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RESUMEN CONOCIMIENTO CIENTÍFICO Y FUNDAMENTOS DEL

DERECHO PENAL
El siguiente resumen aborda el carácter garantista del Derecho penal, que ha enfrentado
desafíos en su expansión, especialmente en el contexto de la "globalización del Derecho
Penal", se destaca la importancia de alinear el Derecho penal con el modelo de Estado
social y democrático de Derecho, especialmente en sociedades postindustriales, el libro
"Conocimiento Científico y Fundamentos del Derecho Penal" del autor José Ramón
Serrano Piedecasas Femández aborda temas trascendentales como la función preventiva
de la pena y el carácter de ultima ratio del Derecho penal, se critica el endurecimiento
de penas y la contrarreforma" en la legislación penal peruana, que parece alejarse de las
garantías mínimas de un Estado democrático, el autor aborda la influencia del Derecho
penal español en la legislación peruana a lo largo de la historia, y se espera que el libro
contribuya al diálogo entre el desarrollo del Derecho penal español y peruano.

Podemos evidenciar 4 aspectos fundamentales: los fundamentos de la asignatura, la


dicotomía entre legalidad y legitimidad, la legitimación material del Derecho Penal, y
las multas de la pena.
Fundamentos de la asignatura: Se mencionan cuatro conceptos fundamentales que
subyacen al sistema penal: legalidad penal versus legitimación del ordenamiento,
legitimación material del Derecho penal, contenido valorativo e imperativo de las
normas penales, y consideraciones sobre las multas de la pena.

Legalidad versus legitimidad: Se explora la convivencia entre legalidad y legitimidad,


indicando que la legitimidad se basa en el reconocimiento jurídico, mientras que la
legalidad se refiere únicamente a la ley, se señala que la legalidad puede ser antijurídica,
y se discute la relación entre la aplicación de la ley y los pilares del ordenamiento
jurídico: igualdad ante la ley, libertad de los individuos y justicia.
Legitimación material del Derecho Penal: Se destaca que el Derecho penal busca evitar
comportamientos que perturben gravemente el sistema social, cumpliendo funciones de
motivación y protección, se subraya la importancia de la protección y motivación como
funciones inseparables.
El Derecho Penal se presenta como un sistema formalizado de control social,
constituido por normas jurídicas que definen conductas como delitos y establecen penas
o medidas de seguridad para quienes las cometan, este sistema es parte de un control
más amplio que abarca tanto instrumentos formales como informales, caracterizándose
por el uso de la violencia en la protección de ciertos intereses.
Aunque el Derecho Penal es el medio más enérgico para prevenir conductas no
deseadas, no es el único, la sociedad utiliza sistemas de control formales e informales,
que van desde normas morales y religiosas hasta educación familiar y escolar, además
de normas jurídicas y su aplicación a través de instituciones como jueces y policía, estas
normas e instituciones constituyen instancias donde se lleva a cabo el control social.

La relación entre el ordenamiento jurídico y el orden social implica una superposición,


siendo necesario que las expectativas de comportamiento derivadas de ambos sean
coincidentes para evaluar la eficacia del sistema penal, aunque no se ha mencionado
explícitamente la idea de justicia, se destaca que el ordenamiento jurídico y las
instancias de control responden a un sistema de valores, y la Constitución se propone
como la norma suprema que debe inspirar y regir todo el sistema social, incluido el
Derecho Penal.
El ejercicio del control social a través del Derecho Penal tiene límites, ya que no puede
abarcar todas las conductas antisociales ni garantizar una sociedad justa e igualitaria por
sí solo, su carácter jurídico y altamente formalizado se distingue por su conexión con el
principio de legalidad, la gravedad de las sanciones y la necesidad de reglas
preestablecidas.
El orden axiológico del Derecho Penal refleja las prioridades de la convivencia social y
condiciona la existencia de diferentes modelos sociales y, por ende, de diferentes
modelos de Estado, la diversidad de opciones políticas influye en las expectativas de
comportamiento y orienta los sistemas de control social, se resalta que la existencia del
Derecho Penal condiciona el tipo de sociedad y, a su vez, permite derivar conclusiones
sobre el Derecho Penal a partir de aspectos de la vida social.
La potestad punitiva del Estado, como parte del Derecho Penal, se caracteriza por la
imposición de consecuencias negativas a quienes perturban gravemente la vida
comunitaria, su consideración como instrumento de control social debe tener en cuenta
tanto la prevención de delitos como la prevención de penas informales, se plantea la
idea de un Derecho Penal mínimo, orientado a reducir al mínimo la violencia en la
sociedad, respetando siempre las garantías individuales.

Se discute la crisis de legitimación del Derecho Penal contemporáneo debido a la


tensión entre prevención y garantías, se menciona el abolicionismo como un
movimiento que cuestiona la existencia del Derecho Penal, proponiendo su sustitución
por otros mecanismos de resolución de conflictos sociales, se argumenta a favor del
mantenimiento del Derecho Penal como instrumento de control social, señalando que su
desaparición podría llevar a formas informales de control más perjudiciales.
Decimos entonces que Derecho Penal se presenta como un componente esencial del
sistema de control social, cuya existencia y evolución están interrelacionadas con el
orden social y el ordenamiento jurídico más amplio, se plantea la necesidad de
equilibrar la prevención de delitos con el respeto a las garantías individuales, y se
sugiere la posibilidad de un Derecho Penal mínimo orientado a la reducción de la
violencia en la sociedad.
El texto aborda la interpretación del artículo 9.2 de la Constitución española, que
destaca la insatisfacción del legislador con el modelo social existente y la necesidad de
evolucionar hacia metas de libertad e igualdad, se cuestiona si estas metas deben
lograrse a través de la coerción penal, argumentando que un enfoque crítico considera
que el derecho penal es inadecuado para promover objetivos sociales y solo debería
tutelares bienes jurídicos.

El autor argumenta que el derecho es un medio de control social con contenido político
y que debe responder al modelo social vigente, se menciona la dialéctica entre la
legalidad y la legitimidad, destacando que el principio de legalidad en un Estado de
Derecho implica que los órganos estatales deben someterse a las leyes, se señala que la
corrupción puede comprometer la legalidad, incluso cuando el régimen es legítimo.
El libro aborda la función simbólica del derecho penal, sugiriendo que a veces se utiliza
para reforzar la cohesión social y demostrar la acción del Estado, más que para proteger
bienes jurídicos, también se discute la relación entre moral y derecho penal,
argumentando que el derecho penal no debe imponer jerarquías éticas, sino garantizar la
convivencia en un marco pluralista e igualitario.
Se concluye que el derecho penal no debe identificarse con un programa ético
específico, sino garantizar la convivencia no agresiva en una sociedad pluralista,
destacando la importancia de la tolerancia como valor fundamental.

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