo creado por Chávez; llevando a grandes
disputas entre el mismo pueblo por su desacuerdo político. Esta revolución no solo ha
destruido todos los estándares económicos si no que de una u otra forma se ha apoderado
mediante la corrupción de todos los poderes públicos del estado, desde parroquias,
alcaldías, gobernaciones y sobre todo la presidencia. El ámbito social del país está siendo
afectado y destruido por toda la economía, la política y el mismo pueblo venezolano.
Venezuela atraviesa la crisis política, social y económica más profunda su historia
reciente. Un escenario que pone en cuestión a las bases mismas del modelo chavista.
Con la inflación más alta del mundo y una moneda casi sin valor, el día a día de los
venezolanos y venezolanas se ha vuelto cada vez más complicado. Esta situación empujó a
casi 5 millones de personas a abandonar el país y generó la corriente migratoria más grande
de América Latina de los últimos 50 años. En este contexto, el gobierno de Nicolás Maduro
ha dado un giro impensado con relación a la divisa estadounidense, al habilitar un proceso
de dolarización de hecho de la economía.
Según cifras oficiales en Venezuela tanto el desempleo como el PIB muestran una
tendencia decreciente, lo cual lleva a preguntarse qué explica tal contradicción. La caída del
desempleo en medio de un periodo de recesión económica solo es posible si los individuos
emprenden actividades informales que los alejan del desempleo sin reportar su actividad, o
si abandonan la búsqueda de empleo ante la imposibilidad de conseguir trabajo. A partir de
la Encuesta de Hogares por Muestreo del 2012 y 2013, este estudio analiza la duración
promedio del desempleo y el destino de los desempleados, utilizando para ello matrices
markovianas de transición. Los resultados muestran una incidencia de desempleo de largo
plazo superior al 40 %, lo que induce a algunos individuos a optar por cualquiera de estas
dos alternativas.
El desempleo estructural, por otro lado, si amerita cuidado por cuanto, como su
nombre lo indica, es la propia estructura económica la que lo genera, ya sea porque el
mercado demanda trabajadores con capacidades diferentes a las que el sistema educativo
produce; por el sesgo tecnológico que lleva a un desarrollo desigual entre sectores; por
exceso de oferta laboral, propio de una economía deprimida, o el resultado de un largo
periodo de recesión Así, se trata de una situación de más larga duración, que agota toda
fuente de financiamiento posible y conlleva problemas de índole económico, familiar y
social. Desde el punto de vista económico, se habla de ineficiente asignación de recursos,
por cuanto los trabajadores terminan aceptando empleos por debajo de sus capacidades;
desestimulo a la capacitación y pérdida de ingresos tanto durante el periodo de desempleo
como a futuro, por obsolescencia del trabajador. Además, a mayor duración del desempleo,
mayor probabilidad de abandono de la búsqueda. Desde el punto de vista familiar, el
desempleo se asocia con pérdida de confianza del trabajador en sí mismo, menor esperanza
de vida, menor nivel de formación académica de los hijos de desempleados y menores
ingresos a futuro. Desde el punto de vista social, el desempleo de largo plazo margina a la
porción de trabajadores que no logran posicionarse en el mercado, induciéndolos a la
informalidad o, peor aún, generando delincuencia, prostitución y conflictos sociales.
El mercado laboral venezolano ha sido afectado en los últimos años por el colapso
económico, la hiperinflación y leyes que tienen efectos perjudiciales en la productividad y
movilidad laboral. La participación laboral de Venezuela es una de las más bajas de
América Latina y ha habido un aumento en la informalidad. El bajo nivel de salarios tiene
un impacto en la capacidad de adquirir bienes y servicios y, por lo tanto, en las condiciones
de vida de los venezolanos. Este estudio evalúa la evolución de la tasa de ocupación,
desocupación y salarios en Venezuela durante el período 2020-2021 y también introduce el
índice de Remuneraciones de Alta Frecuencia (IRE-AF) para medir la evolución de las
remuneraciones en el sector de comercio y servicios en el área Metropolitana de Caracas.
Los resultados muestran una caída anual del 6,8% en la población económicamente activa,
con una tasa de actividad que ha pasado del 58,7% al 53,8%, y una tasa de desempleo del
40,3%. También se observa una dolarización creciente de las remuneraciones y
transacciones en el AMC.
El más grave problema que padece hoy nuestra economía es la inflación, la mayor
de la América Latina y una de las más altas del mundo. Varios factores, tanto internos como
externos, están generando la agudización de este flagelo que tanto afecta a la población,
particularmente a los más desposeídos, quienes con impotencia ven cómo merma su
capacidad de compra y se hacen cada vez más pobres.