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Según entendí el menor es visto como un “objeto de control social y penal”, ya que las prácticas

jurídicas se ponen en funcionamiento cuando el menor está en peligro material o moral a causa

de desajustes sociales. Es decir que los mismos quedan excluidos de acceder a cobertura políticas

y sociales básicas (a diferencia de quienes se denomina en aquella época niños y adolescentes

quienes gozan de satisfacer necesidades básicas). En otras palabras si el menor estaba en situación

irregular quedaba a disposición del Estado.

Uno de los cambios más importantes me parece que es la mirada hacia el niño como “sujeto de
derecho y protección integral”, es decir que abarca todos los ámbitos de la vida del niño y que
todos estos derechos se vinculan e interactúan entre sí.
Otra puede ser que los instrumentos jurídicos son utilizados para satisfacer necesidades y/ o
garantizar el bienestar de todos los/asniños/as, no solo para aquellos están en circunstancias
particularmente difíciles.

Creo que estamos en un proceso de cambio, por tanto y desde mi experiencia profesional, he visto

familias que han colocado al niño/a en un lugar de vulnerabilidad, así como también he trabajo

con familias que poner en valor los derechos de sus hijos. Lo más complejo es trabajar junto con

los padres el pasaje de la mirada autoritaria y controladora, a la de acompañamiento y

contención.

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