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El documento narra la leyenda de cómo surgió la yerba mate. Según la leyenda, la luna y una nube se convirtieron en mujeres y fueron rescatadas de un yaguareté por un viejo. Como agradecimiento, le enseñaron a preparar una infusión con una nueva planta, la yerba mate. El viejo descubrió sus beneficios y así se originó la tradición de tomar mate.
El documento narra la leyenda de cómo surgió la yerba mate. Según la leyenda, la luna y una nube se convirtieron en mujeres y fueron rescatadas de un yaguareté por un viejo. Como agradecimiento, le enseñaron a preparar una infusión con una nueva planta, la yerba mate. El viejo descubrió sus beneficios y así se originó la tradición de tomar mate.
El documento narra la leyenda de cómo surgió la yerba mate. Según la leyenda, la luna y una nube se convirtieron en mujeres y fueron rescatadas de un yaguareté por un viejo. Como agradecimiento, le enseñaron a preparar una infusión con una nueva planta, la yerba mate. El viejo descubrió sus beneficios y así se originó la tradición de tomar mate.
Una noche, Yací la luna, con Araí la nube, descendieron a la Tierra
en forma de hermosas mujeres. Fascinadas por la belleza de la selva paraguaya, recorrían la vegetación, cuando de pronto, las sorprendió un yaguareté que amenazaba con comerlas. Atemorizadas quisieron huir, pero la fiera les cortó el paso con un salto, cuando en el mismo instante, una flecha salió del aire, hiriéndola en un costado. Un viejo que en ese momento andaba por el lugar vio el peligro que corrían las dos mujeres y sin pérdida de tiempo disparó la flecha. El peligro había desaparecido. Yací y Araí volvieron a ser luna y nube, y ya estaban en el cielo. Entonces el viejo volvió a su casa pensando que todo había sido una alucinación. Sin embargo, esa noche mientras descansaba, Yací y Araí aparecieron en su sueño y después de darse a conocer, agradecidas por su nobleza, le hicieron un regalo. En sueños le explicaron que cuando despertara, encontraría a su lado una planta, cuyas hojas debían ser tostadas para hacer una infusión. Esta bebida reconfortaría al cansado y tonificaría al débil. El viejo despertó y, efectivamente, vio la planta a su lado. Cosechó sus hojas y las tostó, tal como le habían dicho Yací y Araí. Aquella infusión era el mate, una bebida exquisita, símbolo de amistosa hermandad entre los hombres, hasta el día de hoy. Nacimiento del Sol y la luna Cuando la tierra estaba en la oscuridad; cuando era siempre de noche, los poderosos que vivían en el cielo se reunieron para crear el Sol y que hubiera luz en la Tierra. Ellos se reunieron en una ciudad llamada Teotihuacán que había en el cielo, y de la cual la ciudad de Teotihuacán que está en México era como una sombra o un reflejo. En esa ciudad celeste de Teotihuacán encendieron una enorme hoguera. Aquel poderoso que quisiera convertirse en el Sol, debía arrojarse en esa hoguera y quemarse en ella. De ella saldría convertido en el Sol. Había dos que querían hacerlo. Uno era grande, fuerte, hermoso y rico. Estaba vestido con ropas de lujo y adornado con piedras preciosas. Les ofrecía a sus compañeros oro y joyas, muestras de su orgullo. El otro era pequeñito, débil, feo y pobre; su piel estaba cubierta de llagas. Estaba vestido con su ropa de trabajo. Como era pobre sólo podía ofrecer la sangre de su corazón, sus buenos y humildes sentimientos. Cuando llegó la hora de arrojarse a la enorme hoguera, el grande y rico no se atrevió, tuvo miedo y salió corriendo. Entonces el pequeñito, feo, que era muy valiente, se arrojó a la hoguera. En ella se quemó y salió de ella convertido en el Sol. Cuando el otro lo vio, sintió vergüenza y también se arrojó a la hoguera. En ella se quemó y en el cielo apareció otro Sol. Los poderosos estuvieron de acuerdo en que no podían existir soles en el firmamento, así que decidieron apagar el segundo, el que había sido creado por el guerrero grande y fuerte. Tomaron un conejo por las patas y con mucha fuerza lo lanzaron contra el segundo Sol. Su brillo disminuyó de inmediato y quedó convertido en la Luna. Por eso hasta la fecha, en la Luna podemos ver al figura del conejo que acabó con su luz.